El valor de ΔH se puede determinar experimentalmente midiendo el flujo de calor
que acompaña a una reacción a presión constante. Al fluir calor hacia adentro o hacia afuera de un sistema, cambia la temperatura de la sustancia. Mediante experimentos, podemos determinar el flujo de calor asociado a la reacción química midiendo el cambio de temperatura que se produce. El medir el flujo de calor se llama calorimetría; un aparato que mide flujo de calor es un calorímetro. Capacidad calorífica y calor específico Los objetos pueden emitir o absorber calor: carbón al rojo vivo emite calor en forma de energía radiante; una compresa de hielo absorbe calor cuando se coloca en un tobillo inflamado. La emisión o absorción de calor hace que los objetos cambien de temperatura. El cambio de temperatura que un objeto experimenta cuando absorbe cierta cantidad de energía está determinado por su capacidad calorífica. La capacidad calorífica de un objeto es la cantidad de calor necesaria para elevar su temperatura en 1 K (o 1ºC). Cuanto mayor es la capacidad calorífica de un cuerpo, más calor se necesita para producir una elevación de temperatura dada. En el caso de sustancias puras, la capacidad calorífica suele darse para cierta cantidad de la sustancia. La capacidad calorífica de 1 mol de una sustancia se denomina capacidad calorífica molar. La capacidad calorífica de 1 g de una sustancia es su capacidad calorífica específica, o simplemente su calor específico. El calor específico de una sustancia se puede determinar experimentalmente midiendo el cambio de temperatura, ΔT, que experimenta una masa conocida, m, de la sustancia cuando gana o pierde una cantidad específica de calor, q.