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Conducción en estado de ebriedad,

principio de oportunidad e investigación


administrativa disciplinaria policial, por Neil
Hurtado Castillo
FUENTE: LEGIS.PE

¿Qué sucede cuando un efectivo de la PNP conduce un vehículo


motorizado en estado de ebriedad? Sabemos que se trata de un delito y de
un hecho que ameritará una investigación administrativa disciplinaria ante
el órgano de control. Respecto al delito, el tipo (descripción del delito) está
contenido en el artículo 274° del Código Penal, que contiene distintos
verbos rectores (conduce, opera o maniobra vehículo motorizado). Sin
embargo, sólo me referiré a la conducta de conducir vehículo motorizado
con presencia de alcohol en la sangre mayor de 0.5 g/l, cuya pena privativa
de libertad es no menor de 6 meses ni mayor de 2 años.

He delimitado el análisis sólo al supuesto de conducir en estado de


ebriedad sin ocasionar lesiones graves o la muerte (forma culposa), ya que
para el caso de lesiones y muerte la pena privativa de libertad tiene como
extremo mínimo 4 años y como máximo 8 años, lo que no permitiría la
aplicación del principio de oportunidad.
El principio de oportunidad ha sido estipulado en el artículo 2° del NCPP
donde señala las reglas de incoación. La única prohibición que existe
respecto a su aplicación en funcionarios o servidores públicos (PNP)
radicaría en que el ilícito se cometiera en el ejercicio del cargo. Por
ejemplo, en el caso de que un policía maneje ebrio un patrullero asignado
para su servicio y sea intervenido. Ahora bien, lo casos comunes de
conducción en estado de ebriedad se dan cuando están de franco y con
sus vehículos particulares.

Al ser detenidos y puestos a disposición de la CIA PNP, son llevados a


pasar el examen de dosaje etílico y paralelamente se va redactando la nota
informativa que será dirigida a la IG. Ya con los resultados (mayor a 0.5
g/l) y la presencia de un abogado civil que NO conoce el régimen
disciplinario PNP les asesora y dice que deben allanarse o solicitar la
aplicación del principio de oportunidad ante el fiscal. Pero el gran
problema radica en que tal decisión va a ser letal para su trabajo, ya que el
Código MG 94 de la Ley 30714 (Régimen Disciplinario PNP) sanciona con
el pase al retiro conducir un vehículo en estado de ebriedad. Es decir, no te
van a denunciar penalmente, pero te vas a quedar sin trabajo.

Y esto es otro problema, de los tantos, que se generan al penalizar el


derecho administrativo. Resulta que las vigentes corrientes que orientan el
derecho Penal han establecido a través de criterios de Política criminal que
existen casos que aún la conducta (activa u omisiva) siendo típica,
antijurídica y culpable no habría necesidad de sanción penal. Es decir, aun
habiéndose cometido el delito no sería conveniente condenar al imputado
porque no se cumpliría con un fin rehabilitador y resocializador. Un
ejemplo de lo que menciono, entre otros, sería la excusa absolutoria (art.
208° Código Penal) y la exención de pena (art. 68° Código Penal). Ojo que
la incorporación del principio de oportunidad también tiene su origen en
estos criterios de política criminal y de derecho penal premial.

No obstante, en el Régimen Disciplinario de la PNP no se ha tomado en


cuenta este tipo de criterios, lo que genera una incongruencia, ya que, por
un lado, no se denuncia al efectivo (proceso penal), pero se quedará sin
trabajo (procedimiento disciplinario) sin tener en cuenta que hay familia de
por medio y otras consecuencias que se vuelven, en buena cuenta, más
perniciosas que soportar la sanción penal. ¿No que el derecho penal es
la ultima ratio y por tanto más severo?

Ahora bien, del escenario planteado nos permite realizar la pregunta:


¿conviene pasar el examen de dosaje etílico o no? Creo que sí se debe
pasar el examen de dosaje etílico, ya que no pasarlo en el proceso común
te genera la atribución de otro delito de desobediencia (art. 368° Código
Penal). Para el Régimen Disciplinario de la PNP negarse a pasar dicho
examen también significa el pase al retiro (MG 94). El mensaje que se
transmite también dice lo siguiente en el proceso penal por respetar el
ordenamiento y someterte al dosaje etílico, el fiscal no va a denunciarte (te
premia) habrá un acuerdo, pero eso es otro tema. Pero según el Régimen
Disciplinario, si pasas el dosaje y sale con un grado mayor al permitido te
paso al retiro, sin embargo, si te niegas a pasarlo también te paso al retiro.

En cambio, si el efectivo pasa el examen de dosaje etílico y aún saliendo


con un resultado mayor a 0.5 g/l podría tratar de impugnarse a través de
la contraprueba donde se pedirá un nuevo examen a la sangre amparados
en las directivas sobre la materia. Lo que podría brindar una oportunidad
de defensa mayor por defectos de forma y fondo. Por otro lado, también
podría frenarse los actos realizados por el órgano de control, como ser
sometido a un proceso sumario y que el órgano de control con mayor
rapidez pase al retiro a los efectivos con la famosa prueba de traslado, es
decir, piden los actuados de las comisarías y muchas veces sin actuar
ningún medio de prueba propio (que es obligatorio) se les pasa al retiro.

Finalmente, creo que debió otorgarse en el Régimen Disciplinario (Ley


30714) una especie de beneficio para el efectivo que se acoja al principio
de oportunidad (proceso penal) y no pasarlo al retiro como se está dando
en la actualdiad. Podría haberse dispuesto que se le imponga sanción de
rigor o en el peor de los escenarios el pase a disponibilidad, pero bajo
ningún extremo el pase al retiro. En ese sentido, como una cuestión de lege
ferenda(propuesta de modificación de la Ley) debería modificarse en este
extremo el Régimen Disciplinario, ya que se está dando un trato desigual
ante la Ley y por ante la Ley.

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