El Congreso de Panamá fue una asamblea que se llevó a cabo en
1826 en el antiguo convento de San Francisco de la ciudad de Panamá. El mismo fue convocado por el libertador Simón Bolívar con el propósito principal de buscar la unión de los estados de América, como lo había ideado previamente el prócer Francisco de Miranda. En 1815 Simón Bolívar expresó en la carta de Jamaica sus anhelos por el entendimiento entre todos los países y la unidad del continente, pero fue el 7 de diciembre de 1824 cuando el libertador venezolano, desde Perú, llamó a la convocatoria. Tras la misma, se enviaron comunicaciones a los gobiernos de Suramérica, México y América Central. La sesión inaugural del Congreso se instaló el 22 de junio de 1826 y contó con la presencia de delegados de la Gran Colombia, México, Perú y las Provincias Unidas del Centro de América; y también estuvieron presentes observadores de los Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Holanda. Cabe destacar que Bolívar no estuvo presente en las sesiones del congreso ya que desempeñaba la presidencia de Perú. Los temas en la agenda del mismo fueron: 1. Afianzar la independencia, la seguridad interna y la no intervención. 2. La igualdad jurídica entre todas las naciones. 3. Relaciones entre los Estados por medio de un Congreso plenipotenciario permanente. 4. Reforma social basada en la libertad y la paz. La última sesión del Congreso Anfitriónico de Panamá fue el 15 de julio del mismo año. En ésta jornada los delegados de las diferentes naciones firmaron varios acuerdos, entre ellos uno para reanudar las sesiones al año siguiente en la villa de Tacubaya. Para ésta última reunión, un miembro de cada delegación asistiría pero un problema político generó que los dos representantes de Perú retornaran antes a su país lo que provocó que éste país se desligará por completo del congreso y el gobierno peruano no aprobara el tratado surgido del mismo. Al conocerse que Perú y Centroamérica no ratificaron dicho tratado, el gobierno mexicano perdió todo interés por continuar las deliberaciones del Congreso Anfitriónico. Éste último fue, a la vez, la culminación del máximo sueño de Bolívar y el comienzo de su fracaso. Esta magna asamblea debía fundamentar una gran nación que, por extensión, población y riquezas naturales jugaría un papel de primer orden el mundo, puso al descubierto todas nuestras debilidades. Y aún a pesar de que los resultados del congreso no fueron los que Bolívar esperaba, ya que la mayoría de las naciones que participaron no estaban en sus mejores condiciones tanto política como económicamente para cumplir con los acuerdos pautados, el mismo sirvió como un puente para el nacimiento (en años posteriores) de instituciones internacionales que trabajan en función de lograr la paz, la justicia, la unión y el progreso de los países que pueblan el mundo.