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Actividad integradora 1

Alumno: Edgar Alejandro Martínez Vargas


Matrícula: DDDV0464
Curso: Ética Profesional Docente
Grupo 2
30 de septiembre de 2019

Resumen

La deontología en función a la educación

En primer lugar se hará referencia a la deontología aplicada al ámbito educativo. No obstante,


para lo anterior, es necesario entender que la deontología es la parte de la ética que tiene como
objeto de estudio los deberes y los principios que se relacionan con la práctica profesional. En
este sentido la ética y la deontología se diferencian porque la primera de ellas hace referencia a la
perspectiva moral de las personas en lo individual, pero relacionado con cualquier actividad en
su vida cotidiana. En tanto la deontología hace referencia a la perspectiva moral en situaciones
colectivas y en específico aquello relacionado con las actividades profesionales. (Rodriguez,
2015)

En este sentido, la deontología realiza el análisis ético de las prácticas profesionales. Es


por ello que las acciones humanas estudiadas por la deontología no son reguladas por el poder
público. Es decir, que el poder público encargado de regular la conducta externas de las personas
en la sociedad. No se involucra de manera directa con el objeto de la deontología. (Rodríguez,
2015) Las normas jurídicas no se encargan de regular las conductas morales de las personas. Es
por ello que la deontología se mantiene fuera del ámbito público. En suma la deontología se regula
a partir de códigos éticos especializados. A saber códigos deontológicos.

La deontología, pues, no se presenta de manera coercitiva como las normas jurídicas.


Sino que depende de la conciencia de cada de una de las personas para que pueda ser aplicada y
asumida como obligatoria. (Rodríguez, 2015) Es por ello que es posible identificar ciertas
particularidades de las normas deontológicas. En primer lugar, se parte de que tienen un
reconocimiento público debido a que las normas deontológicas regularmente son asumidas como
obligatorias por las personas que las conocieron a partir de la convivencia social. En segundo
lugar, las normas morales que regulan la actividad profesional posibilitan a las personas que
realizan dicha actividad tener un camino para guiarse en su actividad. En tercer lugar, se asume
que las normas morales relacionadas con las profesiones benefician no solo a las personas
profesionales, sino también a la sociedad.

En conclusiones es posible interpretar que la deontología en el ámbito educativo se


estructura a partir de una serie de normas morales que permiten a las personas profesionales en el
campo educativo a dirigirse de cierta manera. En este sentido, dichas normas marcan las pautas
que le permiten desenvolverse en el campo de la enseñanza. Facilitando su labor, pero también
estableciendo una ruta de enseñanza en que la sociedad pueda intervenir al momento de valorar
la actividad educativa.
De qué habla la teleología educativa

En segundo lugar, se establece de manera general qué es lo que se entiende por teleología y cuál
es su relación con la educación. En este sentido es relevante colocar en relieve que la teleología
se refiere a la finalidad. Es la doctrina de las causas finales. Es así que es posible interpretar que
la teleología es utilizada para identificar cuál es el objeto de una ciencia. En este caso se espera
identificar cuál es el objeto de la educación.

En este orden de ideas, es posible advertir que la educación en cualquier sociedad tiene
como objeto principal el estructurar a las personas teniendo en consideración principios
encaminados a la producción, reproducción y mantenimiento de la vida. (León, 2012) Es así que
el sistema educativo debe de enfocarse en brindar las herramientas teóricas que permitan
desarrollar y cuestionar las actividades prácticas de la vida cotidiana. Además, de establecer de
manera evidente cuál es la relación entre la teoría y la práctica. (León, 2012)

En este sentido, se puede asumir que la teleología educativa, es decir, las causas últimas
de la educación se encuentran en la explicación de la realidad, el análisis científico y filosófico
de las circunstancias reales. (León, 2012). Lo anterior, a partir de un proceso dialéctica en el que
se confrontan las partes contrarias de la actividad humana. Por un lado se establecen los
conocimientos teóricos necesarios para comprender la realidad. Y por el otro, se determina la
manera en que dichos conocimientos serán aplicados a la cotidianidad de las personas.
Terminando en una síntesis práctica de los conocimientos proporcionados por la actividad
educativa. Esa es la teleología educativa.

Sociedad del conocimiento y las competencias docentes en el siglo XXI

La sociedad del conocimiento hace referencia a la cantidad de información a la que se puede


acceder por medio de las tecnologías de la información y de la comunicación. Circunstancia
además posibilitada por la red de Internet. Sin embargo, este término ha sido cuestionado debida
que no necesariamente se debe de entender como un conocimiento. Sino más bien se ha
interpretado como una sociedad de la información, pues, el acceso no implica inmediatamente
conocimiento como proceso intelectual. En de esta manera que el conocimiento conlleva una
interiorización de información que permite utilizarla de forma útil en cada caso en específico.
(Sánchez, 2009)

En este sentido se interpreta que la circunstancias actuales de acceso a la información han


transformado la vida social en diferentes aspectos como el individualismo, el cambio cultural al
momento de apreciar la realidad, la transmisión de noticias y por supuesto también han
transformado la manera de enseñar. (Ruz, 2015) Sin embargo, la actividad docente ha quedado
algo desfasada de las circunstancias actuales de la sociedad de la información. Las TIC se han
percibido como una herramienta más al momento de realizar la enseñanza. Es por ello que para
afrontar los desafíos de la sociedad del conocimiento es necesario profundizar en la estructura del
sistema educativo, así como en el paradigma de enseñanza para establecer a la educación como
un proceso continuo en el que la actividad educativa se realice en base a la creación del
conocimiento y el uso de la información. (Sánchez, 2009)

De acuerdo a lo antes mencionado, es posible interpretar que el rol del personal docente
no puede ser considerado como hace algunos años. Es decir, las personas dedicadas a la docencia
no representan el cúmulo de conocimiento de una sola materia. Ahora, su rol debe de asumirse
como un transmisor de información y como la persona que dirige la direcciones de las personas
que están aprendiendo por el mar de información disponible a través de las TIC. (Fernandez,
2015)

Perfiles y habilidades docentes

El educador actual, ante las características de la educación en el siglo XXI y la sociedad del
conocimiento, necesita desarrollar competencias que le permiten desarrollar su trabajo de manera
eficiente. (Pereda, 2000) Lo anterior, se considera a partir de la relación que se establece entre
alumnado y docentes que se concreta desde las herramientas que proporciona el segundo a los
primeros para que puedan desarrollarlas en la vida cotidiana.

En este sentido, es posible asumir que el fenómeno de aprendizaje se desarrolla en el


plano interpersonal. (Pereda, 2000) En primer lugar, en la familia y en un segundo lugar, en las
instituciones de enseñanza. Por lo que la educación tienen una carga considerable de elementos
culturales que son transmitidos de manera inconsciente de las personas con mayor experiencia
hacia aquellas que tienen una menor experiencia. Sin obviar la posibilidad de que exista una
relación en sentido contrario.

En este orden de ideas, es espera que las condiciones en las que se transmite los
conocimientos permitan a los transformar la realidad en la que se desenvuelven los estudiantes.
O por lo menos esa debería de ser la finalidad del enseñanza en la actualidad. Entonces, la
habilidad docente tendrá que encaminarse a cumplir con este objetivo. Es por ello que se presenta
los siguientes elementos que deberían de considerarse para la función docente en en la actualidad

En primer momento, es necesaria una actitud o un modelo aprendiz. Lo anterior se refiere


a la “estrategias, técnicas, de nuevos enfoques y destrezas que propicia un mundo globalizado,
competitivo y especializado características propias de la era del conocimiento”. (Pereda, 2000)

En segundo momento, se establece de importancia se considere como un líder en el


sentido “dirigir, orientar, dar sentido y fortalecer el esfuerzo de sus alumnos, conduciendolos a
una sociedad con mayor libertad , con múltiples alternativas pero también cargada de
incertidumbre en la cual como diría Heráclito: lo único permanente es el cambio”. (Pereda, 2000)

En tercer momento, se necesita tener una actitud crítica que “enseñe a pensar, a descubrir,
a formular, a buscar, así como buscador intelectual que adecue las teorías y modelos a una
realidad concreta. (Pereda, 2000). Finalmente, se espera que la persona docente “ponga en el
centro de su vocación los valores humanos, solo así esta tendrá sentido y podrá recobrar el lugar
social que le corresponde a lado de los transformadores y forjadores de la sociedad”. (Pereda,
2000)

En suma, las habilidades del docente en la actualidad consideran la capacidad de “s de


anticiparse, descubrir, crear y adaptarse a las situaciones que se les presenten, no pretender seguir
un programa de curso al pie de la letra o “adoptar” técnicas y recursos didácticos aplicados en
otras experiencias”. (Pereda, 2000)
Bibliografía
Almonte Moreno M. (2013). “Rol del docente en la sociedad del conocimiento”. [en línea]

Aníbal R León. (2012). Los fines de la educación. Orbis. Revista Científica Ciencias Humanas,
vol. 8, núm. 23, septiembre-diciembre, 2012, pp. 4-50 Fundación Miguel Unamuno y Jugo
Maracaibo, Venezuela

Criollo Vargas M. (2018). Revista vinculando. Competencias del docente del siglo XXI.

Fernández Muñoz, R. (s.f). Competencias profesionales del docente en la sociedad del siglo XXI.

Pereda, Barrio, Maria del Carmen, (2000)“Perfil docente en el siglo XXI. En el marco de un
modelo basado en las competencias”, Universidad Panamericana, México. [en línea]

Ríos Muñoz, Daniel. (2009). Características personales y profesionales de profesores


innovadores.

Rodriguez Ruiz, Juan Roger (2015), Ética profesional y deontología, Universidad Católica de
Chimbote, Chimbote.

Ruz, Carlos, ( 2015) “Caracterización de la Sociedad del Conocimiento y el Rol del Docente en
la Educación en el Siglo XXI”, Wordpress. [en línea]

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