Sunteți pe pagina 1din 19

Tema VI

GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

TEMA VI.
CRECIMIENTO E INDUSTRIALIZACIÓN

I. Introducción
II. 1890-1914/18. El lento progreso de la industrialización
II.1. El punto de partida
II.2. El auge intersecular, 1989-1903. El nacimiento de la gran empresa
III. 1914/18-1935. La reanudación del crecimiento
III.1. El impacto de la IGM
III.2.La crisis de la postguerra
III.3.La industria, principal responsable del boom económico de los años 1020
IV. 1936-1957/59. De la autarquía a la sustitución de importaciones
IV. 1. Intervencionismo y autarquía: el modelo totalitario del INI
IV.2. La industrialización sustitutiva de importaciones
IV. 3. La formación de un capitalismo nacional
V. 1960-1973/74. Una industrialización acelerada durante la “edad de oro”
V.1. Crecimiento y cambio estructural
V.2. Las fuerzas impulsoras del cambio: la demanda
V. 3. La oferta
VI. 1973/74-2006. La crisis industrial dentro de la crisis global
VI.1. La especial gravedad de las dificultades del sector secundario
VI.2. Una recuperación limitada

1
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

I. INTRODUCCIÓN
El indicador más utilizado para medir el cambio estructural en la actividad económica es el
que consiste en medir el desplazamiento de la misma desde el sector primario al secundario y,
más tarde, al terciario. Podemos conocerlo recurriendo a diversos parámetros; en primer lugar,
mediante el movimiento de la población activa desde la agricultura a la industria y, en segundo
lugar, a través de los cambios habidos en el aporte de ambos sectores económicos al PIB. Como
veremos, la curva que dibuja la trayectoria de ambas magnitudes es muy similar a la que dibuja
el IPIES (Índice de Producción Industrial)
Los datos que figuran al respecto en los Cuadros I, II y III nos permiten no sólo seguir las
grandes tendencias en la evolución del sector secundario sino establecer las sucesivas
coyunturas atravesadas por el mismo. En líneas generales puede afirmarse que la cronología y
fisonomía de las sucesivas etapas se ajusta a las presentadas por el conjunto de la economía
española, al igual que sucedía con la agricultura.

CUADRO I. DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POBLACIÓN ACTIVA MASCULINA, 1877-2000


AÑOS PRIMARIO SECUNDARIO TERCIARIO
1877 66,1 14,4 19,5
1900 66,3 16,0 17,7
1910 66,0 15,8 18,2
1920 57,2 22,0 29,8
1930 45,5 26,5 28,0
1940 50,5 22,2 27,3
1950 47,6 26,5 25,9
1960 38,5 31,7 29,8
1970 23,1 39,0 37,9
1981 14,1 37,9 48,0
1991 8,0 36,8 55,2
2000 (1) 6,8 19,9 62,3
(1) En esta columna existen datos sobra la construcción, que supone el 8,3 %

CUADRO II. DISTRIBUCIÓN DEL PIB POR SECTORES DE ACTIVIDAD 1890-2000(en %)


AÑOS PRIMARIO SECUNDARIO TERCIARIO
1890 38,1 23,0 39,0
1900 33,4 28,1 38,6
1910 33,4 27,5 39,1
1920 36,8 25,9 37,3
1930 25,5 35,3 39,2
1940 32,7 23,4 44,0
1950 30,7 26,9 42,4
1960 23,6 34,8 41,6
1970 11,9 36,9 51,2
1980 6,9 38,0 55,1
1990 4,4 36,8 58,9

2
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

2000 (1) 4,5 23,4 51,1

CUADRO III. EVOLUCIÓN DEL IPIES, 1900-1998


(Números índices medios por quinquenio)
1900-1904 55,7
1905-1909 59,1
1910-1914 65,7
1915-1919 70,2
1920-1924 80,7
1925-1929 101,9
1930-1934 100,2
1935-1939 73,5
1940-1944 82,7
1945-1949 92,2
1950-1954 119,4
1955-1959 169,6
1960-1964 251,8
1965-1969 442,1
1970-1974 767,0
1975-1979 1151,9
1980-1984 1332,6
1985-1989 1493,6
1990-1994 1656,6
1995-1998 1488,6

EVOLUCIÓN DEL IPIES 1900-1998

10000

1000

100

10

1
1900 1904 1908 1912 1916 1920 1924 1928 1932 1936 1940 1944 1948 1952 1956 1960 1964 1968 1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996

3
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

De acuerdo con estos datos, se pueden establecer las siguientes etapas:


1.1890-1914/18. El sector primario mantiene una cuota de población muy alta, aunque
la parte del producto industrial en el PIB se incremente en mayor medida que la
correspondiente a la agricultura. El IPIES apenas aumenta.
2. 1914/18-1935. La población activa agraria se reduce en beneficio de la industrial y
los servicios, sobre todo en el decenio de 1920. Además, el desplazamiento del producto hacia
el sector secundario resulta evidente así como el moderado incremento del IPIES.
3. 1935-1950/55. Es la etapa de la desindustrialización. El porcentaje de activos vuelve
a subir en la agricultura y la parte alícuota correspondiente a la industria en el PIB no recupera
las cifras de preguerra hasta 1960. Otro tanto sucede con el IPIES.
4. 1955/60-1973/75. La agricultura pierde rápidamente población activa: el máximo
histórico se alcanza a mediados de la década de 1970. A partir de esta fecha, el vaciado del
sector primario se ha realizado casi exclusivamente a favor de los servicios. El IPIES conoce el
mayor incremento del siglo XX: España culmina su revolución industrial.
5. 1973/75-2006. Continúa el vaciado de trabajadores en el sector primario y, asimismo,
la tendencia a integrarse en los servicios; paralelamente, la parte correspondiente de estos
últimos en el PIB supera a la del sector secundario. Comienza la crisis industrial de los países
avanzados, todavía abierta en la actualidad. El IPIES fluctúa o aumenta de manera moderada.

II. 1890-1914/18: EL LENTO PROGRESO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN


II.1. El punto de partida
A comienzos de siglo, la industria española presentaba los siguientes rasgos.
-Fuerte desequilibrio interregional, en beneficio de Cataluña, el País Vasco y
Valencia.
-Dependencia del exterior en lo referente a materias primas, energía equipo e
innovaciones técnicas. De ahí el papel decisivo desempeñado por las
exportaciones de productos primarios (agrícolas y minerales), que permitían
compensar las importaciones imprescindibles para la industrialización.
-Dependencia de la agricultura y de sus fluctuaciones.

4
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

En cuanto a la estructura interna, el sector aparecía dominado por los subsectores


tradicionales, es decir, el textil y el agroalimentario. Las industrias mecánicas y químicas,
características de la IIRI, no representaban más que el 13,6 % del Subsidio Industrial en 1900.

II.2.El auge intersecular, 1898-1903. El nacimiento de la gran empresa.


Entre 1898 y 1903 se produjo una entrada masiva de capitales procedente de las
colonias perdidas. El flujo equivalió a un cuarto, o más, de la renta nacional de un año. El
impacto que tuvo la irrupción en la economía española esta cantidad de capitales privados,
dispuestos a encontrar nuevas oportunidades de inversión, resultó muy positivo. La inversión
en la fundación de nuevas sociedades alcanza unos máximos históricos no igualados hasta la
década de los sesenta.
Es precisamente en esta coyuntura cuando empieza a formarse la gran empresa
española. Aparece en tres ámbitos fundamentales: el industrial, el eléctrico y el financiero.
Respecto al primero, se trata de empresas centradas en las especialidades de la IIRI:
siderometalúrgicas (Altos Hornos de Vizcaya, Duro-Felguera y Nueva Montaña); mecánicas
(Sociedad Española de Construcciones Electro-Mecánicas, Hispano-Suiza); químicas (la Unión
Española de Explosivos, La Sociedad Anónima Cros, Unión Alcoholera Española, Unión
Resinera) y cementeras (Compañía General de Asfaltos y Portland). Y en cuanto al segundo,
destaca la Hidroeléctrica Ibérica, la Compañía Anónima Mengemor y la Sociedad Hidráulica
Santillana. Sin olvidar el nacimiento de los bancos de inversión (Hispano-Americano, Banesto,
Vizcaya, entre otros).
A la vez se produjo un avance de las fusiones empresariales, al igual que estaba
sucediendo en EEUU o Alemania. En parte se trata de movimientos defensivos, ante el exceso
de competencia, pero en parte también son movimientos ofensivos, orientados a la obtención
de economías de escala; como en los países citados, este movimiento estuvo vinculado al
desarrollo de los bancos de inversión. Quizás lo que singulariza a España sea un dominio más
acusado de la gran empresa.
El conjunto de actividades empresariales enumeradas presenta un rasgo común: en su
mayoría, son de capital español, a diferencia de lo sucedido en el siglo XIX. La emergencia de
nuevos empresarios comprometidos a largo plazo con la economía española dará alas a una
visión más nacionalista de las políticas que el Estado debía aplicar. En la misma línea, la
opinión pública había interpretado el desastre colonial en el sentido de exigir a los sucesivos

5
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

gobiernos un mayor énfasis en la modernización de España. Ambas actitudes están en la base


de las políticas de corte proteccionista.
El arraigo de las nuevas actividades se vio favorecido por la difusión de nuevas
tecnologías, en especial el aumento y abaratamiento de la oferta energética. España adopta
rápidamente la tecnología eléctrica, aunque en lo relativo al alumbrado todas las iniciativas se
sitúan en el mundo urbano. En cuanto a las de tipo industrial, la carestía del carbón español
explica que gran parte de las empresas se decantaran por la energía eléctrica, tanto más cuanto
que las condiciones naturales del país eran relativamente favorables.
Una vez resuelto el problema del transporte de la electricidad mediante la corriente de
alto voltaje, la electrificación avanza con gran celeridad. Ello implicará inversiones
comparables a las se habían realizado cuando la construcción del ferrocarril. La movilización
del capital español (con el concurso de los grandes bancos) permitió multiplicar la producción
eléctrica y abaratarla, lo que benefició a la industria española. El País Vasco destaca al respecto
con la creación de empresas como Hidroeléctrica Ibérica (1901), la Sociedad Hidráulica
Santillana y la Electra de Viesgo (1906) y, finalmente, Hidroeléctrica Española (1907). Desde
1909 aproximadamente se anima la participación de los grupos multinacionales, presentes
sobre todo en las grandes capitales como Madrid, Barcelona, Zaragoza, etc. Las oportunidades
en estos mercados urbanos eran excelentes y no se desaprovecharon, aunque sí lo hizo la
burguesía catalana, que quedó fuera de juego durante un siglo.

III. 1914/18-1935. LA REANUDACIÓN DEL CRECIMIENTO Y LOS CAMBIOS


ESTRUCTURALES.
III.1. El impacto de la IGM.
La guerra abrió a la industria oportunidades desconocidas para algunas ramas: tejidos
de algodón, lana, calzado, siderurgia y empresas de construcción mecánica con capacidad para
fabricar armamento. Por otra parte, se tuvo la oportunidad única de intentar producir todo
aquello que se compraba en el exterior (política de sustitución de importaciones); tal fue el
caso de ciertas especialidades químicas y de la maquinaria, pero siempre y cuando lo
permitiera el nivel científico y tecnológico de las empresas. Por ejemplo, se consiguió
nacionalizar la producción de fertilizantes pero no la de colorantes y medicamentos.
Pese a estos progresos, los empresarios no se decidieron a ampliar y mejorar la
capacidad de los establecimientos porque estaban convencidos del carácter puramente
coyuntural del aumento de la demanda. Prefirieron incrementar la producción forzando al

6
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

máximo el uso del aparato productivo y de la fuerza de trabajo. Esta respuesta de la oferta dio
como resultado un aumento mediocre de las cantidades fabricadas (durante la guerra y la
postguerra la industria creció a una tasa anual del 1,1 %, sustancialmente menor que la
conseguida en la década de 1920, que lo hizo al 5,5 %) y un incremento espectacular de los
precios y los beneficios.
Por último, es preciso señalar que la desorganización de las pautas establecidas en el
comercio exterior ocasionó prejuicios considerables; así, el encarecimiento de determinadas
materias primas que se utilizaban en el proceso productivo (algodón, carbón). El caso de este
último es significativo: su encarecimiento, debido a la imposibilidad de importarlo de
Inglaterra, estimuló la producción interior…pero a costa de hacer menos eficiente un sector,
que ya lo era muy poco. El hecho incentivó el consumo de energía eléctrica, como ya se ha
señalado...
¿Impulsó la guerra el proceso de industrialización? La respuesta es afirmativa pero no
porque posibilitara el aumento de la producción y la productividad o el acceso a los mercados
exteriores sino porque dio lugar a transformaciones estructurales en el sentido de la
diversificación industrial y porque reforzó su peso en el proceso de crecimiento.

III.2. La crisis de la posguerra


La crisis industrial no tuvo un alcance general ni fue muy aguda, como lo indica el hecho
de que la inversión se recuperara. En realidad debemos distinguir dos grupos de industrias:
-Sectores perjudicados. Como en los demás países, se trata de los maduros, procedentes
de la IRI. Es decir, la minería del carbón, el textil y la siderurgia.
-Sectores emergentes. Son las especialidades nuevas, procedentes de la IIRI, que
disfrutaban de oportunidades de crecimiento: maquinaria, química y material eléctrico.
Si el panorama económico estuvo dominado por un ambiente de crisis fue porque las
industrias pertenecientes al primer grupo tenían todavía un peso muy grande. Por ello, al
acabar la guerra, tuvo lugar una contracción de los precios y una caída de la producción, con el
consiguiente cierre de empresas, despido de trabajadores y agitación social (incremento del
movimiento huelguístico).

III.3. La industria, principal responsable del boom económico de los años 1920
La producción creció a una tasa anual del 5,5 %., incremento que no parece
extraordinario en el contexto internacional-la industria de Europa Occidental progresó

7
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

exactamente al mismo ritmo- pero que si lo es en el contexto histórico español. Pero este
protagonismo de las actividades industriales no las concierne a todas: se trata esencialmente
de las que hemos definido como “emergentes” en el punto anterior. Es decir, las productoras de
bienes intermedios-siderurgia y metalurgia, cemento, química- y de bienes de producción, más
la generación de electricidad. Por el contrario, los bienes de consumo y la minería no
energética pierden peso.

CUADRO IV. PESO RELATIVO DE ALGUNOS SECTORES EN EL VALOR AÑADIDO


INDUSTRIAL (%), 1920-1930
ENE MIN INT INV CON CON/INV
1920 14,2 11,0 9,0 10,9 54,9 5,0
1930 14,7 9,6 18,0 18,0 45,6 2,5
ENE: sector energético; MIN: minería no energética; INT: bienes intermedios, INV. Bienes de
producción; CON: bienes de consumo. Fuente: A, Carreras (1987)

En resumen, la expansión del sector secundario estuvo dominada por la industria


pesada. Su desarrollo aceleró el proceso de diversificación y de modernización del aparato
industrial. En cuanto al sector energético, la estabilidad de las cifras oculta una evolución muy
contrastada entre las dos actividades que la componen: la producción de electricidad creció
casi el doble que la minería del carbón. El cambio de la estructura industrial fue lo
suficientemente importante como para que podamos afirmar que el país entró en un nuevo
estadio en el proceso de industrialización.
¿Cuáles fueron las fuerzas impulsoras de este salto histórico de la industrialización? En
opinión de Carreras, especialista del tema, fueron cinco:
-El movimiento de recuperación que se dio en todos los países avanzados tras la IGM. La
inversión en nueva maquinaria y e instalaciones fue de enorme envergadura debido a
que las empresas habían tenido que aplazarla durante la guerra.
-El boom de la construcción residencial, consecuencia de la acelerada urbanización de la
población registrada en estos años.
-La electrificación, que se desarrolló en dos direcciones paralelas: la producción de
energía en gran escala (construcción de grandes centrales hidroeléctricas y extensión de
largas líneas y redes de transporte) y la adopción de la nueva tecnología por parte del
conjunto de la industria.

8
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

-El aumento de la demanda de energía y de bienes de producción por parte de los


establecimientos industriales que se habían desarrollado en diversas regiones desde la
segunda mitad del XIX.
-El programa inversor de Primo de Rivera.

IV. 1936-1957/59. DE LA AUTARQUÍA A LA INDUSTRIALIZACIÓN SUSTITUTIVA DE


IMPORTACIONES
La guerra civil no originó daños significativos en las instalaciones industriales del país.:
en 1940 la producción industrial era sólo un 14 % inferior a la de 1935. A pesar de ello, el
sector secundario conoció una recuperación vacilante y muy lenta: en 1950 no se habían
recuperado aún los niveles de producción de 1935. Así, la larga postguerra supuso una
interrupción sin precedentes del lento, pero sostenido, proceso de industrialización de España
desde mediados del siglo XIX.

IV.1. Intervencionismo y autarquía: el modelo totalitario del INI


El fracaso industrial de los años cuarenta es especialmente llamativo si pensamos que el
régimen tenía como principal objetivo la industrialización del país. No obstante, conviene
recordar que esa industrialización era un objetivo intermedio, ya que lo que realmente se
buscaba era el reforzamiento militar, que permitiría alcanzar el fin último de convertir a
España en una gran potencia y restaurar su poder imperial. A ese objetivo se supeditaron todos
los demás y, en consecuencia, se abandonó la agricultura y los sectores industriales no
vinculados a las industrias pesadas y de interés militar. En consecuencia, el crecimiento de de
la producción de bienes intermedios y de inversión fue muy superior al de bienes de consumo.

CUADRO V. TASA DE CRECIMIENTO DEL PRODUCTO INDUSTRIAL ESPAÑOL POR


SECTORES (1935-1950)
Sectores 1935-40 1940-45 1945-50 1935-50
Energía -4,1 3,7 11,4 7,5
Minería y Trans. Minerales 0,1 -2,7 7,4 2,2
Química -7,3 3,2 18,0 10,4
Transformados Metales 1,4 -3,6 7.7 1,9
Consumo -7,7 2,1 0,5 0.8
Fuente: E. Morellá (1992). “El producto industrial de postguerra. Una revisión”, Revista de Historia
Económica, X (1).

Por lo demás, las autoridades franquistas consideraban fracasado el sistema económico


liberal-capitalista, basado en la iniciativa privada. En su lugar, correspondía al Estado

9
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

industrializar al país, inspirándose en los principios autárquicos, es decir, sobre la base de los
recursos propios. Los principios de la política industrial quedaron reflejados en tres leyes
básicas: la de protección de la industria nacional (1939), la de ordenación y defensa de la
industria (1939) y la creación del Instituto nacional de Industria (INI) en 1941. Las dos
primeras permitían al gobierno regular estrechamente la iniciativa industrial privada mientras
que la segunda tenía por objeto asegurar la intervención directa del Estado. Tal fue el objetivo
del INI.
El nuevo Instituto presentaba una clara influencia del fascismo italiano y se configuró
como un holding de empresas de capital público, dependiente directamente de la presidencia
del gobierno, además de participar con la iniciativa privada en diversas sociedades cuyos
objetivos se consideraban de interés. Tuvo un papel fundamental en la evolución industrial de
España y, en lo que concierne a los años cuarenta, su actuación fue determinante.
El Instituto se centró fundamentalmente en la producción de energía, bienes
intermedios y material de transporte. A final de los años cuarenta, el INI tenía cuarenta
sociedades y con un capital de 7.000 millones de pesetas. Controlaba totalmente el industria
del automóvil, producía el 75 % de los abonos nitrogenados, más del 50 % del aluminio, un 25
% de la refinación del petróleo y un 8 % de la energía eléctrica y la construcción naval. Los
fracasos no faltaron en esta primera etapa, el mejor ejemplo de los cuales lo constituye
ENCASO (Empresa Nacional Calvo Sotelo) a la que se encomendó la tarea de producir
combustibles líquidos y lubricantes utilizando materias primas nacionales (pizarras
bituminosas y lignito). El proyecto se saldó con un costosísimo fracaso y fue abandonado.
En conjunto la evolución de las sociedades del INI durante los años cuarenta muestra las
carencias de la política industrial; el estrangulamiento financiero que se produjo no tenía
remedio por la debilidad de la Hacienda pública y la imposibilidad de recurrir a la
autofinanciación, dadas las pérdidas de las empresas. La dependencia tecnológica de Italia y
Alemania fue otro factor de distorsión debido a la derrota de ambas en la IIGM. En definitiva el
fracaso del INI era el de una política que ignoraba las más elementales reglas de la economía:
se asignaron de forma ineficiente los escasos recursos, se incurrió en altos costes de
oportunidad, se complicó el abastecimiento energético a causa de las medidas autárquicas y se
dificultó el desarrollo de las empresas privadas. Como colofón, el marco proteccionista y los
privilegios concedidos al INI hicieron que las empresas crecieran sin disciplina de costes y sin
exigencias de competitividad internacional.

10
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

IV.2. La industrialización sustitutiva de importaciones


A medida que avanzan los años cincuenta la recuperación industrial se convierte en un
hecho. A ello cooperaron una serie de circunstancias de distinta índole:
-La ayuda americana. Desde 1953, permitió aumentar en un 12 % las importaciones y,
entre 1953 y 1956, cubrió la totalidad del déficit comercial. Ello posibilitó la compra de
cantidades más elevadas de materias primas, bienes de equipo y alimentos pero, sobre
todo, se pudo comenzar a equipar a la industria con maquinaria nueva. El fuerte
crecimiento de la productividad del trabajo (un 4,7 %) registrado durante la década
1950-60 se debió a la absorción de la nueva tecnología.
-El impulso dado a las exportaciones a consecuencia de episodios bélicos como la guerra
de Corea pero, sobre todo, por el intenso crecimiento de algunas economías como la
alemana.
-La desaparición de las restricciones a la importación.
-La relajación del intervencionismo estatal (no la desaparición)
-La resurrección del sector energético gracias a una política industrial algo más racional
y a la disponibilidad de más divisas para importar petróleo
La relajación del esquema autárquico a partir de 1951 abrió la puerta al desarrollo de
una estrategia de industrialización sustitutiva de importaciones. Los componentes esenciales
de la misma fueron los siguientes: barreras insalvables a la entrada de productos extranjeros
conjugada con cierta flexibilidad en la importación de bienes de capital, férreo control de
cambios e intervención directa del Estado en la producción de bienes básicos. El objetivo
esencial consistía en constituir una potente industria propia, de la que se suponía habría de
derivarse el crecimiento económico. El medio para alcanzar este objetivo no sería otro que
sustituir importaciones, o sea, fomentar industrias orientadas a servir el mercado nacional.
Este modelo alejaba a España de Europa occidental pero la acercaba a muchos países
periféricos; como en algunos de ellos, la economía española logró crecer vigorosamente
durante algunos años sobre la base de producir internamente los bienes industriales
demandados por los consumidores. En 1951-58 esta política aportó el 60 % al crecimiento de
la producción industrial.
Pero su éxito fue efímero. En contra de los pronósticos de las autoridades franquistas no
sentó las bases para un crecimiento a largo plazo debido a dos desequilibrios
macroeconómicos fundamentales, uno interno –la inflación- y el otro externo-el déficit de la

11
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

balanza comercial. Las causas de ambos fenómenos han sido explicadas en los temas II y III. Sin
embargo, es necesario insistir en el doble condicionamiento que afectó negativamente a la
industria: por un lado, la absoluta necesidad de importar bienes de capital para modernizarse;
por otro, la incapacidad de los productos industriales para introducirse en los mercados
internacionales al no ser competitivos. Entre 1954 y 1957 solo se exportó el 3 % de la
producción industrial y el déficit de la balanza comercial llegó a ser tan cuantioso que solo
podía cubrirse con entradas de capital

IV.3. La formación de un capitalismo nacional.


La autarquía de los años cuarenta y la política de sustitución de las importaciones de los
cincuenta acabaron formando un sistema empresarial completamente distinto del que existía
antes de la guerra civil. Este último estaba dominado por las grandes empresas de servicios
públicos, principalmente compañías ferroviarias, pero también eléctricas. Además, las grandes
empresas eran todas privadas y el capital extranjero detentaba una posición dominante o
significativa en varias de ellas.
El proyecto autárquico se oponía a la presencia de capital extranjero en las empresas
españolas. Así que, concluida la guerra, el nuevo régimen nacionalizó casi toda la industria y los
servicios públicos (Renfe, Telefónica, Tabacalera, ENASA, etc.). Por otra parte, la formación del
INI significó la creación de nuevas empresas que eran en un cien por cien propiedades del INI y
se llamaban todas Empresa Nacional. Se había conseguido así el nacionalismo económico
integral: producción española con capital español controlada por el Estado.
En este sistema la banca privada jugó un papel muy importante; en las décadas 1940 y
1950 la industria fue en gran parte controlada por ella. La necesidad de financiación para
enfrentarse a una demanda en fuerte crecimiento animó a muchos empresarios a recurrir a los
bancos, interesados a su vez en las participaciones industriales debido al aumento progresivo
de los beneficios de las empresas. Ello sucedió sobre todo en la segunda parte de los años 1950
y permitió al oligopolio bancario influir cada vez más en los temas relativos al sector
secundario.

12
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

V. 1960-1973/74. UNA INDUSTRIALIZACIÓN ACELERADA DURANTE LA “EDAD DE ORO”


V.1.Crecimiento y cambio estructural
La industria, como se ha señalado repetidamente, fue el motor del progreso económico,
no sólo porque creció a mayor velocidad que el resto de los sectores-el 10, 2 % anual entre
1960 y 1973-, sino porque fue el protagonista de los cambio estructurales acaecidos en la
economía española. Estos fueron tan profundos que le abrieron las puertas al club de las
economías desarrolladas.
El más importante de todos ellos fue el fuerte incremento del peso relativo de la
industria en el empleo y en el PIB a costa de la agricultura, ya que el incremento de la población
industrial se nutrió de efectivos procedentes del medio rural. Ahora bien, si la industria jugó
un papel crucial en el crecimiento y modernización de la economía española no fue tanto a
través de la creación de un gran número de puestos de trabajo como por la capacidad de elevar
de forma sustancial y acumulativa la productividad de los recursos empleados. De ahí que la
aportación de la industria al output se elevara constantemente hasta representar el 35 % en
1974 (el máximo histórico)).

CUADRO VI. PARTICIPACIÓN DE LOS SECTORES PRIMARIO Y SECUNDARIO EN EL EMPLEO


Y EN EL PIB EN %, 1959-1972.
1959 1972
SECTOR
Empleo Producción Empleo Producción
Primario 39,7 22,1 22,8 12,1
Secundario 23,5 22,4 27,8 35,2
Fuente: Carreras y Tafunell, op. cit. p. 343

V.2. Las fuerzas impulsoras del cambio. La demanda


El cambio estructural pudo suceder porque se produjeron grandes modificaciones del
lado de la demanda. Estas, a su vez, estimularon profundas transformaciones en la oferta
productiva, al tiempo que fueron impulsadas por ellas.
Comenzando por la demanda final, correspondiente a los consumidores, experimentó
enormes variaciones: lo sabemos gracias a las encuestas de presupuestos familiares. Además
de expandirse a un ritmo muy vivo (el 6,6 5). Se alteró notablemente su composición.

13
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

CUADRO VII. COMPOSICIÓN DEL GASTO DE LOS CONSUMIDORES EN BIENES Y SERVICIOS,


1958-1974
TIPO DE GASTO 1958 1972
Alimentación, bebidas, tabaco 56,3 39,5
Vestido y calzado 13,6 7,7
Alquiler, reparaciones., contribuciones 5,0 11,8
Energía y agua 5,7 3,2
Muebles, enseres , hogar 5,0 8,1
Servicios médicos 1,9 2,6
Transportes y comunicaciones 1,0 9,4
Enseñanza 2,3 2,2
Ocio y cultura 2,9 4,9
Restauración, Cafés, Hotel, Turismo. 2,5 6,7
Otros 3,8 3,9
Total 100 100
Fuente: Carreras y Tafunell, op. cit. p. 344

Las variaciones porcentuales que aparecen en el Cuadro VIII se explican por la ley de
Engel, que nos dice que al tener los bienes distintas elasticidades renta, a medida que se eleva
la renta familiar o por habitante, los incrementos tenderán a destinarse a la adquisición de
bienes superiores. Con ello la estructura de la demanda se verá alterada: los bienes inferiores
perderán importancia relativa y la ganarán aquellos que los consumidores prefieren consumir
una vez satisfechas sus necesidades básicas. De ahí el descenso de los dos primeros grupos y el
incremento de los restantes, sobresaliendo por encima de todo el aumento del gasto en
transportes y comunicaciones, que simbolizan aquellos bienes duraderos que tienen una
elasticidad-renta muy elevada.
¿Porqué una mayor demanda en esta clase de bienes impulsó el crecimiento industrial?
La respuesta es simple. Porque en la fabricación de bienes de consumo duradero como el
automóvil y los electrodomésticos hay rendimientos crecientes a escala. Las industrias
productoras pueden ofrecer los artículos a un precio decreciente, a partir de un volumen
mínimo de producción. Y el abaratamiento tiene un efecto estimulante adicional sobre la
demanda.
En segundo lugar, el comercio exterior constituyó otra palanca que impulsó la
industrialización, ya que durante este periodo se expandió a ritmos creciente a escala mundial,
ofreciendo oportunidades de ampliación a todos los países. En el caso de España, la tasa de
crecimiento de las exportaciones casi se duplicó, aunque lo más espectacular fue el cambio de
la estructura de las ventas. Todavía a comienzos de la década de 1960 casi la mitad eran

14
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

productos agrarios (el 47 % como media en el quinquenio 1960-1964). Sumando otros


productos primarios –materias primas y productos energéticos- representaban prácticamente
el 70 % del total. Pues bien, en los años 1972-74 el peso relativo de los productos agrarios
había quedado reducido al 27,1 % y el de los productos primarios en su conjunto al 35,2 %:
sólo en un decenio se había invertido las posiciones. Aunque el sector exterior se va a estudiar
con mayor profundidad en el tema VIII, es preciso señalar aquí que estamos ante un cambio
estructural histórico que comportó el ascenso y preponderancia del sector industrial en
detrimento del agrario.
Carreras concluye, sin embargo, que la demanda interna fue el motor fundamental de la
industrialización. No tanto por la presión de la demanda final (de los consumidores) como por
la demanda generada en el seno de la propia industria, de unos sectores respecto a otros. En
otras palabras, la industria fue capaz de crear su propio mercado logrando, además, una
constante expansión del mismo gracias a la incorporación de tecnología moderna y al
desarrollo de un especialización productiva adecuada. Ello nos conduce a la otra vertiente, la
de las transformaciones de la oferta productiva.

V.3. Las fuerzas impulsoras del cambio. La oferta.


La producción industrial se aceleró de forma muy diversa desde el punto de vista
sectorial. Entre la tasa anual de crecimiento de la industria menos dinámica-el 6,8 % del grupo
de alimentos, bebida y tabaco- y de la que progresó más-el 16,2 % de la química- la distancia es
notable. A lo largo del periodo la primera logró multiplicar el VAB por un factor 2,35 por %
mientras que la segunda lo hizo por uno superior a 7.

CUADRO VIII. COMPOSICIÓN DEL PRODUCTO INDUSTRIAL AL COSTE DE LOS FACTORES,


1960-1973 (en %)
INDUSTRIA 1960 1973
Industrias extractivas 5,86 1,78
Alimentación y bebidas 15,77 9,73
Textiles 11,33 5,08
Vestido y calzado 5,91 5,13
Madera, corcho y muebles 5,84 3,56
Papel, impresión, edición 3,89 4,10
Industrias químicas 9,63 11,90
Piedra, arcilla, vidrio y cemento 3,86 6,80
Metalurgia de base 6,66 10,06
Metalurgia de transformación 13,45 19,95
Material de transporte 6,61 10,94
Cuero y caucho 3,67 4,13
Electricidad, gas y agua 7,53 6,92
TOTAL 100,00 100,00
Fuente. A. Carreras y J. Tafunell, op. cit. p.352

15
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

El Cuadro VIII hace visible el cambio estructural. La comparación entre las dos columnas
muestra claramente la modificación de las especializaciones de la industria durante el periodo.
Las industrias tradicionales- extracción de mineral, alimentaría, textil, vestido y madera-
pierden posiciones. Las restantes siguen una progresión ascendente adquiriendo un peso
importante en el conjunto industrial. Si el sector energético no avanzó con tanta celeridad se
debió al estancamiento de la minería del carbón, ya que la electricidad experimentó un fuerte
empuje. Las actividades que más sobresalieron fueron, además de la química, los
transformados metálicos y la construcción mecánica, la producción de minerales no metálicos
y el material de transporte... Este conjunto de actividades concentró el cambio técnico,
mediante la importación de tecnología y la fabricación de bienes con patente extranjera, a
menudo financiada por capital foráneo.

VI. 1973/74-2006. LA CRISIS INDUSTRIAL DENTRO DE LA CRISIS GLOBAL.


VI.1. La especial gravedad de las dificultades del sector secundario.
La crisis que atravesó la economía internacional entre 1973 y 1883 fue de naturaleza
básicamente industrial. La explosión de los precios del petróleo afectó más agudamente a la
industria que a cualquier otra actividad económica, exceptuando el transporte. Se sumó otro
factor adicional: la creciente competencia suscitada por la emergencia de los nuevos países
industrializados. En un contexto en el que la demanda mundial de manufacturas se estancó, la
aparición de nuevos productores con grandes ventajas comparativas puso en una situación
comprometida a las industrias de los países desarrollados, sobre todo de aquellos que, como
España, las tenían concentradas en las ramas más intensivas en el consumo de energía y mano
de obra y de menor contenido en tecnología y capital humano.

CUADRO IX. ESTRUCTURA DEL VALOR AÑADIDO INDUSTRIAL EN ESPAÑA Y EN LA CEE EN


%, 1978-1985
1978 1985
Tipo de demanda
España CEE IE 1 España CEE IE
Demanda fuerte 16,9 19,6 0,86 19,3 22,6 0,85
Demanda moderada 39,6 46,1 0,86 41,7 46,5 0,90
Demande débil 42,5 34,3 1,27 39,0 30,9 1,26
TOTAL 1000 100 - 100 100 -
(1). Índice de Especialización.
Fuente: J. Viñals (1992): La economía española ante el mercado único. Las claves del proceso, en
J. Viñals, ed.: La economía española ante el mercado único, Alianza, Madrid.

16
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

La pauta de especialización de la industria española comportó, en efecto, que esta se


viese relativamente más afectada por la crisis. La estructura industrial gravitaba en torno a la
producción de manufacturas de demanda moderada y, especialmente, de demanda débil. Este
patrón de especialización productiva no es nada casual: como es sabido, la apertura comercial
y financiera en la década de 1960 potenció las industrias productoras de bienes en cuya
fabricación se utilizaba una tecnología no muy sofisticada y que hacían un gran uso de mano de
obra. En estas líneas de producción España tenía ventajas comparativas en los mercados
exteriores. El problema es que el nuevo contexto económico que se configuró a partir de 1973,
estos sectores se enfrentaron al estancamiento o incluso a caídas persistentes de la demanda.
La intensidad de la recesión industrial se aprecia en el Gráfico I.: de 1978 a 1984 la
producción permaneció prácticamente estancada. Su declive fue acompañado de una caída
fortísima de la inversión, que retrocedió de forma ininterrumpida durante una década entera,
es decir, entre 1974 y 1984; se puede hablar de un proceso de desinversión industrial a gran
escala. Hubo una diferencia respecto a los demás países avanzados en lo que se refiere a la
cronología de la crisis, ya que la verdadera recesión no empieza hasta 1978. La causa de este
hecho, explicada en otros temas, no es otra que la política de precios de las autoridades
españolas, que no repercutieron el aumento de las cotizaciones del crudo sobre los
consumidores hasta el año indicado. Pero esta no es toda la explicación.
En realidad, la industria española no sufrió solo un shock brutal sino tres. Además del
energético, confluyeron otros dos disparando los costes de producción, el encarecimiento de la
mano de obra y del capital.
Los salarios empezaron a subir desde que empezó a resquebrajarse el modelo
autoritario de relaciones laborales de la dictadura, es decir, a comienzos de los años 1970. Por
añadidura, los costes laborales totales crecieron a mayor velocidad que los salarios debido al
ascenso de las cotizaciones a la Seguridad Social. Entre 1970 y 1980 el peso de las mismas en el
PIB prácticamente se dobló, pasando del 7 % al 13,3 %... Las movilizaciones de los obreros
crecieron en número y violencia; en una época de transición política, el miedo al desorden
generó una tendencia a satisfacer las reivindicaciones salariales. En estas condiciones el alza de
los costes laborales superó el 20 %, en unos momentos en que los márgenes empresariales se
veían reducidos por la retracción de la demanda y el encarecimiento de los productos
energéticos. Entre 1974 y 1985 las remuneraciones totales por asalariado en España
aumentaron un 60 % más que en la UE.

17
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

La situación se agravó cuando, a partir de 1978, empezó a recaer sobre las empresas el
tercer shock, el financiero. Hay que tener en cuenta hasta entonces las empresas habían podido
absorber el impacto del aumento de los costes de producción mediante el endeudamiento.
Recordemos que los tipos de interés en el estado franquista eran bajos y que la elevada
inflación reducía aún más su peso. Pero desde los Pactos de la Moncloa el sector bancario se
liberalizó y los tipos de interés se dispararon; este encarecimiento de los costes del capital
profundizó la crisis industrial dado el volumen de endeudamiento contraído en los años
precedentes. Un gran número de empresas cerró sus puertas y un porcentaje elevado de las
mismas redujo su capacidad productiva y, por ende, el número de empleos. De ahí que a partir
de 1977, y en conjunción con otras circunstancias igualmente negativas, aparezca el paro
masivo; se perdieron más de uno de cada de cada cuatro puestos de trabajo. La ascensión de la
tasa de paro, muy superior a la de la UE pone de manifiesto la devastación del tejido
productivo, es decir, la presencia de un proceso de desindustrialización...

VI.2. Una recuperación limitada


A partir de los años de crisis se ha operado en España un retroceso significativo de la
industria dentro del conjunto de la economía, tanto en términos de participación en el PIB
como en el empleo: entre 1975 y 2000 la tasa de participación del primero ha retrocedido del
30,8 % al 23, 4 y en el segundo desde el 28 5 al 19 %, el retroceso es aún mayor si nos
limitamos a las industrias de equipo. El fenómeno se detecta igualmente en los restantes países
de la UE como consecuencia de la formación del mercado mundial de manufacturas.
El fuerte impacto de la crisis de los años 1975-1985 se agravó en los primeros
momentos de la incorporación a la UE. Ello era inevitable debido a la eliminación del
proteccionismo (que todavía presentaba en España un nivel relativamente alto) amén de la de
determinadas prácticas administrativas que suponían subvenciones encubiertas a la
exportación…sin olvidar la introducción del IVA.
Ulteriormente, las fuerzas económicas liberadas por la apertura y la mayor competencia
fueron desplegando paulatinamente sus efectos: la industria comenzó a modificar su
estructura productiva, su tecnología y su organización. En ello desempeñó un papel importante
le inversión extranjera directa (IDE), que entró en múltiples sectores estableciendo filiales,
creando o colaborando en la formación de empresas y /o comprando las preexistentes (en
algunos casos, empresas públicas reconvertidas). España alcanzó entre 1985 y 1995 el quinto

18
Tema VI
GRADO DE ECONOMÍA HISTORIA ECONÓMICA ESPAÑA

puesto a escala mundial en lo que concierne a este tipo de inversión. Madrid y Cataluña fueron
las Comunidades Autónomas más beneficiadas.
Pero, aunque las tasas de crecimiento se recuperaron, no se han resuelto todos los
problemas. De hecho, pese al dinamismo de las ramas de actividad más avanzadas, el
distanciamiento respecto a la producción europea es creciente y las tasas de cobertura de las
importaciones, baja. Este retraso se nota especialmente en aquellos subsectores dotados de
demanda más elástica y de exigencias tecnológicas más altas La escasa inversión en I+D (la
penúltima de los países de la UE) y la menor productividad relativa constituyen la causa última
del problema y siguen siendo asignaturas pendientes.

BIBLIOGRAFÍA
Carreras, A. (2003): El siglo XX entre rupturas y prosperidad 81914-2000), en Vittorio A. coord.,
Historia Económica de Europa, siglos XV-XX, Barcelona, Crítica.
Carreras, A. y Tafunell, J. (1993):”La gran empresa en España (1917-1974)”, Revista de Historia
Industrial, 3.
Parejo, A. (2001).”Industrialización, desindustrialización y nueva industrialización de las
regiones españolas 81950-2000)”, Revista de Historia Industrial, p. 19-20.
Van Mark, B. y Serrano, L. (2001): “Productividad del sector manufacturero en España: medio
siglo de crecimiento y convergencia”, Revista de Historia Industrial, p. 119-120.

19

S-ar putea să vă placă și