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Las acciones sirven para enseñar, las palabras solo para informar. Si quieres que
tu hijo aprenda de ti debes predicar con el ejemplo. Tus hijos te observan más de lo que
tu imaginas. ¿Cuáles son algunas cosas que tu hijo aprenderá de ti? Aquí te damos
valiosos consejos de cualidades que seguro te gustará que tu hijo aprenda.
Por ejemplo, puede que los padres les digan a sus hijos que tienen que ser
respetuosos y decir siempre la verdad; no obstante, si se gritan entre sí o les gritan a
ellos y mienten para librarse de obligaciones tediosas, les están enseñando que así es como
deben comportarse los adultos.
«Imitar a los padres constituye una de las formas de aprendizaje más eficaces para los niños»
Doctor Sal Severe
No es fácil para los padres siempre mantener el control, no hay padres perfectos, y la
verdad es que a veces los hijos prueban la paciencia de sus padres hasta el límite.
Algunos padres se sorprenden de cómo sus hijos hacen que pierdan los estribos,
aun si estos tienen un buen carácter y autocontrol.
Pero ¿cuál será la solución para dar siempre un buen ejemplo? Recuerda que quieres dar un
buen ejemplo, pero no eres perfecto y ellos tampoco. Trata de enseñar una lección
positiva de cada error que cometas.
Si los niños me sacan de quicio o tomo una mala decisión que los afecta, admito mi error y me disculpo.
Mis hijas han aprendido a pedir perdón cuando se equivocan.»
-Una madre-
Que alguien con autoridad diga una cosa pero haga otra irrita a los niños tanto o
más que a los adultos. Por consiguiente, pregúntate al final de cada día: ¿Qué lección
he enseñado hoy a mis hijos? ¿Cuáles son algunas cosas que mi hijo aprenderá de mí?
Buen Ejemplo
Respeto
Aunque es necesario que los padres hablemos continuamente con nuestros hijos
sobre la importancia de ser corteses y respetuosos, es mucho más importante que
nosotros mismos lo seamos. Por ejemplo: dar las gracias a sus maestros, realizar
labores en la casa como limpiar el cuarto o hacer la cama o recoger los juguetes
les inculcará el deseo de ser agradecidos y a la vez a ser respetuosos.
Les enseñé a respetar a su madre, y lo hice con el ejemplo, pues nunca hablaba mal de ella.
Walter, Padre de Familia
Honradez
Ver que sus hijos aprenden a ser honrados es una gran alegría para cualquier
padre. De seguro los padres quieren dar un buen ejemplo. Primero, los cónyuges
deben ser francos y sinceros el uno con el otro. No deben caer en vicios como el
coqueteo o la pornografía. Segundo, la honradez en el trabajo y en la familia será un
ejemplo positivo y duradero.
Amor
Ten la costumbre de decirles a tus hijos que los quiere. Demuéstrales que son muy
importantes para ti. Muchos hijos ya adultos recuerdan cuando sus padres les leían
todas las noches o les contestaban todas sus preguntas.
Y nunca podrán olvidar cuando
antes de irse les daban un abrazo y un beso de despedida.
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A veces, se nos escapa un «¡Cállate!» o un «¡Es que lo que haces es molestar!». Palabras
que lanzamos en un grito y al instante, se nos rompe el alma a pedazos. Porque
sabemos que no lo hemos hecho bien, que han podido más los nervios que la
paciencia…
Nadie es inmune al error en la crianza y en la educación. La supermamá y el superpapá no
existen, son solo personas que de vez en cuando, dicen y hacen lo que no deben.
A veces es por puro agotamiento, por estrés o puede que incluso, por la
inexperiencia de los primeros años.
No debemos autoflagelarnos con ello. En el momento en que percibamos que no hemos
tratado bien a nuestro hijo o hija solo cabe una solución: pedir perdón y enmendar. Curar el
desconcierto, sanar el llanto y poner esa tirita en el corazón con la cual, demostrar a
los niños que a veces mamá y papá también se equivocan.
Te proponemos reflexionar sobre ello en «Eres Mamá». Estamos seguros de que te
servirá de ayuda.
Todo ello es muy loable. Sin embargo, hay algo que debemos tener claro.Educar no
es obsesionarnos en lo que nosotros «queremos». Sino en lo que el niño necesita. Cada día
con ellos es nuevo y es un desafío. Se volverán demandantes, curiosos, insistentes
e incluso desafiantes.
Es normal que a veces, cometamos errores con ellos. Nadie dispone del manual
perfecto de la educación. No obstante, sí que hay unos ejes vertebradores que no
podemos descuidar.
Lo que tu hijo requiere de ti es PACIENCIA
Si no tienes paciencia, plantéate antes si de verdad deseas tener hijos. Porque
nada en este mundo va a requerir de ti tanto afecto, consideración, empatía, amor
y tolerancia que un niño. La paciencia no se aprende en un libro. La paciencia se tiene o no se
tiene.
Las madres y los padres que no tienen una actitud paciente se vuelven exigentes.
La exigencia crea en el niño estrés e inseguridad personal. Hay que tener en cuenta que cada criatura
tiene su ritmo de maduración, sus tiempos, sus necesidades. Si les exigimos cosas que, sencillamente,
no pueden darnos estaremos frustrando aún más su crecimiento.
Como buena madre que eres lo notarás de inmediato. Ese vínculo íntimo y firme que os une es el que
provoca que te des cuenta de que no lo has hecho bien. De que le has fallado. De que te han podido los
nervios del momento o que la estrategia que has aplicado no era la adecuada.
A veces, hacemos cosas pensando que es por el bien de ellos. Sin embargo, al poco, nos damos
cuenta de que no es así. Si tu hijo teme a la oscuridad no hay que ironizar diciéndole que ya es
demasiado mayor para esas tonterías. Si se hace pis por la noche no hay que reñirle.
Todo ello son pequeños ejemplos de esos fallos que los padres, las madres,
tenemos casi sin querer.
Los adultos debemos pedir perdón cuando no hacemos algo bien. Es una obligación y un
derecho para con nuestros hijos. Ello no nos hará más falibles ante nuestros hijos, nos hará ser
«personas», padres y madres que anteponen el bienestar de sus hijos para hacerles ver que los
aman. Y que cada día, desean ser mejores para ellos.
Ten en cuenta ahora todos esos aspectos en que de vez en cuando, fallamos.
Conductas y errores que son comunes en la crianza y educación de los hijos.
Defraudas a tus hijos cuando no les sirves de modelo con lo que predicas.
No le digas que es torpe, que «él no puede», «que él no sabe». Enséñale tú a que sí pueda.
Nunca le digas «me estás molestando». Mejor coméntale algo tan sencillo como «mamá está ocupada
ahora, espera un momento y estaré contigo».
No lo harás bien cuando dejas sin responder una sola de sus preguntas.No importa que sean
muchas, que sean extrañas o sin sentido. Para tu hijo tu opinión cuenta y es lo que necesita: que seas su
guía. Su voz para todas sus dudas…
Los niños llegan a este mundo como lienzos en blanco, unos lienzos listos para
crear la mejor de las obras. Los niños son todo amor y por eso mismo es no solo
necesario sino casi vital que se les hable con amor desde el momento cero que
llegan a nuestras vidas. En el vientre materno muchas madres hablan a sus bebés para que
sepan cómo es su voz y sientan su amor.
Cuando un niño está en nuestros brazos no debe ser diferente, ni tampoco a
medida que va creciendo. Para proporcionar un buen desarrollo emocional y
cognitivo a los hijos, hay que hablarles con amor. Cada vez que le mires a los ojos
y estés nerviosa o enfadada… recuerda que esos ojos inocentes te están diciendo algo muy
importante: ‘Mamá, háblame con amor’.
Hablar con amor significa sonreír mientras se habla, hablar desde el cariño y el amor y no hacerlo
Las palabras de afecto serán necesarias para
desde el miedo o para crear miedo.
aprender a entender las emociones, para poner nombre a lo que se siente y
comprender lo que los demás están sintiendo en cada momento. La empatía
empieza en los niños cuando se les habla con amor.
Los niños necesitan bonitas palabras
Hablar con amor a los hijos es algo que debemos hacer desde que están en el
útero materno, ya que es a partir del tercer trimestre cuando el bebé escucha lo
que ocurre a su alrededor y empieza a darse cuenta de las voces que son
conocidas e importantes para él.
Los niños pequeños necesitan tener un buen equilibrio emocional, donde las
emociones son más importantes incluso que la ropa que lleva puesta. Ellos
sentirán la seguridad y la confianza de sus padres a través del lenguaje emocional,
es decir, del lenguaje de amor.
Si un niño crece carente de palabras emocionales y llenas de amor, entonces sufrirá un
desequilibrio en su desarrollo que estará lleno de vacíos.
Si piensas que no eres el todo hábil para usar el lenguaje emocional con tus hijos,
tendrás que conectar con tu corazón y además, es importante trabajar la paciencia
y estar sanado emocionalmente.
Conecta con tus hijos olvidando las órdenes o los castigos, permíteles formar parte de las decisiones o
consecuencias
Háblale con amor y dile cada día todo lo que le quieres, pero además de decirlo… también es importante
que lo demuestres
Quizá alguna vez te hayas sentido mal cuando tu hijo toma la posición contraria a lo que acabas
Son muchos los niños que luchan
de decir, es probable que sientas que te está desafiando.
contra la autoridad y que tienen problemas para seguir los límites o las reglas.
Parece que quieran faltar al respeto a los demás llevando la contraria
constantemente o queriendo imponer su voluntad.
Cuando un hijo te desafía puede ser difícil de identificar. Si tu hijo/a parece que está
siguiendo las reglas al principio pero después hace otra cosa diferente, puedes sentir que es una
Cuando un adulto se siente frustrado ante las contestaciones o
forma de desafío.
actuaciones de los niños, en ocasiones no se está seguro de cómo responder.
Ser omniprescentes y evitar que nuestros hijos sufran, a toda costa, es muy
perjudicial para su desarrollo.
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La autoestima es uno de los bienes intangibles más apreciados del ser humano. Sin ella,
somos incapaces de realizar una valoración positiva de nosotros que nos permita
desarrollarnos en el ámbito social. Además de auto protegernos, y amarnos.
Nadie nace sabiendo cómo ser madre, padre, tío, abuelo, etcétera a la perfección. Y
puesto que entendemos esto, te contamos a continuación cómo puedes evitar
ciertos hábitos con tus hijos para cuidar mejor de su autoestima, e incluso,
fortalecerla.
¿Alguna vez te has sentido mal por ver a tu hijo con baja autoestima? ¿Eres de las
que procura protegerlos del mundo a capa y espada constantemente?¿Cuándo fue la última
vez que permitiste que tu hijo hiciese algo que quería hacer, incluso en tu
compañía?
La vida puede resultar un camino bastante complejo y es necesario saber ser un buen
guía para los más pequeños para ayudarlos a crecer.
La autoestima ayuda a construirnos a nosotros mismos.
Escenario posible #1
La niña nos comenta que desea ser astronauta cuando sea mayor. A continuación,
comenzamos a darle vueltas al asunto y cometemos algunos errores como:
1. Querer ayudarle tanto en las tareas escolares relacionadas a las ciencias del espacio que acabemos
haciéndoselas nosotros por completo, creyendo que al tenerlas »perfectas» ella será mejor. (Es bueno
participar activamente en las tareas de nuestros hijos pero también debemos darles espacio para pensar
y resolver cuestiones por sí mismos. No debemos fomentar la dependencia)
2. Sí, le compramos libros y telescopios para ver las estrellas pero no le permitimos armarlo por sí
misma, sino que se lo hacemos nosotros. (Una cosa es supervisar desde cierta distancia cómo lo va
armando y otra es inutilizarla por completo haciéndoselo todo nosotros)
3. No la llevamos al planetario ni a ningún curso sobre ciencias del espacio, sino que la dejamos con sus
en casa, porque allí »está mejor cuidada». (El exceso de protección limita muchísimo a los niños, los
vuelve inseguros, ansiosos y por supuesto, baja su autoestima.
Resultado:la pequeña no puede imaginar ya que va a ser astronauta porque le
hemos saboteado el sueño. Al procurarle todo lo que creemos que necesita, en
realidad coartamos sus posibilidades de desarrollo y con ello, su autoestima.
Escenario posible #2
La niña nos comenta que desea ser astronauta cuando sea mayor. Sin importar lo
realista o no que pueda parecernos este sueño, procedemos a lo siguiente:
1. Colaboramos con ella cada vez que nos solicite ayuda para alguna tarea escolar relacionada con el
espacio y la tecnología espacial.
2. Le procuramos un telescopio/libro/juguete/etcétera relativo al tema de su sueño y permitimos que lo
explore por sí misma desde el primer momento. Si tiene algún inconveniente, podemos ayudarle, pero no
intervenir del todo en el proceso. Lo importante es que ella aprenda por sí misma y que se sienta
guiada, no intervenida ni inutilizada.
3. Evaluamos mejor la propuesta de ir al planetario o iniciar un curso de ciencias del espacio. Si tenemos
las posibilidades ¿por qué no apuntar a la niña? En caso de que resulte malo, al menos ella no se sentirá
con una »tarea pendiente» en el futuro cuando vuelva a pensar en ello.
¡OJO! Si no tenemos las posibilidades de realizar una actividad, lo mejor siempre será
y procurar pasar tiempo de calidad con nuestra hija, en el cual ella
buscar alternativas
pueda desarrollarse. Por ejemplo: ¿por qué no organizar una noche de películas
espaciales?
¿Qué pasa si no les permites cometer errores?
Si los niños no pueden cometer errores y les sobreproteges para que evitar que
tenga una mala experiencia o cometan errores en general, no podrán desenvolverse en
la vida y se convertirán en personas dependientes.
e incluso, puede que malo. Pensarán que
También tendrán un autoconcepto pobre
cometer errores es algo malo porque »duele».
Por ello, no debes de robarles la oportunidad de aprender de los errores, de
admitir que están equivocados y de darles la oportunidad, y la satisfacción, de
solucionar las cuestiones.
Enséñale a tus hijos hacer las cosas de la mejor forma posible y a ser
responsables de sus acciones. Así podrán tener una visión saludable de los errores y se
darán cuenta de lo útiles que son, te lo agradecerán toda la vida y te sentirás más a
gusto contigo misma. ¡Ánimo!
Siempre que llego a casa y le pregunto a la señora que me ayuda cómo se han portado los niños,
la respuesta es siempre la misma: se han portado muy bien como siempre.
¿A cuántas mamás les pasa lo mismo? ¿Por qué será que cuando estás con ellos
se portan tan mal? ¿No se supone que soy su mamá y que no hay nadie más en el
mundo que se preocupe tanto de ellos como yo? ¿Esto es solo conmigo? ¿Estoy
haciendo algo mal?
Este es un comportamiento típico de niños pequeños, que están aprendiendo a controlar sus
Ellos ven en ti un lugar seguro para probar y ser ellos
emociones y expresarlas.
mismos, por eso es importante que le enseñes los límites. Debes exponérselos
claramente y esta es una tarea que requiere paciencia y amor.
Un informe falso dio la vuelta al mundo y afirmaba que los niños se portan un 800%
peor con las madres. En definitiva, planteaba esa eterna pregunta: ¿Por qué los
niños se portan peor en presencia de las madres?
La falsa investigación indicaba que un niño puede llegar a comportarse hasta un 800% peor si la
madre está presente,
todo eso gracias a las feromonas. Según Dr. KP Leibowitz,
supuesto autor de la investigación, “los niños huelen las feromonas de las madres y
modifican su comportamiento. Esta es una reacción natural del cuerpo de una
madre, pues la expele para que su hijo las respire y sepa que la madre está cerca
de él y se sienta protegido y seguro”.
Las madres siempre piensan que ese comportamiento del niño se debe a que
pasan más tiempo juntos entre ellos, porque quieren llamar la atención, porque le
consientes más o porque como mamá siempre le vas a amar aunque armen el
mayor berrinche del año.
Ahora bien, como madre eres el puerto seguro para tu hijo, ellos se sienten más cómodos
estando contigo,
saben que siempre vas a estar a su lado para ayudarle y protegerle,
hay un fuerte vínculo emocional entre tú y tu hijo.
Los niños se sienten en confianza cuando está
mamá
No se necesita un estudio para saber que los niños se portan peor en presencia de
las madres. Existen estas dos teorías al respecto:
Confianza: tus hijos pasan mucho tiempo contigo, esto ha sido así tradicionalmente y todavía hoy en día
sigue ocurriendo. Esto genera una confianza hacia ti mucho mayor que con cualquier otra persona de su
entorno. Esta relación de confianza hace que relajen su conducta y, en ocasiones, den rienda suelta a
sus emociones.
Los niños demandan tu atención: tus hijos, sobre todo cuando están en edades muy tempranas, no
quieren molestarte a propósito, no planean estrategias para sacarte de quicio. Ciertas conductas como
llorar, patalear o gritar, no es otra cosa que una llamada de atención hacia ti. Necesitan de todo el cariño
y afecto que puedas darle, incluso cuando le das mucho, ellos necesitan más.