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Neoliberalismo y Falsos Positivos

El sistema político y económico Neoliberal tiene como base y fundamento la libertad del
mercado sin ninguna restricción, esto es, la libre ejecución de sus actos sin estar sujetos a
condiciones como lo son: las regulaciones de la actividad económica que imponen los
Estados, que comprenden ámbitos sociales, económicos y culturales como son el caso de
las normas laborales, los impuestos de renta, las normas de protección de derechos
colectivos, entre otras; estas condiciones entorpecen de algún modo el libre ejercicio del
mercado ya que generan un obstáculo para el desarrollo económico interno de las grandes
empresas, dificultando o reduciendo sus ganancias.

Las políticas neoliberales se han encargado de reducir esos obstáculos a partir de discursos
sobre la importancia del crecimiento económico y la industrialización ya que sin esto los
Estados estarían completamente desconectados del mundo globalizado, como es el caso del
“Consenso de Washington”, estos discursos luego fueron llevados, como ya hemos visto, a
políticas públicas de desarrollo y a normas las cuales se hacía prevalecer el interés de los
particulares, con dinero por supuesto, como las multinacionales y el capital privado, con
esto se empezaron a hacer políticas internas que mitigaba el alcance estatal de regular
aspectos económicos. Las políticas neoliberales debilitan al Estado, ya que le quitan la
capacidad de regular y debilitan el accionar estatal.

Por lo establecido anteriormente se puede decir que en el actual Estado Social de Derecho
existe ineficacia y poca penetración de los sistemas legales y que el Estado no está
anteponiendo el bien común, esto puede ser consecuencia de su poca capacidad de regular y
la poca implementación de políticas públicas para lograr los cometidos de bienestar de la
población, el Estado también es muy distante a su población más vulnerable y se centra
más en los mayores sectores, como es la industria, lo que propicia la desigualdad, ya que se
está brindando las condiciones para el desarrollo de un sector, dejando de lado a otro y no
garantizando los derechos de toda la ciudadanía, como es el caso de las minorías indígenas,
poblaciones vulnerables, campesinos, afrodescendientes y demás minorías 1

Por lo anterior se ha establecido que las políticas neoliberales están directamente


relacionadas con el incremento de la desigualdad social en los países, como es el caso de
Colombia, como lo menciona el autor Flavio Gaitán en su texto sobre Crecimiento,
desigualdad y pobreza en el capitalismo periférico, La pobreza, en ese sentido, es producto
de la desigualdad entre extremos, situación que provoca la exclusión/inclusión diferencial
de las mujeres y los hombres pobres. Exclusión si se lo entiende como una situación de
marginación del disfrute del producto social 2. Si bien es cierto que nuestra sociedad no
puede ser igualitaria en su totalidad por las diferentes dinámicas sociales, como la
existencia de clases sociales, la desigualdad genera, no solo la segregación de algunos
grupos considerados indeseables, sino que además la existencia de una disputa interna entre
estos grupos por adquirir bienes y servicios básicos.

Esta exclusión social y económica derivada de las políticas neoliberales ha generado


problemas sociales muy profundos, como lo es la desigualdad y el aumento de la brecha
entre podres y ricos, en donde la pobreza se mide en estándares maquillados pero la
realidad refleja una total carencia de los mínimos vitales y en nuestro contexto colombiano,
esto se ha evidenciado aún más, ya que lo anterior sumado a nuestra marcada historia de
violencia y la existencia de grupos armados al margen de la ley, bandas criminales
organizadas y las llamadas autodefensas o grupos armados paraestatales; esta mezcla de
abandono estatal y violencia generalizada, ha suscitado la perdida de legitimidad del Estado
para controlar estos fenómenos, haciendo que las personas se deprendan del mismo Estado
y por su puesto de sus gobernantes, causando de esta manera un afán por parte del Estado
en legitimarse ante el surgimiento de organizaciones al margen de la ley que amenazan la
soberanía Estatal y ponen también en peligro la continuidad política tradicional, es decir de
las elites políticas y sus discursos para gobernar. Lo anterior lleva a los gobernantes a

1 O'Donnell. G.. (2003) Acerca del Estado en América Latina Contemporánea. Diez tesis para discusión.
Universidad de Notre Dame.

2 Gaitán. F (2010) Pobreza y desigualdad en América Latina y el Caribe: Crecimiento, desigualdad y pobreza
en el capitalismo periférico análisis de los países latinoamericanos. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales – CLACSO. P. 165
plantear una solución para recuperar su legitimidad, pero esta solución tendría que ser
ajustada a derecho y a los preceptos constitucionales que nos gobiernan, además responder
a problemas estructurales como la desigualdad y el conflicto generalizado, es decir una
solución integral; pero la realidad es muy diferente ya que en Colombia como en América
Latina se ha optado por una medida muy “neoliberal” que consta de controlar y contener
los desórdenes y fortalecer el déficit de legitimidad a partir de políticas penales en aras a la
seguridad, en donde se fortalecen las normas penales y sus instituciones 3. A lo anterior se
lo denomina populismo punitivo, que es básicamente la utilización de los preceptos y
normas penales en las campañas electorales, por parte de los políticos, con los cual
pretenden ganar más votos sacando ventaja de la inseguridad y el temor de las personas.

En Colombia en el marco de la política de Seguridad Democrática del ex presidente Álvaro


Uribe Vélez, y con el fin de recuperar la soberanía y legitimidad se estableció un discurso
legitimador de una de las peores atrocidades de las tantas de nuestro país, en donde se
despojaba de su humanidad a unos ciudadanos mal llamados desechables, los cuales eran
personas que tenían carencias económicas extremas o estaban en la drogadicción o hasta en
algunos casos eran simples campesinos, los asesinaban vilmente para luego
instrumentalizarlos con el solo propósitos de hacerlos pasar como miembros de las bandas
disidentes de nuestro país, esto en pro de operaciones militares que según el ideal popular
llevaban seguridad a los hogares y nos hacían sentir protegidos, en pocas palabras el
discurso de “derecho a la seguridad”, desconociendo la realidad de estas operaciones, a
este suceso se lo llamo “falsos positivos” que no son otra cosa que crímenes de lesa
humanidad, perpetrados por el mismo Estado y sus gobernantes4; en este sentido los falsos
positivos son el producto, por un lado de la falta de regulación estatal, ya que solamente un
Estado muy débil democráticamente y poco comprometido con los derechos fundamentales
y de las minorías permitiría esto, además la poca legitimidad del Estado, ya que si en un
principio no existiera la necesidad de legitimarse no hubiese optado por este medio, además

3 Wacquant, Loïc. “La militarización de la marginalidad urbana: Lecciones desde la metrópolis brasileña”, en
Cuadernos de estudios sobre sistema penal y derechos humanos. Grupo de Estudios sobre Sistema Penal y
Derechos Humanos. 2010, pp. 8-22.
4 Londoño Berrío, Hernando León. “Las funciones políticas de la muerte. Ejecuciones extrajudiciales en
Colombia, 2002-2010”, en Abya Yala. Revista Sobre Acesso À Justiça E Direitos Nas Américas, Brasília, v.2, n.3,
ago./dez. 2018, pp. 1-37.
esa falta de legitimidad es producto de las políticas neoliberales que permean nuestro
sistema jurídico, también es producto de la desigualdad, la cual es ocasionada también por
las mismas políticas económicas que solo favorecen a un sector dela sociedad, y por último
y a raíz de lo anterior esta la falta de oportunidades laborales y de educación, causadas por
la misma exclusión social y la incapacidad del Estado de brindar bienestar a sus
ciudadanos.

Con los falsos positivos el mismo Estado desconoció la existencia de un problema


estructural que no solo acarreaba la situación violencia y conflicto en nuestro país, sino
también a la existencia desigualdad, y la situación de pobreza extrema y total abandono de
algunos grupos sociales, propiciándose de esta manera que tras descubrirse que los dados
de baja en los combates no eran integrantes de los grupos subversivos, sino que eran civiles
que en algunos casos tenían condiciones de marginalidad, drogadicción, pobreza extrema y
en algunos casos eran llamados “gamines” la sociedad continuara aceptado estos crímenes
justificando el acto como valido ya que los dados de baja no eran más que el desecho de la
sociedad, continuaron aceptando y normalizando estos atroces actos con la justificación
neoliberal que no eran más que una carga para la sociedad y que lo mejor fuera inocuizarlos
para evitar un problema mayor a futuro.

Al hacer este análisis podemos ver que desde el principio del escrito todo se conecta porque
las políticas neoliberales no son otra cosa que la exteorización de los interese de algunos
que pasan por encima de los intereses de otro más vulnerables por el simple hecho que
pueden hacerlo y les es conveniente, los falsos positivos no es más que la manifestación del
abandono estatal a causa de su poca capacidad de democratizar y proteger, también la
ausencia de un discurso de “seguridad de los derechos”.

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