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Bautismo en el Espíritu Santo

Dios lo había prometido a través de los profetas Joel y Juan y después por Jesús
Joel 2:28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros
ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Joel 2:29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

Mat 3:11 Yo, a la verdad, os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí, cuyo calzado no soy digno de
llevar, es más poderoso que yo. El os bautizará en el Espíritu Santo y fuego.

Mar 1:8 Yo os he bautizado en agua, pero él os bautizará en el Espíritu Santo.

Luc 3:16 Juan respondió a todos, diciendo: —Yo, a la verdad, os bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de
quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. El os bautizará en el Espíritu Santo y fuego.

Act 1:5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no
muchos días.

La promesa se cumplió

 Primero en el pueblo judío


Hechos 2:1-21 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un
viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos,
de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su
propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos
nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en
Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí
residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de
mosto. Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en
Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del
día. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:

Y en los postreros días, dice Dios,


Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Dios llenó del Espíritu Santo a los discípulos, ellos predicaban del evangelio y sanaron un cojo (Hechos 3); por causa
de lo que Dios hacía a través de ellos fueron perseguidos, acosados y encarcelados por los principales líderes religiosos.
En medio de esta circunstancia Dios les llena otra vez:
Hechos 4:31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con
denuedo la palabra de Dios.

 Después en los “no judíos” (gentiles)

Hechos 10:44-45 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.
Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se
derramase el don del Espíritu Santo.

Ser bautizados en el Espíritu Santo es una necesidad como discípulos de Jesús:

Hechos 8:14-23 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a
Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre
ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos, y recibían el
Espíritu Santo.

Hehos 9:17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en
el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Hechos 19:1-6 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y
hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si
hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó
con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando
oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu
Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

Unción
1Jn 2:20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
1Jn 2:27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción
misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

Juan advierte en esta carta acerca de gente que negaba que Jesús era el hijo de Dios y hace énfasis en la suficiencia
de la presencia del Espíritu Santo en los creyentes contra cualquier mentira.
Cuando somos ungidos con el Espíritu Santo, nos ministra en cada cosa que hacemos, y pensamos. Su presencia es
fundamental para tener un buen juicio en nuestras decisiones.

Plenitud y llenura

Ser llenos del Espíritu Santo es algo que se comprueba en la vida diaria y tiene “síntoma” en tu vida.

El libro de Hechos menciona específicamente que Pedro (Hechos 4:8) Esteban (Hechos 6:5, 7:55), Pablo (Hechos
9:17, 13:9) y Bernabé (Hechos 11:24) eran llenos del Espíritu Santo…pero además cada que aparece esta frase le
sucede algo poderoso, la conversión de muchos, la predicación del evangelio, algo importante. Si queremos que Dios
nos use eficazmente debemos ansiar y pedirle que nos LLENE de su Espíritu.

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