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Antología de cuentos
1. . urbanos con humor e ironía
Lauro Zavala ·
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LA CIUDAD
ESCRITA
Antología de cuentos
urbanos con humor e ironía
Lauro Zavala
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ideológica y cultural, e incluso con su propia tradi- rl espacio doméstico (que ya está muy lejos de las distin-
ción literaria. ciones genéricas tradicionales), o entre las formas de con-
Algunos narradores han identificado esta especifici- vivencia familiar y las formas de recreación individualista
dad en su escritura narrativa, como es el caso de Tepi- en las ciudades contemporáneas.
to (Armando Ramírez en Bye bye Tenochtitlan); Ciudad Elhumor en estos cuentos suele tener un caracter críti-
Neza (Emiliano Pérez Cruz en Borracho no vale); la co, y en ellos encontramos la crónica de problemas comu-
colonia Roma (IgnacioTrejo Fuentes en Crónicas roma- nes a todo habitante de la ciudad, como la irregularidad
nas), la Condesa (Luis Miguel Aguilar en Nadie puede de los servicios públicos ("Artes menores, viajar en ca-
escribir un libro) y Ciudad Universitaria (Guillermo mión" de Jorge Ibargüengoitia); los efectos cotidianos de
Sheridan en Cartas de Copilco y otras postales). la política económica ("La rosa púrpura de San Lázaro"
Al mismo tiempo, muchos de los narradores de la de Guadalupe Loaeza); la persistencia de la corrupción
Ciudad de México y otras ciudades juegan con las policiaca ("Recordar es volver a gatear" de Emiliano Pérez
fronteras entre el cuento literario y otros géneros de Cruz) o la tendencia a la colectivización de la intimidad
la narrativa breve, como estrategia literaria para dar ("No me iré sin ti" de Rafael Pérez Gay).
cuenta de la complejidad del universo urbano. Los personajes que habitan estos cuentos sufren todo
Es así como algunos narradores exploran las fron- aquello que nos aqueja a los habitantes urbanos: la inad-
teras entre cuento y crónica generacional (Juan Vi- vertida conversión de la violencia en un espectáculo co-
lloro en "Alfonso del Pedregal" y otros textos de tidiano (en "Mariachis muertos sonriendo" de Paco
Tiempo transcurrido); entre cuento y crónica de viajes Ignacio T aibo II); el surgimiento de la inesperada cruel-
(Guillermo MacLean en "Oue veinte años no es dad infantil (en "Los asesinatos del edificio tres" de Ra-
nada" y otros cuentos deDesvidas), o entre cuento y fael Barajas, El Fisgón) y la espeluznante experiencia de
declaración amorosa (Óscar de la Borbolla en "Len- atravesar por los laberintos de la burocracia urbana
guaje cabalístico" y otros cuentos de El amor es de cla- (como en los diálogos absurdos ejemplificados en "De-
se). En la escritura de todos estos viajeros encontra- pende" de Guillermo Sheridan).
mos el tono irónico y en ocasiones mordaz que los Hay que recordar, sin embargo, que la ironía de estos
caracteriza. narradores nos permite a la vez reconocer los alcances de
Hay muchas formas posibles de leer los cuentos estos problemas y reflexionar sobre su dimensión moral.
que se ofrecen a continuación. Es posible, por ejem- Pero no todo son problemas. No es gratuito que algu-
plo, recordar la distinción entre el espacio de la calle y nos autores estén orgullosos de su ciudad y le dediquen
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textos de clara filiación poética (sin dejar de lado el
rente, un viaje hacia lo otro y el inicio de un diálogo mas
humor y la ironía). Este es el caso de "Por qué Tijuana
satisfactorio con la realidad.
es el centro del universo" de Luis Humberto Crosth-
En todos estos cuentos se adoptan el humor, la ironía,
waite: "Tijuana para principiantes (bonus track)" de
la parodia y el sarcasmo para hacer así más habitables los
Rafa Saavedra; "Como si fuera un gato" (sobre un lu-
espacios urbanos. Esta selección antológica es, tomada
gar entrañable de Ciudad Juárez) de Juan Rosales, y
en conjunto, una convincente declaración de principios.
esa excepcional elegía simultáneamente tierna y crí- LAURO ZAVAlA
tica de la famosa "Parábola de la ciudad de Mérida" de Agosto, 2000
Agustín Monsreal.
Algunos personajes son casi arquetípicos del ámbi-
to urbano, como la "Sencilla mujer de mediodía" de
Guillermo Samperio; la "Tía Mónica" de Ángeles
Mastretta; "Esperanza número equivocado" de Elena
Poniatowska, o los "Nuevos tipos mexicanos" de Luis
Miguel Aguilar.
Por otra parte, no podía faltar en esta fiesta de las
ciudades el homenaje al lenguaje, precisamente en
sus variantes lúdicas ("Diálogo con una secretaria"
de Rafael Bullé-Goyri); regional (en toda la narrati-
va de Emiliano Pérez Cruz), o idiolectal ("El caló
como acto de justicia" de Lazlo Moussong).
Y tampoco podían faltar las muestras de parodia
genérica. Además del cuento policiaco ("El asesina-
to de ochenta centavos") he incluido una breve paro-
dia de la ciencia ficción catastrofista ("Lo último de
nuestras vidas" de Héctor Chavarría).
El humor es una estrategia narrativa y puede ser
también un estilo de vida, una crítica a la sociedad,
una ruptura de lo previsto, una exploración de lo dife-
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pero nada: salió corriendo de la desastrosa vecindad,
Como si fuera un gato cruzó unas palabras con su amiga Clarita antes de
subir al Ford verde de Juan, su primer amor. 1¡1
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(El beso de la araña). Juan condujo con garbo. Llega-
Juan Rosales" ron a la avenida Insurgentes esquina con Mérida, ahí un
perro los saludó con su ladrido. Ahí el Ford dejó de an-
dar, "[Chin, Ceci, sebotaron los sellos,maldito charco!"
(Un chavo bueno para nada). Saltaron del carro para
encaminarse con sus trapitos relucientes, ad hoc para el
baile, hasta la parada de la Vicente Guerrero y tomar
un camión que los llevaría hasta el lugar que hace diez
años estaba de moda en Juárez. Ceci creyó ver por úl-
La gente lo sabía bien y por eso se lo dijeron muy cla- tima vez la puerta de madera de la cantina donde un
ro: "No vayas a ese lugar", pero ella no hizo caso; pu- día murió su padre, después de acabarse él solito tres
dieron más sus ansias de diversión que la prudencia, litros de tequila, sin sal ni limón. Por eso, porque cre-
en esas circunstancias tan requerida. yó que sería la última vez, soltó unas lágrimas y no
(Hacía frío esa noche). El viento corría por el barrio por lo que le estaba haciendo Juan con esas manos
provocando un chillido que hacía temblar de puro mie- que se paseaban por sus muslos, aprovechando la os-
do a la buena de Doña Toña, una anciana que esperaba curidad del transporte.
la muerte mirando el mundo a través de la ventana. En (Se carcajeaba como si fuera un gato). Pasaron el Par-
el reloj de ElParado, el borracho más querido de la cer- que Borunda. En ese pasto tuvieron su primer en-
vecería Cruz Blanca, daban las diez en punto. cuentro amoroso, hacía apenas una semana. La risa
(Pa'el caso que hizo). Y cómo, si la pubertad hervía volvió a Ceci cuando recordó el trozo de excremento
en el vientre de Cecilia, la misma que ardía ya en sus que soltó una paloma blanca, ese día que su novio
venas de virgen haciéndole soportar el frío de invier- quiso limpiarle con la lengua los residuos de choco-
no. "No vayas", se lo dijo por segunda vez su madre, late con su lengua de lépero. La nariz de Juan quedó
hecha un asco y desde aquella ocasión nunca pudo
* Juan Rosales, "Como si fuera un gato", Al margen, Ciudad contener la sensación de parir una vaca de su vientre
J uárez, 1995, p. 11.
cada vez que lo besaba.
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(Serían como eso de las 11:30 de la noche). La hora de toria del salón Malibú, bautizado de diabólico para
yo no fui. Por fin, el viejo camión azul pasó la curva siempre, aún después de que fue sepultado por un
de San Lorenzo, los dejó en su destino ¿final? Risas, moderno centro comercial.
tamborileo de los cuerpos, arrumacos, besitos, besi- (Sí señor, por Dios que es cierto. Espéreme nomás ... iju-
tos. Cinco mil pesos la entrada, por cabeza. Los Silver lieta no vayas a venir tarde! Condenada escuincla, sí usted
allá adentro: "la luna, la luna, la luna, que una tarde la viera señor reportero). Pero todo cambia a las tres de la
me fuiste a dar". Acomodarse, beber, sentir el calor mañana cuando el marketing cerró sus puertas y hay
del alcohol en el pecho, en el estómago y en el ánimo. pocos carros en la calle: los vecinos nunca se pierden
Fuera el invierno, el frío no interesa. una carcajada como de gato que se escucha cada vier-
(iDios nos asista!). El salón Malibú en su apogeo, el nes y parece que viniera de abajo, sí de abajo, del edifi-
grito de "no vayas" en el olvido,Ceciy Juan, Juan y Ceci, cio que hoy ocupa aquel lugar destinado a la diver-
uno solo la unicidad en la pista, al son de las baladas sión: el salón Malibú.
populares, romanticonas. El calor es mucho, los abri-
gos estorban, la vergüenza también, la decencia de los
meseros desaparece en cada bolsillocon billete salido.
(En una finca veraniega Doña Inés a juan sus caricias
niega). Bailar, bailar hasta estropearse el vestido, ja ja
ja, la la la, soy feliz, muy feliz. La leyenda de la apari-
ción del Diablo Cojuelo a nadie importa, el chamuco
pierde vigencia, devaluado, no hace acto de presencia.
Nadie cree lo que dice la gente, nadie, nadie.
(La realidad donde menos te la esperas). Nadie cree, ni
siquiera la hermosa de Cecilia. Nadie, es una mentira
tan grande que hasta el mismo Demonio se soltaría
riendo ... si no fuera por ese rostro de zopilote que se
encontró cerquita de sus labios, luego de levantar la
cabeza del hombro del que creía era su Juan.
(Tenga para que se entretenga). Nadie cree, pero des-
de ese día los vecinos de San Lorenzo cuentan la his-
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sías y sectas weird que nadie sabe de dónde salieron "
pero que cuentan con divertidos infomerciales en te· Indice
levisión. Camiones recolectores de basura, influjos de
coke, gbh y crack sandieguino en la principal arteria.
"Votamos por el futuro y nadie nos escuchó",
"HEM", "Mucha policía, poca diversión", "Viva Cris-
to Rey" son sólo placazos en las paredes de la city, gri-
to que todos ven pero que nadie escucha.
Mi city es un punto librey un aparte sin censura, un
rincón lleno de contrastes y esperanzas, mosaico de
posibilidades y frente en alto; es un desfile de marcas
no registradas y lagos de neón, de cadenas y franqui-
cias; de personas y sentidos en dolby stereo, de lucha y
de intentos, de sueños en technicolor y realidades coti- Prólogo 5
dianas. Como diría un home-boy de la Líber: We're
very proud to live here en la city fronteriza más visita- ESTUDIO PRELIMINAR
da del mundo. Do you understand that, ese? Si no,
fuck off. El humor y la ironía en el cuento urbano
contemporáneo, LauroZavala 13
Un provincianismo cosmopolita 14
Algunas raíces textuales 18
Cruzando la frontera literaria 21
En el principio era la lengua 25
Una ciudad atomizada 29
Domus y polis: de la calle a la casa 34
La tradición de los bestiarios urbanos 37
Después del fin 42
Bibliografía 44
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ANTOLOGÍA
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minimalia
ISBN 968-6567-76-3
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. Ediciones del Ermitaño
MINIMALIA
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