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“CONOZCA A SU ABOGADO”

AUTOR: Manuel Manrique Siso, 1980.

Manuel Manrique Siso, autor de esta difusión del Derecho y La Ley, fue fundador y
Secretario del Colegio de Abogados del Estado Miranda; Vice-Presidente del Montepío
de Abogados de Venezuela.
Primer Vice-Presidente del Instituto de Previsión Social del Abogado
(INPREABOGADO).
Principal y Suplente del Tribunal Disciplinario de la Federación de Colegios de
Venezuela.
Fundador de la Sociedad de Abogados Laborales de Venezuela.
Fundador de la Sociedad de Abogados Litigantes.

El Profesor Manrique Siso inicia su escrito así:

“La conducta privada del abogado se ajustará a las reglas del honor, de la dignidad y
de la delicadeza que caracterizan al hombre honesto” (Código de Ética Profesional,
Art.3).

“Y por ello la gente, en vez de acudir confiadamente a la administración de justicia,


trata de apartarse de ella y de evitarla”. Varias son las razones de esta desconfianza.
En primer término, los abogados. El mercantilismo de nuestra profesión; la crisis moral
profesional y de preparación técnica para el ejercicio son el primer escollo con que
tropieza el litigante” (J.G. Sarmiento Núñez, citado en “Honorarios Mínimos y Moral
Profesional”, Pág. 32).

“En resumen, el juez para que merezca serlo, debe estar adornado de las cualidades
siguientes: laboriosidad, probidad e ilustración” (A.F. Brice, Práctica Forense, Pág. 85,
citado, ibid).

“La venta de la justicia por un magistrado judicial es un acto vil. El Juez que desprecia
la honorabilidad de su misión, vende sus opiniones y su conciencia y se hace cómplice
de la injusticia, debe estimarse como el último de los hombres (Dr. José Rafael
mendoza T., T. IX, P.E. “Curso de Derecho Penal Venezolano”, Pág. 109, citado, ibid,
Pág. 55).
El abogado puede hacer mucho bien o mucho daño.

La sociedad ha reservado al abogado delicadas responsabilidades para el imperio de


la justicia y el respeto a los derechos humanos.

El abogado es el letrado de los científicos.

El abogado tiene que ser el profesional más capacitado y sensible de los


universitarios. El abogado tiene la responsabilidad de hacer que las leyes de toda la
comunidad, de vigilar su cumplimiento y sancionar a sus transgresores.

Desde 2011, por esta Revolución Bolivariana, se ha democratizado la elaboración de


las leyes bajo la política de “Pueblo Legislador”, lo cual no merma la responsabilidad
del abogado en esta labor tan delicada, no solo para orientar las formas de su
redacción, su estructuración, su relación con el resto de la normativa en el entramado
de las leyes, en el contexto de los mandatos constitucionales, etc.

Inversión de la Juventud

“El bagaje cultural de los profesionales universitarios nos va a indicar el objetivo para
el cual invirtieron toda su juventud en las aulas de aprendizaje, ya si para satisfacer
simples impulsos materiales o si va a estar al servicio de la sociedad y de la patria”.

Utilidad del Abogado


Nadie sabe cuándo va a necesitar los servicios de un abogado. Normalmente creemos
que nunca, pero olvidamos que nos pueden demandar y necesitamos defendernos, o
podemos ser parte de un accidente de tránsito, o nos obliguen a concurrir a un tribunal
por confusión o por intrigas gratuitas.

El Abogado de Confianza

Todo ciudadano debe prevenir tener a la mano a un abogado de confianza, si no es


para actuar judicialmente, debe serlo para el asesoramiento oportuno. Muchos
derechos que la Ley otorga no llegan a sus beneficiarios por éstos ignorarlos. Así
vemos que con las últimas reformas que, con los poderes extraordinarios otorgados al
Presidente de la República, se hicieron a varias instituciones legales, todavía no han
surtido sus efectos por falta de información de la colectividad y por carecer de un
abogado de confianza para consultarle oportunamente. (Reflexiónese que este texto
se escribe en 1980 y comparece con la realidad actual (2012), donde la Revolución
Bolivariana, a través de la Asamblea Nacional, va por el nivel de “Pueblo Legislador”).
Riesgos Imprevistos

En casos de tragedias, muertes inesperadas, detenciones imprevistas, multas,


expropiaciones de bienes, detención de vehículos, exenciones y prescripción de
impuestos y tasas, etc., muchas personas sufren más de lo necesario o son víctimas
de gestores, intermediarios, corredores de presos o pica-pleitos, por carecer de los
servicios de un abogado de confianza o reconocida solvencia moral.

Defensa de los Derechos

En el aspecto personal hay que defender las libertades individuales y colectivas, como
la de expresión, la de circulación, la de asociación y sindicalización, etc. En el aspecto
material, hay que cuidar nuestro patrimonio, desde los bienes del hogar hasta los
ahorros e inversiones, por modestas que sean, ya que son el producto del trabajo
honrado y no es justo que las tengamos que perder por la avaricia de algún
comerciante deshonesto que proceda a embargárnosla.

¿Para qué sirve el abogado?


El abogado de confianza, como el médico familiar o de cabecera, es nuestro asesor o
confidente en todo lo relacionado con la Ley, Justicia y Derecho.

Nuestro abogado debe señalarnos a los especialistas en cada materia, si los casos
son delicados, como lo hace el médico clínico. El abogado honesto sabe que en
Derecho no se debe improvisar y que no debe ser “toero”, ya que la ciencia del
derecho es amplia y compleja. Es casi imposible que un abogado pueda hoy actuar
con destreza en todas las disciplinas. Un sabio del derecho, que de esos si hay
muchos, es el primero en reconocer a los otros especialistas su autoridad y tiene la
delicadeza de no exponer los derechos de su cliente a los riesgos innecesarios,
habiendo profesionales que han profundizado durante muchos años sobre
determinada materia.

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