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Metodología

1.- Objetivos de estudio


1.1. Objetivo General: Describir los aportes que la ética cristiana pueda brindar a la
formación profesional del graduado en educación escolar cristiana.
1.2. Específicos:
1.2.1. Describir el aspecto profesional del graduado en EEC desde la ética cristiana
(EC).
1.2.2. Evaluar la aplicación de la ética cristiana del graduado en EEC
1.2.3. Analizar el ejercicio público del graduado en EEC desde la deontología de la
ética cristiana.
2.- Tipo de investigación: Documental expositiva.
Esta es una variante de la investigación científica, cuyo objetivo fundamental es el
análisis de diferentes fenómenos de orden históricos, psicológicos, sociológicos,
entre otros, utiliza técnicas muy precisas, de la documentación existente, que directa
o indirecta-mente, aporte la información. Pueden ser libros, artículos, revistas.
Desde esta, el investigador indaga, interpreta, presenta datos e informaciones sobre
un tema determinado de cualquier ciencia, utilizando para ello, una metódica de
análisis; teniendo como finalidad obtener resultados que pudiesen ser base para el
desarrollo de la creación científica. Para lo cual utiliza los procedimientos lógicos y
mentales de toda investigación; análisis, síntesis, deducción, inducción. Y, además,
realiza un proceso de abstracción científica, generalizando sobre la base de lo
fundamental.
3.- Tipo de trabajo: Explicativo
Este tipo de trabajo caracteriza un fenómeno o situación concreta indicando sus
rasgos más peculiares o diferenciales.
6.3. Variables de estudio
6.3.1. Variable Independiente: Aporte de la ética cristiana a la formación del
graduado
6.3.2. Variable dependiente: en educación escolar cristiana (EEC).
6.3.1. Definición conceptual de la variable
APORTE: Cosa o conjunto de cosas que se entregan o suministran para contribuir
al logro de un fin.
Educación escolar cristiana: es aquella enseñanza cuyos elementos pedagógicos
se infieren de la enseñanza de Cristo.
6.4. Técnicas de recolección de datos
Fue una eminentemente documental que se sirvió de libros, artículos y revistas para
la recolección de toda la información. Se utilizó la técnica del fichaje, la lectura crítica
y analítica. Así como la clasificación de documentos para la fundamentación teórica
del trabajo.
6.5 Control de sesgos
Se tuvo cuidado con el uso de locuciones que pudieran dar un doble sentido
filológico en la escritura. Además de usos hermenéuticos inferenciales.
RESULTADOS
De todo el proceso de investigación documental y de conformación del trabajo, se
tuvo bien por medio del análisis del mismo, llegar a sopesar los siguientes
resultados:
El primer resultado que se considera muy positivo, fue en beneficio del alumno
sustentante del trabajo. Pues el aporte que le hizo la investigación documental en
relación a la ética cristiana, fue invaluable. Pues el pobre conocimiento que se tiene
sobre ella desde el punto de vista eclesial y profesional es irrelevante ante todos los
aportes descubiertos no solo con la profesión, ética de la profesión y el profesional,
sino por toda su inferencia relacional con la teología, con la salvación y la
antropología. Dos áreas fueron favorecidas, y son:
a) La cognoscente: con el proceso del trabajo se aprendió que ser proactivo y
aceptar los desafíos es ganarle a la rutina y salir de la propia zona de confort, que
estas son algunas de las dificultades a vencer cuando se inicia cualquier proceso
de aprendizaje. Pues la rutina genera en muchas personas rigideces que
obstaculizan el aprendizaje de actividades y hábitos nuevos, limitándolos a la hora
de crecer como individuos en las diferentes áreas: de su vida tales como: la
intelectual, social, espiritual y otras. Se aprendió también que el aprendizaje es un
proceso de construcción en el cual el sujeto ocupa un rol activo en la interacción
con el medio. Con la investigación documental se aprendieron las asombrosas
ventajas que facilita el Conocimiento.
b) En lo atinente a la temática del trabajo, la investigación documental facilitó el
conocimiento de la importancia de la ética cristiana en la vida personal y profesional
del graduado en EEC. El punto clave de esta área es el carácter de Cristo. Si no se
asume el reto de perfeccionamiento cada día para alcanzar la estatura del Varón
perfecto, que es Cristo, no habrá una base sólida para desarrollar una ética personal
bíblica seria. Pues Él es el modelo de carácter que agrada a Dios. A él se debe
asemejarse vehemente el graduado en EEC.
El segundo resultado es la inferencia de sopesar la formación del graduado en
Educación Escolar Cristiana de la Facultad de Teología en su forma global. Pues
la Ética cristiana, aunque se toca en clase no se ha visto de una manera relacional
con las demás éticas que integran el campo conductual y deontológico del alumno.
Y relacionarla también con el aspecto de la fe, de la salvación, del campo
Trinitario, entre otros.
Si con lo que se está bregando es con una educación cristiana, del trabajo se pudo
deducir que, para realizar el ministerio educativo que ella preconiza con éxito, es
indispensable que quien lo realice sea lleno del Espíritu Santo. Pues lo académico
no puede sustituir esa llenura. Pues ÈL, el Espíritu Santo guía y pone el querer y el
hacer, da gozo en tiempo de victoria y paz en la prueba. Léase sobre lo que estos
dicen los siguientes pasajes de la Biblia. Juan. 16:7-15; Hechos. 1:8;Luc. 4:16-18;
Fil. 2:13 y Rom. 8:14.
Si el graduado de EEC está lleno de Dios, si Él es el Señor de su vida, también debe
serlo en su manera profesional, de ser. En la lectura realizada se connotó lo enfático
en señalar que la habilidad de un profesional cristiano para algún ministerio radica
en la obra de Dios en su carácter y no en su capacidad académica.
Las instituciones educativas en este campo desempeñan un papel importante en la
formación de valores y es fundamental la competencia del profesional de esta área
en el desarrollo y difusión de la información deontológica la cual representa el marco
social de la actividad del graduado en EEC.
Las entidades de formación tanto en el campo de la ética como el profesional, deben
facilitar características singulares que personifiquen los deberes morales de este
profesional en la actividad científico-educativa. La actividad que precisa la
generación actual es una actividad ético profesional que implica un reto diario para
el profesional de la educación.
Un tercer resultado es la necesidad que se descubrió acerca de facilitar al estudiante
de Educación Escolar Cristiana de la Facultad de Teología una educación más
integral en relación a la ética cristina, que su pensum de estudio sea más pródigo
en abarcar todo lo relacionado a la formación ético deontológica de una manera más
fuerte que permita tener la capacidad de vincular a ellas las demás éticas como la
profesional, social, relacional, entre otras.
Por qué de lo anterior, porque las éticas materiales, que son aquellas que, en
general, exponen qué se debe hacer para alcanzar el bien, para ser bueno. Es decir,
son éticas de contenidos, éticas que establecen una sucesión de criterios acerca de
lo qué se debe hacer si se desea tener un fin último. Por ejemplo: “si se quiere ser
feliz, busca el placer”. Por ello, son éticas que condicionan las reglas a los objetivos
que se desean alcanzar.
La moral (ética) cristiana se consolidaría para Nietzsche como un valor supremo,
valor que no está en este mundo. La moral tradicional, pues, postula otro mundo,
que es el mundo del más allá o de la perfección platónica, y, por tanto, los valores
que han prevalecido hasta ahora son ficticios, propios de los débiles.
Quizá por tendencia, es que la ética cristiana tenga más un leve acercamiento al
apartado filosófico del eudemonismo que es una teoría ética que identifica la
felicidad con el Sumo Bien. La primera teoría eudemonista significativa es la de
Aristóteles, quien concebirá la felicidad humana con el desarrollo de las facultades
intelectuales y la vida virtuosa.
Fue bueno leer y entender que a diferencia del estoicismo que consideró que el
objetivo del quehacer del ser humano es la felicidad, a lo que se accede con la
lealtad a la naturaleza y a la razón. Por lo que, su propuesta ética gira circularmente
alrededor de la virtud, por lo que desarrolló la famosa teoría de la virtud y de los
deberes con un cierto carácter intelectualista próxima a Aristóteles. En tanto que,
desde la ética cristiana se infiere que el fin último del hombre es no glorificarse él,
sino dar gloria a Dios. Y desde allí, se crea la ética de la santidad del trabajo.
No era el móvil del trabajo para ser abordado como tema, ni si quiera se menciona,
pero que intelectualmente permitió hacer un deriva miento u acercamiento de la
ética cristiana que debe regir la vida del graduado en educación escolar cristiana,
con el Iusnaturalismo como doctrina, que defiende la existencia de derechos
naturales exclusivos como son, el derecho a la vida, a la libertad o la propiedad, a
la locomoción y a la expresión por cuanto que, son precedente a las cánones
jurídicos positivos o sea, aquellas que son creadas por los seres humanos, y a las
que éstas deben estar sujetas, sirviéndoles de fundamento y de modelo.
Otro tema que se leyó, pero que igual al anterior, no es parte del trabajo y por eso
solo aquí se va hacer mención de él, es el relativo Utilitarismo que es una corriente
de pensamiento filosófico que identifica el bien con lo útil, ya sea para el individuo o
para la sociedad. Lo útil es, así, estimado como juicio moral y como soporte del bien
y de la felicidad. Lo cual es contrario a lo que Pablo, Agustín o Tomás de Aquino
exponen. Ya que ellos ven en Cristo en el Sumun Bonum o sea el Sumo Bien. O,
bien, como Juan Sebastián Bach lo calcó en su obra Jesús alegría el hombre.
Estos tres tipos de éticas caen dentro del marco de las éticas materialistas. Ellas se
caracterizan por afirmar que hay un fin o bien supremo que guía la conducta moral
del sujeto y ponen las pautas y normas para alcanzarlo. Su connotación de
materiales, implica que poseen un contenido y un objetivo último que debe ser
aprehendido. La generalidad de estas teorías éticas suelen ser materiales, lo que
las diferencia es el objeto o los fines últimos que deben ser logrados.
En una brevísima lectura de Immanuel Kant en su obra Crítica a la razón práctica,
se aprendió que estas éticas formales no dicen qué se debe hacer, sino cómo deben
ser las normas. Así, una acción no es buena o mala moralmente porque de ella se
obtengan excelentes consecuencias como el placer o la felicidad en los griegos,
sino porque su fuente o motivación sea actuar según el sentido del deber. “Por eso,
las éticas formales son autónomas, es decir, no dependen de ninguna autoridad,
sino que es el sujeto (o la comunidad de sujetos) el que se da a sí mismo sus propias
normas racionalmente, no movido por deseos o pasiones. También podemos decir
que las éticas formales, al no depender de las características y deseos de las
personas, son universales, es decir, válidas para todos y en cualquier circunstancia”.
(Teorías éticas, s/f)
En tanto que las éticas materiales, con la cual la cristiana tiene más acercamiento,
se caracterizan por afirmar que existe un fin o bien supremo que guía nuestro
comportamiento moral y establecen las pautas y normas para alcanzarlo. Ese
objetivo puede ser la felicidad, la justicia, la sabiduría, el bien. En cualquier caso, el
comportamiento de un sujeto es correcto cuando intenta alcanzar ese objeto
siguiendo las normas que le ayudan, de una manera más o menos precisa, a
alcanzar ese fin último que se considera universal y válido para todas las personas”.
(Teorías éticas, Op., cit.)
La mayoría de las teorías éticas suelen ser materiales, lo que las hace ser diferentes
es el objeto o los fines últimos que deben ser alcanzados
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE HALLAZGOS
Se desea hacer un solo comentario para este espacio del trabajo. Y, consiste en
exponer que, en el proceso de la investigación documental que es detallada en este
campo, se encontraron grandes diferencias en este campo. Por ejemplo, cuando se
lee el documento del Vaticano II acerca del trabajo y la profesión, es una enorme
diferencia como se aborda desde la base bíblica, pero se desarrolla de una manera
intelectual y científica.
En lo relativo a la ética cristiana, la misma en el campo global de esta materia, es
vista en relación con las demás éticas. Porque la ética como rama de la axiología
solo hay una. Pero por la diversidad que entraña la diversidad de roles que
desempeña el hombre en su proceso vital, hay varias. Pero la Ética cristiana es vista
de manera diferente por cuanto que, su dispositivo deontológico supera al de las
otras. Ella es vista como la ética fundante u orientadora de sentido a las demás. Ella
le da sentido exigente a la ética política, a la del derecho humano, a la jurídica, a la
social, a la profesional, a la personal, a la laboral, entre otras.
El trabajo sí convalida el valor del estudio. Pues este es un valor en sí mismo con
serias implicaciones éticas. Lo mismo acerca de la ética cristina, permitió ver la poca
profundidad con que se ve y lee en los escritos cristianos. Esto se expone porque
cuando uno lee a Nietzsche en este campo, es diametralmente opuesto lo que se
lee y se entiende.
Pero a pesar de todo queda plasmado para la vida un reto a leer y buscar más para
vivir mejor y más consecuente la responsabilidad de la vida y de la profesión como
servicio comunal y no verá tanto como solo un status quo.

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