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Consignas de Trabajo:
Desarrollo:
1. Se hizo la lectura de la Carta Apostólica y se resaltaron las ideas principales, sin ello
hubiera sido imposible la posterior realización del trabajo.
2. El regalo de la esperanza
SPE SALVI facti sumus. Así comienza esta carta y como católicos asumimos a
la esperanza como un regalo de Dios. - El regalo que nos permite transitar por la vida
sorteando sufrimientos y desilusiones con la certeza de que tenemos un futuro, que no
vamos hacia un vacío.
Nuestro Dios es el Dios de la Esperanza, que con su buena noticia nos trae un
mensaje que transforma, que cambia la vida. - Todo aquel que conoce la verdad de
Cristo y se deja transformar por Él vive de otra manera. -
Dios acompañó a la humanidad a lo largo de su historia, respetando su tiempo de
madurez y de discernimiento y en ese caminar hubo pueblos regidos por otros dioses,
pero dioses sin esperanza como los Efesios, que difícil debe haber sido vivir así!
En su caminar histórico el hombre buscó diversas explicaciones a su existencia y
a su ser (Bacon, Kant, Marx) dejando de lado a Dios que nos amó al extremo de que su
hijo muriera en una cruz para salvarnos. - La salvación es una realidad comunitaria que
nos permite abrir la mirada hacia la fuente de alegría máxima que es Dios. El hombre
necesita a Dios de lo contrario se queda sin esperanza.
Así el hombre moderno reduce toda esperanza y salvación al individuo desde la
mirada de la ciencia y su propio confort, - El hombre necesita de una esperanza que
vaya más allá de sí mismo y de su pequeñez, necesita una esperanza infinita que en el
día a día nos sostenga y ésta solo puede ser de Dios.
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Un lugar esencial para aprendizaje de la esperanza es la oración (que ha
sostenido a santos y mártires en momentos de angustia y desolación). La oración nos
purifica y fortalece, a través de ella Dios obra en nosotros y nos hace capaces de gran
esperanza y de ser ministros de esperanza para los demás. Una esperanza activa.
El reino de Dios es un don y precisamente por eso es grande y hermoso y
constituye la respuesta a la esperanza.
El sufrimiento forma parte de la existencia humana y la capacidad de aceptarlo y
encontrarle un sentido, un camino de purificación, maduración y esperanza. Dios nos
compadece y consuela con la estrella de la esperanza. Solo Dios es creador de Justicia y
la fe nos da esa certeza que se transforma en esperanza. Todos nosotros esperamos la
salvación. A ella llegamos también de la mano de nuestra madre María Estrella y Madre
de la esperanza.
La Fe es Esperanza
llevadero el
presente
cristianos
tienen un futuro
debe llegar a
Esperanza muchos
como don
mensaje
vida nueva
performativo
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La Esperanza basada en la fe en el Nuevo Testamento y en la Iglesia
primitiva
Jesus
sustancia Hypomone=paciencia
performativa
Fe
cristiana
sabia
Bautismo ignorancia
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¿Es individualista la esperanza cristiana?
Esperanza cristiana
Individualista?
Bacon
tiempo moderno
fe en el progreso- razon y
libertad
cristianosmo moderno- El
hombre se convierte en
amenaza
razon y fe se necesitan
mutuamente
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Verdadera fisonomía de la esperanza cristiana
conviccion
conquista
comunitaria
Fe de vida
eterna amor
Gran Libertad incondicional
del Padre
esperanza
fragil
aprender a pedirle a
oracion Dios
Rezar correctamente
por los demas
parte de la existencia
human
aceptarlo
Lugares de
sufrimiento
aprendizaje
sufrir con el otro, por
los otros
Dios Compadece
Dios creaJusticia
Juicio final=
Juicio
esperanza
Justicia y Gracia
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María Estrella de la Esperanza
Luz de
esperanza
María
Madre de
Estrella de
la
Esperanza
esperanza
Madrede
Dios y
Madre
nuestra
En el ámbito de nuestro trabajo como docentes (ya que hicimos el practico con Cecilia)
advertimos que nuestras contribuciones son mirar a nuestros alumnos y acompañarlos
en su trayecto de aprendizaje viendo en ellos a un hermano que quizás sufre, que quizás
vive en el desánimo y la tristeza, que quizás se cree autosuficiente y piensa que puede
vivir sin Dios, sin esperanza. - Podemos ser verdaderos ministros de esa esperanza
activa. Acompañarlos sin juzgar, con paciencia, ir al encuentro con el hermano que está
en nuestra aula y que espera que en nuestra relación de cara a cara podamos contagiar la
Gran esperanza de que Dios cumplirá sus promesas, que el sufrimiento es pasajero y
será una experiencia de aprendizaje, que la oración es un refugio y que María madre de
Dios y Madre Nuestra está allí para tomarnos en sus brazos y ser nuestra Estrella de la
esperanza. -
Nuestros alumnos y también colegas viven momentos difíciles en los que esperar y
confiar en Dios se ve como algo lejano. Como docentes, como católicos es nuestra
misión mostrar que existe una esperanza más grande y que es un regalo de Dios.
Ejemplos:
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En uno de mis talleres asiste una señora que actualmente tiene 87 años, ella llegó hace
cuatro años al mismo apoyada en su bastón buscando un lugar donde no la consideraran
“vieja” ni “inútil”. Me sorprendió esa calificación que sostenía de sí misma y con el
tiempo entendí que era lo que la gente le hacía sentir, al verla mayor y con bastón. Mi
respuesta espontánea a su pregunta fue que el taller era un lugar donde podía ser ella
misma y expresarse creativa y artísticamente a su gusto. Hoy continúa tomando clases,
subiéndose al escenario dos veces por año, escribe teatro y disfruta de salir de su casa.
No sólo asiste a las clases de teatro sino que ahora también va al club de los abuelos,
donde juega a las cartas, lee poesía, comparte películas con sus pares y por sobre todas
las cosas, fomenta la esperanza y las ganas de ser, hacer y sentir. En sus palabras, dijo
que llegar al taller era uno de sus últimos intentos por hacer algo para sentirse viva y
dejar de pedirle a Dios que se la llevara, porque se sentía sola, triste y sin alegría; que
tener cosas materiales no la satisfacían y que gracias a Dios, había encontrado un lugar
con un docente y unos compañeros que le dieron la “Brisa de Esperanza” que necesitaba
para seguir.
Sentir que desde el quehacer personal, en este caso el teatro, le permitan a una persona
recuperar las ganas de ser, es de alguna manera sentir que se está cumpliendo parte de la
misión para la que venimos, a compartir, a alentar y a fomentar la esperanza, la fe y la
misericordia.
Y sentir que Dios está en todas nuestras acciones y acompañándonos siempre y
aportando esas señales para obrar adecuadamente con cada situación que se nos presenta
en nuestra tarea docente día a día.
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Bibliografía:
Carta Encíclica SPE SALVI, Benedicto XVI
Biblia Latinoamericana