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Perceval era un tipo que no sabía su nombre.

Vivía con su vieja en la Yerma Floresta Solitaria,


completamente al pedo, sin ningún tipo de preocupaciones, hasta que un día se le ocurrió salir
a dar una vuelta con su caballo y se internó en el bosque. Aquí nuestro amigo se encuentra
con unos hombres, que, vaya a saber por qué, el tipo se los confunde con ángeles, pero que en
realidad son caballeros. Es de esta forma que después de una de las conversaciones más
absurdas de toda la historia de la materia bretona, así, sin ningún tipo de motivos racionales,
este loco lindo, cual don quijote de la mancha, decide convertirse en caballero. A partir de acá
va a suceder la secuencia de escenas más desopilantes alguna vez vistas en la Edad Media, por
eso hoy en te lo resumo así nomás, les presentamos “El cuento del Grial”.

Esta historia, que fue escrita por el viejo y querido Chretien de Trois (que la espirchó antes de
terminar la obra) nos cuenta las hazañas de este jovencito, heredero de un linaje heróico, que
no tenía ni la más mínima idea del mundo que lo rodeaba, y aún menos sobre cualquier cosa
que tuviera que ver con la caballería. El tipo, después de la conversación con estos tipos,
agarra y se vuelve a su casa y le dice a la vieja: “Ma, me voy a hacer caballero”. Y así,
aconsejado por su madre, parte hacia la corte del Rey Aturo, en busca del nombramiento para
poder tener muchas aventuras caballerescas de caballeros.

La mamá, que no estaba tan de acuerdo con la idea de que su inexperto hijo (por no decir
otras palabras más claras) anduviera por las conurbanas landas bretonas, al momento de
despedirlo, parece que le baja la presión de los nervios y cae desmayada, cosa que a nuestro
querido, mal parido héroe parece importarle un bledo, porque igual se toma el palo. Así que la
vieja se queda sola espichada en la puerta de la casa, con el corazón roto. De esta manera
comienza la aventura, Ah! Me olvidaba de algo importantísmo que hace la doña de espicharla,
como toda buena vieja vizcacha le da una serie de consejos que su hijo no podrá olvidar.
Básicamente le dice que cuando se encuentre una doncella, siempre y cuando esta tenga
consentimiento, la bese y que si tiene un anillo y ella se lo quiere entregar que lo reciba y que
se lo quede. Pero este señor que pareciera tener algún tipo de trastorno generalizado del
desarrollo, interpreta todo literalmente y cuando se encuentra con una mina en una Tienda
roja como los tomates, la besa de prepo y le chorea el anillo, sin tener en cuenta que la mujer
tiene marido por lo cual somos testigos de un caso de violencia de género en la Edad media

Cuando este muchacho inicia su periplo, se encuentra con un bermejo caballero, o sea que
tiene una armadura y armas rojas y que tiene una copa de oro en la mano, y lo ve salir del
castillo del Rey Arturo. Este caballero rojo, venía de hacer quilombo dentro del castillo por lo
que el Rey andaba medio preocupado por los desmanes que había hecho hacía unos minutos.
El tipo irrumpe en la corte, y a pesar de que el Rey Arturo no le da ni pelota, insiste en que lo
nombre caballero porque está muy apurado para volver a la casa porque de golpe se acordó
que la madre estaba desmayada en la puerta. Arturo, luego de ignorarlo por completo durante
unos instantes, le cuenta el quilombo que había hecho el caballero rojo. Al parecer esto no le
importa demasiado a nuestro amigo, ya que insiste una vez más en ser nombrado caballero y
como frutilla del postre agrega que se quiere quedar, vaya a saber por qué motivo, con las
armas bermejas y la armadura del chaboncito pendenciero.

A todo esto, por ahí cerca se encontraba un tal keu, un prohombre que de prohombre no tenía
nada, quien le contesta a nuestro protagonista que si quiere la armadura y las armas del
caballero rojo que vaya y las busque, obviamente en forma burlona, pero nuestro amigo, que
al parecer no tiene mucha vida social, entiende el sarcasmo de Keu de manera literal y se
encamina para la puerta, no sin antes recibir la sonrisa de la doncella que a nadie le sonrería, a
la cual Keu le tenía ganas, entonces un bufón que estaba presente se burla de Keu, y este
herido en su orgullo le propina una bofetada en plena cara a la doncella.

Bueno, la cuestión es que nuestro héroe protagonista, sale a la puerta del castillo y se enfrenta
con el caballero rojo, a quien asesina sin demasiada dificultad. Perlesvaus (quien aún no
conoce su propio nombre), encuentra una enorme dificultad para quitarle la armadura al
caballero muerto, entonces como no podía solo, el copado de Yonet le da una mano. No
sabemos muy bien por qué, pero como el tipo ignora la forma en la que se desprenden las
armaduras, no tiene mejor idea que intentar descuartizarlo para poder lograr su cometido. Por
suerte, Yonet le explica que no tiene que hacer eso y finalmente nuestro héroe obtiene las
armas y la armadura del caballero rojo. Una vez que lo desvisten, Yonet le quiere pasar las
pilchas que el caballero llevaba debajo de la armadura, pero Perlesvaus, dando una clara
muestra de Edipo no resuelto, le dice que ni en pedo se pone las ropas esas que son tan feas,
porque las que le tejió la mamá son mucho más lindas.

Entonces, Perlesvaus contento con su nueva indumentaria, en agradecimiento, como todo


buen prohombre, le entrega a Yonet la copa de oro para que se la regale a Arturo, y se
despide, no sin antes decirle que advierta a Keu que en el momento menos pensado vengará a
la doncella a la que metió terrible sopapo.

Acto seguido, se encuentra con un vavasor que tiene un nombre rarísimo re difícil de
pronunciar, quien llamaremos a partir de ahora Gómez. Entonces Perlesvaus (Percival para los
amigos) decide pedirle asilo, y el viejo se lo da a cambio de que le haga caso en todo lo que le
diga, que es básicamente lo siguiente:

En primer lugar, le enseña a manejar la armas de la época, después le dice que no mencione a
su madre cada vez que se cruza a un caballero para no quedar como pascual, que no hable
demasiado y por último le dice que si un caballero vencido le pide clemencia, que se la otorgue
en muestra de caballeorisdad.

Una vez terminado el aprendizaje, el personaje principal se manda a tener aventuras. A partir
de acá, el tipo libera castillos, se encama con doncellas, se enfrenta a decenas de enemigos, se
olvida de la vieja (aplausos) y siempre saliendo airoso de manera completamente fortuita,
continua por el bosque para regresar a la casa de su madre, hasta que de la nada se le aparece
el enorme castillo del Grial, donde vivía el Rey tullido, tras lo cual se olvida de vuelta de la
madre y se deja llevar por la aventura una vez más. El rey tullido era un tipo que estaba tan al
pedo que lo único que hacía era pescar con un venablo que le habían clavado entre los muslos
en una batalla.

Como suele suceder en este tipo de historias, el rey lo recibe y lo invita a comer. Acá no pasa
nada importante hasta que nuestro personaje ve pasar unos objetos de lo más particulares: un
grial, una lanza chorreando sangre y otras cosas que no tiene ningún sentido mencionar.
Entonces, Percival recordando lo que el viejo Gómez le había dicho antes, ni se le ocurrió
preguntar qué eran esos objetos, y eso que pasaron tres veces delante de sus ojos. Pero bueno
recordemos que nuestro amigo tiene problemas con la literalidad.

Al parecer gracias a esto, le cae una maldición, que no sabe muy bien de dónde proviene ni
qué es lo que hace, pero lo que sí sabemos es que al salir del castillo se encuentra con su prima
y esta es quien, no sabemos a santo de qué, le avisa de la maldición, y es en medio de esta
charla que el protagonista de repente adivina su nombre. La prima le dice que se murió un
amigo de ella y también le avisa que su madre se murió. Y sí Perceval, si la abandonaste al
principio del cuento desmayada en la puerta, Mmmm mirá cómo te mira Connan. De ahí la
causa de todos tus males: dejaste a tu vieja tirada, y además cómo no se te va a ocurrir
preguntar sobre el grial y la lanza?

Bueno gente, este te lo resumo así nomás se empieza a poner denso y nos estamos quedando
sin imágenes para poner, así vamos a resumir todavía más. Entonces, siguiendo su camino,
este joven que es puro ímpetu y tormenta, se encuentra con la joven que besó de prepo al
principio de la historia, la reivindica, y la manda junto con el machirulo de su marido a la corte
del rey Arturo, sin olvidarse de advertir otra vez a Keu que volvería a vengarse por el cachetazo
a la doncella.

A todo esto, pasan los días y a la corte de Arturo llegan constantemente noticias de las
hazañas de Perceval, por lo cual parece que a este rey le pinta de irlo a buscar, y entonces
decide salir en su búsqueda, y lo encuentra, no sin antes mandar un par de caballeros a
invitarlo a que se acerque a sus tiendas. Pero perceval que está muy absorto recordando a su
doncella amiga porque vio sobre la nieve unas manchas de sangre de una oca que le
recordaron a su cara, piensa que como lo distrajeron de sus reflexiones, tiene que empezar a
revolear venablazos por todos lados, y sin querer, termina vengando a la otra doncella
sacándole el hombro de lugar a Keu y rompiéndole la cabeza a otros caballeros que intentan
hacer lo mismo, ah uno de esos es Gauvain.

Finalmente, después de hacerse amigo de Gauvain, cenar con el rey, comer perdices y festejar
felices, aparece la fea doncella de la mula y vuelve a recordarle a perceval los motivos de la
maldición y sus consecuencias, advirtiéndole que gracias a él el rey tullido jamás mejorará, que
las damas perderán a sus maridos porque quedarán sumidas en la pobreza, que las doncellas
quedarán huérfanas y que morirán muchos caballeros a causa de su error.

A raíz de todo esto, por fin Perceval decide ir en busca del grial, no sin antes sufrir sus
habituales distracciones: cinco años completamente perdido, olvidado de Dios y sin una sola
idea de dónde se encuentra el grial. Un buen día, exactamente un viernes santo, se cruza con
dos personas que le advierten que es necesario que se reconcilie con Dios y con la nueva ley, y
lo guían hacia el encuentro de un ermitaño, quien le da, una vez más, una serie de consejos
antes de espirche el viejo de Troys y la historia queda sin terminar, porque sí, la historia no
tiene final. Si te lo decía al principio no llegabas a esta parte del video ni ahí.

Los consejos son, básicamente, que se someta a Dios y a los poderosos y que cada tanto le tire
un hueso a los pobre y obvio, que se arrepienta de todos sus pecados. Después de estos
consejos, Perceval desapareció y nada más se supo de él, al menos por la pluma del difunto.

Bueno, así no termina esta historia, porque otros se encargaron de ponerle finales, pero son
un montón y esa es tela para otro video. Espero que les haya gustado, y ahora como siempre,
pegale una megusteada, una suscribida, una retwuiteada y buscame en instagram que tengo
instagram y buscame en facebook que tengo facebook y buscame en el aula 18 que curso en el
29.

Y hacele caso a mi tía marta y nos vemos en otro video, chau.

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