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Espacios Públicos

Universidad Autónoma del Estado de México


espapubs@politicas.uaemex.mx
ISSN (Versión impresa): 1665-8140
MÉXICO

2006
Graciela Vélez Bautista
GÉNERO Y CIUDADANÍA. LAS MUJERES EN EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
DE LA CIUDADANÍA
Espacios Públicos, febrero, año/vol. 9, número 017
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México
pp. 376-390

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México


Género y ciudadanía

Género y ciudadanía. *
Las mujeres en el proceso de construcción de la
ciudadanía
Fecha de recepción: 23 de septiembre de 2005. Fecha de aprobación: 26 de
octubre de 2005.

Graciela Vélez Bautista* *

RESUMEN
El estudio presenta la relación entre género, ciudadanía y algunos pro-
cesos identitarios que impactan la subjetividad y retardan la construc-
ción de la ciudadanía de las mujeres; en razón de que aun cuando ellas
ya son ciudadanas en las democracias liberales, la ciudadanía ha sido
ganada dentro de una estructura de poder patriarcal, donde las tareas
y las cualidades de las mujeres no son valoradas de manera suficiente.
El argumento principal con el que coincide este estudio, es que debe
construirse un nuevo concepto de ciudadanía que básicamente implica:
la crítica al esencialismo y una alternativa democrática que articule
diversos movimientos ligados a diferentes formas de opresión. En aten-
ción a ello, se alude a la re-construcción de lo femenino, haciendo hin-
capié en el concepto de relaciones sociales en las que existen situacio-
nes de dominación para ponerlas en tela de juicio bajo los principios de
igualdad y libertad.

P ALABRAS CLAVE : género, ciudadanía, subjetividad, identidad,


esencialismo.
This study pretends to establish a relationship between gender, citizenship
and related processes of identity. Such processes impacts subjectivity
and retards the consolidation of women´s citizenship. Such women’s
citizenship exists in every democracy but nowadays it is very likely that
women’s efforts are not being enough appreciated for their society.

*
Este documento es un avance de investigación del proyecto: Procesos de ciudadanización del sujeto
político femenino, registrtado en la SIy EV de la UAEM con la clave: 2059/2005.
**
Investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública y Corresponsable del
Programa Universitario de Estudios de Género de la UAEM. Maestra en Administración y Políticas Públicas.

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Graciela Vélez Bautista

Principal argument of this study is based Finalmente hace referencia a la necesidad


in to build a new concept of citizenship for de propiciar la construcción de procesos
women. That concept may be rely in an democráticos que permitan la constitución
alternative for democracy implying del sujeto político femenino para lograr la
movements to avoid discrimination against. plena1 ciudadanía.
Also it may be important to analyze social
relationships under the scope of
discrimination, freedom and rights between ANTECEDENTES
men and women. A partir de la década de los ochenta, el
K EY WORDS : Gender, citizenship, tema de la ciudadanía ha llegado a ocupar
subjectivity, identity, essentialism. un lugar muy especial en los debates polí-
ticos y teóricos, puesto que su lenguaje
político proporciona una plataforma para
INTRODUCCIÓN problematizar la política y lo político, así
como para replantear la posición de los in-
Este estudio vincula los conceptos género
dividuos como miembros de un grupo so-
y ciudadanía para presentar una explica-
cial, incluyendo sus derechos humanos.
ción no acabada acerca de la ciudadanía de
las mujeres como género, que hasta hoy se El caso específico de las mujeres como in-
ha visto limitada, debido a la presencia de dividuos y miembros de un grupo social,
factores tanto de carácter estructural, como es decir, como ciudadanas, sigue siendo
de índole cultural y subjetiva; por lo tanto, materia de análisis en México y en distin-
se considera un proceso en construcción. tas partes del mundo. Así lo muestran dife-
rentes investigaciones como las de Pateman
Por la amplitud y complejidad del tema el
(1996), Gutiérrez (2001) Amorós (2001),
documento se aborda desde la subjetividad
Butler (2001) entre otras, que coinciden en
e identidad femenina, cuya construcción
afirmar que la ciudadanía plena de las mu-
tiene lugar en contextos marcados por la
jeres es un proceso que requiere ser aten-
jerarquía de género que provoca desigual-
dido tanto desde una perspectiva estructu-
dad y marginación de las mujeres de la es-
ral como desde lo cultural y subjetivo.
fera público-política donde se construye la
ciudadanía. La lucha de las mujeres por el derecho al
sufragio, sólo marca el inicio del camino
Asimismo analiza los conceptos igualdad-
hacia la plena ciudadanía (Fernández,1999).
diferencia, aspecto esencial que permite
En este sentido, los estudios de género dan
ubicar la condición femenina que se ha vis-
cuenta de que los procesos identitarios si-
to relegada a espacios impropios para fa-
guen definiendo lo femenino como más
vorecer el desarrollo de las mujeres hacia
acorde con las actividades privadas, fami-
la equidad entre los géneros, así como al
liares y domésticas, ello incide en mantener
ejercicio de sus derechos ciudadanos.
a muchos sectores de mujeres alejados del

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Género y ciudadanía

mundo público donde se construye la ciu- Se ha mostrado que la diferencia sexual


dadanía, entendida como: “la expresión que sigue siendo básica en la actualidad como
sintetiza el conjunto de principios, valores, elemento distintivo en los seres humanos
actitudes y modos de conducta a través de y al mismo tiempo causa de desigualdad.
los cuales los individuos se reconocen ads- Sin embargo, aceptarla no significa acep-
critos a un conjunto geográfico-social y, tar la desigualdad, ni la inferioridad atri-
como tales, son sujetos de derechos políti- buida a las mujeres, antes bien, significa
cos y civiles” (Conde e Infante, 2002: 112). percatarse del poder de la construcción so-
cial del género y en ese sentido, explorar
El concepto de ciudadanía se inscribió en
estrategias para que las mujeres se integren
el pensamiento político moderno como
al escenario político como sujetos consti-
ideal universal, presuponiendo un estado
tuyendo su individualidad a partir de la
de perfección social en el que los ideales
relativización de la diferencia sexual y de
de libertad e igualdad, no sólo se recono-
género.
cerían como principios de valor universal,
sino como líneas directrices del papel so- Al respecto, Amorós expresa: “Tanto cen-
cial definido para cada sujeto, con base en trarse como ignorar la diferencia corren el
el orden social. riesgo de recrearla” (Amorós, 2001: 61).
Mientras la diferencia sexual continúe sien-
Sin embargo, a fines del siglo XX, cuando
do un principio ordenador en nuestra so-
los derechos de ciudadanía se ampliaron
ciedad, hay que cuestionar cómo se usa,
formalmente, algunos grupos sociales han
cómo marca la división entre lo público y
manifestado su inconformidad por no ser
lo privado. Las mujeres no pueden ni quie-
tratados como iguales, sino como ciudada-
ren negar su diferencia, pero tampoco pue-
nos de segunda; debido a su diferencia de
den renunciar a la igualdad, al menos mien-
clase, raza, etnia, religión y género, como
tras se refiera a los principios y valores
es el caso de las mujeres que pueden en-
democráticos. Lo que necesitamos es una
contrarse en cualquiera o en varias de las
nueva forma de pensar sobre la diferencia
categorías mencionadas y que por ello, son
y la igualdad, como base significativa para
objeto de una doble discriminación y has-
propiciar la construcción del sujeto políti-
ta exclusión.
co femenino, es decir, construir la ciuda-
El cuestionamiento a la estructura danía plena de las mujeres.
universalista de la ciudadanía, tanto en su
dimensión discursiva como política, es uno El argumento principal con el que coinci-
de los motivos fundamentales de esta in- de este estudio, es que debe construirse un
vestigación, porque permite reflexionar, nuevo concepto de ciudadanía implicando
cómo desde la subjetividad y la básicamente: la crítica al esencialismo y
contextualización del sujeto se pueden en- una alternativa democrática que articule
contrar sendas que contribuyan a construir diversos movimientos ligados a diferentes
la ciudadanía de las mujeres. formas de opresión.

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Graciela Vélez Bautista

GÉNERO Y CIUDADANÍA género, que denuncia los daños causados


por la desigualdad, el machismo, la violen-
Reflexionar sobre la ciudadanía desde el
cia y la tolerancia de las mujeres, propo-
género significa analizarla desde una pers-
niendo una redistribución de los poderes
pectiva que cuestiona las relaciones de po-
que permita mejorar la calidad de vida de
der, las instituciones y las prácticas socia-
ambos géneros” (Lamas, 1996: 109).
les que marginan a las mujeres de algunos
espacios de reconocimiento como la polí- El concepto de género alude a diferentes
tica. El género como símbolo sexuado den- posturas, puesto que posee relación ineluc-
tro del orden social establece los diversos table con los movimientos feministas, las
modos de comportarse, sentir y pensar que teorías feministas, cuerpo teórico de don-
son atribuibles a construcciones sociales y de surgió. La desigualdad implica la asi-
familiares asignadas de manera diferencia- metría que en las diferentes sociedades se
da a hombres y mujeres para configurar la manifiesta en marginación, subordinación
feminidad y la masculinidad. Al mismo y participación in equitativa ante los dere-
tiempo, estas diferencias se traducen en chos de ciudadanía.
desigualdades y jerarquías en las que se
En este sentido, es importante partir de la
pondera lo masculino sobre lo femenino.
categoría de género para explicar cómo las
Como lo ilustra el concepto de Scott: “el
diferencias sexuales provocan desigualda-
género es un elemento constitutivo de las
des sociales, lo cual ha generado la posibi-
relaciones sociales basadas en las diferen-
lidad para pensar la construcción cultural
cias que distinguen los sexos y el género
de las diferencias sexuales, las identidades
es una forma primaria de relaciones
de género; su función y relevancia en las
significantes de poder” (Scott, 1996, en
organizaciones sociales, así como el papel
Lamas, 1996: 288).
innegable que opera en la estructuración
De manera general se puede indicar que los de la igualdad, en la historia de nuestras
estudios de género se refieren a las signifi- sociedades (Gutiérrez, 1997).
caciones atribuidas al hecho de ser hom- La perspectiva de género, como concepto
bre o ser mujer en cada cultura y en cada transversal a las categorías de etnia, clase
sujeto y hacen visible que las jerarquías no y grupo etario, aporta una visión más ínte-
son naturales sino que han sido construi- gra y completa de la realidad social. Sin
das mediante un proceso histórico-social embargo, su aceptación ha sido obstaculi-
en el que subyacen las relaciones de poder. zada, puesto que implica desmantelar es-
“La perspectiva de género alude al orden tereotipos y normas que son básicas en la
simbólico con que una cultura dada elabo- configuración de la subjetividad de los in-
ra la diferencia sexual. Este concepto ha dividuos y de las distintas culturas. El en-
creado polémica y malestar, porque pone foque de género se construye como una
al descubierto el orden jerárquico y binario crítica al dispositivo de sexualidad, a la
de la sociedad patriarcal, siendo una toma estructura y a la organización política de
de posición política frente a la opresión de las sociedades patriarcales.

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Género y ciudadanía

Por otra parte, reflexionar la ciudadanía creencias, saberes y sentires que han im-
desde el género significa redimensionar las pedido a las mujeres constituirse en suje-
libertades de las mujeres, cuya existencia tos sociales y políticos con las mismas
pasa por diversos procesos de restricción. oportunidades que los hombres.
Para ellas, la elección autónoma ha signi-
La subjetividad se refiere a la historia del
ficado, luchas, protestas y subversión tan-
sujeto como sujeto social. Para Lagarde es:
to en lo académico como en lo político.
“la particular concepción del mundo y de la
Realizarse como personas a través de su
vida del sujeto; constituida por el conjunto
autonomía, participar con equidad en polí-
de normas, valores, creencias, lenguajes y
tica y ser dueñas de su cuerpo es aún una
formas de aprehender el mundo, conscien-
meta por alcanzar, puesto que, el ámbito
tes e inconscientes, físicas, intelectuales,
de elección es todavía limitado, si se pien-
afectivas y eróticas” (Lagarde, 1997b: 302).
sa en el derecho negado a interrumpir un
embarazo. Para el caso, como afirma Hie- La concepción del mundo de cada sujeto
rro: “Si la mujer no es dueña de su cuerpo, depende del contexto cultural3 en que se
¿de qué es dueña?” (Hierro, 2000: 69). desenvuelve. De manera central, la subje-
tividad se conforma por los elementos do-
En este tenor, la construcción de la ciuda-
minantes en su entorno socio-cultural, se
danía plena en las mujeres se encuentra
edifica en función de referentes que indi-
íntimamente vinculada a la perspectiva de
can la pertenencia a grupos definidos por
género, a la condición y situación de las
su oposición, exclusión o diferencia respec-
mujeres en la sociedad, a sus diferencias, y
to de otros colectivos, en este caso, símbo-
a la construcción de un sujeto femenino
los como nación, raza, etnia, religión o gé-
que exprese su ciudadanía con postura de-
nero, operan como referentes de
mocrática en el espacio de la política con
pertenencia de los diferentes colectivos.
propuestas, concepciones y creaciones. Es
decir, se apunta hacia una ciudadanía acti- La subjetividad se construye a través de un
va2 como lo expresa Bárcena (1997), que proceso basado en la interacción con otros
no se restrinja sólo al reconocimiento de y con el mundo, se halla determinada por
los derechos, sino que atraiga la atención la experiencia vivida de cada sujeto. De
hacia las responsabilidades implicadas en Lauretis explica:
los derechos y en la participación demo- De este modo la subjetividad es producto no
crática. de las ideas, valores o condiciones materia-
les, sino del compromiso individual con las
prácticas, los discursos y las instituciones que
SUBJETIVIDAD E IDENTIDAD dan significado a los sucesos del mundo. To-
dos tenemos experiencias y éstas están an-
Uno de los enfoques para abordar la ciuda-
cladas en el curso de la historia social, en la
danía de las mujeres es establecer la rela- que la propia biografía, es interpretada o re-
ción entre subjetividad, identidad y ciuda- construida por cada uno en el horizonte de
danía, con el objeto de deconstruir valores, significados y conocimientos disponibles en

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Graciela Vélez Bautista

la cultura en un momento histórico determi- tido mentado y subjetivo de los sujetos de


nado (De Lauretis,1991: 87). la acción, en el hecho existente, en el caso
Para esta autora la subjetividad individual históricamente dado o como construido en
puede ser reconstruida apelando a la prác- un tipo ideal con actores de este carácter
tica reflexiva que cualquier hombre o mu- (Weber, 1981). Es el significado que el ac-
jer está en posibilidades de realizar. Esta tor asigna a su acción, es decir el sentido
interpretación es básica, en tanto subraya que su acción tiene para él.
la capacidad de mujeres y hombres para La identidad es pues, un elemento central
transformar las definiciones discursivas que de la subjetividad, es un elemento que sur-
pesan sobre ellos. En este caso, la capaci- ge de la dialéctica entre el individuo y la
dad de las mujeres para constituirse en su- sociedad, se forma por procesos sociales
jetos políticos. que se encuentran determinados por la es-
De aquí la importancia de buscar aproxi- tructura social. La identidad de los sujetos
maciones para conocer la construcción de se conforma, según Lagarde (1997a), a
la subjetividad femenina. partir de una primera gran clasificación
genérica. Las referencias y los contenidos
En este sentido, la sociología feminista4 ha genéricos son hitos primarios de la confor-
insistido en que “la interpretación que el mación de los sujetos y de su identidad.
actor hace de los objetivos y las relaciones Sobre ellos se organizan y conjugan otros
debe analizarse desde el plano subjetivo. elementos de la identidad como los deri-
Esta insistencia nace del estudio de las vi- vados de la pertenencia real y subjetiva a
das de las mujeres y parece aplicable a las la clase, mundo urbano o rural a una co-
vidas de los subordinados en general. En munidad étnica, nacional, lingüística, reli-
el caso de ellas la subjetividad se constriñe giosa o política.
a una esfera circunscrita, públicamente in-
visible y subterránea para la relación y el
significado” (Ritzer, 1993: 403). IDENTIDAD Y SUJETO SOCIAL
La identidad es fundamental en la construc- La intención de este apartado es realizar una
ción de la subjetividad. Por identidad en- exploración sobre la identidad femenina, sin
tendemos “el proceso de construcción del ofrecer omni-explicaciones dada la comple-
sentido atendiendo a un atributo cultural, jidad del propio concepto. Bajo esta consi-
o un conjunto relacionado de atributos cul- deración los argumentos de este apartado
turales, al que se da prioridad sobre el res- centran la atención sobre la siguiente re-
to de las fuentes de sentido. Para un indivi- flexión: “Sería un error pensar que el análi-
duo determinado o un actor colectivo puede sis de la “identidad” debe realizarse antes
haber una pluralidad de identidades” que el de la identidad de género por la sen-
(Castells, 2001: 28), así como una plurali- cilla razón de que las personas sólo se vuel-
dad de relaciones de poder. Entendemos ven inteligibles cuando adquieren un géne-
sentido a la manera de Weber: como el sen- ro ajustado a normas reconocibles de la

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Género y ciudadanía

identidad de género” (Butler, 2001: 49). En • La identidad es permanente y cambiante


tanto que la condición de género existe aun La identidad se da en una dialéctica entre
antes de que un sujeto descubra la diferen- permanencia y cambio, entre continuidad
cia sexual. Los niños y las niñas en su iden- y discontinuidad: las identidades se man-
tidad primaria se asumen desde esa diferen- tienen y duran adaptándose al entorno y
cia, bajo la que son socializados/as según el recomponiéndose incesantemente, sin de-
género al que pertenezcan. jar de ser las mismas. Es un proceso siem-
Sin embargo, con el fin de explicar tal afir- pre abierto y no definitivo ni acabado
mación de manera clara, es importante (Giménez , 2002).
mencionar algunas de las aportaciones teó- La identidad se construye y reconstruye
ricas sobre este concepto imprescindible en constantemente en el seno de los intercam-
las ciencias sociales por su poder bios sociales; por eso el centro del análisis
heurístico; puesto que las acciones e de los procesos identitarios es la relación
interacciones sociales no se pueden com- social (Barth, 1976, en Giménez, 2002: 42).
prender y menos explicar como lo dice
Pizzorno, sin elaborar enunciados implíci- • La identidad como valor y experiencia
tos o explícitos acerca de la identidad de biográfica.
los actores en ellas implicados (Pizzorno, Cada individuo se sitúa en la vida de una
1989, en Giménez, 2002). manera específica, a luz de lo que Shutz
denomina su situación biográfica, “la si-
Desde una perspectiva sociológica y refi- tuación actual del actor tiene su historia;
riéndonos a los actores sociales, todas las es la sedimentación de todas sus experien-
identidades son construidas y reconstrui- cias subjetivas previas, que no son experi-
das. Lo básico es cómo, desde qué, por mentadas por el actor como anónimas, sino
quién y para qué; aspectos vinculadas a como exclusiva y subjetivamente dadas a
las relaciones de poder cuyo resultado, en- él y sólo a él” (Shutz, 1995: 17). En este
tre otros, es la jerarquía de género. sentido, la identidad se halla dotada de cier-
• La identidad es situacional y relacional to valor para el sujeto generalmente distin-
En cuanto constructo social la identidad se to del que confiere a los demás sujetos que
elabora dentro de un sistema de relaciones constituyen su contraparte en el proceso de
que impone un grupo a otros grupos con interacción social. “Aún inconscientemen-
los cuales está en contacto; siendo esta te, la identidad es el valor central en torno
construcción transversal a las categorías de al cual cada individuo organiza su relación
raza, clase y género.5 con el mundo y con los demás sujetos. La
valorización puede aparecer incluso como
Se construye, no de manera arbitraria, sino uno de los resortes fundamentales de la vida
dentro de marcos sociales constringentes social” (Goffman, 1998: 81).
que determinan las posiciones de los acto-
res y orientan sus representaciones y opcio- Partiendo de que la identidad es un valor
nes (Barth, 1976, en Giménez, 2002: 41). central en nuestra relación con el mundo,

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Graciela Vélez Bautista

resulta muy oscuro hablar de identidad o de la casa, cuidar enfermos; tareas vitales
de identidades como concepto neutro apli- pero desvalorizadas porque se considera que
cable por igual a los hombres y las muje- son actividades que por “naturaleza” las
res; puesto que la participación social y mujeres deben realizar.
política es sustancialmente diferente si se
trata de unos o de otras, independientemen-
te de que ambos compartan referentes de HACIA UNA IDENTIDAD SEXUADA
identidad, étnicos, nacionales, de clase, etc., Es importante dejar claro que el género sólo
a nivel social el referente de género mar- es uno de los componentes de la identidad
cado por las relaciones de poder crea la de por sí ya complejo, pero necesario, pues
desvalorización de lo femenino frente a lo en todo sujeto anida un deseo de identidad,
masculino. en el sentido de auto-identificación, de per-
Por ello es que partimos del supuesto: la manencia y coherencia a través del tiempo
construcción social de la identidad feme- y el espacio. La identidad “No es más que
nina tiene lugar en un contexto marcado el relato que nos hacemos de nosotros mis-
por relaciones de poder; quién construye mos” (Bonder, 2003: 11). Aseveración re-
la identidad y para qué, determina en un ferida a la identidad personal como “mar-
alto nivel su contenido simbólico y su sen- cas positivas o soportes de la identidad y
tido para quienes se identifican o excluyen la combinación única de los ítems de la his-
de ella. toria vital, adherida al individuo por me-
dio de esos soportes de su identidad”
Toda identidad se construye dentro de un (Goffman, 1998: 73).
sistema social y los sistemas jerarquizados
por sexo y género como el patriarcado que La identidad constituida por elementos
más allá de una ideología, es “una pano- como nacionalidad, familia, biografía,
plia de relaciones sociales entre los hom- apellido, nombre, profesión y posesiones,
bres, que tiene una base material y que, no significa lo mismo cuando se aplica a
aunque jerárquico, establece o crea inter- los hombres y a las mujeres, en razón de
dependencia y solidaridad entre los hom- que se ha definido teóricamente como
bres, que les permite dominar a las muje- neutra, aplicable a ambos sexos; porque
res” (Hartman, 1981: 14, en Haraway, esta neutralidad se sexúa al instante; en
1991). tanto que “la identidad masculina, ha po-
seído y posee, todas estas cosas; la feme-
En estas circunstancias la mayoría de ellas nina sólo el estupor de su orfandad”
sólo tienen acceso a una identidad impuesta (Rodríguez, 1999: 113).
y por tanto, ajena; solamente como un caso,
tal situación puede mostrarse en la división A través de la historia el sitio de lo femeni-
sexual del trabajo, incluidas las categorías no ha sido lo privado, lo que se oculta, lo
de trabajo excluidas y no historizadas como que pertenece a alguien y cuya representa-
tener y criar hijos, cocinar, hacer las labores ción pública corresponde a otro.

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Género y ciudadanía

Bajo la perspectiva de Rodríguez, si nos nía) puesto que: “la asunción de la identi-
enfocamos hacia la historia del pensamien- dad, tiene su principal efecto en el ámbito
to filosófico, encontramos que la identidad público, el del reconocimiento. Por lo tan-
personal, se presenta amplificada para el to, la categoría de individuo es una catego-
caso masculino; en atención a que por ge- ría política; genealógicamente legitimada,
nérico se entendía lo propio del género hu- el individuo es el sujeto de derechos y de-
mano, lo propio del varón, quedando lo fe- beres, interlocutor válido en un permanen-
menino como lo particular y contingente, o te contrato social del que las mujeres fue-
privado de universalidad. Si por el contra- ron excluidas” (Rodríguez, 1999: 115).
rio, o a la vez se pretendía resaltar en el
Con este argumento coincide Amorós
varón su calidad de individuo, lo femenino
(2001), quien indica que a partir de lo pú-
quedaba como lo genérico y abstracto, pri-
blico, donde aparece el individuo como
vado de cualidades individualizadoras
categoría ontológica y política, las perso-
(Rodríguez, 1999).
nas se autoinstituyen como sujetos. En el
Esta autora especifica que para algunos espacio público los sujetos del contrato
connotados filósofos como Hegel, la mu- social se encuentran como iguales, las mu-
jer se igualaba a la naturaleza, así sus ras- jeres, relegadas al espacio privado, quedan
gos individuales carecían de importancia. excluidas.
Para Kierkegaard “la mujer es una criatu-
En la conceptualización que Amorós hace
ra infinita y en consecuencia un ser colec-
sobre la identidad femenina se distingue:
tivo: la mujer encierra en sí a todas las mu-
el espacio de los iguales del espacio de las
jeres”. En Aristóteles “la mujer es
idénticas. Explica estas categorías a través
naturaleza; materia, potencia. El hombre es
del pensamiento de Leibniz, para quien dos
razón, acto, forma” (Rodríguez, 1999: 113).
seres indiscernibles son idénticos y como
Para ellos y otros prominentes filósofos la
tales deben ser tratados; intercambiar uno
mujer no tenía la categoría de individuo,
por otro daría lo mismo. Esto es precisa-
sino más bien la de ser indiscernible, pues
mente lo que ha pasado con las mujeres;
cuando piensa su identidad lo hace en un
puesto que es común la idea de que son
marco conceptual heredado y ajeno. Las
intercambiables, ya que son indiscernibles
mujeres han sido socializadas como ser
(Leibniz, en Amorós, 2001).
para los otros y en ese sentido su identidad
queda enajenada, fuera del principio lógi- En el sistema patriarcal el espacio de los
co de identidad “todo objeto es idéntico a iguales es el espacio del poder reconocido,
sí mismo”, carece así de mismisidad y per- el espacio público, en el que los hombres
manece en el lado de la otredad. La mujer se reconocen como iguales, representantes
es ese no pertenecerse a sí misma. legitimados del genérico universal “La no
razón suficiente para la individuación en
Debido a esta condición, las mujeres difí-
el caso del genérico-mujer es clara: no hay
cilmente tienen acceso al principio de in-
que repartir, ni distribuir ningún patrimo-
dividuación (pre-requisito de la ciudada-

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Graciela Vélez Bautista

nio (valores, poder, reconocimiento, pres- ésta a su vez implica el esclarecimiento del
tigio ontológico) en un genérico que se ca- principio de la igualdad y el derecho a la
racteriza por la desposesión del mismo” diferencia, Sin embargo, “El derecho no
(Amorós, 2001: 49). Conceptualizadas y logra resolver el significado de la igualdad
relegadas al espacio privado, en las muje- para aquellos a quienes la sociedad define
res no hay nada que reconocer ni compren- como diferentes” (Minow, 1990: 9). Aun-
der, por lo tanto, su espacio es el de las idén- que hay distintas formas de abordar el tema
ticas e indiscernibles. de la diferencia, ésta se vuelve significati-
va cuando se la identifica con la inferiori-
Desde ese análisis ¿Qué sucede con la iden-
dad: “las personas diferentes no pueden en-
tidad femenina? Si las condiciones en que
tonces ser portadoras de derechos y son
se da son por demás establecidas por el otro
vistas como dependientes y no ciudadanas”
género en un sistema patriarcal, valga la re-
(Jelin, 1996: 193).
dundancia, falocrático y falogocéntrico, en
el que afirma Mckinnon, a la mujer se le La lucha social desde los actores diferen-
define “como una figura imaginaria, el ob- tes (inferiores), para este caso, las muje-
jeto de deseo del otro hecho realidad” res, ha presentado entre sus demandas de
(Mckinnon, 1995: 157). Así las mujeres han igualdad, el derecho a ocupar posiciones
aprendido que los hombres las ven y las tra- de alto nivel en la esfera pública-política,
tan desde su ángulo de visión y han apren- en los diversos ámbitos de mayor recono-
dido el contenido de esa visión. De manera cimiento social como el derecho de pro-
que su identidad se da en la alteridad, no en piedad, las finanzas, el mercado laboral
la identificación de sí misma. (igual salario a igual trabajo), así como la
participación en actividades sociales y de-
En tanto que el ejercicio del poder mascu- portivas antes sólo de dominio masculino.
lino sobre las mujeres es lo que define la
identidad de los hombres como hombres Estas demandas hacen énfasis en la aplica-
ante sí mismos y a las mujeres como muje- ción de la norma de igualdad, sin embar-
res ante sí mismas (McKinnon,1995). El go, esta misma puede ser insuficiente en
desafío femenino a este poder es amena- situaciones de diferencias específicas de las
zante para la identidad masculina, por ello mujeres, como señala Jelin: “frente al em-
la redefinición de las mujeres hacia la dis- barazo y la maternidad de una trabajadora,
tribución equitativa del poder, provoca la ¿se requiere igualdad —o sea negar la di-
violencia masculina hacia la integridad fí- ferencia entre hombres y mujeres— o un
sica sexual o emocional de ellas. tratamiento especial?” (Jelin, 1996: 194).
Sin vacilación, la diferencia existe, no se
puede ignorar ni negar y por otra parte, “la
SUJETO POLÍTICO FEMENINO. diferencia se produce sola, la igualdad hay
¿IGUALDAD O DIFERENCIA? que construirla” (Amorós, 2001: 14).
La reconstrucción de la mujer como sujeto En la construcción de la igualdad, se plan-
lleva implícita la igualdad de derechos y tea que si se ignora la diferencia, se cae en

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Género y ciudadanía

una neutralidad falsa, pero si se antepone a tos del discurso de derechos con una per-
todo, se enfatiza el estigma de la diferen- manente contextualización de los derechos
cia/inferioridad. Este dilema atañe a todos en los sistemas de relaciones sociales, es-
los grupos subordinados. Lo que se requiere pecialmente de género” (Jelin, 1996: 195).
es otra forma de deliberar sobre la diferen- La factibilidad de esta propuesta sólo pue-
cia y la igualdad que no consista en elegir de darse en un contexto democrático, ético
una perspectiva renunciando a la otra, “con- y plural.
siderando también la intersección de dife-
rencias y las relaciones de poder intrínse-
cas en las diferencias” (Romany, 1990; El sujeto político femenino y la política
Minow, 1990, en Jelin, 1996: 195). democrática
Para el caso de las mujeres se requiere un Desde la postura de este estudio, la recons-
proceso de igualación entre los sexos, don- trucción del sujeto político femenino debe
de la diferencia sexual sea reconocida y al inspirarse en un proyecto ético-político,
mismo tiempo relativizada, por ello “más democrático y plural, en el que es decisiva
que reivindicar la diferencia o la igualdad, una interpretación antiesencialista que no
se trata de buscar formas no esencialistas interfiera con la construcción de una alter-
de plantear la diferencia” (Scott, 2001: nativa democrática, cuyo objetivo permita
223), es decir, plantear un genérico feme- la articulación de diversos movimientos li-
nino igual y diferente. gados a diferentes formas de opresión.
Es necesario aclarar que aunque el objeto Esta articulación tiene que ver con la
de este estudio es el sujeto femenino, no se crítica al estatus tradicional de sujeto
soslaya el hecho de que existe una enorme de carácter unitario, racional y
variedad de mujeres con experiencias y homogéneo y sus implicaciones para
visiones diferentes marcadas por la clase, el feminismo. Mouffe lo explica:
la raza o la nacionalidad; por lo tanto, la ...cada posición de sujeto se constituye den-
crítica al principio de igualdad universal tro de una estructura discursiva esencialmente
implica considerar las diversas perspecti- inestable, puesto que se somete a una varie-
vas de las y los diferentes, “considerando dad de prácticas articulatorias que constante-
también la intersección de diferencias y las mente la subvierten y transforman. Por esto
relaciones de poder intrínsecas en las dife- no hay ninguna posición de sujeto cuyos vín-
rencias” (Romany, 1990; Minow, 1990, en culos con otras estén asegurados de manera
definitiva y, por lo tanto, no hay identidad
Jelin, 1996: 195).
social que pueda ser completa y permanente-
Pero ¿cómo asumir la igualdad y no sosla- mente adquirida. Esto no significa, sin em-
yar la diferencia?, Jelin argumenta: “tanto bargo, que no podamos retener nociones
desde una perspectiva teórica como desde como “clase trabajadora”, “varones”, “muje-
consideraciones estratégicas, la salida pue- res”, “negros”, u otros significantes que se
refieren a sujetos colectivos. No obstante, una
de estar en combinar la crítica a los supues-
vez que se ha descartado la existencia de una

386
Graciela Vélez Bautista

esencia común, su estatus debe ser concebi- ferentes movimientos: las mujeres, los tra-
do como “parecidos familiares”, y su unidad bajadores, los negros, los homosexuales,
debe ser vista como el resultado de una fija- los ecologistas, por mencionar los más co-
ción parcial de identidades mediante la crea- nocidos (Mouffe, 2001).
ción de puntos nodales. (Mouffe, 2001: 38).
El proyecto democrático y plural que pro-
Sin embargo, algunas políticas del femi-
pone Mouffe, aboga por la necesidad de
nismo parten de posturas esencialistas que
establecer una cadena de equivalencias
se apoyan en la premisa de concebir a las
entre las diferentes luchas democráticas con
mujeres como una identidad coherente y
el fin de crear una articulación equivalente
homogénea como base para unirlas y for-
entre las demandas de los diversos grupos
mular una política feminista. En oposición
excluidos o marginados.
a ello, Mouffe argumenta que la
deconstruccción de las identidades esencia- En esta visión democrática plural, el suje-
les permite establecer las bases para apli- to político femenino, se reconstruiría en
car los principios de libertad e igualdad en función de la ciudadanía que significa:
el marco de una democracia plural. Sólo una forma de identidad política que consis-
de este modo se puede concebir al agente te en la identificación con los principios
social como entidad constituida por un con- políticos de la democracia moderna
junto de “posiciones de sujeto” que no pue- pluralista, es decir, en la afirmación de la
den encajonarse en un sistema cerrado de libertad y la igualdad para todos. Tendría que
diferencias. Ello en atención a que la iden- ser una identidad política común entre per-
tidad no es fija, sino se enmarca en un sonas comprometidas en muy diversas em-
movimiento constante de presas y con diferentes concepciones del
bien, pero vinculadas las unas a las otras por
sobredeterminación y desplazamiento. La
su común identificación con una interpreta-
identidad es múltiple, diversa y contradic- ción dada de un conjunto de valores ético-
toria, sujeta a la intersección de las posi- políticos (Mouffe, 2001: 46).
ciones de sujeto. Por ello hablar del agente
social como una entidad unificada y homo- Mouffe no se refiere a una concepción ge-
génea es imposible. El objetivo es analizar nérica de ciudadanía y tampoco a una con-
la reconstrucción de lo femenino haciendo cepción neutral; puesto que reconoce que
hincapié en las numerosas relaciones so- la definición de un “nosotros” implica la
ciales en las que existen situaciones de do- designación de un “ellos”. “El objetivo es
minación que deben ser puestas en tela de construir un nosotros como ciudadanos
juicio si se aplican los principios de liber- democráticos radicales, una identidad po-
tad e igualdad. Esto indica el reconocimien- lítica articulada mediante el principio de
to común por los diferentes grupos que lu- equivalencia democrática...tal relación de
chan por una extensión de la democracia, equivalencia no elimina las diferencias, lo
de que tienen una preocupación común, y contrario sería simple identidad” (Mouffe,
llevará a una articulación común de las 2001: 47).
demandas democráticas que enarbolan di-

387
Género y ciudadanía

Este proyecto democrático permitiría com- la crítica del principio de igualdad univer-
prender la diversidad de maneras en que se sal que implica considerar las diversas pers-
construyen las relaciones de poder, así pectivas de las y los diferentes así como la
como develar las formas de exclusión en intersección de las diferencias y las rela-
el pretendido universalismo. ciones de poder implicadas en ellas.
Al respecto, y como condición externa in-
REFLEXIÓN FINAL dispensable determinante para la reconsti-
tución de la subjetividad, se hace referen-
Por la complejidad que encierra el tema de cia a un proyecto político, democrático y
la ciudadanía, este ensayo se ha limitado a plural donde las demandas de las mujeres
presentar una perspectiva basada en la y su preparación para la ciudadanía plena
deconstrucción de la subjetividad e identi- encuentren eco a través de la articulación
dad femenina a través de la categoría de con los diversos movimientos de los dis-
género; para explicar los motivos que tintos grupos excluidos y marginados.
subyacen en la desigualdad de condicio-
nes y oportunidades que persisten entre El propósito fundamental es plantear un
hombres y mujeres ante el ejercicio de la nuevo concepto de ciudadanía no genéri-
ciudadanía. co, tampoco neutral, pero sí bajo el princi-
pio de equivalencia democrática.
En primer lugar, muestra cómo desde el
nacimiento de los individuos, existen pro-
cesos identitarios que clasifican lo feme- NOTAS
nino y masculino dentro de un orden so-
cial falocrático y falogocéntrico, donde lo 1
Ciudadanía plena es aquella que presenta la
femenino es desvalorizado en relación con dimensión activa, participativa y propositiva
lo masculino, sobre todo cuando estos gé- de las mujeres en la construcción de una
neros se vinculan al lugar que se les asigna democracia plural e incluyente en la que la
dentro de los espacios público y privado. voz de los excluidos, la particularidad de los
sujetos sea reconocida (Sánchez, 2002: 1).
En segundo lugar, explica la manera en que
las mujeres fueron excluidas del espacio 2
“La ciudadanía activa no es sólo un estatus
público (espacio de los iguales), del con- legal, implica tomar una iniciativa, un co-
trato social, donde se adquiere la ciudada- mienzo en cuyo término acaban participan-
nía para ser relegadas al espacio privado do una pluralidad de sujetos. Esta plurali-
dad tiene el doble carácter de igualdad y
del no reconocimiento y de la
distinción. Por un lado los hombres somos
indiscernibilidad. iguales, pues de lo contrario estaríamos obli-
En tercer lugar, plantea la alternativa de re- gados a no entendernos. Por otra parte so-
construir al sujeto político femenino como mos distintos, ya que de lo contrario, no
diferente del masculino, pero no por ello necesitaríamos ni de acción ni de discurso
para entendernos” (Bárcena: 1997:210).
desigual e inferior. En este sentido, alude a

388
Graciela Vélez Bautista

3
Contexto cultural: “La parte del ambiente Castells, M. (2002), La era de la información.
edificada por el hombre, la cultura es esen- El poder de la identidad, México, Siglo XXI.
cialmente una construcción que describe el
Conde, E. y L. Infante (2002), “Identidad polí-
cuerpo total de creencias, comportamientos
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o conducta, sanciones, saber, valores y ob-
mocracia por realizar” en Gutiérrez,
jetivos que señalan el modo de vida de un
Griselda, Democracia y luchas de género.
pueblo” (Herskovits, 1952: 677).
La construcción de un nuevo campo teórico
4
La sociología feminista es relativamente re- y político, México, UNAM/PUEG.
ciente, su punto relevante no coincide con
De Lauretis, T. (1991), “Estudios feministas.
la época de los más destacados de la profe-
Estudios críticos, problemas, conceptos y
sión (Spencer, Weber, Durkheim hasta
contextos” en Carmen Ramos (comp.), Gé-
Parsons), quienes dieron respuestas básica-
nero en perspectiva de la dominación uni-
mente conservadoras a los argumentos fe-
versal a la representación múltiple, Méxi-
ministas que se les planteaban. Mujeres que
co, UAM-I
contribuyeron a la creación de la sociología
como Harriet Martineau, Clotilde de Vaux, Fernández, A. M. (1999), Mujeres en la élite
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5
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