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ITER octubre de 2019

INSTITUTO DE TEOLOGIA PARA RELIGIOSOS

Materia: Teología Fundamental


Profesor: P. Eduardo Hernández
Estudiante: Jesús Almanzar
C.I.: 15.927.600

APOLOGÉTICA

El Nuevo Testamento muestra que sus libros pastorales están directamente dirigidos
a comunidades de fe. Y aunque ninguno de ellos es su estado actual es primordialmente
apologético; indirectamente el Nuevo Testamento ofrece importante información sobre como
los primeros cristianos en sus diálogos con judíos y paganos defendían su fe bajo una
“defensa razonada” lo que es en sí el sentido original de la apología.

La predicación cristiana más antigua tal como se relata en Hechos, busca demostrara
los posibles creyentes que Jesús como mesías prometido, murió y resucitó según las
Escrituras. Entre las cartas del Nuevo Testamento, la dirigida a los Hebreos es notable por su
elaborada “argumentación” de que Cristo cumplió de forma incomparable todo aquello por
lo que Moisés, Aarón y otros sacerdotes y profetas, e incluso los ángeles habían sido
venerados.

Dentro del contexto de lo que concierne a la Era Patrística, encontramos que, ya para
el siglo II, se hallaban los llamados apologistas; convirtiendo así la apologética en la
expresión dominante de la literatura cristiana. De hecho, parte de esta literatura iba dirigida
a emperadores y autoridades civiles con el fin de conseguir tolerancia legal para los
cristianos; como también parte de estos escritos se dirigían a judíos y paganos, con la
esperanza de que llegaran a abandonar sus errores. Para el Medievo, a partir del siglo VII, la
apologética sumió la nueva tarea de responder a los musulmanes, y ya para el siglo XIII
Tomás de Aquino contribuyó de modo importante al desarrollo de la apologética con su
“Summa contra Gentiles”. También llamada “contra la verdad de la fe católica contra los
errores de los no creyentes”. En este contexto, la “fe” en estas verdades indemostrables,
sostenía; está garantizada racionalmente en virtud del testimonio de maestros autorizados,
cuya credibilidad esta autenticada mediante profecías y milagros.

Es importante reseñar que, la apologética clásica no estudiaba la revelación como


misterio, pensando que esta reflexión pertenecía a la dogmática. La apologética clásica no
estudiaba la revelación como misterio, pensando que esta reflexión pertenecía a la dogmática.
Es importante resaltar que la apologética no es un arte de la conversión. Muchas de las
ambigüedades que pesan sobre la apologética se deben a la “convicción más o menos
confesada” de que la apologética tiene la tarea de convertir, y ya que millares de lectores han
cerrado las obras de apologética sin haberse convertido, vale la pena acabar con esta ciencia
infiel a su misión.

El conjunto de teólogos reconocen que la naturaleza de la apologética se muestra


como una verdadera teología, pertenece al “habitus” teológico en ejercicio de inteligencia del
dato revelado. Se aplica a comprender ese dato precisamente en cuanto a revelado y
consiguientemente en cuanto digno de fe. Porque si la fe es un acto libre y razonable, la razón
tiene que poder mostrar que no se compromete sin razón. Para expresar la intención primera
de la apologética, los autores tienen formulaciones diversas, pero sustancialmente idénticas:
 La apologética tiene que preocuparse no solamente del objeto de estudio (testimonio
de Cristo, signos de su misión, proyecto eclesial), sino también del “sujeto humano”
ejemplo; Pasca y Blondel dicen que sí la apologética descuidara al sujeto humano, no
tardaría en caer en un extrinsecismo demasiado árido.
 La reflexión apologética sobre el hecho de la revelación es una función eclesial: si la
Iglesia dejara de reflexionar sobre la intervención de Dios en la historia y sobre los
signos de esta intervención se expondría finalmente al peligro del fideísmo. Hay dos
métodos principales de la apologética cristiana. El primero, comúnmente conocido
como la apologética clásica, implica el compartir pruebas y evidencias que muestran
que el mensaje cristiano es verdad. El segundo, comúnmente conocido como la
apologética “presuposicional”, implica el confrontar las presuposiciones (ideas
preconcebidas, suposiciones) detrás de las posiciones anticristianas.

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