Sunteți pe pagina 1din 21

COMUNICACIÓN – MÓDULO II

LENGUAJE, COMUNICACIÓN, REDACCIÓN Y SITUACIÓN

1) INTRODUCCIÓN AL LENGUAJE

Hasta el momento hemos indagado la naturaleza general del lenguaje y su relación con
otros sistemas y medios de comunicación. A continuación y a modo de introducción,
abordaremos el enfoque que adoptamos en este curso, como así también precisaremos
las características del lenguaje.
Con relación al primer punto, algunas tendencias científicas "duras" en Lingüística
postulan que el lenguaje es universal y específico a la especie humana. Universal porque
todo hombre -sin severos trastorno neurológicos- lo posee; específico porque es un
atributo que ninguna otra especie animal registra. Otra hipótesis en estas líneas señala el
carácter "natural" de la estructura lingüística: el ser humano estaría biológicamente
determinado para construir lenguaje; es decir, estamos genéticamente condicionados, del
mismo modo que tenemos programación para el desarrollo de la vista, para caminar, para
el desarrollo durante la pubertad, etc. Estas teorías suponen que el lenguaje no se
"aprende" sino que se adquiere; así, sólo necesita de un mínimo estímulo externo para
que emerja la totalidad de la estructura lingüística. Lo que sí se desarrollaría
gradualmente serían algunas estructuras gramaticales más complejas y el caudal léxico.
Estas propuestas teóricas, vigentes en la actualidad, consideran que un niño de dos años
no aprende su lengua ya que, en sentido estricto, no requiere de ningún esfuerzo de su
parte; no hay un proceso de enseñanza-aprendizaje de oraciones como:
Juan se lavó la cabeza
Juan se cayó
Se lavan cabezas.

Sin embargo, estos hablantes son capaces de producir tales enunciados sin equivocarse
y sin haber recibido instrucciones previas acerca de los diferentes significados de se.
Ahora bien, ¿podemos decir que los diferentes estilos, registros y formas del lenguaje son
incorporados de modo tan natural como el que hacíamos referencia?
Es en este momento cuando debemos diferenciar varias instancias:

1.- Adquisición del Lenguaje Hablado en la niñez: este conocimiento que no requiere de
ningún esfuerzo, que no se aprende sino que se adquiere, puede ser
denominado intuitivo. Emerge o aparece a los dos años, aproximadamente, y en el
ambiente familiar.

2.- Aprendizaje de la escritura o de la representación gráfica convencional del sonido.


Este conocimiento es no intuitivo. Exige determinadas condiciones de maduración motriz
por parte del niño y efectivamente, es necesario un esfuerzo. Este aprendizaje se ofrece
sistemáticamente en la
escuela primaria.

3.- Aprendizaje de términos y conceptos provenientes de teorías gramaticales y/o


lingüísticas. Este conocimiento, obviamente no intuitivo implica mayor concentración y
alejamiento del conocimiento o uso intuitivo que hace el hablante del lenguaje. Aquí
incluimos conceptos tales como sujeto, verbo, tiempo verbal, oración. Cabe acotar que
todo nativo los conoce - dado que los usa desde su infancia-; sin embargo, las dificultades
residen en que se trata de metalenguaje, del lenguaje de la propia ciencia, la lingüística.
Este aprendizaje es suministrado, básicamente, durante parte de la escolaridad primaria -
EGB, CBU- con una mayor profundización a medida que avanzan los ciclos.
4.- Aprendizaje de rasgos, estilo y estructura dominante en los discursos escritos. En este
nivel, también de conocimiento no intuitivo, se debe abordar la instancia productora de
discursos escritos, especialmente los formales. Sin descuidar la posibilidad de que ciertos
escritos sean de naturaleza informal -como escribir una carta a un/a amigo/a-, la mayoría
de las deficiencias detectadas en escritores adultos tiene que ver con la imposibilidad de
expresar en un escrito sus pensamientos. En general, se observa la tendencia de hablar
como se escribe, sin realizar ninguno de los pasos necesarios para adecuar el contenido
a las exigencias de la escritura. Según nuestro conocimiento, este tipo de enseñanza no
se imparte de manera sistemática en la escuela, sino que es objeto de aproximaciones
parciales y desordenadas.

5.- Aprendizaje de rasgos, estilo y estructura de discursos orales formales. Estos son más
complejos que los anteriores ya que equivalen a hablar como se escribe; y tal paso será
posible sólo si se ha adquirido solvencia en el nivel 4. Hasta el momento, tal contenido no
es objeto de la enseñanza.

Resultan entonces 5 niveles de relación-enseñanza con el lenguaje. En este curso,


abordaremos sólo el cuarto nivel por las siguientes razones:

a.- No sería operativo repetir informaciones que los alumnos poseen, especialmente en lo
atinente al 3. No obstante, cabe destacar que determinadas categorías gramaticales
como verbo, sustantivo, adjetivo, coordinación, etc., resultarán necesarias para la
redacción básica. En tal sentido, se retomarán y revisarán, siempre en función de la
escritura, conceptos que supuestamente ya están incorporados.

b.- Por razones de tiempo y dada la necesidad de profundizar temáticas y procedimientos


desconocidos, se excluye el nivel 5, lo que de ningún modo implica su desvalorización.
Habiendo delimitado nuestro campo de trabajo y con el objetivo de alejarnos de ese uso
ingenuo e intuitivo del lenguaje, donde el hablante no reflexiona -al menos
conscientemente- acerca de las selecciones léxicas y gramaticales que realiza,
abordaremos sus propiedades definitorias, vinculadas con la pregunta ¿Por qué el
hombre utiliza el lenguaje como medio de comunicación y ninguno de los otros que tiene a
su disposición? ¿Cuál de las características que presenta el lenguaje podría ser el origen
de este "homo cada vez más loquens"?
Una última aclaración se nos impone ¿Por qué será necesaria una utilización intencional
del lenguaje? Precisamente porque el hombre que habla no sólo informa acerca de
sucesos, personas, objetos, ideas en sentido general, sino que en su pronunciación, su
organización sintáctica, su repertorio léxico y sus modismos, es posible develar tanto
aspectos sociales –nivel socioeducativo o económico, sexo, edad, etc.- como escalas de
valores o, con la denominación más actual, su ideología. Del mismo modo, incapacidad
para expresar contenidos a través del lenguaje, desórdenes temáticos, errores de
ortografía, permiten caracterizar educativamente a ese hablante-escritor, con
independencia de que con frecuencia, impiden la comprensión del mensaje por parte del
receptor.

A continuación y para comenzar a reflexionar sobre el lenguaje, presentamos este objeto


en toda su dimensión teórica.

2) LENGUAJE, COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN

El lenguaje es un sistema constituido por signos y, por tal razón, es una de las vías o
medios que posibilita el intercambio de información entre dos sujetos.
No obstante, vale aclarar que la variedad de procesos de intercambio de información no
sólo son de naturaleza lingüística, aunque en este curso nos concentraremos en esta
dimensión, esto es, comunicación e información lingüísticas. En el intercambio de
información podemos distinguir dos instancias:

a) Comunicación: Proceso lingüístico-mental en el que interactúan un emisor y receptor e


intercambian ideas, conocimientos, a través de un código, mensaje y canal. Es una
actividad bilateral concretada a través del diálogo, el cual es posible en tanto los
interlocutores compartan determinados aspectos tales como sociales, intelectuales,
institucionales.

b) Información: Se caracteriza por la ausencia de retroalimentación. Los mensajes actúan


en una sola dirección, por lo que se trata de una comunicación unilateral.
La información es más amplia, y aquí el emisor es central. Se da en general en
situaciones asimétricas, es decir, en aquellas circunstancias en que los interlocutores
presentan diferencias sociales, económicas, intelectuales, institucionales.

_COMUNICACIÓN bidireccional
_Emisor Mensaje Receptor
_INFORMACIÓN unidireccional
_Emisor Mensaje Receptor

3) EL LENGUAJE EN LAS ORGANIZACIONES

Comunicación y componentes
La comunicación en las instituciones puede considerarse:
1. Como vector de intercambios interactivos con su medio, especialmente clientes.
2. Como lugar de intercambios formales e informales entre su personal.
En una organización, la comunicación consiste en:
1. Conjunto de actos más o menos estructurados.
2. Recurso fundamental.
3. Medio de motivación, estrategia.
Si bien actualmente todas las tendencias tienden a concebir la comunicación como un
factor estructurante de cualquier organización, durante mucho tiempo estuvo excluida o
relegada a un segundo lugar.
En cuanto al lugar de la Comunicación, actualmente, ocupa un lugar central, ya que tanto
la estructura como el cambio organizacional la tienen en cuenta. En relación con las
Teorías de la Administración (o de la empresa) y el distinto rol asignado al lenguaje,
podemos distinguir:

a.- Teoría Científica de la Administración


Según esta concepción, una organización tiene como objetivo central el máximo
rendimiento económico para dueños y empleados, que los comparten. En este esquema,
los cargos jerárquicos están a cargo de controlar la Comunicación, que se da en dirección
descendente. La Comunicación es vertical, y formal y no se reconoce el papel de la
comunicación interna e informal.

b.- Teoría o Escuela Humanística


Parte de la premisa de que se obtendrá mayor rendimiento si el trabajador está motivado,
si es reconocido, instancia que se concreta, además de otras vías, por el lenguaje. En
esta concepción una institución no sólo está constituida por productos, números y
ganancia, sino también por hombres que tienen a su cargo optimizar los distintos
procesos de gestión, mediante la comunicación. En esta propuesta cobran fuerza la
comunicación y la retroalimentación.

c.- Escuela Sistemática:


La institución está formada por subsistemas interdependientes vinculados entre sí por la
Comunicación. Se asigna un lugar de Importancia de Comunicación Interna, informal, y en
todas las direcciones, especialmente horizontal y diagonal. La participación es
fundamental.
En la última propuesta es fundamental la consideración de las organizaciones COMO
SISTEMAS atravesados por la Comunicación.
En consecuencia debemos definir la noción de Sistema: es una totalidad cuyas partes
están relacionadas entre sí y con el medio. Por eso, la alteración de cualquier parte
modifica el todo, que es algo más que la suma de las partes y cada parte se organiza
como un todo.
En cada subsistema, cada elemento cumple una función que no se delimita en si misma
sino por la relación que mantiene con otro miembro.
Por eso, la falta de organización y coordinación de las partes incide en toda la
organización.
En consecuencia, si se optimizan la Comunicación Interna y Externa, el funcionamiento de
cada parte se optimiza.

Principios de La institución como sistema comunicante

Homeostasis
Equilibrio entre los productos que entran y los productos que salen del sistema, y los
componentes.
Interdependencia
Relaciones entre los diversos elementos del sistema, entre sí y con el medio.
Entropía
Desorganización del sistema cuando aparece algún elemento que lo desarticula.
Incertidumbre
Supone carencia de orden. La circulación sistemática de información en una institución
supone restricción de la incertidumbre.
Teleología
Todos los elementos de un sistema se orientan bajo un mismo fin.
Equifinalidad
En un sistema, existen diferentes caminos para llegar a la meta. Esto equivale a decir que
todos los componentes de un sistema compartirán la meta, aunque la realicen mediante
distintas vías.
Ahora bien y para sistematizar o analizado podemos interrogarnos cuál es el valor de la
comunicación.
1.- Su Valor fundamental es evitar los enfrentamientos, para obtener armonía y, en
consecuencia, mayor productividad.
2.- La Comunicación se define por su eficacia: cuando se logra la acción deseada por
parte del receptor.
3.- Los modos de comunicación de una organización permiten caracterizarla. Los
mensajes son sistemas de comportamiento colectivos que apuntan a crear y sostener
una buena imagen de los individuos y la institución.
4.- Las instituciones son sistemas sociales que, por la acción coordinada e interacción
entre miembros, logran objetivos comunes.
5.- Permite coordinar las actividades.
6.- Permite el efectivo funcionamiento de la institución.
7.- Permite obtener y difundir información para:
- Tomar decisiones.
- Asignar tareas.
- Elaborar y ejecutar planes y políticas.
- Establecer nexos entre la decisión y la acción.
- Buscar soluciones a conflictos organizacionales.

4) Circulación de mensajes en las instituciones.


Categorías de Mensajes
- Intencionales: elaborados para provocar un efecto. Se suponen controlados por la
institución. Ejemplos serían carpetas, folletos, memos.
- No intencionales.
- Explícitos: lo que efectivamente se informa.
- Implícitos: difusos, vagos, pueden ser intencionales o no.
- Residuales: Han sido emitidos anteriormente y pueden conformar el activo o pasivo de
una institución.

Trayectoria de los mensajes:

- Descendente: Tiene como fin consolidar el conocimiento y fines de la institución,


construir la identidad y fortalecer los roles jerárquicos. De esta clase son folletos,
carpetas, memos.
- Ascendente: Procura promover la reflexión y el análisis, lograr consenso, aprovechar
ideas, fomentar la participación. De este tipo son las notas de empleados, sugerencias,
talleres en los que participan activamente trabajadores, etc..
- Horizontal: Su fin es facilitar la integración y cohesión entre los miembros de la
organización, optimizar el funcionamiento y lograr rapidez en la gestión. Esta modalidad
se evidencia en diálogos, sesiones, encuentros.
- Diagonal: atraviesa toda la institución, en búsqueda de lograr un lenguaje común que
permita obtener mayor rendimiento y concretar cambios. Este tipo se hace patente
mediante auditorías.

Tipos de Comunicación Institucional

�� Intrapersonal
Comunicación de la persona consigo misma.
�� Interpersonal
Corriente de mensajes que circulan entre las personas en la institución. Pueden referirse
o no a la
institución.
�� Formal
Se definen a partir de la estructura formal de la institución, generalmente son escritos.
�� Informal
Se trata de la interacción normal entre personas, no están planificadas y no respetan
estructura formal. Generalmente son orales.
�� De Grupos y multigrupos
�� Organizacional
Comunicación formal de la institución a sus miembros
�� De rumor
Comunicación informal de fuente incierta y concreción azarosa. En general se refiere a
situaciones conflictivas.
�� Interna
Comunicación formal e informal destinada a los miembros de la organización.
�� Masiva
Comunicación desde la institución a un universo mayor de públicos.

Tipos de mensaje por su contenido y finalidad:

- De tarea: para determinar las actividades necesarias para la concreción de productos,


servicios; se brindan precisiones acerca de cómo realizar la actividad.
- De mantenimiento: determina y aclara procedimientos, controla actividades.
- Humanas: para la satisfacción del aspecto humano.
Por su parte, la Comunicación Grupal se sostiene en el principio de que las personas
viven en grupo, marco en el que el trabajo es una actividad de grupo.
Un grupo es un conjunto de personas con alguna interacción, especialmente en lo
referente al intercambio de información.
Relacionada con la noción de grupo, aparece la de Red. Esta supone algún tipo de
vinculación entre las personas. Pero vale aclarar que la red es una representación. El
conjunto de mensajes realmente intercambiados en un grupo, según alguien concentre o
no el poder permitirán armar una red.
Dentro de las variedades posibles -completa, centralizada, circular-, la más adecuada es
la completa porque es abierta, descentralizada y no está mediada. En las redes siempre
hay un líder, que no necesariamente supone rol jerárquico.

Clases de mensajes institucionales según sus objetivos:

- Mensaje Instructivo o pedagógico que difunde aspectos esenciales de la organización,


vinculados con sus metas.
- Mensaje Explicativo que indica, por ejemplo, el funcionamiento de una máquina.
- Mensaje Social: presentación de colaboradores; de visitante; despedida; aniversario:
cumpleaños; agradecimiento.
- Mensaje Informativo: de un asesor; carta; memo; informe.

5) BARRERAS EN LA COMUNICACIÓN

En el proceso de la comunicación, puede suceder que se registren interrupciones o que


inclusive sea anulado, en cuyo caso se dice que hubo interferencias que reciben el
nombre de barreras de la comunicación.
Las barreras pueden ser de distinta naturaleza, razón por la cual se las ha clasificado
en físicas, fisiológicas, psicológicas, semánticas, administrativas, etc.
- Las barreras físicas se producen cuando falla alguno de los medios físicos que se han
utilizado para transmitir o recibir el mensaje; por ejemplo, el exceso o falta de iluminación,
los sonidos o ruidos con un alto volumen, el calor o frío en exceso, todos los cuales
impiden que llegue con claridad el mensaje.
- Las barreras fisiológicas se atribuyen a deficiencias orgánicas de la persona emisora o
receptora; por ejemplo, una alteración de los órganos de los sentidos, deficiencia en la
escritura -en el caso del emisor- o de la lectura o del oído -en el receptor-.
-Las barreras psicológicas constituyen el resultado de la diferencia de personalidades
entre el emisor y el receptor, puesto que cada persona emite e interpreta los mensajes
con base en sus valores, prejuicios, normas, hábitos, costumbres.
Existen diversos factores mentales que obstaculizan la comunicación, entre los que
destacan:
1. El hecho de adoptar una posición sarcástica, crítica o déspota.
2. No tener dominio de las pasiones.
3. Hacer caso omiso del punto de vista de los demás.
4. Valorar a los demás sólo por sus conocimientos y uso del lenguaje.
5. Aceptar la influencia sobre ciertos hechos, palabras, personajes, jerarquías, etc.
6. Sospechar de los demás en forma sistemática y tenerles una constante aversión.
7. Interpretar los mensajes basándose sólo en su contexto y en la "moral social".
8. Inclinarse por no registrar lo desagradable.
9. Ser tímido
10. Experimentar emociones o preocupaciones ajenas a la comunicación.
11. Sobrevalorarse a sí mismo.

Por otra parte, es importante subrayar que las barreras que se forman por
los prejuicios (adopción de actitudes o juicios a priori) deforman el juicio racional, al emitir
una opinión anticipada. Las barreras en cuestión son muy comunes y difíciles de evitar, en
virtud de que éstas segregan a los grupos sociales, naciones, razas y religiones, al
convertirlos en antagónicos y enemigos entre sí.
- Las barreras semánticas se hacen patentes cuando los signos que se usan para la
comunicación tienen distinto significado para el emisor y para el receptor, pues cada quien
interpreta las palabras de manera diferente y con base en sus vivencias y acervo cultural,
lo cual trae como consecuencia la incomprensión del mensaje del emisor; de ahí que al
entablar una comunicación sea indispensable definir los conceptos para coincidir en el
significado y evitar así malentendidos.
- Las barreras administrativas surgen debido a una mala estructura administrativa en las
organizaciones, una mala planeación o deficiencia en los canales operacionales y de
mando. Éstas repercuten en un mal funcionamiento de la comunicación, ya que no
cumplir los requerimientos establecidos por las organizaciones obstaculiza el proceso
administrativo.
- Las barreras filosóficas se ponen de manifiesto cuando existen diferentes formas de
pensar entre una persona y otra, un grupo social y otro, un pueblo y otro, un país y otro.
Estas barreras se deben a las diferentes formas de interpretar tanto al mundo como a la
vida, pues a través del tiempo y el espacio los hombres de todo el mundo se han
explicado de diferentes maneras su relación con su ser, con otros seres y con el ambiente
en torno a ellos.
Precisamente esas diferentes maneras de pensar han llevado a la humanidad a luchar
entre sí, a distanciarse, a matarse y aniquilarse. De ahí que la diferencia de interpretar la
vida interfiera en gran medida en el proceso de la comunicación, puesto que cada filosofía
está segura de poseer la verdad absoluta, propiciando con ello la incomunicación e
incomprensión entre los seguidores de las diversas filosofías.
Para concluir, cabe señalar que todo proceso comunicativo distorsiona la información, al
producir ruido o establecer barreras, motivo por el cual es necesario crear conciencia y
evitar este tipo de problemas para incrementar la fidelidad de los mensajes en la
comunicación.
- Barreras de Volumen: Cuando en una institución circula excesiva o insuficiente
información.
- Barreras de Calidad: Se caracteriza por un mensaje cuya característica principal es la
imprecisión en los datos. Pueden darse varias situaciones: que la información
suministrada no satisfaga las expectativas; que los datos no son accesibles; o que resulte
inadecuada la difusión de datos.
- Barreras de Transmisión: Esta barrera aparece cuando la difusión de los contenidos es
muy rápida o muy lenta, en las ocasiones en que falta de comunicación entre los
interlocutores, es decir, se carece de retroalimentación, con predominio de transmisión
unilateral.
- Barreras de redacción. En este módulo, partimos del supuesto que una buena expresión
–oral y escrita- es un requisito fundamental para el logro de una adecuada interacción
comunicativa. Desde un error de ortografía, una frase ambigua e imprecisa, hasta el
armado incorrecto del texto, son factores que entorpecen la captación del mensaje por
parte del receptor.
Quedan exceptuadas aquellas situaciones en las que intencionalmente se apunta
confundir: En ese caso los errores en los escritos apuntan a un fin. Se trata de un uso
”estratégico del lenguaje” rara vez hallado en los escritos o interacciones que realizamos
a diario.

Las barreras de redacción serán el centro de este modulo.

6) EL ESQUEMA DE COMUNICACIÓN

Los cuatro componentes básicos del proceso de la comunicación son según el criterio de
David K. Berlo: emisor, mensaje, canal y receptor.

EMISOR
El emisor -también conocido como fuente de comunicación, transmisor, codificador,
encodificador, comunicador, cifrador, etc.- es aquel que inicia la comunicación; puede ser
una persona o un grupo de personas que elaboran y envían un mensaje utilizando el
canal idóneo para hacerlo llegar al receptor y de esta manera obtener la respuesta
correspondiente.
Cabe señalar que el emisor le da un "sello propio" a su mensaje, si tomamos en
consideración que éste posee su propia personalidad con todas sus implicaciones, tales
como la cultura que posee o la posición social que ocupa dentro de un sistema social, por
mencionar algunas.
El emisor deberá reunir una serie de habilidades comunicativas que le permitan codificar
el mensaje en forma adecuada, de tal manera que se pueda hacer entender fácilmente.
Las habilidades fundamentales que el emisor debe reunir consisten en hablar
correctamente, utilizar los signos, señales o símbolos propios del mensaje, así como
pensar y reflexionar sobre lo que desea expresar.
Los seres humanos nos comunicamos la mayor parte del tiempo mediante el lenguaje, el
cual consiste en un sistema de símbolos arbitrarios y convencionales. Se dice que son
símbolos arbitrarios y convencionales porque entre las palabras y el concepto que ellas
representan no hay una relación intrínseca y necesaria. Es un sistema porque cada una
de sus partes sólo adquiere su valor dentro del total del que forma parte.
Por otro lado, pensar y reflexionar antes de emitir un mensaje nos permite expresar
adecuadamente lo que deseamos, de tal manera que esto nos permita utilizar el lenguaje
adecuado en el momento oportuno y, obviamente, adoptar una actitud conveniente.
Así, la capacidad de pensar nos permitirá manipular y llevar a cabo las siguientes
operaciones básicas de la comunicación: seleccionar, abstraer, intercomunicar, almacenar
o memorizar, subdividir, recordar, recombinar, reconocer, sintetizar, cuestionar y aplicar
los materiales de información que poseemos.
Un aspecto que afecta a la comunicación de una manera determinante es el factor
ambiental, es decir, el influjo que ejerce el contexto social en la comunicación, pues un
grupo social posee fuerzas generalizadas que se ponen de manifiesto en las normas
legales, políticas, gubernamentales, de seguridad y paz colectiva, etcétera, las cuales por
razones obvias determinan la conducta comunicativa.

MENSAJE

El mensaje es la información total que el emisor ha codificado, para ser transmitida por
medio del habla, gestos, escritura, pintura, movimientos corporales, señales de humo o
banderas, etcétera, y que va a ser captada por el receptor.
Por la calidad de un mensaje podremos darnos cuenta de la educación, instrucción,
inteligencia, sensibilidad, etcétera, de nuestro interlocutor.
Ahora bien, cuanto más conscientes seamos de nuestra expresión oral, la haremos más
clara, más útil y, desde luego, más comprensible para los demás. Así llegaremos a lograr
el objetivo que se persigue al emitir mensajes y recibirlos, que es el logro de la
comunicación, la interacción entre seres sociales.

Consideramos tres factores del mensaje: código, contenido y tratamiento.


1. El código es un conjunto de símbolos que se estructuran de tal manera que tengan
algún significado para alguien, de ahí que, para que el receptor entienda la información
que le transmite el emisor, es indispensable que ambos hablen el mismo idioma, es decir,
que manejen el mismo código. Es importante destacar que la comunicación humana
necesita de manera definitiva de un código para realizarse.
2. El contenido del mensaje está integrado por el material seleccionado por el emisor para
expresar su propósito. Suele ocurrir que por no tener claro lo que se pretende expresar,
decimos una cosa por otra; y en consecuencia se altera el sentido de la comunicación.
3. El tratamiento es el modo o forma de expresión del mensaje. Este factor implica varios
criterios y decisiones por los que puede optar el emisor con relación al código y al
contenido del mensaje. Así, se amplían las posibilidades de elección personal relativas a
datos, evidencias, afirmaciones, expresiones, secuencia, amplitud, profundidad, etcétera.
Esto permite que el mismo mensaje se pueda decir de diferentes maneras.
De acuerdo con Schramm, un mensaje deberá reunir determinadas características para
que funcione bien: debe formularse y entregarse de tal manera que capte la atención del
receptor y debe utilizar signos y un código común al emisor y al receptor para transmitir el
significado. El mensaje debe despertar necesidades de la personalidad del receptor y
sugerir alguna manera de satisfacer dichas necesidades.
Y por último debe sugerir para satisfacer esas necesidades una forma adecuada a la
situación en la que se encuentra el receptor en el momento que es impulsado a dar la
respuesta deseada. Aun cuando un mensaje parezca muy sencillo, en realidad no es así,
pues no sólo sus signos tienen significados diferentes para cada persona, sino que
cuentan asimismo con dos clases diferentes de significados: el denotativo, es decir, el
significado que aparece en los diccionarios y que, obviamente, es común para todos
aquellos que lo leen, y el connotativo, que se refiere al significado evaluativo o emocional
que varía considerablemente entre los individuos de diferentes niveles, aun cuando
hablen el mismo idioma (una misma palabra puede tener un significado diferente para dos
individuos de diferente nivel).
Por otra parte, los mensajes tienen un significado superficial y otro latente; por ejemplo:
cuando se pregunta por la salud o el estado de una persona ("¿Cómo está José?"), no se
hace tanto por tener interés real en la salud o estado de esa persona, sino como una regla
de cortesía. En este caso en particular, la relación social que une al emisor con el receptor
tiene un significado superficial. Sin embargo, puede suceder que el emisor tenga
realmente interés en saber cómo está José, en cuyo caso la relación del emisor con el
receptor es de carácter afectivo y, en consecuencia, tiene un significado latente.

CANAL

Otro aspecto de particular relevancia en el proceso de la comunicación al emitir un


mensaje es la manera por la cual se hará llegar con efectividad al receptor, para lo cual es
preciso seleccionar el canal adecuado.
Canal es el vehículo por medio del cual se transmite, recibe o difunde el mensaje.
Tomando en consideración la estructura formal de los canales, podemos clasificarlos en
naturales y artificiales. Los canales naturales son los que el hombre posee de una manera
innata, y con los que se relaciona con el exterior; es el caso de los cinco sentidos: vista,
tacto, gusto, oído y olfato.
Los canales artificiales, también denominados medios, son los que el hombre ha creado
para transportar los mensajes a través del tiempo y el espacio. Estos aparatos o
mecanismos se ponen de manifiesto en el cine, la radio, la televisión, el teléfono, la
fotografía, el telégrafo, los altavoces, etcétera, y, desde luego, afectan de alguna manera
a los niveles fisiológicos del receptor.
Ahora bien, antes de que el emisor se comunique, debe elegir el canal o medio mal,
adecuado para hacer llegar su mensaje hasta el receptor, por ejemplo: si el transmisor
necesita pronunciar un discurso, con toda seguridad utilizará el canal del habla; sin
embargo, si el auditorio es muy grande, la voz no será suficiente, por lo que será
indispensable amplificar la voz, de tal manera que el emisor pueda ser escuchado por
todo el auditorio.
Por lo anterior, el emisor deberá decidir cuántos serán los canales necesarios que surtan
efecto en los cinco sentidos del o los receptores y por cuál medio se transportará el
mensaje: escritura, radio, teléfono, fotografía, etcétera.

RECEPTOR

El receptor es la persona (o grupo de personas) que recibe el mensaje del emisor. Se


conoce al receptor también como decodificador, descifrador, intérprete, perceptor y
destino. Una vez que el receptor recibe el mensaje, lo decodifica e interpreta su propósito.
Cuando el receptor después de recibir el mensaje, analizarlo, comprenderlo y
decodificarlo lo acepta o lo rechaza, este proceso le convierte, al codificar la respuesta, en
emisor de una comunicación de retorno.
Respecto a las características del receptor, cabe señalar que éstas son semejantes a las
del emisor, ya que se trata de habilidades, actitudes, nivel de conocimiento y rol
sociocultural.
Las habilidades consisten en saber escuchar, poder leer el mensaje y emplear la reflexión
o el pensamiento para decodificar de manera adecuada el mensaje.
Las actitudes del receptor pueden afectar el mensaje en pro, en contra o en forma neutral,
con una participación activa o pasiva, de lo que va a depender que el mensaje sea
efectivo.
Puede suceder que el receptor no conozca el código o carezca de los antecedentes
relativos al contenido del mensaje, o bien que sus conocimientos al respecto no sean
suficientes, en cuyo caso existe la posibilidad de que interprete de manera equivocada el
mensaje.
Por otra parte, la clase social de la que proviene el receptor sin duda afecta la manera en
que éste interpreta el mensaje, si tomamos en cuenta sus creencias, costumbres, valores,
hábitos, leyes, normas, ingresos económicos, ideología política o religiosa.
El receptor juega un papel muy importante al realizar una comunicación, puesto que en
determinado momento si el receptor no recibe el mensaje, sencillamente no hubo
comunicación.
Es importante poner de relieve que la comunicación existe siempre y cuando el receptor
tenga la oportunidad de actuar en calidad de emisor, lo cual le permite afectar con su
respuesta la conducta del emisor original; por esto la retroalimentación permite comprobar
el grado de efectividad de la comunicación y se constituye, a su vez, en un valioso
elemento para corregir los errores que el emisor haya cometido.

7) La Composición como proceso

Concebimos la actividad de escritos como un proceso integrador de todas las formas


expresivas que posibilita la comunicación y la manifestación de la personalidad.
Frente a concepciones misteriosas o mágicas, consideramos que no es producto mágico
e instantáneo sino que requiere de un conjunto de procedimientos que se adquieren al
hacerse conscientes. Así, es un proceso complejo constituido por diferentes actos
intelectuales no espontáneos. De este modo, no coincidimos con la visión romántica que
postula actos de inspiración ocultos e individuales, dependientes de un sujeto
original dado que impide que los escritores medios/mediocres puedan expresar sus ideas.
Independientemente de las tendencias, cuestiones de personalidad y facilidad, el objetivo
de este curso es dotar de instrumentos o métodos que posibiliten que todo sujeto pueda
transmitir información, especialmente por escrito.
Por otro lado, deseamos destacar que el abordaje de los procesos de escritura resulta
interesante en función de su incidencia en:
- la organización del pensamiento
- el enriquecimiento lingüístico
- la formación de actitudes reflexivas y creadoras para la elaboración de los mensajes.

Antes de comenzar con el abordaje de las propuestas, deseamos destacar dos reglas
básicas:
- No decir nada más que lo que se tenga claro.
- Tener en cuenta que las palabras transmiten ideas; no se trata de acumular palabras,
sino de delimitar claramente el contenido que se quiere expresar.
La reflexión acerca de cómo pasar de la instancia del pensamiento a la palabra aparece
de modo sistemático en Aristóteles (384-322 a. C.), quien elabora en su Retórica, los
pasos, elementos y reglas que debe tener en cuenta todo orador que quiere convencer a
su auditorio.
Respecto de los modelos que abordan la temática, no hemos encontrado un método
completo. Por ejemplo, la propuesta aristotélica ofrece indicaciones fundamentales para
obtener ideas, al tiempo que no desarrolla otros aspectos que tienen en cuenta algunas
propuestas contemporáneas. Por tal razón, desarrollaremos tres propuestas diferentes,
una tradicional y dos contemporáneas, las que luego deberán integrarse y
compatibilizarse según las necesidades de redacción.
7.1) EL SISTEMA RETORICO ARISTOTELICO
El arte retórica, de naturaleza activa, comprende cinco operaciones de estructuración
progresiva:
- inventio encontrar qué decir.
- dispositio ordenar lo encontrado.
- elocutio agregar el adorno
- actio representar el discurso
- memoria acumular o aprender el discurso elaborado.

Las tres primeras son las más importantes en la etapa de composición y comunes a
discursos orales y escritos.

A.- Invención de Ideas


Se trata de un proceso mental en el cual predomina la elaboración de ideas marcadas por
la espontaneidad de cada sujeto. Es un recorrido para encontrarlas, al que postulan
universal.
Es la etapa en la que hay que encontrar qué decir. En realidad y según la concepción de
Aristóteles, no se inventa nada sino que se realiza un recorrido mental. Todos los
humanos, con idéntica estructura mental, realizarán los mismos recorridos, los cuales
consisten en interrogarse acerca de un tema, todas las preguntas pertinentes sobre ese
tema.
Por ejemplo, sobre la tema de la globalización, las preguntas serían:
Qué es; cómo funciona; desde cuándo aparece; por qué surge; con qué
consecuencias; en qué ámbito de aplicación; con qué modalidades; qué teorías la
sustentan;
Todos los sujetos harían esas preguntas y nadie formularía una del tipo de qué color es.
No obstante esta visión democrática e igualitaria de la redacción no implica absoluta
homogeneidad: la cantidad de preguntas que se formulen y las respuestas que puedan
darse dependerá del caudal de conocimientos de cada sujeto.

B.- Disposición de Ideas


El segundo momento consiste en responder las preguntas y ordenarlas según la
intencionalidad del sujeto.
Esta etapa se caracteriza por la jerarquización de las respuestas: según criterios
subjetivos, especialmente la intencionalidad del escrito, se ordenan las ideas de acuerdo
con su importancia.
Esta es la etapa más original y creadora de la Retórica: aquí ya no se privilegia lo idéntico,
lo común a los hombres, sino su perspectiva, objetivo, conocimientos anteriores, con lo
que no habrá dos discursos iguales.

C.- Elocución
Es el momento de adaptar, seleccionar la forma lingüística que mejor se adapte al
contenido. Esta etapa resulta fundamental al considerarse que una excelente idea puede
desperdiciarse por utilizar una forma lingüística inadecuada y que, además, se convence
no sólo por lo que se dice sino por cómo se lo dice.

7.2) CASSANY, Daniel

Este autor contemporáneo considera también que la composición es un proceso. Su


propuesta surge como resultado de observaciones sobre las tareas que realizan los
estudiantes competentes cuando escriben.
Pasos de redacción de un texto

OPERACIONES DE COMPOSICIÓN
ESTRATEGIAS DE COMPOSICION. ESTRATEGIAS DE APOYO
DATOS COMPLEMENTARIOS

A.- ESTRATEGIAS DE COMPOSICION.

Las llamas estrategias porque constituyen una serie de operaciones con un fin.
Esta etapa es la más importante e incluye otros subprocesos:

1. La situación de comunicación contiene todos los elementos externos al escritor como la


audiencia y los problemas expresivos que le plantean, el canal de comunicación, los
propósitos del emisor, el tipo de discurso y la finalidad.
Canal: Implica distinguir si el texto será escrito u oral, ya que de ellos se derivan
diferencias lingüísticas.
Tipo de discurso: esta precisión es fundamental ya que cada discurso -periodístico,
científico, literario, etc.- incorpora formas lingüísticas convencionales.
Delimitar el contexto: Es decir, supone distinguir que el texto se producirá en nivel formal
o informal. Recuérdese aquí lo indicado en el módulo I respecto de las diferencias código
oral/escrito y sus relaciones con la formalidad/informalidad de una situación y su
incidencia en el lenguaje.
Finalidad: supone delimitar qué busca el escritor que haga el receptor. En este apartado,
es conveniente vincular la noción de finalidad con lo indicado para las principales
funciones del lenguaje: informar, convencer, entretener.
Emisor: Se trata de acciones intencionales. Supone decidir previamente si quiere
participar a través del uso de la primera persona o términos subjetivos; o desaparecer y
utilizar la 3º persona. En segundo lugar, puede delimitar, en caso de quiera incorporarse,
si adoptará un tono autoritario, gentil, negociador, etc.
Receptor: Se lo debe delimitar previamente a través de interrogantes. En un texto siempre
está presente un lector potencial, virtual, al cual es posible asignarle algunas
particularidades. Habrá que preguntarse cómo es, qué sabe, qué le gustaría saber, que
no le gusta, qué no entendería y debería yo hacerlo más explícito.

2. Planificación del texto que incluye también:


2.1- Estructura del texto en tanto ideas principales y secundarias
2.2- Determinación de las relaciones entre los hechos: de causa, consecuencia, de
temporalidad.

3. Escritura o apropiación del código.

4. Relectura: de fragmentos, simultánea con el proceso de escritura, para mantener la


cohesión y coherencia.

5. Revisión del texto: a través de la relectura, introducir cambios de contenido -del plan
inicial- y de forma acerca de aspectos gramaticales, ortográficos, léxicos.

B. ESTRATEGIAS DE APOYO

Consiste en tareas de consulta acerca de aspectos gramaticales, léxicos, ortográfico, y de


contenido - referentes al tema en cuestión- para su ampliación, especificación, definición o
modificación.
C. DATOS COMPLEMENTARIOS.

Se trata de la transferencia o adecuación de habilidades lectoras a las productivas tales


como a- Realización de esquemas, de acuerdo con los marcadores estructurales -
conjunciones, enlaces-.

Luego representación jerárquica de la estructura, no lineal.


b- Resúmenes: identificación de la información relevante.
c-Transformación en frases abstractas y sintéticas.
Cabe destacar que los tres momentos no actúan en un orden rígido y lineal sino que el
escritor puede utilizar cualquier proceso o subproceso en todo momento de la tarea de
composición.

7.3) La propuesta de M. SERAFINI

Otra propuesta contemporánea es la representada por M. Serafini, quien en Cómo se


escribe (1996) y coincidiendo con los otros dos auores vistos, postula que la redacción de
textos es un proceso.
El primer momento está constituido por la búsqueda de ideas y datos. Para esa actividad,
propone tres alternativas: Lista de Ideas, Racimo Asociativo y Flujo de Escritura.

- Lista de Ideas:
Ellas se escriben a medida que surgen en la mente del escritor. Se trata de anotar
palabras y frases, una en cada renglón pero sin que necesariamente haya relación entre
ellas.
El ejercicio se realiza con rapidez. Conviene incluir todas las ideas que aparecen, aunque
en un primer momento no se perciban claramente sus relaciones, puesto que después se
las podrá integrar.
Por ejemplo, sobre el tema Fondo Monetario Internacional
- Definición
- Miembros que lo componen
- Surgimiento
- Tareas
- Relación de Argentina con el organismo
- Posición de los economistas y los políticos acerca del FMI
- Origen de los fondos
- Modificaciones del FMI desde que comenzó a operar
- Historia del organismo en Argentina
- Lugar de desarrollo de las actividades
- Modificación de la relación argentina en los últimos años
- Destino de los fondos del FMI

- Racimo Asociativo:
Este método consiste en mostrar en una representación gráfica, las asociaciones
existentes entre las ideas que luego serán plasmadas en el escrito.
Las relaciones entre las ideas pueden ser de naturaleza formal –la forma de la
palabra: patria, patriota, antipatria; semántica: país, nación, estado, gobierno;
o lógica: país, globalización, políticas del estado.
El procedimiento de racimo asociativo puede resultar operativo en la medida en que
apunta también, a traer de la memoria muchas informaciones útiles almacenadas.
Para este mecanismo, es conveniente usar hojas de gran tamaño. En el centro se escribe
el tema y alrededor de él, en forma radial, se apuntan las ideas que surgen. Luego
pueden agregarse otras ideas a las del segundo nivel y así sucesivamente.
En cuanto a los errores más comunes que pueden cometerse con el método, el más
común es trabajar pocos niveles. Lo central es ampliar el número de irradiaciones
sucesivas. Otra deficiencia es incluir pocos elementos en el primer nivel. También como
error frecuente está el hecho de incluir una información que no puede asociarse con otros
elementos, lo que debe ser muy bien evaluado: o se incorpora otra idea intermedia –que
seguramente está ausente- o se la descarta, ya que ese dato desvinculado complicará la
redacción posterior.

Por ejemplo: Fondo Monetario Internacional

- Flujo de Escritura
También las ideas pueden obtenerse por medio del Flujo de Escritura: se las escribe en
un papel a medida que se piensa.
En este caso y al contrario de la Lista de Ideas y el Racimo Asociativo, se comienza a
escribir directamente el texto, muy rápidamente. Casi es simultánea la actividad del
pensamiento con la escritura. Por tal razón se excluyen las actividades de corrección o
búsqueda intencional de relaciones entre las ideas. Tampoco hay estructura o
planificación; si hay relación entre las ideas, estas no están explícitas e inclusive puede
haber repeticiones o faltar explicaciones fundamentales.
En cuanto a los errores más frecuentes, está el hecho de considerar la primera versión
escrita como un borrador. Al contrario, debe advertirse que el texto producido sólo será un
cúmulo de materiales sobre los que se deberá realizar una organización posterior.
Como cierre de este apartado, vale la aclaración de que las propuestas abordadas no son
excluyentes sino compatibles entre sí, adoptadas según las necesidades y expectativas
de cada sujeto escritor.

7.4) El modelo del escarabajo

Se trata de un modelo inspirado en la significación o semántica de la palabra y en las


redes asociativas que la palabra sugiere por los conocimientos previos y experiencia de
cada sujeto.
Teniendo este modelo como meta hacer de la escritura una práctica más sencilla, sirve
para planear y analizar cualquier tipo de discurso.
Recibe la denominación de escarabajo por dos razones: la primera, porque el esquema
simplificado de la figura permite trabajar con esta herramienta; la segunda se orienta a
relaciones simbólicas: del mismo modo que el escarabajo hurga y escarba, quien planea
debe buscar en su propia mente para encontrar las redes asociativas de la palabra.
La aplicación de la propuesta supone llevar a cabo una serie de etapas:
a) Etapa inicial: se concentra en un sustantivo de base como generador de otros
sustantivos.
Se trabaja con los campos semánticos de la palabra. Se establecen redes asociativas por
la suma de los elementos internos y externos de la palabra. Los elementos internos
corresponden al significado intrínseco de la palabra en la lengua y el personal que le
otorga el individuo. Los externos se vinculan con los conocimientos previos y asociaciones
de cada sujeto.
b) Segunda etapa: Organización en bloques semánticos, cuyo número variará de acuerdo
con la cantidad y naturaleza de los términos. Cada bloque representa un eje o campo en
el que se desplazan los términos según una cierta vinculación lógica.
c) Tercera etapa: Selección, jerarquización y discriminación de los bloques y palabras de
cada uno de ellos.
d) Cuarta etapa: Determinación del punto de vista.
e) Quinta etapa: Redacción.
f) Sexta etapa: Titulación. En cuanto al titulo, se recomienda tener en cuenta:
- usar palabras atractivas.
- Evitar títulos confusos.
- No emplear títulos largos.
- Evitar las negaciones y datos numéricos.

7.5) Propuesta integración

En este aparado hemos abordado varios propuestas de composición. Ninguna manera


resulta imprescindible adherir a una de ellas, excluyendo a otras. Antes bien, será
adecuado tomar de los modelos vistos, aquellos aspectos que nos resulten cómodos,
prácticos afines a nuestra personalidad.
Esto es, no adherimos a ningún dogmatismo, aunque deseamos puntualizar algunos
rasgos sobresalientes de cada propuesta. Así, la correspondiente a Aristóteles continúa
vigente, especialmente en lo referente a invención y disposición de ideas. Esta propuesta
puede ser compatibilizada en algunos de los procedimientos que recomienda Serafín y
con el Modelo del Escarabajo, de gran utilidad por su nivel de especificidad. Por su parte,
se destaca el abordaje de la situación comunicativa por parte de Cassany, como una
delimitación previa indispensable a la elaboración de cualquier discurso, ya sea de
circulación oral o escrita.

8) Código Oral / Código Escrito

Estos contenidos, código oral y escrito, y los rasgos diferenciadores de cada uno,
constituyen una de las temáticas instrumentales más importantes del programa. Esta
valoración se fundamenta en la consideración de que una de las mayores deficiencias
observadas en escritores adultos están vinculadas con la insuficiencia de ajustar
pensamientos, palabras y estructuras lingüísticas al código escrito. En general, podemos
afirmar que todo hablante sabe utilizar el lenguaje o código oral: hay dominio, al menos
básico, del habla en el sentido de que podemos narrar con solvencia a un
interlocutor conocido algún suceso personal que nos resulte interesante; podemos
solicitar información, convencer a otro, expresar nuestros sentimientos, etc. Ahora
bien, este conocimiento que hemos llamado intuitivo, de ningún modo nos habilita para la
producción de textos escritos. ¿Por qué razón? Sencillamente porque hay rasgos
lingüísticos diferenciales en cada uno de los códigos. Saber hablar no implica saber
escribir. Y las reglas, principios y mecanismos legítimos en el habla dejan de ser tales en
el código escrito. Así, en este bloque pretendemos precisar tales diferencias distintivas,
con el objeto de introducir las primeras pautas de redacción.
Por último, cabe aclarar que las características distintivas no deben ser memorizadas
sino comprendidas y aplicadas en las futuras producciones textuales. A continuación,
ofrecemos una síntesis comparativa con las consiguientes explicaciones en cada caso.
Resulta indispensable señalar que en este curso, todas las diferenciaciones referentes a
los códigos se toman en dos términos extremos: se toma el código oral informal y el
código escrito formal. De este modo, evitamos las superposiciones que aparecen, por
ejemplo, cuando se escribe a un amigo, etc. Asimismo, destacamos que tomamos el
código oral en situaciones comunicativas cara a cara.
SÍNTESIS COMPARATIVA DE LAS CARACTERÍSTICAS DEL CÓDIGO ORAL/ESCRITO
DIFERENCIAS CONTEXTUALES
La síntesis comparativa se organiza verticalmente en función de la confrontación de
código ORAL Y ESCRITO y en base a dos ejes: DIFERENCIAS CONTEXTUALES Y
LINGÜÍSTICAS. En tal sentido, vale aclarar que los rasgos particulares de cada código
derivan, en su mayoría, de los elementos contextuales que definen y precisan cada
código.
Así, del hecho de que el canal afectado sea el sonoro en el oral y el visual en el escrito,
determina que en el primero se trate de una Comunicación efímera, es decir, que
comienza y termina; y permanente en el escrito.
Del mismo modo y tal como aclaramos que el código oral lo tomamos cara a cara, se trata
de una comunicación inmediata en el tiempo y en el espacio, lo que no siempre permite la
elaboración previa. Contrariamente, el código escrito permite la previsión dado que emisor
y receptor pueden no coincidir en tiempo y espacio.
Otro aspecto diferenciador está constituido por los atributos de código oral: rápido, ágil y
dinámico; mucho más explícito en la escritura.
En la interacción verbal se incluyen otros códigos como gestos, mientras que son escasos
en el escrito. La posibilidad de que haya interacción en el caso del oral determina que
pueda haber rectificaciones y modificaciones; también puede haber retroalimentación:
quien es emisor puede ser receptor y viceversa. En el curso del diálogo pueden
cambiarse las posiciones, acercarse o distanciarse -enfrentarse- con el interlocutor. Tal
alternativa resulta imposible en el lenguaje escrito. Pensemos, como caso ilustrativo, en la
diferencia existente entre exámenes orales y escritos: en los primeros, un error o una
imprecisión por parte del alumno puede ser superada en base a la orientación del
docente. Es absolutamente diferente en el escrito, donde el error queda patentizado en el
papel.
El habla es democrática: no requiere ningún material especial, la podemos utilizar en
todas las circunstancias y para, prácticamente, la totalidad de los contenidos. El código
escrito exige mayor esfuerzo, soportes materiales y conocimiento del lenguaje en los
niveles 2 y 4 mencionados.
En la comunicación oral es escaso el tiempo que tiene el hablante para procesar
lingüísticamente la información que desea transmitir. Constituye un verdadero esfuerzo de
su parte la elaboración lingüística ya que es prácticamente simultánea con la reflexión. Así
y como cuenta con la colaboración del receptor, hay infinidad de licencias, omisiones,
saltos de contenidos, que son posibles porque el emisor siempre cuenta con dos
posibilidades:
- Supone que el receptor colaborará en la construcción del mensaje.
- Siempre será posible volver a un tema confuso e incoherente y completarlo.
El contexto constituye un activo elemento para que el mensaje sea comprendido y es
compartido en el caso del oral; diferente en el caso del escrito. El hecho de no compartir
el contexto en el último determina que se necesite mayor explicitud en los discursos
escritos. Pensemos en la siguiente situación:
En un curso de 1º año de Contador, el docente en interacción con sus alumnos
puede decir:
nosotros estamos acá, en esta aula, hoy. Esa frase en la escritura se debería
traducir: el profesor XX y sus alumnos de 1º año de la Carrera Contador dictada en la
UBP, situada en Argüello, provincia de Córdoba, se encuentran en el aula 405 el día
15 de marzo del 2000.
El mantener un contexto común permite una comunicación más rápida, que se torna más
lenta y tediosa por la explicitud que se exige en la escritura.
Así, podríamos decir el código oral está centrado en el emisor, con un receptor tan activo
como él en el procesamiento de los contenidos. Al contrario, el código escrito está
centrado en el receptor:
el emisor pueda encontrarse en un lugar y tiempo diferente del receptor; éste puede ser
virtual - desconocido- o extenso -masivo, heterogéneo-. Es decir, en la comunicación
escrita uno no puede considerar que el receptor se dará cuenta de lo que uno quiso
escribir; sólo tendrá en cuenta lo efectivamente dicho en el escrito; no hay posibilidad de
rectificaciones ni se debería contar con la buena voluntad de un receptor desconocido o
distante.
La comodidad y flexibilidad del código oral se ve limitada por su carácter efímero; es decir,
comienza y termina. Las dificultades y complejidades del código escrito se ven superadas
si tenemos en cuenta que se trata del instrumento de construcción de la cultura: esta
comunicación duradera permite la captación histórica, los dominios científicos; en síntesis,
la memoria y el conocimiento.
Por último, debemos reiterar dos consideraciones:
1.- Las diferencias lingüísticas que a continuación abordaremos dependen exclusivamente
de consideraciones como el canal y el contexto.
2.- Quizás es adecuado que oralmente y ante un interlocutor conocido, utilicemos el habla
como se ha mencionado. Lo incorrecto es no adecuar esos rasgos a otro contexto, a otro
tipo de comunicación como lo es la escritura
Centrémonos ahora en las diferencias lingüísticas:
La característica número 10 indica para el oral la posibilidad de incluir variedades
dialectales: cuando uno habla, no sólo imprime forma a sus contenidos, sino que indica su
procedencia geográfica y nivel socio-educativo tanto por la pronunciación como por las
selecciones léxicas - de palabras- que realiza. Por ejemplo, pensemos en quien dice
joven: chango/gurí. De la pronunciación un caso ilustrativo sería la opción yo te voy a
dar / io te guá da.

Estas informaciones suplementarias no se ofrecen en el código escrito.


Respecto de la característica número 11, se destaca la escasa formalidad del código oral
dado que, tal como lo tomamos aquí, la interacción oral se concreta con un conocido; de
allí que se permita desde la informalidad hasta la subjetividad. Contrariamente, en la
escritura predomina un uso público del lenguaje, que determina un mayor grado de
formalidad y distancia en las selecciones léxicas.
La característica número 12 se vincula con otra que ya hemos mencionado: la selección
de la información es menos rigurosa, no necesariamente se recurre a fuentes de
documentación, no se busca precisión ni exactitud. Del mismo modo y funcionando el
contexto como elemento dispersador, se puede hablar de varios temas de modo
desordenado e inclusive dejar alguno inconcluso. En el escrito y en función de que
supone posibilidad de preparación previa por una mayor disponibilidad de tiempo de
elaboración, la información debe ser rigurosamente seleccionada en virtud de su
relevancia.
La característica número 13 se halla relacionada con la anterior: en la comunicación oral
no resulta incorrecto ser redundante, repetir algún contenido ya adelantado, retornar a él
para completarlo; tal uso legítimo se convierte en ilegítimo en el escrito.
Acerca de la característica número 14, es posible que en el habla la estructura del texto
termine abierta, lo que equivale a decir que la información no se cierra; algún elemento
del contexto puede intervenir en la interacción e impedir que el contenido se complete. En
el caso de la escritura, un texto debe comenzar y terminar, tener cierre semántico ya que
se le exige planificación previa.
La característica número 15 hace referencia a la economía como una característica
básica de la oralidad. En ella predomina la acumulación o yuxtaposición de ideas, por lo
que no se utilizan los conectores, elementos que tienen la función de vincular contenidos.
Cuando estos aparecen y dada la simultaneidad ya mencionada entre el pensamiento y el
tener que asignarle forma lingüística, son siempre los mismos. Esta comunicación rápida
y ágil impide y torna dificultosa la tarea de seleccionar entre diferentes nexos.

Veamos algunos ejemplos:


Tengo sueño, me acosté muy tarde. Aquí tenemos las ideas tener sueño y acostarse que
no están vinculadas por conector alguno. Obviamente que cualquier interlocutor
entendería que entre ellas hay una relación causal, pero aquí debe recordarse que en el
habla uno siempre cuenta con la colaboración del receptor. En caso de que se le agregara
un conector, resultaría así:
Tengo sueño porque me acosté muy tarde. Es decir, en la comunicación oral, cuando se
indica causalidad a través de un nexo, este será porque casi de manera exclusiva.
Diferente es la situación del código escrito, donde predomina la vinculación de ideas por
medio de enlaces con una mayor variedad. Por ejemplo:
Tengo sueño // dado que /puesto que / en virtud de que / en razón de que / // tengo
sueño.
Ya hemos hecho referencia al papel del contexto: compartido e implícito en el oral; no
compartido y explícito en el escrito. Este factor condiciona un mayor uso de exofóricos en
el primero y endofóricos en el segundo. La denominación de términos exofóricos alude a
aquellos que, carentes de significación fija, es el contexto o la situación comunicativa la
que delimita su referente. Por ejemplo, exofóricos son palabras como yo, tú, acá, allá,
ahora: su referente se determinará en cada situación comunicativa.
Al contrario, los endofóricos son unidades cuya referencia se determina por otros signos
del mensaje. Así, él es endofórico de Juan en un texto como el siguiente:
Juan llegó tarde, a pesar de que él se había comprometido a ser puntual.
Un caso similar se presentaría en la siguiente frase:
Los alumnos estudian en la UBP. Allí reciben, entre otros servicios, el de biblioteca.
Respecto del rasgo número 17, destacamos que en el uso informal del lenguaje
predominan el uso de tiempo verbales con frase verbal; al contrario, en el código escrito
se deben utilizar las formas simples de los tiempos verbales, disponibles en tal sistema.
Ilustremos con un ejemplo:
1.- Mañana voy a rendir la materia, donde voy a rendir es la frase verbal típica de la
oralidad para indicar un acción futura.
2.- Ayer iba a rendir la materia, donde iba a rendir es la frase verbal típica de la oralidad
para indicar acción probable en el pasado.
3.- Juan está rindiendo la materia, donde está rindiendo es una frase típica de la
oralidad para indicar acción presente.
Veamos cómo se traducirían al escrito tales construcciones:
1.- Juan rendirá la materia: Forma Simple del Presente
2.- Juan hubiera rendido // rendiría la materia: Pretérito Pluscuamperfecto o
Condicional
3.- Juan rinde en estos momentos la materia: Forma Simple más información de
tiempo que indica simultaneidad.
Asimismo, en la comunicación oral es frecuente la construcción de la frase obligativa
con tener + que + Infinitivo:
Juan tiene que rendir la materia¸ la que se transforma en la escritura:
Juan debe rendir la materia.
La característica número 18 señala usos opuestos en el código oral y escrito de los
relativos como
- Simples: que, quien, como, cuando, donde,
- Compuestos: el que/la que/....., el cual/ a pesar de que, si bien, mientras que,
después de que, etc.
En la oralidad prevalece el uso de que tanto para indicar personas como cosas. Al
contrario, el uso correcto señala quien, el que, el cual para persona y que para cosa.
Asimismo, vale destacar que en el primer código son abundantes los relativos simples,
mientras que en el segundo se agregan los compuestos, los más formales.
El rasgo 19 caracteriza al código oral por la presencia de estructuras oracionales simples:
las ideas se suman, se acumulan ya sea por coordinación -con nexos como y, o, pero,
etc.- o yuxtaposición por medio de pausas. Al contrario, el código escrito y en virtud de
que es producto de un proceso de elaboración, hay una mayor tendencia a la
subordinación o al encaje o inclusión de una idea en otra. Esta particularidad ya ha sido
desarrollada al abordar el rasgo número 15.
Nuevamente y con respecto a la característica número 20, es habitual que en una
interacción oral el hablante deje frases inacabadas, ya sea porque recuerda otro tema o
porque algún elemento de tal situación incida en tal fenómeno, propiedad que no es
aceptable en el código escrito.
El rasgo número 21 asigna al habla la posibilidad de variar el orden de los elementos de la
oración, especialmente por razones de énfasis. Por ejemplo, la materia rendirá Juan
mañana. El orden "normal" de nuestra lengua es Sujeto/verbo/complemento, el que no se
cumple seguramente porque el hablante desea destacar qué hará Juan. Contrariamente,
en el código escrito se sugiere respetar el orden canónico en virtud de que es el más
sencillo para la comprensión de las informaciones.
En el caso citado, la inversión del orden tiene sentido por la búsqueda del énfasis; sin
embargo, hay otras situaciones en discursos escritos en las que la alteración
innecesariamente complica o torna incoherente una construcción.
En cuanto a la característica número 22, el contar con la buena voluntad del receptor y el
carácter dinámico de la oralidad condiciona la prevalencia de la elipsis, la cual consiste en
omitir alguna palabra o construcción, fenómeno que resulta inadecuado en la escritura.
El aspecto que aborda el ítem 23 asigna como característico del código oral el empleo de
un léxico no marcado formalmente, cuya presencia es fundamental en la escritura. Por
ejemplo, frente a Llegué rápido / Llegué rápidamente. Llegué muy rápido / Llegué
rapidísimo. Vale agregar que la utilización de adverbios en -mente -rápidamente,
obviamente, seguramente, etc.-. se asocia en general con hablantes cultos1.
La característica número 24 postula pala el código oral el uso de palabras con poco
significado específico o, lo que es lo mismo, términos con sentido general. Así, es habitual
la utilización de cosa, asunto, persona, hecho, en virtud de su carácter impreciso y
general. Por ejemplo, una afirmación legal será una resolución o dictamen. Un suceso
puede ser una fiesta, un accidente automovilístico, un atentado explosivo, etc. Una
persona puede ser un adulto/a, adolescente, anciano/a, estudiante, profesional. Para el
código escrito, se sugiere, además de la búsqueda del término que más ilustre al
referente, la precisión en un campo de conocimiento -contable, administrativo, legal, etc.
Con respecto al rasgo 25, una de las características naturales del código oral es que se
repiten los mismo términos, sin que tal propiedad interfiera en la interacción. No decimos
que en la oralidad sea incorrecta la repetición dado que, y como ya lo afirmamos, es
escaso el tiempo que media entre pensamiento y forma lingüística. Sin embargo, este
fenómeno es inadecuado en la escritura.
¿Y cuál será su fundamentación? El hecho de que dispongamos de tiempo para elaborar
el escrito que permite una planificación previa y la disponibilidad del léxico español -más
de 80.000 palabras- prescribe su presencia. Ahora bien, las exigencias de la necesidad de
repetir contenidos y evitar la reiteración de palabras pueden cumplirse con tres
procedimientos -sinónimos, relaciones de inclusión, elementos correferenciales y
relaciones semánticas entre palabras-, cuyas propiedades y distinciones se desarrollan en
el material nº 4 del módulo 3.
Otro fenómeno habitual en el discurso oral aborda el rasgo número 26: la ambigüedad,
que implica que un término o construcción puede ser interpretado al menos de dos
maneras, puede surgir por el uso de términos imprecisos, poco específicos y por la
construcción de la frase. La ambigüedad, permitida en el discurso literario por ejemplo, no
debe aparecer en los referenciales si estos buscan informar. Veamos un ejemplo tal
fenómeno:
Todas las vacaciones las pasé en xxxx. Esta frase que puede ser interpretada como
estas últimas vacaciones o todas las de mi vida, se origina por la presencia de todas.
Un auto chocó contra un árbol, el cual fue inmediatamente derivado al hospital XXX.
A pesar de que nuestro conocimiento del mundo impide que interpretemos que el árbol
fue internado, sin embargo tal como se ha construido la frase, ésa es la información.
La característica número 27 asigna al código oral el empleo casi exclusivo de términos
coloquiales, en oposición a una mayor variedad léxica presente en el escrito. Por ejemplo,
predominará el verbo decir, con sus repeticiones; en el código escrito, deben aparecer
formas alternantes o sinónimas como referir, manifestar, expresar, hacer referencia,
mencionar, considerar, etc.
Otros pares de términos informales/formales son:
Charlar conversar, dialogar, intercambiar opiniones
Preguntar interrogar, inquirir
Empezar comenzar, iniciar
Seguir continuar
Ir dirigirse
Manejar (auto) conducir
La muletilla, abordada en el punto 28, es muy habitual en la oralidad, especialmente en
aquellas interacciones muy formales que provocan tensión, como un examen, la
presentación ante un empleo, etc. Ejemplos de estas formas son bueno...., este...., eh....,
o sea..., etc., cuya manifestación puede obedecer a la necesidad de buscar un apoyo -
"muletas"- mientras se busca en la memoria nueva o vieja información. Su uso está
prescrito en el lenguaje escrito.
El último aspecto, la presencia de vocativos o apelativos en el código oral es
natural y muchas veces necesario: vos sabés, che, Juan, loco, serían llamadas de
atención, avisos del hablante hacia el receptor, vinculados con el carácter dialógico
de la oralidad. De este modo, resultan innecesarios en el código escrito. 1 Estudios
lingüísticos revelan que grupos encuestados, al detectar el uso de tales adverbios, calificaron a
los hablantes como profesionales y educados.

Universidad Blas Pascal - Derechos reservados

S-ar putea să vă placă și