Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Para terminar estas páginas, que no bración del concilio provincial, se fue-
pretenden descargar al lector de la ron sucediendo, en los años 1582-1583,
insustituible tarea de conocer directa- las tres sesiones del Concilio Provincial
mente los escritos incluidós en esta Toledano, objeto directo del estudio his-
«Raccolta», me resulta grato volver de tórico realizado por Femández Collado.
nuevo ~l escrito In' memoriam del que es Aunque la referida norma tridentina
autor Mons. Javier Echevarría. Con el determinaba que debía celebrarse el
tono propio de la confidencia y del tes- Concilio Provincial cada tres años,
timonio que se siente en la obligación habían transcurrido dieciséis, desde la
de dar quien ha convivido muy de cerca conclusión del precedente Concilio del
con el personaje, Mons. Echevarría nos mismo rango en la Archidiócesis Tole-
da la clave de esa fecundidad que ha lle- dana, cuando su Arzobispo, don Gaspar
nado de frutos la vida de Mons. Álvaro de Quiroga y Vela, hizo la convocatoria
del Portillo: de este segundo Concilio Provincial
postridentino. Este Concilio, por otra
«Considero ante todo un deber de
parte, sería el último de la Provincia
justicia dar testimonio de este hecho:
Eclesiástica Toledana, que, como tantas
Mons. Álvaro del Portillo no deseó nun-
otras, se olvidó después de lo establecido
ca para sí ni honores, ni reconocimien-
sobre la celebración periódica de tales
tos. No buscó tampoco éxitos persona-
concilios.
les, ni ocasiones para lucirse. Tuvo una
única ambición: ser un buen hijo de Si bien en el siglo pasado había
Dios y un servidor fiel de la Iglesia, publicado ya Tejeda y Ramiro los textos
según el espíriru recibido del Beato Jose- redactados en el referido Concilio Pro-
maría Escrivá y siguiendo su ejemplo. A vincial Toledano, la aportación funda-
pesar de eso, o mejor, gracias a eso, gra- mental que hace Femández Collado en
cias a ese olvido de sí, fue capaz de rea- su estudio consiste en la mejor edición
lizar cosas grandes, puesto que la humil- de esos mismos textos que ahora nos
dad no empequeñece el ánimo, ni estre- ofrece. En efecto, la edición de Tejada y
cha los horizontes sino, al contrario, los Ramiro nos da los textos conciliares,
engrandece hasta ponerlos delante de la según quedaron despUés de introducir las
infinitud y de la grandeza de Dios» correspondientes correcciones hechas
por la S. Congregación del Concilio para
EDUARDO MOLANO su aprobación definitiva. Pero esa edi-
ción no nos permitía conocer los textos,
conforme a su redacción conciliar origi-
Ángel FERNÁNDEZ COLLADO, El Conci- naria, ni los pasajes concretos que fueron
lio provincial Toledano de 1582, 1 vol. de suprimidos en la corrección hecha en
154 págs., Publicaciones del Instituto Roma, ni las frases puntuales que fueron
Español de Historia Eclesiástica, Mono- introducidas antes de que la Santa Sede
grafías. núm. 36, Iglesia Nacional Espa- aprobara la promulgación definitiva de
ñola, Roma 1995. los textos conciliares. Esa precisa deter-
minación de los pasos seguidos en la his-
En relación directa con lo dispuesto toria de los textos constituye la aporta-
por el Concilio de Trento (sesión 24, ción básica del estudio monográfico que
decreto de reforma, c. 2), sobre la cele- ahora presentamos, y que ha sido posible