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Mentiras que parecen verdad

por: Yusselys Daza Gámez 000307058

El siglo del yo “La ingeniería del conocimiento”, es una película documental


inglesa dirigida por Adam Curtis que se enfoca la familia de Sigmund Freud,
particularmente en su hija (pionera de la psicología para niños) y su sobrino, quien
practicó una admirable influencia en la forma en que los gobiernos y las
comunidades pensaron y trataron con las personas a lo largo de todo el siglo XX.

Esta película nos muestra las atrocidades de la segunda guerra mundial,


resaltando lo insensato del sentido humano tomando en cuenta casa una de las
violaciones dadas durante el holocausto, dado esto se puede confirmar la teoría
de Freud acerca de la existencia de estas fuerzas absurdas bajo la capa de
aparente normalidad de la mente. Esto se evidencio gracias a muchos de los
casos de soldados que sobrevivieron a esta catástrofe, pero con traumas, estos de
cierta manera necesitaban sobre llevar aquello y es en ese momento donde la hija
de Freud se convierte en uno de los mayores índices del psicoanálisis
concentrándose en estos soldados.

Durante estos años, como se muestra en el documental, el psicoanálisis fue


tomando fuerza, sobre todo en el ámbito político, pero se derrumba en el momento
en el que se busca manejar las mente y recuerdos de las perdonas utilizadas para
la prueba. Se evidencia en esa época, que el psicoanálisis había sido utilizado
como un medio para un din corrupto y de manipulación de los individuos y de la
sociedad, haciéndola creer que era cada vez más libre para elegir en un mercado
que, de hecho, se había creado para mantenerla controlada y consumiendo y la
herramienta fundamental para lograr que la sociedad respondiese a los
imperativos del mercado fue el psicoanálisis y sus derivados, especialmente los
grupos de discusión.
Sigmund Freud, fue el fundador del psicoanálisis, cambió la apreciación de la
mente humana. Su influencia en este siglo fue profunda y en la serie se describe
las formas en que las relaciones públicas y los políticos han usado esta teoría
durando los últimos años tratando de controlar a la peligrosa multitud en una era
de libertad donde nos hacemos preguntas acerca del consumismo moderno y sus
implicaciones, obligándonos a cuestionar la forma en que nos vemos a nosotros
mismos, la moda y la superficialidad.

Esto es así tanto que el siglo de yo, del individual, nos revela uno de esos secretos
maravillosos que cuando uno los descubre y entiende ya nada, para bien o para mal,
vuelve a ser lo mismo. Es una puerta abierta al conocimiento sociológico profundo. Este
además es un secreto realmente demoledor: allá donde se crees que una persona libre
puede tomar siempre sus propias decisiones libremente, lo que hay en realidad es una
persona cuyas decisiones, en un buen porcentaje de ocasiones, no son más que el fruto
de una serie de ideas que otras personas han pensado previamente.

No por azar, claro, sino para que este individuo piense, sienta y actúe conforme a
lo que esas otras personas esperan de él. Y lo esperan no por capricho, sino para
que sus privilegios sociales no desaparezcan, y sus intereses, políticos y
económicos, no dejen nunca de satisfacerse. Para que, en definitiva, se convierta
en un fiel siervo de su poder.

“El siglo del individualismo”, aunque suene duro decirlo, esto muestra que,
estamos lejos de ser tan libres como se cree, estamos tan cerca de ser un esclavo
al servicio de unos amos con nombres y apellidos que de ser un sujeto
verdaderamente libre

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