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Introducción

A lo largo de este espacio, se tuvo la oportunidad de examinar diversas


manifestaciones de la cultura a través del tiempo, es decir, manifestaciones de la
actividad del hombre que van dejando huellas. En el caso que atañe a este espacio
curricular, esas huellas son las diversas construcciones y modificaciones del espacio que
la sociedad va realizando con diversos fines, que en su conjunto se transforman en
testigos de las transformaciones que “sufre” dicha sociedad y también las permanencias.
Para quienes estudian la historia, que se dedica a analizar el desarrollo de la sociedad a
través del tiempo, estas permanencias materiales: estructuras, construcciones, espacios
modificados para una actividad determinada, son una fuente de información que a veces
deja ver mucho más que el documento, el testimonio escrito, las memorias de quienes
vivieron un determinado momento del pasado. En su conjunto, el patrimonio histórico
formado por estos “testigos materiales” del pasado forma una suerte de “código fuente”,
que permite dar a las sociedades un sentido de identidad y continuidad, de ahí la
categoría de “patrimonio” y la importancia de su conservación.

Como se dice al principio de esta introducción, se estudiaron diversas


manifestaciones materiales de las actividades del hombre en sociedad. Pero hasta ahora
estas actividades y las construcciones relacionadas fueron las que hacen, de una forma u
otra, a la salud, educación, tránsito, en pocas palabras al funcionamiento de los
individuos como miembros de la sociedad. Pero la sociedad no sólo existe sólo por y
para sí misma: el hombre desde que es hombre posee la necesidad de expresarse y
disfrutar de diversas formas de expresión, lo que también constituye un fenómeno social
en sí. Bibliotecas, cines, teatros, escenarios, no sólo son una forma de adquirir
conocimiento y esparcimiento, son un reflejo de los tiempos que se viven y vivieron, del
momento cultural, social y político. También es una expresión de reunirse, asociarse en
base a intereses comunes, la aparición de clubes deportivos, sociales, artísticos, etc., que
no sólo se dedicaron al esparcimiento y actividades deportivas, también se formaron con
el fin de producir cambios en la sociedad, siguiendo intereses y fines comunes, como el
caso de las logias masónicas. Todas estas manifestaciones de la sociedad necesitaron y
necesitan un lugar físico, cuyas características generales no pueden evitar reflejar
muchos aspectos de la realidad del momento en que fueron construidas. De este tipo de
construcciones y lo que revelan de la sociedad, se trata el trabajo que a continuación se
desarrolla.
Arquitectura institucional: bibliotecas, teatros,
cines, clubes, entidades deportivas y logias
masónicas

MARCO NACIONAL: ARGENTINA

Bibliotecas
La Biblioteca Nacional (anteriormente Biblioteca Pública de Buenos Aires), creada por
Mariano Moreno en 1810, su primera sede estuvo en la Matanza de las Luces.

El carácter de nacional lo obtiene en la década del 80 durante el siglo XIX, en medio de


la conformación del Estado Nacional. La biblioteca sirvió como reservorio patrimonial
y cultural.

Emplazada en el predio que comprende las calles Agüero y Austria, y las avenidas Las
Heras y del Libertador, el edificio construido por los arquitectos Clorindo Testa,
Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga proyecta una moderna estructura, considerada de
estilo brutalista debido a sus formas geométricas y a la presencia del hormigón a la
vista. Esta construcción representa el último capítulo de una rica serie arquitectónica
compuesta por otros dos edificios históricos: el de sus orígenes, en la Manzana de las
Luces, y su clásica sede de la calle México, en el barrio de San Telmo, inaugurada a
principios de siglo XX por su entonces director, Paul Groussac. Este último edificio se
encuentra hoy en restauración para albergar allí el Centro de Estudios y Documentación
Jorge Luis Borges –en reconocimiento a su trayectoria como director de la institución–,
el cual oficiará como un espacio de muestras e investigación y como residencia para
escritores que visiten la ciudad.

Nacida en las conmociones de la Revolución de Mayo, testigo privilegiado de la


historia, la Biblioteca Nacional ofrece, en sus salas de lectura, sus auditorios y
exposiciones, una oportunidad de repensar los enigmas de nuestra cultura colectiva.
1

Clubes

Jockey Club

A partir de 1880, la República Argentina acometió su definitiva organización como


nación bajo la guía del lema paz y administración, que caracterizó la primera
presidencia del General Julio A. Roca (1880-1886). Ante los hombres que formaban la
clase dirigente del país se abrió entonces un campo propicio para las realizaciones
institucionales.

1
Fuente: https://www.bn.gov.ar/biblioteca/acerca/galeria
El Jockey Club de Buenos Aires, fundado el 15 de abril de 1882, surgió precisamente de
ese contexto de euforia creativa. Su impulsor más decidido y primer presidente fue el
Dr. Carlos Pellegrini, secundado en la empresa por un entusiasta conjunto de caballeros
representativos de la actividad política y económica del país. La idea que los animaba
era la de dar origen en nuestro medio a una entidad capaz de organizar y regir la
actividad turfística nacional, hasta entonces fruto de emprendimientos dispersos y poco
redituables, pero que al mismo tiempo fuera un centro social de primer orden, similar a
los mejores clubes europeos que todos ellos habían conocido durante sus viajes por
Francia e Inglaterra. Ambas premisas quedaron enunciadas claramente en el artículo
primero del Estatuto de la institución, que expresaba que el Jockey Club sería un centro
social, pero también una asociación que propendería al mejoramiento de la raza
caballar.

La antigua sede social de la calle Florida

En cuanto a la vida social de la institución, durante sus primeros años las actividades se
desenvolvieron en distintas residencias alquiladas, todas ellas ubicadas en la zona
céntrica de la ciudad, pero una nómina societaria en constante aumento pronto aconsejó
la edificación de una sede propia, que estuviera en un todo de acuerdo con la creciente
jerarquía que el Club había alcanzado en su etapa germinal. Un paso capital al respecto
se tomó en 1888, cuando se adquirió un predio en la calle Florida entre Lavalle y
Tucumán, ubicación inmejorable del Buenos Aires finisecular. Después de llamar a
concurso de proyectos, las autoridades del Jockey resolvieron la inmediata iniciación de
las obras, según planos del arquitecto austríaco Manuel Turner. Durante el proceso
constructivo, que se extendió por nueve años, el programa original fue completamente
modificado, firmando la obra definitiva el ingeniero argentino Emilio Agrel.

Una soberbia fachada sobre la calle Florida, impactante recepción y una escenográfica
escalera; suntuosos salones, vasta sala de armas y acogedor comedor; sus elegantes
características contribuyeron para que, desde el momento mismo de su inauguración, el
30 de septiembre de 1897, el palacio del Jockey Club se transformará en el centro
predilecto de la actividad social más encumbrada de la ciudad. En su moblaje y adorno
tuvo mucho que ver Carlos Pellegrini, quien se ocupó personalmente del arreglo
definitivo de la casa.
Con el correr del tiempo la casa sufrió diversas modificaciones. Ante todo se
adquirieron varios solares vecinos, posibilitando la ampliación de las instalaciones y la
construcción de un edificio anexo para las oficinas administrativas. Sucesivas reformas,
llevadas a cabo en 1909 y en 1921, permitieron adaptar los salones a los cambios
producidos en las modas y en el gusto, a la vez que, con asesoramiento especializado, se
formó una valiosa colección artística, en la que se destacaban pinturas firmadas por
Louis Michel Van Loo, Goya, Bouguereau, Corot, Monet, Sorolla, Anglada Camarasa,
Fantin-Latour, Carrière y Favret.

El 15 de abril de 1953, en un contexto de irracionales pasiones políticas, el palacio del


Jockey Club de la calle Florida fue incendiado y destruido, perdiéndose casi la totalidad
de su patrimonio artístico. Pocos días después el Club fue disuelto, recuperando su
personería recién en 1958. La nueva etapa que se inició en aquel año tuvo como
escenario una residencia que había pertenecido a la familia Estrugamou y estaba
ubicada en la calle Cerrito 1353. La casa fue adquirida con sus muebles, alfombras,
arañas y obras de arte y se la adaptó para las actividades del Club con el asesoramiento
del arquitecto Alejandro Bustillo. Aunque de menores dimensiones que la sede de la
calle Florida, cumplió sobradamente con los requerimientos de la entidad durante aquel
tiempo de transición.

El momento adecuado para que el Club dispusiera de una casa acorde con su renacida
importancia llegó en 1966, cuando se adquirió el edificio de Avenida Alvear 1345, una
de las mansiones más suntuosas de entre las construidas en Buenos Aires a fines del

2
Interior de la Sala del Jokey Club, en su primer edificio en calle Florida.
Fuente: http://www.jockeyclub.org.ar/JockeyNeWeb/HISlahistoria.php# Ult. Visita 03/03/18 08,45hs
siglo XIX, cuyo frente, para mayor significación, se abre sobre la plaza en la que se
erige el monumento a Pellegrini, el preclaro fundador del Club.

Las complejas e inteligentes tareas de reciclaje, a cargo del estudio de los


arquitectos Acevedo, Becú y Moreno, permitieron que en noviembre de 1968 el Jockey
Club abriera nuevamente sus puertas en una casa de gran clase, dotada de todas las
comodidades necesarias para su mejor funcionamiento. Se respetaron los ambientes de
la recepción, tal como eran cuando aún vivía allí su antigua propietaria, doña
Concepción Unzué de Casares, pero todo el resto de la casa sufrió un completo proceso
de transformación. Se volvió así a disponer de amplias dependencias, un vasto comedor,
una cómoda sala de armas y una inmensa biblioteca. Volvieron a colgar de los muros
pinturas de firmas reputadas y a llenarse de voces los lujosos salones. Se volvió también
a discutir sobre turf y otra vez se realizaron importantes reuniones culturales. En fin: el
Jockey Club volvió a adquirir el antiguo y tradicional esplendor que lo había
caracterizado desde sus años iniciales, instalado en uno de los recodos más distinguidos
de la ciudad de Buenos Aires.

En 1981 el espacio social de la Avenida Alvear se vio notoriamente engrandecido con la


adquisición de una residencia anexa, con frente sobre la calle Cerrito, que antes había
sido propiedad de la familia Sánchez Elía. Se integraron ambas casas a través de sus
respectivos jardines, se agregaron nuevos y relucientes ambientes y la sede del Jockey
Club alcanzó entonces su máxima prestancia; la misma que hoy se despliega, con
cotidiano deslumbramiento, ante los socios que la visitan y que ingresan en ella bajo la
mirada alerta de la Diana de Falguière que, salvada del incendio de 1953, sigue
custodiando las puertas del Club como lo hizo siempre, desde su inauguración, en la
recordada sede de la calle Florida.
3

Logias masónicas
Las logias masónicas y su actividad están profundamente entrelazadas con la
historia argentina. De hecho, para Marasco (2003), la masonería promovió desde el
siglo XVIII y de la mano de la Ilustración, los cambios sociopolíticos mundiales que
hicieron posible el surgimiento de los Estados-Nación en la segunda mitad del siglo
XIX:

“Por nuestra parte queremos afirmar que las ideas del progresismo masónico
han
sido un factor clave en el desarrollo de la humanidad, cuando menos en los últimos tres
siglos. Desde la aparición de los postulados de la ciencia moderna allá por el siglo
XVIII, las ideas de libertad, la exigencia de un campo propio para el progreso y
naturalmente, el quiebre de la alianza retrógrada del poder temporal-clerical, fueron
delimitando jurisdicciones y pertinencias que dieron lugar al surgimiento del mundo
moderno. La sociedad realiza y al mismo tiempo asiste a un proceso de cambio en la
base productiva que interactúa con la definitiva construcción de nuevos valores,
ajustados éstos a la sociedad emergente. Ergo, asoma entonces el reconocimiento del
hombre como centro de la vida en la Tierra, no negando quizás, pero cuando menos

3
Fachada del actual edificio del Jockey Club: AYER Y HOY
Fuente:
diferenciando los planos secular y sagrado en la vida de relación y en la incipiente
organización del aparato del Estado”.4

Desde mediados del siglo XIX y hasta bien entrado el XX, el proceso de
secularización del Estado, constitucionalismo y democratización estuvo influido por
miembros de la masonería, en una línea que puede rastrearse desde San Martín,
miembro fundador de la Logia Lautaro en el Río de la Plata, Mitre, Urquiza, Sarmiento,
Alberdi… Con sus diferencias todos ellos abocados a la creación de una República
moderna, basada en fundamentos racionales, fundamentos que por otro lado sostiene la
tradición masónica.

Hacia fines del siglo XVIII en Buenos Aires corrían épocas de cambios. Luego
de pasar por etapas de luchas y construcción de ideologías políticas, sociales y
económicas, el país va creciendo a la vez que recibe influencias de la cultura europea.
Esto conduce a un
despertar de una sociedad con necesidad de independencia y soberanía propia.
Desde el principio de la construcción de la Nación Argentina, los masones
tuvieron un papel decisivo. Llevaron adelante el rol de actores sociales mediante un
proceso que va
desde los inicios de la nacionalidad hasta fines del siglo XIX. Haciendo referencia a esta
época, se encuentra fuertemente presente la vocación progresista de los hombres de la
generación del ´80, quienes tuvieron a su cargo las funciones políticas, económicas y
sociales. De la mano de esta élite liberal se fue tejiendo un país de ideales positivistas y
laicos en el cual la masonería, fuertemente ligada al Estado nacional, se fue
relacionando
con el devenir argentino.
Con aquellos hombres quedó plasmado en la construcción del patrimonio
histórico-cultural un lenguaje significativo. Es posible encontrar en las construcciones
de la época, símbolos, vestigios de este lenguaje, de este ideario que miraba hacia el
futuro y buscaba liberar a la sociedad de atavismos y anacronismos, con el fin último
del desarrollo de los individuos, sin distinción alguna.

4
MARASCO, Juan Carlos: “La Presencia Masónica en el Patrimonio
Histórico Cultural Argentino”, en “Temas de Patrimonio Cultural 8: Presencia Masónica en el
Patrimonio Cultural Argentino”; Comisión para Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la
Ciudad de Buenos Aires, BsAs, 2003, reedición digital 2005, pág. 19, disponible en
https://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/temas_8.pdf. Últ. vis. 23/02/2018.
Sus símbolos están estrechamente relacionados a los conocimientos de la
cosmología, ya que los antiguos constructores consideraban al cosmos su modelo
simbólico por excelencia. Para erigir sus edificios, estos imitaban las estructuras de ese
modelo, siguiendo formas geométricas puras que representaban el Cielo y la Tierra. El
hombre de estas tradiciones concibió y construyó edificios y ciudades prestando
atención a los conceptos de Firmeza, Utilidad y Hermosura.

Edificio La Prensa.

El palacio del diario La Prensa, actual sede de la Casa de la Cultura del


Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, fue construido en Av. De Mayo
entre 1895 y
1898 por los ingenieros Carlos Agote y Albert Gainza.
El Dr. José C. Paz, fundador y vicepresidente, encargó el proyecto de estilo
academicista francés como sede del diario. Los hombres que colaboraron en su
fundación pertenecieron a lo más destacado de la sociedad porteña: el Club del Progreso
y la masonería argentina. Estos hombres decidieron crear un diario cuya base fuera la
ética periodística, y por medio del cual se escribiera solo la verdad.

Su fachada ecléctica, que responde al esplendor que vivía Buenos Aires en ese
momento, está rematada por una escultura de bronce, que es la máxima expresión del
edificio. Esta es una mujer que resume los ideales de la época: “El periodismo en la
construcción de una sociedad libre”. Así, representa el progreso que generó el
periodismo al transmitir conocimiento y verdad. Esta mujer, que parece avanzar
vigorosamente hacia adelante, en una de sus manos sostiene una página en la que
puede leerse la inscripción “La Prensa”, aludiendo al periodismo en general. En su otra
mano, con el brazo bien en alto, sostiene una lámpara que simboliza la luz de la
verdad. La luz es un símbolo fundamental en la masonería, ya que representa la
sabiduría y representa al hombre iniciado, nacido en la luz de la razón y la libertad.
Esto tiene correspondencia con la era del iluminismo e ilustración que hace poco había
comenzado en Europa, especialmente en Francia. 5

5
ISINGRINI, Laura Andrea: “Lenguaje y Simbología Masónica en Edificios Institucionales de Buenos Aires
en Siglo XIX. El Legado Cultural de la Masonería a Través de la Arquitectura y sus Significados”, FADU-
UBA, Buenos Aires, Argentina. Síntesis Libre. En
6

Logia Masónica Hijos del Trabajo

Cada una de las logias tenía y tienen características particulares. Barracas es


testigo de el aglutinamiento de trabajadores, en su mayoría italianos, que van
conformando instituciones solidarias como las gremiales o sociedades de resistencia,
culturales y educativas, con el apoyo de logias del tipo Hijos del Trabajo o socialistas
como la Sociedad Luz.

En el friso se destaca el globo alado de los egipcios, que simboliza la


sublimación de la materia. Las tres pirámides Gizeh: Mikerinos, Kefren y Keops,
representan la inmutabilidad de los principios de la vida y del tiempo. Se observan
también los clásicos tallos y hojas de loto y papiro.
El templo es escenario de actividades propias a su función y también culturales,
contando con una importante biblioteca.7

http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/6899/Laura%20Andrea%20Isingrini.pdf?sequence=3.
Últ. vis. 26/02/2018.
6
Edificio del diario La Prensa, en http://www.buenosaires.gob.ar/noticias/edificios-emblematicos-del-
periodismo-en-buenos-aires. Últ. vis. 26/02/2018.
7
Sitios de Interés Cultural, en
http://www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/cpphc/sitios/detalle.php?id=76.
8

La Logia Hijos del Trabajo fue fundada en 1882 y tras varias mudanzas se
instaló en su sede actual de San Antonio 814 en 1884 en el barrio de Barracas.
Los Hijos del Trabajo dejaron de existir en 1983, después de 101 años, cuando la Gran
Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones la disolvió porque sus actividades
habían cesado de hecho. Hoy se encuentra nuevamente en actividad.10
El templo fue consagrado en junio de 1890, después que la casa chorizo tuviera una
extensiva renovación a manos del arquitecto Francisco Cabot y ganó la compleja
distribución y decoración simbólica esencial al ritual masónico.

8
Fuente: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/cpphc/sitios/detalle.php?id=76.
9
Fuente: http://detallesdebuenosaires.blogspot.com.ar/2010/12/logia-hijos-del-trabajo.html
10
“ Edificios y Monumentos de Buenos Aires”, en
http://detallesdebuenosaires.blogspot.com.ar/2010/12/logia-hijos-del-trabajo.html.
Teatros
En la Historia del teatro argentino desde 1783 a 1930, se describen distintos
períodos: La creación del primer teatro, El Teatro de La Ranchería; el período de El
Coliseo Provisional; el teatro en tiempos de Rosas; el teatro de 1860 a 1880 y la
Generación del ’80 que comprende el período de 1880 a 1910.

En 1783 se creó en Buenos Aires la primer Casa de Comedias; el gestor de esta


empresa fue el Virrey de las Luces, como se le llamaba al Virrey Vertiz. El teatro de La
Ranchería desapareció por un incendio en 1792; allí se estrenó, tres años antes, Siripo
de Manuel José de Lavarden, considerada la primera obra de un autor local11.

12

En 1804 Olaguer y Feliu inauguran una nueva sala teatral, el Coliseo


Provisional, en Cangallo y Reconquista, que luego se la llamó el Teatro Argentino. Se la
consideró como la sala de la revolución, quizá por lo cercana que ya se hallaba la
revolución de mayo de 1810. En este teatro se estrenó El detalle de la acción de Maipú,
cuyo autor se desconoce; una obra en la que se glosan con habilidad costumbres
populares. Más tarde estuvo en cartel El hipócrita político, sólo se conoce del autor lo

11
Historia del teatro argentino (1783-1910), en https://surdelsur.com/es/historia-teatro-argentino/, últ.
visita 23/02/2018. Síntesis libre.
12
Teatro de la Ranchería. Fuente: https://surdelsur.com/es/historia-teatro-argentino/, últ. visita
23/02/2018.
que podrían ser sus iniciales: P.V.A.; se trató de una comedia urbana, en la que se
reflejaba el hogar porteño de la época. También en aquel teatro, se estrenó Túpac
Amaru (o La revolución de Túpac Amaru), una tragedia escrita en verso, la historia
registra la revolución indígena que se produjo en 1780 en Tungasuka, Perú.

Teatro Coliseo. Litografía. C.H. Bacle

13

Tertulia Porteña. Litografía de Alberico Ísola.

La historia del teatro argentino durante el período de 1829 a 1852, se caracteriza


porque la actividad teatral se vio influenciada por las presiones políticas, según
testimonian los afiches de la época. El teatro se volvió más popular, se destacó como
actividad de entretenimiento para las masas del campo y de los suburbios. El circo fue el
espectáculo preferido del federalismo mazorquero. El circo se desarrollaba bajo la
influencia de los ejemplos europeos y latinoamericanos en este género, sobre todo de
aquellos que en sus giras incluían a la Argentina.
En 1827 se inaugura el primer parque de diversiones, El Parque Argentino o Vauxhall

13
Ídem.
que ocupaba el espacio de la actual Plaza Libertad, donde había diversas instalaciones
entre ellas el espacio para un circo de 1500 espectadores.

14

Juan Bautista Alberdi, escribe desde su exilio en Uruguay, la petite pieza El


Gigante Amapolas (1842) sátira sobre el régimen rosista y caudillista; en esta ocasión
Alberdi utiliza por primera vez elementos del absurdo y del grotesco en la dramática
argentina.

Un párrafo aparte merece la creación del Teatro Colón, símbolo de la cultura


argentina. Con la idea de levantar un teatro oficial de nivel internacional dedicado a la
ópera, en 1886 el Gobierno autorizó la construcción de un nuevo Teatro Colón en la
manzana donde hasta poco tiempo atrás funcionara la Estación Parque del Ferrocarril
Oeste. El proyecto original de Francisco Tamburini, planteó una típica sala a la italiana,
con forma de herradura, de 75 metros de diámetro, seis niveles con 142 palcos y 2.500
asientos, mientras que en el tratamiento exterior apeló al neorrenacentismo italiano.

14
Teatro de la Victoria. Afiche (1849). Fuente: https://surdelsur.com/es/historia-teatro-argentino/, últ.
visita 23/02/2018.
15

Las obras comenzaron en 1891 y, tras el fallecimiento de Tamburini, continuó los


trabajos su colega Víctor Meano, quien respetó el planteo básico de su antecesor, pero
introduciendo cambios estilísticos incorporando elementos del monumentalismo
grecorromano. No obstante, su apariencia final recién la adquirió en 1904, cuando la
prematura muerte de Meano hizo que continúe las obras el arquitecto belga Julio
Dormal, quien terminó el edificio e introdujo ornamentación y decoraciones
afrancesadas.

16

15
Exterior del Teatro Colón. Fuente:https://www.tripadvisor.com.ar/Attraction_Review-g312741-
d311763-Reviews-Teatro_Colon-Buenos_Aires_Capital_Federal_District.html. Últ. vis. 23/02/2018.
16
Teatro Colón. Fuente: http://assets.bubblear.com/wp-
content/uploads/2016/07/25215206/Teatro.Colon_.featured.jpg. Últ. vis. 24/02/2018.
Además de la suntuosidad y esplendor de su amplísima sala -que durante
muchos años fue una de las más grandes del mundo- merecen destacarse el foyer con su
cúpula de vitraux, y las amplias escalinatas de mármol que llevan al Salón Dorado.17

A partir del comienzo del siglo XX la actividad teatral en Buenos Aires fue
intensa. De los trece teatros de Buenos Aires, diez estaban ocupados por compañías
extranjeras. Se estrenaron numerosas obras inaugurándose de este modo la época de oro
de la historia del teatro argentino. La presentación por los Podestá, el 16 de junio de
1902, de La Piedra del Escándalo de Martín Coronado (1850-1919) marca un punto de
inflexión en la historia del teatro argentino, criollo por los intérpretes y los autores,
dando lugar al teatro nacional.

Cines
Entre 1896 y 2010 existieron en Buenos Aires más de trescientos cines. Fueron
espacios creados para la proyección de películas, otros adaptados a partir de edificios ya
existentes -habitualmente teatros- y otros que compartieron hábilmente sus ámbitos
alternando la proyección con el género en vivo. Así, a lo largo de más de un siglo el
público porteño acompañó con entusiasmo todas las innovaciones en materia
cinematográfica y asistió con asiduidad tanto a los céntricos palacios para espectáculos
como a los más pequeños cines de barrio, centros sociales de su vida cotidiana.

La historia del cine argentino se inicia con la primera exhibición


cinematográfica, con vistas de los Lumiére, el 18 de Julio de 1896. En 1894 había
llegado el kinetoscopio y, a comienzos de 1896, un concesionario de kinetoscopios
había experimentado proyecciones públicas con un aparato de su invención.

La primera exhibición cinematográfica en Argentina se efectuó el 18 de julio de


1896, poco después de su lanzamiento en París. La misma tuvo lugar en el teatro Odeón
de Buenos Aires y se proyectaron El Taller de Herrerí-a, Niños en el Jardí-n de las
Tullerí-as y La Salida de Operarios de una Fábrica, entre otras. En esa función inaugural

17
Guía del patrimonio cultural de Buenos Aires 1 : edificios, sitios y paisajes. - 1a ed. -Buenos Aires :
Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico, 2008. edición digital en pdf., pág. 43, síntesis libre.
estuvieron presentes: Enrique Lepage (dueño de una empresa que se dedicaba a
importar material fotográfico) Max Glücksmann y el francés Eugenio Py que trabajaban
con él.
Interesados en este nuevo medio se contactaron con los hermanos Lumiere para
comprar sus aparatos, pero como el trato no prosperó decidieron importar un
“Cronofotógrafo Elgé” de Gaumont-Demeny de 1897 y un “Cinematógrafo Phaté”
distribuido por la Compañí-a General de Fonógrafos, Cinematógrafos y Aparatos de
Precisión de Pathé Freres de Parí-s.
Eugenio Py realizó “La Bandera Argentina” en 1897. Su producción necesitó la
instalación en la casa de Lepage del primer laboratorio completo para procesar el
material. Además filmó La visita del Dr. Campos Salles a Buenos Aires (1900), La
revista de la Escuadra Argentina (1901), Visita del general Mitre al Museo Histórico
(1901) y otros cortos.18
Estas primeras películas no parecieron causar gran impacto en el hábito de consumo
argentino pero si incitaron la construcción de las primeras salas de cine. En 1900 se
inauguró la primer sala cinematográfica, el Salón Nacional, para doscientos cincuenta
espectadores (hasta ese momento las proyecciones se realizaban en teatros, circos, cafés
o restaurantes).19

Cine teatro gran rex

Proyectado por uno de los mayores difusores del movimiento moderno en la


Argentina, el arquitecto Alberto Prebisch, el Gran Rex fue uno de los edificios
arquetípicos de la avenida Corrientes a fines de los años 30, cuando era considerada “la
Broadway argentina”. En aquellos años, por medio de altoparlantes ubicados en el
vestíbulo, los espectadores podían llamar a sus coches estacionados en alguno de los
dos subsuelos con capacidad para 200 vehículos. También tenía un bar que ocupaba tres
plantas, bowling en el subsuelo y en el primer piso billares.
Se construyó en tan solo siete meses y la forma de la cubierta de la sala,
formada por una bóveda dividida en arcos superpuestos, se inspira en la del Radio City
de Nueva York. La sala tiene planta en forma de abanico, y los espectadores están

18
Historia del Cine Argentino (1896-1945). Síntesis libre. Fuente: https://surdelsur.com/es/historia-cine-
argentino/.
19
El cine argentino, una breve recorrida por su historia. Síntesis libre. Fuente:
https://pizarrasypizarrones.blogspot.com.ar/2012/02/el-cine-argentino-una-breve-recorrida.html.
ubicados en tres niveles, calculados en función de las visuales más favorables, con
1.400 butacas en la platea, 600 en el primer balcón y 1.500 en el segundo.
La fachada está tratada como una gran vidriera que acusa netamente la estructura
interior de los vestíbulos y foyer, pudiéndose desde el exterior observar el movimiento
del público en las distintas bandejas, y éstos apreciar el espectáculo de la calle
Corrientes.20

21

20
Guía del patrimonio cultural de Buenos Aires 1 : edificios, sitios y paisajes. - 1a ed. -Buenos Aires :
Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico, 2008. edición digital en pdf., pág. 49, síntesis libre.
21
Cine Gran Rex-BsAs. Fuente: https://s3-sa-east-
1.amazonaws.com/modernabuenosaires/img/obras/galeria/1_1427730693.jpg.
MARCO PROVINCIAL: ENTRE RÍOS
Bibliotecas
Durante la presidencia de Sarmiento se crean las bibliotecas populares con la finalidad
de forjar una sociedad letrada. Si bien, con anterioridad existían bibliotecas públicas, la
vigencia de la ley de Sarmiento en 1870 produjo un incremento de ellas.

En casi todas las ciudades entrerrianas se logró la constitución de asociaciones cuya


finalidad era la fundación de bibliotecas populares.

La primera que se registra es la Sociedad y Biblioteca Popular El Porvenir, fundada


en Concepción del Uruguay en 1872, funcionó en el histórico colegio hasta que se
construyó su propio edificio en 1914.

El edificio se halla construido entre medianeras en un terreno de forma semicircular en


el contra frente, ya que toma la forma de los ábsides de las capillas laterales de la
basílica Inmaculada Concepción. La disposición del edificio no presenta eje de simetría,
ya que las necesidades espaciales no lo permiten. El único acceso al edificio está situado
hacia uno de los laterales del mismo, dejando así un gran espacio para el salón de
exposiciones de Planta Baja. Mediante el pasillo de ingreso se accede a un hall en donde
se halla una importante escalera de mármol de carrara que lleva hacia la Biblioteca que
ocupa el ancho total del terreno en Planta Alta. Es decir, que los salones principales dan
hacia el frente, y los servicios se encuentran en el contra frente, absorbiendo de este
modo las irregularidades del terreno. La fachada consta de basamento, desarrollo, y
remate. Los revoques exteriores son símil "Piedra Paris", predominando en la misma la
horizontalidad, acentuada por un balcón corrido con balaustres en Planta Alta que
abarca los 3 ventanales del medio, quedando un ventanal a cada lado sin el mismo. La
fachada se organiza mediante un ritmo de aventanamientos y pilastras en el nivel
superior que se interrumpen al llegar al balcón. Los ventanales y acceso son de líneas
rectas con persianas metálicas, siendo más ornamentales las de Planta Alta. El proyecto
de la obra de carpintería, es del arquitecto Jorge de Libes y su construcción en roble
europeo y cristales importados con su monograma fue realizada por el Sr. Ramón Piñón
en 1914.

Actualmente su uso continúa siendo como Biblioteca Popular.


22

23

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Fachada actual de la biblioteca Popular El Porvenir
23
Interior de la Biblioteca Popular El Porvenir
Fuente: https://www.elentrerios.com/actualidad/muestra-de-arte-en-la-biblioteca-popular-el-
porvenir.htm
24

La Biblioteca Popular Olegario V. Andrade de Concordia, como muchas otras


bibliotecas de la provincia se llevó a cabo gracias a diferentes asociaciones que
promovieron la construcción de una biblioteca popular, a través de colectas y
donaciones para la adquisición de un terreno y construcción del edificio.

Entre los años 1891 y 1918, la biblioteca funcionaba en una casa alquilada muy pequeña
que provocaba el deterioro de los materiales al estar todos amontonados en habitaciones
de poco espacio. Es así, que el gobierno de la provincia había donado el terreno para su
construcción y en 1928 comenzaron los trámites para su realización.

El partido arquitectónico adoptado es simétrico, el ingreso conduce a un pasillo


flanqueado por dos oficinas de apoyo y desde allí al hall distribuidor y la sala. Se accede
a la planta alta a través de una escalinata ubicada en el hall. El lenguaje de la fachada se
compone mediante elementos de la arquitectura clásica con símbolos representativos de
las artes, las letras y la música.

La construcción es de Alejandro Pípolo, quien gana la adjudicación en licitación


pública.

24
Fachada y detalles de la Biblioteca Popular El Porvenir de Concepción del Uruguay
Fuente:
http://www.colegioarquitectos.org.ar/imgarchivos/60185_482009_BIBLIOTECA%20POPULAR%20EL%20
PORVENIR.pdf
25

26

Se pueden mencionar otras bibliotecas populares como:

25
4 Biblioteca Popular Olegario V. Andrade: la necesidad de su urgente restauración. (domingo 14 de
febrero de 1988); Juan Meneguin. Diario Concordia.
26
Biblioteca Popular Olegario V. Andrade, Concordia. Fotografía: Sr. Blanco J.
● La Sociedad de Fomento Educacional y Biblioteca Popular Domingo F.
Sarmiento de la ciudad de la Paz. (1904)
● La de Nogoyá (1875) y Victoria (1895).
● La General Urquiza de Federación (1909).

Teatros y cines
En Entre Ríos los dos primeros teatros se construyen durante el gobierno de
Urquiza, por un lado se encuentra el de Paraná y el de Gualeguaychu.

El teatro de Paraná se puede caracterizar como de primer orden denominado San


Justo y luego “3 de Febrero” con un espacio para 2000 personas. La construcción
de su primer edificio comienza en diciembre de 1851 por orden del General
Urquiza. Su nombre definitivo es 3 de Febrero en conmemoración al triunfo de
Caseros y es en 1908 que se inaugura el nuevo edificio en el mismo emplazamiento.

El edificio fue diseñado por el ingeniero Lorenzo Siegerist respondiendo a los


cánones del eclecticismo, y su fachada se compone de tres niveles claramente
diferenciados: el inferior, con grandes pilastras tratadas como mampuestos de piedra
y cinco puertas con pequeñas escalinatas de mármol de carrara; el piso siguiente,
con tres ventanas de medio punto enmarcadas por columnas con capiteles de
inspiración corintia y dos hornacinas laterales, y el último nivel, conformado por
una gran cúpula plateada, que remarca y jerarquiza el foyer. Que la sala principal, en
forma de herradura, está decorada siguiendo los cánones del barroco, con riqueza de
molduras y pinturas, entre las que se destacan las realizadas por el pintor Ítalo
Piccioli en el intradós de la cúpula: una recreación del cielo, con ángeles,
instrumentos musicales, guirnaldas y flores.
27

27
Fachada Teatro 3 de Febrero de Paraná
FUENTE: http://paranasabe.blogspot.com.ar/2012/09/teatro-3-de-febrero-parana.html
28

En Concepción del Uruguay, las iniciativas para la construcción del Teatro 1° de


Mayo se registran en 1867 pero se inaugura el 21 de noviembre de 1868, este
edificio contaba con capacidad para 450 personas.

Su propulsor fue el General Urquiza, el encargado de pintar el interior y las


escenografías fue Bernardo Victorica.

28
Hall de entrada del Teatro 3 de Febrero
29

El Teatro Nacional de Gualeguay data de 1891 siendo el más importante de la


provincia por ese entonces, con una capacidad de 700 localidades. Los fondos para
su construcción se obtienen a través de una cooperadora y con colaboración del
municipio. En su interior, la entrada al vestíbulo y las balaustradas para los palcos y
cazuelas, contaban con escalones de mármol.

Luego de 19 años de ininterrumpida actividad teatral se incorpora el cinematógrafo


y en 1910 el teatro queda en ruinas producto de un incendio provocado por el
proyector de películas.

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Proyectado y ejecutado por el Arq. Juan Fosatti. Toma anterior a 1.906 pues no hay alumbrado
eléctrico público. En la Puerta de Ingreso del Teatro se ve un Farol a kerosene.
FUENTE: http://www.regionlitoral.net/2013/02/el-viejo-teatro-concepcion-del-uruguay.html
30

En cuanto al cine, a finales de la década de 1920 se levantan dos edificios con


destino a cine y teatro. El Teatro Odeón (1927) en Concordia y el Cine Teatro Gran
Rex en Concepción del Uruguay (1929).

El Teatro Odeón tiene una filiación racionalista en respuestas arquitectónicas


europeas y americanas. En Buenos Aires, el auge del cine, databa de las décadas de
1910 y 1920.En estos momentos, los programas de los cines, se integraban con las
películas francesas y muchas de ellas se elaboraban como prevención de conductas
sociales, siempre con argumento. Muchas salas, sobre todo los cines-teatros,
alternaban los films, con las orquestas y los números de varieté. El auge del cine
sonoro, comenzó a partir de la década del '30.El Cine Teatro Odeón, fue construido
en 1927, cumpliendo la función de Cine - Teatro. La propiedad era del Sr. Alberto
Oria. Se trata de una edificación entre medianeras, situada en calle Entre Ríos, entre
las calles 1º de Mayo y Buenos Aires, en pleno centro de la ciudad de Concordia, y
a media cuadra de lo que hoy es la peatonal. Tiene 24.00 metros en su frente, que es
totalmente vidriado, y una amplia marquesina, destaca el ingreso. En la entrada,
encontramos el amplio hall, donde se desarrollan en forma simétrica, dos escaleras

30
Actual esquina de Radio Gualeguay. Calles Chacabuco y San Antonio. Año 1905. Se ve el Teatro El
Nacional a la izquierda.
FUENTE: http://gualeguaymilugar.blogspot.com.ar/
que conducen a las plateas en planta alta. A los laterales de estas escaleras,
encontramos las boleterías y baños. El frente plano, esta tratado con revoque blanco,
de líneas muy simples, donde el único elemento saliente es la marquesina.

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El Teatro Gran Rex apela a una identificación nacional puesto en vigencia en el


Centenario de la Nación.

El edificio se halla construido en un lote de 18.20 m de ancho, entre medianeras,


sobre la antigua calla Vicente H. Montero (hoy Juan Perón). Con el proyecto del
Arq. Rossi, fue construido en 1929/30 por encargo de la Sociedad Cosmopolita de
C. Del Uruguay. En sus comienzos era uno de los más completos en su rubro en

31
FUENTE: http://www.colegioarquitectos.org.ar/imgarchivos/60187_482009_TEATRO%20ODEON.pdf
cuanto a sus instalaciones, contando con un amplio escenario, vestuarios y
camerinos, una sala de 25.90 m x 11.80 m, un foyer y pulman, con una capacidad
total para 645 personas. Era un centro social de la época, concentraba las más
destacadas representaciones artísticas locales como también nacionales, entre los
que se destacó la actuación de Carlos Gardel. Tras cerrar definitivamente el Cine-
Teatro Rex, y luego de algunos años de abandono, abre sus puertas en los años '80
como boliche bailable. En la actualidad desarrolla sus actividades un supermercado.
La fachada del edificio es de estilo Neocolonial, inspirado en el Barroco Americano,
o en fachadas españolas especialmente platerescas. Esta presenta un eje de simetría
que coincide con el acceso principal del edificio, teniendo a ambos lados accesos
secundarios, y más allá los de servicio. Las aberturas son metálicas, de líneas
curvas. Este eje tan claramente identificado en la fachada no se corresponde con la
planta, ya que la Sala se encuentra pegada a una de las medianeras, dejando una
angosta franja de servicios (baños, camarines) sobre la otra medianera. El techo de
la Sala es a dos aguas, de perfilaría metálica.
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Clubes: recreativos, deportivos, sociales


Estos no persiguen fines partidarios o sindicales, más bien entraña una íntima
relación entre cultura e ideología.

En Gualeguay, por ejemplo se encuentra la Asociación Cultural de Obreros,


Soldados y Campesinos cuya finalidad era el mejoramiento del proletariado por
medios culturales, proyectando la realización de conferencias científicas, creando
una biblioteca y fundando un periódico.

Como reductos de familias tradicionales, terratenientes, militares, grandes políticos


o comerciantes, están los clubes “sociales” que consiste en pertenecer al vecindario

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FUENTE:
http://www.colegioarquitectos.org.ar/imgarchivos/60185_482009_CINE%20TEATRO%20GRAN%20REX
%20-%20SUPERMERCADO%20GRAN%20REX%20-%20CASA%20EL%20SPORTMAN.pdf
ilustre, dando un estatus social. Cada ciudad importante tiene su club social:
Victoria, Nogoyá en 1883, Villaguay en 1892, Paraná en 1904, en Lucas Gonzales
en 1923.

El edificio, del Club Social de Paraná fue construido por Bernardo Rígoli entre los
años 1906 y 1908 habiendo sido fundada la institución en 1904, en reemplazo del
club Gimnasia y Esgrima. El lugar fue erigido en el sitio donde estuvo la casa de
doña Gregoria Perez y Larramendi de Denis.

Se trata de un estilo Neoclásico italiano con interiores barrocos. Obra del Arq.
Bernardo Rígoli, construido bajo la dirección de Agustín Borgobello e inaugurado el
20 de febrero de 1909. Forma parte de un conjunto arquitectónico compuesto por el
Banco Nación, el palacio Rosenbrock, el Banco de Entre Ríos, el correo, la catedral,
el colegio del Huerto (ex sede del senado de la Confederación), la Municipalidad, la
escuela Normal y el ex hotel Plaza.

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Fachada Club Social Paraná
Fuente: http://cuestionentrerriana.com.ar/patrimonio-arquitectonico-recuperemos-el-club-social/
El Club Social de Lucas Gonzalez se fundó el 22 de julio de 1923, desde sus
comienzos fue escenario de las principales manifestaciones culturales y sociales de
la comuna. Su composición en planta responde a un esquema simple. En torno a un
eje central de acceso, a través de un pasillo al hall principal, se comunica con la
biblioteca - salón de fiestas y dependencias de servicio. El hall se comunica con un
patio lateral a través de mamparas que otorgan gran luminosidad.

Su fachada posee un tratamiento simple de basamento y cornisas que le otorgan


horizontalidad al conjunto. Cornisa superior con guardas geométricas escalonadas
rematando con una especie de frontis triangular que se continúa con pilastras con
tratamiento de rehundidos o acanaladuras, que dan jerarquía al acceso y remarcan el
eje central de la composición. Entre el basamento y la cornisa superior, sus paredes
presentan un tratamiento de rehundidos horizontales y verticales semejando un
tratamiento de almohadillado, como elemento decorativo, sus ventanas poseen rejas
tipo balcón.

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Club Social Lucas Gonzalez
Fuente: http://www.colegioarquitectos.org.ar/imgarchivos/60212_2282009_CLUB%20SOCIAL.pdf
Las disciplinas deportivas y lúdicas cumplen un gran papel en la cultura como
instancias de comunicación, sociabilidad, recreación y de bienestar corporal.

La esgrima y la pelota vasca se destacaban en nuestra provincia a finales del siglo


XIX y principios del XX, en Gualeguay, Victoria y Paraná se destacaban.

El tiro y el turf eran igual de importantes, se desarrollaban en las instalaciones de


Jockey Club y Tiro Federal, en Concordia, La Paz, Paraná, Victoria, entre otras. Se
destacan los deportes náuticos como la natación y el remo llevándose a cabo en el
destacado Paraná Rowing Club creado a orillas del río Paraná en 1917.

Logias masónicas
Tienen gran difusión en Entre Ríos a través de políticos liberales y de inmigrantes,
se conoce poco pero han dejado varios “templos” dispersos en el territorio.

La primera data de 1822 durante el gobierno de Lucio Mansilla y es presidida por él;
más tarde recibe el nombre de Logia Jorge Washington. La finalidad de esta logia
era realizar acciones en ayuda. Como por ejemplo las victimas de fiebre amarilla en
1871, instalación de escuelas con clases de idioma y otras materias, colaboración en
la fundación de la Sociedad El Porvenir en 187, y de la Sociedad Educacionalista La
Fraternidad en 1877.

La Logia Jorge Washington se ubica sobre calle 8 de Junio, entre 25 de Mayo y


Urquiza de Concepción del Uruguay, aun se notan sus símbolos distintivos.
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Templo de la Logia Masónica Jorge Washington, 1912.
Obsérvense las ventanas con rejas sobre la vereda, las pilastras, y el entablamento; elementos hoy
modificado.
FUENTE: http://patrimoniouruguayense.blogspot.com.ar/2007/08/templo-de-la-logia-masnica-
jorge.html
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Foto del año 2016 de la fachada del Templo, donde se pueden ver modificaciones al no contar más
con ventanas.
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Luego del triunfo de Caseros surge una generación de hombres doctos, tributarios de
los liberales del 37, quienes fundan dos logias. En 1853, la logia San Juan de la Fe
del Rito Francés y en 1860, la logia Asilo del Litoral del Rito Escocés. Luego ambas
logias se fusionan bajo el nombre de Logia Unión y Trabajo.

En Colón, donde la población era predominantemente suiza y francesa, se funda en


1875 la Logia Cristóbal Colón. La familia de Urquiza estuvo comprometida con esta
institución, que cobija a hombres de la política y la intelectualidad provincial y
desarrolla importantes aportes al “progreso”, como lo es la fundación de la
Biblioteca Fiat Lux, la Sociedad de Beneficencia y el Club Colón.

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Portón reja del acceso lateral al templo de la Logia.
FUENTE: http://www.logiawashington.org.ar/008.htm
CONCLUSIÓN

“Si la esencia de la vida es la información que se


transmite en los genes, la sociedad y la cultura no son más
que enormes sistemas de memoria”.38

Durante siglos, los conceptos de patrimonio cultural han sido asociados a los
monumentos que expresan la excelencia de la labor humana, por lo que se han
sobrevalorado unos y olvidado otros. Hoy en día, los nuevos sentidos que ha
adquirido el concepto de patrimonio cultural, están relacionados a la historia
que admite lo cotidiano como parte de ella. el “paisaje cultural’’ que contiene los

38
Mamoru Oshii (director). (2004).Inosensu: Kôkaku kidôtai (Ghost in the Shell 2: Innocence-Fantasma
en la Máquina 2: Inocencia). Japón. Studio Ghibli / Bandai Visual Company / DENTSU Music And
Entertainment / Production I.G. (productoras).
valores de la labor del hombre transformando la naturaleza.
La búsqueda de los valores materiales e inmateriales en el patrimonio cultural,
se manifiesta en expresiones concretas y en mensajes inmateriales, los que
conforman un sello de identidad que se articula al patrimonio material como signos
evidentes de su existencia. Hoy el patrimonio material adquiere todo su sentido a
través del enfoque de su memoria, implícito en los valores que le otorga la sociedad
en su condición patrimonial.
Se considera un objetivo la preservación de la memoria histórica de cada pueblo
y sus referentes culturales, que deben plantearse en función de servir al
enriquecimiento espiritual y material de la sociedad y en particular, de aquello
que representa sus raíces culturales. El patrimonio histórico material se relaciona
con diversos bienes materiales como puede ser el patrimonio edificado, en el pasado
la norma general eran los “monumentos históricos”. En la actualidad, esta noción es
mucho más amplia, el patrimonio puede ser también: urbano, rural, industrial, etc.
Cuando se habla de patrimonio histórico, es una herencia colectiva, no individual,
producto de hechos acontecidos, personajes, objetos materiales que han trascendido
a través del tiempo, y el espacio social, que llegan a forman parte y esencia de la
historia de un lugar, estos objetos culturales son testigos y nexos entre generaciones
humanas y se forman mediante una construcción social, que es diversa y responde a
las exclusivas maneras de manifestarse la sociedad a la cual pertenece.

Estas manifestaciones materiales forman parte del patrimonio cultural. Es


parte del patrimonio en cada cultura su historicidad, lo que perdura (a pesar de sufrir
cambios o deterioro), componente necesario e imprescindible de su identidad,
aquello que se ha mantenido con los tiempos, los cambios y las crisis sociales, que
han subsistido como signo y establece símbolos en el ambiente cultural (es decir, el
ambiente transformado por y para la sociedad). Se custodia en la memoria y
transmite mensajes significativos sobre la identidad, ya sea un bien material o
patrimonio tangible; así como el inmaterial que forma parte de sus expresiones
orales y tradiciones.

Un bien cultural histórico, producto del pasado, generalmente ha sufrido


cambios o deterioros ocasionados tanto por el desgaste natural como por su uso
funcional. La suma de esos cambios se convierte de por sí en parte de su carácter
histórico y valor intrínseco: es el soporte de los testimonios históricos y de los
aspectos culturales que representa, tanto del pasado como del presente.

Pero en buena parte a raíz de lo expresado anteriormente, existe cierta idea


“estatal” acerca del patrimonio cultural material, de que un bien material (un
inmueble, por ejemplo) sólo forma parte de dicho patrimonio si es debidamente
“reconocido” en forma oficial y declarado como tal. Nada más alejado de la
realidad. El patrimonio cultural existe como objeto, independientemente del
reconocimiento o no de su valor cultural. En muchas ocasiones las políticas
culturales de los estados inciden en las decisiones y declaraciones patrimoniales,
según sus intereses políticos y económicos. En todo caso es la sociedad la que
identifica y debe definir sus bienes culturales.

Bibliografía

MUSICH, Walter; MELHEM, Mariana; SOIJET, Mirta; LILIA, Santiago.


Patrimonio Arquitectónico de Entre Ríos; Primera Edición: Diario de Paraná, 2005.

Biblioteca Popular Olegario V. Andrade: la necesidad de su urgente restauración.


(Domingo 14 de febrero de 1988); Juan Meneguin. Diario Concordia.

http://www.colegioarquitectos.org.ar

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