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ESPECIALIDAD EN ENDODONCIA
CONDUCTOS EN C
Cochabamba – Bolivia
2019
CONDUCTOS EN C
AGRADECIMIENTOS
DEDICATORIA
RESUMEN
CONTENIDO
1.-INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 1
2.-OBJETIVOS ........................................................................................................................ 3
3.2 Aspectos históricos del estudio de las raíces y conductos radiculares en forma de C. ..... 9
3.7.-Diagnóstico.................................................................................................................................. 22
4.-DISCUSIÓN ........................................................................................................................ 45
5.-RECOMENDACIONES ..................................................................................................... 47
6.-CONCLUSIONES ............................................................................................................... 48
8.-ANEXOS ............................................................................................................................. 50 1
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1.-INTRODUCCIÓN
A través del tiempo se han realizado estudios para analizar la anatomía de los conductos
radiculares así como también la prevalencia de sus variaciones en distintas regiones del
mundo para poder simplificar y mejorar los tratamientos endodonticos y su restauración
(Jafarzadeh, 2007) .
La estructura radicular puede presentar una amplia variedad de divisiones por lo que existen
muchas clasificaciones: A) Según la sección transversal (Melton 1991); B) Según su
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anatomía clínica (Fan, 2004);C) Según imagen Radiográfica (Fan, 2004); D) Según
morfología tridimensional (Gao 2006).
Los dientes con anatomía en forma de C plantean un reto técnico considerable. En cuanto a
la limpieza del conducto, el uso del instrumental sónico y ultrasónico favorecen la llegada
del agente irrigante a las irregularidades internas del sistema de conductos.
El propósito de este estudio es hacer una revisión bibliográfica sobre los conductos en forma
de ¨C¨ en molares que presentan el más alto índice de fracaso, para conocer sus
características, clasificación, diagnóstico y plan de tratamiento.
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2.-OBJETIVOS
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3.-MARCO TEÓRICO
El segundo molar inferior es el diente más expuesto a la fractura vertical, debido a su posición
próxima a la inserción del músculo de la masticación y las consiguientes cargas de oclusión
altas. Las fracturas suelen asentar en la cresta marginal distal o bajo las cúspides linguales.
Debido a las fuerzas de oclusión intensas y el riesgo de fractura, es obligatoria la restauración
con recubrimiento completo después del tratamiento endodòntico. (Cohen , 2004).
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Cámara pulpar : similar a la cámara pulpar del primer molar inferior, con variaciones apenas
en el número de concavidades que corresponden a las cúspides, que en consecuencia
modifican el aspecto anatómico del techo (Leonardo, 2005).
Conducto radicular: en el 71% de los casos con dos raíces separadas. En el resto las raíces
están generalmente fusionadas, por este motivo los conductos son más estrechos y más
difíciles de tratar (Leonardo, 2005).
Las raíces del segundo molar inferior se presentan separadas desde el plano cervical en el
39,2% y separadas a partir del tercio medio en el 32,8%, completando un total de del 71%
con dos raíces separadas. En el resto las raíces están generalmente fusionadas, por este
motivo sus conductos son más estrechos (Leonardo, 2005).
La cronología de erupción es entre los 11-13 años y su rizálisis completa termina entre los
14-15 años.
El segundo molar presenta en la mayoría de los casos, tres conductos radiculares, siendo las
dificultades técnicas de tratamiento similares a la del primer molar.
El segundo molar inferior puede tener solo una raíz con diversas variantes: un solo conducto
de gran tamaño; dos conductos que se fusionan o permanecen separados o el conocido como
diente en C (Weine, 1999).
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Fig.2 Segundo molar inferior, A, vista vestibular; B, vista mesial de la raíz mesial; C,
vista distal de la raíz distal. Cortes transversales
Cámara Pulpar, tiene una forma por lo general cúbica con cierta predisposición a ser
triangular a medida que se va a la zona de furca. El techo demuestra convexidades en relación
a las cuatro cúspides que presenta. Por lo general son paralelas entre las paredes vestibular y
lingual, los orificios son un poco más pequeños en comparación con su antecesor y los
orificios de entrada a los conductos mesiales no suelen ser fácil de identificar por la
formación de dentina en la pared mesial a nivel cameral (Cohen, 2002).
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Estos factores ocultos afectaran tamaño, forma e inclinación de la preparación final. La gran
curvatura vestibular del conducto palatino requiere gran cuidado durante la exploración e
instrumentación (Ingle, 2002).
A nivel cervical la pulpa es enorme en los dientes jóvenes y más reducidos en dientes seniles
por formación de dentina secundaria. La cámara es cuadrangular u ovoide y en el piso se
aprecian líneas que unen los orificios de entrada a los conductos que contrastan con las
paredes blandas (Ingle, 2002). Sin embargo existen variaciones anatómicas en cuanto a su
raíz/raíces y conductos radiculares, lo que exige el conocimiento de la anatomía normal, así
como de sus posibles variaciones. Tabla 1-2-3-4.
Conductos:
Dos conductos 6,7%
Conductos:
Mesial Distal
Un conducto y un agujero 13% 92%
apical
Dos conductos y un 49% 5%
agujero apical
Dos conductos y dos 38% 3%
agujeros apicales
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Raíces :
Dos raíces 76,2%
Tres raíces 2,2%
Una raíz cónica 8,3%
Una raíz con forma de C 8,5%
3.2 Aspectos históricos del estudio de las raíces y conductos radiculares en forma de C.
Se han publicado numerosos estudios sobre los conductos radiculares en forma de C y sus
variaciones anatómicas. Si bien la mayoría de estos informes se centran principalmente en la
morfología del conducto radicular y las tasas de incidencia, también se han publicado
estudios de casos y observaciones antropológicas. Históricamente, (Keith, 1911) fueron los
primeros autores en representar un conducto radicular en forma de C. En su estudio, esta
morfología específica se puede observar en secciones transversales de la raíz de un segundo
molar mandibular de un individuo neandertal. Además de esta estructura inusual del
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conducto radicular, también notaron que "en el aspecto labial, la raíz no muestra rastros de
división, pero en el lingual la raíz comienza a separarse 7 mm por debajo de la corona en
colmillos mesiales y distales". Esta morfología es indicativa de una raíz en forma de C. Sin
embargo, estos autores no asignaron ninguna terminología específica a las anomalías
morfológicas que observaron.
La raíz en forma de C fue analizada por primera vez en detalle por (Nakayama, 1941), quien
le dio el nombre de "raíz en forma de canal". Informó que 39 de 135 (28.9%) extrajeron
segundos molares mandibulares de individuos identificables que tenían raíces en forma de
C, al igual que 124 de 391 segundos molares mandibulares extraídos (31.7%) de individuos
no identificables. También, (Nakayama, 1941) informó sobre el 'conducto radicular en forma
de canalón', enfocándose en su morfología y aspectos del tratamiento Sugirieron que sería
necesario preparar cuidadosamente este tipo de conducto radicular, ya que podría producirse
una perforación en un intento de localizarlo o agrandarlo. También enfatizaron que se
necesita una atención particular en la limpieza del conducto radicular, porque los 'conductos
radiculares en forma de canalón' generalmente no son continuos desde el orificio del canal
hasta el agujero apical y, por lo tanto, están abiertos a la infección. Desde entonces, los
investigadores japoneses han usado el término 'en forma de canalón' ('toi-jo-kon' en japonés)
principalmente para describir la forma de la raíz, mientras que el término 'en forma de C'
('toi-jo-konkan' en japonés) se ha utilizado para describir la forma del conducto radicular
(Fukuya, 1976), (Kotoku, 1985).
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moldes de canales de raíz de resina de poliéster, así como datos histológicos extensos,
aclararon otros aspectos importantes de la morfología del conducto radicular en forma de
C. Siguiendo a Cooke & Cox 1979 , así como a la mayoría de las publicaciones recientes, el
término 'raíz en forma de C' se usa aquí para abordar la morfología de la raíz y el término
'conducto radicular en forma de C' para abordar la morfología del canal de la raíz.
Por debajo del nivel del orificio de entrada, la estructura radicular del molar con forma de C
puede albergar una amplia gama de variaciones anatómicas, clasificables en dos grandes
grupos básicos: 1.- un solo conducto acintado en forma de C desde el orificio hasta el ápice,
y 2. tres o más conductos distintos por debajo del orificio de entrada en forma de C. (Cohen,
2004).
La configuración en C representa una hendidura continua entre todos los conductos de tal
modo si efectuamos un corte horizontal a través de la raíz el espacio tiene forma de C. La
convexidad de la C puede dirigirse hacia el lado bucal o el lingual. Si se dirige hacia el lado
bucal, la hendidura discurre sin interrupción desde la parte mesiobucal hacia la mesiolingual,
rodea la zona lingual y sigue de la parte distolingual a la distobucal .Si la convexidad queda
en dirección lingual, la hendidura va de la parte distolingual y continua de la parte distobucal
a la distolingual (Weine, 1999).
La forma y número de raíces son determinadas por la vaina epitelial de Hertwig la cual es
doblada en un plano horizontal debajo de la unión cemento esmalte y se fusiona en el centro
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dejando raíces abiertas. Una falla en el del desarrollo de la vaina epitelial de Hertwig es la
principal causa de las raíces en forma de C, las cuales por lo regular contienen un canal en
forma de C. La raíz en forma de C también puede originarse por la fusión del cemento con
el tiempo (Hamid 2007).
Las cámaras pulpares de los dientes con canales en forma de C en su mayoría tienen mayor
ancho apico-oclusal con una bifurcación baja (Gulabivala, 2002). Esto resulta en un piso de
la cámara pulpar profunda, que tiene una configuración anatómica poco común (Barnett,
1986).
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CONDUCTOS EN C
oscura en un campo luminoso (Jerome, 1994) . Otro método que ofrece un tratamiento
exitoso es el uso de microscopio el cual ofrece aumento de visibilidad del campo operatorio
(Yilmaz, 2006).
El canal radicular en forma de C constituye una morfología inusual de la raíz que se puede
encontrar principalmente en los segundos molares mandibulares. Debido a la complejidad
de su estructura, los sistemas de conductos radiculares en forma de C pueden complicar las
intervenciones endodonticas. Por lo tanto, un conocimiento profundo de la morfología del
conducto radicular es imperativo para un diagnóstico adecuado y un tratamiento exitoso
(Kato, 2015) .
Los conductos en C son canales estrechos en forma de cinta que alcanzan a contener pulpa
o tejido pulpar considerándose como depósitos bacterianos. (Melton, 1991) Demostraron
que los restos y el tejido pulpar subsisten continuamente dentro de los canales radiculares en
forma de C. Por lo cual el orificio del conducto debe ser ampliado durante las primeras etapas
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CONDUCTOS EN C
del tratamiento, teniendo mucho cuidado de no hacerlo muy profundo hacia el ápice para
impedir perforaciones (Miglani, 2002).
La morfología del canal de sección transversal y los anchos mínimos de las paredes del canal
vestibular y lingual se estudiaron en 20 molares mandibulares con raíces en forma de C y
orificios del canal. Las raíces se montaron en bloques de resina transparente y se seccionaron
transversalmente a intervalos de 1 mm. Se evaluaron un total de 154 secciones transversales
con un analizador de imágenes. Se identificaron doce configuraciones diferentes de canales
longitudinales. Los más prevalentes fueron los tipos 1-2 y 1-2-1 con cada tipo en cuatro
raíces. La evaluación de la morfología transversal mostró que las configuraciones eran "C"
completa (27%), C incompleta (64%) y no C (9%). El valor medio para el ancho mínimo de
la pared del canal lingual fue de 0,58 +/- 0,21 mm y la pared vestibular fue de 0,96 +/- 0,26
mm. Esto sugiere que existe un mayor riesgo de perforación de la raíz en las paredes
linguales más delgadas de los canales en forma de C durante la conformación y los
procedimientos de preparación post canal. Tanto las paredes del canal vestibular como el
lingual fueron frecuentemente más estrechas en las ubicaciones mesiales. (Chai, 2004)
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Es una variación anatómica vista principalmente en segundos molares inferiores con una
incidencia del 2.7% - 45.5% según la última revisión bibliográfica. Aunque también puede
ocurrir en premolares (29.7%) y molares, tanto superiores (0.12%) como inferiores
(Basilaki, 2015) .
Las configuraciones presentes en esta variación pueden representar un desafío para el clínico
durante la negociación, desbridamiento y la obturación. Los diagnósticos radiológicos y
clínicos pueden ayudar a identificar y mejorar las áreas con forma de abanico y las
complejidades en forma de C. El manejo de esta configuración anómala del canal se puede
lograr con instrumentación rotativa y manual asistida por ultrasonido (Fernandes, 2014).
Realizaron un estudio para evaluar la prevalencia de los conductos tipo C en una población
de Malasia. Para ello seccionaron un total de 241 molares, de los cuales nueve presentaron
conductos tipo C, correspondiente a una prevalencia del 3.74%. El 88.8% de los molares con
conductos tipo C fueron molares mandibulares. La configuración morfológica más común
según la clasificación de Melton fue la Tipo III (44.4%), seguida por la Tipo II (33.3%) y
finalmente la tipo I (22.2%) (Nie, 2013).
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2.- Categoría II: El orificio en forma de semicolon en donde la dentina separa un conducto
en forma de C principal de un canal.
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3.- Categoría III: Se refiere a aquellos con dos o más canales discretos y separados:
Subdivisión I, el foramen en forma de C en el tercio coronal se divide en dos o más canales
separados y discretos que se juntan apicalmente;
Subdivisión II, foramen en forma de C en tercio coronal que se divide en dos o más canales
discretos y separados en el tercio medio hacia el ápice; y
En esta clasificación, no existe una descripción clara de las diferencias entre las categorías
II y III como de la significancia clínica. Sin embargo, ellos examinaron tres niveles
arbitrarios de la raíz, y obtuvieron una pequeña información donde se describe como la forma
del canal podría cambiar a través de su longitud. También, se dieron cuenta que el segundo
tipo de canal en forma de C es el más común. Fig. 6
1.- Categoría I (C1): La forma del conducto en C no se interrumpe sin ninguna división o
separación.
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2.- Categoría II (C2): La forma del canal es similar a un semicolon resultante de una
discontinuidad del conducto en C, pero cada ángulo alfa o beta no debe ser menor que
60°.Fig. 7
3.- Categoría III (C3): 2 o 3 canales separados y ambos ángulos alfa y beta fueron menor de
60°. Fig. 8
Fig.8 Medición de ángulos para el canal C3. Tanto el ángulo como el ángulo β son
menores que 60ª.
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4.- Categoría IV (C4): Un solo canal redondeado u oval en la sección transversal. Fig. 9
5.- Categoría V (C5): No se observa el lumen de un canal (lo cual es usualmente observado
cercano al ápice Fig.10
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1.- Tipo I: raíz cónica o cuadrada con una vaga línea radiolúcida longitudinal separando la
raíz en una parte mesial y otra distal. Hay un canal mesial y otro distal que se fusionan en
uno solo antes de salir por el foramen apical (foramina).Fig. 11
Fig. 11 Clasificación radiográfica Tipo I (A), Tipo I (a) análisis morfológico en 3-D
2.- Tipo II: raíz cónica o cuadrada con una vaga línea radiolúcida longitudinal separando la
raíz en una parte mesial y otra distal. Hay un canal mesial y otro distal, y los dos canales
parecen continuar su propio camino hacia el ápice .Fig. 12
Fig.12 Clasificación radiográfica Tipo II (b), Tipo II (b) análisis morfológico en 3-D
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3.- Tipo III: raíz cónica o cuadrada con una vaga línea radiolúcida longitudinal separando la
raíz en una parte mesial y otra distal. Hay un canal mesial y otro distal, un canal curvado y
superpuesto en la línea radiolúcida mientras se dirige hacia el ápice, y el otro canal parece
continuar su propio camino al ápice.Fig.13
Fig. 13 Clasificación radiográfica Tipo III (C); Tipo III (c) análisis morfológico en
3-D
TIPO I: El piso parecido a una península con orificio en forma de “C Continuo”. Fig.14 (a)
TIPO II: Vestibular, una conexión que existe entre el piso parecido a la península y la pared
vestibular de la cámara pulpar que separa el surco en forma de “C” en orificio mesio-
vestibular (MB) y un orificio mesio-lingual (ML), por una franja de dentina entre el piso
parecido a una península y la pared mesial de la cámara pulpar Fig.14 (b).
TIPO III: solo un mesial, existe una conexión de dentina entre el piso parecido a una
península y la pared Mesial, el cual separa el surco en forma de “C” en un orificio pequeño
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TIPO IV: pisos que no tienen forma de “C”. Un orificio distal y uno o dos orificios mesiales
están presentes .Fig. 14 (c)
3.7.-Diagnóstico
1. Raíces fusionadas
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localizador de ápice de tercera generación con la habilidad de leer la longitud del conducto
en presencia de electrolitos, puede ayudar a distinguir entre ambos (Plotino, 2006).”
Las radiografías tomadas durante la negociación de los conductos pueden revelar dos
características de su configuración como los instrumentos que tienden a converger en el ápice
y/o pueden salir en la furca. Estos últimos a veces pueden observarse como una perforación
de la misma (Barril, 1989). Este aspecto radiográfico es más probable que ocurra en la
categoría I (C continua) (Jerome, 1994). La presencia de instrumentos o materiales de relleno
en el área de la furca en combinación con la falta de precisión de donde se encuentra el piso
de la cámara pulpar puede conducir al reconocimiento radiográfico de una configuración en
C. El diagnóstico diferencial de una perforación de furca, se puede ayudar con más de una
radiografía, además del uso de localizador apical (Melton, 1991).
Algunos autores consideran como conductos en C a los que presentan una raíz en forma de
C (es decir, una ranura longitudinal en la superficie de la misma, independientemente de si
se observó un orificio o conducto separado) ,otros autores, en cambio, consideran que los
sistemas de conductos en C deben presentar las siguientes tres características: raíces
fusionadas, una ranura longitudinal en la superficie lingual o vestibular de la raíz, y al menos
una sección transversal del conducto que pertenezca a la configuración C1, C2 o C3 (FAN,
2004). La variación en la morfología del conducto en C es inusual y puede conducir a
dificultades durante el tratamiento por lo que se requiere un correcto diagnóstico de esta
situación antes de su intervención) (Benenati, 2004).
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CONDUCTOS EN C
En la vista radiográfica preoperatoria resulta difícil observar las fusiones propias de este tipo
de conductos .En ocasiones, en una radiografía con instrumentos exploratorios en el
conducto, puede llegar a visualizarse la ubicación de alguno de ellos en zonas aparentemente
interradiculares, asemejando una perforación producto del deslizamiento del instrumento en
la luz acintada (Basilaki, 2015).
Los conductos en forma de C son considerados una anomalía que da una cierta complejidad
anatómica ya que cuando se analiza la radiografía preoperatoria hace sospechar que dicho
molar es semejante al molar normal. Sin embargo, cuando se realiza la preparación de la
cavidad de acceso y se examina desde la superficie oclusal no se puede diferenciar cada uno
de los orificios de los conductos, sino que se observa una depresión en forma de C en el piso
de la cámara pulpar (Fan B, 2008).
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dos raíces es muy delgada, no es visible en la radiografía y, por lo tanto, puede dar la
apariencia de dos raíces distintas (Haddad, 1999). La radiografía también puede revelar una
cámara pulpar grande y profunda, generalmente se encuentran en molares en forma de C
(Gulabivala, 2002).
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Fuente: www.informantoday.blogspot.com
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En los estudios realizados por: Tsiklakis et al. 2005 y Hashimoto et al. 2003 sobre la cantidad
de radiación emitida y absorbida en la espina cervical, la tiroides y área dental
independientemente, con o sin protección, llegaron a la conclusión que la TCCB resultó de
menor absorción y dosis de radiación en comparación con la TC convencional (Frigi, 2007)
.
La imagen 3D (geometría cónica) está establecida por VOXELS4 que es el elemento más
pequeño del volumen de la imagen, en diferencia con la imagen 2D (geometría paralela) que
esta dado en PIXELS5. En la TC convencional los voxels son anisotrópicos6, mientras que
en la TCCB son isotrópicos7 permitiendo medidas geométricas precisas en cualquier plano
(Frigi, 2007) (Lenguas, 2010).
Esta tecnología se desarrolló a fines de los años 90, con el objetivo de conseguir escáneres
tridimensionales del esqueleto maxilofacial, craneofacial con una dosis de radiación menor.
Ofreciendo una nueva alternativa a las imágenes convencionales intraorales y panorámica,
disminuyendo y contrarrestando por completo los problemas de superposición de imagen,
distorsión de imagen, elongación y escorción de imagen. (Lenguas, 2010)
La tomografía axial computarizada ha sido empleada desde 1995, no sólo para evaluar la
deformación producida por los distintos sistemas de instrumentación, y tampoco únicamente
para conocer la anatomía externa e interna del sistema radicular. Ha sido empleada también
para medir el tamaño de las lesiones periapicales, diagnóstico de perforaciones radiculares,
para la confirmación diagnóstica de una reabsorción cervical invasiva, para evaluar la
gutapercha remanente tras un retratamiento, observar el hidróxido de calcio antes de la
obturación del sistema de conductos (Lenguas, 2010).
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No sólo consigue reconstruir en 3D todas las estructuras externas e internas del diente, sino
que permite conocer el diámetro del canal a cualquier longitud, el ángulo y radio de
curvatura, las distancias que existe entre el conducto y furca, y otras tantas posibilidades
(Estévez, 2009).
En una población de Corea se realizó un estudio biométrico en los segundos molares con
conductos en C usando tomografías computarizadas Cone-Beam. Para ello se tomaron 92
tomografías computarizadas Cone-Beam que tenían la presencia de segundos molares
mandibulares con conductos en C, determinando tipo y frecuencia de configuración
(utilizando la clasificación de Melton), además de los espesores de dentina promedio. Para
evaluar el patrón de configuración se tomaron once posiciones a diferentes alturas a lo largo
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CONDUCTOS EN C
de la raíz. Los resultados mostraron que la configuración más común fue la tipo I de Melton
en la mitad coronal y la tipo III en la mitad apical (Seo, 2012).
Lo que quisieron demostrar fue lograr una mejor comprensión de los sistemas de canales en
forma de C en los segundos dientes molares mandibulares a través de un enfoque clínico que
utiliza técnicas sofisticadas como el microscopio quirúrgico y la tomografía computarizada
de haz cónico (CBCT). Un total de 42 dientes molares mandibulares extraídos con raíces
fusionadas y surcos longitudinales se recolectaron al azar de la población indígena
nativa. Los pisos de la cámara pulpar de todas las muestras se examinaron bajo un
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CONDUCTOS EN C
El presente estudio reveló variaciones anatómicas del sistema de canal en forma de C en los
segundos molares mandibulares. El pronóstico de estas anatomías complejas del canal puede
mejorarse mediante el empleo simultáneo de técnicas modernas, como el microscopio
quirúrgico y la CBCT.
Analizaron las imágenes CBCT de 515 molares mandibulares (257 de Bélgica y 258 de
Chile). Se analizaron los molares que cumplían los criterios de inclusión para determinar (1)
el número de raíces; (2) la configuración del canal radicular; (3) la presencia de un canal
curvo en la imagen de la sección transversal de la raíz distal en el primer molar mandibular
y (4) la presencia de un canal en forma de C en el segundo molar mandibular. Se realizó un
análisis descriptivo. La asociación entre el origen nacional y la presencia de un canal curvo
o en forma de C se evaluó mediante la prueba de Chi- cuadrado.
A la conclusión que llegó fue que en los casos de morfología de la raíz y del canal poco clara
o compleja en los molares mandibulares, las imágenes CBCT pueden ayudar a los
especialistas en endodoncia a realizar un diagnóstico preciso y a planificar el tratamiento.
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CONDUCTOS EN C
prevalencia de conductos en forma de C fue 40,5%, esta prevalencia no difiere con relación
a la ubicación de la pieza dentaria. La forma del conducto en C a nivel de los tercios
radiculares coronal y medio fue más frecuente para el tipo III y en apical para el tipo I. La
prevalencia de la bilateralidad fue 76,6%. La mayoría (66,3%) de los segundos molares
mandibulares con conductos en C, tenía orificios del conducto separado y el 33,7% orificios
en forma de C completa. Llegando a la conclusión que la prevalencia y bilateralidad de
conductos en forma de C son altas. La mayoría de los conductos en C va cambiando su forma
a lo largo de la raíz (Santiago Quijano, 2016).
Para estos molares, el "principio de cambio de color" (es decir, el color del piso de la cámara
pulpar siempre es más oscuro que el de las paredes) y el "principio de ubicación del orificio"
(es decir, los orificios de los conductos radiculares siempre se ubican en el unión de paredes
y piso) se aplicaron con éxito. Estos autores también mencionaron que la unión cemento-
esmalte es un punto de referencia confiable para el acceso a la cámara pulpar,
independientemente de si la corona es natural o artificial, pero mientras la raíz aún exista
(Krasner, 2004).
Se informó que el 83.3% de los segundos molares mandibulares con canales radiculares en
forma de C poseen un orificio a un nivel de 2 mm por debajo de la unión cemento- esmalte,
que se eleva hasta el 98.1% a un nivel de 3 mm por debajo de la unión cemento-esmalte. Por
lo tanto, un conocimiento básico de los patrones de la anatomía de la cámara pulpar es
importante para prevenir perforaciones. (FAN, 2004)
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cinta entre dos conductos radiculares que pueden contener pulpa o tejido derivado de pulpa
y, por lo tanto, deben considerarse depósitos bacterianos (Vertucci, 2005) (Melton, 1991)
mostraron que los desechos y el tejido pulpar generalmente permanecen dentro de canales
en forma de C continuamente. Por lo tanto, el orificio de la hendidura debe ensancharse
durante las primeras fases del tratamiento, pero no demasiado profundo hacia el ápice para
evitar perforaciones (Weine, 1999). Sugiere evitar el uso de las fresas Gates-Glidden para la
preparación de las áreas mesiobucal y bucal del conducto radicular en C. Se debe tomar en
cuenta que también existe un alto riesgo de perforación de la raíz en las paredes linguales
más delgadas de los canales radiculares en forma de C en los molares inferiores durante la
conformación del conducto y la limpieza se debe realizar con un instrumento del tamaño 25
o más pequeños (Jerome, 1994).
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CONDUCTOS EN C
Se debe tener muy en cuenta que, en los molares mandibulares en forma de C, el canal
mesiolingual está separado y distinto del ápice, aunque puede ser significativamente más
corto que los canales mesiovestibular y distal. Estos canales se sobreinstrumentan fácilmente
en molares en forma de C con un solo vértice. (Jafarzadeh, 2007)
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Se concluyó que el sistema rotativo ProTaper mantenía la curvatura del canal con rapidez y
pocos errores de procedimiento, mientras que la instrumentación tradicional puede limpiar
más la superficie del canal. (Solomonov, 2012)
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3.10 Irrigación
Informo el uso de ultrasonido para facilitar la eliminación de detritus entre los istmos, usando
la irrigación ultrasónica con 1,26% de hipoclorito de sodio y 17% de EDTA,
alternativamente, para eliminar la capa de barrillo y para mejorar la penetración de la
gutapercha termoplastificada. En la obturación utilizó el sistema Thermafil, que usa
gutapercha en fase alfa con bajo peso molecular, la cual sufre menos cantidad de contracción
y es más adecuada para obturar las distintas variaciones anatómicas en los conductos
radiculares, con resultados satisfactorios (Miglani, 2002).
Se cree que la agitación favorece la mezcla de fluidos dentro del conducto radicular, lo que
permite al irrigante recién inyectado reemplazar el líquido existente, facilitando además la
penetración del irrigante en las áreas del sistema de conductos sin conformar. El propósito
de la agitación es dispersar el irrigante recientemente introducido en todo el sistema de
conductos radiculares y también diluir el hidróxido de calcio residual a través de su
movimiento de desplazamiento (Ma, 2015).
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CONDUCTOS EN C
Los estudios han demostrado que después de la limpieza y la conformación, el grosor restante
de la dentina alrededor de los canales suele ser de 0,2 a 0,3 mm. Las fuerzas resultantes de
compactación durante la obturación pueden exceder la resistencia del canal de la dentina, lo
que puede ocasionar fractura de la raíz y perforación de la misma. (Walid, 2000) (Jafarzadeh,
2007) .En este sentido, la técnica de gutapercha termoplastificada puede resultar más
beneficiosa.
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CONDUCTOS EN C
2.-el motor de baja velocidad debe hacer girar el compactador siempre en sentido horario;
3.-introducir el compactador en el interior del conducto radicular sin hacerlo girar, con
movimientos de introducción y retirada;
4.-con el compactador ya dentro del conducto radicular, al lado de los conos de gutapercha,
comenzar a girarlo con movimientos de introducción y retirada hasta llegar a la longitud de
trabajo determinada.
5.-retirar el compactador del interior del conducto radicular con una leve presión sobre uno
de los lados de la pared del conducto radicular;
6.- Nunca detener el compactador en el interior del conducto radicular mientras la gutapercha
está siendo plastificada;
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CONDUCTOS EN C
Para comprobar si el sentido de la rotación del motor de baja velocidad está correcto, hacer
la prueba con una gasa, apoyando la parte activa del compactador sobre ella. Accionar el
motor; si la gasa es empujada hacia adelante y el compactador hacia atrás, el sentido de la
rotación está correcto. Por el contrario si la gasa permanece inmóvil el sentido no es el
correcto.
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CONDUCTOS EN C
Fue en 1993 cuando un grupo de la armada reportó que se podía mejorar la compactación de
material en los conductos mientras obturaban un molar en forma de “C” usando un método
al que llamaron maniobra de “zap and tap”, dicha maniobra consistía en calentar un
espaciador por 4 o 5 segundos antes de la inserción (zap) y después mover el instrumento
caliente hacia adentro y afuera del conducto mediante pequeños movimientos continuos
(taps) de diez a quince veces, luego el espaciador era removido aún caliente seguido por un
espaciador frío insertando puntas adicionales accesorias (Ingle, 2002). La compactación del
sellador y la gutapercha blanda a lo largo de un conducto radicular bien preparado es
predecible, pero en los conductos en forma de “C” las condiciones son diferentes por dos
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CONDUCTOS EN C
razones: las áreas divergentes frecuentemente sin forma y los istmos que comunican a los
conductos principales los cuales pueden ofrecer dificultades durante la obturación
(Jafarzadeh, 2007).
Fuente : Jafarzadeh,2007
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CONDUCTOS EN C
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CONDUCTOS EN C
Básicamente para iniciar esta técnica, adaptamos el cono de gutapercha principal de baja
fusión envuelto en cemento. Luego se condensa lateralmente al conducto radicular y se
introduce en su interior la gutapercha de alta fusión previamente calentada, por medio del
compactador de níquel titanio y se obtura el conducto radicular de forma tridimensional
(Cohen , 2004).
Analizaron el área rellena de gutapercha de los dientes molares en forma de C con la técnica
MicroSeal modificada con referencia a las características radiográficas y la configuración
del canal en forma de C. Utilizaron veintitrés segundos molares mandibulares con raíces en
forma de C se clasificaron según sus características radiográficas como: tipo I - fusión, tipo
II - simétrica y tipo III - asimétrica. Los canales se rellenaron con una técnica modificada del
sistema MicroSeal. Las secciones horizontales a intervalos de 600 μm se hicieron 1 mm
desde el ápice hasta el nivel del suelo subpulpar. El análisis complementario de las
configuraciones de canal en forma de C (C1, C2 y C3) determinadas a partir de las secciones
transversales del tercio apical se realizó de manera similar. Llegando a la conclusión que el
porcentaje de área llena de gutapercha fue similar en los tres tipos radiográficos y en las
categorías de configuración del canal de los molares en forma de C. Estos resultados
muestran la dificultad de lograr un llenado predecible del sistema del conducto radicular
cuando existe esta variación anatómica. En general, el tercio apical estaba menos lleno
(Ordinola, 2009).
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CONDUCTOS EN C
3.13 Pronóstico
La observación radiográfica a lo largo del tratamiento es muy importante, el clínico debe
estar atento a las fracturas que puedan ocurrir a nivel de la furca, ya que esta es una zona
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CONDUCTOS EN C
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CONDUCTOS EN C
4.-DISCUSIÓN
La Anatomía de los segundos molares mandibulares ha sido estudiada por muchos autores
con la finalidad de brindar un buen tratamiento endodontico.
Los conductos en C son una variación anatómica publicada por primera vez por Cooke y
Coox, con una prevalencia en los segundos molares inferiores indicada por BasilaKi y
Cohen. En investigaciones realizadas en China y Japón demostraron una incidencia del
31,5% de molares en forma de C y conductos fusionados y Haddad, Nehma y Ousini hallaron
una frecuencia de 19,1% en libaneses. Sin embargo Nie, en una población en Malasia
encontró una prevalencia del 3.74%.
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CONDUCTOS EN C
para el tipo III y en apical para el tipo I. La prevalencia de la bilateralidad fue 76,6% (Cheung,
2007).
Iindica que los instrumentos rotatorios poseen una desventaja importante en la preparación
de conductos en C, pues es necesario su desplazamiento, lo que llevaría a una posible falla
torsional intempestiva (Basilaki, 2015).
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CONDUCTOS EN C
5.-RECOMENDACIONES
-Es importante realizar una buena Historia Clínica ya que nos revela las condiciones de salud
del paciente, tanto en el examen estomatognàtico como en los antecedentes personales y
familiares, para tomar las precauciones necesarias para un diagnóstico correcto, pronóstico
y tratamiento en beneficio de la salud del paciente y bienestar del profesional.
-Es importante tener un amplio conocimiento de la anatomía normal y las variantes de los
segundos molares inferiores un buen plan de tratamiento, apertura cameral, localización e
identificación de conductos, instrumentación, irrigación y obturación, y de esta manera
ofrecer un tratamiento exitoso.
-Se recomienda utilizar la Tomografía computarizada de haz cónico en piezas donde hay
duda de su anatomía, para un mejor diagnóstico y tratamiento y así tener seguridad al
momento de realizar la intervención.
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CONDUCTOS EN C
6.-CONCLUSIONES
Los conductos en C se encuentran en mayor frecuencia en los segundos molares inferiores,
también los encontramos en los premolares inferiores y molares superiores, por lo que es
importante conocer la anatomía y morfología de los molares que es muy compleja, ya que
presenta muchas variaciones tanto en su forma externa como interna, la planificación del
tratamiento, un diagnóstico adecuado, así como el conocimiento basado en los sistemas de
clasificación es obligatorio antes del tratamiento, un acceso y una exploración adecuada de
los conductos en C ayuda a realizar un tratamiento eficaz del conducto radicular.
Según la mayoría de autores consultados se concluyó que las técnicas de obturación con
gutapercha termoplastificada son las más usadas para el tratamiento de los sistemas de
conductos en forma de “C”.
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CONDUCTOS EN C
7.- BIBLIOGRAFIA
Alberti. (2012). Segundo molar en "C",un reto al endodoncista. En J. Alberti, segundo molar
en C ,un reto al Endodoncista.
Benenati, F. (2004). pubmed. Obtenido de segundo molar mandibular con morfologia del
canal en forma de C y cinco canales,reporte de un caso.: Pub med
Chai, W. T. (2004). Morfologia transversal y anchuras minimas de la pared del canal en las
raices en forma de C de los molares mandibulares. Revista endodontica, 509-12.
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Manning, S. (1990). anatomia del conducto radicular de los segundos molares mandibulares.
Internacional Endodontic molars, 40-45.
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Mohanty, V. ,. (2009). El canal en forma de C, una variante anatómica. Kerala Dental, 33(1).
Moor, R. (2002). C-Shape root canal configuration in maxillary firs molars. internacional
endodontic journal.
Nie, Y. (2013). La apariciòn del canal radicular en forma de C en una poblaciòn de Malasya.
Bangladesh Journal of Medical science, 286-290.
Walid, N. (2000). Uso de dos pluggers para la obturacion de un canal en forma de C poco
comun. Internacional endodontic journal, 26; 422-4. Obtenido de Uso de dos pluggers para
la obturacion de un canal en forma de C poco comun.
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CONDUCTOS EN C
8.-ANEXOS
Se presenta el caso de una joven, sexo femenino, de 15 años, que acude a la Clínica de
Especialidad de Endodoncia de la Universidad Nacional Siglo XX, con motivo de consulta,
“me quiero arreglar mis dientes”.
La paciente presenta una caries ocluso distal en la pieza 3.7, la cual le genera molestias
debido al empaquetamiento de comida y mal aliento que le produce.
La Historia Médica, refiere que la paciente esta aparentemente en buen estado de salud en,
los antecedentes patológicos familiares refiere que la madre tiene Cáncer.
• Normocéfalo
• Cráneo simétrico de forma y tamaño normal
• Cabello, implantación y cantidad adecuada
• Cejas buena implantación y cantidad
• Ojos, con simetría adecuada, separación normal y pestañas normales
• Labios bien implantados y definido
• Cuello simétrico
Fotos de la Paciente
Al examen clínico intraoral, la pieza 3.7 presenta caries ocluso distal con aparente
compromiso pulpar, con caries profunda y penetrante sin ninguna restauración, higiene oral
deficiente, piezas dentarias restauradas, presencia de caries y cálculo dental.
(A) (B)
Se realizan pruebas de vitalidad pulpar al frio utilizando spray refrigerante (Endo-frost), con
una respuesta baja y retardada.
(a)
(b)
(a)
(b)
Fig.33 Palpaciòn
Diagnóstico:
Pronóstico Favorable.
Alternativas de tratamiento:
- Rehabilitación Coronaria
- PPF
CONDUCTOS EN C
(a)
(b)
Aislamiento absoluto (dique de goma, clamp W7, arco de Joung), esto para proporcionar un
sellado hermético libre de contaminación, para evitar bronco aspiración y mejorar la
visibilidad.
Se realizó la remoción de caries y tejido reblandecido con una cuchareta de caries maillefer
y acceso cameral con una fresa redonda de carburo de baja velocidad eliminando parte
restante del techo de la cámara pulpar, conformación de la cavidad con fresa Endo Z y
desgaste compensatorio con fresa Cpdrill.
(a)
CONDUCTOS EN C
(b)
Se realizó la cateterización de los conductos con limas K # 15-20, se irrigo con Hipoclorito
de Sodio al 2.5 % (solución de Labarraque). Se procedió a determinar la longitud de trabajo
con limas K# 15-20, se utilizó el LEF y se realizó la conductometria, obteniendo las
siguientes medidas: D: 19mm, ML: 18mm, MV 18mm
Se irrigo con Hipoclorito de Sodio al 2.5% se secó el conducto se medico con Otazol y se
dejó con cemento provisional Obtur.
(a) (b)
(a) (b)
Fig . 44 Conometria (a) Conos #70 y #45 02%, (b) Radiografia conometria.
Se acondiciona los conductos con EDTA al 17%, agitación manual activa, se irriga con
Hipoclorito de sodio al 2,5, suero fisiológico ,aspiración y secado de los conductos con conos
de papel estériles.
(a)
(b)
Fig. 45 Acondicionamiento con EDTA (a) irrigacion y secado con conos de papel esteriles
Fig.50 Gutacondensor
(a)
(b)
Fig.53 Preoperatorio
Fig.54 Posoperatorio
Radiografia Panoramica
Tomografia de Control