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com/drive/folders/1SmOJ8iMKco1kmdTrnnUABJ-_JWVNYJpR
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/100026/browse?value=Yacimientos+minerales+-+Evaluaci%C3%B3n&type=subject
https://blog.uclm.es/pablohigueras/yacimientos-minerales/
De acuerdo con los conceptos de tectónica de transcurrencia en una margen oblicua - transpresional
(Sylvester, 1988., Saint Blanquat, et al,. 1998), se interpreta que las condiciones transpresionales son
preferentemente intruidos por magmas en zonas de baja presión, causando un sobrepresionamiento y
expulsando magma granítico. Esta cinemática transpresional puede crear adelgazamiento cortical y
generar fusiones parciales del manto superior con generación de granitos. De acuerdo a estos análisis e
interpretaciones dichos conceptos pueden ser un ejemplo claro aplicado al marco tectónico la zona de
subducción en Perú y Chile. Se han establecido diferentes direcciones de convergencia de la placa oceánica
desde el Cretáceo superior (70 Ma) hasta el presente (Pardo y Molnar, 1987; Bertrand, et al., 2011). La
placa subductada tenía un mayor ángulo, poca velocidad y era relativamente fría, esto se tradujo en una
mayor participación de la cuña mantélica, provocando una mayor flujo geotérmico y adelgazamiento
cortical. Este adelgazamiento de la litósfera provocó la generación de un trasarco con depositación
marina y un magmatismo pasivo. Este régimen dextral provoco anomalías distensivas y formación de
cuencas tipo pull-apart, por donde se emplazaron los cuerpos intrusivos asociados a los mayores DPC
conocidos en el sur de Perú. En resumen puede decirse para la cinemática de subducción, que la
generación de un DPC, necesito por lo menos tiempo de estabilidad tectónica (velocidad constante?) por
más de 10 Ma, y en el cual las condiciones para una zona de homogenización del magma: MASH (magma,
asimilación, almacenamiento y homogenización; modelo de Hildreth y Moorbath (1988), fueron
favorables, para generar un yacimiento económico.
Los antecedentes estudiados indican que la composición isotópica observada es, en gran medida, una
característica primaria que resulta de la evolución temprana de los magmas que ascienden desde el
manto en zonas MASH de la litósfera profunda. Ello sugiere una fuente común e indica que ambos eventos
derivan del dominio MASH inferido bajo la CPW. Bajo el marco de la evolución tectónica y magmática
cenozoica, se ha considerado que la ocurrencia de fusión por deshidratación en este dominio es un proceso
fundamental en la génesis de los magmas. Este proceso puede considerarse como clave en la generación
de los depósitos gigantes de pórfido cuprífero, pero no exclusivo de la generación de los yacimientos este
tipo.
1. INTRODUCCIÓN
Los depósitos de tipo pórfido cuprífero constituyen la principal fuente explotable de Cu en el mundo y son
además reservorios importantes de Mo y, en menor medida, Au. Su formación es el resultado de procesos
magmáticos e hidrotermales que operan en arcos volcánicos asociados a subducción. Aún así, ello
constituye una anomalía en la evolución de la actividad de los arcos que los contienen puesto que
corresponden a procesos localizados, breves en el tiempo, y con características químicas y mineralógicas
particulares. Debido a su importancia económica, estos depósitos han sido objeto de innumerables estudios
desde la óptica de diversas disciplinas. Además de generar una caracterización para ellos, estos estudios
han apuntado a establecer las condiciones propicias para su formación, aspectos que son fundamentales,
tanto para entender su génesis como para el desarrollo de herramientas de exploración.
Actualmente, la asociación directa entre la mineralización y la actividad magmática está fuera de discusión.
Sin embargo, existen diversos aspectos relacionados a la génesis magmática que no han sido resueltos y
son materia de controversia. ¿Corresponden los altos contenidos de metales preciosos a una característica
de los magmas adquirida en la fuente o son producto de procesos posteriores de enriquecimiento?, ¿Cuáles
son las condiciones particulares que propician la generación de un magma productor de pórfidos cupríferos
con respecto a uno estéril?. Cualquier estudio que se refiera a estos temas debe considerar, además, como
se insertan estos sistemas dentro de la evolución del arco volcánico que los contiene y la corteza en la que
se desarrolla éste, ya que ello constituye el marco geológico y geodinámico global que ineludiblemente
condicionará la evolución y composición final de los magmas.
El margen continental chileno es propicio para el estudio de los aspectos relativos a la formación de
pórfidos cupríferos producto de los numerosos depósitos de este tipo que hospeda. Su evolución geológica
ha estado ligada a abundante actividad magmática y volcánica como consecuencia de la continua
convergencia, al menos desde el Jurásico, entre las placas Nazca y Sudamericana. Esta interacción ha dado
lugar al desarrollo de sucesivos arcos a lo largo del margen, los que son progresivamente más jóvenes hacia
el este, desde el arco jurásico en la Cordillera de la Costa hasta el arco actual en la Cordillera
Principal (Mpodozis & Ramos, 1989; Charrier & Muñoz, 1994). A través de esta evolución, varios de los
arcos desarrollados en el margen han culminado su evolución, previo al cese definitivo de la actividad y
posterior migración, con la generación puntual, espacial y temporalmente, de pórfidos cupríferos. Esta
asociación entre arco magmático y pórfidos cupríferos ha dado lugar a franjas de depósitos de distintas
edades (asociadas a distintos arcos) a lo largo del margen continental (Camus, 2003 y referencias ahí
citadas). En un marco más amplio, estas conforman algunas de las franjas metalogénicas más importantes
reconocidas en Chile.
A escala global, la formación de los yacimientos de pórfido cuprífero está asociada a actividad magmática
de afinidad calcoalcalina de márgenes convergentes. Varias características composicionales de los magmas
de arco, como los altos contenidos de H2O y S, entre otros, hacen de ellos potenciales productores de este
tipo de depósitos y son el resultado del proceso de subducción. De este modo, la génesis de rocas intrusivas
asociadas a la mineralización se enmarca dentro del mismo esquema global de formación y evolución de
magmas en estos ambientes. Las rocas ígneas formadas en márgenes convergentes asociados a subducción
son el resultado de procesos magmáticos multi-estadio y multi-componente. Los distintos materiales con
los que puede interactuar un magma a través de las distintas etapas de su evolución, desde su formación
hasta los estadios tardíos durante el emplazamiento, condicionarán su composición final.
Clásicamente, se considera que los magmas de arco son producto de la fusión hidratada de la cuña
astenosférica, siendo los volátiles y otros componentes aportados por los agentes llevados a la fuente
durante la subducción (corteza oceánica, sedimentos, productos de la erosión por subducción, etc., Fig.
1). Las características químicas distintivas que presentan los magmas de arco se atribuyen al
metasomatismo de la cuña astenosférica por los fluidos y/o fundidos aportados durante este proceso por
la losa oceánica (e.g., Tatsumi et al., 1986; Tatsumi, 1989; Peacock, 1993; Pearce & Peate, 1995). Dentro de
estas se encuentran los altos contenidos de H2O y S, el carácter oxidado respecto de otros magmas
derivados del manto, el enriquecimiento de elementos LILE (large ion lithophile elements) sobre
elementos HFSE (high field strength elements), y el empobrecimiento relativo de Nb, Ta y Ti, entre otras
Fig. 1 Figura esquemática de un margen continental activo y los principales procesos que afectan la composición y
evolución de los magmas formados en estos ambientes. Procesos asociados a la deshidratación de la losa oceánica
subductada: (1) deshidratación y pérdida de fluidos en el antearco, (2) deshidratación e hibridación del componente
de subducción y del manto, (3) arrastre del manto metasomatizado inducido por la subducción, (4) deshidratación
profunda de distintas fases minerales, (5) inicio de la fusión hidratada del manto por sobre los 1000-1100ºC, (6)
migración de fundidos a la base de la columna de fusión. Procesos asociados a la fuente mantélica: (7) flujo
astenosférico inducido por la subducción, (8) aporte de material a la columna de fusión por advección del manto
astenosférico, (9) enriquecimiento de la astenósfera producto de la delaminación del manto litosférico
subcontinental, (10) fusión por descompresión a partir de, aproximadamente, 60 km de profundidad. Procesos en la
litósfera superior: (11) segregación de fundidos a la base de la litósfera sobreyacente, (12) zona de interacción y
cristalización de los magmas provenientes del manto en niveles litosféricos profundos (MASH),(13) cristalización y
asimilación en zonas corticales someras. Modificado de Pearce & Peate (1995) y Richards (2003).
Las características particulares y la configuración global del margen convergente son también
condicionantes de la evolución y composición final de los magmas. Así, por ejemplo, el ángulo de
subducción, la velocidad de convergencia, el régimen termal de la zona de subducción, y el espesor de la
litósfera sobre la zona de generación de magmas, condicionarán aspectos como la eficiencia del aporte de
volátiles y otros componentes a la fuente, el grado de fusión parcial, y los procesos de evolución
composicional de magmas en la fuente (Fig. 1). Así mismo, durante el tránsito de los magmas a través de
la litósfera sobreyacente, características tales como el espesor cortical y litosférico, su composición química
y mineralógica, y el estado termal y de stress al que ésta está sujeta, condicionaran procesos como la
evolución química y mineralógica de los magmas, y la eficiencia de los procesos
MASH (meeting, assimilation, storage, homogenization, Hildreth & Moorbath, 1988) y de
contaminación cortical (Fig. 1).
Los depósitos de pórfido cuprífero constituyen anomalías químicas y mineralógicas en la corteza que se
caracterizan por presentar altos contenidos de S y K y, subordinadamente, de elementos de interés
económico como Cu y Mo (± Au, Ag). Su concentración es el resultado de la actividad de sistemas
hidrotermales que derivan de la exolución de fluidos de magmas de composición intermedia a ácida. Estos
magmas, que constituyen la principal fuente de los elementos posteriormente concentrados en los
yacimientos (e.g., Gustafson & Hunt, 1975; Burnham, 1979; Cline & Bodnar, 1991), muestran una fuerte
signatura mantélica y evidencian una limitada contaminación cortical(e.g., Clark, 1993; Mathur et
al., 2000). Cabe destacar que, en muchos casos, se ha reportado para las intrusiones asociadas a la
mineralización una signatura química similar a la de las adakitas (Oyarzún et al., 2001; Rabbia et al., 2000;
Reich et al., 2003; Kay et al., 2005; Richards et al., 2007; Shafiei et al., 2009). En términos del marco
geodinámico global, la formación de los depósitos de pórfido cuprífero está asociada a las etapas finales de
ciclos tectono-magmáticos desarrollados en la litósfera superior. Esto es, junto con, o posterior a, la
ocurrencia de eventos compresivos en la corteza y durante las etapas finales de la actividad de los arcos
magmáticos que los contienen, previo al cese o migración de su actividad (e.g., Maksaev & Zentilli,
1988; McKee & Noble, 1989; Richards, 2003, 2005; Sillitoe & Perelló, 2005).
Las rocas intrusivas asociadas a la mineralización de pórfido cuprífero han sido objeto de innumerables
estudios. El origen de los contenidos anómalamente altos en los componentes que sustentan la actividad
hidrotermal y constituyen la alteración y mineralización es un tema ampliamente debatido. Se han
propuesto numerosos modelos e hipótesis para explicar estas características. Ellos invocan una variada
gama de procesos y componentes involucrados desde la zona de generación de magmas, en la cuña
astenosférica, hasta la zona de emplazamiento final, a niveles corticales someros. Los principales de estos
se revisan a continuación, donde se destacan fundamentalmente aquellos que podrían considerarse como
anómalos dentro del esquema clásico de generación magmática en márgenes continentales activos
Siguiendo el trabajo de Kay (1978), las adakitas fueron definidas por Defant & Drummond (1990) sobre un
conjunto de rocas de arco, extrusivas e intrusivas, de la isla de Adak en las Aleutianas. Químicamente,
corresponden a una clase de rocas andesíticas a dacíticas, con ausencia de unidades más básicas, de altos
contenidos de Na2O (3,5-7,5 wt%), Sr (>400 ppm), Ni (24 ppm) y Cr (36 ppm), altos Mg# (~0,51), patrones
de tierras raras (REE) muy fraccionados (La/Yb>8), y bajos contenidos de tierras raras pesadas (HREE;
Yb<1,8 ppm; Y<18; Defant & Drummond, 1990, 1993; Drummond & Defant, 1990; Martin, 1999, Martin et
al., 2005). Adicionalmente, estas rocas presentan una signatura isotópica no radiogénica de Pb y Sr lo que
descarta un origen a partir de contaminación cortical. Según los autores, a excepción de los altos contenidos
de Mg, Cr y Ni, la composición química de las adakitas corresponde a aquella de magmas derivados de la
fusión de un protolito máfico con un arreglo mineralógico residual, de alta presión, con granate y sin
plagioclasa. Esto fue corroborado más tarde en los estudios experimentales de Rapp et al. (1991), Sen &
Dunn (1994), Wolf & Wyllie (1994), y Rapp & Watson (1995). De este modo, y enmarcado en el contexto
geodinámico de las Aleutianas, fue propuesto que las adakitas derivan de la fusión de la corteza oceánica
subductada cuya edad es relativamente joven (< 25 m.a.). Los contenidos altos de Mg, Cr y Ni, relativo a lo
esperado en este modelo, fueron explicados como producto de la interacción variable de los fundidos con
la cuña astenosférica peridotítica durante el ascenso.
La fusión de corteza oceánica durante la subducción es un tema controversial. De acuerdo a los modelos
clásicos de la evolución termal de la losa oceánica en estos ambientes, ésta sufre una progresiva
deshidratación de acuerdo a los cambios metamórficos que se suceden con el aumento de la presión y
temperatura (Tatsumi et al., 1986; Tatsumi, 1989; Schmidt & Poli, 1998; Forneris & Holloway, 2003). Aún
así, algunos estudios han indicado que, bajo condiciones particulares la temperatura alcanzada durante la
subducción puede ser lo suficientemente alta para que la losa oceánica alcance la fusión. Esto ocurriría en
el caso de la subducción de una corteza oceánica joven y boyante (< 25 m.a.; Defant & Drummond, 1990)
o cuando la losa oceánica alcanza temperaturas anómalamente altas a baja profundidad. Esto último
ocurriría en casos como el de una subducción subhorizontal y/o de velocidad de convergencia baja a
nula (Peacock et al., 1994; Gutscher et al., 2000); subducción de un ridge oceánico (Kay et al., 1993; Guivel
et al., 2003), subducción de una corteza oceánica desgarrada (Gao et al., 2007; König et al., 2007) o de una
ventana astenosférica (Yogodzinski et al., 2001); y subducción en una convergencia de alta
oblicuidad (Yogodzinski et al., 1995).
Defant & Drummond (1990, 1993) introdujeron el uso de dos diagramas químicos para diferenciar las
adakitas de las rocas de arco clásicas, Sr/Y versus Y y La/Yb versus Yb. El primero destaca el rol del
fraccionamiento de granate en magmas adakíticos, excluyentemente, respecto del fraccionamiento de
plagioclasa en magmas derivados de la cuña astenosférica metasomatizada. El segundo enfatiza el marcado
empobrecimiento de HREE relativo a las tierras raras livianas (LREE) en los magmas adakíticos respecto
de los magmas de arco en general, también producto de la presencia de granate. Ambos diagramas han sido
frecuentemente utilizados en la literatura como un criterio diagnóstico. Ello ha generado que un amplio
espectro composicional de rocas intermedias a ácidas, de alto Sr/Y y alto La/Yb, sean consideradas como
adakíticas o tipo-adakitas, más allá de las implicancias petrogenéticas de esta clasificación. En el caso de
marcos geodinámicos favorables a la hipótesis de fusión de corteza oceánica, se han caracterizado
variaciones en la composición química adakítica de acuerdo al grado de interacción de los fundidos con la
cuña astenosférica peridotítica durante el ascenso (e.g., Rapp et al., 1999; Martin et al., 2005). Por el
contrario, en contextos desfavorables a este proceso, el origen de la composición adakítica ha sido atribuido
a procesos magmáticos que ocurren en la litósfera superior. En márgenes convergentes, el protolito
necesario para generar magmas de composición adakítica se encuentra no sólo en la corteza oceánica
subductada sino, también, en la base de la corteza continental engrosada (> 40-45 km). Los fundidos
derivados de esta fuente poseen composiciones químicas similares a las de las adakitas, pero con contenidos
menores de Na, Mg, Cr y Ni (Atherton & Petford, 1993; Petford & Atherton, 1996; Martin et al., 2005). Aún
otros procesos magmáticos han sido invocados como responsables de la generación de rocas de esta
composición. Este el caso de magmas que: (1) se hayan equilibrado en la corteza con una mineralogía de
alta presión granatífera y carente de plagioclasa (Rapp & Watson, 1995; Richards et al., 2007); (2) deriven
de una diferenciación extensiva en grandes cámaras magmáticas (Stern & Skewes, 2005; Richards &
Kerrich, 2007); y (3) deriven de la diferenciación de magmas de arco altamente hidratados y oxidados
producidos por un alto grado de fusión parcial (Sellés et al., 2004; Rodríguez et al., 2007).
Las rocas de composición adakítica sin duda representan una singularidad dentro del espectro
composicional común de los magmas de arco. La diversidad de procesos y componentes involucrados en la
génesis magmática en estos ambientes hacen fundamental para su estudio una caracterización adecuada
de la química y, en particular, de la isotopía. En este sentido, se deben destacar los resultados obtenidos
por Bindeman et al. (2005) en isotopía de O de numerosas adakitas consideradas como clásicas a nivel
mundial. Estas rocas muestran casi invariablemente una signatura en equilibrio isotópico con peridotitas
mantélicas, cuestionando fuertemente la hipótesis de fusión de corteza oceánica involucrada incluso en la
generación de las adakitas clásicas. Estos resultados enfatizan la necesidad de nuevos estudios en los que
las determinaciones isotópicas, de sistemas estables y radiogénicos, son herramientas valiosas en la
investigación de los procesos magmáticos involucrados en la génesis de estas rocas.
A nivel mundial, las intrusiones relacionadas a la mineralización de pórfido cuprífero comparten algunas
características químicas de las adakitas clásicas (Richards & Kerrich, 2007 y referencias ahí citadas).
Invariablemente, estas rocas son de composición intermedia a ácida, aunque algunas clases incluyen
miembros más básicos. En muchos casos se han reportado patrones fraccionados de REE, bajas
concentraciones de HREE e Y, altos contenidos de Sr y Na2O, y altas razones Sr/Y y La/Yb. Estos dos
últimos parámetros han sido ampliamente utilizados para resaltar la signatura tipo-adakita que presentan
estas rocas. Los contenidos de Ni y Cr son variables en los distintos depósitos, y los Mg# suelen ser
inferiores a 0,51. Se han propuesto numerosos modelos para explicar la génesis de magmas asociados a la
mineralización, la mayoría de los cuales han considerado procesos que den cuenta de la signatura tipo-
adakita de estas rocas (ver secciones siguientes). Una vez más, si bien estos consideran aspectos químicos
fundamentales, la carencia de una caracterización isotópica adecuada ha mermado la posibilidad de una
evaluación más rigurosa. Finalmente, se debe notar que las rocas presentes en estos depósitos se
encuentran pervasivamente alteradas por la actividad hidrotermal. Ello constituye un problema mayor
cuando se pretende caracterizar aspectos químicos primarios y, con ello, asignar una afinidad geoquímica.
En el caso de las características adakíticas, las determinaciones de concentración de Ni, Cr, Mg y,
particularmente, de Na y Sr, constituyen parámetros poco confiables ya que suelen comportarse como
móviles durante estos procesos.
El alto estado de oxidación de la cuña astenosférica, con respecto a otras rocas mantélicas no relacionadas
a subducción, es también producto del metasomatismo al que ésta está sometida. A su vez, ello controla la
especiación y solubilidad del S además de la estabilidad de fases residuales en el manto durante la fusión
parcial (e.g., Mungall et al., 2002). En condiciones mantélicas los elementos calcófilos y siderófilos, como
el Cu y el Au, se particionan fuertemente a fases sulfuradas con respecto a los fundidos silicatados. Bajo
condiciones oxidantes, las fases sulfuradas son progresivamente desestabilizadas y aumentan la solubilidad
del S y las fases sulfatadas disueltas en los fundidos (Carroll & Rutherford, 1985; Mungall et al., 2002). De
este modo, el aumento de la fugacidad de oxígeno genera que elementos como el Cu y Au se comporten
como incompatibles durante la fusión parcial del manto y puedan ser concentrados en los fundidos, al
mismo tiempo que estos últimos aumentan sus contenidos de S. Así, como señala Richards (2003), todos
los magmas primarios de arco debieran contener relativamente altas concentraciones de estos elementos
con respecto a otros magmas más reducidos derivados del manto.
Mungall (2002) ha indicado que los fundidos provenientes de la losa oceánica son más eficientes en oxidar
la cuña astenosférica que los fluidos. Bajo esta hipótesis, la adición de un componente de subducción
fundido a la fuente astenosférica promovería la generación de magmas particularmente enriquecidos y
potencialmente mineralizadores. Ello explicaría, además, la composición química similar a la de las
adakíticas que frecuentemente se ha reportado para las rocas intrusivas asociadas a
mineralización (Oyarzún et al., 2001; Reich et al., 2003; Kay et al., 2005; Richards & Kerrich, 2007; Shafiei
et al., 2009).
La mayoría de los procesos magmáticos a niveles litosféricos profundos pueden considerarse como parte
de los procesos MASH (Fig.2). Estos fueron definidos por Hildreth & Moorbath (1988) para explicar las
variaciones composicionales que muestra el volcanismo actual en la Zona Volcánica Sur de los Andes,
aunque se considera que ellos operan a nivel general en los márgenes continentales activos. Los autores
postulan la existencia de zonas de fusión, asimilación, almacenamiento y homogeneización bajo los grandes
centros magmáticos. Estas zonas se ubicarían en la corteza inferior o en la transición corteza-manto, lugar
donde los magmas basálticos primarios que ascienden desde la cuña astenosférica alcanzan un nivel de
flotabilidad neutral. Una vez allí, es esperable que ellos induzcan localmente fusión parcial y estén
sometidos a procesos de asimilación y mezcla, que culminen ya sea con la cristalización completa del nuevo
magma o con un nuevo ascenso por diferencias de densidad producto de su fraccionamiento (Fig. 2). En
términos generales, el resultado de todos estos procesos es la generación de magmas relativamente
homogéneos que son producto de la hibridación de magmas derivados del manto, y cuyas características
químicas e isotópicas son particulares del dominio MASH que enmarca su formación (Muñoz, 2011).
Fig. 2 Figura esquemática de la hibridación y evolución de magmas derivados del manto mediante procesos MASH en la
litósfera profunda. Tomado de Richards (2003; modificado de Hildreth [1981] y Huppert & Sparks [1988]).
En la última década, varios autores han destacado la posibilidad de fusión de la litósfera superior profunda,
modificada por el magmatismo de arco, como un proceso capaz de generar magmas relacionados a la
mineralización de pórfidos de Cu±Mo±Au (Kay & Mpodozis, 2001; Richards et al., 2009; Shafiei et al.,
2009). El magmatismo de arco es, esencialmente, un medio de transporte de material de la losa oceánica y
el manto astenosférico a la litósfera sobreyacente. La diferenciación temprana de los magmas primarios
ascendentes desde el manto en la litósfera profunda resulta en la formación de cumulados hidratados de
composición máfica a ultramáfica (Rudnick & Fountain, 1995). En estas zonas, la acumulación de anfíbola
y de fases residuales sulfuradas puede almacenar cantidades importantes de agua y metales en la litósfera
superior (e.g., Jagoutz et al., 2007; McInnes et al., 1999; Davidson et al., 2007; Richards, 2009). De este
modo, después de periodos prolongados de magmatismo, las raíces litosféricas constituyen un reservorio
fértil de donde extraer magmas potencialmente formadores de depósitos. Adicionalmente, la fusión de un
protolito como éste generaría magmas con características composicionales similares a las de las adakitas.
Complementariamente al modelo acumulativo anterior, Core et al. (2006) han propuesto un modelo de
generación para los magmas asociados a la mineralización de pórfido cuprífero de Bingham (Utah, EEUU).
Estos derivarían de una fuente puntualmente enriquecida en Cu ubicada en la corteza inferior. Según los
autores, las fuentes profundas ricas en Cu pueden corresponder a terrenos metamórficos que contienen
depósitos de Cu, o bien, a cumulados de sulfuros en intrusiones máficas. En el primer caso, la distribución
heterogénea de la fuente rica en Cu puede producir depósitos de pórfido cuprífero aislados como el
yacimiento de Bingham. En el segundo caso, la distribución más homogénea de la fuente enriquecida puede
producir provincias de este tipo de depósitos, como ocurre en los casos de Indonesia, Papua Nueva Guinea
y Chile, Perú entre otros.
El margen andino es el resultado de la subducción hacia el este de la placa de Nazca debajo de Sudamérica, a relaciones de
convergencia de varios cm / año pero que no son constantes a lo largo del tiempo (Pardo-Casas y Molnar, 1987). Según las firmas
de tomografía sísmica (e. g, Engdahl et al., 1995; Liu et al. 2003), la historia de subducción y la geometría de la zona de
subducción andina parecen mucho más simples que las de la zona de subducción de Tethyan. El ángulo de subducción variable
(desde las zonas de subducción planas en el centro de Perú y el norte de Chile hasta la zona de subducción inclinada debajo de
Bolivia) se atribuyó por primera vez a los desgarros de la placa, pero Cahill e Isacks (1992) sugirieron que las flexuras de la placa
eran más apropiadas para explicar la ubicación de terremotos y las soluciones del mecanismo focal. En profundidad, la placa de
Nazca penetra en el manto inferior debajo del centro de Sudamérica, pero se desviaría en la zona sur (Engdahl et al.,
1995). Recientemente, Contenti et al. (2012) sugirieron que debajo de Perú y Brasil, la placa de Nazca también sufriría una
deformación significativa alrededor de la zona de transición del manto, y que la ausencia de reflectividad a 410 km de
profundidad en el área del arco posterior sugiere complejidades estructurales de la placa de subducción.
Fig. 4 mapa esquemático de las dos zona de subducción Andina con velocidades de la placa (verde) fosa- normal Velocidades
de migración de la fosa (rojo) y velocidades de la placa de subducción normal de la fosa (azul), calculadas con el marco de
referencia del hotspot Indo-atlántico de O’Neill et al. (2005). La zona de subducción andina actual se compone principalmente
de un solo segmento de 7.500 km de longitud. Modificado después de Schellart et al. (2011)
Las características cinemáticas relacionadas con las relación de convergencia entre la placa de Nazca y América del Sur (Fig. 4)
no se comprenden bien ya que aún se proponen nuevos modelos: Quinteros y Sobolev (2013) sugirieron que la penetración de
la placa en el manto inferior fue la causa principal que explica la disminución de la razón de convergencia de 20-25 Ma en el
norte de chile. Sin embargo, las variaciones de la velocidad de subducción a lo largo de la zona de subducción andina (números
azules en la Fig. 4) también se atribuyeron a diversos ángulos de subducción, que podrían aumentar o disminuir el
acoplamiento de la placa superior-inferior (Martinod et al., 2010). Sin embargo, tenga en cuenta que la fosa avanza en la parte
central de la zona de subducción andina (valores positivos de números rojos) donde la velocidad de subducción es alta,
mientras que retrocede donde las velocidades de subducción son bajas (Colombia y el sur de Chile).
Los depósitos de Pórfidos Cu en los Andes han sido el tema de numerosos estudios, desde la escala de margen a depósito (e. g,
Sillitoe, 1977, 1986, 1988; Sillitoe et al., 1982; Petersen y Vidal, 1996; Noble y McKee, 1999; Kay y Mpodosis, 2001; Richards et
al., 2001; Masterman et al., 2005; Gow and Walshe, 2005; Hollings et al., 2005; Schütte et al., 2011). hemos compilado una lista
de depósitos de Cu pórfido a lo largo de la subducción andina. Esta compilación se basa en los datos extraídos (por orden de
contribución decreciente): 1) la base de datos “Depósitos de cobre pórfido del mundo” de USGS (Singer et al., 2008) y 2) Los
“Andes base de datos de la BRGM (e. g, Billa et al., 2004). Contiene 155 depósitos de pórfido tipo Cu. La Tabla 1 proporciona una
síntesis de estos depósitos con su país, nombre, latitud y longitud (coordenadas geográficas WGS84, grados decimales), clase
(según el potencial total de Cu) y edad de mineralización (ya sea edad absoluta o edad mediana de la serie estratigráfica o etapa
a la que pertenece). Estos depósitos se distribuyen a lo largo de la subducción andina, desde la latitud 9 ° N a 45 ° S y su edad
varía de 4.7 ( Plioceno inferior) a 291.5 Ma (Pérmico inferior).
(Bertrand et al., 2014) la distribución espacial y temporal de los depósitos de Cu pórfido a lo largo de la subducción andina no
es aleatoria. Muestra, al menos para los depósitos de Cenozoico (118 de los 155), concentraciones a lo largo de segmentos
específicos de la zona de subducción y durante distintos períodos de tiempo. En la Figura 5, trazamos sus edades en función de
su longitud y su distribución geográfica con simbología basada en la edad. Muestra que la ocurrencia de depósitos está
organizada en tres "grupos" espaciales y temporales distintos (o grupos de depósitos vecinos separados de otros por brechas
espaciales y / o temporales significativas), que son de los más antiguos a los más jóvenes:
1. Paleoceno -inferior Eoceno los depósitos del de la Cordillera central (16 depósitos);
2. Eoceno superior- oligoceno inferior los depósitos de la Cordillera central (36 depósitos);
Estos grupos encajan, al menos temporalmente, con los identificados previamente por Singer et al. (2005). Se podría argumentar
que el grupo 3 puede dividirse en varios grupos más pequeños. Existe, por ejemplo, una clara brecha espacial de depósitos en el
sur de Perú durante el Mioceno (ver puntos naranjas en la Figura 5). Además, la identificación de solo tres grupos puede parecer
insuficiente cuando algunos autores han descrito cinturones de Cu de pórfido más numerosos y detallados a lo largo de los
Andes (e.g, Sillitoe y Perello, 2005). Pero el punto importante aquí es que el emplazamiento de depósitos de pórfido a lo largo
de la subducción andina
Fig. 6 Relaciones entre las direcciones de convergencia y los mayores yacimientos de PCDs entre Perú y Chile. Notese la
correspondencia entre los dos lineas de desplazamiento de la placa de Nasca. La relativa estabilidad y velocidades de
convergencia en varios tramos con un convergencia oblicua de N 45-50° representa el mayor cizallamiento propicios para la
generación de DPC. Tomado y modificado de Macksaev y Zentilli, (1999)
Bertrand et al., (2014) trazo la velocidad de la placa de Nazca con respecto a América del Sur (coordenada arbitraria 20 ° S y 72
° W, en el borde este de la placa), utilizando las PLACAS UTIG y los modelos cinemáticos globales de EarthByte. Debido a que
la cinemática de la placa de Nazca en relación con América del Sur está pobremente restringida antes del Eoceno, y debido a que
el grupo 3 está bastante pobremente muestreado (16 depósitos, versus 36 y 66 para los grupos 2 y 3, respectivamente), hemos
centrado nuestro estudio en los grupos 2 y 3. reemplazado estos dos grupos en su contexto paleocinemático. El diagrama (Figura
6) muestra que ambos grupos se colocaron en un contexto cinemático que se caracteriza por una tasa relativamente alta de
convergencia de placas (aproximadamente 10 a 17 y 14 cm / año para los grupos 2 y 3, respectivamente), seguido brevemente
por una drástica disminución de esta razon (hasta aproximadamente 7 a 8 y 11 cm / año para los grupos 2 y 3, respectivamente)
en períodos de tiempo de ~ 15 Myrs separados por ~ 5-10 Myrs. Aunque las velocidades absolutas son diferentes, este contexto
cinemático (relación de convergencia alta y luego decreciente)
Fig. 7 razón de convergencia en función del tiempo de la placa de Nazca con respecto a Sudamérica fija, mostrando el contexto
cinemático en el que se emplazaron los grupos de depósitos pórfido Cu (áreas de color gris claro) a lo largo de la subducción
andina desde el Eoceno; Las flechas grises muestran una desaceleración a largo plazo de las tasas de convergencia.
CONCLUSIONES
En términos globales, muestran que la composición isotópica de los magmas andinos cenozoicos está condicionada
principalmente por dos grandes variables: (1) la arquitectura litosférica heredada, y (2) los procesos tectónicos mayores que han
moldeado esta litósfera durante la construcción del orógeno actual. Esto es válido tanto para los magmas asociados a la
mineralización de pórfido cuprífero como para aquellos estériles.
Las características cinemáticas relacionadas con las relación de convergencia entre la placa de Nazca y América del Sur está
dada por la penetración de la placa en el manto inferior causa principal que explica la disminución de la razón de convergencia
en el norte de chile. Sin embargo, las variaciones de la velocidad de subducción a lo largo de la zona de subducción
andina también se atribuyeron a diversos ángulos de subducción, que podrían aumentar o disminuir el acoplamiento de la placa
superior-inferior.
Se concluye de la cinemática de subducción, que la generación de depósitos de pórfidos cupríferos, necesita por lo menos tiempo
de estabilidad tectónica por más de 10 Ma, y en el cual las condiciones para una zona de homogenización del magma: MASH
(magma, asimilación, almacenamiento y homogenización; modelo de fueron favorables, para generar un yacimiento económico.
Índice de contenido
Propiedades y características de la diorita
o Minerales principales y accesorios
o Origen
o Composición química
o Textura
o Usos
o Tabla resumen
Diorita en lámina delgada
En este artículo, aprenderás todas las características de la roca ígnea diorita en muestra de mano y
lámina delgada, en donde se incluye propiedades, textura, composición química, minerales principales y
accesorios, y usos. Además te presentamos una tabla resumen con toda la información.
Finalmente JFL Haussmann y G. Rose limitaron el uso del término diorita a una roca conformada
principalmente de plagioclasa y anfibol.
La diorita es una roca ígnea intrusiva de composición química intermedia, es decir que tiene alrededor
del 52%-63% SiO2, su origen es debido al enfriamiento del magma, tiene textura fanerítica, su color es
intermedio (medio) es decir que no es una roca oscura ni clara.
La diorita tiene como minerales principales o dominantes: plagioclasa y el anfíbol, mientras que
sus minerales accesorios son: cuarzo, feldespato potásico, piroxeno y biotita, los usos comunes de la
diorita son como agregado, relleno en la construcción y carreteras, además revestimientos.
Los minerales accesorios son: cuarzo, feldespato potásico, piroxeno (augita), biotita, magnetita
Los minerales que tenga la diorita va a depender del tipo de magma y procesos de cristalización
fraccionada tal y como se explica en la series de reacciones químicas de Bowen
Con respecto a la posición de la diorita en el digrama QAPF, se observa un claro predominio de
minerales de plagioclasa (sobre el 90%), y cantidades menores de cuarzo y feldespato alcalino o
potásico
Origen
La diorita se genera debido al enfriamiento de material magmático de composición intermedia bajo la
superficie de la tierra a una profundidad aproximada de 10km. El tamaño de grano depende del tiempo
de enfriamiento y las condiciones de agua, es así que a mayor tiempo de enfriamiento mayor será el
tamaño de grano.
Las dioritas pueden estar relacionadas a la fusión parcial de una roca máfica en zonas de subducción.
Por lo tanto se producen comúnmente en arcos volcánicos, y en la formación de montañas (ejemplo los
andes), y también se relacionan con grandes batolitos.
Composición química
La diorita es una roca de composición intermedia, es decir que tiene entre el 52% al 63% de Sílice
(SiO2), por lo tanto presenta enriquecimiento en minerales de hierro y magnesio en comparación con
con rocas félsicas o ácidas.
Además, se destaca el contenido de aluminio (Al2O3) que puede rondar alrededor del 16%.
Los números son porcentajes masivos, recalculados libres de volátiles hasta un total del 100%, se basan
en análisis químicos de alrededor de 872 rocas de composición diorítica.
SiO2 — 58.34
TiO2 — 0.96
Al2O3 — 16.92
Fe2O3 — 2.54
FeO — 4.99
MnO — 0.12
MgO — 3.77
CaO — 6.68
Na2O — 3.59
K2O — 1.79
P2O5 — 0.29
A manera general a mayor tiempo de enfriamiento y mayor cantidad de agua, mayor será el tamaño de
grano.
Aprende más acerca de las texturas de las rocas ígneas en el siguiente artículo:
Usos
Debido a la resistencia que tiene la roca, es compun que se la use como material base en la
construcción de carreteras, edificios y obras de ingeniería civil.
Además, debido a la textura que tiene suele ser una roca muy vistosa, por tal razón se la usa como
revestimiento y adoquines en centros comerciales, casas y edificios. Es decir que se vende a esta roca
como un granito.
La diorita fue utilizada como piedra estructural por las civilizaciones inca y maya de Sudamérica y por
muchas civilizaciones antiguas en el Medio Oriente.
Tabla resumen
Diorita
Textura Fanerítica
En la imagen se observa hornblenda verdosa debido a que se esta alterando a clorita, tambien hay
hornblenda marrón.
Las plagioclasas en luz natural tienen color blanco, en luz polarizante son grises, se observa que se
están alterando a sericita.
diorita lámina
delgada