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3a Edición, revisada
aulinas
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Paulinas Editorial es una expresión apostólica de las
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Los Dos Caminos. Caracas, Venezuela.
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Site: www.paulinas.org.ve
Itinerario de Iniciación Cristiana SERÁN MIS TESTIGOS Etapa I: Una buena
noticia
Tercera edición, revisada y corregida.
Julio 2013. 'Equipo de redacción María Irene Nesi, fma Gerardo Relloso, fm
Jesús Velásquez Isaura Aviléz
Primera edición, julio, 2001.
Presentación de la 1a edición
La Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica, así como su Departamento Ejecutivo, ofrecen con gran
esperanza a los Catequistas de Adultos, Sacerdotes y demás Agentes de Pastoral los textos de Iniciación Cristiana
para Adultos.
El término Iniciación significa aquí, entrar en un proceso que lleva por etapas hacia la conversión, para ser un
verdadero cristiano. Proceso que lleva al descubrimiento, antes o despu és del bautismo, del ser cristiano y del ser
Iglesia; lleva a seguir un camino en el que se abandona el estilo de vida presente para comenzar a vivir algo nuevo;
lleva a la apropiación de un sistema de valores, principios y actitudes que manifiestan ser discípulo en la escuela de
Cristo.
El itinerario se llama "SERÁN MIS TESTIGOS", título que expresa la finalidad del proceso de Iniciación Cristiana.
Ahora se presenta la primera etapa, que corresponde al período de pre-catecumenado o el tiempo del primer
anuncio, de cara a la conversión, el cual lleva por nombre:"UNA BUENA NOTICIA".
Este texto abre una nueva etapa en la catequesis de nuestro país, al comienzo del Tercer Milenio, en el momento
histórico en que se realiza el Concilio Plenario de Venezuela.
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Es el fruto de un esfuerzo sostenido durante tres años en los que los Directores Diocesanos de Catequesis fueron
dando sus valiosos aportes. Gracias muy sinceras a ellos y al equipo que elaboró los temas.
A María, Reina de los Apóstoles, que vio nacer a la Iglesia en Pentecostés, encomiendo este proyecto de itinerario de fe.
Que su maternal intercesión disponga a los adultos católicos a recibir el don del Espíritu que los transformará en testigos
del Señor...
Presentación de la 3a edición
Nuevos acontecimientos eclesiales, en particular la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del
Caribe en Aparecida (13-31 de mayo de 2007) y las conclusiones expresadas en el Documento final, refuerzan el
compromiso con la catequesis de adultos.
El Papa Francisco se ha dirigido a los obispos del CELAM exhortándolos a continuar con el aliento que brotó en
Aparecida "en (...) contexto de oración y vivencia de fe”, es decir, el empeño de "un nuevo Pentecostés para la Iglesia y el
compromiso de la Misión Continental. Aparecida no termina con un Documento sino que se prolonga en la Misión
Continental" (Discurso al Comité de Coordinación del CELAM, Río 28-7-2013).
Esta Iglesia misionera que anuncia a Cristo con su palabra y testimonio (anuncio misionero) está comprometida en
completar la obra de la fe mediante una catequesis que inicie al discípulo misionero en el seguimiento de Jesús, vivido en
comunión eclesial y testimoniado en la vida.
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En este contexto es muy grato para mí presentar la edición revisada de los textos del itinerario "Serán mis
testigos". Esta nueva edición recoge tanto la experiencia de más de diez años, de catequistas abnegados y
entregados a su misión de acompañar a jóvenes y adultos en el camino de la fe, así como la experiencia de gran número
de mujeres y hombres que han encontrado de nuevo e! tesoro de su fe y lo viven gozosamente en sus comu nidades
eclesiales. Un reconocimiento muy especial para todos ellos.
María, la madre, que estuvo presente en el cenáculo orando con los discípulos y con ellos recibió el don del
Espíritu Santo, nos acompañe a todos en oración y compromiso para hacer que en cada catequizando se cumpla el
mandato de Jesús: "Serán mis testigos" (Hch 1,8)
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Introducción
La renovación de la Catequesis que anima el Directorio General para la Catequesis, recogida en el Documento
"La Catequesis" del Concilio Plenario de Venezuela, se pone de manifiesto en la catequesis de adultos de iniciación a
la vida cristiana y en los textos de apoyo del itinerario "Serán mis testigos" (Hch 1,8).
Esta catequesis se caracteriza por estar al servicio de la iniciación cristiana de los que están para bautizarse así
como de aquellos bautizados no convertidos.
Es una catequesis gradual, que acompaña el crecimiento de la fe por etapas. Esta gradualidad corresponde a la
pedagogía de Dios que se revela de manera progresiva adaptándose a nuestras limitaciones. A la gradualidad se une la
integralidad: la catequesis de iniciación es una formación básica e integral, centrada en lo nuclear de la experiencia
cristiana, en las certezas más básicas de la fe y en los valores evangélicos más fundamentales (DGC 67).
Recorriendo el itinerario de fe, el adulto y el joven convertido, irá consolidando su fe hacia la madurez, para
integrarse como miembro activo de la comunidad eclesial. En este camino la celebración unitaria de los sacramentos
de iniciación (bautismo, confirmación y eucaristía) incorpora al catecúmeno al misterio pascual, para que una vez
muerto al pecado, viva por siempre en Cristo (cfr. Rm 6,4) y se manifieste en él la gracia salvadora de Cristo.
El Documento de Aparecida resalta claramente que forjar y educar discípulos y misioneros de Jesucristo es la misión
específica de la catequesis de adultos. Y señala como básico en el proceso de formación del discípulo la catequesis de
iniciación como tiempo clave para poner las bases del ser cristiano.
La catequesis de adultos como iniciación se debe entender corno un proceso que integra una catequesis de
experiencia de Dios, pasando de una catequesis principalmente teórico y doctrinal, hacia una catequesis más vivencial
(Card. C. Hummes).
La catequesis en clave catecumenal tiene una fuerte dimensión litúrgico-sacramental. Está íntimamente unida a la
liturgia en la unidad de los tres sacramentos de iniciación y en una fuerte vivencia de comunidad eclesial.
Otro elemento a tener en cuenta es la dimensión misionera de la catequesis. "El verdadero discípulo que hace
experiencia de Dios en Jesucristo, siente dentro de sí la pasión misionera de anunciar a los otros lo que vive, lo que ha
experimentado, para conducir siempre más personas a un encuentro con Cristo".
Esta dimensión misionera se complementa con un fuerte sentido de compromiso por la transformación de la sociedad
a la luz de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
La iniciación es un camino que recorre el joven y el adulto, que llamados a la fe por el primer anuncio (kerigma) se han
encontrado personalmente con Cristo y responden a esa gracia dando su adhesión y haciendo experiencia de vida
cristiana, se insertan activamente en la comunidad eclesial, llevados por su respuesta a la llamada a la fe y por su
compromiso de ser testigos del evangelio.
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La catequesis de inspiración catecumenal sigue las cuatro etapas del catecumenado bautismal, adaptándolas a las
circunstancias concretas del grupo de adultos, sean catecúmenos o catequizandos.
El objetivo de esta etapa es: descubrir el sentido de la vida en el encuentro con Jesucristo vivo, como llamada a la fe y
a la conversión.
De una vez es necesario dejar en claro que este libro no es un texto de catequesis, ni una guía para el catequista.
Los libros del itinerario "Serán mis testigos" son complementarios a la experiencia de fe que supone cada encuentro
catequístico con adultos. No es, por tanto, un "texto de estudio", ni una "guía práctica", ni mucho menos sirve para hacer
una "lectura guiada" o "comentada", por el catequista.
Ofrecer unos textos al catequizando es con la finalidad de poner a su disposición una síntesis de los contenidos que
marcan el camino de la fe, facilitarle la reflexión y sobre todo la oración y meditación de lo descubierto en cada encuentro
catequístico.
En cada uno de los textos encontrarán elementos de reflexión, de cuestionamiento, que apoyan el diálogo
generado por el catequista y el grupo de adultos con "El Interlocutor", que es Cristo, es su palabra y es el
testimonio creyente de la comunidad.
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Para que su utilización sea realmente de provecho es conveniente que después de cada encuentro, se lea
detenidamente el tema. Que el catequizando se deje interpelar por los hechos de la vida que se proponen, y sobre
todo que sea motivo para ahondar en la propia experiencia ("Partimos de la realidad"). Esta aproximación a la
vida se completa con el apartado "Profundizando en las preguntas" con el que, como su nombre lo indica,
podrá ahondar en el sentido de la propia experiencia; es una constatación de la búsqueda que cada persona va
viviendo, aún sin ser muy consciente de ello.
El mensaje cristiano ("Nos abrimos al Mensaje Cristiano"), en esta etapa, es una propuesta de la presencia
del Señor Jesús en la vida de cada hombre y mujer que lo sabe descubrir, para ir abriendo el corazón para el
encuentro, la conversión y la aceptación. Se ha escogido el texto bíblico de "los discípulos de Emaús" (Le 24, 13-
35) para unir los temas, como expresión concreta de la pedagogía del Señor en el encuentro personal. Lo
fundamental, por tanto, es descubrir la persona de Jesús a través de la lectura y profundización en la propia vida.
A esto ayudan las preguntas que se proponen en "Respondemos con la vida". Las respuestas pueden dar
lugar a un intercambio de experiencias en el encuentro siguiente, o ser un recurso para el catequista, para
animar al grupo a dar respuestas de fe.
Cada tema finaliza con una expresión compartida y celebrada de lo vivido, con los demás participantes. Se ha
denominado" Celebremos nuestra vida", porque se quiere iniciar gradualmente a la oración, partiendo del gozo de celebrar
la propia vida, para luego abrirla al encuentro con el Señor presente en ella.
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En la elaboración, los redactores han tenido en cuenta que cada tema "conecte con la vida concreta, teniendo
presente sus inquietudes y sus interrogantes, sus hechos y sus esperanzas".
Por medio del texto escrito se espera producir en los interlocutores de la catequesis "un conocimiento mayor de los
misterios de Cristo en orden a una verdadera conversión y a una vida más conforme con el querer de Dios" (CT 19).
Con el impulso del Espíritu Santo que anima a su Iglesia, y de la mano de María, la Estrella de la Nueva Evangelización
entregamos el fruto de esta revisión para continuar en la fecunda tarea de la formación del discípulo misionero.
Encuentros previos
1. Conocerse
OBJETIVO: conocer el nombre de los participantes.
Vamos a conocer a las personas con las que compartiremos esta experiencia de conocer y vivir la fe cristiana.
2. Encontrarse
OBJETIVO: compartir con los participantes del grupo.
Hacemos la experiencia de hablar con otras personas de lo que nos interesa y nos agrada. Nos damos cuenta que
es posible conocer a nuevas personas y entrar en confianza con ellas.
Entrar en contacto con el misterio más profundo del ser humano y su apertura a la trascendencia
3. En búsqueda de mi identidad.
4. En búsqueda de la felicidad.
5. ¿Éxito o fracaso?
6. Yo te busco
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3. En búsqueda de mi identidad
A. PARTIMOS DE LA REALIDAD
Bienvenido a esta experiencia de formación como persona. Delante de ti se abre un camino que te va a llevar al
encuentro con Jesús. Eso es lo que quiere decir "Itinerario de Fe".
Aquí tienes una propuesta: paso a paso irás encontrando elementos que te ayudarán a crecer como persona y a
encontrarte con un Jesús vivo que te invita a seguirle. ¿Qué te parece el proyecto? ¿Te animas a participar?
Empecemos de una vez con el primer paso en este camino. Se trata de preguntarte sobre ti, sobre tu persona: ¿Quién
soy? ¿Por qué vivo? ¿Para qué vivo?
Vives día tras día sin preocuparte demasiado de las cosas o acontecimientos de tu alrededor.
Algunas personas hacen lo imposible para evitar que se presenten estas inquietudes. Se pierden en el activismo, en
cualquier tipo de diversiones, y hasta en el alcohol y la droga.
De esta manera no es necesario buscar respuestas a preguntas que no se hacen; sin embargo, tarde o temprano
salen a flote y exigen una respuesta.
La vida está llena de interrogantes. Al ser sincero contigo mismo reconoces que hay unas inquietudes profundas.
Por lo general no se refieren a cosas sencillas sino que tienen que ver con algo muy adentro de ta persona. Lo más
grave de este planteamiento es que los medios de comunicación, las redes sociales, no dan la respuesta adecuada; a
veces funcionan más bien para silenciar dichos interrogantes.
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¿Qué haces tú, cuando todos los días tienes que buscar el alimento para tu familia? Así fue ayer e igual será
mañana, y todo eso desde hace más de un año, cuando a lo mejor perdiste el empleo por la "reorganización interna de
la empresa". Es angustioso, hace perder la calma; se termina gritando y exclamando: ¡¿cómo es posible?!
Después de algún tiempo te preguntas acerca de ti mismo: ¿Qué hago yo aquí en este mundo? ¿Qué o quién me
da ánimo? De esta manera sientes la gran necesidad de responder y a la vez de dar sentido a esta vida. Muchas veces va
acompañado con otro tipo de preguntas como: ¿Hasta cuándo soportaré todo eso?
Concilio Vaticano II: Constitución Pastoral sobre la Iglesia y el mundo Gaudium et Spes (por su titulo en latín), 3.
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La búsqueda del sentido de la vida es ponerse en camino, es aceptar la posibilidad de encontrar una solución. En
esta tarea puedes sentir el apoyo de los otros del grupo, y, por qué no, el acompañamiento del mismo Jesús.
Comparemos lo que sentimos con dos personas que llamamos "los discípulos de Emaús". Ellos siguieron a
Jesús su maestro por tres años y han asistido a su muerte en la cruz. Ahora quieren apartarse del lugar del
desastre. Su vida no tiene más sentido. Caminan cabizbajos y desanimados. No encuentran una respuesta a las
preguntas fundamentales. Ahora ellos dos tienen una nueva experiencia como leemos en el libro del evan gelio de
Lucas:
"Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que dista de Jerusalén unos once
kilómetros. Iban hablando de todos estos sucesos. Mientras hablaban y se hacían preguntas, Jesús en persona
se acercó y se puso a caminar con elfos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de
reconocerlo" (Lc 24, 13-16).
En los dos discípulos se encuentra la imagen de tu vida… Muchos acontecimientos están sin tener las debidas
explicaciones. No se entiende y uno se queda con las inquietudes. En este camino se hace presente Jesús, aunque como
un desconocido. Lo maravilloso está en que no son los discípulos que buscan a Jesús, sino es Jesús quien se acerca a
ellos... El desconocido les acompaña, pero no lo reconocen por todo lo que ha pasado.
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Ya has caminado mucho tiempo solo, sola, en la vida, deja ahora que este desconocido se haga compañero
de camino..., que te pregunte... ¿Qué le vas a responder?
Al terminar el encuentro sientes en ti la necesidad de reflexionar sobre tu vida. Vale la pena continuar
ahondando en las preguntas que nos hicimos. Mirar qué pasa cuando me pregunto ¿por qué vivo?
Escuchemos esta canción, no tan nueva, pero muy actual, por lo que nos dice:"Me olvidé de vivir" de Julio
Iglesias:
De tanto correr por la vida sin freno Me olvidé de vivir Me olvidé de vivir
Me olvidé que ¡a vida se vive un momento Me olvidé de vivir Me olvidé de vivir
De tanto querer ser en todo el primero Me olvidé de vivir Me olvidé de vivir
Me olvidé de vivir los detalles pequeños. Me olvidé de vivir Me olvidé de vivir
De tanto jugar con los sentimientos De tanto correr por ganar tiempo al tiempo
Viviendo de aplausos envueltos en sueños Queriendo robarle a mis noches el sueño
De tanto gritar mis canciones al viento De tanto fracasos, de tantos intentos
Ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento. Por querer descubrir cada día algo nuevo.
4. En búsqueda de la felicidad
A. PARTIMOS DE LA REALIDAD
Existe algo emocionante en la vida del ser humano: buscar incansablemente la felicidad. La persona humana
quiere ser feliz. Hace de todo para encontrarla, a veces con éxito, otras veces, más bien acabando con una desilusión.
El sentido de la propia vida tiene que ver con la felicidad. Cuanta más felicidad se logra, tanto mayor calidad de
vida se alcanza.
Algunos estudiosos del tema afirman que se descubre el sentido de la vida a través de tres experiencias
fundamentales: el amor a una persona, el servicio a un ideal y el enfrentarse al sufrimiento inevitable. Entonces, ¿es
ese el camino para alcanzar la felicidad? Parece que sí, en la medida que exista un verdadero amor hacia otro, una
disponibilidad para la lucha por un ideal o una actitud constante para superar los malos ratos y sufrimientos.
El deseo de la felicidad está presente en el hombre y la mujer. Esta búsqueda es fundamental para todo ser humano;
todos quieren ser felices.
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Ahora es bueno preguntarse ¿es fácil encontrar la felicidad?
Algunos piensan que sí. Sin embargo, la experiencia común, en la sociedad actual, es como para creer que no es
tan sencillo. Implica una lucha, además, los momentos de verdadera felicidad son difíciles de lograr y más aún
conservarlos.
En las conversaciones diarias se encuentra pocas veces personas que afirman ser felices. Casi siempre se
escucha un sin fin de lamentaciones, de pequeños accidentes, de contratiempos, que demuestran la falta de felicidad.
Estas experiencias no tan buenas inducen fácilmente a la depresión y a la conclusión: "la felicidad no existe".
¿Esa es tu experiencia?
Lo cierto es que no se consigue la felicidad ofrecida en una bandeja de plata. Es necesario trabajar para
descubrirla y cultivarla.
Lo importante en la búsqueda de la felicidad es tener un norte, una meta que lograr. Así se puede decir que la
entrega de tu tiempo o energía a otra persona con el olvido de ti mismo proporciona felicidad. La dedicación a la
realización de una meta propuesta produce felicidad. ¡Qué bien! ¡Se puede ser feliz!
¿Tú lo sientes de esta manera? ¿Estás dispuesto colaborar día tras día para construir tu felicidad y la de los que
te rodean?
A veces se presentan caminos que no llevan a la verdadera felicidad. Sólo producen una satisfacción
momentánea válida por un tiempo corto. Más bien funcionan como escapatoria del quehacer diario .Así por
ejemplo, la embriaguez de una noche de fiesta, la música al ritmo violento de moda, el aturdimiento de la droga o et
alcohol, entre otros. Todas son maneras para escapar de la realidad.
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Por eso, para encontrar la felicidad hay que retornar a la vida misma y en ella al corazón. Algo te indica que la vida
puede ser diferente, que tú estás en condiciones para alcanzar una meta: encontrar el sentido de la vida.
El ser humano aspira a lograr la felicidad, la cual no se consigue sino alcanzando ese ideal de vida que se ha propuesto.
Frente a él, la persona se siente responsable de su actuar cotidiano. El ideal resulta ser la última razón de la vida. Y,
¿dónde se consigue este ideal?
Ahora te das cuenta que la búsqueda de la felicidad no es cualquier cosa. Tiene que ver con lo más profundo de
la existencia. Además es indispensable para dar sentido a la vida. En el tema anterior conociste a estas dos
personas que completamente desanimadas deben reorientar su vida. Ellos lo perdieron todo. No ven ninguna luz,
todo es oscuridad y tristeza.
El les preguntó:
-¿Qué ha pasado?" (Lc 24, 17-19)
Jesús se interesa por la situación de estos dos hombres. Quiere acercarse a ellos para conocer las
preocupaciones y las razones de esta tristeza tan profunda. No es mera curiosidad, es más bien la manifestación
del deseo de compartir con ellos. No los deja solos. Sigue junto a los dos hombres y se pone en sintonía con ellos.
Deja que le cuenten lo sucedido, sus inquietudes, su falta de felicidad. El desconocido escucha, les ofrece un espacio
vital, les permite hablar.
Los encuentros que has comenzado, quieren ser para ti una oportunidad de descubrir a tu lado a este
"caminante" al que todavía quizá no conoces bien, pero que se interesa por tu vida, que te escucha, que quiere
caminar contigo, compartir tu búsqueda y si se lo pides, darte una respuesta.
El tema, sobre la felicidad, te lleve a enfrentar preguntas, situaciones que no has resuelto del todo. Situaciones que
hasta ahora estás evadiendo, sumergiéndote en tu trabajo, en la actividad, en el hogar... Sin embargo tienes esta
oportunidad, ¿la dejarás pasar?
Aquí tienes un texto de Martín Luther Kíng2, que te ayudará a continuar la reflexión. ¿Qué es lo que más te llama la
atención de esta lectura?
"Me gustaría que alguien contase, en el día de mi muerte, que Martín Luther King trató de vivir en e/ servido al
prójimo.
Me gustaría que alguien dijera aquel día que Martín Luther King trató de amar a alguien.
Ese día quiero que puedan decir que traté de ser justo y que quise caminar junto a los que actuaban en justicia,
que puse mi empeño en dar de comer al hambriento, que siempre traté de vestir al desnudo. Quiero que
digan ese día que dediqué mi vida a visitar a los que sufrían en las cárceles. Y quiero que digan que intenté amar
y servir a los hombres.
Sí, y, si quieren, digan también que fui un heraldo. Digan que fui un heraldo de justicia. Digan que fui un heraldo de
la paz. Que fui un heraldo de la equidad.
No tendré dinero para dejar cuando me vaya. No dejaré tampoco las comodidades y los lujos de la vida. Porque
todo lo que quiero dejar a mi partida es una vida de entrega.
Y eso es lo que les tengo que decir. Si a alguien pude ayudar al encontrarnos a lo largo del sendero, si a
alguien pude hacerte ver que había escogido el mal camino, entonces mi vida no habrá sido en vano.
2. Martin Luther King fue un pastor protestante de Estados Unidos. Fue mere cedor del Premio Nobel de la Paz
en 1964 por su lucha pacífica para conquistar el respeto de los derechos civiles y la igualdad para la población
afro descendiente de su país, de la que formaba parte. Murió asesinado por defender a su gente.
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Si consigo cumplir mis deberes tal como debe cumplirlos un cristiano, si consigo llevar la salvación al mundo, si
consigo difundir el mensaje que enseñó el Maestro, entonces mi vida no habrá sido en vano” 3.
Escribe lo que quisieras que dijeran de ti después de tu muerte. Compártelo en grupo y entrégalo a tu catequista.
3. LOIDI, P., REGAL, M. Gritos y Plegarias. Canciones, plegarias, salmos, testimonios, páginas fuertes. Bilbao 1978, pág. 414-
415.
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5. ¿Éxito o fracaso?
A. PARTIMOS DE LA REALIDAD
Encontrar la felicidad, parece ser la meta de la vida. Sin embargo con frecuencia encuentras que es difícil conseguirla
y que muchas veces la búsqueda termina en fracaso.
¿Cómo reaccionas ante el fracaso? ¿Cómo te sientes cuando los demás dicen de ti que eres un(a) fracasado(a) en la
vida? A nadie le gusta tal calificativo.
Y, ¿si no son los demás los que dicen eso de ti... si eres tú el que se siente que todo está perdido?
La primera reacción es hacer el intento de esconder la realidad. Empiezas a estar demasiado ocupado para pensar, te
refugias en la bebida para olvidar... Son formas de escapar al miedo de enfrentar el fracaso, el dolor.
Sin embargo, no se soluciona nada, sólo te vas alejando cada vez de tu verdad y te llenas de angustia y ansiedad. Te
enfermas, te deprimes... no levantas cabeza.
También has podido constatar, a lo largo de la historia humana, tantas proyectos buenos, que empezaron bien, pero
que no lograron su fin creando sólo decepción y amargura. ¡Cuántas promesas de gobernantes de turno sin cumplir!
¡Cuántos proyectos de cambios sociales, políticos, económicos, culturales que no llegaron a ser realidad!
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Puede ser un negocio que has montado con esfuerzo, pero que has tenido que cerrar porque produc ía más
pérdida que ganancias.
O la ruptura en tu familia..., con las consecuencias de dolor, abandono que implica para todos, pero en especial
para los niños.
¿Qué sentido puede tener en tu vida el sufrimiento? ¿Cómo se compagina con la búsqueda de felicidad?
¿No habrá una respuesta positiva que ayude a superar y salir de esta situación?
Lo que produce felicidad también puede ser causa de sufrimiento. Te invito a revisar algunas situaciones. Piensa en
la convivencia familiar. Puede endulzarte la vida, en el compartir y lograr juntos construir en un hogar. Pero también
puede amargarse la vida de todos. ¡Y qué amargura cuando se defrauda la mutua confianza, con culpa o sin ella!
Vivir juntamente con otros produce felicidad, pero tambi én es causa de grandes sacrificios y renuncias... por eso
decimos que hay que aprender a convivir.
El amor, que comienza en ternura, alegría, respeto, puede llegar a transformarse en pasión y degenerar en
crueldad inhumana. ¡Cuántas mujeres, cuántos niños, cuántos hombres no sufren las consecuencias de la violencia
familiar!
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El trabajo es otra fuente de dolor y frustración, cuando debería ser ocasión de gozo y realización. El trabajo
debería servir para el desarrollo y progreso de la persona, así como el bienestar de la familia. Sin embargo, qué duro
puede resultar, qué monótono y opresor.
¿Y el dolor y destrucción corporal? La enfermedad, los vicios, el envejecimiento.., todo esto va dejando sus huellas en
el cuerpo.
Incluso la libertad y la conciencia que sitúa al ser humano por encima de los animales, que tendría que ser su
gloria..., cuántas veces se ve limitada por la ignorancia, cegada por la pasi ón o la opresión. ¿Hasta qué punto la
libertad puede dominar los impulsos irracionales? ¡Cuántas veces experimenta que hace el mal que no quiere y no
alcanza el bien que anhela!
¿Es una visión pesimista? A primera vista pudiera parecer así, sin embargo, en el fondo de tu corazón has tropezado
con alguna de estas limitaciones. Son situaciones reales, que de una u otra manera tienen que ver la posibilidad del
fracaso en la vida.
Ahora, si todo esto es así, ¿no habrá una palabra de aliento, una salida? ¿Dónde encontrar esa palabra?
Volvamos a la experiencia de los dos discípulos de Emaús, que ya reflexionaste en el tema anterior, cómo estaban
entristecidos y desconcertados y cómo el desconocido se les acercó. El dolor, el sufrimiento, la experiencia de vacío
hace que no se tenga la suficiente claridad para entender. Ellos lo vivieron así:
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"Pero mientras hablaban y se hadan preguntas, Jesús en persono se acercó y se puso o caminar con e/los. Pero sus ojos
estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo" (Lc 24,16).
Incapacitados, imposibilitados, inhabilitados, estas personas no puedan reconocer a la otra persona. ¿Qué
sucede?
Recuerda; dos discípulos de Jesús luego de su muerte se dirigen a un pueblo llamado Ema ús. Y van por el
camino discutiendo tristes, deprimidos, con el fracaso a las espaldas, pensando que luego de la muerte de Jesús todo
había acabado.
Lo que a los discípulos de Emaús les sucede, a lo mejor lo vives tú; esperas de los demás, de ti mismo, de la vida,
de Dios, otra cosa, te haces una idea equivocada.
Sin embargo, del dolor puede nacer la vida y del fracaso una nueva oportunidad. No es el dolor lo principal, el
sufrimiento no tiene la última palabra. Este desconocido está con ellos, y no se queda en su desaliento, en su
sensación de fracaso. Él los escucha para crear un nuevo espacio, un espacio de vida.
Este mismo desconocido, está dispuesto a caminar contigo, para que puedas abrirle tu corazón y dejar que él,
entre a cambiar tu desesperanza y dolor También espera que lo reconozcas.
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D. RESPONDEMOS CON NUESTRA VIDA
El dolor asusta, el sufrimiento paraliza... sin embargo, del fracaso puede nacer una nueva oportunidad.
• Cuando te has equivocado, cuando has fracasado, ¿cómo reaccionaste? ¿Buscaste a alguien para pedir ayuda
o te encerraste en tu sufrimiento?
• En medio de la angustia y la ansiedad que genera et fracaso y en medio de la euforia que genera el éxito, ¿eres
capaz de pedir ayuda o agradecer a Dios?
Y desde entonces -hace ya veinte años de esto- no he cesado de encontrar un gozo que se renueva cada día, una
fuerza y una felicidad que renacen sin cesar en medio de esta gran certeza: Dios existe, esto es cierto; Dios existe y
me ama. Sin embargo, veo a mí alrededor a la inmensa mayoría de mis compañeros de trabajo o de barrio que
dudan de la existencia de ese Dios. ¿Puedo esperar que llegaré algún día a hacerles compartir mi seguridad y mi
dicha?
4. Jacques Loew es un sacerdote obrero francés que comparte su vida y su fe con los trabajadores del puerto de Marsella
(Francia). Su conversión ocurrió a los 25 años, según su propio testimonio.
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La verdadera búsqueda de Dios se parece a la actitud de un hombre que, después de haberse sentado, escucha. Y
es lógico que sea así, porque en definitiva, Dios no es algo que hay que construir o hacer, sino que es alguien a quien
hay que recibir.
Y cuando se recibe a alguno, hay que empezar por sentarse y escuchar.
Sentarse y escuchar no supone abandono ni pereza. Siempre lo hacernos cuando queremos dejarnos impregnar por
una verdad que nos parece demasiado grande para nosotros.
Para saber el secreto de un amigo, yo no tengo más que un medio, que es el de escucharle, sobre todo cuando
adivino que este amigo tiene que decir cosas grandes que yo ignoro.
Pero si yo hablo todo el tiempo, no encontraré jamás el secreto de mi amigo, aunque mis palabras giren desde el
principio hasta el fin de nuestra conversación en torno a su secreto"5.
Aquí tienes un testimonio de alguien que en su juventud encontró respuestas en Dios... despu és de
comentar lo que más te ha llamado la atención del texto, ¿no te sientes animado a compartir con el grupo tu
propio testimonio y tu propia búsqueda?
5. LODI. P. REGAL, M. Gritos y Plegarias. Canciones, plegarias, salmos, testimonios, páginas fuertes. Bilbao. 1978, pág. 329-
330.
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6. Yo te busco
A. PARTIMOS DE LA REALIDAD
Has ido descubriendo la necesidad de un sentido para tu vida, como ansia incansable de la felicidad y la
inevitable experiencia del fracaso. Te encuentras capaces de sueños ilimitados pero sientes la impotencia de
realizarlos.
Por esta razón vives momentos de oscuridad que te impulsan a buscar seres o experiencias espirituales que
te van a dar la luz y protección que necesitas. Unas veces la búsqueda de esta luz te lleva a participar en formas
de expresión de religiosidad oficial y otras a participar en expresiones de religiosidad popular.
La experiencia de los dos de Emaús (Lc 24,19-25), manifiesta que ellos sintieron la oscuridad y el silencio como
respuesta a su búsqueda:
Al llegar al final de nuestro encuentro nos comprometemos a estar abiertos a las señales de Dios en la vida
diaria.
Para celebrar la experiencia de nuestro propio caminar escuchamos la súplica del Salmo 41,2-3, y la completamos
con nuestras palabras y sentimientos:
Como anhela el venado estar junto al arroyo, así mi alma desea, Señor, estar contigo.
Sediento estoy de Dios, del Dios de vida; ¿cuándo iré a contemplar el rostro del Señor?
Lágrimas son mi pan de noche y día, cuando oigo que me dicen sin cesar:» ¿Dónde quedó su Dios?»
Tengo sed de ti…
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¿Cómo te sientes en esta búsqueda de la felicidad? En un camino largo y a veces difícil. Las respuestas que te
ofrecen los demás no te satisfacen. Parecen explicaciones baratas. Si enciendes el televisor, las contradicciones te rodean:
las noticias, raras veces son buenas...y las propagandas comerciales te ofrecen un mundo irreal: cualquier cosa, desde
comida a un carro, desde un refresco a una lavadora..., te proporcionan una "gran felicidad", hacen de ti una "persona
única"...
A pesar de todo, ¿es posible una buena noticia?
¡Menos mal que te estás dando cuenta que necesitas de alguna buena noticia de vez en cuando! Parece que
da ánimo para seguir luchando y trabajando. Un error bastante común es buscar estas buenas noticias en
acontecimientos extraordinarios. Sin embargo, forman parte de la vida, si las sabes descubrir.
Un matrimonio, lleva ya 12 años de casados y están sin hijos. Querían tener uno, pero no lo lograron. Se
acostumbraron a esta situación, aunque no acababan de perder del todo la esperanza. Y cuando menos lo esperaban,
ocurrió: el médico certifica el embarazo. ¿No es una buena noticia para esta pareja?
Todos los días tienes el mismo trajín: levantarte temprano, preparar desayuno, despachar los niños para la escuela,
ir para el trabajo, regresar a casa... y así, siempre la misma rutina .A la larga, una tarea que parece que no tener fin. Sin
embargo, ocurre algo que no es de todos los días, el hijo mayor, en pleno desarrollo, se te acerca y te dice:"Mami, te
quiero". ¿No es una buena noticia para ti?
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¿Qué te parece si continuamos la narración que hemos venido profundizando en estas páginas? Lo que les
pasó a los des discípulos que se fueron de camino a Emaús. Como ellos, sientes la necesidad de una respuesta, pero
ahora todo parece estar oscuro. Puedes continuar la lectura del texto:
Los dos amigos que van de camino, habían puesto su esperanza en un hombre que apareció por los caminos de
Galilea y Judea. Lo llaman un profeta poderoso en el que todos creían. Sin embargo, su muerte los dejó sin nada; no
quieren creer la noticia de que estaba vivo. Por eso el reclamo de Jesús: "¡qué duros son para creer...!"
¡Sí! ¡Esta es la buena noticia! Jesús está vivo. Murió crucificado y al tercer día, resucitó.
De esto son testigos sus apóstoles y esto es lo que anuncian a todos los que los quieren oír:
"Yo les trasmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las
Escrituras, y que fue sepultado; que resucitó al tercer día según las Escrituras; y que se apareció a Pedro y luego
a los Doce... Y después de todos se me apareció a mí" (I Co 15,3-5.8).
Este anuncio es para ti, que estás viendo cómo todo se acaba, que sientes que algo le falta a tu vida. Alguien se
preocupó de cada uno de nosotros, de ti, y dio su vida para darte vida. Muri ó por tus pecados, te amo, hasta dar la
vida por ti.
Afirma Pablo con plena convicción: "Pues bien, Dios nos ha mostrado su amor ya que cuando aún éramos
pecadores Cristo murió por nosotros" (Rm 5,8).
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Sin embargo, la muerte no tuvo la palabra definitiva en su historia. Por nosotros RESUCITO. Jes ús está vivo. Es
la experiencia de los de Emaús, camina a su lado, les explica lo que no habían entendido, les da razón para recuperar su
esperanza, Jesús está vivo, lo han visto los apóstoles y dan testimonio, y los que creen encuentran la salvación.
El relato que has seguido describe los sentimientos de los caminantes, cuando Jesús, aún desconocido, quiere
seguir su camino:
"Al llegar al pueblo donde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron diciendo:
-Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo.
Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo
dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, Jesús desapareció de su lado y se dijeron uno a otro:
-¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" (Lc 24,28-32J
Jesús transforma, rehace, da sentido a la vida. Por eso es buena noticia. ¡Su persona, su vida, su mensaje es
buena noticia! Eso quiere decir la palabra "evangelio": buena noticia.
Estás invitada, estás invitado, a recibir no sólo un mensaje, sino a alguien vivo. Es Jesús. Él te ama hasta entregar
su vida por ti:"Me amó y se entregó por mí" (Ga 2,20). Con su resurrección abre ante ti un nuevo horizonte, una nueva
vida. ¿Quieres encontrarte de veras con Jesús?
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• Los discípulos de Emaús, aunque no descubrieron al principio quién iba con ellos, sin embargo afirmaron que
"su corazón ardía mientras les hablaba"... ¿Puedes decir lo mismo tú al escuchar la palabra de Jesús?
• Tanto tiempo has buscado una respuesta, y ahora la tienes frente a ti, ¿quieres abrir tu corazón para encontrarte
con Jesús que ha hecho el camino contigo, aunque no lo sabías?
Has llegado a un momento importante del camino, Jesús se hace presente. Es bueno ahora detenerse un
momento y profundizar qué significa todo esto para ti y para el grupo. Puedes volver a leer ahora todo el texto de los
discípulos de Emaús, (Lc 24,1-32) y compartir con los otros participantes cómo se da en tu vida esa experiencia.
Si quieres otro texto que también puede ayudar a interiorizar el encuentro con Jesús, puedes hacerlo a partir de
Lc 19,1 -9.
"Jesús entró en Jericó y atravesaba la dudad. Había en ella un hombre llamado Zaqueo, jefe de los que recaudaban
impuestos para Roma y rico: quería conocer a Jesús, pero como era bajo de estatura, no podría verlo a causa
del gentío. Corriendo se adelantó y se subió a un árbol para verlo, porque iba a pasar por allí. Cuando Jesús llegó a
aquel lugar, levantó los ojos le dijo:
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—Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa.
Él bajó a toda prisa y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban y decían:
-Se ha hospedado en casa de un pecador. Pero Zaqueo se puso en pie y dijo:
-Señor, la mitad de mis bienes se los doy a ¡os pobres, y si engañe a alguno, le devolveré cuatro veces más.
Jesús le dijo:
Es el encuentro con Zaqueo. Puedes encontrar algunos elementos que pueden parecerse a lo que tú vives. Zaqueo
quiere ver a Jesús. Se sube en un árbol para poder mirarlo a gusto, sin que la multitud lo moleste. Jesús lo mira. Lo llama por
su nombre. Le dice que quiere ir a su casa. Y el encuentro cambia la vida de Zaqueo..."Hoy ha llegado la salvación a esta casa
(...) Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (Lc 19,9).
Yo vivía muy tranquilo y descuidado, y pensaba haber cumplido mi deber, muchas veces yo pensaba equivocado
contentarme con la letra de la ley mas después que mi Señor pasó, nunca más mi pensamiento descansó
50-51
8. Yo creo, pero aumenta mi fe
A. PARTIMOS DE LA REALIDAD
Te has dado cuenta que en tu vida, ha resonado una buena noticia, un anuncio que lo puede cambiar todo. Así lo
fue para los dos discípulos de Emaús. Al reconocer al desconocido que los había acompañado, obtuvieron un nuevo
aire, su vida adquirió un nuevo sentido. Fue un encuentro con UNA PERSONA. Confiaron en él, creyeron en él.
Antes de continuar es bueno que revises tu experiencia personal: ¿has podido descubrir el rostro de quien ha
estado caminando a tu lado?
¿Crees en alguien? A lo mejor, lo primero que respondes es: "Sí, desde luego. Yo creo en Dios..."
No vayas tan a prisa. Te invito a mirar a tu alrededor, a tu familia, a tus amigos, a las personas que admiras.
Cuando amas de verdad, el amor y la confianza están unidos. Si no, simplemente no hay amor verdadero.
Fíjate, por ejemplo, cuánto te hiere la traición de alguien amado. Es porque habías puesto la confianza en esa
persona.
¿Qué tienen en común todos estos ejemplos? Pudiera resumirse en la palabra "confianza" y "adhesión".
Confianza de que no va a fallar. Adhesión que es lo mismo que decir: "cuentas conmigo".
¿Qué implica esta fe, esta confianza? Implica salir del propio círculo de vida y abrirse a otro. Permitir al otro entrar
en tu vida; ofrecerle un espacio vital. Esta experiencia facilita el camino de la vida. No se está solo. Hay otra(s)
persona(s) que contigo apuntan a una misma meta.
Todo eso es bien bonito, sin embargo queda una pregunta fundamental: ¿Por qué crees en alguien?
No es por deporte, ni por favoritismos o simpatías, es más bien porque hay suficientes indicios que te
permiten tener fe en esta otra persona. Se podría decir que la fe en el otro tiene que ver con un amor profundo. Le
amas, estás dispuesto(a) a compartir tu vida con él (ella). Existe sintonía entre ambos, das oportunidades y confías
en el éxito de la tarea. Esta otra persona representa algo grande para ti.
Por lo que puedes observar, esta confianza en el otro es un gran desafío, más aún en la sociedad de hoy día
en la que te das cuenta del engaño y la falsedad, del acercamiento a la otra persona solamente por intereses
mezquinos.
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Tú puedes ser diferente, puedes abrirte al otro, y por qu é no, abrirte también a ese "Desconocido" que
has descubierto en esta búsqueda.
Ahora puedes caer en la cuenta de que hablar de fe en Jesús tiene que ver con todo esto: amor, confianza,
adhesión.
Todavía puedes seguir profundizando en el relato de los dos discípulos de Emaús y su encuentro con Jesús. Al
llegar a Emaús ellos le invitan para quedarse, porque ya estaba oscureciendo. Jesús acepta y cena con ellos. En
esta cena ocurre algo especial: se les abren los ojos definitivamente, lo que quizá sospechaban ahora lo ven:
"Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo
dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Jesús desapareció de su lado y se dijeron uno a otro:
-¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" (Lc 24,29-32)
El camino recorrido con el "Desconocido" favoreció el contacto, el diálogo y la confianza, por eso piden
al caminante que se quede con ellos. Aun no lo reconocen, pero algo les ha llenado, el coraz ón de esperanza. Y
cuando lo reconocen, en el signo de la bendición del pan, él desaparece a su vista, pero no a su corazón; se
queda con ellos. Los transforma: "en aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde
encontraron reunidos a los once y a todos los demás" (Lc 24, 33),
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En el proceso que vivieron los disc ípulos puedes encontrar descrito la búsqueda de cada persona que
desde su situación existencial: de esperanza y vida, de frustraci ón y muerte, se encuentra con el Señor
Jesús en un momento dado de su vida. Ya no se puede seguir igual. Semejante encuentro causa un verdadero
impacto, impulsa a cambiar de dirección. El camino que habían hecho los dos, agobiados por el desencanto,
ahora lo recorren de vuelta, a toda marcha... porque habían reconocido a Jesús "al partir el pan" (Lc 24, 35).
A ti, te está llegando el momento de detenerte y darte cuenta que hay alguien que está contigo. Es el
"Desconocido" que te ha acompañado hasta ahora. ¿Estás dispuesto(a) a reconocer en este desconocido a Jesús?
¿Cuál es tu respuesta?
Ahora te toca dar una respuesta, una respuesta de fe. Mucho depende de ti. ¿Te animas? Entonces, puedes
ponerte en marcha con Jesús. Él te dará suficiente fuerza para descubrir un nuevo camino en tu vida. La fe en
Jesús es la condición básica para entrar en su proyecto, como lo irás comprendiendo poco a poco.
Al comenzar su misión, anunció esta novedad: "EI plazo se ha cumplido. El reino de Dios esto llegando.
Conviértanse y crean en el evangelio (buena noticia)" (Mc 1,15). ¿Lo aceptas?
Hay muchos personajes del evangelio que son testigos de este encuentro y adhesión. Aquí tienes algunos:
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El ciego de nacimiento, curado por Jesús, cuando se lo encuentra, después que fue echado fuera por los fariseos
que no querían creer en su curación, le dice:
El padre de un muchacho epiléptico, dolido por la situación de su hijo que varias veces ha estado al borde de la
muerte le pide a Jesús que...
"- Si puedes hacer algo, compadécete de nosotros y ayúdanos, Jesús le dijo:
-¿Qué es eso de «si puedes? Todo es posible para el que tiene fe. El padre del niño gritó al instante:
-¡Creo, pero ayúdame a tener más fe!" (Mc 9,22-24).
¿Cuál es tu experiencia?
• Como al ciego de nacimiento, Jesús te mira a los ojos y te hace la pregunta: "¿Crees en el Hijo del Hombre?
¿Crees en mí?" ¿Cuál es tu respuesta?
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• Has descubierto que durante todo este tiempo, a tu lado, estaba alguien que no te abandonó, ¿cómo te sientes
al darte cuenta que Jesús está contigo?
Este es un momento muy oportuno para que, personalmente y con tu grupo, descubras la presencia de Jesús, que te
ha acompañado todo este tiempo y que ahora te invita a que lo reconozcas y le des tanto tu confianza, como tu
adhesión, que creas en él.
Nos ponemos en lugar del ciego curado y escribimos el nuestro propio encuentro con Jesús. Si alguien desea lo
lee.
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9. Hermanos, ¿qué tenemos que hacer?
A. PARTIMOS DE LA REALIDAD
Desde hace algún tiempo estás en un camino de búsqueda de la felicidad. No estás solo, te acompañan otros
que quieren alcanzar la misma meta. Tú ya te diste cuenta que el camino propuesto aquí no es el más fácil. Va a exigir
una toma de decisión como pasó con los dos discípulos de Emaús.
La decisión y la respuesta son tuyas, sin embargo, te puedes dejar ayudar y acompañar por otros.
En tu entorno hay variedad de respuestas a la propuesta cristiana. Algunos expresan su completa adhesi ón, otros se
contentan con un mínimo o la rechazan. Están los indiferentes, los oportunistas...
El encuentro con Jesús, cuando se da con profundidad, produce un cambio radical. No se puede seguir igual. Se
caracteriza por la apertura a los demás, la disponibilidad a compartir la lucha para encontrar soluciones a los
problemas. Busca la comunicación y acepta la diversidad de criterios.
Como puedes darte cuenta, en cualquier de las situaciones descritas siempre se llega a la formulación de una
respuesta, a la manifestación de la aprobación o del rechazo. No hay forma de escapar. Hoy te piden a ti tu
respuesta ante este proyecto de fe. ¿Qué harás tú?
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Ya estás llegando a la hora de la verdad. No puedes dar más vueltas. Ya has recibido elementos para ponerte en
camino. Y ahora todo está listo para que tú tomes una decisión.
Es posible que sientas temor a lo que pueda venir después. Sin embargo, es el momento preciso para ti. No se
te exigen actividades o recursos, nada de eso; la respuesta afecta tu vida. ¿Qué vas a hacer con ella?
Ya escuchaste la noticia de Jesús. Tú también puedes ser discípulo. Puedes dar tu adhesión a Jesús. La respuesta es
personal... De esta decisión depende el futuro de tu vida.
Te darás cuenta de lo que es el acompañamiento de Jesús. Una vez tomada la decisión, vas a desmantelar (os
caprichos que te impidieron el verdadero seguimiento de Jesús. El te anima para cambiar el rumbo. Sin embargo, la
respuesta que vas a dar es libre, no es una obligación, no es una orden.
Hoy te toca a ti. ¿Cuál va a ser tu respuesta? ¿No piensas que estás en condiciones para asumir el seguimiento de
Jesús?
Volvamos a los dos discípulos de Emaús.AI reconocer a Jesús en el acompañante desconocido, les pasa algo
especial. Ya no se preocupan por la hora, el tiempo, el hambre o la sed, angustia o desencanto. No podían aguantar
más: regresaron de una vez a Jerusalén. Sentían la urgencia de ir a contar a los otros lo que les había sucedido, a
compartir con los demás discípulos la alegría de haber visto a Jesús, la alegría de que Jesús estaba vivo.
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"Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Jesús desapareció de su lado. Y se dijeron uno a otro:
-¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en e/ comino y nos explicaba las Escrituras?
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén..." (Lc 24, 31 -33).
La experiencia vivida en carne propia por los discípulos de Emaús les modifica el horizonte donde se desenvuelve
la historia de sus vidas: cuando abandonan Jerusalén van tristes y decaídos. Sin embargo el final es muy distinto.
¿Qué ocurrió? ¿Qué pasó para que cambiaran de actitud (de la tristeza al entusiasmo)? ¿Para que
cambiaran el final de su camino (Jerusalén - Emaús / Emaús - Jerusalén)? ¿Para que la incapacidad de reconocer a
Jesús en el fracaso de la Cruz se cambiase en reconocimiento de Jesús resucitado? ¿Qué pasó realmente? ¡El
encuentro con Jesús les cambió la vida!
Has llegado al final de esta primera etapa: de llamada y conversión. Como los que escucharon a Pedro y a los
apóstoles anunciar la noticia de que Jesús había resucitado por nuestra salvación, tú también puedes pedir a la
comunidad cristiana: "hermanos, ¿qué tengo que hacer?"
E . M O M E N TO D E PA Z
Estás invitado a encontrar un momento de serenidad en tu vida, en un lugar tranquilo o en el que te sientas
cómodo.
Trata de hacer silencio interior. Para ello, repite alguna frase que te inspire paz. Se te sugiere decir en voz baja
"Jesús, tú eres mi amigo, tú estás conmigo; tú me acompañas". Repítela de tal forma que vayas logrando silencio
interior, paz y sosiego.
Se te invita a que hagas una oración personal espontánea de acción de gracias a Jesús, por el regalo de la vida, de
su amistad, su compañía. También para agradecerle el haberte dado el cuerpo que tienes, tus padres, tus familiares, tus
amigos. En fin, darle gracias por todo y por todos. Puedes escribir esta oración.
Si estas reunido en grupo, al final, cada miembro del grupo lee su oración.
Catequista:-A ti, Jesús, que no te cansas de darnos tus dones, que nos prometes tu amor, te pedimos con fe:
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Lector: -Para buscar cada día la felicidad. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para seguir tus huellas. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para vivir la vida con ilusión y valentía. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para escuchar tu palabra. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para reconocerte como compañero de camino. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para encender nuestro corazón. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para creer en el Evangelio. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
Lector: -Para aprender a amar. Todos: -Hazte presente, Señor Jesús.
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Celebraciones
AMBIENTACION: Es importante que se prepare con anticipación todos los espacios necesarios para hacer el camino
a Emaús. Este encuentro debe tener lugar en un espacio libre. El cual nos va a permitir vivir, reflexionar, meditar y orar el
texto bíblico post-pascual de los discípulos de Emaús.
Se deben buscar los personajes: Narrador, Jesús, Cleofás, Discípulo. Hay que darle a los catequizandos con
anticipación el relato para que cada uno se meta dentro del personaje y pueda hacerlo vida, pueda encarnarlo. Se trata de
escenificar el pasaje bíblico. Comenzar en un camino que nos lleve a la aldea. La aldea debe estar preparada con una mesa,
pan, sillas o cojines para poder sentarse. El nombre de la aldea (EMAÚS) debe estar en la puerta. En otras palabras, el
espacio físico debe reunir todas las condiciones para que los catequizandos vivan el momento (Camino, aldea, vestuario,
asumir el personaje).
Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos, pero algo impedía que
sus ojos lo reconocieran.
Él les dijo:
NARRADOR: Se detuvieron, y parecían muy desanimados. Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó;
CLEOFAS: -¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos
días?
NARRADOR: Le contestaron:
DISCÍPULOS; -¡Todo el asunto de Jesús Nazareno! Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido
por Dios y por todo el pueblo. Pero nuestros Sumos Sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a
muerte y clavar en la cruz. Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van
dos días que sucedieron estas cosas.
En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado, pues fueron muy de mañana al sepulcro y,
al no hallar su cuerpo, volvieron hablando de una aparición de ángeles que decían que estaba vivo. Algunos de los
nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.»
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NARRADOR: Entonces él les dijo:
JESÚS:-¡Qué poco entienden ustedes y qué lentos son sus corazones para creer todo lo que anunciaron los
profetas! ¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?
NARRADOR: Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo
por los profetas.
Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante, pero ellos le insistieron diciendo:
NARRADOR: Entró, pues, para quedarse con ellos. Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció.
DISCÍPULOS:-¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?»
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Terminada la escenificación se les invita a escoger un lugar tranquilo y sentarse "con Jesús" para hablar con él
sobre lo que experimentan en este momento. También puede caminar "con Jesús" y expresarle los sentimientos que
hay en su corazón y hablarle de la decisión que quieren tomar.
2. Tiempo de Compartir: dejar espacio para que ellos expresen sus sentimientos, dejarlos interpelar por las
preguntas.
Reflexión personal: Se les presenta estas preguntas: ¿Quién soy yo? ¿Quiero ser feliz? ¿Por qué el dolor? ¿Busco a
Dios? ¿Qué significó caminar con Jesús?
Reflexión en grupo: salir de dos en dos a dar un paseo, y hablar de las dificultades que vive cada uno para reconocer
a Jesús. Después de un rato, se pueden juntar con otros dos y hacer lo mismo. En un momento convenido se
reúnen todos.
Después de un breve tiempo de silencio, cada uno comunica algún momento de su vida, alguna relación personal, o
palabra del Evangelio en que se ha encontrado con Jesús a lo largo de su vida.
3. Tiempo de Comprometerse: Expresar el sí a Jesús, su adhesión personal en una frase corta. Entregarles la
imagen de un pan, detrás de esa imagen van a colocar su adhesión a Jesús. Luego la expresan en voz alta.
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4. Tiempo de Celebrar:
Canto
y al destello de tu luz,
El peregrino de Emaús en la bendición del pan,
mis ojos conocerán
Por la calzada de Emaús,
Un peregrino iba conmigo,
Al amigo de Emaús.
No le conocí al caminar,
Ahora sí, en la fracción del Pan.
Esto celebración se realiza con las personas que quieren su fe después del retiro.
Si hay adultos no bautizados, se ha de tener en cuenta la celebración del Ritual de Iniciación cristina de Adultos, en
el que se inspira este momento celebrativo de paso de etapa.
Se divide en tres partes: la primera se lleva a cabo en el sal ón de encuentros y es un repaso del camino
recorrido, la segunda en la puerta de entrada al templo y la tercera se realiza dentro con la inscripción del nombre y la
bendición final. Es importante que los catequistas, y otros miembros de la comunidad estén presentes. El párroco, o
quien hace sus veces, recibe a los que piden ser aceptados a ¡a catequesis. Para ambientar el solón, se puede trazar un
camino, que recuerde el camino de Emaús, y colocar en una mesa un pan y una copa, como signo del encuentro con
Jesús.
Catequista:
Queridas amigas y amigos, bienvenidos a esta celebración en la que queremos situarnos frente al camino que
venimos recorriendo, para dar una respuesta personal al Señor Jesús que se ha hecho compañero de camino.
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Varias preguntas nos han inquietado; interrogantes que hasta este momento tal vez no nos habíamos planteado:
¿Quién soy?
Algunos participantes pueden repetir algunas frases de la canción Me olvidé de vivir (ver Encuentro 3: En búsqueda de
mi identidad), o expresar las frases que escribieron inspirados en la canción.
Catequista: En este anhelo de profundizar en el misterio de nuestra existencia hemos ido en búsqueda de la
felicidad. ¿La hemos encontrado? ¿Aún estaos en su busca?
Catequista: Ciertamente hemos vivido la experiencia del fracaso, pero no como actitud de derrota y pesimismo
sino con el ánimo abierto a la pregunta fundamental: ¿Qué sentido tiene el dolor?
Otros testimonios.
Catequista: En el retiro hemos profundizado la experiencia de nuestro encuentro personal con Jesús que se hizo
compañero de camino. Expresemos nuestros sentimientos con el canto:
YO QUIERO ESTAR DISPUESTO A TODO,
Canto TOMA MI SER, MI CORAZÓN ES PARA TI,
Yo siento, Señor, que Tú me amas; POR ESO CANTO TUS MARAVILLAS
Yo siento, Señor, que te puedo amar. POR ESO CANTO TU AMOR (2)
Háblame, Señor, que tu siervo escucha,
Hablarme, que quieres de mí.
73 Te alabo, Jesús, por tu grandeza,
Señor, Tú has sido grande para mí Mil gracias te doy por tu gran amor.
Heme aquí, Señor, para acompañarte,
Heme aquí, ¿qué quieres de mí?
En el desierto de mi vida, hablarme Señor, Tú has sido grande para mí,
En el desierto de mi vida, háblame.
Párroco: Sean bienvenidos a la casa del Señor. Como animador de esta comunidad los recibo y los invito a que
expresen públicamente, ante la Iglesia aquí reunida, su adhesión a Jesucristo.
Presentación de los candidatos a iniciar la segunda etapa del itinerario de fe, o el catecumenado si no son bautizados.
Catequista: N, N,... Estos son los creyentes en Cristo que confiados en la gracia divina y ayudados con las
oraciones y el testimonio de la comunidad, piden ser admitidos a continuar el camino de su conversión y
seguimiento de Cristo: profundizando la fe, ahondando en el sentido de la esperanza cristiana y haciendo la expe-
riencia de vivir la caridad de Cristo en la acogida del hermano.
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Párroco: Expresen entonces su adhesión a la persona de Cristo. A cada uno: ¿Cómo te llamas?
Candidato: La fe.
El catequista puede tener el Libro de la Catequesis de Adultos e invita a los catequizandos a que inscriban su
nombre como compromiso de participar en la segunda etapa del itinerario.
Si hay catecúmenos se puede hacer el rito de Signación de la frente.
Párroco: Ahora, pues, queridos candidatos, acérquense para recibir la señal de su nueva condición.
Y se van acercando uno a uno al celebrante. Este hace la señal de la cruz con el pulgar en la frente a cada uno de
los catecúmenos, diciendo:
Párroco: N., recibe la cruz en la frente: Cristo mismo te fortalece con la señal de su de su victoria. Aprende
ahora a conocerle y a seguirle.
Párroco: Dios ilumina a todo nombre que viene a este mundo y le manifiesta lo que permaneció invisible desde la
creación del mundo, para que aprenda a dar gracias a su Creador. A ustedes, que han seguido su luz, he aquí que
ahora se les abre el camino del Evangelio, para que, sobre el fundamento de la fe, conozcan al Dios vivo, que
habla en verdad a los hombres, y para que caminen en la luz de Cristo, confíen en su sabiduría y pongan su
vida en sus manos cada día, y puedan creer de todo corazón en él. Este es el camino de la fe, por el cual Cristo los
.conducirá en la candad para que tengan la vida eterna.
76
Los presentes aplauden y reciben a los catequizandos o catecúmenos con el abrazo de la paz.
Celebraciones…………………………………………………………………………………………………………………. 65
Retiro y celebración del Sí
Vamos a Emaús………………………………………………………………………………………………………
Celebración del paso a la segunda etapa 72
Inscripción en la catequesis de adultos
(Admisión al catecumenado)………………………………………………………………………………………