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Economía chilena crece 6,3% en 2005

Alcanza su mayor expansión desde 1997


Edición del 24 de Marzo de 2006

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Un importante crecimiento registró la economía chilena durante 2005, al alcanzar un Producto Interno Bruto
de 6,3 por ciento según informó hoy el Banco Central.

Se trata de la cifra más alta registrada desde 1997, cuando llegó a 6,6 por ciento.

El instituto emisor informó que la demanda interna mostró un robusto crecimiento de 10,1 por ciento en el
cuarto trimestre y de 11,4 por ciento en el 2005, apoyado en las bajas tasas de interés y mejores expectativas
de los consumidores chilenos.

En su informe trimestral, el instituto emisor detalló que las exportaciones aumentaron 5,3 por ciento entre
octubre y diciembre, mientras que en todo el 2005 los envíos se incrementaron 6,1 por ciento, de la mano de
los históricos altos precios del cobre, principal exportación del país.

En los últimos tres meses del año pasado las importaciones subieron 17 por ciento en comparación con igual
lapso del 2004, mientras que en el 2005 crecieron 20,4 por ciento.

La "formación bruta de capital fijo" o inversión aumentó 19,7 por ciento en el cuarto trimestre y 24,7 por ciento
en todo el 2005.

Según indicó a Reuters el decano de la facultad de Economía de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, "las
cifras reflejan un buen crecimiento y son un favorable augurio para el 2006".

"Los precios internacionales (materias primas) están muy sólidos, al igual que la demanda interna,
especialmente de la inversión que viene a anticipar un mayor aumento de la capacidad productiva y de las
ventas por parte de los empresarios", agregó.

Para el 2006 el Banco Central ha pronosticado que la economía chilena crecerá en un rango de entre 5,25 por
ciento y 6,25 por ciento, algo por debajo de la cifra de 2005.

Fuente: La Tercera

El saldo de 2005
El PBI de Chile creció un 6% estimado durante 2005, alentado principalmente por elevado precio
internacional del cobre y por un crecimiento de aproximadamente el 11,5% en la demanda interna.
En efecto, las exportaciones superaron los US$ 39 500 millones en el año (un aumento del 23.4%),
favorecidas por el impulso de China en la demanda internacional del cobre: su precio promedio anual en 2005
se estima un 27% superior al del 2004. (Cada centavo promedio que aumenta el precio del cobre significa
alrededor de US$ 121 millones adicionales para Chile.) En el sector interno, la inversión y el consumo de
bienes durables arrojaron los aumentos más importantes (24.7% y 27.7% respectivamente en el tercer
trimestre) y fueron los motores destacados en el crecimiento del PBI.
La inflación alcanzó el 3.7% en diciembre, impulsada principalmente por los precios del sector alimenticio.
La cifra se encuentra dentro del rango meta del Banco Central (entre el 2% y el 4%). En tanto, el tipo de
cambio real cerró el año con una caída estimada en el 10.3%. El tipo de cambio nominal, que flota libremente
en este país, mostró una tendencia a la apreciación durante la mayor parte del año y en 2005 alcanzó los 514
pesos, un 10.7% menor al año pasado.

Factores del crecimiento sostenido


Chile se destaca particularmente por el crecimiento estable y sostenido que ha experimentado durante las
últimas décadas. En particular, el PBI crece a un promedio del 6% desde 1985 y el porcentaje de población
bajo el nivel de pobreza pasó del 38.6% en 1990 al 18.7% en 2003.
El crecimiento se explica a través de múltiples factores. En primer lugar, se destaca el escenario propicio a la
inversión. En este escenario se observa una política monetaria y fiscal estable, a pesar de los cambios de
gobierno. (De hecho, la flamante presidente electa, si bien se manifiesta seriamente preocupada por el elevado
nivel de desigualdad, asegura la continuidad del modelo económico liberal impulsado por Ricardo Lagos)
Esto, entre otros resultados, genera una mayor confianza en los inversores extranjeros en el momento de
decidir en qué país invertir.
Por otra parte, la apertura económica favoreció el ingreso de nuevas tecnologías desde el exterior, las cuales
fueron adoptadas en el país generando un incremento en la productividad y en la absorción de conocimiento.
Asimismo, en los últimos años, Chile se vio favorecido por el boom en el precio del cobre, que representa
cerca del 50% del total de sus exportaciones.
Además, un sólido sistema financiero, como el chileno, permite orientar eficientemente el ahorro hacia el
sector productivo, por lo que también constituye un factor de relevancia para impulsar el crecimiento. En este
sentido, como explicamos a continuación, el mercado de capitales chileno es considerablemente atractivo a
nivel internacional, alentando la inversión extranjera en el país.
Chile y el mercado internacional de capitales
La deuda externa chilena en moneda extranjera es calificada por las agencias internacionales con la letra A, lo
que la sitúa dentro del selecto grupo de países calificados como de “grado de inversión”.
Esto le permite a Chile endeudarse en moneda extranjera a una tasa sólo superior en 70 puntos básicos a la
tasa de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, lo cual contrasta con la situación de sus vecinos
Argentina y Brasil, que se endeudan a una tasa superior a la del Tesoro de los Estados Unidos en 480 y 290
puntos básicos, respectivamente.
Asimismo, la buena calificación obtenida por los títulos del gobierno permite que las corporaciones privadas
también accedan a crédito internacional a tasas muy bajas, lo cual se refleja en la importante participación de
la deuda de sociedades no financieras, que representa el 44% del total de la deuda externa bruta.
La calificación de la deuda se ve respaldada por políticas fiscales y monetarias coherentes y estables que han
permitido mantener la inflación dentro de las bandas fijadas por el Banco Central en su política monetaria, y
por un extenso período de crecimiento sostenido y estabilidad política.
Asimismo, la deuda externa total de Chile como porcentaje del PBI se mantiene dentro de parámetros
sostenibles para una economía de sus características. Por otro lado, la deuda del Gobierno Central como
porcentaje del PBI ha disminuido en los últimos años, con vencimientos de capital e intereses para los
próximos años que no comprometen las finanzas públicas.
Uno de los peligros que presenta la economía chilena es su estrecha base económica, que depende
considerablemente de las fluctuaciones en el precio del cobre. De todas formas el gobierno, anticipando esto,
se ha comprometido a mantener un superávit fiscal del 1% del PBI que actuará como fondo anticíclico en
caso de ser necesario reducir la volatilidad del ciclo.

Perspectivas y desafíos
El sistema financiero recibiría este año el impacto de la segunda reforma al Mercado de Capitales, cuyo
proyecto de ley ingresó en 2003 al Congreso y se estima que debería salir durante este año. Michelle Bachelet
también enfrenta un desafío en la necesidad de reforma del sistema de pensiones, un tema del que se habló
intensamente durante la campaña electoral.
En el sector real, el PBI crecería cerca del 5.5%, algo menos que lo que creció este año (6%). El impulso
principal provendría nuevamente de la inversión, que aumentaría cerca del 9.5%, alentada por megaproyectos
en el área de minería y por la necesidad de las empresas de incrementar la capacidad instalada. El consumo,
en tanto, arrojaría un incremento cercano al 5.7%, favorecido por una disminución de 4 puntos porcentuales
en el desempleo (que se estima en 8% para diciembre 2005), y por el aumento en los salarios reales y de la
oferta de crédito.
La leve desaceleración estimada está relacionada con las perspectivas inciertas en el sector externo. Si bien
los términos de intercambio serían favorables, la producción de cobre a nivel nacional está cayendo: la
disminución fue del 1.8% interanual en el segundo trimestre, y del 3.6 en el tercero. Según el Banco Central,
esto se debió a problemas técnicos transitorios del sector y a condiciones climáticas desfavorables, por lo que
se espera que la producción vuelva a aumentar este año, si bien moderamente. Por otra parte, la apreciación
del tipo de cambio, que ha generado reclamos por parte del sector exportador, tendría un efecto contrario al
elevado nivel de precios de los commodities. Se estima que las exportaciones crecerán sólo un 3.7% este año.
En tanto, la inflación alcanzaría el 5% en el primer trimestre de 2006, debido a los valores negativos que
arrojó en el mismo período de 2005. Sin embargo, luego comenzaría a disminuir, debido a una caída esperada
en el precio del petróleo y a que el aumento de la demanda interna se verá provocado por la inversión más que
por el consumo.
En síntesis, se estima que la economía chilena se desacelerará levemente durante 2006 pero que, de todas
formas, su tasa de crecimiento superará el 5% por tercer año consecutivo. Por otra parte, la solidez de su
sistema financiero y la estabilidad en su sendero macroeconómico minimizan el efecto que esta
desaceleración pueda tener en la economía en el mediano plazo.
La economía chilena: 2007-2008
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Ángel Soto es Profesor dela Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes (Chile).

El inicio del 2008 no ha sido auspicioso para la economía chilena. Con nostalgia se comienza a
hablar del modelo chileno, que hoy más bien podría ser objeto de estudio para historiadores que
ejemplo a seguir en la región. Efectivamente, al 7,8% de inflación 2007 —que sorprendió hasta
las proyecciones más pesimistas de los economistas al registrar la inflación más alta de los
últimos 12 años— se suma un crecimiento de sólo un 4,8%, muy por debajo de las expectativas
planteadas a comienzos del año pasado. En materia de transparencia, se descendió del puesto 20
al 22. En competitividad mundial se bajó del lugar 23 al 26, a lo que se suman caídas en
rankings de competitividad minera y tecnológica.

Mientras tanto, la semana pasada la bolsa chilena cayó 1 5,22% registrando la mayor baja desde
la crisis asiática. Si bien esta caída se debe en parte importante a la baja de las ventas
minoristas en Estados Unidos y las pérdidas de Citigroup que hicieron caer los mercados
mundiales, también es una señal de alerta para una estancada economía chilena. Situación
preocupante no sólo por lo que ello significa para este subdesarrollado país, sino porque la duda
es ¿cómo impactará a esta nación la recesión norteamericana?

Hay quienes piensan que la diversificación de la economía chilena servirá para amortiguar el
impacto sin que golpee el crecimiento, y le afecte sólo en la medida que el precio del cobre
caiga al igual que los términos de intercambio. En ese sentido, sí debe reconocerse que las
políticas macroeconómicas y la sólida situación patrimonial de la banca chilena como sus
niveles de solvencia y liquidez externa le permitirán enfrentar el ajuste a las nuevas
condiciones financieras internacionales.
Sin embargo, más allá de este análisis “técnico” lo concreto es que la situación para el 2008 no
se ve muy auspiciosa. El denominado “segundo tiempo” del gobierno de Bachelet tiene un
escenario complicado, especialmente si consideramos las predicciones de inflación, precio del
petróleo y crecimiento que acaba de entregar el Banco Central.

El instituto emisor rebajó el cálculo de crecimiento del PIB entre un 4,5% a un 5,5% para el
2008, se estimó que el petróleo se encarecerá hasta los U$93, el cobre promediará los U$2,95 y
la proyección de inflación es del 4,5%.

Asimismo, el gobierno ad portas de dos años electorales —municipales 2008 y presidenciales


2009— se verá más inclinado al gasto, por lo cual las presiones inflacionarias aumentarán.

¿Qué puede desatar lo anterior? tal como señalan analistas consultados por la rev ista Qué Pasa,
que si la inflación sube demasiado e impacta —como lo esta haciendo— en el bolsillo de la
gente, resurgirán las demandas salariales a las que se sumarán los resultados que entregue la
Comisión de Equidad.

El escenario es complejo y no hay luces claras por dónde encontrar una salida. El nuevo cambio
de gabinete debilitó al Ministro de Hacienda Andrés Velasco, quien de paso ha defraudado con
su desempeño ministerial dadas las altas expectativas que debido a su currículo avalaban su
nombramiento.

Desde la oposición se proponen medidas que ayudarían a salir adelante: avanzar en reformas
microeconómicas, aumentar la flexibilidad del mercado laboral, rebajas de impuestos, en
definitiva, un retorno a la libertad económica que proyecto a Chile como mo delo. Sin embargo,
el gobierno hace oídos sordos, ha tenido una regresión en materia de ideas económicas y hoy,
enfrascado en un crisis concertacionista, más parece empeñado en buscar fórmulas que le
permitan mantenerse en el poder que proyectar a Chile po r la senda del desarrollo.

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