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IGUALDAD DE

GÉNERO

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ÍNDICE

U.D. 1. CONCEPTO DE IGUALDAD

Introducción

Objetivos

1. El concepto de Igualdad

• La teoría sexo-género

2. El sexismo en el lenguaje

• 2.1. El menosprecio de la mujer en el lenguaje

• 2.2. La ocultación de la mujer

• 2.3. Propuestas para el uso del lenguaje

3. Concepto de Discriminación

4. Ausencia de discriminación versus Igualdad de Oportunidades

5. Efectos benéficos de la Igualdad de Oportunidades

U.D. 2. POLÍTICAS DE IGUALDAD

Introducción

Objetivos

1. ¿Qué es un Plan de Acción Positiva y cómo se articula?

1.1. Acción Positiva y Formación Profesional Ocupacional

2. Las Políticas de Igualdad

• 2.1. Las políticas de Igualdad en Europa

• 2.2. Las políticas de Igualdad en España

• 2.3. El Instituto Andaluz de la Mujer: Políticas de Igualdad en Andalucía

GLOSARIO

BIBLIOGRAFÍA

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UNIDAD DIDÁCTICA 1

C ONCEPTO DE I GUALDAD

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I NTRO DUCCI Ó N

El artículo catorce de la Constitución Española establece que “Los españoles son


iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, raza, sexo, religión, opinión, o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social”.

Sin embargo, a pesar de las disposiciones legales, en nuestra sociedad continúan


produciéndose prácticas discriminatorias que limitan la libertad y las oportunidades
de las mujeres.

Para acabar con esta situación los gobiernos avanzados ponen en marcha acciones
que tratan de compensar los desequilibrios producidos en la práctica social.

Sin embargo, este tipo de acciones no son siempre bien entendidas, ya que nuestro
acervo cultural es reticente a admitir que la sociedad y las personas que la
componen puedan organizarse y desenvolverse al margen de los dictados
limitadores del género.

La presente unidad didáctica permite reflexionar sobre éstas y sobre otras muchas
cosas relacionadas con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

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O BJ E TI V O S

Objetivo general

Al finalizar la unidad los/las participantes habrán adquirido conocimientos sobre los


conceptos de Igualdad y Discriminación, y comprendido su relevancia, para
modificar nuestra percepción de la sociedad, así como para contribuir a
transformarla.

Objetivos específicos

Conocer los conceptos de igualdad y discriminación.

Diferenciar en temas relacionados con la igualdad entre lo natural-biológico y lo


social-cultural.

Identificar las ideas estereotipadas sobre las características de las personas en


función de su sexo, arraigadas en nuestra sociedad.

Conocer otros conceptos próximos y/o relacionados con el de Igualdad.

Identificar los distintos tipos de discriminación.

Conocer la diferencia entre los conceptos acción positiva, acción protectora y


discriminación positiva.

Identificar los efectos benéficos de la Igualdad de Oportunidades para la


sociedad.

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1. E L CO NCE P TO DE I G UALDAD
A lo largo de la Historia, se ha tratado de explicar y justificar el modo en que las
mujeres y los hombres se relacionan en nuestra sociedad, aludiendo a las
“diferencias naturales” que existen entre las unas y los otros.

No obstante, estas denominadas diferencias naturales no resultan ser tan naturales,


sino que son el producto de la educación recibida y del comportamiento que la
sociedad espera que las personas desarrollen en función del sexo con que han
nacido. Es por ello que a veces nos llama la atención que en un determinado país,
las mujeres y los hombres asuman determinadas funciones o roles mientras que en
otros países, asuman los roles contrarios. Y, es que aunque resulta muy fácil lograr
un acuerdo general respecto a que nacer hombre o mujer es un hecho natural, que
no precisa muchas demostraciones, es, por el contrario, bastante más complicado
determinar en qué consiste ser hombre o mujer y, por consiguiente, aún más difícil,
entender el concepto de igualdad entre personas de ambos sexos.

Ciertamente, tales preguntas ya fueron planteadas por las feministas en el siglo XIX
cuando cuestionaron los argumentos esgrimidos por hombres de ciencia, basados
en la naturaleza de lo femenino y lo masculino. Tales argumentos fueron utilizados,
desde un paradigma cultural androcéntrico, para negarles durante muchos años
toda clase de derechos, incluido, el derecho a la educación. En respuesta a las
dudas suscitadas por los planteamientos de las feministas, algunos investigadores
de la época centraron su estudio en las diferencias físicas e intentaron demostrar la
inferioridad de las mujeres argumentando la existencia de diferencias de peso del
cerebro, musculatura, etc. Se trata, sin duda, de argumentos que ningún/a
científico/a serio/a se atrevería a manifestar.

Asimismo, apoyadas también en esta base científica se sustentaron las


desigualdades en las aptitudes y comportamientos sociales, lo cual, iba mucho más
lejos de lo puramente biológico y determinaba funciones muy diferenciadas y
jerarquizadas para hombres y mujeres. No obstante, los intentos por demostrar
científicamente, que de las características biológicas, se derivan aptitudes físicas y
mentales diferenciadas, comenzaron a mostrarse insostenibles, a medida que el

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espejo de la realidad empezaba a devolver imágenes desconcertantes: cada vez
más mujeres se mostraban capaces de estudiar, ser creativas o desarrollar
actividades que hasta el momento les estaban vedadas.

Las bases del determinismo biológico inician su deterioro a partir de las


aportaciones de la antropología, y muy especialmente, a partir de los estudios
realizados por Margaret Mead sobre los comportamientos de hombres y mujeres en
diversas sociedades no occidentales. Tales estudios habrían de restar vigor a la
creencia firmemente arraigada de que la naturaleza es la que marca los
comportamientos diferentes de unos y otras. Tras una serie de investigaciones, la
antropóloga M. Mead llega a la conclusión de que si bien en todas las sociedades
analizadas por ella, se da una distinción entre aquello que se considera propio de
varones y aquello que se considera propio de mujeres, el tipo de actividades y
aptitudes que se atribuyen a unos y otras, como características propias, varía.

Según M. Mead, una misma cualidad es a veces asignada a un sexo y, a veces, al


otro. Hay lugares en los que se cree que los niños son muy vulnerables, por lo que
necesitan atenciones y cuidados especialmente tiernos, mientras que en otros, esta
característica es atribuida a las niñas. En algunas sociedades, los padres se ven
abocados a recurrir a la magia y a la dote para conseguir un marido para sus hijas;
en otras, la dificultad de los padres es la contraria: cómo casar a sus hijos varones.
Algunos pueblos consideran a las mujeres seres demasiado débiles para poder
trabajar fuera de casa; otros, sin embargo consideran a las mujeres como las más
adecuadas para arrastrar y soportar pesos de envergadura, porque sus cabezas son
más fuertes que las de sus compañeros hombres.

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El hecho de que las capacidades y aptitudes atribuidas a las mujeres y a los
hombres varíen de una a otra sociedad, de una época a otra, implica que las
diferencias no están establecidas por la biología sino que su determinación es
social.

En 1949, Simone de Beauvoir afirmaría, en su obra El Segundo Sexo, que no se


nace mujer, sino que “se llega a ser mujer”; un planteamiento absolutamente
rompedor, que revolucionaría las ideas tradicionales (y conservadoras) sobre el
tema, porque libera a hombres y mujeres del determinismo biológico y les abre las
puertas a nuevas posibilidades de identidad social.

En los años 50, el sociólogo Parsons elabora una teoría sobre los roles sexuales,
en la que analiza el papel que juegan la biología y la cultura en la formación de la
personalidad masculina y femenina. Según Parsons, es la sociedad la que, por
imperativos de funcionamiento, determina los papeles diferenciados a desarrollar
por hombres y mujeres.

Las instituciones socializadoras (familia, escuela, etc.) fuerzan a unos y a otras a


interiorizar los roles que se les han asignado en función de su sexo, de tal forma que
tales roles no sean considerados como imposiciones externas sino como
características específicas de la personalidad diferenciada de hombres y mujeres.
Así, en la familia, se realiza la crianza y educación de los hijos e hijas en virtud de la
división de roles sexuales: los hombres asumen fundamentalmente la
responsabilidad de los ingresos económicos y desarrollan el tipo de personalidad
adecuada a tales responsabilidades, mientras que las mujeres hacen lo propio
respecto del cuidado de los hijos e hijas, transmitiéndoles, a su vez la
personalidad apropiada a las funciones y responsabilidades que como
hombres y mujeres desarrollarán el día de mañana.

Más tarde será la escuela, los grupos de relación y los medios de comunicación los
que corroboren y afiancen estos roles.

1.1. La teoría del sexo/género

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Frente a las teorías que pretenden convertir en destino la biología de las personas, y
en línea con las que defienden la importancia prioritaria del aprendizaje en la
construcción de la propia identidad, se encuentra la teoría del sexo/género, que
introduce la reflexión sobre estos dos términos para facilitar la distinción entre los
hechos biológicos y los hechos sociales.

No puede negarse que en el plano biológico hay diferencias entre hombres y


mujeres en relación a sus órganos genitales y a su función en la reproducción
humana. Sin embargo, no está demostrado que tales diferencias biológicas, para las
cuales se emplea el término “sexo”, conlleven aptitudes y actitudes diferentes entre
los individuos. Lo que convierte en diferentes a hombres y mujeres en sus
capacidades, comportamientos y personalidades es el género.

El género es el conjunto de normas diferenciadas para cada sexo, que cada


sociedad construye según sus necesidades, y que son impuestas a los individuos a
partir del nacimiento, como pautas que deben regir sus comportamientos, deseos y
acciones de todo tipo.. Es decir, es la cultura y no la biología quien establece lo que
es “propio de hombres” y lo que es “propio de mujeres”

Así, mientras el término “sexo” alude a características estrictamente


biológicas, él término género designa lo que cada sociedad construye como
masculino o femenino, dependiendo del momento y del lugar.

Los géneros, que no son nunca totalmente estables, se encuentran sometidos por la
sociedad a continuas redefiniciones, transformándose en relación a otros cambios
sociales, como la moral sexual, la división del trabajo, los cambios demográficos,
incluso las guerras.

Los géneros son, como ya se ha visto, conjuntos de pautas sociales (es decir,
construcciones sociales) diferenciadoras y, desgraciadamente, también limitadoras,
de las posibilidades individuales porque imponen a las personas un destino en
función del sexo con que han nacido, obligándolas a comportarse según la
deseabilidad social y no según sus verdaderos intereses.

A cada género le corresponden unas pautas, pero además, la relación entre


géneros, no se establece en términos de igualdad, en la medida que no se valoran

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igualmente las propias de uno y otro; lo propio del género masculino adquiere más
valor, hasta el punto de hablar de un cultura masculina, en la que existe una
jerarquía establecida entre un género y otro, lo cual, pone de manifiesto una relación
de poder: la dominación del género masculino sobre el femenino.

Es incierto que entre el conjunto de roles masculino y el conjunto de roles femeninos


exista una relación de complementariedad, muy al contrario, se da entre ambos
paradigmas una relación de auxiliariedad del género femenino respecto del
masculino. Esta relación es particularmente clara en la dicotomía trabajo doméstico-
trabajo extradoméstico. El trabajo desarrollado en el hogar es, a todas luces, un
trabajo auxiliar, aunque indispensable para que el trabajo fuera del hogar pueda
desarrollarse. Es un trabajo supeditado a otro trabajo.

Esta dominación se extiende no sólo al mundo del trabajo, sino que alcanza a las
relaciones sociales: la política, la cultura, la ciencia y, obviamente, las relaciones
interpersonales. En esta relación de poder, las actitudes y comportamientos que
históricamente han sido atribuidos al género masculino son los predominantes y los
de mayor valor, mientras que el paradigma femenino no sólo ocupa un lugar
secundario, sino que además concede a sus protagonistas menor poder y libertad.

Así pues, la supuesta superioridad de un género respecto al otro, constituye el


fundamento de una sociedad en la que las posiciones de los individuos están
determinadas al margen de sus capacidades específicas.

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2. S E X I S MO E N E L LE NG UAJ E
Descifrad estos aparentes absurdos
“Pérez tenía un hermano. El hermano de Pérez murió. Sin embargo, el hombre que
murió nunca tuvo un hermano.”
Un padre con su hijo de diez años, va en moto a gran velocidad una noche de
niebla. La moto derrapa, el padre muere y el hijo queda en un estado muy grave.
Una ambulancia le lleva al hospital más próximo pues hay que operarle
inmediatamente. Cuando el cirujano de guardia entra en el quirófano y ve al chico,
deja caer los brazos y murmura: “No puedo operarle, es mi hijo”...
Escribid el significado de las siguientes expresiones (en caso de duda,
consultad el D.R.A.E.):

El hombre de la calle:

la mujer de la calle:

varonil:

mujeril:

sexo fuerte:

sexo débil:

hombre de punto:

mujer de punto:

hombre público:

mujer pública:

principiante:

principianta:

ricohombre:

ricadueña:

ajamonarse:

deshonrar:

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La primera función del lenguaje es la de ser un medio de comunicación que permite
expresar lo que pensamos y sentimos a otras personas.

Sin embargo, el lenguaje, no es una construcción arbitraria de la mente humana,


sino un producto social que influye en nuestra percepción de la realidad.

Fue, posiblemente Humboldt (1767-1835), filósofo, antropólogo y lingüista, fundador


de la Universidad de Berlín, el primero que puso de manifiesto las íntimas relaciones
entre lenguaje y pensamiento: “El hombre describe la objetividad del universo
desde la subjetividad de la lengua. La imagen que el hombre se hace del universo
depende de la lengua que habla. El lenguaje es el punto de síntesis entre la
objetividad del mundo y la subjetividad del hombre”.

El lenguaje, como producto social, transmite al ser humano las experiencias


acumuladas de generaciones anteriores, condicionando, de este modo, nuestro
pensamiento y condicionando, cuando no determinando, nuestra visión del mundo.

Hablamos según pensamos

Pensamos según hablamos

Los prejuicios sexistas que el lenguaje transmite son el reflejo del papel social
atribuido a las mujeres durante generaciones. A pesar de que el papel social de
éstas en la sociedad ha experimentado desde principios de nuestro siglo y, sobre
todo, en las últimas décadas, profundas transformaciones, los mensajes que el
lenguaje continúa transmitiendo sobre ellas refuerza su papel tradicional, dando una
imagen de las mujeres relacionada con el sexo, en vez de con sus capacidades y
aptitudes inherentes como ser humano.

El lenguaje condiciona el aprendizaje y dificulta, desde el inconsciente de las


personas, que se abra camino la idea de igualdad entre ellas.

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Entre las desafortunadas particularidades sexistas de nuestra lengua, se encuentran
por un lado, el menosprecio a la mujer y, por otro, la ocultación sistemática de ella
a través del uso y abuso de voces masculinas en sentido genérico.

2.1. El menosprecio de la mujer en el lenguaje

La consulta en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de las


voces hombre y mujer es provechosa. De entrada, la longitud del texto que figura
bajo estas palabras es de 52 centímetros para el hombre y 5 centímetros para
mujer, lo que ya da una cierta medida del sexismo de nuestra cultura. Esos textos se
ocupan en definir no sólo cada voz en sí, sino también las expresiones hechas que
se han ido acuñando en base a estas dos palabras. Tales expresiones son de
carácter laudatorio unas, de carácter despreciativo, otras. Al hacer un recuento
puede encontrarse lo siguiente:

para hombre: 67 expresiones: 37 laudatorias, 23 neutras y 7 denigrantes

para mujer: 12 expresiones, de ellas 2 laudatorias, 1 neutra y 9 denigrantes

Las nueve expresiones denigrantes de la mujer significan siempre lo mismo:


prostituta.

Existen, según Álvaro García Messeguer, autor del libro “Lenguaje y discriminación
sexual”, otras asimetrías sociolingüísticas que perjudican a la mujer, como la
atribución de significados profundamente distintos a algunas palabras, según se
encuentren expresadas en uno u otro género:

• prójimo: cualquier hombre respecto de otro

• prójima: mujer de dudosa conducta

• mancebo: mozo de pocos años

• manceba: concubina, mujer con quien uno tiene comercio ilícito continuado

• pupilo: huérfano

• pupila: mujer de la mancebía

• fulano: persona indeterminada o imaginaria

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• fulana: ramera

• verdulero: hombre que vende verdura

• verdulera: mujer ordinaria, vulgar

Las mujeres son asociadas con mucha frecuencia al mundo animal. Adolescentes,
son “pollitas”; madres de familia numerosa son “conejas”; si además son cariñosas
con sus hijas/os son “cluecas”; si resultan ser parlanchinas, se las denomina
“cotorras”; si son astutas o hábiles reciben la calificación peyorativa de “pájaras” o
“lagartas”; si están gruesas, son “vacas” o “focas”; y, si son supuestamente
agresivas, no falta quien las adjetive de “panteras”, por no hablar de lo que quieren
decir cuando tienen la desgracia de ser llamadas z.....

Por su parte, los hombres, son “linces” cuando son listos o astutos, “toros bravos”
cuando tienen una gran fortaleza física, “tigres” cuando son muy ardientes,...

Curiosamente, nombres de animales en género femenino sirven a modo de insulto:

gallina cobarde

rata miserable

sanguijuela aprovechada/o

comadreja alcahuete/a

víbora mala/o

Se utiliza el diminutivo para llamar o referirse a las mujeres a pesar de que hayan
dejado de ser niñas. Se produce un empequeñecimiento por medio del nombre que
permite que sigan siendo vistas como menores. Al mismo tiempo se emplean
apelativos improcedentes para personas adultas como “nena”, “muñeca”, etc.

Álvaro García Messeguer señala que las diferencias sexolingüísticas se extienden a


la totalidad de las producciones, desde la construcción gramatical a los proverbios y
refranes que hacen referencia a las mujeres, su sexo, edad o estado.

Asimismo, Victoria Sau, estudiosa del tema, advierte que algunas palabras tienen un
sentido muy diferente según la versión masculina o femenina. Por ejemplo:

matrimonio (relación de alianza) patrimonio (bienes en propiedad)

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matrona (comadrona o mujer de edad) patrón (no) (amo o dueño del trabajo)

gobernanta (ama de llaves) gobernante (persona que dirige un país)

gacetera (mujer que vende gacetas) gacetero (el que escribe para las
gacetas)

Se va imponiendo, no sin dificultades, el femenino de palabras que indican


profesión, aunque cada vez es más frecuente (sin que por ello lo admita el D.R.A.E.)
el uso de expresiones como abogada, jueza, médica, etc. Se trata, sin duda, de una
demanda de los/las hablantes y de la propia realidad social.

2.2. La ocultación de la mujer en el lenguaje


La falta de representación simbólica de las mujeres en nuestra lengua puede ser
observada en múltiples ocasiones y, muy especialmente, a través del uso del
masculino genérico, que convierte a éstas en invisibles, colaborando de forma
poderosa a obstaculizar la presencia activa de las mujeres, sus aportaciones y
protagonismo en la sociedad.

La utilización del masculino, ya sea en singular para referirse a una mujer, o en


plural para denominar a un grupo de mujeres o a un grupo mixto, es un hábito que
no sólo puede resultar discriminatorio debido a efectos de precisión, sino que,
también, esta ambigüedad del género masculino en particular, sumada a la
estructura masculinizada del idioma en general, introduce en la mente de los/las
hablantes (debido al uso rutinario), un sesgo androcéntrico en su forma de captar el
mundo.

El sesgo al que acabamos de aludir, consiste en la consideración de los


hombres como sujetos de referencia y a las mujeres como seres dependientes
o que viven en función de ellos.

No es una repetición nombrar en masculino y femenino cuando se representa a


grupos mixtos. No duplicamos el lenguaje por decir usuarios y usuarias o
ciudadanas y ciudadanos, puesto que duplicar es hacer una copia igual a otra y éste
no es el caso. Decir el andaluz y la andaluza, o la Consejera o el Consejero no es
una repetición como no es repetir decir amarillo, azul, rojo. Cuando decimos los

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colores nos estamos refiriendo a todos ellos, del mismo modo que cuando decimos
el alumnado estamos nombrando al conjunto de hombres y mujeres que asisten a
un aula.

Una palabra no puede significar un algo o un todo que es diferente de lo que


nombra, y mujeres y hombres son diferentes (con los mismos derechos y
oportunidades). Decir diferentes, no significa opuestos ni complementarios (ni
mucho menos jerarquizados). Es la innegable la existencia de la diferencia de la
diferencia sexual la que reclama utilizar el femenino y el masculino, o términos que
verdaderamente representen a mujeres y a hombres, tanto si hablamos de seres
como de pueblos, categorías, grupos o experiencias humanas.

Si tenemos en cuenta que hombres y mujeres tienen el mismo derecho a ser y a


existir, el hecho de no nombrar esta diferencia, es no respetar uno de los derechos
fundamentales: el de la existencia y la representación de esa existencia en el
lenguaje.

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Las personas que trabajan en la docencia deben hacer patentes a las mujeres
en el uso diario del lenguaje en el aula, nombrándolas de modo paralelo a los
varones, cada vez que la ocasión lo requiera, tanto de forma verbal como
escrita.

Consideraciones

Los aspectos relacionados hasta el momento, podrían ser clasificados en dos


grupos, uno ligado al significado y otro a la estructura. Respecto a ambos, el doctor
Álvaro García Messeguer señala:

A) discriminaciones semánticas
Asociaciones lingüísticas que superponen a la idea de mujer otras, tales como
debilidad, pasividad, curiosidad, infantilismo, etc.
Existencia de expresiones aparentemente duales, en menosprecio de la mujer
(ejemplo: prójima)
Falta de vocablos para referirse a cualidades humanas de la mujer del tipo de las
que se reconocen en el varón (hombría, caballerosidad, etc.)
Ocupación de vocablos normales que podrían aplicarse a la mujer, pero que ya
tienen otro significado, siempre peyorativo o de rango inferior (mujer pública,
partera, etc.)
Proliferación de voces que connotan insulto para la mujer, sin dual para el varón
(mujerzuela, arpía, mala pécora, etc.)
Tratamientos de cortesía para la mujer que la presentan como dependiente de
un varón ( señora de, señorita)
Identificación de atributos que son comunes con los correspondientes a varón
exclusivamente (genitor, genitales, etc.).
Ambigüedad de las palabras hombre, padres, hijos, hermanos, amigos, etc., que
designan a la vez la parte y el todo.
Oficios, profesiones, misiones, aficiones, cargos, dignidades, etc., referidos
exclusivamente al varón.

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B) discriminaciones sintácticas

Estructura del castellano Hábito Social

Existencia de dos géneros, masculino y Separación entre valores masculinos y


femenino, identificados con los sexos femeninos

El género femenino es siempre Idea de que las mujeres forman un


específico colectivo homogéneo aparte

El género masculino tiene un doble Masculinización rutinaria de la mente.


carácter Identificación de “persona” con “varón”.
La parte se convierte en todo

Los atributos de persona, los pronombres Idea de grupos separados por sexo.
personales de primera y segunda Ocultación de la mujer en actividades
personas del plural, etc., presentan públicas como ciudadano.
variación por género.

2.3. Propuestas para evitar el sexismo en el lenguaje


La estrechez de las relaciones entre lenguaje y pensamiento genera una continua
contaminación mutua entre uno y otro, razón por la que, pese a la dimensión
conservadora del lenguaje, es posible, gracias a su íntima relación dialéctica con el
pensamiento, cambiar la acción educativa y cultural, e influir positivamente en el
comportamiento humano y en la percepción de la realidad.

La lengua es un cuerpo vivo en evolución constante, siempre en tránsito, siempre en


evolución. La capacidad de renovación de la lengua, del sistema de comunicación
del ser humano, ha de entenderse como un síntoma de la capacidad de la lengua
para representar, y no como una debilidad. El cambio está inscrito en la naturaleza
misma del lenguaje: una lengua que no evoluciona acaba por perecer.

Las propuestas que se hacen a continuación, persiguen el logro de una Formación


Profesional Ocupacional que esté en armonía con el principio de igualdad y, por
tanto al servicio de nuestro alumnado.

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Los/las docentes deben, no sólo utilizar un lenguaje no sexista, sino a su vez,
promover entre sus alumnas y alumnos, un lenguaje no discriminatorio que tenga en
cuenta la presencia, la situación y el papel de la mujer en la sociedad, tal como
ocurre con el hombre en la práctica lingüística actual. Esta recomendación debe
tenerse presente tanto en la comunicación verbal como en la escrita.

Todo el profesorado, debe ser consciente del conjunto de normas lingüísticas que
dificultan la identificación de las mujeres, y que constituyen una barrera para la
comunicación equilibrada entre las personas. Deben, asimismo, tener en cuenta que
tales normas no responden a las necesidades de representación simbólica de una
realidad cambiante.

La lengua debe ser un sistema abierto en el que se introduzcan a lo largo del tiempo
las modificaciones convenientes dirigidas a satisfacer las necesidades de las
personas que la utilizan en cada momento.

Cuando se establecen normativas lingüísticas desde una perspectiva androcéntrica,


se perjudica directamente a las mujeres e indirectamente a toda la sociedad.

Los cambios que, a partir de las reivindicaciones de las mujeres, se están


produciendo en los papeles sociales de ambos sexos, exigen una adecuación de la
lengua para liberarla de los estereotipos discriminatorios.

El Instituto Andaluz de la Mujer ha realizado estudios al respecto y, en su papel de


Organismo impulsor de la Igualdad de Oportunidades entre la personas, ha
propuesto una serie de recomendaciones para, desde el uso del lenguaje, contribuir
a una sociedad más justa y libre.

Te ofrecemos algunas de esas propuestas:

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2.3.1. Sobre el masculino utilizado como genérico

Se propone la sustitución del masculino genérico por expresiones que incluyan los
sustantivos en ambos géneros, sin dar preferencia en el orden al masculino o
femenino; o bien, utilizar vocablos que incluyan a ambos géneros.

no usaremos usaremos

El hombre Los hombres y las mujeres

La Humanidad

La inteligencia del hombre La inteligencia humana

El cuerpo del hombre El cuerpo humano

El hombre de la calle La gente de la calle

El trabajo del hombre El trabajo humano

El trabajo de mujeres y hombres

Se debe evitar el uso del masculino plural como si fuera omnicomprensivo cuando
se habla de pueblos, categorías, grupos, etc., utilizando en estos casos ambos
géneros y otras formas que representen mejor la idea de conjunto.

no usaremos usaremos

Los gitanos, los vascos Las gitanas y los gitanos

Los vascos y las vascas

El pueblo gitano, el pueblo vasco

Los discapacitados Los discapacitados y las discapacitadas

Las personas discapacitadas

Los alumnos Los alumnos y las alumnas

El alumnado

Los adultos Las adultas y los adultos

Las personas adultas

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En ocasiones se cita a las mujeres (y también a otros grupos y colectivos) como
categoría aparte, después de utilizar el masculino plural como omnicomprensivo o
representando a los hombres como grupo principal y añadiendo a las mujeres como
grupo dependiente o propiedad del anterior. Esta forma de expresión ofrece una
imagen de subordinación de un grupo respecto de otro.

no usaremos usaremos

Los inmigrantes se trasladan con sus Los grupos inmigrantes/las personas


enseres, mujeres, ancianos y niños de un inmigrantes se trasladan con sus enseres
lugar a otro. de un lugar a otro.

2.3.2. Sobre el uso asimétrico de nombres, apellidos y tratamientos

La asignación asimétrica de mujeres y hombres en el campo político, social y


cultural, responde a una tradición discriminatoria para las mujeres y por ello debe
ser corregida.

no usaremos usaremos

La Tatcher Tatcher

La Sra. Tatcher

El tratamiento de señorita (por cierto, diminutivo de señora), se utiliza para hacer


referencia al estado civil de soltera de una mujer y en contraposición a la expresión
señora o señora de (ésta última absolutamente sexista) para denominar a una mujer
casada, no utilizándose de un modo simétrico los términos señorito o señor. En una
sociedad en la que no se define a las mujeres por su relación de dependencia con
los hombres, esta distinción debe ser eliminada. Por ello, se debe utilizar señora o
señor para hacer referencia a una mujer o un hombre con independencia de su
estado civil.

no usaremos usaremos

“Sr. Martínez y Srta. López” “Sr. Martínez y Sra. López”

Sra. de Gámez (Mª Luisa Cantos) Sra. Cantos

2.3.3. Sobre las carreras, profesiones, oficios y titulaciones

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El femenino es frecuentemente usado tan sólo para trabajos tradicionalmente unidos
al rol femenino, sin embargo se utiliza el masculino para las profesiones, oficios y
titulaciones consideradas de mayor prestigio social y reservadas exclusivamente a
los hombres hasta hace poco tiempo. Esta diferencia presupone un estatus
subordinado de las mujeres independientemente de su situación concreta y, por ello,
debe ser eliminada.

no usaremos usaremos

María Lara, técnico María Lara, técnica

Ministro, o director de área Ministra, o directora de área

Médico Médica

Las limpiadoras El personal de limpieza

(también hay hombres que se dedican a la limpieza)

Los médicos y las enfermeras Los médicos y las médicas

Los enfermeros y las enfermeras

(existen mujeres que ejercen la medicina y también hombres que son enfermeros,
pese al estereotipo)

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3 . CO NCE P TO DE DI S CRI MI NACI Ó N

Comprender el concepto de discriminación no siempre es fácil. Enfrentarse a


expresiones como discriminación, desigualdad o igualdad implica enfrentarse a la
forma en que entendemos la sociedad, la vida, las relaciones personales e incluso
los propios sentimientos.

Posiblemente, una definición de discriminación sería el trato desfavorable concedido


a una persona en función de su pertenencia a un grupo concreto (raza, religión,
ideología, sexo), y no sobre la base de su estatus ontológico de persona. Es decir,
una característica fundamental de la discriminación es según Teresa Pérez del Río -
Catedrática de Derecho de la facultad de Jerez de la Frontera-, “sus efectos
colectivos”. Según esta experta, “los individuos integrantes de los grupos
discriminados son sujetos de discriminación no como tales individuos, sino
por pertenecer al grupo y el tratamiento peyorativo que reciben”.

Esta característica es particularmente significativa y relevante no sólo para las


personas que padecen alguna forma de discriminación, sino también, para todas y
cada una de las personas que, perteneciendo a un colectivo susceptible de
experimentar la marginación, nunca la han experimentado. El carácter colectivo de
la discriminación revela la posibilidad de sufrir un trato desfavorable en cualquier
momento, ya que como afirma la citada autora, es la pertenencia al grupo lo que
determina el estatus social de sus integrantes, de modo que “un individuo
perteneciente al colectivo discriminado, es sujeto de discriminación aunque la misma
no se traduzca en un momento determinado en hechos concretos que le afecten
personalmente”.

Es por ello, que resultan superficiales e irreflexivas los comentarios emitidos por
algunas personas que se empeñan en interpretar la realidad de las y los demás, a
partir de su exclusiva experiencia particular: “...no entiendo por qué hablan de
discriminación. Yo soy mujer y nunca me he sentido discriminada”... o del tipo “no es
cierto que exista el racismo, mis profesores siempre me trataron igual que al resto
de mis compañeros sin importarles el color de mi piel”.

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Dentro de lo que podría denominarse ‘prácticas discriminatorias’, existen dos tipos:
las discriminaciones directas y las indirectas.

La discriminación directa es fácilmente detectable, tanto por quien la ejerce como


por quien la padece. Consiste en tratar de manera desigual a una persona en virtud
de uno o varios de los motivos prohibidos por el ordenamiento jurídico, como puede
ser la religión, la raza, etc., o, como en el caso que nos ocupa, el sexo.

Siguiendo a Teresa Pérez del Río, la discriminación directa es toda forma de


tratamiento -acto u omisión- con resultado perjudicial, que tiene como
condicionante abierto o manifiesto, la causa de discriminación que se intenta
erradicar por la normativa de tutela antidiscriminatoria.

Se produce discriminación directa cuando, por ejemplo, no se contrata a mujeres o


se reservan puestos sólo para hombres.

Por su parte, la discriminación indirecta consiste en establecer condiciones


formalmente neutras respecto al sexo, pero que resultan desfavorables para las
mujeres y, además, carecen de una causa suficiente, objetiva, razonable y
justificada; la mencionada catedrática define:

La discriminación indirecta como aquellas situaciones en las que existe un


tratamiento aparentemente neutro desde la óptica de la causa de
discriminación que se pretende erradicar (el sexo, por ejemplo), pero cuyo
efecto es desproporcionadamente adverso sobre el colectivo caracterizado
por una de las causas que se pretende erradicar.

Una discriminación indirecta sería establecer una condición o requisito que resulte
de más difícil cumplimiento para las mujeres que para los hombres. Por ejemplo:
exigir una altura de 1,75 para cubrir un determinado puesto de ordenanza.

A diario se producen discriminaciones indirectas en la vida cotidiana. Estas


discriminaciones son tan sutiles que, con frecuencia, pasan inadvertidas, tanto para
quienes las padecen como para quienes las ejercen. Así, en muchas escuelas e
institutos, el hecho de que chicos y chicas compartan la clase, no quiere decir que
estén participando en verdadero proceso de coeducación. Con frecuencia, el modo
en que un profesor o profesora se dirige a sus alumnos y alumnas, responde a

24
patrones de comportamiento profundamente interiorizados, de forma que, por
ejemplo, exigen menos a las chicas que a los chicos en la clase de gimnasia y, por
el contrario, exigen a aquéllas mayor pulcritud y orden en sus tareas que a los
varones.

La publicidad arroja de forma continua mensajes e imágenes que de forma velada,


en el mejor de los casos, perpetúan la concepción tradicional de los roles
masculinos y femeninos:

Tipo de discriminación Características Resultado

Directa explícita, patente desfavorable

Indirecta implícita, latente desfavorable

25
4. AUSENCIA DE DISCRIMINACIÓN VERSUS IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
Pese a la tendencia a creer lo contrario, la ausencia de discriminación no comporta,
necesariamente, la igualdad ente hombres y mujeres, ya que éstas continúan
soportando el peso de siglos de desigualdad.

Algunas personas creerán que una vez modificado el ordenamiento jurídico, no


existen obstáculos para disfrutar de una efectiva igualdad de oportunidades. Es
cierto que muchos de los impedimentos ya han desaparecido. Las dificultades, e
incluso, prohibiciones para, por ejemplo, acceder a una formación académica,
pueden considerarse ya un problema superado, pues la universalización de la
escolaridad obligatoria ha acabado con las barreras en el acceso a la educación con
que se pudieron encontrar las mujeres en el pasado.

Con todo, las desigualdades persisten. A pesar del esfuerzo de las instituciones por
diversificar las opciones profesionales de las mujeres, se observa una mayor
concentración de las mujeres en un número limitado de actividades y de
profesiones. Por otra parte, el número de mujeres en posiciones de mando o
ejerciendo cargos de responsabilidad, es todavía muy reducido, quedando éstas,
por regla general, en los niveles jerárquicos inferiores de las organizaciones en las
que trabajan.

La razón de que estas desigualdades se produzcan en la práctica es que la


situación de partida de hombres y mujeres no es la misma. Como se ha dicho antes,
las mujeres arrastran un lastre histórico y cultural que las sitúa en una posición de
desventaja.

Obviamente, si se proporcionan las mismas oportunidades a quienes de


antemano tienen situaciones desiguales, el resultado seguirá siendo
oportunidades desiguales.

Las medidas de acción positiva son el conjunto de medidas temporales con


vocación compensatoria, que tienen como objetivo corregir esta situación de
desigualdad, demoliendo los obstáculos que se oponen a que las mujeres disfruten
las mismas oportunidades y derechos de ciudadanía que el colectivo alternativo, es
decir, que el integrado por los ciudadanos del sexo masculino.

26
La acción positiva ha sido definida por El Comité para la Igualdad entre
hombre y mujer del Consejo de Europa, como una “estrategia destinada a
establecer la igualdad de oportunidades por medio de unas medidas que
permitan contrarrestar o corregir aquellas discriminaciones que son el
resultado de prácticas o sistemas sociales”.

Las acciones positivas nacieron en los años 70, en el seno de otras estrategias
articuladas por las democracias avanzadas, para combatir las discriminaciones
padecidas por determinados colectivos en base a su etnia, religión, sexo o condición
social.

El ordenamiento jurídico de cada país miembro de la Unión Europea rechaza


abiertamente la discriminación entre las personas. No obstante, este rechazo
manifiesto no impide que por uno u otro motivo, determinados/as ciudadanos/as
padezcan discriminaciones en su vida cotidiana. Es por ello que las acciones
positivas pretenden corregir la práctica social, introduciendo en ésta reajustes
tendentes a equilibrar los derechos reales de los ciudadanos y ciudadanas.

Ciertamente, el ejercicio del derecho a la igualdad exige en la práctica determinadas


garantías. Así pues, en tanto y en cuanto en dicha práctica no se den las
condiciones ideales para hacer efectivo su ejercicio, los gobiernos están obligados a
establecer tales garantías, demoliendo, con ellas, los obstáculos que dificultan o
impiden que las mujeres gocen de las mismas oportunidades que los hombres.

Las garantías de las que venimos hablando, consisten en desequilibrar


temporalmente la balanza de las oportunidades en favor de las mujeres, de forma
que éstas logren, en determinados ámbitos en los que la ideología y la práctica
social son reticentes, equipararse con sus conciudadanos.

La duración de estas medidas correctoras puede ser más o menos larga, en función
del tiempo que lleve corregir las desigualdades. Ahora bien, no son sólo las mujeres
las únicas destinatarias de las medidas de acción positiva que tienen como fin
equiparar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. La sociedad
entera es la destinataria final de los resultados de tales acciones, ya que es ella en
su conjunto la que precisa ser corregida y, la que por tanto, se beneficiará, por un

27
lado, de la participación y contribución de más de la mitad de sus miembros y, por
otro, de aproximación en el tiempo a la transformación de la utopía en realidad: la
igualdad efectiva entre todas las personas.

Inés Alberdi, Catedrática de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid,


define las acciones positivas como estrategias que pretenden incorporar una
dinámica activa al principio abstracto de la igualdad de derechos, es decir, unir a la
noción abstracta de igualdad, las dimensiones materiales que la traduzcan en
oportunidades concretas y abiertas a la gran mayoría de las mujeres. Según Alberdi,
una acción positiva es un sistema temporal de ventaja o descompensación que
viene a cubrir un déficit individual y colectivo sufrido por las mujeres en cualquier
ámbito de la vida social: trabajo, familia, política o cultura.

Asimismo, la filosofía sobre la que se apoyan las acciones positivas tiene en cuenta
una serie de realidades contrastadas por las mujeres, aún después de alcanzar el
reconocimiento de derechos en cualquiera de estos campos:

La conquista de un derecho no implica su realización automática.

La igualdad formal favorece a los hombres.

La aplicación de iguales derechos e iguales condiciones a los/las que tienen


condiciones desiguales no modifica las desigualdades de partida.

La atribución de las responsabilidades familiares a las mujeres sitúa a los


hombres y mujeres en una posición desigual en cuanto a participación laboral,
cultural y política.

Las mujeres tienen derecho a rebelarse y a actuar contra la situación de


dependencia y de desigualdad que se les adscribe.

Las discriminaciones evidentes son más fáciles de contrarrestar que las


discriminaciones sutiles y ocultas que se presentan como hábitos y costumbres
naturales.

Por otra parte, resulta fundamental para la comprensión del concepto de acción
positiva, establecer una clara diferenciación respecto del concepto de acción
protectora, a fin de evitar el lamentable error de confundir uno con otro. Así,

28
mientras la acción positiva tiene por objetivo eliminar los obstáculos que se oponen
a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la acción protectora
responde a una concepción tradicional del papel social de la mujer, a la que concibe
como un sujeto más débil y al que intenta proteger.

El ámbito en el que más han proliferado las acciones protectoras (y también las
acciones positivas, aunque dentro de los parámetros de necesidad y justicia) es el
laboral. En él, las mujeres han sido a veces objeto de protección “frente a los riesgos
del trabajo”.

Según el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, el principio de que,


frente a riesgos iguales, hombres y mujeres deben ser protegidos de la misma
forma, declara incompatible la denominada acción protectora con la prohibición de
discriminación por razón de sexo, aceptando y regulando tratamientos
específicamente protectores de las mujeres, sólo en los supuestos de la excepción
contenida en el párrafo 3 del artículo 2 de la Directiva 76/207, es decir en el
supuesto de embarazo y maternidad (Directiva 92/85).

Tipo de acción ideología que intervención resultado


subyace

Acción positiva Igualdad entre Compensatoria, Reequilibrio,


hombres y mujeres reequilibradora avance, progreso

Acción Inferioridad de la Protectora, Perpetuación de la


protectora mujer respecto del perpetuadora de la desigualdad,
hombre desigualdad retroceso

Finalmente, existe un tercer concepto ligado a la acción positiva, que es la


discriminación positiva o discriminación inversa, conocida en EE.UU. como
“reverse discrimination”

Así pues, si la discriminación adversa es el trato desfavorable que algunas personas


reciben en función de su ideología, sexo, raza, etc., la discriminación inversa
consiste, por el contrario, en proporcionar un trato privilegiado a personas
desfavorecidas o discriminadas.

29
La discriminación positiva o discriminación inversa es una herramienta
especialmente eficaz en la lucha contra las desigualdades. Su naturaleza incisiva
hace de ella una medida diferenciadora, cuyo objetivo es privilegiar a quienes
pertenecen a un grupo desfavorecido.

Ahora bien, los beneficios que estas medidas producen a sus destinatarios, van
acompañados de perjuicios a otros/as ciudadanos/as, que ven limitados sus
derechos. Y es que, tal y como afirma Teresa Pérez del Río, “mientras que la acción
positiva afecta generalmente a las condiciones de acceso a los derechos, en lo que
podría denominarse “punto de partida”, la discriminación positiva suele actuar en el
que denominaríamos “punto de llegada” Es decir, se propone la consecución de un
resultado concreto y además lo garantiza.

Ambas medidas, la acción positiva y discriminación positiva, tienen en común


su carácter temporal. Tanto una como otra, tienen como misión reequilibrar la
sociedad, por lo que una vez que este objetivo sea alcanzado, su existencia
resultará innecesaria.

Un ejemplo de acción positiva son las medidas relacionadas con el fomento de la


presencia de mujeres en aquellos sectores en los que se encuentra
subrepresentada (por ejemplo: cursos de formación específicos para mujeres,
orientación profesional en estos sectores, etc.). Estas medidas pueden concluir o no
en la contratación, pero lo cierto es que son medidas que intentan garantizar la
igualdad en el punto de partida.

A su vez, un ejemplo de discriminación positiva podría ser, en una selección de


personal, optar por la mujer, entre candidatos/as en igualdad de condiciones, para
cubrir un puesto de trabajo en un sector tradicionalmente masculino (garantizando,
así, el punto de llegada, los resultados).

30
Concepto Ideología que Se aplica a Incide sobre eficacia vigencia resultado
subyace

Acción positiva Igualdad Situaciones de Condiciones de a medio/largo temporal avance


desigualdad acceso a los plazo
generalizada derechos

Discriminación Igualdad Situaciones El ejercicio de a corto plazo temporal avance


positiva concretas de los derechos
desigualdad

31
5. EFECTOS BENÉFICOS DE LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES SOBRE LA
SOCIEDAD
Durante siglos la Humanidad se ha desenvuelto en un mundo en el que los roles y
los espacios masculinos y femeninos se encontraban perfectamente diferenciados.
Desde hace algún tiempo, las mujeres, cansadas de este reparto de funciones,
comenzaron a reaccionar ante este modo de organización, convención o pacto
social implícito.

Es evidente que las circunstancias han cambiado, que las mujeres están
descontentas, que manifiestan abiertamente su disconformidad y que, por último, la
realidad económica y social ha comenzado desde hace algún tiempo a desdibujar y
difuminar los en otra época marcados perfiles de género. No obstante, en lo que
afecta al modo en que hombres y mujeres se relacionan en el seno de la sociedad,
las opiniones suelen ser inmovilistas.

Obviamente, el derecho de las mujeres a gozar de las mismas oportunidades que


los hombres es absolutamente lícito e inalienable, pero no constituye un bien
deseable para algunos hombres, ya que éstos consideran que la igualdad engendra
beneficios exclusivos para las mujeres.

No obstante, gran parte de la escasa solidaridad por parte de la sociedad, respecto


de la Igualdad de Oportunidades entre ambos sexos, se deriva del desconocimiento
de que dicha Igualdad de Oportunidades tiene como destinatario final a la propia
sociedad.

Según un informe realizado por un grupo de expertos/as para la OCDE, sobre “las
interrelaciones en el proceso de ajuste estructural y el de la integración de las
mujeres en la economía en la perspectiva de la década de los 90”, la imagen de
sociedad activa debe constituir nuestra visión y aspiración de y para el futuro.

Una sociedad activa es una sociedad marcada por la posibilidad de elección y la


diversidad, la cohesión y la solidaridad. Reacciona ante las nuevas necesidades
sociales y económicas y ofrece a sus miembros la posibilidad de influir en la
orientación de dicha sociedad.

32
Estimular la actividad de la sociedad, implica tomar mediadas audaces para
fomentar una mayor participación en la vida económica y social, reconociendo los
múltiples campos de actividad -mercantil y no mercantil- en los que los individuos se
desenvuelven, así como el hecho de que estos campos son cada vez más
interdependientes.

En la construcción de esta sociedad activa, es necesario reconsiderar el importante


papel que las mujeres juegan como agentes económicos. Según la OCDE, para
asegurar un funcionamiento armonioso de la sociedad en lo que queda de la década
de los noventa y en adelante, será necesario conceder a las mujeres un papel de
primer orden en la vida económica, permitiéndoles sacar partido de sus capacidades
inexplotadas.

Parece ser, según este informe, que la solución de los problemas económicos
puede radicar en un papel más activo de las mujeres. Las mujeres constituyen una
fuente esencial para la economía; esa fuente está subexplotada, tanto en términos
cualitativos como cuantitativos.

La sociedad que hemos construido ha sido, históricamente, incapaz de rentabilizar


plenamente la contribución femenina al crecimiento económico y al progreso social.
Dicha incapacidad se ha manifestado siempre en la escasa presencia, cuando no
ausencia, de las mujeres en los sistemas de empleo y de toma de decisiones.

La voz y la mirada de las mujeres sobre la realidad, constituye un


importantísimo punto de referencia para que la sociedad logre una adaptación
creativa a las transformaciones tecnológicas, económicas y sociales, que se
han producido y que continuamente se producen.

La experiencia de las mujeres abre una ventana al futuro. Las mujeres experimentan
directamente hasta qué punto el marco institucional existente (en particular las
estructuras de mercado laboral y la infraestructura social) están desfasados con
respecto a las nuevas realidades técnicas, económicas, sociales y políticas. Al
reorganizar su vida (para afrontar simultáneamente el empleo, la familia y otras
responsabilidades) las mujeres están en condiciones de indicar los ajustes de orden
social y económico que deben ser realizados. El cambio derivado de tales ajustes,

33
mejorará la capacidad de elección de los hombres y mujeres, y redundará en
beneficio de toda la sociedad.

La consecución, por un lado, de una sociedad activa y, por otro, de la igualdad de


oportunidades, pasa necesariamente por una conciliación de la vida profesional con
la familiar.

Esta conciliación implica el reparto equitativo de responsabilidades públicas y


domésticas. El reparto tradicional de las actividades remuneradas y no remuneradas
entre hombres y mujeres, ha dificultado y dificulta (junto con la inexistencia de una
infraestructura social adecuada) la conciliación de la vida profesional y familiar. Ello
es especialmente grave en un mundo como el actual, amenazado, entre otras
cosas, por el envejecimiento progresivo de su población y por la consecuente y
creciente necesidad de atender a las personas ancianas.

La flexibilización de las relaciones de género comporta, la posibilidad de ampliar no


sólo el campo de acción y elección de las mujeres, sino también el de los varones,
ya que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres pretende, justamente,
la construcción de una sociedad en la que los sujetos desarrollen su vida de
acuerdo a sus propios intereses, y no en función de condicionamientos
culturales y sociales.

34
UNIDAD DIDÁCTICA 2

P OLÍTICAS D E I GUALDAD

35
I NTRO DUCCI Ó N

En la década de los 70, en las Comunidades Europeas, se creía que el


establecimiento de un marco legislativo aportaría un mayor grado de igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres. Sin embargo, la década de los 80
demostró, que las disposiciones legislativas que establecían la igualdad de trato no
eran suficientes por sí solas para eliminar las desigualdades de hecho que afectan a
la mujer.

En la actualidad, resulta evidente que una parte sustancial de los obstáculos para el
logro de una igualdad de oportunidades en la práctica no son de naturaleza jurídica,
sino de impedimentos derivados de la concepción tradicional de la división de
papeles entre el hombre y la mujer en la sociedad. Para contrarrestar esa situación,
el desarrollo de las denominadas acciones positivas desempeña un papel
fundamental.

Las acciones positivas vienen a complementar la legislación sobre igualdad de trato,


e incluyen medidas que contribuyen a eliminar las desigualdades en la práctica,
mediante el establecimiento de programas que permitan identificar cualquier
discriminación, así como subsanar los efectos producidos por discriminaciones
pasadas.

Con este propósito, tanto la Política Comunitaria, por medio de sus programas de
acción, como la Política Española, en materia de igualdad a través de sus Planes
Nacionales, y también nuestra Comunidad Autónoma, mediante sus Planes para la
Igualdad de Oportunidades de la Mujer en Andalucía, han puesto en marcha
acciones positivas, encaminadas a llevar a la práctica la Igualdad real y efectiva
entre ambos sexos.

36
O BJ E TI V O S

Objetivo general

Al finalizar la Unidad las/los participantes habrán adquirido conocimientos para


identificar y aplicar un Programa de Acción Positiva. Conocerán la normativa
existente en materia de Igualdad de Oportunidades a nivel comunitario, nacional y
autonómico.

Objetivos específicos

Conocer el concepto y características de un programa de acción positiva.

Operativizar los conceptos de igualdad y acción positiva en su actividad docente.

Conocer las políticas de igualdad desarrolladas en Europa, España y Andalucía.

37
1. ¿QUÉ ES Y CÓMO SE ARTICULA UN PROGRAMA DE ACCION POSITIVA?
Como ya se ha podido constatar a través de la Unidad anterior, la igualdad entre
hombres y mujeres, por mucho que sea una exigencia de la razón humana, no es un
hecho, ni siquiera en las sociedades que proclaman ideales democráticos. Es
preciso emprender acciones para inducir los cambios de índole psicológica,
sociológica e institucional, que permitirán que las dos partes que componen la
Humanidad se sientan iguales y se reconozcan como tales.

Un programa de acción positiva es un conjunto de medidas de impulsión que tienen


por objeto establecer la igualdad entre los hombres y las mujeres en materia de
igualdad de oportunidades. Su objetivo, por tanto, es fomentar la participación de la
mujer en la sociedad a través de acciones encaminadas al apoyo efectivo de la mujer,
individual y colectivamente.

Con frecuencia, se asocia la acción positiva al mundo del trabajo. La función de un


programa de acción positiva no tiene por qué limitarse exclusivamente al campo
laboral, aunque es cierto que éste es el ámbito que más urgentemente necesita la
supresión de todo tipo de segregación femenina en determinadas actividades, en los
niveles dentro de la empresa, en las escasas posibilidades de promoción y en los
tipos de contratos. También pueden llevarse a cabo acciones positivas en el campo
de la información, de la formación profesional y de la participación femenina en la
vida política.

¿Cuáles son los objetivos de un programa de acción positiva?

Obviamente un programa de acción positiva persigue compensar una situación


de desigualdad en un ámbito concreto, para lo cual, se establecen distintas
acciones que incidan sobre una parcela de la realidad.

A modo de ejemplo, los objetivos de un programa de acción positiva en el ámbito


laboral podrían ser:

38
Ejemplo I

ELIMINAR

La segregación femenina por la que las mujeres se ven obligadas a ocupar


puestos de baja categoría, con salarios bajos y escaso prestigio social.

FAVORECER

El aumento de la presencia femenina en el mundo del trabajo.

ACTIVAR

Las condiciones para el logro de una efectiva promoción profesional.

Ejemplo II

Efectos de un programa de acción positiva en el ámbito laboral

1. EFECTOS DE TIPO ECONÓMICO-SOCIAL

a. Eliminación de las formas actuales de discriminación.

b. Equilibrio de las fuerzas laborales masculinas y femeninas.

c. Alcance de una efectiva igualdad entre hombre y mujer en el trabajo.

d. Reducción progresiva de la elevada tasa actual de paro femenino.

2. EFECTOS DE TIPO FINANCIERO

a. Mejora del ambiente de trabajo.

b. Eficacia en la gestión y planificación de los recursos humanos.

Ahora bien, la elaboración de un programa de acción positiva, en cualquier parcela


de la realidad, exige la articulación y desarrollo de cuatro fases que consisten en:

Fase I.: Determinación de la zona de actuación: Breve descripción de la zona


geográfica donde se va a actuar y justificación de las razones que han movido a
realizar dicha elección.

Fase II.: Análisis del entorno: Estudio de la realidad sobre la que se quiere
intervenir.

39
Fase III.: Interpretación del análisis del entorno: Diagnóstico y conclusiones sobre la
zona elegida.

Fase IV.: Elaboración de las acciones positivas oportunas. Indicando:

1. Contenido de la acción positiva a desarrollar; objetivo específico que


persigue y colectivo concreto al que se dirige.

2. Tiempo de ejecución, fases, recursos necesarios.

3. Personas u organismos implicados.

4. Formas de evaluar el resultado de la acción: durante y a la finalización de la


misma.

Finalmente, el diseño, desarrollo y ejecución de un programa de acción positiva


exige la determinación previa de los recursos materiales y humanos necesarios y
adecuados para su puesta en marcha.

40
1.1. Acción Positiva y Formación Profesional Ocupacional
Si la acción positiva es susceptible de aplicar en todos los ámbitos, veamos ahora
qué aplicaciones puede tener en la FPO y cómo nuestro quehacer docente puede
contribuir a la construcción de una sociedad más justa.

Cualquier intervención en favor de las mujeres que se lleve a cabo en el ámbito de


la Formación Profesional Ocupacional, repercutirá en beneficio de un reparto más
equitativo del empleo.

Los/las profesionales de la formación tienen la posibilidad de contribuir a la Igualdad


de Oportunidades por diferentes medios, de los que citamos algunos ejemplos:

Elaborar un plan de formación como Acción positiva:

El departamento de Recursos Humanos de una empresa diseña el plan de


formación para sus empleados/as, en él se establecen una serie de cursos
destinados a trabajadoras.

Aplicar la Discriminación Positiva

En la selección del alumnado de un curso, entre personas que cumplen los


requisitos de acceso en igual medida, dar prioridad a las mujeres.

41
2. LAS P O LÍ TI CAS DE I G UALDAD
2.1. Programas de acción de la Unión Europea
La Comunidad Europea ha diseñado cuatro programas de acción para la igualdad
entre hombres y mujeres. Tres de ellos ya han sido ejecutados. En la actualidad, se
está desarrollando el cuarto programa de acción comunitario.

Los programas de acción llevados a cabo por la Unión Europea son:

I 1982-1985

II 1986-1990

III 1991-1995

IV 1996-2000

V 2001-2006

Ofrecemos, a continuación, una síntesis de cada uno de ellos:

I. Programa de acción 1982-1985

La función de la Comunidad Europea ha sido esencial para promover la igualdad de


oportunidades entre hombres y mujeres. A partir de 1975, la Comunidad, a través de
sus actos legislativos, fue especificando y ampliando progresivamente el ámbito de
aplicación del principio de igualdad.

En esta línea, la Comisión puso a punto un programa de acción comunitario sobre la


promoción de la igualdad de oportunidades para 1982-1985.

El programa de acción comprendía dos grandes series de acciones. Se establecía


las bases de una política global en materia de empleo para las mujeres sobre la
base del fortalecimiento de los derechos individuales por medio de la extensión de la
legislación comunitaria, por una parte, y la promoción de la igualdad de
oportunidades en la práctica, esencialmente por medio de programas de acción
positiva.

42
Este programa comunitario constaba de las acciones que se enumeran a
continuación:

Acción 1: Fortalecimiento y control de la aplicación de las directivas.

Acción 2: Recursos sobre la igualdad de trato.

Acción 3: Revisión de las legislaciones protectoras nacionales y


comunitarias.

Acción 4: Igualdad de trato en materia de Seguridad Social.

Acción 5: Aplicación del principio de igualdad de trato a las trabajadoras


autónomas y a las agricultoras, especialmente en las empresas
familiares.

Acción 6: Régimen fiscal y trabajo de las mujeres.

Acción 7: Excedencias por maternidad, paternidad y relaciones familiares.

Acción 8: Protección del embarazo y de la maternidad.

Acción 9: Desarrollo de la acción positiva.

Acción 10: Inserción en la vida activa (especialmente en relación con las


nuevas tecnologías).

Acción 11: Opciones profesionales.

Acción 12: Supresión de las segregación en el empleo.

Acción 13: Análisis de las tendencias del empleo femenino.

Acción 14: Aplicación del principio de igualdad de trato a las mujeres


emigrantes.

Acción 15: Compartimiento de las responsabilidades profesionales,


familiares y sociales.

Acción 16: Evolución de las mentalidades.

Continuando la labor emprendida con este primer programa para la igualdad entre
los hombres y las mujeres, se puso en marcha el Programa comunitario a medio
plazo 1986-1990.

II. Programa comunitario a medio plazo 1986-1990

43
El programa 1982-85 puso en marcha una serie de acciones y creó una dinámica
que la Comisión consideró necesario continuar. La experiencia adquirida
aconsejó la realización de un nuevo programa que sirva de marco a las iniciativas
de la Comisión para la promoción de la igualdad entre los sexos.

Los objetivos de este programa a medio plazo han sido definidos por la Comisión
como:

Consolidar el acervo comunitario, especialmente promoviendo una mejor


aplicación de las disposiciones existentes y adoptando las propuestas que
actualmente se están elaborando.

Continuar y desarrollar las acciones emprendidas en el marco del programa


de acción 1982-1985, especialmente los grupos de contacto y de intercambio
que son una forma nueva de diálogo social en este sector y cuyo trabajo es
muy positivo.

Intensificar los esfuerzos para implicar al conjunto de los sujetos concernidos


por un diálogo más amplio y una sensibilización destinada a colectivos
prioritarios más amplios.

Desarrollar e intensificar el apoyo a acciones concretas, sobre todo aquellas


encaminadas a desarrollar el empleo de las mujeres.

Desarrollar y modular estas acciones y especialmente en favor de las


categorías más vulnerables y/o desfavorecidas.

Examinar la situación en los nuevos Estados miembros de la Comunidad.

Proseguir y reforzar las acciones de promoción para la igualdad de


oportunidades del personal de la Comisión.

La Comisión pretende alcanzar estos objetivos concentrando sus esfuerzos, y


esperando que los Estados miembros colaboren en siete acciones marco: mejora
en la aplicación de las disposiciones existentes; la educación y la formación; el
empleo; las Nuevas tecnologías; la protección social y la seguridad social; el
compartimiento de las responsabilidades familiares y profesionales; y la
sensibilización-evolución de las mentalidades.

III. Programa de acción comunitario (1991-1995)

44
El III plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres nace en un
contexto en el que las políticas de igualdad han dejado de considerarse como una
política de carácter específico y sectorial, para ser parte integrante y dimensión
plena de las políticas económicas y sociales, así como de las políticas
estructurales de la Comunidad.

Desde esta perspectiva los esfuerzos de este tercer Programa de Acción fueron:

Consolidar los avances comunitarios y valorizar y capitalizar la experiencia


adquirida hasta la fecha ;

Desarrollar nuevas iniciativas en beneficio de las mujeres en el ámbito de la


formación profesional y del empleo, integrándolas en el marco de las políticas
y de los marcos comunitarios;

Reforzar la colaboración y la complementariedad de las acciones conducidas


por los distintos agentes (Comisión, Estados miembros e interlocutores
sociales).

El Tercer Programa de Acción Comunitario constituyó una nueva etapa de la


política de igualdad al proponer una estrategia de acción más integrada y global,
que se fundamentó en una consolidación de la cooperación entre todos los
interlocutores para la igualdad.

Asimismo, otra novedad del tercer programa respecto a los otros dos anteriores
fue la integración del objetivo de igualdad de oportunidades en la formulación y
aplicación de todas las políticas y programas de acción aprobados tanto a escala
comunitaria como a escala nacional.

Los objetivos de este programa consistieron en:

Aplicación y desarrollo del marco jurídico.

Integración de las mujeres en el mercado de trabajo

Mejora de la situación de la mujer en la sociedad.

Finalmente, en relación a este tercer programa queda mencionar la iniciativa NOW


(la acción comunitaria en el campo de la Formación Profesional se ha desarrollado a
través de Iniciativas Comunitarias. Las Iniciativas comunitarias son instrumentos

45
específicos de la U.E. que crean un marco de acción que proporciona orientaciones
fijadas por la Comisión) que tenía y tiene como finalidad promover la igualdad de
oportunidades en beneficio de las mujeres en el ámbito de la formación profesional y
el empleo. Su aplicación se lleva a cabo en el marco de los objetivos de los fondos
estructurales y toma en consideración las dificultades estructurales específicas con
las que se enfrentan las mujeres en el mercado de trabajo y, en particular en las
regiones menos desarrolladas.

IV. Programa de acción comunitaria (1996-2000)

El Consejo de Trabajo y Asuntos Sociales de la Unión Europea aprobó, durante la


Presidencia Española el 5 de diciembre de 1995, el IV programa de Acción
Comunitaria a Medio Plazo para la igualdad de Oportunidades entre las Mujeres y
los Hombres (1996-2000)

Los quince países del mundo más avanzados en la igualdad de oportunidades para
las mujeres acordaron, mediante este programa, las líneas comunes de acción
política en materia de igualdad de oportunidades para las mujeres hasta el próximo
siglo. Su valor añadido, con respecto a las políticas que realiza cada uno de los
Estados miembro, consiste en que los quince han logrado poner en común estas
líneas de actuación y se han comprometido a desarrollar las acciones necesarias
para cumplir los objetivos marcados.

El programa parte de la realidad actual, de una situación económica y social


cambiante en Europa, donde aparecen nuevas formas de participación en el ámbito
laboral, social y político. Una sociedad en la que está teniendo lugar un cambio
estructural, una nueva forma de entender las relaciones y los papeles de las mujeres
y los hombres en la sociedad. Las mujeres están tomando parte, cada vez con un
protagonismo mayor, en todos los ámbitos de la vida pública, y los hombres,
paralelamente, participan cada vez más de las responsabilidades de la vida
doméstica y familiar.

Esta nueva realidad plantea nuevos e importantes desafíos a los responsables


públicos y a los distintos actores sociales. Para dar respuesta a ellos ha sido
diseñado este Programa de Acción Comunitario, con una serie de objetivos y
acciones, de propuestas que tengan en cuenta la contribución específica de las

46
mujeres, mediante su participación activa y responsable en los distintos ámbitos
sociales.

El nuevo programa, se inscribe en las perspectivas y conclusiones de la reciente IV


Conferencia Mundial sobre las Mujeres y ha sido diseñado de acuerdo con las
prioridades establecidas en el “Libro blanco sobre la política social europea” y el
“Libro Blanco sobre crecimiento, competitividad y empleo”.

El programa considera que las seis directivas, dos recomendaciones y diez


resoluciones aprobadas por el Consejo en materia de igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres han desempeñado un papel fundamental en
la mejora de la situación de las mujeres europeas. Lo mismo puede decirse de los
tres programas precedentes. También recuerda que la igualdad de trato y de
oportunidades es un principio fundamental del derecho comunitario y una tarea
prioritaria de la Unión Europea (aspecto subrayado en la cumbres de Essen, 1994, y
Cannes, 1995).

Como agrega, a pesar de los avances logrados y de los esfuerzos nacionales y


comunitarios, las desigualdades persisten, en particular en lo relativo al empleo. El
desarrollo de la educación y la formación profesional, la diversificación de opciones
profesionales y el incremento de la actividad de las mujeres son factores
determinantes de una mayor competitividad de la economía europea y de una mejor
integración en el mercado de trabajo. Por ello, es preciso elaborar medidas que
tengan en cuenta la evolución económica y social y que respondan a los cambios en
las estructuras familiares, en los papeles de las mujeres y los hombres en la
sociedad, en la organización de la vida profesional y en la organización de la vida
profesional y en la composición demográfica de Europa. Por otra parte, la cuestión
de la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres se considera cada vez más
una cuestión de ciudadanía, que refuerza el valor fundamental de la democracia.

Un Comité de Gestión -novedad del IV Programa- asesorará a la Comisión Europea


en la aplicación del mismo. La Comisión estableció en 1992 un Comité Consultivo
para la igualdad de oportunidades, ampliado en 1995. La creación de dicho Comité
de Gestión hará que los estados tengan una mayor implicación en la ejecución de
las medidas.

47
Los objetivos que persigue el programa:

1. Promover la integración de la dimensión de igualdad de oportunidades en


todas las políticas y acciones (mainstreaning);

2. Movilizar a todos los responsables de la vida económica y social en favor de la


igualdad de oportunidades;

3. Promover la igualdad de oportunidades en una economía cambiante, sobre


todo en materia de educación, formación profesional y en el mercado de
trabajo;

4. Conciliar la vida familiar y profesional para las mujeres y los hombres;

5. Favorecer una participación equilibrada de las mujeres y los hombres en la


toma de decisiones;

6. Reforzar las condiciones que permitan el pleno ejercicio del derecho a la


igualdad.

Para lograr estos objetivos, el Programa identificará y estimulará buenas prácticas y


buenas políticas, estimulando la innovación y el intercambio de experiencias
apropiadas, incluidas las acciones positivas. Además será un importante
complemento de las actuaciones previstas en otras políticas comunitarias, entre
otras las vinculadas a los Fondos Estructurales.

48
Del conjunto de las medidas propuestas, destacan:

Financiación de entre treinta y cuarenta proyectos integrados en materia de


igualdad de oportunidades, para crear un marco de apoyo a los cambios en la
cultura de las empresas y organizaciones (públicas, privadas, ONGs).

Apoyo a los medios de comunicación que promuevan una imagen positiva del
papel de las mujeres y de los hombres en la sociedad.

Diversificación de opciones profesionales para los y las jóvenes, mediante los


programas Sócrates, Leonardo, Media, y a través del futuro Libro Blanco de la
educación.

Creación de redes que reúnan los proyectos innovadores en cuanto a igualdad


de oportunidades dentro de la iniciativa Empleo-Now.

Organización de debates, seminarios, etc., sobre las políticas de conciliación


de la vida familiar y profesional, y sobre la relación entre empleo y protección
social.

Recogida de datos sobre los progresos en la participación de las mujeres en la


toma de decisiones, campañas de sensibilización y desarrollo de nuevas
estrategias.

Difusión de la legislación comunitaria y posibilidad de apoyar la creación de


centros especializados en la divulgación de información sobre igualdad de
oportunidades a escala europea.

Desarrollo de una estructura de coordinación común -ANIMA-, para, entre


otros objetivos, prestar orientación en todo lo que se refiera a acción positiva.

La Comisión presentará un informe intermedio de aplicación del Programa al


Parlamento Europeo, Consejo, Comité Económico y Social y Comité de las
Regiones, antes de finales de 1998.

49
V. Programa de acción comunitaria (2001-2006)

Financiado por el Fondo Social Europeo (FSE), EQUAL implementa nuevas formas
de lucha contra la discriminación y la desigualdad experimentadas tanto por los que
disponen de un empleo como por aquéllos que lo buscan. La cooperación
transnacional, la innovación, la capacitación, el planteamiento temático y de
asociación, la difusión y la integración en políticas y prácticas son los principios
clave del EQUAL.

Las actividades están estructuradas sobre cuatro pilares:

1. Capacidad de Inserción Profesional

2. Espíritu de Empresa

3. Adaptabilidad e Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres

4. También se tiene en cuenta la problemática de los solicitantes de asilo.

EQUAL es la Iniciativa Comunitaria de Recursos Humanos promovida por el Fondo


Social Europeo para el periodo 2001-2006.

La Iniciativa Comunitaria EQUAL, que forma parte de una estrategia integrada para
el empleo, tiene por objetivo la lucha contra todas las formas de discriminación y
desigualdad que se producen en el mercado de trabajo y, en particular, contra
aquellas que se basan en el sexo, la raza, el origen étnico, las creencias o la edad.

¿Para Qué Sirven Las Iniciativas Comunitarias?

Los Fondos Estructurales, como instrumentos de la política de cohesión social y


económica de la Unión Europea, complementan sus intervenciones generales con
las Iniciativas Comunitarias, propuestas por la Comisión para apoyar líneas de
actuación de interés específico para el conjunto de los Estados miembros. El valor
añadido de estas Iniciativas consiste en que hacen visible la acción comunitaria
desarrollada a través de una cooperación transnacional, en el carácter innovador y
de demostración de los proyectos, en la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres y en la transferencia de las buenas prácticas a las políticas generales.

Elementos Que Definen Un Proyecto Equal:

50
La Iniciativa EQUAL incorpora ocho principios clave y seis criterios complementarios
de cuyo nivel de cumplimiento depende la valoración de los proyectos.

Principios Clave

1. Cooperación institucional y capacitación

La cooperación institucional implica un modelo de trabajo basado en la estrecha


colaboración entre instituciones de distinta naturaleza que, en la medida de sus
posibilidades, capacidades e intereses, acuerden colaborar en el desarrollo de un
proyecto, movilizando los recursos disponibles al servicio de la búsqueda de nuevas
formas de lucha contra la discriminación en el mercado de trabajo.

El principio de capacitación requiere la cooperación de entidades en el ámbito de


una Agrupación de Desarrollo (AD) con el fin de dar un tratamiento integrado a
problemas de exclusión en el mercado de trabajo, lo que precisa el diseño de
mecanismos de coordinación y toma de decisiones eficaces, que permitan la
participación activa de los miembros de una AD en el diseño, puesta en marcha y
desarrollo del proyecto.

2. Enfoque temático e integrado

La Iniciativa EQUAL se organiza a partir de la definición de ámbitos de trabajo


denominados Áreas temáticas, definidas por la Comisión Europea a partir de las
Directrices de la Estrategia Europea para el Empleo. En función del análisis de las
situaciones de discriminación más graves detectadas en cada Estado Miembro,
éstos han seleccionado las Áreas en las que van a convocarse las ayudas. En el
caso español se ha elegido seis y los proyectos deben seleccionar una de ellas y
plantear sus programas de trabajo en función de la definición de la misma que se
incluye en el Programas español y en su Complemento de Programa.

A partir de un análisis sobre las principales causas de discriminación presentes en


un territorio o sector, debe plantearse un conjunto de soluciones susceptibles de ser
aplicadas a una pluralidad de destinatarios finales que, en todo caso, deben
pertenecer a los colectivos a los que el problema o los problemas detectados
afectan de forma más severa.

3. Innovación

51
La innovación se refiere a la aportación de los proyectos a las prácticas y recursos
habituales de las políticas generales en el ámbito de la formación y el empleo, de
nuevas soluciones o de soluciones diferentes a las ya existentes en el territorio o
sector de actuación.

En este sentido, las soluciones aportadas pueden ser completamente novedosas, es


decir, generadas originalmente en el propio proyecto, o incorporadas a partir de una
transferencia de enfoques o prácticas desde otros contextos territoriales, sectoriales
o institucionales.

4. Cooperación transnacional

Es el primer elemento distintivo de EQUAL y forma parte integrante de su definición


reglamentaria. La cooperación transnacional se concibe como parte esencial de los
programas de trabajo de los proyectos que se financien. El valor añadido que aporta
este principio se encuentra en la unión de esfuerzos para la búsqueda conjunta de
soluciones, que permite apoyarse en la experiencia de los demás, incrementa la
propia capacidad de acción y evita la duplicidad de esfuerzos a la hora de ensayar
distintas soluciones.

5. Capacidad de transferencia

La transferencia a políticas generales de nuevos métodos, ideas, soluciones es el


objetivo principal de la Iniciativa EQUAL. La transferencia consiste en la
incorporación de las mejores prácticas ensayadas a las políticas generales
relacionadas con el mercado de trabajo. Para conseguir este objetivo los proyectos
deberán diseñar un plan de transferencia y prever mecanismos que permitan la
difusión de los resultados y la sensibilización de las personas responsables de las
decisiones políticas en materia de empleo.

6. Igualdad de oportunidades

La igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres se ha convertido en un


principio clave y transversal en las políticas de la Unión Europea al que los Fondos
Estructurales deben contribuir.

52
Supone hacer frente a las situaciones de desigualdad por razón de sexo, mediante
la integración en todos los planes de trabajo de un análisis de sus causas y la
incorporación de mecanismos eficaces par luchar contra las mismas.

7. Complementariedad

El principio de complementariedad pretende garantizar que los proyectos incidan


realmente en ámbitos de actuación no cubiertos por las políticas generales de
empleo o por la programación general del Fondo Social Europeo. Para ellos es
preciso que durante la fase de elaboración de los mismos se obtenga información
sobre los planes o estrategias de desarrollo de recursos humanos y/o mejora del
mercado laboral que están aplicándose en su territorio o sector para evitar
solapamientos y garantizar la optimización de los recursos ya existentes.

La adecuada comprensión y el respeto de este principio facilita las tareas de


coordinación y contribuirá a reforzar la incorporación de soluciones innovadoras, así
como el principio de transferencia.

8. Concentración

Las actuaciones deben incidir sobre las situaciones más desfavorables de


discriminación y desigualdad en el mercado de trabajo. En definitiva, las actuaciones
se concentrarán sobre aquellas personas destinatarias a las que afectan de forma
más intensa las situaciones de discriminación y desigualdad en el mercado laboral.

53
CRITERIOS COMPLEMENTARIOS

Se valorará:

La coherencia interna, es decir, que los objetivos planteados para responder a las
necesidades detectadas y las medidas y recursos propuestos para alcanzar dichos
objetivos son apropiados y razonables.

La adecuación del proyecto a los objetivos del área temática seleccionada.

El fomento y la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la


comunicación, así como su integración en el desarrollo del proyecto.

La aplicación de un sistema de control de calidad, a través de mecanismos


específicos de evaluación desde el inicio de las actividades.

La eliminación de barreras de todo tipo que dificultan el acceso de los posibles


personas destinatarias de los proyectos en condiciones de igualdad.

La incorporación de medidas que incidan en la problemática del medio ambiente.

54
POLITICAS DE IGUALDAD EN EUROPA

Primer programa de Segundo Programa Tercer Programa de IV Programa de Acción V Programa de Acción
Acción Comunitario Acción Comunitario Comunitario Comunitario
1982-1985 1986-1990 1991-1995 1996-2000 2001-2006

• Promocionar la • Consolidación del • Consolidación de los • Integración de la • Búsqueda de un


Igualdad de acervo normativo avances comunitarios. dimensión de género mercado de trabajo
Oportunidades comunitario en • Desarrollo de nuevas en todas las políticas igualitario y no
mediante acciones materia de Igualdad. iniciativas en y acciones. discriminatorio.
positivas. • Continuación de las beneficio de las • Movilización, en favor • Fomento del
• Completar la Igualdad acciones mujeres en el ámbito de la Igualdad de autoempleo para las
de trato mediante el emprendidas en el de la formación Oportunidades de los mujeres.
fortalecimiento de los programa anterior. profesional y el agentes responsables • Incorporación de las
derechos individuales. • Desarrollo de empleo (nace la de la vida económica. nuevas tecnologías
acciones Iniciativa NOW). • Conciliación de la vida como instrumento
encaminadas a familiar y profesional contra las
desarrollar el empleo para hombres y desigualdades.

OBJETIVOS
de las mujeres. mujeres. • Eliminación de barreras
• Potenciación de una físicas y sociales.
participación
equilibrada de las
mujeres y los
hombres en la toma
de decisiones.

55
LA IV CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE LA MUJER

Entre los días 4 y 15 de Septiembre de 1995 se celebró en la ciudad de Pekín la IV


Conferencia Mundial sobre la Mujer: Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz.

Con anterioridad a este macroencuentro, de, por y para las mujeres, existieron otras
conferencias internacionales con características y objetivos similares en cuanto a la
pretensión de mejorar la situación de las mujeres en todo el mundo.

Así, en 1946, Naciones Unidas creó la Comisión de la Condición Jurídica y Social de


la Mujer, cuya función era y es, preparar las recomendaciones y los informes sobre
la promoción de los derechos de las mujeres en la esfera política, económica, social
y educativa, sobre cuestiones urgentes de interés para los derechos de la mujer.

En 1975 se proclamó el Año Internacional de la Mujer.

Punto clave de ese año fue la I Conferencia Mundial, celebrada en México D.F.
bajo el lema “Igualdad, Desarrollo y Paz”, en la cual se elaboró un Plan de Acción
Mundial y la Declaración sobre la Igualdad de la Mujer y su Contribución al
Desarrollo y la Paz.

También se propuso y proclamó el Decenio de Naciones Unidas para la Mujer,


durante el cual se trabajaría sobre Igualdad, Desarrollo y Paz.

El art. 4,1 de la Convención de 18 de diciembre de 1979, sobre la eliminación de


todas las formas de discriminación contra la mujer, estableció que “la adopción por
los Estados de medidas especiales de carácter temporal, encaminadas a acelerar la
igualdad -de facto- entre el hombre y la mujer no se considerará discriminación en
la forma definida en la presente convención”, y vendrán justificadas en cuanto
efectivamente se den circunstancias sociales discriminatorias, durando lo que duren
éstas y hasta que se alcance el objetivo ”de igualdad de oportunidades y trato”.

En 1980 se celebró en Copenhague la II Conferencia Mundial, para el Examen de


la Segunda mitad del Decenio. También se adoptó un nuevo programa de acción.

En 1985 se celebró en Nairobi la III Conferencia Mundial para el Examen y


Evaluación de los logros del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer:
Igualdad, Desarrollo y Paz.

56
Los 157 países representados en la Conferencia, aprueban por consenso el texto
completo del informe “Estrategias de Nairobi orientadas hacia el Futuro para el
adelanto de la Mujer”, informe que constituye el documento base a partir del cual
se analizarán los temas de la IV Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones
Unidas sobre las Mujeres, celebrada en Beijing (China), del 4 al 15 de Septiembre
de 1995, en la que se elaboró un documento denominado PLATAFORMA DE
ACCIÓN, cuya estructura se basa en el estudio de la situación mundial y de ciertos
ámbitos de problemas tales como:

Desigualdad en el acceso al poder.

Insuficiencia de mecanismos para promover el adelanto de las mujeres.

Pobreza.

Desigualdad en las Condiciones de acceso y participación de las mujeres en las


estructuras y políticas económicas.

Desigualdad en las condiciones de acceso a la enseñanza, la salud, el empleo y


la justicia.

Consecuencia para las mujeres de los conflictos armados.

Violencia contra las mujeres.

Asimismo, los objetivos propuestos en esta Conferencia fueron:

1. Integración de la mujer en el desarrollo sostenible

2. Atención a los problemas de las mujeres en situación de extrema pobreza y de la


mujer rural.

3. Intensificación de la cooperación internacional para potenciar el papel de la mujer


en todos los órganos gubernamentales, nacionales y locales.

2.2. Políticas de Igualdad de Oportunidades en España


El reconocimiento de que las mujeres deben tener los mismos derechos y
oportunidades que los varones para educarse, trabajar, formar una familia y
participar en las decisiones políticas, es un hecho social reciente, que se ha ido

57
conquistando a lo largo del siglo XX, gracias al desarrollo de los principios
democráticos de justicia, libertad e igualdad y a la lucha de las propias mujeres.

España ha adaptado su ordenamiento jurídico al principio de igualdad o de no


discriminación por razón de sexo, recogido en la Constitución de 1978 y en los
Estatutos de Autonomía de las diferentes Comunidades.

En Octubre de 1983 fue creado el Instituto de la Mujer. El nacimiento de este


organismo supuso el reconocimiento oficial de la necesidad de introducir medidas
para acabar con la discriminación, y fué el comienzo en nuestro país de una política
activa para la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

58
POLÍTICAS DE IGUALDAD EN ESPAÑA

I Plan de Acción II Plan de Igualdad III Plan para la IV Plan para la


para la Igualdad de de Oportunidades Igualdad de Igualdad de
Oportunidades de de las Mujeres Oportunidades entre Oportunidades entre
las Mujeres (1988- (1993.1995) Mujeres y Hombres Mujeres y Hombres
1990)
(1997-2000) (2003-2006)

• Perfeccionar el • Aplicar y desarrollar • Promover la • Impulsar la igualdad


desarrollo normativo la legislación igualdad de acceso de acceso y la plena
del principio igualitaria. de las mujeres a participación de las
Constitucional de todos los procesos mujeres, en las
• Promover la
Igualdad. educativos. estructuras de poder y
participación
toma de decisiones,
• Conseguir el equitativa de las • Desarrollar modelos
en todos los ámbitos
acceso de todas las mujeres en el mundo educativos que
sociales, políticos,
mujeres a mayores laboral. favorezcan la
económicos y
niveles de igualdad.
• Equiparar cualitativa culturales
información,
y cuantitativamente la • Promover la
formación y cultura. • Fomentar la
participación de las investigación
O promoción profesional
• Crear las mujeres en el mundo relacionada con los
de las mujeres en las
condiciones laboral. estudios de las
B Administraciones
necesarias para mujeres y del género.
• Difundir una imagen Públicas
fomentar un reparto
J social de las mujeres • Promover la
más equilibrado de • Contribuir a la
ajustada a su realidad participación
las responsabilidades mejora de la salud de
E actual. femenina en el
en el ámbito de lo las mujeres, durante
ejercicio físico y la
público y de lo • Promover un todo su ciclo vital
T actividad deportiva.
privado, entre los reparto equitativo de
• Desarrollar
hombres y las las responsabilidades • Mejorar la salud de
I iniciativas educativas
mujeres. domésticas. las mujeres a lo largo
y culturales que
V del ciclo biológico.
• Hacer posible el • Incrementar la favorezcan la igualdad
ejercicio libre y participación social y • Contribuir a la de oportunidades
O responsable de la política de las mejora de la salud entre mujeres y
maternidad/paternida mujeres. sexual y reproductiva. hombres
S d, no sólo como
• Propiciar el acceso • Contribuir al • Favorecer la
derecho individual,
de las mujeres a bienestar físico y inclusión social de las
sino como función
puestos de decisión. psíquico de las mujeres que se
social que debe
mujeres. encuentran en una
contar con la
• Mejorar los situación de especial
suficiente protección
aspectos socio- • Mejorar los vulnerabilidad
para hacerla
sanitarios que afectan problemas de salud
compatible con el • Promover la
específicamente a las relacionados con la
derecho de las igualdad a través del
mujeres. actividad laboral y
personas (mujeres y acceso a la protección
doméstica de las
varones) al libre • Insertar socialmente social
mujeres.
desarrollo de su los colectivos de
personalidad. mujeres afectados por • Promover el pleno • Proceder al
procesos de acceso de las seguimiento y difusión
• Mejorar la de la legislación y
marginación. mujeres a los

59
protección de la salud derechos sociales y jurisprudencia
• Integrar las políticas
de toda la población económicos. nacional y europea,
de igualdad en el
femenina y, en materia de
marco internacional. • Facilitar la
especialmente, de los igualdad de
incorporación de las
grupos de mujeres oportunidades entre
mujeres al mundo
expuestos a mayores mujeres y hombres.
laboral.
riesgos.
• Desarrollar políticas
• Promover la
• Diversificar las activas, para erradicar
actividad empresarial
opciones escolares la violencia contra las
de las mujeres.
profesionales de las mujeres
jóvenes y ampliar su • Impulsar cambios y
• Fomentar la
participación en las transformaciones
participación y
actividades culturales. estructurales que
colaboración con las
favorezcan la
• Reducir las tasas ONG de mujeres
incorporación,
de desempleo
permanencia y • Promover valores y
O femenino y la
promoción de las difundir prácticas
segregación laboral
mujeres en el sobre igualdad entre
B por razón de sexo, y
mercado laboral. mujeres y hombres.
mejorar las
J condiciones de • Conciliar la vida • Evitar una imagen
trabajo de las mujeres familiar y laboral de estereotipada y
E ocupadas. hombres y mujeres. sexista de las mujeres
en los medios de
• Mejorar y completar • Favorecer una
T comunicación y la
el conocimiento de la participación
publicidad.
situación social de las equilibrada de las
I
mujeres españolas y mujeres y los • Impulsar cambios
V de la incidencia en hombres en la toma normativos que
dicha situación de las de decisiones. faciliten la
O medidas de política compatibilidad de la
social y económica, a • Favorecer una
vida laboral y familiar
través del imagen equilibrada y
S y realizar un
perfeccionamiento de no estereotipada de
seguimiento de
las estadísticas, la las mujeres en los
resultados de las
realización de medios de
medidas legislativas
encuestas e comunicación.
ya implantadas
investigaciones, el
• Fomentar la
análisis de la variable • Impulsar otras
participación activa de
sexo en cualquier medidas que faciliten
las mujeres en los
estudio que se lleve a la conciliación de vida
programas de medio
cabo, y el diseño de laboral y familiar.
ambiente.
los indicadores
• Cooperar con
sociales apropiados. • Promover medidas
Comunidades
integradas para
Autónomas y
prevenir y eliminar la
Corporaciones
violencia contra las
Locales.
mujeres.
• Reforzar la
• Erradicar el acoso
presencia y la
sexual en los centros
participación española
de trabajo.
en los Organismos

60
Internacionales, tanto
• Promover medidas
comunitarios como
tendentes a eliminar
extracomunitarios.
el tráfico de mujeres y
niñas y la explotación • Fomentar la
de la prostitución. cooperación al
desarrollo con las
• Combatir la
ONG y otras
feminización de la
instituciones.
pobreza.

• Promover el
O desarrollo de las
mujeres en el ámbito
B
rural.
J
E • Promover la
integración de la
T dimensión de
I igualdad de
V oportunidades en las
O políticas de las
administraciones
S
públicas e
instituciones.

• Fomentar la
cooperación con las
Organizaciones No
Gubernamentales que
trabajan en favor de la
igualdad de
oportunidades

• Incrementar la
participación española
en los organismos
comunitarios e
internacionales.

O • Fomentar la
B cooperación al
J desarrollo,
E prioritariamente con
TI los países de América
V Latina y Caribe y con
O otros países en vías
de desarrollo, como
los de la región del
Magreb.

61
2.3. Políticas de Igualdad de Oportunidades en Andalucía

Por su parte, el Estatuto de Autonomía de Andalucía recoge:

Art. 1.2. Principios de libertad, igualdad y justicia para todos los andaluces.

Art. 12.2. La Comunidad Autónoma propiciará la efectiva igualdad del


hombre y de la mujer andaluces.

Art. 12.3.1º. Consecución del pleno empleo en todos los sectores de la


producción.

Art. 12.3.2º. Acceso a todos los andaluces a los niveles educativos y culturales.

Art. 26.1. Igualdad de acceso a los cargos públicos.

La Ley 10/1988, de 29 de diciembre, crea el Instituto Andaluz de la Mujer,


aprobándose -posteriormente- su Reglamento por Decreto 1/1989, de 10 de enero y
modificado posteriormente por Decreto 120/1997 de 22 de Abril, donde están
especificados los órganos rectores, el carácter, régimen jurídico, recursos
económicos y funciones.

El Instituto Andaluz de la Mujer es el organismo encargado de las Políticas de


Igualdad en nuestra Comunidad Autónoma. El Instituto Andaluz de la Mujer
(I.A.M), tiene como objetivo central de su política para la igualdad de oportunidades,
fomentar en la sociedad actual, donde la diferencia entre sexos está todavía
institucionalizada, el desarrollo de los cambios que conduzcan hacia una
sociedad plural donde cada persona, sea cual sea su sexo y estado civil, tenga
la posibilidad de adquirir medios independientes de vida, y, hombres y
mujeres se beneficien de iguales derechos, posibilidades y libertades.

El I.A.M. nació en el seno de la Consejería de Presidencia, pero en una legislatura


posterior quedó adscrito a la de Asuntos Sociales, actualmente pertenece a la
Consejería para la Igualdad y Bienestar Social.

Las políticas de igualdad no pueden ser objeto de un desarrollo y tratamiento


sectorial, ya que no se trata de medidas que afectan a una minoría de personas,

62
sino a más de la mitad de la población, puesto que el Pueblo Andaluz lo componen
hombres y mujeres.

La Igualdad de Oportunidades de la Mujer no es objeto de políticas de Bienestar


Social, sino estrictamente de políticas de reequilibrio de la sociedad.

El Plan de Igualdad de Oportunidades es un Plan aprobado por el Gobierno


Andaluz, y en cuanto que tal, debe impregnar la filosofía y la acción de la Junta de
Andalucía y de sus trabajadores y trabajadoras así como de todos los andaluces y
andaluzas.

En todas las Comunidades Autónomas existen organismos destinados a fomentar la


igualdad. Estos organismos siguen las directrices marcadas por el Parlamento
Español y por instancias supranacionales, como la ONU o la Unión Europea. Pero
no todos esos organismos, aunque tengan el mismo objetivo, trabajan de la misma
forma y en la misma dirección, las diferencias vienen marcadas, además de por la
ideología del gobierno de cada Autonomía, por el rango administrativo que estos
organismos detentan en cada Comunidad Autónoma.

No es lo mismo, a nivel de administración y de presupuesto, ser un Organismo


Autónomo que una Dirección General, y por supuesto ser una Secretaría. La
capacidad de maniobra y de gestión, con respecto al poder autonómico, no es la
misma, ya que cuánto mejor sea el rango administrativo más cortos serán los
movimientos y éstos tendrán que estar siempre respaldados por instancias
superiores.

La diferencia mayor entre los distintos tipos de organismos (Institutos de la Mujer,


Direcciones Generales de la Mujer, Secretarías de la Mujer) que se dedican a la
Igualdad radica, fundamentalmente, en la velocidad que se imprime en la lucha por
la igualdad. Todos los organismos sirven para ello, pero la velocidad que se les
proporciona no es igual. Utilizando un símil podríamos afirmar que llegar primero a la
meta no es cuestión de conseguir un vehículo con cuatro ruedas y un volante.
Además se necesita llenar el depósito y contar con unas autopistas donde se pueda
correr sin peligro.

La meta es la igualdad, y ésta es asumida por todos los partidos democráticos en


sus programas. El vehículo es el organismo que asume la defensa de la igualdad.

63
La gasolina la pone el rango administrativo que el Gobierno Autonómico decida
otorgarle, y las autopistas son el presupuesto y la capacidad de gestión con que
cuentan estos organismos.

La Comunidad Autónoma Andaluza es, en este sentido, pionera, ya que sus


políticas de igualdad se articulan desde un organismo autónomo, el instituto Andaluz
de la Mujer.

Las funciones que el Instituto Andaluz de la Mujer realiza son:

Estudiar e investigar la situación de la Mujer en Andalucía.

Recopilar y publicar información relativa a la mujer.

Realizar el seguimiento de la normativa vigente y su aplicación en lo referente al


principio de Igualdad.

Prestar asesoramiento al Gobierno Andaluz e impulsar y coordinar las


actividades de las diferentes Consejería para el desarrollo y ejecución del Plan
de Igualdad de Oportunidades, como instrumento de la acción política en favor
de las mujeres.

Fomentar la inserción laboral de la mujer, a través de programas de información,


orientación y formación profesional para equilibrar cualitativa y cuantitativamente
su participación en el mundo laboral.

Recibir y tramitar denuncias en cuestiones concretas de discriminación por razón


de sexo.

Cooperar con la Administración Local, coordinando las políticas de Igualdad.

Impulsar y crear servicios específicos para mujeres.

Promover servicios orientados a la prevención y promoción de la salud de la


población femenina.

Desarrollar la práctica de la coeducación en el sistema educativo, incidiendo en


la orientación profesional no sexista.

Realizar campañas de cambios de actitudes sexistas en la sociedad a través de


la publicidad y material divulgativo.

64
Dinamizar el Asociacionismo femenino como agente impulsor del principio de
Igualdad en la sociedad.

Desde la creación del Instituto de la Mujer, se han puesto en funcionamiento tres


Planes de Igualdad. El primero de ellos, con un periodo de vigencia comprendido
entre 1988 y 1990, pretendió, básicamente, asegurar la coherencia del
ordenamiento jurídico con el texto constitucional en materia de protección y garantía
de la igualdad, eliminando las disposiciones legales discriminatorias existentes,
hasta ese momento, en nuestra legislación; especialmente, en materia civil, laboral y
penal; el segundo (1993-1995) tuvo como finalidad básica la adopción de medidas
para avanzar desde la igualdad formal hacia la igualdad real; es decir, la promoción
y desarrollo de medidas de acción positiva, principalmente, en los ámbitos de la
educación, la formación y el empleo. Por último, el tercer Plan para la Igualdad de
Oportunidades (1997-2000), aprobado en marzo de 1997, supuso la introducción de
la óptica de igualdad en todas las políticas del Gobierno y la promoción de la
participación de las mujeres en todas las esferas de la vida social, con el fin de que
las mujeres se tornaran en agentes copartícipes de la toma de decisiones, ya que,
sin la participación de éstas, es imposible alcanzar objetivos de igualdad y
desarrollo. De este modo, se pretendió promover la integración de la dimensión de
la igualdad de oportunidades en la elaboración, aplicación y seguimiento de todas
las políticas, medidas y acciones realizadas. Es lo que, desde la IV Conferencia
Mundial sobre las Mujeres (Beijing, 1995) y el IV Plan de Acción Comunitario, se ha
venido en denominar “principio de mainstreaming”

En la actualidad se encuentra vigente el IV Plan Andaluz de Igualdad de


Oportunidades Entre Mujeres y Hombres. 2003-2006. En el convencimiento de
que se ha conseguido mucho, pero que queda tanto, o más, por lograr, se aprueba
este IV Plan para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, con
vigencia para el cuatrienio 2003-2006. Está basado en las directrices marcadas por
la Estrategia Marco Comunitaria sobre la Igualdad entre hombres y mujeres (2001-
2005), que tiene como objetivo fundamental introducir la dimensión de la igualdad
de oportunidades en todas las políticas y acciones realizadas en el ámbito
comunitario y en los Estados miembros. El presente PIOM persigue potenciar el

65
mainstreaming de género, manteniendo, en las áreas necesarias, políticas
específicas de igualdad de oportunidades, es decir, acciones positivas.

66
GLOSARIO
Acción Formativa: intervención educativa destinada al desarrollo personal,
(capacitación cognitiva, técnica y/o actitudinal) de personas en formación. Ejemplos:
cursos de Formación Ocupacional, cursos académicos, programas formativos de
escuelas de taller, etc.

Acción positiva: Medida de carácter temporal, que tiene por finalidad eliminar los
obstáculos que se oponen al igual disfrute de los derechos de ciudadanía por parte
de los individuos que integran aquellos grupos que se encuentran en situación de
discriminación.

Actitudes sexistas: Aquellas que establecen valoraciones diferentes respecto a las


características de hombres y mujeres y que tienden a reforzar los estereotipos de
género.

Ámbito Afectivo: Dominio de intervención que referencia a aspectos relacionados


con las emociones y los sentimientos, como son las actitudes, los valores y las
normas sociales.

Ámbito Cognitivo o cognoscitivo: Dominio de intervención que hace referencia a


la evocación de conocimientos y al desarrollo de habilidades intelectuales.

Ámbito Psicomotor o psicomotriz: Dominio de intervención que referencia a las


habilidades y destrezas con manifestación motriz.

Androcentrismo. Con este término se alude a la percepción de la realidad a través


de las figuras masculinas y, también de sus intereses. El androcentrismo consiste en
un sesgo en la percepción del mundo que se traduce en considerar a los hombres
como sujetos de referencia y a las mujeres como seres secundarios, dependientes o
que viven en función de ellos. Casi toda ciencia y, en particular, la historia es
androcéntrica. Se trata de una variable de lo que los/las sociólogos/as y
antropólogos/as llaman etnocentrismo, o tendencia a medir y juzgar a personas de
otros países a partir de los valores y costumbres propios del/la observador/a. El
sociólogo Vicent Marqués, para explicar el concepto de androcentrismo utiliza los
siguientes ejemplos llenos de humor (y de cotidianeidad):“Ud. es androcéntrico
cuando ve por la calle cuatro mujeres con un hombre, y en lugar de preguntarse qué

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tienen en común las cinco personas, se pregunta qué tiene que ver el varón con las
cuatro mujeres”. Asimismo es androcéntrico “cuando se le ocurre decirles a dos o
tres mujeres que mantienen una animada charla: ¿qué hacéis tan solitas”.

Autoconcepto: Se refiere al conocimiento que una persona tiene de sí misma.

Autoestima: Es el conjunto de sentimientos y juicios valorativos que una persona


tiene de sí misma.

Cambio de actitud: Proceso en el que se transforman actitudes en orden a


mejorarlas y enriquecerlas.

Capacidades profesionales: Hace referencia a todas las dimensiones de la


profesionalidad en cuanto a capacidades técnicas, capacidad organizativa, de
relación con el entorno y de respuesta a contingencias.

Coeducación: Proceso de intervención educativa consciente e intencionado que


parte del respeto y el reconocimiento de dos sexos diferentes, para potenciar una
educación integral y un desarrollo personal integrador de niños y niñas desde la
plena igualdad.

Condicionantes sociales: Son todas aquellas variables sociológicas que


determinan el proceso de socialización, variables tales como edad, sexo, raza,
religión, nivel económico, cultural, clase social

Constructos: Construcción teórica hipotética: un concepto operacional de


aprehensión inmediata que hace referencia a entidades o cualidades no
observables o detectables directamente. Ej.: la personalidad.

Contenido: Todo aquello que intencionada o inconscientemente es objeto de


aprendizaje en un espacio educativo-formativo. Los contenidos están compuestos
por los elementos intelectuales, los procedimientos y las actitudes.

Contenidos actitudinales: Son los contenidos referidos a normas y valores, que


proporcionan el saber ser y el saber estar.

Contenidos conceptuales: Los contenidos referidos a principios, teorías, hechos,


leyes..., son contenidos teóricos que conforman un saber.

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Contenidos formativos: son el conjunto de conocimientos teóricos, prácticos y de
profesionalidad, derivados del análisis del perfil profesional y que, organizados
pedagógicamente, y a través de un proceso de aprendizaje, permitirán la adquisición
de las competencias profesionales correspondientes.

Contenidos procedimentales: Contenidos referidos a la utilización organizada del


conocimiento, conforman el saber hacer, en lenguaje académico estos dos tipos de
contenidos se corresponden con la ciencia y la técnica.

Contenidos profesionales: Son aquellos conocimientos tanto teóricos como


prácticos que, unidos a aspectos de profesionalidad, constituyen la base
fundamental que permite la capacitación del trabajador.

Discriminación directa: es toda forma de tratamiento -acto u omisión- con


resultado perjudicial, que tiene como condicionante abierto o manifiesto la causa de
discriminación que se intenta erradicar por la normativa de tutela antidiscriminatoria.

Discriminación indirecta: es toda forma de tratamiento aparentemente neutro


desde la óptica de la causa de discriminación que se pretende erradicar (por
ejemplo el género) pero cuyo efecto es desproporcionadamente adverso sobre el
colectivo caracterizado por una de las causas de discriminación que se pretende
erradicar y carece de justificación suficiente, objetiva, razonable y, sobretodo,
proporcional.

Discriminación positiva: Constituye una forma o instrumento de acción positiva


especialmente incisiva que consiste en una medida diferenciadora encaminada a
privilegiar a quienes pertenecen a un grupo desfavorecido, es decir, en situación de
discriminación adversa.

Discriminación: Trato desfavorable concedido a una persona en función de su


pertenencia a un grupo concreto (raza, religión, ideología, sexo) y no sobre la base
de su estatus de persona.

Educación no sexista: Modelo educativo basado en la no discriminación por razón


de sexo. Posibilita el logro de la igualdad de oportunidades.

Eje temático transversal: Es un contenido formado por un conjunto de


conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Como principio

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metodológico para la programación es un eje integrado en la concepción y
desarrollo del currículum de forma continua y con un carácter globalizador y
funcional.

Empatía: Capacidad de revivir las vivencias de otras personas, especialmente su


estado emocional, de ponerse en su lugar.

Estereotipo. Aquellas creencias populares sobre los atributos que caracterizan a


una categoría social y sobre los que hay un acuerdo sustancial. Con el término
estereotipo se alude a un juicio que se fundamenta en una idea preconcebida, por
tanto, el estereotipo es un prejuicio. Es una opinión que se superpone y se impone
sobre un determinado colectivo. El estereotipo tiene una fuerte carga emocional,
expresa los sentimientos y la opinión de una persona respecto de otras. El hecho de
que los estereotipos estén cargados con tintes emocionales dificulta las acciones
orientadas a extinguirlos o modificarlos. Al no tratarse de ideas puramente
racionales, las consideraciones de tipo intelectual, no resultan demasiado eficaces.
Los estereotipos suelen apoyarse en conductas, con frecuencia superadas,
transmitidas de una generación a otra.

Expectativas: Anticipo y al mismo tiempo actualización de un acontecimiento futuro.


Se basa siempre en experiencias anteriores, pero posee siempre una cierta tensión
de incertidumbre (tensión de expectativa).

Feminismo. Se denomina feminismo a la doctrina social que considera justa la


igualdad entre hombres y mujeres. Las mujeres que abrazaron esta doctrina fueron
las impulsoras del movimiento feminista, que entonces, exigía igualdad de derechos
ante la ley para hombres y mujeres y, en la actualidad, una vez conseguido este
objetivo (en Occidente), reclama la igualdad de oportunidades.

Género. Este término designa lo que en cada sociedad se atribuye a cada uno de
los sexos, o sea, lo que como construcción social se considera masculino o
femenino. El género es un modelo de formas, actitudes y normas a través del cual la
persona, a lo largo de su infancia y juventud, logra una identificación personal en
términos de hombre o mujer. El conjunto de normas, actitudes, formas, etc., que
componen el código del género está, (en la medida que es un constructo social)
sometido a variaciones. Un ejemplo de ello es que en algunos países musulmanes

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son los hombres los encargados de ir a la compra ya que a sus mujeres les está
prohibido salir a la calle.

Habilidad docente: Conjunto de capacidades que el/la docente emplea para


ejecutar correctamente sus funciones.

Habilidades sociales: Son todas aquellas habilidades que se desarrollan y se


ponen en juego en le transcurso de las interacciones personales. Son habilidades
relacionadas con la comunicación, el tratamiento de la información, el respeto
mutuo, la cooperación,...

Igualdad: Principio que reconoce a todos los ciudadanos/as capacidad para los
mismos derechos.

Interacción social: Es el influjo recíproco de las personas dentro del grupo y de los
grupos entre sí, con los cambios de conducta, actitudes, opiniones, etc., que de ellos
se derivan.

Mainstreaming: Término anglosajón que se utiliza para designar la integración de


las políticas específicas en materia de igualdad de oportunidades en las políticas
generales, de tal forma que el principio de igualdad se constituya en el eje
vertebrador de las mismas.

Durante los últimos años en la UE se ha proclamado el mainstreaming como marco


de referencia necesario que tiene que ser incorporado tanto en la acción estructural
propia de la UE como en las políticas generales de cada uno de los estados
miembros, habiéndose recogido referencias del mainstreaming tanto en las
regulaciones generales como por ejemplo en los Reglamentos de los Fondos
Estructurales, como en las políticas relativas a la igualdad de oportunidades.

Modelo: Se refiere a una persona cuya conducta se imita, efectos del modelo son
facilitación de una respuesta, inhibición o desinhibición de la respuesta dada.

Procedimiento: Acto o serie de actos u operaciones con que se hace una cosa;
“contenidos procedimentales” (del inglés procedural, procedures, en castellano sería
mas correcto, procesual o procesal), designa el conjunto de acciones dentro de un
plan establecido que permiten conseguir un determinado fin o meta.

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Rol: Este concepto se entiende como la suma de modos de conducta esperados de
un individuo y en la que se apoya la conducta de otros miembros del grupo. Un rol
no se identifica con sus posibles portadores/as, pero una vez que estos/as lo
asumen, se ven sometidos/as a las expectativas respecto a su propio papel,
respecto al papel o los papeles de otros/as miembros del grupo y respecto al tipo de
interacción entre unos/as y otros/as. Se denomina rol al papel social o conjunto de
tareas y funciones derivadas de una situación o estatus de una persona en un grupo
social. Los roles masculinos se han derivado, tradicionalmente, del mantenimiento
económico de la familia, de las relaciones con el trabajo remunerado fuera del hogar
y de las relaciones en la esfera pública. Por su parte, los roles femeninos se han
derivado de las funciones relacionadas con la maternidad, el cuidado del hogar y la
atención al aspecto afectivo familiar.

Sexismo: Este término es utilizado en las ciencias sociales para designar aquellas
actitudes que introducen la desigualdad y la jerarquización en el trato que reciben
los individuos, sobre la base de la diferenciación de sexo. El sexismo es un producto
derivado de la sociedad patriarcal, es una pauta cultural a la que hoy se oponen casi
todas las leyes vigentes en el mundo occidental, ya que la democracia se
fundamenta en la idea de que todas las personas son iguales y deben tener las
mismas oportunidades (el término sexismo es análogo a otros como racismo,
clasismo, etc.). El sexismo comporta consecuencias negativas para todos los
individuos, hombres y mujeres, porque limita sus potencialidades y merma su
libertad, imponiéndoles patrones de conducta.

Sexo. El término sexo hace referencia a la diferencia biológica entre las personas.
Biológicamente se nace hombre o mujer y, en el caso de los animales macho o
hembra.

Socialización: es el proceso de interacción entre la sociedad y el individuo,


mediante el cual éste asimila las pautas, normas y costumbres compartidas por los
miembros de la sociedad y aprende a adaptarse y conducirse en ella, interiorizando
unos esquemas de conducta que le permiten comportarse en esa sociedad
conforme a convenciones establecidas y/o exigidas.

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Valores: Cualidad de los hechos, objetos y opiniones que los hace susceptibles de
ser apreciados. Marcos preferenciales de orientación de las personas. Generan
conductas y orientan la cultura hacia determinadas características; originan
actitudes y se refrendan en normas. Son el fundamento de las actitudes y las
normas dado que orientan la conducta con actitudes acordes a ese valor.

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