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DESARROLLO PSICOSOCIAL
Subtemas
Lectura 18
Comentario
El autor de la siguiente lectura realiza un interesante análisis sobre los factores de riesgo y
problemas sexuales que aparecen durante la adolescencia, dando a conocer que muchos
adolescentes en esta etapa comienzan a ser sexualmente activos y que, en algún momento de la
adolescencia, practican el sexo a edades más tempranas (antes de los 16 años) y experimentan una
serie de patrones de conducta a lo largo del tiempo. Asimismo, que la actividad sexual temprana
también se relaciona con otros comportamientos de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol y
drogas, la delincuencia y los problemas escolares.
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Lectura ligeramente resumida y adaptada con fines didáctico tomada de: Santrock, J. (2003). Psicología del
desarrollo en la infancia (7a. ed.). McGraw-Hill Interamericana. 392-394. Recuperado de
http://ebookcentral.proquest.com/lib/bibsipansp/reader.action?docID=3193997&query=psicologia+del+des
arrollo
Curso: Psicología del Desarrollo
segmento de edad en el que se producen los comportamientos sexuales está mucho más
restringido.
La mayoría de los jóvenes están sanos. Sin embargo, cada año se registran más de 2,6 millones de
defunciones en la población de 15 a 24 años. En la adolescencia, los principales problemas de salud
vienen provocados por la práctica de comportamientos de riesgo. Los accidentes, el consumo drogas
y las prácticas sexuales de riesgo, junto con los suicidios, constituyen las principales causas de
morbilidad y mortalidad entre los adolescentes.
El incremento habido en este periodo parece estar relacionado con el de prácticas sexuales de
riesgo: una iniciación sexual más precoz, mayor número de parejas sexuales y no uso del
preservativo o de otras medidas anticonceptivas.
Si bien la actividad sexual supone una actividad necesaria para la procreación, también es cierto que
conlleva riesgos considerables si no se toman las precauciones necesarias (Kely, 2002). Los jóvenes
se enfrentan a dos tipos de riesgos: los embarazos no previstos ni deseados y las enfermedades de
transmisión sexual. Ambos peligros pueden reducirse notablemente con el empleo de métodos
anticonceptivos. A pesar de que el embarazo no es un riesgo para los adolescentes homosexuales,
sí deben enfrentarse al peligro que suponen las enfermedades de transmisión sexual, al igual que
los jóvenes heterosexuales.
Resulta prometedor que los adolescentes utilicen cada vez más los métodos anticonceptivos. De
esta manera, el empleo de estos métodos por parte de las adolescentes en su primer encuentro
sexual aumentó del 48 por 100 al 65 por 100 durante la década de los ochenta (Forrest y Singh,
1990). En 1995, el uso de anticonceptivos en el primer contacto sexual alcanzó el 78 por 100. Dos
tercios de este porcentaje hacen referencia al uso del preservativo. Una adolescente sexualmente
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activa que no emplee anticonceptivos posee un 90 por 100 de posibilidades de quedar embarazada
en un año (Alan Guttmacher Institute, 1998). El método que se utiliza con mayor frecuencia es la
píldora anticonceptiva (44 por 100), seguido por los preservativos (38 por 100). Aproximadamente
el 10 por 100 emplea un anticonceptivo inyectable, 4 por 100 eligen la interrupción del coito y un 3
por 100 se decanta por un dispositivo intrauterino (Alan Guttmacher Institute, 1998).
Aproximadamente un tercio de las adolescentes que utilizan preservativos, también toman la
píldora o practican la interrupción del coito.
A pesar de que el uso de anticonceptivos por parte de los adolescentes va en aumento, muchos
adolescentes sexualmente activos no los emplean, o lo hacen de forma irregular (Ford, Sohn y
Lepkowski, 2001). Los adolescentes más jóvenes y sexualmente activos suelen tomar menos
medidas anticonceptivas que los de mayor edad. Los primeros, además, suelen emplear
preservativos o practicar la interrupción del coito, mientras que los mayores se decantan,
normalmente, por la píldora o el diafragma. En un estudio, más chicas adolescentes que chicos
afirmaban haber cambiado su comportamiento y haber adoptado prácticas sexuales más seguras
(Rimberg y Lewis, 1994).
RIESGOS
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Tammy tiene 15 años y acaba de asistir a una charla en su clase de educación para la salud. Cuando
sale del aula, habla con una amiga mientras caminan por el pasillo:
«¡Qué clase más asquerosa! No puedo creerme que puedas coger todas esas enfermedades con el
sexo. Creo que la profesora intentaba asustarnos. Dedicó mucho tiempo a hablar del sida, y a mí me
han dicho que la gente normal no se infecta de sida, ¿no? Sólo los homosexuales y los drogadictos
se infectan. Y también me han dicho que la gonorrea y la mayoría de las enfermedades sexuales se
pueden curar, así que no sé a qué viene tanto problema si coges una enfermedad de ésas». Las ideas
de Tammy sobre las enfermedades de transmisión sexual —que sólo las tienen los demás, que se
pueden curar fácilmente y sin daños, que son demasiado asquerosas para que los jóvenes hablen
de ellas y, por supuesto, para que las padezcan— son frecuentes entre los adolescentes. Tammy se
equivoca: los adolescentes también corren el riesgo de contraer alguna de estas enfermedades de
transmisión sexual. Con el fin de ahondar en estas enfermedades, consulta el recuadro
«Pensamiento crítico».
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Curso: Psicología del Desarrollo
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son enfermedades que se contraen, principalmente,
a través del contacto sexual. Este contacto no se limita al sexo vaginal/sino que incluye también los
contactos oral-vaginales y anal. Las ETS son un problema de salud que va en aumento. Se calcula
que, aproximadamente el 25 por 100 de los adolescentes sexualmente activos contraen alguna ETS
cada año (Alan Guttmacher Institute, 1998).
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Curso: Psicología del Desarrollo
Entre las principales ETS que los adolescentes pueden contraer se hallan las infecciones bacterianas
(como la gonorrea y la sífilis), la clamidia, y dos ETS de origen vírico: el herpes genital y el sida
(Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). En el Cuadro 15.1 se describen estas enfermedades.
El sida
En las últimas dos décadas, ninguna otra ETS ha ejercido tanta influencia en el comportamiento
sexual, o ha sido la causa de más temores, que el sida, una enfermedad de transmisión sexual
causada por un virus, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que destruye el sistema
inmunológico del cuerpo. Tras haber entrado en contacto con el virus, un individuo se encuentra
indefenso ante gérmenes que un sistema inmunológico normal podría destruir.
Invitación a reflexionar.
Según la lectura: