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Óscar Humberto Mejía Víctores

(Ciudad de Guatemala, 1930 - 2016) Militar guatemalteco. En 1948 ingresó


como caballero cadete en la Escuela Politécnica del Ejército; tras sus estudios
militares, consiguió el título de oficial del Ejército y el despacho de
subteniente de Infantería en 1953. A ellos siguió un progresivo ascenso en
el escalafón militar; en 1980 era general de Brigada y desempeñó, entre
otros puestos, el de inspector general del Ejército y el de viceministro de la
Defensa Nacional y, posteriormente, ministro de Defensa.

Óscar Mejía Víctores

El 8 de agosto de 1983 dio el golpe de Estado que derrocó al presidente Efraín


Ríos Montt. Asumió la jefatura del Estado, restauró las libertades y puso fin
a los tribunales especiales. A los veinte días de proclamarse presidente
anunció la disolución del Consejo de Estado, aduciendo razones económicas.
En septiembre de 1983 un grupo de hombres armados secuestraron a su
hermana Celeste. El 2 de diciembre de 1983 concedió una amnistía a la que
se acogieron 700 guerrilleros. Sin embargo, el régimen de Óscar Mejía
intensificó la represión contra sus opositores.
En 1984 frustró un intento de golpe de Estado organizado por varios
generales retirados; Mejía retuvo los poderes ejecutivo y legislativo hasta
mediados del año siguiente. En noviembre de 1985 convocó elecciones; salió
elegido como presidente Marco Vinicio Cerezo. En diciembre de 1987, el
presidente Cerezo abortó un golpe de Estado encabezado por varios
militares, entre ellos Mejía. Los golpistas fueron enviados como agregados
militares a Embajadas de Sudamérica; Óscar Mejía salió del país en viaje
privado hacia Estados Unidos.
Oliverio Castañeda de León (12 de octubre de 1955 – 20 de octubre de 1978) fue líder
estudiantil guatemalteco. Miembro del grupo estudiantil FRENTE, el cual formaba parte del ala
juvenil del proscrito Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) luchó por los derechos
humanos en Guatemala desde su puesto de secretario general de la Asociación de
Estudiantes Universitarios de la Universidad San Carlos de Guatemala. Tras demostrar su
poder de convocatoria y organización durante las protestas contra el alza al pasaje urbano
contra el recién instalado gobierno del general Fernando Romeo Lucas García -quien tomó
posesión del cargo el 1.° de julio de 1978-, fue amenazado de muerte por el Ejército Secreto
Anticomunista (ESA) junto con otras treinta y siete personas, -incluyendo a muchos dirigentes
de la Universidad- y fue asesinado el 20 de octubre de 1978 a los 23 años en el centro de
la Ciudad de Guatemala, tras haber acusado directamente al entonces Ministro de
Gobernación, Donaldo Álvarez Ruiz, de ser el promotor de la oleada de terror que se vivía en
Guatemala luego de que el gobierno empezara a reprimir a las organizaciones populares que
dirigieron las protestas contra el alza del transporte urbano.
Oliverio Castañeda de León nació en una familia de clase media de la Ciudad de Guatemala,
capital del país que lleva el mismo nombre. Estudió en el Colegio Americano de Guatemala y
luego se destacó como un brillante estudiante de economía en la Universidad de San Carlos
de Guatemala. En la Universidad se destacó por su liderazgo y compromiso con las causas
sociales.
La administración universitaria siguió en su militancia. Casi todo el contenido de su órgano
oficial, Siete Días en la USAC, fue una constante crítica al gobierno. El gobierno temía ya la
unidad y beligerancia de la organización popular y, como estaba bien enterado de la presencia
de cuadros guerrilleros en los sindicatos, en los barrios populares y en diversas facultades de
la Universidad de San Carlos, se valió de esto para justificar el terror, no sólo contra los
insurgentes, sino en contra del movimiento legal.1
Pero la neutralización del movimiento no sería fácil. En 1979 existía un amplio y bien
organizado movimiento en contra del gobierno, capaz de movilizar grandes cantidades de
personas en manifestaciones (principalmente sepelios), aunque las protestas masivas eran
entonces muy difíciles de realizarse. Cuando los espacios políticos fueron cerrados, una
buena parte del movimiento actuó en la clandestinidad, para salvarse y seguir la lucha de una
forma más adecuada a las condiciones.1 La coyuntura centroamericana en 1979 estaba
marcada por la creciente radicalización de los movimientos de masas: en Nicaragua, el 19 de
julio triunfó la Revolución Sandinista, victoria que en Guatemala se convirtió en una muestra
de la viabilidad de la lucha armada. Sin embargo, los miembros del movimiento popular no
estaban preparados para enfrentarse al Estado por la vía violenta. La organización militar se
formaba lentamente y la organización de masas estaba rezagada en el terreno de la
autodefensa. Según Wilson Romero, entonces estudiante de Ciencias Económicas y miembro
de la Juventud Patriótica del Trabajo, pocos militantes previeron la disposición del gobierno de
aniquilar el movimiento
Julio César Méndez Montenegro
(Guatemala, 1916-1996) Político guatemalteco, presidente del país desde
1966 hasta 1970. Profesor y luego decano de la Facultad de Derecho de la
Universidad de San Carlos, tomó parte en el movimiento revolucionario que
el 20 de octubre de 1944 acabó con la dictadura del general Federico Ponce
Valdez. Posteriormente, en 1945, se integró en el gobierno constituido por el
izquierdista Juan José Arévalo, donde sirvió como subsecretario de la
Administración, subsecretario de Asuntos Exteriores y secretario general de
la Presidencia. En su faceta de jurisconsulto fue presidente del Colegio de
Abogados.

Julio César Méndez Montenegro

Miembro del Partido Revolucionario (PR), Julio César Méndez Montenegro


concurrió sin éxito en las elecciones de 1958, que dieron la victoria al
conservador Miguel Ydígoras Fuentes. Volvió a intentarlo el 6 de marzo de
1966, y consiguió entonces la victoria con el 45 % de los sufragios frente a
dos candidatos ultraderechistas: el coronel Juan de Dios Aguilar de León, del
gubernamental Partido Institucional Democrático (PID), y el coronel Miguel
Ángel Ponciano, del Movimiento de Liberación Nacional (MLN). Al no alcanzar
la mayoría necesaria, fue el Congreso el encargado de investir al presidente,
y allí Méndez recibió 35 votos sobre 54. El 1 de julio Julio César Méndez tomó
posesión para un mandato cuatrienal en sustitución del coronel Enrique
Peralta Azurdia.
Aunque fue un declarado anticomunista, el hecho de que las fuerzas de la
izquierda (incluido el proscrito Partido Comunista) hubiesen abogado por él
en las elecciones lo situó inmediatamente en el punto de mira de los
militares. Méndez emprendió algunas tímidas reformas sociales e hizo gestos
de buena voluntad hacia la guerrilla campesina recién organizada, pero tales
movimientos fueron sistemáticamente torpedeados por las acciones
terroristas de la extrema derecha y la extrema izquierda. Intentó atajar la
ola de violencia, asesinatos y secuestros con el estado de emergencia y la
restricción de libertades, sin mayores resultados. El 1 de julio de 1970 hizo
entrega de sus funciones al coronel (luego general) Carlos Arana Osorio,
candidato conjunto del PID y el MLN en las elecciones del mes de marzo.
Posteriormente fue embajador en México.

ÍNDICES

Justo Rufino Barrios


(San Lorenzo, Guatemala, 1835 - Chalchuapa, El Salvador, 1885) Político
guatemalteco, presidente de la república entre 1873 y 1885. Apoyó la sublevación
de Miguel García Granados contra el presidente Vicente Cerna en 1871. Nombrado
comandante en jefe del ejército, en 1873 fue elegido para suceder a García
Granados en la presidencia. Durante su gobierno acometió una serie de reformas
y debilitó el poder de la Iglesia. En 1879 fue elegido de nuevo presidente, ejerciendo
un gobierno personal y autoritario. Su gran ambición era integrar a los cinco
Estados independientes de América Central en una federación y, al no verse
apoyado por el resto de los países centroamericanos, declaró la federación por su
cuenta y se dispuso a sostenerla con las armas. Murió en el campo de batalla,
cuando trataba de invadir con sus tropas el pueblo salvadoreño de Chalchuapa.

Justo Rufino Barrios

A Justo Rufino Barrios se le conoce como "el Reformador" por haber llevado a
cabo una serie de cambios en la sociedad guatemalteca en distintos ámbitos
(económico, religioso, social) a finales del siglo XIX. Había nacido el 19 de julio de
1835 en el pueblo de San Lorenzo, departamento de San Marcos. Apenas recibió
instrucción primaria, pero cursó estudios de notariado para complacer a sus padres.
Barrios fue guerrillero a las órdenes del mariscal Serapio Cruz. Luego participó en
la derrota del mariscal Vicente Cerna durante los movimientos revolucionarios de
1871, encabezados por Miguel García Granados, que preparó desde su exilio en
México. Junto a éste inició un levantamiento y ambos fueron apoderándose de
Tacaná, San Marcos, Retalhuleu, Laguna Seca, Antigua y Patzicía, donde se firmó
un acta en la que se rechazaba al gobierno de Cerna y se nombraba a García
Granados como presidente provisorio. Más adelante, Barrios se convirtió en
ministro de Guerra y organizó levantamientos en el Altiplano guatemalteco, hasta
tener completo dominio del territorio.

Aunque las ideas de García Granados no eran anticlericales, Justo Rufino Barrios
puso en práctica su anticlericalismo, bajo su cargo de representante del poder
ejecutivo, al decretar, por ejemplo, la nacionalización de los bienes de la Compañía
de Jesús, o cuando ordenó la desaparición en Guatemala de la Orden de
Congregantes de San Felipe de Neri, que sólo contaba con tres monjes. Pero el
golpe de gracia de Barrios, que produjo la extinción absoluta de todas las
comunidades religiosas del país, llegaría después; sus bienes serían nacionalizados, y
a sus miembros se les devolvió la personalidad civil.

Elegido presidente el 4 de junio de 1873, los decretos siguientes de Barrios


tuvieron gran importancia política. Todos estaban calculados para hacer realidad el
movimiento revolucionario, organizar el nuevo Estado y consolidarlo firmemente
en suelo guatemalteco. Una de sus primeras acciones fue decretar el estado de
excepción; el ala política de los liberales pronto se dio cuenta de su debilidad y
supo quién era el hombre fuerte. Las medidas de su gobierno mantuvieron la línea
contraria a la Iglesia y en 1873 se nacionalizaron sus bienes, que se destinaron a
la creación del Banco Nacional. Cuando Barrios consideró que la paz se había
restablecido, emprendió la transformación de la administración estatal y de su
soporte legal, así como la realización de obras públicas y la secularización de la
educación, del matrimonio, de los cementerios y de los testamentos.

Buena parte de sus objetivos se centraron en consolidar su poder anulando a los


opositores y a los propios liberales, censurando la prensa y legislando la capacidad
represiva del Estado contra rebeliones y conspiraciones. Al mismo tiempo buscó
centralizar el poder a través del fortalecimiento del Ejército y de las fuerzas de
seguridad, así como con la designación de jefes políticos (fundamentalmente
militares) y, por último, por medio de una reforma municipal que se convirtió en
un ataque a la vieja tradición autonomista. A su vez, supo mantenerse por encima
de su propio partido y formar gabinetes con los conservadores, dejando claro que
el centro de su objetivo era económico. Contó con el apoyo del sector comercial,
que vio con beneplácito el impulso del comercio, en especial del exterior. En
términos culturales, impulsó una reforma educativa sostenida en las ideas
positivistas.

Todo ello permitió a Barrios llevar adelante lo más ambicioso de su política: el


control del nuevo sector terrateniente sobre la tierra y el trabajo. En 1877 abolió
el censo enfitéutico (alquiler con derechos perpetuos de usufructo) y legalizó el
sistema de trabajo forzado con el Reglamento de Jornaleros, y un año más tarde
con la Ley contra la Vagancia. El primero ayudaba a liberar el usufructo de la
tierra para convertirla en propiedad privada, mientras que los otros dos ofrecían
a los terratenientes mano de obra barata y fácil de endeudar. Esos fructíferos
años también sirvieron para el impulso de leyes relacionadas con el comercio, el
fisco y el sistema de propiedad. Dio además un importante impulso al desarrollo
de las infraestructuras: habilitó puertos, inauguró la primera vía férrea y estableció
servicios de transportes urbanos.

En 1879 la Constitución liberal fue finalmente promulgada, después de que Barrios


gobernara durante seis años con medidas de excepción. Barrios justificaba que la
fase dictatorial había sido necesaria y, sólo habiéndose consolidado los principios
pragmáticos de su gobierno, podría pensarse en legitimarlo con períodos
democráticos. No obstante, había tenido tiempo suficiente para eliminar los
obstáculos que le planteaban los políticos liberales que exigían legalidad y el derecho
a participar en los asuntos del gobierno, detrás de lo cual se ocultaba el interés
por disfrutar del poder más que una verdadera asimilación de los principios
democráticos. Por otra parte, la Constitución refrendaba los objetivos de los
liberales, centrados en agilizar el derecho de propiedad.

Realizadas las elecciones constitucionales, Barrios fue elegido presidente. Esta vez
tenía una Constitución que reafirmaba el presidencialismo y le permitía mantener
un poder legislativo subordinado y dedicado a legalizar leyes prácticas para el
desarrollo de su proyecto. A partir de entonces profundizó en la institucionalización
del poder liberal, así como en el entramado de su poder a través del Código Militar
(1878) y de la Ley Orgánica del Gobierno Político de los Departamentos (1879).
Un poder instrumental que reafirmó con la facilidad que le daba la Constitución
de suspender las garantías para mantener quieta a la oposición. Esta última, más
que provenir de los conservadores o de nuevas expresiones políticas, procedía de
su propio partido, destacándose la figura de Lorenzo Montúfar, conocido
intelectual y político que terminó por exiliarse en Costa Rica.

Barrios, como antes había hecho Rafael Carrera, también buscó superar las
fronteras de Guatemala e incidir en Centroamérica para su bien interno, así como
expandir geográficamente sus planes e ideas para convertirse en el indiscutible
hombre fuerte del istmo. En 1875, aliado con Honduras, volvió a replantear el
ideal de la unidad centroamericana, consciente de que ésta sólo podía lograrse con
la unanimidad liberal. A partir de esos años mantuvo una constante presión e
intervencionismo en los países vecinos, en especial contra los gobiernos hostiles
salvadoreños, los eternos rivales de los guatemaltecos. Entretanto, buscó evitar
conflictos con su vecino del norte, México. En 1882 firmó con ese país un
controvertido tratado en el que aceptaba el statu quo de la incorporación mexicana
de los territorios de Chiapas y Soconusco, y además le cedía más territorio del
que recibía Guatemala.
Mientras tanto, los gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala se propusieron
reactivar la unidad; pero Barrios no se fiaba porque sus interlocutores podían
pretender un poder similar al suyo. De esta manera, en 1883 intervino en
Honduras para derrocar a su amigo Marco Aurelio Soto. En 1884 convocó una
cumbre para discutir la unión, pero los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica no la
aceptaron, por lo que decidió proclamar a su nombre la Unión Centroamericana y
obligar al resto de gobiernos a aceptarla por medio de las armas. El Gobierno
salvadoreño se negó y pronto Barrios preparó la invasión a ese país. No tuvo
éxito: en abril de 1885 Justo Rufino Barrios cayó muerto durante la batalla de
Chalchuapa, en territorio de El Salvador.

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