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Licitud de la Prueba

La prueba es el eje transversal del proceso. En realidad, si hay una razón por la cual
existe un proceso, es porque existe un derecho a la prueba. Siendo pues la prueba el
motor que permite el avance del proceso para la consecución de sus fines, y en el
entendido de que todo proceso debe respetar sus propios principios, surge la
necesidad de delimitar la validez en cuanto a la obtención de esos medios de
información que pretenden ser sometido a la cognición judicial. Al respecto, Carmelo
Borrego sostiene lo siguiente: “En teoría el proceso penal constituye una de las
garantías del Estado de Derecho para el establecimiento de la responsabilidad criminal
mediante la comprobación de un delito. Dentro de ese marco, la materia probatoria es
la columna vertebral del enjuiciamiento penal”.

Nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el artículo 49


numeral primero contempla: “El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones
judiciales y administrativas; en consecuencia:

1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado


de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los
cargos por los cuales se le investiga; de acceder a las pruebas y de disponer del
tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas
obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable
tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta Constitución
y en la ley…

Lo anteriormente reseñado, permite vislumbrar que, en Venezuela,


constitucionalmente se incorpora dentro del Debido Proceso la obligación de la licitud
de la prueba, esto quiere decir que la búsqueda de la verdad no es a ultranza; no se
puede pretender buscarla a cualquier precio. Al contrario, la búsqueda de la verdad
debe estar encausada en el más estricto respeto de los derechos fundamentales de los
ciudadanos, so pena de nulidad si lesionan de alguna forma los mismos. Existe una
novedad importante en materia de investigación penal en Venezuela, y que se presenta
como otro mecanismo de interdicción de la arbitrariedad, y es la exigencia que se hace
a la hora de colección de evidencias, de cumplir los protocolos estipulados en el
Manual Único de Cadena de Custodia, quien viene a asentar los criterios técnicos de
protección de la evidencia para contrarrestar la manipulación de la potencial prueba.

La Prueba, según el jurista venezolano Roberto Delgado Salazar, es: “Lo que sirve
para producir en las partes y en el juez convencimiento sobre la veracidad o falsedad
de los hechos que son materia de un proceso y, por consiguiente, para sustentar las
decisiones judiciales”.
El proceso penal versa sobre hechos pasados, los cuales deben ser reconstruidos en
el marco de un juicio oral y público, dicha labor de infraestructura racional debe ser
realizada por el juez influenciado por una mínima actividad probatoria que desvirtué la
inocencia del acusado. Ahora, para la obtención de esos datos de información que se
denominan elementos de convicción y que serán a la postre el germen de la prueba,
debe existir limitaciones en su colección. Existe un gran dique de contención de
arbitrariedades, revestido de un conjunto de garantías procesales que impiden que se
vean afectados de forma injusta los derechos fundamentales de los sometidos a un
proceso penal.

Es así, como nuestro legislador ha previsto en el artículo 181 del Código Orgánico
Procesal Penal, lo siguiente: “Los elementos de convicción sólo tendrán valor si han
sido obtenidos por un medio lícito e incorporados al proceso conforme a las
disposiciones de este Código.

No podrá utilizarse información obtenida mediante tortura, maltrato, coacción,


amenaza, engaño, indebida intromisión en la intimidad del domicilio, en la
correspondencia, las comunicaciones, los papeles y los archivos privados, ni la
obtenida por otro medio que menoscabe la voluntad o viole los derechos
fundamentales de las personas. Asimismo, tampoco podrá apreciarse la información
que provenga directa o indirectamente de un medio o procedimiento ilícitos”.

Es nula toda prueba que se haya obtenido de una forma ilícita, cercenando libertades y
derechos fundamentales, porque como ya se señaló anteriormente, si bien existe el
derecho de probar e incluso el fin del proceso penal es la búsqueda de la verdad, no
puede justificarse en un Estado de Derecho, la aplicación del popular refrán “El fin
justifica los medios”.

Si se analiza pormenorizadamente el artículo 181 del COPP, se evidencia durante que


la investigación penal pueden recabarse surtidos elementos de convicción o
información, pero eso no implica que deban adquirir valor de forma automática, sino
que deben ser vistos bajo la lupa de las garantías constitucionales del proceso, labor
que corresponde esencialmente al Juez de control de garantías, quien está llamado a
velar por respeto de los derechos fundamentales en la confección de la investigación
penal realizada por el Ministerio Público como titular de la acción penal.

Es preciso considerar, los supuestos que el legislador contempla como contaminantes


de la información, el primero de ellos es la tortura.

Según lo dispuesto en el artículo 5 numeral 2 de la Ley Especial para Prevenir la


Tortura y otros tratos Crueles, inhumanos o degradantes, la tortura son: “…actos por los
cuales se inflige intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos, ya sea
físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una
confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a
esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de
discriminación, cuando dichos sufrimientos sean infligidos por un funcionario público o
funcionaria pública u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación
suya, o con su consentimiento”.

Se puede decir entonces que la tortura es el empleo de medios violentos para doblegar
la voluntad de una persona y sustraer sin su consentimiento cierta información. Es
totalmente inaceptable, que un elemento de convicción que se haya obtenido a través
de este medio tenga algún valor en el proceso penal, ya que vulnera derechos
fundamentales y humanos de todo individuo que sea objeto de ello.

En cuanto a la tortura y su efecto en los elementos de convicción, alecciona Alberto


Binder, que: “Toda información que se obtenga mediante tortura es una información
invalida para el proceso penal, sea que se refiera al propio imputado, o que se refiera a
otra persona o aun a otro asunto o circunstancia. El solo hecho de obtener medios
violentos es de por sí, suficiente para anular tal información…” (Introducción al Derecho
Procesal Penal, editorial Ad Hoc, pág. 193)

Por otra parte, no importa que la tortura no se constituya en una agresión o violencia
física, por cuanto puede tratarse de medios violentos psicológicos dirigidos a doblegar,
constreñir o minimizar la voluntad del individuo, con el fin de sustraerle una
determinada información. Esto nos lleva a observar, que, por ejemplo, la utilización de
la hipnosis; el suministro de cualquier sustancia química que doblegue la voluntad del
individuo (Droga de la verdad), generaría de igual manera la nulidad de esa información
y por ende no estaría permitida su utilización en proceso alguno.

No requieren de mayor explicación el maltrato, la coacción y la amenaza como


supuestos que contaminan la información obtenida durante la investigación. Inclusive,
dichos conceptos parecen ser incluidos dentro de la esencia de la tortura si nos
remitimos a la definición otorgada por el legislador en el artículo 5 numeral 2 de la Ley
Especial que regula la materia.
Análisis del Código Orgánico Procesal Penal

El artículo 181 “LICITUD DE LA PRUEBA”

señala la licitud que deberá tener la prueba para que sea viable usarla en un proceso
penal, en donde la misma no deberá ser obtenida por medio de coacción, engaño,
maltrato ni amenazas y su obtención no debe atentar en lo absoluto los derechos
fundamentales inherentes en el ser humano.

Artículo 182 “LIBERTAD DE LA PRUEBA”

Establece que a excepción de lo que expresamente señale como prohibido la ley, todos
los hechos y circunstancias se podrán probar siempre y cuando éstas sean de interés
para la solución justa y correcta del caso y que para que un medio de prueba sea
admitido, éste debe ser útil para el esclarecimiento de las interrogantes que aún existan
en el caso, del mismo modo el Tribunal de la causa puede prescindir de una prueba
cuando ésta solo acredite un hecho que ya de por si es notorio.

Artículo 184 “ESTIPULACIONES”

En caso de que ambas partes estén de acuerdo con algún hecho que se pretendiera
demostrar con pruebas, éstos pueden solicitar estipulaciones con respecto a dicha
prueba para que se evite su presentación en el juicio, dicha estipulación tiene que estar
presente en el auto de apertura, para que así las partes puedan usarlo sin necesidad
de incorporar el medio de prueba

Artículo 289 “LA PRUEBA ANTICIPADA”

Todas las diligencias probatorias que por razones de necesidad o urgencia y con el
objeto de asegurar sus resultas se practica su evacuación en cualquiera de las etapas
anteriores al Juicio Oral, se le denomina Prueba todas las diligencias probatorias que
por razones de necesidad o urgencia y con el objeto de asegurar sus resultas se
practica su evacuación en cualquiera de las etapas anteriores al Juicio Oral, se le
denomina Prueba Anticipada, por ende, el artículo es una especie de protección para
dicha prueba, puesto que esto ocurre cuando por obstáculos difíciles de superar
impiden que esta prueba sea presentada en el juicio oral pero que la misma debe ser
considerada como acto definitivo
Artículo 326 “NUEVAS PRUEBAS POSTERIORES A LA AUDIENCIA PRELIMINAR”

Este artículo se refiere a la promoción de pruebas en el debate oral y público, pero solo
aquellas que no fueron promovidas oportunamente por las partes, por desconocer su
existencia para el momento de la celebración de la audiencia preliminar

Articulo 342 “NUEVAS PRUEBAS EN JUICIO”

Este artículo menciona que la facultad de promover pruebas ya durante el desarrollo


del debate, pasada la fase de investigación y el control de las mismas en la audiencia
preliminar, no solo la tienen las partes, sino que incluso el tribunal de juicio puede
hacerlo hasta antes del cierre del debate, ya que de oficio puede ordenar la recepción
de alguna prueba que las partes no hayan anunciado ni solicitado, toda vez que hayan
surgido nuevos hechos o circunstancias nuevas, que ameriten su esclarecimiento
República Bolivariana de Venezuela

Universidad Nororiental Privada “Gran Mariscal de Ayacucho”

Escuela de Derecho – Nucleo: Ciudad Bolívar

6to Semestre - Sección 1s

Derecho Procesal Penal I

ACTIVIDAD PROBATORIA

Facilitador: Integrantes:

Abg. Francisco Álvarez Chacín Arianna Mendoza – 27.255.566

Gabriel León – 28.263.371

Glorimer Guapez– 27.902.863

Minerva Ramírez – 26.883.338

Ciudad Bolívar, abril de 2019

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