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Ajustes estructurales
La globalidad
Tras la caída del socialismo real soviético en la década de los ochenta se dio el paso
definitivo para adoptar las políticas económicas neoliberales, los economistas conservadores
reforzaron la tendencia de libre mercado proclamando el triunfo definitivo del capitalismo. El fin de
la bipolaridad aceleró el proceso de formación de un fenómeno geoeconómico que sin ser nuevo si
presenta características sin precedentes: la globalización.
Estos cambios constituyen la base de un creciente proceso de globalización de la economía, de
impulso al comercio internacional y de un fuerte protagonismo de las empresas trasnacionales. La
aparición de un mundo único, de un espacio económico y de un escenario de una competitividad
global, en la cual cada vez más se perfila la posesión de la información, el conocimiento y el
progreso de la innovación como los factores determinantes para desarrollarse con éxito.
Esta se define por la existencia de una red global de relaciones comerciales, pero no entre
naciones sino entre bloques de países colindantes, en el marco de una fuerte competencia
mundial.
La globalización de la economía mundial, ha traído como consecuencia que el mundo
entero se convierta en un solo mercado; es así, que la competencia entre naciones, empresas y los
productos que se elaboran tienen una dimensión global, que a la vez se traduce en una mayor
interdependencia de las economías nacionales, de los sectores productivos y de las empresas y da
lugar a que los fabricantes de bienes, los prestadores de servicios y los consumidores de casi
todas las naciones de la tierra, entren en contacto.
La globalización ha generado dos grandes procesos: por un lado un proceso de regulación
y reestructuración política; es decir, la constante renegociación de las reglas del juego del orden
político mundial y por el otro un proceso de reestructuración económica, esto es una gradual
integración de los mercados a nivel mundial, aunada a una creciente transnacionalización de los
circuitos mercantiles que vincula actividades productivas, comerciales, de servicios y financieras.
Desde esta perspectiva la economía mundial ha dejado de ser un agregado de economías
domésticas para convertirse en una sola, conformada por las interrelaciones que constituyen, a su
vez, una gran red industrial, comercial, financiera y tecnológica.
La globalización como un proceso de regulación y de reestructuración de las relaciones
políticas, es entendida como una toma de decisiones a todos los niveles (supranacionales,
nacionales, subnacionales) respecto a las condiciones que habrán de regular las relaciones
económicas y políticas de la humanidad en el nuevo milenio.
La globalización se ha impuesto como el modelo de desarrollo dominante del mundo
occidental en nuestros días. El resultado de estos procesos es la instauración de una serie de
relaciones sociales y maneras de producir : el afán de competencia creciente, el crecimiento de la
productividad a toda costa, el libre mercado como la idea de un ente regulador y neutro bajo el cual
se reparten socialmente los beneficios que se generan, además de otros elementos que
actualmente dan contenido a nuestra vida.
Asimetría en la globalidad
Sin embargo a pesar de elogiar las bondades del liberalismo y del mercado como el mejor
árbitro, la libertad plena no es posible, pues las propias contradicciones de la acumulación llevan a
los Estados y a las empresas multinacionales a esquivar la competencia perfecta y el libre acceso
a los mercados, con la finalidad de garantizar sus posiciones evidentemente ventajosas.
Es así que los castigos comerciales, los embargos, los dumping, las amenazas para impedir la libre
circulación de mercancías, la regulación de inversiones extranjeras, la imposición de cuotas de
producción o medidas similares, son unos pocos ejemplos de que detrás de la filosofía liberal y de
la apertura de mercados, está siempre presente una guerra comercial, en la que todos buscan
colocarse en las mejores posiciones para sacar adelante sus intereses; en síntesis, la disputa por
las regiones y en consecuencia por los recursos naturales.
Los cambios afectaron severamente a México; el país fue muy vulnerable en la crisis de los años
ochentas cuando colapsó el financiamiento externo y se estremecieron las economías de la gran
mayoría de sus países, debiendo reorientar su estrategia de desarrollo.
La conformación de un nuevo orden mundial plantea para México diversos dilemas por resolver, le
resulta apremiante insertarse en el nuevo mercado mundial, padece una “crisis de inserción” en
dicho sistema, a causa no sólo del papel crecientemente secundario y subordinado que se le
confiere por parte de los centros hegemónicos, sino también porque las nuevas formas de
dependencia han agudizado las diferencias Norte – Sur, poniendo en riesgo toda posibilidad de
recuperación económica sostenida.
La inserción de México en la globalización no podrá ser exitosa si no rompe con el uso de ventajas
comparativas ficticias constituida por la explotación de sus recursos naturales subvalorados y el
empleo de mano de obra barata.
Las sociedades de México deben luchar por despojarse de la ideología impuesta por la
globalización, deben verse así mismas con todas las posibilidades diversas e incomparables de
organizaciones humanas vitales y no pretender colocarse en un sólo carril progresivo de acuerdo
con los criterios y dirección de las naciones hegemónicas.
Bibliografía básica
Flores Olea Víctor. Crítica de la globalidad. México, Fondo de Cultura Económica, 2000.
Bibliografía complementaria.
Berman, M. Todo lo sólido se desvanece en el aire, México, 1986.