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Naomi Nessim

Parcial de Arte y Sociedad

Helga Weissova:

Nacida en Praga en 1929, Helga Weissová es una artista checa sobreviviente del holocausto.
Hoy, a sus 89 años vive en la casa en donde creció y se le conoce como la artista que retrató
el holocausto.

A finales del año 1941, Helga se encontraba viviendo en Praga con su familia cuando fueron
deportados al guetto de Terezín. «A partir del otoño de 1941 tuvimos que llevar la estrella
judía prendida en nuestra ropa. Con diez años me expulsaron de la escuela pública», recuerda
Weissová. Estuvo en Terezín durante tres años, tiempo en el cual pintó la vida cotidiana de
este guetto y escribió un diario. Hoy en día, es la única evidencia de este campo, pues no se
conservan fotos ni dibujos de otros pintores. Su tiempo en el guetto lo pasaba al lado de su
mejor amiga Francka, quienes nacieron en el mismo hospital y con quien fantaseaba como
serían sus vidas en el futuro, juntos a sus hijos. Francka murió asesinada en Auschwitz a sus
14 años.

Helga fue transferida junto con su madre al campo de concentración de Auschwitz el 4 de


octubre de 1944. Antes de irse, le dejo sus dibujos a su tío, quien los oculto detrás de unos
muros. Duro 10 días en Auschwitz. Fueron elegidas para trabajar en los aviones de guerra
alemanes así que fueron transferidas a un tercer campo de concentración, Freiberg, durante
5 meses.

Llegaron al último campo de concentración Mauthausen en abril de 1945. La guerra estaba


culminando, lo que trajo consigo la huida de los alemanes; las cámaras de gas y el crematorio
ya no se usaban y no faltaba mucho para que fueran liberados. Una vez fueron liberados, dos
españoles ayudaron a Helga y a su madre. La pesadilla había terminado.

Años después, contrajo matrimonio con el músico Jiří Hošek y en los años 50 estudió en la
Academia de Artes, Arquitectura y Diseño de Praga, como alumna del famoso pintor y
escultor cubista Emil Filla. En 1993, fue nombrada Doctora Honoris Causa por el
Massachusetts College of Arts por su aportación a las artes gráficas. Actualmente hay varias
exhibiciones con las pinturas de Weissová, estas pinturas son copias pues las originales Helga
las guarda y apenas y las muestra.

Ahora bien, luego de dar una aproximación a la vida de la artista, se va a entrar en materia
con el tema concerniente. “Hizo posible poder relajarme, encerrarme dentro de un mundo
propio en un ambiente sin privacidad existente. Hasta cierto punto me levantaba la
autoestima”. El arte para ella significó algo mucho más profundo. La salvó. Fue su acto
estético, lo que resonó luego de vivir su experiencia estética. Estando en los campos como
ella lo expresó, se encerró en su propio mundo, la pintura le sirvió para avanzar y poder
sobrevivir.

La experiencia empezó cuando llego al primer campo, no siempre se reacciona ante lo bello
como se conoce, sino también hacia el sufrimiento, hacia la antítesis de todo lo que se conoce
como belleza, no obstante, de algo tan atroz como lo vivido por Helga, nació algo bello,
desde su propia experiencia, logró transformar, resignificar el horror que estaba viviendo. La
reacción inicial fue de shock, hubo una suspensión de su voluntad, nacieron sentimientos
intensos que la afectaron profundamente. Hasta el momento, ella estaba viviendo en
anestesia, no había vivido algo tan intenso que la sacara de su zona comodidad, hasta que
vivió su encuentro con lo otro, etesia, eso otro que la descolocó diametralmente, que la llevó
al descontrol. No entendía nada, porque lo que estaba experimentando iba más allá de la
razón, de la lógica, solo se estaba sorprendiendo, a cada paso que daba, se sorprendía de la
capacidad de destrucción que podía llegar a tener el ser humano. Y en esto se basa la
experiencia estética, no en comprender, sino en dejarse sorprender.

La pintura que se rescatará a continuación se titula “La


llegada a Terezin”, con tan solo 12 años, la entonces niña hizo
honor a lo que le dijo su padre antes del estallido de la guerra
“Dibuja lo que ves” y así lo hizo. Durante su cautiverio en los
campos de Terezin, Auschwitz y Mauthansen esta mujer
plasmó sus experiencias, todo lo que veía, primero como una
niña y luego siendo adulta.

En esta, retrata su primera impresión, lo que está viendo. Así


surge su primer acto estético, la creación a partir de su experiencia estética. Dejó que lo
sensible de la vivencia resonara en ella y se volviera a fabricar en ella, dando como resultado
este primer dibujo. En primera instancia, Helga llega a la physis, al lugar físico, sin
interacción, luego se fue convirtiendo en su medio, en el medio ambiente en el cual se movía
y convivía, luego llegó al punto del paisaje, donde tuvo su relación estética con lo que
observaba, donde se dio su tiempo de contemplar y reflexionar sobre lo que estaba viviendo
y finalmente llegó a su momento del jardín, donde todo lo que había contemplado se
convirtió en acto, en creación, se apropió de lo descubierto y lo hizo suyo.

La historia de Helga solo fue una de muchas, no hubo un solo Holocausto judío sino 6
millones de holocaustos, con distintas experiencias, con distintos actos estéticos, con
percepciones y reacciones opuestas o parecidas, cada uno con un mundo peculiar, con su
propio mundo.

A través de las letras, de las imágenes, de la voz, de las palabras o de la música, cada uno de
los sobrevivientes o más bien de las víctimas, vivió su propia experiencia estética en este
momento tan decepcionante para la historia de la sociedad.

La artista que se rescató, vivió su realidad a través del dibujo y lo hizo no solo para refugiarse
sino para dejar un legado, una viva imagen de lo que sucedía, una imagen subjetiva que se
utilizó para recrear una historia que no pudo estar mejor contada, mediante imágenes,
mediante lo visual. Nos dio cabida al resto de seres humanos de contemplar a través de sus
ojos todo lo que veía, reviviendo la memoria de su padre, manteniéndolo vivo, “dibuja todo
lo que ves” y así lo hizo. Pero, además, desde sus propias palabras “No existe ninguna
fotografía de ese periodo. Los dibujos son el único documento que lo visualiza, espero haber
conseguido crear unos documentos ilustrativos, convincentes y duraderos de entonces que
contribuyan no sólo a que no se olvide lo sucedido sino, sobre todo ¡a que no vuelva a
repetirse!”

“El que olvida su historia está condenado a repetirla,” y esto no es algo que pueda volver a
pasar.

Bibliografía:

Tatarkiewicz,W. (2000). La historia de las seis ideas. España: lectulandia.

Webgrafia:

Mantilla, J.R. 20 de marzo, 2018. Helga Weissová: la niña que pintó el Holocausto.
Recuperado el 5, septiembre, 2019, de
https://elpais.com/cultura/2018/03/19/actualidad/1521463088_579790.html.

Granda, D. 19 de marzo, 2018. Helga Weissová: «¿Por qué he sobrevivido precisamente


yo?». Recuperado el 5, septiembre, 2019, de https://elcultural.com/Helga-Weissova-Por-
que-he-sobrevivido-precisamente-yo.

“Dibuja lo que ves” el arte de Helga Hoskova-Weissová en Terezin, con Stanislav Škoda-
Recuperado de: https://www.radiosefarad.com/dibuja-lo-que-ves-el-arte-de-helga-hoskova-
weissova-en-terezin-con-stanislav-skoda/

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