Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
- INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene como objetivo dar a conocer nuestro tema de investigación que son los alimentos
transgénicos, así como las repercusiones o efectos que tiene sobre el ser humano y el Medio
Ambiente.
Es importante desarrollar este tema debido a que no hay mucha información y la gente no está muy
bien informada y no se puede tener una conciencia de lo que puede llegar a ocasionar si no se tienen
los debidos cuidados y prevenciones de dichos alimentos.
Mediante este trabajo nos pudimos percatar de consecuencias de las cuales no teníamos
conocimiento y que se presentan a diario en la vida cotidiana, como alergias, cáncer en páncreas,
resistencia a los medicamentos, efectos irreversibles e imprevisible en el Medio Ambiente .
Desgraciadamente el ser humano se empeña en desarrollar tecnologías que van con el sólo propósito
de acrecentar la economía de algunos y poniendo en riesgo la salud de la población Mundial con
efectos irreversibles en la salud del ser humano y el Medio Ambiente.
Saber que aún no estamos preparados para asumir dicho impacto y efectos que acarrea esta nueva
producción y consumo de producto transgénico. Sería también prudente tener paralelamente a esto
Póliticas de Prevención y atención para victimas de estas mutaciones a nivel Internacional. Y que la
responsabilidad económica debería alcanzar a todos los que producen y hacen uso de estas
tecnologías.
1. Intoxicación. Además de generar una reacción que puede ser simple como una intoxicación, los
alimentos transgénicos pueden causar alergias como resultado de su consumo frecuente.
2. Resistencia a medicamentos. Debido a la transferencia de la resistencia a antibióticos, por el
consumo de OGM que contienen marcadores genéticos con resistencia a antibióticos, algunos
medicamentos dejan de tener su efecto sobre determinadas enfermedades infecciosas.
5. Daño al hígado. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Food and Chemical Toxicology,
aplicado a ratas, el consumo frecuente durante dos años de alimentos transgénicos pueden dar lugar
a daño hepático, además de un mayor riesgo de tumoraciones.
Si bien aún se está recabando evidencia de las consecuencias por la ingesta de alimentos
transgénicos o genéticamente modificados, la FAO (Food and Agriculture Organization of the United
Nations, ha emitido diversas alertas para que este tipo de comida esté plenamente identificada a
través de su etiquetado, además de recomendar un consumo moderado.
3.- JUSTIFICACIÓN
Científicos de todo el mundo, reunidos en la Universidad Politécnica de Madrid en un encuentro
organizado este pasado fin de semana por la Agencia Europea de Medio Ambiente, la red de
científicos independientes ENSSER y la Fundación Vivo Sano, han elaborado un plan de acción para
solicitar que se publique quién financia los estudios sobre las sustancias químicas, la contaminación
electromagnética, las nanotecnologías y los transgénicos. El objetivo es aumentar la protección de los
ciudadanos frente a los intereses de la industria agroalimentaria, asegurando la transparencia a todos
los niveles y que haya un acceso fácil y completo a la información. En este sentido y hablando
específicamente de los cultivos transgénicos, han reclamado a las autoridades que se aseguren de
que las investigaciones son totalmente independientes y que se anteponga la seguridad de la
población por encima de la protección de la patente. Cabe recordar que España es el único país de la
UE que cultiva maíz transgénico a gran escala y que, para este cultivo, es casi un laboratorio de
pruebas, a pesar de lo perjudicial que pueden llegar a ser. A continuación, tres razones para evitar el
consumo de transgénicos según Greenpeace:
1) EFECTOS IRREVERSIBLES E IMPREVISIBLES EN EL MEDIO AMBIENTE: incremento
del uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética, contaminación del suelo, pérdida de la
biodiversidad, desarrollo de resistencias en los insectos y “malas hierbas” y efectos no deseados en
otros organismos.
4.- OBJETIVOS
Mientras su uso y consumo se nota a través de la historia de los productos transgénicos, no se puede
dejar de notar que han sido más las noticias de numerosas polémicas que los rodean y cuestionan
sus beneficios. Antes de pasar a la historia, en un intento de ver el desarrollo de los alimentos
genéticamente modificados, o productos transgénicos como también son conocidos, vamos a tratar
de entender lo que los en realidad significa el poder hablar de los alimentos genéticamente
modificados.
Pasando por una definición adecuada, los productos transgénicos son productos alimenticios que se
obtienen a partir de organismos genéticamente modificados (tanto plantas como animales.) En este
proceso, dichos organismos están sujetos a modificaciones que se logran al hacer cambios
específicos en el ADN por medio de la ingeniería genética.
Esto implica ya sea la inserción o supresión de genes. La ingeniería genética ha sido uno de los
principales logros en el campo de la biología, y el uso de la misma para la producción de alimentos es
motivo de grandes dudas.
La historia de los alimentos genéticamente modificados se remonta a mediados del siglo 19, cuando
Gregor Mendel , que era monje botánico, llevó a cabo un experimento en el que se cruzaron algunas
especies diferentes de guisantes para demostrar que ciertos rasgos de una especie se heredan en
este proceso. A pesar de que Mendel es considerado el fundador de la ciencia de hoy en día la
genética, sus esfuerzos no fueron reconocidos sino hasta el siglo 20.
Las observaciones de Mendel lograron allanar el camino para el desarrollo de la primera planta
modificada genéticamente, la cual fue una planta de tabaco resistente a los antibióticos; esto se
realizo en el año de 1983.
Después de que el avance de 1983 fue confirmado, llevó a los científicos unos diez años en lograr
crear el primer alimento genéticamente modificado para uso comercial. Este producto transgénico fue
un tomate creado por una compañía con sede en California y que su nombre es Calegne. La nueva
especie de tomate, que fue nombrado FlavrSavr por la empresa, se puso a disposición
comercialmente en 1994.
A pesar de que los consumidores mostraron un gran interés en el mismo, la compañía detuvo su
producción en 1997 debido al hecho de que su vida útil hace que sea menos rentable para la
empresa.
Algunas fuentes también mencionan que la razón real para detener la producción de este cultivo fue
la competencia que tuvo que hacer frente a sus homólogos convencionales, así como algunos
problemas de producción a los que la empresa fue sometida.
La palabra "transgénico" proviene de "tras" (cruzar de un lugar a otro) y "génico" (referido a los
genes), o sea, es todo aquel organismo que tiene incorporado un gen extraño. Es decir, son
organismos cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no acaece en el
apareamiento o recombinación natural, por la introducción de genes de otras especies. La
ventaja de la ingeniería genética es que permite alterar los genes sin depender de los
procesos naturales de reproducción.
Están elaborados con materias primas vegetales o animales genéticamente modificadas. Puede
hacerse de dos maneras: introduciendo un gen de otra especie por medio de la ingeniería genética
o cambiando la expresión de genes propios sin introducir ADN de otra especie.
El hombre lleva varios miles de años modificando los vegetales que utiliza como alimento. Tal es el
caso de muchas frutas que son productos de mezclas de diferentes plantas.
Sin embargo la ingeniería genética permite ahora llevar a cabo en pocos años y en forma controlada
modificaciones que antes costaban décadas de trabajo.
Dada la corta historia de este tremendo avance tecnológico, existe poca legislación que controle o
regule la utilización de esta ciencia. Al respecto, una de las pocas condiciones que se deben cumplir
son las de respetar una directiva europea de 1997 que obliga a que los productos transgénicos:
Que sus características sean las declaradas y se mantengan a través del tiempo,
Que posean un etiquetado detallado que especifique si el producto está modificado genéticamente.
Hoy en día es difícil saber qué estamos comiendo. Las desventajas del sistema agropecuario actual
están enmascaradas por la publicidad engañosa y por lo lejos que esta el sistema de nosotros; dónde
y cómo se producen las materias primas; y por las transformaciones que pasan hasta llegar a
nosotros.
“¿Es saludable lo que llega a nuestras bocas?” es el anterior post que presenta una
introducción acerca de la industria alimentaria en nuestros días e invita a la reflexión sobre el origen
de los alimentos y las consecuencias socio-ambientales que tiene nuestra elección culinaria.
El segundo post dentro del tema de la industria alimentaria explica porqué los alimentos transgénicos
tienen consecuencias tan negativas para nuestra salud, la ecología del planeta y para la sociedad.
La manipulación genética consiste en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo
(bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el de otro. Por ejemplo, el maíz
transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacterias, que son capaces de producir una
sustancia insecticida8.
Hay más de 70 variedades transgénicas aprobadas para comercialización pero las más importantes a
nivel mundial son la soja, el maíz, la canola y el algodón.
El 90% del comercio de las semillas transgénicas está controlado por la empresa norteamericana
Monsanto y es también de las mayores empresas que producen herbicidas para estos cultivos12. El
control de las semillas es un objetivo claro de las transnacionales, porque quien las controla, tiene la
llave de toda la cadena alimentaria.
Plantas modificadas para resistir plagas, o con sustancias herbicidas han permitido un aumento en la
producción de cultivos a gran escala y enriquecimiento económico de las empresas que las
comercializan. En el siguiente nivel estarían las empresas que procesan los granos, Archer Daniels
Midland (ADM), Bunge, GrupoMaggi, además de cría de ganado y procesado de carne como Cargill.
El 90% de la soja transgénica que se planta en Sudamérica es para producir piensos y alimentar al
ganado europeo: carne barata con destino a los supermercados y restaurantes de comida rápida7.
Cinco países producen el 95% de alimentos transgénicos: EEUU, Argentina, Canadá, China y Brasil.
Desde que se aprobó en 1998, España es el único estado miembro de la UE que permite el cultivo
del maíz transgénico MON810 a escala comercial.
Efectos no intencionados pueden ser parcialmente predecibles si se sabe dónde se inserto el nuevo
gen, mientras que otros efectos son totalmente impredecibles debido al limitado conocimiento que se
tiene sobre la regulación de los genes y las interacciones entre éstos.
Los alimentos transgénicos están en los alimentos que compramos. ¿Qué hacer para evitarlos?
El maíz, la soja transgénica y sus derivados están presentes en más del 60% de los alimentos
procesados como chocolates, papas fritas, margarina y platos preparados.
Además, llegan a nosotros indirectamente, ya que la soja transgénica es convertida en piensos para
alimentar al ganado.
● Maíz: harina, almidón, aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa, malto
dextrina, isomaltosa, sorbitol (E420), caramelo (E150), grits.
Evita comprar las marcas que los utilizan La guía se ha hecho en base a los alimentos que se
comercializan en España, pero también aparecen marcas multinacionales. Mira las etiquetas, en
Europa es obligatorio etiquetarlos, pero no en todos los países, por ejemplo EEUU.
Siempre que puedas, adquiere alimentos ecológicos (orgánico o biológico) que te aseguran cultivos
libres de transgénicos y responsables con el medio ambiente, tu salud y el bienestar animal.
Se trata de una tecnología con un nivel de imprecisión muy elevado, cuyos efectos impredecibles tanto a corto
como a largo plazo ya están siendo documentados por la ciencia independiente.
Los transgénicos son un grave riesgo para la biodiversidad y tienen efectos irreversibles e imprevisibles sobre
los ecosistemas. Suponen incremento del uso de tóxicos, contaminación genética y del suelo, pérdida de
biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y vegetación adventicia ("malas hierbas") y efectos no
deseados en otros organismos.
La utilización de los OMG en la agricultura no hace más que exacerbar los efectos perniciosos de una
producción industrializada e insostenible, que no favorece a los pequeños agricultores ni reparte
equitativamente las riquezas. Concentra el control de la agricultura y la alimentación en unas pocas manos,
poniendo en peligro la independencia y supervivencia de pueblos y países.
Suponen un riesgo para la salud: potencialmente pueden suponer nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos,
disminución en la capacidad de fertilidad (en mamíferos alimentados con OMG), contaminación de alimentos,
problemas en órganos internos, etc.
No se evalúan correctamente los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación
o en la de los animales cuyos productos consumimos. Por otra parte, ningún sistema de evaluación podría
demostrar la inocuidad de los OMG para la salud o para el medio ambiente dado que una de sus principales
características son los efectos inesperados e impredecibles derivados de estas técnicas de ingeniería genética.
La industria biotecnológica se ha negado a hacer pública información vital que demuestra los problemas para la
salud humana por el consumo de alimentos transgénicos. Distintos científicos han revelado que Monsanto
omitió reportar efectos negativos serios, como los signos de toxicidad en los órganos internos de las ratas.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), responsable de su aprobación, ha sido objeto de duras
recriminaciones por no tener en cuenta las dudas y argumentos de los estados miembros. Además, los estudios
científicos sobre los que se basa la evaluación previa a la autorización son realizados por las propias empresas,
sin que sea posible en muchos casos verificar los datos y resultados de forma independiente.
¿Contribuyen a la sostenibilidad?
No. La mayor evaluación de la agricultura mundial realizada hasta la fecha fue un proyecto que duró 4 años,
desarrollado por la ONU, la FAO, el Banco Mundial y otras agencias, junto a más de 400 científicos.
La conclusión fue clara: hay que apostar por métodos agrícolas biológicamente diversos y los cultivos
transgénicos no desempeñan un papel relevante en la búsqueda de la sostenibilidad.
Sí. El cultivo de soja transgénica para alimentar la ganadería industrial es responsable de gran parte
de la deforestación en América del Sur. La superficie de tierras cultivadas con la soja transgénica de
Monsanto aumenta mientras que los bosques, riquísimos en biodiversidad, disminuyen notablemente.
Por ejemplo: en Argentina, más de 200.000 hectáreas de bosque primario desaparecen cada año,
debido principalmente a la expansión de los monocultivos de soja transgénica.
Las imágenes de satélite muestran que en Brasil, entre 2001 y 2004, 540.000 hectáreas de bosque y
939.600 hectáreas de pastos se convirtieron en cultivos de soja. Según las previsiones, la producción
de soja aumentará en 5 millones de hectáreas para 2020, llegando a las 26,85 millones de hectáreas
(la superficie de Nueva Zelanda). La soja es el principal producto de negocio de Brasil y ocupa más
tierras que cualquier otro cultivo. Es habitual talar bosques para cultivar soja; además la expansión de
la soja muchas veces sustituye y empuja a la ganadería hacia los límites del bosque.
Sí. Por diversas razones, los cultivos transgénicos ponen en peligro la biodiversidad:
– Incremento del uso de herbicidas y fertilizantes, con sus impactos sobre suelo, agua, flora y fauna;
– Impacto de los cultivos resistentes a plagas sobre insectos y microorganismos del suelo;
– Cambios de uso del suelo (deforestación y desecación de turberas) para ganar terrenos para la
agricultura industrial.
El riesgo es que se están liberando semillas con genes de especies que jamás se cruzarían en la
naturaleza, y contaminan cultivos convencionales o ecológicos, y hasta plantas silvestres
emparentadas. La repercusión de estos nuevos organismos en la naturaleza es totalmente
imprevisible.
Además, al tratarse de seres vivos, y una vez liberado al medio ambiente, no se pueden “limpiar”
posibles contaminaciones.
– Los transgénicos multiplican el uso de herbicidas y otros agrotóxicos, con las consecuencias que
esto supone para el medio ambiente y la salud humana.
– Muchos agricultores de EEUU y Argentina tienen graves problemas de control de malas hierbas, ya
que las malas hierbas se están volviendo resistentes a los herbicidas asociados a los cultivos
transgénicos.
– Algunos cultivos transgénicos transfieren los genes introducidos a plantas silvestres emparentadas,
transmitiendo esta modificación genética, lo que afecta gravemente a la biodiversidad y plantea
consecuencias imprevisibles de estos nuevos seres liberados al entorno.
Muchos y variados, pero lo peor de todo es que algunos de estos problemas son imprevisibles. Se
están liberando semillas con genes de especies que no se cruzarían en la naturaleza. Una semilla,
transgénica o no, no sabe de fronteras.
Por ejemplo, Francia y Alemania prohíben el cultivo del maíz transgénico que se cultiva en España,
además de por los posibles daños para la salud humana, también por sus graves impactos para el
medio ambiente:
Sin embargo, activistas ambientales pusieron en duda los hallazgos y dicen que hay conflicto de
intereses por los lazos que se han creado entre la academia y las empresas agrícolas que producen
las semillas transgénicas.
Impacto en la salud
Si bien los expertos aclaran que a la fecha no se han hecho investigaciones sobre los efectos a largo
plazo para la salud del consumo de transgénicos, "los datos disponibles no muestran asociaciones
entre los GM y enfermedades o trastornos crónicos".
En este aspecto, los investigadores tampoco encontraron pruebas de que los cultivos transgénicos
puedan estar afectando las especies silvestres o que tengan un impacto negativo en el medio
ambiente.
Al contrario, el comité sugirió que los alimentos modificados podrían jugar un papel importante en el
cambio climático, pues se pueden crear cultivos más resistentes a los embates del clima.
Sin embargo, el panel de expertos advirtió que en este aspecto se necesitan más estudios para
entender los posibles usos de la tecnología así como la seguridad y eficacia de cultivos específicos.
"La tecnología está cambiando con tal rapidez que necesitamos ver hacia dónde nos llevará en el
futuro", comentó Gould.
Impacto en la agricultura
En cuanto a los efectos de cultivos transgénicos en la agricultura, los expertos concluyeron que la
soya, algodón y maíz GM -que representa casi la totalidad de cultivos transgénicos a la fecha- por lo
general tiene resultados económicos favorables para los productores que han adoptado esta
actividad.
También aclaran que los beneficios económicos para productores pequeños y medianos dependerán
del apoyo institucional para que sean competitivos en un mercado global
Sin embargo, el comité descubrió que en muchos lugares las hierbas malas se han hecho resistentes
al herbicida glifosato, utilizado en la mayoría de cultivos GM, por lo que recomienda más estudios
sobre cómo tratar estas hierbas resistentes.
"Conflicto de intereses"
Estas conclusiones no han sido bien recibidas por algunos activistas contra los transgénicos.
La plataforma estadounidense Food & Water Watch publicó un comunicado en donde ponía en duda
la veracidad del informe.
"Los lazos (de la Academia) con compañías de tecnología y otras corporaciones de agricultura son
tales que han creado conflictos de intereses en todos los niveles de la organización, lo que reduce la
independencia e integridad del trabajo científico del comité", se lee en el sitio.
Entre los conflictos que la organización asegura haber encontrado con la Academia Nacional de
Ciencias están "los millones de dólares en financiación" que reciben de las compañías de
biotecnología o las invitaciones que hacen patrocinadores como la multinacional Monsanto y
científicos a favor de alimentos transgénicos a participar en informes y trabajos del comité.
EN BOLIVIA
En Bolivia, a excepción de la soya, está prohibida por ley la producción e importación de alimentos
genéticamente modificados (transgénicos). Sin embargo y "en los hechos, la población está expuesta
al consumo de estos productos que ingresan al país a través de la importación o el contrabando”,
explicó Reinaldo Díaz Salek, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas (Anapo).
Esta situación ha dejado a los grandes y pequeños productores de alimentos en una especie de
estancamiento, pues deben enfrentar importantes pérdidas de sus productos a causa de las sequías
o las heladas que se registran cada año. "Pérdidas que con el apoyo de la biotecnología podrían
enfrentarse de mejor manera”, señaló el investigador Marín Condori, ingeniero en genética y
mejoramiento de plantas. De ahí, que recientemente, los productores organizaron un seminario en el
que solicitaron al Gobierno que abra la posibilidad de trabajar con biotecnologías.
Aunque en la oportunidad las autoridades señalaron que no se cierran al debate, el país mantendrá
la prohibición en el uso de la biotecnología y la producción de transgénicos, principalmente porque
hay un marco normativo que aboga por la producción orgánica de los alimentos. Cambiar estas
normas sería un desafío.
Si de cifras se trata
Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) la harina, el arroz y las
manzanas, para el consumo del mercado interno, se encuentran entre los 20 alimentos de mayor
importación en el país. También están la malta, el sorgo y la semilla de girasol, entre otros, que se
usan para la agricultura y la industria.
Entre enero de 2015 y mayo de este año se importaron más de 300 millones de kilos brutos de
harina de trigo, que es la que se utiliza para elaborar el pan y los fideos, en su mayoría. También se
importó casi 40 millones de kilos de manzanas y poco más de 48 millones de kilos de arroz. "Son
alimentos producidos en otros países que están genéticamente modificados. Dudo mucho que
importemos alimentos orgánicamente producidos”, indicó Díaz.
Ante este panorama que se vive en el mercado interno boliviano, los productores proponen al
Gobierno regular el manejo de la biotecnología para tener mayor cantidad de producción y así
abastecer al mercado interno pero también para ser competitivos a nivel internacional.
"Solicitamos esto, teniendo en cuenta que recientemente salieron dos informes, uno de la
Organización Mundial de la Salud y otro de la Academia de Ciencias de EEUU, en los que se que
revelan que los cultivos genéticamente modificados y el herbicida glifosato no afectan a la salud”,
indicó Díaz.
Esta solicitud fue criticada por los activistas, quienes consideran que esta propuesta es
inconstitucional. Manuel Morales Álvarez, de la agrupación Bolivia Libre de Transgénicos, señaló
que "lo que proponen es un acto de sedición alimentaria biotecnológica contra los mandatos de la
Constitución Política del Estado que en su articulo 255 prohíbe la producción e importación de
alimentos transgénicos”.
Morales está consciente de que en el país no se producen transgénicos, pero sí se los consume,
pero esto, a su parecer, es consecuencia del escaso control de las oficinas estatales. "Esto se da por
irresponsabilidad de las autoridades encargadas de velar por los derechos de los consumidores. Lo
que pasa es que el Senasag, la Aduana y la Oficina de la Defensa de los Derechos de los
Consumidores no hacen el control respectivo”, dijo.
En ese sentido, considera, que hay un fracaso de las políticas de seguridad alimentaria por parte del
Gobierno. "Somos importadores de papa, frutas, arroz. Importamos dos terceras partes de harina y el
trigo para hacer el pan y esa harina es transgénica”.
Pese a esta realidad, no apoya la idea del uso de la biotecnología porque hay otros informes,
también de la OMS, que advierten sobre el peligro del uso de herbicidas como el glifosato o los
agroquímicos como el Monsanto, entre otros.
El Gobierno no se cierra
"No es sólo el IBCE el que pide que se abra la posibilidad de trabajar con biogenética. Son muchas
las organizaciones que piden reglamentar el tema. La posición del Gobierno hasta ahora ha sido
contraria a los transgénicos, pero eso no significa que no estemos abiertos al debate”, se lee en una
nota publicada por Los Tiempos, aunque reconoció que aún no hay fecha ni convocatoria oficial para
un debate.
La realidad boliviana
En la actualidad los productores bolivianos sufren la pérdida de sus cultivos por la sequía o las
inundaciones que se registran anualmente en el país. En ese sentido, "es importante poder trabajar
con biotecnología, pero que ésta también sea regulada. Nos estamos quedando atrás en relación al
resto de los países de la región”, indicó Díaz.
En esa misma línea, Condori señaló que le gustaría poder investigar en temas de ingeniería
genética en otros cultivos y no sólo en los de soya, que es el que está permitido. "La ley no nos
permite”, dijo.
El investigador explicó que es importante que el Estado apueste por la seguridad alimentaria para
así abrir la posibilidad de investigar y actuar con responsabilidad frente al desabastecimiento. "Son
políticas públicas que deben ser normadas por el Estado. Políticas que permitan a los investigadores
generar nuevas herramientas para trabajar en el campo de la agricultura”.
Para Condori, es vital que el tema se analice de manera responsable con un equipo técnico y
científico que ya existe en Bolivia. "Debemos tratar de encarar esto como lo ha hecho Brasil, donde
también tenían cierta desconfianza por el uso de agroquímicos y la biotecnología”, indicó.
Un futuro incierto
En un seminario realizado la semana pasada por el IBCE, María Mercedes Roca, profesora de
biotecnología en el Tecnológico de Monterrey (México), explicó que "si no se avanza en el uso de la
biotecnología, los cultivos corren riesgo de perderse tanto a causa del cambio climático como del
ataque de plagas, como se vio en la última cosecha de arroz y maíz con pérdidas de hasta el 30%”.
Este año, por ejemplo, el agro cruceño informó que producirá menos alimentos "estratégicos para la
seguridad y soberanía alimentaria del país -como el maíz o el trigo- debido a la sequía” (ver
infografía).
Tanto Condori como Roca recomendaron a las autoridades convocar a los entendidos en el tema y a
los agricultores para poder debatir a base de información fidedigna. "A base de estos datos reales se
podría normar el tema y así se podría crear un comité nacional de bioseguridad, para que la gente
pueda solicitar permisos”, dijo Condori. Pag. 7.
Artículo 255.
Artículo 298.
Artículo 407.
Son objetivos de la política de desarrollo rural integral del Estado, en coordinación con las entidades
Artículo 255.
Artículo 409.
LEY Nº 071
LEY Nº 300
LEY DE 15 DE OCTUBRE DE 2012
5. Acciones para evitar la mercantilización de los recursos genéticos, la privatización del agua,
la biopiratería y el traslado ilegal de material genético, así como la participación de monopolios y/o
oligopolios en la producción y comercialización de semillas y alimentos.
7.- CONCLUSIONES
La comunicación es muy importante, ya que debemos conseguir información y que la
sociedad (el soberano) tome decisiones tomando en cuenta las ventajas y desventajas de los
alimentos transgénicos con una base científica.
8.- BIBLIOGRAFÍA
http://www.salud180.com/nutricion-y-ejercicio/5-danos-la-salud-por-alimentos-transgenicos.
https://mejorconsalud.com/cuales-son-los-peligros-de-los-alimentos-transgenicos/
Altieri, A., Bravo, E. 2009.La tragedia social y ecológica de la producción de agro combustibles en el
continente Americano. Red por una América Latina Libre de Transgénicos.
https://elmundoysuhistoria.wordpress.com/2011/08/19/historia-de-los-productos-transgenicos/
http://www.paginasiete.bo/inversion/2016/7/24/transgenicos-bolivia-produce-pero-consume-
103852.htm
9.- ANEXOS https://8ch.net/zoo/6.html