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SÍNDROME DE DOWN

1. CONCEPTO:

2. CAUSAS:
Normalmente, en el momento de la concepción,
un bebé hereda información genética de sus
padres en forma de 46 cromosomas: 23 de la
madre y 23 del padre. Sin embargo, en la
mayoría de casos de síndrome de Down el niño
hereda un cromosoma de más en la pareja 21
por lo que también se le llama a este síndrome
"Trisomía 21" –teniendo un total de 47
cromosomas en vez de 46. Es ese material
genético adicional el que provoca las
deficiencias físicas y cognitivas asociadas al
síndrome de Down.
A pesar de que no se sabe con seguridad por
qué ocurre el síndrome de Down y no hay
ninguna forma de prevenir el error cromosómico
que lo provoca, los científicos afirman que las
mujeres de 35 años en adelante tienen un riesgo
significativamente más alto de tener un hijo con esta anomalía. Por
ejemplo, a los 30 años, una mujer tiene una probabilidad de concebir un
hijo con síndrome de Down inferior a 1 entre 1.000. La probabilidad
aumenta a 1 entre 400 a los 35 años, y a los 42 asciende
aproximadamente a 1 entre 60.
3. TIPOS:
- LEVE:
El retraso mental leve es equivalente en líneas generales a lo que se
considera en la categoría pedagógica como «educable». Este grupo
incluye a la mayoría (alrededor del 85 %) de las personas afectadas
por el trastorno. Consideradas en su
conjunto, tales personas suelen
desarrollar habilidades sociales y de
comunicación durante los años
preescolares (0-5 años de edad), tienen
insuficiencias mínimas en las áreas
sensorias motoras y con frecuencia no
son distinguibles de otros niños sin
retraso mental hasta edades
posteriores. Durante los últimos años
de su adolescencia, pueden adquirir
conocimientos académicos que les sitúan aproximadamente en un
sexto curso de enseñanza básica. Durante su vida adulta, acostumbran
adquirir habilidades sociales y laborales adecuadas para una autonomía
mínima, pero pueden necesitar supervisión, orientación y asistencia,
especialmente en situaciones de estrés social o económico desusado.
Contando con apoyos adecuados, los sujetos con retraso mental leve
acostumbran a vivir satisfactoriamente en la comunidad, sea
independientemente, sea en establecimientos supervisados.

- MODERADO:
El retraso mental moderado equivale aproximadamente a la categoría
pedagógica de «adiestrable ». No debería
utilizarse este término anticuado, porque
implica erróneamente que las personas con
retraso mental moderado no pueden
beneficiarse de programas pedagógicos.
Este grupo constituye alrededor del 10 % de
toda la población con retraso mental. La mayoría de los individuos con
este nivel de retraso mental adquieren habilidades de comunicación
durante los primeros años de la niñez. Pueden aprovecharse de una
formación laboral y, con supervisión moderada, atender a su propio
cuidado personal.
También pueden beneficiarse de adiestramiento en habilidades sociales
y laborales, pero es improbable que progresen más allá de un segundo
nivel en materias escolares. Pueden aprender a trasladarse
independientemente por lugares que les son familiares.
Durante la adolescencia, sus dificultades para reconocer las
convenciones sociales pueden interferir las relaciones con otros
muchachos o muchachas. Alcanzada la etapa adulta, en su mayoría son
capaces de realizar trabajos no cualificados o semicualificados, siempre
con supervisión, en talleres protegidos o en el mercado general del
trabajo. Se adaptan bien a la vida en comunidad, usualmente en
instituciones con supervisión
- GRAVE:
El grupo de personas con retraso mental grave incluye el 3-4 % de los
individuos con retraso mental.
Durante los primeros años de la
niñez adquieren un lenguaje
comunicativo escaso o nulo.
Durante la edad escolar pueden
aprender a hablar y pueden ser
adiestrados en habilidades
elementales de cuidado personal.
Se benefician sólo limitadamente
de la enseñanza de materias pre
académicas como la familiaridad
con el alfabeto y el cálculo simple,
pero pueden dominar ciertas
habilidades como el aprendizaje de la lectura global de algunas palabras
imprescindibles para la supervivencia». En los años adultos pueden ser
capaces de realizar tareas simples estrechamente supervisadas en
instituciones. En su mayoría se adaptan bien a la vida en la comunidad,
sea en hogares colectivos o con sus familias, a no ser que sufran alguna
discapacidad asociada que requiera cuidados especializados o cualquier
otro tipo de asistencia

Tratamiento del síndrome de Down

4. TERAPIA OCUPACIONAL
Los terapeutas ocupacionales centraran su actuación en el adiestramiento
de las actividades básicas de la vida diaria, relacionadas con el
autocuidado y la autonomía personal, como vestirse, comer, expresarse,
jugar, etc.

TÉCNICA BOBATH:
Se basa en el principio según el cual los niños con
S.D. conservan los reflejos primitivos que interfieren
en el control de los movimientos voluntarios. El
terapeuta contrarresta estos reflejos adiestrando en
el movimiento opuesto y así normalizar el tono
muscular. Para ello se entrenan las posturas
capaces de aumentar el tono muscular y aquellas
que facilitan los movimientos deseados: mayor
equilibrio de pie, movimientos activos e individuales de brazos y piernas,
etc.

CINESITERAPIA:
Es el conjunto de intervenciones que utilizan el movimiento con fines
terapéuticos. Puede ser de manera:
- Activa, si requiere la participación de la persona con Síndrome de Down.
- Pasiva que se lleva a cabo sin que el/la paciente realice ningún
movimiento, sino que es el terapeuta el que induce una serie de ejercicios,
ya sea de forma relajada o forzada.
PSICOMOTRICIDAD:
Integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y
sensioromotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto
psicosocial y desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico
de la personalidad.
La psicomotricidad abarca distintos aspectos de la persona (psiquismo y
motricidad) que le permiten adaptarse al entorno físico y social. Engloba un
conjunto de técnicas de intervención encaminadas a estimular los actos
voluntarios a través de la actividad corporal y su expresión simbólica.

TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES:


Terapia que emplea la interacción con animales como agente de
rehabilitación. El contacto con los animales tiene efectos beneficiosos
sobre el estado físico y emocional, las aptitudes intelectuales, las
capacidades y las habilidades sociales, entre otras funciones.
Actualmente, se sabe que las relaciones con animales pueden hacer
disminuir el ritmo cardiaco, calmar a los niños con alteraciones
emocionales o fomentar la conversación en personas poco comunicativas.
La terapia con animales, además de mejorar las distintas áreas
funcionales, son gratamente aceptadas por las personas con Síndrome de
Down, que conectan enseguida con su "terapeuta del reino animal" y
disfrutan del tratamiento como si se tratase de un juego.

TERAPIAS ARTÍSTICAS: danza, teatro, musicoterapia, etc.


Estas terapias conciben el tratamiento de una manera integral, trabajando
los aspectos físicos, psicológicos, psicopedagógicos, sociales y artísticos
de la persona. El componente lúdico y creativo de este tipo de terapias
contribuye a aumentar la autoestima y las habilidades sociales de las
personas con síndrome de Down.

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