Sunteți pe pagina 1din 11

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

ESCUELA SUPERIOR DE COMERCIO MANUEL BELGRANO

CICLO DE FORMACIÓN ORIENTADA

FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA

Guía nº 3

El sujeto y la razón modernas: sus alcances y límites


Introducción

En la guía número 2, pudimos observar que nuestro actual sistema de derecho opera a partir
de una idea de sujeto, cuyo origen histórico se remonta a la “modernidad ilustrada”, o “edad de la
razón” (siglo XVII y XVIII). También logramos apreciar cómo ese sujeto de derecho distingue
quiénes son capaces o incapaces en función del moderno concepto de razón, el cual, lejos de ser
simple y transparente, es más bien opaco y complejo, y cuya incidencia no ha sido evaluada
completamente en diferentes ámbitos. En esta guía, nos proponemos seguir profundizando el
análisis crítico que iniciamos en la guía anterior, de tal modo que podamos seguir
preguntándonos acerca de la configuración del sujeto que está en la base de nuestro sistema
jurídico.

Críticas a la modernidad: Nietzsche, Marx, Freud

Durante la modernidad, la razón fue colocada en un “trono” no sólo para simbolizar que la
etapa medieval había perdido el suyo, es decir la fe, sino para representar un triunfo: del dominio
de la razón sobre la naturaleza, del progreso y de la emancipación. Ahora bien, durante el siglo
XIX se articularon diferentes críticas a la modernidad, observemos algunas a través del
pensamiento de los denominados “maestros de la sospecha”.
Si tomamos a Nietzsche, no podemos olvidar que, a partir de Darwin, las concepciones
sobre el hombre, y por lo tanto la racionalidad y el conocimiento, deberán ser reinterpretados e
incorporados al proceso de especiación y de adaptación del organismo al medio. Leamos
atentamente el siguiente texto teniendo en cuenta,
En algún apartado rincón del universo centellante, desparramado en innumerables sistemas
solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el
minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras
breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de
perecer. Alguien podría inventar una fábula semejante pero, con todo, no habría ilustrado
suficientemente cuán lastimoso, cuán sombrío y caduco, cuán estéril y arbitrario es el estado en el
que se presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza. Hubo eternidades en las que no
existía: cuando de nuevo se acabe todo para él no habrá sucedido nada, puesto que para ese
intelecto no hay ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana. No es sino
humano, y solamente su poseedor y creador lo toma tan patéticamente como si en él girasen los
goznes del mundo. Pero, si pudiéramos comunicarnos con la mosca, llegaríamos a saber que
también ella navega por el aire poseída de ese mismo pathos, y se siente el centro volante de este
mundo. (p. 17).

Es digno de nota que sea el intelecto quien así obre, él que, sin embargo, sólo ha sido añadido
precisamente como un recurso de los seres más infelices, delicados y efímeros, para conservarlos
un minuto en la existencia, de la cual, por el contrario, sin ese aditamento tendrían toda clase de
motivos para huir tan rápidamente como el hijo de Lessing1 (p. 18).

Ahora bien, en este marco Nietzsche cambia por completo la idea de verdad y se refiere a ella
como “una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria” (p.20) producto de
intento de conseguir un tratado de paz. Este tratado, muestra el carácter convencional que se
utilizan para distinguir lo verdadero de lo falso.

[al hombre] Le cuesta trabajo reconocer ante sí mismo que el insecto o el pájaro perciben otro
mundo completamente diferente al del hombre y que la cuestión de cuál de las dos percepciones
del mundo es la correcta carece totalmente de sentido, ya que para decidir sobre ello tendríamos
que medir con la medida de la percepción correcta, es decir, con una medida de la que no se
dispone. Pero, por lo demás, la “percepción correcta” –es decir, la expresión adecuada de un objeto
en el sujeto- me parece un absurdo lleno de contradicciones, puesto que entre dos esferas
absolutamente distintas, como lo son el sujeto y el objeto, no hay ninguna causalidad, ninguna
exactitud, ninguna expresión… (p. 29).

Solamente mediante el olvido puede el hombre alguna vez llegar a imaginarse que está en
posesión de una Verdad….. ¿Qué es una palabra? La reproducción en sonido de un impulso
nervioso. Pero inferir además a partir de un impulso nervioso la existencia de una causa fuera de
nosotros, es ya el resultado de un uso falso e injustificado del principio de razón (p. 21).

De esta manera, la verdad no es más que un instrumento de poder:

No hay ni "espíritu", ni razón, ni pensamiento, ni conciencia, ni alma, ni voluntad, ni verdad; éstas


no son más que ficciones […] El conocimiento trabaja como instrumento del poder. (Nietzsche, La
voluntad de poder)

Actividades:

1. ¿Qué lugar ocupa el conocimiento humano desde el punto de vista del espacio (lugar en el
universo) y el tiempo (lugar en la historia)?
2. ¿Qué visión se presenta acerca del hombre y el conocimiento?
3. ¿Qué sería la “verdad” en tanto resultado de cierto pacto social, de ficción que trabaja como
instrumento de poder?
4. Analice y explique las críticas a la concepción del hombre y del conocimiento ilustrado que se
desprenden de esta perspectiva.

Ahora, observemos cuál es el lugar de las producciones intelectuales y de la conciencia desde la


perspectiva de Marx:

1
El hijo de Lessing murió al día siguiente de su nacimiento.
En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones necesarias e
independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a un determinado
grado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. Estas relaciones de producción en su
conjunto constituyen la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se erige la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia
social.

El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, político y espiritual
en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino, por el contrario, el
ser social es lo que determina su conciencia. En cierta fase de su desarrollo, las fuerzas
productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción
existentes, o bien, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
propiedad en el seno de las cuales se han desenvuelto hasta entonces. De formas de desarrollo de
las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época
de revolución social. Al cambiar la base económica, se transforma más o menos rápidamente toda
la superestructura inmensa. Cuando se examinan tales transformaciones, es preciso siempre
distinguir entre la transformación material -que se puede hacer constar con la exactitud propia de
las ciencias naturales- de las condiciones de producción económicas y las formas jurídicas,
políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en breve, las formas ideológicas bajo las cuales los
hombres toman conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Del mismo modo que no se
puede juzgar a un individuo por lo que piensa de sí mismo, tampoco se puede juzgar a estas
épocas de revolución por su conciencia; es preciso, al contrario, explicar esta conciencia por las
contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales
y las relaciones de producción. Una formación social no desaparece nunca antes de que se
desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen relaciones de
producción nuevas y superiores antes de que hayan madurado, en el seno de la propia sociedad
antigua, las condiciones materiales para su existencia. Por eso la humanidad se plantea siempre
únicamente los problemas que puede resolver, pues un examen más detenido muestra siempre
que el propio problema no surge sino cuando las condiciones materiales para resolverlo ya existen
o, por lo menos, están en vías de formación. (p. 71-72)

En cualquier época, las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes; [...] Las ideas
dominantes no son otra cosa que la expresión ideológica de las condiciones materiales
dominantes, que han tomado la forma de ideas; no son otra cosa que la expresión de las
condiciones que justamente transforman a esta clase en dominante, por lo tanto, las ideas de su
dominación. [...] No queda entonces ninguna duda: las ideas dominantes son las ideas de las
clases dominantes y no tienen ningún poder independiente del de esta clase”. (Marx, La ideología
alemana)

Actividades:

1) ¿Qué relación existe entre los hombres (la conciencia) y los modos de producción?
2) ¿Cómo explica Marx el lugar de la vida social, política y espiritual?
3) Explique la frase: “Del mismo modo que no se puede juzgar a un individuo por lo que piensa de sí
mismo, tampoco se puede juzgar a estas épocas de revolución por su conciencia”
4) ¿Qué lugar tienen en esta perspectiva la conciencia y la voluntad de los hombres? ¿En qué lugar
quedarían las ideas de “autonomía” y “autoconciencia” propias de la Ilustración?

Ahora analicemos el lugar que ocupa el inconsciente en el pensamiento de Freud, en relación con
la “omnipotencia de la razón” que postulaba Kant.
El psicoanálisis nos ha enseñado que la esencia del proceso de la represión no consiste en
cancelar, en aniquilar una representación representante de la pulsión, sino en impedirle que
devenga conciente. Decimos entonces que se encuentra en el estado de lo inconsciente , y
podemos ofrecer buenas pruebas de que aún así es capaz de exteriorizar efectos, incluidos los que
finalmente alcanzan la conciencia. Todo lo reprimido tiene que permanecer en el inconsciente, pero
queremos dejar sentado desde el comienzo que lo reprimido es una parte de lo inconsciente. (p.
161)

El supuesto de lo inconsciente es necesario y legítimo. (...) Es necesario, porque los datos de la


conciencia son en alto grado lagunosos; en sanos y en enfermos a menudo aparecen actos
psíquicos cuya explicación presupone otros actos de los que, empero, la conciencia no es testigo.
(...) Por nuestra experiencia cotidiana más personal estamos familiarizados con ocurrencias cuyos
orígenes desconocemos y con resultados de pensamiento cuyo trámite se nos oculta. Estos actos
conscientes quedarían inconexos e incompatibles si nos empeñásemos en sostener que la
conciencia por fuerza ha de enterarse de todo cuanto sucede en nosotros (…) (p.162)

Así como Kant nos alertó de que no juzgásemos a la percepción como idéntica a lo percibido
incognoscible, descuidando el condicionamiento subjetivo de ella, así el psicoanálisis nos advierte
que no hemos de sustituir el proceso psíquico inconsciente, que es el objeto de la conciencia, por la
percepción que ésta hace de él. (p. 167)

Entonces,

El hombre ni tan solo es dueño y señor de su propia casa: en su interior hay fuerzas impulsivas que
gobiernan su voluntad y que él desconoce, sólo tiene información escasa y fragmentaria sobre lo
que pasa fuera de su conciencia en la vida psíquica”(Freud, Introducción al psicoanálisis)

Así debemos entender que en Freud, el lugar del yo es la conciencia, y ella es efecto de la
represión. El sentido del yo y de sus actos, la interpretación adecuada, deberán ser buscados
más allá de la conciencia, esto es, en el inconsciente -un inconsciente que resulta, en principio,
inaccesible para el sujeto.

Actividades

1. ¿Cómo entiende Freud al inconsciente? ¿Cuál es su vínculo con lo consciente?


2. ¿Pueden lxs sujetxs “controlar” o “dominar” el inconsciente?
3. ¿Qué implicancias tiene la idea del inconsciente en relación con la noción de razón presente en la
ilustración?
4. ¿Es cognoscible el inconsciente?

Marx, Nietzsche y Freud fueron críticos de la modernidad tal como la concibió la ilustración.
A través de este breve acercamiento a fragmentos de sus obras, podemos apreciar cómo se
critica la moderna concepción de la razón, que la entiende como soberana y dominante de la
naturaleza (Freud); o cómo se critica la concepción moderna (proveniente sobre todo de Kant)
que considera al sujeto como universal (aplicable a toda persona) y a priori (aplicable antes de la
experiencia), señalando que la constitución del sujeto está inmersa en una lucha de poder (Marx y
Nietzsche).
ACTIVIDAD 1: Teniendo en cuenta las críticas a la modernidad antes mencionadas desarrollar
las posibles consecuencias de la crítica de Nietzsche, Freud y Marx a las nociones modernas de
razón, desarrolladas en la guía 2, en los siguientes conceptos: “ universalidad”, “a priori”,
“capacidad crítica racional”, “autonomía”, “pensamiento propio”

Críticas a la modernidad: Escuela de Frankfurt

Aunque la modernidad se propuso, entre otros objetivos, obtener la emancipación humana a


través de la razón, las consecuencias que se obtuvieron fueron contrarias. La razón, entendida
como “bien supremo” y sin conciencia crítica de sí, se convirtió en racionalismo instrumental, que
derivó, por ejemplo, en la planificación racional para aniquilar totalmente poblaciones enteras, y
todo esto articulado desde una “razón de Estado”. “La ilustración, en el más amplio sentido de
pensamiento en continuo progreso, ha perseguido desde siempre el objetivo de liberar a los
hombres del miedo y constituirlos en señores. Pero la tierra enteramente ilustrada resplandece
bajo el signo de una triunfal calamidad2”. En esta cita (perteneciente a Adorno y Horkheimer, dos
miembro de la Escuela de Frankfurt3), se señalan, con cierto tono trágico, la impresionante
desproporción que se produjo entre los objetivos de la ilustración y sus consecuencias, ya que a
través del triunfo de la razón ilustrada, la modernidad se transformó en una “forma civilizada de
barbarie”.

Adorno y Horkheimer han escrito no meramente después, sino fundamentalmente alrededor de la


experiencia del totalitarismo (nazismo, fascismo, stalinismo). Los autores analizan e intentan
comprender las condiciones de posibilidad de esa experiencia, los sentidos que pudieron
abonarla y los efectos de sentido abiertos por las mismas en el ámbito de la historia, de la filosofía
y de la moral. Coinciden en la búsqueda de la patogénesis de esa experiencia en un pasado
científico, filosófico, intelectual y/o cultural de occidente. En el desarrollo de ese diagnóstico, que
recupera la modernidad como figura central de esta patogénesis, encontraremos la referencia al
abandono de la filosofía –única disciplina que puede conducirnos más allá de lo dado, que puede
discutir las cuestiones más relevantes para el hombre, que puede discurrir sobre los fines de las

2
HORKHEIMER, Max, ADORNO Theodor, (1998) Dialéctica de la Ilustración – Fragmentos Filosóficos (España; Trotta) pg 59

3
La Escuela de Frankfurt surgió después de la primera guerra mundial en Europa, en 1923. Plantea reflexionar
críticamente sobre la sociedad burguesa capitalista y estudia, en primer lugar, los límites de la razón moderna. Entre
sus referentes encontramos a Max Horkheimer (Alemania, 1895-1973) que en su obra, Crítica de la Razón
Instrumental, critica la racionalidad moderna que se pretende trascendental y universal heredera de Kant y también
del filósofo alemán Georg Hegel y de la universalidad de la Grecia clásica; razón en cuyo nombre se han cometido
asesinatos, guerras... Él denomina esta razón como instrumental, una razón que pretende el dominio del hombre por
el hombre y la destrucción de la naturaleza bajo los principios de ganancia y explotación de los sujetos en nombre de
la eficacia, la utilidad y el progreso científico y tecnológico, bajo un esquema medios/fines. Estos fines consisten en
mantener el orden establecido (la verdad de las clases dominantes). La racionalidad instrumental convierte a los
sujetos en objetos. Desde esta lógica pueden pensarse Auschwitz, el nazismo, nuestra última dictadura… La
racionalidad propuesta por Horkheimer y su Escuela debe ser crítica, histórica.
acciones-, al imperio del método y los procedimientos en detrimento de la teoría y la denuncia del
dominio como principio motor de la ciencia y de la vida.

Adorno y Horkheimer van a tomar como punto de partida para el análisis la perplejidad que
produce la constatación de que la Ilustración, lejos de acercarnos al reino de la libertad y
hacernos más humanos, nos ha conducido a una barbarie sin precedentes. Resulta innegable
que la Ilustración contiene en sí misma un germen regresivo que puede llevar a la humanidad a
abrazar el despotismo, es decir que la Ilustración pudo destruir las promesas de progreso,
libertad, igualdad y fraternidad.

La enfermedad de la razón es la voluntad de dominio. Esta enfermedad aparece en su voluntad


de controlar lo real. Bacon es un emergente, expresión, síntoma de la misma. El modo en que
presenta el lugar de la ciencia tanto con relación a las cosas como con relación a los hombres, es
patriarcal; saber es poder, y ese deseo de saber debe ser total, “no debe existir ningún misterio,
pero tampoco el deseo de su revelación” (1998: 61).

El temor a la impotencia, a eso que no puede ser controlado, expresado en aquel deseo de
dominio, ha conducido a la Ilustración a eliminar todo lo que no esté previamente determinado en
la posibilidad de ser explicado matemáticamente. Lo real queda reducido a los hechos. Lo que
hay que cuestionar entonces es el sentido mismo de la ciencia, la instrumentalización de la
ciencia burguesa como tal que ha perdido voluntariamente el elemento crítico de la razón,
sosteniéndose como un “instrumento al servicio de lo existente” (1998: 52). Lo que hay que
criticar es el sentido de una ciencia que al quedar sometida a los hechos, ha censurado la
imaginación teórica y de esta manera ha abierto el camino a la locura política.

Esta crítica de la racionalidad instrumental es desarrollada por otro representante de la Escuela


de Frankfurt, Herbert Marcuse, desplazando y resignificando la idea de totalitarismo, de la
siguiente manera:

Desde el primer momento, la libertad de empresa no fue precisamente una bendición. En tanto que
libertad para trabajar o para morir de hambre, significaba fatiga, inseguridad y temor para la gran
mayoría de la población. (...) En virtud de la manera en que se ha organizado su base tecnológica,
la sociedad industrial contemporánea tiende a ser totalitaria. Porque no es sólo “totalitaria” una
coordinación política terrorista de la sociedad, sino también una coordinación técnico-económica
no-terrorista que opera a través de la manipulación de las necesidades por intereses creados,
impidiendo por lo tanto el surgimiento de una oposición efectiva contra el todo. (...)
Se puede distinguir entre necesidades verdaderas y falsas. “Falsas” son aquellas que intereses
sociales particulares imponen al individuo para su represión: las necesidades que perpetuan el
esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. Su satisfacción puede ser de los más grata para
el individuo, pero esta felicidad no es una condición que deba ser mantenida y protegida si sirve
para impedir el desarrollo de la capacidad (la suya propia y la de otros) de reconocer la enfermedad
del todo y de aprovechar las posibilidades de curarla. (...)
Estas necesidades tienen un contenido y una función sociales, determinadas por poderes externos
sobre los que el individuo no tiene ningún control; el desarrollo y la satisfacción de estas
necesidades es heterónomo. No importa hasta qué punto se hayan convertido en algo propio del
individuo, reproducidas y fortificadas por las condiciones de su existencia; no importa que se
identifique con ellas y se encuentre a sí mismo en su satisfacción. Siguen siendo lo que fueron
desde el principio; productos de una sociedad cuyos intereses dominantes requieren la represión.
Estas necesidades tienen un contenido y una función sociales, determinadas por poderes externos
sobre los que el individuo no tiene ningún control; el desarrollo y la satisfacción de estas
necesidades es heterónomo. No importa hasta qué punto se hayan convertido en algo propio del
individuo, reproducidas y fortificadas por las condiciones de su existencia; no importa que se
identifique con ellas y se encuentre a sí mismo en su satisfacción. Siguen siendo lo que fueron
desde el principio; productos de una sociedad cuyos intereses dominantes requieren la represión.
El predominio de las necesidades represivas es un hecho cumplido, aceptado por ignorancia y por
derrotismo, pero es un hecho que debe ser eliminado tanto en interés del individuo feliz, como de
todos aquellos cuya miseria es el precio de su satisfacción. (...)
En última instancia, la pregunta sobre cuáles son las necesidades verdaderas o falsas sólo puede
ser resuelta por los mismos individuos, pero sólo en última instancia; esto es, siempre y cuando
tengan la libertad para dar su propia respuesta. Mientras se les mantenga en la incapacidad de ser
autónomos, mientras sean adoctrinados y manipulados (hasta en sus mismos instintos), su
respuesta a esta pregunta no puede considerarse propia de ellos. (...)
Cuanto más racional, productiva, técnica y total deviene la administración represiva de la sociedad,
más inimaginables resultan los medios y modos mediante los que los individuos administrados
pueden romper su servidumbre y alcanzar su propia liberación. (...) Toda liberación depende de la
toma de conciencia de la servidumbre, y el surgimiento de esta conciencia se ve estorbado siempre
por el predominio de necesidades y satisfacciones que, en grado sumo, se han convertido en
propias del individuo. (...) El rasgo distintivo de la sociedad industrial avanzada es la sofocación
efectiva de aquellas necesidades que requieren ser liberadas —liberadas también de aquello que
es tolerable, ventajoso y cómodo— mientras que sostiene y absuelve el poder destructivo y la
función represiva de la sociedad opulenta. Aquí, los controles sociales exigen la abrumadora
necesidad de producir y consumir el despilfarro; la necesidad de un trabajo embrutecedor cuando
ha dejado de ser una verdadera necesidad; la necesidad de modos de descanso que alivian y
prolongan ese embrutecimiento; la necesidad de mantener libertades engañosas tales como la libre
competencia a precios políticos, una prensa libre que se autocensura, una elección libre entre
marcas y gadgets. Bajo el gobierno de una totalidad represiva, la libertad se puede convertir en un
poderoso instrumento de dominación. (...)
La libre elección de amos no suprime ni a los amos ni a los esclavos. Escoger libremente entre una
amplia variedad de bienes y servicios no significa libertad si estos bienes y servicios sostienen
controles sociales sobre una vida de esfuerzo y de temor, esto es, si sostienen la alienación. (...)
(...) Es verdad que en las áreas más altamente desarrolladas de la sociedad contemporánea la
mutación de necesidades sociales en necesidades individuales es tan efectiva que la diferencia
entre ellas parece puramente teórica. ¿Se puede realmente diferenciar entre los medios de
comunicación de masas como instrumentos de información y diversión, y como medios de
manipulación y adoctrinamiento? ¿Entre el automóvil como molestia y como conveniencia? ¿Entre
los horrores y las comodidades de la arquitectura funcional? ¿Entre el trabajo para la defensa
nacional y el trabajo para la ganancia de las empresas? ¿Entre el placer privado y la utilidad
comercial y política que implica el crecimiento de la tasa de natalidad? De nuevo nos encontramos
ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización industrial avanzada: el carácter
racional de su irracionalidad. Su productividad y eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir
las comodidades, de convertir lo superfluo en necesidad y la destrucción en construcción, el grado
en que esta civilización transforma el mundo-objeto en extensión de la mente y el cuerpo del
hombre hace cuestionable hasta la noción misma de alienación. La gente se reconoce en sus
mercancías; encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, su casa, su equipo
de cocina. El mecanismo que une el individuo a su sociedad ha cambiado, y el control social se ha
incrustado en las nuevas necesidades que ha producido.
Las formas predominantes de control social son tecnológicas en un nuevo sentido. Es claro que la
estructura técnica y la eficacia del aparato productivo y destructivo han sido instrumentos decisivos
para sujetar la población a la división del trabajo establecida a lo largo de la época moderna.
Además, tal integración ha estado pérdida de medios de subsistencia, la administración de
acompañada de formas de compulsión más inmediatas: justicia, la policía, las fuerzas armadas.
Todavía lo está. Pero en la época contemporánea, los controles tecnológicos parecen ser la misma
encarnación de la razón en beneficio de todos los grupos e intereses sociales, hasta tal punto que
toda contradicción parece irracional y toda oposición imposible.
No hay que sorprenderse, pues, de que, en las áreas más avanzadas de esta civilización, los
controles sociales hayan sido introyectados hasta tal punto que llegan a afectar la misma protesta
individual en sus raíces. La negativa intelectual y emocional a «seguir la corriente» aparece como
un signo de neurosis e impotencia. Este es el aspecto sociopsicológico del acontecimiento político
que caracteriza a la época contemporánea: la desaparición de las fuerzas históricas que, en la
etapa precedente de la sociedad industrial, parecían representar la posibilidad de nuevas formas
de existencia. (p. 31-40)

ACTIVIDAD 2:
- Explicar por qué el cumplimiento de los objetivos de la ilustración son una “forma civilizada de barbarie”.
- En base a lo leído intenta explicar qué estaría queriendo transmitir la pintura que ves.

- TITULO “El sueño de la razón produce monstruos”(Goya)

Frente al éxito atroz del proyecto moderno, los integrantes de la Escuela de Frankfurt se
propusieron realizar una crítica profunda de la modernidad y por ello una crítica a la constitución
del sujeto moderno. Para tal fin recurrieron no sólo a “los maestros de la sospecha” (Nietzsche,
Freud, Marx) sino también a los análisis provenientes de la sociología, como los análisis de
Weber. Max Weber (Alemania, 1864-1920) afirma que la modernidad se puede caracterizar como
un proceso de creciente racionalización burocrática del mundo social. La burocracia es un pilar
fundamental del moderno Estado de derecho ya que permite diferenciar, entre otras cosas, la
esfera político-administrativa de otras esferas o niveles (la religión, la economía, etc). Para
Weber, la creación del estado de derecho ha ido acompañada por la creación de una burocracia
que da sentido y estructura organizativa a la ley. Todos los sistemas organizativos eficaces se
basan en una burocracia: el Estado, la empresa e incluso las Iglesias (el sacerdote no deja de ser
el burócrata de la fe). Sin burocracia no hay racionalización, ni sociedad basada en la ley. La
burocratización es “la nueva servidumbre”, porque es la servidumbre a la ley. Weber utilizaba una
metáfora para capturar ese proceso de racionalización y burocratización que se daba en la
modernidad; Weber llamaba a ese proceso, “la jaula de hierro”.

El siguiente fragmento refleja el juicio a Eichmann, un funcionario del nazismo encargado de


llevar adelante el plan de “expulsión” (y luego exterminio) de personas (mayoritariamente judíos).
Lee atentamente y luego responde las consignas de la actividad:

“FISCAL: Usted nos declaró que su trabajo en Austria fue el que le dio las mayores satisfacciones y le
hizo saborear las alegrías de la creación. ¿Es exacto? - EICHMANN: Sí, es cierto. - FISCAL: Usted me
confirma que, en la práctica, lo que hacía en Austria en esa época consistía en la expulsión forzada de
los judíos – EICHMANN: Se trataba de una emigración controlada y metódica – FISCAL: ¿Es exacto
que declaró usted que se trataba de una “emigración forzada”? – EICHMANN: sí, la emigración forzada
significaba la emigración acelerada – FISCAL: Y en el curso de tal emigración los judíos perdían sus
bienes, ya que no podían llevar nada consigo. ¿Es realmente así? EICHMANN: Es exacto, pero no es
culpa mía. FISCAL: Sea como fuere, los judíos jamás recuperaron un céntimo ¿no es cierto?
EICHMANN.- Es enojoso, pero no es culpa mía FISCAL: Para todo cuanto tiene que ver con la
organización de la emigración forzada, ¿usted era considerado por sus superiores como un especialista
confirmado?- EICHMANN: Sí. La emigración es un terreno muy complicado…Yo no tenía nada que ver
ni con las unidades especiales ni con los comandos [que exterminaban personas] en Polonia. No hacía
ese tipo de cosas, no era mi misión. Pero en el marco de las nuevas consignas del comisario del tercer
Reich para el refuerzo del pueblo alemán, debía programar desde Berlín los planes de transporte
ordenados…Esa era mi misión. Que la gente fuera ejecutada o no… había que obedecer las
órdenes según el procedimiento administrativo.

ACTIVIDAD 3

- Explicitar las ideas de racionalización del mundo moderno

- Explicar cómo funcionan las ideas de racionalización del mundo moderno en el testimonio de Eichmann,
en el Juicio al que fue sometido

Críticas a la modernidad: Michel Foucault

Si para Kant, el pensador más representativo de la ilustración, el sujeto es universal, y a


priori, para Michel Foucault será lo contrario. Para Foucault, el sujeto no es a priori ni universal,
no es a-histórico. El sujeto para Foucault es algo que se construye históricamente, es algo
inventado, es decir, el sujeto no está atado a una verdad trascendente y única. El sujeto siempre
es histórico, situado. La razón moderna no es una razón única; antes bien, se trata de una
construcción histórica, la cual puede ser analizada y criticada. Es por ello que cuando Foucault
habla de “la razón” trata, más bien, de indagar cuáles son los saberes y poderes que han
constituido históricamente “esa” idea de razón y no “otra” (o “cierta” idea de sujeto y no otra, como
por ejemplo sucede con los “locos y los cuerdos” etc.) En fin, se trata de estudiar cómo el sujeto
(o la razón) se han constituido históricamente. Y la forma de estudiarlos es desarticulando
discursos y prácticas concretas, bajo la certeza de que no existe un orden universal único,
transparente y dado; no hay Verdad ni Objetividad fuera de sus determinaciones históricas.

Frente a la imposibilidad ya de hablar de un sujeto y una razón en sentido moderno,


podemos hablar de sujetos, subjetividades, sostiene Foucault. La pregunta que debemos
hacernos, según Foucault, es: ¿qué discursos constituyen a los sujetos y a la razón en cuanto
tales? ¿qué discursos constituyen al Derecho en cuanto tal? Para Foucault hay que dejar atrás
las preguntas “esencialistas” como “qué es el hombre” o “qué es el derecho”.

ACTIVIDAD 4

- Señalar las diferencias teóricas entre la posición de Kant y Foucault sobre el concepto de sujeto
y la idea de racionalidad.

El legado de la Ilustración: ilustrar a la ilustración

¿Deberíamos afirmar que todo el proyecto de la modernidad es una causa perdida, o podrían
reconocerse elementos recuperables en el proyecto Ilustrado? La Escuela de Frankfurt y Michel
Foucault sostienen, que aun es posible recuperar ciertos elementos de la modernidad:

● Hay que “ilustrar a la ilustración sobre sí misma” y tratar de encontrar en la crítica de la


modernidad misma los elementos genuinos que permitan seguir transitando el proyecto
moderno sin caer en posturas posmodernas o premodernas.
● Retomar de Kant la idea de la ilustración como tarea cuya divisa es “atrévete a conocer”,
como una actitud en la que los sujetos aceptan, desde su madurez, la tarea de construirse
a sí mismos cuestionando toda forma de obediencia ciega. La modernidad conlleva una
crítica permanente de nuestro ser. Se trata, según Foucault, de problematizar
históricamente al sujeto moderno kantiano: un sujeto, que intenta ir más allá de los límites
que lo sujetan, de los dispositivos que lo controlan.. Así, el sujeto debe realizar una crítica
de lo que es, de sus límites históricos impuestos y experimentar la posibilidad de ir más
allá de ellos para dar forma a su cuota de libertad.
● Vigilar los abusos de poder político que devienen de una racionalidad entendida como
única que comprendería, a su vez, un Derecho y un Sujeto de Derecho únicos.
● La razón no es lo contrario a la no-razón: no es que haya que tomar partido por un
irracionalismo sino que hay que suponer racionalidades múltiples históricamente
construidas. Se trata de preguntarnos, en cada caso, a qué tipo de racionalidad
pertenecen las prácticas y discursos que analizamos o que vivimos, y, en tal sentido, a qué
intereses en el campo de lucha de lo social benefician y qué efectos producen.
● Evitar los universales antropológicos y un humanismo que haga valer los derechos de un
ser humano como verdad intemporal e inmediata del sujeto
● No hay sujeto de conocimiento que garantice una objetividad del conocimiento. Tampoco
existe la normalidad; el concepto de lo normal es una construcción histórica. Debemos
estudiar al sujeto en prácticas concretas en las que se constituye a sí mismo como sujeto
de conocimiento y en las que se construye su relación con el Derecho y la Verdad.

ACTIVIDAD 5
- ¿Qué consecuencias socio-políticas se derivan de la postura que sostienen Michel

Foucault y la Escuela de Frankfurt?

BIBLIOGRAFÍA

HORKHEIMER, Max, ADORNO Theodor, (1998) Dialéctica de la Ilustración – Fragmentos Filosóficos (España; Trotta)

WELLMER Albrecht (1993), “Sobre la dialéctica de modernidad y postmodernidad” (España; La balsa de la Medusa”)
FOUCAULT, Michel (1988a) [1966] Las palabras y las cosas. (Méjico:Siglo XXI).

FOUCAULT, M. (1979) Microfísica del poder. (España:La Piqueta).

Marx, K. “Prefacio a la contribución a la crítica de la economía política”. En Sociología y filosofía social.


Barcelona, Península, 1968.

Nietzsche, F., Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1872), Traducción de Luis M. Valdés y Teresa
Orduña, Madrid, Editorial Tecnos, 1998.

Freud, S., “Lo inconciente” (1915) En: Obras Completas. Volumen XIV. Amorrortu editores. Buenos Aires, .

S-ar putea să vă placă și