Sunteți pe pagina 1din 2

Resumen de los capítulos I y III del libro de Walter Ong, Oralidad y escritura.

Tecnologías de la
palabra, titulados “La oralidad del lenguaje” y “Algunas psicodinámicas de la oralidad”.
Capítulo I. LA ORALIDAD DEL LENGUAJE.

La oralidad aquí tratada es esencialmente la oralidad primaria, la de las personas que


desconocen por completo la escritura. Los seres humanos se comunican de innumerables maneras,
valiéndose de todos sus sentidos: el tacto, el gusto, el olfato y particularmente la vista además del oído.
Cierta comunicación no verbal es ciertamente rica. Sin embargo, en un sentido profundo el leguaje,
sonido articulado, es capital. No sólo en la comunicación, sino en el pensamiento mismo, se relaciona de
un modo enteramente propio con el sonido.
Donde quiera que haya humanos, tendrán un lenguaje y en caso uno que existe básicamente
como hablado y oído en el mundo del sonido. No obstante la riqueza de la gesticulación, los complejos
leguajes gesticulares son sustitutos del habla y dependen de sistemas orales del mismo, incluso cuando
son empleados por los sordos de nacimiento. La condición oral básica del leguaje es permanente.
La escritura, consignación de la palabra en el espacio, extiende la potencialidad del lenguaje casi
ilimitadamente, da una nueva estructura al pensamiento y en el proceso convierte ciertos dialectos en
“grafolectos”. Todos los textos escritos tienen que estar relacionados de alguna manera, directa o
indirectamente, con el mundo del sonido, el ambiente natural del lenguaje, para transmitir sus
significados. Leer un texto quiere decir convertirlo en sonidos, en voz alta o en la imaginación, sílaba por
sílaba en la lectura lenta o a grandes rasgos en la rápida, acostumbrada en las culturas altamente
tecnológicas. La escritura nunca puede prescindir de la oralidad.
Podemos llamar a la escritura un sistema secundario de modelo que depende de un sistema
primario anterior, la lengua hablada, la expresión oral es capaz de existir y casi siempre ha existido, sin
ninguna escritura en absoluto. Empero, nunca ha habido escritura sin oralidad. Los seres humanos de
las culturas orales primarias, aquellos que no conocen la escritura en ninguna forma, aprenden mucho,
poseen y practican gran sabiduría, pero no “estudian”.
Aunque las palabras están fundadas en el habla oral, la escritura las encierra tiránicamente para
siempre en el campo visual. No obstante, sin la escritura la conciencia humana no puede alcanzar su
potencial más pleno, no puede producir otras creaciones intensas y hermosas. En este sentido, la
oralidad debe y está destinada a producir la escritura.

Capítulo III. ALGUNAS PSICODINÁMICAS DE LA ORALIDAD.

Sin la escritura, las palabras como tales no tienen una presencia visual, aunque los objetos que
representan sean visuales, las palabras son sonidos. Tal vez se las “llame” a la memoria, se las “evoque”.
Las palabras so acontecimientos, hechos. El sonido sólo existe cuando abandona su existencia. No es
simplemente perecedero sino, en esencia evanescente. El sonido no puede manifestarse sin interposición
del poder. En este sentido, todo sonido, y en especial el enunciado oral, que se origina en el interior de
los organismos vivos, es “dinámico”.
En una cultura oral, la restricción de las palabras al sonido determina no sólo los modos de
expresión sino también los procesos de pensamiento. El pensamiento extenso de bases orales, aunque
no en verso formal, tiende a ser sumamente rítmico, por el ritmo ayuda a la memoria, incluso
fisiológicamente. En una cultura oral, la experiencia es intelectualizada, mnemotécnicamente.
En todos los casos la memorización está sujeta a la variación producida por presiones sociales
directas. Los narradores cuentan lo que pide o va a tolerar el público. Finalmente debe advertirse que la
memoria oral difiere significativamente de la memoria textual en el sentido de que la memoria oral tiene
un gran componente somático, nunca existe entre un contexto simplemente verbal, como sucede en la
palabra escrita. La comunicación oral une a la gente en grupos. Escribir y leer son actividades solitarias
que hacen a la psique concentrarse en sí misma.
La memoria oral funciona eficazmente con los grandes personajes, cuyas proezas son gloriosas,
memorables y, por lo común, públicas. Las personas incoloras no pueden sobrevivir a la mnemotécnica
oral. Lo heroico y lo maravilloso desempeñan una función específica en la organización del conocimiento
en el mundo oral. Con el control de la información y la memoria establecido por la escritura, de manera
más intensa, por la imprenta, no se necesita ser un héroe en la antigua acepción para plasmas el
conocimiento de una historia.
El sonido cobra vida sólo cuando está dejando de existir, la voz humana proviene del interior del
organismo humano, que produce las resonancias de la misma. La vista aísla, el oído envuelve. La acción
concentradora del oído afecta la percepción que el hombre tiene del cosmos. Para las culturas orales el
cosmos es un suceso progresivo con el hombre en el centro.
Puesto que, en su construcción física como sonido, la palabra hablada proviene del interior
humano y hace que los seres humanos se comuniquen entre sí como interiores consientes, como
personas, la palabra hablada hace que los seres humanos formen grupos estrechamente unidos. La
escritura y lo impreso aíslan. La fuerza de la palabra oral para interiorizar se relaciona de una manera
especial con lo sagrado, con las preocupaciones fundamentales de la existencia.
El pensamiento está integrado en el habla y no en los textos, todos los cuales adquieren su
significado mediante la referencia del símbolo visible con el mundo del sonido. es imposible que una
grafía sea más que marcas en una superficie, a menos que un ser humano consiente las utilice como
clave para las palabras enunciadas, reales o imaginarias, directa o indirectamente.

S-ar putea să vă placă și