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Derecho a la educación y solidaridad

«Todos los hombres, de cualquier raza, condición y edad,


en cuanto participantes de la dignidad de la persona,
tienen el derecho inalienable de una educación, que
responda al propio fin, al propio carácter, al diferente
sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones
patrias, y, al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones
fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la
El ejercicio real y efectivo
tierra la verdadera unidad y la paz»
del derecho a la educación
exige solidaridad.

El derecho a la educación es un derecho ampliamente Sociedad


reconocido en declaraciones internacionales de Además de los derechos de los padres y de aquéllos a
derechos humanos y en las constituciones de muchos quienes confían parte en la educación, ciertas
países. obligaciones y derechos corresponden también a la
Responsabilidad en educación de infancia sociedad civil, en cuanto a ella pertenece disponer todo
y juventud lo que se requiere para el bien común temporal.
La responsabilidad en la educación de la infancia y la Libertad de elección de escuela y
juventud recae en diversas instituciones sociales, cada subsidiaridad
una en su ámbito: Organización Social De La Educación
Familia Es el reconocimiento efectivo de la libertad de los
El hogar es el lugar adecuado para la educación en las padres en la elección de la escuela donde han de
virtudes y en la fe.
ser educados sus hijos.
Escuela
ESTE DERECHO PUEDE VERSE DIFICULTADO
La Escuela. Es un ámbito privilegiado de educación que
DE DIVERSOS MODOS pero el estado, entonces,
continúa y facilita a los padres su deber primario en la
educación de sus hijos. debe garantizar la libertad de educación, amparo
Iglesia jurídico y económico a todas las personas, siempre
Como Madre que es, la Iglesia está obligada a dar a sus pendiente de no obstaculizar ni absorber la
hijos una educación que llene su vida del espíritu de libertad de los padres en la elección de escuelas
Cristo y a promover el bien de la sociedad para sus hijos, esto por el principio de
subsidiaridad. La iglesia por tanto aconseja que no
deben existir monopolio de escuelas que se
opongan a los derechos, y que el poder público
debe distribuir las ayudas para que los padres
ejerzan su libertad de elección.

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