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Perú General

PERÚ

VIGENCIA DE LA DIFERENCIA
El espíritu del hombre peruano, modelado por el arte y la religiosidad,
ha dado lugar a una gran creatividad que se manifiesta en infinidad de formas,
ritmos y rituales. Año tras año, sus más de 3.000 fiestas populares, 1.500
géneros musicales e infinidad de oficios artesanales confirman al Perú como
uno de los países con más variado folklore en el mundo.
Con estas expresiones, los peruanos se nutren de profundas raíces para
proyectar una alianza inmemorial con la naturaleza y expandir a través de
ritmos y colores su compromiso con la vida. Pero también para extender al
visitante ese gesto de hospitalidad y reciprocidad que caracteriza a la cultura
peruana. Las fiestas -incluso las religiosas- revelan la alegría de los hombres y
las mujeres del Perú, su inclinación a socializar y compartir esperanzas.
Aunque no siempre alejadas de la cotidianeidad y del trabajo, las fiestas
se inscriben en un presente marcado por una sensualidad desbordante, por el
impulso incontenible de la fe religiosa y por la necesidad de interpretar de
forma creativa la inversión temporal del orden que renueva la cohesión de los
pueblos. Hoy, en ellas se mezclan los sonidos de instrumentos de viento y
percusión que provienen de tiempos preíncas con otros de más reciente
creación, y las danzas más tradicionales, como la marinera y el huayno, con
ritmos más modernos, como el vals criollo y últimamente la chicha.
Esta capacidad para la fusión musical es la constatación más
contundente de una cultura que no admite purismos excluyentes, que va
forjando una identidad común a partir de una multiculturalidad plena de
diferencias.
Dichas diferencias y la permanente vigencia de una historia en la que
todas confluyen, abren múltiples posibilidades creadoras que se plasman
también en la producción de objetos de uso común o destinados a rituales
sagrados. Los artesanos vuelcan su fuerza expresiva en un repertorio amplio
de cerámicas, textiles, imágenes, tallas, orfebrería y toda una suerte de
formas típicas del país, como las tablas de Sarhua o los Retablos de San
Marcos. Su obra revela, al igual que la mayor parte del folklore peruano, un
compromiso esencial con la fertilidad, la abundancia, la vida.

FIESTAS POPULARES DEL PERÚ


En el Perú se celebran cerca de 3.000 fiestas populares al año. Esta guía
reúne una selección de 34 festividades escogidas por su resonancia turística,
su expansión geográfica, su importancia cultural y su carácter peculiar.
La mayoría de ellas se organiza en torno de un santo patrón y se
inscribe dentro de un calendario cristiano implantado en el Virreinato, pero
cuidadosamente adaptado a las creencias mágico-religiosas de una región
particular.

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A estas fiestas religiosas se suman otras celebraciones netamente


paganas como las vinculadas a mitos ancestrales en las comunidades nativas
de la selva y las numerosas fiestas creadas en los últimos siglos o décadas.
Además, en el mismo día de celebración, los migrantes de cuatro mil
clubes departamentales, provinciales y distritales montan réplicas urbanas de
las diversas fiestas que se realizan en los pueblos de origen.
Una fiesta tradicional peruana es un espacio de confluencias en el que lo
sagrado y lo profano se integran en una sola manifestación de orgullosa
vitalidad y alegría.
El culto religioso cristiano que se aprecia a simple vista -particularmente
en la sierra- se desarrolla sobre la tradición prehispánica del taki (a la vez
“canto y danza”, en lengua quechua) dedicado a dioses paganos, que bajo
nombres de santos occidentales renacen cada año.
Complementa las celebraciones un nutrido programa que comprende
misas, desfiles, bailes, procesiones, peregrinaciones, comidas, ferias
artesanales y agropecuarias, danzas y otros espectáculos en los que alternan
con libertad la sensualidad y la espiritualidad, el orden circular y el caos
temporal, el pasado y el futuro.
Las fiestas del Perú forman un radiante arco iris, a cuyo colorido se
unen sonidos, sabores, texturas, olores y una vigorosa teatralidad dirigida a
reinventar la historia y producir una síntesis celebratoria del hombre con su
madre tierra.

Calendario de Fiestas
Enero 1
Cusco
Entrega de Varas
El poder en una estaca
A principios de cada año se reúnen los hombres más viejos de cada
comunidad de la zona (los yayas) para designar a los candidatos que se
convertirán en las autoridades máximas de sus pueblos: los Varayocs. En una
fiesta rociada de chicha (macerado de maíz) y llonque (aguardiente), el
Alcalde o Varayoc recibe la vara o bastón de mando que simboliza el poder. Se
trata de una costumbre prehispánica encubierta en formas occidentales. Las
varas están elaboradas de chonta, hualtaco negro, huallacán o membrillo,
miden aproximadamente un metro de largo y llevan incrustaciones de plata y
oro (en la Municipalidad del Cusco existe un pequeño museo con algunos de
los más bellos ejemplares). Cuando un varayoc cesa en sus funciones no
vuelve a tener cargo alguno en su comunidad y se convierte en un anciano
venerable.

Enero 20
Canas (Cusco)
El Chiaraje
Batalla ritual
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La tradición de representar batallas rituales para mantener la fertilidad


de la tierra se mantiene en un lugar alejado del departamento del Cusco. En la
pampa de Chiaraje (4.700 msnm), en la provincia de Canas, a donde se llega
desde la ciudad imperial por carretera y luego por un camino afirmado, los
pacíficos comuneros de Checcas, Langui y Layo realizan una vez al año un
impresionante enfrentamiento. Portando hondas de lana de oveja endurecida,
látigos de cuero y chalecos adornados con flores, los jóvenes guerreros se
desafían entre la neblina o bajo las inclementes granizadas. Se trata de un
pucllay o juego guerrero, que ganan quienes ocupan más terreno y obligan a
retroceder al enemigo.

Enero 20
Trujillo (La Libertad)
Festival de la Marinera
Coquetear con un pañuelo
Una de las danzas más elegantes del Perú es la marinera. Se trata de un
galanteo que se baila en pareja, batiendo al aire un pañuelo con la mano
derecha, movimiento que sirve para llevar el compás de la compleja
coreografía. Son pasos característicos de la marinera el “coqueteo” (juego de
requiebres entre ambos bailarines) y el hábil “cepillado” con los pies. La pícara
marinera liberteña se baila con sombrero alón y poncho para el varón y
vestido de mochera para la dama. Del 20 al 30 de enero, en el coliseo Gran
Chimú de la ciudad de Trujillo se lleva a cabo el certamen más importante de
esta danza, organizado por el Club Libertad, al cual acuden parejas de todo el
país. Durante los días del festival se realizan, además, desfiles de carros
alegóricos y un ambiente de fiesta embarga a la ciudad. Los trujillanos
“toman” la Plaza de Armas, donde bailan y festejan.

FEBRERO 1-14
Puno
Virgen de la Candelaria
La fe en la capital folclórica de América
Durante 18 días la ciudad altiplánica de Puno, a orillas del Lago Titicaca
(3.870 msnm), se convierte en la capital folclórica de América: en ella se
concentran más de 200 bandas de músicos y danzantes para celebrar a la
Mamacha Candelaria. Durante los nueve primeros días los mayordomos
(encargados de liderar los festejos) arreglan el templo y sufragan misas,
banquetes y juegos pirotécnicos. El día central, 2 de febrero, la Virgen es
conducida por la ciudad en una colorida procesión; detrás de ella, guardando
cuidadosa jerarquía, desfilan curas, acólitos, fieles, cristianos y paganos: es el
momento de la presentación de conjuntos de músicos y danzantes que bailan
por toda la ciudad. La fiesta está relacionada con los ciclos agrarios
prehispánicos de la siembra y la cosecha, así como con la actividad minera de
la región, y es producto de la mezcla entre la respetuosa alegría aymara y la
gravedad ancestral quechua. La danza de los diablos o diablada,
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supuestamente soñada por unos mineros atrapados en un socavón que en su


desesperación se encomendaron a la Virgen de la Candelaria, es la principal
de las comparsas folclóricas. Los danzantes hacen sus ofrendas a la tierra
(Pachamama) tocando zampoñas, vestidos con disfraces muy vistosos y casi
siempre enmascarados. Las máscaras más impresionantes, por su efecto
terrorífico, son las de venados con largos cuernos retorcidos asociados al
demonio y, también, al Jacancho o dios de los minerales. En el cacharpari o
despedida, las comparsas que van llenado las calles se dirigen finalmente al
cementerio para rendirle culto a los muertos.

27-30
Quico (Cusco)
Tinca de Vacas
Señalando lo propio y lo ajeno
Esta fiesta, vinculada a la imagen del Apóstol Santiago, tiene como acto
central la marcación del ganado. La marcación o señalay sólo la celebran las
familias que poseen ganado, quienes invitan a los visitantes a comer carne de
res o de llama, y a beber chicha. El escenario de la fiesta es la comunidad de
Quico, situada a 4.800 msnm. El acceso es difícil desde la carretera Urcos-
Quince Mil (a lomo de mula) pero gratificante.

Febrero y/o Marzo


2da quincena de febrero-1ra semana de marzo
Pan peruana
Carnavales
La fiesta de la alegría
Los carnavales peruanos están marcados por el carácter festivo de las
zonas andinas, que cíclicamente rompen con toda solemnidad. Más allá de las
peculiaridades regionales, una característica común a casi todos los lugares de
la sierra es el ritual de la yunza, conocida como umisha en la selva y como
cortamonte en la costa. Consiste en plantar artificialmente un árbol cargado
de regalos, en torno al cual se baila hasta tumbarlo con los cortes de un
machete o hacha. La pareja que da el corte con el que se derriba al árbol
queda emparentada y a cargo de la organización de la yunza del siguiente
año. En todo el país es muy difundido jugar a echar agua a las personas, por
lo que durante toda la fiesta es conveniente andar prevenido. Las ciudades
carnavalescas que se distinguen por su algarabía y organización son
Cajamarca y Puno.

MARZO
1era semana
Cañete (Lima)
Festival de Deportes de Aventura de Lunahuaná
Semana de aventuras

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A sólo 30 minutos de San Vicente de Cañete, ciudad ubicada a 150 km.


al sur de Lima, el valle cálido de Lunahuaná es un paraíso para los deportes de
aventura, gracias a la afluencia del río Cañete, que cuenta con rápidos hasta
de nivel 4. En el lugar se desarrolla un festival que incluye campeonatos de
canotaje, parapente, trekking, vuelo libre, ciclismo de montaña, pesca con
cordel y atarraya. La estadía en Lunahuaná es un excelente pretexto para
visitar el cercano sitio arqueológico de Incahuasi y el puente colgante de
Catapalla. Otros atractivos de la zona son la cata de vino en las bodegas de la
región y los exóticos potajes preparados por los lugareños, como los conejos a
la carapulcra y los cuyes al vino.

2da semana
Ica
Festival de la Vendimia
Milagro del desierto
Esta fiesta celebra la abundancia de la uva y del vino en la región de Ica
(cuatro horas al sur de Lima por carretera), donde la perseverancia en el
trabajo con las vides ha cubierto de verde grandes extensiones de terreno
ganadas al desierto. La Vendimia comprende ferias, concursos, desfiles de
carros alegóricos, festivales de música y fiestas donde se baila el festejo
afroperuano. Uno de los mayores atractivos es la elección y coronación de la
Reina de la Vendimia, quien acompañada de su corte ejecuta “la pisa de la
uva” para extraer el zumo de la fruta que se convertirá en licor. Junto con las
deliciosas tejas -de pecanas o frutas confitadas, rellenas de manjar blanco y
cubiertas de baño de nevado- los asistentes a la vendimia podrán gozar del
sabor del pisco, aguardiente de uva originado en el Perú hace casi cuatro
siglos, que seduce por su aroma y sabor.

2da quincena de marzo-1era semana de abril


Porcón (Cajamarca)
Cruces de Porcón
La simetría de la fe
Entre las primeras brumas de las cinco de la mañana, una impresionante
procesión de inmensas y coloridas cruces de carrizo y palmas cruza el valle de
Porcón para celebrar la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén. A diferencia de
otras celebraciones de Semana Santa, la de este alegre caserío situado a
media hora por carretera de la ciudad de Cajamarca no se concentra en la
muerte de Jesucristo. El día central, Domingo de Ramos, se llevan a cabo
cuatro ceremonias diferentes: la coronación de las cruces, el saludo al Señor
en la casa del mayordomo (encargado de liderar los festejos), los diversos
responsos cantados en quechua y latín, y finalmente la procesión a la capilla
de la hacienda. Las cruces son adornadas con espejos redondos y ovalados
que representan las almas de los difuntos, así como con figuras de la Virgen
María, el Corazón de Jesús y diversos santos patronos, colocados
simétricamente formando un inmenso rombo, de cuyos extremos cuelgan
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campanillas de metal para anunciar el arribo a la comunidad. Durante la


imponente procesión de cruces, los ángeles vestidos de turquesa, amarillo y
rosado avanzan sujetando a la señorca, burrita que lleva al Señor de Ramos.

MARZO y/o ABRIL 2da quincena de marzo-1era semana de abril


Ayacucho
Semana Santa
El fervor de Ayacucho
En esta semana se concentra el más ferviente sentimiento religioso del
hombre andino. En la capital de Ayacucho, San Cristóbal de Huamanga,
situada en la sierra central del país a 2.761 msnm, se celebra una de las más
intensas adaptaciones de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. La
semana se inicia con la entrada de Jesús a la ciudad montado sobre un burro.
El día miércoles las imágenes de la Virgen María y San Juan recorren las calles
alfombradas de flores en fervorosas procesiones, hasta encontrarse con el
anda del Señor Nazareno, a quien “saludan” en la Plaza de Armas. En la noche
del Viernes Santo, las luces de la ciudad se apagan para dejar paso al Señor
del Santo Sepulcro o Cristo del Calvario. La imagen sale del monasterio de
Santa Clara para recorrer la ciudad sobre un lecho de rosas blancas, seguido
por la Dolorosa y filas de hombres y mujeres de riguroso luto portando cirios
encendidos. Las andas, invadidas de velas blancas, sobrecogen por su
magnificencia. Luego se realiza una vigilia con rezos y cantos hasta la emisión
del Sermón de las Tres Horas el día sábado. Después de los días de congoja,
el Domingo de Resurrección se torna en fiesta, Cristo resucitado aparece en
andas y es cargado por las calles.

2da quincena de marzo-1era semana de abril


Cusco
Señor de los Temblores
El Cristo moreno y la flor carmesí
Desde 1650 cuando, según los devotos, un lienzo del Cristo de la Buena
Muerte detuvo un fuerte sismo que remecía la ciudad del Cusco, los
pobladores le rinden culto a la imagen del Taitacha Temblores. La celebración
se realiza el Lunes Santo en el marco de la Semana Santa en el Cusco. Esta
celebración tiene especial interés porque permite apreciar nítidamente la
fusión de las religiones andina y cristiana. La misma Catedral del Cusco, en la
que reposa la imagen, está construida sobre la base del antiguo templo
dedicado al dios Apulla Tikse Wiracocha. La imagen del Señor de los
Temblores es llevada en procesión por diferentes calles de la ciudad como se
hacía con las antiguas momias de los jefes, sacerdotes y los gobernantes
incas. Finalmente, el elemento central de la celebración recae sobre la flor de
ñucchu (salvia esplendes), que se empleaba para ofrendar al dios Kon y a
Wiracocha y con la que actualmente se confecciona la corona del Señor de los
Temblores. Esta flor carmesí, cuyos pétalos son arrojados por los feligreses
sobre la imagen venerada, simboliza la sangre de Cristo. La imagen actual fue
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donada por Carlos V y a pesar de los años ningún pincel se ha atrevido a


retocarla. El tiempo y sobre todo el humo de las velas y cirios la han
ennegrecido convirtiéndola en un extraño Cristo moreno de aspecto sombrío.

ABRIL 15-20
Pachacámac (Lima)
Festival del Caballo de Paso Peruano
La danza del caballo
El caballo español cruzado con el árabe y criado en una geografía
desértica, que delineó su andar y su formato, dio lugar al Caballo de Paso
Peruano. Durante 300 años la sangre de esta nueva raza se fue depurando
positivamente hasta desarrollar características que lo han convertido en uno
de los más bellos y elegantes ejemplares del mundo. Por su parte los
criadores, chalanes y artesanos, a través de los años, han sabido depurar el
arte de la ambladura -movimientos sincronizados de las patas anteriores y
posteriores en forma paralela-, que a su vez originó los peculiares pasos y el
garbo de la marinera. Forman vistosa parte del conjunto los aperos
(compuesto por jato, montura y guarnición) y el traje del chalán (camisa y
pantalón blancos, sombrero de paja, poncho de fibra de vicuña, pañuelo,
botas y espuelas). Esta tradición, que se ha exportado a diversas partes del
mundo, se ve impulsada a través de los diferentes concursos tanto en las
ciudades de la costa como de la sierra peruana, siendo el más importante el
Concurso Nacional del Caballo de Paso que se realiza anualmente en la cancha
de exhibición de Mamacona, en la histórica localidad de Pachacámac, ubicada
a unos 30 km. al sur de Lima.

MAYO 1
Chapi (Arequipa)
Virgen de Chapi
La Virgen inmóvil
Atravesando el desierto, desde la ciudad de Arequipa hasta el santuario
de Chapi, se realiza de año en año una inmensa peregrinación para venerar la
imagen de la Virgen de la Purificación, hoy denominada Virgen de Chapi. En
1790 el párroco de Pocsi, Juan de Dios José Tamayo, intentó trasladar a la
pequeña imagen a otro poblado y no pudo moverla porque “repentinamente”
su peso se volvió excesivo. Este milagro se propagó por la región y hoy los
fieles recorren 45 km. en aproximadamente 15 horas durante toda la noche,
apoyados en rústicos bastones, para llegar al desértico paraje situado a 2.420
msnm. Antes de la primera parada los peregrinos se van aprovisionando de
piedras de distintos tamaño que dejaran en Tres Cruces, junto al camino,
formando las llamadas apachetas que simbolizan el cansancio y los pecados
que los devotos van dejando atrás. Lo mismo sucederá en Alto de Hornilla y
luego en Siete Toldos, a 15 km. del lugar, formando con los cirios una
infinidad de luces que titilan contra la oscuridad de la noche. Al día siguiente,
en Chapi, la Virgen sale en procesión sobre alfombras de flores. Por la noche,
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junto al santuario, se prenden castillos de fuegos artificiales y se ofrecen


viandas.

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Acobamba (Junín)
Señor de Muruhuay
El rostro pétreo de Cristo
Abandonados a su suerte por las autoridades virreinales, los enfermos
de viruela (muru: viruela, huay: casa) fueron socorridos por una imagen de
Cristo que, según la creencia, “entró” en una inmensa laja de piedra de las
faldas del cerro Shalacoto (2.959 msnm) y permaneció en ella. En este lugar,
ubicado en el distrito de Acobamba, a 12 km. de Tarma, departamento de
Junín, se celebra una de las más importantes peregrinaciones del Perú. En la
celebración de esta imagen perviven ritos prehispánicos y predominan
elementos como el agua, la tierra y la piedra. Hoy los rituales de adoración se
inician la noche anterior con la quema de castillos artificiales. En el día central
se realiza una solemne misa en quechua y luego los creyentes depositan su
“Carta a Dios”. Posteriormente se regresa a Tarma en una procesión
encabezada por el mayordomo, que lidera las festividades, su esposa, y
seguida por cuadrillas de danzantes, en la que compiten caracolillos y
negritos, que ejecutan la contradanza, los abrecalle y los chutos. Luego de
esta procesión se realiza un almuerzo con tradicionales platos típicos andinos,
como el cuy frito con maní y habas. Los días siguientes se baila en las
principales calles de Acobamba la famosa chonguinada sobre maravillosas
alfombras de flores.

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Lima, Apurímac, Ayacucho, Junín, Ica, Cusco
Fiesta de las Cruces
Cruces católicas, espíritus andinos
En esta fiesta, muy difundida en la sierra, los miembros de cada
comunidad se organizan para adornar a su cruz respectiva y prepararla para la
procesión a las iglesias vecinas. La celebración está íntimamente ligada al
agradecimiento por las buenas cosechas que los campesinos ofrecen a sus
divinidades desde tiempos prehispánicos. Como marco de la fiesta son
frecuentes los espectáculos folclóricos con la participación de los danzantes de
tijeras. Antiguamente los danzaq o danzantes de tijeras realizaban sus
temerarios pasos incluso sobre los campanarios de las iglesias. Hoy los danzaq
también compiten ejecutando increíbles pruebas de valor.

1era semana
Quispicanchis (Cusco)
Qoyllur Rit’i
La peregrinación indígena más grande de América

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Los pobladores del distrito de Ocongate (Quispicanchis) realizan un rito


cuyo símbolo externo es la imagen de Cristo, pero su objeto de fondo es la
integración del hombre con la naturaleza. El ritual, asociado con la fertilidad
de la tierra y con la adoración a los Apus (cerros, dioses tutelares), forma
parte de la fiesta de naciones indias más grande de América: el Qoyllur Rit’i.
La ceremonia principal se realiza al pie del nevado Ausangate, a 4.700 msnm y
a temperaturas por debajo de los 0º. El ritual consiste en una peregrinación
de pastores, comerciantes y curiosos que se reúnen en el santuario de
Sinakara. Según la creencia, el Niño Jesús, disfrazado de pastorcito, se le
apareció a un niño indígena, Marianito Mayta, y ambos se convirtieron en
amigos. Cuando los padres los encontraron vestidos de ricos atavíos avisaron
al párroco del lugar, Pedro de Landa, quien intentó capturarlo pero sin éxito,
pues en el lugar del Niño apareció una piedra. Marianito murió de inmediato y
la imagen del Señor de Qoyllur Rit’i se fijó sobre la roca. Actualmente la fiesta
empieza el día de la Santísima Trinidad, cuando más de 10.000 peregrinos
ascienden hasta el límite de las nieves perpetuas. Los acompañan distintos
bailarines (chauchos, qollas, pabluchas o ukukus) que simbolizan a diversos
personajes míticos. Los ukukus (osos) son los vigilantes del Señor, tanto como
de Apus y apachetas (montículos de piedras colocadas por los peregrinos, a
manera de pecados expiados), y los que mantienen la disciplina durante los
actos litúrgicos. Un grupo de fuertes Queros, pobladores de la que quizá es la
más pura comunidad quechua del Perú, disfrazados como pabluchas, parte
hacia las cumbres del nevado (6.362 msnm) en busca de la Estrella de la
Nieve que se encuentra encerrada en sus entrañas. De regreso a sus
comunidades, estos fuertes pobladores llevan sobre sus espaldas grandes
bloques de hielo para regar simbólicamente sus tierras con el agua sagrada
del Ausangate.

JUNIO 24
Cusco
Inti Raymi
La fiesta inca del Sol
El solsticio de invierno del hemisferio sur y las cosechas propician la
celebración que recuerda la más grande y majestuosa ceremonia prehispánica
en homenaje al Sol. Hoy en día el Inti Raymi evoca el esplendoroso ritual inca
con un guión realizado por maestros, arqueólogos e historiadores del Cusco.
La representación central se ejecuta en la explanada de la impresionante
fortaleza de Sacsayhuamán, a 2 km. de la ciudad del Cusco, adonde se llega
fácilmente en auto o a pie. Ahí se escenifica paso por paso, en una larga
ceremonia, un reconocimiento y agradecimiento ritual al dios Sol. El Inca es
conducido en andas desde el Koricancha o Templo del Sol hasta el Huacaypata
(plaza mayor de la ciudad), donde insta a las autoridades a realizar un buen
gobierno. Luego los participantes parten con rumbo a Sacsayhuamán, allí se
realiza el sacrificio de una llama blanca y otra negra. Las vísceras y grasa de
las llamas son entregadas a dos sacerdotes: en primer lugar se ofrecen los
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intestinos al Callpa Ricuy, para que realice los vaticinios del año, mientras que
el sebo lo toma el Wupariruj para hacer sus augurios observando el humo. Los
vaticinios dados por los dos sacerdotes son interpretados por el Wíllac Umo,
sumo sacerdote, que los comunica al Inca. Finalmente, cuando el Sol está en
el poniente, el Inca ordena la retirada y estalla así una algarabía desenfrenada
que ha de durar varios días.

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Cusco, Loreto, San Martín, Ucayali
San Juan
Fertilidad y sensualidad
San Juan Bautista alcanza en la selva del Perú un gran carácter
simbólico por la preponderancia del agua como elemento vital en toda la
Amazonia. Por eso esta fecha es considerada como la fiesta más importante
de todo el oriente peruano. En la ciudad de Iquitos se realizan diferentes
festivales y actos públicos: se organizan fiestas con bandas típicas y se
preparan los platos de la región como el tacacho (un majado de plátano
asado) o los famosos tamales de arroz llamados juanes en honor al santo. En
medio de este ambiente carnavalesco de inversión del orden y gran calor
humano, se ha desarrollado fuertemente el mito popular de la especial
sensualidad loretana. Existe la creencia muy difundida que en Iquitos se
preparan los mejores afrodisíacos, toda una suerte de macerados de frutas y
hierbas en aguardiente de caña, que llevan nombres extraños y sugerentes. El
más conocido es, sin duda, el chuchuhuasi preparado con una raíz de la
región. En la sierra la fiesta está igualmente relacionada con la fertilidad, pero
el elemento central es el ganado, fácilmente asociable a la imagen de San
Juan como pastor de almas. En este día los animales son contados, marcados
y, en el caso de las llamas, hasta “rezados” por sus pastores. En el Cusco,
donde los campesinos solían llevar a sus ovejas ricamente ataviadas para que
“escuchen” la misa, la tradición ha mudado al 25, cediendo su fecha para el
Inti Raymi.

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Chorrillos y Lurín (Lima), San José (Lambayeque)
San Pedro y San Pablo
Santos de pescadores y campesinos
En las localidades de la sierra se lleva a cabo, conjuntamente con la
limpia de las acequias comunales, una verdadera fiesta del agua. En la costa
San Pedro ha sido escogido como patrón de los pescadores y se le rinde culto
en las caletas de Chorrillos y Lurín, en Lima, y la de San José, ubicada a 13
km. al norte de Chiclayo. La ceremonia se lleva a cabo junto a la
desembocadura del río Lambayeque donde -según la leyenda- desembarcó el
dios fundador Naylamp. Se conduce al santo, en medio de sahumerios, cantos
y rezos, hasta las orillas del mar para embarcarlo en una travesía con el objeto
de bendecir las aguas para un buen año de pesca.
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Movible
Cusco
Corpus Christi
El paso de los santos y las vírgenes
La fiesta del Corpus Christi se celebra en todo el país desde la Colonia
pero es en la ciudad del Cusco que alcanza su mayor intensidad. Quince
santos y vírgenes de los distintos distritos llegan en procesión a la Catedral
para “saludar” al cuerpo de Cristo, es decir, a la hostia consagrada, que se
guarda en la fabulosa custodia de oro macizo de 26 kilos y 1,20 metros de
alto. Sesenta días después del Domingo de Pascua de Resurrección, cada
iglesia cercana lleva a su Santo Patrón al compás de los sonidos de la María
Angola, la campana más grande del Perú, construida durante el siglo XVI por
el maestro Diego Arias de la Cerda, con una aleación de cobre y oro. La noche
de la concentración se hace una vigilia en la que se sirven platos típicos sobre
la base de un preparado de ají con cuy (el chiriuchu), cerveza, chicha y panes
de maíz. Apenas despunta el alba comienza el desfile, alrededor del
Huacaypata (plaza mayor), de las cinco vírgenes, engalanadas con un
conjunto impresionante de pedrería y brocados lujosos, así como de los santos
Sebastián, Blas, José y el Apóstol Santiago sobre su hermoso caballo blanco.
Luego los santos entran a la Catedral para realizar el saludo y, posteriormente,
en la propia plaza mayor, los representantes de las diversas comunidades y
autoridades discuten los problemas locales. Finalmente las delegaciones
retornan a sus iglesias de procedencia en medio de cánticos y rezos.

JULIO
2da semana (15-16)
Paucartambo (Cusco)
Virgen del Carmen
Mamacha Carmen
A cuatro horas del Cusco, en la localidad de Paucartambo, miles de
creyentes veneran en sendas fiestas a la Virgen del Carmen, llamada
localmente Mamacha Carmen, patrona de los mestizos. La reunión que da
inicio a estos días de fiesta se realiza en la Plaza Mayor, donde las bandas de
músicos tocan sus instrumentos, mientras que coros ricamente ataviados
cantan en quechua, dando inicio a ingeniosas coreografías que representan
pasajes de la historia del Perú. Durante cinco días se presentan comparsas de
distintos disfraces (Doctorcitos, Waca Waca, Sarjas) que desfilan en procesión
acompañando a la “Mamacha” durante todo su recorrido por la Plaza de
Armas, el atrio del templo y las calles del pueblo. El día central la Virgen es
conducida en procesión para bendecir a los asistentes y alejar a los demonios.
Los danzantes realizan gimnásticas y arriesgadas pruebas sobre los techos de
las casas, mostrando sus atuendos de modas incaicas y coloniales. Al finalizar
la procesión se realiza una guerra contra los demonios, de la cual los fieles

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salen triunfantes. Finalmente la comitiva termina su trayecto en el cementerio


para rendirle un homenaje a “las almas”.

28-29
Pan peruana
Fiestas Patrias
El Perú libre e independiente
En todo el país se realizan fiestas y celebraciones patrióticas para
recordar la declaración de la Independencia del Perú (28 de julio de 1821),
por parte del Libertador José de San Martín. Tanto en Lima como en las
diversas ciudades del Perú, e incluso en algunos pueblitos alejados, las casas
lucen embanderadas desde los primeros días del mes. La noche del 27 suelen
celebrarse serenatas de música folclórica y criolla en diversas plazas y
parques. El amanecer del 28 es saludado con una salva de 21 cañonazos,
como preámbulo de la ceremonia del izamiento de la bandera. Al día siguiente
se celebra la ceremonia del te deum, en la Catedral de Lima, adonde asiste el
Presidente de la República, para culminar con la famosa Parada Militar. En
diversos lugares del interior del país se desarrollan ferias agropecuarias
(Cajamarca, Piura, Monsefú) junto con tres fiestas que marcan el alma del
criollismo: peleas de gallos, corridas de toros y exposiciones de caballos de
paso.

26-30
Cotabambas (Apurímac)
Yawar Fiesta
La lucha del toro y el cóndor
En la localidad de Ccollurqui, provincia de Cotabambas, Apurímac, a
ocho horas de la ciudad de Abancay por una carretera de difícil acceso, se
celebran las Fiestas Patrias con una corrida de toros cuyas características
simbólicas la convierten en un ritual. Los protagonistas son un toro y un
cóndor que representan a lo español y a lo andino, respectivamente. Una vez
atrapado el cóndor se le ata al lomo del toro, al que picotea fieramente en su
intento por escapar. A su vez, el toro es azuzado por espontáneos, quienes
salen al ruedo y realizan una faena con sus propios ponchos. El toro
desesperado da brincos tratando de librarse, finalmente, cuando éste es
vencido -usualmente lo es- se libera al cóndor en medio de la música y la
fiesta. Si el cóndor sufre heridas de gravedad, o peor aún, llega a morir, sería
una señal de desgracia para el pueblo. Por la noche, los bailarines desfilan por
las calles y se realizan fuegos artificiales y paseos de antorchas.

AGOSTO
30
Ciudad de Lima y Quives (Lima), Ocopa (Junín) y Arequipa
Santa Rosa de Lima
Patrona de las Américas y Filipinas
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Perú General

Santa Rosa de Lima es el nombre con el que se eternizó una limeña del
siglo XVII. Una gran vocación religiosa llevó a Isabel Flores de Oliva a
consagrarse como terciaria (soltera consagrada sin orden religiosa en
particular) y desarrollar una vida piadosa al servicio de los enfermos. La fama
de sus penitencias para resistir los pecados, así como su bondad, se fue
difundiendo aún en vida de la santa. Su veneración se propagó no sólo en el
Perú sino también en las Filipinas y otras partes del continente, por lo que se
la proclamó Patrona de las Américas y las Filipinas. Su santuario ubicado en el
centro de Lima es motivo de una peregrinación permanente de fieles que van
en busca de merecer un milagro, especialmente en relación con la salud de los
enfermos. Durante el 30 de agosto es costumbre echar cartas con buenos
deseos al pozo donde Santa Rosa dejó caer la llave de su cinturón de cilicios,
así como visitar la ermita que ella misma construyó. Santa Rosa es Patrona de
la Policía Nacional del Perú y su fiesta, celebrada en todo el país, tiene un
especial énfasis quechua en la localidad de Santa Rosa de Quives, en la sierra
del departamento de Lima.

SETIEMBRE
6-10
Andahuaylas (Apurímac)
Virgen de Cocharcas
La Virgen viajera
La Virgen de Cocharcas es una réplica que un devoto, Sebastián
Quiminchi, natural de San Pedro de Cocharcas, favorecido por los milagros
concedidos por la Virgen de Copacabana, en Bolivia, mandó tallar como
agradecimiento en 1598. La celebración de su fiesta está a cargo de los
devotos o quimichos (nombre derivado de Quiminchi), quienes conducen a la
Virgen en procesión por las calles del distrito de Cocharcas. Existen otras
réplicas de la misma imagen que son conducidas en peregrinación a otras
ciudades fuera del departamento de Apurímac. Estos paseos hacia las
ciudades de Cusco y Huamanga (Ayacucho) -por ser andariega se la conoce
como la Virgen Viajera- se realizan en medio de cantos, música y rezos,
después de las cosechas. La Virgen es asociada con las lluvias y la fertilidad de
la tierra.

Ultima semana
Trujillo (La Libertad)
Festival Internacional de la Primavera
Eternamente verde
La fiesta de la Primavera se celebra en todo el país y con especial
colorido en las regiones de la selva, pero es la de Trujillo, ciudad capital del
departamento de La Libertad, la que alcanza mayor esplendor. La marinera
norteña, que siempre se baila en pareja, batiendo al aire un pañuelo con la
mano derecha para llevar el compás, es la danza más vinculada a esta fiesta;
durante estos días se realizan diversos torneos de sus múltiples variantes. En
13
Perú General

la semana de la fiesta todas las calles y las casas se llenan de adornos, se


realizan desfiles de carros alegóricos y bailan por las calles cuadrillas de
escolares encabezados por la Reina de la Primavera, quien siempre está
flanqueada por waripoleras de diversas partes del mundo, que vienen para
mostrar sus espectaculares habilidades.

OCTUBRE
4
Lima, Ancash, Apurímac, Arequipa y Cusco
Virgen del Rosario
Una batalla entre moros y cristianos
La Virgen del Rosario es la patrona de la orden de los dominicos,
quienes tuvieron a su cargo la cofradía de los esclavos durante la época de la
colonia, por eso muchas veces su imagen va acompañada de un icono con la
letra “S” sostenida por un clavo (símbolo de los esclavos negros). Su culto,
que se remonta a 1536, se celebra en todo el Perú. En Cajatambo, en la sierra
de Lima, el primer domingo de octubre se realiza una feria agropecuaria,
corridas de toros, concursos de marinera y una procesión que tiene como
principal comparsa la de Los diablos. En los distritos de Urcos, provincia de
Quispicanchis, así como en Combate y Checaupe, provincia de Canchis, ambas
en el departamento del Cusco, se la celebra con procesiones, ferias taurinas y
contundentes pachamancas, que son comidas preparadas “dentro de la
tierra”, en pozos poco profundos cubiertos de piedras hirviendo. Pero el centro
más importante de las celebraciones de la Virgen del Rosario es el
departamento de Ancash. El festejo se realiza con la presencia de las pallas,
doncellas vestidas con trajes de mangas anchas y coronas altas de flores en la
cabeza, y los famosos negritos, danzantes que llevan una máscara de lana
negra y que animan la conmemoración. En esta fiesta se da un
enfrentamiento simbólico entre moros, pobladores vestidos con trajes andinos,
y cristianos, vestidos con trajes españoles de la Colonia. La lucha termina
cuando los reyes moros, tras haber sido vencidos y tomados prisioneros, se
arrepienten y piden su conversión al cristianismo. Al atardecer se inicia la
procesión de la Virgen acompañada de bandas de músicos de regreso a su
templo.

2da semana
Ayabaca (Piura)
Señor Cautivo de Ayabaca
El dulce semblante del Señor
Miles de creyentes de las diferentes zonas norteñas del Perú e incluso
del Ecuador realizan una peregrinación hasta Ayabaca, poblado a 211 km. al
noreste de la ciudad norteña de Piura. En el día central de la fiesta se realiza
una procesión de la imagen del Cristo Prisionero por las calles del pueblo, las
cuales son previamente alfombradas con flores. Antes de la Conquista, en el
mismo lugar se ofrendaban pagos a los centros de culto de Aypate y La
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Perú General

Huaca. Los fieles tienen una gran devoción por los milagros que la imagen ha
realizado especialmente en el campo de la curación de los enfermos. Su origen
se remonta a 1751, fecha en la que un sacerdote de origen español mandó
tallar esta imagen caracterizada por su expresividad desconcertante: una
mezcla de dulzura y enigma.

18-28
Lima
El Señor de los Milagros
La mayor procesión de Sudamérica
Esta procesión, que congrega a la mayor feligresía de América del Sur,
se remonta a la Colonia, cuando un esclavo traído de Angola dibujó la imagen
de un Cristo moreno en las paredes de un humilde solar del fundo de
Pachacamilla, cerca de Lima. La imagen permaneció en la pared a pesar de
que en varios intentos se pretendió borrarla, circunstancias que despertaron
su devoción. En el terremoto de 1746 todas las edificaciones vecinas se
destruyeron menos la pared del Cristo moreno. A raíz de este evento se
consolidó una fe popular que con los años se ha ido expandiendo hasta llegar
a ser, en la actualidad, la imagen más venerada de la ciudad de Lima. El
centro de la celebración es una de las más grandes procesiones de América,
en la que decenas de miles de fieles vestidos con hábitos morados cantan y
rezan acompañando a la imagen. El anda, de dos toneladas de peso, llevada
sobre los hombros de los fieles parte en su recorrido tradicional de casi 24
horas, desde el templo de Las Nazarenas, cruza la zona del centro de Lima
hasta que llega a la iglesia de La Merced en Barrios Altos. Por estas fechas
abundan vendedores de una gran variedad de platos y dulces típicos, como el
afamado Turrón de Doña Pepa. En conmemoración del Señor de los Milagros,
en octubre se realiza también, en la Plaza de Acho, la reconocida feria taurina
del mismo nombre, a la que llegan los más prestigiosos toreros de España y
América.

3ra semana
Ica
Señor de Luren
El Cristo del desierto
El origen de la devoción al Señor Crucificado de Luren, patrono de la
ciudad de Ica (300 km. al sur de Lima), se remonta a 1570 cuando esta
imagen se extravió misteriosamente en el desierto, durante el trayecto de
Lima a Ica, y apareció en un paraje desolado denominado Luren.
Posteriormente Nicolás de Ribera El Viejo, primer alcalde de Lima, mandó a
construir en ese lugar un pequeño templo y un hospital para indios.
Actualmente el moderno santuario, de corte romántico, alberga la agónica
imagen tallada de madera, así como las de la Virgen María y María Magdalena.
El día central de la fiesta, el domingo, la imagen recorre en procesión la
ciudad desde el anochecer hasta que despunta el sol del día siguiente.
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NOVIEMBRE
1-2
Todos los Santos y Día de los Difuntos
Pan peruana
Conversando con las ánimas
En estos días, dedicados a la memoria de los difuntos, las personas
suelen acudir a misa y al cementerio, llevando flores en las localidades
costeñas y alimentos para compartir simbólicamente con “las ánimas” en la
sierra. La adoración a los muertos fue una práctica muy difundida y respetada
en nuestra antigüedad prehispánica y parte de esa tradición, combinada con
elementos cristianos, se sigue manteniendo actualmente. En la localidad de La
Arena, en Piura, los pobladores asisten por la mañana a la Plaza Mayor
llevando a sus niños con sus mejores ropas. Acuden también los familiares que
perdieron algún hijo o sobrino en edad infantil, quienes al encontrar algún
niño parecido al difunto le hacen obsequios de panecillos, camotillos, cocadas
y otros dulces típicos en bolsas pequeñas, finte decoradas, a las que llaman
“angelitos”. En la noche, los familiares hacen una vigilia en el cementerio, que
para la ocasión iluminan con velas hasta la madrugada del día 2. En Arequipa
y Junín las bolsitas de “angelitos” son reemplazadas por panes en forma de
bebés llamados t’anta wawas.

DICIEMBRE
24 y 25
Pan peruana
Navidad andina
Tiempo de integración y esplendor artístico
El contexto rural que acompaña la llegada del Niño Jesús ha
determinado una identificación inmediata con la festividad, resaltada por la
creatividad artesanal, el sentido estético y la devoción religiosa de los
pobladores andinos. De esta forma, la Navidad andina ha ido cobrando
características particulares gracias a la integración de elementos propios de
cada región. Estos elementos están caracterizados por el sumo cuidado que se
observa en la decoración de los nacimientos armados en las iglesias y casas, la
ejecución de danzas, las representaciones dramatúrgicas, los platos típicos y
todo una gama de creaciones artesanales como el tallado de los nacimientos
en piedra de Huamanga, los retablos con imágenes alusivas a la Navidad, la
cerámica o los mates burilados con motivos pascuales. En la mayoría de las
localidades andinas esta fiesta se prolonga hasta la Bajada de Reyes (6 de
enero) en la que se ofrecen los tradicionales regalos.

24
Cusco
Feria de Santuranticuy
La venta de santos
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Perú General

Tuvo su origen en la época del Virreinato y hoy se ha convertido en una


de las más grandes ferias artesanales del Perú. Se realiza en la Plaza Mayor
del Cusco, en cuyas veredas los artistas tienden sus mantas, siguiendo la
costumbre de las tradicionales ferias andinas. Santuranticuy, que significa
“venta de santos”, es un mercado provisional donde imagineros y artesanos
ofrecen las más diversas figurillas para alegrar las fiestas navideñas y
acompañar los pesebres o “nacimientos” que se arman en las casas y
parroquias. También se expenden diversos artículos de barro cocido traídos de
Pucará y Quinua. Aquí se puede encontrar todo tipo de objetos artesanales
como tallas en madera, cerámica y retablos. Durante las noches se venden los
tradicionales ponches para calentar el cuerpo.

27
El Guayabo y El Carmen (Chincha, Ica)
Virgen del Carmen
La Peoncita
La Virgen del Carmen es la imagen más venerada en el Perú después
del Señor de los Milagros. Su culto se remonta a la época de la Colonia cuando
llegaron los hermanos de la Orden del Carmelo. En diversas localidades de Ica
(300 km. al sur de Lima) como en las zonas de El Carmen y El Guayabo, en
Chincha (200 km.), donde reside la mayor concentración de población
afroperuana, se le rinde un culto especial a fines de cada año. La
particularidad es que aquí se la conoce con el nombre de “La Peoncita” por su
vinculación con los adolescentes que ejecutan el baile de los negritos y de las
pallitas para festejar a la Virgen.

Coca y pago a la Tierra


Una mística de la fertilidad
Especialmente en el mundo andino, la religiosidad precolombina perdura
hasta hoy en ritos ancestrales que vinculan al hombre con la naturaleza, y en
los que la Tierra cobra gran importancia simbólica. La Pachamama o Madre
Tierra, diosa de la fertilidad, vive en el Urkhupacha o mundo interior, cuyos
frutos ofrece a los hombres para su alimentación. Por eso, dentro de la lógica
de reciprocidad andina, en el mes de agosto los comuneros le retribuyen
pagos (también llamados pagapus o despachos). La ofrenda contiene hojas de
coca, plata no trabajada, chicha, vino y ciertas semillas de la selva con
poderes simbólicos y mágicos llamadas huayruros. Este mismo pago se le
rinde a los Apus, espíritus de los antepasados que viven dentro de los cerros.
La coca, planta sagrada que sirve como mediadora entre el mundo de adentro
(el de los Apus y la Pachamama) y el mundo de afuera (el de los hombres), se
encuentra presente en innumerables celebraciones religiosas mestizas de los
pueblos del interior e incluso de los centros urbanos. Sus hojas chacchadas
(ensalibadas y formando un bolo en la boca, sin masticarse) sirven para
librarse de la fatiga en los momentos más duros de labor. Esparcidas sobre

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Perú General

una manta en el suelo, las hojas de coca también son “leídas” para predecir el
futuro.

DANZAS E INSTRUMENTOS
Gracias a los recientes descubrimientos arqueológicos de instrumentos
musicales, se sabe que en el Perú la música se remonta al menos a unos
10.000 años de antigüedad.
De esa larga tradición proceden las quenas, las zampoñas, los pututos
(trompetas de conchas marinas) y una gran variedad de instrumentos de
viento en cuya fabricación se emplearon materiales como caña, barro, hueso,
cuernos y metales preciosos, así como diversos instrumentos de percusión.
Mediante el contacto con Occidente se ha incorporado gran cantidad de
instrumentos, los mismos que han sido creativamente adaptados a las
necesidades rítmicas y tonales de cada región del país. Las muestras más
evidentes son las numerosas transformaciones que han operado en el arpa, el
violín y la guitarra en la sierra peruana.
El encuentro de lo andino y lo occidental ha dado origen en el Perú a
más de 1.300 géneros musicales. Pero dos de ellos han rebasado el ámbito
regional y se han convertido en símbolos de la identidad peruana: el huayno y
la marinera. Compuesto por una mezcla de alegría y nostalgia, el huayno se
ha convertido en la base de la creación de nuevos ritmos musicales
contemporáneos, gracias a su estructura musical simple y flexible.
La marinera, si bien no es un género matriz como el huayno, tiene
variantes claramente diferenciadas en la costa y en la sierra, y gracias a su
belleza musical y esplendorosa coreografía ha alcanzado una gran difusión en
todo el ámbito nacional.
La fuerza festiva del migrante africano ha contribuido también a
enriquecer el panorama musical: produjo la invención del cajón y el
descubrimiento musical de la quijada de burro como instrumento de
percusión.
En la región de la selva existe también una gran variedad de ritmos,
danzas e instrumentos vinculados con sus fiestas y rituales, como por ejemplo
el uso del manguaré (tronco tubular), llamado “tambor semiótico” porque sirve
para comunicar mensajes a larga distancia en medio de la selva.
En la actualidad continúan la asimilación de nuevos instrumentos -como
sintetizadores, guitarras eléctricas, baterías y armónicas- y la creación de
nuevos géneros, como la chicha, que permiten a la música peruana abrirse a
nuevas influencias, para extenderse, nacional e internacionalmente, más allá
del terreno reservado a lo vernacular.
Esta capacidad para la fusión e innovación musical expresa vivamente la
fuerza integradora y el carácter dinámico de la cultura peruana.

La Marinera y el Cajón
La Marinera
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Perú General

Este baile es un derivado de la zamacueca y de la mozamala. En 1893,


Abelardo Gamarra “El Tunante” la bautizó con el nombre de “marinera” en
homenaje al héroe naval Miguel Grau, durante un concierto de piano ofrecido
por una niña limeña, quien posteriormente se convertiría en su gran difusora,
doña Rosa Mercedes Ayarza de Morales. De ese encuentro nació la marinera
más conocida, titulada “La Decana” y luego rebautizada popularmente como
“La Concheperla”.
La marinera ha ido conquistando posiciones lentamente. En 1938 llegó
hasta el Teatro Municipal de Lima para ser presentada en el Concierto de
Fiestas Patrias. Hoy en todo el país se realizan diversos festivales, siendo el
más conocido el que se celebra en enero en Trujillo. Tiene varios estilos que
se denominan según su lugar de origen: marinera costeña, serrana y norteña.
Su desarrollo es de un gran dinamismo, con movimientos elegantes y
una coreografía muy compleja de secuencias coordinadas y sincronizadas.
Cada miembro de la pareja lleva permanentemente el ritmo con un pañuelo en
una mano, que utilizan asimismo para el galanteo, a pesar de que nunca se
produce un contacto físico. Los instrumentos que se usan para su ejecución
son la guitarra y el cajón.

El Cajón
Instrumento de percusión de origen afroperuano utilizado en la mayoría
de variantes musicales costeñas de la marinera, así como en la música criolla y
la música negra en general. Está confeccionado por una caja de madera que
lleva un orificio en la parte posterior. Para su ejecución, el tañedor se sienta
sobre el cajón y da golpes directamente con las manos. Aunque de apariencia
simple este instrumento ha comenzado a tener una importante difusión fuera
del Perú, como da fe su reciente incorporación a la música flamenca.

El Huayno y la Quena
El Huayno
Es considerado el baile andino por excelencia. Sus orígenes
precolombinos fueron matizados desde un inicio por la asimilación de
influencias occidentales, por lo que presenta múltiples variantes regionales. Su
estructura musical surge de una base pentatónica de ritmo binario,
característica estructural que ha permitido a este género convertirse en la
base de una serie de ritmos híbridos, desde la chicha hasta el rock andino.
El baile se realiza en parejas que van desarrollando giros y movimientos
a partir de pequeños saltos y zapateos que marcan el ritmo. Los instrumentos
que intervienen en la ejecución del huayno son la quena, el charango, el arpa
y el violín. En algunas variantes del huayno intervienen bandas típicas, que
añaden instrumentos como las trompetas, el saxofón y el acordeón. Por otro
lado, aunque son géneros muy diferentes, en la sensibilidad popular el huayno
está más vinculado a la marinera de lo que aparenta, como lo recuerda este
estribillo de marinera serrana: “no hay marinera sin huayno / ni huayno sin
marinera / cholita pollera verde / para ti va la tercera”.
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Perú General

La Quena
Este instrumento de viento es el más difundido en el Perú y procede de
épocas prehispánicas. Está hecho con un tubo de caña, madera, hueso o
plástico con un segmento biselado, que constituye la embocadura. Presenta 5
o 6 pequeños orificios de digitación con los que se componen las variaciones
del sonido producido por el soplo del ejecutante. En cada región predomina un
tamaño diferente.

El Huaylarsh y el Arpa
El Huaylarsh
Es un ritmo y danza de fiesta y alegría vinculado con los periodos de
cosecha en la sierra central. Su energía y vivacidad se manifiesta en los saltos
y demostraciones de agilidad de los danzantes varones, frente al fino zapateo
de sus parejas.
En su ejecución coreográfica el grupo de danzantes va desarrollando,
por parejas, muestras de habilidad en una alegre competencia. En su
instrumentación intervienen orquestas o bandas típicas compuestas por arpas,
violines, saxofones, clarinetes, trompetas y bombos.

El Arpa
Es un instrumento de cuerdas hecho sobre una base hueca de madera
con forma cónica que sirve como caja de resonancia. Su origen es occidental y
ha tenido gran aceptación en el Perú, especialmente en la sierra peruana,
donde se utiliza por su versatilidad para ejecutar variaciones de sonidos
agudos. El arpa ha sido modificada y adaptada en numerosas regiones, tanto
en su forma como en su afinamiento.

El Festejo y la Quijada
El Festejo
Es una danza afroperuana muy popular en la costa central. Se baila en
parejas, insinuando y al mismo tiempo evitando el contacto físico. Los
movimientos alegres y pícaros desarrollan una expresividad corporal llena de
sensualidad. La instrumentación está compuesta por la guitarra, el cajón y la
quijada y es acompañada por un cantante solista y su coro.

La Quijada
El maxilar inferior del burro, mula o caballo se ha convertido, gracias al
ingenio afroperuano, en un efectivo instrumento de percusión. Se sostiene con
una mano y con la otra se da rítmicos golpes al son de la pieza que se ejecuta.
El sonido particular de la quijada, producido por la vibración de las muelas del
equino, es amplificado en la misma estructura del hueso.

El Carnaval y la Mandolina
El Carnaval
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Perú General

Es una danza que, con variaciones regionales, se baila en todo el Perú,


especialmente en las zonas rurales de Puno, Cajamarca y la Amazonia. La
ejecución de este baile se realiza en comparsas que salen por las calles
acompañadas de sus propios músicos. Las letras de las canciones, con una
rima usualmente puntual, son en muchos casos pícaras, satíricas y muy
alegres. Guitarras, acordeones, mandolinas, tambores andinos (tinyas y
tamboriles) y charangos son los instrumentos más empleados para su
ejecución.

La Mandolina
De origen europeo y parecido al laúd, la mandolina ha sufrido una serie
de transformaciones en el Perú, tanto en el material de su caja de resonancia,
como en el número de cuerdas. Se usa frecuentemente con la guitarra
formando dúos para interpretar huaynos y otras variedades musicales de la
sierra.

El Santiago y la Tinya
El Santiago
La música de este género proviene de las costumbres vinculadas al
pastoreo. Se toca en las ceremonias andinas de la marcación del ganado y los
rituales de fertilidad de los rebaños. En esas ocasiones, una serie de canciones
propiciatorias de ritmo sencillo y de fina sensibilidad es interpretada
especialmente por jóvenes mujeres. Los instrumentos empleados con mayor
frecuencia son las tinyas y los wakrapuko o trompetas de cuerno de res.

La Tinya
Es un instrumento de percusión a manera de un pequeño tambor
manual hecho de cuero. Tiene una gran difusión en el ámbito andino y es
tocado -fundamentalmente por mujeres- con una baqueta, en danzas y
ceremonias referidas a la vida campesina, especialmente durante las épocas
de cosechas y marcación del ganado.

El Vals Criollo y la Guitarra


El Vals Criollo
Es una danza en que las parejas tomadas de las manos, en un abrazo a
medio terminar, se mueven con finos pasos entrelazados, un estilo recreado
por los limeños de los típicos valses (waltz) vieneses. Tiene sus orígenes en el
siglo XIX y se difundió en la clase media urbana como una manifestación que
sintetizaba la añoranza romántica del criollismo por una Lima que se alejaba.
Los instrumentos con los que se ejecuta son la guitarra y el cajón.

La Guitarra
Se trata del instrumento de uso popular más difundido en el Perú. La
forma más usada es la española moderna, pero hay un total de 10 variedades
diferenciadas por su forma, materiales de construcción y número de cuerdas.
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Perú General

Su afinación varía según la zona. Se combina con varios otros instrumentos


según el género musical interpretado, y se la utiliza para tocar el vals criollo, la
marinera, el festejo, el huayno, la zamacueca, el tondero e incluso también
para la chicha.

El Sikuri y la Zampoña
El Sikuri
El ritmo un tanto marcial de la danza de los sikuris, tiene sus orígenes
en la región del Altiplano. Se baila en grupos numerosos formando comparsas
que se organizan en grandes círculos en torno a los músicos que tocan
zampoñas de diferentes tamaños.
La composición coreográfica denota la complementariedad y armonía
que debe regir en toda integración humana, pues un grupo de ejecutantes
sólo puede emitir la mitad de las notas requeridas, siendo indispensable la
participación de otro grupo para completar la melodía.

La Zampoña
Es un instrumento de la familia de flautas de pan, que consiste en la
reunión de varios tubos de caña de diferentes tamaños sujetos entre sí por
hilos entrelazados formando una o dos hileras. El tamaño del tubo determina
la nota musical. Este instrumento presenta distintas variedades regionales,
dependiendo de la longitud, disposición y cantidad de cañas. Su uso es
frecuente en casi todas las festividades del sur del país y especialmente en el
departamento de Puno. Una de sus variantes es la antara, fabricada con las
cañas más finas del carrizo.

El Harawi y el Charango
El Harawi
Llamado también yaraví, es un género musical cuyas melodías
transmiten sentimientos de tristeza y añoranza. Está considerado dentro de las
variantes musicales más antiguas del repertorio peruano y su procedencia se
entronca con la manifestación poética del mismo nombre desarrollada en el
periodo incaico. Su música aletargada es acompasada con frecuentes silencios
que le añaden dramatismo a la ejecución. Generalmente este género no se
baila, salvo que esté incorporado dentro de un huayno o una marinera, como
suele ocurrir en algunas de sus variantes mestizas. Entre los instrumentos que
se usan para su ejecución están el charango, la mandolina y la quena.

El Charango
Es un instrumento creado sobre el modelo de la guitarra clásica. Es de
tamaño pequeño en relación con el instrumento originario, pero posee en
cambio un número mayor de cuerdas (12). Su caja de resonancia esta hecha
de caparazón de armadillo o kirkincho, aunque también las hay de madera. Su
uso es muy popular en la región sur del país.

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Perú General

Danzantes de Tijeras
Destreza Física y Desafío Ritual
Desde el punto de vista del hombre occidental, la danza de las tijeras es
básicamente una impresionante manifestación de arte y destreza física, pero
para el hombre andino o mestizo que habita en las comunidades de la sierra
constituye ante todo un complejo ritual. Una serie de misterios rodean a los
danzaq (ejecutantes del ritual) quienes, en un despliegue de fuerza y
elasticidad, ponen a prueba su destreza mediante saltos gimnásticos al ritmo
del arpa y el violín. Según los sacerdotes de la Colonia su halo mágico
obedece a un supuesto pacto con el diablo, debido a las sorprendentes pastas
o pruebas que ejecutan en la danza. Estas pruebas denominadas atipanakuy
consisten en meterse espadas por el esófago, atravesarse el rostro con
alambres, comer insectos, sapos y culebras, entre otros actos propios de
faquirismo andino. El instrumento central de la danza son las tijeras,
elaboradas de dos placas independientes de metal de aproximadamente 25 cm
de largo y que juntas tienen la forma de un par de tijeras de punta roma. Los
lugares de mayor difusión de esta danza son Ayacucho, Apurímac, Arequipa, la
sierra de Ica, Huancavelica y Lima.

La Chicha o Cumbia Peruana


Un Nuevo Género Domina América del Sur
Un nuevo ritmo musical de notable difusión es la chicha, que
actualmente ha penetrado con fuerza en gran parte de América del Sur.
Aunque también acoge elementos del rock y otros ritmos contemporáneos, los
dos géneros musicales que sirven de base para la creación de la chicha o
cumbia peruana son el huayno y la cumbia colombiana. Su difusión no sólo ha
logrado propagarse en todo el territorio peruano, sino que también ha calado
fuerte en países vecinos como Argentina, Chile, Bolivia y Colombia. La
principal característica de este género, que se proyecta sobre toda
Hispanoamérica, es la permanente fusión de nuevos ritmos, tanto modernos
como tradicionales, así como el uso de una gran variedad de instrumentos
para su ejecución, sobre todo electrónicos.

Los Huacos Silbadores


Sonidos y Voces del Pasado
Una gran variedad de sonidos e instrumentos presentes en los ritmos y
melodías actualmente vigentes en el Perú proceden del pasado prehispánico.
Además de algunos instrumentos de percusión, los más abundantes eran los
de viento, conformados por diversas formas de silbatos, quenas, antaras y
trompetas, hasta hoy usados y los llamados huacos silbadores o botellas
acústicas, los cuales pueden ser apreciados en museos como el de
Arqueología, Antropología e Historia (Lima). Estos curiosos instrumentos,
hallados en templos, residencias de curacas, ajuares funerarios de guerreros y
tumbas de niños, cumplían también funciones decorativas y simbólicas, y
estaban vinculados a ceremonias rituales: los sonidos de entre 33 y 50
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Perú General

centésimos de semitono representaban a seres humanos, los de 80-100 a


víctimas de sacrificio, y los de 25 a seres sobrenaturales.
Por lo general, los huacos silbadores están conformados por dos
cámaras acústicas unidas y una serie de orificios alineados y en diferentes
tamaños que permiten modular los sonidos (timbre y frecuencia), mediante el
soplo, a manera de flauta. En algunos huacos la cámara acústica no sólo
amplifica el soplo del ejecutante, sino que también produce sonidos mediante
el desplazamiento de líquidos, agua o chicha, de un vaso comunicante a otro,
en su interior.

Artesanía y Arte Popular


La artesanía peruana se encuentra entre las más variadas del mundo,
como lo prueba la amplia red de exportadores que cada año expone el ingenio
de los peruanos en mercados europeos, asiáticos y norteamericanos. Su
diversidad, colorido, creatividad y múltiple funcionalidad hacen de ella una
actividad fundamental no sólo para la configuración de la identidad peruana
sino también para la supervivencia de miles de familias y aún de pueblos
enteros, como los de Sarhua y Quinua, en Ayacucho. Esas pequeñas piezas
que causan la admiración de propios y extraños contienen siglos de historia
cargados de formas y también símbolos prehispánicos que se funden y
conviven con otros traídos por los españoles. Esa identidad múltiple y
compleja es, quizá y paradójicamente, una de las razones de la marcada
tendencia de la artesanía peruana al moderno “arte ingenuo” que impregna de
ternura e inocente sabiduría a sus piezas. La excelencia de los oficios
artesanales en el Perú se manifiesta, por ejemplo, en la armonía de los
diseños geométricos en los tejidos, la minuciosa representación de la vida
campesina en los mates burilados, el mestizaje cultural y el colorido de los
retablos. Pero también en la extraña cosmovisión de los diseños shipibos, la
finísima talla de las piedras de Huamanga, el efímero deslumbramiento de las
alfombras de flores, los fuegos artificiales y los cirios, el complejo barroquismo
de las tallas en madera, la belleza de las piezas en oro y plata y las múltiples
formas que toma el barro en la cerámica. Estas obras son sólo algunas de las
manifestaciones de un pueblo que se comunica principalmente a través del
arte, utilizando para ello un lenguaje cuyas claves fundamentales son la
abundancia, la fertilidad y la apuesta por el futuro.

Arte Efímero
Una de las mayores atracciones del misterio del arte efímero es el largo
y paciente esfuerzo que se despliega para que la belleza dure algunos minutos
o tal vez segundos. Se encuentran agrupados en este complejo género
aquellos trabajos que sólo pueden ser apreciados durante un lapso muy corto,
a pesar de ser obras de arte cuya elaboración ha tomado un amplio
despliegue de tiempo y creatividad.

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Perú General

Fuegos Artificiales
La vieja tradición de los fuegos artificiales está muy arraigada en los
pueblos de la sierra y de la costa, donde se han desarrollado variantes
particulares como la representación de gigantescas flores y animales. Es casi
imposible imaginar una fiesta patronal sin los deslumbrantes artefactos
pirotécnicos.

Alfombras de Flores
Con motivo de las principales procesiones religiosas, tanto en la sierra
como en la costa, se acostumbra elaborar hermosas y enormes alfombras de
flores en las calles por donde ha de pasar el santo homenajeado. El colorido
de las flores y la perfección basada en los dibujos empleados, que
generalmente corresponden a una amplia gama de imágenes de santos,
escudos, mapas, paisajes y animales hechos con mucha dedicación, tienen por
principio un efímero resplandor que inevitablemente acaban en las pisadas de
los miles de concurrentes a las procesiones.

T’anta Wawas
Otra práctica que alcanza la categoría de arte es la elaboración de las
t’anta wawas o panes decorados. Una gran variedad de motivos como wawas
o niños, familias, casas, coronas de flores y animales son representados con la
harina de trigo. Los estilos oscilan desde la impecable simpleza hasta la más
compleja ornamentación. Anualmente en Lima se lleva a cabo en el día de
Todos los Santos un concurso de t’anta wawas y son los departamentos de
Junín, Arequipa, Cusco y Huancavelica los que generalmente presentan los
más destacados trabajos.

Velas y Cirios
La cerería es otro arte vinculado directamente con el culto religioso.
Cusco, Ayacucho, Huaraz, Arequipa y Lima son lugares de abundante
producción de velas y cirios decorados. En la procesión de la Semana Santa en
Ayacucho, las andas sobre las cuales se carga a los santos tienen una base
ricamente decorada con figuras de cera. Las representaciones más frecuentes
son flores, hojas, rostros de santos, ángeles, animales de corral. Pero son las
velas y los cirios de los más diversos tamaños y decorados, los objetos más
empleados en las fiestas patronales de todos los pueblos del Perú. En la fiesta
del Señor de los Milagros es impresionante la gran variedad y compleja
ornamentación, que presentan estos trabajos; ver los cirios prendidos junto a
la imagen del Cristo Moreno en la iglesia de las Nazarenas es un espectáculo
conmovedor.

ARTE FUNERARIO
La tradición del arte funerario en el Perú se manifestó primero en la
pintura sobre las lápidas. En el cementerio de Chilca, a 60 km. del sur de
Lima, se puede apreciar todo un desarrollo de estilos que comenzó por la
25
Perú General

reproducción de pintura religiosa clásica occidental, para dar paso más tarde a
representaciones de la vida cotidiana de los difuntos. Otro lugar en el que el
arte pictórico es ya una tradición es en Puno, donde se trabaja básicamente
representaciones alegóricas referidas al mundo de los muertos. De igual modo
en Cajamarca, en las zonas de Huambocancha y Porcón, los cementerios
están tapiados de lápidas talladas en piedra de cantería con fachadas de
iglesias en miniatura, de distintos y cálidos colores. Dentro de este rubro cabe
mencionar también el creciente desarrollo de una arquitectura funeraria
popular en los cementerios de los nuevos distritos de Lima. En ellos se
recrean, a manera de maquetas, casas, iglesias y hasta pequeños pueblos.

CERÁMICA
La cerámica es una de las actividades más difundidas en el Perú.
Antiguas técnicas prehispánicas empleadas por las culturas Vicús, Recuay y
Pashash, como la “colombina” y la “pintura negativa”, obtenida por la
reducción del oxígeno en la cocción, siguen siendo desarrolladas actualmente
en Chulucanas (Piura) y también en la selva norteña por nativos de las
comunidades Arabelas. Otra de las técnicas utilizadas en Simbilá (Piura), así
como en Mollepampa (Cajamarca) es el paleteo, que consiste en moldear la
cerámica con las manos y con golpes de paleta. La cerámica utilitaria y
decorativa de Chulucanas -particularmente en el distrito de La Encantada,
donde hay censados 250 artesanos- es una de las más reconocidas, sobre
todo por los finos matices logrados por sus ceramistas en el uso del color
negro y el bruñido en sus vasijas, así como por la elaboración de personajes
costumbristas (chicheras, músicos y danzarines) y de animales que cobran
vida con el barro trabajado a mano. La cerámica tiene un circuito de
comercialización muy extendido en los mercados de Cusco, Juliaca (Puno),
Arequipa y una red de centros artesanales y ferias que se realizan en Lima.

Cerámica Ayacuchana
En Quinua, localidad situada a 40 km. de Ayacucho, la cerámica es la
actividad principal del pueblo. Las especies de barro de colores rojo y crema le
dan una característica especial a estas piezas que, a pesar de sus formas
simples y casi infantiles, poseen una gran fuerza expresiva. Son muy
conocidas las pequeñas iglesias, capillas, casitas y el toro de la Quinua.
Igualmente se han hecho populares personajes como los campesinos, las
chismosas y múltiples representaciones de temas religiosos.

Cerámica Puneña
Dentro de lo más resaltante de la cerámica puneña se encuentra el
torito de Pucará, una de las figuras más difundidas de la cerámica peruana.
Originalmente constituía un elemento ritual que se utilizaba en la marcación
del ganado. El torito, que a la vez es un cántaro, servía de recipiente para la
chicha que, mezclada con la sangre del ganado, era bebida por los oficiantes
de la ceremonia. En Puno también se elaboran iglesias, capillas pueblerinas y
26
Perú General

casas, cuyos diseños de apariencia ingenua están bañados con engobe blanco.
El decorado se efectúa con un pastillaje de flores y pinceladas de vidriado.
Otras representaciones frecuentes son los músicos, danzantes y varios
elementos de la flora y de la fauna del lago Titicaca.

Cerámica Cusqueña
La tradición Inca ha marcado la producción de la cerámica en el Cusco.
En una revitalización del arte cusqueño, conocida como el “renacimiento del
estilo incaico”, ha resurgido una abundante confección de piezas utilitarias y
decorativas como el Tica Curuna (florero estilizado), los ppucus (platos) y los
diferentes tipos de coloridos recipientes, como los keros, arybalos, qochas,
ayanas y raquis. Otra vertiente presenta la proliferación de la llamada
“cerámica grotesca”, creada originalmente por Edilberto Mérida y, al parecer,
inspirada en los personajes de la cerámica de Quinua. Esta cerámica tiene
como característica la elaboración de personajes sin pulir, campesinos y
cristos, con rasgos deformes y atormentados cuyas manos enormes resaltan
desproporcionadamente.

Cerámica Shipiba
En la selva, además de los Arabela, las mujeres Shipibas de la región del
río Ucayali trabajan la cerámica con una arcilla de gran plasticidad llamada
neapo. Los motivos decorativos más frecuentes influyen las conocidas líneas
geométricas o “diseños” a través de los cuales las artesanas representan su
visión del mundo. Entre los objetos más elaborados figuran series de vasijas
antropomorfas, en las cuales hombres y mujeres adquieren diferentes
posiciones mostrando los sexos claramente definidos; también producen con
la misma frecuencia grandes tinajas con formas de animales, como la tortuga
y algunas aves de la región.

CESTAS Y ARTÍCULOS DE PAJA


Son los tejidos de sombreros y canastas con fibras de carrizo, junco y
totora. La elaboración de canastas y sombreros se da sobre todo en los
departamentos de San Martín, Piura y Cajamarca, en cambio la totora es
utilizada en La Libertad y Lambayeque para la fabricación de los “caballitos de
totora” que desde épocas antiguas utilizan los pescadores de Huanchaco,
balneario cercano a Trujillo, como embarcaciones.

IMÁGENES
La imaginería viene de la tradición artesanal virreinal. Consiste en la
elaboración de una gran variedad de objetos vinculados a las diversas
prácticas mágico-religiosas. Los departamentos de Ayacucho, Cusco y
Huancavelica ofrecen la mayor variedad. El Retablo o Cajón San Marcos, las
cruces, los santos, los nacimientos, la Sagrada Familia y las múltiples
representaciones del Niño Dios son algunas piezas ubicadas en este género
artesanal; actualmente también es frecuente el desarrollo de temas
27
Perú General

costumbristas. Entre los materiales destacan los diferentes tipos de pastas de


harina de papa, semilla de níspero, yeso, tela encolada y maguey. Son muy
conocidas en este rubro artesanal las imágenes religiosas de largos y
estilizados cuellos creadas por el maestro Hilario Mendívil y su esposa
Georgina en el barrio de San Blas, en el Cusco.

Máscaras
En muchas de las danzas andinas se emplean las máscaras formando
parte de la indumentaria. Los motivos más recurrentes son la representación
de demonios, ángeles, negritos, españoles y toda clase de animales. La
exposición más importante de máscaras se da en la región sur andina del Perú
como en la fiesta de la Virgen de la Candelaria; otro centro importante es
Junín y últimamente se está descubriendo una rica variedad en la Amazonia,
vinculadas con mitos y costumbres de los pueblos amazónicos, como es el
caso de la comunidad Bora en Loreto.
Los materiales para la elaboración de las máscaras son tan diversos
como su lugar de origen: yeso, cuero, madera, mallas de alambre y hojalata.
Dentro de los tipos de máscaras más representativas se encuentran las
máscaras de la cultura Piro, la parlampán (personajes pícaros de la zona de
Huaral), los auquis de Ancash, los jija huanca de Junín (basadas en las
cabezas clavas), los huacones de la sierra central, así como los famosos
diablos de los siete pecados de Puno.

Retablos
Diminutas figuras humanas, animales de la zona andina, imágenes de
santos cristianos y dioses tutelares precolombinos, estrellas, cerros y lagunas,
son algunos de los elementos que conforman el colorido mundo representado
en los Cajones Sanmarcos o Retablos. Esta forma artística traída de España se
remonta a la cuna de la civilización occidental y tiene su antecedente en los
dípticos romanos con imágenes portátiles, hechos de tablillas que se cerraban
una sobre otra. En el resto de Europa se desarrollaron con el nombre de
frontales o antipedios, y dieron lugar a los retablos monumentales que
componían los altares de las iglesias en los siglos XIII al XV. Las versiones
más cercanas al retablo peruano están en las Cajas de Santos, especie de
altares portátiles utilizados en España como parte de la parafernalia ritual
católica. Fueron los artesanos ayacuchanos quienes vieron en los altares
portátiles el elemento perfecto sobre el cual podían hacer converger su
tradición propia religiosa y aquella impuesta, sin despertar las temibles
sospechas de los extirpadores coloniales de idolatrías. Los elementos de estos
retablos estaban dispuestos en dos niveles: el superior destinado al mundo
celestial, con santos y animales sagrados andinos, y el inferior referido al
mundo terrestre. El área de circulación de estos retablos se circunscribió
inicialmente al ámbito de los pastores y campesinos de Ayacucho. Y son
justamente los artistas ayacuchanos quienes más han cultivado esta tradición
de gran importancia en la configuración del imaginario peruano. Los
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Perú General

retablistas más conocidos son Joaquín López Antay, ya fallecido, Florentino


Jiménez y Jesús Urbano. Estos tres nombres, dan origen a la vez a tres
escuelas o tendencias del Retablo: una de vertiente mágico religiosa, otra
costumbrista y la última de contenidos históricos y realistas. En la actualidad
los estilos y temas han proliferado, mano a mano con la emergencia del Cusco
como otro de los grandes centros de elaboración y comercialización.

Tallas en Piedra de Huamanga


En el Perú existen varios tipos de piedra sobre las cuales se realiza el
tallado: el granito, el basalto, la andesita, la piedra del lago, que se encuentra
en Puno y el alabastro blanco conocido como la Piedra de Huamanga. La talla
en Piedra de Huamanga en la Colonia se inició ante la escasez del mármol y
de la porcelana. Los primeros motivos fueron figuras del Niño Dios y otras de
índole religiosa como santos, cruces, vírgenes y relicarios. Posteriormente los
artesanos que encontraron en este soporte una materia propicia para el
tallado, fueron desarrollando nuevos motivos religiosos así como imágenes
vinculadas a la cultura criolla (por ejemplo la imagen de la Vicuña pisando al
León de Castilla). Actualmente en la Piedra de Huamanga se representan
nacimientos dentro de hornacinas ovoides, réplicas del monumento de la
Pampa de la Quinua, así como otras figuras de acabado tosco ideadas
principalmente como souvenirs.

Tallas en Madera
La talla en madera tuvo en la Colonia un fuerte desarrollo con la
influencia de la escultura policromada religiosa. Se hicieron retablos, imágenes
y mobiliario decorado en iglesias y conventos cuyo estilo barroco tiene en el
famoso Púlpito de San Blas, de la iglesia del mismo nombre en el Cusco, a una
de las más elaboradas piezas de este complejo estilo. Uno de los centros
actuales de producción de la talla en madera queda en el pueblo de Molinos,
en Huancayo. Ahí se elaboran desde utensilios y piezas decorativas hasta
juguetes, entre los que sobresalen los llamativos “equilibristas de brazos
móviles”, además de una larga serie de animales como gallos, patos, caballos,
asnos, leones y una especie de bestiario de animales fantásticos. Piezas de
fina elaboración son también los bastones de Sarhua, del mismo lugar donde
se hacen las famosas tablas pintadas.

MATES BURILADOS
La legenaria bulgaris, conocida como mate o calabaza en el Perú, es el
soporte para la elaboración del depurado arte del mate burilado. Los más
antiguos trabajos en mate datan de hace 3.500 años y fueron hallados en
Huaca Prieta (valle de Chicama), en la costa norte del Perú. En épocas más
recientes esta práctica ha tenido gran desarrollo en la zona ayacuchana de
Huanta, de donde provienen los “mates huantas”, conocidos por la vitalidad de
sus trazos gruesos pero seguros, a través de los cuales el artesano representa
escenas de la vida campesina. Otra variante es la miniaturización de los
29
Perú General

dibujos, que muchas veces sólo pueden ser apreciados por medio de una luna
de aumento. La técnica consiste en hacer finas incisiones con un buril sobre el
mate creando dibujos que generalmente representan escenas de un gran
dinamismo a manera de “historietas” con temas relacionados a la vida
campesina. En la actualidad, la zona del valle del Mantaro y específicamente
los distritos de Cochas Chico y Cochas Grande son los lugares de mayor
producción de mates burilados.

JOYAS
La abundancia de minerales y piedras semipreciosas en territorio
peruano ha hecho posible el desarrollo del trabajo creativo con los metales
desde la antigüedad. El oro trabajado más antiguo hallado en América del Sur
corresponde a la cultura Chavín (1000 a.C.). Posteriormente se han hallado
piezas invalorables en las zonas de Chancay, Paracas y Cusco, así como
bellísimos trabajos de las culturas Mochica, Chimú y Lambayeque. En los
últimos años se descubrieron las famosas Tumbas Reales del Señor de Sipán,
pertenecientes a la cultura Moche (ss. VII al XIII), cuyos atuendos y adornos
trabajados en oro ostentan técnicas bastante adelantadas para su época. Esas
técnicas usadas hasta hoy por los artesanos en joyas, piezas escultóricas y
utensilios son la aleación, la soldadura, la fundición en laminado, así como el
cincelado, el calado, el hilo fundido, la filigrana y las aplicaciones,
incrustaciones y engastes.

Platería
Los centros de mayor producción de trabajo en plata son los
departamentos de Junín, Huancavelica, Ayacucho y Cusco. Los plateros que
han mantenido la amplia tradición colonial desarrollan una rica variedad de
formas y motivos, confeccionando joyas con figuras de animales de corral,
pavos reales, caballos y estrellas, así como artículos de uso religioso y
doméstico. Otras piezas importantes que corresponden a la joyería en plata
son los pinches de plata fundida en estilo colonial cusqueño, los tupus o
alfileres para sujetar las llicllas, collares de alpaca trabajados con ónix negro y
bambú, collares de plata con obsidiana, aretes con ópalos en varios colores y
de plata quemada estilo colonial, así como el marqueteado en madera, para
cuadros y espejos.

Filigrana en Oro
Es una técnica de orfebrería en la que el oro es adelgazado a su mínima
proporción para enhebrarlo formando joyas de notable belleza. Uno de los
centros de producción del delicado arte de la filigrana de oro es el pueblo de
Catacaos (Piura), heredero de la tradición de la cultura Vicús. Las piezas más
trabajadas son las dormilonas o aretes y los collares, siendo la luna uno de los
motivos constantes en su ornamentación.

Piedras Semipreciosas
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Perú General

Otros materiales utilizados en la artesanía, especialmente en el área de


la joyería, son tomados de la gran diversidad de piedras semipreciosas,
muchas de ellas encontradas en territorio peruano y otras importadas, como
en épocas prehispánicas, del resto de América. Generalmente con estas
piedras se confeccionan collares, aretes, anillos y brazaletes. Entre las más
bellas se encuentran la crisocola o turquesa peruana, el ónix, la obsidiana y el
ópalo. Es imprescindible también mencionar el uso de la tradicional concha
roja o spondylus, llamada antiguamente “el alimento sagrado de los dioses”,
con la que actualmente se sigue trabajando hermosas piezas de joyería.

OBJETOS DE CUERO
Los primeros trabajos de gran belleza, en cuero, fueron hechos en la
Colonia: baúles, sillones fraileros y una gran variedad de monturas, arneses y
otros elementos vinculados a la caballería. Sus motivos ornamentales están
desarrollados ya sea por la técnica del pintado, calado y del repujado, siempre
inspirados en el predominante arte barroco de la época. En la actualidad se
siguen haciendo los mismos objetos, especialmente sillas, perezosas,
banquetas y baúles, cuyas decoraciones tratan de temas costumbristas. En
Puno se confeccionan, además, caballitos de cuero con un bello y tierno estilo
ingenuo.

TABLAS DE SARHUA
El pueblo ayacuchano de Sarhua se ha hecho mundialmente conocido
por sus tablas pintadas, una de las manifestaciones más originales de la
llamada pintura popular, una tradición que incluye los dibujos del cronista
Guamán Poma de Ayala (s. XVI), las acuarelas del obispo Martínez Compañón
(s. XVI), del pintor criollo Pancho Fierro (s. XIX) y las obras de otros creadores
anónimos que pintaron murales desde el periodo colonial hasta hace pocos
años en iglesias y capillas del interior del Perú. Las tablas de Sarhua son
también conocidas como quellcas, por su relación con los antiguos dibujos que
los Incas mandaban a confeccionar para registrar su período de gobierno. Se
trata de coloridas ilustraciones pintadas en un soporte de madera plana, que
representan las costumbres del pueblo, y acompañadas de un texto
explicativo. Al principio las “tablas” eran dibujadas sobre las vigas de los
techos (en las que inicialmente se plasmaban árboles genealógicos), pero hoy
predominan los formatos rectangulares y cuadrados para facilitar su
comercialización. Uno de los renovadores de este arte fue el pintor Carmelón
Berrocal (1964-1998), quien modificó los cánones establecidos sin perder los
rasgos originales, creando cuadros a partir de la tradición oral recopilada por
él mismo.

TEXTILES
La textilería actual es heredera de una larga tradición prehispánica
desarrollada a lo largo de todo el país, entre los que destacan los mantos
Paracas y los tejidos Inca y Wari ayacuchano. Los textiles más antiguos,
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Perú General

encontrados en Huaca Prieta-Chicama, datan de hace unos 4.000 años. Los


materiales -que se siguen utilizando en la actualidad- son preferentemente el
algodón marrón y el blanco, las fibras de vicuña, alpaca y llama. Otros
materiales utilizados eventualmente pueden ser los cabellos humanos y los
pelos de murciélago y, más frecuentemente, los hilos de oro y plata. Además,
todavía se mantiene el uso de algunos tintes naturales que se combinan con la
anilina y otros tintes industriales, y el telar vertical y el telar a pedales
continúan siendo las herramientas con que se tejen la mayoría de mantas y
telas. Los departamentos donde el tejido tiene mayor vigencia son Ayacucho,
Puno, Cusco, Junín, Apurímac y Lima. En cuanto a la decoración cusqueña es
frecuente encontrar elementos como la tika, que representa a la flor de papa,
y el sojta, un diseño geométrico que simboliza el ciclo del sembrío. Existe aquí,
una rica variedad de chullos (gorros con orejeras) de mostacillas, bolsas
coqueras de lana, mantas con motivos geométricos, fajas y chumpis tejidos
por metros, como los que se venden en el mercado de Sicuani, o en el
mercado dominical de Písac. Otro centro de producción textil es Ayacucho,
región en la que en décadas recientes se ha popularizado la elaboración de
tapices de trama y de urdimbre con motivos abstractos.

Arpilleras
Es una artesanía de origen contemporáneo, traída de Chile en la década
del 70. Se trata de telas sobre las cuales se realizan aplicaciones de figuras
previamente elaboradas, en las que se representa temas tanto testimoniales
como costumbristas. Las representaciones de personajes, animales y plantas
cosidas a la tela matriz le dan un llamativo efecto tridimensional al conjunto.
La arpillería fue integrada rápidamente a la labor artesanal de sectores
femeninos -sobre todo migrantes de la sierra- ubicados en barrios periféricos
de Lima, como Pamplona Alta, donde encontraron en este género una forma
afín para expresarse artísticamente. Esta artesanía, cuya práctica está muy
difundida en el Perú, ha tenido un importante desarrollo en zonas como el
Cusco, donde se ha incorporado elementos decorativos tradicionales, como los
muñecos y los textiles incas.

Bordados
Son famosos los bordados de Chiqnaya, Puno, en grandes y pequeños
mantos tejidos con lana de oveja o algodón y que representan escenas
vinculadas a la siembra, la cosecha y las fiestas. También son muy conocidos
los bordados de Chivay, en el Valle del Colca, Arequipa, adornados con cintas
de agua, grecas y pespuntes. En Huancayo, Junín, durante la feria dominical
se ofertan faldas bordadas en su totalidad llamadas “centros” debido a que se
usan debajo de la falda de un solo color.

Hilados de Algodón
La confección de hilados aprovecha el color natural del algodón pardo y
los sugerentes y sobrios tonos de los tintes naturales, aunque ahora esta
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Perú General

variedad nativa enfrenta seria competencia del algodón industrial, sobre todo
en las zonas artesanales de Monsefú (Lambayeque) y Cajamarca. La tradición
del hilado se remonta a los inicios de las civilización andina y su producción
artesanal persiste fundamentalmente en algunos pueblos de la costa y en las
áreas altas de la sierra. En la Amazonia se elaboran prendas de vestir y
mantas, de hilado muy fino y plano, sobre las cuales los nativos Shipibos de
Pucallpa realizan decoraciones y dibujos de líneas geométricas inspirados en
las visiones producidas por sus plantas sagradas.

Tapices
En el caso de los elaborados en el barrio ayacuchano de Santa Ana, los
tapices siguen presentando diseños geométricos prehispánicos, a los que se
ha añadido efectos modernos de perspectiva óptica. Otro lugar donde se
puede encontrar hermosos tapices es San Pedro de Casta, en Lima, cuyos
comuneros continúan usando tintes naturales extraídos de la cochinilla y de
algunas plantas.

Tejidos de Punto
Los hallazgos de chullos, bonetes, fajas tubulares, muñecos y varias
otras piezas provenientes especialmente de las culturas prehispánicas de la
costa (Paracas, Nasca, Chancay y Mochica), demuestran una práctica antigua
del tejido de punto. Esta técnica, que consiste en la elaboración de piezas
-esencialmente prendas de vestir- mediante el simple cruce de un lazo a
través de otro, permite, sin embargo, desarrollar motivos en alto o bajo
relieves. Hoy, constituyen una floreciente actividad económica en Puno, Cusco,
Arequipa y Lima. Puno es el mayor productor de chullos y chompas de fibra de
vicuña, alpaca y lana de oveja. En esta región la elaboración de calcetines,
calcetas largas y chullos de alpaca está a cargo de tejedores hombres.

UTENSILIOS DECORATIVOS
Existe en el mercado artesanal una amplia gama de piezas decorativas y
utensilios hechos con vidrio pintado, madera o arcilla que han tomado el estilo
y las técnicas del decorado de los marcos de espejos cajamarquinos. Azafates,
cajas, joyeros, artículos de escritorio, adornos con forma de animales,
lapiceros, centros de mesa, entre otros. La decoración está compuesta por
diminutas hojas y flores de una gran variedad de colores. Muchas de ellas
están matizadas con un efecto de envejecimiento con purpurina o neogelina
sobre las que se aplica una capa de barniz. Los lugares donde se trabajan
estos objetos son Cajamarca y Apurímac.

FERIAS Y CENTROS ARTESANALES


Arequipa
Fundo del Fierro
Plazuela de San Francisco
Trabajos en sillar, cobre, cuero y madera.
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Perú General

Cajamarca
Centro Artesanal y Forestal de Aylambo
Carretera a Magdalena s/n, Cajamarca
Cerámica ornamental y funcional.
Cusco
Feria de Chinchero
Cusco
Todos los domingos
Feria de Písac
Valle del Urubamba
Todos los domingos
Junín
Feria de Huancayo
Plaza de Huamanmarca (Huancayo)
Todos los domingos
Lima
Mercado Inca
Cuadras 7 y 8 de la Av. La Marina,
Pueblo Libre
(Todos los días: 9:00 a 21:00)
Feria de Petit Thouars
Cuadra 48 de la Av. Petit Thouars, Miraflores
(Todos los días: 10:00 a 21:00)
San Martín
Casa artesanal de la mujer lamista
Barrio de Lamas Bajo (Lamas)
Textiles, cerámica e instrumentos musicales.
Museos
Museo de Arte de Lima
Paseo Colón 125, Lima.
Tel: (511) 423-4732
(Ma-D: 10:00 a 13:00 y 15:00 a 17:00)
Cursos de artesanía y danzas folclóricas.
Museo de Arte Popular de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
La Casona, Parque Universitario s/n, Lima
Tel: (511) 427-4870
(L-V: 10:00 a 14:00 y 15:00 a 19:00)
Arte popular contemporáneo.
Museo de Arte Popular del
Instituto Riva Agüero
Jr. Camaná 459, Lima
Tel: (511) 427-9275
(L-V: 11:00 a 20:00)
Colección de arte popular antiguo y moderno.
Museo de la Cultura Peruana
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Perú General

Av. Alfonso Ugarte 650, Lima


Tel: (511) 463-5892
(L-S: 10:00 a 17:00)
Muestra de arte popular desde la época prehispánica hasta la actualidad.
Biblioteca especializada.
Museo de la Nación
Av. Javier Prado Este 2465, San Borja
Tel: (511) 476-9873
(Ma-D: 10:00 a 17:00)
Arqueología, etnografía y arte contemporáneo. Sala de arte popular.
Museo de Arte Popular Joaquín López Antay (Huamanga, Ayacucho)
Casona Chacón
Portal Unión 44, Plaza de Armas de Huamanga
(L-V: 9:30 a 12:30 y 16:30 a 18:00; S: 9:30 a 12:30)
Muestra Grandes Maestros Ayacuchanos de la Artesanía, en casona del siglo
XVII.

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Perú General

LA REPÚBLICA DEL PERÚ

SITUACIÓN GEOGRÁFICA
El Perú es uno de los focos de atracción cultural más importantes del
planeta. En el marco de un paisaje presidido por la imponente cordillera de los
Andes, en cuyas alturas nacen torrentosos ríos que van a desaguar al Pacífico,
o que descienden hacia el Atlántico a través de la exuberante selva
amazónica, surgieron grandes civilizaciones, de las que ha quedado un rico
patrimonio arqueológico, y cuya evolución alcanzó su apogeo con el pueblo
inca.
Fue con los incas, precisamente, que un puñado de soldados españoles,
llegados a estas tierras sub-ecuatoriales movidos por el afán de aventuras y
atraídos por los ecos de un imperio de fabulosas riquezas, libraron un épico
combate, cuyo resultado seria el nacimiento de la nueva y magnifica nación
peruana.
El Perú moderno, surgido de la conquista y la colonización española, se
ha organizado institucionalmente como República. Su territorio cubre una
extensión de 1’285,216 km2.
Limita al norte con el Ecuador y Colombia, al este con Brasil y Bolivia, al
sur con Chile y Bolivia, y al oeste con el océano Pacifico.
Cuenta con una población de más de 26 millones de habitantes, que
hablan el castellano, el quechua, el aimara y otras lenguas indígenas.
Esta dividido en 24 departamentos y una provincia constitucional. Lima;
la capital, Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Huancayo, Piura, Cuzco y Chimbote son
las ciudades principales.
En 1988 se inició una regionalización administrativa que, sin anular las
demarcaciones departamentales constituyó por votación popular doce
gobiernos regionales; este proceso ha sido interrumpido con la promulgación
de la Ley de Descentralización (1997), que establece los Consejos Transitorios
de Administración Regional y plantea la conformación gradual, a iniciativa
ciudadana, de nuevas regiones que sustituyan a las ya existentes.

LAS REGIONES FISIOGRÁFICAS


A pesar de la gran diversidad del territorio peruano, los españoles, por
razones políticas más que geográficas, lo dividieron en tres grandes regiones:
la Costa, lindante con el Pacifico; la Sierra, ubicada en las alturas andinas, y la
Montaña, en las selvas amazónicas. Esta división, aun con sus evidentes
limitaciones, perduró hasta 1941, año en que la III Asamblea General del
lnstituto Panamericano de Geografía e Historia decidió aprobar la creación de
ocho Regiones Naturales, propuesta por el geógrafo Javier Pulgar Vidal, con el
propósito de establecer un mapa fisiográfico más ajustado a la realidad bio-
geográfica del territorio. Así concebido, el mapa peruano comprende las
regiones que a continuación se describen.

La Chala o Costa
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Perú General

En las tierras occidentales, poco accidentadas, que se extienden a lo


largo del litoral, desde el nivel del mar hasta los 500 m de altura. En esta
región, el algarrobo, el palo verde, la grama salada, el manglar, el carrizo y la
caña brava, que crecen a la vera de los ríos, y los amancaes, el tomate
silvestre, el mito, la tara, etc., que lo hacen en las lomas, configuran y
colorean el paisaje, mientras que los lobos marinos, la anchoveta y las aves
marinas señorean entre la fauna litoral.

La Yunga
Región de valles y quebradas de tierras fértiles, donde se cultivan el
lúcumo, el chirimoyo, el guayabo, el palto, los cítricos y la caña de azúcar, y
de pintorescos pongos o cañones fluviales. Entre los 500 y 2,300 m, en la
vertiente occidental, recibe el nombre de Yunga marítima, y entre los 1.000 y
2.300 m en la vertiente oriental, el de Yunga fluvial. Esta última de clima
cálido, con abundantes lluvias estacionales, mientras que en la primera
domina el clima desértico. La flora característica esta representada por el
molle, la cabuya blanca, el pitajaya y el chuna, y entre la fauna se hallan dos
aves características, el chaucato y el taurigaray.

Quechua
Región de tierras templadas, que se extienden por las dos vertientes
andinas, entre 2,300 y 3,500 m de altitud. En su relieve se alternan los valles
con las divisorias de aguas que separan cursos de una misma cuenca,
parcamente alimentados por las lluvias estivales. Tiene como especies
botánicas características el aliso, el lambran o rambash, la gongapa y la
arracacha, y se cultivan el maíz, la calabaza, la granadilla, la papaya de
ancaaanca olor, el trigo y el melocotonero. La habitan aves como el zorzal
gris, o chihuanco.

Suni o Jalca
Tierras de clima frío y seco, y abundantes lluvias estivales, situadas
entre los 3,500 y 4,100 m, caracterizadas por valles glaciares y fondos
ligeramente ondulados. Agreste paisaje que esta cubierto por una vegetación
de gramíneas y arbustos, como la taya-taya, el quishuar y la cantuta (cuya flor
era sagrada para los incas). A pesar de la dureza del clima, prosperan los
cultivos de quinua, canigua, habas, olluco, etc. El zorzal negro y el cuy
constituyen la fauna más característica.

La Puna
Que abarca los altiplanos y riscos andinos, entre 4.100 y 4.800 m,
donde predomina el clima frío. Durante las horas diurnas, las temperaturas
son positivas, pero durante la noche descienden por debajo de los 0°c. La
vegetación típica comprende las cactáceas y en los lagos y zonas pantanosas,
las totoras, y los cultivos más extendidos son la cebada, la papa y la maca.
Entre la fauna, la llama, la alpaca, la vicuña, el guanaco y el magnífico cóndor,
37
Perú General

la huallata, la parihuana, el pato y otras aves acuáticas representan la


población característica.

La Janca
Que corresponde a las altas cumbres heladas, abarca los encumbrados
dominios del cóndor, donde el clima es glaciar, y la vegetación, muy escasa,
se reduce casi a la yareta o yarita.

La Rupa-Rupa o Selva Alta


En los piedemontes boscosos situados entre los 400 y 1.000 m de la
vertiente oriental de los Andes, que se caracterizan por los estrechos y
alargados valles y por los cañones fluviales o pongos. El clima cálido, húmedo
y lluvioso favorece aquí una variadísima flora tropical, así como la
permanencia de una fauna no menos variopinta, algunos de cuyos
representantes más típicos son la sachavaca (también llamada vaca del monte
o tapir), la huangana y el otorongo.
Por ultimo.

Omagua, La Amazonia o Selva Baja


Llanura selvática que se extiende entre los 80 y 400 m, en la vertiente
oriental andina, y por la cual discurren los ríos de la cuenca amazónica
formando grandes meandros, pantanos y lagunas. Arboles como la chonta, el
cedro, las palmeras, la shapaja y el shebo, y plantas como las orquídeas,
constituyen la flora típica de una exuberante selva tropical, habitat ideal del
capibara, el roedor más grande del mundo, del armadillo gigante, la nutria y el
venado colorado, amen de hermosas aves, como el tucán, el hoatzin, el jabiru
y el guacamayo, y de incontables peces, como el paiche, y otros animales
acuáticos, como el pez paiche, la vaca marina, el sapo pipa, etc.

PATRIMONIO NATURAL Y CULTURAL DEL PERU


La riqueza natural del Perú y la diversidad de sus ecosistemas
constituyen un patrimonio que se reconoce de forma explícita en la
Constitución de 1993, que obliga al Estado a promover su protección y
conservación. Asimismo, desde 1990 existe el Sistema Nacional de Areas
Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE), que depende del Instituto
Nacional de Recursos Naturales (INRENA), a través de la Dirección General de
Areas Naturales Protegidas y Fauna Silvestre, y se estableció también el mapa
peruano de protección y conservación de la naturaleza y del patrimonio
histórico cultural. En su conjunto, este mapa contempla 49 Areas Naturales
Protegidas, integradas por ocho Parques Nacionales, ocho Reservas
Nacionales, seis Santuarios Nacionales, tres Santuarios Históricos, cuatro
Bosques Nacionales, seis Bosques de Protección, una Reserva Comunal, dos
Cotos de Caza y once Zonas Reservadas, que suponen en total alrededor del
10 % de la superficie del país.

38
Perú General

Los Parques Nacionales son unidades territoriales de protección y


preservación de las poblaciones naturales de flora y fauna silvestres y de las
bellezas paisajísticas, razón por la cual, en su perímetro, están prohibidos la
explotación de los recursos naturales y los asentamientos humanos. El más
antiguo de los parques nacionales peruanos es el de Cutervo, creado en 1961
y ubicado en el departamento de Cajamarca; su principal atractivo son las
numerosas cuevas, como las de San Andrés, donde habita el guacharo, ave de
hábitos nocturnos en vías de extinción.
Los otros siete parques nacionales son el de Tingo María, en el
departamento de Huanuco, con su famosa Cueva de las Lechuzas, también
habitada por guacharos; el del Manu, en los departamentos de Madre de Dios
y Cuzco, una de las áreas más representativas de la biodiversidad de la selva
amazónica, que la UNESCO, en 1977, reconoció como Reserva de Biosfera del
Manu y, en 1987, declaro Patrimonio Natural de la Humanidad, y que des de
1980 esta catalogado como Zona Reservada; el de Huascaran, en el
departamento de Ancash, también incluido en el Patrimonio Natural de la
Humanidad y declarado Núcleo de la Reserva de Biosfera, dominado por el
nevado que le da nombre, máxima altura del Perú, y otros seis picos de más
de 6.000 m, y habitat de la Puya Raimondi, la planta que produce la
inflorescencia más grande del mundo, y del puma, el jaguar, la llama, el
guanaco, el ciervo, el tapir, el colibrí y distintas clases de patos; el de Cerros
de Amotape, en los departamentos de Piura y Tumbes, característico por sus
bosques secos y algunas especies animales en vías de extinción, como el
cocodrilo de Tumbes; el de Río Abiseo, en el departamento de San Martín,
incluido por la UNESCO en el Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad; y
el de Yanachaga-Chemillen, en el departamento de Pasco, zona de
conservación de bosques tropicales que se elevan hasta 4.800 m, por donde
corren los ríos Palcazu, Huancabamba y Pozuzo y sus afluentes, en el que
habitan comunidades nativas y se encuentran importantes yacimientos
arqueológicos de las culturas inca y yanesha; y el de Bahuaja-Sonene, por
ultimo, que está ubicado en gran parte en el departamento de Madre de Dios
e incluye los bosques tropicales de Puno, las pampas del Heath y un sector de
la Zona Reservada Tambopata-Candamo.
Las reservas nacionales, áreas de protección y propagación de la fauna
silvestre, son la de Pampa Galeras - Barbara D’Achille, en el departamento de
Ayacucho, dedicada a la vicuña; Junín, en el departamento homónimo, de
protección del ecosistema y biodiversidad del lago Junín; Paracas, en el
departamento de Ica, de conservación de los ecosistemas marinos y
protección del patrimonio histórico-cultural; Lachay, en el departamento de
Lima, de restauración y protección del ecosistema de las Lomas de Lachay;
Pacaya-Samiria, en el departamento de Loreto, de conservación de los
ecosistemas de la selva baja y promoción de las poblaciones nativas; Salinas y
Aguada Blanca, en los departamentos de Arequipa y Moquegua, de
conservación de la flora, fauna y formaciones paisajísticas; Calipuy, en el
departamento de La Libertad, de atención a las poblaciones de guanacos, y
39
Perú General

Titicaca, en el departamento de Puno, de conservación de los ecosistemas y


paisajes del lago del mismo nombre.
Las demás unidades de protección y conservación de la naturaleza y del
patrimonio histórico-cultural son los santuarios nacionales de Huayllay,
Calipuy, Lagunas de Mejía, Ampay, Manglares de Tumbes y Tabaconas
Namballe; los santuarios históricos de Chacramarca, Pampas de Ayacucho y
Machu Picchu; los bosques nacionales de Biabo Cordillera Azul, Mariscal
Cáceres, Pastaza-Morona-Marañón y Alexander von Humboldt; los bosques de
protección de Aledaño Bocatoma del Canal Nuevo Imperial, Puquio Santa
Rosa, Pui-Pui, San Matías-San Carlos, Alto Mayo y Pagaibamba; la reserva
comunal de Yanesha; los cotos de caza de Sunchubamba y El Angolo, y las
zonas reservadas de Manu, Laquipampa, Apurimac, Pantanos de Villa,
Tambopata-Candamo, Batan Grande, Algarrobal El Moro, Tumbes, Gueppi,
Chancaybanos y Aymaru Lupaca. Estas distintas unidades de protección,
conservación e investigación que configuran el mapa ecológico peruano son
un fiel reflejo de la extraordinaria riqueza biológica y del patrimonio histórico-
cultural que hacen del Perú una de las regiones culturales privilegiadas del
mundo.

HISTORIA

Las primitivas culturas


El territorio de la actual República del Perú constituyó el núcleo del
Tahuantinsuyo, el poderoso imperio de los incas, y tras la conquista española,
el más grande de los virreinatos españoles de América, cuyas riquezas
contribuyeron a alimentar no pocas leyendas.
Habitado desde hace unos 20.000 años, según los restos de industrias
líticas hallados en las cuevas de Piquimachay (Ayacucho), por grupos de
cazadores y recolectores (Chivateros, Lauricocha, Paijan, Toquepala), el
territorio peruano fue el solar de varias culturas primitivas, cuyas más antiguas
organizaciones sociales aparecieron hacia el 6000 a.C. en la costa (Chilca y
Paracas) y en la sierra (Callejón de Huaylas). Unos 3.000 años más tarde, la
sedentarización (Kotosh, Huaca Prieta) dio lugar al cultivo del maíz y del
algodón y a la domesticación de algunos animales. Al poco tiempo, siguieron
el hilado y los tejidos de algodón y lana, se iniciaron los trabajos de cestería y
se fabricaron las primeras cerámicas.
Las primeras y más evolucionadas civilizaciones andinas, como las de
Chavín -considerada por el arqueólogo Julio C. Tello como la «cultura matriz
del Perú»-, Paracas, Mochica, Nazca, Tiahuanaco, Wari y Chimu tuvieron su
punto de arranque hacia el siglo XIII a.C. Estos pueblos, en distintos y
sucesivos periodos, y como consecuencia de un sostenido y complejo proceso
cultural, desarrollaron las técnicas de cultivo, la orfebrería, la cerámica, la
metalurgia y el tejido y conformaron organizaciones sociales, que terminaron
por sustentar, hacia el siglo XII de la era cristiana, la magnífica civilización
inca.
40
Perú General

El imperio de los incas


Desde su centro administrativo, político y militar, localizado en el Cuzco,
los incas crearon el más vasto y poderoso imperio de la América precolombina.
El Tahuantinsuyo, que a principios del siglo XVI había alcanzado su máxima
extensión, dominaba un territorio que comprendía, de norte a sur, desde el
actual Ecuador y parte de Colombia hasta el centro de Chile y el noreste de
Argentina, y de oeste a este, desde Bolivia hasta las selvas amazónicas.
Estaba organizado en una confederación centralizada de señoríos, con una
sociedad estratificada, cuya cabeza era el Inca, y sostenido por una economía
basada en la propiedad colectiva de la tierra. De hecho, el imperio incaico
estaba concebido como un ambicioso y audaz proyecto civilizador, sobre la
base de un pensamiento mítico, en el que la armonía de las relaciones entre el
ser humano, la naturaleza y los dioses era esencial. Por esta razón, desde la
perspectiva racionalista europea, el incario ha sido visto como la concreción de
la utopía, y su espectacular derrumbe ante un puñado de soldados españoles,
como la consecuencia lógica de la superioridad tecnológica de estos, que
aprovecharon la guerra civil incaica desencadenada por dos pretendientes al
trono. Sin embargo, esta interpretación pragmática tiende a olvidar los
devastadores efectos que en la armonía de la cosmovisión incaica produjo la
soberbia colisión entre dos cosmovisiones antitéticas.

El Perú colonial
Atraídos por las noticias de un rico y fabuloso reino, en 1531, Francisco
Pizarro y sus hermanos arribaron al país, que denominaron Perú, voz que
-según Porras Barrenechea- «no es quechua ni caribe, sino indohispana o
mestiza». En esos momentos, el incario se hallaba sumido desde hacia cinco
años en una guerra por el poder, que enfrentaba a los príncipes Huáscar y
Atahualpa. Aprovechando esta contingencia, Pizarro llevó a cabo un golpe de
mano cuya audacia sólo es equiparable a las consecuencias que del mismo se
derivaron. El 16 de noviembre de 1532, en el curso de una celebración de los
nativos en Cajamarca, el español apresó por sorpresa al inca Atahualpa,
provocando con ello una gran consternación entre los indígenas y
condicionando el curso futuro de la lucha.
Durante cierto tiempo, Pizarro mantuvo la autoridad del inca,
reconociendo como tal a Tupac Hualpa, pero los abusos de los conquistadores
hicieron inviable esta ficción, y la dominación española se fue consolidando, a
medida que las sucesivas rebeliones indígenas eran continua y
sangrientamente reprimidas.
No obstante la pugna por el poder que enfrento a Pizarro y Diego de
Almagro, y que origino una interminable guerra civil, los españoles no
descuidaron el proceso colonizador, uno de cuyos actos más significativos fue,
en enero de 1535, la fundación de Lima, desde la cual se organizaron las
instituciones políticas y administrativas. La necesidad de consolidar la
autoridad real sobre estos territorios, condujo a la creación de la Real
41
Perú General

Audiencia, pocos años después, y más tarde, en 1542, del virreinato de Nueva
Castilla, que poco después pasaría a llamarse virreinato del Perú. Sin embargo,
el virreinato del Perú no se organizo, en realidad, hasta la llegada del virrey
Francisco de Toledo, en 1572, quien acabó con el estado indígena de
Vilcabamba, ajusticiando al inca Tupac Amaru, y promovió el desarrollo
económico a partir del monopolio comercial y de la extracción de minerales,
sobre todo, de las minas argentíferas de Potosí, valiéndose de la institución
inca de la mita para someter a una inhumana explotación a las comunidades
aborígenes.
A pesar de haberse convertido en el más rico y poderoso virreinato
español de América, en el siglo XVIII, la creación de los virreinatos de Nueva
Granada y del Río de la Plata, a expensas de su territorio, la liberación del
comercio, que desplazo el centro comercial de Lima a Caracas y Buenos Aires,
y el declive de la producción minera y textil determinaron su progresiva
decadencia, que creo el clima favorable para que las ideas emancipadoras
hicieran mella entre los criollos.

El Perú independiente
La crisis económica favoreció la rebelión indígena de 1780 a 1781,
encabezada por Tupac Amaru II, y al sumarse la invasión napoleónica a la
península Ibérica y la degradación del poder de la Corona, surgen los
alzamientos criollos de Huanuco, en 1812, y Cuzco, entre 1814 y 1816, que
defendían los principios liberales sancionados por la Constitución de Cádiz de
1812.
Sostenido por el poder de la oligarquía criolla, el virreinato del Perú se
convirtió en el último reducto del dominio español en América del Sur, hasta
que sucumbió, finalmente, tras las decisivas campanas continentales de Simón
Bolívar y José de San Martín. Este ultimo, que había desalojado a los realistas
de Chile después de la soberbia gesta de los Andes, y desembarcado en
Paracas en 1819, proclamo en Lima la independencia del Perú el 28 de julio de
1821. Tres años más tarde, el dominio español quedaba definitivamente
liquidado, tras las batallas de Junín y Ayacucho.
El conflicto de intereses que enfrentaba a los distintos sectores de la
sociedad criolla, y las particulares ambiciones de los caudillos, dificultaron
sobremanera la organización del país, hasta tal punto que solo tres civiles,
Manuel Pardo, Nicolás de Pierola y Francisco García Calderón, pudieron
acceder a la presidencia en los primeros setenta y cinco años de vida
independiente.
Tras la escisión, en 1825, del Alto Perú, que dio lugar a la creación de la
República de Bolivia, y la formación con esta, en 1837, de la Confederación
Perú-boliviana -que se disolvió dos años más tarde, a raíz de la intervención
militar chilena-, Perú iniciaba a mediados del siglo XIX, bajo la hegemonía
caudillista del general Ramón Castilla, un periodo de estabilidad política y
económica. El agotamiento del guano de isla, principal fuente de divisas, y la
guerra del Pacifico con Chile, por la disputa de los salitrales de Tarapaca,
42
Perú General

provocaron la quiebra económica y activaron la agitación social y política del


país.
Al caudillismo militar surgido de la derrota bélica y del colapso
económico, se opuso el movimiento civilista encabezado por Nicolás de
Pierola, que llego al poder con la revolución de 1895. El carácter reformista de
la dictadura de Pierola tuvo continuidad en la de Augusto B. Legua, durante
cuyos períodos de gobierno (1908-1912 y 1919-1930, este ultimo conocido
como El Oncenio), se generalizo la entrada de capitales estadounidenses y se
favoreció a la burguesía. Semejante política, junto con el aumento de la
dependencia de los capitales foráneos, contribuyeron a generar focos de
oposición, tanto entre la oligarquía terrateniente como en los sectores más
progresistas de la sociedad peruana. Entre estos últimos, cabe destacar la
constitución de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA),
movimiento nacionalista, populista y antiimperialista encabezado por Víctor
Raúl Haya de la Torre, en 1924, y la creación del partido comunista, cuatro
años más tarde, liderado por José Carlos Mariátegui.
Tras la crisis mundial de 1929 se sucedieron numerosos gobiernos
breves. El aprismo tuvo la oportunidad de propiciar reformas del sistema
mediante la acción política, pero no tuvo éxito. Por esta época se inicia un
vertiginoso crecimiento poblacional y un incremento de la urbanización. El
general Manuel A. Odria implanta un gobierno dictatorial que se prolonga por
ocho años (1948-1956) y que finaliza en medio de incesantes rebeliones
agrarias. Estas y el creciente auge de la guerrilla izquierdista -a partir de 1963
aproximadamente- resultaron obstáculos insalvables para el intento reformista
del primer gobierno de Fernando Belaunde Terry. En semejantes
circunstancias, en 1968, se produjo el golpe de Estado del general Juan
Velasco Alvarado. El carácter populista y nacionalista que este imprimió a su
régimen terminó por entrar en conflicto con los intereses del capital extranjero
y de la oligarquía local, que en 1975 promovieron el golpe del general
Francisco Morales Bermúdez. A partir de entonces, la crisis provocada por el
aumento imparable de la deuda exterior condicionó la acción de los sucesivos
gobiernos peruanos, que se vieron impotentes para detener el progresivo
empobrecimiento de la población así como también el incremento de las
operaciones del narcotráfico, de las acciones terroristas de Sendero Luminoso
y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. Ni Belaunde Terry; entre 1980
y 1985, ni Alan García, entre 1985 y 1990, tuvieron éxito con sus planes
económicos y sociales. En un clima de caos y violencia generalizados, en 1990
se produjo la sorprendente victoria electoral de Alberto Fujimori quien, una
vez en el poder, clausuro el Congreso y convoco a un referéndum para
elaborar una nueva Constitución (1992). Con el apoyo del Ejercito y de los
organismos financieros internacionales impuso un riguroso plan de reajuste
económico, a la vez que combatía con eficacia el narcotráfico y el terrorismo
senderista; sus logros en estos aspectos le permiten ser reelegido en 1995.

43
Perú General

CULTURA
La creación artística peruana
El extraordinario patrimonio cultural del Perú tiene su origen en las
soberbias civilizaciones andinas que surgieron en su territorio antes de la
llegada de los españoles. Los tesoros arqueológicos peruanos son fehacientes
testimonios de la existencia de un poderoso impulso civilizador, que se
desarrollo sin contacto con otras culturas extracontinentales.
Las primeras manifestaciones artísticas que reflejan un alto grado de
evolución intelectual y tecnológica son las piezas halladas en los yacimientos
de Chavín de Huántar y Cupisnique, datadas entre los siglos IX y IV a.C. Se
trata de un arte simbólico y religioso, que abarca la orfebrería de plata y oro,
la cerámica, la arquitectura y la escultura en piedra. Entre los siglos VIII a.C. y
I d. C., se desarrollaron las culturas llamadas de Paracas Cavernas y Paracas
Necrópolis, que produjeron, respectivamente, una bella cerámica policroma
con representaciones religiosas y una cerámica monocroma, y tejidos de
delicada y compleja factura.
En el período comprendido entre los siglos III a.C. y VII d.C., se
desarrollaron las culturas urbanas Mochica, en Lambayeque, y Nazca, en el
valle del río Grande, en Ica. Tanto en la primera, en la que sobresalen las
magníficas Huacas del Sol y de la Luna y la Rajada de Sipan, como en la
segunda, hay que destacar el cultivo en terrazas y la ingeniería hidráulica, así
como una de las más originales producciones cerámicas, textiles, pictóricas y
escultóricas del ámbito andino.
La civilización Wari, entre los siglos VIII y XII, asentada en Ayacucho,
fue la primera en definir un trazado urbano racional, concepto que se
expandió a zonas como Pachacamac, Cajamarquilla, Wari Willca y otras;
mientras que la de Tiahuanaco, que se desarrollo a orillas del lago Titicaca,
entre los siglos IX y XIII, introdujo la arquitectura y la escultura lítica de tipo
monumental, gracias al descubrimiento del bronce, que permitió fabricar las
herramientas necesarias, y el urbanismo militar.
El perfeccionamiento de la arquitectura urbana fue debido al pueblo
Chimu, que entre los siglos XIV y XV construyó en el valle del río Moche, en La
Libertad, la ciudad de Chan Chan. Los chimu fueron asimismo hábiles orfebres
y realizaron obras notables de ingeniería hidráulica.
La civilización inca, que incorporo gran parte del legado cultural de los
reinos que la precedieron, ha dejado importantes testimonios; ciudades como
el Cuzco, restos arquitectonicos como Sacsayhuaman y Machu Picchu, y
caminos empedrados que unían al Cuzco con los cuatro puntos cardinales del
Incario. La llegada de los españoles, como es obvio suponer, desplazó no sin
violencia las concepciones artísticas nativas, si bien en muchos casos se
produjeron enriquecedores mestizajes. De hecho, la arquitectura peruana es la
conjunción de estilos europeos sometidos al influjo de la imaginería indígena.
Tras el inicial período renacentista, dos de cuyos ejemplos más notorios son la
catedral e iglesia de Santa Clara de Cuzco, el mestizaje alcanzo su más rica
expresión en el barroco, que tiene en el convento de San Francisco de Lima, la
44
Perú General

iglesia de la Compañía y la fachada de la Universidad de Cuzco y, sobre todo,


las iglesias de San Agustín y Santa Rosa de Arequipa sus más bellos
exponentes.
La guerra de independencia dejó un vacío creativo, que el neoclasicismo
de inspiración francesa apenas pudo llenar. Así como el siglo XX, en general,
se caracterizaría por el eclecticismo, al que se ha opuesto el funcionalismo
constructivo, cuyo más acabado ejemplo es la plaza San Martín de Lima.
La escultura y la pintura peruanas comenzaron a definirse a partir de los
talleres fundados por religiosos fuertemente influidos por la escuela barroca
sevillana. En este marco se inscriben la silleria del coro de la catedral, la
fuente de la plaza de armas de Lima y gran parte de la producción colonial.
El mestizaje artístico fue más intenso en la creación pictórica, que
recogió sin ambages la herencia nativa y materializó sin cisuras la continuidad
histórica, como se observa en el retrato de Atahualpa prisionero, de D. de
Mora, o en los lienzos de los italianos Pérez de Alesio y A. Medoro, los
españoles F. Bejarano y J. de Illescas y el criollo J. Rodríguez.
Durante los siglos XVII Y XVIII, el barroco también dominó el campo de
la plástica, hasta que en el siglo XIX las corrientes neoclásicas y románticas
francesas encontraron en L. Montero, I. Merino y F. Masías a sus mejores
representantes.
Ya en el siglo XX, la fundación de la Escuela de Bellas Artes de Lima
(1919) imprimió el impulso decisivo a la escultura y la pintura peruanas. En
escultura son destacables los nombres de L. Agurto, L. Valdettaro, J. Roca
Rey, J. Piqueras, A. Guzmán, V. Delfín y F. Sánchez y, entre los pintores, D.
Hernández, R. Grau, C. Quispez Asin y J. Sabogal. Este último encabezó el
movimiento indigenista, uno de los pilares de la pintura peruana
contemporánea, cuyos nombres más representativos son los de F. de Szyszlo,
A. Dávila, A. Villegas, S. Springett, V. Humareda, M. A. Cuadros, A. Chávez, M.
Cajahuaringa, A. Kubotta, V. Shinki, A. Quintanilla, G. Chávez, T. Tsuchiya, D.
Herskowitz, O. Allain y C. Revilla

La creación literaria
En la historia de la literatura peruana confluyen la tradición oral indígena
y los recursos técnicos de la escritura incorporados por los españoles. Sobre
esta base, desde el principio, fue posible recoger y expresar las diferentes y
complejas realidades culturales que entraron en colisión a raíz de la conquista.
La literatura quechua y aimara era de transmisión oral y estaba
vinculada a los ritos religiosos, agrarios, amorosos, festivos o funerarios,
características que pasaron a ciertas formas de la poesía o de la prosa, como
se observa en las primeras crónicas históricas debidas al Inca Garcilaso de la
Vega (Los Comentarios reales) o a F. Guamán Poma de Ayala (La Nueva
Crónica y Buen Gobierno) y en la identificación entre los yaravíes y la poesía
patriótica y romántica, uno de cuyos cultivadores más destacados fue M.
Melgar.

45
Perú General

La hegemonía de la oligarquía criolla en la sociedad peruana, más tarde,


favoreció el abandono de las formas indígenas en favor de las europeas.
Surgieron entonces los neoclásicos, entre los que sobresalieron en particular
M. Ascensio Segura y F. Pardo Aliaga, que se mantuvieron casi hasta el final
del siglo XIX, cuando se impuso la corriente romántica, a través de las obras
de C. A. Salaverry y J. A. Márquez, entre otros. La crisis general derivada de la
guerra del Pacífico dio lugar al modernismo de J. Santos Chocano y J. M.
Eguren. Tras ellos, irrumpieron con fuerza las corrientes de vanguardia,
impulsadas desde las revistas Colónida y Amauta, esta última fundada en 1926
por J. C. Mariátegui, y entre cuyos colaboradores se hallaba César Vallejo.
Mientras renacía el indigenismo en la poesía de L. F. Xammar, las vanguardias
se fragmentaban en distintas propuestas líricas, como las de X. Abril, A.
Hidalgo, S. Salazar Bondy, C. G. Belli, y otros, y abrían nuevos y diversos
campos expresivos.
La prosa peruana, en el siglo XIX, discurrió por los senderos del
costumbrismo de M. Ascensio Segura y R. Palma, y del modernismo de M.
González Prada y J. S. Chocano. Ya en el siglo XX, la prosa indigenista alcanzó
algunos de sus momentos culminantes con C. Alegría y J. María Arguedas, en
cuya estela se situaron S. Salazar Bondy, M. Scorza y J. R. Ribeyro. Sin
abandonar el enfoque realista, M. Vargas Llosa y A. Bryce Echenique
incorporaron nuevas técnicas narrativas. Nombres destacados en poesía son E.
A. Westphalen, J. E. Eielson, C. G. Belli, A. Cisneros, W. Delgado, M. Martos,
C. Olle y en narrativa M. Gutiérrez G. Martínez, A. Cueto, G. Niño de Guzmán,
entre otros.

Expresiones folklóricas
Las culturas andinas peruanas prehispánicas fueron especialmente
dadas a las expresiones artísticas musicales; de hecho, casi todos los trabajos
agrícolas comunales estaban acompañados de música y cantos (llamados
genéricamente en quechua: taqui). De otro lado, la diversidad étnica del
antiguo Perú hizo coexistir diversas tradiciones y costumbres, que perdurarían
a través del tiempo y serian fuertemente determinantes del rico desarrollo del
folklore peruano poshispánico.
Así, en la actualidad, las diferentes manifestaciones musicales (danza y
canción), las fiestas populares (religiosas o no), la artesanía, la gastronomía y
otras actividades (que varían según las regiones) son importantes expresiones
del patrimonio cultural peruano y latinoamericano.
Los músicos andinos prehispánicos utilizaban especialmente los
instrumentos aerófonos (de viento), como la quena, el pinkillo, el erke, la
antara o siku (también llamada zampoña), el pututo o pototo, etc., y diversos
membranófonos como la tinya (tambor de mano), las pomatinyas -hechas de
piel de puma-, y las runatinyas -de piel humana-, usadas en las batallas; y el
wankar, de grandes dimensiones.
Con la conquista española llegaron también arpas, guitarras, vihuelas,
bandurrias, laudes, etc., de los que surgieron instrumentos andinos mestizos
46
Perú General

aun hoy plenamente vigentes, como el arpa andina y el charango, cuya caja
se hace con el caparazón del armadillo.
El mestizaje cultural no se limitó al contacto de las culturas indígenas y
europeas; el aporte africano de los esclavos se evidenció en ritmo e
instrumentos de percusión. Esta influencia es visible en formas musicales
como el festejo, la zamacueca, etc.
Entre las danzas de origen nativo predominan las relacionadas con el
trabajo agrícola, la caza y la guerra, algunas coreografías muestran cierta
influencia cristiana. Dos de las más representativas danzas andinas son la
kashua, de carácter comunal, que suele bailarse grupalmente en el campo o
en espacios abiertos, y el wayno o huayno, danza «de salón» que se baila en
parejas y en espacios cerrados. También son de origen andino el yaraví y el
triste, canciones con letras usualmente muy sentimentales.
Danzas de carácter ritual son el achocallo, la pinkillada, la llamerada
(que imita el andar de las llamas), la kullawada (de las hilanderas), etc. Entre
las danzas propiciatorias de la caza pueden mencionarse las denominadas llipi-
puli y choq’elas, vistosas danzas altiplánicas relacionadas con la cacería de la
vicuña.
Como danzas de guerra podemos enumerar el chiriguano, de origen
aimara; el chatripuli, que satiriza a los soldados realistas españoles, y el
kenakenas, referente a los soldados chilenos que ocuparon el Perú durante la
guerra del Pacifico (1879). Cabe asimismo mencionar las danzas de carnaval,
fiesta occidental que en los Andes peruanos coincide con la época de
cosechas; muchas comunidades campesinas celebran entonces con
ancestrales ritos y danzas mestizas la iniciación de los jóvenes,
estableciéndose muchas veces nuevas parejas.
La danza amorosa peruana más vistosa y conocida internacionalmente
es la marinera norteña, que representa el galanteo de un hombre a una joven.
Existen variantes locales de esta danza en Lima y otras regiones del país.
Las fiestas populares, producto de las tradiciones y leyendas de cada
pueblo, reúnen música, danzas, comidas y bebidas típicas. Además de las
fiestas religiosas, como la Navidad, el Corpus Christi o Semana Santa, hay
otras que expresan el sincretismo de las creencias autóctonas con las
cristianas, como las ferias de las alasitas (palabra aimara que según algunos
estudiosos significaría «comprame») que combina una feria de artesanías y
miniaturas con bailes, comidas y una misa; o la peregrinación del Q’oyllor-riti
(Cuzco), que integra el antiguo culto a los apus (divinidades tutelares de las
montañas) con una peregrinación a un santuario cristiano, en una caminata
hasta una cumbre nevada de más de 5.000 msnm.
Entre las artesanías más difundidas en el Perú tenemos la cerámica, ya
sea artística o utilitaria, el tallado, la platería, el repujado de cueros, el tejido
en paja, y por supuesto la textilería, destacando los coloridos tejidos en lana
de alpaca.
La gran variedad de alimentos, como maíz, tomate, papas, uchu o ají,
oca, olluco, palta (aguacate), frutas como chirimoya, lúcuma y pina (ananás),
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Perú General

y de animales como las tarucas (venados), llamas y cuyes, dio lugar, al


combinarse las tradiciones culinarias americanas, europeas y moriscas, a la
aparición de nuevas comidas y modos de prepararlas.
Las sucesivas llegadas de los africanos y los chinos influyeron también
en el desarrollo de la cocina criolla, actualmente variada y suculenta. Entre los
platos más típicos de la culinaria peruana figuran el cebiche (pescado y
mariscos marinados en jugo de limón), el chupe (sopa) de camarones, los
anticuchos (corazón de res asado en brochetas), el olluco con charqui, la
pachamanca andina (carnes, tubérculos y habas cocidos en horno de piedras),
el lomo saltado (carne salteada con tomate y cebolla, servido con papas fritas
y arroz) de influencia china, y el picante de cuy. Las viandas pueden
acompañarse de típicas bebidas como la chicha de jora (maíz tierno y secado
al sol), de muy baja graduación alcohólica; también se preparan chichas de
maíz morado o de maní, refrescantes y sin ningún contenido alcohólico.
Referencia: GRAN ENCICLOPEDIA DEL PERU - LEXUS

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