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Resumen

Señalización en la superficie celular.

Materia: Biología Celular y Molecular

Profesor: Dr. Gabriela Medina Ramos

Elaboraron:

José Antonio Rodríguez León

Jorge Jesús Cruz Rodríguez

Bertha Elizabeth Cervantes Pérez


1.Moleculas de señalización

¿Qué es una molécula de señalización?

Es un elemento que tiene características químicas muy diversas: hay péptidos, proteínas,
complejos proteicos, moléculas pequeñas derivadas de aminoácidos, compuestos lipídicos
derivados del ácido araquidónico y compuestos esteroideos derivados del colesterol.

Clasificación
Las moléculas de señalización se clasifican según sus propiedades de solubilidad y
localización de sus receptores, en:

a) Moléculas lipofílicas; Tienen la capacidad de difundirse a través de la membrana


plasmática e interaccionar con receptores del citosol o del núcleo (por ejemplo, las
hormonas esteroideas, la tiroxina y derivados del ácido retinoico). Después de atravesar la
membrana plasmática, estas interactúan con receptores intracelulares, formando complejos
capaces de incrementar o disminuir la transcripción de genes específicos; también
contribuyen a la estabilidad de ciertos RNA mensajeros, estos compuestos ejercen su
efecto por horas o días y contribuyen al crecimiento y diferenciación de tejidos específicos.

b) Moléculas hidrofílicas; son aquellas que no pueden difundirse a través de la membrana


plasmática e interaccionan con receptores localizados en la superficie celular (por ejemplo,
la insulina (péptido), ver función en tabla 1, hormona del crecimiento (proteína), la
acetilcolina (pequeñas moléculas cargadas) y otras como la epinefrina, la histamina, la
serotonina y la dopamina (derivadas de algunos aminoácidos), algunas funcionan como
hormonas o neurotransmisores. Muchas de estas moléculas modifican la actividad de una
o más enzimas ya presentes en la célula. En estos casos, el efecto de la molécula ligada a
la superficie celular es casi inmediato, pero persiste sólo por un periodo pequeño; sin
embargo, el efecto de algunos factores tróficos se puede extender por varios días, pues
también pueden regular los patrones de expresión genética de la célula blanco.

c) Moléculas lipofílicas con receptores de superficie; por ejemplo, las prostaglandinas,


moléculas derivadas del ácido araquidónico, de las cuales hay por lo menos 16 tipos
distintos. Varias prostaglandinas actúan como mediadores locales. Ciertos miembros de
este grupo provocan la agregación plaquetaria y desempeñan un papel importante en el
fenómeno de la coagulación, por lo que intervienen en el curso de enfermedades vasculares
y reparación de heridas.
Según la distancia que hay entre la célula productora y la célula blanco sobre la que actúan,
las moléculas señaladoras también se clasifican en:

Moléculas de señalización endocrina; son aquellas que actúan sobre células


blanco distantes del sitio u órgano de síntesis, ver figura 1. A este grupo pertenecen
las hormonas como la de crecimiento, la insulina, la progesterona, la tiroxina, etc.
En los animales, las hormonas son llevadas a través del torrente sanguíneo de su
sitio de síntesis hasta las células blanco y la distancia en la que esta comunicación
ocurre varía desde unos cuantos micrómetros hasta varios metros.

Las moléculas de secreción o señalización paracrina son aquellas moléculas


liberadas por una célula y sólo afectan a las células que se encuentran en la
proximidad inmediata, ver figura 1. Como la neurotransmisión sináptica, esto es, la
transmisión de un impulso eléctrico de una célula nerviosa a otra o de una célula
nerviosa a una célula muscular por medio de efectores químicos entre sinapsis
(mediada por neurotransmisores y neurohormonas), también la comunicación por
factores de crecimiento celular, producidos por células en órganos o tejidos como el
hígado o la piel, y que actúan sobre otras estirpes celulares vecinas. La distancia en
la que ocurre esta comunicación se encuentra en el rango de los micrómetros.

La de las moléculas de secreción involucradas en señalización de


autocomunicación celular o autocrina, aquí las células responden a moléculas
que ellas mismas producen, ver figura 1. Varios factores tróficos actúan de esta
manera y muchos cultivos celulares secretan los factores que estimulan su propio
crecimiento y proliferación. Un ejemplo son los tumores que producen grandes
cantidades de factores de crecimiento, lo que conduce a la aparición de las masas
tumorales. La distancia en la que ocurre esta comunicación se encuentra en el rango
de los micrómetros.

Las moléculas de secreción yuxtacrina son proteínas ancladas en la superficie


de la membrana plasmática de una célula que pueden interaccionar directamente
con los receptores en la superficie de la célula adyacente, ver figura 1. Los efectos
proliferativos del precursor membranal del TGF-α (transforming growth factor-α) son
un ejemplo de comunicación yuxtacrina.

Algunos compuestos pueden funcionar en varias de estas modalidades de


comunicación, como es el caso de la epinefrina que actúa como un neurotransmisor
(señalización paracrina), tanto como hormona sistémica (señalización endocrina), o
el TGF-α, que también puede liberarse de su precursor membranal y actuar
paracrinamente. La diferencia crucial en estos tipos de señalamiento está en la
velocidad y selectividad con que los mensajeros encuentran a sus células blanco
(Jiménez, 2003).

Figura 1. Formas de señalamiento mediadas por mensajeros químicos .

Tabla 1. Ejemplos moléculas de señalización.

Hormonas Órgano/tejido/ célula de Función o actividad


secreción
Peptídicas
Insulina Páncreas Estimula la captación y utilización de la glucosa

Glucagón Páncreas Estimula la producción de glucosa en el hígado


Con función amina
Adrenalina Médula adrenal Controla las respuestas al estrés, aumenta la
(epinefrina) frecuencia cardiaca

Tiroxina Tiroides Estimula el metabolismo en muchos tejidos


Esteroides
p-Estradiol Ovario Regula la actividad de los tejidos y órganos
sexuales femeninos
Testosterona Testículo Regula la actividad de los tejidos y órganos
sexuales masculinos
Regula la retención de sodio y la presión
Aldosterona Corteza adrenal sanguínea
Eicosanoides
Prostaglandinas Mayoría de tejidos Contracción de la musculatura lisa; fiebre;
inflamación.
Leucotrienos Leucocitos
Constricción bronquial; implicados en reacciones
de hipersensibilidad

Moléculas de señalización en organismos vegetales

1. Hormonas vegetales

Las células de las diferentes partes de una planta coordinan sus actividades mediante la
comunicación entre ellas. Las células vegetales usan hormonas para comunicarse entre sí.
Las hormonas vegetales son moléculas de señalización que pueden estimular o inhibir el
desarrollo de las plantas, incluyendo el crecimiento. Las señales ambientales como la
disponibilidad de agua, la duración de la noche, la temperatura y la gravedad influencian a
las plantas para que activen la producción y dispersión de las hormonas.
Los cinco tipos de hormonas vegetales: giberelinas, auxinas, ácido abscísico, citocininas y
etileno, ver sus efectos en tabla 2, interactúan entre sí para orquestar el desarrollo vegetal.

Tabla 2. Principales hormonas vegetales y algunos de sus efectos.

Hormona Fuente primaria Efecto Sitio del efecto


Giberelinas Punta del tallo, hojas jóvenes. Estimula la división y la elongación Internodo del tallo.
celular.
Embrión. Estimula la germinación. Semilla.

Embrión (pasto). Estimula la hidrólisis del almidón. Endospermo.


Auxinas Punta del tallo, hojas jóvenes. Estimula la elongación celular, inicia la Tejidos en
formación de raíces laterales, inhibe el crecimiento.
crecimiento (dominancia apical), estimula Raíces.
la diferenciación del xilema, inhibe la Yemas axilares.
abscisión. Cambium.
Hojas, frutos.

Embriones en desarrollo. Estimula el desarrollo del fruto. Ovario.


Ácido abscísico Hojas. Cierra los estomas. Células guardia.

Óvulo. Estimula la formación de yemas latentes. Cubierta de la semilla.


Inhibe la germinación.
Citocininas Punta de la raíz. Estimulan la división celular. Punta del tallo, yemas
Inhiben la senescencia (envejecimiento). axilares.
Hojas.
Etileno Tejido dañado o envejecido Inhibe la elongación celular. Tallo.
Estimula la senescencia (envejecimiento). Hojas.
Estimula la maduración. Frutos.

(Karp, 2009)

Giberelinas
El crecimiento y otros procesos del desarrollo en todas las plantas con flor, gimnospermas,
musgos, helechos y algunos hongos, son regulados en parte por las giberelinas. Estas
hormonas inducen la división y la elongación celular en el tejido del tallo; de este modo,
causan el alargamiento de los tallos entre los nodos, también participan en romper la
latencia de las semillas, en la germinación de las semillas, en la inducción de la floración
en plantas bianuales, entre otras.

Auxinas
Promueven o inhiben la división y la elongación celular, dependiendo del tejido donde llevan
a cabo su acción. Las auxinas que se producen en los meristemos apicales provocan la
elongación de los brotes. También inducen la división y la diferenciación celular en el
cambium vascular, en el desarrollo del fruto en los ovarios, y en la formación de raíces
laterales en las raíces, efectos inhibitorios; Por ejemplo, el producido en la punta de un brote
impide el crecimiento de las yemas laterales junto con el alargamiento del tallo, un efecto
llamado dominancia apical e inhiben la abscisión, que es la caída de las hojas, flores y frutos
de la planta.

Ácido abscísico (ABA)


Inhibe el crecimiento y tiene poca relación con la abscisión. El ABA es parte de una
respuesta al estrés que causa el cierre de las estomas, distribuye los productos
fotosintéticos de las hojas a las semillas, un efecto que predomina sobre los efectos
estimulatorios del crecimiento inducidos por otras hormonas a medida que la época de
crecimiento llega a su fin, inhibe la germinación de las semillas de algunas especies.

Citocininas
Se forman en las raíces y viajan a través del xilema hacia los brotes, en donde inducen las
divisiones celulares en los meristemos apicales, liberan a las yemas de la dominancia
apical, e inhiben el proceso de envejecimiento normal en las hojas.

Etileno
La única hormona gaseosa, se produce en células dañadas y en el otoño en plantas
deciduas, o al final del ciclo de vida como parte de un proceso normal de envejecimiento
de la planta. Inhibe la división celular en los tallos y en las raíces e induce la maduración y
la caída de frutos y hojas.

Otras moléculas de señalización

Los Brasinoesteroides estimulan la división y la elongación celular; los tallos se quedan


cortos en su ausencia.
La proteína FT es parte de una vía de señalización en la formación de la flor.
El ácido salicílico, interactúa con el óxido nítrico para regular la transcripción de productos
génicos que ayudan a las plantas a resistir el ataque por patógenos.
El sistemita es un polipéptido que se forma cuando las larvas de insectos se alimentan de
los tejidos vegetales; induce la transcripción de genes que codifican la presencia de toxinas
de insectos.
Los jasmonatos, derivados de los ácidos grasos, interactúan con otras hormonas para
controlar la germinación, el crecimiento de la raíz y la defensa de los tejidos (Starr Cecie,
2009).

2. Receptores

Desde hace casi un siglo, los científicos postularon que la detección de las señales
extracelulares debería involucrar receptores, estructuras que reconocen al mensajero
extracelular y que transducen el mensaje al ambiente intracelular. La detección y la
cuantificación de estos receptores ha sido posible desde la década de 1960 con el
desarrollo de técnicas de detección muy sensibles que emplean ligandos radiactivos y la
implementación de otras técnicas poderosas como la cromatografía de afinidad y las
técnicas de biología molecular.

Hoy en día sabemos que la respuesta celular a una molécula mensajera, designada en
forma general como ligando (hormona, citosina, factor trófico o neurotransmisor), depende
de su enlace o interacción con un receptor específico para ese ligando. Generalmente, el
receptor es una proteína que puede estar localizada en la superficie de la célula blanco, el
citosol o su núcleo. Las interacciones o uniones ligando-receptor son de alta afinidad, no
covalentes, y ocasionan un cambio conformacional en el receptor, el cual inicia una serie
de reacciones que conducen a un cambio en la función celular.

La mayoría de los receptores identificados han sido descritos en base a su capacidad para
unirse a ligandos radiactivos particulares tal como se muestra en la figura de a continuación,
estudios que han permitido caracterizar su especificidad y su cinética de enlace. En algunos
casos usando reactivos entrecruzadores que permiten enlazar covalentemente receptores
con sus ligandos, ha sido posible establecer el peso molecular aproximado del receptor, al
visualizar estos complejos a través de electroforesis en gel y sustrayendo el peso del
ligando.

Figura 2. Sistema de estudio de receptores empleando ligandos radiactivos y entrecruzadores (--),


y detección por electroforesis en geles de acrilamida y autorradiografía.
Receptores localizados en la superficie celular

En base a la similaridad de sus secuencias, a la predicción de su estructura secundaria y


terciaria, así como a sus actividades bioquímicas, es posible definir por lo menos cuatro
grandes grupos o clases de receptores localizados en la superficie celular:

 Receptores con actividad enzimática.


 Receptores acoplados a proteínas G.
 Receptores sin actividad enzimática, pero asociados a proteínas citosólicas.
 Receptores accesorios o correceptores.

Receptores con actividad enzimática

Los motivos estructurales que unifican al grupo de receptores con actividad enzimática
son las regiones o dominios citoplásmicos, los cuales son de naturaleza catalítica. Las
diversas reacciones enzimáticas de las regiones citoplásmicas de este grupo de
receptores incluyen: actividad de cinasas de proteínas, fosfatasas de proteínas y
guanilato-ciclasas.
3. Receptores acoplados a las proteínas G

Este grupo de receptores comprende más de 300 miembros conocidos a nivel de


secuencia primaria. Son proteínas integrales de membrana que consisten en una
cadena polipeptídica de aproximadamente 450 residuos, cuya estructura posee siete
hélices α transmembranales unidas por asas alternadas intracelulares y extracelulares.
El extremo amino-terminal se encuentra en el lado extracelular de la membrana y el
carboxilo-terminal al interior citosólico, y este último contiene secuencias que
corresponden a sitios consenso de fosforilación por proteínas cinasas.

El rango de estímulos extracelulares o ligandos que utilizan estos receptores es muy


amplio e incluye moléculas odorantes, neurotransmisores y una gran variedad de
péptidos, hormonas proteicas, inclusive la luz funciona como ligando de la rodopsina en
la retina, caso discutido en detalle más adelante. La estructura del dominio de enlace
depende mucho de la naturaleza del ligando; mientras que las regiones transmembrana
de los receptores adrenérgicos son importantes para la unión del ligando, en el caso de
hormonas polipeptídicas, como la hormona luteinizante, la unión ocurre principalmente
en los dominios extracelulares.

En general, las respuestas finales de una célula a estímulos que llegan a través de vías
de señalamiento por proteínas G, son fisiológicas más que de desarrollo, de corto más
que de largo plazo, y dirigidas a la actividad de proteínas preexistentes más que a la
expresión de nuevos genes, aunque pueden ocurrir también efectos sobre la
transcripción, traducción y expresión genética.

Receptores sin actividad enzimática pero asociados a proteínas citosólicas

Estos receptores son glicoproteínas transmembranales con regiones extracelulares que


unen al ligando y regiones citoplásmicas carentes de actividad catalítica. La función de
las regiones intracelulares de estos receptores es la de servir de sitios de anclaje para
otras proteínas citosólicas transductoras de la señal. Los receptores de las citocinas
pertenecen a esta categoría. Las citocinas son importantes factores polipeptídicos
producidos por células linfoides, monocíticas y hematopoyéticas y que son reguladores
centrales de la respuesta inmune y la inflamación. Las citocinas conforman un grupo
heterogéneo que incluye a las interleucinas (IL), los interferones (IFN), los factores de
necrosis tumoral (TNF), la eritropoyetina, la hormona de crecimiento y la prolactina,
entre otros.

En base a la similitud estructural de las regiones extracelulares, estos receptores se


pueden agrupar en dos grandes subgrupos:

 el subgrupo IL/IFN/eritropoyetina/hormona del crecimiento


 el subgrupo del TNF.

Los miembros del primer subgrupo contienen dominios extracelulares similares a


fibronectina III y/o dominios similares a inmunoglobulinas. Las estructuras que definen
a los miembros del subgrupo del TNF están localizadas también en el dominio
extracelular y consisten en cuatro copias de un dominio que contiene 6 residuos de
cisteína.

Receptores accesorios o correceptores

Las moléculas localizadas en la superficie celular capaces de unir ligandos con alta
afinidad y especificidad, pero incapaces de transducir por sí mismos la señal al interior
celular se denominan receptores accesorios. No obstante, un nombre más adecuado
para este tipo de moléculas es el de “correceptores”, pues su presencia regula la unión
de los ligandos a sus auténticos receptores de señalamiento y con ello determina la
actividad del ligando en cuestión. Unos de los correceptores mejor estudiados son los
proteoglicanos de sulfato de heparán. Este tipo de glicoproteínas están compuestas por
una proteína medular, a la cual se unen covalentemente carbohidratos complejos,
llamados glicosaminoglicanos. Los sulfatos de heparán son una variedad de
glicosaminoglicanos que unen FGF (factor de crecimiento fibroblástico) y lo presentan
a sus receptores de señalamiento, los cuales son proteínas transmembranales con
actividad de cinasas de tirosina.

Para evocar sus efectos a concentraciones “fisiológicas”, el FGF requiere de la


presencia de los heparán-sulfatos, los cuales favorecen la formación del complejo
ligando-receptor (Jiménez, 2003).
Bibliografía

Jiménez, L. F. (2003). Biología celular y molecular. México: Pearson Educación.


Karp, G. (2009). Biología Celular y Molecular. México: McGraw Hill Educación.
Starr Cecie, T. R. (2009). Biología. La unidad y la diversidad de la vida. México: Cengage
Learning Editores.

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