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Reflexión
La Palabra clave de las lecturas de hoy es la VALENTIA, en la primera lectura Pedro
y Juan se enfrentan a los jefes del pueblo “No podemos menos de contar lo que
hemos visto y oído” es decir, no pueden dejar de anunciar lo que les ha dado
sentido a sus vidas, lo que han visto y oído no es otra cosa que el mismo Dios en la
tierra que pasa haciendo el bien, a quien el mar obedece, el que realmente era Hijo
de Dios, el que tiene Palabras de vida eterna, el que habla con sabiduría, al que la
gente se agolpaba para escuchar; eso es lo que han visto y oído y esta es la clave
del encuentro verdadero que suscita valentía, no pusilanimidad, no pereza ni
rencor, sino valentía de ir contra lo que el mundo ha hecho que sea humanamente
normal como el buscar una zona de confort, o sentirse agraviada por cualquier
contrariedad o el no soportar la frustración o el fracaso por no querer volver a
comenzar. En nuestra vida consagrada esto hace mella, porque nos achica el
horizonte y nos instala haciendo que aparentemente todo sea tan contrario que
Nosotros no podemos
menos de contar lo
que hemos visto y oído
acabamos por abandonarlo ya que humanamente no hay “frutos”…pero ya nos lo
dice Pedro junto a Juan…no es por los frutos, sino porque se sabe que es lo que se
ha visto y oído…que son las Palabra de vida eterna y a Dios que pasaba haciendo el
bien y predicando que el Reino de Dios (la vida eterna) está cerca.
Reflexión
En el evangelio, Jesús se aparece a as mujeres y estas corren a anunciarlo, pero, los
discípulos quieren permanecer en su duelo, lloran y no quieren entender que está
vivo, más fácil es la pusilanimidad el querer encerrarse en la pena y no reconocer
que de la manera más inesperada Dios se presenta y se hace vivo. Nosotras a veces
también nos encerramos en nuestros propios duelos en la pena ante las injusticias,
en los problemas, en el justo cansancio físico y en la decepción que muchas veces
lleva el apostolado y mas aún el vocacional….pero será justo permanecer en esta
pena, en este “duelo” cuando precisamente la cosas que hacemos por Dios nos
deben llevar a Él?...no son los frutos sino la voz de Dios que nos debe sacar de
nuestra incredulidad (cuando pensamos que ya nada puede cambiar) y de nuestra
dureza de corazón (cuando nos falta la fe, la esperanza y la Caridad) Jesús nos
reprocha la falta de valentía al no querer escuchar su voz por encerrarnos en
nuestras tristezas…¿acaso nos llama al éxito humano? ¿acaso nos ha dado la
vocación de super estrellas a las que nunca les falla nada?, no, nos ha dado la
vocación de ser Canonesas de la Cruz, con todo lo que esto conlleva…ya nos lo dice
nuestra Venerable Madre: