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PRÁCTICA MÓDULO 4:
HERRAMIENTAS PARA EL
DESARROLLO DE LA
INTELIGENCIA ESPRIRITUAL
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
1. La meditación.
“Durante unos 10-15 minutos, vamos a coger aire durante 5 segundos, lo mantenemos
durante 3 segundos, soltamos el aire lentamente durante otros 5 segundos, volvemos
a mantener durante 3 segundos. Mantenemos este tipo de respiración durante el
tiempo indicado. Si al realizar esta práctica viene algún pensamiento no le prestamos
atención, y ponemos de nuevo la atención a la respiración usándola como anclaje al
momento presente”.
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
Cada tema tiene cuatro apartados y de cada apartado hay un ejemplo de taller para cada
etapa:
Educación infantil.
Educación primaria.
Educación secundaria.
Bachillerato.
De esta manera se muestran un total de unos 60 talleres para poder llevar a la práctica.
En algunos casos el mismo taller sirve para todas las edades, en otros se agrupan dos
etapas y en otros hay pequeñas variaciones según la edad. El contenido y la estructura de
los talleres son orientativos, pudiendo cambiar, añadir o quitar cualquier concepto y así
dar paso a la creatividad de cada educador y adaptar el taller a sus necesidades.
Las sesiones de interioridad empiezan siempre con 10-15 minutos de relajación con
música. En cada taller se presentarán ejemplos de relajación que se pueden hacer con
todos los grupos, simplemente usaremos un vocabulario u otro dependiendo de la edad.
Posteriormente comenzamos a hablar sobre el tema del día, haciendo preguntas a los
nenes/as, dialogando y reflexionando con ellos.
Continuamos el taller realizando alguna práctica dinámica, una reflexión sobre ella y una
pequeña manualidad (si el taller lo requiere), que se llevan a casa, junto con una hoja en
la que queda reflejado el mensaje de la sesión de ese día.
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
El único material que tiene que aportar el niño/a son una mantita y un cojín para realizar la
relajación y la meditación.
La meditación es una práctica muy positiva tanto para adultos como para niños, por los
beneficios que ya hemos argumentado que genera. En edades de 3 a 6 años podemos
comenzar a practicar la meditación y el silencio con periodos muy breves de tiempo. A
partir de los 6 años podemos ir aumentando los tiempos, aunque depende de cada niño la
capacidad que tenga para estar en calma y silencio, y sobre todo con los ojos cerrados,
eso les cuesta muchísimo. En este caso se pueden usar antifaces para ayudarles en la
concentración.
Podemos encontrarnos con algún niño que no quiera meditar. En ese caso, le decimos
que no es necesario que medite, pero si que permanezca en silencio, por respeto a los
demás que sí quieren hacerlo.
La meditación con niños siempre debe ser guiada. A medida que vayan creciendo,
podemos incorporar momentos de silencio cada vez más largos durante la meditación, y
dejarles que experimenten solos. Como educadores acompañaremos al niño en su
práctica meditativa, pero lo importante es que sea él mismo quien llegue a la experiencia
de los beneficios que ésta le aporta. Así se convertirá en una práctica habitual en su vida.
Los guiaremos en el camino y les proporcionaremos las herramientas para que puedan
vivir su vida en completa felicidad.
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Talleres:
1. “¡Vamos a meditar!”:
Tema: La meditación.
Estructura de taller:
Nos tumbamos en el suelo, sobre una manta o esterilla. Cerramos los ojos, no nos
movemos (como si fuéramos estatuas) y colocamos nuestras manos sobre el pecho,
una frente a otra.
Empezaremos a realizar otra clase de respiración, una más profunda, que nos ayudará
a relajarnos mucho más. Cuando cogemos aire hinchamos la barriga como si se
hinchara un globo, y cuando soltamos el aire la vaciamos. Vamos notando como
nuestro cuerpo está más relajado y pesa cada vez más. Sentimos todo nuestro cuerpo
en contacto con el suelo. Ponemos atención al movimiento de nuestra barriga e
imaginamos que nuestras manos son como un barco que se mece en las olas del mar.
Respiramos profundamente y muy despacito, vamos moviendo las manos, los pies,
nos estiramos a un lado y al otro, nos colocamos de lado y lentamente nos
incorporamos para sentarnos.
2. Reflexión:
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
5. Meditación guiada:
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
2. “Aprendo a meditar”:
Tema: La meditación.
Estructura de taller:
Nos tumbamos en el suelo, sobre una manta o esterilla. Cerramos los ojos, sin
movernos y colocamos nuestras manos sobre el pecho, una frente a otra. Vamos a
poner atención a la respiración, observamos el movimiento de nuestro pecho arriba y
abajo. No debemos hacer nada más, simplemente observar ese movimiento.
Sentimos como, poco a poco, nuestra respiración se hace más calmada, más
lenta. Si notamos que viene un pensamiento no le prestamos atención, le dejamos que
se vaya y continuamos atendiendo a nuestra respiración.
Ahora vamos a colocar las manos a la altura del ombligo, dos dedos por debajo.
Empezaremos a realizar otra clase de respiración, una más profunda, que nos ayudará
a relajarnos mucho más. Cuando cogemos aire hinchamos la barriga, y cuando
soltamos el aire la vaciamos. Vamos notando como nuestro cuerpo está más relajado
y pesa cada vez más. Sentimos todo nuestro cuerpo en contacto con el suelo.
2. Reflexión:
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
4. Meditación guiada:
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Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual
2. El silencio:
2.1 Práctica para los educadores:
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Talleres:
1. “Viajamos al silencio”:
Tema: El silencio.
Estructura de taller:
Nos tumbamos en el suelo, sobre una manta o esterilla. Cerramos los ojos, sin
movernos y colocamos nuestras manos sobre el pecho, una frente a otra.
Vamos a poner atención a la respiración, observamos el movimiento de nuestro
pecho arriba y abajo.
No debemos hacer nada más, simplemente observar ese movimiento.
Sentimos como, poco a poco, nuestra respiración se hace más calmada,
más lenta.
Si notamos que viene un pensamiento no le prestamos atención, le dejamos
que se vaya y continuamos atendiendo a nuestra respiración.
Ahora vamos a colocar las manos a la altura del ombligo, dos dedos por debajo.
Empezaremos a realizar otra clase de respiración, una más profunda, que nos
ayudará a relajarnos mucho más. Cuando cogemos aire hinchamos la barriga, y
cuando soltamos el aire la vaciamos. Vamos notando como nuestro cuerpo
está más relajado y pesa cada vez más. Sentimos todo nuestro cuerpo en
contacto con el suelo.
Ponemos atención al movimiento de nuestra barriga e imaginamos que nuestras
manos son como un barco que se mece en las olas del mar.
Respiramos profundamente y vamos moviendo las manos, los pies, nos
estiramos a un lado y al otro, nos colocamos de lado y lentamente nos
incorporamos para sentarnos.
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3. Práctica: Colocamos dos nenes/as uno frente al otro, separados por unos
dos o tres metros de distancia. Deben intentar comunicarse entre ellos mientras
los demás hacen mucho ruido, todo el que puedan. Vamos cambiando a los
nenes/as para que todos realicen la actividad. Reflexionamos todos juntos sobre
lo que ha ocurrido y sobre la importancia de saber hacer silencio.
2. “Comemos en silencio”
Tema: El silencio.
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Estructura de taller:
3. Práctica: Previamente hemos traído algo de comer como unas galletas o algo
de fruta. Nos colocamos en posición de meditación y comenzamos a comer en
silencio y con los ojos cerrados.
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4. Reflexión de la práctica:
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3. La contemplación:
3.1 Práctica para los educadores.
Cerramos los ojos y realizamos unos minutos de respiración consciente que nos ayudarán
a relajar nuestro cuerpo y nuestra mente.
Abrimos los ojos y simplemente observamos aquello que tenemos frente a nosotros (una
flor, un árbol, etc). Lo observamos sin prisa, deteniéndonos en los pequeños detalles de
color, forma, etc.
Ayudándonos de la respiración, vamos a ir poco a poco hacia nuestro silencio interior,
hacia esa paz que nos permitirá continuar observando lo que tenemos delante de
nosotros pero con una mirada cada vez más profunda, intentando conectar con su
verdadera esencia.
Dejamos de observarlo y analizarlo para llegar a fundirnos con ello y trascender nuestros
sentidos, y así llegar a conectar con la Energía de Vida que yace en todas las cosas que
existen en la Creación. Esa energía es la que nos mantiene a todos unidos.
¿Has podido trascender los sentidos y llegar a conectar con la esencia de lo que
observabas?
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Talleres:
Tema: La contemplación.
Mensaje: “Cuando consigo estar quieto puedo apreciar más lo que hay a mi alrededor”.
Estructura de taller:
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mi paz interior. Ahora, lentamente empezamos a mover las manos, los brazos, los
pies y las piernas. Nos colocamos de lado, y muy despacito nos vamos sentando.
¿Y más tarde?
Tema: La contemplación.
Mensaje: “Cuando consigo estar quieto puedo apreciar más lo que hay a mi
alrededor”.
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Estructura de taller:
2. Reflexión:
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Tema: La contemplación.
Estructura de taller:
Nos tumbamos en el suelo, sobre una manta o esterilla. Cerramos los ojos, sin
movernos y colocamos nuestras manos sobre el pecho, una frente a otra. Vamos a
poner atención a la respiración, observamos el movimiento de nuestro pecho arriba
y abajo. No debemos hacer nada más, simplemente observar ese movimiento.
Sentimos como, poco a poco, nuestra respiración se hace más calmada, más
lenta.
Si notamos que viene un pensamiento no le prestamos atención, le dejamos que se
vaya y continuamos atendiendo a nuestra respiración. Ahora vamos a colocar las
manos a la altura del ombligo, dos dedos por debajo. Empezaremos a realizar otra
clase de respiración, una más profunda, que nos ayudará a relajarnos mucho más.
Cuando cogemos aire hinchamos la barriga, y cuando soltamos el aire la vaciamos.
Vamos notando como nuestro cuerpo está más relajado y pesa cada vez más.
Sentimos todo nuestro cuerpo en contacto con el suelo.
Visualizamos un pequeño punto de luz sobre nuestros pies, una pequeña estrella.
Comienza a moverse y va dejando tras de sí una estela de luz brillante que
lentamente se va depositando sobre mi cuerpo. Va subiendo por las piernas hasta
las rodillas, después sigue por el muslo, continua hacia la barriga, las manos, los
brazos, el pecho, la garganta, la cara y se detiene en la coronilla. Imagino todo mi
cuerpo envuelto de esa luz maravillosa.
La estrella de luz continua su viaje desde la coronilla a la nuca, me recorre todo la
espalda, la parte posterior de las piernas, el hueco de detrás de las rodillas, sigue
el recorrido hasta los talones, la planta del pie y vuelve de nuevo a colocarse sobre
mis dedos.
Visualizo todo mi cuerpo sumergido en esa luz mágica que me transmite paz y
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¿En qué momentos de vuestro día a día notáis que estáis más
concentrados?¿Por qué creéis que os ocurre?
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4. La soledad:
Si es así:
Talleres:
Tema: La soledad.
Estructura de taller:
Nos tumbamos en el suelo, sobre una manta o esterilla. Cerramos los ojos, sin
movernos y colocamos nuestras manos sobre el pecho, una frente a otra. Vamos a
poner atención a la respiración, observamos el movimiento de nuestro pecho arriba y
abajo. No debemos hacer nada más, simplemente observar ese movimiento.
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Sentimos como, poco a poco, nuestra respiración se hace más calmada, más
lenta.
Si notamos que viene un pensamiento no le prestamos atención, le dejamos que se
vaya y continuamos atendiendo a nuestra respiración. Ahora vamos a colocar las
manos a la altura del ombligo, dos dedos por debajo. Empezaremos a realizar otra
clase de respiración, una más profunda, que nos ayudará a relajarnos mucho más.
Cuando cogemos aire hinchamos la barriga, y cuando soltamos el aire la vaciamos.
Vamos notando como nuestro cuerpo está más relajado y pesa cada vez más.
Sentimos todo nuestro cuerpo en contacto con el suelo. Imaginamos que
tenemos una mariposa de muchos colores revoloteando por encima de nosotros.
Ahora se coloca en nuestros pies, y con cada movimiento de sus alas, esparce sobre
nosotros una purpurina brillante de todos los colores. Va subiendo por las piernas
hasta las rodillas, después sigue por el muslo, continua hacia la barriga, las manos,
los brazos, el pecho, la garganta, la cara y se detiene en la coronilla. Imagino todo mi
cuerpo envuelto de purpurina de colores mágicos y brillantes. Me siento muy tranquilo
y voy a disfrutar un minuto de estar muy quieto y disfrutar de mi paz interior.
Ahora, lentamente empezamos a mover las manos, los brazos, los pies y las piernas.
Nos colocamos de lado, y muy despacito nos vamos sentando.
2. Reflexión:
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4. Reflexión de la práctica:
2. “Practicando la soledad”
Tema: La soledad.
Estructura de taller:
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Nos tumbamos en el suelo, sobre una manta o esterilla. Cerramos los ojos, sin
movernos y colocamos nuestras manos sobre el pecho, una frente a otra. Vamos a
poner atención a la respiración, observamos el movimiento de nuestro pecho arriba
y abajo. No debemos hacer nada más, simplemente observar ese movimiento.
Sentimos como, poco a poco, nuestra respiración se hace más calmada, más
lenta.
Si notamos que viene un pensamiento no le prestamos atención, le dejamos que se
vaya y continuamos atendiendo a nuestra respiración. Ahora vamos a colocar las
manos a la altura del ombligo, dos dedos por debajo. Empezaremos a realizar otra
clase de respiración, una más profunda, que nos ayudará a relajarnos mucho más.
Cuando cogemos aire hinchamos la barriga, y cuando soltamos el aire la vaciamos.
Vamos notando como nuestro cuerpo está más relajado y pesa cada vez más.
Sentimos todo nuestro cuerpo en contacto con el suelo.
Visualizamos un pequeño punto de luz sobre nuestros pies, una pequeña estrella.
Comienza a moverse y va dejando tras de sí una estela de luz brillante que
lentamente se va depositando sobre mi cuerpo. Va subiendo por las piernas hasta
las rodillas, después sigue por el muslo, continua hacia la barriga, las manos, los
brazos, el pecho, la garganta, la cara y se detiene en la coronilla. Imagino todo mi
cuerpo envuelto de esa luz maravillosa.
La estrella de luz continua su viaje desde la coronilla a la nuca, me recorre todo la
espalda, la parte posterior de las piernas, el hueco de detrás de las rodillas, sigue
el recorrido hasta los talones, la planta del pie y vuelve de nuevo a colocarse sobre
mis dedos.
Visualizo todo mi cuerpo sumergido en esa luz mágica que me transmite paz y
tranquilidad y disfruto de estar aquí tumbado, escuchando la música durante unos
minutos.
2. Reflexión:
3. Práctica: Escribe en un folio por una cara, los momentos en los que te sientes
solo y en la otra cara los momentos en que estás solo.
4. Reflexión de la práctica:
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