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En las últimas décadas, se han realizado varios estudios empíricos para intentar
descubrir la relación que existente entre el capital humano, la tecnología y el crecimiento
económico, tanto a nivel nacional (hago referencia a los Estados Unidos) como
internacional. En su ensayo Inversiones en Humanos, Difusión Tecnológica y
Crecimiento Económico, publicado por los economistas Richard Nelson y Edmund
Phelps, argumentaron en contra del rol que juega el capital humano como un insumo en
el crecimiento económico, en cambio sugirieron que el capital humano ayuda en la
innovación nacional y en la adaptación de tecnologías extranjeras. Por lo tanto, el
crecimiento económico de un país estará determinado por la calidad de su capital
humano, por el cual se puede lograr una mayor productividad a través de la innovación
y la rápida difusión de la tecnológica en el país. Teóricamente, la relación entre el capital
humano, la tecnología y el crecimiento económico es directa, en comparación con los
estudios empíricos que generaron resultados mixtos en los que diferentes estudios,
emplean diferentes variables como proxy del capital humano para determinar el
crecimiento. Por ejemplo, en su ensayo Una Contribución Empírica al Crecimiento
Económico, Gregory Mankiw encontró una relación positiva y significativa entre capital
humano y el crecimiento económico.
Varios países como Nigeria y Pakistán han realizado experimentos utilizando serie de
tiempo y técnicas econométricas como el retraso distribuido autorregresivo (ADRL), por
sus siglas en inglés para medir el impacto en el tiempo del capital humano y la tecnología
en el crecimiento económico. Los resultados a largo plazo arrojados por ese modelo
indican que las variables proxy que utiliza el capital humano como son educación
(secundaria y universitaria) tienen un impacto significativo en el crecimiento de esos
países. Sin embargo, el impacto mayor del capital humano en el crecimiento económico
lo obtuvo la educación universitaria, en el contexto de ambos países. El impacto de la
tecnología fue significativo en el crecimiento al corto y largo plazo, esto se explica en el
contexto de que la tecnología ayuda a agilizar los procesos de producción, ayuda a
incrementar la productividad laboral, por ende, mejora la calidad de los productos
producidos, lo que genera mayor valor agregado a los consumidores.
La República Dominicana a pesar de invertir el 4% del PIB en educación preuniversitaria
no ha logrado mejorar de manera sustancial la calidad de esta, ya que los resultados
arrojados por las pruebas PISA, el país terminó en el último lugar en lectura y
matemáticas de los 144 países evaluados. El país debe reorientar el modelo educativo y
enfocarlo más en la era digital de la economía del conocimiento donde el avance
tecnológico va a permitir el desarrollo económico sostenido de la nación en el siglo XXI.
Como dijo el presidente ruso Vladimir Putin: “El país que logre dominar la inteligencia
artificial dominará el siglo XXI.” Con un modelo educativo de estos tiempos y
auspiciando una Revolución digital, la República Dominicana se podrá convertir en el
Singapur del Caribe.