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ÍNDICE

Introducción...............................................................................................................1
1. Las patologías de la motivación..........................................................................2
1.1. La omisión de la motivación.........................................................................2
1.1.2. El caso de resoluciones que debieron ser autos y se expidieron como
decretos.....................................................................................................................3
1.1.3. Desestimación tácita:...................................................................................4
1.1.4. Motivación parcial.........................................................................................4
1.1.5. Motivación implícita......................................................................................4
1.1.6. Motivación por relationem............................................................................5
1.2. La motivación aparente................................................................................6
1.3. La motivación insuficiente............................................................................7
1.4. La motivación incongruente.........................................................................9
2. El deber de motivación de la sentencia penal....................................................9
2.1. El deber de motivación en la historia..............................................................9
2.2. La motivación en el ordenamiento jurídico peruano.....................................11
2.3. La motivación como imperativo constitucional...........................................13
2.4. El control de la motivación........................................................................16
2.4.1. El control en el proceso penal.................................................................16
2.4.2. El control en sede constitucional................................................................18
Conclusiones...........................................................................................................25
Bibliografía...............................................................................................................26
Quiero dedicar este trabajo hoy
concluido a nuestros padres porque
con ahínco y amor nos inculcaron la
admiración y el gusto por la lectura
y la investigación, y por apoyarme
en cada decisión e impulsaros por
nuestro bienestar y prosperidad
Introducción

Llama la atención la escasa credibilidad de la que goza el poder judicial, en


especial en los países latinoamericanos, principalmente en lo que atañe a la
justicia penal. Con las reformas procesales penales y la trasformación de los
procesos penales en procesos acusatorio, orales, pero con el pasar del tiempo la
imagen de la justicia penal denoto una mejora en algo, pero lamentablemente.
Debido a ello, el presente trabajo básicamente está estructurado en los siguientes
ítems.

En un primer momento da a conocer las “patologías de la motivación”. (de manera


análoga se puede utilizar en el lenguaje jurídico para referirnos a aquellas
deficiencias o errores que tiene cierto objeto materia de estudio por parte del
Derecho, y en el caso concreto se hace referencia a la motivación de las
resoluciones judiciales) Luego, en un segundo momento, enfatiza el “deber de
motivación de la sentencia penal” (el deber de motivación de las sentencias en la
historia del derecho es un fenómeno moderno; no hace sino dos siglos que se
consagró de manera general en los ordenamientos jurídicos), en un tercer
momento, se centra en enfatizar la motivación en el ordenamiento jurídico
peruano, ya que toda las sentencias serán motivadas, expresándose en ellas la
ley o los fundamentos en que se apoyen.

Posteriormente se centra en “la motivación como imperativo constitucional”, de


modo que el imperativo de motivar, de fundamentar las resoluciones judiciales,
especialmente las sentencias, encontró pronto una acogida favorable en nuestro
sistema normativo. Así puede constatarse en algunas de las leyes
procedimentales de los cuerpos normativos históricos, en las que ya se advierte la
necesidad de motivar las decisiones judiciales, disponiéndose al efecto reglas
adecuadas para controlar la práctica del arbitrio judicial.

Y por último se desarrolla el “control de la motivación de las resoluciones


judiciales”, lo cual en materia penal se realiza a través de los recursos ordinarios y

1
extraordinarios que prevé el nuevo Código Procesal Penal. En sede constitucional,
corresponde a los jueces constitucionales, mediante los procesos constitucionales
de amparo y habeas corpus.

1. Las patologías de la motivación

Si bien es cierto, la patología es un término médico que hace alusión al


estudio de las enfermedades, de manera análoga se puede utilizar en el
lenguaje jurídico para referirnos a aquellas deficiencias o errores que tiene
cierto objeto materia de estudio por parte del Derecho, y en el caso
concreto se hace referencia a la motivación de las resoluciones judiciales,
para ello se trae a continuación lo expuesto por el Tribunal Constitucional,
que sostiene “(…) este Tribunal, en distintos pronunciamientos, ha
establecido que el derecho a la debida motivación de las resoluciones
judiciales es una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y
garantiza que las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el
mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que proporciona
el ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso.” 1

Ahora, bien teniendo en cuenta esta aproximación a la definición de este


objeto materia de estudio, se procede a desarrollar los siguientes tipos o
clases de patologías de la motivación:

1.1. La omisión de la motivación

La presente patología a la motivación presenta otras denominaciones


tales como como falta de motivación u omisión de la motivación;
además con dos tipos las cuales son de un lado la omisión formal de la
motivación, o ausencia de motivación también llamado omisión total y la
omisión sustancial de la motivación; donde la primera se puede
presenciar cuando no se justificó la decisión pero tiene una parte

1 EXP. N.° 03433-2013-PA/TC-Lima-Servicios Postales

2
dispositiva (que contiene la solución del litigio), en principio podría
resultar impensable pero existen casos donde se aprecia esta situación;
y tenemos las siguientes:

1.1.1. El caso de resoluciones inimpugnables


Partiendo de la idea que no todas las resoluciones son
impugnables, se debe tener en cuenta que ello no admite la
ausencia de motivación, pues la motivación tiene una función
garantista sobre derechos de defensa e imparcialidad y en ese
mismo sentido, Zabaleta Rodríguez, Roger menciona que “(…)
una resolución solo es inimpugnable en la medida en que esté
debidamente motivada; de lo contrario la parte afectada no solo
está facultada para recurrirla, sino que el superior debe
declararla nula.”2 Por tanto, la motivación es un requisito
necesario para la impugnación de una resolución.

1.1.2. El caso de resoluciones que debieron ser autos y se


expidieron como decretos
En este caso, el autor mencionado en el caso precedente
sostiene que “El tipo de resolución que corresponde expedir
respecto de los actos procesales de las partes no depende del
criterio discrecional del juez, sino de la naturaleza que se pide.” 3
Por tanto de esa forma es inconcebible un suponer la existencia
de un criterio discrecional del juez para emitir un decreto cuando
aparentemente no exista un acto procesal contemplado en las
resoluciones que requieran un auto para de esa manera no
motivar y por tanto declarar improcedente el recurso de apelación
basándose en que solo cabe cuestionar un decreto mediante una
reposición; ya que una ausencia de motivación no convierte a un
auto en decreto, por tanto el juez no debe afectar el principio del
debido proceso a la parte agraviada.

2 ZABALETA RODRÍGUEZ, Roger. La motivación de las resoluciones judiciales como argumentación jurídica.
Edit. Grijley. Lima-Perú. 2014. Pág. 401.
3 Ibíd. Pág. 403.

3
En el segundo caso, es decir en la omisión sustancial, que suele ser la
más frecuente se presentan los siguientes supuestos:

1.1.3. Desestimación tácita:


Se deduce de la parte decisoria, existe un pronunciamiento de
rechazo a una pretensión que es consecuencia del fallo o
decisión donde al desestimar la pretensión principal, las
accesorias siguen tienen la misma consecuencia de aquella. A
modo de ejemplo se cita el siguiente “Si la declara infundada la
pretensión principal sobre la obligación de dar suma de dinero,
es claro que las pretensiones accesorias sobre el pago de
intereses, así como el pago de costas y costos procesales,
también habrán sido desestimadas.” 4

1.1.4. Motivación parcial:


Es aquella donde una decisión, parte de la resolución final, no
está justificada. A manera ilustrativa Nolasco Valenzuela, José
Antonio considera el siguiente ejemplo “El fallo de una sentencia
penal no solo comprende la declaración de culpabilidad, sino la
imposición de una pena y la reparación civil. En tal sentido
constituiría un caso de motivación parcial (omisión) no justificar la
determinación de la pena o no exponer las razones por las
cuales se ha estimado la indemnización que forma parte de la
reparación civil.”5

1.1.5. Motivación implícita:


En este caso las razones por las cuales se justifica un decisión
se infieren de una decisión ya tomada por el juez, pero en
realidad el juez tiene la obligación de manifestar las razones por
las cuales no se acoge a ciertos argumentos presentados por las
partes; Es por tanto aquella que se deduce del conjunto de

4 ZABALETA RODRIGUÉZ, Roger. Ob. Cit. Pág. 409.


5 NOLASCO VALENZUELA, José Antonio. El Juez Penal y los Sujetos Procesales del Litigio. Edit. Aras E.I.R.L.
Lima-Perú. 2012. Pág.23.

4
razonamientos expuestos en la resolución, se deduce de la
sentencia y no de la decisión o fallo como sucede en el caso de
la desestimación tácita y al respecto el autor anteriormente citado
expone que “No es admisible considerar que, si el juez acepta los
argumentos o pruebas de la acusación, entonces debe inferirse
que implícitamente está rechazando los argumentos o pruebas
que tienden hacia una resolución absolutoria.” 6

1.1.6. Motivación por relationem:


Denominada también omisión por remisión, la cual surge cuando
el juez decide y se remite a las razones que están contenidas en
otra sentencia y no realiza una justificación propia para el caso
particular; existen dos tipos de remisión: una interna que está
descrita en el artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
donde la decisión del juez se basa en la sentencia de primer
grado o al dictamen fiscal (opinión del fiscal), por otro lado se
encuentra la remisión externa en la cual el juez se remite a otra
sentencia de otro proceso; sin embargo la remisión si se puede
ser aceptable y al respecto Nolasco Valenzuela, José Antonio
expresa que “la remisión será admisible siempre y cuando el
órgano jurisdiccional realice un juicio o examen de la justificación
reenviada (juicio de idoneidad).”7

Es necesario mencionar que uno de los deber que tiene el juez,


es precisamente pronunciarse sobre los puntos que manifiesta el
o los recurrentes, de manera que no cabe solo remitirse a una
consideración de otro juez inferior en una impugnación ya que se
estaría pronunciando sobre los puntos de la otra parte y no del
recurrente dejando a este último sin el pronunciamiento requerido
y por tanto estaría violentando su derecho al debido proceso y
también su derecho a la defensa.

6 Ibíd. Pág.24.
7 Ibídem.

5
Sin embargo el impugnante debe enunciar claramente los
agravios, precisando punto por punto errores y/o deficiencias de
la sentencia como si fuera la pretensión de una demanda, para
que de esa manera el a quem se pronuncie sobre las
impugnaciones revocando (dejando sin efecto una resolución) o
confirmando la sentencia materia de impugnación.

1.2. La motivación aparente

El Tribunal constitucional, pronuncia lo siguiente “Existe motivación


aparente cuando una determinada resolución judicial si bien contiene
argumentos o razones de derecho o de hecho que justifican la decisión
del juzgador, éstas no resultan pertinentes para tal efecto, sino que son
falsos, simulados o inapropiados en la medida que en realidad no son
idóneos para adoptar dicha decisión.”8

A manera de reforzar las ideas anteriores, Zabaleta Rodríguez, Roger


manifiesta que son casos típicos de la motivación aparente “(…) las
resoluciones que solo se limitan a describir los hechos alegados por las
partes, sin analizar ni vincularlos con prueba alguna; las que no valoran
los medios probatorios esenciales para resolver la controversia.” 9

Por tanto, en estos casos las razones sobre la cual se emite una
sentencia recaen en pruebas que no fueron aportadas, en hechos que
no sucedieron o en fórmulas que no coinciden con la realidad, son
ambiguas y no significan nada. Es por ese motivo que Nolasco
Valenzuela, José Antonio señala que: “La pena debe imponerse
teniendo en cuenta la forma y circunstancias en que se perpetraron los
hechos y las condiciones personales del acusado.”10

8 EXP. N.° 01939-2011-PA/TC-Cusco-Gobierno Regional.


9 ZABALETA RODRIGUÉZ, Roger. Ob. Cit. Pág. 423.
10 NOLASCO VALENZUELA, José Antonio. Ob. Cit. Pág. 25.

6
1.3. La motivación insuficiente

Para la Corte Suprema, este tipo de motivación es la que vulnera el


principio lógico de la razón suficiente. Puesto que, una motivación
suficiente viene a ser aquella que aporta las razones necesarias para
ofrecer una justificación apropiada. El juez, por su parte cae en el error
de cometer una motivación insuficiente cuando no expresa las pruebas
de sus argumentaciones.

ZAVALETA RODRIGUÍGUEZ, señala que “la motivación suficiente


portar razones fácticas y jurídicas necesarias para justificar
apropiadamente la decisión. Guarda estrecha relación con el principio
lógico d razón suficiente expresado por LEIBNIZ en 1714 y desarrollado
por SCHOPENHAUER en 1815, regula el cual: ninguna enunciación
puede ser verdadera sin que haya una razón suficiente para que sea
así y no de otro modo.”11 El juez incurre en motivación insuficiente
cuando no justifica las premisas que no son aceptadas por las partes.

Así, tenemos por ejemplo cuando no dilucida un problema de


interpretación. Aquí no estamos frente a una incongruencia EXTRA
PETITA, pues el juzgador formalmente si habría resulto el petitorio
demandado. Pero no había resulto el problema de interpretación pese a
lo cual sus expresiones fungirían como fundamento del fallo.

Por otra parte, el juez también incurriría en motivar insuficientemente


sino explicita un enlace no evidente utilizado en la inferencia probatoria
o si explícitamente no esgrime razones que fundamente si y solo sí solo
su decisión, refutando o descartando cualquier otra posición alternativa.

Asimismo, es importante destacar que la suficiencia de la motivación


como concepto jurídico indeterminado no puede ser apreciada o priori o
en abstracto, sino a la luz de las circunstancias concretas a cada caso.

11 ZAVALETA RODRIGUÍGUEZ, Roger. “La Motivación de las Resoluciones Judiciales: como argumentación
jurídica”. Edit. GRIJLEY. Lima-Perú.2014. pág. 425.

7
Para este efecto debe tenerse en cuenta que dicha suficiencia se mide
por la adquisición del conocimiento por las partes de la rule decidendi.
La motivación suficiente no se identifica, por tanto, con una motivación
exhaustiva que dé respuesta a todas las argumentaciones esgrimidas
en el proceso, así sea impertinentes o irrelevantes para la decisión
tomada. Tampoco incluye la posible economía de razonamiento ni que
estos sean escuetos o sucintos. Lo importante es que las razones
expuestas por el juez permitan conocer los criterios esenciales que
fundamenten la decisión y respondan a los argumentaciones relevantes
de las partes, a efectos de posibilitar las interposiciones de los medios
impugnatorios respectivos y el correspondiente control por parte delos
órganos superiores judiciales superiores.

El juez está obligado por mandato legal a consignar en su sentencia la


expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena respecto de
todos los puntos controvertidos. Pero debemos tener en cuenta que
ésta decisión no puede ser autoritaria o carente de razones, sino que
por imperativo constitucional debe ser motivada y, y como la motivación
se inserta en un proceso discursivo deberá necesariamente dar
respuesta a los argumentos de las partes.

1.4. La motivación incongruente

El Tribunal Constitucional en su EXP. 3943-2006-PA/TC realiza una


breve exposición sobre la motivación incongruente al señalar que el
derecho a la debida motivación de las resoluciones obliga a los órganos
judiciales a resolver las pretensiones de las partes de manera
congruente con los términos en que vengan planteadas, sin cometer,
por lo tanto, desviaciones que supongan modificación o alteración del
debate procesal (incongruencia activa).
Desde luego, no cualquier nivel en que se produzca tal incumplimiento
genera de inmediato la posibilidad de su control mediante el proceso de

8
amparo. El incumplimiento total de dicha obligación, es decir, el dejar
incontestadas las pretensiones, o el desviar la decisión del marco del
debate judicial generando indefensión, constituye vulneración del
derecho a la tutela judicial y también del derecho a la motivación de la
sentencia (incongruencia omisiva).

2. El deber de motivación de la sentencia penal


2.1. El deber de motivación en la historia

El deber de motivación de las sentencias en la historia del derecho


es un fenómeno moderno; no hace sino dos siglos que se consagró
de manera general en los ordenamientos jurídicos. Cabe mencionar
de que en España, hasta el siglo XVIII los tribunales no motivaban
sus sentencias, con excepción de Mallorca, y solo es en 1768 que a
la audiencia de Mallorca y sus juzgados se les impone la
prohibición de motivar.

Según Alejandro Nieto citado por José Antonio Nolasco Valenzuela


que: “desde el siglo XII existía una línea conforme a la cual se podía
motivar; no estaba prohibido motivar, pero se desaconsejaba
motivar. Inocencio III afirmaba que los jueces no debían motivar
porque el fundamento del fallo proviene de la autoridad del Juez y
no de unos razonamientos”12.

Se pueden encontrar huellas de la motivación en las jurisdicciones


estatutarias, en la eclesiástica de la Santa Inquisición, y antes aún
en la de los magistrados romanos, el principio de la obligación de
motivar las decisiones judiciales y específicamente de las
sentencias es rigurosamente moderno. La obligación de la
motivación fue sancionada por primera vez en la pragmática de
Fernando IV de 27 de septiembre de 1774; después por el artículo
3° de la Ordonnacce criminelle de Luis XVI de 1 de mayo de 1788.

12 NOLASCO VALENZUELA, José Antonio. El Juez Penal y los Sujetos procesales en el


litigio. Edit. ARA E.I.R.L. Perú. 2012. Pág. 27.

9
Posteriormente, a causa de las leyes revolucionarias del 24 de
agosto y 27 de noviembre de 1790, y por el artículo 208°de la
Constitución francesa de 1795. Finalmente es recibida a través de
la codificación napoleónica por casi todos los Códigos
decimonónicos Europeos.

Para Alejandro Nieto citado por José Antonio Nolasco Valenzuela “lo
relevante históricamente es que la exigencia de motivar se conectó
con la exigencia de legalidad. Se empezó a pensar que el juez no
solo tenía que dictar una sentencia justa, sino que tenía que dictar
una sentencia ajustada a Derecho, a Ley”13.

En el Perú, la Constitución de 1828 introdujo la obligación de


motivar las sentencias tanto en las causas civiles (artículo 122°)
como en las causas criminales (artículo 123°). Por su parte, la
Constitución de 1834 también precisaba la obligación de motivar
sentencias “expreso a ley, en su efecto, los fundamentos en que se
apoyan”. Idéntico texto presenta el artículo 125° de la Constitución
de 1839 y similar disposición exhibe la Constitución de 1856 en su
artículo 128°. La Constitución de 1860 reproduce en su artículo
127°, con variantes irrelevantes, el texto de su precedente. Lo
propio sucede en el artículo 125° de la Constitución de 1867. La
Constitución de 1920 primera del siglo XX en su artículo 154°
mantiene la normatividad de sus predecesoras. Lo propio sucede
con la Constitución de 1933. La Constitución de 1979 precisa que
la motivación escrita de las resoluciones, en todas las instancias,
con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos en
que se sustenta, es una garantía de la administración de la justicia.

2.2. La motivación en el ordenamiento jurídico peruano


2.2.1. Constitución Política del Perú.

13 NOLASCO VALENZUELA, José Antonio. El Juez Penal y los Sujetos procesales en el


litigio. Edit. ARA E.I.R.L. Perú. 2012. Pág. 27.

10
Artículo 139. Inciso 5) “constituye un principio de la función
jurisdiccional la motivación escrita de las resoluciones judiciales
en todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite,
con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de
hecho en que se sustentan.”14

Del mismo modo, constituye una de las garantías que forman


parte del contenido del derecho al debido proceso; por lo que el
Tribunal Constitucional (TC) ha señalado que toda resolución que
emita una instancia jurisdiccional (mandato que no se restringe a
los órganos del Poder Judicial, sino también a toda entidad que
resuelva conflictos, incluido el TC) debe estar debidamente
motivada, lo cual significa que debe quedar plenamente
establecida a través de sus considerandos.

“Durante nuestra vida como Nación independiente, el deber de


motivar las sentencias fue recogido por primera vez, como
manifestación de la publicidad de los juicios, en la Constitución
de 1828, dedicándole dos normas: una para los juicios civiles y
otra para las causas penales.” 15 Es a partir de ello que las
sentencias serán motivadas, expresándose en ellas la ley o los
fundamentos en que se apoyen.

2.2.2. Ley orgánica del poder judicial.

Artículo 12°. “Todas las resoluciones, con exclusión de las de


mero trámite, son motivadas, bajo responsabilidad, con expresión
de los fundamentos en que se sustentan pudiendo estos
reproducirse en todo o en parte sólo en segunda instancia, al
absolver el grado.”16

14 TALAVERA ELGUERA, Pablo. “La Sentencia penal en el nuevo Código Procesal Penal”. Pág. 28.
15 GUTIERREZ CAMACHO, Walter. “La Constitución Comentada”. Gaceta Jurídica. Primera Edición. Lima –
Perú. 2005. Pág.502.
16 Ley Orgánica del Poder Judicial.

11
“Esta disposición alcanza a los órganos jurisdiccionales de
segunda instancia que absuelven el grado, en cuyo caso la
reproducción de los fundamentos de la resolución recurrida no
constituye motivación suficiente.”17

La motivación de las resoluciones judiciales es una exigencia


constitucional, y cuando las decisiones judiciales se refieran a la
restricción de derechos de personas, como el derecho a la
libertad ambulatoria, las mismas deben ser suficientemente
motivadas; en consecuencia, la resolución judicial (auto) que
ordena la medida de coerción exige ser fundamentada acorde
con la norma constitucional y los requisitos que la ley establece.

Sin embargo, la tutela del derecho a la motivación de las


resoluciones judiciales no debe ni puede servir de pretexto para
someter a un nuevo examen las cuestiones de fondo ya
decididas por los jueces ordinarios.

2.2.3. Código procesal penal del 2004.

Artículo 429. Son causales para interponer recurso de casación:


“(…) 4. Si la sentencia o auto ha sido expedido con falta o
manifiesta ilogicidad de la motivación, cuando el vicio resulte de
su propio tenor.”18

En la Constitución vigente el Poder Judicial, es el único órgano al


que se le exige motivar sus actos, casi como poniendo en
evidencia que los jueces serán todo lo independientes que deben
ser, pero estando sometidos a la Constitución y a la ley así debe
reflejarse en sus resoluciones. Es así que se ha dicho que la
motivación es el banco donde el juez paga el precio de la
independencia y libertad de decisión.

17 TALAVERA ELGUERA, Pablo. “La Sentencia penal en el nuevo Código Procesal Penal”. Pág. 28.
18 Nuevo Código Procesal Penal de 2004.

12
2.3. La motivación como imperativo constitucional

Florencio, Mixán Mass señala que “el carácter normativo de la


motivación de las resoluciones judiciales constituye un deber jurídico,
instituido por la norma jurídica de máxima jerarquía en el ordenamiento
jurídico nacional.”19

La motivación como imperativo constitucional obliga a los jueces y


tribunales, para que estos, puedan emitir las resoluciones judiciales,
debidamente motivadas. Por ello, la motivación de las sentencias se
configura como un instrumento de primer orden y esencial para
cualquier análisis del proceso.

Ahora bien, desde una perspectiva constitucional, la motivación de las


resoluciones judiciales se considera como principio y garantía de la
administración de justicia en donde lo garantizado por el Derecho es
que la decisión expresada en el fallo o resolución sea consecuencia de
una deducción razonada de los del caso, de las pruebas aportadas y de
su valoración jurídica.

A su vez, refiere el Artículo 139º. Inciso 5. De la Constitución Política


del Perú, constituye un principio de la función jurisdiccional la
“motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las
instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa
de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se
sustentan.”20

Del mismo modo, en la sentencia recaída del Expediente Nº 0791-2002-


HC/TC. “(…) la motivación debe ser tanto suficiente. (…), como
razonada.”21

19 Mixán Mass Florencio. “La motivación de las resoluciones judiciales”. Universidad de Trujillo. Trujillo-
Perú. 1987. Pág. 193.
20 Constitución Política del Perú de 1993. Diario Oficial el Peruano, Lima-Perú. 29 de diciembre de 1993.
21 Sentencia del Tribunal Constitucional. Exp. Nº 791-2002-HC/TC, caso: Grace Mary Riggs Brousseau. 21 de
junio de 2002.

13
Talavera señala “el Tribunal Constitucional ha sostenido que el derecho
a la motivación escrita de todas las resoluciones judiciales, con
excepción de los decretos de mero trámite, exige que, en todo proceso
judicial, independientemente de la materia que se trate y del sentido
favorable o desfavorable que éste pueda tener, los jueces tengan que
expresar el proceso mental que los ha llevado a decidir la controversia
que se sometió a su conocimiento.”22

En tal sentido, la motivación escrita de las resoluciones judiciales, en un


Estado Constitucional de Derecho cumple al menos dos funciones, tales
como:

a. Un factor de racionabilidad en el desempeño del ejercicio de


las funciones jurisdiccionales, ya que, genera una garantía
para que la solución brindada a la controversia sea
consecuencia de una interpretación racional del ordenamiento.
Y no del fruto de la arbitrariedad en el ejercicio de la
administración de justicia.
b. Facilita un adecuado ejercicio del Derecho de defensa de
quienes tienen la condición de partes en un proceso, además
constituye un control riguroso por parte de las instancias
superiores, cuando se emplean los recursos que son
considerados procedentes.

Sin embargo, la Constitución Política no garantiza en su totalidad de


manera detallada, que todas las alegaciones que las partes puedan
formular dentro del proceso sean objeto de un pronunciamiento expreso
y detallado. Es así, en materia penal, el derecho en referencia garantiza
que la decisión expresada en el fallo sea resultado de una deducción
razonable de los hechos del caso, las pruebas aportadas y la valoración
jurídica de éstas en la resolución de controversias. En suma, garantiza

22 Talavera Elguera, Pablo. “La sentencia penal en el Nuevo Código Procesal Penal”. Cooperación Alemana al
Desarrollo. 1ra Edición. 2010. Perú. Pág. 29.

14
que el razonamiento empleado guarde relación y sea proporcionado y
congruente con el problema que al juez penal corresponde resolver.

En suma, entendemos que, el Derecho a la motivación de las


resoluciones judiciales constituye una garantía del justiciable frente a la
arbitrariedad judicial que podrían cometer los jueces, y a su vez
garantiza para que las resoluciones no se encuentren justificadas en el
simple capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que
suministra el ordenamiento jurídico o en los que se deriven del caso.
Sin embargo, no todo ni cualquier error en el que eventualmente incurra
una resolución judicial constituye automáticamente una violación del
contenido constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de
las resoluciones judiciales.

2.4. El control de la motivación

El control de la motivación de las resoluciones judiciales en materia


penal se realiza a través de los recursos ordinarios y extraordinarios
que prevé el nuevo Código Procesal Penal. En sede constitucional,
corresponde a los jueces constitucionales, mediante los procesos
constitucionales de amparo y habeas corpus.

En un Estado Constitucional de Derecho, es consustancial al contenido


constitucionalmente protegido del deber de motivación de las
resoluciones judiciales la posibilidad de su control, tanto en lo que
concierne la justificación interna como la justificación externa.

2.4.1. El control en el proceso penal

Al regular el recurso de apelación, el nuevo Código Procesal


Penal no contempla de manera expresa la nulidad de la
sentencia por ausencia o insuficiencia en la motivación, ni
prescribe ningún parámetro o canon para controlar la corrección
de la justificación de las resoluciones judiciales.

15
Sin embargo, en el art. 425°. 3.a) faculta a la Sala Penal Superior
a declarar la nulidad en todo o en parte de la sentencia apelada.
Por lo que, teniendo en cuenta que el art.150°.d) contempla
como causal de nulidad absoluta la inobservancia del contenido
esencial de los derechos y garantías previstos por la
Constitución, no cabe duda que el control se realizará a través de
dicho mecanismo procesal.

En cambio, tratándose del recurso extraordinario de casación, el


art. 429° contempla expresamente una causal relacionada
expresamente con el control de la motivación de las resoluciones
judiciales. Se trata de la causal prevista en el inciso 1), en cuanto
señala que “Si la sentencia o auto ha sido expedido con falta o
manifiesta ilogicidad de la motivación, cuando el vicio resulte de
su propio tenor…” Esta causal comprende dos supuestos de
infracción al imperativo constitucional de la motivación de las
resoluciones: i) la falta de motivación; y, ii) la manifiesta ilogicidad
de la motivación.

Por falta de motivación no solo debe entenderse la ausencia


absoluta de motivación, sino también la ausencia sustancial, es
decir, la omisión de pasajes decisivos en el razonamiento
argumentativo del juez.23 Por manifiesta ilogicidad de la
motivación, debe entenderse los supuestos claros de
contradicción y otras infracciones a la corrección del
razonamiento (lógico). Iacovello sostiene que, al imponer el
código que se trata de una manifiesta ilogicidad, se constituye
como un limite al juez en el control de la motivación.

Cabe entender que el control de la motivación se produce sobre


lo comunicable, sobre lo externo del auto o sentencia; es decir,

23 IACOVELLO, Mauro Francesco. “El control de la casación sobre la motivación” En: Nueva Doctrina Penal,
Editores del Puerto, Buenos Aires, 2002, pag. 49-106.

16
sobre lo que se ha escrito. Por ello el Código señala que “el vicio
debe resultar de su propio tenor”.

2.4.2. El control en sede constitucional

El control de la motivación en sede constitucional viene


autorizado por el art. 4° del Código Procesal Constitucional, en
cuanto señala que procede el amparo respecto de resoluciones
judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio de la tutela
procesal efectiva, que comprende el debido proceso y procede el
habeas corpus cuando una resolución judicial firme vulnera en
forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.

Como ya lo ha sostenido el Tribunal Constitucional en su


sentencia Exp. N°1230-2002-HC/TC, caso César Humberto Tineo
Cabrera, la motivación de las resoluciones judiciales es un
componente escencial del debido proceso previsto en el art.
139°.3 de la constitución, y por lo tanto se encuentra
comprendido dentro de los alcances del dictado dispositivo del
Código Procesal Constitucional.

El Tribunal Constitucional ha puntualizado que el control de la


motivación de las resoluciones judiciales debe realizarse a partir
de los propios fundamentos expuestos en la resolución
cuestionada de modo tal que las demás piezas procesales o
medios probatorios del proceso solo puedan ser evaluados para
contrastar las razones expuestas, mas no pueden ser objeto de
una nueva evaluación o análisis. Esto, porque en este tipo de
procesos al juez constitucional no le incumbe el mérito de la
causa, sino el análisis externo de la resolución, a efectos de
verificar si ésta es el resultado de un juicio racional y objetivo

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donde el juez ha puesto en evidencia su independencia e
imparcialidad.24

El derecho a la debida motivación no exige una frondosa


fundamentación que considere todos los argumentos esgrimidos
por las partes, sino tan solo que exista un razonamiento
congruente y proporcionado por parte del juzgador, que dé a
conocer claramente los medios de prueba actuados y sobre los
cuales ha tomado convicción del asunto materia del proceso. 25

Para el Tribunal Constitucional, el derecho a una sentencia


debidamente justificada no se agota en la mera enunciación de la
norma aplicable a un caso, sino que importa de manera
gravitante la acreditación de los hechos y la forma en que éstos
han sido introducidos en el proceso, a efectos de crear
convicción en determinado sentido en el juzgador. De este modo,
el contenido constitucionalmente protegido de dicho derecho no
garantiza que la valoración de los medios de prueba realizados
por el juez coincida necesariamente con el realizado por una de
las partes, pues tal valoración está también presidida por la regla
de la imparcialidad judicial.26

A los efectos de realizar un control efectivo sobre la motivación


de las resoluciones, el Tribunal Constitucional ha establecido un
canon interpretativo compuesto, en primer lugar, por un examen
de razonabilidad; en segundo lugar, por el examen de
coherencia; y, finalmente, por el examen de suficiencia. 27

24 Sentencia del Tribunal Constitucional de 27 de marzo de 2006. Exp. N° 01480-2006-AA/TC, caso: Caja de
Beneficios y Seguridad Social del Pescador.
25 Sentencia del Tribunal Constitucional de 04 de julio de 2007. Exp. N° 2333-2007-PHC/TC, caso: Raúl Rosas
Cuellar Lorenzo.
26 Sentencia del Tribunal Constitucional de 18 de febrero de 2005. Exp. N° 4226-2004-AA/TC, caso: Jesús
Enrique Luque Vásquez Vásquez.
27 Sentencia del Tribunal Constitucional de 18 de febrero de 2005. Exp. N° 3179-2004-AA/Tc, caso: Apolonia
Ccollcca Ponce.

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a. Examen de razonabilidad: Sobre la base del examen de
razonabilidad, el Tribunal Constitucional debe evaluar si la
revisión de todo el proceso judicial ordinario es relevante
para determinar si la resolución judicial que se cuestiona
vulnera el derecho fundamental que está siendo
demandado.

b. Examen de coherencia: El examen de coherencia exige


que el Tribunal Constitucional precise si el acto lesivo en el
caso concreto se vincula directamente con el proceso o
con la decisión judicial que se impugna. De lo contrario, no
estaría plenamente justificado el hecho de que el Tribunal
lleve a cabo una revisión total del proceso ordinario, si tal
revisión no guarda relación alguna con el acto vulneratorio.

c. Examen de suficiencia: Mediante el examen de


suficiencia, el Tribunal Constitucional debe determinar la
intensidad del control constitucional necesaria para llegar
a precisar el límite de la revisión del proceso judicial
ordinario, a fin de cautelar el derecho fundamental
demandado.

A partir de dicho canon, y sobre la base de los criterios de


corrección lógica y coherencia narrativa, el Tribunal
Constitucional ha realizado el control de la motivación de las
resoluciones judiciales.

El máximo órgano de control de la constitucionalidad ha


establecido que la falta de corrección lógica de la motivación de
una sentencia no pasa el test de razonabilidad, no responde a las
pautas propias de un silogismo jurídico atendible, sino a criterios
de voluntad. Toda apariencia de lógica conduce a resultados

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absurdos e injustos; por lo tanto, la decisión deviene en
irrazonable y arbitraria. Sin duda, uno de los requisitos
indispensable de toda buena y correcta motivación, es la
consistencia lógica de las premisas (justificación interna).

Por otro lado, la falta de coherencia narrativa se presenta cuando


existe un discurso confuso, incapaz de transmitir de modo
coherente las razones en las que se apoya la decisión,
produciéndose así una manifiesta incoherencia narrativa, cuya
consecuencia lógica puede ser la inversión o alteración de la
realidad de los hechos, lo que la convierte en incongruente e
inconstitucional.

En su faceta de control de la motivación judicial de las


resoluciones judiciales, el Tribunal Constitucional ha estimado
que se vulnera el contenido constitucionalmente protegido del
derecho a la motivación en los casos siguientes:

a. Inexistencia de motivación o motivación aparente: Está


fuera de toda duda que se viola el derecho a una decisión
debidamente motivada cuando la motivación es inexistente
o cuando la misma es solo aparente, en el sentido de que
no da cuenta de las razones mínimas que sustentan la
decisión o de que no responde a las alegaciones de las
partes del proceso, o porque solo se intenta dar un
cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases
sin ningún sustento factico o jurídico.

b. Falta de motivación interna del razonamiento: La falta de


motivación interna del razonamiento (defectos internos de la
motivación) se presenta en una doble dimensión: por un
lado, cuando existe invalidez de una inferencia a partir de
las premisas que establece previamente el juez en su
decisión; y, por otro lado, cuando existe incoherencia

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narrativa, que a la postre se presenta como un discurso
absolutamente confuso e incapaz de transmitir, de modo
coherente, las razones en las que se apoya la decisión. Se
trata en ambos casos, de identificar el ámbito constitucional
de la debida motivación mediante el control de los
argumentos utilizados en la decisión asumida por el juez o
tribunal; sea desde la perspectiva de su corrección lógica o
de su coherencia narrativa.

c. Deficiencias en la motivación externa, justificación de


las premisas: El control de la motivación también puede
autorizar la actuación del juez constitucional, cuando las
premisas de las que parte el juez no han sido confrontadas
o analizadas respecto a su validez fáctica o jurídica. Estos
por lo general, ocurre en los casos difíciles, como los
identifica Dworkin; es decir, en aquellos casos donde suele
presentarse problemas de pruebas o de interpretación de
disposiciones normativas. La motivación se presenta en
este caso como una garantía para validar las premisas de
las que parte el juez o tribunal en sus decisiones.

Si al fundamentar su decisión, un juez: 1) ha establecido la


existencia de un daño; 2) luego, ha llegado a la conclusión
de que el daño ha sido causado por “x”, pero no ha dado
razones sobre la vinculación del hecho con la participación
de “x”; en tal supuesto, entonces estaremos ante una
carencia de justificación de la premisa fáctica y, en
consecuencia, la aparente corrección formal del
razonamiento y de la decisión podrán ser enjuiciadas por el
juez constitucional, debido a una deficiencia en la
justificación externa del razonamiento del juez.

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Hay que precisar, en este punto y en línea de principio, que
el habeas corpus no puede reemplazar la actuación del juez
ordinario en la valoración de los medios de prueba,
actividad que le corresponde de modo exclusivo a éste, sino
controlar el razonamiento o la carencia de argumentos
constitucionales, bien para respaldar el valor probatorio que
se confiere a determinados hechos, bien tratándose de
problemas de interpretación, para respaldar las razones
jurídicas que sustentan determinada comprensión del
Derecho aplicable al caso.

Si el control de la motivación interna permite identificar la


falta de corrección lógica en la argumentación del juez, el
control en la justificación de las premisas posibilita
identificar las razones que sostenían las premisas en las
que ha basado su argumento. El control de la justificación
externo del razonamiento resulta fundamental para apreciar
la justicia y razonabilidad de la decisión judicial en el Estado
democrático, porque obliga al juez a ser exhaustivo en la
fundamentación de su decisión y a no dejarse persuadir por
la simple lógica formal.

d. La motivación insuficiente: Se refiere, básicamente, al


mínimo de motivación exigible, atendiendo a las razones de
hecho o de Derecho indispensables PARA ASUMIR QUE LA
DECISION ESTÁ DEBIDAMENTE MOTIVADA. SI BIEN,
COMO HA ESTABLECIDO ESTE Tribunal en reiterada
jurisprudencia, no se trata de dar respuestas a cada una de
las pretensiones planteadas, la insuficiencia, vista aquí en
términos generales, solo resultara relevante desde una
perspectiva constitucional si es que la ausencia de
argumentos o la “insuficiencia” de fundamentos resulta

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manifiesta a la luz de lo que en sustancia se está
decidiendo.

e. La motivación sustancialmente incongruente: El


derecho a la debida motivación de las resoluciones obliga a
los órganos judiciales a resolver las pretensiones de las
partes de manera congruente con los términos en que
vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviaciones
que supongan modificación o alteración del debate procesal
(incongruencia activa). Desde luego, no cualquier nivel en
que se produzca tal incumplimiento genera de inmediato la
posibilidad de su control. El incumplimiento total de dicha
obligación, es decir el dejar incontestadas las pretensiones,
o el desviar la decisión del marco del debate judicial
generando indefensión, constituye vulneración del derecho
a la tutela judicial y también del derecho a la motivación de
la sentencia (incongruencia omisiva).

Y es que, partiendo de una concepción democratizadora del


proceso como la que se expresa en nuestro texto
fundamental (artículo 139°, inciso 3 y5), resulta un
imperativo constitucional que los justiciables obtengan de
los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y
congruente de las pretensiones efectuadas; pues
precisamente el principio de congruencia procesal exige
que el juez, al momento de pronunciarse sobre una causa
determinada, no omita, altere o se exceda en las peticiones
ante él formuladas.

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Conclusiones

 La omisión de la motivación se presenta de dos formas; la primera es la


omisión total, que se ocurre cuando no se justificó la decisión y se tiene
como casos los siguientes: el caso de resoluciones inimpugnables, el caso
de resoluciones que debieron ser autos y se expidieron como decretos; la
segunda es la omisión sustancial, la más frecuente, que se presenta bajo
los siguientes supuestos: desestimación tácita, motivación parcial,
motivación implícita y motivación por relationem.
 La motivación aparente se aprecia cuando en las resoluciones judiciales
existen argumentos que son falsos, simulados o inapropiados para adoptar
una decisión al caso concreto, constituyendo de esa manera un perjuicio al
sujeto de derecho que pretende una efectiva resolución judicial con las
debidas garantías previstas por el ordenamiento jurídico.
 Conclusiones de valentina
 La motivación de las resoluciones judiciales, no consiste ni debe consistir
en una mera declaración de conocimiento y menos en una manifestación de
voluntad que sería una apodíctica, sino que ésta ha de ser la conclusión de
una argumentación ajustada al tema o temas en litigio, para el interesado,
destinatario inmediato pero no único, y demás, los órganos judiciales
superiores y también los ciudadanos, puedan conocer el fundamento, la
ratio decidendi de las resoluciones. Se convierte así conforme expresan las
mentadas resoluciones en una garantía esencial del justiciable mediante la
cual, sin perjuicio de la libertad del Juez en la interpretación de las normas,
se comprobar que la solución dada al caso es consecuencia de opa
exégesis racional del ordenamiento y no el fruto de la arbitrariedad.
 Conclusiones de nelida
 La motivación como imperativo constitucional obliga a los jueces y
tribunales, para que estos, puedan emitir las resoluciones judiciales,
debidamente motivadas. Por ello, la motivación de las sentencias se
configura como un instrumento de primer orden y esencial para cualquier
análisis del proceso. De tal manera que, el Derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales constituye una garantía del justiciable frente a la
arbitrariedad judicial que podrían cometer los jueces, y a su vez garantiza
para que las resoluciones no se encuentren justificadas en el simple
capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que suministra el
ordenamiento jurídico o en los que se deriven del caso.
 La decisión judicial debe concretar el valor justicia en el caso sub júdice, y
para ello se requiere que el Juez que la emita sea el predeterminado por
ley, con una motivación razonada y suficiente, en donde establezca la
verdad jurídica objetiva y la voluntad objetiva de la norma.

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 La motivación tiene dos expresiones para los efectos de la decisión
jurisdiccional: a) motivación psicológica, en el marco de las causas
explicativas de la decisión y en el contexto de descubrimiento; y b) la
motivación jurídica, como razones justificativas de la decisión del Juez.
Dentro de la motivación jurídica debe comprenderse como dos
componentes principales a la motivación sobre los hechos, en donde el
Juez establece la verdad jurídica objetiva; y la motivación sobre el derecho,
en cuyo ámbito el Juez establece la voluntad objetiva de la norma.

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Bibliografía

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