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1. HERMENÉUTICA FILOLÓGICA
Crates de Malo en la Escuela Filológica hace analogías de una forma “anómala”, en vez de
buscar las regularidades que excluyan lo contradictorio se buscan las excepciones que
como tales son anomalías. Crates introduce en la filología la interpretación alegórica, cuya
finalidad estriba en eliminar la contradicción entre los testimonios religiosos y una visión
depurada del mundo.
2. LA HERMENÉUTICA EN LA TEOLOGÍA
La hermenéutica teológica se origina como una forma de interpretar la Biblia como texto,
con la finalidad de penetrar bajo la superficie del texto literal a fin de develar lo más
profundo de su significado.
Dilthey dice: “si el intérprete tropieza en su texto con dificultades, dispone para
solventarlas de un recurso de tipo sublime: la conexión que se da en la religiosidad
cristiana viva. Si traducimos esto de la mentalidad dogmática a la nuestra, este valor
hermenéutico de la experiencia religiosa no es más que un caso del principio, según el
cual todo proceso interpretativo implica como un factor, la interpretación con base en la
conexión real”.
En la hermenéutica teológica no hay para qué identificar el contenido del texto, éste ha
sido resuelto desde la selección misma, el contenido se resumen en la precomprensión de
que un texto religioso se encuentra la presencia o palabra de Dios en la existencia
humana. El problema surge en el momento de la interpretación del texto propiamente
dicha.
El jurista interpreta la ley a raíz de la experiencia dejada por la decisión de emitir un juicio
en un momento dado, provoca que en este sentido, la hermenéutica jurídica se vuelva
dogmática frente a la hermenéutica histórica.
Cuando el juez intenta adecuar la ley transmitida a las necesidades del presente tiene
claramente la intención de resolver una tarea práctica. Lo que en modo alguno quiere
decir que su interpretación de la ley sea una traducción arbitraria. También en su caso
comprender e interpretar significa conocer y reconocer un sentido vigente. El juez
intentará responder a la “idea jurídica” de la ley mediándola con el presente. Es evidente
una mediación jurídica. Lo que intenta reconocer es el significado jurídico de la ley, no el
significado histórico de su promulgación. No se comporta, como el historiador, pero sí se
ocupa de su propia historia, que es su propio presente. En consecuencia puede en todo
momento asumir la posición del historiador frente a las cuestiones que implícitamente le
han ocupado ya como juez. Así entendida, la actividad hermenéutica del jurista se vuelve
hermenéutica histórica.
“El historiador que pretende comprender la ley desde su situación histórica original no
puede ignorar su pervivencia jurídica: ella es la que proporciona ella es la que le
proporciona los problemas que a su vez él debe plantearse respecto a la tradición
histórica. En la medida en que el verdadero objeto de la comprensión histórica no son
eventos sino sus “significados”, esta comprensión no se describe correctamente cuando
se habla de un objeto en sí y de un acercamiento del sujeto a él. En toda comprensión
histórica está implicado que la tradición que nos llega habla siempre al presente y tiene
que ser comprendida en esta mediación.
4. HERMENÉUTICA LINGÜÍSTICA
Castilla del Pino: “La hermenéutica del lenguaje pretende ser una antropología del
lenguaje. Y surgió así como parte de una antropología dialéctica…”
La hermenéutica del lenguaje como método, es posterior al momento del acto expresivo,
pues sólo entonces se le puede enmarcar dentro del contexto global y determinar si la
proposición corresponde a la conciencia que se tiene de ella.
El procedimiento o metódica sigue una serie de pasos básicos: “la primera tarea a realizar
en el análisis hermenéutico es la (relativamente arbitraria) argumentación del discurso en
segmentos que se representen de algún modo como contexto. Si una segmentación no es
significativa, debemos remitirnos a contextos más y más amplios, para luego retrotraernos
a componentes más elementales cuantitativamente. La tarea inmediatamente ulterior
radica en los siguientes momentos: a) fundamentación de la inteligibilidad obtenida; b)
determinación de los componentes del contexto; c) determinación de la adecuación o
inadecuación de éstos en orden al propósito inferido del examen global del contexto; d)
sustitución, de la inteligibilidad lograda por la que se deriva ahora del análisis de sus
componentes parciales.
5. HERMENÉUTICA PSICOANALÍTICA
El arte de la comprensión del texto es equipararse con el autor del texto. ¿Cómo se puede
hacer esa equiparación? aún dentro de la propia lengua lo cierto es que el lector tiene que
empezar por hacer suyo el acervo lingüístico del autor a partir de sus obras, y aún más las
peculiaridades de su intención…se trata de comprender a un autor mejor de lo que él
mismo se habría comprendido.
Dilthey apunta: la totalidad de una obra tiene que ser comprendida partiendo de las
palabras y de su combinación y, sin embargo, la comprensión plena del detalle presupone
ya la comprensión del conjunto. Se comienza con una sinopsis de la articulación que se
puede comparar con una lectura ligera, se abarca la conexión entera, se aclaran las
dificultades, y se mantienen todos los pasajes que suministran un atisbo de la
composición; es entonces cuando comienza la interpretación.
El análisis lógico diltheyano del concepto del nexo de la historia representa la aplicación
del postulado hermenéutico de que los detalles de un texto solo pueden entenderse
desde el conjunto, y éste sólo desde aquéllos, pero proyectándolo ahora sobre el mundo
de la historia…En consecuencia el fundamento de la historiografía, es la hermenéutica.
La comprensión cae bajo el concepto del conocer, entendiéndose por conocer, el proceso
en el cual se busca un saber de validez universal.
Proposición 1. Llamamos comprender al proceso en el cual se llega a conocer la vida
psíquica partiendo de sus manifestaciones sensiblemente dadas.
Proposición 2. Por muy diversas que puedan ser las manifestaciones sensiblemente
captables de la vida psíquica, su comprensión debe poseer las características comunes
impuestas por las condiciones, ya indicadas, de este modo de conocer.
Proposición 3. Denominamos interpretación la comprensión técnica de manifestaciones
de vida fijadas por escrito.
La tarea del comprender se basa en el carácter óntico (de ser ahí) original de la vida
humana en sí misma.
El comprender y la interpretación constituyen la estructura existencia del ser del ‘ahí’ por
lo que el sentido debe concebirse como la armazón existenciario-formal del ‘estado de
abierto’ inherente al comprender. Expuesto lo que es el sentido, podemos considerar
como fórmula para identificar esa armazón, el círculo hermenéutico en el sentido
heideggeriano, el círculo del comprender. El círculo del comprender es inherente a la
estructura del sentido, fenómeno que tiene sus raíces en la estructura existenciaria del
‘ser ahí’ en el comprender interpretativo.
El que quiere comprender un texto realiza siempre un proyectar, tan pronto como se topa
con un primer sentido, el intérprete proyecta un sentido del todo. El sentido se manifiesta
porque se lee el texto desde ciertas expectativas, relacionadas a su vez con un sentido
determinado. La comprensión de lo que pone en el texto consiste en al elaboración de
este proyecto previo que, tiene que ser revisado constantemente con base en lo que
resulte, conforme se va avanzando en la penetración del sentido.
Toda revisión del primer proyecto estriba en la posibilidad de anticipar un nuevo proyecto
de sentido; es muy posible que diversos proyectos de elaboración rivalicen unos con otros
hasta que pueda establecerse unívocamente la unidad del sentido: la interpretación
empieza con conceptos previos que tendrán que ser sustituidos progresivamente por
otros más adecuados. Y es todo este constante reproyectar, el cual consiste el movimiento
del comprender e interpretar. La comprensión sólo alcanza sus verdaderas posibilidades
cuando las opiniones previas con las que inicia no son arbitrarias.
Heidegger descarta todos los a priori en la interpretación, y el objeto se aborda taly como
se presenta, tal y como está. Heidegger describe al círculo hermenéutico en forma tal
que la comprensión del texto se encuentre determinada continuamente por el
movimiento anticipatorio de la precomprensión. El círculo del todo y las partes no se
anula en la comprensión total, sino que alcanza en ella su realización más auténtica. El
círculo no es a naturaleza formal, no es subjetivo ni objetivo, sino que describe la
comprensión como la interpretación del movimiento de la tradición y del movimiento del
intérprete. La anticipación del sentido que guía nuestra comprensión de un texto no es un
acto de la subjetividad sino que se determina desde la comunidad que nos une con la
tradición.
Pero en nuestra relación con la tradición esta comunidad está sometida a un proceso de
continúa formación; nosotros mismos la instauramos en cuanto que comprendemos,
participamos del acontecer de la tradición y continuamos determinándolo así desde
nosotros mismos. El círculo de la comprensión no es un círculo metodológico, sino que
describe un momento estructural ontológico de la comprensión.
La ontología de Heidegger establece las bases de la denominada hermenéutica del ‘yo soy’
ésta como hermenéutica filosófica parte del supuesto de que “primero está el ser en el
mundo, luego hay que comprenderlo, después interpretarlo y por último decirlo”.
Para definir los dos momentos de arché y telos, Ricoeur dice: el hombre es el único ser
que es presa de su infancia; un ser siempre en retroceso hacia su infancia; incluso
atenuando el carácter demasiado histórico de tal interpretación pretérita, resulta que
seguimos emplazados frente a una anterioridad simbólica; de esta forma, si interpretamos
el inconsciente como el orden de los significantes claves respecto a cualesquiera sucesos
temporalmente interpretados nos remite a un sentido más simbólico de la anterioridad.
Según Ricoeur durante la infancia se van adquiriendo símbolos que se asientan en el
inconsciente, para manifestarse en cada momento de la historia del individuo. Esta
dialéctica entre espíritu e inconsciente es el objeto de la filosofía reflexiva, que actúa
como hermenéutica filosófica.
Hans.Georg Gadarmer expone: la comprensión es el modo de ser del propio estar ahí. La
hermenéutica designa el carácter móvil del estar ahí, que constituye su finitud y su
especificidad y que por lo tanto abarca el conjunto de su experiencia del mundo. El que el
movimiento de la comprensión sea abarcante y universal está en la naturaleza misma de
la cosa.
Igual que en la conversación con el fin de alcanzar la comprensión, uno se pone en el lugar
del otro para comprender su punto de vista, también el traductor intenta ponerse por
completo en el lugar del autor. El ponerse de acuerdo en una conversación implica que los
interlocutores están dispuestos a ello y que van a intentar hacer valer en sí mismos lo
extraño y lo adverso.