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Intersecciones entre psicología social y psicología educativa

Yenni Yoad Rivera Blanco

Desde siempre, las sociedades han procurado por distintos medios la preservación de
valores y sus formas de preservarlo, que a su vez han transformado en normas para la
convivencia. Una de estos medios ha sido la educación. La educación bien puede definirse como
la transmisión y el cultivo de ideas y conocimientos producto de toda la humanidad, así como de
una cultura particularmente. A partir de esta sencilla definición podemos darnos cuenta que uno
de los primeros asuntos de los que se ocupa la educación es el conocimiento. En consecuencia, la
forma de enseñar depende significativamente en la forma como se concibe el conocimiento: ¿qué
conocimientos debe saber el aprendiente?, ¿cómo debe aprender y cómo se cree que aprende?,
son preguntas que pueden orientar las formas en cómo se concibe la educación. Todas las
creencias alrededor de la educación que históricamente han surgido bien se pueden enmarcar en 2
tradiciones: la tradición exogénica y la endogénica. Para ello, nos remitiremos a traer a colación
dos textos tales como “Ideas para tejer: Reflexiones sobre la educación en Colombia 2010 –
2018”, una recopilación sobre la realidad de la educación en nuestro país sobre cada contexto
atendiendo a cada necesidad, aportes, entre otros; Por otro lado, Kenneth Gergen, publica en
2007 un texto sobre el Constructivismo social: Aportes para el debate y la práctica”, dos textos
que permiten ligar cómo está dada esa construcción de la sociedad en la práctica desde la
educación y de ésta manera, evidenciar cuáles han sido esos aportes de la misma psicología a la
crítica social en la educación.

En primera medida, es en ambas tradiciones donde existe el dualismo mente-mundo, en


consecuencia, la educación se concibe también como los modos en los que el conocimiento se
transmite a los estudiantes. La tradición exogénica hace hincapié en la observación del mundo,
por tanto, los modelos de enseñanza se basan en métodos de comprobación objetiva pues
consideran que los valores personales y las emociones, interfieren en el proceso de aprehensión
apropiada del mundo. Como resultado, el estudiante es considerado como una tábula rasa en la
cual se deben inscribir los valores y conocimientos de la cultura, causando que los contenidos que
van a ser trabajados son de carácter científico, pero más que los contenidos es el proceso que
cada estudiante realiza para lograr comprender estos contenidos.

En la tradición endogénica -por otro lado-, el dualismo mente-mundo parte desde el


individuo hacia el mundo, por tanto hace hincapié en sus procesos de pensamiento y en la forma
en la que procesa la información; en consecuencia, en la enseñanza endógena hay un énfasis en
los valores intrínsecos del ser humano, así sus métodos de enseñanza pretenden conducir al
estudiante a potenciar su dimensión intuitiva y lógica, ya que se centra en actividades de
argumentación y razonamiento lógico.

Por otro lado, las teorías de Piaget, aspiraron a conciliar ambas posturas partiendo del
carácter individual y personal del conocimiento (irrepetible en otro ser), lo que hace que la forma
de aprender sea diferente para cada persona. Sin embargo, no de manera radical, pues el que
aprende se encuentra inmerso en una cultura, por lo que los conceptos no son propios de él sino
de la cultura, lo que le es propio es la forma de aprehenderlos bajo la directriz de su sensibilidad
empírica y su situación individual (sus vivencias, familia, etc.) que influyen en cómo asimilar y
acomodar los conceptos y el conocimiento. Así pues, el aprendizaje es dado en la unión sustancial
de los conocimientos nuevos con los que ya se poseían, vinculando de esta manera la mente y el
mundo, -ambas provistas de contenido que interactúa en una y otra dimensión-.

Sin embargo, el problema del aprendizaje no se trata de lo que está adentro o afuera. Hay
otros factores importantes que se dejan de lado, como, qué conocimientos se están dejando de
lado y cuáles están siendo privilegiados. Si viéramos el conocimiento como una posesión
exclusiva del individuo, sólo se le daría importancia a factores como el éxito o el fracaso personal
y se deja de lado el carácter social del conocimiento, que por demás es intrínseco a este, pues el
conocimiento se basa en las relaciones que establece con otros saberes y su vinculación con el
mundo.

El conocimiento tiene un importante asidero en las relaciones que establecen las


personas para relacionarse, pues el conocimiento encierra la posibilidad de transformación; el
sentido del conocimiento se establece en las relaciones de significado que establecen
coordinadamente las personas.
El construccionismo social rescata el valor del uso del conocimiento en el que este
desempeña un papel de transformación que brinda al estudiante la posibilidad de reflexionar
sobre los problemas sociales, y esto repercute en la posibilidad de rescatar saberes no
privilegiados, pues, como se señaló anteriormente, el conocimiento tiene una importante
dimensión social. En efecto, el construccionismo social rescata el valor social del conocimiento
más no desvirtúa las tradiciones exogénicas ni endógenicas, sino que brinda la posibilidad de
considerar otras epistemologías que vinculan los caracteres heterogéneos de los sujetos para que
puedan reflexionar en su entorno social, por tanto, dialoga con las disposiciones de las tradiciones
endogénicas para promover los saberes necesarios para desarrollar las competencias
argumentativas y las formas para aprehender apropiadamente el mundo para asir con más
precisión los saberes particulares de su entorno social. (Fundación de empresarios por la
educación, 2018)

En conclusión, la mirada desde el construccionismo social pretende salvaguardar las


brechas existentes entre la educación y la sociedad, y así como el tejido social, que por medio de
acciones de unos se complementen con las de los otros, particularmente en el contexto educativo,
la relación de estudiantes y maestros, donde las acciones de unos, los estudiantes, son
retroalimentadas en la interacción por los maestros y juntos.

Más aún, ni las conferencias ni los libros pueden determinar el significado que les será
asignado. Abren sólo una variedad de alternativas entre las que los estudiantes posiblemente
seleccionarán diferencialmente. Por medio de retroalimentación y evaluación, el profesor puede
estrechar el rango de alternativas, llevando a los estudiantes hacia las secuencias “aprobadas”.
(Gergen, p. 219).

A su vez, esta relación está mediada por las interacciones con la sociedad civil para el
desarrollo de aprendizajes y la protección e integración de territorios en la periferia, donde “se
busca entre otras cosas, transformar los imaginarios que ubican estos territorios en la carencia y
la imposibilidad. Implica también transformar la idea de que el estudiante debe adaptarse al
sistema educativo independientemente de su procedencia o situación” (Fundación de empresarios
por la educación, 2018).
Referencia

Fundación de empresarios por la educación. (2018). Ideas para tejer: Reflexiones sobre la
educación en Colombia 2010 - 2018. Resumen. Asoma Criterio Editorial Ltda.

Gergen, K. (2007). Construccionismo social: Aportes para el debate y la práctica. Bogotá D.C,
Colombia. Universidad de los Andes. Facultad de Ciencias Sociales

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