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Víctimas de delitos: que comprenderían a toda aquella persona que individual o colectivamente haya
sufrido algún daño, incluyendo lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera
o menoscabo sustancial de derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones que
violen la legislación.
Clases de Víctimas
1 – Completamente culpable, precipitadora. Víctima provocadora. ...
Víctima provocadora
Participación: Contribución exclusiva de la víctima al hecho victimizante no punible
Ejemplo: Agresor que muere “víctima” del agredido que se defiende legítimamente
Víctima voluntaria
Participación: Mayor o menor contribución al hecho
Ejemplo: Causación de la muerte de/a enfermo incurable, por su propio deseo (homicidio-suicidio)
Victimario es aquel que, por su accionar, convierte a otro ser vivo en víctima (alguien que
sufre algún tipo de daño por culpa de otro sujeto o por una situación azarosa). Las ideas
de victimario y víctima, por lo tanto, funcionan por oposición.
LA VICTIMOLOGIA
Disciplina criminológica que estudia el papel que la víctima desempeña con relación al delito y
las consecuencias que el delito ocasiona en las víctimas
Disciplina criminológica que estudia el papel que la víctima desempeña con relación al delito y
las consecuencias que el delito ocasiona en las víctimas.
Fines de la victimología
Entre los fines principios y fines que persigue la victimología, se tienen los siguientes
- La victimología debe desarrollar un análisis detallado del papel que desempeña la víctima en
el desencadenamiento del hecho criminal.
- Analizar los posibles modelos en torno a la asistencia jurídica, psicológica y terapéutica a las
víctimas.
- Debe examinar la criminalidad real a partir de los informes de la victimas sobre delitos no
perseguidos, a través de las encuestas de victimización.
- Debe estudiar los sistemas de indemnización a las víctimas y también que se tienda a su
aprobación legal.
Definición de víctima
Aquellas personas que individual o colectivamente han sufrido daños físicos o psíquicos,
pérdida financiera, patrimonial o menoscabo en sus derechos fundamentales como persona,
todo ello independientemente de que la Justicia juzgue o no al delincuente o de la relación entre
víctima y agresor.
Una víctima es un ser humano sufriente por un suceso traumático accidental o por el daño
provocado por otro ser humano.
Componente objetivo. Una víctima es cualquier persona que haya sufrido directa o
indirectamente (en el caso de sus familiares cercanos) un hecho traumático producido por un
accidente, una catástrofe natural o una agresión humana, independientemente de que haya sido
declarado formalmente como delito por parte de la Justicia.
Componente subjetivo. Una víctima es la persona que, en función del suceso traumático,
experimenta una interferencia negativa en su vida cotidiana (reacciones emocionales graves,
incapacidad de rehacer su vida, dificultades para establecer proyectos de futuro, etc.).
Se considera víctima al ofendido por el delito. Así como también se puede decir que es aquella
persona que ha sufrido el menoscabo a sus derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana.
Victimogénesis
Estudia los factores que predisponen a ciertos individuos a tener más riesgos que otros de ser
objeto de delitos. Se analizará la conducta de la víctima que pudiera tener relación con un
incremento del riesgo de serlo.
- Situacionales.
- Socio-económicos
Victimización primaria
La víctima sujeto pasivo de un delito tiene una experiencia personal que le acarrea unas
consecuencias físicas, psicológicas (ansiedad, angustia, abatimiento, miedo a que se repita,
culpabilidad, etc.), de índole económico y las relacionadas con su entorno social.
Proceso por el cual una persona, sufre de modo directo o indirecto, daños físicos o psíquicos
derivados de un hecho delictivo o acontecimiento traumático.
Victimización secundaria
Aquellos supuestos en los que la victima ha de rememorar los hechos en virtud de los cuales
ha sido victimizada. Normalmente esta victimización secundaria se produce ante la
administración de justicia, los cuerpos y fuerzas de seguridad… por ejemplo; cuando tiene que
contar lo que ha sucedido.
Las víctimas tienen una NUEVA EXPERIENCIA que puede llegar a ser MÁS CRUEL que la
VICTIMIZACIÓN PRIMARIA, cuando LAS INSTITUCIONES que deberían protegerla no la
comprenden, no la escuchan, le hacen perder el tiempo, el dinero e incluso pueden sentirse
acusadas (Violación, ostentación de objetos de valor, etc.)
Victimización terciaria
Básicamente es la victimización, anterior o posterior al acto ilícito penal, cometido por el propio
delincuente.
Tipos:
- 1.- Victimización policial: Pueden ser torturas, malos tratos o vejaciones sufridas por los
delincuentes en los regímenes totalitarios e incluso en los democráticos (en determinadas, raras
y puntuales circunstancias).
- 3.- Victimización pos penitenciaria: Por el rechazo de la sociedad a los que han cumplido
condena y por el mantenimiento de la red de relaciones mantenidas en la cárcel.
Refiere al conjunto de costes de la penalización tanto sobre quien la soporta en propia persona
como sobre terceros. Y la victimización terciaria procede, principalmente, de la conducta
posterior de la misma víctima; a veces, emerge como resultado de las vivencias y de los
procesos de adscripción y etiquetamiento, como consecuencia o "valor añadido" de las
victimizaciones primaria y secundaria precedentes. Y también se dice Victimización terciaria: la
dirigida contra la comunidad en general, es decir contra la población total. También se denomina
a los efectos que sufren los familiares y amigos de las víctimas.
Como conclusión deducimos de esta sumaria revisión, que la perspectiva del estudio
victimológico rebasa el aborde criminológico, interesando también al derecho penal y a otras
disciplinas que se preocupan por la asistencia de la victima que requiere ayuda, por lo que se
justificaría su autonomía. Es imposible desconocer que el hecho de ser victima, sea como
consecuencia de un evento criminal o de una acción no delictiva, genera problemaspsicológicos,
sociales, económico, de salud, entre otros, que debe afrontar la persona agraviada, y que
trasciende el ámbito criminológico, penal y penitenciario.
1.2.2. Victimología penal
Es prácticamente la temática que abordan criminólogos y penalistas preocupados en el problema
victimológico.
Desde este punto de vista, el objetivo de la victimología es desarrollar, a través del estudio en
profundidad de la victima, un conjunto de reglas generales y de principios comunes que
contribuyan al progreso y evolución de las ciencias criminológicas y jurídicas, facilitando la
comprensión del fenómeno criminal, de la dinámica criminógena y de la personalidad del
delincuente.
La Victimología penal abarca los siguientes caracteres:
El estudio del papel desempeñado por las victimas en el desencadenamiento del hecho
criminal.
La indagación de los temores profundamente sentidos en determinados grupos sociales a la
victimización
La problemática de la asistencia jurídica, moral y terapéutica a las victimas
El examen de la criminalidad real, a través de los informes facilitados por las victimas
de delitos no perseguidos
La importancia de la victima dentro de los mecanismos de reacción de la justicia punitiva y
de determinación de las penas.
Naciones Unidas habla de tres formas de prevención del delito: primaria, secundaria y
terciaria. La prevención primaria del delito es la actividad previsora del crimen dirigida
a la población sana, que es aquella que no ha delinquido y a la población que se halla
en situación predelictual. La prevención secundaria del delito es la que se aplica en los
jóvenes menores de edad con problemas de conducta y también en los delincuentes
jóvenes adultos, que son los sujetos comprendidos entre los dieciocho, veintitrés y
veinticinco años de edad. La prevención terciaria, por último, es la que se dirige hacia el
hombre delincuente para evitar su reincidencia y lograr su reinserción social.
La doctrina propone tres maneras de prevención del delito: por la vía legislativa, por la
vía judicial y por la vía administrativa. La primera forma, legislativa, puede ser, en primer
lugar, con un carácter de prevención general: El Estado, por medio de la ley, ordena o
prohíbe una forma de conducta. Su esencia justificativa, su razón de ser, se halla incluso
en la formulación lógica de la norma jurídica: Debes ser A, y si no eres A, debes ser B.
O sea, debes proceder en tal forma, y si no procedes de esa forma serás castigado. Se
trata del carácter intimidante de la norma. De modo que cada vez que se cometa un
delito, ha fracasado la finalidad preventiva, por intimidatoria, de la norma jurídico-penal,
propiamente de la pena.
Legalmente puede hacerse una suerte de «prevención especial» del delito. Ello tiene
lugar cuando, mediante la norma jurídica, se previenen determinadas posibilidades
delictivas. Puede citarse el caso de Inglaterra, verbigracia, donde se creó el delito de
inasistencia de alumnos a la escuela, o sea, la deserción escolar.
En Venezuela han sido aprobadas algunas leyes representativas de esa forma de prevención.
Una de ellas, por ejemplo, la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público, para afrontar la
corrupción administrativa. Otra es la Ley sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, con
el fin de repeler el consumo y tráfico de drogas.
Por vía judicial, la prevención del delito se lleva a cabo de acuerdo con las características del
infractor. Suele ocurrir que, aun cuando las penas sean severas, no intimidan a los sujetos en
situación francamente predelictiva, virtualmente delictiva. Se cita como referencia clásica lo
ocurrido con los bandoleros en Roma a finales del siglo XVI. Es el caso que en cinco años (de
1590 a 1595) fueron ejecutados más de mil facinerosos y la consecuencia fue el aumento del
bandolerismo romano.
En cambio, cuando la persona no se halla en situación predelictiva, la severidad de la pena
suele actuar como un factor preventivo. Es el caso de los conductores de automotores. La
dureza de las penas previstas para infracciones de tránsito hace que estas se reduzcan. He allí
un ejemplo de prevención general por vía judicial.
Otra forma de llevar a cabo la prevención por vía judicial puede ser la aplicación de medidas
predelictivas a sujetos que un penalista italiano consagrado, Rafael Garófalo, consideraba en
situación de «temibilidad», que después se denominó «peligrosidad» y hoy se llama
«desviación».
Es el caso de nuestra malhadada Ley sobre Vagos y Maleantes, nacida en España en 1933 y
copiada en Venezuela, para su afortunada derogatoria en 1997. En realidad, ese instituto legal
se regía por disposiciones de índole administrativas y no judiciales. Tales circunstancias, unidas
a razones penitenciarias e incluso sociológicas, trajeron consigo las críticas terminantes que se
formularon contra esa ley.