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FILOSOFÍA. Filos.

El problema filosófico puede ser estudiando desde dos puntos de vista: el sistemático y
el histórico.
Origen de la palabra filosófica. La palabra filosófica es de origen griego. No se encuentra usada en los
primeros tiempos de su literatura y aparece al principio con una significación muy vaga y general, designado todo
esfuerzo del espíritu para ilustrarse, según su etimología, filósofo es el que ama la sabiduría, el que tiene gusto por todo
aquello que satisface una necesidad intelectual o normal. En las Historias de Herodoto se dice que solón ha recorrido
varios países como filosofo para conocerlos, con lo cual parece adivinarse ya el carácter contemplativo y el espíritu de
observación que caracteriza a todo filosofo. En su relato de la Guerra del Peloponeso, otro gran historiador, Tucídides,
pone en boca de Pericles el término filosofar, buscar la verdad, en sentido paralelo a gustar la belleza.
Los primero griegos que se ocuparon de la filosofía eran hombres dedicados a la ciencia, que con sus
observaciones é hipótesis inauguraron el primer periodo de la especulación, emancipándola de la poesía gnómica, de
la teogonía primitiva y de la moral popular. Una tradición de sospechosa autenticidad á juicio de los modernos
historiadores de la filosofía atribuye á Pitágoras la fijación del sentido de la palabra filosofía. Pitágoras, dice Diógenes
Laercio, fue el primero que se llamó Filosofo, y conversando familiarmente en Sición con Leonte, como refiere
Heráclides de Ponto. “Ninguno de los hombres, dijo Pitágoras, es sabio: lo es solo Dios”. Comparaba Pitágoras según
dice Sócrates en las sucesiones, la vida humana á un concurso festivo de todas gentes; pues así como unos vienen á él
á luchar, otros a comprar y vender, y otros que son los mejores, á ver, también en la vida unos nacen esclavos de la
gloria, otros buscadores del lucro y otros filósofos, amantes de la virtud. En la dificultad de comprobar la verdad del
hecho del hecho, puede, sin embargo, afirmase que los que después se llamaron filósofos, eran conocidos con los
nombres de sofoi ó sifistai, antes de que la primera palabra se considerara presuntuosa y a la segunda cayera en crédito.
Según la opción de Ritter y Preller (Historia Philosophiae graecae, 3), Heráclides atribuyó á Pitágoras, conocido por
su dogmatismo, lo que era propio de la modestia socrática.
En el círculo de los discípulos de Sócrates, una vez encauzada por éste la investigación filosófica en un
sentido más concreto y más humano, la palabra filosófica fué tomando un sentido más preciso. Al problema
cosmogónico vienen á unirse ó, mejor quizá, á anularlo, el problema moral y el del conocimiento. Pero Platón ensancha
los ámbitos de la filosofía y da consistencia y unidad á los múltiples problemas del pensamiento y de la acción; en sus
diálogos es donde aparece por primera vez la concepción más sólida de la filosofía, ora como ciencia universal, ora
como especulación sobre las creencias fundamentales del espíritu.
Caracteres de la especulación filosófica. El conocimiento filosófico tiene caracteres inconfundibles. La
razón lógica de su existencia ha de buscarse en la necesidad de una disciplina, dirigiendo su especulación á las raíces
mismas de la existencia. “Su definición misma envuelve la idea de una supremacía universal; ella no recibe leyes, sino
que las da” (Cousin, Cours D’histoire de la Philosophie Moderme, I). Su posibilidad no depende de una extensión
mayor ó menor del campo de la experiencia, antes al contrario, ésta se nos ofrece en una constante sucesión de hipótesis
é interpretaciones que confirman cada vez más las intuiciones supremas de la razón y los principios inmutables del
orden lógico. El hombre puede llegar naturalmente, por sus propias fuerzas, a la demostración de las verdaderas teóricas
y prácticas cualquiera que sea el estado en que se encuentran las ciencias especiales de la naturaleza. Realiza este
conocimiento ya basándose en la experiencia, interna y externa, ya actuando sobre las ideas primeras que están
implícitas en nuestras representaciones.
Su función primordial se caracteriza por ser á la vez abstractiva y sintética. Bacon decía: Philosophia
individua dimittil; neque impressiones primas individuorum, sed notiones ab illis abstractas complectitur… atque hoc
prorsus officium alque opificum rationis y santo Tomas: Sapientia ipsa ast quasi architectonica respectu ómnium. Aun
para aquellos que exageran al aspecto formal de la filosofía, como Herbart, su acción abarca todos los dominios del
saber: propónese la elaboración de los conceptos, y la eliminación de las obscuridades y contradicciones con que
aquéllos aparecen envueltos. Esta labor no sería posible sin el vigor de la facultad reflexiva; por esto se ha considerado
característico del pensar filosófico el grado supremo de abstracción, que permite considerar los seres en sus propiedades
y formas más generales. Pero hemos de ver cómo le competen también otros dominios de la realidad cognoscible.
El fundamento de la especulación filosófica y la justificación última de sus verdades no debe buscarse más
allá de los medios naturales de conocimiento. El fideísmo y el tradicionalismo limitan de tal modo el campo de la
Filosofía, que la reduce casi a la categoría de una creencia. En principio, pues puede considerarse determinada la
Filosofía como una tentativa de explicación coherente del Universo, según los resultados de la experiencia y la
exigencias de la razón.
Definiciones de la filosofía. En general, las definiciones de la Filosofía carecen de precisión por su excesiva
amplitud o por querer fijar en un elemento predominante el factor que determina su extensión. Algunos han atendido
solo al aspecto formal del conocimiento filosófico, o su universalidad, llamándola arte de las artes y ciencia de las
ciencias; doctrina de la ciencia (Fichte), la razón de las cosas (Laromiguiére), ciencia del conocimiento humano
(Gallupi), ciencia de las ideas (Trendelenburg) y ciencia de la verdad, de la bondad y de la belleza (Fries). Igual
vaguedad tienen las definiciones: ciencia del ser como ser, y ciencia de lo posible en cuanto puede existir (Wolf).
Muchas definiciones de la Filosofía pretenden hacer enumeración de los objetos que caen bajo su cometido. Bossuet,
reproduciendo el concepto platónico-agustiniano, la hacía consistir en el conocimiento de Dios y de sí mismo. Jouffroy,
en la ciencia del hombre intelectual y moral en sus relaciones con dios y con el mundo. Bonald, ciencia del hombre,
de Dios y de la sociedad y con carácter positivista y racionalista. Renan la llama estudios de la naturaleza y la
humanidad.Considerando que las ciencias suministran los materiales a la Filosofía, Comte la definía como la
explicación de los fenómenos del universo; Ueberweg, como la ciencia de los principios de las cosas cognoscibles por
medio de las ciencias especiales; Lewes, como la sistematización de los conceptos suministrados por la ciencia;
Paulsen, como el contenido de todos los conocimiento científicos y Wundt, como la ciencia general que tiene por objeto
reunir en un sistema indiscutible los conocimiento generales proporcionados ´por la ciencias particulares.
Concepto integral de la Filosofía. Las definiciones más completas de la Filosofía han tenido en cuenta los
dos aspectos fundamentales de esta investigación, el formal, bajo el cual la filosofía es la ciencia universal y que el
objetivo que asigna a la misma un dominio especial de conocimientos. Así, para Platón la Filosofía no es solo la ciencia
suprema, sino que debe servir de norma a la conducta humana y a la gobernación del Estado. Su objeto no son las cosas
sensibles que están en perpetuo devenir, sino lo inmutable é imperecedero, las ideas. En su sistema la dialéctica ó
metafísica ocupa una posición preeminente, en cuyos últimos confines se encuentra la idea del Bien Sumo; la Física
cede el paso á la Moral, bajo la influencia socrática. Pero á su vez la filosofía es una síntesis general del Universo, que
harmoniza el saber con la virtud, convirtiéndose en la verdadera sabiduría.
En Aristóteles se dilata el campo de la Filosofía; predomina la Física que lleva como cortejo todas las ciencias
naturales, organiza la Psicología que basa en la experiencia, concibe la Lógica como un órgano ó instrumento del
saber... Sin embargo, la verdadera filosofía o la filosofía strictu sensu es la que llama primera y que más tarde recibió
entre sus comentaristas el nombre de Metafísica. Su objeto es el ser como ser, ó de una manera más precisa en el
lenguaje del Liceo la esencia universal de lo real, la ciencia de los primeros principios y de las ultimas causas, la cual
se eleva hasta la razón última del ser y del pensamiento, la Divinidad; de aquí su denominación de teología.
Fundamentalmente las concepciones platónica y aristotélica de la Filosofía coinciden. La Escolástica
inclinándose al Peripatetismo conservé el carácter universal de la Filosofía, distinguiéndola por parte de la ciencia y
por otra de la Teología. Completó bajo este aspecto la definición ciceroniana: Divinarum humanarumque rerum, tum
imtiorum causarumque cuiusque rei. Su concepto de la Filosofía es el de una ciencia de las cosas por sus últimas
razones adquirida con la luz natural del entendimiento.
Para Bacon, la Filosofía comprende tres objetos: Dios, la naturaleza y el hombre, pero por ser las diversas
ciencias como las ramas de un árbol que parten de un solo tronco, conviene constituir una ciencia universal que sea
como la madre común de todas las restantes: esta es la filosofía primera ó sabiduría, la cual considera lo que de más
elevado tienen las cosas, esto es, los axiomas comunes y las propiedades trascendentes de los seres.
En Descartes subsiste la Filosofía como ciencia universal y con carácter a la vez teórico, practico, científico y
especulativo. No hay alma tan desprovista de nobleza, dice, y tan fuertemente apegada a los objetos de los sentidos que
no los olvide alguna vez para aspirar a otro bien más grande… el conocimiento de la verdad por sus primeras causas,
esto es, la sabiduría cuyo estudio es la filosofía. Su método consiste en buscar las causas primeras y los verdaderos
principios, de los cuales se puedan deducir las razones de cuanto es posible saber.
Para Kant el objeto de la Filosofía es determinar los conceptos a priori del conocimiento y de la acción y
formar con ellos un sistema coherente. La Filosofía es la ciencia de las leyes de la actividad primitiva o espontanea de
la razón, según las cuales se desenvuelve el conocimiento. Es pura, si se funda solamente en principios anteriores y
superiores a la experiencia; es empírica, si los saca de la experiencia; es teórica, si determina un objeto; es práctica, si
lo realiza; la primera es la ciencia de la naturaleza; la segunda, lo es de la libertad; pero en síntesis, la verdadera filosofía
es para Kant la crítica de las leyes a priori del entendimiento y de la voluntad, la cual arroja un resultado negativa en
la primera y positive en la segunda, respecto a las verdades supremas del espiritualismo tradicional: Dios, alma y
libertad.
Es, sobre todo, en la dirección empírica inglesa donde se ha restringido más el concepto de la filosofía.
Conviértase la filosofía en una ciencia especial, al lado de otras ciencias su misión se reduce a un análisis de los
fenómenos de conciencia, ó de las facultades del alma. Para Locke es el estudio del entendimiento humano; Berkeley
la define como un esfuerzo hacia el conocimiento y la verdad; pero lo mismo que Hume le asigna como objeto la
naturaleza humana. Por este camino, Condillac la reducirá al análisis de las sensaciones, y 1os ideólogos a una
descripción y clasificación de las representaciones. El mismo Reid, que tan distanciado se halla en las cuestiones
fundamentales del escepticismo y del idealismo, define la Filosofía como la ciencia del espíritu .humano, y su discípulo
Dugald Stewart cree interpretar fielmente a su maestro, cuando preconiza la constituci6n de la Psicología en forma
análoga a la Física experimental.
Después de Kant, la filosofía como ciencia universal se ha desarrollado en el sentido de una concepción
monista, elaborada según las exigencias del método constructivo ó a priori. La dirección del idealismo absoluto
contrapuso nuevamente la filosofía a la ciencia, y esto explica la extensa simpatía con que se vió favorecido desde sus
comienzos el positivismo y el evolucionismo. Al mismo tiempo aparecen una serie de posiciones intermedias entre el
idealismo absoluto y el positivismo evolucionista, las cuales se acercan a la concepci6n .de la filosofía como ciencia
general y como disciplina especial. La dificultad está en determinar cuál es este dominio propio de la Filosofía. La
Lucha por un concepto unitario de la Filosofía, después de la crisis iniciada por Kant, produjo en el siglo XIX el
fenómeno de la desproblematización de la Filosofía, forma anómala, diríamos, de la separación que naturalmente ha
tenido lugar en el curso de la historia, 'entre las ciencias especiales y la Filosofía; habiendo llegado á considerarse los
problemas de la conciencia, el epistemológico y el moral como capítulos de las ciencias naturales.
Actualmente subsisten cuatro direcciones principales les con relación al problema fundamental de la
Filosofía: la neopositivista, que considera la Filosofía como s el sistema general de la ciencia, o filosofía científica; la
idealista, de abolengo hegeliano, que tiende a excluir de la Filosofía todo lo que no sea obra del pensamiento una
modalidad del espíritu; la escolástica, que se atiene á la doctrina aristotélica en cuanto se halla e confirmada por los
resultados científicos, y la espiritualista, para la cual la Filosofía es el sistema de las ideas y de los principios, en
conexión con el problema psicológico y las disciplinas llamadas de los valores.
Filosofía y ciencia. Spencer se fija en la unidad que n persigue toda labor, exploradora de la realidad para
caracterizar el conocimiento filosófico enfrente del vulgar y del científico. La explicación vulgar carece de la virtualidad
impersonal que caracterizar a la filosofía y á la ciencia; pero mientras esta se detiene en mitad del camino, por así
decirlo, en lo que se llama leyes y causas próximas de los seres y de los hechos, la Filosofía se caracteriza por ser un
esfuerzo hacia la síntesis última del saber humano. Ahondando un poco en este concepto, observaremos que la
distinción entre el saber científico y el saber filosófico no es solo en extensión, sino en profundidad. La Filosofía no se
desentiende de ningún problema especial; el aspecto filosófico cuando se trata de la actividad humana, consciente y
libre, sino en todos los órdenes de existencia.
Pero sería erróneo creer que esta situación especial de la Filosofía le priva de un objeto propio. De la misma
manera que las ciencias naturales estudian grupos de seres desde un punto de vista distinto, lo cual no impide que la
Mineralogía y la Química, la Zoología y la Fisiología, por ejemplo, sean ciencias independientes, la Filosofía estudia
en el conjunto del Universo aquellas existencias que no caen bajo la inmediata percepción sensible y cuya realidad es
necesario reconocer, si no queremos que el saber científico carezca de una última fundamentación que le ponga á salvo
del relativismo agnóstico. “Es indudable que el espíritu humano concibe sobre todas las ciencias á que consagra sus
tareas una ciencia universal que las domina sin que ella dependa de ninguna otra... Mas esta ciencia primera, ¿es
asequible al hombre?.. Ya que no nos sea dado subir de un golpe a las regiones de esta ciencia, obedeciendo á ese
sentimiento que nos impele a investigar, veamos cómo podemos acercarnos á esa universalidad a que aspiramos... El
conocimiento cabal de la naturaleza y de los atributos de la divinidad, nos revelaría las demás existencias y la razón
suprema de las cosas. Mas como este conocimiento cabal no sea dable al filósofo, fuerza es buscar otro objeto que
abarque la mayor generalidad posible. Este objeto es el hombre... El conocimiento de la naturaleza de1 hombre envuelve
el todos los principios de toda verdad y de toda ciencia humana. Pero... ¿tenemos medios para alcanzar el conocimiento
del mismo? indudablemente: la serie de fenómenos que se desenvuelven en el interior del yo…Al conocimiento de los
hechos de conciencia seguirá el de las leyes de su producción, y la observación interna... nos mostrara los hechos
primitivos de nuestra constitución intelectual y más allá del campo de la experiencia el mundo de la razón. De esta
suerte, sin vernos limitados al conocimiento de los fenómenos y de las leyes que siguen en sus manifestaciones,
entraremos hasta donde posible sea en el mundo de las causas y de las substancias, así como las de las razones finales
de las cosas, á las condiciones de la verdad y de la justicia, y, finalmente, al conocimiento del Supremo ser” (Llorens,
De la unidad de la Filosofía).
Filosofía y Religión. Existen dominios comunes á la Religión y á la Filosofía: son principalmente los
problemas morales y metafísicos; de aquí la necesidad de aplicar un criterio de distinción formal entre el contenido de
ambos. Sin embargo, la verdadera filosofía no puede entrar en conflicto con la Religión; ni las verdades suprarracionales
pueden ser demostradas a la manera de las leyes científicas, ni la razón carece de fuerzas para llegar naturalmente a la
existencia de Dios, la espiritualidad del alma la creación del mundo. En aquellos problemas que son del dominio común
de la Religión y de la Filosofía, ambas se completan; la Religión no debe convertirse en Filosofía, y para lelamente la
Filosofía no puede suplir a la Religión. Explica esta por qué hay problemas en la Filosofía que necesitan una
confirmación más allá de la experiencia y de la reflexión individual; la Filosofía a su vez descubre las razones del
origen y etapas del desarrollo de las ideas religiosas; á esta finalidad responde la psicología historia y filosofía de la
religión, de limites todavía muy vagos e imprecisos.
Históricamente encontramos épocas y pueblos en que por su cultura especial la Filosofía aparece anulada por
el interés práctico y las creencias religiosas. Así ocurre en casi todos los países del antiguo Oriente. El último periodo
de la filosofía griega esta también caracterizado por el predominio de los problemas religiosos. La Filosofía patrística
se propuso como principal misión utilizar la Filosofía pagana en la fundamentación y defensa de las creencias del
cristianismo, La Edad Media continúa su obra. Sabido es cuan ardua fue en aquellos tiempos la polémica alrededor del
problema de las relaciones entre la Filosofía y la Teología. La Escolástica ensayo todas las formulas, llegando a la
distinción de los dos dominios: el del saber, por los medios naturales del conocimiento y el de la fe, por la autoridad
divina, y esta diferencia de base justifica el aforismo philosophia, ancilla theologiae. Ningún filósofo consigue hacerlo
con el acierto de santo Tomas de Aquino, quien afirma que la fe presupone el conocimiento natural y que la revelación
confirma y robustece las verdades demostradas por la razón humana. La Filosofía y Teología se distinguen por su objeto
y por su método, considerando que la Filosofía sirve para d demostrar ciertas verdades preliminares a la fe, para aclarar
por analogía ciertas enseñanzas dogmáticas y a para combatir las doctrinas contrarias a la Religión.
Las condiciones políticas y culturales con que empieza la época moderna, favorecen la separación de la
religión y de la filosofía. Un número considerable de pensadores sigue aceptando las fórmulas antiguas, pero el
movimiento naturalista llamado del iluminismo, continua la obra de contraposición, que culmina en la Enciclopedia.
El siglo XIX se encuentra frente a una posición agnóstica del problema religiosa, dedicando los teólogos su labor a
combatir todas las derivaciones del racionalismo religioso y de la incredulidad positivista. Sin embargo, desde principio
del siglo actual se inicia entre los filósofos una reacci6n favorable de Religión que se acentúa en los últimos años.
División de La Filosofía. La división más antigua de la Filosofía es atribuida por Xenócrates a Platón. Esta
división abarca la 1ógica, la física y la moral. Otra división general de la Filosofía, que coincide da con la de la ciencia,
es la de Aristóteles. Consiste agrupar todas las disciplinas en tres grupos: teoréticas, prácticas y poéticas. Ciencias ó
filosofías especulativas son las del conocimiento puro, la física, la matemática y la teología ó filosofía primera; las
prácticas, cuyo fin es dirigir nuestras acciones, son la ética ó moral individual, la económica ó familiar y la política.
Las Poéticas, son la Poética y la Retórica: quizá también la Dialéctica. Algunas escuelas antiguas acentuaron
el carácter práctico de la Filosofía, subordinando a él toda especulación, así de carácter experimental como racional.
Para Epicuro la filosofía era una “actividad que procura la vida dichosa mediante el pensamiento y el discurso”. Los
estoicos conservan á la lógica y á la física un carácter sustantivo; ellos fueron según refiere Plutarco los primeros que
definieron la sabiduría como la ciencia de las cosas divinas y humanas, y la Filosofía como el ejercicio de un arte útil.
Los escolásticos distinguían generalmente entre lógica, doctrina del ser de razón; física, del ser real concreto
y mudable; metafísica, del ser abstracto y del ser realísimo, y ética, del ser moral. Eliminada modernamente la Física
especial del cuadro de la Filosofía de incorporadas a la Metafísica las cuestiones trascendentales como filosofía de la
naturaleza, estos filósofos han adoptado la división wolfiana de Lógica ó Filosofía racional, Metafísica general,
Metafísica especial (Cosmología racional, Psicología racional, Teología racional) y Ética ó Filosofía moral.
Para Descartes la filosofía entera es como un árbol cuyas raíces son la metafísica; su tronco, la física, y las
ramas que de este tronco salen constituyen todas las demás ciencias; que se reducen á tres principales, á saber: la
medicina, la mecánica y la moral. La metafísica comprende no solo las cuestiones de la existencia de Dios y de la
inmortalidad del alma, sino cuantas nociones claras y simples existen en nosotros.
Para Lachelier la Filosofía es esencialmente, y aun si se quiere que la palabra tenga un sentido propio y
preciso, exclusivamente, la metafísica, que él define, reformando a su manera la idea de Aristóteles, por influencias
kantianas, en estos términos: la, ciencia de las condiciones a priori de la existencia y de la verdad, la ciencia de la razón
y de la racionalidad universales, ó la ciencia del pensamiento en sí mismo y en las cosas; la Psicología, la Moral y la
Lógica, más que partes de la Filosofía, son disciplinas filosóficas. Es muy general la distinción en la Filosofía de un
grupo de ciencias normativas que responden a la tricotomía: verdad, bondad y belleza: Lógica, Ética y Estética. Sin
embargo, ninguna de estas tres disciplinas es exclusivamente normativa. Contienen una serie de cuestiones que las
asimilan a las ciencias explicativas, y es 1ógico que así sea, pues el tránsito de la descripción de un orden de fenómenos
á la regulación adecuada de los mismos está determinado por un análisis reflexivo del contenido y forma de los juicios
de valor que caracterizan dichos sistemas de conocimiento; si así no fuera, la parte técnica absorbería totalmente su
esfera de acción y mejor podrían llamarse artes que doctrinas científicas ó filosóficas.
De una manera análoga se han agrupado alrededor del concepto de valor, las diferentes disciplinas filosóficas,
que no caben dentro de la Psicología y de la Metafísica. Rickert, contemporáneo, ha propuesto una clasificación,
teniendo en cuenta la especialidad de los valores, en función de las ideas de bien, y de la actividad característica del
sujeto. Las disciplinas correlativas son: Lógica, Estética, Ética, Erótica, Mística y Filosofía de la Religión.
Problemas filosóficos. Por el carácter de los problemas y por sus relaciones de dependencia y coordinación,
puede distinguirse entre la Filosofía propedéutica, constituida por la Psicología ó la Lógica y según otros, por ambas;
Filosofía sistemática que comprende la Teoría del conocimiento, la Ontología ó Metafísica y la Moral, y Filosofía
aplicada, en la que se incluyen todas aquellas disciplinas que tienen un fundamento filosófico. Puede igualmente
distinguirse entre problemas filosóficos genéticos y de valoración, según que tengan por objeto el estudio del origen y
formas de una categoría de actos ó fenómenos, ó la crítica del sentido y trascendencia de los mismos en relación con la
naturaleza intima de dichos procesos y con la totalidad de la vida del espíritu,
Hay un dominio especial de conocimiento que parece competer propiamente a la Filosofía. Sabemos cuan
difícil es separar la Psicología de la filosofía y cuan frecuente es identificar los puntos de vista psico1ógico y filosófico
en el estudio de los problemas. Existen numerosas escuelas en la Historia de la Filosofía que dan un carácter
predominantemente psicológico a sus investigaciones. En las crisis profundas de la Filosofía, se ha .partido siempre de
esta consideración para intentar una reforma de los sistemas. No hay, por último, doctrina filosófica que responda á la
concepción antes indicada de la Filosofía, que no acepte la reflexión psicológica como un momento especial por lo
menos del método integral especulativo. Las ciencias morales están en conexión directa con la Filosofía; podríamos
decir que en ellas el interés filosófico es doble. La prioridad del problema psicológico, que coloca á la Psicología en
una situación privilegiada en la Enciclopedia filosófica, puede justificarse desde el punto de vista empírico y desde el
punto de vista trascendental. Sin prejuzgar nada acerca del valor primario de la introspección, es precise reconocer que
no puede eliminarse la conciencia de ninguna actividad, base de la lógica y de la moral, por sublime que sea. La
Psicología estudia el carácter específico de los juicios estimativos y puede al mismo tiempo calcular la posibilidad de
su desarrollo; así resulta que la investigación previa en Lógica y en Moral es de naturaleza psicológica. Todo intento
de ordenación en la vida intelectual y moral, con fines ya científicos, ya pedagógicos, debe basarse en la vida espontánea
de la conciencia, en la cual se manifiestan ya empíricamente las normas todas de la vida mental superior del hombre.
Desde el punto de vista ontológico ó si se quiere cosmológico, la Psicología no es menos necesaria, como conocimiento
previo. El problema de las relaciones entre el espíritu y la materia, aspecto quizá el más esencial del problema de la
existencia, es explorable directamente en el terreno especial de la convivencia entre el alma y el cuerpo humanos, En
síntesis, podría decirse que la actividad consciente es la que suscita los problemas propiamente filosóficos; en su campo
se plantean y ella suministra en gran parte los materiales para su solución. Esto explica el interés con que el naturalismo
contemporáneo trabaja para arrebatar a la Filosofía el dominio de la ciencia del espíritu.
El problema del conocimiento se escinde en dos. Efectivamente, el conocimiento puede ser estudiado con
independencia de su materia ó con relación a ella; en el primer caso constituye la 1ógica formal o de la consecuencia,
para la cual sería conveniente conservar el nombre de Dialéctica; y en el segundo, el de lógica real, Epistemología ó
Gnoseología. La Lógica formal se propone como objeto el estudio de las formas y leyes del pensar y tiene una
continuación natural en la Metodología, doctrina de los métodos de investigación y demostración; nombre harto
impropio, pues su contenido es la teoría total de la ciencia. Por la Metodología la Lógica entra en contacto con las
ciencias particulares que, como se ha dicho, son lógicas en acción. El problema del conocimiento strictu sensu es el
problema de la naturaleza, origen y valoración del conocimiento. La cuestión central de la Epistemología es la Crítica
de las fuentes de conocer (Criteriología): testimonio, conciencia, sentidos, razón, y la teoría de la evidencia ó discusión
acerca del motivo supremo de certeza.
Viene luego el problema metafísico, problema el más esencial y característico de la Filosofía, Filosofía
primera la llamo Aristóteles que la definía ciencia del ser como tal ser, y de los principios y causas ultimas del ser, en
oposición á la Filosofía segunda, ó física. Objeto de la Filosofía primera es el ser inmutable. Esta denominación, hoy
poco corriente, se corresponde con la acepción de la Metafísica opuesta a la Fenomenología, como la investigación
sobre la esencia, origen y finalidad se opone a hi que versa sobre los hechos, sus leyes y causas próximas, Los problemas
metafísicos contenidos en el problema general han sido distribuidos en dos series: el del ser como tal ser y los especiales
del mundo, del hombre y de Dios, llamados Cosmología racional, Física racional, Filosofía de la naturaleza, el primero;
Antropología filosófica, Neumatología, Filosofía del espíritu y Psicología racional, el segundo; Teodicea ó Teología
natural el tercero. La dificultad está en determinar el carácter y posición consiguiente de la Psicología; para esto algunos
han ideado la existencia de dos psicologías, una empírica y otra raciona ó metafísica, Serla quizá preferible estructurar
la Metafísica a base de dos oposiciones fundamentales: la de ser abstracto y el Ser Realísimo (Ontología y Teodicea) y
la del ser finito y el Ser Infinito (Cosmología Teodicea), lo cual nos daría esta subdivisión de 1a Metafísica: Ontología,
doctrina del ser y de sus propiedades fundamentales; Cosmología, doctrina filosófica del mundo, y Teodicea, doctrina
filosófica de Dios; se evitarían al mismo tiempo dos errores en que muchos han incurrido suprimiendo de la Metafísica,
ya toda cuestión psicológica, ya toda cuestión física.
El problema moral es el problema final de la Filosofía; los problemas anteriores lo preparan y el consuma,
por así decirlo, la obra de la Filosofía, suministrando una regia de conducta que permita al hombre realizar
temporalmente su perfección y prepararse para la vida eterna. Pero a su vez el problema moral constituye una
justificación del concepto de filosofía, como doctrina de la actividad espiritual, en cuyo fondo descubre el hombre todos
los anhelos de su naturaleza metafísica. Hay un problema moral general, cuyos términos esenciales son la conciencia
moral y la ley moral, cuyos corolarios son la doctrina de la virtud y la de la felicidad. Los problemas éticos especiales
constituyen la moral personal, la social y la religiosa.
La ordenaci6n de las disciplinas filosóficas puede variar según el punto de vista sistemático y según la
finalidad expositiva. Pero en el fondo los problemas filosóficos siguen siendo siempre los mismos: ¿qué podemos
saber?, ¿que son las cosas?, ¿qué debemos esperar? Del contenido mismo de estos problemas filosóficos y de su
diferente ordenación se desprende la existencia de los métodos generales de la Filosofía: el psicologismo y el
ontologismo, según que consideren como problemas previos ó como métodos la Psicología y la Ontología. EI idealismo
crítico empieza por una teoría del conocimiento y reduce la investigación al análisis y valoraci6n de los conceptos; el
realismo intelectualista empieza por la lógica y aplica con preferencia el método abstractivo.
Concepto de la Historia de La Filosofía. La Filosofía, dice Schwegler, se nos muestra únicamente como una
serie de distintas filosofías temporales ó históricas que aparecen unidas a los progresos de las ciencias particulares y de
la cultura social y política en todo el curso de la historia y que representa los diferentes grados de desarrollo de la
ciencia humana en general, mientras que el contenido, el influjo mutuo y la relación interna de estos periodos de la
Filosofía constituyen el objeto propio de la histórico de la Filosofía.
La idea de una sucesión rítmica de sistemas en relación casi siempre con el problema del conocimiento, ha dado origen
a un método de exposición llamado pragmático. Cousin reduce la historia de la Filosofía á la de los cuatro sistemas:
idealismo, sensualismo, escepticismo y misticismo. De aquí ha nacido la idea de un paralelismo entre los movimientos
socrático, cartesiano y kantiano ó más á menudo entre la filosofía griega y la filosofía moderna.
Windelband, sin romper la sucesión histórica, trata de buscar una determinación doctrinal en cada periodo.
Por algunos autores se sigue el método monográfico. Consiste en presentar las grandes figuras de la historia de la
Filosofía, agrupa su alrededor todo el movimiento resultante de su punto de vista original; en este orden el mejor modelo
que existe es la historia de la Filosofía moderna de Kuno Fischer. En otros, los menos, se convierte en una exposición
predominantemente biográfica (Lewes). .
EI historiador de la Filosofía ha de dirigir ante todo su investigación a las obras de los filósofos mismos. Por
lo que se refiere á los filósofos modernos, esta labor es sumamente fácil, pues desde la invención de la imprenta,
contamos con sus obras y es raro el caso de un descubrimiento que modifique el carácter fundamental de sus respectivos
sistemas. Pero a medida que retrocedemos, las dificultades son mayores. De la Edad Media se tenía hace años un
concepto distinto del actual; ya nadie puede racionalmente sostener el criterio de las primeras investigaciones de la
época de V. Cousin, y hoy estamos próximos, especialmente después de los trabajos de Duhem, á saber lo que fue en
aquellos siglos el pensamiento científico. En cuanto a la Edad Antigua las lagunas son importantes y difíciles de llenar.
De la filosofía presocrática quedan escasos materiales y esto explica lo fantástico todavía de muchas exposiciones de
aquel primer periodo de la Filosofía. Las colecciones doxográficas abundan, pero estamos todavía lejos de poder
reconstruir aquel periodo en la forma en que nos es fácil hacerle con respecto del socrático, Por fortuna, poseemos la
mayor parte de los escritos de los dos filósofos máximos Platón y Aristóteles y bastantes de los posteriores. La crítica
textual y filológica ha realizado desde principios del siglo XIX, principalmente en Alemania, esfuerzos gigantescos, y
los actuales manuales de filosofía griega desde el de Zeller al de Burnet son otras tantas rectificaciones sobre puntos
que parecían definitivamente establecidos en las antiguas doxografías.
Un segundo cometido del historiador de la Filosofía es el de reconstruir la unidad doctrinal ó la marcha
evolutiva del pensamiento en cada filósofo. En este punto no cabe adoptar un criterio único, pues depende de múltiples
circunstancias, la época, la educación la psicología especial del pensador, su comercio científico, etc. Todo influye no
sólo en la determinación del verdadero alcance de su doctrina, sino en el último punto necesario para la apreciación de
una doctrina filosófica: la crítica ó valoración de la misma. Debe ésta proponerse una triple finalidad: determinar la
génesis de toda posición nueva en Filosofía, la consistencia lógica del sistema, y su influencia en sus contemporáneos
y en los pensadores posteriores. Si, además, ha conseguido incorporar alguno de sus puntos de vista al progreso real de
la especulación filosófica, el sistema ó doctrina en cuestión se han hecho acreedores a una estimación superior en la
historia de la Filosofía.
Los primeros intentos de historia general de la Filasofia, aparte de los antiguos eruditos e historiadores, se
deben al Ingles Stanley (1685) y al alemán Brucker (1742), obras que han perdido hoy todo su interés, A fines del siglo
XVIII, en el periodo álgido del kantismo, aparecen los primeros trabajos con carácter ya crítico de Fullebom y
Tiedemann (1791), Buhle (1796) y Tennemann (1798). El intenso movimiento que sigue a la muerte de Kant, despierta
la afición a aquellos estudios; filósofos como Reinhold, Fries y Schleiermacher, publican exposiciones generales de la
historia de la Filosofía. Pero el impulse más vigoroso se debe a Hegel, que con su concepción de la historia, suministra
una base racional á la apreciación del desenvolvimiento de los sistemas filosóficos á través de los tiempos. En Francia,
es la escuela de V. Cousin la que inaugura los estudios de historia de la Filosofía. Ya antes, en 1803, el barón De
Gérando habla publicado una historia comparada de los sistemas de la Filosafia. En Inglaterra, en Italia y en otros
países empezaron a publicarse textos, estudios monográficos y exposiciones generales de historia de la Filosofía durante
la segunda mitad del siglo XIX y puede decirse que desde entonces la historia de la Filosofía constituye una parte
esencial y complementaria de todo tratado completo de Filosofía. El método más completo en historia de la Filosofía
es el que divide la historia del pensamiento reflexivo de la humanidad en gran des épocas, teniendo en cuenta las
condiciones en que se desenvuelve la cultura y distinguiendo dentro de ellas las direcciones ideologicas fundamentales.
Principales épocas de la historia de la Filosofía: Adoptando la división general de la Historia, la Filosofía
comprenderá tres edades: la Antigua, representada por la filosofía de los pueblos orientales, Grecia y Roma; la Media,
que llega hasta el Renacimiento, y la Moderna, desde este despertar cultural hasta los tiempos actuales. Pero en la Edad
Antigua la filosofía oriental es más bien una religión ó una moral política que una especulación reflexiva y racional;
por otro lado, la filosofía en Roma carece de originalidad y el movimiento que surge en tiempo del cristianismo, de
aproximación entre la cultura oriental y la occidental, está informado por las doctrinas de la filosofía griega; esta es, en
rigor, la que constituye la filosofía antigua.
Filosofía oriental. La cultura oriental no se caracteriza por sus tendencias filosóficas; está en relación con la
historia general de la Filosofía como la primitiva literatura griega lo está con la filosofal presocrática. La tesis de un
origen oriental de la filosofía no parece estar en vías de confirmación. Hubo, sin duda, influencias, pero estas por sí
solas no pueden explicar aquella extraordinaria floración de sistemas, de puntos de vista originales, de observaciones
profundas, de atrevidas hipótesis que dan á la filosofía helénica un carácter de permanente actualidad. El naturalismo
y el panteísmo constituyen el fondo común de las concepciones filosóficas orientales, en las cuales el problema
psicológico del individuo y de la personalidad no está separado del problema general del Universo. La única excepción
es el pueblo hebrero, en cuyos libros sagrados aparecen las bases de una concepción espiritualista. En Egipto, y menos
todavía en Caldea, Asiria y Fenicia se encuentran escasas doctrinas de carácter filosófico, siendo sobre todo las
cuestiones de común dominio de la Religión y de la Filosofía (idea de Dios, origen del mundo, inmortalidad del alma),
las únicas que despertaron su interés. La lentitud con que allí se realiza el progreso científico es debido á hallarse la
especulación teorética casi totalmente abandonada. En China, a la mitología de los King, sigue la cosmogonía dualista
de Tchow. La concepción de Lao-tse es el taosismo, ensayo de una filosofía de la naturaleza, que intenta explicar el ser
y el devenir, y de una moral, fundada en el quietismo. La obra de Confucio es más popular; se apoya en la tradición
religiosa de su pueblo y bosqueja una filosofía á la vez moral, política y religiosa, de máximas elevadas, la cual ha
ejercido un influjo considerable en aquel país. Una nutrida escuela continúa sus enseñanzas, apareciendo más tarde un
neoconfucionismo, que tuvo por objeto completar el fondo filosófico de la doctrina de Confucio con elementos de otras
escuelas.
Entre los pueblos orientales, los indios han concedido mayor importancia á la Filosofía. En las Vedas, en el
Bhagavadgita episodio del Mahabharata y en el Budismo, en los Upanishads y Puranas las ideas metafísicas y morales
aparecen envueltas todavía por la mitología y los ritos religiosos. Donde se revela una aptitud especulativa, parecida a
la de los griegos, es en sus sistemas filosóficos llamados Dharma-mimansa y Brahma-mimansa; el primero es de
carácter moral y teológico y el segundo teológico y místico, fundados ambos en la concepción panteísta, según la cual
Brahma, la unidad absoluta lo es todo; el alma y el mundo, es decir, toda multiplicidad es sombra é ilusión. El Sankhya
es un sistema de filosofía teorética, que comprende un bosquejo de teoría del conocimiento y de filosofía de la
naturaleza, del cual se supone autor a Kapila. La forma deísta ó yoga de Patañdjali es una derivación hacia el quietismo
místico, En el nyaya se distinguen también dos escuelas: la de Gotama, personaje legendario, ha sido comparada al
Órganon de Aristóteles. Parte del principio de que la liberación no puede alcanzarse sino por la verdad ó el
conocimiento. Se considera á Kanada autor del vaiseizhika, sistema físico fundado en una especie de ontología atomista.
Existen aun otras direcciones secundarias más ó menos dependientes de la filosofía vedanta y de los sistemas dichos.
Los arioiranios tienen en Zarathustra un reformador religioso y filosófico. EI Zend-Avesta contiene una teogonía y una
cosmogonía, cuya doctrina dualista conduce, sin embargo, al monoteísmo, al reconocimiento de la personalidad
humana, abolición de las castas, la monogamia, inmortalidad del alma, la Providencia divina y la salvación universal.
También en Persia se produjo una escisión racionalista de sistemas divergentes de las creencias religiosas, de
orientación idealista unos y materialista otros, y en tercer lugar una interpretación naturalista de la teología del
mazdeísmo. Los pueblos orientales continuan casi hasta hoy su desarrollo ideológico tradicional y sólo en los últimos
años en la India y en el Japón han conseguido penetrar las influencias occidentales, de la misma manera que en Europa
desde el segundo tercio del siglo XIX el Oriente ha sido directamente conocido, dejando sus huellas en algunos
pensadores.
Filosofía griega. Ninguna filosofía presenta la variedad de matices, la profundidad metódica y la excelencia
de expresión como la filosofía del pueblo griego. Su historia es la de un desarrollo orgánico, como la vida individual;
en ella se eleva el espíritu gradualmente hasta la madurez, para decaer con lentitud, pero conservando siempre, aun en
su última época, rasgos del vigor y de la genialidad de sus mejores tiempos, Windelband ha distinguido en la filosofía
griega los periodos cosmológico, antropológico, sistemático, ético y religioso. EI periodo cosmológico corresponde á
las primeras manifestaciones filosóficas; es el periodo llamado antesocrático, en que el que el filósofo se preocupa
exclusivamente del mundo que le rodea, pero no para admirarlo y describirlo a la manera de los poetas, sino para
escudriñar sus secretos y buscar el principio que explique los objetos y fenómenos cósmicos. Este periodo no ofrece
sólo una diversidad de puntos de vista, sino una marcha constante de la objetividad á la subjetividad. Las tres escuelas
milesia, itálica y eleática representan tres intentos de soluci6n; físico el primero, matemático el segundo y metafísico
el tercero. Las doctrinas de Tales, Anaximandro y Anaximenes buscan la explicación del Universo en un principio
material; Pitagoras y sus discípulos en un principio formal por excelencia, el número; Jen6fanes, Parménides y Zenón,
llegan á la negación de toda relación espacial y temporal y colocan en el puro ser, en la abstracción por excelencia, el
verdadero principio inteligible. Pero la realidad de las cosas múltiples y perecederas se imponía a los sentidos a lo
menos hipotéticamente, y Heráclito adopta el punto de vista opuesto al eleatismo mediante su doctrina del devenir,
unidad del ser y del no ser. La antinomia quedaba en pie y á resolverla se encaminan los filósofos posteriores;
Empédocles con su teoría de los cuatro elementos y de las dos fuerzas; Leucipo y Demócrito, con su sistema atomista,
y Anaxágoras, con sus ideas del caos primitivo y del nous. Anaxágoras cierra este periodo. Los sofistas represen- tan
la reacción subjetivista frente al realismo y al dogmatismo anteriores. Se encargan de recoger todas las contradicciones
para fundamentar sus argumentos contra la val ida de la razón humana, en busca de la verdad; en cambio, Sócrates se
opone á los presocráticos y refuta á su vez á los sofistas. Substituye al antiguo punto de vista otro nuevo; su método
consta de dos momentos: la ironía y la mayéutica. Halla en la naturaleza humana no individual, sino específica, el
principio de todo saber; con su teoría de los conceptos funda la filosofía teorética y con su teoría de la virtud, la filosofía
práctica. La doctrina latente en las máximas socráticas, es elevada á sistema por Platón en sus Diálogos; al periodo
antropológico sigue el periodo sistemático. Platón y Aristóteles solos llenan este periodo; cada uno abre una perspectiva
de la historia de la Filosofía; el primero el idealismo, el segundo el experimentalismo; eliminando en una concepción
integral y profundamente lógica las antinomias del idealismo pitagórico y eleático, el primero; del naturalismo jónico
y de Demócrito, el segundo; cada uno á su manera está bajo el influjo del momento socrático, Las demás escuelas
contemporáneas dependientes de Sócrates carecen del vigor intelectual de aquellos pensadores. Tres discípulos de
Sócrates se constituyen en escolaicas, Euclides funda en Megala una escuela dialéctica; Antístenes, en Atenas, y
Aristipo en Cirene, dos escuelas éticas; la del primero, llamada cínica, es una moral de la virtud; la del segundo,
hedónica, lo es de la dicha. Todos son socráticos imperfectos e inauguran ya el cuarto periodo, durante el cual la
Filosofía se reduce casi exclusivamente a los problemas prácticos, precedidos á lo más de una discusión sobre las
fuentes del conocimiento. En este ambiente se mueven el escepticismo pirrónico, el epicureísmo y el estoicismo; sin
embargo, hay que reconocer que la doctrina de Zenón conserva todavía algunas huellas de la época platónicaristotélica.
En cambio, la Academia y el Liceo están en decadencia; los que recogieron la herencia platónica, adulteran ya el
pensamiento de su maestro con ingerencias extrañas a la dialéctica. Arcesilao y Carneades sostienen el probabilismo,
Filónn de Larisa y Antíoco Ascalón se hacen eclécticos, Los primeros peripatéticos continuan en el cultivo de las
ciencias por indicación de su maestro; los posteriores inician la serie de famosos comentaristas de Corpus Aristotelieum;
ninguno de ellos es un ortodoxo de la escuela. En Epicuro encontramos la primera fundamentación de una moral
estrictamente eudemonista y en los Estoicos una serie de intentos de una teoría idealista de la moral que pasa por las
tres fases del estoicismo antiguo, medio y moderno que ya coincide con el último periodo de la filosofía griega. En esta
época, entra en contacto Roma con la cultura griega. Diversas tendencias se inician entre los romanos, pero el
representante más benemérito de la filosofía romano es Marco Tulio Cicerón, cuyas ideas participan de la nueva
Academia y del estoicismo. Lucrecio es el gran poeta del epicureísmo. El último periodo de la filosofía griega puede
con razón llamarse eclécticorreligioso. Aparte de algunos escépticos (Enesidemo, Agripa, Sexto Empírico), la
orientación general es optimista y dogmática. Se consideran precursores del verdadero neoplatonismo, última palabra
de la filosofía helénica, los neopitagóricos (Apolonio de Tiana, Moderato de Gades, Nicómaco de Gerasa) los platónicos
eclécticos (Apuleyo de Madaura, Plutarco de Queronea, Máximo de Tiro, el médico Galeno), la filosofía grecojudaica
de Aristobulo y Filón de Alejandría. El peripatetismo se hace ecléctico en Andrónico de Rodas y Alejandro de
Afrodisia; el cinismo en Dión de Prusa; el estoicismo en Soción de Alejandría y Seneca, Cornuto, Epicteto y Marco
Aurelio. A Ammonio Sacas se considera iniciador del nuevo platonismo a principios del siglo III. Fundiendo elementos
pitagóricos, estoicos y aristotélicos, surge esta nanifestación de la filosofía griega, como una interpretación religiosa y
mística del platonismo. Plotino es su más conspicuo representante. Su sistema, contenido en las Eneadas, es un
panteísmo emanatista: todo emana de Dios por vía descendente y todo vuelve a Él por regresión. Jámblico en el siglo
IV y Proclo en el V continúan esta orientación, desviándola hacia la superstición y la teurgia. En Constantinopla, en
Atenas y en Alejandría se agrupan numerosos partidarios del neoplatonismo, figurando entre ellos los últimos
comentaristas de Platón y de Aristóteles.
La Filosofía cristiana. Cuando a principios del siglo VI de la era cristiana se dispersaban los últimos
representantes de la escuela neoplatónica, existía ya una filosofía inspirada en la nueva religión y depositaria de las
grandes verdades de la filosofía helénica. En general el pensamiento filosófico de los Santos Padres fue conservador;
se trataba de utilizar las fórmulas de la filosofía pagana en la medida en que no contradecían las enseñanzas de
Jesucristo. Hay, sin duda, actitudes refractarias a toda influencia pagano, lo cual es perfectamente explicable, dada la
orientación de la filosofía griega en su último periodo y las infiltraciones heréticas, principalmente del gnosticismo. De
la primera época tiene especial importancia la escuela cristiana de Alejandría, representada por san Clemente y
Orígenes; en ellas aparecen ya las soluciones fundamentales del espiritualismo cristiano frente a las vacilaciones de la
filosofía griega. De la segunda se destacan las obras del seudo-Dionisio Areopagita y de san Agustín; las primeras con
relación al misticismo, las segundas para la formación de la síntesis filosófico- cristiana; la psicología y la teodicea
agustinianas son el esfuerzo más genial que registra la Filosofía desde los tiempos socráticos.
La Filosofía de la Edad Media y la Escolástica. El desarrollo filosófico medieval puede considerarse dividido en
cuatro periodos. Aun cuando es la escolástica la dirección predominante, existen en la Edad Media otras filosofías que
no son escolásticas y aun antiescolásticas. EI primer periodo (siglos VI al VIII) es de pura iniciación y termina por el
primer resurgimiento, debido a la influencia de los sabios de la corte de Carlomagno. Pertenecen a esta época Claudiano
Mamerto, Marciano Capella, Casiodoro, Beda, Boecio y san Isidoro, particularmente estos dos últimos, que son dos
grandes educadores del pensamiento filosófico medieval. En el segundo periodo (siglos VIII al XII) aumenta ya el
interés por las cuestiones filosóficas. Bien es verdad que estas surgen casi siempre con motivo de discusiones de temas
teológicos, pero al mismo tiempo nace la famosa cuestión de los universales que constituyen, al lado del problema
filosófico religioso, la cuestión candente de aquel periodo y aun del siguiente. Las figuras más salientes de esta época
son: Alcuino, Rabano Mauro, Gerberto, Remigio de Auxerre... Contribuye a este movimiento la creación de las escuelas
en los monasterios, catedrales y palacios, en las cuales hay un primer intento de organización de estudios. De esta época
son: Escoto Eriúgena, padre de la antiescolástica, como le llama Wulf, autor de una obra De divisione naturae, en que
expone un panteísmo místico de origen neoplatónico; Guillermo de Champeaux, Roscelin, Guillermo de la Porrée, Juan
de Salisbury y Alano de Lila y, sobre todo, san Anselmo y Abelardo; notable el primero por su teodicea y el segundo
por su contribución al método escolástico y por haber iniciado al parecer la solución semirrealista del problema de los
universales.
Iniciase en el siglo XII el periodo más brillante de la filosofía medieval. A la influencia predominantemente
platónicoagustiniana, que subsiste ahora todavía en los llamados por Wulf, escolásticos viejos, se substituye la
hegemonía aristotélica, formándose el peripatetismo escolástica, ó aceptación de la filosofía aristotélica al pensamiento
cristiano. la creación de las Universidades y la consiguiente reorganización de los estudios, la fundación de las órdenes
religiosas de los franciscanos y dominicos, y especialmente un conocimiento más amplio de los filósofos griegos, sobre
todo de Aristóteles, gracias a las traducciones que se hacen durante esta época, de los textos aportados por los árabes,
promueven un resurgimiento o de la Filosofía, que cuenta en esta época con los hombres más eminentes de la Edad
Media. Recordemos al español Domingo Gundissalino, á Guillermo de Auvernia, Alejandro de Hales y san
Buenaventura, y, sobre todo, Alberto Magno, santo Tomas y Duns Escoto. Gracias al esfuerzo de estos tres filósofos,
la escolástica adquiere la forma de un sistema coherente, que algunos consideran definitivo, y que perdura durante la
Edad Media y aun en la Edad Moderna, hasta el Renacimiento neoescolástico del siglo XIX. Este Renacimiento ha
tenido lugar con vistas principalmente al tomismo, pues no hay que olvidar que la Suma de santo Tomas es una de las
obras más sólidas de la razón humana. Notable es también Rogerio Bacon, sabio enciclopédico que en pleno dominio
de la lógica deductiva preconiza la necesidad del método experimental, y Ramón Lull, autor de un intento genial de
Ars magna, elogiada por Leibniz. El tomismo provoco con sus innovaciones una extensa polémica; fue combatido por
la escuela franciscana y aun por algunos dominicos, y defendida por un número considerable de partidarios entre los
cuales mencionaremos Gil de Lessines, Pedro de Auvernia, Pedro Hispano, Vicente de Beauvais, y recibió una
consagración artística por el altísimo poeta Dante. Parcialmente se adhirieron al tomismo Godofredo de Fontanies, Gil
de Roma y Enrique de Gante. EI enemigo más formidable de la escolástica fue el averroísmo latino ú occidental,
sostenido por Boccio de Dacia, Bernier de Nivelles, y, sobre todo, por Siger de Brabante.
Ya en el siglo XIII y principios del XIV algunos disidentes de la escolástica preparan su decadencia. Las
disputas entre escotistas, tomistas, la escuela agustiniana y la mística conducen al verbalismo y a la crítica. Decaen los
estudios universitarios, el criterio de autoridad se sobrepone á la experiencia y ala especulación original, y las
discusiones políticas y religiosas tampoco son ajenas a esta confusión de ideas. La antiescolástica adquiere nuevos bríos
en Juan de Jandun y Juan de Gante, Tomas de Bradwardine y Nicolás de Antrecourt. La escuela que en este periodo
logra más predicamento es la que funda Guillermo de Ockam, en la cual no sólo el problema filosóficorreligioso, sino
el de los universales (terminismo) y la teoría del entendimiento agente reciben soluciones antitéticas a las de la
escolástica. Holcoth, Buridan, Marsilio de Inghen, Alberto de Sajonia, Nicolás de Oresme y Gabriel Biel son los
principales partidarios del ockamismo. Raimundo de Sabunde en el siglo xv mantiene los prestigios de la escolástica y
tiene sobre algunos problemas filosóficos ideas originales.
La Filosofía entre los árabes y entre los judíos ofrece durante la Edad Media caracteres análogos a la antigua
filosofía oriental. Sin embargo, su contacto con el Occidente y sus relaciones con la filosofía griega, producen un
movimiento que no dejo de tener importancia y que actuó en la filosofía europea. Entre los árabes orientales
recordaremos los nombres de Alkendi, Alfarabi, Avicena y Algazel, y entre los hispanoárabes Avempace, Tofail y
Averroes. Averroes fué el gran comentarista de Aristóteles en la Edad Media. Distinguiéronse entre los judíos
Avicebrón, Bahya, Abensaddik, Jehuda-Levi, Abendavid y Abenezra, y, sobre I todo, Maimónides. Tanto entre los
árabes como entre los judíos, las preferencias se repartían entre Aristóteles y los neoplatónicos, y las divergencias
mayores fueron entre los místicos y los filósofos que interpretaban los libros sagrados en sentido racionalista. V, los
artículos ISLAMISMO y JUDAÍSMO
El Renacimiento. Desde mediados del siglo XV á fines del XVI tiene lugar esta efervescencia de sistemas
antiguos y de fecundas anticipaciones de la nueva época. Nicolás de Cusa es el primer representante que une los últimos
tiempo de la escolástica con la restauración filosófica en Occidente. Con él esta relación varias de las direcciones que
encontramos en esta época. Hay una animadversión general contra la escolástica, y una simpatía no menos común por
la antigua filosofía griega. La actitud de los hombres de ciencia y de los pensadores de este periodo no fue siempre
ecuánime; el error, fundamental de todos está en creer que la labor de la escolástica ha sido totalmente infructuosa;
olvidan que este movimiento era la consecuencia natural de la síntesis iniciada por la filosofía patrística, y que la cultura
europea era ya esencialmente cristiana, y, por lo mismo, no podía ser del todo helénica, so pena de resultar formal y
artificiosa.
Figuran en la dirección humanista Valla, Agrícola, Nizolio, Erasmo, Ramus y, sobre todo, Luis Vives, el
espíritu que supo producirse de una manera más sensata é imparcial contra los falsos aristotélicos. Próximos a esta
orientación están los escépticos y empíricos Miguel de Montaigne y Francisco Sánchez.
El sector más amplio de este periodo lo constituyen los renovadores de los antiguos sistemas, Las lecciones de Jorge
Gemistio (Plethon) inspiraron a Cosme de Médicis la fundación de una Academia Platónica en la Florencia, cuya alma
fue Marsilio Ficino, el hombre que más hizo por la restauración del platonismo desde la época patrística. Una legión
de aristotélicos surgió en seguida frente a los neoplatónicos. Nada consiguió el espíritu conciliador del cardenal
Bessarion. Desde Jorge Gennadio, Teodoro de Gaza y Jorge de Trebisonda, los partidarios de Aristóteles son en número
considerable y se dividen en dos sectas, los alejandristas, como Pomponazzi, Escaligero, Sepúlveda y los averroístas
Vernias, Acchillini, Nifo, Zimara, Vanini. Al mismo tiempo hay un conato de renovación del estoicismo iniciado por
Justo Lipsio, del atomismo por Sennert y del epicureísmo por Gassendi.
Pero bien pronto el neoplatonismo degenera en las extravagancias de la cábala y de la magia; ejemplo de ello
son los Pico y Reuchlin. Con ellos se enlaza el naturalismo ocultista de Agrippa, Paracelso, Cardan y Patrizzi. Frente a
este naturalismo surge otro de tendencias empíricas, sostenido por Telesio y Campanella. Sin embargo, la forma más
pujante de esta renovación de la Filosofía de la naturaleza es obra de Miguel Servet y, sobre todo, de Giordano Bruno,
precursor inmediato de Spinoza. La reforma religiosa no fué tampoco ajena a este movimiento; baste recordar los
nombres de Lutero o Melanchton. La filosofía social y política cuenta en este tiempo con Maquiavelo y Tomás Morus.
La escolástica continúa de su decadencia, de la cual se salvan algunos nombres como Savonarola, Silvestre de Ferrara,
Tomas de Vío, Lessius y los españoles Victoria, Soto, Cano, Toledo, y, sobre todo, Francisco Suarez. Merecen, sin
embargo, mención espacial los hombres de ciencia, verdaderos precursores de la orientación científica de la Filosofía
de los siglos XVII y XVIII Leonardo de Vinci y Nicolás Copérnico, cuya obra fue continuada ya en tiempos de
Descartes por Kepler y Galileo.
La filosofía moderna. La filosofía moderna comprende dos períodos bien definidos: el primero va de
Descartes a Kant y el segundo de Kant hasta nuestros días. Desde fines de siglo XVI la filosofía se orienta ya hacia los
estudios científicos; la separación de ambos dominios se hace en esta época casi imperceptible. El alma de este
movimiento es Descartes. Propone un nuevo método a la Filosofía, e inaugura la serie de los grandes sistemas. Hace
una crítica de la lógica antigua y para oponerse a ella parte de la duda metódica. Los momentos de su sistema son el
cógito (psicología e ideología), la idea del ser infinito (ontología y teodicea); las relaciones abstractas y las cualidades
concretas.Este movimiento toma el nombre de cartesianismo y está inspirado en la deducción matemática.
Bacon, por el contrario, es un entusiasta de la Física. Quiere que el hombre dirija sus miradas á la naturaleza para
interrogarla. Considera también defectuoso el método aristotélico y lo substituye por la indicción y por la experiencia.
Pero su influencia es retardada por el cartesianismo en el siglo XVII.
Al círculo cartesiano son atraídos Bossuet y Fenelón y parcialmente los solitarios de Port-Royal, Arnauld y
Nicole; el mismo Pascal sufre su influencia. Una multitud de discípulos más ó menos fieles se adhieren a la filosofía
de descartes; Geulinex, La Forge; Clauberg; Rohault, Bekker, Sturm. Hay, sobre todo, tres grandes filósofos que se
inspiran en Descartes: Malebranche, Epinoza y Leibniz; pero ninguno de ellos es propiamente discípulo. El problema
de la substancialidad y de la casualidad les separa. Malebranche profesa el intuicionismo y el ocasionalismo, Spinoza
deforma la doctrina cartesiana de la res cogitans y la res extensa y formula matemáticamente el panteísmo. Leibniz es
menos radical y su concepción, aun siendo idealista, se aparta de Spinoza y de Descartes; tiene un conocimiento más
profundo de la antigüedad y su temperamento le lleva a la conciliación y á la harmonía.
Desde Bacon la filosofía naturalista hace sus progresos. Hobbes presenta una fundamentación moderna el
materialismo y lo aplica á las ciencias morales. Martley y Priestley siguen un siglo más tarde sus huellas. Locke inicia
el periodo de la crítica. Su sistema es empirismo, que sirve de punto de partida a Berkeley Hume; el concepto de
sustancia material se desvanece en el primero, el de sustancia consciente en el segundo; el fenomenismo hace su
aparición y la obra de Kant está preparada. Condillac intenta una solución que hoy llamaríamos monismo de la
sensación: el ensismo, y pretende mantenerse a igual distancia de filosofía idealista y materialista. La Enciclopedia
encarga de demostrar la inconsecuencia de su pronto de vista.
Existen algunos conatos de reacción espiritualista. En Inglaterra, Newton y Clarke, la llamada escuela atónica
de Cambridge y los sentimentalistas que separaran el camino a la escuela escocesa; en Francia, aupertuis y Monestrier;
en Italia Vico; en Alemania, s Wolfianos y la filosofía popular. El intento más persistente es obra de Tomás Reid, pero
sus doctrinas que carecen de una metafísica vigorosa, son obscurecidas por el nuevo punto de vista de la crítica de
razón pura.
Kant se sitúa en la confluencia de las dos corrientes de la filosofía moderna: el idealismo racionalista y el
empirismo sensualista. Para combatir el dogmatismo wolfiano sensualista. Para combatir el dogmatismo wolfiano se
sirve del punto de vista crítico de la escuela inglesa, y para sostener los derechos de la razón, utiliza el apriorismo. La
verdad, para él, está en que todo conocimiento implica una metería y una forma y el punto de vista critico exige la
determinación previa de los límites dentro de los cuales puede la razón ejercer legítimamente sus funciones; estos
límites los señala la experiencia; allí donde esta no suministra materiales, su ejercicio es vano o puramente subjetivo.
La universidad y necesidad, condición de todo conocimiento crítico, deriva de una actividad sintética a priori; es el
sujeto el que impone las leyes á las cosas. Con esto se inaugura un nuevo método, el método transcendental que produce
una variedad infinita de sistemas en la filosofía alemana del siglo XIX.
El primer filósofo que se adueña de este método para construir su sistema es Fichte; su filosofía del yo
absoluto es un idealismo subjetivo o ético. Schelling construye su idealismo lógico o absoluto, cerrado el ciclo de los
sistemas mediante una concepción majestuosa en que todas las formas del ser surgen del devenir mismo de la idea. Del
círculo de Schellig proceden Krause y Baader. Pensadores originales son: Scheleiermacher, influido por Platón y
Spinoza; Fries, precursor del psicologismo; Herbart, cuya influencia en la psicología y en la pedagogía es considerable;
Beneke, a fin al empirismo, Bolzano al espiritualismo, y Shopenhauer, progenitor del pesimismo metafísico,
La escuela hegeliana se extiende en todas las Universidades alemanas á mediados del siglo. Se divide en
derecha é izquierda. La derecha propendía al teísmo y la izquierda al panteísmo. El centro estaba formado
principalmente por historiadores de la Filosofía (Zeller K. Fischer). La izquierda, que fue la más radical, está
representada por Strauss, Feuerbach, Stirner y K. Marx. Frente a los materialistas y panteístas surgió un movimiento
llamado del teísmo especulativo, dirigido por Weisse y el hijo de Fichte, y con el cual están en relación Trendelenburg,
Fechner y Lotze estos filósofos, principalmente los dos últimos, intenta construir un idealismo de base realista o
científica. En esta época se recrudece el materialismo y hace su aparición la Filosofía evolucionista. Intenta una síntesis
de las ciencias naturales y de la metafísica Eduardo de Hartmann; por otros derroteros Wundt propone los fundamentos
de la filosofía científica. La filosofía positivista cuenta con Laas, con el empírico criticismo de Avenarius y Mach, y
Ziehen, con la filosofía de la inmanencia de Schuppe, Schubert-Soldern y con el pragmatismo idealista de Vaihinger.
Distingue Oesterreich siete formas del neokantismo; la fisiológica de Helmholtz, la metafísica de Liebman y Volkelt,
la realista de Riehl, la lógicometodológica de Cohen y Natorp; la teoría de los valores, de Windelbaud, Rickert y
Munsterberg; la relativista de Simmel y la psicologista de Nelson. Quedan todavía como últimas direcciones de la
filosofía y Jerusalem, B. Erdmann y Maier, la psicológica de Brentano, la fenomenológica de Husserl, uno de los
filósofos más en boga de la Alemania contemporánea, la lógico psicológica, de T. Lipps, la Gegenstandstheorie de
Meining, la filosóficocultural de Nietzsche, la filosofía de las ciencias del espíritu de Dilthey, la metafísica neoidealista
de Eucken, el pensador más vigoroso y espiritualista quizá de los que todavía viven, la epistemología neorrealista de
Külpe, la metafísica biológica de H. Driesch, la religiosa de Troeltsch y la psicomentafisica de K. Groos.
En Inglaterra las principales tendencias de la Filosofía en el siglo XIX son la filosofía asocionista,
representada por James Mill, J, Bentham, A. Bain y, sobre todo, Stuart Mill. Herederos del empirismo lockiano han
condicionado la obra del psicologismo naturalista, y han dotado a su país de un sistema completo de lógica de la
inducción ó metodología científica y de una ética utilitarista. A ellos se asoció más tarde el positivismo, por influencia
de Comte, en Lewes y por su propio esfuerzo Darwin y Spencer. El transformismo del primero y la hipótesis de la
evolución universal del segundo han ejercido una influencia extraordinaria fuera de su país. Tyndall, A. R. Wallace,
Alexander, Leslie Stephen, Maudsley, Galton y Romanes figuran en el círculo de aquellos pensadores. Paralelamente,
pero con menos intensidad, persistía la filosofía del sentido común, contando con partidarios como Brown, Brice,
Mackintosh y Dugald-Stewart. Hamilton, influido a la vez por Reid y por Kan, es la figura de más relieve de esta
dirección de la filosofía inglesa. Su relativismo agnóstico ha influido en el pensamiento moderno y de su escuela ha
salido un metafísica nada vulgar J.F Ferrier. Pero es sobre todo en el desarrollo de la lógica formal, donde es más
profunda de la huella del autor de la Nueva Analítica: Mansel, Spalding, Thompson. De ella derivan los sistemas de
lógica simbólica de Bentam, Morgan, Boole, Stanley Jevons y Mac Cosh. Pensador original es el espiritualista J.
Martineau, y afines a su doctrina son A. Campbell Fraser, Carpenter, Power Cobbe, R, Flint y Upton. Inicióse por
Balfour y Newmann la filosofía de la creencia y alrededor de las cuestiones teóricas por ellos suscitadas, surge el
humanismo de Schiller y Sturt, el neorrealismo de Moore y B. Russell. Desde la época de Hamilton, la influencia de la
filosofía germánica se dejó sentir profundamente en Inglaterra. Su fondo ha sido generalmente hegeliano, pudiendo
citarse entre sus representantes más conspicuos Hill Green Bradley, J. S. Hodgson, Bosanquet y los literatos Carlyle y
Ruskin.
En Francia durante el siglo XIX, la Filosofía ha salido del empirismo condillarista para acercarse al idealismo
condillarista para acercarse al idealismo; primero por la influencia del realismo escoces se hizo psicológica y
espiritualista y más tarde por la propagación de los sistemas germánicos, criticista. A la dirección experimental y
sensualista de los ideológicos, frenólogos y biólogos (Cabanis, Tracy, Gall) se agrega la escuela humanitaria y
posteriormente el posteriormente el positiuvismo. el sistema de Comte es el más coherente quizá de los diversos
sistemas positivistas del s9iglo XIX; á él se adhieren parcial ó totalmente Taine, Renan, le Dantec, la escuela psicológica
de Ribot, Binet, Paulhan, Pedro Janet, la sociológica de Trade y de Durkehiem, Roberty, y cuenta hoy todavía con
numerosos partidarios que profesan propiamente un neopositivismo: Goblot, Rey. Afín es el probabilismo de Cournot.
La reacción hacia el espiritualismo se opera gradualmente desde las obras de Laromiguiere y De Gérando. El primer
impulso vigoroso hacia una concepción espiritualista, con sello personal y profundidad de miras, se debe á Maine de
Biran, de quien proceden directa ó indirectamente todos los espiritualistas franceses del siglo XIX. Otro movimiento
más extenso es el eclecticismo, dirigido por Victor Cousin, cuya .importancia es más bien histórica que ideológica. Su
filosofía impera en Francia durante muchos años, como el hegelianismo en Alemania. Royer Collard y Jouffroy se
inclinan por la escue1a escocesa. EI número mayor de los adeptos de Cousin se dedica á trabajos históricos, siguiendo
el ejemplo del maestro; a ellos se debe en gran parte el resurgimiento de los estudios medievales y un buen número de
monografías sobre la filosofía moderna. Citemos los nombres de Remusat, Saisset, Saint-Hilaire, Franck, Haureau,
Bouillier y Picavet. Entre los filosófos, Caro, Leveque, Simon y, sobre todo, Paul Janet. Otro elemento del eclecticismo
era la tradición filosófica cartesiana, que desarrollan Bordas Demoulin y Huet. La influencia germánica se hace cada
vez más preponderante entre los que propenden al idealismo: Vacherot, Alaux, Rabier, Ravaisson continúa la obra de
Maine de Biran. Durand de Gros es de análoga procedencia. Renouvier reforma el kantismo en sentido fenomenista y
promueve un movimiento intenso, .siguiendo sus inspiraciones Pillon, Brochard, Dauriac, Prat, Boirac, Penjon. Fouillée
se inclina por un evolucionismo idealista; próximo á él está Guyau. Lachelier se inspira en Ravaisson y refuerza las
filas del idealismo. Boutroux sigue sus huellas, sin perder su originalidad. Citemos todavia Hannequin, Lagneau,
Hamelin, Liard y la filosofía de la acción de Brunsch- wicg, Lalande, Meyerson y sobre todo M. Blondel, entre los
contemporáneos. De filosofía novísima puede calificarse el intuicionismo de Bergson, que es el filósofo francés que
más influencia ha ejercido en el extranjero después de Comte, combatiendo el mecanicismo y el racionalismo, Entre
sus discípulos recordaremos a Le Roy. En Francia adquirió gran pujanza el resurgimiento de la Filosofía católica.
Luchó, al principio, con más denuedo contra el racionalismo religioso que contra el empirismo filosófico: fue la época
del aradicionalismo de Maistre, Bonald, Raulica, Bautain y Lamennais. Más tarde entra en el buen camino con De
Broglie, Huit Piat, Desdouits y Fonsegrive. Del grupo se destacan por su originalidad dos personalidades, Graty y Olle
Laprunne, Posteriormente aparecen los neoescolásticos: Domet de Vorges, Farges, Peillaube, Maritain, Gilson.
En Italia, como en Francia, y en general en los países latinos, la tendencia dominante a principios del siglo
era la empírica: Soave, Baldinotti, Gioja, Romagnosi, son sensualistas, Duraba todavía su influencia cuando empezó a
difundirse el positivismo, que profesaron entre otros, Cattaneo, Siciliani y Angiulli y que contó con un talento poco
común: Roberto Ardigo, escritor fecundísimo que formó toda una escuela de profesores. Con mayor ó menor intensidad
influyó en Morselli, Sergi, Salvadori, Tarozzi, Marchesini, Troilo, Relacionado con este grupo está el empirismo
integral de Cosme Guastella. Ya desde principios del siglo asoma una reacción espiritualista. Gallupi es la personalidad
más activa de este movimiento y Rosmino el pensador más original. Su influencia en los idealistas y espiritualista
italianos es intangible; formó una nutrida escuela que ha continuado hasta hoy, publicando varias revistas. Recordemos
entre sus discípulos y contiunuados al poema Manzoni, á Garelli, á M. A. Billia. Con el aspecto ontológico de esta
filosofía, y á veces con el espiritualismo francés, se relacionan Gioberti, Mamiani, Acquisto, Giovanni y Lusi Ferri. El
germanismo se acentúa en el grupo llamado de los neocriticistas ó kantianos: Testa, Cesca, Castoni, Chiappelli, Tocco,
Juvalta; en los de tendenci8as afines: Bonatelli, Barzeloti, de Sarlo Calo, Rossi, Villa, pero es sobre todo la filosofía de
Hegel la que ha adquirido importancia excepcional en los últimos años, principalmente después de la crisis del
positivismo. Los primeros hegelianos pertenecen á la generación de Spaventa. Vera, Ceretti, d’Eercole, Florenzi-
Wessington, siguen más ó menos fielmente á Hegel. Actualmente las dos figuras quizá de más relieve en Italia son
hegelianos: Croce y Gentile, pero profesan mejor un neohegelianismo ó idealismo absoluto fundado en el carácter
privilegiado de la actividad del espíritu. En Italia se formó el primer núcleo del neoescolasticismo. Luchó contra el
positivismo y el racionalismo y sus primeros representantes son Sanseverino, Liberatore, Cornoldi, Satolli, Prisco;
recientemente Gemelli y su grupo de Milán. De Italia irradió á Francia, España, Portugal y Bélgica y después á los
demás países europeo, principalmente á partir de la recomendación de las doctrinas del san Tomás por la autoridad
pontificia. Del contacto de la filosofía católica con el racionalismo surgió en los últimos años el modernismo que han
tenido en Francia, Italia é Inglaterra adeptos de valer. El modernismo fue condenado por la Iglesia Romana.

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