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criminales
Proyecto de ‘acogimiento judicial’ llega este miércoles al Congreso.
Como lo había revelado este diario, las obligaciones de los miembros de bandas y, en
general, de organizaciones criminales que pretendan someterse a la justicia podrían dar
lugar a rebajas generales de hasta un 40 por ciento de la pena y la posibilidad de
conservar hasta un 5 por ciento de los bienes ilegales por entregarlos en extinción de
dominio (figura que existe y que tiene un tope máximo de 2.500 salarios mínimos
mensuales vigentes).
Según fuentes consultadas, ese beneficio se aplicaría para las bases, siempre y cuando
no sean responsables de delitos graves, de tal manera que la sola pertenencia al grupo
implique ir a una cárcel. Y en todo caso, los responsables de delitos graves como el
narcotráfico y los homicidios, y las cabezas de la banda, tendrán que pasar varios años en
prisión. En el caso de los grandes capos, las penas difícilmente podrían quedar por debajo
de los diez años.
A diferencia de la propuesta inicial del Gobierno, en la que llega al Congreso, y que debe
ser el banderazo para el inicio de la entrega de la banda de ‘los Úsuga’, la Fiscalía no
cumplirá ningún papel negociador con esas organizaciones.
Los eventuales acercamientos los conducirá, entonces, un delegado del Ejecutivo y en todo
caso queda claro que no dan lugar a ningún beneficio político, pues se trata de
organizaciones de la delincuencia común.
Las condiciones
Para lograr cupo en esa negociación, las bandas deben entregar un documento escrito
manifestando “su voluntad de sujetarse colectivamente a la justicia” y entregar
“información precisa que permita identificar la estructura del grupo armado
organizado, su área de influencia y expansión territorial, su modo de operación y el
número total de sus integrantes”.
También, relación de los delitos que serán reconocidos colectiva o individualmente, “en
especial lo relacionado con actos de corrupción y la vinculación de servidores públicos en
ellos; tráfico de estupefacientes, lo que incluye rutas de narcotráfico, lavado de activos y
ubicación de plantaciones; participación de menores en las actividades del grupo armado
organizado; minería criminal y tráfico de armas”.
El Gobierno exigirá que entreguen información sobre las víctimas de sus delitos y la
entrega de toda la información de los “bienes que han sido obtenidos producto de la
comisión de conductas punibles y que serán entregados en el marco de la sujeción a la
justicia”, así como de otras fuentes de financiamiento. Hay exigencia expresa de develar
“información de los testaferros del grupo y sus miembros”.
El modelo está pensado para realizar audiencias colectivas contra al menos 50 personas por
sesión y para terminar los procesos en poco más de un mes. Las víctimas tendrán el derecho
de participar en los procesos y presentar las oposiciones a beneficios y propuestas
contempladas en la ley.
Como ya se había señalado, los que vayan presos podrán optar a programas de
educación y formación de proyectos productivos que podrían financiarse con una
parte de las fortunas que entreguen las bandas.
El proyecto irá por fast track, pues es complementario a las normas de paz. Así, la versión
que irá al Congreso agrava las penas para los miembros de las bandas que atenten contra la
implementación de los acuerdos de La Habana.
También les pone dique a polémicas decisiones de jueces de garantías de las regiones
afectadas por el poder de esos grupos criminales al dejar cualquier decisión sobre libertades
en la jurisdicción de las ciudades donde se realicen las imputaciones de cargos.
El ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, radicó este martes ante el Congreso el proyecto
de ley de pequeños cultivadores de coca, que al ser resultado de los acuerdos en La Habana,
se tramitará vía fast track.
El tema del área de los cultivos ilícitos de supervivencia campesina será clave en el debate.