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Aristóteles vuelve a Atenas y funda el Liceo, y más tarde, cuando Alejandro Magno muere,
huye a Eubea para evitar sus enemigos.
Aristóteles comenzó a escribir cuando Platón ya había muerto, y sus obras tratan temas muy
diversos que algunos autores clasifican en textos sobre lógica, física (que engloba la
psicología y la biología), metafísica y filosofía práctica (donde podemos meter la ética y la
estética, y la política).
Cabe destacar entre sus obras "Sobre el Alma", un tratado de psicología, y su "Ética a
Nicómaco”. Observamos que muchas de sus obras, en especial las de ética, son una
respuesta a la filosofía de Platón.
En estas obras observamos que las características principales de la filosofía aristotélica son el
realismo y el sistematismo. Este filósofo da importancia a los sentidos y al conocimiento que
nos puede dar la experiencia.
La causa de las cosas se entiende como su razón de ser, su origen. Durante toda la historia de
la filosofía anterior a Aristóteles se había intentado encontrar la causa de las cosas: Tales de
Mileto supuso que la causa era el agua, Heráclito el fuego, Anaxímenes el aire, Empedocles
mantuvo los cuatro elementos anteriores, y Platón distinguía la causa de las ideas y la de las
cosas, la causa formal y la material.
Aristóteles considera que no hay que atender a una sola causa como hicieron alguno de sus
predecesores, sino a cuatro, dos de ellas intrínsecas (la causa material y la formal) y otras dos
extrínsecas (la eficiente y la final):
La causa material es aquello que podrá ser cualquier cosa según la forma que se le dé, es el
material de lo que está constituido algo. La causa formal es lo que determina de qué se trata,
lo que hace la diferencia entre una cosa u otra, la forma que tiene algo de manera que se
puede identificar y distinguir de otra cosa.
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Por ejemplo, tenemos el David de Miguel Ángel. Su causa material es el mármol; su causa
formal su perfil, el hombre joven que sostiene una honda; su causa eficiente es el propio
Miguel Ángel y su causa final podría ser la decoración o la remuneración.
Por otra parte tenemos la explicación que da este filósofo al cambio, al movimiento de las
cosas; otro tema que se ha tratado en numerosas ocasiones dentro de la filosofía. El ser en
acto es aquello que es, mientras que el ser en potencia es lo que puede llegar a ser si se
corrompe, es la capacidad que tiene ese ser para cambiar y convertirse en otro ser en acto.
De esta manera el movimiento se explica como un cambio del ser en potencia al ser en acto.
Un ejemplo de esto es el de una semilla, que no es un árbol pero lo puede llegar a ser, y que
es por tanto un árbol en potencia. Cuando tiene unas condiciones determinadas, crece y se
transforma en árbol, y pasa a ser un árbol en “acto”.
Aunque un mismo ser presente aspectos diferentes, hay algo en él que permanece inmutable:
esta es su sustancia, el principio constitutivo de los seres, que es específico de cada uno. La
sustancia es auto suficiente, no necesita a nadie para existir, y se encuentra dentro de los
seres (Aristóteles piensa que la verdadera realidad de los seres está dentro de ellos).
Aristóteles divide las sustancias en dos: están por una parte las sustancias primeras, que son
particulares. Por ejemplo tenemos una mesa. Por otra parte encontramos las sustancias
segundas, que son universales, en este caso el conjunto de todas las mesas, y en el caso de
los animales pueden ser las especies y los géneros. Estos dos tipos de sustancia son
indivisibles, no pueden disociarse, ya que una mesa siempre pertenecerá al conjunto de las
mesas, y en el conjunto de las mesas habrá mesas individuales. Podemos relacionar la
sustancia primera con las cosas platónicas y la sustancia segunda con las ideas de Platón.
Las diferentes formas con que se puede presentar un mismo ser reciben el nombre de
accidentes. Los accidentes no son auto suficientes, ya que necesitan el soporte de la
sustancia para tener lugar. Ejemplos de accidentes que puede presentar una mesa son: la
temperatura, fría o caliente; la forma, redonda o rectangular; el color, blanco o azul.
Otro ejemplo de la teoría de la sustancia y los accidentes de Aristóteles son los hombres: un
bebé y un adulto conservan la misma sustancia, pero el accidente del tiempo hace variar su
aspecto, tamaño y comportamiento.
Platón piensa que la verdadera realidad de las cosas está en el mundo de las ideas, es decir,
fuera de ellas. Aristóteles no está de acuerdo con su maestro, y considera que la verdadera
realidad está dentro de las cosas, como hemos dicho anteriormente. Este es el punto de
partida de su teoría hilem6rfica.
En esta teoría Aristóteles explica que para ella materia ("hyle") y la forma ("morphe") son dos
principios indivisibles que forman los seres: "No hay forma sin materia ni materia sin forma". La
unión de estos dos principios se denomina “sinolon”. Aristóteles, por tanto, no es dualista.
De estos dos principios, Aristóteles otorga mayor importancia a la forma, ya que es la esencia
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del individuo. Entendemos esta materia como la concepción aristotélica de las cosas de Platón
y la forma como las ideas Platónicas.
Hay dos tipos de materia: la segunda es la de los objetos "inmediatos" como una mesa o un
coche, y la prima es el "sustrato básico constitutivo de todas las cosas", es indeterminada y
sólo se puede percibir con la razón y la inteligencia.
Los conceptos de materia y forma se entienden en el ser humano como el cuerpo y el alma.
Como constituyen una uni6n consustancial, cuando muere el cuerpo muere el alma.
Para Aristóteles como para Platón, el hombre es un animal social. Esto significa que el hombre
tiene que vivir en sociedad para poder desarrollarse plenamente y conseguir el fin último, que
Aristóteles entiende como la felicidad. El hombre que no viva en sociedad será visto con
recelo, y considerado como un superhombre, un dios; o como algo menor que un hombre, un
animal.
Por otra parte, Aristóteles piensa que de la misma manera que la posición natural del hombre
es la sociedad, el origen mismo de la sociedad es natural. Ese origen natural tiene dos causas:
la hist6rica o genética que dice que la sociedad se crea a partir de la familia y va adquiriendo
complejidad; y la causa metafísica que habla de la capacidad del hombre del habla, cosa que
le facilita la relación con otros hombres y le permite el diálogo. Aristóteles también habla de la
necesidad que tienen los hombres de constituirse en sociedad, como pensaba Platón.
Aristóteles no solo considera al hombre como un animal social, sino que va más allá y piensa
que es un animal político. El marco natural del hombre es la polis, y es ella quien tiene que
desarrollar las aptitudes de los individuos, ya que sólo cuando un hombre se desarrolla
plenamente puede conseguir la felicidad, el bien último, el fin último. Por tanto, Aristóteles
considera que un buen gobierno es aquel que permita la felicidad de su pueblo, tanto si se
trata de una monarquía, como de una aristocracia o democracia. Estos tres tipos de gobierno
pueden corromperse y dejar de ser justos: la monarquía se puede convertir en tiranía, la
aristocracia en oligarquía y la democracia en demagogia.
Hay que tener en cuenta que cuando Aristóteles habla del hombre está excluyendo a más de
la mitad de la población, ya que no tiene en cuenta a las mujeres, los niños, los ancianos, los
extranjeros y esclavos, siguiendo la concepción del hombre de la época.
La sustancia es el principio fundamental del ser, el ser in se, que también se entiende como la
esencia misma del ser. Es la physis que permanece inmutable dentro de un ser aunque éste
cambie debido a los accidentes que tienen lugar sobre su sustancia. Por tanto esta sustancia
es el sustrato que hace que aunque un ser presenta formas diferentes a lo largo de su
existencia siga siendo el mismo ser. La sustancia no es la suma de los elementos que
componen un ser sino otra cosa, y es específica de cada ser, por tanto es lo que distingue un
ser de otro. Aristóteles distingue dos tipos de sustancia: la primera, individual (una mesa en
concreto, un pájaro) y la sustancia segunda, universal (el conjunto de todos los tipos de
mesas, la especie o el género al que pertenece el pájaro). Estos dos tipos de sustancia son
inseparables, indisolubles, no puede existir una sin la otra.
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Un accidente es todo aquello que hace variar a un individuo o un objeto material, sin por eso
cambiar la sustancia. Es un cambio que experimenta un ser, y por tanto es un cambio que s6lo
puede darse sobre el soporte que aporta la sustancia. Son un complemento a esa sustancia.
Tenemos, como ejemplo de sustancia, el agua; que puede soportar accidentes de
temperatura, o de estado. No hay calor, frío, solidez o fluidez si no hay algo que esté caliente,
frío, sólido o líquido.
Entendemos por materia uno de los dos compuestos de los seres, que unida
indisociablemente a la forma (unión substancial), constituyendo con ella un “sinolon”. Es
también algo indeterminado que se ve actualizado por la forma. Podemos distinguir dos tipos
de materia: la segunda es la de los seres individuales, y la prima es universal, corresponde a
un conjunto de seres y no a uno solo. En cualquier caso, no se puede definir un ser con
solamente uno de los tipos de materia, sino que las dos materias van unidas entre sí. Según la
antropología aristotélica, la materia se asemeja al cuerpo.
La forma es el otro principio que constituye los seres, según la teoría hilemórfica de
Aristóteles. Determina la materia, la actualiza y le da su esencia al ser. Aristóteles da prioridad
a la forma de la misma manera que Platón da prioridad a las ideas sobre las cosas. Dentro de
la antropología de Aristóteles, se relaciona la forma con el alma de los hombres. Como está
unida de manera permanente a la materia, que sería el cuerpo, cuando éste muere muere
también el alma.
A partir de su teoría política, Aristóteles desarrolla su ética. Por eso es conveniente comentar
primero los rasgos distintivos de la teoría del estado:
En su teoría ética, Aristóteles va más allá que en la política. Sostiene que el comportamiento
humano se rige por las metas sucesivas que se buscan en cada momento. Por ejemplo,
podemos comprar un coche con el objetivo de tener más vida social. Existen por tanto
numerosos bienes, tantos como metas buscamos. Todas estas etapas tienes, sin embargo, una
meta final, que sólo se busca por sí misma y no con relación a otra, y esta meta es la felicidad.
Por tanto todo hombre se comporta, elige su camino, con el objetivo de ser feliz. Es por eso
que la ética aristotélica recibe los calificativos de eudamonista (porque busca la felicidad) y de
finalista o teleológica (porque cree que todo aspira a un fin último, a un objetivo final).
Así pues, el concepto de "felicidad" es básico en Aristóteles, ya que es el fin último al que
aspiran los hombres, y es también el bien mayor que se busca. Esta felicidad no se encuentra
en los bienes etéreos o en la sabiduría, ni tampoco en la renuncia o el ascetismo; sino que está
asociada a los bienes materiales, el éxito personal y profesional, y la buena vida.
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Las malas acciones que lleve a cabo un individuo no se explican por su falta de conocimientos,
sino que se dan porque ese hombre busca la felicidad por un camino equivocado, no lo hace
mediante acciones virtuosas.
8.- Diferencias entre las teorías del conocimiento de Aristóteles y Platón. La crítica de
Aristóteles a la teoría platónica de las ideas
Para Platón, las cosas son imágenes inexactas de las ideas, y éstas se encuentran en otro
plano, en el mundo intangible o suprasensible. Es en ellas donde está la verdadera realidad de
las cosas, y para llegar al verdadero conocimiento tenemos que acceder al mundo de las ideas
mediante la dialéctica o la reminiscencia. Por tanto, decimos que la ética platónica es idealista
debido a que cree en las ideas, y que se caracteriza por el dualismo, la existencia de dos
mundos.
Aristóteles critica esta concepción platónica argumentando que la realidad de las cosas debe
estar dentro de ellas, y no en otro mundo alejado del nuestro. Así pues, para él las cosas están
formadas por la unión de dos conceptos: la forma y la materia. En esta unión la forma es la
esencia de las cosas, equivale a las ideas; y la materia equivale a las cosas de Platón. Como la
realidad está dentro de las cosas no se accede a ella a través de ninguno de los métodos
propuestos por Platón, sino mediante los sentidos y la experiencia, métodos que Platón
desprecia por pensar que son incorrectos, parciales y limitados. Aristóteles es pues realista, y
cree que se puede llegar al conocimiento partiendo de lo concreto, de lo particular, para llegar a
lo general. En efecto, dice que "No hay nada en el entendimiento que no haya estado antes en
los sentidos".
La manera de acceder al conocimiento según estos dos filósofos es la de superar etapas hasta
llegar a la sabiduría; pero estas etapas son diferentes en cada uno. Platón habla de los grados
de conocimiento de la imaginación y la creencia, englobados en la opinión; y del pensamiento y
la inteligencia, que componen la ciencia o episteme. Aristóteles nos habla de la sensación (que
viene dado por la memoria imaginación, la experiencia y el entendimiento, y añade que
compartimos el grado de la sensación con los animales. También distingue dos tipos de
entendimiento: el paciente o pasivo y el agente o activo. El entendimiento paciente es mortal,
mientras que el activo es inmortal, permanece tras la muerte del cuerpo.
También tenemos los diferentes conceptos de bien que tienen estos dos filósofos. Para Platón
existe solo un bien supremo, caracterizado por el Sol. Para Aristóteles existen muchos bienes,
aunque sólo hay uno que se busque por sí mismo: la felicidad. Platón cree en el intelectualismo
moral: el hombre bueno es el hombre sabio; y Aristóteles piensa que un hombre puede actuar
erróneamente aun siendo sabio si lo que hace es buscar la felicidad por caminos erróneos.
La teoría del alma de Platón y Aristóteles se diferencia en muchos puntos, ya que cada teoría
parte de una base diferente. Platón cree que existen dos mundos: el de las ideas y el de las
cosas; que las ideas son estáticas y la verdadera realidad de las cosas, que son mutable s y
solamente un reflejo de las ideas. Este filósofo aplica su epistemología o teoría del
conocimiento a su teoría del alma, a su ética, diciendo que el alma pertenece al mundo de las
ideas y por tanto se parece a ellas; y que, por su parte, el cuerpo pertenece al mundo de las
cosas pareciéndose a éstas. Dice también Platón que el alma se encuentra encarcelada en el
cuerpo, y lo desprecia.
Aristóteles piensa que la verdadera realidad de las cosas tiene que estar situada dentro de
ellas y no en otro plano como decía su maestro, con lo cual expone, en su teoría hilemórfica,
que los seres están compuestos por una unión indivisible, el “sinolon”, entre dos conceptos: la
forma y la materia. La forma puede compararse con las ideas platónicas y por tanto el alma, y
la materia con las cosas, con el cuerpo. Aunque Aristóteles confiere mayor importancia a la
forma, no desprecia la materia y piensa que se puede llegar al conocimiento a través de los
sentidos y la experiencia.
Esta base influye en las diferencias entre las dos teorías del alma: como el alma se parece a
las ideas es, en Platón, inmortal; y sin embargo Aristóteles considera que cuando muere el
cuerpo, muere el alma. Por otra parte, Platón cree que el alma es tripartita, está compuesta de
tres partes unidas: la racional, la irascible y la concupiscible. En cambio Aristóteles concibe el
alma como una sola cosa, pero distingue tres tipos de alma: El alma racional propia del
hombre, la sensitiva propia de los animales y la vegetativa propia de las plantas. Por tanto,
Aristóteles considera que to Platón construye su ética para encajarla con su posterior política, y
Aristóteles lo hace al revés: a partir de la política crea la ética. De esta manera, Platón dice que
para cada parte del alma existe una virtud asociada, de tal manera que la parte racional está
vinculada a la sabiduría y la prudencia, la parte irascible a la valentía, al valor, y la parte
concupiscible a la templanza. Aristóteles tiene un concepto totalmente diferente de la virtud:
cree que actuar de manera virtuosa es hacerlo según el término medio, el equilibrio entre dos
extremos opuestos. Además, hay dos tipos de virtudes: las éticas y las dianoéticas, las dos son
el resultado del hábito y la costumbre.
Aristóteles integra aquí, dentro de su teoría del alma, el concepto de felicidad, que había sido
usado por Platón pero nunca en relación a un solo individuo sino a un colectivo. Aristóteles
predica que la felicidad es el bien último y el fin último (por eso decimos que su ética es
eudamonista y finalista) y que se consigue actuando mediante la virtud, teniendo
conocimiento y sabiduría y también con bienes materiales y éxito profesional. Platón dice que
podemos conseguir la felicidad accediendo al saber del mundo de las ideas, pero no tiene en
cuenta los objetos materiales ni el éxito.
Hemos dicho que para Aristóteles la felicidad es el bien último y el fin último.
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Aunque sea el último bien, no se excluye la existencia de otros bienes. De hecho, Aristóteles
contempla la existencia de muchos bienes y muchos fines, aunque dice que la felicidad es el
único que se busca por sí mismo y no con relación a otros. Para Platón, en cambio, solo hay
un bien, que es la idea suprema y del que surge todo cuanto hay de bueno y bello en el
mundo.
10. Destaca las semejanzas y diferencias entre las concepciones políticas de Platón y
Aristóteles
Para crear su modelo de estado, Platón utiliza la teoría del alma, y así relaciona cada parte de
la misma con un estrato de la sociedad, colocando en la base de su pirámide los trabajadores
manuales (recordemos que menosprecia el trabajo manual), seguidos de los protectores de la
república y en la cima, los filósofos reyes, que son los más indicados para gobernar puesto que
son los más sabios. Para que se trate de una forma de estado justa, tiene que haber armonía
entre los diferentes estratos sociales. Además, añade que es el gobierno quien tiene que
desarrollar la capacidad innata de las personas a realizar una tarea en concreto, que
contribuirá al bien común.
Aristóteles procede de otra manera: para él, cualquier gobierno es justo mientras permita y
favorezca el desarrollo de los ciudadanos para que puedan ser virtuosos y por tanto felices., de
manera que acepta tres tipos de gobierno, siempre que no se corrompan: la monarquía, la
aristocracia y la democracia. Estos tres gobiernos, en su forma corrupta, son la tiranía,
oligarquía y demagogia, que dejan de ser justos.
El origen de la sociedad según estos dos filósofos tiene más puntos en común: para los dos la
sociedad se inicia debido a la necesidad de las personas: Platón dice que hay tantos trabajos
como necesidades tienen los hombres, y que por tanto cada trabajador cumple unas
necesidades. Aristóteles coincide con Platón en que es la necesidad la que hizo que se creara
la sociedad. Además de esto, Aristóteles propone otras causas del origen del estado: la
histórica o genética, según la cual los hombres se unieron en familias y estas familias fueron
adquiriendo complejidad hasta que se formó la sociedad como se conoce en esa época; y la
metafísica, según la cual el hombre tiene capacidad de hablar y, por tanto, está en su
naturaleza organizarse en sociedad. Podemos decir por tanto que Aristóteles coincide en este
tema con su maestro, pero que lleva más allá sus teorías.
También tenemos la concepción de la naturaleza del hombre, donde una vez más Aristóteles va
más lejos que su maestro: Platón cree que el hombre es un animal social, es decir, que sólo
puede desarrollarse viviendo en sociedad, mientras que Aristóteles cree que el hombre es un
animal social y político, o sea que su marco natural es la sociedad que se da en la polis: "ser
individuo es ser ciudadano", Tanto Platón como Aristóteles ven con recelo a aquellos hombres
que no viven en sociedad, ya que los consideran o bien dioses, superhombres, o bien
animales, menos que capacidad de habla y por tanto está en su naturaleza organizarse en
sociedad. Podemos decir por tanto que Aristóteles coincide en este tema con su maestro, pero
que lleva más allá sus teorías.
También tenemos la concepción de la naturaleza del hombre, donde una vez más Aristóteles va
más lejos que su maestro: Platón cree que el hombre es un animal social, es decir, que sólo
puede desarrollarse viviendo en sociedad, mientras que Aristóteles cree que el hombre es un
animal social y político, o sea que su marco natural es la sociedad que se da en la polis: "ser
individuo es ser ciudadano". Tanto Platón como Aristóteles ven con recelo a aquellos hombres
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que no viven en sociedad, ya que los consideran o bien dioses, superhombre s, o bien
animales, menos que hombres.
Giovanni Reale ha escrito que «la lógica aristotélica indica el momento en el que el
lagos filosófico, después de haber madurado completamente a través de la
estructuración de todos los problemas principales, resulta capaz de cuestionarse a sí
mismo ya su propio método de proceder, hasta llegar a establecer qué es la razón
misma, qué hay que hacer para razonar, y cuándo y sobre qué objeto cabe razonar.
Este descubrimiento bastaría por sí solo para asignar a Aristóteles uno de los
primerísimos puestos en la historia del pensamiento humano».
De anima, el tratado de Aristóteles sobre el alma, fue calificado por Hegel como «la mejor
obra y la única de interés especulativo sobre este tema».
Para Julián Marías, Aristóteles «ha determinado en mayor medida que ningún otro
pensador los caminos que después de él habría de recorrer la filosofía. Ha sido el
descubridor de un hondo estrato de las cuestiones metafísicas; el forjador de muchos
de los más importantes conceptos que el intelecto humano maneja desde hace
largos siglos para pensar el ser de las cosas».
Semejanzas:
El fin del Estado –la justicia y el bien común- está por encima de los intereses
particulares.
Diferencias:
1-. Para Platón la política es la ciencia de la justicia, sólo accesible a los filósofos
mientras que para Aristóteles la política es un saber práctico, dependiente de las
circunstancias.
2.- Para Platón el filósofo debe gobernar la polis mientras que, para Aristóteles, el
filósofo debe cultivar la ciencia, no la política.
4.- Para Platón los sistemas políticos degeneran cuando las clases sociales
incumplen su función mientras que, para Aristóteles, las causas de la inestabilidad
política son muchas, pero la más frecuente es la pobreza y la desigualdad
económica.
PLATÓN ARISTÓTELES
Metafísica:
Teoría de la ciencia
3. La única ciencia posible es las ideas 3. Es posible una ciencia del mundo
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Antropología
Política
La ética de Aristóteles es una teoría compleja. de carácter material, cuya exposición puede
estructurarse en torno a los conceptos de bien. \virtud y felicidad.
En el caso del hombre ocurre lo mismo. Tras analizar las soluciones que, en las filosofías
anteriores a la suya -y en especial en la filosofía de Platón- y que identificaban la felicidad con
la vida activa. la pura contemplación, el placer, etc. Aristóteles piensa que la felicidad consiste
para el hombre en cumplir la actividad que es propia de la naturaleza del hombre. Dentro de
de esta naturaleza se encuentra el conocimiento como uno de sus rasgos más característicos.
De ahí que alcanzar la verdadera sabiduría y el conocimiento sea el equivalente de la felicidad.
Sin embargo, la naturaleza humana precisa de más cosas que del mero conocimiento. Exige
condiciones materiales de vida, posesiones, etc. De ahí que la felicidad humana, para
Aristóteles, no se reduzca sólo a la sabiduría. Exige que la sabiduría -que cumple el rasgo
esencial de la naturaleza humana- se complete con la posesión de bienes exteriores y con un
determinado tipo de comportamiento. La felicidad es, pues, una actividad del alma, y debe
cumplir los rasgos esenciales de la naturaleza humana. En todo caso debe encontrarse;
acompañada por las virtudes y por un comportamiento virtuoso. La felicidad es el bien
supremo y el término de la vida humana. Al identificarse con el cumplimiento de la actividad
del hombre y mezclar el comportamiento virtuoso con la sabiduría y la indispensable posesión
de una serie de bienes exteriores, la felicidad se basta a sí misma.
Sin embargo, la felicidad no puede alcanzarse sola: necesita las virtudes, que son
disposiciones del alma para actuar de una determinada forma. Aristóteles piensa que la virtud
es el término medio existente entre dos extremos. La virtud, pues, es un equilibrio. Este
equilibrio es desarrollado por una disposición del alma que permite comportarse de un modo
determinado y alcanzar ese justo medio. La virtud exige siempre la voluntad y se adquiere
mediante el ejercicio de la acción que pretende alcanzar objetos \virtuosos y el hábito.
Al introducir las virtudes, Aristóteles introduce también la voluntad, pues Ias virtudes se
encuentran acompañadas del hábito o de la costumbre y dirigen las acciones voluntarias. Una
virtud es siempre el término medio, el equilibrio entre dos extremos viciosos –Aristóteles es el
filósofo del equilibrio y de la mesura-, del mismo modo que la naturaleza es también el
equilibrio y el término medio Hay dos tipos de \virtudes: las \virtudes morales y las virtudes
intelectuales. Ambas las define siempre un hombre sensato y corresponden a la naturaleza
humana, que se encuentra definida por el ciudadano medio, que pretende siempre alcanzar la
virtud.
La virtud es una actividad que alcanza forma de hábito y que se guía por la razón. En este
sentido, la virtud no es una forma momentánea de razón, sino un modo de ser y, por lo tanto,
un modo de comportarse que toma una forma constante. Por ello adquiere la forma de hábito.
Como ya hemos visto, esta forma de actuar supone elegir siempre el término medio entre dos
extremos que, por ser tales, son vicios. Claro es que, para realizar tal elección, es preciso
mantener un nivel de racionalidad. O, lo que resulta equivalente, orientar la acción de acuerdo
a determinados criterios de racionalidad.
El ser humano es una entidad compuesta de cuerpo (materia) y alma (forma), que tiene en el
alma su propia sustancia y esencia particular.
Por naturaleza -es decir, por su propia esencia y sustancia- el hombre posee un alma que
tiende a la felicidad como bien supremo. La felicidad no es más que comportarse según la
propia naturaleza humana. Por otro lado, el hombre es también por naturaleza, un ser social,
pues posee la palabra –a diferencia de los animales que sólo poseen el sonido- y tiende a
comunicarse con otros hombres y a organizar su vida social en el Estado. Ello hace suponer
que, de acuerdo con su propia naturaleza, el hombre tiende a la felicidad, tanto en su esfera
privada como en su esfera pública.
La felicidad es siempre el bien supremo e incluye todo lo que es bueno para el hombre; es el
ejercicio perfecto de la actividad humana. En cuanto tal, la felicidad no es más que el ejercicio
de la actividad del alma –que es la naturaleza y esencia del hombre–y alcanza su culmen en
una combinación de la sabiduría y de la contemplación teórica, junto con un adecuado
comportamiento.
Pero la felicidad no puede alcanzarse sola. Necesita la virtud para poder ser alcanzada. Las
virtudes no son más que disposiciones del alma para actuar de una forma determinada. Y, al
introducir las virtudes, Aristóteles introduce también la voluntad, pues las virtudes se
encuentran acompañadas del hábito o de la costumbre y dirigen las acciones voluntarias. Una
virtud es siempre el término medio, el equilibrio entre dos extremos viciosos –Aristóteles es el
filósofo del equilibrio y de la mesura–, del mismo modo que la naturaleza es también el
equilibrio y el término medio entre diferentes extremos. Hay dos tipos de virtudes: las virtudes
morales y las virtudes intelectuales. Ambas las define siempre un hombre sensato y
corresponden a la naturaleza humana, que se encuentra definida por el ciudadano medio que
pretende siempre alcanzar la virtud.
Aristóteles establece una estrecha conexión entre ética y política, en tanto el hombre es, por
naturaleza, un animal social. Y también es, por naturaleza, un ser que busca la felicidad. En
ambos casos, lo que impera es el concepto de naturaleza humana. Él es el que diseña los
rasgos fundamentales de la ética y la política aristotélicas. Y es también ese concepto el que
explica los rasgos fundamentales del ser humano, que debe cumplir lo que es por naturaleza,
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actuando en consecuencia.