Sunteți pe pagina 1din 73

EL PREÁMBULO

Y ALGO MÁS
Carlos Antonio Valbuena España
El preámbulo y algo más

EL PREÁMBULO Y ALGO MÁS


@ Carlos Antonio Valbuena España

1° Edición digital. Septiembre, 2014.

Reservados todos los derechos.


Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización del autor y del
editor.

ISBN:

Fotografía de la Cubierta: Juan Manzano.


Diseño y diagramación: Juan Manzano.

Valencia – República Bolivariana de Venezuela.

Carlos Antonio Valbuena España


2
El preámbulo y algo más

CONTENIDO

Prólogo……………………………………………………………………………………………………….. 4
PARTE I – Ensayos
El preámbulo……………………………………………………………………………………………..….. 7
Los mensajeros……………………………………………………………………………………..………. 14
Verdades………………………………………………………………………………….…………..……… 20
Actitudes…………………………………………………………………………………….………..………. 21
Sueños……………………………………………………………………………………….………..……… 22
PARTE II – Textos poéticos
Apertura……………………………………………………………………………………………………….. 24
Atardecer……………………………………………………………………………………………………… 25
Azul del cielo…………………………………………………………………………………………………. 26
Blanco de esperanza………………………………………………………………………………...……… 27
Con el fuego, la sonrisa…………………………………………………………………………………….. 28
De nuevo, el silencio………………………………………………………………………………………… 29
Desde la época del juego…………………………………………………………………………………… 30
Un ángel………………………………………………………………………………………………………. 31
El cristal……………………………………………………………………………………………………….. 33
El mar en el cielo…………………………………………………………………………………………….. 34
Elevación de la vida en esencia……………………………………………………………………………. 35
Encuentro……………………………………………...……………………………………………………… 36
Entre mis brazos……………………………………………………………………………………………... 37
Mujer…………………………………………………………………………………………………….……... 38
Incondicional…………………………………………………………………………………………….……. 39
La flor del amor………………………………………………………………………………………….…… 40
La noche………………………………………………………………………………………………………. 41
La princesa……………………………………………………………………………………………………. 43
La puerta……………………………………………………………………………………………….……… 44
Lluvia…………………………………………………………………………………………………………... 46
Luna………………………………………………………………………………………………….………… 47
Luz en mi vida………………………………………………………………………………………………… 48
Metamorfosis…………………………………………………………………………………………………. 49
Mirada………………………………………………………………………………………………………….. 50
Padre santo…………………………………………………………………………………………………… 51
Poesía……………………………………………………………………..……………................................ 52
Por siempre……………………………………………………………..………………...…………….…….. 53
Punto final……………………………………………………………..…………………………...…………. 54
Silencio……………………………………………………………..……………..………………..…………. 55
Tu horizonte…………………………………………………..……………………..……………..…………. 56
Una bendición……………………………………….……….……………………………………..………… 57
Una palabra……………………………………….….……………………………………………..………… 58
Valoración…………………………………………………………………………………………..…….…… 59
Virtudes………………………………………………………………………………………………..…...….. 60
PARTE III . Textos narrativos
Nacido vivo…………………………………...………………………………………………………..……… 62
Estado de emergencia……………………………………………………………………………..……....... 65
Para fortalecer el corazón………………………………………………………………………….……….. 68
Palabras de cierre…………………………………………………………………………….…………….... 71

Carlos Antonio Valbuena España


3
El preámbulo y algo más

PRÓLOGO

La literatura subyace en la esencia de los seres humanos. Forma


parte de la formación del individuo desde sus primeros años e, incluso, antes
de nacer. Cada evento de la vida que genera un recuerdo, se cristaliza en
una imagen que, primero perdura en la mente y, posteriormente, puede
transmutarse a las letras por medio de la expresión escrita.

Los eventos y las experiencias que la vida nos ofrece perduran gracias
a la memoria y ésta se hace perpetua en los textos escritos que dejan
constancia de las impresiones y de las situaciones que hemos
experimentado con el paso de los años.

En este libro se encuentra plasmado un conjunto de bocetos que se


matizan y se funden en los límites de la realidad y de la ficción, a través de
las licencias que la literatura ofrece al ser pensante, quien decide ofrecer su
visión del mundo a través de las letras. Es así como Valbuena España
presenta profundas reflexiones sobre temas libres de interés general y
plasma, a través del ensayo, una posición subjetiva que podría convertirse
en motor recursivo de otras producciones y que se quedarán en la mente de
los lectores como propuestas de amplio espectro para pensar o posibilidades
de discusión intrínseca para cambiar.

Posteriormente, se ofrecen muestras poéticas con lenguaje diáfano,


cargado de imágenes densas que reflejan un acercamiento al romanticismo
postmoderno en el que el ser y el entorno se vuelven a encontrar para
fundirse en una sola realidad. Las imágenes apuntan al camino y a la
experiencia. En el largo camino de los días encontramos pequeños detalles
ante los cuales hay que detenerse. Valbuena los encuentra, se detiene ante
ellos, los internaliza, los modifica, los poetiza y los devuelve en forma de
textos que reconstruyen una realidad cargada de verdad entre los senderos
de la ficción.

La experiencia del autor se cristaliza también en crónicas que relatan


parte de lo que se ha sido testigo en el servicio a la salud del prójimo. Los
relatos de cierre que aparecen en este libro emergen como una necesidad de
compartir la magia del mundo que se eleva como niebla ante nuestros ojos
en el quehacer que a todos podría parecernos común y rutinario. Disfrutemos

Carlos Antonio Valbuena España


4
El preámbulo y algo más

de este texto: El preámbulo y algo más. Abramos la puerta de la literatura y


entremos. Vivamos y vibremos con estos ensayos, con estos poemas, con
estas historias que forman parte de la existencia y que, de una u otra forma,
a todos nos tocan porque somos parte del mundo.

Juan Manzano Kienzler


Profesor de Literatura venezolana e
iberoamericana. Universidad de Carabobo.

Carlos Antonio Valbuena España


5
El preámbulo y algo más

PARTE I
ENSAYOS

Carlos Antonio Valbuena España


6
El preámbulo y algo más

El preámbulo
"Gracias por permitirme y darme el
honor de continuarme en ti y a
través de ti, por regalarme tu cuerpo
para ser creador y ser eterno a
través de ti. Gracias mujer hermosa
en todo y por todo". Anónimo.

Después de muchos años de observación y de análisis, basado en la


experiencia personal y profesional, he llegado a la conclusión de que no
existe una forma específica, directa, un manual que permita desarrollar el fino
y bello arte de hacer el amor con una mujer. Parece fácil, pero no lo es.

Pienso y estoy seguro de que la mayoría de los fracasos maritales


tienen un denominador común que guarda relación con la incapacidad del
hombre, como pareja, de llenar todas las expectativas de la mujer, hecho
común basado en la sociedad contemporánea, donde reina el machismo y la
satisfacción unilateral.

Algo importante de señalar es que el acto en sí de hacer el amor es el


producto final, donde por fuera de la habitación todo funciona a la perfección.
Sólo quiero con esto mostrar de manera práctica, sencilla y didáctica la mejor
forma de cultivar la esencia del amor.

Importante: una vez que se cierra la puerta de la habitación, somos


libres, espontáneos y sin condiciones. Lo que sucede en ese momento se
queda en ese lugar. Comencemos. Alto. Calma. Relájate, besa, besa con
pasión, bésala mucho. Comienza en forma suave, en la boca, besos tiernos,
no hay prisa. Fija tu mirada en sus ojos, di lo que sientes sin hablar, sólo

Carlos Antonio Valbuena España


7
El preámbulo y algo más

mirada. Abrázala fuerte, muy fuerte que su cuerpo se introduzca dentro de ti.
Error: no te apresures, no le quites la ropa, hay tiempo, mucho tiempo; son
libres en la habitación. Ahora bien, concentra tus besos en el rostro, su boca,
mejillas, ojos, cejas, frente; puedes usar la lengua o sólo besos sencillos,
suaves, con pasión, dulces, tiernos. Repite, si es necesario, no importa el
orden, sólo cubre con tus besos todo el rostro, todo.

Luego, bésale el cuello, suave. Recuerda: todo continúa con la ropa


puesta, no se la quites ni tú tampoco. Besa sus hombros, decide por cuál
comienzas, derecho o izquierdo. Desciende, besa la axila, el brazo,
antebrazo, culmina con los dedos, besa, saborea cada uno de sus dedos,
palma de la mano. Regresa y continúa el recorrido del miembro superior
besando de la misma forma como descendiste. Asciende. Besa la axila, de
nuevo el hombro, cuello y realiza la misma operación en el otro miembro
superior.

Es el momento de... ¡No! Todavía no le quites la ropa. Es el momento


de acostarse en la cama. Primero, boca arriba. Besa su pecho por encima de
la ropa. Todo: derecho, izquierdo. Sigue descendiendo. Besa su abdomen,
costados o flancos. Desciende. Besa su ombligo. Pasa tu lengua con besos
suaves en sus genitales, todavía sin desvestirla. Sigue, desciende, besa el
muslo, rodilla, pierna, pies saborea sus dedos. Es el momento de aclarar
algo: se vale, entre los besos, morder suave, observarla a los ojos, leer lo
que siente, lo que piensa sobre lo que haces. Puedes hablar, propicia que
ella diga algo, aunque eso no es importante; el corazón, el alma y el espíritu
que residen en el cuerpo, hablan por sí solos. Luego, sube, besa el miembro
inferior en sentido ascendente, de un solo lado.

Carlos Antonio Valbuena España


8
El preámbulo y algo más

Al llegar a la altura de su pelvis, sólo realiza un leve recorrido. Besa,


saborea, pasa la lengua, muerde suave, mira su rostro. No te apresures,
recuerda la otra pierna. Realiza las mismas acciones: desciende y asciende.
Sube y baja.

De nuevo arriba, a nivel pélvico, de sus genitales, obsérvala. Siente lo


que piensa. ¿Llegó el momento? ¡No!

Sigue besando su abdomen, su pecho. Llega al cuello. Besa, besa, no


te detengas, el mentón, los labios, muérdelos suavemente, su lengua.
Saboréala, siente y haz sentir. Sigue, besa todo su rostro, su cabello, un
beso en la frente. Expresa toda tu ternura.

Ahora, sí están preparados; pero para que ella, se dé vuelta, pídele


que se acueste boca abajo. Recuerda que todavía tiene la ropa puesta.
Comienza en su cuello posterior, besa: es libre, gratis, sencillo. Sigue, suave,
lento, con pasión, desciende, besa el dorso, todo. Desciende a la parte baja
de la espalda, región dorsal completa. El tiempo en cada lugar especifico, no
existe, eso lo decides tú. Observa en ella donde experimente más placer,
concentra, disfruta y haz disfrutar.

Continuamos el descenso, llega a sus glúteos, bésalos, muérdelos,


suave. Sigue bajando hacia la parte posterior de cada miembro. Tú decides
por cuál, derecho o izquierdo, lo básico y lo primordial, es que no quede
nada, sin que sea explorado, besado.

Repite el acto, similar a la parte anterior de sus hermosas piernas. Me


refiero a ellas en conjunto. Baja, sube, vuelve a bajar: sus pies, sus dedos,

Carlos Antonio Valbuena España


9
El preámbulo y algo más

todo. No dejes nada por fuera. Explora su cuerpo, con mucha pasión, de
nuevo en el ascenso, llega a sus glúteos, bésalos, continúa, sube, espalda,
dorso, cuello posterior. Besa, besa, hazla sentir. Listo llegó el momento, sí
están preparados; pero no para hacer el amor aún. Falta mucho para llegar a
concretar esta sublime manifestación de entrega.

Ahora bien, ya es el momento para despojarse de la ropa, tú no. A


ella. Eres un caballero. Sigue besándola en la boca, súbele y quítale la parte
de arriba, suave, lento, pausado, obsérvala. Comienza de nuevo a explorar
su cuerpo, en este momento, desciende desde su boca, a su pecho, sin
haberle quitado la parte de arriba de sus prendas intimas. Sí, no le quites el
sostén todavía. Sólo continúa besándola. Aprecia y disfruta sus senos, tuyos
también. Bésala a través del sostén, levanta los bordes suavemente con los
dientes. No uses las manos.

Eleva el sostén. Besa, muerde suavemente todo su hermoso, delicado


y contorneado busto. Repite la operación, recuerda son dos, sin quitarle la
prenda. Desciende a su abdomen, besa, muerde, suave, lentamente, con
delicadeza, el borde de las costillas, ombligo, costados, todo su vientre.
Detente y contempla la belleza de su piel en la zona. Continúa, llega a sus
genitales. Recuerda que aún tiene algo de ropa. Quítale el pantalón, con
detalles, sé cuidadoso, lento, no te apresures. Luego, besa sus genitales a
través de lo que ella se haya colocado para ti. Besa los genitales. Pasa tu
lengua, disfruta y hazle disfrutar. Eleva, según el caso y tipo de ropa interior,
sin quitárselo. Puedes ayudarte con las manos.

Carlos Antonio Valbuena España


10
El preámbulo y algo más

Estas acciones deben ser magistrales, suaves. Besa todo, sí, todo.
Usa la lengua, saborea, explora su clítoris con la lengua, la idea es que tenga
un orgasmo en ese momento. Calma. El tiempo es de ustedes.

¡Alto! Todavía no. No debes quitarle la prenda intima inferior.


Continúa, desciende por ambos miembros inferiores, sin ropa. Bésalos,
muérdelos suave. Repite todas las acciones descritas antes, pero ahora sin
la ropa. Regresa en forma ascendente. Detente en la vulva. Besa, sube de
nuevo al abdomen, pechos, cuello, boca, de nuevo su rostro. Llegado este
momento, están las condiciones optimas para que ella se dé vuelta y
recuerda tiene la ropa interior todavía.

¡Si! Ella se encuentra de espaldas a ti. Colócate encima de ella, sin


soportar todo tu peso. Detente, obsérvala, admira su belleza, comienza de
nuevo a besar cuello, espalda. Puedes dar un leve masaje, desde el cuello
hasta sus glúteos, todo es pausado.

Sigue besando su espalda, llega hasta la parte más baja. Muerde,


besa, eleva la prenda sin retirarla. Besa, besa, por ahí hacia lo más profundo.
El término o el color no importan. La idea es que ella se sienta amada,
adorada; que sienta.

Sigue el descenso hacia la parte posterior de sus piernas, sin ningún


obstáculo, las puedes besar, con pasión. Llega a sus hermosos pies, dedos,
bésalos, saboréalos. Recuerda: desciende por un miembro y asciende por el
otro. Sube. Llega de nuevo a sus glúteos. Tómalos, apriétalos, suavemente.
Es tuya. Sólo tócalos, siéntelos.

Carlos Antonio Valbuena España


11
El preámbulo y algo más

Continúa el ascenso. Toca su espalda, cuello, con tus manos, dedos.


Que sienta tu presencia. En este momento, ahora sí, ella se acomoda y se
coloca boca arriba, libre para ti.

Todavía tú tienes la ropa puesta. ¿Qué esperas? Quítatela de la


siguiente forma: apoyado sobre su pelvis, que ella te observe. Quítate,
despójate de la parte de arriba, lento; luego, la parte de abajo de tu ropa.
Encima de ella.

Abrázala fuerte, une tu cuerpo, tu piel, con la de ella. Bésala en la


boca, con pasión y entrega. Ahora une tu esencia con la de ella. Tu alma, tu
cuerpo, mente y espíritu, son en este momento uno solo con los de ella.
Llévala al cielo, al espacio, que viaje por el universo, por las estrellas, que
vea la luz de la luna y que siempre ella se quede en ese nivel contigo.

Llénate de ella, llénala de ti. Son libres. Todo se permite. Usa tu


imaginación. La idea fundamental es complacerla a ella. Es la reina de tu
corazón, de tu vida, que eso sea inolvidable para ella, magistral,
sencillamente mágico.

Recuerda que el producto de este amor, de entrega incondicional,


Dios lo bendice y traerá la mayor felicidad a sus vidas, será lo que permitirá
en ustedes ser más felices: un hijo o varios. Si Tienes un hijo, los tienes
todos.

Para finalizar, con esto sólo quiero despertar y orientar cuál debería
ser la forma correcta de hacer el amor, si no lo has hecho de esta manera,
sencillamente, sólo tuviste sexo y satisfacción personal, unilateral.

Carlos Antonio Valbuena España


12
El preámbulo y algo más

Un detalle importante que debemos recordar: la higiene, el aseo, la


limpieza, pulcritud, el aroma deben tomarse en cuenta para optimizar el
hermoso, espléndido, sublime, extraordinario y exquisito arte de hacer el
amor. Considera lo expuesto anteriormente y vive, vive plenamente los
dones que Dios te ha dado.

Carlos Antonio Valbuena España


13
El preámbulo y algo más

Los mensajeros
El ángel es símbolo de lo invisible,
de las fuerzas que ascienden y descienden
entre el origen y la manifestación.
Cirlot, J. (1994)

¿Existen en verdad los ángeles?

Desde la infancia, nuestros padres nos enseñaron que los ángeles


estaban presentes en el mundo y rezaban con nosotros la oración del ángel
de la guarda. Cada noche, nos mostraban la belleza y el amor de algo que
no entendíamos. Con el transcurso de los años, esta oración pudo irse
convirtiendo en sólo eso, una repetición de palabras, que no entendíamos.

Resulta que la realidad espiritual, basada en la fe, es otra. Desde el


momento de la concepción, nuestro Dios Padre nos asigna uno o varios
ángeles y, desde el momento en el que nacemos, nos acompañan, nos
cuidan, nos orientan y están siempre a nuestro lado, sólo esperando ser
llamados, invocados para participar activamente en nuestros actos, sólo si
nosotros se lo pedimos. Los ángeles son amor puro, amor del Padre creador
para nosotros.

Carlos Antonio Valbuena España


14
El preámbulo y algo más

En este orden de ideas y después de entender, después haber leído,


cultivado mi alma, pude descifrar la clave del significado de los mensajeros
en mi existencia.

Después de una serie de acontecimientos, no tan favorables en mi


vida, comencé a buscar un camino que me permitiera solucionar la difícil
situación por la cual atravesaba. La Biblia, películas, acudir a la iglesia,
palabras sabías de mi hermano, lecturas sobre los ángeles; en fin, múltiples
alternativas. Cuando se tiene una situación difícil, todo lo que te ayuda es
válido.

Fue así como un gran día, mi hermano bendito me regaló una película
llamada El gran milagro, dibujos animados, muy bella, con un significativo
mensaje espiritual. Desde ese momento, todo cambio en mi vida. Esta
producción trata de la forma como se manifiestan los ángeles en nuestras
vidas y la manera como nos permiten llegar a la casa de Dios.

Queridos amigos, hermanos espirituales, los ángeles existen, fe de


eso, es lo que les voy a relatar. Generalmente, la ayuda angelical y de Dios
se busca, después de encontrarnos ante situaciones y momentos difíciles en
la vida; error, claro está; sin embargo, así, en ocasiones, nuestro padre lo
dispone para nosotros.

En primer lugar y gracias a mi hermano querido, disfruté una película,


que me permitió entender la forma y esencia de como se manifiestan los

Carlos Antonio Valbuena España


15
El preámbulo y algo más

mensajeros de Dios en nuestras vidas, eso cambió mi vida. Realicé muchas


lecturas para encontrar una clave que me permitiera descifrar la
espiritualidad que reside en mí.

Un día acudí a una misa de sanación, arraigado en mi fe y en mi


formación religiosa. Fue algo majestuoso, impresionante, indescriptible, un
acto de fe, mucha fe. Sentí la presencia del espíritu santo, del Santísimo
Sacramento y todo esto con la gracia y bendición de mi ángel de la guarda.

Sobre todo al invocarlo, hacerlo parte de mí, en un momento


específico durante la oración litúrgica y al escuchar una canción mediante la
cual existe una elevación al cielo o el cielo desciende, esto es cuestión de
palabras. Es la manera como nuestro mensajero lleva nuestras oraciones,
peticiones y ofrendas a nuestro Dios Padre.

Es algo mágico, es como tener la visión borrosa, ver luces, estar


elevado en el cielo. Para algunos que no tienen fe, esto les parecerá una
locura, eso no importa. A Jesucristo, en muchas ocasiones, así lo trataron.
Amigos esto es una realidad, lloras, sientes escalofrío, calor en tu cuerpo,
sueño, son señales de que el Espíritu Santo, los mensajeros y Dios están
con nosotros. Soy un hombre de mucha fe y es esa esencia la que nos
permite aceptar todo esto, algo que no puedes tocar, no puedes ver, no
puedes probar, eso se llama fe. Luego, pude presenciar algo maravilloso, al
finalizar la misa, llamado Don de Ciencia, Palabra de Ciencia, que es el
Espíritu Santo a través del sacerdote, que se convierte en instrumento de
Dios para transmitir un Mensaje. ¿Saben, amigos, cuáles son las claves para
esto?

Carlos Antonio Valbuena España


16
El preámbulo y algo más

El amor de Dios en nuestro corazón, la fe, la fidelidad a nuestro Padre,


la sinceridad, la convicción y aceptación de que los ángeles existen, porque
de verdad existen. Están siempre con nosotros, sólo debemos llamarlos para
que participen activamente en nuestras vidas.

Esto fue el inicio de una serie de eventos, maravillosos, mágicos,


espirituales, que me dieron luz, sabiduría, dones y acercamiento a Dios.

Una noche, en mi habitación, dispuesto a dormir, encendí una varita


aromática, una vela, soné una campana, todo esto recordando parte de las
lecturas previas sobre los ángeles de la guarda. Invoqué a mi mensajero de
Dios, concentré la mirada en la luz de la vela, el olor del incienso, con la
respiración profunda y lenta.

Comencé a pedir, eleve mis oraciones y ofrendas a mi Dios, tu Dios,


nuestro Dios. De repente una luz brillante, intermitente despertó mi atención
en una de las paredes de mi cuarto. Todo se puso borroso, nublado en mi
vista, incrédulo me levante de la cama, fui al baño. Me lavé la cara, me dije: _
Debe ser el cansancio. Me regresé al cuarto, me acosté y, de nuevo, sentí la
misma sensación; entonces fue cuando entendí que lo que me ocurría era
similar a lo que me había sucedido en la iglesia. Mi corazón se llenó de
alegría, mis ojos de lágrimas. Continué mi oración, al final, todo regresó a la
normalidad. Di gracias a Dios y recé la oración del ángel de la guarda…
“dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día....” Me dormí. Al
siguiente día, hablando con mi madre, me comentó lo siguiente: “_ Hijo,

Carlos Antonio Valbuena España


17
El preámbulo y algo más

anoche estabas feliz. Te escuche cantando. Eso me alegra, por todo, lo que
has pasado, eso me da tranquilidad.”

Le respondí: “_ Bueno, madre, no estaba cantando; estaba rezando…”


y le relaté lo sucedido, describí las luces, la visión borrosa, el momento de
elevación que experimenté; en ese momento, mi hermano que se acercaba,
me dijo que fueron los ángeles que estaban cantando de gozo, de alegría. “_
Ellos están contigo y Dios te recibió con todo su amor”.

En los siguientes días y hasta la fecha, todo ha ido cambiando en mi


vida: la felicidad, la paz, la alegría, la plenitud, elevación espiritual, don de
ciencia, el amor de Dios en mi corazón, siempre me acompañan. Recordé
una lectura y retomé uno de los libros de los ya leídos sobre los ángeles y,
en un párrafo, me llamó la atención lo siguiente: “Observarás una luz, un
brillo, se nublará tu vista, los ángeles cantaran de alegría y Dios contento te
recibirá de nuevo en su casa”.

Amigos, eso fue lo que sucedió. Es mi realidad y, por eso, se las


transmito como conocimiento, escrito con mucha fe y con amor, con los
dones que dios me ha otorgado.

Un tiempo después, conocí a una persona con mucha sabiduría,


brillante, que modificó mi forma de pensar, actuar, enriqueció mi inteligencia.
Me enseñó a escribir poesía, las claves del universo, a siempre seguir
adelante, sin importar la magnitud de la situación.

Carlos Antonio Valbuena España


18
El preámbulo y algo más

Recordé también que los mensajeros se manifiestan en todas las


formas, humanas o espirituales. Aprendí con él, lo que significa la elevación
espiritual, el don de ciencia, cómo se manifiesta y de qué manera llegan los
mensajes de Dios a nuestras vidas y cómo se deben interpretar. En resumen
y, para terminar, respondiendo la pregunta que hice al inicio de esta
disertación, los ángeles son reales, sí existen. Si tienes dudas, sólo hazme
una pregunta y te entregaré el mundo en la respuesta.

Carlos Antonio Valbuena España


19
El preámbulo y algo más

Verdades

En la vida se aprende a entender, a tener paciencia, a ser consciente.


Esto se logra con sabiduría, con amor, entre otros dones, y nos permite
esperar y ser libres.

Por un lado, todo amerita sacrificios, esfuerzos, luchas. En ocasiones,


es preciso vaciar todo aquello que no te permite avanzar. También es cierto
que esto es una condición compartida: los involucrados deben participar de
estas variables para que el camino sea más flexible.

Por otro lado, no se debe esperar en forma pasiva; no es toda una


vida la espera. Se deben tomar acciones, considerar hechos y realizar lo
necesario para que se materialice lo que de verdad es valioso y vale la pena
para ti. Esta experiencia es compartida entre dos; es decir, se debe aceptar
el reto y asumir conductas apropiadas para tales propósitos.

Esta disertación tiene como objetivo, abrir las mentes, el


entendimiento, el pensamiento y el corazón. No debemos olvidar que el
sentimiento es compartido, no unilateral. Se deben aceptar las virtudes y los
defectos y con toda seguridad en la meta habrá un gran ganador: ése eres tú
y el amor que vive en ti.

Carlos Antonio Valbuena España


20
El preámbulo y algo más

Actitudes

El reloj, con sus brazos, demuestra el paso del implacable tiempo que
transcurre sin parar. El tiempo, una mentira inventada por el hombre, no se
pierde, no se gana, sólo se vive a plenitud.

El análisis del comportamiento de la mente humana permite evidenciar


que los mortales no cambian su estilo. Siguen sin modificar su esencia. Su
ego elevado los hace receptores de lo material sin tomar en cuenta el mundo
que los rodea, sin valorar lo que está frente a sus ojos ni darle la debida
importancia. No miran más allá de su olfato.

¡Grave error! Muchos piensan y están convencidos que son mejores y


que lo hacen bien. No han hecho consciente que su forma de vivir y de
percibir la realidad daña y lesiona la amistad, el amor o la felicidad.

Las personas no cambian. La vida coloca en el camino pruebas,


obstáculos para realizar un examen de compromiso, de fidelidad, para medir
lo incondicional, la pureza, la entrega y el sacrificio. Todo esto lo aniquilan y
lo entierran.

Piensan y están convencidos de que esto no se percibe. Siguen


cerrando puertas. Edifican muros infinitos, que no se pueden derrumbar; en
cambio, aquéllos que entienden que la luz encendida con el amor de Dios
permite abrir puertas, encuentran la clave del éxito, del amor verdadero, de la
entrega espiritual, para regalar el corazón, la mente y el alma.

Eso es lo que debemos cultivar. Para transitar el camino hacia la


felicidad, debemos ser puertas y no muros; debemos recordar la ley del
efecto: recibiremos tanto cuanto ofrezcamos. No esperes nada, sólo recibe lo
que te dé la vida. Si de nuevo decidiste cerrar el portal, éste no se abrirá
nunca más.

Carlos Antonio Valbuena España


21
El preámbulo y algo más

Sueños

Desde mis sueños, te escribo. En este momento, agradecido con Dios


por conocerte. En mí encontrarás un amigo, una mano segura que no te
dejará caer, un consejo, una historia, un mensaje, todo lo que te pueda dar,
así será.

Encuentro en ti a una mujer hermosa de sentimientos, de espíritu


grande, vibrante, muy pura, un corazón inmenso, lleno de amor, bella en lo
físico, humilde y sencilla.

Eso es una bendición. Eres un tesoro para muchos, no valorado por


otros. Recuerda, todo está escrito en nuestras vidas, el tiempo de nuestro
Padre es perfecto, él sabe lo que hace y por qué sucede todo, sólo debemos
aceptar con alegría todo lo que nos da y lo que nos quita, porque no
conviene. Nos encontramos, por algo será.

La felicidad es, de esa manera, un transitar, experiencias, detalles,


vivir la vida. Todo aquello que nos gusta y llena de amor nuestro corazón. La
vida es para ser feliz; más feliz.

En mi corazón no hay odio, no tengo rencor, no hay resentimientos.


Después de todo lo sucedido en mí, Dios me llenó de amor. Soy puro; tengo
paz. No quiero modificar tu vida, no deseo causarte daño ¿Encontrarnos fue
casualidad? ¿Estar cerca en este momento, se puede llamar felicidad? Esas
respuestas vendrán en su momento.

Carlos Antonio Valbuena España


22
El preámbulo y algo más

PARTE II
TEXTOS POÉTICOS

Carlos Antonio Valbuena España


23
El preámbulo y algo más

Apertura

La puerta no se cierra.
El cielo abre camino...
Corre la magia como el agua de mi pecho.
Portal multicolor.
Tengo el secreto del arcoíris.
Fluye mi destino.
Despierta el silencio al extender tus brazos.
El horizonte completo lo tengo.
No se cierra. Se derriba el muro.
Libre pensamiento: una señal de espíritu brillante sigue mi destino.
Soy Puerta y no Muro.

Carlos Antonio Valbuena España


24
El preámbulo y algo más

Atardecer

Desciendes imponente.
Observo la luz,
el brillo
inmerso en el horizonte.

Regresas a iluminar otro mundo.


No duermes.

Te proyectas con luz de noche,


con el alba,
el crepúsculo,
en mis manos.

La vida es inmensa.
Espero ver la luz del amanecer.

Carlos Antonio Valbuena España


25
El preámbulo y algo más

Azul del Cielo

Eres la rosa azul,


la mariposa del camino,
manantial que guarda mi destino.

El amor que soñé,


el amor que pedí a Mi Padre.
Ahora que te encontré,
no dejare de cultivarte.

Carlos Antonio Valbuena España


26
El preámbulo y algo más

Blanco de Esperanza

Observo el cuerpo.
En la habitación, sólo yacen el silencio y la tranquilidad.
La piel blanca es espejo del alma.
Los ojos, el reflejo del espíritu.
Tu cabello largo, inmenso como el camino.
Los sentidos en la mirada orientan la luz.

Mi piel traduce la pureza de mi esencia.


La talla sugiere crecimiento y evolución.
Los años, madurez y espacio recorrido.

Juntos, la pureza, la paz, el amor están presentes.


Juntos en el mundo,
recorremos el camino unidos en la eternidad.

Carlos Antonio Valbuena España


27
El preámbulo y algo más

Con el fuego, la sonrisa

Observo tu sonrisa, tus colores...


Blanca al inicio
Luego, como fuego dorado.

Custodiada por tus hijos brillantes...


La noche es una blanca llama.
Se prolonga en los matices del gris,
en el negro.

La oscuridad no se presenta.
Continúas de la mano con el alba
como la vida.

No hay espacio aquí para la tristeza;


sólo un horizonte de alegría y felicidad.

Carlos Antonio Valbuena España


28
El preámbulo y algo más

De nuevo, el silencio

La mirada del alba refleja el deseo de lo que quieres.


El día transcurre a perfección y la entrega es infinita.
Compartir la tertulia, la mesa, la habitación, el calor, la esencia.
Algo sublime.

Llega el momento de la partida.


Las vidas encontradas y entregadas en amor
deben seguir su camino.

En el retorno, el silencio habla de los sueños.


Lo que se quiere y no se puede.
Un momento de angustia y de aniquilación de la unión se hace presente al
mirar en el espacio la imagen verde de la amenaza caminando en cuatro
ruedas.

La calma vuelve.

Era sólo una imagen equivocada.


El efecto; sin embargo, logra la misión.
El desapego, la despedida sin palabras.
El silencio de nuevo gana y se mantiene.

Carlos Antonio Valbuena España


29
El preámbulo y algo más

Desde la época del juego

Desde la época del juego,


observo tu imagen.
Enseñanza y aprendizaje.

Compartir sueños, evocar pensamientos,


esperar cada mes tu presencia.

Después, de avanzar, evolucionar, crecer.


Los recuerdos reviven.

Ahora, en el presente,
con el retoño de la felicidad, una princesa.
Le entrego sabiduría y magia,
blanca como los guardianes luminosos.

Allí reside y permanece la tradición, el mito y la esperanza.


En cada luna llena, llegamos a tu rostro,
seguros de que los sueños
se harán realidad.

Carlos Antonio Valbuena España


30
El preámbulo y algo más

Un ángel

El día con temperatura elevada,


colapsado por pacientes.
La emergencia,
lugar de combate contra la enfermedad.

El instinto mueve los sentidos al sitio.


El calor es frio, está en silencio.
El movimiento de la puerta.

Vuelve el espíritu a descifrar el suceso.


El cuerpo del pequeño yace inmóvil. Ojos vidriosos.
Mirada pétrea e inexpresiva.
Se acelera la acción,
intentar cambiar el estado,
mover el fluido del corazón y el aire respiratorio.

Maniobras continuas,
medidas heroicas.
Sin respuesta.
Con el tiempo,
se detiene todo.

De nuevo el silencio helado toma la habitación.


La muerte llega y se lleva el alma de un angelito.
La bendición en su frente, dios padre lo recibirá.

Carlos Antonio Valbuena España


31
El preámbulo y algo más

Al salir con el alma y el espíritu bajo.


La madre desolada en llanto.
Cambio el corazón a una piedra,
la cara triste se fortalece.

La noticia derrumba al ser que espera.


El grito de dolor invade el recinto.
La despedida de este mundo.
Un ángel con vida eterna.

Carlos Antonio Valbuena España


32
El preámbulo y algo más

El cristal

Limpio...
Puro como el amigo.
Claro como el hermano.
Puedo ver la luz.
El brillo del aura,
el rocío de la noche,
la lluvia,
la humedad.

El polvo
disuelve su claridad.
Lústralo, es tiempo.

Al caer, se fragmenta,
no se une,
no es el mismo.

Déjalo,
encuentra otro y cultiva su integridad.

El amor es de cristal.

Carlos Antonio Valbuena España


33
El preámbulo y algo más

El mar en el cielo

El cielo decorado por las nubes.

El brillo natural del astro


en el paisaje
como el mar erizado por el viento.

Es espejo del universo.

El cielo en las olas;


el mar en el cielo.

De pronto,
llega la noche.

El círculo del plenilunio


continúa sin notar diferencia.

Efectos diurnos y nocturnos del agua marina


y las nubes impulsadas
por la fuerza del Dios del viento.

Es la belleza del universo


la que permite la imagen
digna de admirar.

Carlos Antonio Valbuena España


34
El preámbulo y algo más

Elevación de la vida en esencia

En mi afán de dar todo,


entendí que nadie me pertenece.
Por eso vivo el desapego sin la esperanza de que algún día estés aquí.

Sin más, alzo el vuelo.


En el cielo, vuelan conmigo las esperanzas.
De pronto, los colores estallan;
cobran vida, los sentimos.
En las alturas, te encuentro de nuevo;
en el silencio de la noche,
tu voz resuena.

Carlos Antonio Valbuena España


35
El preámbulo y algo más

Encuentro

Las estrellas hablan


y pienso, de pronto, en descender.
Tu voz me acompaña en el trayecto
da luz a mi vida.

Los fantasmas
huyen despavoridos
y mi corazón recibe tu amor.
Paz, sólo paz siento contigo.

Carlos Antonio Valbuena España


36
El preámbulo y algo más

Entre mis brazos

La voz de tus lágrimas


despierta mis sentidos.

El ritmo de crecer,
El ciclo de la vida en avance.
La reina te abriga en su pecho
y siguen las perlas en tu mejilla.

Te elevo en mis hombros,


delicada creación.

La voz del alma te alivia.


Observas, escuchas con el corazón.
Permaneces tranquila,
en calma.

Abrazas mi espíritu.
Confiada, duermes.

Carlos Antonio Valbuena España


37
El preámbulo y algo más

Mujer

Hermosa creación,
primer amor,
bendición divina.

Alma y espíritu entregas


sin importar espacio.
Incondicional:
en el alba,
en el crepúsculo, permaneces.

Gracias por ser;


Gracias por estar, mujer,
en mi corazón.
Gracias por darme la vida
en esencia.

Carlos Antonio Valbuena España


38
El preámbulo y algo más

Incondicional

La confianza, la entrega, los detalles.


La vida, el alma y el espíritu.
Lo que fluye del corazón, el amor entero, el tiempo.
Todo para ti.
Incondicional…
Un cambio en el camino. El valor se pierde.
El encanto se entierra. Un aprendizaje: No entregar todo.
Seguir el horizonte.
Avanzar.
Aguardar con paciencia, sin esperar.

Entrego sin recibir.


Todo llega.
Todo ha sido ya escrito por el Padre
y su voluntad.

Carlos Antonio Valbuena España


39
El preámbulo y algo más

La flor del amor

En el vivero del amor,


cultivo la esperanza.
La flor de mi alma
canta con el corazón.

Lleno de ilusión,
busco,
junto a mi amada,
florecer como el amanecer.

Se levanta el Sol
con alegría,
con brillo,
con fuerza.

Así es el amor,
hermosa flor de mujer.

Carlos Antonio Valbuena España


40
El preámbulo y algo más

La noche

Tú cuerpo perfecto
es fuente de inspiración.

Tus labios se entregan en sus besos.

Cerca brilla la luz.


Como la luna, me enamoras;
cubres mi esencia.

Se eleva mi alma,
vibra mi espíritu.

Trueno.
Cielo multicolor.
Azul esperanza.

Cerca es vivir.
Abrazar el horizonte
como el amanecer, como el crepúsculo.

Siempre como el sol


o la brillante luz de la noche.

Estar cerca de ti es vivir.


La palabra:
Eres todo; eres tú.
Estoy preparado
para ti y para estar a tu lado.

Eres la clave para vivir


lleno de felicidad, de amor en plenitud.

Carlos Antonio Valbuena España


41
El preámbulo y algo más

Sólo dame espacio en tu corazón y será eterno


como la vida,
hermoso como la primavera
para que la mariposa pueda volar
con fuerza y esperanza.

Maravilla del mundo que esperaba,


sueño esencial,
puerta de amor,
puerta del camino,
Puerta de mármol y cristal,
puerta que con el suave olor de tu piel, espuma del mar,
despierta mis sentidos en el amanecer.

Carlos Antonio Valbuena España


42
El preámbulo y algo más

La Princesa

Felicidad en casa, que sonríes a mi corazón,


escucha mi voz con atención.
Tus pupilas se abren con el sonido de mis palabras,
Tengo todo para ti.

Serás
sabiduría e Inteligencia,
la magia de un Ángel,
el mensajero de Dios.

Sólo bendiciones traes.


Por mi Dios, llegaste.
Felicidad.
Alegría.
Amor.

Eres todo para seguir.

Carlos Antonio Valbuena España


43
El preámbulo y algo más

La puerta

La puerta abierta
no se debe cerrar.
Ausencia de muros.
Caminos hacia la felicidad.
La apertura es en esencia la clave.
Es completa.
La llave es apenas un símbolo.
Brazos extendidos
con su máxima envergadura.

Total...

Se abre todo, o no.


Si se cierra,
nada será capaz de abrirla.

Piensa entonces.
Aprecia la entrada.
Es el corazón.
Es el amor,
Es el alma y el espíritu mismo.

Si la cierras
no regreses como si nada.
Valora.
Entrega todo.

Carlos Antonio Valbuena España


44
El preámbulo y algo más

No es un juego, es la vida.
Demuestra lo que mereces.
Si no puedes, que permanezca cerrada...
Ya encontraremos otras abiertas
en otro espacio.
Con otra luna, en distinta hora.
Hora única e irrepetible como el agua del río que pasa.

Carlos Antonio Valbuena España


45
El preámbulo y algo más

Lluvia

Devastado por el fuego,


el camino de cenizas llega
al fluido de mi corazón.

Todo desaparece.

Sólo el eco de la chicharra


Escucho.

Duerme en negro la esperanza.


No se mueve.
No se ríe.
No habla.

De pronto,
un verde amanecer.
Alegría.
La primavera vive.
Es pasto nuevo, fértil
es alimento para el amor.

El alma y el espíritu resuenan como orquestas.


Terminó la sequía
y comienza una nueva historia.

Carlos Antonio Valbuena España


46
El preámbulo y algo más

Luna

Iluminas la vida,
luz de otro amanecer
acompañada de miradas que dan brillo a mi alma.

Quédate siempre.
No te escondas.
Orienta mi vida,
da alegría a mis noches.

Hermosa imagen de mujer,


eterna amante, siempre.
Las pupilas se abren a tu círculo puro
y lo conservo con la esperanza
de que te volveré a ver.

Carlos Antonio Valbuena España


47
El preámbulo y algo más

Luz en mi vida

Tu mirada de estrella, Ilumina mi corazón.


Como la luna, la enamorada de siempre.

Tu sonrisa refleja la alegría;


tu mirada me dice cuánto amor tienes para dar, para recibir.
Tu piel me abriga y me da seguridad.

El latido lo siento cerca del mí, hablando realidades.


Recibo tu esencia y me fortaleces.
Recibo tu amor y soy invencible.
Tus besos los recibo y me hacen volar como el águila.
Siento que el mundo no existe si estas dentro de mí.

Carlos Antonio Valbuena España


48
El preámbulo y algo más

Metamorfosis

La sombra no está.
La disipó la estrella en tus ojos.
La magia de tu mirada la redujo.
No existe, se fue.

Enciendes la piel.
No hay espacio para la oscuridad.
Sólo la luz del plenilunio.

Volví a nacer.

Carlos Antonio Valbuena España


49
El preámbulo y algo más

Mirada

Caminas y todo se suspende.


La mirada al entrar.
Sonríes e irradias alegría como el amanecer.
Belleza joven es tu pureza.

Brillante como un cuerpo fugaz en el océano que emerge con su propia luz.
En tus pupilas habita la felicidad como el camino sublime y elevado.
Tu voz es una orquesta de acordes, que cautivan todo en la tertulia.

Permíteme escucharte.
Déjame mirar sin límites tus labios, que guardan el blanco puro de los cielos
despejados.

En silencio permanezco con la imagen... esperando el amanecer.


Soñar es parte de lo que será realidad.

Carlos Antonio Valbuena España


50
El preámbulo y algo más

Padre Santo

Imponente como la marcha de un Rey,


como deidad de la sabiduría y del Espíritu.
Tu sonido detiene el escenario,
templo de energía.
El pensamiento es palabra única,
magia,
perfección y creación surge al hablar.

Elevas el hombro, experimentas escalofríos,


Impulsos fugazmente eléctricos
y el mensajero se hace presente.
Las luces celebran la presencia de los querubines.
El cielo en la tierra, el templo en el cielo.

Preparados, cuerpo y alma sanan y se regeneran.

Tomas a Dios entre tus manos


y lo desplazas por todos los rincones…
Una pausa, para el necesitado,
devuelve la alegría al rostro antes afligido.
Don de ciencia, el espíritu del señor se manifiesta.
Felices y con fe,
Volveremos.

Carlos Antonio Valbuena España


51
El preámbulo y algo más

Poesía

Conviertes el pétalo en jardín


cuando la magia de la creación es la meta.
El papel se alegra y sonríe por lo que le regalas.

Observas con el corazón,


La imagen que se eleva en el pensamiento.

Trasciendes, valoras el color, el aire, el fuego, la luz.


La tiniebla es blanca y brilla por los caminos que le das;
por eso, celebro y brindo por tu arte
y por incluirme en la creación.

Carlos Antonio Valbuena España


52
El preámbulo y algo más

Por siempre

Escenarios de lucha; el triunfo en las batallas.


Ganar es el cielo.
Entregas el espíritu con tus sueños de niño.

Olvidas la vida.
No importa.

Conoces el camino. Eres alegría.


Un detalle,
el cuerpo cae.

Luchas.
Vences.

Abatido, desciendes con sabiduría.


Al final, claridad.
Tu sangre vive en tus proyectos.
Ahora y siempre,

vivirás con el poder del Padre


y con la luz de los mensajeros.

Carlos Antonio Valbuena España


53
El preámbulo y algo más

Punto final

El encuentro,
el abrazo
profundo y sentido.

El tiempo transmuta tu mirada.


El corazón no se acelera.
El pensamiento, en otro camino.
El impulso impactó tu espíritu.

Escondes el rostro y
las pupilas brillan en otro espacio.

Un momento cerca.
El encanto se esfuma.
Se rompe el cristal.
Ya no se puede unir.

El ciclo se cierra como las ruedas del molino.


Otro destino, adelante espera.
Seguiremos buscando el horizonte.

Carlos Antonio Valbuena España


54
El preámbulo y algo más

Silencio

El día sin palabras, la noche, igual.


Tu rostro lo observo lejos.
Entiendo tu calma.
El corazón sangra tu indiferencia.
Si decides cambiar, hazlo rápido
como una gacela,
como el águila en su vuelo
con el trinar de pájaros.

Así los días y las noches


serán multicolores,
brillantes,
bañados
por los astros.
Bendiciones de amor, de paz y felicidad.
Si decides no hacerlo,
también lo aceptaré.
Seguiré mi camino,
tomaré mi barca y navegaré
esperando sin esperanza…
Recibiendo lo que dios tenga para mí.

Carlos Antonio Valbuena España


55
El preámbulo y algo más

Tu horizonte

Si pudiera leer tu pensamiento,


si pudiera saber lo que quieres,
y entrar en tu corazón,
si me mostraras tu mirada,
si pudiera entender tus palabras y tus gestos.
Nada pasaría.

Me preguntas por qué.

Tu imagen refleja el brillo de mil palabras


y habla por tu corazón.
Tu alma la observo en tus ojos,
tu espíritu lo siento al estar cerca.

Carlos Antonio Valbuena España


56
El preámbulo y algo más

Una bendición

El tiempo nos permite conocer nuestro camino.


Bendigo tu presencia en mi existir.
Por ti soy y estoy en el horizonte.

Tu sabiduría, la inteligencia heredada me acompañan.


Eres la luz que ilumina mis días.
Agua del lago que limpia mi destino.
Tu cabellera integra la experiencia con la belleza.
Orientas con mensajes mi alma.
Eres espejo brillante de mi esencia.

Tus enseñanzas tengo. Cultivo tu amor.


Tu abrazo, una bendición cargada de almíbar.
Fluye y recorre la piel.
Todo lo que soy...
Donde estoy...
El avance, la evolución, génesis.
Te bendigo por tus días de amanecer,
por tus noches de desvelo.
Primer amor de mujer.

Carlos Antonio Valbuena España


57
El preámbulo y algo más

Una palabra

Sencillamente Gracias.
A Dios, por tu Creación.
Al destino, por ser mi madre.
Al universo, por el premio de ser tu hijo.

Por tu entrega, por tu tiempo, por tus días,


por tu compromiso, por todo lo maravilloso que hay en tu corazón,
por tu amor incondicional.

Gracias por tus enseñanzas.


El horizonte orientado por tu sabiduría,
permite el avance de la vida.
De tu mano, mi camino es seguro.
Por ti estoy y soy un hombre de bien,
un hombre de Dios, un hombre de fe.
Gracias, sencillamente gracias,
hoy y siempre.

Carlos Antonio Valbuena España


58
El preámbulo y algo más

Valoración

En nuestras manos, está el mundo.


Admiro tu compañía, tu sonrisa tímida entregando la desnudez del alma.
No importa tu origen, no limitas tu espacio compartido.
Lo esencial del tiempo, los segundos, minutos, horas, convertidos en
eternidad.
La mentira, se convierte en verdad.
La felicidad es un ritual de amor y entrega.
Las palabras del silencio hablan desde tu corazón.

Dime lo que quiero saber de ti.


Tus pupilas hablan desde tu pecho,
no hace falta…

Tu voluntad, inmensa como el universo.


Conquistamos juntos el espacio.
Valoro tu regalo, tu entrega.
Bendigo y valoro el camino recorrido para llegar a mí
Siempre, en cualquier dimensión.

Carlos Antonio Valbuena España


59
El preámbulo y algo más

Virtudes

Eres un cielo lleno de virtudes


De grandeza.
De silencio.
De cambios.
De luces.

Eres la alegría del alba, del crepúsculo.


Eres el cielo que da brillo a mis días.
El cielo estrellado que ilumina mis noches
Eres alimento para mi espíritu, mi alma, mi corazón

Sencillamente,
Eres todo.

Carlos Antonio Valbuena España


60
El preámbulo y algo más

PARTE III
TEXTOS NARRATIVOS

Carlos Antonio Valbuena España


61
El preámbulo y algo más

Nacido vivo
A quienes día a día toman entre sus manos la vida de los otros
para convertirla en proyecto posible, este texto dedico.

E sta mañana se ha retardado por el tráfico. Se despertó temprano pero se distrajo

con la revisión de los estados de su mensajería. Le gusta explorar los pensamientos de


sus contactos y soñar con lo que cada uno hace. Proyecta estados de ánimo y, a veces,
hasta lugares y actitudes sin poder confirmarlos. Juega consigo mismo a adivinar que
todo lo puede percibir. Al despertar totalmente, se dio cuenta de que era un poco
tarde. Se dio una ducha y no le dio tiempo ni de desayunar. Cuando salió al
estacionamiento, se detuvo a observar las nubes y por unos segundos abrió sus
sentidos a los olores, los sonidos, los pequeños detalles del lugar. Como un scanner
todo su cuerpo recorre el espacio como si se tratara de un satélite ¿De quién habrá
heredado esos dones? Su padre no fue tan cuidadoso en hurgar en el tiempo o en el
espacio. Sus abuelos eran sencillos y prácticos. No se detenían en los pequeños
detalles.

Con optimismo y algo de susto abordó su carro y se dispuso a llegar al


auditorio. Por primera vez hablaría delante de más de quinientas personas. Sus
charlas en meses anteriores sólo interesaban a unas treinta personas. Algo cambió de
un momento a otro y las solicitudes de audiencia aumentaron en su oficina. La
gerencia organizaba grandes eventos en los que ofrecía simplemente una visión de la
vida contextualizada en una historia cotidiana para desencadenar la reflexión en los
participantes sobre las actitudes humanas frente a situaciones que todos alguna vez
debemos enfrentar.

Llegó sobre la hora. Estacionó el carro atropelladamente y se bajó casi a la


carrera para entrar por uno de los pasajes laterales del auditorio. Al ingresar, dos de

Carlos Antonio Valbuena España


62
El preámbulo y algo más

las asistentes le ajustaron el traje y una de ellas le dijo: _¡Calma, aún tenemos buen
tiempo! Esas palabras lo relajaron un poco. Miró de nuevo los estados de sus
contactos mientras subía por las escaleras de servicio y se instalaba en la mesa antes
de que se abriera la gran cortina roja del recinto. Casi podía escuchar la respiración de
su público. Escuchaba susurros, percibía diferentes perfumes que visitaban su nariz
como en un desfile incorpóreo. Era como si la cortina fuera un elemento etéreo que
sus ojos asumían como cuerpo a través del cual podía detallar a cada uno de los
asistentes. Percibió una presencia especial y se dijo o pensó: _Son ideas mías. Así se
abrió la cortina y comenzó a hablar sin mayores formalidades. Abrió el paso a una
historia como siempre lo hacía. El público parecía un mar de cobras apaciguadas por
acciones de la música de la flauta de un encantador de serpientes. Pero no había
música. El efecto era su voz y su elocuencia porque quien domina el discurso, tiene
el mundo en sus manos.

II

“ S e cuenta que hace mucho tiempo, en una reconocida institución

hospitalaria, en la sala de parto, se atendía simultáneamente a un grupo de mujeres


esperando asistencia. Día congestionado y de múltiples estímulos para los sentidos:
calor, distintos olores, gritos, llanto, conversaciones. Un evento inesperado captó la
atención de todos los residentes: una mujer entró en crisis. Convulsionó. De nada
sirvió el intento de mantener vías respiratorias permeables ni haber colocado el
cuerpo sobre el piso. No dio tiempo de preparar el sulfato de magnesio. Cuando el
Residente de mayor jerarquía llegó, observó a la paciente, que hacía un momento se
encontraba en trabajo de parto, inconsciente, inmóvil. La evalúa y no descubre
signos vitales. Comienza de inmediato el proceso de reanimación cardiopulmonar
pero no hay respuesta. Prácticamente, la paciente, después de cinco minutos, está
muerta.

Carlos Antonio Valbuena España


63
El preámbulo y algo más

Entonces el Residente se detuvo a observar y por unos segundos abrió sus


sentidos a los olores, los sonidos, los pequeños detalles de la situación. Como un
scanner todo su cuerpo recorre el espacio y una chispa de luz invade su mente.
Escucha el foco fetal y grita: _El feto está vivo. De inmediato se pasa el cuerpo a un
quirófano interno de la sala de parto - Paciente muerta, feto vivo. Se realizó una
cesárea post mortem. Un recién nació, deprimido en sus signos vitales ve el mundo
por primera vez. Yace en el quirófano el cuerpo muerto de la madre, capaz de
mantenerlo unos minutos más para completar el milagro de la vida.

El punto que escindió, como con un bisturí, la línea que separa la vida de la
muerte para ese niño en ese momento fue la actitud del residente. Como prueba aquí
les muestro mi certificado de nacido vivo y les regalo esta anécdota que me dejaron
mis abuelos como explicación cuando pregunté quién fue mi madre y qué pasó con
ella…”

III

Ante el discurso, la audiencia asumió la postura de estatuas de mármol con


expresión de asombro. El silencio flotó por tres segundos por encima de las cabezas
de todos y fue roto por aplausos de emoción de los miembros de la audiencia, algunos
de los cuales no podían contener el llanto. Para cuatrocientos noventa y nueve
personas, la historia fue una asombrosa novedad. Para el médico de la primera fila,
sólo fue un recorrido de un evento que le recordó lo importante de observar los
detalles y le mostró la recompensa inmaterial de su profesión.

Cuando se levantó de la silla, miró los ojos de aquel hombre y pensó: “su
madre debería estar orgullosa”. ¡Qué caminos de historias tejemos en nuestro paso
por el mundo. En el trayecto, todo cuanto ofrezcamos, recibiremos!

Carlos Antonio Valbuena España


64
El preámbulo y algo más

Estado de emergencia
“Los muertos que estarán en sus
tumbas se presentarán de nuevo...”
Michel Nostradamus.

Largo ha sido el día y la noche. Aunque de poco movimiento, la


temperatura humedece el aire aquí adentro. Salgo al pasillo. Se siente como
un túnel en penumbra. Al fondo me distrae el cuadro del pasillo y el archivo
gris con el jarrón de cerámica con algunas flores sintéticas.

No logro distinguir el color. Salgo hacia la única puerta del hospital


para intentar fumar un cigarrillo. Me llaman los pacientes que esperan salir
antes de la media noche. El silencio flota por encima de nosotros fundido con
el calor y la humedad. Ese mismo silencio, a veces, nos hace escuchar voces
y sonidos que otros en circunstancias diferentes no podrían percibir. En esta
noche, muy especialmente, el silencio ha adquirido matices particulares.

Marissa ha ido a descansar. Ahora toda la responsabilidad es


absolutamente mía. Se encuentra en mi bolsillo, con la única llave que abre o
cierra la puerta principal de este recinto. Única vía para entrar o salir. Es este
lugar una vieja estructura donde parece haberse detenido el tiempo. Los
pasillos guardan recuerdos, voces, rostros que van y vienen y a los que
todos ya estamos acostumbrados.

A veces, en la paz de la noche parece que escucháramos la melodía


suave de una música inexistente que llega a la mente directamente sin pasar
por el filtro de nuestros tímpanos. Afuera esperan los que desean irse ya.

Carlos Antonio Valbuena España


65
El preámbulo y algo más

A diez metros de la puerta, pasillo adentro, en el conglomerado de


sillas de la sala de espera, aguardan dos o tres personas su autorización de
retiro y yo, desde el fondo del pasillo me pierdo, elevado, entre el cuadro de
la pared y el jarrón del archivo. Algo me hace volver: el timbre en la puerta
principal.

Me desplazo con cierta rapidez pensando en un paciente en estado de


emergencia. Para tocar el timbre a estas horas, debe ser el caso. Cerca de
las 12:45 a.m. Abro la puerta y entra, con una bocanada de aire gélido una
mujer embarazada. Se encuentra descalza pero limpia. Lleva un vestido
sencillo de medio luto con fondo blanco y círculos grises y negros de distintos
tamaños en forma concéntrica. Por la forma de su vientre, asumo que viene
en trabajo de parto. Miro sus ojos inexpresivos y perdidos como buscando
alguna respuesta y le digo: _ Buenas noches. Ya te atiendo. Ven conmigo y
espérame un momento. Atiendo algo rápido y conversamos.

Pausadamente camina conmigo. He cerrado la puerta con la llave y


siento una corriente de aire fría por el pasillo. Estas viejas edificaciones
parecieran tener vida propia, pienso. Sigo caminando al lado de la paciente,
quien me sigue inexpresiva. La forma de su vientre despierta en mí la
necesidad de tocarla. Dejo suavemente descansar mi mano izquierda sobre
su vientre y le digo: _ Ya te atiendo. En ese mismo instante, me llama uno de
los pacientes que espera en el grupo de sillas. Llevo unos documentos que
firmar. Los acompaño a la puerta y se van. Cierro con la llave y me regreso al
pasillo principal.

Busco a la mujer de medio luto y sólo encuentro la imagen de su


rostro inexpresivo en mi memoria. La enfermera de turno se acerca y le

Carlos Antonio Valbuena España


66
El preámbulo y algo más

pregunto por la paciente. Me dice: _ Alguien aguardaba aquí pero no sé


hacia dónde se ha dirigido.

Con curiosidad y cierta angustia, exploramos cada rincón del hospital.


Algunas oficinas, habitaciones, pasillos…. Nada encontramos. La única
puerta de acceso o salida permanece cerrada y la llave sigue en mi bolsillo.
La enfermera y yo decidimos no sacar ninguna conclusión ni hablar sobre el
tema. Ella vuelve a recostarse y yo enciendo el cigarrillo, tranquilo, sin miedo,
pensando que en unas horas amanecerá y podré descansar.

Es el mundo un laberinto de portales. Unos se abren y algunos seres


entran; otros se cierran antes de que algunos seres salgan. La realidad es un
juego como el tiempo. Reside su verdad en la mente del hombre, quien los
ha inventado. De vez en cuando, me visita en sueños la presencia de esa
mujer. Su silencio, su calma, invita a la paciencia. Cuánto tiempo debe haber
esperado ella para que su estado de emergencia deba ser atendido como se
merece. Esa respuesta no es mi responsabilidad. La llave de esa puerta no
está en mi bolsillo ahora. Un mensaje quizás, esperar por la mujer que haga
realidad mi gran sueño.

Carlos Antonio Valbuena España


67
El preámbulo y algo más

Para fortalecer el corazón


Hay aquí un camino de historias enrollado
sobre sí mismo como una serpiente que se
muerde la cola.
G. Meneses.

Comienza el internado de pregrado, mi primera guardia, un día largo


con actividad novedosa, sólo con la teoría entre las manos, con mucho
corazón y ganas de aprender, decido enfrentar la realidad de la emergencia
de ese gran Hospital.

La juventud, el entusiasmo y el miedo están presentes. Es algo normal


y frecuente. Me ubico en el área de consultas, con la compañía y orientación
de ese personaje valioso, con sabiduría, vestida de blanco, humana,
sensible, humilde, la enfermera de guardia. No recuerdo su nombre, pero su
rostro se ve cansado, tocado por los años, su cabello largo entre el negro y el
gris de la experiencia.

Un día difícil. Son las dos de la tarde. Llega una joven solicitando
ayuda para su madre. Le digo a la enfermera, hágala pasar al otro
consultorio, termino con esta otra paciente y luego la evaluó.

Dios santo, que olor tan desagradable, no soporto la intensidad.


Encuentro a la paciente acostada en la camilla. Observo en su rostro, la
mirada fija y su expresión que me solicita ayuda.

Carlos Antonio Valbuena España


68
El preámbulo y algo más

Le pregunto a la hija, por qué la trae a consulta; qué le paso, por qué
el mal olor en ella. El silencio es la respuesta. Luego, me dice que su madre
vive sola, fue a visitarla y le dijo que sentía algo en el pecho que le
caminaba y la devoraba por dentro.

Ante la situación me dispongo a examinarla; sin embargo, las náuseas


se hacen presentes. Retrocedo. Salgo del sitio. Tomo aire y la enfermera me
entrega un tapaboca y le coloca un agua con aromas. De nuevo en el lugar,
el olor continúa en mi memoria.
Comienzo a descubrir su pecho de su vestimenta. El olor se
incrementa: una sorpresa. Un vendaje color amarillo por el tiempo en uso sin
cambiarlo, cubre sus costillas, tórax y región mamaria. Decido retirar por
completo la venda, casi me desmayo de la impresión al observar que en la
zona mamaria derecha, no hay piel, no existe pezón, el seno esta disuelto.

Una gran herida deforma el hemitorax derecho. El olor es mortal. El


color es negro fundido con el blanco y rojo de la parrilla costal y sus
músculos. De repente, se interrumpe el silencio y la pobre mujer, me dice:
Doctor, siento que algo me camina y come por dentro.

Sin el conocimiento pleno de lo enfrentado, la experiencia de mi mano


derecha, la enfermera, me dice lo siguiente: muchacho, dile a los familiares
que compren al frente del hospital una bebida alcohólica dulce. Pienso: ¿De
qué habla? ¿Será que me trata como tonto por ser novato? ¿En serio,
enfermera? ¿Y eso para qué?

Ella responde con voz firme y clara: _Yo sé lo que le estoy diciendo.
Hable y dígales a los familiares lo que le estoy recomendando. De inmediato,

Carlos Antonio Valbuena España


69
El preámbulo y algo más

les transmito la información. La familia sin preguntar se mueve rápido y, en


segundos, trae el liquido en un frasco de vidrio, contenido de alcohol, dulce y
cristalino como el agua. Tome, Doctor, me dicen.

Con el producto en mis manos, hablo con la sabia vestida de blanco y


me dice lo siguiente: tome esta bebida y se la coloca en la herida del pecho a
la paciente. De inmediato, me preparo sin saber lo que sucederá: bata,
gorro, tapa boca, guantes estériles, equipo de cirugía menor.

Al primer contacto del líquido en la zona, emergen a la superficie


pequeños cuerpos vivos de varios tamaños, colores. La cuenta llega y
supera al número cien. ¡Qué guardia...!.
Al terminar el procedimiento, la paciente expresa: _Doctor, qué alivio.
Benditas sus manos. Ya no tengo eso que me camina por dentro.

Al final sólo las palabras de la paciente y la sugerencia de que debía


ser trasladada a un centro oncológico para hacer más digna su partida de
este mundo. Ésta es la realidad que debemos enfrentar, en ocasiones, para
fortalecer el corazón en la formación profesional.

Carlos Antonio Valbuena España


70
El preámbulo y algo más

Palabras de cierre

De nuevo, la voz evoca recuerdos hermosos del pasado. Momentos


de plena felicidad en la vida; sin embargo, al analizar la esencia de la
misma, nada ha cambiado.

Son sólo palabras que se emiten sin emoción, sin sentimiento, no son
coherentes con las acciones. Sólo se dicen para llenar un espacio, para
iniciar una conversación, donde el interés personal, el yo, es lo que
prevalece. Según lo vivido, con lo sucedido y la experiencia, nada modifica
este espíritu, nada cambia el momento de evolución.

El tiempo sigue siendo pieza importante en el camino. El tiempo es


valioso en ambas direcciones. No es el que sobra, es el que con toda
intención se entrega sin límites, sin distancia, sin miedo, sin interés. No es
cuando uno solo quiere, es un acuerdo de intención, de amor, debe ser
incondicional, completo, sin evasión.

No es regalar un espacio, es ser sincero, transparente, sin mascaras,


fiel. No debe ser por interés que las voces hablen y las palabras se escriban.
No existe amistad tampoco, porque ser amigos es amarse el uno al otro por
igual.

El fin llegó hace un tiempo. En varias ocasiones, esto ha sucedido. A


pesar de entender el hecho, de nuevo la misma historia se repite: un
acercamiento, un mensaje subliminal, sin más allá. Es la mima puerta
cerrada; un muro de acero impenetrable que siempre está presente y cada
día se agiganta.

Carlos Antonio Valbuena España


71
El preámbulo y algo más

No hay respuesta a muchas incógnitas; no son necesarias. La realidad


sigue igual. Es visible la actitud, es muy evidente. La sabiduría alcanzada
permite que no se vuelva a los errores del pasado, donde lo material era lo
fundamental.

Todo terminó. No se puede repetir, nada puede seguir igual. Sigues


cerrando con tu forma todo lo que pudiera abrirse. No pretendas la amistad,
el mejor trato o ser valorada. No pretendas que te observe, si esquivas
siempre la mirada. Tu nombre sólo despertará vacío y oscuridad.

Debemos ser puertas abiertas al universo, no muros llenos de interés.


Se recibe lo que se da; por eso, es mejor terminar el final en todos sus
planos, que mantener la agonía de la muerte que aniquiló la esperanza de lo
que pudo ser y no fue. Debemos ser puertas y no muros; de lo contrario, la
ley del efecto hará su trabajo.

Carlos Antonio Valbuena España


72
El preámbulo y algo más

CARLOS ANTONIO VALBUENA ESPAÑA

Ciudad natal Valencia, estado Carabobo; dos de mayo de 1968


en el hospital central. Educación en Colegios y Liceos públicos
de la ciudad. Entre las actividades que realiza, incursiona en los
deportes, entre ellos, el béisbol, siendo prospecto de la
selección estadal y con futuro en el equipo grande de la liga
profesional; sin embargo, comienza estudios en la Escuela de
Medicina de la UC y decide ser galeno; luego se especializa en
Ginecología y Obstetricia, así como en fertilidad básica. Cursa
estudios en la Facultad de Ciencias de la Educación en el
Programa de Especialización en Tecnología de la Computación
en Educación. Apasionado de la música, la lectura, de lo
espiritual, un hombre de fe y de Dios. Aprende por habilidad a
tocar instrumentos como el cuarto y la guitarra. Actualmente, se
encuentra dedicado a su profesión, a la escritura y a cultivar la
religión católica.

Carlos Antonio Valbuena España


73

S-ar putea să vă placă și