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diálogos sobre
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traducción de
ROSA ANA DOMÍNGUEZ CRUZ

PERVERSIONES
Diálogos sobre locuras "actuales"

por
DANIEL SIBONY

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siglo
vei,w,o
ecitores
INDICE
)l(I
siglo veintiunoeditores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248. DELEGACIÓN COYOACÁN. 04310 MÉXICO. O F
9
sigloveintiunode españaeditores,s.a. ADVERTENCIA
CALLE PLAZA 5. 28043 MADRID . ESPAÑA
PRÓLOGO. TERRORISMO Y PERVERSIÓN
12
siglo veintiunoargentinaeditores
siglo veintiuno
editores
de colombia,
s.a. DIÁLOGO l. LOS FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 33
CALLE 55 NÚM . 16-44. BOGOTÁ. O.E .. COLOMBIA • l. Límite y conformidad, 36; 2. Masoquismo y dolor, 41;
3. La ley sin falta ... , 49; 4. Hacedor de ley, 54; 5. Perverso'
y neurótico, 60; 6. Religión, fetichismo ... , 65; 7. Fetiche,
70; 8. Marx y cía., 74; 9. Ser la unión que significa ... , 85;
10. La "verdad" de la ley, 91; 11. Una gran "causa" ... , 100

INTERMEDIO l. LA INICIACIÓN DE LO PERVERSO


104

DIALOGO II. TOXICÓMANO


125
l. La realidad y el vínculo, 126; 2. Una figura de lo sagrado,
138; 3. El suicidio de una transmisión, 146; 4. El regreso
del toxicómano, 156; 5. Duelo, 164

INTERMEDIO II. EL ACTO Y EL "PASO" AL ACTO 172

DIÁLOGO III. VARIEDADES


191
l. Anoréxica, 191; 2. Alcohólico, 202; 3. Homosexualidad,
211

INTERMEDIO III. PERVERSO Y "LEY"


219

DIALOGO IV. RELIGIÓN Y PERVERSIÓN


239
l. Místico, 239; 2. La abyección, 251

INTERMEDIO IV. UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN


portada de carios palleiro 259
LA CULTURA

primera edición en español, 1990


dr © siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. APÉNDICE. VARIACIONES SOBRE EL SACRIFICIO "AZTECA" .. 292
isbn 968-23-1654-5
primera edición en francés, 1987
© éditions grasset & fasquelles
título original: perversions . dialogues sur des folies "actuelles"

impreso y hecho en méxico / printed and made in mexico


[7)
ADVERTENCIA

Sí, le decía "locuras actuales". Lo actual es el acto; es ser actuado,


puesto en acto por lo que le pasa, eso a lo que uno no llega .. . Es
ta mbién pretender -locura- controlarlo todo con el acto; pasar al
ac to lo que no pasa, el pasado por ejemplo . . : De eso tratan estos
pequeños diálogos sobre lo que se llama perversión, sin razón forzo-
sa mente. Aquí surge un sentido más vasto de ese término, un alcan-
ce más lejano, que incluye los sentidos reconocidos, pero que los
hace tambalearse también.
¿ Qué les picó a esos dialogadores que transcribí para lanzarse
as í, a trompicones, a través de ese pensamiento en acto? Vaya us-
ted a saber . Eso sí, qué desorden. Al hablar del drogadicto comen-
tan sobre los homosexuales; dando rodeos por el místico y los esta-
llidos del terrorista nos aclaran de paso el factor en juego del
toxicómano, las visiones del anoréxico mediante los malestares de
la Cultura . .. Los temas se abren paso uno por el otro y vuelven
uno sobre el otro; sin cesar; nunca "parecidos"; siempre se infiltra
una pequeña diferencia que hace avanzar el problema. Es preciso
agarrarse un poco, pero hay algunos "nudos"; en torno a cada efec-
to perverso vemos bien el hueso duro y la carne blanda que lo
rodea; lo cual distingue lo que llaman el fanático de la perversión
del ocasional. Pero hay un desencadenamiento tal ... y el aparato
no grabó nada de sus estados de ánimo, de las proximidades de
sus cuerpos, de lo que "sentían"; nada más que el entrechoque
de las ideas, ingenuas aquí, más astutas allá, más tensas en otra
parte o más flojas. Las ideas van y vienen "otras"; otras se van
y no regresan.
Primero quise poner orden, después preferí duplicar esos diálo-
gos, con un intermedio mío, que hace el balance, para encontrarme
allí; a ·disgusto, lo confieso, pues fue apartándome de esos diálogos
como los aprendí más, más allá de su ingenuidad y de su extraña
manera de darle vueltas al tema, de voltearlo. Más allá también de
las repeticiones aparentes: me di cuenta de que ellos hablan como
escribo yo, por placas, cada una de las cuales se ajusta a la orilla
de la precedente a la que parece repetir ... en otro s<;:ntido. Curiosa
manera de roer lo desconocido; un poco como actúan los niños en
el lenguaje: aprenden a hablar no por simple eco de la madre ni por
pura inspiración, sino combinando ambas cosas: y su cuerpo vi~o
hace ef balance, hace las veces de tercero . ..
[9]
10 ADVERTENCIA ADVERTENCIA 11

Lo que surge es la trama inmensa en la cual un tejido de vínculos ción precisamente, que resiste hasta el final, y del que se es a la vez
(social, erótico, familiar) se enfrenta con las transformaciones que autor y víctima, productor y subproducto. Podemos decir que es
secreta, las "desviaciones" que lo alimentan, las "perver~nes" todo este enfoque el que innova y aclara uno por el otro ·el efecto de
que implica. . estructura y el fenómeno vivo que lo produce y lo deforma.
Así es. Eso es lo q_ue se entrega aquí, con el temor y la emoción Es decir que la idea clave, a saber que el perverso es un fanático
que la Cosa me inspira. Le toca a usted pasar por ello, el camino de la Ley, un.centinela del "absoluto", un idólatra de la Verdad, esa
está libre ... idea, pues, tiene aquí un alcance a la vez formal y descriptivo. Y no
es una casualidad: muy pronto, en la investigación sobre las "perver-
siones", resulta claro que el fenómeno dicta la "ley", es decir, sigue
¿Es preciso de todas maneras decirle en qué puntos hay innovación? muy de cerca el programa que pone en acto; el fenómeno dicta la ley
Es que en estos tiempos hay que prevenir, anunciar. Bueno, aquí lo porque la ley está destinada a encarnarse en él. (Esto es algo que
tiene: ante todo el concepto de perversión estalla y su sentido ciertamente puede molestar a algunos devotos de la "fórmula es-
múltiple se despliega en una vasta trama que cubre aspectos clínicos tr-uctural", la que supuestamente dice la quintaesencia, y que vene-
conocidos y menos conocidos; yendo así las modulaciones del efecto ran ante todo porque no sabrían qué hacer con ella. Pero qué impor-
perverso de los enquistamientos dolorosos a los "malestares" de la ta; las invariantes del hecho perverso aparecen aquí con bastante
"civilización", tan a menudo incriminada de manera vaga (o perver- claridad para quien quiera interesarse en ellas, sobre todo en sus re-
samente rousseauista . .. ). Aquí más bien es en su misión y su mérito percusiones en otras partes.)
esenciales en lo que es cuestionada, puesta .en tela de juicio, más que Una observación: la palabra "Otro" aparece con frecuencia en el
atacada, en cuanto a lo que hace con el deseo de vínculo, con la pul- texto. El lector ''profano" que la tome por un término de la jerga psi-
sión radical de los humanos de vincularse entre sí, de producir vín- coanalítica, y que retroceda sonrojándose, cometerá un error. El
culos que resistan, de soñar con vínculos indestructibles (aparecien- Otro es una palabra simple y rica, es la mejor para designar a la vez
do así la "identidad" como un vínculo consigo mismo, tenaz, o flojo, al otro individuo que se nos parece y es distinto, y esa figura última
o amenazado). Es así como se aborda otro malestar totalmente dis- que nos sirve de origen y de límite, figura extraña y familiar que nos
tinto en la civilización, muy distinto del señalado por Freud, quien habita y nos desborda. La palabra no esperó al psicoanálisis para
acusa a la sociedad de "reprimir" sexualmente, de exigir sacrificios desplegar toda su fuerza en muchas tradiciones sobre todo filosófi-
sexuales demasiado pesados ... El verdadero malestar concierne cas. Casi diría que este libro (donde la palabra es redefinida al prin-
hoy a la pulsió~ de vínculo. cipio del Diálogo 1) habría podido llamarse: Elogio del Otro, el Otro
Justamente desde ese punto de vista surge la novedad con respec- que la'perversión consiste precisamente en querer "fijar"; cuando la
to a la religión, dado q~e la religión es la práctica de cierto vínculo función del Otro es de apertura nueva y de cambio imprevisible.
y que ninguna clase de prácticas, instituidas o singulares, reconoci-
das o marginales, autorizadas o delincuentes (por ejemplo en lo que
se refiere a droga o terrorismo . . . ) puede evitar pasar por la acción
de semejante vínculo. Sólo que algunos quieren ser autores de todo
a todo del vínculo que los ata, mientras que otros reservan un lugar
para lo simbólico que viene de otra parte.
La innovación se refiere pues al aspecto perverso de lo religioso.
Y ello modifica la tesis clásica de Freud sobre la religión como sim-
ple neurosis obsesiva. Otra idea clave: el perverso es un hacedor de
ley, abre un enfoque nuevo a la vez de ciertas formas sociales (diver-
sas normatividades, conformismos ... ), de algunas formas clínicas
(alcoholismo, acoplamientos perversos, anorexias . .. ) y sobre todo
de esa práctica intermedia .entre lo colectivo y lo subjetivo que es la
toxicomanía, sintoma mayor si lo hay del punto de unión de los dos:
es la búsqueda apasionada de un vínculo que resista, el de la adic-
'
TERRORISMO Y PERVERSIÓN 13

PRÓLOGO YO: Supongamos que sí. ¿ Cuáles son pues esas invariantes que
halla usted en el terrorista, el drogadicto y el alcohólico? ...
TERRORISMO Y PERVERSIÓN ÉL: El alcohólico se "atiborra", se infla, revienta y deja su cuer-
po, vociferante o mudo, en manos de otros, o tirado frente a ellos;
se erige en o se impone cómo una identidad perfecta bien delimita-
da en su ruina contra la cual no pueden hacer nada. En cuanto al
terrorista, hace estallar su bomba y deja un texto en el lugar, un lla-
mado, un programa que establece su identidad, que también es per-
ÉL: Totalmente. fecta, su credo que da "todo su ·sentido" a lo que él es, un sentido
YO: Sin embargo no va usted a confundir el terrorismo, que es idéntico a lo que hace. . . .
una decisión madurada, deliberada, "ideologizada", producto de YO: El alcohólico también está totalmente lleno d.e sentido, ab-
desafíos consciente y de venganzas calculadas, con el alcoholismo sorbe e irradia todo el sentido de su ruina. ¿Podría ser el sentido
·o la droga, que son sufrimientos padecidos, enfermedades de las de su borrachera hacer de él un cuerpo que ronca o vocifera ante
que los sujetos mismos se quejan ¡e intentan en vano curar! ... ellos?, ¿un cuerpo "visible"?, ¿un cuerpo?
Confunde usted lo voluntario y lo involuntario. ÉL: ¿Por qué no? Es una de sus "verdades" ser un cuerpo que
ÉL: Sí. Es el sujeto el que lo impone. Dispensé las diferencias de- llora o que vocifera su "verdad" a los que lo rodean, aparentemente
masiado evidentes: el terrorista y el alcohólico son dos, al igual que "so rdos", y sin tener que responder de ello pues está ebrio, limpio
las palabras que los designan (por lo demás dos alcohólicos diferen- de toda simulación: idéntico a lo que parece .
tes lo son verdaderamente); la embriaguez del colocador de bombas YO: Dejemos esta comparación, me disgusta, y ese nuevo "hé-
no es la del borrachales, y el cirrótico en readaptación no es real- roe" de nuestra época que es el terrorista, sobre todo cuando tiene
mente el terrorista de fin de semana en hotel de lujo con una bella envergadura, cuando un Estado lo financia ... Precisamente, ¿ qué
acompañante después de la "acción" ... Pero sucede que tengo la hace? ¿ Qué quiere? ,
manía de los invariantes, de los puntos comunes que terroristas y ÉL: Quiere inscribir mediante el acto lo que piensa que es la ver-
alcohólicos comparten con otros; con el drogadicto, el fetichista, el dad; afirma con toda la verdad su relación con el Otro. Su acto fun-
"héroe" y, por qué no, cierta debilidad por la beneficiada profesio- da su causa, la cual se encarga de causar el acto: lógica autorrefe-
nal que recibe el SMIG* y aún más por cada niño que ha parido so- rencial. Uno de los cabecillas o de los pensadores de los grupos
la ... alemanes en lós años setenta proclarp.aba fríamente: "Si lo destru-
YO: Despacio. Me está confundiendo. Dijimos: alcohólico y terro- yo todo, ésa es la prueba de que todo merece ser destruido y es la
rista; voluntario e involuntario. . . ¿Eso no tiene sentido para prueba de que la sociedad es la culpable y que yo soy inocente." Cu-
usted? rioso, ¿no?
ÉL: En el nivel en que sucede la cuestión esta diferencia es em- YO: Sin embargo ese muchacho debe hab~r realizado algunos es-
brionaria, vacila, no sabe qué término elegir, voluntario o involun- tudios, aprender un poco lo que es una lógica ...
tario. Vea el dolor, ¿qué cosa hay más involuntaria? Y sin embargo ÉL: La lógica de alguien es el "logos" que em ana de él, de ahí
el "masoquista" lo quiere. donde está, de lo que pone en juego en el espacio ambiente; eso se
YO: ¡Pero no puede hacer otra cosa! filtra entre sus frases. Ahí está de lleno en la fra se. El terrorista
ÉL: Entonces usted dice que involuntariamente quiere lo invo- quiere ser fundador de su acto, de lo que lo justifi ca, de su ley. Las
luntario ... Ya ve que la oposición voluntario-involuntario está huellas que deja de su " verdad" la constituyen y la cierran sobre
para él como disuelta, no anulada, sino desplegada en una alternan- él. Además, ahí su verdad no está fuera de él, est á en él, es él. Ya
cia de sí-no, ·voluntario-involuntario; es difícil aferrarse: si se atra- comienza una confusión entre uno y otro . .. En pr incipio nuestras
pa lo "voluntario" eso termina en lo "involuntario", y a la inversa. verdades están en la otra parte desd e donde nos ha blan y nos atraen
El perverso a propósito, actúa a propósito, y no hace a propósito . . . Es una manera de decir que sus raíces se no s escapan, y sus
lo que hace a propósito ... brotes también . ..
YO: Mejor hablemos de los cabecillas actuales.
* Salario Mínimo Interprofesional Garantizado. [T.) ÉL: Sí, de los drogadictos del acto. Vaya, ya com ienza a gustar -

[12]
14 1l·RRORI SMO Y PERVERSIÓN
15
PROLOGO

le . . . Pues sí, ellos son el acto a través del cual somos actuados, agi- registrar con todas sus energías, es su trabajo; y la tinta con
li t' ll

ta dos ... Pienso en un jefe terrorista palestino, el más conocido a la qu e es criben se borra por sí misma, hay que repasarla, repetir,
decir verdad . "Concedió" una entrevista a un periodista alemán . y la repetición también borra y se borra . Así pues, le doy la razón,
Vea el texto. Se le dijo : "Dénos una prueba de su identidad"; res- los mecanismos de nacimiento, conocimiento, reconocimiento y au-
puesta : "Vea (desabrocha su camisa}, aquí está la cicatriz de mi tor rcc onocimiento son más abundantes que antaño, pero apenas
operación . -¿Una operación del corazón? -Sí. -¿Dónde se la hi- 111 ás marrulleros. ¿De qué hablábamos?
cieron? -En Estados Unidos. -¿Bajo su nombre? -¡Por supuesto ÉL: Del terrorista y del perverso. Nos desviamos hacia los me-
que no!" Bueno. Según él, había dado la "prueba" de su identidad . dios y no sin razón, pues son el material, la materia blanda en la
Es típica esta lógica autofundadora; .un psicoanalista diría: de base qu e el terrorista graba su acto, lo pone en escena , le da razón y.re-
narcisista . Otro terrorista, más pedante aún , más "ideólogo", dirá: so nancia . . . Pues bien, el alcohólico . . .
"El hecho de la guerra marca todas las relaciones sociales", sin ver YO: ¡Pero qué manía! Déjelo en paz . . .
que es por sus actos por lo que fundamenta esta conclusión. Es el ÉL : Digo que el alcohólico inscribe su existencia con su sombra,
vértigo entre causa y efecto; la autoinversión 1lógica. con el desecho en que se convierte, mientras que el terrorista
El terrorista se confunde con su causa : esa causa existe puesto insc ribe su existencia en el lugar que han dejado vacío los muertos
que él la defiende, es sagrada puesto que él se sacrifica por ella, y que provoca: se inscribe con la sombra, con la muerte de un terce-
reconocida puesto que él la ha dado a conocer . .. ro, quienquiera que sea, mediante esta muerte. Manipula la muerte
YO:Sin embargo tiene algo de razón: si él existe, ello hace que su con fines de identidad, de autoinscripción. Vea la paradoja: es im -
causa en tomo a él exista también, ¿no? ¿Y es eso lo que llamamos portante que el tercero al que mata parezca indiferente, no involu-
su causa? cra do en la Causa. Si matara a sus enemigos directos, los adversa-
ÉL: Lo que existe es el acto que los identifica a los dos, a él y a rios precisos de su Causa, sería simplemente un guerrero, llevaría
su "causa", y el hecho de que se bable de ello. Ahí la coyuntura es a cabo una guerra, con sus altibajos: pero no habría este plusvalor
el discurso de los medios de comunicación: un suceso existe si éstos de inscripción que recibe al matar ciegamente a transeúntes, a "i-
hablan de él, y si hablan de él hablan debido a que hablan de él, y nocentes".
así le dan existencia ... También ahí la inversión hace un círculo . YO: Pero desde cierto punto de vista los terroristas hacen la
Da vueltas y vueltas . guerra .
YO: Pero vivimos de ese dar vueltas y vueltas . . . que por lo de- ÉL: ¡No es tan sencillo! Bueno, una causa como el "antiapar-
más puede crear el suceso, adaptarlo, sin intenciones de manipu- theid" es tan evidente que es la de todo un pueblo (y aún m.ís: el
lar, simplemente porque en cierto nivel, el acto de decir equivale a pueblo negro está dividido en tribus que se matan unas a otras) .
hacer existir; y eso no hace más que apurar esta conclusión : que un Pero bueno, si sus defensores recurren al "terrorismo", es una for-
acto sólo ocurre en la afirmación que lo lleva o lo refiere ... ma de guerra. Es o blanco o negro, dos entidades separadas -preci-
ÉL : Debemos rozar con lo abyecto cuando el suceso en cuestión sa mente . En el lado opuesto hay sectas, grupúsculQ.S o mafias. Y ahí
es una persona: ir a suplicar a los pose edores de los medios que lo lo típico es: el acto "mafioso" se infiltra en una misma masa, se
hagan existir: forzarles la mano. Se resisten, lo harían si . . . si mete en los misterios del vínculo social, donde funciona como una
¿qué?, si . . . nada, si se conforma con el modelo que no es para interrupción del destino; la organización se introduce en los inters-
nada el que se cree; pues entonces sería conformista , y hay hordas ticios y se convierte en el órgano del "destino", la encamación del
de copias exactas bajo el signo del no conformismo. tercero. Ello explica que el hombre de bien o el "héroe" que quiere
YO : ¿Qué le pasa? Se excita usted por nada. Sin duda hay ahí al- detener aquello se acerca simplemente a la interrupción de su des-
gún juego perverso pero está admitido, integrado, ha dejado de ser tino: la muerte. El misterio de la mafia -o de lo que se le parece-
perv erso . Quizá los perversos son quienes quieren ir en contra, so- se confunde con la opacidad "natural" de lo social. Bajo formas di-
br e todo los medios de comunicación que creen sinceramente ac - ferentes, no está lejos del "Partido de Dios" de los terroristas islá-
Luar por la verdad .. . micos. Dios se lleva bien con el Destino .. .
ÉL : Yo decía que debe ser difícil pedir a alguien que lo inscriba YO: Pero cuando el terrorismo se erige en guerra normal el te-
a un o mi smo, que lo haga existir a uno mismo. rrorista se convierte en "soldado", libra una "batalla" , proclama
YO: Quizá, pero de todas mane ras los encargados del registro de- que su violencia es la de las naciones en guerra.
16 PROLOGO J'ERRORISMO Y PERVERSIÓN 17

ÉL: Despacio. Llama a su nación a identificarse con él, y toma la sin duda alguna una identidad sin defectos. En efecto, los terroris-
delantera: se identifica con Ella, eso lo "legitima"; funda así su Ley, tas sospechan que no lograrán liquidar al Enemigo (uno de ellos
con o sin su acuerdo. Ahí está el meollo del terrorismo, más allá de simplemente ha "declarado la guerra" ... a Estados Unidos). Si no
sus efectos materiales más bien leves. puede reducir al Enemigo a la nada, el terrorista se alza en el nivel
YO: ¿ Quiere decir que la historia decide? del Ser en estado puro. Su acto lo inscribe en los registros de la co-
ÉL: Si se sigue y se legitima a los terroristas después del golpe municación masiva de la Existencia, de una existencia que se repite
habrán sido héroes -y aun así, la historia puede retractarse: Hitler hasta la saciedad, que es puesta una y otra vez en escena, grabada,
fue un jefe terrorista antes de ser legitimado como Legislador y agravada.
Guía de su Nación, y luego deslegitimado tras su derrota, identi- YO: ¿Por qué no darles la identidad, el "reconocimiento" que pi-
ficado con lo que debemos rechazar- por lo tanto guardar en re- den? Eso los expondría un poco a las dificultades de ser como a
serva. todo el mundo, a las represalias, a los diálogos ...
YO: Ya estaba en reserva antes de aparecer, luego fue el Respon- ÉL: Justamente es lo que tienen que impedir a toda costa. Si _
sable de su liberación antes de convertirse en responsable de su re- hubiera un pequeño Estado Palestino, sus adversarios sabrían so-
chazo; como antes; la diferencia es más bien leve ... bre quién golpear. El terrorista que mencionábamos mató a mu-
ÉL: En todo caso mientras no les siga y les cante un pueblo, los chos más árabes acusados de dialogar con el enemigo, que a ene-
terroristas no son ni guerreros ni héroes. Entre tanto, el reconoci- migos. La identidad que pretende debe permanecer pura, exenta
miento de su acto por parte de "los medios" los legitima ya un de cualquier "simulación" o compromiso; llamarada de identidad
poco, e intentan canjearlo: representa en negativo el apoyo que no ebria de sí misma. Es como querer sacar del problema a los alco-
tienen, en espera de que adquiera un valor reconocido. hólicos hallándoles un "lugar" estable, una compañera sonri~n-
YO: Aceptémoslo, el terrorista toma a terceros por testigos y te. . . Aunque puedan (llega a suceder) guardar las apariencias,
mata a algunos, provoca muertes en calidad de recuerdo, recuerdos conservan el contacto con la vía tan especial que eligieron para
petrificados de aquello de lo que son testigos .... ¿Pero porque con existir. Por lo demás negarán que beben, así como los terroristas
sus enemigos directos es el frente a frente sin salida? ¿Actúa con negarán que están sedientos de sangre. No puede usted convencer
lo que puede, echa mano de un tercero, de una mediación? ... a alguien de que acepten convenios cuando su convicción absoluta
ÉL: En absoluto. No es el llamado al compromiso, sino la encar- es que a causa de ello todo su ser se vio comprometido y su vida
nación de una ley de la que él se convierte en órgano, órgano vivo destinada al fracaso. Además el terrorista en cuestión estaba orgu-
y mortífero; y paga con la piel de los demás, en un arranque venga- lloso de matar no sólo árabes, sino seres de su familia, allega-
dor, una derrota inicial que en él es "histórica" (en otros es prehis- dos: mientras más cercanos son, más "horrible" mancha en la
tórica, perdida en los confines del "tiempo"). pureza es la sospecha de un "contacto" con el Enemigo; casi el
Los normóticos intentan existir a base de síntomas, de deudas incesto.
ilusorias, de deberes precarios. El drogadicto lo intenta gracias al YO: Pero si el Enemigo es de la "familia" significa que la "man-
producto que lo ata, que lo sujeta; otros gracias al fetiche o a los cha", la parte vergonzosa inherente a toda familia, se proyecta en
artilugios; pero el terrorista toma cuerpo con el cuerpo de su vícti- él. Eso abre perspectivas.
ma, se inscribe con la huella del asesinato realizado en ella. Mien- ÉL: Sí, pero esta parte, esta mancha es innombrable, indecible.
tras más neutra parece, más nueva, más nutricia es la energía que Y los grupos terroristas, que son muy variados, tienen este rasgo
produce su muerte, siempre que una pequeña huella la relacione común: estar más allá del lenguaje actual; ser el instrumento me-
con el enemigo; por ejemplo, en una masacre reciente de aeropuer- diante el cual la simulación se desenmascara enel Enemigo. Se lan-
to, muchas víctimas no tenían nada que ver con la Compañía que za una bomba en una escuela o en una piscina: "esos objetivos pare-
era el blanco, pero esperaban al lado, en un mostrador vecino al su- cen inocentes vistos desde el exterior" (dice su volante) pero "en
yo. Es la característica, tanto más significativa cuanto que es ínfi- realidad" son "máscaras" para el Enemigo, ¡la prueba ... es que se
ma: estaban al lado, estaban cerca en lo real. Había, una pequeña las ataca! Y si hay que exterminar al Enemigo, es que es "ilegíti-
que suplicaba de rodillas que no la mataran, y el tipo la mató de to- mo". La destrucción del Otro, que en otra parte puede ser un objeti-
das maneras: su muerte sólo llamó más la atención. Ahí, lo que la vo confuso, es patente en el terrorista. Transforma una fantasía en
inscripción pone en juego surge con toda su violencia: hacer existir "organización", a la organización en acto, acto orginal, útil para
18 PROLOGO 1H{RORISMO Y PERVERSIÓN 19
fundar una nemrealidad, una verdadera legitimidad, sin man- l°sl.:No sólo. Le importa menos liberar a la madre patria de sus
cha ... violadores que deshacer el abrazo horrible que tuvo lugar, el con-
YO: La cacería de simulaciones. . . los que la dirigen creen no 1.icto, invalidar la falla imperdonable; por la muerte. Y él es la res-
parecerse a nada, no tener semejantes, ser únicos. Son miles los puesta a las fallas de su identidad. Pero sucede que la identidad
que se creen únicos. Es seductora la promesa de ser único. Ello su- pasa por el otro, así que deberá acabar con el Otro. Por lo demás,
pone un odio fenomenal por el semejante. Es probable que un dis- al periodista que objeta que para muchos árabes la presencia de los
curso que no sea señalado como "simulador" sea muy pronto tota- estadunidenses (en su país) es totalmente "bienvenida", responde:
litario. " Invito a todos los reyes, emires o jeques de nuestra región a decir
· f:L: Un año Lacan ofició bajo el título: "Un discurso que no sea honestamente si se atreven a acostarse con sus mujeres sin antes
una simulación." En consecuencia los trámites se hicieron más rí- pedir permiso a los estadunidenses ... "Su relación con lo sagrado
gidos, más forzados a fuerza de librarlos de simulaciones; ya no ha- con la Mujer- está pues contaminada por el extranjero. . . Su
bía más que verdad, verdad falsa. Además al neurótico eso le fasci- sexo está controlado por el Enemigo.
na, su punto débil son la simulación y la imagen, él que se siente YO: De eso a pensar que su enemigo es su sexo ...
difuso ... Imagínese cómo lo cautivará la idea de un acto que va di- f:L: Pero el motivo es la existencia. Mire: "La URSS es un verda-
recto al "corazón" de las cosas, de lo Real. La violación. Después dero amigo de los árabes pero también tiene sus intereses: por eso
de todo los héroes son violadores a los que la masa ha seguido ma- reconoce la existencia del sistema sionista en Palestina." No dice
ravillada. Han dejado de ser criminales. Por lo demás, el joven hijo que la URSS reconoce dicho "sistema" y que él no está de acuerdo;
de un notable palestino asesinado por "hermanos" terroristas tuvo no, la URSS reconoce la "existencia" ... y lo que él no reconoce es
esta reacción: "Es como si siempre hubiera que matar a alguien esta "existencia"; por tanto, idealmente ese sistema no "existe"; y
para atraer la atención a nuestra causa." Ya ve, ya no es un crimen, como él trabaja en el plano ideal y por lo ideal, se dedica a deshacer
es un: "¡Atención, por favor!" esta "existencia"; es una batalla en la realidad con el lenguaje.
YO: Lo que sorprende en el acto terrorista es que está cargado Arrancar al explosivo la palabra existencia.
de sentido, cargado con muerte, idéntico al sentido que se da. Y YO: La palabra misma es explosiva; lo traumático de la existen-
descarga el sentido a quemarropa. cia; explotar sobre la existencia del otro, eso ya se ha visto.
f:L: Un sentido que a menudo va a buscar en el "enemigo", en el f:L: Sí. Los nazis "saltaron" sobre la palabra judío; fue una mina
Otro, para ganárselo, para atraparlo, para atraerlo hacia él. para ellos, inagotable y mortífera. E intentaron extraerla del len-
YO: ¿Una inversion del sentido? Ya lo veo venir, ¿una perversión guaje matando a aquellos que respondían por ella, lo cual les hace
del sentido? tomar por fetiche a todo un pueblo.
f:L: Pero en la realidad ¿ conoce la inversión masoquista de la re- Y este "ideal" de pureza se realizaba por vías físicas, corporales,
lación con la ley? Él quiere que ella lo castigue, no por lo que ha cuerpos desnudos, gas, trenes. . . En todo caso nuestro hombre
hecho, sino sin importar lo que haya hecho. Es más que un desafío está en el terreno de lo ideal, no hay duda. Se le pregunta: "¿Al ser-
a las leyes, es una inversión. Imagine esta variante en la ·que el te- vicio- de quién está realmente?" Respuesta: "Me gustaría hacerle
rrorista "castiga" al otro, no por lo que ha hecho sino sin importar una confidencia: muchos sociólogos y psicólogos de los países del
lo que haya hecho. Y lo dice claramente: los asesinatos que provoca Este han intentado dilucidar el caso Abú Nidal. Buscaban un punto
son legítimos; y añade: "En mi opinión, el que los sionistas se hayan débil en mi personalidad. El resultado fue nulo. Terminaron por re-
apoderado por la fuerza de una parte de mi país árabe no es un ver- nunciar. Jamás apareceré públicamente excepto el día en que me
dadero crimen. Para mí, el verdadero crimen sería que permitiéra- entierren ... Soy un hombre de principios, de acción, de organiza-
mos a esos sionistas abandonar nuestro país vivos. Ésa es mi filoso- ción y de ejecución." El día de su muerte puede aparecer, no habrá
fía. Yo me considero la respuesta a las desgracias de los árabes." simulación: veremos un verdadero cadáver, no un hacedor de dis-
El jefe terrorista Abú es quien dice eso. Lo .peor es que Abú signifi- cursos, de gestos. Asimismo cualquiera que "traicione" a su nación
ca "padre". He ahí la lógica del padre extremista . .. * debe ser muerto: ha simulado servirla. El error también se parece
YO: Aquí lo mórbido va en aumento. a la simulación: "¿ Usted jamás se ha equivocado? ¿Jamás ha mata-
do a un inocente?" Respuesta: "Por supuesto que no."
* Aquí el autor hace un juego de palabras entre Abú (padre) y pe.re a bout. [T.] YO: ¿No raya eso en la paranoia? ...
20 PRÓLOGO
1ERRORISMO Y PERVERSIÓN 21

ÉL: La perversión no impide ni ser neurótico ni siquiera un poco ccnsión sacrificatoria del autochivo expiatorio puede ser conmove-
paranoico ... dora y hasta aterradora. Algunos terroristas "piden" la muerte, se-
YO: Cuando haya demostrado usted qué es un perverso ... 11alde su efusión con el Otro, de su autorrealización, su apertura
ÉL: Paciencia. Así pues, él cuenta una puesta en escena real de a la vida, la verdadera, puesto que esta otra para ellos está verdade-
hombres reales, dignos del lago de Shakespeare: desplaza a un per- ramente falseada. Los nuevos terroristas, los comandos suicidas di-
sonaje como un peón para que otros que lo acompañan desguarnez- cen la verdad del terrorismo: la ascensión hacia el martirio, hacia
can a un tercero, a quien entonces es posible matar. Luego ... el testimonio puro sobre la "podredumbre" del mundo. Y los astu-
YO: Dirige su guerra como puede ... tos hombres de Estado claman: es tiempo de que el miedo cambie
ÉL: Supongamos que sí. Por otra parte formula la diferencia en- de campo, que se atemorice a los terroristas; es tonto: los terroris-
tre un combate justo y el terrorismo: "Un combate justo significa tas están ya en el grado máximo del miedo, lo viven, es el efecto de
el derecho de un pueblo a utilizar todos los medios contra los usur- su droga y su recarga. Si acaso puede tratarse de atemorizar a los
padores de su país (la madre patria). El terrorismo es la liquidación ideólogos neuróticos que los apoyan o que viven de ellos. Pero los
sin motivo de gente inocente." terroristas están saturados de miedo, son el miedo encarnado, el
YO: Sí, lo que él llama terrorismo es la demencia pura y simple, miedo que Occidente tiene de sí mismo, sin saberlo, son su miedo
y su "combate justo" es lo que nosotros llamamos terrorismo. al desnudo.
ÉL: Simplemente se identifica con el instumento de la madre pa- YO: O los últimos accesorios con los que él se atemoriza; eso
tria; cualquier medio es bueno para que la "verdadera" Ley se ins- debe tranquilizarlo de tener miedo, eso le da límites, a él que tropie-
taure; pues es la Ley el objetivo, lo que se busca. Añade: "Eso que za con límites invisibles, o que se maravilla de ver cómo se mueven
llaman solución a nuestro problema no existe." Desde su punto de sus fronteras, cómo vacilan sus conceptos, ya sabe usted, las fron-
vista tiene razón: una solución es un reparto que supone la existen- teras de la vida, de la supervivencia, etc., las manipulaciones, uno se
cia del Otro. Hasta nuestros síntomas son un medio para contempo- atemoriza un poco con eso, es una cara de lo desconocido; y algo de
rizar con el Otro, una "solución" entre otras. La solución para él, miedo y hasta estupor ayuda a existir ... Escalofrío del ser ...
la "exterminación" del Enemigo, es el aniquilamiento del Otro. ÉL: Lo que está en juego es existir. Y yo digo que hay un modo

YO: Eso supone una desesperación inaudita, hay que haber esta- perverso de existir que pasa por la necesidad de acabar con el Otro;
do totalmente harto para no tener como "Otro" sino a una entidad en acto. El terrorismo es una variante atípica de ese modo; fija al
por destruir . .. Otro, lo fascina; y funciona; hace existir plenamente a aquel que
ÉL: Sin duda. De golpe lleva a ser uno mismo el autor de su des- aterroriza. Por lo demás las víctimas del terrorismo son infinita-
tino, de su nombre, de su ley, de sí. Se le da otro nombre a las cosas mente menos numerosas que las de la guerra o del alcoholismo, y
para invalidar los nombres corrientes. están muy por debajo de las de la droga. Así pues la palabrería y
YO: Hay en eso algo de heroico ... la inquietud que ello provoca están en proporción inversa. Hay es-
ÉL: Si las "masas" lo siguen, lo será ... por ellas, no antes. Y las tados que, si no sostuvieran al terrorismo, serían casi insignifican-
masas son prudentes: hacen de las personas héroes una vez muer- tes; estarían ausentes del discurso ambiente.
tas, o condenadas; pero no faltan las simpáticas que los hallan "he- YO: Habla usted de acto. ¿ Sabe acaso cómo se pasa al acto terro-
roicos", que se identifican con la masa para las cuales serían hé- rista? ¿Cómo se decide? La ideología revolucionaria, por ejemplo,
roes ... Una de ellas, el otro día, tomaba el avión con un bebé en ¿ es una condición previa?
el vientre y un explosivo en la bolsa, confiado por su héroe. ÉL: A menudo una ideología sirve para no pasar al acto. La idea

YO: ¿ También el bebé era del héroe? de que hay que "modificarlo todo" puede servir para no hacerlo,
ÉL: Por supuesto. Pero no todos son tan viles. Excepto los mer- eso puede ayudar a vivir ... Pero el acto idéntico a su huella aterro-
cenarios sin convicción, los terroristas son como chivos expiatorios riza; aplasta la palabra sobre la cosa; absorbe su ideal en plena rea-
voluntarios: autoelegidos para cumplir esperanzas lejanas; han lidad. Extraña cápsula. El Otro se ha fijado, petrificado en lo que
asumido la responsabilidad de las infracciones a la ley y al mundo. una vez fue; por ejemplo: "traidor", "mentiroso" ... Vea el dialogo
Aquellos a los que matan no son siempre enemigos sino carburante entre el terrorista y el idealista revolucionario que no quiere "pa-
para desplazar y mover a la Opinión, a la Información, de donde sa- sar al acto". El terrorista dice: ... usted es un mentiroso, sus ideas
can con qué romper la monotonía a fuerza de escándalos. Esta as- son pura simulación, usted es lo que denuncia ... El otro argumen-
22 PRÓLOGO 1l!HRORISMO Y PERVERSIÓN 23
ta en vano, pero se dice en silencio que es agradable denunciar lo /n . La maquinaria terrorista está conectada con la Causa Sagrada,
que uno es: ello permite ser, al menos, y dejar ser .. . l., madre ideal asesinada, violada y engañada. Y eso hace hervir la
YO: ¿Entonces la ideología "revolucionaria" no siempre es un ·,augre de los demás: me enteré del caso de un terrorista vergonzo-
paso hacia el terrorismo? •,nmente despedido por sus jefes porque su bomba no causó ningu-
f:L: No. Tome a los terroristas que vienen del Islam, en las antí- 11a muerte. Sin embargo había explotado a la entrada de un alma-
podas de las ideologías marxistas; tienen un ideal, que pasan al ac- 1 l'll ... Es como si hubiera preparado un carrujo malo.
to; por ejemplo restablecer la pureza de la "tierra" expurgándola YO: Esta historia de sangre extranjera. Parece tenaz. Ya los azte-
de sus elementos impuros. Lo esencial es poner al desnudo, en acto, l as sólo sacrificaban extranjeros a sus dioses; alimentar a sus dio-
un origen sin mancha, un inconsciente al alcance de la mano, a ima- !-.escon eso, qué plan.
gen de lo que se quiere ser, de lo que se cree ser. Y vea cómo la cosa cL: Justamente, la toma de rehenes lo aclara: se toma como re-
se aguza: para cautivar al Otro se capturan pedazos de cuerpos que henes no a enemigos (a los que preferiblemente se mata), sino a "ex-
hacen las veces de él: es la lógica de la toma de rehenes: cuerpos tranjeros", a veces hasta a amigos de dicha Causa. Los extraen de
"neutros" que tienen valor de fragmentos del Otro son capturados la existencia, se alimentan de su energía, de su nombre, de su pre-
"de veras". Eso capta también la atención general, permite jugar sencia: se los incorpora y se vuelven los terroristas más vivos, más
con ... existentes. Sabe usted, cuando los terroristas árabes matan árabes
YO: Y entonces ¿qué caso tiene todo eso puesto que no hay reme- (lo cual hacen con un entusiasmo increíble), los medios de comuni-
dio ni estrategia segura para fijarlos a su vez, para mantener a raya cac ión apenas hablan al respecto, nadie se conmueve, o casi. No es
a esos valientes héroes del absoluto? "diferente" desde el punto de vista del Otro; es sangre "otra" la que
f:L: No se ha dicho eso. Hay procesos de contraperversión, de se necesita para alimentar la causa, sangre nueva, virgen. Los ino-
contracerco. Pero cuanto más segura e implacable es una estrate- centes que mueren no son pues errores lamentables, sino una nece-
gia, más terrorista es. Los soviéticos "supieron" hacer liberar a sus sidad, es el material para la inscripción. Así como en el caso de la
rehenes en Líbano: simplemente tomaron otros, de las familias de droga: la adicción, la dependencia no es un pequeño mal secunda-
los terroristas. Es verdad que no hay otra salida que no sea totalita- rio, inevitable, que venga a echar a perder el goce del flash;* por el
ria, pero es interesante el que no la haya. En realidad los terroris- contrario es el fin deseado: se toma droga para poder depender de
tas tienen el mismo "proyecto" que la sociedad: seguridad, garan- ella, para pertenecerle totalmente, para atarse con una atadura que
tía, estrategia "segura" ... Para ellos funciona porque vuelven resista: ésa precisamente. Para dar un sentido a su vida.
contra la sociedad sus mismos valores de certeza. Es menos lo que YO: ¿Porque no se soporta lo insensato de la vida? Por eso se le
le importa a la sociedad, eliminarlos (le molestan poco en términos impone un sentido, lo cual la vuelve insensata ... ¿ Es eso?
generales) que administrar bien lo que esta sociedad secreta en tor- f:L: De alguna manera. El terrorista da sentido a su vida, pero es
no de ellos: instituciones, información, represión; es equilibrar él quien se lo da. Normalmente, si nuestras vidas tienen un sentido,
todo eso; el reportaje televisado consuma el atentado, apacigua, de- éste se nos escapa; lo sabemos después, cuando saberlo es inútil.
nuncia, funciona como cataplasma ... Y lo mismo sucede en el caso Los que dan victoriosamente un sentido a su vida quizá son perver-
de otros males -de la época, como la droga; no existe un formulario sos en germen. El que se suicida da sentido a su vida, un sentido
verdaderamente "seguro" para eliminarla, salvo por vías mucho irrefutable: la muerte. Connota con un cero todos los valores de la
más terribles. Todos esos males son momentos álgidos del diálogo vida.
brumoso de esta sociedad consigo misma; ¡su manera de inventar en YO: Debe haber buscado en vano un sentido que darle, y por no
ella al Otro que borra! Así pues, le cuesta trabajo prescindir de su hallarlo, le dio ése.
"mal". Si hubiera una vía segura para terminar con el "mal" se sa- f:L: Precisamente cuesta trabajo soportar no haber hallado el
bría. Hasta 1~ Biblia que reflexionó al respecto no halló otra cosa sentido; entonces se lo da de manera absoluta; no halló a nadie más
que el Apocalipsis, el Juicio Final, el Salvador, su regreso ... es de- a quien hacer un regalo más relativo ... Pero es el hecho de darse
masiado. Ya es suficiente con hacer frente al "mal" sin demasiada ese sentido lo mortal; eso elimina el sentido. Ya no puede empujar
cobardía ... metabolizarlo, cambiar tanto de desgracia como de fe- para otra parte, por impulso de otras fuerzas.
licidad, desplazar el enquistamiento. Ahora bien, el terrorismo, la
droga, etc., son fijaciones, a la vez de individuos y de tejidos socia- * Sensación repentina y corta de goce después de la inyección de droga. [T.]
24 PRÓLOGO 1HOlORISMO Y PERVERSIÓN 25
YO: Entonces vuelvo a las causas; imagínese una derrota "histó- dola pasar por el vacío del Otro, por el azar, el azar al que después
rica", una derrota en el corazón de su historia, una ruina del ser. -.1· carga de pensamientos. Algunas perversiones son ordalías com-
Si se la puede incorporar a un producto o a un vínculo que dé una p11lsivas; de ahí el aspecto "suicida": el cualquier cosa está encar-
razón de existir, pues una derrota nos priva de razón de existir, si ¡.:ado de volver a dar vida. Pero en cierto sentido el instante ordáli-
es posible conseguir un enemigo contra el cual "hacer" algo, enton- 1o no es raro: en el accidente, la enfermedad, el "mal"
ces se ha ganado, ganado monstruosamente: la situación se modifi- onisional ... todos tenernos ocasión para hacer de ellos una peque-
ca por entero. ¿Es quizás entonces el terrorismo? 11aordalía. El suicidio sería la ordalía radical. Y al darse muerte
f:L: Muchos terroristas son reclutados en la adolescencia, muy '>l ' elimina cualquier efecto de muerte. Es como darse la vida. Se
jóvenes, en el momento de entrar a "la vida"; en el momento en que absorbe al Otro en y a sí en el mismo golpe mortal. Uno se cura
en otros países se incorporan a la delincuencia, la droga, la me- rnn el mal. El suicidio es una droga del Instante, como la droga
diocridad, la transparencia, el vacío ... E incluso alguien, hablan- l'S un suicidio diluido; "arrastra" ... Pero siempre la perversión
do de nuestras costumbres sexuales, parecía encantado de la desa- i11lcnta una solución solitaria al problema de la vida, dándosela
parición de la diferencia en el vínculo amoroso: ahora las personas a través del Otro que captura. En ese sentido, el suicidio, o la orda-
se aman corno si fueran gemelos, es maravilloso ... la transparen- ha "mortal", es un regalo narcisista de la vida; incluso bajo la for-
cia. Pues bien, esos jóvenes terroristas abrazan la religión, y a la in- ma de la muerte.
versa, los fanatismos religiosos más tenaces se prolongan en el te- YO: Es curioso que los "jóvenes" se pregunten para qué vivir,
rrorismo. Los terroristas como tales son drogadictos, no a la para quién, por qué causa. Como si hubiera que estar seguros de te-
heroína o al heroísmo, sino al explosivo, a las sacudidas donde en 11crprimero la vida bien comprometida y para siempre antes de co-
la vibración del mundo se creen rehechos, redimidos, probados. Es menzar a vivirla; es una manera de darse la vida, aunque primero
corno un acto suicida donde en el último momento el disparo es des- haya que hipotecarla para volver a comprarla, uno se da razones
viado, y alcanza al transeúnte: al tercero, el fragmento del gran Ter- como si éstas no surgieran del mero hecho de vivir; las razones y
cero desconocido. Y ya lo hemos visto, el terrorista asume la res- las sinrazones, además ...
ponsabilidad del plusvalor simbólico de la explosión. Él, su Causa, f:L: Eso me da una idea: el terrorismo es darse la vida mediante
su padre ideal, su madre patria, han salido a flote ... la de los otros -aquellos a los que se fascina o a los que se mata.
YO: ¿ Y por eso sería el drogadicto un terrorista que ejerce la YO: ¿Nosferatu? ¿Vampirismo?
acción sobre sí mismo, con el goce además de ver su entorno angus- f:L: Sí, pero organizado, para la vida. Por lo demás incluso las
tiado, perdido, desamparado? ... ordalías y otras "pruebas" intentan chupar la vida donde pueden;
f:L: Imagínese sobre el altar maternal al drogadicto que se auto- pequeño acento paranoico: si habiendo rozado la muerte he sobre-
consume en su viaje y su flash, al alcohólico que se inmola también vivido, entonces es que estoy hecho para vivir. Si hasta la muerte
y que devuelve todas las tripas pero que existe en el vómito ... al me permite vivir, con más razón me lo permitirá la vida.
terrorista que alimenta el altar sagrado de su Causa con sangre vir- YO: Un pequeño umbral fetiche, pues; conjurador.
gen extranjera. Si él es el instrumento de su Madre patria, que san- f:L: Pero el duelo por uno no es sólo aceptar arriesgarse, es vivir
gra otras "rnatrias", entonces es una historia de Madre a Madre, un por el hecho de que no hay posición humana "defendible", vivir de
encuentro de matrices armadas. eso. Y qutrer hacerlo. Todas las variantes perversas quieren des-
YO: Lo que es seguro es que una parte de muerte se saca de la mentir eso, y probar que hay una posición defendible, la que man-
masa, y se le echa a la cara: eso la fascina; es lo familiar "imposi- tiene el perverso, para quien lo más sólido de la vida es la muerte.
ble". Un pequeño lado ordálico: la sociedad roza su muerte olvida- Eso conduce a vivir su muerte, y no a vivir al margen o más allá.
da, se embriaga causando "terrorismo", corno los padres del droga- YO: ¿Por eso, esos grandes deprimidos que pregonan que ningu-
dicto se drogan con palabras sobre su hijo aterrorizador. El na posición es defendible, que todo es nada y que no hay nada que
terrorismo es un medio con el que cuenta ese sistema a,gotado de valga, suponen en realidad un valor absoluto, del cual serían los au-
tocar sus fallas invisibles, de enfrentarlas con terror. tores y que, a falta de otro, sería la muerte que se infligen? ¿ O la
f:L: Sus ideales de transparencia creen poder prescindir del Nada? Uno cree que para ellos no hay nada que valga y nos damos
Otro; se quiere la perversión, y ésta quiere barrer al Otro; en eso cuenta de que no hallan el valor absoluto que buscan ...
ella promete más. La prueba ordálica es poder darse la vida hacién- f:L: ... En vano, puesto que ellos son ese valor. Espero que no
26 PRÓLOGO 11:RRORISMO Y PERVERSIÓN 27

dude que los nihilistas son fetichistas de la nada, de la nada total qm· les sirve para guardar reserva; la muchacha está indudable-
que creen ser. 111l·ntcaterrorizada por sus agresores y por la pasividad de la gente;
YO: ¿Es ése el núcleo narcisista de las depresiones? ¿Estar deso- por la armonía perfecta, tácita entre lo activo de unos y lo pasivo
lado por no amar más que a uno mismo, y ni siquiera lograrlo? d1· los otros. Como si fuera la misma "economía" ... Una "econo-
f:L: Es estrangularse con el único lazo que se tolera, el que se tie- 111ia" de muerte, en el fondo; es entonces cuando el terrorista extrae
ne consigo mismo, y no sólo es de éxtasis, puede ser de estanca- 111uertey vive de ella, la acuña y la hace circular ... La muerte, en
miento, de torturas deliciosas. En todo caso, nuestros fanáticos he- Vl'Zde ser un límite .se convierte en un argumento, una pieza del
ridos no soportan la herida, y cultivan la hemorragia. Pero también "juego", se necesitan algunos muertos para alcanzar la embria-
ahí hay contraperversión social: se fundan "valores" por el placer guez, para que se distinga la identidad que falta. Vampirismo tri-
de fundarlos: "eso me gusta, me encanta, me fascina ... ", es la con- vializado; pero su puesta en escena tiene algo de sagrado. Los cuer-
traseña; narcisismo del decir: eso gusta porque uno lo dice y lo pos alcanzados son fragmentos del cuerpo del Otro, son el Otro en
vuelve a decir ... Por lo demás, creo que hasta el terrorismo tiene 1·stado petrificado.
sus contraperversiones; como cualquier perversión, puede condu- YO: Eso parece lógico, aterrorizar al Otro es una manera de fi-
cir a gente anquilosada por la evidencia de los mecanismos, el auto- ¡a rlo, de petrificarlo, aunque sea en el "temblor" del miedo; se tra-
matismo de las asunciones de responsabilidad puede conducirla a 1a de detener inyectando miedo como si fuera un producto.
conocer ese punto de impotencia e invalidez que provoca el renaci- f:L: Eso le aclara el vínculo establecido entre fobia y perversión;
miento súbito, la recuperación de uno en relación con otros. algunos comerciantes de droga son como "terroristas". Siembran
YO: Eso hasta puede resultar prometedor, hacer que se "organi- el terror, sobre todo entre los padres. Despachan su producto, y
cen" en pequeños clanes terroristas honorables ... Brigadas de vir- también está el subproducto que es el miedo, el pánico ante un vín-
tud ... culo que se dibuja frente a sis ojos, contra el cual no se puede hacer
f:L: Sí, pero también ahí, contraataque de los terroristas que uti- nada; un vínculo real: realidad que se convierte en vínculo en vez
lizan ese ideal de asumir la responsabilidad para inscribirse ellos; de seguir siendo móvil, compleja, en movimiento. Lo real converti-
dicen al poder: puesto que están obligados a asumir la responsabili- do en pulpo.
dad de esta masa, nosotros tomamos una pequeña parte, algo con YO: Es un hecho que mantienen con su presa una relación ya
que forzarlos a reconocernos; es su turno ... perversa hecha de miedo, de violación, de posesión-desposeimiento.
De lo cual se deduce que el terrorismo es no sólo el sobresalto f:L: Diga la palabra: de seducción. Sobre ese fondo de amor y de
de las fuerzas de muerte difundidas en los grandes conglomerados, odio se inserta el verdadero vínculo, objetivo de la droga. Se inserta
sino lo que las hace perceptibles. Es su lector ciego y enceguecedor. en la fantasía original que la seduccióR hace aparecer: fantasía del
YO: Hay quienes dicen que es la "acción psicológica" del intoxi- "primer" vínculo con las palabras; el origen; el año uno. Por cierto,
cado, un poco seria. los primeros en la Historia a los que se llamó terroristas fueron los
f:L: Aquí es usted quien vuelve al toxicómano, al hecho de intoxi- enviados de la Convención que desembarcaban en provincia para
car a los otros. Pero no como se le entiende. Fue Raymond Aron reprimir el monarquismo y otras "desviaciones" ... en plena Revo-
quien dijo que una acción violenta es terrorista cuando sus efectos lución francesa o más bien en pleno Terror, en 1793. "Comisarios
psicológicos "están fuera de proporción con sus resultados físi- políticos", vaya. Es sorprendente lo que todas las revoluciones han
cos". Pero eso es impreciso. Una violación no es un acto terrorista sacado de la francesa, como si sólo hubiera una por copiar. Y a esos
y sin embargo sus efectos psíquicos son desproporcionados en rela- "convencionales" se les llamó terroristas porque aplicaban las con-
ción con sus "resultados físicos", no muy fáciles de apreciar; y es signas del Poder central con un realismo, una minucia, como si fue-
un acto de violencia física al que se reducen muchas otras violen- ran una Ley sagrada, divina: tenían verdaderamente la Ley en la
cias. mano, la ley de la Convención -que ya es un nombre bastante cu-
YO: Pero cuando un grupo de jóvenes "correctos desde cualquier rioso ... Si dudara usted de los resabios perversos de lo que se eri-
punto de vista" -incluido el sexual, me imagino- violan a una mu- ge en Convención y que va a meterse en la conducta de la gente ...
chacha en público, como llega a suceder, sin que nadie reaccione, YO: También están los fanáticos religiosos, los partidarios del
¿no se diría que la gente está aterrorizada? verdadero vínculo, que aplican la ley divina en el nivel real o realis-
f:L: Más bien anestesiada, anulada en la envoltura de celofán ta, aquellos que, Libro en mano, siembran muy pronto el terror.
28 PRÓLOGO 1ti RRO RI SMO Y PERVERSIÓN 29
ÉL: Atemorizan y confunden el miedo que tienen con el que se 1 ista hace pasar la verdad de su querer por un querer de la Verdad;
tiene a Dios o a lo sagrado. Son lugartenientes de Dios . .. o de la ,•11 el perverso esta voluntad es esencial. Fundar un gesto en el he-
Razón o de la Virtud . Bajo el Terror de Robespierre la gente hace d10 de que se le quiere, refleja la confusión en sí de Uno y de Otro .
todos sus esfuerzos, se afana y revienta; entiéndase afanarse como vo: E s el estigma de un Estado totalitario, un Estado que sería
hastiarse . La perversión se afana por ser . Y todos esos monstruos la ver dad en acto, la verdadera voluntad manifestada en forma
de virtud que instituían el Terror, esos nerviosos cortadores de ca- dl' d ictado , la dictadura .. . verdadera, justa. La peor. Y por ello
bezas, eran herederos de Rousseau; la Virtud misma; el mismo que Vl'O surgir una idea curiosa: ·puesto que la "voluntad", el pro-
escribió aquel bonito texto sobre el placer de la nalgada y del casti- yl'cto voluntarista, conduce directamente al terrorismo , ¿no con-
go inmerecido; tamb ién creó la fábula de que lo social descansa so- ,..,istiría el nuevo arte de vivir en no querer nada, no preocu -
bre un "contrato", una convención. Ya había un gusano perverso en parse, no actuar? .. . No juzgar nada tampoco sino aceptar lo que
ese fruto de inocencia . . . -.u ce de , lo que hay, y confiar en la dinámica d~ las fuerzas pre-
YO: Una máquina de Virtud, es el terror ... moral. ..,cntes ...
ÉL: El Terror es el mecanismo riguroso de lo arbitrario; el motor ÉL : Ya veo. Pero esta abulia, ese escepticismo astuto o ingenuo,
se autoalimenta: se nutre de sus de sprecio s y de sus impulsos por tisa ir responsabilidad alegre o gris pero "sagaz", esa desaparición
lograr lo ideal. Hay algo de masturbatorio en esta autorreferencia de la voluntad por miedo al ridículo, es lo que sirve de base a las
en la que supuestamente la Ley se manti ene sola, en el nivel de lo voluntades tenaces que necesitan ese contexto para surgir como
sagrado y de lo sacrílego . El terrorismo es la cocina donde se prepa- reac ciones saludables, embriagadas de su "absoluto" frente al rela-
ra una nueva sacralidad, a cielo abierto , en una mezcla explosiva tivis mo ambiente, a la postración inteligente y cobarde. Esta pos-
entre "fuera-de-la-ley" y "más-ley". t rac ión afectiva justifica su obnubilación con una autohipnosis que
YO: Sin embargo predo m in a un proyecto de mundo "mejor", de- es una manera inocua de aterrorizarse a sí mismo. El miedo a
purado, "regenerado" . "c ua lquier violencia" es un miedo neurótico a su propio retroceso
ÉL: Ah, sí, el pura sangr e, también viene de ahí , de la Revolu - cuando amenaza con desmoronarse; miedo que en sí mismo es una
ción: "que una sangr e impu ra riegue nuestros surcos .. . " . Y vaya vio lencia permanente. Esta abulia puede incluso tomar el cariz de
que los regaba . Se intoxicaron con ese licor antes de las grand es una tolerancia absoluta, de un asco refinado por la indignación
sangrías del Imperio , má s reg imentadas . com placiente .
YO: Hay que decir qu e las gr and es sangrías del Terror ocurrie- " Comprenderlo" todo es incluirlo todo, es la tolerancia maso-
ron poco después de la decapitación del rey. qu ista que se traga al Otro crudo; puesto que no cree en nada, sólo
ÉL: Sí, habiendo "limpiado" el antiguo poder, el nuevo perdía la cree en sí misma, no tiene más objetivo que ser. Como el "yo quie-
cabeza ... Esas grandes sangrías con su acento " fundador" servían ro" terrorista; él no quiere nada , él es: quiere ser idéntico a su ser.
también para alimentar, lubricar la máquina estatal nuevecit a, el YO: Es curioso pues en principio el gesto de "querer" nos despo-
Estado de derecho, el nuevo Sol, el sustituto del Rey . ja de nosotros mismos, toma nota de un abismo entre Uno y el Otro ,
YO: Pero los altos funcionarios del E stado nuevo, Estados Terce- nos pone en estado de tensión entre nosotros y ot~as partes de noso-
ros o Tercer Estado, esos frenéticos ."cazadores de cabezas " , ¿qué tros mismos . "Quiera" . .. todo lo que quiera, exponga su voluntad,
tenían en mente? . . . Esta voluntad de cambiar el mundo, ese vo- in tente incluso imponerla, el Otro y lo real dispondrán . Pero al eri-
luntarismo exacerbado ... ¿Acaso el terrorismo es una enferme- girse en garante de la verdad de ese querer , sólo se oculta lo que
dad de la voluntad? todo acto de deseo tiene de infundado .
ÉL: Pero entonces, en el "yo quiero", es el "yo" el que estaría en- ÉL : En eso radica lo perverso. Acentúa lo infundado de los vín-
fermo; no el "quiero". Quizá no haya otra enfermedad del "sujeto" culos vigentes para prometer la fundación absoluta ; la redención;
más que ésta; querer inmovilizar al Otro, responderle a cualquier la cura definitiva de las fallas de la Ley y de los arreglos que de ello
costo , hacerlo gozar a pesar de todo. El neurótico fracasa . El per- re sultan. Y es una de las formas del terrorismo moderno, sobre
verso lo logra , pero la factura es ruinosa . Mientras es el "yo" el que todo europeo, denunciador de las mentiras de la democracia que lo
está enfermo , lleno de sí mismo , de toda la otredad que ha absorbi - p roduce, que lo hace posible y de la que pretende ser el saludable
do y que no logra digerir. Se erige en garante de su querer al grado aniquilamiento.
de identificarse con él; es lo que quiere y quiere lo que es . El terro- YO: En resumen, ¿no tiene la democracia más que mantenerse
30 PRÓLOGO 1l· RRORISMO Y PERVERSIÓN 31

como foco de conflictos fecundos, enfermedad benéfica del vínculo " desenmascarar" todas las engañifas y cortar de un tajo toda ilu-
social que no hay que curar? •,1i'>n?En cambio, el "error" perverso es claro: ciertamente hay ten-
ÉL: ¿Así como el amor sería la buena e incurable enfermedad de "ºn y sufrimiento en no tener lo que se quiere (entonces se busca,
los humanos? Pues ignoro si es la "democracia" la que mejor per- '>I ' "metamorfosea"), pero es diferente de querer ser el objeto del
mite que se desplieguen las contradicciones, los puntos críticos y quer er, querer ser su propio querer. Eso es lo que el terrorismo
singulares, pero de lo que no hay duda es de que en el futuro hay pasa al acto y quiere aniquilar. De ahí viene el aniquilamiento nar-
que alejar a los Redentores políticos lo más posible , como al ungido 1 isista .

del Señor, pues son Mesías. Bueno, eso del Mesías está bien, pero Así pues, el umbral es sutil y el paso precario entre una voluntad
para ayer o para mañana. 11•naz que no cede nada de deseo y cierto consentimiento a lo otro
YO: ¿Para mañana cuando rasuren gratis? qu e puede suceder. Sin la fuerza de esta voluntad, la otredad y el
ÉL: El mundo no tiene que volver a comprarse, no fue vendido. -.uce so no dejan huella, pero sin ese consentimiento la voluntad no
Y vive de las carencias que lo atormentan así como de los deseos 1,ene con qué alimentarse. Se muere de inanición.
que lo agitan. De paso le señalo que uno de los pensadores más pro- YO: ¿Sabe qué? Cuando me salgo un poco de esta discusión, me
fundos sobre la voluntad, Schopenhauer, observó que la voluntad, da vértigo: asimilar perversión y terrorismo no deja de ser exagera-
que constituye "la esencia íntima verdadera e indestructible del do. Me doy cuenta de que algo hay de eso, pero de ahí a considerar-
hombre [ ... ] es en sí misma sin conciencia; la voluntad de vivir se los de la misma ralea .. . de meterlos en el mismo costal . ..
afirma y luego se niega". La referencia a la voluntad no puede ser ÉL: ¿ Y dónde ve ese costal? Es precisamente porque no existe, o
más que paradójica. Y si por voluntad se entiende el deseo (por qué porque está todo agujereado por lo que esta hipótesis tiene sentido.
no, es una buena aproximación), vemos que el terrorismo y otras Es porque la perversión en sí no existe, y porque el terrorismo tiene
formas de perversión son una extraña enfermedad del deseo que tontornos a menudo muy vagos, por lo que podemos sorprender en-
consiste en su curación total: el deseo se vuelve órgano, sus fallas tre ellos resonancias agudas, cruzamientos esenciales, a partir de
son anuladas, y los suspensos de la voluntad son resueltos. t~se punto preciso que es la captura de la ley, la fundación de una
YO: Pero creo recordar que el gran Arthur hablaba de un querer ley nueva garantizada en su verdad por cuerpos. Sucede que es el
vivir total, ¿cósmico? cuerpo de los otros, pero el terrorista asume la responsabilidad de
ÉL: Justamente, si hay un querer vivir "total" es para que los in- es e cuerpo, lo encarna, en un acto autofundador: el asesinato.
dividuos no lo encarnen solos , no se apoderen de él. Ese querer vi- YO: ¿Lo que usted llama "autorreferencia"?
vir no tiene motivo ni objetivo ni fin, mientras su forma perversa ÉL: Pero la autorreferencia no es "perversa" en sí; es en el terro-
es una interrupción de él, y hasta una involución. Y recuerde que r ismo (o en la fascinación aterrorizada que supone, y que existe en
uno de los rasgos del terrorismo alemán reciente era no la o tro lado) donde funciona como punto de apoyo para la fundación
construcción de una "vanguardia" sino el "compromiso total" del de la Ley; como narcisismo lógico. En otras exasperaciones narci-
individuo. Tenemos incluso el patético testimonio de uno de sus re- sistas la autorreferencia también funciona, pero sin efecto de asesi-
clutas, un judío al que comprometieron totalmente, y a quien que- nato.
rían hacer que ejecutara . .. a judíos reaccionarios; en el más puro YO: En el fondo es sencillo; imagine alcohólicos, drogadictos, ho-
estilo nazi. Eso le abrió los ojos ... Pero ahora es él quien debe vivir mosexuales , militantes radicales de tal o cual combate que oyeran
escondido: tiene miedo de que lo ejecuten por reaccionario . nuestras charlas, ¿no cree que se sentirían un poco molestos de ver-
En cuanto a la abulia escéptica de la que hablábamos y que es se disparados en el mismo sentido que el terrorismo?
el contexto en el que brota la voluntad " total", es a menudo una for- ÉL : Despacio. En primer lugar no todos los que beben o que se
ma floja de voluntad totalitaria, y las dos hacen pareja. Como hacen emborrachan son alcohólicos, no todos los que se drogan son toxi-
pareja el aburrimiento y el sufrimiento, el aburrimiento de la "sa- cómanos, no todos los militantes violentos son terroristas, no todos
tisfacción" y el sufrimiento de la tensi ón . los homosexuales son perversos, etc. Lo curioso de la perversión es
YO: Sin tomar en cuenta que hoy el aburrimiento abierto que que siempre hay dos niveles: el de la perversión asumida, querida,
sería esta indiferencia es " engañado" a fuerza de "distraccio- precisada como tal, como un modo de ser, una estrategia; y el de
nes" . . . pero éstas también en órganos, organizadas .. . las prácticas que cruzan ese modo de ser pero que no están instala-
ÉL: Qué mejor; va a cuenta del activo de Occidente . ¿Por qué das en él , y que incluso si se inscrustan no hacen de él su factor en
32 PRÓLOGO

juego simbólico, el ombligo de su vida . Por supuesto que hay tránsi- 111AI .OGO I
to de un nivel al otro; pero no es evidente. Uno puede convertirse
en un verdadero toxicómano aun sin haberla " probado " jamás, mu- I.OS FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY
cho más rápido y de manera más fulgurante que quien la tome pru-
dente, regularmente ...
Es un hecho que en el universo caótico de las formas perversas
el acento narcisista es abrumador. Y es cierto que mi hipótesis, que
hace converger todas esas formas en un punto crítico que llamo :
ser un drogadicto de la ley, un fanático de la Verdad; es cierto que ru.A: No entendí nada, la perversión no es mi rollo.
semejante hipótesis al señalar invariantes, al mostrar a los unos "L: No tema "comprender " , no por ello será menos mujer. Ade-
que actúan como los otros, es en sí misma escandalosa, es una ame- 11i:1s, yo mismo no comprendo mucho , yo prendo , aprendo de
naza a la identidad y por tanto una herida narcisista, insoportable ,que llo por lo que me dejo prender .
si nuestro objetivo fuera hacer "admitir" cualquier cosa a los inte- ELLA: ¿Por qué de pronto le da por hablarnos de perversión?
resados ... No es el caso. Nuestro fin es la búsqueda. 1. Será usted voyeur de los voyeuristas, usted, a quien yo creía viden-
YO: Entonces, buena suerte .. . 1l·? El inocente que actúa como vándalo ...
1::L:Hablo de lo que se me ocurre, y se me ocurrió, me llegó,
11na evidencia enceguecedora; hablo de ella para que no me des-
lum br e.
ELL A: Resulta más bien cómico que venga a hablarnos usted de
las pe rversiones sexuales ...
ÉL: Desengáñese. Si la pe r versión fuera tener "una sexualidad
perve rsa" no habría más que ligar algunos sádicos-masoquistas-
fcti chistas -exhibicionistas ... que por lo demás no llenan las calles
¿eh? (esa gente es más bien discreta) y repetir el mismo estribillo
sob r e ellos .
ELLA: ¿Cuál? Para que yo también lo tararee . . .
ÉL: Bueno , que han hallado el objeto que conviene a su goce se-
xual , el objeto que invalida los límites y las " castraciones", el feti-
che que falta en otras partes (incluso hasta oír: que falta entre las
pie rna s de su madre), el objeto que les garantiza que habrá placer
ca da vez .
ELLA: ¿ En el caso del sádico sería el dolor del otro? ¿ En el del
ma soqui sta el suyo? ¿En el de otros el calzado, la ropa interior, la
mir ad a, el viaje , el alcohol, el ídolo? ¿Es eso?
ÉL: En términos generales . . .
ELLA: ¿Pero , no es lo que los psicoanalistas llaman "falo"?
¿ Siempre en términos generales? ¿ No irá usted a "freudarnos" con
es o?
ÉL: Ya lo hi cieron; y al respecto Freud dijo la primera palabra
y la última .. .
ELLA : ¿ Y cuál es esa dichosa palabra?
ÉL : Que todos esos " perversos" , esgrimen su fetiche como un
se xo materno, justamente el "falo" que la madre no tiene . ..
ELLA : ¿Por qué sería eso, y por qué iban a hacerlo?

[33]
34 DIALOGO I 1 c_¡SFANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 35
ÉL: Según él, para invalidar la evidencia abrumadora de que la 111clodel enfrentamiento no le conviene ni a las masas ni a la idea.
madre no lo tenía. l'c:11emoscomo prueba ...
ELLA: Es ridículo, en primer lugar lo que tiene no es nada, y si l·ILA: Digamos que sí. ¿Por qué la perversión le interesa tanto, y
quiere llamársele nada, reconozca que ese nada frecuentemente n1 primer lugar qué cosa es?
hace las veces de todo. f.:L: Está en el corazón de los individuos y de los grupos, aun
ÉL: No tengo nada que reconocer y el ridículo no mata; le digo· ,.11a11dono.sean "perversos". Es como un arraigamiento de identi-
lo que se repite allá arriba. dad, una identidad "radical". Las morales la han denunciado; es
ELLA: Bueno, ya lo repitieron bastante; a menos que usted tam- quizá la relación entre la moral y lo que ésta denuncia como per-
bién quiera tocar ese tambor, hacernos cantar ese estribillo ... vt rso ...
ÉL: No. Así pues, habrá que interrogarme con más calma o inte- FLLA: Sí, ¿ pero qué cosa es?
ligencia para ver cómo salvar esta idea del ridículo. f! L:Imposible definirlo de eritrada. La etimología no ayuda; dice
ELLA: ¿ Qué idea? q11ces la inversión, la alteración. Como no sabemos cuál es el dere-
ÉL: Que hay gente a quienes el hoyo de la madre ha horrorizado c lw, no es fácil. mostrar el revés; y menos aún denunciarlo ...
y que van a él directamente, tra~ preparar "todos los fetiches, para ELLA: ¿ Y entonces las normas? No irá usted a machacarnos con
desmentir eso ... que las normas es algo relativo, que lo que es normal aquí es anor-
ELLA: ¿ Y la idea de que la maldad humana, forma especial de 111alen otras partes o patológico.
"perversión", viene de ahí? ÉL: Sin embargo aquellos que denuncian alguna "perversión" o
ÉL: Eso nos hará desviarnos un buen trecho, tenemos para toda ~olo la nombran, lo hacen en relación con una norma, incluido
la noche, no podremos hacer otra cosa . .. Frcud; él habla de "desviación perversa" de la pulsión sexual. ..
ELLA: Ya veremos; no es seguro que me interese ... Pero ya lo ELLA: ¿Desviada de su objetivo normal? ¿Pero cuál es? Si la pul-
veo venir, va a ampliar el tema, pues aprovechando el viaje meterá ~ ión sexual tiene por objetivo satisfacerse, y si eso se obtiene con una
también a los homosexuales-marginales-alcohólicos-toxicómanos- foto, un fetiche, una mirada, por detrás o de través, ¿acaso no se lo-
normales ... gra el objetivo normal, que es la satisfacción? ¿ Es preciso no sólo
ÉL: ¡Hey, hey! ... Es cierto que con mayores amalgamas agran- llegar al "objetivo normal", sino llegar por vías supuestamente nor-
damos el tema, lo hacemos creerse importante; de gran alcance ... males? ¿Las de todo el mundo? ¿No tiene cada quién vías que le son
No me gustan mucho los grandes conjuntos (o los conjuntos infini- propias para alcanzar su goce? Y sin hablar de sexo, si el objetivo
tos; transfinitos). Es una perversión muy moderna: creer que una "normal" de la vida es ser vivida, ¿acaso no están permitidos y son
idea va más lejos si concierne a más gente; cuando es evidente que normales todos los rodeos y desviaciones desde el momento en que
se queda allí; se estanca, se detiene . .. llegamos todos al mismo objetivo: agotar la vida y alcanzar la muer-
ELLA: ¿ Por qué es una perversión? te? ¿Es preciso no sólo satisfacerse, satisfacer a su compañero, por
ÉL: Es una manera de hablar; usted quiere aumentar el interés ejemplo sexual, sino además satisfacer la norma, como si fuera un
de una idea, que tenga un máximo de interesados, resultado, deja tercero cascarrabias y sin recursos, que pide que se le pague su deu-
de tener interés, sin que por ello sirva a los interesados. Helo ahí, da?
es una pequeña inversión, interesante. El gran conjunto, el público, ÉL: Me marea usted un poco, hay respuestas tan vanas como las
se convierte en el medio para anular la idea infinita, queriéndola preguntas ...
maximizar. ELLA: Así como sucede que las preguntas y las respuestas no
ELLA: Y decir que la idea se convierte en "fuerza material cuan- concuerdan, sino se cruzan, de lejos; puntos de contacto, pequeños
do se apodera de las masas" ... encuentros que desvían preguntas y respuestas ...
ÉL: Fuerza de inercia también cuando las masas se insertan en ÉL: No es fácil organizar·encuentros casuales, malentendidos fe-
ella ... Cuando esa idea conviene, deja de operar, se muere. Para cundos, respuestas que inviertan la pregunta.
ser fecunda una idea no debe convenir demasiado. Es posible que ELLA: Eso, ¿inversión, "perversión"?
las grandes revoluciones saquen su fuerza y violencia del arriesga- ÉL: A veces la pregunta se come su respuesta, o a la inversa, y
do cruzamiento entre la masa y una idea que no le conviene verda- entonces tenemos el pensamiento digestivo.
deramente, pero que la hace moverse en favor de aquello. Y el resul- ELLA: So what? ...
36 DIÁLOGO I 1 fl~ l•ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY
37

ÉL: Muy bien, cambiamos de lengua. Mire. No es que un ser sea pa , cuyos fetiches y rituales son prendas, remedios para salir del
"perverso" sólo en relación con otro; es la relación entre uno y otro l'aso. Nosotros lo sabemos y él lo sospecha ...
lo que es perverso o no; según esa relación pretenda o no fundar por m.: ¿Pero qué haría con nosotros y con nuestro saber, o el de un
sí misma su propia Ley, y por lo tanto remplazar lo que escapa a 1,. rrero? No existe un montaje en el que "nuestro saber" haga pare-
toda relación: su ley, su verdad, su origen. Ya sea esa relación se- 1" ton el suyo. La cuestión no está ahí; el perverso se organiza como
xual, afectiva, política ... 1111 impulso para conseguir lo que en otra parte parece escapar, fal-

ELLA: Suavemente, o mejor -puesto que es usted suave, comete- 1ar, evadirse en el último momento ...
ría una violación suave- hágame ver la cosa claramente. Por ejem- ELLA: ¡Entonces es un especialista del deseo! Perfecciona allí
plo, leí en alguna parte que un hombre que desea a una mujer y que donde los otros pierden la cabeza. Y yo prefiero su precisión y su
sabe exactamente por qué, se ve atrapado con ella en una relación 11gor al patatús y vértigo y otras "pérdidas" con que los otros se
perversa. Eso me pareció un poco exagerado, pues además ¡pueden rnmplacen; pérdidas de conocimiento o de saber, pérdidas totales,
muy bien hacer el amor de acuerdo con las normas! iras contenidas, los agotadores dengues de la neurosis ...
ÉL: El perverso tiene con qué fascinar. Un homosexual, por
t·iemplo, fascina mucho a ciertas mujeres; es la fórmula exacta de
su fantasía confusa de fraternidad populosa: todos los hombres
1. LIMITE Y CONFORMIDAD hermanos, gemelos de preferencia, retozando en las faldas -taber-
náculo sublime- de la Virgen Madre que les sirve de abrigo ... Es
ÉL: Sabe usted, lo sorprendente es ql,le de normas sabemos muy po- seguro que como compañero evitaría a la mujer agotadores melin-
co .. . En su ejemplo, su relación se da por ley el saber que la funda; dres ... Lo malo es que para ella trae letrero de "ocupado"; "no
ese saber cerrado, al alcance de la mano, hace las veces de fetiche: hay hombre"; justamente el credo de algunas mujeres. Un lío ... En
primera y última palabra de lo que sucede entre él y ella. lodo caso, el perverso, identificado con su montaje, con su "esce-
Diría incluso -puesto que estamos diciendo algunas tonterías- na", se consagra a la captura de la "falla" de la que hablaba, él es
que un pensador, un investigador, en principio no sabe cómo le ven- esa falla fija como un cliché. Y si en el ejemplo de usted la desea
drán las ideas, pero quien supiera cómo "tenerlas" sería como un porque ella es deseable (según la lista de criterios que él trae en el
perverso del intelecto; la Idea sería para él un fetiche ... Quizá sea bolsillo, o que se despliega en los discursos de moda), siempre pue-
de esa manera como las "ideas" circulan en nuestros días; y hay den jugar en torno a ese rasgo que los une, hacer variaciones sobre
quienes tienen por oficio pescarlas como peces y servirlas en su sal- es ta ley de su vínculo; precisamente porque esta ley establecida por
sa, o añadir ínfimos detalles para que la idea sea suya . .. El detalle ellos está ahí, pueden excitarse con ella, transgredirla, respetarla,
puede ser su nombre convertido en marca registrada, depósito pre- respetar su transgresión . . . A veces son esos pequeños juegos los
cioso ... que uno toma por perversos cuando en realidad son el subproducto
ELLA: No es tan descabellado; quien tuvo la idea no pudo pensar- de la relación perversa, la que funda entre uno y otro un dispositivo
la toda . .. Pero dígame, en este caso, ¿ todo el mundo es perverso idéntico a su ley.
y desde todos los puntos de vista? ... ELLA: ¿ En resumidas cuentas una especie de contrato?
ÉL: Digamos que el perverso es aquel que es parte interesada, in- ÉL: Mmmm ...
tegrante, de un dispositivo que incluye su propia ley (lo cual hace del ELLA: Ahí sí me inquieta usted, me exaspera. Dos seres que están
dispositivo un montaje perverso); esa relación, que funda el disposi- de acuerdo en algo, que establecen entre ellos un contrato, un con-
tivo, celebra esta inclusión, hace de ella su ritual; el hombre del que trato de matrimonio por ejemplo, ¿ estarían uno con el otro en una
hablaba sabe desear, es el interruptor, prende y apaga el mecanismo relación perversa?
del deseo como si fuera la pulsión misma que encama y simboliza. ÉL: No dije eso; todavía no; pero la idea me seduce; pues enton-
Su relación con esa mujer está saturada de saber, del saber que ha ces la cantidad creciente de divorcios traduciría el hecho de que
erigido en verdad, verdad que no deja lugar a ninguna prueba .. . muchos se desmoronan ante la perversión inherente al matrimo-
ELLA: Ni a lo imprevisto, a la falla, a todo el aparato pues ... de nio; ya no tienen los riñones lo suficientemente sólidos como para
la molicie subjetiva, ¿ es eso? Sin embargo nosotros sabemos que si- soportar eso; falta de ejercicio, de fogosidad; hipotensión del pen-
gue siendo, como todo el mundo, presa de un deseo que se le esca- samiento; quizás haya que revisar esta esclerosis, este enviscamien-
38
DIALOGO I 1.11'->FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 39
to del corazón en la grasa y lo agresivo de la molicie narcisista ... , 11 l11nite por sí mismo, y rápido, así que resulta inútil ponerle uno.
pero dejemos eso.
11 1,: Quizás ... Usted hablaba de sodomitas, ¿conoce la historia?
ELLA: Sí, mejor. Pues a ese paso, en vista de que no hay cosa más 1., ,1 recibe en su casa a tres mensajeros divinos llegados a destruir
normal que establecer un contrato, o intentar saber por qué se des ',odoma porque sus habitantes eran "malos" en su relación con lo
sea a alguien, es capaz de probarme que lo normal es perverso. d,vmo, y he aquí que los habitantes, "desde el joven muchacho has-
ÉL: Todavía no, pero ya casi. Qué impaciencia ... Ha olvidado ta el viejo, todo el pueblo", rodean la casa y piden que se saque a
ya nuestro pequeño principio: es una relación con el Otro lo que los tres hombres para "conocerlos". Lot invoca la ley de la hospita-
puede ser perverso, y no tal o cual gesto en sí. El Otro puede ser el l,dad, ley antigua, inmemorial: están bajo su protección ... Pero a
grupo de gente normal, o cualquier vínculo con lo que no es "uno". ,-..,,a ley no escrita el pueblo furioso opone su voluntad, su goce del
Lo normal es un concepto, una emanación "social", no puede ser ni 111stante;establece su voluntad como idéntica a su límite, a su goce
perverso ni no perverso. Pero la relación que se tiene con el q11c no tolera otro límite, y menos el de una costumbre que se le es-
conformismo, por ejemplo, puede ser perversa; incluso a menudo 1 apa, una costumbre de extranjeros; pues el pueblo grita a Lot: uno
lo es como relación que sabe de antemano los gestos que hay que ~olo (a saber: Lot) ha llegado a vivir (como extranjero) ¡y he aquí que
hacer o que ocultar, los valores al alza o a la baja ... •,<·pone a juzgar!
ELLA: Hay una película, El conformista, que lo muestra clara- ELLA: ¿ Xenófobos entonces, racistas?
mente.
ÉL: Si se quiere; al no admitir extraño o extranjero que no pue-
ÉL: Ya no la recuerdo, o casi: las películas son un torrente de dan "conocer" y por lo tanto controlar. Eso no es verdaderamente
imágenes, de percepciones, así que sólo las recuerdo volviéndolas racismo ...
a ver, cuando recordarlas es inútil. En todo caso, el grupo como tal, ELLA: Sin embargo, no recuerdo quién dice que el racismo es re-
en relación consigo mismo, puede proferir cosas "descabelladas" o 1 hazar el goce del Otro, creo que Lacan ...
"perversas", puede permitírselo. Si los fieles se reúnen para cantar ÉL: Bonita frase, pero es falsa. Si usted tiene zulúes en un rincón
"Dios nos dijo ... ", al grado de que olvidan lo que les dijo, no im- y si el goce de ellos es verdaderamente "otro", usted no estorba na-
porta; pero que un individuo se levante y diga "Dios me dijo da, ese goce no le molesta; cuando comienza a inquietarla, a asus-
que ... ", y ya está enjaulado; al manicomio; antes de haber reco- 1arla, es cuando le recuerda lo raro que hay en usted, cuando su in-
brado sus pobres ánimos. Se le mete al manicomio para protegerlo 1imidad ya exigua se encuentra compartida con otros, cuando
de la locura furiosa con que el grupo le amenaza por la jugarreta "ellos" salen con "nuestras" mujeres o "nuestras" hijas y gozan de
que les hace al encarnar su creencia. "nuestra seguridad" social. El racismo es cuando el otro se vuelve
ELLA: Sin embargo un grupo puede ser fetichista; ha habido y hacia lo mismo, regresa a lo mismo, y por ello la altera, la vuelve
hay sociedades idólatras; la nuestra quizá no lo es menos ... distinta a usted misma, y desata en usted la angustia inherente a
ÉL: Pero para llamarla "idólatra" usted la sitúa en relación con la relación con el Otro, con el Otro que en usted le inquieta.
otras que creen no serlo o que les horroriza serlo ... , y esas dos enti- ELLA: Ya leí eso en alguna parte, en La haine du désir creo, un li-
dades (ese grupo y los otros) están a su vez situados en relación con bro bastante agudo de Sibony, ¿lo conoce? Trabajé con él. ..
el enigma de lo divino, del Otro, del valor -que consideran de mane- ÉL: Lo conocí y lo perdí de vista; en otro tiempo no lo dejaba ni
ra distinta. Es esta diferencia de contexto lo que permite decir, abu- un momento; no sé qué ha sido de él ... Pero si dice usted que es
sando del lenguaje, que un pueblo, en sí, es idólatra o "perverso". su idea del racismo, pues qué mejor, se la robo y la hago mía.
ELLA: Según la tradición, los sodomitas eran "perversos". ELLA: ¿ Sabe usted que eso le gustaría? Tiene una teoría curiosa
ÉL: ¿Y eso que quiere decir? Que la Biblia lo die<;:;porque ¿acaso al respecto.
existieron? ¿ Quién lo sabe? Por lo demás la Biblia dice más bien ÉL: ¿ Una "teoría"?
que eran malos, malvados a los ojos del Dios bíblico (así como por ELLA: De alguna manera; dice que lo entristecen los destajistas
momentos su pueblo querido ... ). Los estigmatiza no porque sean que se quejan de que se les robó "su" idea, la que ellos mismos aga-
homosexuales sino porque no conocen ningún límite para su goce rraron en el aire, al paso del viento. Dice que cuando le roban una
sexual.
idea está contento, se siente liberado de esa idea; en primer lugar
ELLA: Entonces todos somos sodomitas o casi. Conozco pocos deja de interesarle puesto que ha dejado de ser suya; parece que le
que pongan límite a su goce sexual; por lo demás ese goce muestra encanta; y sobre todo dice que eso le permite pasar a otra cosa,
40 DIALOGO I 1 11S l•ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 41

que la Idea es infinita; que si se halla en ese grado de la Idea y otros 1·11.A: Hay otros que adoran sus "costumbres" ...
toman el relevo, qué mejor, puede pasar al nivel siguiente y eso le" a- 1,1.: Pero a él hay que verlo por la noche, rodeado de sus rosa-
legra". No sé si es cierto, pero de serlo debe ser un hombre feliz. En 11w,, c¿n el crucifijo en la mano sujetándolo como una pistola que
todo caso, suelta esos disparates con una sonrisa feliz: "Ya ve, es 1¡,1111ta a su corazón ... Parece estar seguro de su disparo, vaya, de
sencillísimo, basta con estar conectado con el infinito de la idea, si ,¡111• el disparo no saldrá, de que el viaje durará; es un caso. De cual-
sólo se lo está con su parte finita le quitan esa parte y está usted aca- i¡llll'r manera podemos pensar en un lazo en el que el fetiche no se
bado." Y se muere de risa como si hubiera dicho un chiste ... ,.,,11pe del deseo; el no fetichista hace que el Otro se ocupe de sus
ÉL: Ya empieza a hartarme con ese tipo; creí que hablábamos de 111 oyectos secretos y turbios, y al mismo tiempo parece aceptar que
Sodoma. e.,o no funcione, que el vínculo simbólico no sea idéntico a sí mis-
ELLA: Ah, sí, querían "conocer" a los mensajeros. 1110 que tenga sacudidas inconscientes. Eso le explica las intoleran-
ÉL: Echárseles encima. Imagínese la escena; hay un mensajero ,·i,,s entre fieles de religiones o confesiones que sin embargo están
divino que pasa, algo humano en resumidas cuentas, y quieren vio- , n canas: los narcisismos demasiado cercanos se irritan; no se pue-
larlo, "conocerlo" entero, inmediatamente. ill'll ver ni en pintura ...
ELLA: ¿Quiere usted decir que los perversos quieren apoderarse ELLA: Permítame que dude de sus fieles "no fetichistas" ... Pasan
de lo divino? di: un fetiche a otro, es todo.
ÉL: Chistosa frasecita; ¿por qué no? Es un acercamiento al feti- f:.L: En cierto sentido, los contratos que uno establece con los al-
chismo. ' ohólicos o los toxicómanos sólo funcionan cuando el contrato ha
ELLA: Pero de cualquier modo debe haber contado el hecho de ,d,sorbido en sí, por anticipado, sus chascos sucesivos, cuando ha
que esos sodomitas fueran homosexuales. tomado el relevo del vínculo perverso motivo de la discusión.
ÉL: Pero de una manera compleja; no es el goce anal como tal lo ELLA: Es cierto, he conocido toxicómanos a los que un gurú ha
condenado (aunque la mujer de Lot quedó petrificada por haber mi- ,acado de apuros; se encuentran guruisados ... Bastó con que la
rado atrás, como estatua de sal ... ). También están todas las muje- '•l'Cta les hiciera saber delicada, indirectamente, que la droga era
res que están allí, "todo el pueblo" dice el texto; ¿acaso gozan ellas 1111a molestia, leve por lo demás, para vivir el nuevo vínculo de ple-
de ver a los hombres presa del homosexo? Gomorra está muy cerca, nitud, de verdad más absoluta ...
el lugar privilegiado del homosexo femenino . . . Pero lo que se se- f:L: Eso transfiere a ese nuevo vínculo el llamado de vínculo que
ñala es que esa gente se erige en fuente única de la ley vigente, en ,l' lanzaba a la droga. Pues precisamente la religión es un vínculo,
autora de su goce a voluntad. y cualquier vínculo que establece contrato con su horizonte divino
ELLA: Por lo tanto la homosexualidad sería atacada en su raíz, 11ene ya un pie en lo perverso.
onanismo, masturbación de sí o de su sexo, narcisismo ... ¿ Es eso? A veces es explícito y hasta conmovedor en enunciados ingenuos
ÉL: Y ahí se une la idolatría, la pesadilla del Libro, concebida de alianza: usted me hace esto, me hace gozar, diría el dios, y yo le
como una relación fabricada en todas sus piezas, que asume la res- hago esto, lo dejo en paz, le traigo la lluvia y el buen tiempo ... Casi
ponsabilidad de lo que escapa, la parte del Otro, el inconsciente. El l'n esos términos algunos dioses anuncian el color ... Lo interesan-
idólatra ruega a su ídolo que lo sostenga; le paga con el juramento te es que los fieles escapan a su perversión pecando; culpabilidad;
de fidelidad; antaño con sacrificios 'humanos; hoy el gesto es más mfracción permanente; el pecado los salva del fetichismo; las cuchi-
simple: vive al ritmo de las revistas en las que se muestra a los lladas al contrato, supuestamente involuntarias, desplazan la im-
ídolos del día. Algunos sugieren con toda firmeza que un "pensa- rortancia del contrato, y atraen la atención sobre el pecado, el
dor" es profundo porque es elegante ... Y si el ídolo fracasa, si fun- perdón ...
cionó mal, se hace otro (en otro tiemp9 lo rompían, le pegaban ... );
imagínese a un jefe que dice estupideces, una diva que se desmoro-
na, una estrella que titila; es normal; ¿acaso hay relaciones no idó-
latras con lo divino, con la Otra-escena?, es una pregunta. Tengo un 2. MASOQUISMO Y DOLOR
amigo que acaba de convertirse y tengo la impresión de que cuanto
más prueba más bueno le parece, y al final lo que adora es haberse ELLA: Pero hace un momento pretendía usted que todo contrato era
acostumbrado. perverso.
42 DIÁLOGO I 1 OS FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 43
~L: En absoluto. Los contratos usuales se refieren a un tercero f'L : Pues es falso. El dolor puede no ser más que el señalamiento
que se les escapa, así sea el poder jurídico; éste, con sus leyes, invo- d1'. un fenómeno más secreto, más esencial, fenómeno que el dolor
ca a su vez una ley que se le escapa . .. La mayoría de los contratos 111 :11lta con sus gritos y su vértigo.
tienen el mérito de poner fin a un torbellino de seducción entre los ELLA: ¿ Qué es lo que señala?
firmantes; un empleado que siga sin tener su contrato en forma f'.L: En el dolor, lo que es Otro hace irrupción en el recinto narci-
deberá agacharse cada día un poco más , encarecer la seducción .. . . 1st a, en el ámbito sacrosanto del "Yo mismo"; es el retroceso h.acia
El contrato con firmas, timbre, sello, da un frenazo; no verdade- 11 osotr os de lo que escapa, de lo que no se es, y que yo llamo el Otro
ramente definitivo, siempre hay "lecturas", manipulaciones diver- para acabar pronto. Aquello irrumpe violentamente en nuestro te-
sas .. . , todo un potencial de agresiones. Pero hace un momento ha- 1 1 í tor io de carne e imágenes, de materia y memoria. Vuelva a pasar
blaba de los contratos que incluyen la instancia del tercero: esos por un lugar que le recuerde un vínculo de amor y su ruptura, y
quieren fundar la ley que toman por testigo . n·rá que es el duelo en su estado puro, el dolor, el estrujamiento
ELLA: ¿ Cómo es posible? dt·l corazón al vientre lo que duele. La nostalgia es el dolor del re-
ÉL: Relea La Venus de las pieles de Masoch. Cuando establece el gres o, la irrupción de lo que regresa y que uno creía desaparecido,
contrato con la dama, le pide que lo tome como esclavo, que abuse pero que sigue estando lo suficientemente cerca como para regre-
de él, que lo azote, que le de órdenes crueles ... Y está el momento ¡,ar y lo suficientemente "otro" como para doler y señalar la violen-
patético en que para garantizar ese contrato (que ningún tercero , ia de la irrupción.
puede avalar sin pasar a ser parte interesada, sin resultar compro- La paradoja del dolor es que nos rompe y hace que nos recobre-
metido), Masoch da su palabra de hombre; por un contrato que mos: hace que nos repongamos conservando al Otro que, por ese do-
debe reducirlo al silencio, privarlo de lo que lo hace un hombre con lor, penetra en nuestro recinto, nos fragmenta y nos vuelve a arre-
palabra. Para él, toda su "palabra de hombre" va a alojarse en ese glar ... de otra manera. El dolor es una obra de muerte que trabaja
contrato; al manipular el contrato manipula a la Palabra, a lo que t·n favor de la vida, incluso indirectamente. Hace un corte en noso-
habla en la palabra . Y además hay un goce previsto, peor, obligato- 1ros, recordándonos que no somos el Otro, y que no podemos pro-
rio, un poco idiota, que emana de algunos contratos; hasta el goce longarnos en el universo entero.
sexual que rezuma de un contrato de matrimonio; la respuesta, ELLA: En suma, detiene al hombre a punto de "rebasar a Dios" .
pues quizá lo sea, es la frigidez: la mujer responde con la ausencia Sin embargo él puede ser el Todo de ese dolor, ser ese dolor vivo
cuando el contrato quiere que esté presente haya o no deseo. ·. . En y absoluto ...
todo caso, echar mano de su palabra de hombre libre para sacrifi- ÉL : Pero por instinto él lo sacude y lo hace "otro", distinto de él.
car su libertad y asegurar su esclavitud es la menor paradoja a la Lo aparta de sí, hasta en el pensamiento.
que conduce esta pretensión de un contrato que hará ley, quedando ELLA: ¿Qué diferencia hay entonces entre dolor físico y psíquico?
el Tercero disuelto entre quienes fundan dicha ley. ÉL: Son dos caras de la misma cosa; dos caras que se comuni-
ELLA: Pero ¿no es siempre así o casi? Ciudadanos muy libres re- ca n, como en una superficie torcida. Si tiene un accidente, un dedo
claman su libertad, sus atributos de "hombres libres", condición cor tado, el instrumento representa al Otro, al Otro que lo mordió,
necesaria para elegir, para dar su voto, volverse áfonos, someterse pellizcó; irrupción en la carne que desgarra el ttaje narcisista, la
voluntariamente a los poderes que se erigen y contra los cuales se cos tumbre de ser uno mismo, de estar en el propio pellejo, un poco
refunfuña ... Y sin embargo ni son "masoquistas" ni están enamo- ap retado. Eso pone de luto. El dolor psíquico está muy cercano;
rados de la degradación. Es cierto que su sumisión quizá no sea un pudo causar el accidente, "provocarlo". Y la irrupción del Otro
mal negocio: les asegura que otro responde por ellos ... arranca el objeto, ése es el luto, el objeto que uno quiere es arreba-
ÉL: Comete usted dos errores; primero esta dimisión de hom- tado por el azar, el "destino", o cualquier otra fuerza inconsciente
bres "libres" se realiza bajo el signo del vínculo social, para mante- que pueda representar al Otro . El dolor psíquico estaba allí y para
nerlo; y ese vínculo no puede ser en sí mismo ni descabellado ni mostrarse sólo halló esa cortadura en el cuerpo.
perverso. ELLA: ¿ Y el masoquista en todo eso?
ELLA: ¿Y el otro error, profesor? ÉL: Bueno, el dolor le señala, como a todos, la irrupc1on del
ÉL: Creer que el masoquista ama el dolor como tal. Otro, pero él pone en juego algo más preciso: lo que le interesa es
ELLA: Todo el mundo lo dice. atraer al Otro para capturarlo, controlarlo, torcerle el cuello. El do-
44 DIÁLOGO I 1 llS FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 45
lor le es precioso porque le señala que la cosa marcha, que la pre sa , ll"ndose hundir4por él; busca el dolor como prueba de la "herida"
está bien metida, que ha avanzado al territorio donde podrá fijarla , lll'cha por el Otro; del contacto hiriente. En general el perverso pue-
aniquilarla, lentamente; violencia fría, absoluta, "ausente " ; violen - d1· busc ar la "mancha": el contacto con lo sagrado. Un paso más y
cia inaudita del masoquista que extirpa al Otro lo más íntimo de su llq..\amos a la búsqueda de lo abyecto, como prueba de una mixtura
violencia como si le vaciara su sangre; succión delicada , sumisa, de- 111.1s avanzada entre nombre y cuerpo, de una mezcla más íntima

vastadora. En cuanto al dolor, todos se apoyan en él para no hun- , 011 el Otro , cue .stión de engancharlo mejor encontr-ándose "engan-
dirse en la nada; somatiza la muerte como representación extrema , hado" con él.
del Otro, y podemos apoyarnos en su " muerte" para tener un súbi- ELLA: Todo eso supone un odio o una poderosa maldad , una ·es-
to resurgimiento de vida . Le sucede lo mismo a todos , pero el ma so- JHTie de venganza implacable . Ahora bien , la idea de que el hombre
quista es un estratega de la cuestión , y, para capturar lo que en ,:s "ma lo" o malvado en la raíz ha alimentado tradiciones . .. más
todo vínculo se nos escapa, a saber el Otro, para poseer todo lo hicn ne urotizantes.
otro, organiza vínculos que autentifica con su sumisión ; podemos f'lL: Sí , tradiciones en las que lo perverso fascina, donde el mal
creer que goza i_mponiéndose vínculos (de pertenencia), cuando en ,l' une a lo demoniaco y por ello a lo " divino", a lo sagrado .. . Un
realidad se ata para arrancar cualquier otro vínculo que no sea d1•talle: acabo de regresar de Brasil y la atmósfera que se repira
aquel del que es autor. Es un círculo perfecto: él pertenece al otro , nlli, ya sea del lado de la miseria o de la opulencia , no es la cámara
el Otro por lo mismo le pertenece, de ahí este efecto más fuerte aún : , l'rra da , culpable y culpabilizadora que pesa en algunas esferas pe-
que él se pertenece a sí mismo; "se revela" más vasto que él. Esta c¡11eñoburguesas o en alguna sociedad magrebina. Hay allí una es-
estrategia de la pertenencia está presente en todo vínculo, se infil- pt·cie de perversión ligera ; como si el goce en general no fuera im-
tra y actúa cuando los "interesados " exageran sobre su servidum - porta nte ni dejara huella, simplemente está allí como una sutil
bre para apropiársela mejor; para atrapar al Otro, fijarlo, terminar vibraci ón en el aire, una transparencia, una luminosidad percepti-
con él imponiéndole un fin; erigirse en creadores de su vínculo, y hlc.
por lo tanto identificarse con el inconsciente y lo sagrado. ELLA: Acaba de decir que la muerte es una representación del
ELLA: ¡Vaya! . .. Según usted, desde que hay vida humana hay Út ro. Me imagino que no es la única .
perversión. tL: No , está la vida, o el amor , para quien jamás ha amado . . .
ÉL: Absolutamente. Y eso no es resultado de una búsqueda fre- l lay Otro hasta el infinito .
nética del_placer, sino de cuestiones más esenciales. Es posible que Pero el masoquista se apoya en el dolor pa r a ir más lejos; el do-
lo "perverso", mucho más allá de las "sexualidades perversas" , lor es su órbita de espera, su plataforma de despegue hacia viajes
concierna a dimensiones radicales del ser en el mundo y de la rela- 1nás ap abullantes .
ción con el Otro; es la tentativa vana y angustiosa de "fijar " esa re- ELLA: Me aclara usted cosas pero curio samente eso las hace más
lación, de fijarse en ella . De ser cierto, entonces la perversión con- oscuras ...
cierne a vastos niveles muy ramificados de vínculos con el Otro y ÉL: Mire , el movimiento ·del conocimient o sólo es que mientras

con el ser, niveles que todos atravesamos pero donde algunos se 111asse sabe más se ve lo que qu eda por sab er ... Peor aún : el saber
atascan más o menos. Y como el Otro es también lo social, la per- que se obtiene provoca hoyos negros , boquetes en el infinito , desor-
versión concierne a vínculos con lo social, con la "cultura"; todo den suplementario ... que puede hacer irrupción, estallarle en las
ello está en juego en la perversión como pretensión inmemorial de manos . Ya se sabe , quien aumenta el sabe r aumenta el dolor. Eso,
producir fetiches, objetos-frontera que sirven de apoyo y de memo- dolor ... En realidad esas cuestione s rebasan con mucho al maso-
ria para esos vínculos: ya sea que esos objetos sean una creencia, quista, hacen vibrar o rechinar la textura misma del vínculo con el
una droga, una ideología, un aparato, un ritual, una manía sexual, Otro, del vínculo social o amoroso. El masoquista es un pájaro más
un dios, otro dios ... Diversidad de experiencias, de las que sólo bien ra ro . No es extraño que se hay a esperado a Sacher Masoch
importan las invariantes. para dar le un nombre, en la pureza de su sacerdocio. El dispositivo
ELLA: Hey, regrese un poco, hablábamos del dolor . maso quista, del que el " masoquista" es el gran sacerdote, es siem-
ÉL: Justamente , el dolor es una de esas invariantes , y par a el ma- pre un potencial difuso, pero una vez aislado, puede aclarar los
soquista es la señal de que el ciclo en el que atrapa al Otro, por la ,tpoy os del vínculo perver so y hasta del vínculo a secas .
doble pertenencia , gira bien; pues atrapa al Otro dándose a él, ha - ELLA: A condición de no ofuscar se demasiado a fuerza de acla -
46 DIÁLOGO I 111-:, 1rANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 47
rar. Pero es una idea chistosa: el masoquista es el predador y su ,., · El eso del que habla es más vasto; todo perverso quiere con-
presa es quien le hace daño . n •111rloe inscribir su vínculo en eso gracias a la pareja que renue-
ÉL: Es más bien simple, trivial. El masoquista es más que amo vr, t ompulsivamente, pues ninguno agota lo absoluto de eso, del
del juego, lo instaura, instaura el contacto, aun cuando no hace más (}/111 . Hasta el drogadicto cuya pareja es la droga debe repetir las
que "aceptarlo"; tiene, o más bien es, la primera palabra y la últi- ol11 •,1s, es como cambiar de pareja, es la misma pero las dosis han
ma. El otro, la compañera de Masoch por ejemplo, no tiene palabra i,11 111biadoy el tiempo también. El fetichista hace de ello su fetiche,
que decir, puesto que al dejarla entregarse a sus caprichos se la I,_, i.ual es una manera más bien estricta de tener al Otro al alcance
abandona a sí misma, se le deja y al mismo tiempo se le arranca la ,1, la mano, de manipularlo, pero no como una histérica puede ma-
palabra final; ya ni siquiera se da cuenta de. que los caprichos que 111p11l ar su mundo pertrechándolo de palabras excesivas que se le
se le invita a tener deben pasar por su compañero, que se convierte !'', l ap an y la desbordan.
en el centro de su mundo. Se halla encerrada en el único proyecto l · I .LA: En pocas palabras, lo que llama usted perverso es aquel
de manifestarse a él, de hacerle "daño", es decir de hacer sensibles , 11yo modo de ser es idéntico al mecanismo de la perversión: captu-
todos sus movimientos en tomo a él; él es el centro, y al mismo 1 ., del Otro para fusionarse con él, "a muerte"; y ese Otro es todo
tiempo se convierte en el horizonte del mundo de ella, la rodea. El li, qu e no es uno; ¿es el Otro de cada uno o el Otro del grupo? ¿Aca-
que se desmorona no es el masoquista sino su compañera, que ya ,, no son uno?
no sabe qué hacer, que se angustia si él no tiene un dispositivo ho- I· 1: Lo intentan, pero la articulación es compleja. Cuando el
mólogo que oponer. Si él no es más que un simple neurótico -y es 111rn del grupo es el Otro de cada miembro , el collage es total, la
el caso de la "Venus" - se ve muy pronto atascado en sí mismo, des- 11lhes ión fulgurante . Si no es enorme, hay juego, seducción. Mire,
hecho. En cambio, y es sorprendente, la sociedad moderna, ante los ..J Otro puede ser la fantasía de una seducción arcaica convertida
perversos que produce y que la "desvían", tiene dispositivos nota- 1'.11 su propio objeto. La fantasía se vuelve juguete.
bles de contrarrodeo, de contraperversión, incesantemente renova- ELLA : ¿ Cómo es eso?
dos, mejorados, perfeccionados; recupera a sus perversos desbor - 1::L: Imagine que la fantasía la une con su objeto del deseo, unión
dándolos o volviendo contra ellos su lenguaje del cual ella se 1ll'x ible pero rigurosa; pues bien, la perversión la une con el objeto
apodera (el lenguaje de los toxic ómanos por ejemplo); les empalma q11e es .. . la fantasía misma, esa fantasía seductora convertida en
montajes institucionales, qu e los re basan inmovilizándolos, que los j11g uete, dispositivo en manos del perverso, casi órgano . Eso le per-
ayudan anulándolos. A su vez ha ce de ellos su Otro por capturar; 1111t e creerse fuera de la fantasía.
todo rechina, sangra, pero resiste; el "contacto" se mantiene. Hasta ELLA: Ahí me zafo ...
con los terroristas hace dúos bastante extraños ... más bien estabi- f".L: No importa. De todas maneras siente que algunos seres es-
lizados, casi ritualizados. 1.111en relación con usted, mientras que otros toman esa relación
ELLA: Pero ¿cuál es ese Otro que el masoquista quiere fijar? ¿Es 1111 sm a por objeto, objeto de juego, de estrategia ... , al punto de
su pareja? qu e a la larga cualquier relación se disuelve en el objeto en el que
ÉL: El perverso y su montaje son compañeros para cautivar al i.t · convierte.
Otro; la pareja es una figura concreta que sirve al masoquista para ELLA: Bueno, poco importa como dice usted, ¿pero qué es lo que
insertarse en el Otro, el Otro abstracto, que es lo que se nos escapa, t·mpuja al "perverso" a actuar así? ¿Al masoquista por ejemplo?
lo que ninguna palabra o ley puede decir por sí misma. El Otro f".L: El Otro no es tan sencillo de soportar. Si se lleva uno bien
es también la parte maldita, la parte de vacío, la parte divina, la con él, se esfuma como Otro, su alteridad va a refugiarse en otra
parte de nada pero que significa el compartir; es lo aleatorio, lo flllrte. No olvide que lo difícil no es tanto aceptar al Otro, aceptar
sagrado, lo imprevisto a punto de decirse, y de "decir" quién sabe qu e existe, como dejarlo ser como lugar de llamados, de fantasías,
qué -de ahí la tendencia a hacerle decir lo que uno temía oír. de impulsos enigmáticos, de sucesos desconcertantes; como pulsa-
El Otro es lo no dicho pero es el más allá de todo decir . . . Y si ció n viva del otro lugar.
bien se trata de una ''pareja perversa", el Otro al que quieren disol- E LLA: ¡Pero si para todo el mundo es difícil soportar al Otro!
ver en su vínculo, no es uno de ellos, es lo que escapa a cada uno ÉL: Entonces la pregunta va más lejos; es la de saber lo que pre-
de ellos. r ipita a cada uno en tal "locura" más que en cualquier otra. Sobre
ELLA: ¿ Y eso es lo que el masoquista quiere capturar? t·so los expertos no dejan muchas ilusiones: a fuerza de precisar las
48 DIÁLOGO I l i1S l'ANÁTICOS DE LA VERDADERALEY 49
"causas", olvidan que la misma causa tiene efectos muy diferentes 1/1 I.EY SIN FALTA ...
y que no sirve de nada haberla especificado tanto. Por ejemplo, el
padre ausente -siempre lo está- y la madre desenfrenada o pose- fl • En ese caso, el hilo a seguir es la relación con lá Ley: el perverso
siva o "histérica" producen aquí un neurótico, allá un perverso, ¡•~ 1111 traumatizado por la Ley, y el fetiche es la equimosis, la moles-
aquí un masoquista, allá un toxicómano que es también un alcohó- 11;,, la inflamación dolorosa, la cicatriz del golpe que ha recibido de
lico o algún ser híbrido que ni siquiera sabe qué malestar escoger t•II:, . .
para expresar que el ser le hace mal; sin hablar de los normales que FILA: ¿No es el caso de todo el mundo? ¿Traumatizados por la
rayan en toda clase de anomalías o no producen más que réplicas 1 ,:y?
de sí mismos. 1.1: En absoluto. Normalmente la Ley sirve de apoyo, da el lfmi-
Parecería que las fuerzas inconscientes se em,peñaran en desba- 1,·, previene el caos, el cualquier cosa. Aquí no se trata de las leyes
ratar la causalidad que ellas mismas implican. 1·1111nciadas,a partir de las cuales podemos censurar, se trata de la
ELLA: Sin embargo usted no niega la "causalidad psíquica'·', /,· y que está más allá de esos enunciados, de esos enfoques; lo impor-
¿verdad? 11111te es el movimiento que en todo fenómeno vivo hace surgir nece-
ÉL: En principio nada impide pensar que existe como red com- ,11/ades intrínsecas que exceden al movimiento mismo que las en-
pleja de implicaciones pero que se enreda en cuanto uno se le acer- ¡;,·11drá.Por ejemplo, la prohibición del incesto: todo adolescente
ca, precisamente porque nos acercamos a ella para agarrarla o in- Jll'gado a su madre la conoce, la respeta, incluso es lo único que sa-
movilizarla. Este efecto de escapatoria existe en física en el caso 111',lo cua l no le impide elucubrar hasta el vértigo, hasta la náusea,
de los electrones a los que uno se acerca, ¿por qué no en el de 111daclase de ideas de donde resulta que infringe esa prohibición
las causas de nuestros malestares, en el de los núcleos "últimos" que respeta. Su impotencia cuando desea a una mujer le sirve para
de nuestros destinos? Además, las causas se ramifican, se enrollan, hacerse creer que él es el verdadero esposo de su madre, puesto que
producen ciclos, torbellinos en los que causa y efecto se remiten '>t' siente culpable de serle infiel siendo al mismo tiempo culpable
uno a la otra; y más aún, a fuerza de diferenciarse, las causas se dl' acercársele demasiado. Eso da vueltas hasta el infinito. La mu-
vuelven insignificantes; entonces hay que razonar por grupos de wr puede "inventar" al hombre y evitarlo como si fuera ella la que
causas ... lo hubiera traído al mundo. Pero el hombre marca a una mujer con
ELLA: Esto produce charlas infinitas .. . No, en el fondo me pare- ,·1 rasgo maternal que la hace deseable, la nota por ello, y la evita,
ce absurdo saber cuáles son las causas capaces de hacer de un indi- ,·s decir sabotea el vínculo, porque le recordaría a la madre. Esas
viduo "neutro" un perverso o un normal. -.on variantes "neuróticas" ...
ÉL: Sin embargo es el punto de vista de cualquier pensamiento Sin hablar de pasar al acto, como cuando padre e hija, hermano
preventivo: cómo hacer, qué precauciones tomar para que los indi- y hermana se calientan como quien no quiere la cosa, sorprendidos
viduos no se planteen los problemas que hemos resuelto para de que resulte "agradable", ligero malestar de todos modos, peque-
ellos ... Lo malo ·es que se los plantean porque los hemos resuelto nos llamados a la Ley a pesar de las protestas: "¡Pero si somos feli-
por ellos. Y se los plantean todavía peor, a falta de lugar dónde 1 es!" Lo social, un poco molesto de tener que poner un límite a sus
plantearlos. Y esos seres problemáticos se vuelven "insolubles", leyes hedonistas ("¡ya que eso les gusta! ... ") llama al rescate a sus
como si movidos por fuerzas inconscientes necesitaran invalidar la neomoralistas ... Sigamos adelante ..
idea de que su problema fue resuelto o hasta formulable. Los com- ELLA: ¿ Qué tiene que ver con la Ley?
prendemos. ÉL: La mayoría de los humanos sólo. conocen la Ley por la falta
ELLA: Me preguntaba qué clase de suceso podría, y no debía, im- t·n la que se sienten enfrentados a ella, aunque no puedan decir ante
plicar la perversión, hacer que uno se convierta (¿poco a poco?, ¿de ,¡ué ley son culpables. Parece que a "falta" de una Ley clara, límpi-
golpe?, ¿a tirones?) en fetichista, o toxicómano ... , q{ie uno progra- da, total, inventan leyes, a menudo fundadas en la razón (algo con
me su vida con miras a lograr toda forma de Otro, para "fijarla" qué balizar la vida); sirven sobre todo para evocar la Ley que falta,
y "fijarse" con ella. Me interesa, ignoro por qué, saber cómo nace para aprehender a cada quien por su objetivo culpable. Todo suce-
un montaje perverso; me digo que el funcionamiento de una cosa de como si la Ley fuera la totalidad de las leyes formulables, presen-
no es sino la repetición de su génesis, sobre todo en la perversión, tadas ante un pequeño remanente excesivo, un remanente al que
donde está un poco petrificado. . . . ninguna fórmula alcanza, pero que está allí, que pesa mucho, y_
50 DIALOGO I 1<>S FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 51
que sostiene a todo el edificio de las leyes posibles. l,11la el fantáiiit:ico episodio del asesinato del Padre. Si mataron al
ELLA: ¿Hasta las leyes de la ciencia? ¿Hasta la ley de la caída de l'ildre para hacerse de un buen capital de culpabilidad, es un lujo
los cuerpos? 11111y superfluo, puesto que tan sólo con su Ley eran ya culpables,
ÉL: Hasta ésas. No sé de qué "caída" y de qué cuerpos habla; v11 lual o realmente, si se les antojaba tocar a las mujeres, es decir
¿de la gravedad?, es una forma de la ley de la gravitación que en ,.-11cualquier momento.
sí misma es una aproximación a la ley del movimiento de varios l':.L:Sí, la falta conectada a la pulsión, es el cierre completo ...
cuerpos que se atraen mutuamente, y esta ley, infinitamente difícil l'l'ro a Freud le gustaba atar bien sus ideas, hacer nudos en el lugar
de escribir, ha quedado por ello informulada ... si no es por apro- del enigma. Qué importa, el hecho está allí. Todos los días vemos
ximación. Y si un día lo fuera, descubriríamos que hay otros fac- hombres que hacen fracasar sus vínculos eróticos porque tal mujer
tores que descuida; habría que escribir otra ley más "infinita" 11odría,habría podido pertenecer al Padre; y mujeres muy púdicas
todavía ... ,·11tregarse a cualquiera para dar así, al Padré que él habría podido
Todas las leyes de la ciencia revelan deficiencia en relación con >.1·r,la linda hija que no tuvo cuando la zorra de su mujer lo castra-
el saber que tienen por objetivo, digamos incluso una falta; eso las ba, lo asfixiaba ...
hace vivir; es quizá el eco de lo que en otras partes hace a los huma- ELLA: ¿Acaso la Ley no es más que una línea de cresta entre lo
nos culpables: los hace cautivos de la Ley mientras no esté llena o divino sin falta y lo humano deficiente y culpable?
plenamente satisfecha. La falta es más vasta que la infracción. Eso es lo que se esca-
l?.L:°
ELLA: Pero si la Ley se impone como función regular, necesaria, pa; y por ahí está la conexión con el Otro. Lo divino por ejemplo,
que estaría allí en el aire sin que podamos formularla, ¿no sería lo puesto que escapa, puede ser culpa de los humanos, la "culpa" ne-
que en otras partes se llama Dios, sin saber muy bien quién es, ni l csaria, indispensable, al punto que querer deshacerse de esa culp·a
lo que quiere exactamente? puede ser igualmente ... culpable. Todo eso se comprueba durante
ÉL: En primer lugar, Dios, cualquiera que sea la idea que uno se la transmisión; los padres transmiten su ignorancia, ignorantes de
haga de él, no siempre es muy "regular", aunque le encajen un ejér- ello; pasan una parte de aquello que para ellos es inimaginable, una
cito de teólogos para demostrar que sí, que está en regla, dando y lalla que transmitir. Ya ve los estragos cuando los padres se pre-
dando, buena conducta, buenos puntos ... Eso no funciona; siem- sentan como ... sin falta, irreprochables; desde el principio rayan-
pre llega en el momento preciso una catástrofe que todo lo descom- do en lo divino, una divinidad más bien insulsa, sin deseo, insípida,
pone. Por más que han hecho hablar a Dios, por más que lo han tor- angustiante ...
turado, eso no los ha inmovilizado en lo que él quería. Quizá el gran ELLA: Cuando los adolescentes se desatan contra los padres, les
hallazgo monoteísta haya sido suponer a un Dios Uno pero verdade- hacen reproches, en pocas palabras los humanizan, les prestan im-
ramente Otro, por lo tanto "imposible", ni ídolo ni imagen, un Dios perfección, ¿ suponen que esos padres dejan qué desear?
que nombra sin abolirlo el enigma de la vida, que la soporta sin col- ÉL: Pero raros son los padres que soportan el impacto, y que en
marla ... vez de defenderse, de justificarse, de fingir que renuncian, posan e
Como iba diciendo, también Freud, el ateo, se planteó, brutal- imponen la historia de su vida con sus sombras y sus brillos como
mente, esta pregunta: "¿Quién es Dios?", y lo que inventó al respec- algo que se debe tomar o dejar. Hay que decir en su descargo que
to es más bien decepcionante: que Dios es una imagen del Padre pri- están ya demasiado "cargados" de moral, abrumados por el discur-
mitivo de quien lo único que nos dice es que "tenía" todas las muje- so psicoanalítico que ha tomado el relevo y que goza de un aura
res ... y que las prohibió a los demás, pues por supuesto no podía "científica", de un aplomo que ellos mismos le prestan. Normal.
gozar a todas. Pero en este mito lo importante es que por él, a causa Transferencia al inconsciente.
de él, hay una prohibición para los miembros del grupo, un límite ELLA: Imagino la decepción desesperada del niño que se da cuen-
para su goce, límite que ellos revuelven, transforman, metamorfo- 1a de que sus padres son tan bobamente normales e irreprochables
sean, reinscriben, límite que los fascina, los hipnotiza; sobre todo como parecen serlo ... Conocí a una muchacha que se desmoronó
la :·prohibición del incesto" ... Y fíjese, la ley que estableciera se- el día en que supo por la amante de su padre que, pero claro, claro
mejante Padre se distingue en principio en esto: todos los demás que no se acostaban. Eso la desesperó: si ni siquiera con su amante
son culpables ante ella. hacía el amor y en casa era un tirano sádico, aquello quería decir
ELLA: Habría que preguntarse si era necesario añadir a esta fá- que entre su padre y el amor había un muro; de falsedad ... Es inte-
52 DIÁLOGO I 1 ,,-, FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 53
resante, pues en la "falta " misma de vivir con una r8ujer a la que , ontrasta con sus semblantes contritos, o como él dice : "hipócri-
no ama, es todavía más culpable al tener una amante para no amar- 1.,~", "co bardes" . ..
la tainpoco. l·LLA: Ahí se está moviendo demasiado, antes hablábamos del
ÉL : De lo cual se deduce que la " falta ", en sentido de déficit , es 111asoqu ista y henos ahora en el gusto del pecado.
un relevo del impulso vital, una oleada de exceso y de infracciones ; t-L:Paciencia, está muy ligado, y por lazos que se acercan a espe-
algo vivo. Una vida sin falta no es una vida ... A menos que sea en ' t111cnespoco apreciados como los alcohólicos, los delincuentes, lo&
sí misma la falta que niega. loxicó manos y otros acontecimientos singulares en los que nos en-
ELLA: Entonces la Ley, aquella que estaría en el horizonte de 1:onlra mos luchando contra la Ley; el terrorismo hoy es su síntoma
toda ley , parecería que azota a los humanos gracias a la infracción, •IM an daloso, y cada vez más diversificado ...
a la falta , que los excita y los conduce a sublevaciones de vida, que ELLA: Demasiadas amalgamas chocantes, le gustan a usted los
los amenaza y los alcanza cuando corren el riesgo de caer en la , hoques . . .
nada o el caos ... "L: Esos choques pequeños o grandes sacuden al planeta cada
ÉL : Por ello el fundador del cristianismo, Pablo de Tarso, que ella .. . es la vida que hace y deshace los conjuntos, las amalgamas .
llegó a anunciar a los hombres que estaban salvados por Cristo , li- Y si bi en el mundo es monstruoso, conocerlo por lo que es, es una
berados de la falta porque estaban liberados de la Ley (su gran idea 11ianera de amarlo, de ayudarse a superarlo, de ayudarlo a superar-
era que la Ley engendraba la falta), pues bien , ese querido Pablo M ', a él, el insuperable, más allá de la inocencia y de la falta . En
produjo efectos curiosos con esta idea; una esperanza por supues- cuanto al "gusto del pecado" , es impropio. Los que profesan la
to , el Reino de los Cielos ... , y una depreciación inevitable de la , l' ligió n saben que el pecado tiene un gusto bueno, si no ¿ para qué
vida terrestre, pero sobre todo esta lamentable conclusión: eso no defen derse tanto de él? Pero para el perverso se trata del gusto
los liberó de la falta ; la falta es lo que los liga a la Ley a pesar de ,¡ue tiene por el hecho de hacerlo; poco importa el contenido del
ellos, aunque piensan que esta Ley (Palabra, Verbo , Verbo encarna- " mal" o el provecho que aporte ; el acto es su propio beneficio ; es
do . . . ) ha sido cumplida por-el Salvador, de manera absoluta y defi- ,.¡ goce que procura . Un jugador de casino , uno verdadero , apasio -
nitiva . De manera que a pesar del éxito evidente de la idea de san nado h asta la médula, no goza tanto ganando, o con el dinero que
Pablo -el cristianismo es un negocio redondo-, no podemos decir . gana, como con el acto de jugar, de continuar el juego al infinito,
que desde entonces los fieles naden en la inocencia; la falta sigue de at ormentar al azar, de interrogar el caos de las cifras como
presente, y se impone , incluso en relación con la Nueva Ley , la Nue- para arrancarles la confesión del número esencial, absoluto ; que
va Alianza . Y ello puede conducir a sobresaltos purificadores extre- lo des ignaría a él. Y repite compulsivamente ese paso a las confe-
madamente mortales. Nos purificamos del " otro", enérgicamente, siones, goza con coger y volver a coger hasta el infinito el número
sacrificándolo . . . . que falta , a falta de saber , la falta de saber inherente al caos; coger
ELLA: Si le mueve a las cosa s santas , nos alejamos de la perver- con ambas manos esa falta o esa infracción y atiborrarse de ellas
sión. hast a la muerte. Pues bien , aquél que se precipita sobre la " falta",
ÉL : En absoluto . En el sentido más simplón, el perverso busca la religi osa o moral , no para engañar la prohibición como carterista ,
falta como por ella misma; se hace eco de cierto gusto erótico por sino pa ra imbuirse de la falta, meterla en su cuerpo , ser el cuerpo
la falta , quizá debido a la alegría de ser salvado uria ve z más . Sólo de es ta falta por ello abolida-realizada, parecería que ese ser abne-
que no quiere la salvación que se le ofrece, la salvación " corriente" , gado se sacrifica para dejar en la escena del mundo una ley sin
él quiere una salvación de la que sea autor; su cuerpo será el punto falta, impecable ...
de encuentro entre falta e inocencia; un cuerpo autorredentor. Los EL LA: Juega usted un poco con las palabras ...
otros evitan la falta , juegan a las escondidas con ella, ella los persi- ÉL : Basta el juego de ellas, no hay para qué añadir más . "Sin
gue, los atrapa ; ellos cuentan hasta diez ... intentan contar; más falta" es también sin plazos , sin diferencia de tiempo . La idea de
bien ausentes de las delicias del " a pesar de uno", demasiado peli- que aquél que hace el "mal " lo hace como para consumar el mal
groso de manipular . El perverso se ha vuelto -volvemos otra vez y purificar el mundo parece grotesca . Lo es, pero esta " gruta" es
a la inversión-, va a contracorriente de los fugitivos; corre hacia aqu eJla misma donde se alimenta la idea perversa; es ahí donde
lo que ellos toman por una falta, la toma con las manos abiertas , se fomenta y toma su impulso silencioso, que viene de lejos y que
con todo el cuerpo , la "realiza ", y su triunfo un poco discordante va lejos .
54 DIÁLOGO I 1fl'.> FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 55
4. HACEDOR DE LEY ,ilf:unos perversos de que su madre es virgen y ellos la han embara-
.,clo de ellos mismos, que son a la vez padre e hijo?
ELLA: ¡Ah! revelaciones; ande, ¡hágalas! _Espero que no sea de esos íl.1.: E sa fantasía es conocida, y muchas otras se reducen a
gurús y capataces del pensamiento que para tener en vilo al audito- 1·1111 •• • al respecto tengo una hipótesis sobre la génesis del vínculo
rio -o al lector- prometen una y otra vez una revelación asombro- v ck•l dis positivo perverso, siendo el "perverso" aquél que se incrus-
sa, "articulaciones" esenciales, que cuando llegan pregonan: "¡no 1,1en el potencial de tales montajes, que encama (él o su acto) el dis-
se puede tener todo!", "¡ya hay algo!" "¡andan paternales lasco- po-..itivo o el ritual maquínico del cual es parte interesada. Así pues,
sas!", "no hay rel_ación sexual". Entonces uno se aferra, para negar por un lado el perverso forcejea con la Ley, la voltea, la pisotea, la
su decepción, y sucede que alguna veces la Verdad tarda años en d,·sc nmascara con pasión, y por el otro se erige en hacedor de Ley,
ser dicha, así ata mejor a quienes la esperaban, fascinados . Eso no 1·11 aq uél que inscribe una Ley verdadera, ideal pero real. Esos dos
me gusta . Si un tipo tiene algo que decir, por qué hacerles pagar a .1-..pcctos, el mentís y el hecho de que la Ley tenga origen humano,
los demás haciéndolos sacar la lengua, dejándoles la lengua colgan- P-..tán ligados, aunque esa ley no sea más que un pequeño contrato
do, suspendida a la suya; y el día en que esa lengua se suelta , hélos pnver so, y aunque el Dios en cuestión adopte la forma simple y
ahí partiendo de un tajo "la lengua acartonada", la suya . . . 1onmovedora de un fetiche.
l'.lL: ¿Juega a los cándidos o qué? ¿Y su deseo de dominio, qué ELLA: En ese caso, cualquier ser un poco inteligente es perverso.
pasó con él? ¿ Su deseo de seducir, de erigirse en cápsula , fetiche, ( om prende que la ley de los demás está podrida de apariencias, y
droga , música? ¡todo eso es humano! 1·stá decidido a usar esas apariencias y en vez de respetarlas tonta-
ELLA: Es un poco perverso ... 111cntelas manipula, se hace su ley propia, y en ella se mantiene; de
l'.lL: No tanto, es el vínculo entre hipnosis y perversión; el aspecto uhi ese lado a la vez pícaro y virtuoso, ':ético" y "malo" en todos
fetiche del acto de hipnotizar; el público se colma con una palabra los se res un poco astutos.
que no es otra que su deseo de ser llenado. La hipnosis es una mane- l'.lL: Confunde usted al animal inteligente que elige la "mejor" es-
ra de intoxicarse con el Otro . Acuerdo perfecto de las dos partes: trategi a en la jungla social (la estrategia que preserva o que halaga
el hipnotizador responde a la petición que se le hace· de encarnar -..unar cisismo) y el ser que decide ser él mismo el juego y la estrate-
una ficción para quien quiere ser hipnotizado, la ficción de que gia, la ley y su huella, lo verdadero y su realización , garantía direc-
existe un objeto adecuado que responde a la espera, que colma el ta mente en el cuerpo.
llamado de deseo lanzado hacia el mundo . . . Pero volvamos a la ELLA: Entonces el proyecto me parece extraño, no veo en él el re-
Ley. Lo que "prometía" yo es muy simple: que el futuro perverso -..orte, el impulso.
ha sido devastado, sorprendido , traumatizado, al descubrir que f:L: Tan "extraño" como aquel que busca el castigo que los de-
todo lo que se le presentaba como Ley estaba lleno de remilgos , de 111ás evitan, que encuentra en la humillación una dignidad in-
simulaciones, de componendas, de impureza , y se ha propuesto ins- quebra ntable, aquel que organiza su muerte por sobredosis, inani-
cribir una verdadera Ley, garantizar con su cuerpo o por el artifi - dón, aquel que sólo se ilumina practicando el sadismo a su
cio del fetiche una Ley real, virgen , sin mancha, sin falla, plena , lle- ,dre dedor, aquel que sólo se calma cuando diez árabes lo sodomi-
na de ella misma, y· si es posible de él como garante de esta 1an al día, aquel ...
plenitud . En pocas palabras, empresa descabellada hecha quizá ELLA: Lo que usted describe es más bien simple : gente poseída
"para" escapar a la locura o más bien -pues uno no hace algo para por el placer y que hallan el suyo de una manera un poco rara, es
no estar loco, por lo general no hay alternativa- es una empresa todo . ..
"loca" que controla su locura, que la supera quedándose fijo en f:L: El placer no explica nada, no hay placer en sí. Hasta en la re-
.ella . El fetiche es un objeto fóbico relativamente manipulable; más lació n sexual, el colmo del goce humano según Sócrates, algunos se
que el animal "fóbico" del que simplemente podemos huir. El mie - las ar reglan para no tener ningún " placer" . Siempre queda el re-
do que se tiene al objeto "fóbico" se vuelve a hallar en el fetiche , curs o de decir que su placer es no tener ese placer , lo que prueba
pero en estado de instancia sagrada , como un acento de verdadera sobre todo que el placer no es más que un efecto del verbo placer,
Ley, pero flexible para ser "garantizada" , negada, engendrada , re - más complejo que el apaciguamiento de la tensión, de la excitación,
cobrada . . . como decía Freud; el placer es todas las subordinaciones del verbo
ELLA: Hablando de ley virgen , ¿pensaba ust ed en la fantasía de place r; placer al Otro o a Uno, o a uno placiendo al Otro , etc . Y este
56 DIÁLOGO I 11_1S l•ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 57

matiz de consentimiento: placer es ser admitido, aceptado; placerse ,, Eso me recuerda una universidad donde se daban cursos de
es darse placer, aceptarse mediante otros, u objetos, o uno; no sólo 1,rn mas": no se aprendía el placer de bromear, pero se hacían bro-
complacerse. El placer implica el "decir", y no sólo para que la pul- 111.i, Y sa lían como pastelitos, bien clasificadas. El profesor tenía
sión deje en paz y se retire. En la perversión no es tanto el principio 11idea, quería comercializar aquello para hacer a la gente más "fe -
de placer como el placer del principio, del comienzo, del origen que 11:" Eso se ajusta a los "métodos" modernos para ser felices , sentir
uno se fabrica, que uno se hace a la medida. Un fetiche es una ciru- pla( t·r, ser más joven, más hermoso, estar en forma, muy en for-
g{a plástica del Otro y de Uno, revisada y corregida por el deseo de 111;1.. . un tanto imbécil.
confundirlos, de abolirlos uno en el otro. Estamos lejos del princi- 1:1.: El imbécil y el perverso están muy cerca ... El perverso en-
pio de placer o de su variante averiada llamada principio de reali- 1_l1111aun a Ley, por consecuencia fetiche, y el imbécil no sabe ni si-
dad donde se trata de "placer lo suficiente" a la realidad, "respetar- q111craque la encarna; un lujo suplementario en pocas palabras. Sí,
la" lo suficiente para que no moleste. , 1 place r; en la perversión el placer es esencial , pero no es la refe-
ELLA: Pero de por sí ese respeto da placeres muy directos : el 1, 11cia;así como lo vimos en el caso del dolor del masoquista: cha-
gran realista, que masturba la Realidad . .. polca en él, es la señal convenida, pero no es lo que está en juego.
2L: Aunque la haga desfallecer, no la cambia , como pretende. /.u que es tá en juego es capturar al Otro en Sí, fijarlo como fetiche ,
ELLA: S1, pero no le niega nada, le da coba, y se ab r e camino, tre- 111a11ip ularlo y servirse de él para inscribir la Ley de la que pueda
pa bastante rápido sobre sus pequeños montículos . La vieja puta ya 11110 creerse autor, y que por eso será "verdadera " ; por ello los dis-

no ofrece su cuerpo gastado, pero tiene favores laterales; recom· 1111gosentre placerse a sí mismo y placer al otro, indica ciones sim-
pensas, tangibles o sublimadas . plt-s a pesar de todo, y seguras, se vienen abajo. Se trata de placer
2L: Recompensas poco creativas. Hacen feliz a quien ha hecho d Sí facticio en que uno se convierte y que incluye al Otro. El per -
votos de vivir esclavo de la Realidad. Los grandes goces hacen pa- 1•,·rso p uede sacrificar su placer para gustar a ese Otro que él mismo
sar por lo irreal y lo inconsciente : más bien irrealistas ... Ganar en ha prod ucido, fabricado de todo a todo y que por lo tanto le "place ";
el juego de la Realidad sólo excita a una pequeña parte de nuestros 1k esta manera recupera el placer a la inversa , del otro lado, por de-
medios, de nuestros instintos , salvo si ya esos medios son lo sufi- 11,:i s si se quiere, del lado en que Uno y Otro se confunden .
cientemente pequeños. Vea lo que sticede: si a los trofeos que se lle- ELL A: ¡Por lo tanto se complace! El derecho y el revés es usted
van los grandes realistas que juegan el j uego a fondo Quego de los quien lo dice , es nuestra impresión, la de los "observadores" ex-
medios, componenda económica , prestancia política) no les agre- 1ranje ro s que creen estar en el lugar correcto. Si sacrifica su placer
gan nada más, su trofeo no es más que un retrato de sí mismos ofre- para p lacer al Otro , es que su placer es placer a ese Otro.
cido por aquellos a quienes desprecian, una imagen adulada que sa- ÉL: Cierto . Como en el caso de todos , el placer le señala que su
ben que es mediocre ; para gozar de ella de todos modos . . . deben .,súnto funciona, que entre él y su montaje hay agrado, algo agrada-
olvidarla un poco , o amputarse , sí, amputarse ... ble . E l placer es el catalizador: " todo " marcha bien , según el código
ELLA: Dejemos eso , hablaremos de política otra vez. ¿Y el placer 111terno y la ley vigente, la que el montaje perverso hace consi stir .
entonces? Pero en su manera de erigir sus instrumentos de placer en herra-
2L: .. . sólo existe como vínculo de compartir in situ del verbo mie ntas de trabajo, en su queja o su endecha sobre la depresión de
placer; "abre" usted el verbo placer a alguien, como una puerta l~xist ir , hay una ruptura esencial: 'no viene a dar libre curso a su
inadvertida, y le dice gracias, lo que quiere decir "g r aci a " , es sufi- placer , habla de su agotamiento~ incluso bajo la carga de ese placer.
ciente, o como se dice: ya no eche más o me hundir á, no tendré con Al final de cuentas , para el perverso, hasta el placer, como toda
qué responder, con qué paga r lo compartido . Es todo un arte el de la realidad , está indexado con relación al factor en juego simbólico;
dar y tomar. Y usted replica "el placer es mío" . .. agresión trivial , hasta el placer dd acto gratuito : en el que ha y que fundar el acto
hipócritamente "graciosa " . Uno da placer y lo retira con una sim - infu ndado. Si la indicación fuera el placer , deb eríamos de cir que
ple palabra, justo con una señal. El juego del placer sabe hacer re- todo ser y toda cosa se abandonan todos los días al placer de exis-
botar en el otro el placer que uno se da; la descarga ahí sale ganan- tir, que todos chapotean en el placer incluso sin saberlo .. . Un po-
do y es también una recarga. co absurdo ¿no?
ELLA: Mientras no sea una "carga " . . . Me digo que para el per - E LLA: Sí.
verso, el placer es una carga, casi una misión con su apuesta simbóli- ÉL: Por lo demás, el placer, que de todas maneras no soporta los
58 DIALOGO I 1_11'.-,
FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 59

límites, carga en la perversión con un montón tal de presuposicio- fil.: Lo que es seguro es que "perverso" es justamente lo que él
nes, precauciones, dispositivos, rituales . . . 1111 puede ser: el síntoma del neurótico lo amortigua, su neurosis es
ELLA: Pero la búsqueda del puro placer siempre ha servido para 1111l·ap ullo que lo protege del contacto con la Ley, el Otro, el Incons-
describir al perverso. · ' tt·nte, la Madre (no acercarse demasiado a ella, o habría incesto),
ÉL: En realidad, el placer por sí mismo es un caso particular, , 1 Pad re (no acercarse demasiado a él. o habría "homicidio"), etc.
confuso y oscuro de la seducción por sí misma: relación de dos en 1 os gr upos lo han comprendido siempre: saben poner su ideal a
la que cada uno quiere placerse a través del otro. Cuando la seduc- l111t•nadistancia, lejos, para no correr el riesgo de alcanzarlo, para
ción es atravesada, se pasa a otra cosa; pero en la perversión la se- ,:onserv ar un poco de espacio, a reserva de confiar ese ideal a chi-
ducción está inmovilizada, detenida: una toma de vista maravilla- vos expiatorios que son su sombra . Un chivo expiatorio no es sólo
da , alucinada; ambos parecen sacerdotes de un dios oscuro, avivan 1111inh ibido que escapa, y que es "responsable" del desorden, y al
el mismo hechizo, sostienen la misma creencia; su ceremonial, q ue se quiere devolver rápido a la trampa; es un ser que funciona
esencial para el dispositivo, captura al mismo Otro, el dios de su re- , mno el "negativo" del ideal. que pasa demasiado cerca del ideal,
ligión íntima. En el modelo donjuanesco, ese dios es el absoluto fe- q ue hac e sombra, que molesta las fantasías deslumbrantes ... A ve-
menino, es la fantasía última que la mujer tendría de sí misma; ya ' ,·s la sociedad hace que otros encarnen sus ideales, ídolos, "ideo-
sea que la exalten o la profanen, que se rían de ella o no, su ballet los", " ideólogos" ... Eso le permite olvidar que su ideal es produ-
la concretiza, la hace suced _er : a dos hacen la Mujer, aunque sean ' , rlos y cambiarlos a voluntad; que su ideal es manipular el ideal . . .
rehechos por ella, pues fracasan, y el ballet debe repetirse en otra Alguno s eligen ser ese ideal, deciden confundirse con él. Los místi-
parte, en vista de la decepcionante ausencia de la diosa . ' os es taban en ese caso. Su objetivo a veces h~ inspirado descon-
ELLA: Repetirse, sí. Infatigable, en efecto . ¿Pero de dónde sacan 11anza, como perversión de la relación con Dios .. .
esa energía? RLLA: Los místicos perversos . .. es excitante. Volveremos a ha-
ÉL: De lo que en nosotros jamás puede ser apaciguado o satisfe- blar de ello . Es más bien lo contrario lo que me interesa: la perver-
cho de una vez por todas. Lo que llamo la "pulsión " . Es un sentido "ºº co mo forma de mística. Imagino a toxicómanos, homosexua-
más bien amplio ; y eso no quiere decir que el "objetivo " de la per- 1,·s, al gunos fanáticos, los terroristas incluso, por qué no, como
versión sea satisfacer la pulsión, ni que ésta sea la "causa" de 111odernos místicos. Conozco una pros t ituta culta que se las da de
aquélla . 111istica de la muerte, y del amor.
Pero evidentemente el montaje perverso palpita como un cora- ÉL: Eso parece curioso, pero es sostenible. Después de todo, el
zón o una bomba al ritmo de la pulsión . Está incorporado; toma el 111lstico es aquél al que le interesa el misterio, la iniciación, lo ini-
relevo. El dispositivo perverso es una misma constelación pulsional ' 1al, lo que comienza . . .. Y si el perverso, en vez de andarse por las
de artefactos vibrantes; a veces confunde en ella todas las pulsiones 1amas bizqueando neuróticamente toma todo eso mediante el cuer -
que sumerge; como en la toxicomanía, donde las pulsiones sexuales po, co n el cuerpo , haciendo de su carn e el umbral material de la
pueden borrarse , ve r tirse en el gran magma . Es ca si lo ideal de una l .l'y, ¡qué importa la manera de ha cerlo! Por ejemplo, el alcohólico
pulsión narcisista: imagínese los dos sacerdotes de lo Femenino, en ,l·ría aquél que bebe a sorbos hasta el infinito , vaso a vaso, la san -
el ritual donjuanesco, reducidos a un ser que se seduce , se place, gre de l Otro que es la suya. Dice: ésta es mi sangre, pero lo dice a
se interesa, se interesa en el otro en el que se convierte o al que en - 11naas amblea de fieles reducida a los suyos o a sí mismo, es el actor
c arna. Y entiendo "-interesarse en el Otro", como se diría emborra- de su propia crucifixión , el único fiel de su religión, aunque cuente
charse con vodka o inyectarse heroína o vestirse a la oriental. 1· 11 otro s lados con muchos fieles aislados . . . Resulta ser el primero

ELLA : ¡Pero todo eso es espantoso pues el perverso hace la s ve- y últi mo fiel de su religión única, se salva salvando al Otro en que
ces de ideal! ¡Funcionamiento perfecto! ~e con vierte a fuerza de a,similarlo, de aturdirse de él. de perder to-
ÉL: Ideal es justamente la palabra. Un ·ideal encamado irradia cier- da res istencia moral con él. Nacerá de sí mismo como de ese Otro
ta perversión; y ésta, como se sa be, es el ideal del neurótico que se tro- 1·11 el que se convierte ; así como esa prostituta celebra en su vida
pieza en los pantanos del deseo con rechazo-angustia-culpabilidad- 1·1am or a muerte; o como la anoréxica , que en vez de sólo comer
denega ción; se imagina la atmósfera del perv erso: clara, cristalina, 11ada,como se dice , lo cual es ya comerse el absoluto, comería la
ac ceso directo al deseo , el goce al alcance de la mano ... 11adapor la qu e se toma, se comería como el Otro en que se convier-
ELLA: ¿ Se equivoca? 1c, viv ir ía de sí misma como de la Nada con la que se funde , ella que
60 • DIÁLOGO
I I J'I liANATlCOS
DE LAVERDADERA
LEY 61
se come su hambre, el hambre que tiene de sí misma. Eso es drogar- 1111 1't1l· rpo y del acto señala el límite alcanzado: es la materia sim-
se con el Otro al que se captura. l11 ·oliP11que remplaza los pensam_ientos confusos, las palinodias sin
ELLA:Es seductor, y hasta divertido ... !ii1,
ÉL: En realidad no funciona, pues la histérica ya se encuentra de 11,1A : En resumen, el paso al acto es un fetiche instantáneo don-
lleno, desatada, en esta manera de placerse por medio de otros (o do li, diferencia consciente/inconsciente perdió vigencia en un san-
de un producto), en esta seducción que nada detiene salvo la decep- iin1111 ·11.
ción que le da energías en otra parte. 1' 1 Pues bien, la perversión es un paso al acto permanente, don-
ELLA:De todos modos no vamos a llamarla perversa ... ¡l,:1 t l l'Onsciente y el inconsciente, el Uno y el Otro, se anulan y se
ÉL: De por sí calificarla de histérica está usado y no es muy jus- 111, _luyen uno en el otro. Para el no perverso, el paso al acto es un
to. Antaño se llamaba histérica a cualquier mujer a la que no le gus- tl ü 1 ll'llo fulgurante donde, expulsado de sí, no para hasta regresar,
tara la relación sexual, como si lo esencial fuera que esa maldita re- lt1hla a lejar un poco ese contacto demasiado cercano entre cuerpo
lación se llevara a cabo, cuando puede tener lugar pero como acto 1111 onsciente, contacto candente con la ley en acto. El histérico
vampírico, caníbal, masoquista, haciendo gozar otra cosa de la que ¡,wde pues querer "salvar al Padre" intentándolo con todo el cuer-
la pareja es el reflejo o el accesorio . .. 1" ,, 111agullado con las huellas del enfrentamiento con la Mujer, lo
1, 111l'nino, el Otro mujer, pero ese cuerpo no se da por la ley
11, "rnada, ni siquiera por la artificialidad de lo femenino. Puede
w 111rirle de paso, de ahí eso~ pequeños destellos "perversos" que
5. PERVERSOY NEURÓTICO 111 ·, leólogos, gente sagaz y enterada, han descubierto en "la Mujer":
p111más imposible que sea de encontrar, esto no impide a esa mujer
ELLA:Entonces hay que separar el factor en juego perverso del his- 1,1111arsepor Ella, ni a esos buenos hombres tomarle la palabra ...
térico.
1•.I.LA:En algunos retratos de Eva, estilo Cranach u otros, se la
ÉL: Un ser puede intentar salvar la ley, salvar al Padre, con sus 11111t :stra perversa, viciosa, amante del pecado y atrayendo al otro
faltas y sus infracciones .. . Puecte convertir en síntoma, inhibición p,11a atraparlo; la trampa demoniaca del "deseo" ...
o angustia sus puntos de cont acto con el extraño, con el Otro que r:1.: El episodio en cuestión no tiene nada de perverso: ella es se-
se ha enquistado en él.
d111 ida por el deseo mismo, y lo hace compartir a su hombre.
Puede tapar sus salidas hacia el más allá que sus puntos doloro- 11an sgrede una prohibición que no está ahí más que para eso, para
sos señalan -pues eso es un síntoma, es un tapón para obturar una 1•1contradicha, si no sería el embrutecimiento paradisiaco. Dios
abertura al inconsciente . . . .,,he que si hay un lugar donde uno se aburre hasta la muerte es
ELLA:Vaya, ¿entonces el normal es aquel que está tapado por to- ,. 1 Paraíso. Es ella pues quien se involucra con todo su cuerpo,
das partes?
,¡11ien corre riesgos para que el deseo tenga lugar, ahí donde el hom-
ÉL: El neurótico, entonces, puede entregarse a compulsiones h1l' se habría quedado en su rincón, embruteciéndose con la prohi-
agotadoras para ser amado o reconocido, asumir la responsabili- hición, esperando que se le permita ... Hay que decir que el hom-
dad de la falta del Otro, no soportar ser culpable. Pero todos esos h1e, a causa misma de su poco cuerpo, de su falta de apoyo en la
montajes, prótesis o injertos para resistir, difieren completamente 111ateriaviva y pensante, recurre más fácilmente que la mujer al fe-
de la perversión pues no se erigen en escritura de la verdadera Ley, 111he, a pedazos de cuerpo (del Otro) convertidos en Espíritu. Es su
capturas facticias del inconsciente tomado en su totalidad, aunque 111anera,muy conmovedora, de mantener excitado como por arte de
sea la totalidad de su infracción como sucede en el caso del fetiche. 111agiael cuerpo del Otro. Pero de eso a pretender -a "proponer"
El edificio neurótico no ataca las raíces mismas de la ley y del de- , orno dicen nuestros psiquiatras en su jerga cada vez que no hay
seo; supone que la verdadera ley, el verdadero objeto, existen, pero proposición que valga-, de eso a decir que el hombre es "más" per-
en otra parte, lejos. En el montaje perverso el héroe parece encar- verso que la mujer, hay un gran trecho.
nar el inconsciente -en vez de huir de él-, el inconsciente que se ELLA:.Eso ya lo he leído, estoy segura: las mujeres son menos
vuelve "real", el cuerpo consciente de la ley tomada mediante el perversas que los hombres aunque los teólogos ...
cuerpo, capturada como tal. Uno de los raros subproductos ÉL: ... seguramente expertos en la materia, una teología es una
neuróticos que evoca la pervers ión es el paso al acto, donde lo real 1·rótica del vínculo, del vínculo con Dios ...
62 DIÁLOGO I 111•,l•ANÁTICOS DE LAVERDADERA
LEY 63

ELLA:... aunque los teólogos digan lo contrario. 1, 11(a, hijo perverso. Los que se han imaginado a "la Mujer" como
f:L: Las mujeres son quizá menos dadas a hacer todo un montaje I" 1versa, en pintura o texto, no han hecho más que suponerlo, con-
que inscriba la ley sagrada. fi,11/1•su fantasía en donde la Mujer es la Ley del deseo, el incons-
ELLA:¿ Y por qué? l i,·111c convertido en carne, la Cosa convertida en Verbo; mientras
f:L: Pueden decirse instintivamente que son ellas mismas esa ,pw hasta para el niño de pecho, la madre no es más que uno de.los
Ley; su problema no es cómo fundar la ley, sino cómo inscribirse ¡o1_1los de la otredad, un fragmento constelado del Otro ... Los que
en calidad de mujer. Sus homosexualidades desbordan las fijacio- l1:1n·n clichés achacan a la mujer la fantasía que creyeron leer en
nes perversas y resultan más bien de las complicaciones entre dos 1111.1,y la encierran en esa engañifa. Pero su idealización perversa
mujeres, entre una mujer y el Otro como Mujer. Además, la "histé- , li l.1Mujer no basta para pervertirla. Es un diálogo entre fantasías,
rica" siempre puede invalidar al amo, invalidar al hombre que ella 11forma de seducción, y no toda seducción es perversa.
ha "hecho", eso no hace ley para ella. La histérica mantiene siem- 1,1.LA:Sin embargo seducir es descarriar, sacar a alguien de su
pre abierta la posición del otro, de la cual se preocupa ... l11w11 camino.
ELLA:En resumen, la mujer no necesita de ídolo si se toma o se u .: Pero hasta el buen camino puede ser perverso al creerse el
ve tomada por ídolo, por la Mujer que ha confiscado los atributos l111l·noy permitir a sus poseedores la fantasía real de tener el Bien
de lo femenino y que se los guarda para ella sola. . . ¿ Es eso? ,·11sus manos.
f:L: Es un hecho el que entre las mujeres la homosexualidad ·es F.LLA:Y volvemos a lo mismo: ¡los normales perversos!
más bien un enfrentamiento erótico y agresivo con el Otro-Mujer r,1.:No está excluido. Los normales conocen bien una "verdade-
supuestamente sede de lo femenino que adorar. Está tam,bién en 1.1ley", llamada Norma, autentificada con el hecho de que "todo el
enfrentamiento con la vida en las formas anoréxicas del desafío 11111ndo" la sigue o supuestamente lo hace. Es su verdadera piel, su
corporal ... Pero la diferencia entre una mujer y el fetiche es dema- 111:,scaramás verdadera que la natural; su relación con ella puede
siado pequeña como para ser investida y dar lugar a montajes espe- , , perversa: hay fetiches de la norma, artilugio o no, pequeñas se-
ciales. Cuando la diferencia con el Otro-Mujer es "imposible", en- 11;ilcsque actualizan la ley, símbolos reales de su verdad, llenos de
tonces está abierto el camino, vía la droga, el alcohol, la anorexia, ,11 vacío, que saben lo que hay que saber, y dicen lo que hay que de-
la prostitución ... ·y otras desviaciones, para inscribir el acto capaz 111,lo que falta. Para los "normales", la presencia del Inconsciente
de acabar con el Otro. ,1· petrifica como representación: y hasta cuando se deprimen sa-
ELLA:¿Entonces los teólogos que hablan de la mujer perversa l,¡•11 hallar eso normal: agotamiento por cansancio, nerviosismo ...
confirman sobre todo su proximidad con el deseo? ¿Eva "llevando" Es normal estar deprimido, hundirse en eso. Cierta morbidez de lo
el deseo al hombre, el "infierno" del deseo? l1·1iche flota sobre ellos pero inocua. Una pesadez narcisista. Entre
f:L: En mi opinión lleva sobre todo con qué salir de ese infierno. los normales, culto normal de la imagen; gran Espejo de la norma
Dicho lo cual, los puntos perversos están a disposición de todos, , onvertida en lengua; · a jalones, picazón hiriente del aguijón confor-
hombres y mujeres, y son bien explotados por todos; nadie es egoís- 111 ista. Además, eso se convierte en amargura; abatimiento narcisis-
ta: la anorexia está abierta a los hombres, el alcoholismo a las mu- 1,1normal: el "dígame que estoy tan bien como pienso" se convierte
jeres ... y la "imbécil" que manipula el terrorista se entiende bien 1o1pidamente en "es usted tan nulo como yo quiero".
con él, transportadora correcta de bombas ... ELLA:Pero entonces esos "normóticos" son incurables: si se les
ELLA:¿Y el famoso "masoquismo femenino"? "1ca del buen camino hacia d malo, serían capaces de hacer de este
ÉL: Es más bien una prolongación de la oleada histérica en la 11ucvo camino el bueno.
que una mujer lleva hasta el final su ausencia de sí, que ha recobra- f:L: Sí, los normales no son fáciles de curar o volver a curar, hay
do a través del hombre, el hombre al que hace existir en el sufri- que pasar las de Caín para enfermados, para revelarles su enferme-
miento que obtiene de él, que ella le arranca. En realidad la proxi- dad, iniciarlos en su desgracia. Después, curarlos no es demasiado
midad entre femenino y perverso fa hemos visto en la seducción: difícil, desde el momento en que se saben enfermos de sí mismos.
las parejas-sacerdotes de la Mujer ausente, que intentan en vano ELLA:Por eso, lo interesante es el diálogo sin piedad entre el
cautivarla cuando se· incrustan en su montaje. Si no, no hay princi- vmcu lo social que se impone como normal y el perverso que denun-
pio de que "la mujer" sea menos perversa o más que "el hombre" . da esta perversión, que quiere crearse un vínculo solo, ser una ver-
También desconfío de filiaciones del tipo: a madre amargada e his- dadera ley, autorreferida, e inserta su montaje en el punto doloroso
64 DIÁLOGO I ! ( 1'., l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 65
del vínculo , donde se estrangula, donde ya no puede oír nada. Es iil',ulo de miedo. No ha atravesado este miedo, con la ve rgüenza y
posible que el famoso diálogo de sordos entre individuo y grupo se I 11,c:o que ese miedo implica; el perverso está más allá de él.
entienda mejor así, como diálogo entre dos perversiones, o dos nor- 1•11.A: Por tanto el objeto fóbico es una reserva de un pote ncial
mas enganchadas, salvo que una es masiva y la otra constituida por 1ri 1< , hista.
un punto . i!I : La reserva está bien guardada. Y en cuanto a eso piense en
!?.L: Sí, un diálogo entre dos momentos o dos aspectos de la per- místicos: parecen haber superado el miedo de Dios, la fobi a de
versión. Dado que el grupo puede ser muy variado, el individuo l)i11sque hace a los buenos creyentes: ellos la atraviesan, pasan al
también ... Y es el grupo el que gana: es más numeroso por supues- cil, o lado, al lado de la fusión final con el Otro, cerrando la efusión
to, pero sobre todo , es espacio de transmisión, de engendramiento. 1111,,ial.Posteriormente, eso muestra cómo el fóbico t iene miedo de
El individuo es " lógico", el grupo es "genealógico" . Además , la nor- 1¡111•~u creencia pase al nivel de lo real: particularmente su creencia
ma se mueve, como si su objetivo fuera ante todo desbaratar el con- 1111rcisista;tiene miedo de estallar al pasar; entonces tantea, contro-
formismo actuándolo, invalidar a aquellos que se creen conformes 111prudentemente algunas idas mediante su "elecc ión" del objeto
mostrándoles formas nuevas . . . Eso no le impide al perverso ta- 1,',hico. Así vemos cómo, en el perverso, lo que pone en juego al en-
char de " falso ". El neurótico padece la ley pero el perverso la encar- 1.1 rnar la verdadera ley y fijar al Otro es como el efecto límite de
na en la medida en que es capturado por ella ; está en el centro del 111111creenc ia en la verdadera ley que exige ser real; la pe rve rsión es
dispositiv o Ley , de donde parten las infracciones y lo s límites, y 111111confi rmación de la creencia, por consiguiente ar rancada a sí
construye un montaje donde el límite y la carencia no tienen fuerza , 111irn1a y a la lengua que la lleva. Se anula como creencia en su paso
están ya como absorbidos ; por lo tanto cuando llegan de otras par- ;1 nivel de lo real; ello sofoca el acento de amor sin emba rgo tímido,
tes son rechazados, invalidados, considerados insignificantes . li¡;ero, que hay en toda creencia.
ELLA: Hay un aspecto "inteligente", " sin ilusión" entre algunos
perversos , que veo mejor, pero el aspecto fundador de ley . ..
!?.L:Para eso intentemo s ahondar aún más la diferencia con el
neurótico , y justamente con el neurótico más dado al fetiche : el fó- RFLIGIÚN, FETICHISMO ...
bico . El fóbico del perro , por ejemplo, es ca si un fetichista , se diría
que el perro es su ídolo, sombra terribl e que tan pronto muerde 1: Es posible que los filósofos clásicos que partían dir ec tamente
como -y es lo peor- ya no muerde: la inminencia del mordisco lo 1' probar" la existencia de Dios, y hacer así inútil la creen cia, ha-
vuelve infinito . Ese fóbico es casi un idólatra del Dios-pe r ro, con el yan querido a su manera tener la piel de Dios. Místicos un poco es-
horror y el temor que tiene un fiel a su Dios . El objeto le sirve para ¡wliales; "asesinos" de Dios ... Aparentemente su Dios los amó lo
manipular la distancia, controlar un poco las aproximaciones del 11ltciente para impedirles demostrar su existencia; así com o la len-
deseo, las angustias . Pero esta simple ligadura no ago ta la ley, no gna ama lo suficiente a sus "hijos" como para no perm itirles fun-
inscribe verdaderam ete otra, ni siquiera lo pretende ; sól o un punto do ria fuera de ella . ..
de contacto, una detención frente al Otro, algo con qué parali zarse l·LLA: Que eso conduce de nuevo a la religión, se h a d icho hasta
enfrente , pero no con qué alzarse por encima de él. (Y sin embargo, ,·1 cansancio; la compulsión de la humanidad; neurosis obsesiva
el fóbico está ya en el límite entre perversión y psicosis.) Para el 011 fondo de histeria, reclutamiento de hombres en hordas frater-
perverso, el punto fóbico es "ocultado" por el fetiche , mientras que 1i.dcs ... Hasta las compulsiones íntimas, los síntomas "persona-
el fóbico tiene por fetiche su misma fobia; su miedo lo tiene sujeto, Ir:, ", son pequeñas religiones privadas. Vea a nuestro fób ico del pe-
lo retiene, es casi un talismán , demasiado impreciso para ser mani- no, temor y temblor, del Dios-Padre en el hor izon te ...
pulado, demasiado "líquido" para ofrecer un apoyo y marcar la Ley I.L: Al menos es el estribillo freudiano. Podría usted matizar
sin rumbo. Está demasiado protegido por su miedo como para con- pl!nsando que esas hordas que parecen obedecer al jefe religioso (o
vertirse en objeto del Otro, como en la p sicosis, o para tener el obje- 1111litar)se agitan en realidad en un gran regazo maternal cuyo jefe
tivo perverso de cautivar al Otro; lo ha atrapado en el Perro, pero 1u1 es sino el instrumento. Pero hay que ir más lejos: apa rte los fun-
el Perro siempre corre . El fóbico está demasiado cerca de simboli- d,1mentos de lo religioso, es menos la neurosis que el factor en j ue-
zar el deseo -otro (aunque fracase) , como para pro yectar destruir al v,o perverso; en la medida en que la religión, como p ráctica de l vín-
Otro; se conforma con capturarlo, siendo capturado por él: sobre- ,-,i/o, se tom a por el "verdadero" vínc u lo, que po ne en prác tica,
66 DIÁLOGO I 1 OS FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 67

mientras escapa a quienes ata. Trascendencia. Por supuesto, crea do vacilante o demasiado fuerte. En pocas palabras, la imposibili-
un vínculo al que hace hablar, que sirve de lengua o de alfabeto, que 1/iulde "soportar" el narcisismo del otro, dado que es distinto, es un
sirve de Otro a los fieles. La religión es una ligadura del Otro, una ,norte de la perversión.
memoria o reserva del Tiempo: la esperanza, la eternidad ... Por ELLA: Se ha dicho que el niño futuro-perverso no soportó el nar-
ella, al grupo le llega la Ley de otra parte. Se libera de la ley, y al ' 1sismo de la madre, a la vez inflado y hueco, engalanado e irriso-
mismo tiempo dispone de ella, como de un recurso ante la nada; só- 110; entonces decide encarnar las creencias de la madre; funda la
lido, flexible, ineludible; vea todos los regresos modernos a las ,t-r la de la cual él es el único fiel, el fanático "entusiasta": que in-
"fuentes", a la identidad, a lo elemental: siempre se cruzan de paso 1'111yeen sí al Dios que adora.
con la religión; y frecuentemente se quedan ahí. í,L: El verdadero moto es un "entusiasta" de la mota, la adora,
Todo vínculo social desde el momento en que une hace religión lr.,rc de él el ser divino que se crea y se recrea a sí mismo. Todo fun-
y se celebra repitiéndose. ,l,11/orde secta es un perverso. Entrar en la secta es "seguir", ser un
ELLA: Pienso en "la religión es el opio de los pueblos" ... eso se , guidor; y el perverso no tiene a quien seguir más que a sí mismo;
dijo para condenarla, disminuirla, y eso confirma toda su fuerza, 111tcmomíaperfecta y deprimente. ·
la verdad: la adicción. Uno se droga con la religión. ELLA: ¿Pero por qué Freud se aferra a la idea de que la religión
f:.L: Sí, un pueblo puede drogarse con su vínculo, doliente o no. e:; "ilusión"? Suponiendo que lo sea (y la "realidad" también quizás
Literalmente toxicómano. Sin embargo esa frase revela sin saberlo 111sea), no por ello deja de operar realmente.
el nudo visceral en el que el "pueblo" recobra fuerzas, vuelve a dar- f'l .: Sobre todo porque los émulos freudianos no han dado prue-
se nacimiento a sí mismo, al punto de fusión entre Uno y Otro; flash l,,1 de menos ilusiones en sus cismas exasperados; Freud les pidió
de éxtasis o de posesión, beatitud o fanatismo, encuentro o choque , l.1ramente que fueran las cariátides de su templo, del nuevo culto
con la Ley o el inconsciente en estado puro. El ombligo de un grupo , qrw fundaba -ya sabe, las cariátides, esas columnas de forma hu-
el punto crítico de su montaje es el flash del encuentro consigo. 111,nia;muy helénico, ese Freud ... Y los émulos sólo se conmueven
Nudo original, matriz de goce; hay prisa: cada grupo o pueblo quie- , 11 sus pequeñas guerras de religión; asuntos de sectas; violentos;
re ser el primero, estar en el primer lugar; embotellamiento: 111la autoridad estatal, bonachona pero firme, eso atacaría con ba-
aquello se estanca desde el principio; todas las guerras son de "re li- 111a la sede del grupo adverso, se prohibirían uno al otro la
gión". Sobre todo cuando dos pueblos pertenecen al mismo dios, 11 \lencia . .. Entonces la "ilusión religiosa" tiene todavía futuro;
cada uno quiere ser el que más haga gozar a ese dios; encarnarlo; , , t orno la ilusión que necesita quien se ·mira en el espejo para ere-
el primero en ser aceptado. Incluso una guerra de puro prestigio o ' 1 q11ese parece; para forzarse a reconocerse; hasta que las arrugas
de interés económico, estilo colonial, con rivalidades sangrientas d, 1 tiempo o sus risas opongan un mentís demasiado fuerte.
por el mismo trozo, es una guerra para incrementar la materia del l·ILA: ¿Y ahí dónde entra el factor en juego perverso?
"pueblo", sus materias primas y últimas, materias fecales elabora- f·I.: El perverso es un fundador de vínculos cuya ley él encarna,
das, recintos del patrimonio, contornos del cuerpo que goza, focos /;•1 que forzosamente manipula. La encarnación es esencial; le per-
1

de ebriedad desencadenada. Los fanáticos son los héroes de este 111111· identificarse con la Verdad del vínculo, con lo que le falta a
deslumbramiento; quieren compartirlo a cualquier precio, hacer ó1tl'; materializa el hoyo que da consistencia al vínculo. Todo fun-
gozar de él a los otros, a los de enfrente. d 11lorde secta funda un vínculo perverso, después de todo el mis-
ELLA: Me enteré por casualidad de que fanático es el hecho de 11111 que celebra el terrorista que quiere salir ganando contra el
ser un fanum, un templo; ser la residencia del dios al que se adora, vi,11ulo social vigente. . . '
la sede social, la dirección correcta. De eso a que uno se adore a sí 1,U .A: Y el Moisés bíblico por ejemplo, que funda su pueblo, ¿ es-
mismo como fiel de ese dios ... 1(1 ,·n el mismo caso?
f:.L: El fanatismo puede ser suave pero el templo es de granito. l•I .: No, su vínculo no es muy manipulable, no se identificó con
Los fanáticos son narcisismos en carne viva y en movimiento, tem- el, 110 más que con el cumplimiento de ese vínculo, o con la Verdad
plos ambulantes. De ahí la hipótesis de que ese templo, mediante il, 1·~a alianza; más bien lo conectó con esa figura del Dios-Uno to-
el cual se apodera uno del Otro, debieron edificarlo para inscribir 1 tl111cnteindeterminado, con ese Otro que no sabe verdaderamente
"mejor" a ese Otro, poseerlo, fijarlo, apuntalarlo, soportarlo. De 111que quiere, visto que hasta cuando uno se ajusta a su ley puede
otra manera, el narcisismo de ese Otro no era soportable, demasía- 1,illarse en pecado; pecado de "nada".
68 l ll'> l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 69
DIALOGO I

ELLA: ¿ Y qué relación hay entre ese vínculo que se vuelve per- d,,, 1 de vender papel, con un poco de "impresión" como valor aña-
verso cuando se encarna, y por ejemplo la religión del Libro? did·),
ÉL: El libro puede ser fetiche como cualquier cosa, pero "reli- 1 Eso es explotación forestal ... pero queda en la religión del
gión del Libro" dice sólo que un fragmento de lengua se escribe en lil>1o, echa siempre raíz en el Árbol -del saber, de la vida. Además,
el corazón del vínculo, se entrega ahí donde supuestamente inspira l,l'i "11npresiones" no carecen de valor.
el espíritu de la Letra; y eso adopta la forma de un Libro, venido l !I I.A: Pero si quienes hacen los libros son quienes los presentan,
de otra parte, del Otro. 1¡i1i1:11cs los lanzan -lanzapiedras o lanzallamas- y no quienes los
ELLA: ¡Entonces sólo los partidarios de la Biblia, del Corán o del uihcn, eso tiene consecuencias por el lado de la manipulación,
Evangelio son fieles a esta religión! l 11_>)
ÉL: Absolutamente. Todo lector asiduo es un fiel de esta mota; El Dejemos esas trivialidades. El hecho es que normalmente el
todos esos furibundos de la escritura que esperan inscribirse, ha- 1ka11ce del libro es el de llevarla ante el espejo en que ese libro se
llar una inscripción que resista en el simple enfrentamiento con la t 1111vicrte,el trozo de fantasía que la engaña. Cliché de sí mismo,
hoja en blanco, quizá han presentido que es más sencillo que con ideología" bonachona, además con la ilusión de estar por encima
los meandros de lo social; a menos que lo social les haga una juga- tic su imagen, justo un poco por encima para creer que se la rebasa.
rreta: inflación de escritos; para ya no leer nada. Todo sobre fondo 1 11 imagen alimenta la falta de imagen y sirve para ser denunciada,
de inflación generalizada. La inflación quiere decir que todo el le mecanismo gira, es autónomo. Toda ideología actual se sostie-
mundo lo tiene, lo firma hasta desaparecer; por consiguiente hay ,w en eso.
atascamiento, ya no pasa, ya no significa; pero el atolladero se con- u LA: De acuerdo, un pensador no existe, no "pasa", salvo que
vierte él mismo en el punto crítico interesante. Y como en todo lo ,.,, mediatizable, si promueve como pensamiento su imagen pen-
que le llega al público, la publicidad es esencial: el acto a través del 1111<lo ... en esta imagen precisamente. ¿Pero qué relación hay con
cual el público se hace reconocer a sí mismo, se acuerda que está 1,, perversión? ¿Denuncia usted el onanismo cultural? ¿El hecho de
ahí, antes de perder conocimiento. En resumen, el tam-tam que qlll' ese pequeño mundo se droga con el "yo_"?
,anuncia el acontecimiento se convierte en el acontecimiento que f,L: Con el "yo", a corto plazo y sin idea rectora más bien. Con-
anuncia, inmediatamente invalidado por el siguiente. Autorrefe- v1:11gamos;masturbación, intervención masiva en uno para sustraer-
rencia; autoinvalidación ... 1: al placer; a veces no hay mucha ipspiración; pero lo esencial está
ELLA: Pero "religión del libro", en ese sentido tan amplio, es mo- ,11úsallá. En un nivel más "estra t égico", la masturbación es una
lesto; el lector del Corán y el lector de novelas difieren un poco. 111anera de controlar al Otro; ataque rápido "toxicómano" al sexo;
ÉL: El primero lee la palabra de su Dios, el soplo de su lengua lo~ica autorreferente. En lo que usted llama onanismo cultural, lo
materna que para él se identifica con el cuerpo de la madre a la que ,·sencial es que el Otro ya no tiene, se disuelve lentamente en esta
al leer o cantar :::1texto sigue mamando, haciendo gozar; fusión en- , onfusión yoica; en ese balanceo del parecido con el mismo, el Otro
tre el fiel y el Dios que "engendra", todos confundidos en la lengua 110 es más que un yo de más. Pues bien, el perverso pasa al límite,
madre. El segundo, al que le gustan "los libros" o que los compra saca las consecuencias: se droga no con el yo sino con el dios por
sin leerlos, le gusta encontrar ahí no a Dios sino la imagen de sí mis- ,·1 que se toma, creado a partir de él ...
mo, su otro dios; "adora" encontrar allí recuerdos y fantasías, se ELLA: Como la sociedad, que se toma por su propia divinidad, ¡y
busca en ese espejo, busca la aventura, el viaje organizado, la pura se modela a partir de los ídolos que se da!
y simple búsqueda, pero el imperativo es reconocerse ahí. El "me ÉL: En eso el perverso es consecuente; se droga con su imagen.
gustó mucho, me encantó", indica este reconocimiento reciproco; ELLA: En la "religión del libro" también, en el sentido amplio o
no se trata de que el libro sea para él una catástrofe, un aconteci- estrecho, uno se droga con la imagen de sí que el libro le entrega ...
miento destructor que quizá abra a otras construcciones. Lea la f'.L: Sí. Y en esta "religión" no es el libro el fetiche, es la relación
prosa más promocionada, aunque sea de un hueco muy acogedor, que se tiene con él, es nuestra manera de extraer de él nuestra ima-
donde uno se mete y se encuentra: ahí uno se ata a sí mismo, en la gen incrustrada; de tomarla por espejo.
recopilación de esos estados de.ánimo; sobre todo no perderse de En sentido estricto, las religiones entregan a domicilio la Voz de
vista; y el cliché de esa impresión de gran tiraje ... Dios, su Palabra. Con el libro corriente hay un pequeño matiz, la
ELLA: Hay quienes dicen que hoy el negocio del libro es sobre to- Voz es la de usted, o la del "presentador" que inscribe en detalle
70 DIÁLOGO I 1il'.4 1 ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 71
el "presente" del consumidor. En suma, la Voz divina ha pasado a I, il, ..,cifra; eso da al deseo toda la fuerza de un paso por el azar,
la palabrería, el hombre que consume cree existir a fuerza de ser ,p1, 1·s una forma decisiva de inconsciente.
alimentado así ... de sí mismo. En cuanto aquello parece excesiva- · 1 1 LA: ¿Con la idea de que si hasta el azar "quiere" la cosa, enton-
mente "cliché", se ve que hay viraje, regreso, media vuelta en el te- 11 110 puede sino ocurrir?
rrerio; resultado: punto fijo, inmovilidad. Al menos en los países to- 1 1.. Sí, pero se manipula al Otro todo lo necesario, para que
talitarios ese conformismo es impuesto por los agentes del aparato; p1i1·n.1.El deseo presupuesto es que sea Dios o el Azar quienes quie-
aquí es natural; se encierra solo; un pequeño fondo de pensamien- 1 (111 la muerte de ese enemigo.
tos, los mismos, que nada merma . Y según las intensidades, va de 1 1 1.A: ¿ Y entonces?
lo normal a lo idiota y a lo perverso.
1 1.: Eso quiere decir que la muñeca sirve al mago, lector de las
ELLA: Ahí abusa usted ... El discurso corriente es más matiza- 111 1les que él mismo echa, para tomarse por Dios, para tomar el
do, sabe perderse y reencontrarse, burlarse de sí, sus ruidos son /11¡:11r del azar, que una vez seducido, "encantado", querrá sacar en-
más "taimados", va de la "fractura" a la "ruptura", del "extremo" 11, las jugadas posibles la esperada. Ésa es la suerte.
a la "deriva", del "vagar" al "viaje", lo "indefinido" y lo "infinito", l·I.LA: ¿Uno más que se toma por el Otro y lo encarna, así como
y la "diferencia" y el derecho a la diferencia .. . ¡Hay saltos, sobre- 11·,1t·<l dice que el místico se toma por el dios en el que se convierte?
saltos! ·
111.: Eso es, uno "cama" al otro; se lo traga, hay un "carnamien-
1i," fetichista. Y su lector de la suerte atribuye su deseo a una ley
,/, I Azar; desea que esta ley sea "real", o más bien, hace de ella su
7. FETICHE il1Sl'O. Es su manera de ser esta ley, de ser su autor. Difiere poco
d1 1jugador cuya lengua sagrada es su diálogo con las cifras, en bus-
' " de aquel que lo nombra o le da vida. El jugador es a la vez él mis-
f:L: Todas esas fracturas se anulan entre sí en el gran caldo de cul-
1110y esa bola que rueda, con la cual copula para hacer nacer el nú-
tivo; cuando todo no es más que deriva, nada deriva, y nada es deri- 11,no correcto que ese día será su Verdadero Nombre. De esa
vable; en la materia demasiado blanda no se produce ninguna frac- 11111nera inscribiría él mismo la ley de su nacimiento; como lector de
tura. Algunos discursos perversos están tan saturados de juego que /,, suer te en el que se convierte . ..
no dejan ningún juego; rotos po¡ todas partes, como cuerpos, en to- ELLA: Es raro que lo logre, que haga saltar el casino -vaya, eso
das las coyunturas; sólo resisten; nombres y cuerpos , por la ilusión rnya de nuevo en el terrorismo ...
de ser autónomos, siendo a la vez uno y otro, el fiel y su fetiche ... f'\L: Su verdadera guerra es contra el Otro, y su factor en juego
Vaya, eso puede definir al fetiche: construcción material y verbal 1!..,proseguir el juego, vivir en juego, dado que la verdad de una ci-
sobre la cual ninguna fractura hace mella; todo o nada.
l I a o de un poder se invalida con la de otro; descifra la ley de las
ELLA: Es irritante, según usted todo es fetiche desde el momento
•.11ertes (o la pasa al acto, cuando es terrorista y tira al azar ... las
en que está un poco paralizado. Creía que el fetiche era por ejemplo 111 ga das de la suerte, el explosivo de la Suerte que encarna}, y esta
el objeto sagrado, la pequeña efigie que en una tribu fabrica un ma- l .l'Y es tal que idealmente él no puede más que dar(se) la muerte para
go, la muñeca demoniaca que representa al hombre por aniquilar: t!ar(se) la vida; jugar a morir y morir por jugar no son sino uno, la
el mago hunde la aguja cada día un poco más, el hombre a lo lejos 111uerteno es más que una manera de atrapar la vida y a la inversa.
se siente mal, y cuando alcanza el corazón, muere . Eso es fetiche, Es como un niño que explotara saltando no en los brazos de su ma-
magia pues. ¿Qué es lo que en "nuestras" sociedades funciona dre sino en el juego que le gusta, que lo absorbe.
como tal?
ELLA: En espera de que más tarde sea tal droga la que él absor-
f:L: Usted sabe, la magia es la religión de los magos, manipula-
ba ... Debe ser deprimente para su jugador el hecho de que ese don
dores de filtros y de drogas para encantar al dios, seducir al Otro de vida, ese don del azar sea él mismo quien lo organiza.
divino, hacerlo favorable, hacer que asuma la responsabilidad de lo f:L: Sí, pero él se toma por el órgano del azar, órgano por fin
que ellos quieren. Podrían ir directo al hecho, matar a su hombre cons ciente y lúcido. El terrorista también, invalida tanto el orden
directamente , pero les interesa que pase por el Otro, incluso toman como el desorden. Es tan deprimente no lograr darse la vida como
el atajo del azar, a veces la prueba de la suerte; el sortilegio es lo lograrlo; pero ésa es su apuesta. En cuanto a aquél que hace feti-
que lee la suerte (vaya, otra vez una religión de lo escrito), lo que ches, le señalo que lo "mágico" concierne en el origen al tráfico de
72 DIALOGO I 1 (1<; l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 73

alimentos, se trata de comer lo sagrado, de engullir a su dios, en do- esta captura del ser explicaría que el fetiche sirve tam-
t11.1.A: ¿ Y
sis ligera, en sobredosis. . . poco importa, lo esencial para él es 1,1,•11
para capturar seres, para atraparlos, alcanzarlos. justamente
atreverse, cuestión de dosificar la vida, de controlar la diferencia; 111donde están metidos en el ser?
aquí la parte correcta, allá el veneno ... para acabar con el Otro en 1 , Sí, en ese sentido el fetiche es a la vez objeto total y objeto

el que uno se convierte. Su brujo, pues, no era ·el vínculo colectivo p;u r ial, totalidad del objeto-deseo y potencial de objetos de deseo; no
y simbólico en el que se coloca, no se distinguiría en nada del droga- pues sólo un paso de Sí al Otro o un medio para encerrarse en sí,
dicto de hoy. Y note que el toxicómano se imbuye del producto que p;,1.1 encontrarse. Es verdaderamente una piedra angular del lengua-
debe darle vida, una vida total, sin falla, salida de él, nuevecita, una je 111alcance de la mano. Eso abre algunas puertas y cierra otras.
ley pura de vida; se da nacimiento, nace y muere a la vez (un poco , 1.1.A: Por eso, tanto para el fetichista "clínico" como para el
como todos nosotros en el nacimiento, pero él lo pone en escena a p, imitivo"; lo que importa es la realización del ritual mientras
voluntad); su dolor ante la falta de droga es un dolor de alumbra- 1 , ,•a un vínculo, y no el hecho de tener o no el objeto.

miento, creación, parto de sí, gestación vacía, nacimiento, entrega :1· Pero la diferencia entre los dos, y la vemos también en el
al mundo. No es el producto lo que es fetiche, sino la relación que 1 nso de la droga, es que el "primitivo" se integra con su fetiche a
el moto instaura con el Otro en que se convierte bajo el efecto del lu totalidad del vínculo social, mientras que el fetichista "clínico"
producto; se convierte en causa y efecto de sí mismo. Es el envenena- ,• ,·onvierte él mismo en el suplente de ese vínculo, mediante esa re-
miento invertido: se mata y mata al Otro con la vida total, en abso- 1i[:iún que inventa. Aunque sean muchos en este caso, y aunque in-
luto con la muerte; nada con la muerte; quizá sea por eso que ella 11:11tenunirse, se sitúan en calidad de excrecencia del Vínculo vi-
se presenta al galope, como lo natural que es desechado. ~1:11lc.De manera que para el fetichista "clínico", el factor en juego
ELLA: Vaya, pues sí que quiere a sus pequeños motos, ¡apenas 11.ircisista es voluminoso: toma la totalización del objeto para él so-
habla de ellos se pone lírico! Mejor volvamos al fetichismo. Al feti- 1..,
che "africano" primero. Primero la diferencia entre el dios y el feti- FI.LA: He leído a algunos psicoanalistas que dicen que la verda-
che. d, ra diferencia es que la madre del fetichista es "mala", puramente
f:L: Lo hemos visto, los "fetiches" africanos son una magia mate- , ductora, mientras que la del primitivo es protectora y tranquili-
rializada; a veces como palabras sagradas encarnadas; eso explica 1111le.
que puedan a la vez reinar en la fila de los dioses y sólo existir para EL: Es un punto de vista un poco matemante de las cosas, ¿por
aquél que los utiliza. ,¡11( · no? Como el fetiche del primitivo actualiza para él la totalidad

ELLA: ¿Es encarnado o reencarnado? el antepasado por ejem- d,·I vínculo social, representa una fuerza tranquilizadora y protec-
plo ... 111ra;algunos lo toman entonces por la "madre", otros por el Padre
f:L: El principio es el mismo: encarnar en sí al antepasado o la (lo cual conduce a erigirlos en madre-o padre-en dios ... ). Mientras
genealogía es como querer inmovilizar su transmisión; es inmovili- q11l' el fetichista "clínico" debe fabricar por sí mismo su vínculo; la

zar al Otro. El fetiche sirve para poseerse: con una posesión que se 111adreno tiene permiso para transmitirlo, por eso sus psicoanalis-
modifica, se curva, y vuelve sobre sí misma para incluir al Otro en 1.,s la llaman narcisista, seductora, mala, etc. En realidad, más allá
sí. En parte, por supuesto, pero su objetivo sigue siendo totalizan te. dl• esta ilusión de óptica, lo que en ambos casos está en juego es una
ELLA: Sí, ¿y entonces la diferencia entre el dios y el fetiche? ,·, pecie de "elección" entre producir lo simbólico o transmitirlo; ha-
ÉL: Hay una circulación entre el dios y el fetiche: éste encarna ' L'l un "producto" terminado o dejarlo pasar al infinito.
la parte que uno tiene en la fabricación del dios, pero esta parte es ELLA: En el fondo, lo que cuenta es el ritual y el montaje en tor-
reproyectada sobre el dios, sobre ese Otro que está allí, en persona; 110al fetiche.
y en esta circulación entre dos, el hombre se coloca, se instala, se ÉL: O más bien es el montaje mismo el que funciona como feti-
siente protegido, poseedor "poseído" por sí mismo y por el Otro. El che, con la intención de fijar al Otro, de hacer de él un producto.
fetiche es una coyuntura entre el Sí y el Otro: une esos dos térmi- ELLA: Bueno, entonces, de nuevo sobre el fetichismo, hay dos
nos, los identifica, los separa también por su realidad de cosa mate- cuestiones _que me hacen cosquillas, una se llama Marx y la otra
rial; pero el factor que el fabricante de fetiches pone en juego es to- l·'rcud. Es simple, ¿por qué Marx y su comitiva no hablan más que
car un límite del ser, de su propio ser, de su deseo inconsciente. dL•fetichismo del dinero, de la moneda, de la mercancía y otras ca-
Tener a quién hablar y con qué hablar; no es nada. 1acterísticas fetiches del "capitalismo"?¿ Y por qué Freud, que vie-
74 DIALOGO I 1f>', FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 75
ne de las antíp0das, juega todas sus cartas al fetiche como sustituto 111 1imie nto que ha venido a refugiarse en él simbólicamente, y qu e
del pene materno? 11111da la identidad entre el objeto y su inscripción . Debido a ese re -
1h qo de inquietud que encuentra allí un refugio, el objeto-
111•,cripción justifica su valor y lo incrementa . Esto se vuelve un
p1nrcso vivo y colectivo y una fetichización del incremento de
8. MARX Y CIA. 1,dor .
Por lo demás, en cuanto a) fetiche, lo que dice Marx al respecto
t;.L: ¡Ah! Marx y Freud. Sospechaba que pagaríamos ese peaje sin el disc u tible. . . En primer lugar su diatriba contra el oro-que-
cual no podríamos circular. Que nadie diga de esta agua no beberé, 111nvoca- las-guerras y que hace hermoso al feo , inteligente al imbé-
pues ¿por qué no? ... Es normal. Pero que haya que estar en regla ' JI, {1gil al lisiado . . . es idéntico al discurso que Shakespeare pone
con ellos para "existir", es duro. Cuando intento pensar con ellos , 11hoca de ese demente de Timón de Atenas, en la obra del mismo
es a distancia --pienso más bien con mis puntos de inexistencia- 11111nbre, cuando Timón maldice al género humano a quien no ha
y ahí uno se aposta entre esas dos garitas. Hay que pagar su parte ¡11,dido a rrancar amor puro por medio del oro, con el ~ual hacía
para entrar en la ley, e ir en dirección propia ... Yo ya la di, sabe , , galos mortales y sin regreso a sus "amigos". Ese pobre hombre
usted, hace tiempo me zampé El capital, un soporífero como ése, in- , había identificado con su haber, con la esperanza de ser tan
soportable, antes de insistir más tarde, cuestión de recuperarse del 1111abley buscado como el oro que tenía, en el momento en que
trasero, en toda la obra, antes de huir ... leí todos los libros .. . la 1·,1 110 tiene . Curiosa manera de abolir el curso del tiempo, la heri-
carne no se entristece cuando la habita el pensamiento .. ·. Ante ol.1 viva de la vida ... Y es desde el fondo de esta herida y de
todo hay que hacer el amor con las palabras . , , ll" hor ror por los vínculos humanos podridos de falsedad desde
ELLA : Amigo mío, la prostituta hace el amor con el dinero ; feti- ol1111de Timón lanza su diatriba, retomada palabra por palabra por
chismo de la moneda; pero su gran detalle era pedir a los petroprín- M.11x,quien por supuesto, contra los vínculos podridos de la ri-
cipes en celo que la llamaran "mi Dios" , príncipes que en el orgas- •1111 ·1.a de l comercio, del intercambio, parece prometer para la so-
mo le pedían que los matara. ' wdad fu tura relaciones "auténticas", basadas en el "único valor
t;.L: Bueno. Entonces Marx percibió un aspecto del "valor" : es lo i111hvid u al"; nos preguntamos lo que puede ser ese "valor" una
que se necesita para reproducir, regenerar la fuerza viva que produ- 1, , desp ojado de las apariencias y de los lazos que lo enganchan
ce las riquezas, esa fuerza que produce un poco má s que el valor d vínculo social, depurado de las mediaciones y los pasos por
necesario para mantenerla en una sociedad dada. En ese aspecto 1.dores "verdaderos" o "falsos" pero que despliegan el espacio de
simbólico del vínculo social está el suplemento de valor producido, ¡11,·go, y conjuran la crispación moralizante y cerrada sobre el ele-
excedente que en otras partes es teorizado por ejemplo en forma de 11u·11Lo "a uténtico ". Ahora bien, aparece la misma ingenuidad
costo marginal, de costo "diferencial" en el sentido matemático de 1 11 ,111doh abla del fetichismo de la mercancía : dice que en el régi-
la función costo, que se refiere a una masa de objetos idéntico s. En 1111 11ca pitalista los obreros son despojados de su producto , el cual
realidad, este "diferencial" desempeña el papel de impulso simbóli- 1) rnnvie rte en un objeto "abstracto" , una serie de cifras manipu-
co, de efecto de límite con relación a una masa indiferenciada de l.11lns, tra tadas por aquellos a quienes no importa lo que el produc-
objetos. 111t icne de concreto, de "vivo"; una serie de abstracciones que
El resultado es que, en el "fetichismo", el valor es aquello me- 111dos esos " parásitos " codician en las redes mercantiles, a través
diante lo cual el objeto es idéntico a su inscripción , a su escritura. ,1, la tra ma social en donde todos los productos son equivalentes
Por ejemplo el fetichismo que por momentos se refiere a tal mone - , glln el valor mercantil. En ese cielo etéreo de la Verdad de las
da, quiere que el vínculo que constituye asegure una protección me - , ,·lac iones reales" he aquí que la mercancía escupe su plusvalía
jor contra el riesgo y la inseguridad; ese vínculo se hace idéntico a , 11yoor igen está tan "enmascarado" -y afortunadamente "desen-
dicha moneda, tomada a la vez como moneda y como mercancía. 111,1scara do" ...
(Piense en el dólar en ciertas épocas . .. ) Nos vemos tentados a de- l· LLA: En fin, que si el valor de uso del producto es sumergido
cir que es un fetichismo " realmente" justificado . Ciertamente no p111todos los tráficos abstractos y monetarios que se apoderan de
hay trabajo acumulado en el papel verde del dólar , pero si trabajo 1, hay ra zón para alarmarse, ¿no? Un auto está hecho para rodar,
iguala a sufrimiento, hay una parte de inquietud y por lo tanto de i ,:s trata do de otra manera es desviado de su objetivo, pervertido,
76 'DIÁLOGO I 1 i 1:, FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 77

fetichizado, puesto que conserva un valor distinto al intrínseco de I'•11· lo demás, la red de lenguajes en la que está atrapado un pro-
rodar. lt 1,•10 implica el vínculo social en un modo no menos vivo, no me-
ÉL: Con semejantes razonamientos uno puede rodar cualquier ' 11,., t arnal, que el uso llama concreto, de ese producto. Los víncu-
cosa. En primer lugar uno supone un uso "concreto" del objeto, uso ¡., .• ,bstractos a los cuales da lugar un producto, y que conciernen
que identifica, o casi, lo "material" y lo "natural"; más tarde será , ,11 reproducción, pueden ser más importantes que el enfrenta-
lo "auténtico", lo socialmente realizado, las normas ... Y si tene- 1111,·nloentre el hombre y su producto. Lo esencial son las transfe-
mos la desgracia de apartarnos del buen camino somos perversos, 1e1,i:ias de espacio, los desplazamientos de vínculos, las metamor-
sexos machos a sus hoyos, nada de desviación, si no, campo de con- 1.. sis que permiten a los choques narcisistas desplegarse, hallar
centración, trabajadores a sus marcas, el pensamiento también ,,,wvos recodos, sorpresas de vida antes del punto muerto. Erigir
debe ir donde es preciso, en otra parte estaría pervertido. Gulag. 1111 ideal en algo "real" o "racional" (a menudo identificados) empo-
ELLA: Calma, se sulfura usted, volvamos a los hechos. 1" l'n: la complejidad del acto productivo y prepara la perversión
ÉL: Bueno, ¿por qué un auto tendría que rodar sólo en los cami- 111talitaria en la que supuestamente sabemos qué decir y qué hacer
nos "concretos" y asfaltados, y no también en los caminos más aé- ¡,,,ra ajustamos a la "realidad objetiva", a la "necesidad históri-
reos donde los límites son cifras, existencias, excedentes, progra- u1", a los "imperativos científicamente establecidos", etc. Siempre
mas, previsiones, pantallas que enloquecen, curvas que vibran? li ,y en el terreno una banda de cretinos que encarnan esos "impe-
¿Por qué el recorrido de tal máquina, como punto luminoso en la 1 111vos". Ello hace pensar en padres que se toman por padres y
pantalla o el espacio comercial, social, monetario, financiero, polí- 111t·ejercen efectivamente "la Ley" en vez de sólo invocarla; eso
tico, tendría que ser menos productivo, menos vivo, menos comple- ,l., como resultado policías abyectos y devastadores y hace de sus
jo y "concreto" que sus recorridos embotellados de regreso del fin l.1111iliaspequeños infiernos donde, como en los países del Este,
de semana? ¿ Por qué las transferencias kilométricas tendrían que •I régimen de la Ley está conectado al capricho de aquellos que
ser más verdaderas que las transferencias de capitales, juegos de I;, 1•ncarnan; pueden desmentir como quieran, y anular el esfuerzo
escrituras, series de números, puntos críticos, embotellamiento de di' aquellos que intentan ajustarse a dicha ley. Uno puede arras-
cifras que desplazan el trayecto de dicho auto hacia los espacios a 1,;1rse para que se le reconozca como alguien ajustado a la ideolo-
la vez seguros y arriesgados, abiertos y ficticios, "irreales" pero f'l,1, y sin embargo ser encerrado, degradado, deportado, sin razón
operantes? El fetichismo estaría más bien en lo que presupone la , ,plícita; como si el régimen se llenara de razones y normas para
denuncia marxista, esa fantasía de la "relación real" y de la ley ob- 110 cumplirlas y, en este terror implícito, controlar a quienes creen
jetiva, que en su sociedad "prometida" se convierte en pesadez mo- 1 11los enunciados, a los ingenuos que piensan que es a tal idea
ral, encierro real de los cuerpos, desencadenamiento de perversio- 11 a cual regla a la que tienen que someterse, cuando que son conmi-
nes oficiales, dado que los partidarios de la ley la identifican con 11,1dosa una sumisión total, intransitiva, sin objeto explícito. Y aún
su deseo, con la Verdad. Y no se andan con contemplaciones. Aun- 111;'1s, incluso sometidos así, serían tachados de pasividad, exceso
que haya "fetichismo" de la mercancía, la sociedad mercantil -so- e 11•celo, hipocresía ...
bre todo la moderna- lo absorbe en ella, lo rompe, lo recicla, lo di- ELLA: ¿Quiere usted decir que establecer una norma de conduc-
suelve en ella hasta el punto que lo anula como fuerza "exterior" 1.1así, por un acto fundador que ata a los otros, es lo que hace al
o parásita; no existe el paraje de la Verdad y el parásito del arte- ,11ontaje perverso? ¿Como en el caso de las sectas, entonces ... ? el
facto ... ¡dC o sus allegados pueden invalidar la norma o modificarla de
ELLA: Sin embargo, aquí o allá, toda sociedad de consumo es fe- ¡,mnto para anclar su poder en el abismo donde ninguna norma du-
tichista. Además , consumir es acabar: "el acto está consumado"; 1a. En efecto hay ahí material para producir anormales, para hacer
principio de placer de todo ser y todo producto: ir a su terminación; pl'rder la razón en nombre de la razón.
suma, consumo, habiendo trazado la línea, se acabó. Entonces todo f:L: Quizá sea eso, la locura de la razón. Piense en aquellos a
aquello se vuelve algo muerto, un desecho, un cadáver. Un fetiche . q11ienes allá se llama refuzniks, aquellos a quienes se les niega la
ÉL: El que aquello se vuelva algo muerto no implica que se vuel- visa de salida y a quienes en seguida se encie_rra en hospitales psi-
va fetiche. El cadáver y el desecho no son fetiches en sí. El fetiche quiátricos para, sinceramente, someterlos a tratamiento, tratar-
es la vida en el estado de muerte qu~ supuestamente. recobrará vida; los verdaderamente. Toda la perversión está en esa verdad y esa
inversión típica entre la muerte de la vida y la vida de la muerte. ~inceridad.
78 DIÁLOGO
I 1(>•, 1,ANÁTIC0SDE LAVERDADERA
LEY 79
ELLA:¿Cómo? ¿Pretende usted que son enfermos o que están , ,111111nlo no está demasiado loca. Los disidentes y refuzniks son los
locos? " ' il 1cios por donde el sistema totalitario se abre sin quererlo a otra
ÉL: Sí, pero eso no es lo esencial. Cada uno de nosotros tiene , , ,·,.1; son esos boquetes hacia otra parte los que lo atormentan y
su punto crítico, su punto de enfermedad, su punto de enloqueci- , ¡i lt' d niega; son designados por su negativa a dejar pasar, a dejar
miento . . . Los "normales" son los más correosos para llegar al v1v11 el efecto de frontera.
punto crítico; o entonces están en crisis permanente de normosi- 1,1.LA: Pero ese psiquiatra tal vez.quiso decir: señora, si su mari-
dad. Pues bien allá, los refuzniks son gente auyo punto crítico es ,1,, 11 0 ha comprendido que tiene enfrente no a hombres para dialo-
puesto al desnudo por el sistema, que se dedica en seguida a tratar- 1'11s ino un muro, y si insiste en darse cabezazos contra ese muro,
lo. No hay enfermos sino en relación con un sistema de vínculos l1.1y que tratarlo, a menos que quiera que ese muro vuelva a conver-
convincentes, un contexto, un texto confuso, escrito en una lengua 111~e en hombre, lo cual es aún más descabellado. Dicho de otra ma-
plural y no fácil de descifrar. Los disidentes y refuzniks son enfer- 1111,1, si no comprende que cuando se le dice que hable significa que
mos o locos en el sentido en que están en posición de serlo; si lo li.1yque callarse, entonces está totalmente al margen del código, no
son "realmente", intrínsecamente, en sí mismos, nadie lo sabe, su- , 111 1oce la lengua implícita del país; hay que enseñársela, y eso es
poniendo que eso tenga un sentido. Se cuenta que un hombre allá 111que intentamos hacer ...
había sido, entre otros muchos, encerrado en un hospital psi- f1.L: Si hablara así, no sería más que un cínico.
quiátrico, sin explicación. Su mujer protesta, pide una razón. Se F.LLA: De acuerdo, pero ¿dónde está la perversión ahí?
revela que el hombre había querido una visa para abandonar el f1 L: Usted la indicó: en ese sistema la ley es doble, es a la vez el
país; para irse a otra parte . Se la habían negado; sin razón; la vuel- 11110 y .el Otro; la palabra oficial es fetiche porque como no hay
ve a pedir, y pide incluso la razón de la primera negativa . Se le 1 >tro, confunde en ella al uno y al otro que encarna, al consciente
vuelve a negar la visa y la razón . Reitera la petición. "Entonces v .d inconsciente, lo dicho y lo no dicho; es sagrada pero no intoca-
qué quiere usted que hagamos, dice el honesto psiquiatra, es la 1,ll·, es posible tocarla, pero puede explotarle en las manos, como
prueba cabal de que está loco, ¡que nec~sita ser tratado! Nos ocu- 1l'Stuviera insertada en un montaje de ruleta rusa; y son los diri-
pamos de ello." En un sentido , ese psiquiatra dice la verdad, y g1·11 tes quienes accionan aleatoriamente el gatillo. Es cómico y si-
es por eso que es una verdade ra basura, una basura honesta si 111 l:stro que aquellos qu_e apelan a lo racional y lo objetivo sean ne-
puede decirse así; basura porqu e es honesta, ajustada a las leyes, ' 1·sariamente conducidos a accionar las fuerzas de la ilusión y de
a las costumbres, al " consenso". En pocas palabras, la idea es sim- lo subjetivo más desencadenadas; que invoquen conscientemente
ple: la mayoría del pueblo no tiene la idea de abaQdonar el país; los poderes ocultos del inconsciente.
aquellos que quisieran hacerlo renuncian a ello casi en su totalidad ELLA: Parece que allá el alcoholismo es masivo y da lugar a per -
en vista de las dificultades que los convertirían en excluidos, en 11·rsiones suplementarias, a prácticas abyectas de denuncia con
parias; y resulta que hay quiene s persisten, se obstinan en pedir d\'scr ip ción; hasta hay una broma reciente que me contaron: si te
razones, diciendo basar se en los fundamentos racionales del .1garr an en estado de ebriedad, la primera vez son cien rublos de
régimen, que tienen la locura de tomar al pie de la letra . Decir 111ul ta, la segunda quinientos, y la tercera vez se le pone "judío" en
que se les n iega la razón , la razón que piden, es deci r que se les ,,11cre dencial de identidad . Está usted listo para convertirse en re-
vuelve locos, que se les ll ama locos . . . con razón; no sólo razón f11znik . ..
de Estado : la mayoría del pueblo también los desaprueba : a los ÉL: Es normal que el pueblo busque refugio en un fetiche más
resignados no les gus tan lo s que no se resignan, y que con su re- l 1anc o, más sólido: el alcohol. Hay luchas complejas entre la per-
vuelta los conminan a otra razón . wrs ión oficial y la del pueblo, con cercos, contracercos, recupera-
ELLA:Dice usted simplemente que un hombre conducido a con- ' 10nes, desechos, pérdidas y ganancias ... Como en todas partes;
tradecir a todo el mundo, incluidos los consensos involuntarios y 111 ás que en todas partes. Es una sociedad madura para la religión:
silenciosos, está un poco loco , o francamente enfermo. o para el ideal del confort, de los retiros cómodos en sí o en su
ÉL: Si no lo está ya, se vuel ve m uy pronto, encarna en su locura < asa. Puesto que los valores vigentes se invalidan por sí mismos,
la locura secreta del sistema que no soporta al Otro, a la otredad lo más "valeroso" es colocarse de través, invalidarlos . .. El siste-
que escapa, y el régim en lo obl iga a ser el Otro , a dejarse captar en 111a es " perverso" sin que necesariamente los individuos lo sean:
la otredad absoluta . En el fond o, graci as a esos locos la soci edad en ~implemente, está sin Otro o es idéntico a su Otro ; no hay dife-
80
DI ÁLOGO I 111
1
1 1:ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 81
rencia. Po demos mostrarlo más en detalle pero ya n o tengo gana s 1,rc111 idé nticas; el cuerpo, el alma, el espíritu, quieren entonces
de hablar de eso. Ji/ ,·moc ión que no llega, están dispuestos a pagarla con dolor y
ELLA: A mí eso me abre horizontes; preguntas simples del tip o ,11¡¡11~tia. Angustia de vida. Es distinto, la angustia de muerte es la
¿qué funda el valor? ¿E l hecho de q ue seamos muc h os los qu e , ,,11 , lusió n de que pocas cosas dejan huella que valga, y que con
deseemos tal objetivo? ¿El esfuerzo o el trabajo que ha costado? i!í1L1esta agitación sólo se está a punto de hundirse en la muerte .
¿La utili dad o el uso qu e se le dé? ¿El placer que proporciona? 11,,y quien es dicen : " Quisiera morirme", y es la angustia de vida la
¿ El más allá del placer que promete? Es todo eso lo que hay que re- q111 los hac e hablar ; no están lo suficientemente vivos como para
tomar.
il'11<"1 inte ncione s de mor ir, o entonces están di spuestos a morir de
ÉL: Gracias, pero no por mí. La cuest ión de las funda ciones se la 111111 mue rt e que no es la suy a, de aquella en la que están atrapados;
dejo a Dios, que sirva para algo, y si es u n pozo sin fond o -y sin li, v,da les da miedo, los angustia y los atrae al mismo tiempo . En
nada en el borde ... -, mejor. 111docaso el objeto que uno busca en la angustia de muerte, es el ob-
ELLA: Qué falta de seriedad. Justo cuando llegamos al funda- ¡,•lo refug io, reconocido como lleno de valor , atiborrado a muerte
mento ... *
,le valor. Se acumula: dinero , privilegio, imagen social; se invier-
ÉL: Por lo visto usted no teme lo obsceno. No, las cues t iones de 1, 1·11 la " piedra " olvidando que es sepulcral; en la imagen-medios,
las fundaciones sólo son interesantes si se plantean con respecto a 11lv1<lando que una borra a los otros; y se emborracha uno con este
lo actual: El verdadero pecado original no es lo que esa pobre pare- 11lvido;se intoxi ca de olvido ... En realidad , el valor de esos objetos
ja hizo en el paraíso, eso más bien sirvió para liberarla de esa reali- 1111 radic a en ser buscados por todos, como refugio precisamente .
dad aterradora -¡el Paraíso! Brr ... - para hacer de ello una linda 1 • más allá del feti che de la moneda denunciado por Marx; allí, por
fantasía paradisiaca, un impulso de sueño resistente ... ,·I contra rio , un valor llamado abstracto , una moneda , un título de
ELLA: ¿Y según usted qué es el "pecado original"? 1,·¡ onoc imiento , adquiere por ese motivo valor de objeto concreto,
ÉL: Es el pecado de origen, la infracción original sentida inso - 1L1doque palpando ese papel millones de gente s se tranquilizan so-
portable, la manía de querer un origen fundado, ahí frente a uno, 1,, l' el "v alor " de su vida , que ahorran ; no qui eren vivirla, quieren
claro y nítido, para colocarse la propia vida encima co mo sobre un 111/Jer que tiene valor y que podrían vivirla . Extraña pulsión de ate -
asiento; estar dispuesto a parecerse a cualquier cosa para ser bien ,orar. Y quieren sab er que otros hacen el mismo gesto de ahorrar-
identificado, aunque tenga que llorar desp ués por haber sido iden- l.1. Es cómico toma r un segu ro de valor contra el riesgo de enterar-
tificado con lo que no se es, etc. Si el origen -del valor o de otra ,1-de p r onto de que uno no vale nada, no más que este seguro; pero
cosa- tiene cualquier valor, es el de contr:ibuir, en lo act ual, a la 1·11 "n u estras" sociedades es lo esencial , este seguro contra la an-
originalidad de cada quien. Vaya, hasta el "valor" está en ese caso: ¡:11stiade estar muer to si n saberlo, la angustia de ver que se gastan
algunos objetos tienen como valor el permitir que se les rebase, que y des hacen en nombre de sí mismos lo s valores en los que uno
no se quede uno boquiabierto ante ellos, petrificado aún cuando '\-ree" -es decir a lo s cuales uno ha dado su corazón, su órgano
uno se agite. Esos objetos, uno los aborda -en el peor de los ca- de am or-, el miedo de ver su " haber " gastado , tomado por el tiem-
sos- con angustia de vida, la que emp uja a la vida, incluso con do- po, dis uelto por él. Y este haber puede ser el cuerpo , los ahorritos,
lor, y que hace hallar con qué obje tivar el deseo, con qué objetarlo l'l sa ber rebasado, el de se o rancio y fatigado . He aquí un fetiche :
también, pues hay objeto a manos llenas, pero hay que percibirlo; l'reer invalidar el Tiempo por el hecho de tener en mano un signo
y entonces, el valor de tal objeto es permitir que uno lo atraviese; ,¡ue lo invalida ; el garrot e de la angustia colectiva hace la s veces de
es transmisión de valor, impulso de valor; cu estión de decir que el vínculo simbóli co .
tesoro está en otro lado, qu izá inasequible; eso hace correr e inven- EL LA: En el fondo , el valor de un fetiche así está justificado si
tar. Semejante objeto no hay que-acumularlo, repetirlo, como ocu- liga la angustia colectiva de una hemorragia de valores, de un des-
rre con el síntoma. Es un poco como la salud, no se acumula. Por gaste de los di scur sos, de un debilitamiento de los de seos : eso basta
lo demás uno de los sentidos primeros de la palabra valor, vale, es para justificar qu e ese obje to tom e valor.
que estés bien. No se puede reforzar o exa mi nar la sa lud. Se puede ÉL: Le es trans feri do por aquellos a quiene s estorba , como vida
incluso estar enfermo de ella, de las condiciones de salud si perma- que les estorba, y la in mov ilizan sobre este valor fetiche : pueden
por lo menos " tocarl o" ; mientras que el Otro es para ellos intoca-
* Fondement, en francés tamb ién es ano. [T.]
ble .. . Tener este "fetiche" es como tocar el vínculo social para ase-
82 DIÁLOGO I 11.1•,
1>,\NÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 83

gurarse de él, sin más. El vínculo social era promesa de estar jun- 11,11 te de su impotencia, frases tales como: " Dio s lo quiso, la Crisis
tos, de estar con, y resulta que se conforma con ser un refugio, un 1,, 1111ómicaha querido que ... , la baja de la tasa de descuento exige
bunker contra el Otro y contra sí mismo, ante el riesgo de alterarse, /111' .. " son una manera de hacer las cosas vivibles, de hacer la
es decir, de vivir. ,,,, /1• del Otro, a reserva de exagerarla para inf luir en ella; es una
ELLA: Todo eso me convence, pero me pregunto si a propósito de 111,111cra de unirse a esa compartición sin quedar verdaderamente
fetiche no hemos "simplificado" demasiado a Marx, confundiénd o- l,111lado. Podemos analizar, desmenuzar, pero de ninguna manera
lo con los marxistas ... 1111dareste curioso impulso: querer no tener nada que ver (o muy
f:L: ¡Ah no!, ¡ese estribillo no!, nada de marxología ... Marx tie- ¡11,co)en lo que nos pasa, hasta cuando podemos controlarlo "todo"
ne los marxistas que merece, un pensamiento se juzga también por 11110 quiere ser "responsable" cuando tiene la Respuesta ... El feti-
sus efectos, por su descendencia, su genealogía. 1•hista es otra cosa; incluye en el fetiche el olvido de esto: que es él
ELLA: De acuerdo. Pero de todas maneras, Marx es más "agudo" q111cnlo produjo; hace desempeñar al fetiche el papel de una Ley
de lo que usted dice. Después de todo, la emprendió contra la opaci - q11c detenta él solo. El fetiche encarna para sí el escape ordinario
dad de la mercancía, contra su apariencia de evidencia, y descubrió dl' la Ley. Es diferente de un modo social de producción (por ejem-
mistificaciones, "caprichos" teológicos. plo mercantil): ahí, los objetos inmovilizan y desplazan hacia ellos
f:L: Pero un capricho deja de serlo cuando se materializa y circu- 1elaciones a la vez transparentes y ocultas, pero no es fetichismo
la como producto ... ,·11estado puro: en un sentido, son las crisis del capitalismo las que
ELLA: Justamente, ya me acuerdo: denuncia la alienación de l prueban mejor hasta qué punto no está totalmente fetichizado; se-
hombre en los productos de su trabajo; lo que llama fetichismo de nalan los puntos neurálgicos donde no ha fijado las leyes que lo go-
la mercancía es la ilusión de tomar por un elemento objetivo una biernan.
fatalidad bruta, los recorridos de objetos que uno mismo ha desata- ELLA: De acuerdo. Pero si Marx aporta esta "revelación" a los
do, mantenido en buen estado; es la negativa de ver la parte que uno hombres en el plano económico: tiene usted algo que ver en las ca-
toma. denas que lo sujetan y las máscaras que lo engañan, es quizá con
f:L: ¿ Y el fetiche ocultaría esta parte de ignorancia? ¿ Sería el re- la esperanza de que la "toma de conciencia" los conduzca a romper
chazo a saber que las ilusiones que uno se forja, uno mismo las ha dichas cadenas, a reserva de pasar a otras formas de "fetichismo".
producido? ¿ Es eso? f:L: No es tan simple, y la "toma" de conciencia no es un resorte
ELLA: Sí. suficiente ni siquiera necesario para el acto. En todo caso el feti-
f:L: Entonces es decepcionante como revelación. Los humanos chismo denunciado por Marx en el sistema mercantil, es la parte de
quieren proyectar sobre productos, objetos o mitos, una parte de "fetichismo" inherente a todo vínculo social: en el que se proyecta
sí mismos y de lo que se les escapa, olvidando que son ellos mismos una parte de sombra .y de ignorancia, una parte de inconsciente. En
los que proyectan; por eso proyectan también su olvido, que es un todo caso, basta con que el nombre del objeto o de una relación en-
proyecto de recuerdo, un lazo entre lo rechazado y la memoria in- / re en el lenguaje corriente, para que se vuelva un poco "abstracto"
consciente, "exterior". Y se necesita una buena fantasía de transpa- y "oculte" las inversiones "concretas" que lo animan ..
rencia que recobrar para investir esta "revelación" hecha a los ELLA: Es una lástima este desgaste de las palabras así como de
hombres, a saber: son ustedes mismos quienes alimentan sus ilu- las cosas. Es una terrible alienación ...
siones, quienes las producen. No es sorprendente que al cabo de es a f:L: Realmente, sí. .. En un hospital dicen: "¿fue a ver la tra-
fantasía de alienación abolida y de Estado "deteriora do", esté la queotomía de la 14 o el estómago de la 16 o el aborto de la habita-
alienación totalitaria y estatal. Justo regreso del inhibido ... ción 4? ... " Eso da la impresión de "abstracción", inhumanidad, lo
ELLA: Parece usted decir que hay una parte de fet ichismo en que se quiera, pero después de todo garantiza un poco que al enfer-
toda relación con el objeto, hasta en todo vínculo social, dado que mo de la 16 no se le quite la pierna sino su úlcera del estómago; y
los hombres establecen sus relaciones mediante objetos, códigos, nadie se engaña: cuando la enfermera va a decirle buenos días por
mecanismos que en lo esencial se les escapan. la mañana no es a un estómago a quien saluda, sino a un rostro. En
f:L: Sí. Por consiguiente, ¿por qué llamarlo "fetichismo"? Si gru- principio. Así es que resulta inútil exagerar sobre la alienación.
pos humanos inventan un Dios, un Destino, una Necesidad en la ELLA: Volviendo a Marx, lo que describe como "Ley" del sistema
cual fijar lo que de ellos mismos se les escapa y descargar así una mercantil y que denuncia como delirante, es que un objeto concreto
84 DIÁLOGO I 1 U'. l•ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 85
como unas botas o un traje sea remitido a un gesto abstracto, a un 11 -,uya, siendo que los primitivos incluían en sus "fetiches" cosas
equivalente universal . .. 1.,11(·omplejas y profundas como los misioneros en los crucifijos; lo
ÉL: Pero eso es tanto como criticar como infundado lo simbólico ,p w no quiere decir tan "válidas" . . . desde el punto de vista de los
de cualquier gesto social. Usted da dinero a alguien contra un "reci- 1111 -,1on eros.
bo", una firma, una huella abstracta e irrisoria .. . Es igualmente l·.LLA: ¿ Y a partir de qué sociedad habría juzgado Marx que la so-
"delirante" , y sin embargo el vínculo social se basa en esos gestos 1, ii·dad mercantil es fetichista?
"simbólicos", cuya "locura" es aceptada. r.t: A partir del desenlace mesiánico que lo fijó: la sociedad de
Denunciarla es querer un nivel simbólico real, que simbolice por 11a lienación abolida, aquella en la que las relaciones "disfrazadas"
sí mismo. Quizá eso sea lo delirante, querer impedir que una parte ,n 11 inútiles así como el Estado que las orquesta , . . En pocas pala-
del hombre pase al objeto que manipula; o que se pierda ahí. Pero l1ras, a partir del paraíso infernal.
pasa, lo importante es que no pasa entera . . . Este aspecto parcial-
mente "fetiche", invitable, curiosamente parece liberar a la gente,
añadirle un grado de libertad haciendo que el "fetiche" (o más bien
el objeto) cargue con la responsabilidad de un aspecto de la Ley, del 11 SE R LA UNIÓN QUE SIGNIFICA . ..
límite . .. Eso les permite volverse , ver venir, intercambiar, jugar,
vivir un poco . 11 LA: Bueno. Por eso ya no me atrevo a llamar a Freud en mi auxi-
ELLA: Marx dice que con el equivalente "abstracto" y la forma lio. Cara y. ¿Qué relación hay entre todo eso y el pene de la madre
fetiche se vende la mercancía, no para comprar mercancía sino que define para él el fetiche?
para remplazar la forma mercancía por la "forma moneda" , dice ÉL : Su afirmación tiene sentido, aunque se la pueda negar.
que " la moneda así petrificada se convierte en tesoro y el vendedor Siempre hemos visto que el fetiche encarna una lengua única, uni-
de mercancía en atesorador". vers al, la que no existe, una lengua mítica anterior a la dispersión
ÉL: Eso es totalmente falso. Si la gente atesora no es porque la de los humanos y a la falta de identidad que les permite vivir. ¿Por
moneda le fascine sino por inquietud, o porque la moneda puede qué Freud quiere reducir cualquier carencia a un casi prototipo: la
ser un almacenamiento cómodo, en espera de que el valor que "re- care ncia del cuerpo materno? ¿Qué importa aquí? En todo caso tal
tiene" pueda reactivarse en el "narrativo" de los intercambios . .. car encia es compleja. El niño puede necesitar ese cuerpo como un
En una sociedad "mercantil" , el sujeto se completa menos con el moto su droga; pero ese cuerpo también se necesita, sobre todo si
objeto que con su acto productivo y socializado. Es cierto que se lo habita una nostalgia, la de ser un todo, de estar acabado. Lo fe-
convierte en producto de sí mismo, pero esta producción de sí no menino necesita su identidad y quizá sea eso lo que lo hace vivir.
es una autogénesis (como en el caso del fetichista, que se comple- Aparentemente, Freud quiere simbolizar todas estas carencias con
menta con su objeto y se acaba con el Otro con el que acaba al mis- un falo que repararía la carencia materna, la colmaría, inscribiría
mo tiempo) ; está mediatizada por el resto del vínculo social; es lo el acabamiento, la consumación de lo idéntico ahí donde falta . O,
que la hace escapar del fetichismo en estado puro. Asimismo, cuan- si el "falo" es todo lo que, procedente de un "tercero", puede limi -
do todo un conglomerado celebra su relación con lo divino , con el ta r el cuerpo-maternal-sin-límites, es la función del límite lo que
Dios que se ha dado, sea como sea lo "facticio" de esta relación , no es tá en juego, y no hay que limitarse al falo ...
podemos decir que hace de su Dios un puro fetiche: es cierto que ELLA: Por eso, el fetiche sería no el pene materno sino la posibili -
proyecta sobre él una parte de su fuerza, pero al hacerlo se reserva dad de producirlo ahí donde falta, el movimiento que satisface ca-
una parte de esta fuerza que lo estorba y lo angustia; la fija ahí, en rencias y produce otras. El fetiche sería la detención de ese movi-
lo divino, en espera del suceso . Y por el hecho de que es el grupo miento; un remplazo de lo divino, lo creativo, lo sagrado, que mata
el que toma a su cargo esta "fijación", su dimension "fetiche " re- y hace vivir ...
sulta desestabilizada. Por lo tanto, decir que tal sociedad, la nues- ÉL: El fetiche materializa las diferencias, los diferentes, presen-
tra por ejemplo, es fetichista y se basa en "el fetichismo de lamer- tes en una misma "lengua"; les da cuerpo, y anula así la diferencia
cancía", es presuponer otra sociedad distinta a partir de la cual entre nombre y cuerpo, cosifica lo que habla en la palabra. En
ésta sería "juzgada" fetichista . Es exactamente como los misione- cuanto a creer que lo que quiere la mujer para completarse es un
ros que llegan a África y juzgan fetichistas las religiones que no son pene o un falo, es dudoso, aunque hay quienes hacen lo necesario
86 DIALOGO I 111•: l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 87
para sostener esta creencia, para pasarla al acto. En cuanto a 1,:,, 11a idolatría. Y el fetiche, que supuestamente ha atravesado la
"Ella", si cree que está completa, es porque no puede lograr estar- 1111, ll e, hace la unión con el más allá.
lo, y porque no sabe cómo estar por encima de sí misma, singular 1. 1 LA : Su unión* huele a droga, fumarse un carrujo de más
y universal, parcial y total . .. l li", . . la colilla suprema de los lisiados.
ELLA: ¿Pero entonces lo que llaman "falo" es simplemente lo que 1 1.: ¿Por qué no? Una droga espiritual.
acaba con el bamboleante sistema de las creencias maternas, lo que 1.1LA: Dios fumando carrujos humanos .. .
consuma su copulación confusa con la divinidad o con ella misma? 1,1: En cuanto al fetiche, encargado del duelo que se hará de su
f:L: Con el dios en que se convierte, una vez completada con su ¡11 ' 1dida , se convierte en el relevo de la vida; el drogadicto, en un
creencia "realizada", objetivada. Es este acabamiento el que cuen- c111 ido, tiene "realmente" razón: su fetiche tiene complicidades
ta y cuyo programa pesa mucho. , e, k·s con la vida, pretende llevarla hasta su acabamient.o real. El
En general, acabar una creencia es hacerla explotar, hacerla inú- ICI ,chista del zapato no tiene más que una imagen, pero la relación
til. En la perversión la creencia es absorbida o atacada en su nivel "" la que se mete es tan real como un lenguaje.
real mismo. El perverso sustenta a la madre por medio de su creen- l'I.L A: La idea de que el fetiche es un medio de atrapar al Otro, de
cia; dispone, como de un juguete, del medio de acabar al otro, al pose erlo", como modelo reducido y manejable, para tenerse me-
Otro en sí, acabarlo con un juguete reproducible, piedra angular de ' liant e él ... no está mal: ser el autor de lo que se adora ... Una ma-
la fantasía y pequeña lengua autónoma. ,1,l' que se da nacimiento a sí misma de verdad.
ELLA: De acuerdo, pero ¿por qué los psicoanalistas se empeñan fu.: Pero el que se da a sí mismo el perverso es un nacimiento
en llamar al falo piedra angular del lenguaje por el placer de encon- , 1111 tinuo, partiendo de él o de su madre a quien toma por él. De ahí
trarla -esta llave fálica- en los límites del lenguaje donde justa- l.1 mediación del fetiche.
mente la escondieron? ¿No hay ahí una complaciente masturba- ELL A : Tengo una idea, una frase lapidaria: crear su creador es
ción? Y si el falo es el punto de intersección entre el deseo y la .1, , su Otro; pues bien, ser el Otro del Otro es caer en lo perverso .
palabra, ¿no es, como concepto, inútil, en vista de que no hay deseo f,L: No me gustan mucho las frases lapidarias, ¿ a quién van a la-
sin palabra y palabra sin deseo? pidar?
f:L- Algo hay de eso, pero el tema me aburre . EL LA : De acuerdo, nada de frase . Pero no estoy de acuerdo en
ELLA: El señor se cansa pronto . ..
q11e sólo el fetiche atrapa al Otro; todo objeto de deseo es una mane-
f:L: Dije aburre, no cansa. A esta casuística del falo le falta ener- , . 1 de atrapar al Otro; trampa del inconsciente. O entonces ¿ cual-
gía, inspiración. Por la energía se siente hasta qué punto quien ha- q11ier objeto de deseo es un poco "fetiche"?
bla está involucrado en lo que dice; si aquello tiene energía, nos ÉL: No es tan simple. Lo que se llama objeto de deseo (u objeto-
pasa una poca, aunque la agote; lo importante es que la proyecte ,·"usa del deseo) no es más que un punto de contacto con el régimen
por otro lado. Hay gente que dice verdades, pero su energía es asfi- 111 co nsciente; puede provocar angustia y deseo; en principio ningún
xiante, falsa, sin ritmo, no se proyecta, no inspira, no quiere morir ,,bje to agota el deseo; lo atrae y es rebasado por él. El fetiche es un
o expirar, ya está muerta. .111adido del inconsciente que ha funcionado, una ligadura de los
ELLA: Bueno. Exit el falo. Volvemos al fetiche, puesto que el falo pun tos de contacto que son objeto de deseo; es una memoria del de-
es el fetiche psicoanalítico. \l'O entregada en mano, llaves en mano. Si el objeto encontrado en
Decía usted que el fetiche destruye la diferencia entre nombre l,1sbúsquedas del deseo no es el "mismo" que el objeto perdido, es
y cuerpo ...
que la búsqueda del objeto es también la búsqueda del tiempo. La
f:L: Parece destruirla. Por eso, encierra al objeto en la identidad bús queda del tiempo perdido es ante todo la búsqueda,la que hace
consigo; es un fragmento de lengua brillante , inmóvil, en torno al ,·1 ti empo cuando se pierde y se encuentra. Para el perverso, es la
cual se organiza la circulación del sentido; el fetiche no se mueve. bús queda del tiempo detenido, la petición desesperada contra el
No puede sucederle nada aunque está lleno de carencias, saturado pas o del tiempo.
de fallas y de estimulación del deseo. Su identidad lo extrae de las ELLA: En resumen, el perverso absorbe los fetiches que pueden
fluctuaciones materiales, del lenguaje. El idólatra puede destruir ~cr terceros en la relación con otros, y con el Otro en sí, los hace
un ídolo, que no por eso deja de ser ídolo; y es rápidamente rempla-
zado; ídolo, idología, idiología, ideología . . . vasto espacio de la mo- • El autor utiliza la palabra joint, que significa unión y carrujo. [T.]
88 DIÁLOGO I 1O'->FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 89
objetos de un culto oscuro que se rinde a sí mismo, en el que se hace H11st ia". La perversión vuelve isomorfos al objeto real y a la angus -
sacrificios. /lo: en el acto . Al travestí le encanta el emblema del otro, sus vesti-
ÉL: Sí, y el fetichismo no sólo aísla un fragmento de Otro, sino dos (como al masoquista lo que el Otro le inflige). Por eso, encanta
que estabece el potencial de transmisión. Los boquetes de creencia 1d Otro y lo hunde en sí mismo . ..
que en otras partes permanecen abtertos son llenados por el feti- ELLA: ¿ Y lo sexual allí?
che, obstruidos. Creencia cerrada y por lo tanto fanática. Por ejem- ÉL: Hace las veces de última figura de lo real, del inconsciente;
plo un transexual que se sabe hombre pero se cree mujer (o mejor , orno una comprobación del ser; no siempre visible en el cambio.
aún; da la impresión de creerlo) dice simplemente que la ley, identi- l'no hay tantas situaciones en las que se consigue al Otro en el
ficada con el inconsciente maternal, quiere que sea mujer, lo desea , .11nbio de la "relación". Pienso por ejemplo en ese curioso cambio
mujer; y su creencia revela ese deseo en suspenso. El colmo de la d\' la relación colonial: los colonos se fueron y he aquí que regresan
ironía es que a veces su madre en su propia infancia se había valori- , orno ... turistas; dar una vuelta; dar vueltas y vueltas; volverse
zado muy poco como "femenina": ¿quiere entonces devolverle la fe- idiota. Regresan a que los mimen, lisonjeen, les hagan las cosas mal
minidad que ella no tuvo? ¿Lo femenino que ella odió? En todo caso y de prisa, los timen, engañen, asistan, traten, en lugares cuyo
él signific'a ese cambio: lo es. El travestí también es el cambio de modo de vida desprecian pero donde lo "original" los devuelve a
un ser en el Otro que lo obsesiona, de un hombre en la mujer que ~us orígenes ... perdidos, vueltos a perder, mal hallados; lo autóc-
lo habita. Eso puede limitarse al hábito, a lo habitual. tono que les "sirve", y de muy cerca, estando él también doblemen-
ELLA: ¿Pero es más "verdadero" en su identidad masculina ordi- te alienado: en su origen del que se desembarazan a cualquier pre-
naria que en su estado de excitación sexual más bien femenino? do, y en el de ellos que codicia y del que sólo le abren los pasos
ÉL: Recuerdo un hombre del que habla Stoller, muy "por-otra- ingratos. Ahí está el cambio de la relación colonial, ya "perver-
parte-normal", pero que sólo goza como travestí. Hubo en su vida sa" ... Y en su versión turística no siempre sabemos quién "posee"
una escena traumática: un grupo de mujeres lo vistió como mujer; qué, quién goza de qué. Imagínese a los Blancos -no a los Grandes
el grupo pasaba al acto su fantasía: hacer entrar en el "cuerpo" de Rubios- que llegan a abastecerse de "origen" y de "naturaleza" y
las mujeres (el suyo) un cuerpo de mujer aparente, hecho por ellas: que -pulsión obliga- consumen muchachitos y muchachitas de
el cuerpo de ese muchacho. Fantasía histérica pues: hace·r entrar a nueve años, adiestrados para eso; pues bien, forman parte de la fa-
una mujer en un cuerpo de mujer o en el cuerpo de las mujeres; pero milia, pagan directamente a los padres; amistad, vaya ...
su paso a lo real puede inducir a la perversión. El joven fue embau- ELLA: Pienso en otro cambio muy diferente que a menudo me ha
cado en su fantasía de violación y en su rechazo. En ese co-lapso en- impresionado: esos procesos estalinianos en los que los acll.sados
tre fantasía y real, la relación sexual se vuelve autorreferente; rasgo se colmaban de faltas no cometidas. La relación era perversa, pero
típico. La perversión es ser a la vez el anverso y el reverso de la ley, los acusados ¿ lo eran?
la revelación del deseo vuelto hacia él mismo. ÉL: Poco importa; es su relación con la ley lo que lo era: compro-
ELLA: Resulta inquietante pensar que una escena tan insignifi- bar la acusación es asfixiar la justicia atiborrándola de "falsas ver-
cante cause tal estrago ... y tantos años después. dades"; por consiguiente, es arrancar la Ley al juez, es detener la
ÉL: No fue el disfraz lo traumático, fue el trauma fundamental Ley: el acusado mismo firma su mue .rte y la sonsaca a sus verdugos,
(de acceso al deseo, a la Ley ... ) el que tomó el camino del disfraz, a los que transforma en títeres, los peleles que ya eran ... Los com-
y se estabilizó allí. Pues, en principio, el trauma original no tiene pleta y los acaba con él mismo. Encima supone justa la Ley cuando
solución verdaderamente estable, a no ser las soluciones perversas es inicua, la posee en sí anulando sus procedimientos culpables. Y
o idiotas, justamente. como no era sino culpable, la anula totalmente, coloca a guisa de
ELLA: Se necesitaron fijaciones "primeras" para que la segunda, Ley el vacío absoluto de la muerte, y aquello resuena con un grito
la de la escena, tuviera toda su fuerza posterior y operara ese "es- de silencio en el abismo. Él se dejaba "vencer" hasta la empuñadu-
trago" ... Por lo tanto la escena no explica, indica ... ra y el otro era poseído. Él acusador representaba la Ley, el acusado
ÉL: En todo caso el travestí no se identifica con la mujer sino la encarnaba, ofreciéndole su carne blanda pero tenaz para que ella
con la realización de la fantasía femenina que él se encarga de "asu- gozara en él y se agotara en él, no siendo los jueces sino instrumen-
mir". Hace' triunfar al adversario petrificándolo en ese triunfo; a tos en ese coito radical (que aclara muchos montajes homosexua-
veces, aplastándolo con su triunfo. Y no es sólo para "calmar su an- les ... ). En realidad, todo dispositivo perverso pone en escena la fu-
90 DIALOGO I i\ li 1¡\ NÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 91
sión de un Cuerpo con un Nombre, con la Ley, con el Otro convertido 1c111ese nombre, goza pulverizándolo. El objeto de deseo se ve
en el doble. Se ajusta a la fantasía de algunas madres que identifi- 11111iin ado a ser a la vez nombre y materia; es consumido como ma-
can sus cuerpos con los nombres que dan. Eso es fetichizar: colocar 1i11y símbolo.
el objeto como símbolo saturado idéntico a su textura. Un dispositi- , 1 1.A: Es un poco repugnante.
vo perverso -incluido el de la droga- es simbólico de un extremo 1 1 Visto desde el exterior puede incluso ser abyecto. Lo abyecto
al otro; transustanciación entre carne y símbolo. El perverso, faná- n 1111 ca ldo donde nombre y cuerpo son mezclados, amasados. Us-
tico del símbolo, concretiza lo que puede ser un narcisismo del sím- icd rn me una hostia y de pronto a la boca le viene un gusto a bistec
bolo, lo que es una textura que sólo remite a sí misma . ,11,•riento .. .
ELLA: ¿Pero no hay siempre un poco de eso en el deseo? 1 1 1.A: Escupiría de asco.
ÉL: En parte; todo deseo es un inicio de perversión; perversión i"!1 ¿Por qué de asco? El bistec sangriento no le da asco que yo
fracasada; el deseo abre la fantasía que el perverso acaba, que hace t:pa. Es que un nombre, un fragmento de nombre adquiere cuerpo
pasar al acto. El deseo inicia el gesto de tomarse por su ley, aunque 11la boca ...
su proyecto de capturar al Otro se malogre detenido en seco por la 1 I.LA: Entonces escupo el nombre, vomito al dios .. .
angustia, que sirve incluso para señalar al Otro. f,L: ¡ .. . que no pedía tanto! El nombre como tal no tiene nada de
ELLA: Entonces la perversión es un paso obligatorio ... 1',q11croso, sobre todo el nombre divino en la boca de un creyente,
ÉL: Un límite, un horizonte de los vínculos de amor, de religión, 11 ,·1 nombre de la amada en la boca del amante. Es el hecho de que
de institución de todo vínculo en el que el Otro esté implicado. Lo , l'nearna ahí, en el instante que le da esa sacudida, de que perpe-
facticio está en germen en el deseo, pero está como disuelto en el t 1;t es e abuso de autoridad directamente en el cuerpo.
movimiento deseante. Cuando se incrusta, como un " cálculo" inso- ELLA: Eso debe recordar el "antaño" cuando supuestamente co-
luble, cuando los elementos del deseo tomados como clichés rigen 1111mosel cuerpo de la madre divinizada, su carne vibrante de pala-
toda la puesta en escena , la fetichización comienza como verdad to- 111 as, masticamos la verdad de su cuerpo, el cuerpo de su cuer-
tal del montaje , cualquiera que sea la variante; así la Mujer en el po .. ¿Quizá ese asco hace eco al traumatismo de la Ley? ¿Pero
caso de don Juan, la ebriedad en el del alcohólico, o la crisis, el via- , orno llega a ser el perverso una ampulosidad de Ley, una conges-
je del toxicómano, o la necesidad, son áreas de lo facticio, puntos 11011de Ley?
de contacto de una verdad más vasta, la del proyecto fetichista de
asfixiar al Otro mediante él mismo, volviendo hacia él lo que está
destinado a separarse de él. Una vez más el cambio. Ello supone el
contacto estrecho con el Otro, por seducción y sacrificio. 10. LA "VERDAD" DE LA LEY
ELLA: ¿ El sacrificio?, ¿ qué relación tiene? El sacrificio quiere
seducir a Dios y la seducción radica en que los compañeros se gus- FL : Volveremos a hablar de ello. Vea este detalle: "tú me castigas
ten o se complazcan. por lo que no hice", es una protesta; "castígame haya hecho lo que
ÉL: Justamente, en esas religiones íntimas, el dios al que hay haya hecho", es un atropello del acto punitivo directamente en el
que seducir es el Otro (todo lo que no es uno); la perversión fetichi- rn erpo, un desbordamiento de lo legal mediante el cuerpo. Es un
za el sacrificio en una seducción que toma al Otro con tenazas entre 1rastocamiento donde el ser castigado supera la Ley por su deman-
dos miembros de una seducción automática y autónoma como todo da. Eso está claro. Por consiguiente, el Otro, como instancia
montaje perverso, pues el fetiche es la autocreación vuelta cliché, abstracta, es empujado al abismo. Al hoyo. El artificio perverso su-
"simbolizada". planta al artificio legal. En el fondo sólo hay perverso de la Ley. El
ELLA: Pero todo lo que tiene que ver con el inconsciente tiene dispositivo perverso debe acorralar al Otro al pie de la Letra. Y
cierta autonomía, se hace solo, sin nosotros . .. ¡Autonomía de todo cu ando por ejemplo el Otro es el Dios bíblico, ello explica que agite
objeto de deseo! todas sus letras y sus energías para liberarse. No soporta la perver-
ÉL: Sí, y la perversión se hace cargo de esta autonomía, asume sión; no soporta ser "colmado". Como le decía, no es tanto que el
su responsabilidad; es una autonomía que no aísla forzosamente perverso quiera colmar la "abertura" del Otro; el montaje perverso
una pulsión (sádica, voyeurista .. . ). El factor en juego es ser idénti- se colma con el Otro y con su abertura recobrada.
co a su nombre, encarnarlo. Eso pulveriza la otra parte de donde ELLA: Decía usted que el perverso quiere salvar al Otro .
92 1 ns l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 93
DIÁLOGO I

ÉL: Sí, y no es sencillo "salvar" al Otro destruyéndolo; pero la ,,., 1.11nenteen la carne. Va más lejos que el goce de ver el fracaso
perversión es eso: abrir, por lo tanto controlar, el hoyo al que el , 1, lil ley. El fetiche no es más que una imagen de esa carne saturada
Otro se precipita; Atascamiento del Otro y de la Ley destinada a so- -1, l1·y.Abolió la Ley al encarnarla.
1,1 r.A: Eso es lo que me impresiona, pues encarnar, encarnación,
focarse a sí misma más que a ser invalidada y sofocarse con la famo-
sa infracción o la falta que en principio la funda. Todo eso se le que- 1- igue siendo la palabra clave del cristianismo!
da atravesado en la garganta a la Ley. 1•1.: ¿ Y qué? ¿ Qué no podríamos pensar en el cristianismo, por lo
ELLA: Desde hace un momento ya no lo entiendo; nunca he visto
1 11110 en el Occidente, como el terreno más vasto en manos de la per-
la garganta de la Ley. ,., ,sión? En cierto sentido Cristo hizo fracasar la ley bíblica al en-
ÉL: Tiene razón, la horrorizaría. Bueno, de acuerdo, digamos '· .1111arlacon su cuerpo. La volteó como un traje con el que se hubie-
algo concreto. El alcohólico ahoga al Otro en el vértigo de la em- 1¡, vestido. Y hay que creer que en el revés de la Ley -por lo menos
briaguez. Por lo demás es la embriaguez su fetiche, su abrazo feti- 11la imagen corriente- está la gracia, la absolución, el absoluto
chizado con el Otro, mucho más que el producto, la copa, la botella. ,li-1perdón ... Por lo demás, el cristianismo inaugura una nueva re-
El anoréxico -tomemos a la mujer_._ rumia la falta del Otro, hasta l.11ión con la infracción, un nuevo tratamiento del pecado, del mal.
el infinito. Captura en su cuerpo, traga el vacío del Otro. Hace de ,lt•I castigo. Por ejemplo la confesión: uno vierte sus faltas en la co-
él el hueco nítido y embriagador de su vientre vacío de ella; es una ln-ción de todos los pecados que asumió Cristo, cuya anulación en-
manera de sumergir al otro, cualquier forma de Otro. La anoréxica, ' ilrna; y estamos perdonados. Debemos ya sentirnos mejor por el
que tiene un lugar aparte en la constelación perversa, se alimenta ,, ,lo hecho de haber hablado ... de haber transferido a quien por
de su hambre, de la falta de alimento, de lo que falta a todo alimen- dl'rccho, o por gracia ...
to para ser el bueno; ella que con tacto y dulzura comunica a los ELLA: Lo cierto es que la confesión, la dimensión de la confesión,
demás que lo que comen es mierda y que son lo que comen. 1· crotiza por sí misma.
ELLA: En todo caso la anoréxica, más que el drogadicto, hace de ÉL: ¿Qué importa? Una muchachita que "confiesa" lo que no co-

su relación con el mundo, con la ley, un terreno de acción ruidoso, 111etió,por el solo placer de decirlo, se abona en cuenta un deseo,
agudo, paradójico; no se sabe si quiere comer Todo o si quiere que , por qué no? En realidad, hay sobre todo un trastocamiento gigan-
el Otro lo coma Todo, y así asfixiarlo ... lt·sco, donde las faltas están encarnadas, donde la Ley colmada por
ÉL: Ya ve, es usted la que vuelve al atascamiento de la Ley. Es \I misma no tiene nada que pedir. Es como la esperanza de salvar

un hecho que los perversos creen en la Verdad de la Ley, la acorra- 11/mundo de la perversión haciendo de ella una enorme; es una gran
lan en sus límites más descabellados. Cuando Masoch obliga a su idea; sobre todo si fracasa; privar a la gente de sus pecados y de su
"Venus" a maltratarlo como está convenido en el contrato, y ella veleidad de cultivarlos, de fijarlos; privarla del proyecto de cumplir
protesta diciendo que odia "toda esa comedia", él le grita: "¡Ento n- la Ley de una vez por todas encarnándose en ellos mismos. Acabo
ces maltrátame de verdad!" Quiere la verdad hasta en las aparien- de oír a cristianos convertidos al Islam y su palabra clave es cum-
cias. fllir, cumplimiento; el cumplimiento erístico no les bastaba; pare-
ELLA: Es cierto que se trata de una apariencia programada por 1iera que no soportamos no cumplir la Ley, no colmarla hasta el to-
él, él que odia las apariencias de la Ley y del grupo. Parecería que pe; y puesto que la Ley es infinita, transfinita, comprenderá usted
quiere la vida en estado puro, justo antes de que se atasque de apa- que para eso se necesita el abuso de poder, para creer en el cumpli-
riencias. No es verdaderamente la muerte lo que busca ... miento encarnado.
ÉL: ... pero la encuentra, y no en el plano real, no, acaba conver- De todas maneras, la perversión concierne a un objeto particu-
tido en abuelito; es más bien una vida muerta por encarnarse, es- lar que se llama Ley, inasequible límite del decir más que norma.
trangulada por sí misma. La vida suicidada. El suicidio sería el acto Sea lo que fuere lo que uno pervierta, es siempre la ley la que uno
perverso absoluto si el que lo comete pudiera quedarse para asu- pervierte. En la perversión, la Ley se convierte en el objeto de deseo;
mirlo, anque fuera sólo un momento. en un conocimiento también, una pericia.
ELLA: Pero si la palabra clave del perverso es "encarnar", hun- ELLA: Según usted la idea misma de un saber inconsciente va en
dirse en la carne, ¿es para inyectarle qué cosa exactamente?, ¿vi- el sentido de pervertir la dimensión inconsciente.
da?, ¿droga? ... ÉL: No está excluido. Prefiero hablar de ello después, con las
ÉL: La perversión sutura la falla, hasta el fracaso de la Ley, di- perversiones que secreta el psicoanálisis.
94 DIÁLOGO
1 111
\ l•AN
ÁTICOSDE LAVERDADERA
LEY 95
ELLA:Eso promete. Tenemos ya el lado narcisista, masturbato- 1, •,¡wcto a la norma que el estancamiento en las primicias como
rio, sectario, el resto deberá seguir ... 1111,1gen de un comienzo, primer contacto eternizado, inmovilización
ÉL: Narcisismo y masturbación no son sino ingredientes del feti- d, 1 origen ...
chismo, cocinarlos es más complejo. Pero más allá de las engañifas 1,1.1.A: Regresamos (con esto) a la perversión como búsqueda fre-
de una pericia en lo concerniente a las cosas del deseo (engañifas 111:,i 1ca del placer, y nada más que del placer.
en las que uno se ve atrapado en el modo fetichista, de manera que f·.1.:En absoluto. El placer, como hemos visto, es un encuentro
cada grupo, hasta los psicoanalistas, tiene sus amuletos, sus con- l 1111 el Otro que halla gracia ante sus ojos, sus orejas, su presencia,
traseñas, sus olores ... los tufos del fundador que le dan nuevo im- 11 vientre, encuentro que gusta y que la reconcilia con una parte
pulso ... ), digamos que es el sujeto mismo el que se fetichiza; el co l- d1 usted, que apacigua sus diferentes. Ahora bien, el perverso es
mo del fetiche es el "sujeto" asumido, ralizado; sus sensaciones 11111cho más exigente en el placer, niega esta insignificancia. El prin-
(dolor, embriaguez, viaje ... ), su discurso que enarbola todas las ' 1p10 de placer quiere el apaciguamiento y él, él está en guerra.
faltas como si se hubiera consentido en ellas de antemano, todas las ! la sta el toxicómano pasado, todo colorado en su sueño maravilla-
otredades como aceptadas por anticipado, y que sigue actuando do, cele bra como quien no quiere la cosa una victoria, un episodio
éomo si fuera el centro del mundo, con la imposibilidad de coexis- ,k esta guerra en la que el factor en juego más simple es resistir
tir en desacuerdo con el otro, lo cual es propio de los fanáticos. El 1,11,mdo nada alrededor de uno resiste, marcar la resistencia y que
fetichista no soporta lo que el Otro tiene de fragmentario o de indes- , ~la marca sea la verdadera ley. Esta misión puede hasta obstaculi-
criptible; entonces se lo consigue en estado de presencia. Se hace 1r su goce "aparente".
un regalo con ello. ELLA : ¿Entonces tiene un goce otro?
ELLA:Recuerdo que para usted el "sujeto" es una postura inasu- "L: Absolutamente. Ahí donde está, obtiene el placer de paso.
mible ... ¿Pero qué sería lo contrario del fetichismo?, ¿el delirio? ! lasta la angustia del otro que a veces provoca, no podemos decir
Después de todo, abre, rompe lo que el fetiche petrifica ... que la busca, que el masoquista por ejemplo busca la angustia de
ÉL: Hasta el delirio puede ser sacralizado . Y algunos dioses des- la pareja. La obtiene de paso, como el placer; esa angustia señala
confían de él; el entusiasmo -el convertirse en dios de sus fieles- obre todo que la captura del otro ha comenzado, es la primera eta-
no les gusta, no demasiado. Todo puede ser fetichizado, sobre tod o pa . Es más bien él, el perverso, quien sufre lo que podemos llamar
la norma. El fetiche como la seducción es ineludible, el problema Li ang ustia de Dios, por ejemplo la angustia de la Pasión cristiana,
no es evitarlo sino no quedarse en él. Hasta el poema es un poco fe- :-,1ese Dios es Cristo; puesto que también se compromete a encarnar
tiche: un nombre idéntico a su cuerpo; verbo encamado en su for- la Ley, a ser atravesado por sus fallas, cumplirla a fondo. Digamos
ma . .. Afortunadamente, el poeta rompe su fetiche en el poema si- que el perverso se crucifica por el mundo en que se ha convertido,
guiente, otro destello fragmentado del gran Poema. Lo que salva a por el mundo reducido a sí mismo.
un poema del fetiche es el otro poema, es su fracaso de ser el últi- ELLA:Decididamente, el cristianismo es su referencia enlama-
mo. El Otro como poema se desprende , como una música, de los in- teria ...
tersticios del poema. El fetiche injerta un cuerpo a la deri va en el ÉL: Es la gran idea de san Pablo, como hemos visto: que es la ley
enigma del cuerpo del Otro. Y cuando el injerto prende, no se des- /u que crea la falta, que hacer el mal, hacer sufrir, es como quererse
prende fácilmente, o entonces el fetiche pierde la autonomía y vie- vengar de la ley desde el momento en que ella funda la falta. Ahora
ne la depresión; como una seducción repetida que alcanza sus lími- bien, el perverso dice lo mismo de la ley: le tiene rencor por la falla
tes y que no logra pasar hasta el amor. que funda y que la funda; falla, falta , hoyo, deficiencia ... A su ma-
ELLA:¿La perversión está antes del principio de seducción del nera quiere reparar, redimir; olvida que ya está hecho.
que el amor estaría más allá? ELLA:¿Sería el cristianismo una perversión lograda?
.ÉL: Eso basta para desbordar las definiciones -a lo Freud- ÉL: Usted sabe que el efecto colectivo supera a la locura -si to-
para quien la perversión es una pulsión que se ha vuelto autónoma, dos están locos .. . Lo mismo ocurre en el caso de la perven,1ón, ese
rebelde a las simbolizaciones ... cu rioso sueño de inscribir la Ley a quemarropa. Y aún más, digo
ELLA:Justamente, dice que una relación erótica que se quede en '·sue ño", pero eso se acuña en pequeñas escenas, fragmentos de rea-
los preliminares , sin llegar al hecho, es perversa. lidad saturados de un "placer" que nadie está ahí para probar .
ÉL: Lo que cuenta ahí es menos la distancia que se forma con ELLA:Pero entonces, una buena manera de escapar a la perver-
96 DIALOGO I ¡1•¡l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 97
sión es tener una ley que lo señale a uno como culpable, deficiente, 1· 1.: Sí, y esa palabra del final un poco cruel: esta puerta sólo se
una ley infinita, inasequible, que se deje tomar en fragmentos fini- hnl>iahecho para ti, ahora que todo ha acabado, cerramos ...
tos pero lo acuse de no comprenderla, de ser infiel sin uno saber- l'LI .A: Es el modelo del fracaso neurótico: perder la vida espe-
lo ... 1;,udo que el Otro tenga a bien; esperar el permiso de vivir, un per-
ÉL: Ya se ha inventado eso, una Ley infinita de la que no se sabe lill '·º que llega con la muerte.
muy bien lo que quiere; pasa uno la vida para descubrirla, y se ex- 1-1.: Es la lectura simple. Yo tengo otra: toda esta puesta en
travía uno cada vez que cree hallar su verdadera huella. Pero el per- , 1:na es un montaje perverso. El hombre ha invertido la existen-
verso está apoyado como un puente por encima del abismo de la ' 111 de esta Ley infinita, se eterniza allí, consagra a ella su vida,
ley, que él colma con su dispositivo, cuerpo y alma, con riesgos (11111a un guardián, un guardaespaldas , un doble, una pareja, para
mortales: querer salvar la Ley implica enormes riesgos. Como si la luu·1:rse creer que sólo pide "entrar" cuando en realidad no le im-
Ley necesitara de alguien para eso . . . 11111 ta entr ar (¿qué haría una vez "adentro"?). Y se otorga la violen-
ELLA: Pero el más allá del placer, donde usted sitúa al perverso, ' , musita da de consagrar su vida y la de la pareja en el altar
¿qué no es el puro instinto de muerte? 1,rnmoso de la Verdadera Ley, una ley que le sirve para suicidarse
ÉL: Está marcado con la muerte: destruir al Otro -aunque ten- vi\'iendo, para vengarse de la Ley sirviéndola. Aquí los procedi-
ga que suicidarse con él- para apoderarse de la Ley de vida, es i111cntosde admisión adentro -afuera están incluidos en el dispositi-
mórbido o mortal. Pero hay otra cosa: lo que se pretende es el V<•perverso.
automatismo inconsciente como tal, el autoengendramiento de vi- ELLA: ¿ Quiere usted decir qu e ese tipo es cobarde hasta lo abyec-
da, independiente de los sujetos, la frontera pulsátil entre vida y 111 , que forma con su guardia una pareja perversa?
muerte. Para el toxicómano, es el don de vida en estado puro, y ÉL: Ust ed ve en qué sentido el horizonte del vínculo es perverso
todos sabemos que la vida en estado puro apesta a muerte. Reducir t·stá incluido -sobre todo- bajo el signo de la Ley trascendente
lo perverso al placer es confundir el placer como descarga y el donde se trata de "entrar". Así, pues , el horizonte del vínculo reli-
placer como el consentimiento agudo para que la máquina funcio- r1oso es pervers o, y podemos preguntarnos si toda la perversión no
ne a toda su capacidad. El drama del perverso es que su objetivo ,., el horizonte realizado de un vínculo religioso, el horizonte donde
está justamente más allá de esta descarga, ahí donde aparecería 1: crea y se secreta el dios al que se adora. Por supuesto eso evoca
la ley que funda: y lo que él quiere hacer aparecer es . .. una nueva , I éxtas is y los desgarramientos del místico, su cuerpo a cuerpo go-
irrupción del Otro. Para el toxicómano es evidente: la detención wso con la verdadera -religión de la Verdad, la suya. Pero en otras
del flash es un regreso de la diferencia abolida: irrupción del Otro partes se idolatra la palabra que prohíbe al ídolo. Y en la religión
en su cuerpo, dolor de parto imposible, aquél en el que nacerá que co nstituye el vínculo social, el "normal", la norma hace las ve-
de sí mismo. Su dolor es el regreso del límite necesitado de sí ' es de Verdad.
mismo. ELLA: Pero en nuestras sociedades la norma está enormemente
ELLA: Vuelvo a pensar en el placer de perjudicar, de ser malo, diversi ficada.
que de cualquier modo es una de las señales un poco clichés de per- ÉL : Y eso trae como resultado diversos conformismos, más bien
versión. El puro placer, el acto gratuito ... crispa dos sobre sus límites que ofrecen apoyos estables al malestar
ÉL: Ser "malo" es sólo llamar al otro a su~ límites para negarlos narcis ista, medios para evitar la prueba narcisista.
inmediatamente; para atascarlo en otros límites que se le escapan; EL LA : Parecería que cualquier solución estable de la cuestión
es pues la idea de conseguir eso, de comérselo de un bocado ... El narcisista anuncia la perversión.
"ma lo " no soporta los contornos del otro, y no para hasta que los ÉL: Sin embargo la normalidad, la institución y la religión lan-
reduce, los pisotea para reducirlos a los suyos ... que pisotea al lan llamado s a los extraviados, a los sufridos y a los reprobados
mismo tiempo; y pisotea esta confusión . La perversión es una ven- para ofrecerles ortopedias adecuadas; hacen señas a los heridos de
ganza desesperada: mucho rñás que reclamar justicia, es cumplirla, la vida, a las psiques en carne viva, para que hagan una apuesta me-
cumplir la ley nueva ... ¿Recuerda usted el famoso texto de Kafka, jor, una perversión menos solitaria: ven con nosotros, ahí está la
"el hombre en espera ante la ley"? ley con la que sueñas; y si entre nosotros no está el santo que nece-
ELLA: ¿ Con el portero que le impide entrar y que le dan con la sitas, mientras esperas puedes descansar en este vínculo. El hom-
puerta en las narices cuando ve que se ha vuelto viejo e impotente? bre en espera ante la ley ...
98
DIÁLOGO 1 111'> FANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY · 99
ELLA: ¿Entonces, qué?, ¿la religión como perversión bien orde d1•l Otro. Si no, vea las sectas que pululan en Occidente, cualquiera
nada?
¡i1t · sea el hueso que uno roa allí.
ÉL: Que aquello comience por sí mismo, ¡oh, caridad!, o que se 1•.I.LA: Eso produce huesos que roer sin freno ...
ponga en marcha en conglomerados más amplios, el resultado es 1-1.: Los modos de pertenencia a un grupo o a un vínculo parecen
un límite detenido , un a ley limitable y discernible que lo hace a uno ol,~1mismo orden que aquello mediante lo cual uno se afilia a un ré-
hombre, fiel, inocente, dentista, padrote, sindicado-pro .. . da el tí- ein1cn psíquico con acentos perversos, idiotas, débiles, normales.
tulo que falta a guisa de Nombre; y la infantería afuera que se atas- 11110 se afilia a un síntoma como a un vínculo social, a fuerza de ne-
ca en la entrada, esperando por años sin la esperanza de ser fijada, 1· .1( iones , de invalidaciones, de seducciones, de defensas. Porque el
nombrada, titulada . . . El perverso busca un nombre o un título 111ro que se apodera del fetiche está en el centro del lenguaje, de la·
inalterable. Vea a los toxicómanos . . . 1111a gen, hay ahí un vínculo social identificado con su espejo.
ELLA: Me cuesta trabajo verlos . En el caso de los suicidas me pa- ELLA: ¿ Qué tiene que ver con la especificidad perversa, maso-
recen lentos, y en el de los vivos -demasiado lejos, demasiado in- q11is ta por ejemplo? Pienso en un chiste -pero me enteré de que
media tos . . . Pero ¿ qué decía?
,•línicamente era verdad-: es un masoquista que cuenta que hace
ÉL: Un día leí una encuesta sobre la toxicomanía y el periodista qu e su prostituta de turno lo azote hasta dejarlo sangrando, y aña-
que la hacía estaba muy orgulloso de descubrir que la gran masa d1 pero no deben tomarme por uno de esos masoquistas viciosos
de los toxicómanos proviene de "parejas normales", "sin proble- Y perversos, ¡porque a mí eso me hace gozar!
mas", donde la madre no afirmó que el marido no la hacía gozar (lo t..L: Es siempre la paradoja de tomarla con la deslealtad de la
cual amenaza con ser pronto una mención obligatoria en las cre- ll'y, sobre todo en lo concerniente al goce. Porque el masoquista (y
denciales de identidad; se hacen peritajes al respecto, "se pesca" , ,¡11i zá todo perverso) es un fetichista del goce.
aparece en las etiologías; es formal ... ) Pues bien, el encuestador ELLA: Pero entonces ¿es toda la sociedad occidental como tal la
decía que las tres cuartas partes de los toxicómanos comenzaron que está teñida de masoquismo?
imitando a los compañeros .
ÉL : ¡Pero qué bien lo dijo! El perverso quiere tener el pellejo del
ELLA: ¿ Y qué? el instinto gregario . ..
11Iro, tenerlo realmente, y en el lugar que ha quedado vacío , ve apa-
ÉL: Sí, pero "imitar" a aquellos con los que uno se relaciona es rece r un Otro, de su cosecha, su producto, su huella, su nombre
una manera muy conmovedora de creer controlar un poco el víncu- 1 t>nvertido en Cosa. Pues bien, la relación de Occidente con lo que
lo social que escapa, sobre todo cuando se llega, adolescente, a los 110 es él se basa en ese modelo, salvo que Occidente no sufre por tra-
umbrales en los que ese vínculo es brumoso. Entonces uno se lo fa- gars e al Otro, cuando mucho lo enfurece; pero se adapta, lo supera,
brica de todo a todo , echando mano de un producto que se toma 1·s una máquina potencialmente infinita, siempre es posible añadir
"juntos" . Es una toma colectiva, una toma de vínculo, como quien piezas , lo importante es que funcione. Lo que hace daño, lo que
dice toma de palabra , una discusión, una toma de tabaco o de ... hac e crisis, es cuando un nivel simbólico se interrumpe, y se busca
droga. Los interesados no se hacen ilusiones respecto a lo seudoini- en la angustia otras conexiones.
ciático, a las subjergas que secretan; lo esencial es encarnar un Volviendo al perverso, es simbólicamente como quiere gozar en
vínculo social del que uno pueda creerse autor, alimentar un víncu- la realidad de los cuerpos. Y este goce hace daño cuando su enchufe
lo naciente "imitando". El vínculo como tal es una droga, a veces simbólico se interrumpe, cuando la máquina corporal se desconec-
embrutecedora cuando aprieta demasiado; estrangulamiento vaga- l a de su factor en juego simbólico, "espiritual".
mente gozoso . Además, crearse un vínculo de todo a todo le hace a Por lo demás, la pareja del masoquista no goza tanto haciéndolo
uno creer que se salta la transmisión y sus malestares, la sufrir como viéndolo gozar sufriendo. Él no es más que el apéndice
transmisión de los otros vínculos y del vínculo como forma de Otro. de un goce que lo rebasa, y sus peores caprichos están previstos o
En realidad la transmisión está ahí sin saberlo, ya que ella es la ig- incluidos como previsibles.
norancia -de todos.
El perverso tiende a lo sublime, pero un sublime tan real que
ELLA: ¡Pero uno crea esos vínculos para el placer!
muy pronto se vuelve abyecto.
ÉL: ¿ Usted cree? Hay pocos vínculos deliciosos . El vínculo no es Huelga decir hasta qué grado el factor en juego es radical; factor
para el placer, sino para el más allá mortificado o no . El vínculo en juego de lenguaje, que rebasa ampliamente al ser que se llama
hace presente al Otro, y el factor en juego perverso es tener el pellejo "masoquista": cualquier sujeto en la sociedad moderna es pareja
100 DIALOGO 1
I li ;i l'ANÁTICOS DE LA VERDADERA LEY 101

de una maquinaria perversa, "masoquista"; es apéndice de un goce ¡l,1 ,1110 , hacer ruido; y es apasionante franquear el abismo, en fin,
que lo rebasa, sus caprichos más descabellados están previstos ... lilt• 111arfranquearlo: en medio, sálvese quien pueda, se nada -bal-
ELLA: ... o incluidos como previsibles. Ya veo por qué le intere- 1, 11aufragio, medusa- y quienes llegan sanos y salvos (qué sa-
sa tanto no decir que el masoquista es simplemente aquel que bus- 111.t .) son quizá a los que más hay que compadecer. Ya la Biblia,
ca el dolor. V111 realidad todo gran libro, responde a todas las preguntas sobre
ÉL: Si el masoquista obtiene placer con el dolor como tal, ¿por i,,, atolladeros de lo sexual. ¿ Y después?
qué no con el castigo que señala? ¿Por qué no con la falta que el cas- 1 11 .A: Es cierto, los hay incluso que lo ponderan, tengo amigos
tigo castiga? Y subiendo así la cuesta llegamos a la falla de la Ley l.11.:rnianos que repiten como una oración que "no hay relación se-
que el perverso repara. En él la sensación de dolor se vuelve feti- 11,d", justo antes o justo después de haber practicado el coito; bue-
che, como vuelta hacia la ley, ella misma fetiche. Es más que un 111,, l'xagero, digamos que es un amuleto ... Bueno, pero mi escritor
simple mentís a la falta y a la ley. din· más, dice que la sexualidad hombres-mujeres es demasiado
ELLA: Ya no sé quién dijo que en el masoquismo, el principio de 1111rible, demasiado violenta porque da lugar a abortos, a asesina-

placer, "guardián" de nuestra vida, está bajo el efecto de un narcó- ,.,., según él.
tico. f' L: También da lugar a crímenes pasionales, violaciones ...
ÉL: Es bonito, eso quiere decir que está drogado, y no sólo ador- l',To de todos modos no vamos a renunciar al amor heterosexual
mecido. Es a rrancado, puesto en el torbellino perverso donde lo porque la cobardía o la neurosis de algunos los pone en casos difíci-
que hace gozar no es el dolor sino la captura del Otro, que a la vez l,·,, como abortar ... o porque nos hallamos enfrentados a la proge-
niega la falla y la lleva hasta el final. 11ll ' y a los problemas que ello implica. Razona curiosamente su es-
' IÍ tor.
ELLA: También dice que la sexualidad heterosexual condena a la
11111jer al martirio de ser sumisa a su esposo.
11. UNA GRAN "CAUSA" ... ÉL: ¿Lo es más ella que en las parejas homosexuales uno al otro?
ELLA: Y a ser sumisa al martirio de un parto anual.
ELLA: Sabe usted, esta "captura del Otro" no está muy clara. ¿ Tie- ÉL: Me pregunto dónde quedan los niños ...
ne algún ejemplo preciso, concreto? ELLA: Finalmente, contra esa sexualidad salvaje y arriesgada
ÉL: ¡Pero si eso sucede todos los días; es colectivo! Intentar do- preconiza algo más "dulce", "inofensivo" -la palabra es suya-,
minar lo imprevisto, controlar lo que escapa, a reserva de resti- por ejemplo "el fetichismo y la sodomía".
tuirlo con cuentagotas, es algo muy trivial hoy. ÉL: ¡Y usted que buscaba un ejemplo concreto de la "captura del
ELLA: Un ejemplo concreto. Otro"! Lo tiene ante las narices. En este caso, el Otro es la relación
ÉL: ¡Ay!, las concreciones . .. Mire, es lo que crece junto, lo que sexual entre hombres y mujeres, con todo lo que hace que él escape
se aglomera y se espesa, ya ve, no salimos del conjunto y del víncu- e incluso que se vuelva hacia el drama, el desorden, el punto muer-
lo, aunque apeste un poco ... to. Y su hombre a quien todo ello horroriza quiere una sexualidad
ELLA: De eso se trata, leí una declaración de un escritor conoci- reglamentada, ordenada, con todos los riesgos controlados. La
do, homosexual, no del tipo perverso duro, no lo creo, más bien otredad caótica sería allí capturada, dado que la procreación se ve-
dado a lo tierno, lo dulce, a lo pueril quizá, relaciones llenas de con- ría limpiamente separada de la sexualidad.
fianza, fraternales, imagino ... ELLA: Él quiere "terminar con el sexo que mata".
ÉL: ¿Y ... ? ÉL: No he notado que el mundo homosexual esté exento de los
ELLA: Decía que la sexualidad entre hombres y mujeres no fun- crímenes sexuales y de las "casas de fieras" violentas que hallamos
ciona. en otras partes. Pero ya ve que al querer expurgar al sexo de las
ÉL: ¡No es posible! ¡Lo descubrió! huellas de muerte que lo contaminen (y que son la sombra de las
ELLA: Se ríe. Ríase, pero de todos modos, en lo que al sexo se re- huellas de vida que transmite), su escritor quiere fabricarnos una
fiere, entre hombre y mujer es el abismo. sexualidad mortificada o de pura identificación: copulamos porque
ÉL: Pero a uno le gusta ese abismo, ¡no amamos sino con eso! Y nos parecemos, porque somos un poco "gemelos", copulamos con
todos nuestros arrumacos poéticos no hacen más que agitar ese la otra imagen de nosotros (y ahí también el Otro es capturado y re-
103
102 DIÁLOGO I
,,¡1/INA ricos DE LA VERDADERA
!1 LEY

í 1: Curiosa pregunta, ¿por qué aún? ¿Por qué milagro habrían


<lucido a esta imagen). En cuanto a la progenie -pues hace falta-,
tendremos "hacedores de progenie" me imagino, concebidos para h 11 q,;1recido?
i 11.i\ ' ¿Quiere usted decir que tiene alguna en mente? ¡Ah!, ¡en-
eso; vaya, eso armoniza con los "hallazgos" sobre la reproduc-
'"'",•, todavía hay! Dígamelas rápido para que se las transmita a
ción ...
\il' i , lll uestadores, parecen estar en apuros.
ELLA: Ya me acuerdo, dice que ante el horror de los abortos, hay
i I No es eso. Una gran causa es lo que hace hablar a los "gran-
que "ser genial", es decir crear una sexualidad que no mantenga k ~" grandes números o grandes de este mundo, y como hoy gra-
ninguna relación con "el acto habitua.l de procreación". 1~ , 1 los medios se da la ósmosis entre los dos, entre la gente de
JoL:Más bien habría que hacer justicia a los humanos que a pe-
¡1mk1 y las masas, al menos en el caso de la habladuría, ya ve que
sar de los hallazgos técnicos -píldora y otros- han dejado que la i¡p11 : habiendo "grandes causas", sin lo cual oiríamos de vez en
procreación siga siendo, en lo esencial, invo luntaria. Y cuando los llllllllo un "gran" y maravilloso silencio ... En cuanto a defender
chamacos no pudieron escapar del colimador que los tenía en la mi- ,s rausas, es decir a identificarse con ellas, en efecto se nota cier-
ra, pues bien, reservan sorpresas muy involuntarias tras su naci- 111hastío entre los especialistas en la materia; ven que las grandes
miento ... ¿Pero qué es lo que su hombre entiende por "acto habi- 1,111s,1sde todas maneras siguen su curso y van derecho hacia sus
tual de procreación"? ¿Qué no cada acto es singular?
1,·ttos, y llegan a identificarse ... con ellos mismos como con una
ELLA: Por "habitual" entiende seguramente ajustado a la norma,
111saoriginal que debe hallar a aquel que la causó ... Lástima que
normal.
, , 110 los acuse.
ÉL: Y entonces él quiere fundar una nueva norma. Esos desvia-
dos tienen una sed de norma impresionante.
ELLA: Pero él señala bien la confusión que halla, hasta en el dic-
cionario, entre normal, habitual e ideal.
JoL:Ésa es la perversión -o la estupidez- de todo grupo, tomar
su norma por ideal, y adorarse en sus costumbres; y su escritor,
que preconiza su ideal como futura norma, su ideal fetichista u ho-
mosexual, actúa igual que el grupo, pero haciéndolo solo ... Y he-
nos de nuevo en el núcleo del vínculo perverso.
ELLA: Lo que él llama "perversión", "es una práctica sexual ori-
ginal, alejada de la finalidad procreadora".
ÉL: Es curioso, limita como algunos psicoanalistas la perversión
a una práctica sexual. No se ocupa de lo que está en juego, sin em-
bargo parece tener algo. . . '
ELLA: Pero eso le permite distinguir entre la perversión mala
-peligrosa, criminal, "sadomasoquista" .... - y la buena, la ino-
fensiva: fetichismo, sodomía ...
ÉL: Esta distinción misma es "perversa". Pone una norma donde
no la hay. Pero no está mal que oponga "perversión" y procreación;
eso confirma que la perversión sigue estando pegada a un origen
dado que no debe transmitirse (pues corre el riesgo de perderse o
mancharse). Una especie de o.rigen g_ue se eterniza a fuerza de ser
una imagen de muerte viva, cristalina; estéril.-Así pues vuelve a ha-
llar el culto de la pureza . .. la Virgen ... pureza ya sensible en el
proyecto de romper el contacto 'entre sexualidad y procreación.
¿ Pero con qué motivo declaró todas esas lindezas?
ELLA: Con motiyo de -uria encyesta ~n la que se preguntaba si
aún había hoy "grandes causas'.'--que'. defender.
111INICIACIÓN DE LO PERVERSO 105

INTERMEDIO I loo·,para prolongarse en el otro en el que uno se convierte, al que


111111abso rbe. Uno integra el abismo. La tentación fetichista es la de
LA INICIACIÓN DE LO PERVERSO 1111 pro longación total: sin obstáculos y sin nada nuevo. Muchos,
111lt· el impacto, se "prolongan" en su origen supuesto, universo
111111·íno, maternal, ficticio, soñado ... lo necesario para recobrarse.
i',11.1 el perverso es imposible: él se prolonga en las creencias más
¡I¡ ,( abelladas de su origen mismo .
l ·.1efecto de esta autorreferencia es: estar celoso de sí mismo . ..

Sobre el origen de la perversión, una idea simple: hubo traumatis-


mo como en el caso de todo el mundo, pero el futuro perverso l•,I Iuturo perverso, particularmente el toxicómano, ha conocido el
"quiere" asumir lo inasumible; ahí donde otros huyen, retroceden, 11,111
mat ismo absoluto, el de la nada: donde la cosa sin nombre, la
ocultan, se ocultan . .. &"o sa necesitada de nombre ha dejado creer que podríamos darle
Asumir es tomar para sí, sobre sí, atribuirse. Imagínese: recibe 111u1 , un nombre que resista y que la complete. Normalmente los hu-
usted un impacto (el efecto de una falla, un castigo, una bofetada, 111,1nos se encargan de ese hueco de la cosa -vacío de la Ley, falla
en todos los sentidos del término, la repercusión de un fracaso) y, .1, la lengua- mediante montajes precisos: fantasías; o más preciso
en vez de sufrir a pesar suyo, de construir defensas , arreglo s, dice: 11!11 : creencias, a algunas de las cuales, como a la creencia en la
no es a pesar mío que eso me sucede, soy yo quien lo quiere, si lo Identidad, no les gusta que se las moleste (animales muy capricho-
quiero será "bueno", eso es lo que quiero, es lo que me gustaría. ., ,s, pero de todos modos animales).
Por supuesto eso no se dice pero todo sucede como si así fuera. Us- Al perverso la fantasía no le bastó ni la creencia tampoco, aun-
ted ha sido volteado, y en vez de quejarse o de buscar otros apoyos, q11c puede oscilar entre creencias y sus opuestos. El montaje per-
encuentra apoyo en esa vuelta, apoyo en usted mismo .. . 1·1•rs o "desmiente" todo porque todo miente. Los hablamentiras (los
· Asumir a ese grado es devolver la bofetada al Otro, aún más ¡111rlementeurs en lugar de parlementaires, como dice una amiga de
fuerte; es apoderarse de él. La perversión es un traumatismo asumi- pronunciado acento latino de sus colegas parlamentarios ... ). Pero
do, es decir la amplitud del sadismo del masoquista .. . du rante las perversiones de la historia se acosa a los "hablamenti-
En esta lógica paradójica, es asumiendo el acontecimiento como 1:1s" que hablan y mienten (acento de lo medio dicho [mi-dit], * esta
se le rechaza. Lo que no se asume es que aquello venga de otra par- vez . .. ), se quiere un verdadero Jefe . . . se rechazan las palabre-
te; que escape; que sea Otro. Y para mantener la asunción se necesi- n as , se quiere la Verdad y la Virtud . .. Generalmente se obtiene la
ta la ayuda de un montaje, de un producto, de una droga .. . Es raro ,·arnicería. En todo caso el perverso quiere estar del lado de lo que
que el acto que asumir sea él mismo esta droga (como el dolor en 11 0 " miente"; del lado de la Verdad. Es lo que cree; pues sí, no sale
el caso del masoquista) . De todos modos, hay una prolongación de de ahí, nadie sale de ahí verdaderamente , del lenguaje, pero él ha
sí mismo a través del otro abolido, atravesado, aniquilado. Algunos decidido esta salida; toma por salida el Origen y ahí se mantiene.
seres levemente perversos recuerdan el traumatismo maravillados. Fijación del origen. Pero el origen sólo forma parte de lo simbólico
La perversión es la conservación asumida de cierta desnude z del ( uando es perdido. La perversión invalida esa pérdida y encarna en
ser. Algo que fascina al neurótico. El perverso juega con el Ideal del ,u montaje el origen no mermado . .. Ahí donde la neurosis se con-
neurótico, lo tiene al alcance de la mano, lo bebe a sorbitos a diario. sagra a retraducir, a insistir sobre el origen perdido ... Ahí donde
Soportarlo todo, tomarse por el Todo, fusionarse con él. La embria- la psicosis se atasca en el origen ausente o desbordado, en la ausen-
guez del impacto es sustituida por el juego; las piezas del juego dan cia que sigue siendo real .. .
su apoyo para la embriaguez de un nuevo nacimiento. Esta gestión Hay quienes dicen que el niño futuro perverso ha sido como ex-
de la ausencia en sí (que es también una omnipresencia) es simple rmesto a un espectáculo sexual demasiado fuerte, y que luego inten-
y compleja: puesto que uno es "volteado" se juega a voltear, se jue- ta protegerse fetichizando la necesidad, formar una pantalla repi-
ga a haber nacido de esa vuelta en sí. Nacimiento prolongado en re-
sumen. El propio efecto de vuelta es capturado . . . No hay obstácu- * Juego de palabras entre Midi y mi -dit. [T.]

[104]
106 INTERMEDIO I INl( "IACIÓN DE LO PERVERSO 107
tiendo compulsivamente el goce prometido. Es interesante, pero
eso se aplica a cualquier neurótico, con lo "fetichista" de cualquier
síntoma. Se necesita otro enfoque para comprender cómo el per- <, ,'11110
se desencadena y madura una perversión? "Fue víctima de
verso construye su creencia y su divinidad para darse nacimiento l.1 palabra de la madre ... sin que el padre estuviera a la altu-
a través de ella y a partir de él. ' , " ¿Qué padre ha estado a la altura -la altura "correcta"?
,' \ qué palabra de madre no ha sido por un tiempo predadora?
3 11, , o algunos citan palabras de sus madres, hasta irrisorias, con
1111,1 vibración del ser:, de la voz, una tensión extraña. Ellos, tan
El montaje perverso da cuerpo a la palabra primera. Resuelve la d, , ilusionados, evocan ínfimas coqueterías maternales y todo su
ruptura primordial entre nombre y cuerpo. Su ideal sería casar la 1 1 se estremece.
carne y el verbo, garantizar uno mediante el otro. Ahí donde el neu- i\lgo sucedió que decidió al futuro perverso a encarnar las creen-
rótico rechaza, el perverso llena de realidad, de pedazos de cuer- , 111\ maternales, a darles cuerpo, el cuerpo del "fetiche" en el que
pos, el lugar del rechazado. Eso explica que algunas tradiciones de , rnnvierte (siendo el fetiche en el sentido ordinario más bien un
la "ruptura" estigmaticen su mezcla de abyección. Preconizan la di- 11,csorio). "Eligió" encarnar la ley abierta. De ahí ese lado idealis-
ferencia, la separación ... Huelen el juego con el incesto, de lejos. 111,verdadero, cruel, programado. Y el montaje que dicta la ley está
Esa mezcla entre nombre y cuerpo quiere rechazar cualquier nom- , 11tll'Ctado a la pulsión; no hay demasiados meandros "subjetivos";
bre, desplegar el verdadero cuerpo cuya carne haría Ley. En la ab- 1,, l repitación, lo discontinuo del inconsciente. Con semejante pro-
yección el deseo se desorbita, se inunda, ebrio de autonomía, de so- g1.11na, ¿qué más quiere? Precisamente, se desmorona cuando el
ledad, de plenitud; el deseo que en otra parte es parcial, y hasta 11,ontaje tiene demasiado éxito. A decir verdad éxito y fracaso se in-
herido de sí mismo ... Ahí, si es herido bebe la sangre de su herida 1,-rcambian. Es como triunfar en matarse o matarse para triunfar.
y se deleita con ella; el objeto de deseo ha cruzado un extremo de I · 1 tlrogadicto por ejemplo, cuando se establece el vínculo absoluto
realidad, y ahí se ha quedado, se ha vuelto real, idéntico a su huella. , 011 su droga, por lo tanto cuando aquello triunfa, es un puro llama-
Núcleo fetichista. El fetiche da al Otro la presentación que le falta, do de socorro, el llamado que sin duda fue en "el origen". Pero ahí
y lo captura en ese don y esta presentación. q1ucre una ayuda para pervertir, un nuevo llamado al Otro donde
Así, la perversión es el símbolo producido artificialmente, erigi- v11elvea atrapar al Otro. De lo cual se deduce que las molestias que
do en cuerpo, garantizado por esta erección. El "cuerpo" garantiza los demás tienen con lo simbólico, él las tiene con su montaje toma-
todo hasta la obcecación. Pienso en su masoquista que va a mostrar do como símbolo único y lengua última. De hecho, su montaje es un
al analista su cuerpo marcado con cortaduras, hoyos, plomo fundi- t 1iunfo ... Por eso se desmorona frecuentemente. Eso confirma
do, tatuajes ... le muestra las fórmulas de su goce, _los criptogra- también que se ha hecho perverso para triunfar en algo: triunfar en
mas de su ley hecha cuerpo. . . El analista parece maravillado, ,·11carnar la Ley; aunque, una vez el montaje en su lugar, poco im-
atrapado en la trampa de ese encuentro bajo la presión de ese cuer- porta para qué está hecho; funciona.
po que le hace ver uno a uno esos emplomados, esos alambres de
hierro en torno al sexo, esas agujas en los testiculos, ese ano vagini- 'i
zado, toda esa carnicería meticulosa ... el cuerpo donde se escribe
el "verdadero" texto. Y al haber visto eso, el analista parece cauti- Dependencia de la madre, del origen materno, está bien. Pero ella
vado, reducido: es verdad, he visto todo eso, ahí estaba ... Víctima sólo fue la base, la escena donde el juego perverso se instala. El fac-
de toda esta precisión. Lástima que no haya anotado: dice haber ta- tor en juego está en otra parte. ¿ "Eligió" él actuar de manera que
tuado la totalidad de su cuerpo, dice haber despedazado su ano, la madre esté conforme consigo misma?, ¿con sus creencias? El
dice tener plomo en el ombligo -o en el brazo ... Si se hubiera ne- perverso quiere que lo simbólico sea conforme a lo simbólico: es su
gado a ver, quizá habría impedido que la verdad fuera absorbida manera de torcerle el cuello. Conformismo radical más allá de los
por ese cuerpo saturado, del cual no pudo sacar nada, excepto con- desafíos ...
templarlo ... Habría mantenido, aun en calidad de deseo, el hori- Estigmas perversos en los dominios conformistas, ya sean pesa-
zonte de otra verdad. tlos o lúdicos, agradables o represivos.
Ahora bien, lo que "protege" a la Ley simbólica de la perversión
108 INTERMEDIO I
1 fl INICIACIÓ N DE LO PERVERSO 109
es su discordancia con ella misma, su ruptura interna; eso le permi-
te transmitirse a través de las vías inconscientes. 1 1111 ;11udointentada; el perverso hace de ella un sistema. Lle:va a su
Habría una especie de guerra infinita entre lo simbólico y la per- li111Íll'las fantasías: paso al acto potencial; el acto efectivo vendrá
versión, operando ésta sobre todo mediante identidad, concentra- !I 1, tarde. Mientras más perdido está el neurótico ante el Otro ne-
ción, conformidades, órganos, etc., dado que lo simbólico tiene vías ,, , liado, más se completa el perverso con las necesidades del Otro
más subversivas (un extraño poder de cambiar de lógica ... ). , 1111 sus excesos, pues lo que completa y acaba no es a él sino a
En cierto sentido el perverso quiere hacer manejable lo simbóli- l 1 "Ley verdadera".
co, palpable, operacional; tomando a los cuerpos como garantes. l'or consiguiente, su dispositivo es una "creación" cerrada me-
¿Por qué querer así sobrecodificar con su cuerpo la palabra vacía l1:111tcla cual responde a las otredades que acorralan. Salvo que
o necesitada? ¿De dónde viene la urgencia de ese encuentro con la 1111 ,1 creac ión no hace ley, aunque dé prueba de un buen altercado
ley? Hay que creer que ante los riesgos del caos, la ley absoluta es n,11la ley que la produjo y de la cual, como obra, se ha desprendido
un recurso absoluto. (Curioso, es el estribillo de los hacedores de 1,i!jo la presión de otras leyes ... Una creación es un chorro de leyes
golpes de Estado: cuidado con el "caos", se necesita una ley ... 111li11itas,dispersadas, un sacudimiento del origen.
"marcial"; orden.) Hace falta cierta confianza en los recursos vivos
del "desorden" para soportarlo. En la raíz de esta "confianza" (por
lo tanto del amor) el perverso ha sido golpeado, "alcanzado". Si
está en la prueba y la invalidación, es que no se le dejó ni una pizca \ olvamos a hablar de "causas". El motivo -suceso- psíquico no
de confianza en el momento "crucial". l , suce dió esto y por lo tanto hubo aquello, sobre todo perversión.
Ésa es la razón por la que el estudio de la perversión es una ge- l'11cs entonces se produciría perversión .. . a voluntad; y no perver-
nealogía del totalitarismo . (Remplazar Madre por Origen , Sangre, 100; en ambos casos el resultado sería perverso. En el campo de
Tierra, Verdad , Moral.) Eso aclara el famoso problema de la "servi- lo posible hay lugar para la solución perversa. Pero siempre un
dumbre voluntaria": las masas que aceptan ser sojuzgadas cuando p11nto perverso está disponible, un punto en el que el dolor se con-
que de un papirotazo podrían liberarse ... "Gran enigma" ... o en- vierte en una droga, la necesidad en un fetiche, la falla en un logro,
tonces, o entonces ... hay que decir, no que soportan a ese Jefe sino ;I "s uicidio" en un triunfo, el fracaso en una venganza, el dolor en
que lo quieren, quieren esa servidumbre dado que ya está ahí; es su 11navictoria ... (Vea una vez m:,is a ese grupo que se droga con su
medio para atacar lo arbitrario del Jefe, para empezar; mientras. "Jefe", con su servidumbre. Es una manera de recuperar en sí la
En resumen, una pizca de perversión colectivamente asumida; Ley que escapa ... Pisotear su ser para recuperarlo, hacer que el
identidad asegurada; collage entre sí y el Otro; suicidio en vida; ni Otro lo meta a uno para atraparlo no es "ridículo". Es muy "se-
vida ni muerte. Por lo demás, basta con un empujón para derrocar rio".)
al tirano ... ¿ quién será el primero en hacerlo? ¿ Quién querrá ser Tenemos entonces etiología de lo perverso. La serie de los "se
ese elemento perdido, sacrificado, ese elemento inconsciente? Si dice". De niño no recibió de la madre la aportación narcisista sufi-
l iente. Veamos ... Entre lo que ella dio y lo que él tomó hay un
hay alguno que quiera serlo, la muchedumbre lo lincha por el insu l-
to que le hace al liberarla solo, a menos . .. que quiera ser el nuevo abis mo, la diferencia entre narcisista y objeto. El amor inconscien-
amo ... te trabaja esta diferencia y echa uno contra otro al narcisista y
De hecho, la perversión es una loca voluntad de dar un sentido al objeta!. La perversión es el amor "adrede", eso resuelve la
a la vida, un sentido al alcance de la mano. Con fragmentos de cód i- cue stión del amor; el inconsciente del amor es, como el Otro, aboli
go inertes el futuro perverso compone su código de Ley, su alfabeto do. Dicho lo cual, sin prejuzgar lo que la madre "dio" o no, es
sagrado. Es la disposición material de ese código (y no como en la seg uro que el montaje perverso ha anexado a la madre; ha sido
histeria, el loco reflejo del Otro). percibida como no lo suficientemente consistente, incluso en su
pretensión narcisista. El perverso ha " decidido" dar consistencia
6 al Otro capturándolo en su montaje. Esta tesis se separa un poco
del estribillo a tres tiempos: "carencia del padre", "no separación
En el caos de los posibles que acometen al "hombrecillo'' (al hom- de la madre", "presencia de un no dicho" .. . Como si todo debiera
bre, pues, tan a menudo pequeñito), la salida perversa es tentadora, ser dicho, o como si decirlo no provocara otro no dicho que habría
que deplorar también ... Siempre hay un no dicho; es la relación
110 INTERMEDIO 1 1 t,. INlrIACIÓN DE LO PERVERSO 111

con lo dicho y lo no dicho lo que importa, y es cuando está ya feti- 1


i 11 rn ha tenido lugar ese todo?, ¿por qué hay que postularlo?
chizada cuando puede conducir al fetichismo; en sí misma, no. No es decir simplemente que uno quiere ese todo, ese todo o
Igualmente: ¿ qué significa la separación de la madre si la madre no ,1;1da?¿ Y que uno quiere "recuperarlo" mediante una captura del
se ha separado aún de sí misma, no ha vivido como prac_ticable su )[1o en Sí? Ahora bien, cualquiera que sea el espejo, la imagen
separación de sí misma? Separarse de la madre es importante para 11111 110sdevuelve la vivimos en sus "destellos"; si no, nos ahogaría-
tener una madre, o más bíen para haberla tenido, para evitar hacer 11,c:,, en su imagen; el narcisismo se nutre de sus destellos y de
de toda mujer su madre, asignándole ese lugar. También ahí el per- 11sfragmentaciones; nuestros potenciales de imágenes también.
verso ha tomado el atajo: se encarga de su madre, cuyas creencias 1', ro en el perverso esos destellos son "manipulados" como piezas
~ecretas e impulsos inconfesables realiza -misión sagrada. No es ,111únomas. En realidad, en cada una de nuestras épocas nos pro-
evidente; se puede amar a alguien por la manera como se debate l,111¡,:amosen el Otro (que es el mundo, el inconsciente, nuestros
con sus carencias, ya sea padre o madre. Pero el perverso quiere , 1111glomerados, nuestros ideales) y esa prolongación sería fusiona!
una ley cuyos dos extremos sujete (ser su amo y esclavo, autor y su- i sus rupturas inevitables, sus obstrucciones, no nos forzaran a
jeto), una ley concentrada, no dispersante, imprevisible. Por su- , ,·alizar recuperaciones, rebotes, coletazos que desplazan, algo
puesto, no era la única solución: hay variantes; las fóbicas por , omo para perderse y encontrarse. No es pues la ruptura de la
ejemplo: fobias confusas pero tenaces, sin objeto preciso pero que i111agenel problema o la ruptura con la imagen, sino el extraño
empujan durante las "crisis" a inscribir en su cuerpo la ley , hasta i111pulso de producir imagen real que dicte la ley; de producir su
entonces sin energía. Por ejemplo, fobia de estar encerrado en el identidad encarnada, autorreferente; de no soportar la falla ni en
tren o en el metro, impulso irresistible de descender inmediata- 1 ni en el Otro -salvo cuando es manipulable y por lo tanto recu-
mente, no por miedo de quedar encerrado sino por necesidad de l'\'rada.
inscribir, en esa detención del Otro, la posibilidad del movimiento Por supuesto, él "remedia su angustia con el producto": una vez
y de la detención. Pero la detención del Otro, del tren, es asumida , onvertido en toxicómano, con cada toma se remedia una angustia;
por el cuerpo del sujeto. Ya el fóbico está intoxicado por vacíos de pero eso no explica que se convierta en tal. ¿Por qué una falla "ini-
lenguaje que literalment e lo asfixian, lo petrifican, hacen de él el fe- 1 ial" debe ser arreglada como un muro? ¿Hay en el principio una
tiche de alguien más. Pero el perverso está más allá de lo fóbico, él 111etáfora mural presente? ¿ De dónde viene que haya que pegar las
asume. Ha vencido su miedo en la ley que se ha hecho. Su miedo imágenes hechas pedazos?, ¿y si fuera más bien la dificultad de ha-
se ha vuelto representable. Es un rasgo inconsciente puesto en for- 1 er hablar ese despedazamiento, esos elementos plurales en los que
ma de fetiche, puede jugar con él. Ese traumatizado de la Ley es \ onsiste una imagen? Se trataría entonces no de arreglar sino de
pues un salvador de Ley. . . No de las leyes existentes sino de hacer hablar a ese despedazamiento. Y el drogadicto lo hace ha-
· aquella en la que se convierte. "Fantasea" en segundo grado: la fan- blar, pero en un lenguaje último, real: el del viaje sideral y "cósmi-
tasía del "otro" se ha convertido para él en objeto de su fantasía, co" que asegura el producto. El perverso es un seducido de lo real,
objeto de su deseo. 1 y aquellos que en nombre de lo real quieren devolverlo al camino
recto, olvidan que él es su amo.
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También se dic e que ha llegado a ello a causa de una ruptura en la
relación con la madre o con la "imagen que ella le envía". Algunos
llaman a eso el "estadio del espejo roto". El futuro toxicómano ten- El factor en juego narcisista del perverso está en lo que se refiere
dría de él una imagen en pedazos que intenta pegar con el pegamen- a la Ley y su génesis más que en el espejo, roto o no. La ley sobrea-
to del "producto"; se inyectaría el producto como "cemento en las firmada, recuperada. Con toda sobreafirmación de vida, es suicida:
grietas del muro, para rehacer un todo perdido", dice Olivenstein. echar en cara la Vida o la Ley a todos esos semivivos ... El suicidio
fetichiza la vida y por lo tanto la muerte: algunos quieren consumir
de un golpe el capital suicida que todos necesitamos para vivir,
1 Se puede formalizar este final de la fantasía, incluso darle una fórmula matemá- para correr riesgos; ellos los corren de un golpe; sobredosis de vida
tica. pero no es necesario aquí; además favorecería tics en boga más bien nefastos. mortal; un poco cruel para los demás ...
112 INTERME DIO 1 i 1 1·rn1/\CIÚN DE LO PERVERSO
113

10 ,,1, , las es taciones para obtener su cuota diaria de vergas, se nece-


il , , ll'r ta mirada para considerarlos lanzados a una empresa de
La transmisión de una imagen implica su eclipse: la transmis ión de 11h ,1t,ón de la Humanidad . Pero las acciones mediante las cuales
imagen "primord ial" por parte de la madre que nos habla ante el L1l1111 11anid ad intenta "salvarse" no siempre son muy "nobles"; los
espejo del armario con luna , supone un desprendimiento de su par- rn,,,11/sosde absoluto pueden ser absolutamente abyectos. El perver-
te: un retiro que nos deja un poco de m irada y de palabras ; es una ,,,., un salvador aunque sólo se salve a sí mismo . Por lo demás,
manera de retirarse de ella misma, de no tomarse por las palabr as I! ¡,rncha a los normales su fetichismo barato , su perversión de
que nos dice o el abrazo que nos da. En algunos casos es insoste ni- '""" 11ivel. Y si no logra hacerlo mejor que ellos, quizá quiera fraca-
ble. De ahí el impulso de exigir la identidad perfecta entre la image n ,,, 111ejor,y antes de caer , desgarrar el velo; mientras los otros ni
y la Ley. Solución fetichista, carencia colmada, identidad asegu ra- 1tp 11cra saben si caen o están de pie . Señala el escollo estrellándose
da . ¿Pero es una razón para concluir que era la ident idad la q ue 11,·1,ahí donde los demás, que se engañan bien y bonito, ni siquiera
hacía falta? Se trata más bien de pregun tarse por qué es preciso que ! ,,vcnt uran. Ahí el " normal" se acerca al perverso pero cien codos
la identidad sin falla le sea proporcionada a un costo tan bajo. ¿P or I" ,1 deba jo : en el hueco está el abanico de lo perversible.
qué la carencia debe ser colma da de una manera tan flexible? La
"etiología" no podría ser que él carecía de identidad y por lo tant o I'
se fabricó un fetiche; pues todo el mundo carece de identidad salv o
el perverso, al que su pasión identifica completamente. Lo malo es 1 , t raña paradoja : el perverso denuncia las componendas en las
que esa pasión se anula en su totalidad; se desmorona . Quizá no se a ,p1t· los demás se descarrían y él se fabrica unas muy especiales que
la identidad que b u sca sino la de una inscripción a la que se ha co n- ,11stiene con todo su ser, y que cree "verdaderas" por ello . . . Por-
sagrado a encarnar -volviéndose idéntico a ella. q11cto do su ser ha tomado partido por la Ley , y vibra al ritmo de
Una identidad es un contacto interrumpido con nuestras alter a- 1111a ley que "marcha" y que se derrumba , al ritmo de las cargas y
ciones, nuestros pasos por el Otro; un soplo de no m bramiento qu e dt· las descargas de su memoria . . .
flo ta sobre lo que hacemos; sólo se realiza totalmente en el impuls o
babeliano de una lengua única: "hacerse un ·nombre . . . " El proyec- l'l
to perverso está suspendido sobre el inconsciente por el acto, la fan-
tasía por el programa, lo simbólico por lo real, el deseo por la volu n- Alguna s tradiciones lo han visto como pequeño demonio o pequeño
tad. Pero queriendo atrapar al Otro, el perverso se atrapa con él; es dios . Algo hay de eso . Vea al toxicómano, es el dios salvador de su
la paradoja de querer limitarse a lo involuntario; de manera que su 111adre, concebido por ella con él, inconcebible en las leyes vigentes,
identidad es dolor; irrupción del Otro, nunca lo bastante atrapad o. -..alvador del " padre " al que suplanta sin siquiera enfrentarlo ; hijo
divino furioso e inocente, violento y puro, al margen de la Ley y ha -
11 redor de ley . Se ha dicho : a madre santa, hijo perverso. No se nece -
sita una santa para eso. Basta una madre envuelta con una Creen-
Si tuviera "los medios" para su proyecto (cautivar al Otro ), el per- cia que el hijo se encargue de encarnar. Ciertamente la versión
verso se convertiría en un "creador", un místico, un santo . .. Los cris tiana se impone : encarnación por el Hijo; Virgen madre . ..
perversos que "tienen los medios" se convierten a veces en fun d a- Pero este modelo es más vasto : el hijo que encarna la creencia de
do r es de secta, aun qu e esa secta esté reducida a ellos mismos. El la m adre es un programa que se cumpl e. A veces el hijo muerto por
pro yec to perverso es , has ta en su hu m ild ad, total: acabar la Ley es sob redosis es inmediatamente remplazado por la hermana que has-
t amb ié n destr u irla. Acabar el ser es des h ace rl o; acabar con los he- ta entonces no " lo hacía" ... · Se necesita un centinela en los confi-
r idos es rara m ente vendar su s heridas; aca bar el sexo es hace rl o nes del tabú . . .
imp osi ble en lo que t iene de generativo. El perverso qu iere acabar
la hum an idad dado que está he rid a de ma lestar, de Ley preca r ia ... 14
Qui ere cur ar lo hu m ano. Cie r tam ente se necesita un peque ño es -
fu er zo pa ra perc ibi r a esa anor éx ica qu e ma úll a, a ese d roga dic to En cada etapa de su historia el sujeto está rodeado de un "compl e-
qu e bus ca tem bl an do su vena , a ese ho mosex u al ex travia do que re- jo" de espacios , una constelación de posibles, gracias a lo cual se
114 INTERMEDIO I 111INICIACIÓN DE LO PERVERSO 115

enfrenta de modo diferente a las aperturas de la Ley y a los azares , ,,stiga do; es una gradación: ¿qué debo hacer para que me casti-
del Otro. Hay solución perversa cuando aparece una "oportunidad" l' " l', para hacer de "él" el instrumento de una ley irrisoria que
de sustituir por realidad alguna fantasía demasiado dolorosa; cuan· por ello rebaso? Parecen poca cosa esos pequeños arreglos ma-
do se encuentra en la realidad un elemento de inconsciente capaz d, ,oquis tas, pero eso llama al Otro, sobre todo a la mujer punitiva,
inmovilizar la fantasía, de programar un juego que cierre sob.re no- , 111 donde será disminuida, separada de todo lo que la rebasa,
sotros las aperturas del espacio. Podemos entonces hacer de ello ,¡,last ada bajo su capricho, llevada más allá de todo principio de
una escena; la escena "perversa", que para en seco el crecimiento ¡,lacer . ..
del complejo de espacios, y fija la constelación de los posibles ...
Un simple ejemplo, un detalle, una palabra en la historia de una es- 111
critora: descubre que es hija "ilegítima" en el momento en que su
madre encuentra un marido; entonces debe separarse de su madre, Al posee r así al Otro, ¿es posible que se vengue , o se venga de no
único objeto de su pasión, y entrar en un internado; en cuanto llega, poder poseerlo de otra manera? Se venga a la vez del Otro y de sí
es seducida por una muchacha, vínculo homosexual inmediato, que 111ism o. Se venga de la palabra dado que no es fiable y que sin em-
ella proclama así : "Pertenezco a Isabel, ¡tengo a alguien¡" No sólo l>argo debe confiar en ella (es sorprendente la confianza que tiene
actúa como su madre, sino que se une a alguien que la pone frente ,·11la palabra el masoquista que establece un contrato).
a una imagen de su madre. Coagulación real de imágenes que la vuel- La fetichización tan frecuente de la piel confirma e ilustra el
ve a pegar a la imagen del "otro" -de la madre (con el acento maso- , am b io de superficie: el olor, el cuero de animal, la piel, la combi -
quista del vínculo: pertenezco. Esa palabra , esa escena-relevo pone 11ación en plástico, " el armiño para la princesa, el cordero para la
término al choque de los posibles. El relevo siguiente será el de la 1ústic a" dice Masoch ... La piel es órgano de contacto con el Otro,
escritura , donde tendrá frente a ella una figura del Otro más precisa: lugar de elección para atraparlo o estancarlo . La máscara verdade-
la suya; superficie virgen que llenar de un extremo al otro ... ). 111de l cuerpo entregado al Otro para iniciar el cambio . .. Vayamos
más lejos: el perverso quiere tener la piel del Otro; la piel de la Ley;
15 ,cr el pergamino donde se escribe; su factor en juego es hipnotizar
11la Ley para decirle lo que él cree que ella quiere oír; como todo hip-
Autarcía simbólica ... Pero "antes" de cercar, de cercar a su alre- 11otizador, se hace agente del hipnotizado, es la ocasión para éste de
dedor incluyendo al Otro, hay un cambio de espacio que de pronto oír lo inaudito que lo habita. El montaje perverso es una hipnosis
contiene al Otro -por ejemplo el drogadicto en su burbuja, o el ma- desp ierta, lúcida, tan "descabellada" como tranquila, donde uno y
soquista encolerizado en manos de su pareja-, del producto o de otro se fusionan . El perverso quiere una ley que se entienda consigo
un tercero: poco a poco la cólera se ahueca, se invagina, gira sobre mis ma pasando por él, él como sacerdote, agente, esclavo y amo. Su
sí misma, y el Otro que la tenía se halla dentro, sin que la esfera se mon taje está más allá de una autohipnosis.
haya desgarrado; simple autorruptura. (Eso se hace en topología, Cuando Masoch pide a su amada: "Sea mi mujer ... ·sino, sea mi
incluso se visualiza.) Ahora bien, el fetiche es el movimiento que idea l pero sin reserva", suena trivial; pero en el fondo ordena a la
gira y gira, en el que los significados "otros" están atados, ' liga- muje r lo que él piensa que ella quiere . "Normalmente", para permi-
dos . . . A propósito de atadura , pienso en un montaje perverso que tírse lo es preciso el estado de hipnosis. Y por supuesto Masoch in-
hizo furor en un pequeño medio parisiense: un cineasta filma du- terv iene al grado en que es imposible que un hombre tenga una mu-
rante tres minutos a "celebridades" reducidas al silencio ante su jer. En plena falla de lo sexual.
cámara, envueltas en el mutismo de él: el actuante gesticula , se agi -
ta en el vacío silencioso que es la lengua del director ; no es "cinc 17
mudo", la palabra está ahí, aplastada bajo su carencia . La "vícti-
ma" consiente en todo ello, gracia s también a la etiqueta de ser una ¿Po r qué el futuro perverso no pudo conformarse con la insuficien-
pequeña celebridad, la cierran bien, y todo se cierra .. . Dispositivo cia del Otro como todo el mundo? Decir que la droga o el fetiche
perverso inocente, convenido, frente a las puestas en escena perver- ser á para él el filtro mágico que arregla las aperturas, es sólo decir
sas en las que se trata de poner al Otro fuera de sí para incluirlo, que para él inscribe una "verdadera identidad". Decir que su ima-
tragárselo. El disparador puede ser ínfimo , por ejemplo pedir ser gen primordial estalló, es sólo decir que no pudo soportar las rup-
1 \ INICIACIÓN DE LO PERVERSO 117
116 INTERMEDIO J
l!I.unas de juego: esos elementos obstructores de las prolongacio-
turas de identidad que nos constituyen. De ahí la pregunta: ¿porqué ''', se convierten en la regla del juego que fundan.
al perverso le interesa tanto una reparación radical de esas ruptu- Siempre podemos "clasificar" patologías humanas según los
ras, una redención total de las carencias, una tensión perfecta de ¡,1111tos muertos de la "prolongación" a través del Otro. Así, "doble
nuestros lazos un poco "flojos" (tensión que él halla en la adicción ¡,rolongación" en el caso de la psicosis; hijo prolongado en su ma-
al producto, al fetiche, a sus ritos sexuales ... )? Por lo demás, hay ,1, 1· en el de la neurosis; madre prolongada en el hijo en el de la per-
tantas pruebas de espejo en la vida: el Otro , el semejante, nuestras ' 1sión ... Pero ahí no está lo esencial; podemos hacer clasificacio-
palabras que funcionan como espejo, todas esas crepitaciones de 111 s a manos llenas; y todas las variantes son posibles (según las
imágenes siempre con "elecciones" diversas en el caos de los "des- , 11pturas de la prolongación recíproca). En la terapéutica se trata
tellos"; una imagen lo coge a uno y lo suelta en otra imagen (y para 1111·11os de pegar pedazos de un rompecabezas que de reactivar tra-
algunos esos significa causalidad . .. ) ol11cibilidades inertes, únicas capaces de evitar el estancamiento re-
Digamos que la perversión es la práctica organizada de la identi- 111'1i tivo. Lo que hace soportar las rupturas de prolongación, los
dad "verdadera", es la encarnación de una creencia en esta "verda- destellos" del espejo, es que se tomen como fragmentos de una
dera" identidad. Si el perverso se da una ley segura, es que la preca- 1,ngua, volverse más que inerte. Es ser codificaciones nuevas, que
riedad de nuestros vínculos y de la ley simbólica lo ha trastornado dieran las codificaciones vigentes por la intensidad convincente de
y se ha erigido en salvador, salvador de la humanidad que él es, de L,s pulsiones. Pues el impulso "primero" es un arrebato de vida, un
la cual es un fragmento "total". , 1l<.ligoinfinito de imágenes y de letras, más fragmentado que nin-
l'lln "espejo". Y las famosas "roturas originales" son las del decir
18 que el entorno ha impedido recibir (obstrucción), sobre todo cuan-
do el entorno no cree en lo que transmite y por lo tanto rechaza las
A cada prueba dela imagen y del semejante, la Ley está en tela de l r ansmisiones de inconsciente.
juicio y a la inversa, en las rupturas de la Ley la imagen se perfila. El factor en juego terapéutico no es pues hacer renunciar al pa-
Lo que importa son las obstrucciones a nuestras prolongaciones en ' 1ente a sus caprichos, sino permitir que se manifieste un consenti-
el Otro. El espejo es también una obstrucción a la prolongación del 111ientovoluntario e involuntario por "otra cosa", distinta al dúo
hijo en su madre. Las rupturas de esa prolongación hacen surgir 1·11treperverso y montaje, drogadicto e institución, etc. Consenti-
embriones de lenguaje y de códigos hechos de pedazos de imágenes 111ientoen que eso se renueve: poder cambiar de felicidad. Pues en
de sí. Sigue habiendo ruptura, incluso de la prolongación de la ma- 1111 sentido, el perverso es "feliz", aunque esa felicidad lo-haga re-
dre en el niño: imágenes en pedazos son inyectadas al niño por las ventar; ¿pero puede cambiar de felicidad?
fantasías de la madre y también por las fantasías del grupo, pues Se trata del consentimiento en que Eso haya llegado, en que Eso
éste se prolonga en sus retoños como acontecimientos que suceden llegue a través de cambios fecundos, de vueltas, de los boquetes de
al grupo, suplementos que lo prolongan, incrementos diferenciales 111consciente que dispensen de ser el "inconsciente", e inspiren
que hacen rechinar la diferencia. Los niños (y "los jóvenes" como otras formas de dejar venir y desear.
se dice ... ) son prolongaciones generativas del grupo, generosos y Hay consentimiento rebelde en la dimensión simbólica.
molestos. No aceptar "algo" -lo inaceptable está en todas partes- sino
Así pues, esas prolongaciones son reservas de espacios, lengua- ,1ceptarse como acontecimiento que ocurre y que pasa más bien
jes nacientes. Mi hipótesis es que esas formaciones "en el borde", como acontecimiento que no ocurre (y sigue siendo Ideal o fetiche).
esas rupturas de la prolongación, esos efectos de obstrucción, se
despliegan y constituyen tesoros de imágenes, fuentes de homolo- 19
gía y por lo tanto también de diferencia, recursos de lenguajes mar-
cados por fantasías del Otro pero ofrecidos al sujeto en oleadas su- A veces uno equipara pervers1on y sublimación para darse en
cesivas a medida que él se apodera de ellos. Tan pronto le seguida el lujo de distinguirlas diciendo que la perversión, a pesar
transmiten el llamado de esas fantasías (es la neurosis), como lo en- de todo, no es "reconocida" por la sociedad ... y que la sublima-
vuelven completamente (es la psicosis), pero a veces la influencia de ción es "valorizada". Es poner la cuestión a ras del suelo -y de los
esas fantasías fragmentadas -su seducción- es tal, que inspira el prejuicios. Pues es evidente que la sociedad aprecia una perversión
proyecto (perverso) de ser su verdadera Ley, de hacer con ellas pro-
118 ! , I N I( IACIÚN DE LO PERVERSO 119
INTERMEDIO 1

desde el momento en que toma parte en ella, le hace un lugarci- Mientras menos rupturas de prolongación hay, más pobre es el
to ... Puede incluso hacer de ella un deporte, campe .onatos, pre- di .,hcto imaginario del sujeto; más raquítico también su apoyo
mios, etc. -aunque es cierto que no hemos llegado a organizar 1111l>olico ... En el "desencadenamiento" de la perversión, el suje-
campeonatos de ayuno para anoréxicos. La sociedad pone precio a 1,, lia sido agarrado por ese lenguaje de imágenes procedente de
ese lugarcito -que después se encarga de aumentar; otorga un pre- ,1q1luras de la prolongación, de los fragmentos de mensaje prove-
cio al lugar que se le ofrece, al ofrecimiento que se le hace. En cam- itl1·111cs del Otro; ha vivido la "tentación" de hacer con esos elemen-
bio lo más intenso de la sublimación (encuéntrenos otro término "" una realidad del mismo orden que su cuerpo narcisista; secre-
que no tenga ese aire nebuloso) es hacer el amor con palabras, colo- 1111 su propia existencia (como si de todas maneras no fuera a ser
res, formas, espacios pues se engendran y uno toma parte en su gé- I , .,so, pero después), convertirse en el creador de sí y de su ley:
nesis. El "centro" de la sublimación es menos el valor social que la , ,1 programa flota sobre las escenas de seducción radical en las
puesta en juego de este valor, el ponerlo en tela de juicio mediante ,pw los compañeros quieren dar cuerpo a la fantasía primera de se-
una inversión nueva, erótica, amorosa. El latido de la sublimación ol111 ción por la Ley. (Quizá nacimos al lenguaje seducidos por él a
es el amor inconsciente, el inconsciente como amor; es hacer el 1111 gra do traumático.)
amor con el Otro mantenido en la otredad. Todas las pulsiones es-
tán invertidas, conservan su fuerza y su impulso "sexual". En cam- 'I
bio la perversión tiene por objetivo petrificar al Otro ... No por
"actuar" como la creación artística que es reductible a ella. Su jue- M,1soch insiste en que sea una mujer bella la que lo azote, un ser
go no la abandona y a la inversa. En ella, el factor en juego del goce , 11el que se habría fijado uno de los destellos del amor: la belleza;
(de un goce muy "organizado") es tan vital que se une al factor en 1, belleza como somatización del amor. Él no busca el amor sino la
juego narcisista de simplemente subsistir; y el factor en juego nar- lwlleza como fijación previa de esa prolongación caótica que es el
cisista es tan devastador que absorbe al del goce. Ambos factores 1111or . Es con eso con lo que quiere jugar; jugar a poseerla pertene-
en juego coinciden. El eje narcisista está saturado; todo movimien- ' 11·11dole... El toxicómano, por su parte, mediante el producto "do-
to se cierra pronto sobre sí; el objetivo de la pulsión y su fuente se 111111a" el vínculo perteneciéndole totalmente: lo crea y lo provoca
unen, aboliendo la diferencia donde algo de la pulsión podría pasar y es también una provocación para el vínculo social, para las ins-
a lo simbólico. 111uciones que quieren curarlo, tomar el relevo, ofrecer su vínculo
En realidad, perversión y sublimación sólo pueden ser compara- , 11 esta do de producto acabado . .. oponer su producto acabado a
das desde un punto de vista muy normativo, en el que no se habla 11producto infinito. Es que una institución paradójica no puede
más que de pulsiones sexuales "desviadas de su verdadero objeti- , xistir ; como instancia completa no puede enfrentar el vacío de los
vo". Digamos que la perversión es un ritual especial, y la sublima- v111 cu los y del lenguaje, lo infundado radical, el hoyo de horror o
ción una metamorfosis, operando ambas sobre las mismas pulsio- de asc o (que algunos homosexuales por ejemplo describen como lo
nes. (Así pues, la sublimación es a veces peor que lo que sublima: 1!'menino ... ) irreductible a un pene materno, pues el fetiche erige
¿ qué vale más, un hombre .que juega a horas fijas con sus excremen- , 11 ese vacío un nuevo nombre, bien "fundado" ... Y es en ese vacío
tos o un abogaducho tiñoso que supuestamente "sublima" su anali- del nombre, engastado en el fetiche, donde el perverso sueña con
dad en el tribunal?) 1undar su identidad depurada. El contrato, cualquiera que sea su
lorma, reconoce, invalida y supera la apertura de la Ley, le arranca
20
la última palabra que no tiene, el destello ausente, la ruina fantas-
llla de un templo alucinado ...
Ya lo hemos visto, la prolongación es de doble sentido: del hijo ha-
cia el Otro (particularmente hacia la madre), y del Otro (el mundo, 2
el grupo, la familia, la madre ... ) hacia el niño, con vueltas y conse-
cuencias más lejanas. Esas prolongaciones recíprocas se repiten en Así pues, Masoch pone de manifiesto en su texto sobre la Venus:
la vida: transferencias, relaciones en "espejo", pertenencias va- "Dio s lo castigó y lo entregó en manos de una mujer." Es poner de
riables a los grupos ... todas esas formas tienen sus niveles arcai- manifiesto lo perverso, pues él se entrega en manos de una mujer
cos, sus despliegues en el tiempo. No hay arquetipo del espejo. a fin de tomarse por Dios. Una vez más, el perverso hacedor de ley;
120 INTERMEDIO I l /1 INICIACIÓN DE LO PERVERSO 121

a imagen de Dios; el toxicómano hacedor de vida a imagen de la dei- eso no le interesa. Vea a Masoch, es el contrato-ley lo que le
l 1o11 á,
dad madre de la que no cesa de surgir . Se necesitan lentas metamor- li,11·c gozar; ninguna huella de sexualidad con la Venus ante la cual
fosis para que el perverso se constituya en el dios al que va a des- ., arra stra. No es homosexual, pero no tiene nada que hacer con el
truir, el dios cuya piel tendrá y al que quiere resucitar. Es a los .no de la mujer. Su objetivo es lo real de la Ley, no lo real del cuer-
otros a los que encierra en el principio de placer, los deja ahí, agi- 1'º de l otro. Para el toxicómano, el flash es lo real, pero no sabe
tándose en una jaula de cristal, mientras él quiere irse derechito 11.,da de las inmensidades de realidad que lo rodean, no más que de
hacia la inmortalidad . 11 cuerpo. Es lo real de la Ley lo que quiere captar con el cuerpo.
¿Pero puede ver que este acabamiento del amor es una forma del Fue ra del punto crucial donde se crucifica, no tiene ningún sen-
odio? No puede verlo todo ... 1ido de lo real o de la realidad. La realidad es una presentación del
í>l ro, el sentido de la realidad supone dejar ser al Otro, que adopta
23 l., for ma de realidad . . . Ahora bien, el montaje perverso instaura
1111a neorrealidad, la que controla. Si la realidad no es desde el prin-
Algunas tradiciones afirman que el perverso es "malo" ... El "ma- ' 1pio sustituida por el montaje, se vuelve angustiante, o "depresi-
lo" es aquel que busca la falla del Otro o de los otros para poseerla . \ +1"
Ahora bien, esta falla es un "bien" inalienable ... No está "bien"
arrancársela al otro . .. Hasta el famoso hombre que espera " ante ,.5
la Ley" arranca a su guardián toda falla y todo control. Habrá fu-
mado como un carrujo a ese guardián infalible. Habrá logrado into- / 11 fan tasía es pulsional puesto que no logramos satisfacerla de una
xicarse con su creencia en un guardián de la ley. En cuanto al droga- 1·,·z po r todas; cobra vigor, en busca del goce que la domina o de
do, tiene por guardián la droga, pareja perfecta, silenciosa pero ,:,t ra fa ntasía que la reorganice. Pero el perverso debe hacer gozar
llena de vida, de caos, de enfrentamientos y de apaciguamientos. El 1111a fa ntasmagoría vital del Otro. Hay una diferencia enorme entre
drogado le dice: entra en mí, sacúdeme de sorpresa , de estupor, gol- , 1·sponder a la necesidad del Otro (neurosis) y sustentar mediante
pea. con toda tu fuerza; o esto: déjame entrar en ti, será la efusión 1111 dis positivo la raíz de sus fantasías (lo cual viene a ser arrancárse-
suprema con la ley de vida, la gran explosión (que Kafka sitúa en lo) . Es de lo que el perverso ha partido para reconstruir todo un len-
la muerte o la gran renunciación . .. ). guaje; no es simplemente un especialista del placer.
Para el hombre en espera, su pulsión es diferir . Es la pulsión sig-
nificante, diferencial, en estado puro. Y su espera, que ha durado 'h
una vida, es una manera de suicidar esta pulsión diferencial, de lo-
grar la calma chicha hasta la extinción de vida ; drogado de espera, 1-:1 niño, ¿perverso "polimorfo"? . . . El adulto lo dice , pero el niño
de tiempo diferido hasta el flash mortal, aquí irrisorio: cerra- 110 es lo suficientemente adulto como para tener un factor en juego
mos . .. El drogado también se difiere de una burbuja a otra, y es p(·rve r so frente a la Ley; no lo suficientemente atrapado en lo sim-
derrotado en el terreno de su ideal, de su realidad maquínica, autó- bólic o como para tener por objetivo echarlo abajo: Llega a ocurrir
noma, fuera del lenguaje. Es ahí donde es rebasado por la fuerza qu e un "niño golpeado" forme con su madre que le pega una peque-
del Número: no el de la masa, sino el del Tiempo y de la historia . "ª pa reja perversa; él la manipula, la pone fuera de sí, es su rela-
No ve el límite pues piensa encarnarlo. Es su ley y su guardián, es ' 1ón lo que se pervierte. Pero "perverso polimorfo" significa sobre
todo el montaje; sin ninguna "otra" señal, fijado y extraviado . .. lodo que es el adulto quien, al observar al niño , se califica de per-
wrs o si llegara a darse por ley apaciguar una a una sus pulsiones
24 dispersas , no lo suficientemente atadas entre ellas como para enre-
ciarse en lo simbólico. Por lo menos es lo que él cree. Es pues por
El perverso sólo goza con la realidad que se fabrica, la realidad feti 1111a fantasía de neurótico adulto por lo qu e el niño es llamado per-
che. Quizá sólo goce fabricándosela . El jugador que gana puede an - verso . Hay que partir del niño como impulso vivo, y no quedarse
gustiarse: su problema es saber si puede acorralar hasta el infinito ,1hí. La perversión es una constru cción sobre el pedestal infantil,
el Número, el Azar. Pero el envidioso que lo mira ante su dinero o ¡111rahacer frente al mundo adulto llen o de fantasías que adquieren
su trofeo lo envidia por lo que él har(a con ellos, y lo que el otro no 1•alor de ley.
122 INTERMEDIO I INICIACIÓN DE LO PERVERSO 123
27 1,1110 a todo. Y aquí tenemos al hijo convertido en Dios para recrear
1 ,,11 madre, y engendrarse a partir de ella en una ley nueva . . . Es
Muchos discursos psicoanalíticos sobre la génesis del perverso son dvado-salvador. Prima narcisista enorme, ser aquel que salva a la
desilusionantes. Dicen que el niño quiere su madre para él solo, y 1111ulre. Se salta el Edipo. Y si es el autor de una verdadera ley que
quiere hacerle creer mediante sus jueguitos que puede satisfacerla; , ,11· por encima de lo que los adultos se dan por ley, lleva a cabo
y descubre -terrible impacto- que no puede satisfacerla; o bien 1111.1ver dadera eliminación de la madre que rebota después en cap-
se construye un falo fetiche para colmarla de todas maneras ... 111111 de l Otro, para inmovilizarlo o destruirlo . La perversión es una
Ahora bien, podemos también decir que es ella la que lo quiere todo , 11 11/iscación del absoluto.
para ella; tiene más medios que él para inscribir ese deseo . Si él es Alguien habló del "arrebato" de un pequeño, futuro perverso,
el objeto, o si él lo tiene, es ella la que habrá decidido, es ella la que 11,111do miraba fijamente el borde del vestido y de la ropa interior
puede hacerle compartir su creencia de tener el objeto; lo cual obli- d, la madre. ¿Por qué tendría que ser el arrebato de creer que tiene
ga al niño a hacer lo necesario para probar que cree en ello, para 1.ilo"? (¿Qué tiene eso de "arrebatador"?) El arrebato resulta más
invalidar cualquier otra creencia o referencia a la Ley. La ley ni si- l,11·11 de ser el autor de esta creencia, de jugar con este atributo que
quiera tiene que ser la de la madre, basta con que él suponga que , 1da y retira a su capricho, con el que repara los bamboleos de las
proviene de ella y que ella lo crea. Olvidamos que una creencia (la , 11·encias maternas; eso se fusiona con el arrebato masturbatorio
del niño) proviene siempre de otra creencia mucho más que de la ,ptl' experimentaría el Otro ante ese órgano nuevecito; es su "prue-
realidad "visible"; la creencia es un efecto de transmisión de in- 11,1"y su captura. Y ello aclara la discrepancia de algunos homose-
consciente. En este caso, la madre se atribuye un " falo" en forma 1mles en lo referente a la mujer: santa cuando es su madre (por la
de creencia, o de niño creyente. , 1111 son también ambivalentes), y horrible harpía con un hoyo-
l1,1surero cuando es otra. Es él quien hizo a su madre; de su ser; las
28 , ,1ras ... Y hasta su madre, cuando por periodos se retira de ella,
1 , redes cubre, la desnuda, enmedio del horror primero en el que lo
El impacto para el niño es más bien ver que la madre desprecia la li,1hía puesto el hoyo abierto de su creencia. Se halla como esos
ley que ella pregona siendo impotente para hacer una a la m edida. ' prim itivos" que pisotean a sus ídolos cuando no pudieron vencer
Ahí puede estar dispuesto a sacrificarse por entero para salvar la 1I ene migo invocándolos . Los reducen al polvo del que saben que
situación . .. de la vergüenza. ,·slán hechos, puesto que son ellos mismos quienes los fabrican.
1'1-rolo habían "olvidado", por las necesidades de su creencia narci-
29 ,1sla.

En cuanto al horror que supuestamente el niño sintió al ver que ella \()
no tenía pene, ese "horror" no tiene sentido y sólo es vivido si cree
ya que todo el edificio simbólico descansa en el pene, o en el hecho Aquí tenemos un ejemplo simple de montaje per verso, de "perver-
de que la madre permita creer que tiene algo " mejor que eso". El ton al pie de la letra", qu e debe entenderse como metáfora. Una
impacto es que ella se revela deficiente en relación con su propia 111ujer asedia a un hombre con cartas regulares , puntuales, donde
creencia. Entonces él se halla ante el desmoronamiento simbólico, 1,· de clara que "ha logrado seducirla" y que lo ama por ello: que es
además de que su experiencia cotidiana le muestra que la madre, , 1am or de su vida. El hombre guarda esas cartas o las tira según
con o sin pene, tiene las vías de acceso al deseo, a la Ley; ella puede 11in terés literario, pero ya se ha instaurado el montaje a partir del
callarse, pero su silencio reduce las palabras ambientes, las que se , 11a l se trata de destinar al otro a recibir cartas, de fijarlo en el mo-
dicen fuera de ella, al viento. El hoyo que el niño descubre, y que 111ent o de esta lectura , de atarlo con esta lectura; de fijarlo también
inserta en la vagina, es ante todo una brecha en el sistema de creen- , cm el "amor" que -se le profesa y ante el cual su indiferencia se con-
cia de la madre. Ella, que se erigía en cuerpo de la lengua, primera 11crte en un rechazo; lo cual pone a la mujer en una postura maso-
o última palabra de la lengua "materna", he aquí que es una ley ,¡11ista con relación a ese rechazo . Pero ella superará ese rechazo,
abandonada, que pide ser probada, fundada, salvada. Él debe darle para enlazarlo a "la ley del deseo": al hecho de que de todas mane-
una creencia en sí misma que no tenga falla . Debe pi.les crearla de 1.,s se rechaza al deseo en lo que tiene de absoluto. Así pues, ella
124 INTERMEDIO 1

misma se convierte en el escritor de esta ley -al aplicársela y al


consentir en ella. Y puesto que el otro "rechaza" y no quiere dar IIIAI OGO II
"nada", ella declara que ese rechazo "duele" y que por lo tanto lo
que el otro quiere es hacerle daño. La relación masoquista está en- IIIXICÓMANO
tonces instaurada en esta perversión al pie de la letra y en letras.
Así pues, bastó con que esta mujer se haya creado un interlocutor,
un "otro", y se haya apoyado en su rechazo o su retirada para poder
construir una captura ficticia, en la que diga él lo que diga, o se ca -
lle lo que se calle, se convierte en el instrumento de esta "tortura"
que ella se aplica y que le sirve de punto de contacto perverso. 1111.A: Es curioso, cuando Freud hace el balance de nuestros medios
Es claro que en ese montaje tan simple (en el que la actriz adopta ¡,.ira aligerar la vida "demasiado pesada", habla de "satisfacciones
una postura masoquista al mismo tiempo que sádica) el factor en ' " litutivas" y sobre todo de estupefacientes.
juego no es el dolor sino la captura del "otro" y su fijación; con mi- EL: Eso prueba su lucidez, así como la del toxicómano -o del
ras a crear de todo a todo un lugar fetiche de la palabra, donde ésta ¡ll'rverso- que toma la cuestión de la felicidad y la sacude muy
pueda ser manipulada, pisoteada , exaltada al infinito, a voluntad. 111 n te entre sus dos extremos: evitar el dolor y buscar fuertes goces.
Por supuesto ahí podemos no ver más que el componente erotoma- V t·sos dos términos se vuelven a unir, de ahí el torbellino: evitar
niaco (ya un poco perverso) , pero el interés aquí es la movilidad y ,·I dolor en un goce que tiene por efecto el dolor . . . el de la "necesi-
la transmutación de los niveles que se estabilizan en una "perver - ,L,d", justamente; dolor del vínculo demasiado tenso.
sión al pie de la letra", donde el sujeto se cartea, se hace "escenas", ELLA: Pues sí, toda esa gente ha comprendido que la "voluntad
se reconcilia, de una carta a otra ... con toda autonomía. cl1· poder" no es más que una figura de la voluntad de goce.
"L: Si es que queda todavía una voluntad . . . Recuerde, las en-
l1·1m edades de la voluntad . .. y el goce que rezuman esas enferme-
11.,cl es . En todo caso, el toxicómano desuella el enfoque de la felici-
cla cl, lo pone al desnudo; reduce las diferencias (de tensiones y de
¡ircgos) a una diferencia única, absoluta: flash-necesidad, vida-
111u erte ... Ahora bien, otra idea totalmente distinta de la felicidad
~l'ría más bien desplegar las diferencias. Pero se necesita lugar
para "desplegar" los potenciales de espacios ... Y creo que la dife-
, l'ncia flash-necesidad no es muy propicia para ello.
ELLA: Pero ¿ qué es "desplegar"? ¿ Crear espacio?
I,.L: Demasiado largo. Para terminar pronto, camina usted por
las montañas, avanza hacia las alturas, y se vuelve: el espacio es
lllU Y distinto que hace un instante; camina un poco más, y ese mis-
111 0 espacio ya nuevo parece abrirse aún más y producir otro, que
,e escapa, y así sucesivamente, aquello se despliega, se exfolia. ¿Ve
us ted?
ELLA: En absoluto. Ni modo, lo dejo con sus manías. Precisa-
mente, parece que un método "toxicómano" para la felicidad es la
manía . Ahí el organismo mismo secreta su droga. Lindo ¿no? Em-
briagarse de Sí . ... Tener en sí con qué escapar de sí .. . Ahí hay re-
r ur sos ...
l,.L: Sobre todo si se es la fuente y el objetivo; se está autoconec-
tado . Es vasto, es el vértigv de la necesidad: satisfacer las
necesidades creadas expresamente para el placer de estar satisfe-
cho; el público publicitándose a sí mismo . Es verdad puesto que se
[125]
126 DIÁLOGO 11 111 X l<.ÚMANO 127
dice, se dice porque es verdad . .. Es tranquilamente maniaco. To- ¡,101a nas laicas tienen su lado sagrado ...
xicómano. Sí , y no sólo su tálamo sagrado.
1 1.:
ELLA: Sabe, es posible hacer de todo una droga, todos somos l•I.LA: Bueno. Pero a las sociedades tradicionaJes, ¿les iba me-
drogadictos, la cuestión es elegir un poco la droga. ¡111 "> Ella s delimitan lo sagrado con una buena frontera alrede-
ÉL: Pues bien, el "drogadicto " es aquel que no la elige; la droga .!111 . .
ya está lista, y es ella la que lo elige. í'L: Es o puede permitir alejarse para tomar distancias, escapar.
Es muy simple, si quiere un hilo conductor, dígase que el toxicó 1l.1hien do localizado lo sagrado -lugar de lo sagrado, sitio privile-
mano "quiere" con toda su alma la adicción de la que es víctima, 1'1.ido de la Ley . . . -, estamos más tranquilos de ese lado, podemos
la dependencia de la que se queja (si se queja de ella es para seña - 1,·1 a ot ra s partes. Ahora bien, en Occidente, la perversión y ladro-
larla como algo que le viene de otra parte, del Otro, y ello le es in- 1'•' for man parte del tejido social pero en estado pulverizado, di-
dispensable); de manera que el estribillo que repite y repite a pro - lll'lto, fragmentado; cuando se localiza, se enquista y es el pánico
pósito de una droga: ay, es fenomenal , es maravilloso , "lástima" como ante aparecidos, fanáticos, ángeles (felices) llegados de
que pronto se vuelva uno dependiente y esclavo .. . es un estribillo , ,tras partes .
de neurótico que no entiende para nada al toxicómano, y que todo Se necesitan por lo menos tres términos para hacer una perver-
lo juzga de manera estrecha, sin ver que el toxicómano quiere ese \1011:el discurso ambiente, el discurso singular y el montaje; en rea-
vínculo del que es autor a pesar suyo , es decir "verdadero" autor, l ,dad ha y cuatro, contando el relevo familiar. En el caso de la dro-
porque tiene hambre de vínculo y porque la dependencia le da uno . ga, ese montaje es complejo; vastos componentes geográficos,
Volveremos a esto . 1111ancieros, psíquicos, biológicos, culturales .. . La toma no es más
ELLA: Es posible . En todo caso Freud tiene una crítica más que que el apogeo, la punta .
moderada de la droga . Dice: " ... en algunos casos los estupefacien - EL LA: Pero si el montaje forma parte del discurso ambiente,
tes son responsables del desperdicio de grand es energías que po - rnmo en una sociedad tradicional ¿ dónde hay ritual? .. .
drían emplearse en el mejoramiento ... ". ÉL: En ese caso la toma de droga no tiene nada de perv ertidora,
ÉL: Vaya, es lo que dice el Príncipe en Romeo y Julieta : ve pelear aun que prometa el acceso al saber "absoluto". No es más que un
a la gente, ignora sus razones o sus iras, y grita: " ¡Sus luchas me mome nto singular de la realidad social. Y notará usted que aquí
cuestan .hombres! ¡En ellas pierdo soldados! El Estado pierde san - hay quienes intentan reconstituir lo microsocial en tomo a la toma
gre y dinero en sus pendejadas ." Y los otros, los toxicómanos, de droga, pero eso no hace más que un fetiche más: seudosocial
ebrios de ira, gimotean : si cree que esto nos divierte ... pero haga aña dido a la droga. Una neorrealidad de más . ..
algo . . . nosotros no podemos hacer nada , es más fuerte que noso - ELLA: Pero ¿ cuál es la realidad del drogadicto?
tros ... Sí, más o meno s así va la cosa. É L : La del vínculo con el producto, del vínculo que él crea y que
ELLA: Es un poco lo que dicen lo s drogadictos. lo r ecrea . Pues en cuanto a lo demás, niega la realidad al mismo
tie mpo que asume toda la carga narcisista ...
E LLA : Dice usted "al mismo tiempo", pero es lo mismo; negar
una realidad es rehusarse a investir, a confiarle la menor huella
1. LA REALIDAD Y EL VINCULO na rcisista, reconocer en ella algo de uno; ¿es pues echarse encima
toda la carga narcisista?
á: Es típico. La perversión es un diálogo en espejo del vín culo so - ÉL: Exacto . En realidad, en el drogadicto el acto de investir es
cial consigo mismo, un momento petrificado de ese diálogo, sobre mantenido en los misterios del inconsciente. Por ello, niega tal rea-
todo si la sociedad acelera los cambios, los recicla , se confunde con lidad en nombre de "otra" realidad , lo que impide al tercero com-
su Otro , con lo que se le escapa, y se vuelve para él mismo a la vez p arar puesto que son dos realidades incomunicables, heterogéneas .
trivial y sagrado, transparente y op aco, al alcance de la m ano y fue - Es una variante de la discrepancia entre "realidad exterior" y "uno
ra del alcance . Pues ahí lo sagrado está en todas partes pero reduci - mismo" . La realidad "otra", la otra escena, el Eso, es el suj eto mis-
do a polvo, radioactivo, imposible de limitar; contamina todo y es m o, ya enc errado en su .burbuja antes de actualizarla en el pro-
imposible de hallar. ducto .
ELLA : Usted cultiva la paradoj a; decir que nuestras sociedades ELLA: Es pues en nombre de sí mismo, de su retirada narcisista,
128 I< <)MANO 129
DIÁLOGO 11 111,

que niega la realidad . Está encerrado afuera, fuera de la gran bur 11.: Sin duda. E incluso, ser perverso no impide, iba a decir no
buja de los "normales" ... Es su manera de decir: yo no estoy allf, 1li~¡w11sa , ser también neurótico, JJegado el caso .. .
no como de ese¡¡an . .. Eso me recuerda a] anoréxico de Kafka que 11LA: Bueno, entonces la "realidad" ...
busca en vano el alimento celestial. 11: En el caso del drogadicto, la droga sirve de unión entre la
ÉL: Pero e] drogado Jo ha ha11ado, se ha haJJado en su perdición , , ,d 1da d y el narcisista, entre realidad e inconsciente, cuerpo y se-
misma, pues la otra realidad a la que dice pertenecer , es él. Lo que " Y si limitáramos la perversión a un "comportamiento sexual",
Je 11ega por la droga, es él, al pie de la letra. Eso es él. Vaya, es una l.1 1 11 es tión ni siquiera concerniría al toxicómano: comportamiento
manera de Bamar a Dios en algunas tradiciones . . . Sigamos ade - 11111 0; la sexualidad le es a menudo indiferente, realidad "desinves-
lante. 1111.1 ", rechazada, negada; el vínculo que ofrece no resiste, no es "in-
ELLA: Pero normalmente lo que nos sirve de realidad no es tanto 11 1l'Sante". En realidad es reabsorbido en la roca nárcisista adonde
lo exterior a nosotros. La "realidad" está Bena de nuestras fanta- rudo se ha retirado, ese reducto una y otra vez anestesiado y dolora-
sías, no es más que una frontera de acercamiento entre el mundo " · exultante y átono.
y nosotros mismos. . . una frontera con nosotros mismos; es un ELLA: ¿Entonces la droga lo remplaza todo? Sexo, padres, cuer-
poco nosotros .. . po, inconsciente, Otro, sagrado . .. ¿Es el sustituto radical?
ÉL: Sí, en parte; es lo que permite no tomarse por "idea]" con- í,L: No es ella la que remplaza, es él quien la utiliza para darse
servando cierto índice narcisista. La realidad, precisamente por 1111a ley, un vínculo , un parentesco otro, un lado "sagrado". La per-
estar Bena de nuestras fantasías , nos abre los juegos que se nos wrs ión es darse todo eso.
escapan y nos sorprenden ... Actuar es también negar la realidad, ELLA: Sin embargo el toxicómano, más allá del "universo" per-
por lo tanto aceptarla lo suficiente como para señalar en eJJa nues- vers o, intenta producir una percepción real que anule la fantasía.
tras negativas, nuestras fantasías en devenir, nuestros sueños y l?.L: Más bien que haga las veces de ella. Es mi definición del per-
sus reapariciones. El toxicómano tiene el culto de la realidad en wrs o: encarna la fantasía del Otro y vuelve así a ese Otro hacia sí
la que se convierte, opaca a los demás, cuyos desafíos enfrenta por pa ra anularlo consigo. Y el drogadicto, en la cumbre de su expe-
el desafío que él constituye, derrota sus pujas por la sobrepuja 1icncia, es descargado del Otro . .. en el que se convierte, liberado
que él es. del dios que encarna, descargado del mundo que remplaza .
ELLA: ¿Qué es "el desafío que él constituye"? ELLA: Pienso en un homosexual que decía que al descargar le
ÉL: Justamente es su ser, su cuerpo retirado, expuesto a la mi- gustaría descargarlo todo, esperma y órgano . Y era un monstruo de
rada de los demás , colocado ante e11os como un cuerpo prostituido virtud.
imposible de comprar dado que la moneda con la que se paga es l?.L: Claro, una buena descarga de lo humano. Baudelaire dice
él mismo quien la acuña . Su cuerpo es retirado del lenguaje <le ] drogadicto: "El hombre pasó a Dios . .. " Y añade: "Una inmen-
de ellos, encarna lo que en su lenguaje se ha retirado sin sa- sidad de felicidad y virtud se abre ante ti." En esos momentos per-
berlo. dona al mundo ser lo que es, pero es un perdón inútil, no tiene nin-
ELLA: Sin embargo, entre dos flashes, se las arregla bien con Ja guna reciprocidad; no más que el mundo . . . En realidad, el
realidad y con los demás a los que sermonea o echa la culpa. drogadicto aclara el montaje perverso; no se contenta con idealizar
ÉL: Como todo perverso puede muy bien percibir Ja realidad, a su objeto, es él como Otro que se halla idealizado; se convierte en
veces de manera aguda así sea sólo para negarla mejor; su negativa el ídolo que rompe y sobre el cual se rompe. Curioso ca-lapso entre
no debe correr el riesgo de pasar por una simple ignorancia. (Hasta pulsión de vida y de muerte, una pulsión de muerte viva:
algunos neuróticos en su momento perverso, cuando uno les dice Es el drogadicto el que dice mucho sobre el fetiche; muestra que
una palabra sobre e11os que sin embargo solicitaron, responden in- es un objeto al que se supone vida, un objeto al que se tranfiere vida
mediatamente "¡pero eso ya lo sé!". No es que se crean omniscien- y que restituye vida; de ahí el ciclo: darse nacimiento a sí mismo a
tes, sino que en calidad otro que les habla de e11os, uno los angus- través del Otro en el que uno se convierte. El fetiche es objeto-me-
tia .. . uno es insoportable.) moria para aquellos a quienes atrapa; transmisión de inconsciente
Es su manera de manipular al Otro . : . conservándolo. detenido, metáfora hecha realidad, nombre convertido en cosa. No
ELLA: ¿Hay entonces puntos de contacto entre neuróticos y per- es una "aproximación" del Otro, es su materia, la forma controla-
versos? da, operacional, dispuesta a hacer otros "fieles": es lo que dice el
130 DIÁLOGO 11 11, 11 O MANO 131
drogadicto que intenta ca zar en ella a otros, y no sólo, como uno 11 11.A: ¿En el orgasmo?
cree, para procurarse con qu é " sobrevivir". Él es aquello con lo que 111 Es la función del orgasmo la que es sustituida por el flash;
la religión debe dispersarse, algo así como una guerra santa, y el di- 1_111el m ismo efecto que en el caso del sexo: "desprendimiento" del
nero es el nervio, así como lo es en el caso de otras guerras. ¡,~11. a lejamiento, como después del orgasmo, alivio eventual. La
ELLA: El fetiche o la adicción serían como talismanes; protegen. 111,,¡:a se para del sexo porque es una sexualidad y su rebasamiento,
Eso Freud lo había visto: eso protege, decía, de las amenazas de cas - 11,1pogeo y su marchitamiento.
tración. l· LLA: Incluso en una sexualidad "normal" no sabe uno muy
.ÉL: Y es mucho más. La "castración" es un conjunto de límites, l;í,·11de qué goza, si de la tensión, o de la descarga, o del apacigua-
directamente en la lengua y el deseo. Pero el perverso establece un 111i ,·11Lo ; o de eludir el peligro . .. y

límite con el cuerpo; y con un límite hace un cuerpo: el vínculo toxi - l' I.: El toxicómano es todo tensión hacia el viaje y el flash; es
cómano fusiona en él la materia del cuerpo materno y la transmi - I'.'11 l' desesperado, crispación exasperada; el flash le da más que
sión simbólica ; el fetiche es esta conjunción interrumpida. La ma - 1or ga smo o la relajación de la tensión: la creación de un vínculo
dre había iniciado ese lindo proyecto, pero tuvieron que interponer /, I cual sea autor y producto. Es el punto de cierre de circuito
su conversación ese "dichoso" padre o esos "peleles" sociales. El d, 1 " universo", el punto de acabamiento repetitivo. En la droga
fetiche es echado sobre la madre, sobre su cuerpo inmaculado, y se 11 lenguaje no está destruido, simplemente es inútil -por comple-
convierte en sustancia convincente más allá del lenguaje. Eso con- ,,, Y en los instantes de Nirvana, puede uno creer que lo tiene
vierte a la madre en una fuente de la Ley, hospitalaria y pura. La 1 11 lcro. La droga asegura la reducción del lenguaje a un punto,
toxicomanía cristaliza el aspecto génesis, creación, origen, al mis- 1111 a esfera, una burbuja. Por lo demás, todo lenguaje acabado se
mo tiempo que pone al desnudo pulsiones de muerte, en otras par- u·iluce al fetiche en el que se convierte. Si nuestras lenguas escapan
tes ocultas .. . 1111 poco a la fetichización, no es sólo por las diferencias entre ellas,
ELLA: En sociedades tradicionales la droga no tiene la connota- qu e son ya casi infinitas, sino por la infinidad de niveles internos
ción catastrófica que tiene aquí. ,·11una misma "lengua"; si es que por lo menos sabemos provocar
.ÉL: Error. Es buscada por las "catástrofes" -los enfrentamien- ,·-;os niveles.
tos, las aberturas- que procura. Pero la totalidad del conglomera- ELLA: Pero para evitar el punto final, donde justamente cae, el
do se encarga de la toma de droga, la cual no tiene nada de "perver- dr ogadicto debe aumentar cada vez la dosis para crear la diferen-
so", es una versión del vínculo social. Como otras formas de "feti- , ia, la diferencia que provoca placer, ¿no?
chismo". Puede ser calificada de perversa por invasores que .ÉL : Si ese fuera el caso todos morirían de sobredosis. Además, la
traigan en su bolsa otros ídolos o que, como fóbicos del fetiche, lo loma de un día difiere de la de otro día. Lo que está en juego no es
vean con horror y envidia funcionar en esos pueblos. Cada sociedad t'I placer de la diferencia sino la captura de la diferencia, su aboli-
maneja en su vínculo el conjunto de sus relaciones con el Otro, des- ,·ión en sí. Ese goce está más allá del placer, en esa captura del Otro
de el momento en que él se le escapa pero ella se apoya en él. vn sí; se le atrapa atrapándose con él, para llegar al fracaso con él.
ELLA: Por consiguiente, darse un Dios más allá de toda forma Está más allá de los regresos a arcaicas satisfacciones, los cuales
humana, de toda imagen, de todo objeto, es un esfuerzo loable para no tie~en factores en juego tan precisos: el bebé que mama a su ma-
defenderse contra la tentación perversa . .. <lre no tiene como "objetivo" colmarla, acabarla; ni siquiera "devo-
.ÉL: Es un acto, pero no por ello está uno a la altura de su acto, ra rla": esta interpretación proviene de los observadores . ..
o de su deseo de conjurar la solución perversa. Podemos blandir ELLA: ... o de las fantasías de ella, si ése es su lado flaco. ¿ Qué
como fetiche un Dios que condena a los fetiches. Vea el fanatismo, decía?
o la maldad de algunas sectas religiosas, su intolerancia: se identifi- .ÉL: Sí, el goce toxicómano . . . Es como si el drogadicto se con-
can con su Dios y con sus fieles. virtiera en la pérdida del objeto al mismo tiempo que ese objeto; a
ELLA: En el caso del drogadicto, ¿ es el producto el que es fe- la vez deseo y objeto de su deseo; todo perverso conoce ese estanca-
tiche? miento del deseo. En el punto límite de su búsqueda, si goza deja
.ÉL: Es la relación instaurada por la adicción. El ritual mismo de de ser "él"; posee mientras es poseído; para él, gozar es tenerse,
la toma de droga puede reducirse a nada. El verdadero "ritual" de como límite de su búsqueda; es el soporte y el desecho de su goce .
la droga se pierde en su realización . Y todo el proceso es sellado por la marcación biológica : muy pronto
132 ¡,._u ÓMANO 133
DIÁLOGO 11

es el cuerpo sin palabra el que grita el deseo convertido en necesi 1111 1111arcisistamente, como figura de ella misma resurgida del pa -
dad. De droga. 11lll, si n que para ella la ley se encarne en ese niño "adorable". Dije
Es el factor en juego perverso en estado puro: la ley enreda en la \' 11t 11na o ídolo" de su madre; en cierto sentido ambos son equiva -
carne y las células su inscripción absoluta que sustituye todo víncu l1•11ll:S .. .
lo e invalida toda palabra. 1,11.A: Volvamos a la droga. Extraña copulación del cuerpo con
1 veneno infinito, mágico ...
ELLA:Encontramos en ese trayecto un rasgo masoquista conoci-
do: ser el objeto de su propio deseo .. . 11.: Veneno [poison] viene de poción, bebida mágica; lo cual tiene
ÉL: Sí. Con tufos masturbatorios y repliegue narcisista: ser el 1111 · ver con la suerte como destino sellado , con "farmakon" ... En
objeto de su deseo es estar de luto tanto por el deseo como por l 11cne usted un sucedáneo: la pequeña farmacia de los motos. Ése
el objeto; no es posible ninguna forma de Otro para llevar ese ~u vínculo con el farmakon ...
deseo ... 11.LA: ¿ Un remedio paradójico entonces, idéntico al mal que trata?

ELLA:¿Por qué habla de masturbación? J·L: Exacto. Sólo el amor está en ese caso; o la muerte. Curioso
ÉL: Porque al drogadicto no le falta, e incluso él muestra que , 110? Y tóxico, es del griego toxikos, es lo que se pone en la punta

hay dos: la masturbación carente de objeto, que hace coincidir la ti,· las flechas para hacerlas eficaces: mortales. Eso tiene que ver
ausencia de objeto con la necesidad inherente al impulso sexual; y , , 111el tiro, el acto de tirar: es lo que se orienta hacia el Otro. En
la masturbación de aquellos que sólo tienen por objeto su cuerpo, ¡11111 cipio uno no tira contra sí, salvo cuando uno se mata a tiros en
que es el impulso de vida vivido como muerte; como un deseo se- 1 , . , e.lesólo disparar a una imagen de sí. El gesto suicida se despren-
xual puramente mortificado; un más allá mórbido del deseo. ,1,. e.leuna lógica toxicómana reducida al instante fulgurante, total.
ELLA:¿ Y es eso lo que obtiene el masoquista consiguiendo el ELLA: También están las flechas del amor, Cupido . .. ¿Entonces
cuerpo del Otro? li rar contra uno las flechas de amor?
ÉL: La efusión erótica con la muerte, un viejo cliché; en Masoch t",L: Ése es un amor definitivo, completo, lleno de la desespera-
la pareja es de mármol, fría, bella, muda, intratable, lunar, exan- ' 1011de no orientarse a otro lado, y de la alegría rencorosa de tener
güe, la muerte como forma de vida incorruptible . q11e hacerlo uno mismo, o de tener que repetir el golpe fatal, arcai-
1 o . . . el golpe fallido, el golpe de la falla que no ha podido "exterio-
ELLA:En el fondo, un montaje fetichista está "consagrado" a ha-
cer gozar al Otro hasta la muerte. Y el drogadicto lo confirma. Pero 111.ar" y que se repite en lo "actual", en el acto.
¿quién es el Otro? ¿De nuevo la madre? .. . ELLA: Entonces ¿habría habido violación o violencia hecha al
l ucr po? .. .
ÉL: El otro no es nadie. Es el inconsciente de la madre también.
Y el perverso , ídolo o "producto" de la madre, es el instrumento ÉL: . . . al cuerpo como presencia viva y no lugar erógeno. Es co-
con el cual la madre cuida su narcisismo: ella se separa lo suficien- 111 0 un efecto mágico: la pura presencia de un inconsciente que asu-
te de sí misma para poder amarse sólo a sí misma y seducirse hasta 111i r . Hubo posesión, al pie de la letra; antes se decía posesión por
el infinito, puesto que el narcisismo es la tentativa de seducirse en 1111 demonio, un espíritu; digamos solamente posesión por vía " espi-
vano. Y que el drogadicto sea víctima o ídolo de su madre . . . 1itual . .. ", como se diría por vía oral.
ELLA:Pero a veces la madre ni siquiera se ocupa de eso .. . ELLA:Pero lo importante en el veneno es la escena en la que se
ÉL: Él no hace más que asumir las creencias maternas , y perfec- tia; es saber quién lo da y por qué, cuál es el trayecto que toma un
cionarlas; desde este punto de vista, sólo existe en la pantalla del giro envenenador . .. En Romeo y Julieta hay un asunto de droga,
Otro, ese Otro necesitado de sí, insaciable de sí, pero que vive de y los amantes se envenenan por la sordera ambiente, la enferme-
esa necesidad. Cuando la pantalla se oscurece, cuando la madre dad, la peste que impiden que la carta pase, la carta que debe preve -
muere por ejemplo, viene la ruptura devastadora; se desmorona nir al otro, transmitirle el mensaje vital ...
por no tener ya nada que sostener, se hunde no en el duelo de la ma- ÉL: No me acuerdo, pero también es cierto en el caso del droga-
dre sino en el duelo que la madre no llegaba a hacer de s(misma. do: "¿De dónde viene la droga?" No es sólo dónde está el deal er, el
Él era no el objeto que la colmaba, sino aquello por lo que ella pusher, el traficante, las comparsas, donde se prepara el tiro mor-
difería al infinito la cuestión de ese duelo, el duelo de no ser lo que ta l, la flecha inmortal. . . ¿ Quién es flechado y por quién? Hay un
ella creía . En todo caso, no es el ser "adorado" por su madre lo que ca os de transferencias con, como rasgo final, la transferencia a uno
puede hacer de un hijo un toxicómano: una madre puede amar a su de una ruptura en el Otro, de una diferencia que en el Otro fue inso-
134 DIÁLOGO 11 111 \ l! 'ÓMANO 135
portable al Otro; sobre todo la diferencia en la madre entre ella l ·.11 es ta autodestrucción, uno es a la vez víctima de sí y victorio -
misma y sus creencias. En ese sentido sí , flecha de amor desgarra " ~obre sí; más que "víctima de su cuerpo", uno es víctima de la
do, imposible. , 1 dad que encarna, de la ley que funda, mucho más que de las con-
No sólo a causa del incesto. Hay una cólera que envenena a falta l l llf.:l'ncias del mundo ... Sin embargo con, en el horizonte, el pla-
de exutorio, una desesperación de tener que abatir sobre uno la ' , , "otro": el de funcionar, de ser un sistema casi perfecto, placer
existencia del Otro y de tener que tomarse por blanco de lo que uno 111ro" que el de la simple descarga.
dirigía al Otro. Es el factor en juego perverso: absorber la existen- l·LL A: Cosa curiosa, a veces se halla más "ideología" entre los
cia del Otro para "fijarlo" . d11> ga dictos que entre otros.
ELLA: En un sentido es conmovedor: se da existencia al Otro ma- f;.L: Es una envoltura convincente que hace de espejo, un emba-
tándolo .. . 1.qt· más entre uno y el mundo. Por supuesto titila algunos "regre-
ÉL: Imagínese que según algunos, es así como se inventa a Dios, 11s" (regresos de Oriente, árabe hindú "indio" . .. ), se despliega en
como se le da existencia: manejamos su muerte o su ausencia, in- 11·proches ante los padres y la sociedad ("¡por su culpa estamos en
tentamos hacerlo sobrevivir al "asesinato" que le infligimos. , ~to! ") . . . pero la confesión humillada está implícita: somos
En el caso del perverso, esta fijación echa sobre él toda la carga ,11 ¡uellos a quienes toca la tarea de ser el síntoma de la podredumbre
pu1sional. La esfera narcisista se reabsorbe, se endurece. El narci- 111nbiente, de ser su huella de verdad, su desm0ronamiento convin-
sismo sólo está en "buenas" condiciones cuando hay un Otro que ' l'nte , su ruina elocuente ... En pocas palabras algo para echar en
se soporta, que soporta su "narcisismo". El factor en juego narcisis- , .,ra a los demás una vida suicidada; en cara al Otro , que en este
ta es soportar el narcisismo del Otro, poder articular los "dos" nive- , .,so es la vida.
les narcisistas (uno y el Otro): que se toquen sin destruirse y sin que E LLA: A veces el acento "ideológico", el discurso está ya rebasa-
uno sea el simple apéndice del otro . Mi idea es que el drogadicto no do ... . No es tranquilizante cuando ni siquiera hay ya este "alar-
pudo soportar el narcisismo aplastado-aplastante del Otro; del Otro de", esa señal hecha a los otros para recargar el montaje.
que no es forzosamente la madre o el padre o los parientes: puede ÉL: Sí . . . Pero entre los motos no se trata de "ideología" perver-
ser su vínculo, la trama social en la que se mueven, la identidad fa. sa. Vea más bien del lado del terrorismo, la pequeña horda de már-
miliar como tal . .. Ese Otro ha transmitido su existencia y sus cre- tire s asesinos. Ellos dicen : "se" "nos" orilla a la desesperación .. .
encias como algo que asumir, lo que implica una burbuja narcisista la desesperación nos orilla.
reducida, separada del resto, donde uno y otro se fusionan. ELLA: Dice usted que el perverso es un "mártir", por lo tanto un
ELLA : ¿Pero tener al Otro entre manos es una variante de la mas- "te stigo". Es como para creer que ese mundo carece de testigos,
turbación? Uno se toma por la mano del Otro ... el deseo se vuelve como para que haya esos testimonios en síntomas irritados. Y los
sobre uno . Es más bien conmovedor. ¿Por qué tendría que ser "tó- Testigos de Dios, y el Partido de Dios . ..
xico"? ÉL: Sí, pero el perverso echa el testimonio sobre su cuerpo, o so-
ÉL: Para algunos seres de pasado muy deteriorado, la masturba- bre el cuerpo del Otro. Y el terrorista, sobre el cuerpo de los demás,
ción es casi un "progreso": les da un sexo en vez de dejar que su tomados como rehenes-tomados-por-testigos. Los terroristas reli-
cuerpo sea el sexo de nadie. Pero al absorber al otro, de manera giosos quieren tomar al mundo por testigo de que hacen gozar a su
compulsiva, el sujeto recibe el choque de un llamado en vano lanza- Dios a muerte.
do al Otro . Es el regreso de la llamada que lanzó y que se cierra en ELLA: Prefiero los drogadictos, los testigos del Vacío, del Instan-
él. Existe el hecho de intoxicarse a sí mismo, consigo, con su de- te cero. Es regresivo pero claro. Porque de los refinamientos regre-
seo . . . El aspecto tóxico se refiere al rasgo mortífero de la fantasía sivos de los tomadores de rehenes. . . se toma los rehenes de un
que lleva el deseo y que lo inscribe directamente en el cuerpo: el pueblo para que hable al otro pueblo a fin de que . . . presión sobre
programa. Está más allá del modelo "económico" de carga. mamá para que diga a papá que el tío es una tía . . .
descarga, más allá del principio de placer. Para el perverso o el dro- ÉL: En general el perverso ejerce ese último recurso sobre sí
gadicto, aunque obtiene casi a voluntad " orgasmos", la referencia mismo, pero le asocia, forzosamente, otros accesorios y comparsas;
mayor no es el placer o el Eros, sino el fetiche como hoyo de lengua- pues en lo esencial sólo cree en el Otro en el que se convierte, en
je donde el lenguaje viene a absorberse; de ahí un lenguaje del cuer- el montaje que instaura; sangriento o exangüe.
po prolongado en él mismo; él encarna lo completo y su negación . ELLA: ¿ Y qué relación hay con la negativa perversa?
. 137
136 DIÁLOGO 11 11\11tlMANO

ÉL : La negativa es el otro polo de la creencia. Es la sombra ne- 11h1·r la paradoja narcisista siendo Uno y el Otro, objeto e ima -
gra de la creencia como "aproximación" del amor . . . En el perver - 11 d1•str uctor y destruido, adorador y ador ado .. . Baudelaire no
, 11 q11cbuscar en la etiología dónde llega el drogadicto a "salvar"
so está reducida al punto de creencia narcisista, punto doloroso
pero punto de apoyo último . 11111a<lredel duelo de sí misma, a ser el pequeño redentor resenti-
ELLA: Volvamos a la ideología, sobre todo a las referencias a la 1.. , 1111sus padres por tener que inmolarse en el altar de sus ideales
droga en las sociedades india s u otras; la "iniciación". l,,1111h olea ntes. Es más complejo que "pasar" a Dios; aunque en ese
ÉL: Eso le confirma que el perverso exige una norma, pero la I', .o" se actualiza como origen del lenguaje; es una forma poética
sitúa en otra parte . . . a reserva de voltear esa otra parte en si (11i u to . ..
mismo. Es ese movimiento lo que cuenta. Pues del lado de las 111.A: Es más bien un fin del lenguaje , como vemos fin al termi-
"realidades", la diferencia es enorme: "en otra parte" el vínculo 1111111 11apelícula.
social asume la responsabilidad de la toma de droga; " aquí" la 11 Sí, origen y fin confundidos, celebración silenciosa a la som-
droga toma el relevo del vínculo social o familiar que viene a enca - 111., de las palabras descartadas. Lo que uno llama origen es la esce-
llar en ella; ella que es su punto muerto convulsivo. La toxicómana ,1, d1·seducción original que el perverso actúa y fija. La escena pro-
desafía menos de lo qu e suplanta ese vínculo social. Así pues, si ,l,11ida - flash, viaje o rituales- es la de una seducción eternizada
hay iniciación, en realidad solitaria, es en el vacío del vínculo que ,l1111dc él va al encuentro de sí-mismo-otro . Se emborracha con el
pretende suplir. Mientras que en tal tradición o tal tribu, la res- 1111 , > al qué voltea sobre él en el control y la pérdida . Y sin duda al-
ponsabilidad de la toma de droga es asumida por la instancia sim- 1,1111 ,1en ese regreso al origen hace por él solo lo que hace todo con-
1· l111ncra do, a saber: convencerse de ser a la vez la fuente y el objeti-
bólica para iniciar en sus Verdades primeras , en sus transferen-
cias vía los agentes chamánicos. Castaneda está lleno de ',, de su lenguaje. En el fondo, ¿ qué droga absorbe un grupo para
acontecimientos mágicos que son hermosas transferencias al bru- , 1? ¿Acaso no todo colectivo es una "burbuja"? ¿Aunque el viaje
tjll l' con sigue no lleve siempre a las nubes? Una burbuja que inmo-
jo o a los vínculos que representa. Para nuestros toxicómanos es
a la inversa: llevan solos y con gran esfuerzo , en una transferencia ' 1111.ael ser y el tiempo, cuando percepción y memoria se igualan
desesperada, la raíz del vínculo simbólico (social o familiar), la , 11su anulación . ..
llevan ahí donde hace falta para verla romperse; llevan un vínculo Lo que " salva" a un grupo, y con reservas, es ser en sí múltiple
a que se suicide; transfieren ese vínculo a ellos ante s que sólo , 110 enfrentarse a otros grupos -política, lucha de los lugares,
excluirse de él. , 11., es ser puesto en crisis por la diferencia que cree ser y que lla-
ELLA: Es casi una de sviación de la droga . . . ¿ Una especie de 111:1 su identidad; es necesitar el mundo que se le escapa, que se le
"c ambio"? 11:sis te, lo confunde .. . Siempre "salvándose" ... Mientras que un
E L: Si toma como " norma " el uso "indio " , sí es una desviación; 111onta je perverso remplaza el origen de lo simbólico y su fin; los en-
pero eso no apor ta n ada. No más que decir qu e el alcohólico " des- ' icrra uno en el otro, realiza uno y otro en el vínculo que produce .
vía " el alcohol qu e debería servir para calentarse en invierno . .. o l~I tox icómano sólo se realiza en el momento de la dependencia : si
con los amigos ; o q~e los adolescentes de las ciudades "desvían" el ,·stá "e nganchado" revela sólo estar enganchado a sí mismo vía el
pegamento cuyo uso normal es "pegar ", no ser inhalado . .. Agra- prod ucto. Una vez más autorreferencia . Es esencial esta dependen-
dezca más bien que sea de esos países "tradicionales", por ejemplo 1ia inv9luntaria "voluntariamente" creada. Es la primera necesi-
de la América "india", de donde vien e la droga . De todas esas socie- dad que se une con la droga y con el Otro en el que uno se convierte;
dades envenenadas po r Occident e. Eso es una vuelta . Devolución al ,·.m p rimera necesidad transfiere la necesidad de todo lo que es "pri-
remitente . 111ero ", primera palabra, primera escena, primeros puntos de apo-
ELLA : Pienso en el devenir Otro, Baudelaire ya habló de eso . Us- yo . .. Inscribe el nuevo vínculo. Y está mucho más allá del destete
ted ya conoc e el famoso texto : " Su mirada se clava en un árbol ar- y de la "castración" oral : la "castración " se pierde en el vínculo do-
monioso . . . y pronto es usted el árbol" , está en Los paraísos artifi- . loroso, erotizado .
ciales . E LLA: Hay en el "pasón " una explosión que no se halla en otros
ÉL: Su fra se: "El hombre pa só a Dios" es má s directa. ¿ Y vio per versos más "ecónomos", los fetichistas muy activos ...
toda la agudeza , sobre todo qu e uno se convierta en el dios de su É L: Lo dudo. En todos hay esta disolución del ser, congelada

Dios , el creador de Sí-mi smo-Otro? El drogadicto es un impulso por o hirviente ; ese flash orgánico, esa necesidad, esta depresión , est e
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aspecto "organizado": ser el órgano del Otro, el Órgano que de Para algunos de todos modos es más costoso. El toxicóma-
1 1 1./\ :

acabarlo, serle "fatal". Es simplista la oposición entre el perver 11, ,de menos bien librado que el perverso buena gente.
1 1 Quiere usted decir que angustia más al entorno y a los "res-
calculador y ecónomo, y el audaz suicida que lo arriesga "todo'
y se hunde en la sobredosis ... Esta oposición viene de la idea fre ¡11111~.,bles", que ellos preferirían formas "buenas gentes" a formas
diana del fóbico: que negocia el miedo fijándolo en un objeto pa 11,1 , provocantes donde se trata de alcanzar al Otro de manera más
estar tranquilo por otro lado . .. Ahora bien, aunque es menos si '""ª· Más dura. En el caso de los drogadictos el Otro es en princi-
ple, un fóbico del perro puede temer cruzar la calle porque i pl,_1"alca nzado", y de frente: en ellos mismos y fuera de ellos. Es
autos amenazan con echársele encima. . . como perros. La fobl , l., cons umación de lo sagrado; la consumación del Otro y de Sí:
es el arte de designarse a través de su miedo; tiene pues el acent 1111111toinscripción embelesada. Si lo que dice usted es que no hay
1¡11, 1ratar al drogadicto con la misma estrechez de miras con la que
fetiche que es dar ella misma un pequeño nombre al inconscient
, .,bor da a un fetichista, sepa que el fetichista, el anoréxico, así
Pero queda la angustia del cambio de nombre, del sin nombre:
miedo sin nombre es el miedo a lo innombrable. Bajo el fetich ,"'"º el drogado, rebasan siempre y con mucho la estrechez con la
bien ajustado o bajo el objeto fóbico hay un polvorín listo para sa ,¡111 · se les aborda.
PLLA: Sin embargo hay diferencias. Algunos forman "parejas",
tar; un suicidio prolongado en el que no se muere. En cierto sentl
, ,¡ rns corren tras la pareja absoluta, la pareja anónima que hay que
do, el fetichista y el toxicómano son "como" muertos, han aspira
do en el fetiche todo lo vivo del vínculo con el Otro. Y en lo , ,11nbiar compulsivamente ...
Í\L: Pero hay parejas "gay" más que estables, incrustadas, entre-
rituales más dosificados hay, retenido pero presente, el desencade
namiento "sobredosis" de lo abyecto. L11adas una en la otra, como es evidente. Además, la pareja toxicó-
ELLA: Es verdad que el estilo del drogado alerta a la sociedad
111,matiene que ser cambiada, es más compañero de equipo quepa-
más que las maniobras íntimas de un fetichista del cuero ... 1qa. Su participación en la investidura toxicómana es secundaria,
ÉL: Curiosas uniones sin embargo: un toxicómano inhala los va
, I verdadero compañero es el vínculo con la droga; mientras para
11Iros, el compañero es el ser que tienen con ellos, con quien elabo-
pores de caucho y el fetichista del caucho se hace un traje con
él y se mete en esta piel del Otro, que termina por tener en una 1.111 el montaje, mediante el cual se abandonan a ese montaje. En
la pareja perversa es grande la diferencia entre los compañeros
struggle far lave sofocante que huele a la tortura del mártir, el
autosuplicio erótico ... La circulación entre todas esas formas no pero es inmediatamente invalidada por la absorción de uno en el
las hace homólogas, las engancha por el factor en juego que les otro. En la pareja toxicómana ya se ha logrado la desaparición de
es común: el ángel de lo sagrado ... impulso a lo sagrado, fanatis- 1·sta diferencia: ambos son compañeros del Otro, mediante el pro-
mo de la verdad, encarnación del Otro en Sí, regulación de la ducto; están ya absorbidos en la droga que absorben.
Ley ... ELLA: Esa relación con lo sagrado en la perversión ...
ÉL: En un sentido, cuando se habla de perversión, incluida la del
toxicómano, no se habla más que de "sacralidad", de la relación
con lo sagrado; sin decirlo.
2. UNA FIGURA DE LO SAGRADO ELLA: ¿Y por qué no se dice? ¿Es sagrado?
ÉL: Quizá ya no se cuenta con los medios para hablar de lo sa-

ELLA: Es paradójico: en una época de desacralización acelerada, gr ado.


¿ es de los perversos de quienes vendría el llamado a lo sagrado? Pero ¿qué es lo sagrado? ¿El tabú? ¿Lo prohibido?
ELLA:

ÉL: Ellos serían más bien los síntomas de ese regreso, y bajo una
No, el tabú es tabú y lo prohibido prohibido ... Lo sagrado
ÉL:

forma insoportable, como es frecuente en esos casos: lo que uno es el lugar del encuentro con el Otro, la Otra escena, lo divino, lo
desconoce de sí regresa por vías desagradables. También en el caso inconsciente, y también lo prohibido, ya sea más o menos tabú. Se-
de los grupos. gún las culturas y los sujetos, ese lugar de encuentro está poblado
En cuanto a los flujos de "sacralidad", pasan permanentemente de santos, sacerdotes, demonios, ángeles, violencia, inocencia ...
por los intersticios de toda sociedad; en la sociedad moderna o pos- pero es siempre el encuentro con el Otro, dado que se nos escapa
moderna, esos flujos están ahí, y parecería que los perversos los absolutamente, y está atado a nosotros en parte;así sea por el mie-
han recibido de muy cerca, y nos los ponen bajo la nariz ... do que le tenemos.
140
11P<1Có MANO 141
ELLA: ¿ Y el perverso en todo eso?
ÉL: Para él, ese lugar de encuentro es el de una transmutac ión: ¡wqueño sacerdote excluido emerge en el centro de la familia, con
se vuelve Dios, más o menos, y no es nada chistoso. Mientras qu 11 ri tual casa, muy de él, y como no ve de qué dios sería sacerdote,

para otros ese lugar está hecho de contactos-intercambios, do nes , hace dios aprovechando el viaje. Tiene su pequeño incensario
perdones, oraciones, sacrificios, gritos, silencios, violencias, reco , 11qodia cuchara jeringa pequeña hostia polvosa, y se mete directa-
gimientos, posesión-desposesión, erotismo, pudor, desencade na- 1111 ·11te al cuerpo esta ofrenda, al cuerpo divino que es el suyo, y la
miento, moderación. . . todo lo que se puede imaginar co mo , 111 sión sagrada comienza. . . Sagrado pánico en el entorno . No
relación con el Otro; pero sea lo que fuera, la distancia entre los dos , ,1111prenden...
espacios se halla reafirmada, la distancia con el Otro es manteni da, HLLA: Ya veo: sugiere usted una etiología muy curiosa de la toxi-
vivificada. Ese contacto con lo sagrado recrea esta distancia com o ' 11111 anía: falta de relación con lo sagrado en las familias . . .
germen de espacio vivo, principio de localización, efecto de don ve- HL: Más bien relación negada, vergonzante, condenada . . . Pero
nido d~ otra parte; eso elabora el don de un lugar original, dest ina- 1} ~ 0 no es más que una señal, un señalamiento, esencial pues une
do a ser perdido y en parte hallado, luego vuelto a perder ... l11rlores individuales y colectivos: no son los mismos, pero es preci-
Lo sagrado es una pulsación, un lugar pulsátil. 11 que se crucen para que se produzca el efecto masivo que vemos;
ELLA: ¿Ese lugar es siempre templo, iglesia, capilla, confesiona- ¡,1-rdiciones masivas, hordas de soledades desesperadas . ..
rio? ELLA: Raro ... Cualquiera diría que reduciendo la religión todo
ÉL: ¡Pero si son el templo y la iglesia los que proceden de ese lu- 111 archaría mejor. ·
gar! Y usted sabe que hoy se hacen un montón de cosas en los tem- ÉL : No es evidente. Por lo demás, la cosa religiosa se reduce sola
plos, montones de cadáveres incluso; el acto terrorista de moda es , 11formas variadas; no hay necesidad de que se la reduzca . Así
matar gente que reza. Curioso, ¿no? Como regreso al sacrificio. pues , he conocido familias, periferia unidad habitacional delin-
Esta manera de abrevar a Dios con sangre, de atribuirle una sed de , 11cncia . . . donde los niños se han sentido muy protegidos por la
sangre cuando que eso debería asqueado ... pres encia de lo "religioso" en la familia. Le dicen a uno más tarde
ELLA: ¿No tendría usted otro ejemplo un poco más alegre de "sa- 1 on algún cinismo: "Era súper, con la religión nos sentíamos lejos
cralidad"? Mire, para cambiarle las ideas, pensaba en el encuentro de toda esa gente jodida, completamente protegidos. Hoy ya no es
terapéutico, el psicoanálisis, vaya. Hay un algo imponente movién- IIL'Cesaria, la hemos abandonado ... "
dose ahí. ELLA: A propósito de esa idea suya de lo "sagrado" negado, inva-
ÉL: ¿Por qué no? Muestra la tendencia que el síntoma ha tratado lida do, pero-no-totalmente ... yo conocí, viví en otro tiempo dos
de "contener"; que hace las veces de prohibición y que amenaza con 111 omentos que se parecen. Una vez en París, en el hospital donde
sumergir ... Pero más allá de la tendencia hay potenciales de vín- tr aba jaba: había una enorme proporción de magrebinas toxicóma-
culo, de memoria, de lo que jamás tuvo lugar pero que condiciona nas entre las mujeres que venían a dar a luz, y de magrebinos tam-
el tener lugar .. . Son los contactos con Eso lo que evoca lo "sagra- bién, sobre todo árabes. Después en un conjunto tipo unidad habi-
do", la vibración entre una y otra escena, sobre un fondo compulsi- t ac ional en Israel, donde una cantidad sorprendente de
vo, traumático, risible, irrisorio, aterrador. adolescentes se drogaban. En ambos casos, el desmoronamiento de
ELLA: Pero ¿de qué está hecho lo sagrado? ¿Qué remplaza? ¿E l identidad .. .
cuerpo del Padre muerto, el cuerpo de la Madre arcaica prohibido ÉL: Eso es más preciso. La identidad es socavada, sacudida, pero ·
o amenazante?, ¿el Verbo original? es más bien un efecto: todo el mundo tiene y vive sacudidas de iden-
ÉL: Metemos muchas cosas ahí, demasiadas, el lugar es vasto, tidad. Pero entre sus inmigrados parisienses, a menudo desde el in-
nos vemos un poco perdidos ante ello .. . pero es siempre una rela- terior de la familia las relaciones con el Otro, con el iqconsciente
ción consigo pasando por el Otro, un potencial de intensidades di- y lo sagrado son asfixiantes, insoportables, "podridas". Por éjem -
versificado; lo esencial es que funcione, que exista. Cuando no hay plo el padre envidia a los franceses, la madre envidia a la europea ,
ninguna relación sostenible con ese nivel sagrado, viene la catástro- y liquidan lo misterioso -lo "sagrado"- de su origen quedando un
fe: en el mejor de los casos se debilita muy rápido. Sucede que los poco avergonzados por él. Y es eso lo que acorrala al niño ya sea-
niños, cuando se hacen "grandes, en la adolescencia, reducen esta desde su entrada en el lenguaje, o en el umbral de la sociedad: en
dimensión excluida (la de lo sagrado) al encarnarla firmemente: el la adolescencia. Sin duda ocurre lo mismo en su unidad israelita
poblada de norafricanos, excepto que para ellos, el europeo, el
142 DIÁLOGO 11 iilí 11OMANO 143

" evolucionado " es el judío llegado de Europa, el Occidental de cepa l,111d1'stinamente en las casas de la esquina pero sin robar nada .
y de cultura ... 11 Con movedora manera de entrar en contacto con la gente,
ELLA : Lo curioso es, en ambos casos, el regreso furibundo del ,11 ~ 11 "ho yo" ; con los policías también . .. la Ley .. . Pero es un he-
fanatismo; fanatismo religioso . Eso vuelve loca a la gente pondera 111, la dro ga proporciona vínculo más que cualquier otra cosa . LÓs
da, evolu cionada, racional ... es e desencadenamiento que a menu lr111•;1<lic tos lo dicen claramente : una vez que está uno ahí, ya no
do pasa al acto , al terrorismo. Ahí el entorno está consternado, "no 1,1 "mo tivado" para nada más. Y la "motivación" es un deseo de
comprenden". El paso al acto es como un regreso de lo " sagrado"; 111 11110. La droga procura un vínculo paradójico: absolutamente vi-
el fuego sagrado encamado . . . " total mente muerto, idéntico a sí mismo. . . Es una línea de
ÉL: Note que sacríle go, por lo menos en la etimología, es aquel 1111w1te y de superviviencia paralela a la línea de vida, pero en otro
que descifra lo sagrado , simplemento porque lo lee; nada más que ¡1;1cio. La vida supone que será impulsada por otros sentidos que
eso; mientras que sacrílego ha tomado el sentido que usted sabe, pi 1 "tua l, otras direcciones que aquella en la que se está. Por el con-
soteo de lo divino y de los valores más preciosos . . . A fortiori, ima 1111 io, el drogadicto (como el anoréxico, el alcohólico, el perverso)
gine a aquel qu e no lee lo sagrado sino que se le ocurre escribirlo, 1,1todo el tiempo prendido en el vínculo que ha creado; no puede
que lo liga a su cuerpo, que lo encarna .. . pues es eso lo perverso, /r1.,11renderse; no "solo" . .. Sus pulsiones son sustituidas, puestas
su única salida para escapar al "sacrilegio" es, o ser "ocultádo", 1 11 la ór bita de una sola, que crea la tensión que alivia: matar de sed
perdonado, tomado bajo la tutel a del grupo , o de plano ser seguido li1, cé lulas y volverles a dar vida. La mota funciona como don de
por el grupo: se convierte en fundador de secta, o de religión ... Si 11,/aabsoluto; sin falla ni deuda . Y ahí también el placer está some-
el grupo lo sigue, ya no es sacrilegio. Otro contacto perverso -sa - 11do a la creación de un vínculo; no es el factor primero . Incluso
grado : el "sacramento" . En principio es una garantía dada a lo divi - 111 1l·de haber distinción entre los drogadictos y aquellos que toman
no, garantía de buena fe . .. Pero si el Dios es "uno mismo " , sólo il1oga : a estos últimos les puede " gustar", y "reventarse" con ella,
hay garantía absoluta . Cualquier otra es repudiada con intensida - , 11. Los otros no quieren más que eso, y sólo son queridos por eso.
des variables, pues hay en cada sociedad una gradación en /u l 1111muchos grados, gradaciones ... Es posible querer totalmente
sagrado, un amplio abanico, así como hay gradaciones en la perver - , 11 una franja parcial de su ser.
sión: en la captura de lo sagrado por encarnar o inmovilizar. La per - ELL A: Y de cualquier manera hay ahí un placer del estado segun-
versión es una gestión de lo sagrado en todos los terrenos , incluida do, un goce . . .
la prostitución (sagrada o no ... ). y lo sagrado de la prostitución es ÉL: Goce y placer son dos, y el drogadicto lo prueba desde el
un vasto capítulo . 111 incipio. Así pues, aun cuando a veces erija el placer en goce, hay
ELLA : ¿La mamá y la puta? 111 su goce un gusto de muerte, de eternidad; gozar hasta caer "en-
ÉL: No es sino una ligera raíz de lo que produce lo sagrado cuan - l1·1mo" de goce, gozar a falta de amar es el destino de algunos per-
do se "expone" a la venta , al intercambio con un valor más maneja - wrsos , vengarse por el goce , vengarse del goce; el goce de vengarse
ble , el dinero; pue s " prostituirse" es al pie de la letra : mantenerse 1·s el de la Ley justiciera, que restablece las "verdaderas" cuen-
al frente, salir, quizá hacer salir los órgano s de goce en los otros ... 1.1s ... En cuanto al estado segundo o tercero, existe por supuesto,
Pero volveremo s a ello . Hablemos ya de . .. pero su residuo absoluto es que uno no puede prescindir de él. Has-
ELLA: Espere. Leí esta extravagancia en el libro de un toxicóma - ta la desintoxicación está integrada al proceso: él se desintoxica
no: dice que el psicoanálisis lo liberó de inhibiciones y de angustias, rnm o si se drogara, en negativo, para recomenzar después por el
tras lo cual pudo hundirse en la droga más tranquilamente, con otro lado. Y presume de tener acceso a una memoria biológica, ce-
toda tranquilidad . . . lula r, más allá de cualquier recuerdo.
ÉL: Pues claro . Una vez "liberado" necesita un vínculo al que E LLA: Hay uno cuyo recorrido termina por la salida hacia la dro-
asirse, y la droga se lo proporciona . De lo cual se deduce que las ga absoluta: la "télépathine", el yagé*, el "pasón último " ... No está
inhibiciones y angustias están entre los vínculos sólidos que los hu- mal, el don del inconsciente en estado puro, en directo, suponiendo
manos se han forjado. Un grado más y es el vínculo fetiche . .. que la telepatía sea uno de sus efectos mayores; la salida hacia la
ELLA : Cuenta también que sus padres vivían como en una cáp-
sula . . . Qué premonición. Una cápsula confortable, separada de * Palabra de una lengua indígena de Colombia: Veget a l qu e sir ve para preparar
cualquier contacto con la vida urbana . Y él, adolescente, entraba una decocción con pod er a lucinatorio e insensibilizante . [T.]
162 ló\
DIALOGO 11 iil\lC'ÓMANO

sobre todo el toxicómano, afronta solo, con las manos desnudas, un 1111 ·11 lo tiene a uno. Pero la familia del perverso no tiene permiso
problema que todo conglomerado, incluida la "humanidad", ha ¡,.,ra (como se dice: "las condiciones no han permitido") que esta
afrontado, afronta y resuelve las más de las veces mediante la reli- 1,11t1ura se articule de otra manera que en el ahogamiento.
gión, la magia y la superstición. Es el problema de darse una tras- I,LLA: Así pues, la aventura toxicómana con viaje y regreso sería
cendencia, de darse un nivel de Ley que permita hacer leyes, inciu- 1111:1 metáfora del destino humano: terror ante el caos, luego crea-
so describir las leyes de la naturaleza ligadas entre sí y ligadas a ,-i,ín de un mundo con el paraíso oculto en un rincón; luego expul-
las leyes humanas; leyes añadidas a la Ley trascendente. Es el pro- 1111,ndel paraíso a causa de una ley torcida, mal formulada, e inven-
blema de darse una dimensión simbólica dado que se nos escapa. ,· 10n de paraísos artificiales -donde no hay más que "orden calma
Lo más razonable fue inventar a Dios -y aun así fue cada vez un voluptuosidad" como dijo a su "hermana" el poeta que no escatima
abuso de autoridad . . . tan trascendente como la trascendencia que , 11 el incesto; luego nueva expulsión de los paraísos artificiales por
producía-, un Dios que fuera autor de esa Ley a la que los hombres l,1muerte o la tentativa de "regreso" que querría cerrar el trayecto
intentan aproximarse; un Dios que alienta o que reprocha según se ,, inscribirlo mal que bien.
ajuste uno a esta Ley o se desvíe. Ese acto "divino" abre un campo ÉL: El factor en juego de ese regreso, de esta "cura" del droga-
inmenso a las "lecturas", interpretaciones, esperanzas, desespe- dicto, no es tanto que renuncie a su muerte como que acepte que
ranzas ... Hasta las oraciones son un discurso que el grupo se diri- "' le escapa; que cese de dársela por miedo de que sea "Otra". Que
ge a través de Dios, a sí mismo y a cada uno de sus miembros; son deje de darse la vida también. No se trata sólo de no ser todo. No
mensajes que su transmisión carga de trascendencia, esa misma \Cr todo, sea; pero la dificultad está en dejar que ese no deje huellas
trascendencia que desearíamos suponer que tienen ... que escapen. Hay un furor creador en no ser uno; en acosar al Otro
Pues bien, el perverso se halla en estado de oración muda, de gri- que lo decepciona pero que lo "lleva" a uno; en dejar que los cami-
to, de tristeza, sólo que el Dios al que adora o maldice es él mismo. nos se bifurquen y se pierdan, en agarrarlos por un pelo, en perder
Su "regreso" es por ello más problemático: integrarse a una huma- justamente el equilibrio de su rnundito ... Es esta justeza la que el
nidad ya provista de sus creencias, abastecida de sus fetiches, de perverso tiene en la mira y ha tornado por Verdad que captar, mani-
sus opios-del-pueblo ... No es sencillo. pular. Ha querido tomar en sus manos la trascendencia humana, y
ELLA: Su "regreso" sería entonces el prototipo de lo que se vive he aquí que de regreso, vuelve manco, superviviente de un paraíso
cuando se "regresa" de las creencias, y que, demasiado enterado o infernal o de un infierno paradisiaco. Decepcionado o aparecido,
demasiado cansado para buscar otras, no se tiene suficiente amor necesita renunciar a ser el autor de su vida y el escritor de su nom-
o conocimiento como para prescindir de ellas. bre; en su relación de simetría fusiona! con el producto, el fetiche
ÉL: En efecto, hay quienes creen en Dios y hay a quienes Dios o la Ley, el perverso hace las veces de un fragmento de inconsciente:
ama; y cualquiera que sea el Dios elegido, parece que no son los es el tercero errante que se excluye de sí mismo; y ahí, en el regre-
mismos. Así pues, el drogadicto, el fetichista, tras la dependencia so, debe incluirse fuera de sí . .. La perversión afirma los límites de
gozosa y el abrazo absoluto, debe de "regreso" iniciarse en la inde- lo indecidible cuando se decide mediante un abuso de autoridad
pendencia frenada, en las perdiciones recobradas del deseo; apren- agarrarse, tornarse uno mismo por el término de su juego. El pro-
der a apoyarse en la necesidad misma, la necesidad del Otro y de ducto confronta al drogadicto con lo indecidible; y he aquí que al
Sí. En el fondo, encarna un intervalo demasiado "humano" entre el regreso, uno tropieza con la fantasía colectiva, social, de seguridad,
paraíso alucinado, el infierno de su pérdida y la esperanza de su re- que también tiene su mala mota que colocar, y que quiere hacer pa-
encuentro. Felizmente algunas mitologías inventan la falta que jus- gar caro lo que uno tenía ya, la pequeña felicidad ...
tifica ser "echado" del paraíso. Pero el futuro perverso no tiene la ELLA: ¿Peto hay alguna salida posible del fetichismo que no sea
oportunidad de fantasear con una falta; no ha conocido más que la fetiche?¿ Una -crítica de la ideología que sea no ideológica? ¿No hay
angust.ia del paraíso y del infierno; angustia que le ha proyectado que hacer crecer el fetiche para disolverlo? ¿No hay que consentir
. a una guerra a muerte contra sí mismo y contra el Otro -puesto en los ídolos desde el momento en que se desvanecen a medida que
que está de los dos lados, puesto que en él pasa una frontera y lo desfilan -si es que no hacen más que desfilar? ... ¿Acaso no hay
"fractura": la de la Ley que ha intentado encarnar. Esta fractura no oposición entre la verdad y la búsqueda de la verdad?
la produjo el sistema familiar, es ineluctable; la cosa es no encarnar- ÉL: Hay búsquedas verdaderas que la Verdad no ciega; buscan y
la; es el choque por el que se llega al lenguaje; es decir que esa frac- ponen en movimiento la capacidad de buscar, de desear. Los "per-
164
DIÁLOGO 11
IIIXI CÓMANO 165
versos" son aquellos que se han quedado allí, en los resplandores
donde el deseo alucinado hace creer que ha capturado su ley final; ¡ll'rvers o está en el dolor: el duelo convertido en Cosa, la pérdida
o inicial; que no regresaron. El problema de la ley no · tiene otra , , 111vertidaen fetiche. Usted sabe que dolor y duelo tienen el mismo
solución que el amor, el amor inconsciente; solución ilógica, infun- ,1·11Lido ... Hacer un duelo es disolver un dolor para transformarlo
dada, imposible, pero que por lo menos vuelva a plantear el proble- , 11 sufr imiento; si es demasiado "duro" se lo pone bajo el signo de
ma al infinito, al infinito del tiempo y de la generación de las len- 1111a anestesia más amplia que "significa" el dolor, sofocado pero
guas. . . Las otras soluciones -seducción, enfermedad, crisis, presen te.
perversión- son pausas, etapas, pasos posibles donde muchos se ELLA: ¿Y por qué está en duelo el perverso?, ¿por la Ley que no
atascan fascinados por la solución final, suicidá, pero incapaces de , s, por la madre que no tuvo?
recoger los frutos del "suicidio"; los "regresos" de esas soluciones ÉL: También puede decir: ¡por la madre que tuvo!, o que lo tu-
son decepcionantes, y hasta insoportables. 1•0 .•• En realidad está en duelo del Otro, y él es el duelo que el Otro
lwne de sí mismo; duelo imposible, que el niño convertido en adulto
,·mbalsama con sus fetiches, cuando para sostener las creencias del
OLro las encarna simplemente. Y es dolorosa la diferencia entre su
5. DUELO , uerpo y el cuerpo del Otro con el que está encorsetado: el cuerpo
del nombre que se da como fetiche, o como loca creencia en_la ma-
ELLA: ¿Qué sucede ton el dolor del regreso, sobre todo en el caso dre virginal. ..
del toxicómano? ELLA: De todas manera, estar en duelo por un ser querido reacti-
ÉL: Su vínculo con la necesidad es tan violento que lo confina a va el duelo de lo que él no fue, de aquello con lo que no se vivió, de
un duelo radical del ser. Al mismo tiempo este dolor es el reflejo lo que no se vivirá jamás.
invertido de una anestesia que se desmorona en el momento del re- ÉL: Sí, se intenta resignarse al vacío que se sentía en ese ser que-
greso. rido ... por nosotros, cuando estábamos en su presencia, cuando
ELLA: ¿Pero de dónde viene esta anestesia? ... su presencia estaba viva. Resignarse del Tiempo no sucedido.
ÉL: ¿Dónde tiene usted la cabeza? Hemos visto que la perversión ELLA: Es curioso, pues lo que se ha vivido con ese ser nadie püe-
niega la .falla de la Ley encarnándola; niega que la Ley sea una dis- de quitárnoslo, no podemos perderlo porque ya lo consumimos;
persión simbólica. Esa negación se apodera de toda la realidad; la pero es el resto lo que duele ...
alcanza desde el momento en que ya no es indiferente. La realidad ÉL: El resto que no tendremos, por el hecho de que somos ese
sufre ese curioso tratamiento que anestesia casi todo salvo la zona resto, despojado ...
psíquica interesada. Es sencillo de comprender: si el Otro es "des- En principio, aquellos que viven su vida temen poco a la muerte,
truido" o neutralizado, el dolor ya no tiene lugar, puesto que es la ésta no puede quitarles lo que han vivido y que es justamente su vi-
irrupción del Otro en el campo narcisista, así como es comprensi- da. Pero eso no es más que un principio ...
ble el hecho de que el factor en juego perverso marque toda la reali- ELLA: ¿Por qué diablos se dice que el perverso está en duelo por
dad, puesto que se refiere a la Ley y por lo tanto al lenguaje. Se sig- el "pene de la madre", o por la "promesa" incestuosa que supuesta-
nifica en un ritual preciso, pero el factor en juego es global, así mente ella le hizo?
como el acceso al lenguaje. ÉL: En efecto, eso es más complejo. Por lo demás el perverso se
ELLA: Es un triunfo asombroso, anestesiarlo todo incluido el se- presenta a menudo como el hueco de un pene, cava en sí la tumba
xo . . . La perversión parece una fobia lograda. de cualquier pene imaginable; está por encima de todos los falos.
ÉL: Lo sería si anestesiara también la relación con el producto, En cuanto a la "promesa", sería más bien la que ella se hizo a sí
con el fetiche ... Pero entonces ya no habría nada. Ahora bien, hay misma, dicho de otra manera su creencia. Por ejemplo la madre
dolor desde que la cuenta narcisista queda al descubierto; desde el cre ía ser la lengua que transmitía, y el hijo está atrapado en esta
momento en que hay "necesidad"; la necesidad equivale a una cr eencia. Se ha enamorado de ella. Ha tomado al pie de la letra las
irrupción del Otro, a un estrago. aperturas maternas donde se precipitan como cópos oLras creen-
Tanto el neurótico puede estar en el sufrimiento, es decir en la cia s ...
espera, de sí mismo o de una señal proveniente del otro, como el ELLA: ¿ Y después?
ÉL: Después queda el dolor. El masoquista encuentra en él el
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apoyo que sabemos, para cautivar la parte del Otro. Pero es que, en ,kl que ha hecho un ídolo. En el factor en juego perverso, el dolor
el abanico de las sensaciones posibles en el que recupera su vínculo ,·~ a la vez muestra de la ley y muestra de que se la rebasa; según
con el Otro, el masoquista no tiene más alternativa que placer o do l.1 idea de que mientras más me duele, más fuerte es la ley que me
lar; ahora bien, el placer es descartado porque volcaría al otro en , .1s tiga o que afronto. Y manipulando el dolor es al final de cuentas
una confusión en la que nada se inscribe, mientras que el factor en l.1 ley absoluta la que uno tiene .
juego es inscribir la Ley como tal. Queda el dolor, mezcla viva d ELLA: Sin embargo toda prueba se presta a la invalidación, por
vida y muerte; y eso no engaña ni se engaña, es bien sabido: una mu lo tanto esta prueba no tiene fin: ¿ dónde detener el raudal de prue-
jer puede fingir placer en la relación sexual en la que supuestamen 1,.ts cuando uno mismo es la fuente y el objetivo?
te debe sentirlo; pero uno no finge dolor cuando le golpean hasta ÉL: El masoquista es un ejemplo de esa detención; en eso es para
que le hacen daño. Se ha visto que el dolor lo hace gozar como señal 11osotros una especie de abstracción perversa, un fetichista de la
mientras dura el cuerpo a cuerpo en el que debe dominar al Otro; pl·rcepción, una estrategia modelo para atrapar al Otro e inscribir
cuando este agarrón termina, cuando se ha atravesado el proceso, ,u hundimiento en el campo narcisista: basta con que el sujeto se
el masoquista deja de soportar el dolor, estúpidamente; fuera de su ponga un accesorio, un instrumento -de tortura o no-, que lleve
escena, le da horror que lo empujen. ,·11su cuerpo la huella palpable de una ley hecha . .. Y ahí ve la enor-
ELLA: Ya veo, se imagina un contrato en el que uno se compro 111c confusión que corremos el riesgo de cometer con la actitud neu-
mete a dar placer al otro, a ser por un tiempo su apéndice de goce, 1útica en la que se lleva en el cuerpo la huella de lo que falta al Otro,
mediante retribución, un contrato únicamente consagrado al pla l'! emblema de una queja sobre el estado incompleto de esa ley. Por
cer; por ello el acento perverso es mucho más leve, nada de la Ley 1·1 contrario, la ley que lleva el perverso no es sólo artefacto, es su
está inscrito, sería simple prostitución .. . objeto de deseo, objeto reducido a lo accesorio que se· vuelve lo
ÉL: ... que tiene componentes perversos. Pero su ejemplo pued 1·sencial; emblema de gozo acabado, de un saber realizado, de una
ampliarse cuando el vínculo entre el fiel y su dios se vuelve contra ~L·ducción cercana a la muerte.
to -tú Me haces gozar y Yo te defiendo ... Cuando no está abierto ELLA: Por lo tanto el perverso sabe lo que otro rechaza; es su sa
al vacío de una transmisión, raya en el contrato perverso. El rcli her de la Ley lo que lo libera de ella, y le hace superarla.
gioso tapado, cerrado a lo que sucede, está de plano adentro. Feli É L: Para él si ella no tiene valor de ley es que no es la l'euladera,
mente "Sucede" algo, Dios da cuchillazos al contrato -"¡no es asl la que él produce y encarna. El aspecto desafío a las leyes 110 es mús
como se Me hace gozar, por Dios!"- y he aquí a los fieles en falta, qu e un primer paso de su proceso . Decir que el "drog ..1dicto" 110
murmullos en la asistencia, ¿y ahora qué hemos hecho? . .. Duele, hace más que desafiar a la policía, o a su familia, es un poco simple.
pero elude la perversión . . . Un poco idiota ...
ELLA: Volvamos al dolor. Usted hablaba de él como de un fctl ELLA: ... por lo tanto un poco perverso, puesto que dice usted
che .. . qu e lo idiota es no-saber encarnado , vuelto cuerpo-saber, eximido
ÉL: El dolor es cuerpo del Otro petrificado en nosotros; frag de ese saber .. . Bueno . Así pues, la paradoja es enervante, decirse
mentos de Otro mortífero: en estado puro, es el dolor de la neccsi qu e el perverso, sobre todo el masoquista, al manipular el dolor tie- .
dad en el drogadicto; un duelo del cuerpo del Otro presente en su ne como blanco aquel que se lo inflige.
ausencia; irrupción negativa; negativo en erupción. ÉL: Pero es mucho más vasto que una escena de dos; el compañe-
Dolor y flash parecen isomorfos; dolor de la necesidad y flash d rn puede ser un fragmento de la sociedad que atrapar, que atrapar
colmar; el dolor es el "colmanecesidad" del drogadicto: irrupción por sus límites, como el masoquista tiene por blanco al compañero
hemorrágica y deliciosa de Sí en Sí pasando por el Ot.ro abolido; que limitará.
masturbación del Ser y no sólo de un órgano; disolución del Otn ELLA: ¿ Y si aquel que le inflige ese dolor tiene un proyecto aná-
en la discrepancia de sí. Hasta el dolor es entonces recobrado como logo?
forma sin energía del ser. ÉL: Es que el masoquista y su pareja no forman más que un dis-
ELLA: Algunos dicen que el perverso está en duelo por no haber positivo. Y eso aclara un campo más vasto : el de la armonía entre
sido el objeto ideal para el Otro. . . · 11n conglomerado y los perversos qu e sec reta ; entre una ley en sus-
ÉL: Entonces ¿por qué ha tomado ese camino? ¿Le permite reali penso y aquellos que encarnan la versión fetiche, la aversión feti-
zar ese duelo? Está el duelo de un yo "otro" o de un yo del Otro t' hizada. Armonía cordial, rencorosa, indestructible, astuta.
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DIALOGO 11 !íXI< ÓMANO 169
ELLA :Pero la pareja del masoquista es un sádico . . . 111 i.111 ga rante, la carta intraducible, ilegible, sin respuesta posible.
ÉL:No. No más que el masoquista, ni menos. Es una pareja-de 1 1 LA: Eso recuerda la nostalgia dolorosa . ..
masoquista, que participa con él en la prueba de la "verdadera" 1 1.: Pero la nostalgia es dolorosa, aún cuando el dolor sea exqui-
ley .
i 111. La nostalgia no es el regreso del dolor, sino el dolor del regreso
ELLA: La perversión es pues la conjunción de dos instancias par
11 ,·sta do puro , regreso de lo que sin duda no tuvo lugar; nostalgia
tidas ; eso nos remite a la histeria ...
/, lo época imposible. El dolor traumático hace las veces de objeto
ÉL : No, la histérica sufre esta conjunción de uno -y Otro en ella;
d, deseo, tiene su nombre de tristeza, su forma con la que se fami-
sufre por el collage con su madre, se queda antes; el perverso pro l1.11 iza (aclara así la intuición perversa: extraviar al otro en el dolor
duce esta conjunción para abolir los términos, los supera con su q11t · pro voca , y arrinconarlo allí). Este dolor del trauma es el naufra-
montaj e.
1111 de una transmisión, ahí donde el fin se hunde en su origen. El
ELLA : ¿ Y eso es lo que duele?
¡11rvers o quiere dominarlo, y por inversión ese dolor lo domina y
ÉL : Sí; hacer que el Otro lo derrote y renovar esa "derrota" para
111l'Onfunde con él: con el objeto de transmisión; se convierte en ob-
hacer contacto con el Otro al que hay que capturar por sus límites, 1• l o pr ecioso y desecho; embrutecido y avisado: la anoréxica se pre-
du ele. Quizá el dolor del drogadicto en el "regreso" no es sólo el de 1 ,de de ser incomprendida, y el drogadicto de detentar el saber in-
la "necesidad" sino el del contacto con el mundo que funciona un 1,ans misible . . .
poco como Otro que tragar, que digerir . ... Y es un producto curio - ELLA: Sobre el místico decía usted que revive en acto el origen y
so. . . inasimilable .
, 1fina l de una transmisión, que se pierde en Dios y vuelve a perder
ELLA : Su idea del dolor como irrupción del Otro en el campo ,1 Dios en él, en una caída libre del ser ... ¿ Serán los drogadictos
narcisista . . . ¿ en qué el dolor de un niño necesitado de su ma- los nuevos místicos?
dre .. . ?
ÉL : Es seguro que en opinión de Santa Teresa o de Juan de la
ÉL : Dado que su madre no está allí, está abandonado sin recur- l'ruz es una seria baja de nivel. Pero como el resto también ha baja-
sos a la irrupción de ese Otro que es la necesidad . Su "campo" care- do, incluyendo la relación con lo divino, con el fetiche, ahí nos ha-
ce de límites, es el dolor y la aqgustia.
1lamos , el factor en juego se mantiene: apoyarse en el objeto en el
E LLA: De acuerdo; cambiemos de ejemplo: el dolor del alumbra-
miento, ¿ en qué ... ? que uno se convierte para superar su muerte dándosela, admini s-
trándosela. La perversi ón es una "administración" de la mu erte;
É L: Antes del parto, con su agitación y contracciones, el campo muy simple a veces. Trata las pulsiones de muerte no unidas, expul -
narcisista de la madre estaba completo, y he aquí que el Otro hace sad as por el grupo; es la impotencia del grupo para unir las pulsio-
irrup ción , el Otro en el que ya se convierte el niño , que llama a la nes de muerte que secreta para alimentarse con ellas. Algunos suje -
pu er ta como si viniera de otra parte, el Otro que es la necesidad de tos reciben esas pulsiones de frente, como un llamado de otro
pro cr ear , el Otro que es la especie, el Otro-Mujer, por ejemplo la mundo o una misión sagrada . El montaje perverso no las disuelve,
propia madre de la parturienta con quien tiene que "explicarse", de las paraliza, las hace más mórbidas al añadir su acento de muerte:
la que tiene que separarse . .. En todos esos casos , desgarramiento ser la verdad de un sistema es ser su punto de ruptura, su tensión
del campo narcisista. Por lo demás, ya se sabe que uno inviste "nar- lím ite, su dolor petrificado, su agotamiento de ser.
ci sistamente" la zona dolorosa; es posible convertirse en esta zona, ELLA: Es conmovedor ver a un ser vivo llevado a buscar pruebas
r educirse al punto que duele . . . Esta investidura, por una nueva de vida y de ley, y ese contacto límite entre la lógica y lo vivo que
car ga narci sista, subraya el hoyo producido por la irrupción, acen- pa ra otros es evidente . ..
túa el vacío , pues un dolor puede "vaciarnos" completamente, a la ÉL: Una prueba que sólo remite a sí misma es una prueba. La
vez bomb eamos y echamos fuera de nosotros; ya no hay nadie; vea perversión es inscribir y comprobar la ley con su cuerpo; ser el es-
la pérdida de conocimiento : ya no hay nada para investir el mundo, clavo idólatra del Otro capturado en sí; el testigo lúdico de su
" por tanto" ya no existe.
ELLA : ¿ Y el dolor psíquico?
naufragio.
ELLA : En suma, los perversos se han convertido en amos .en el
É L : Siempre hay la irrupción, pero el campo narcisista es más arte de ser esclavos . ..
amplio que el "cuerpo propio"; comprende las imágenes del cuer- ÉL: En el arte de casar el goce del amo y del esclavo; así como en
po, los objetos que nos prolongan . El dolor psíquico es la investidu- el de echar uno en el otro lo consciente y lo inconsciente.
,
..
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;rn óMANO 171
,1111nzo, inspira también, a la llegada, a quienes se encargan de tra-
ELLA: La idea de que el dolor no engaña . ..
1111lo; esto complica singularmente la tarea, que en algunos lugares
f:L: ¿No engaña sobre qué? ¿Sobre el sólo hecho de sentirlo
, afronta con hermosa simplicidad, erigiéndose u ofreciéndose
¿ En qué es garante de verdad? No es sino su señal ya fetiche : es v
, 111110 espacio de cierto vínculo que crear a partir de "nada"; por lo
dad que se siente ese dolor, pero ¿a qué otra verdad remitiría si n
1111·nos ello da prueba de que se ha tomado nota de esto: de que se
es a la que funda?
ELLA: En el fondo la práctica fetichista, sobre todo la de la dr
11.ita de una "enfermedad del vínculo".
ga, es una manera de vivir más allá de la propia muerte . ¿Es qui
una manera de escapar a la locura?
f:L: Pero la perversión es una locura organizada , cont ro lada,
lo que la salva de la locura caótica . Es una especie de pequeña locu
ra hecha adrede, querida, como el castigo querido por el masoqui
ta. Un perverso que se ignorara, que no contara con los medios par
conocer su perversión, estaría loco o idiota .
En cuanto a la expresión de moda "es su manera de" , me irrita
Gracias al psicoanálisis se dice hoy : pues sí, entró y le dio un pa
de bofetadas -era su manera de decirle que la amaba-, luego el!
llamó a la policía -era su manera de hacerle presente la Ley-, luc
go ella se sintió muy mal -era su manera de gozar- y luego . .. El
lío de la metáfora ...

Nuestras opiniones desarrolladas más arriba, por breves que sean,


contrastan bastante con los discursos y las presuposiciones de va
rias instituciones que pretenden tratar a los "drogadictos" . Pode
mos preguntarnos por qué dichas instituciones no afinan más sus
análisis; la respuesta es que no es necesario, pues además de que
un cambio así podría crear amenazas nuevas al principio de exis
tencia de esas instancias, es preciso señalar que lo que más les im
porta es ante todo existir, hacer gozar plenamente su principio de
existencia, por lo tanto asegurar un acoplamiento estable y perfec
tamente a punto entre ellas y aquellos a quienes tratan o subtratan.
Por supuesto ese acoplamiento tiende a funcionar a partir de mo
dos perversos, pero¿ qué importa en cierto sentido, si ello no resul-
ta explosivo; si resiste; si es un recurso "mejor que nada"? (Una ló-
gica análoga rige la enorme masa de instituciones destinadas a
"tratar" el desempleo, a "manejarlo": lo esencial es que su acopla-
miento con los desempleados "resista", y sea lo suficientemente es-
table; a fin de cuentas es su perversión y hasta su franca idiotez la
que más le garantiza su existencia y duración.) Querer afinar el
análisis es hacer que excrecencias más bien benignas corran los
riesgos que por naturaleza excluyen, en caso de haber sido el ho-
rror al riesgo lo que las provocó. Una cosa es segura: el principio
de existencia total (narcisista) que inspiró al perverso desde el co-
'
1 1 ACTO Y EL "PASO " AL ACTO 173

INTERMEDIO II

EL ACTO Y EL "PASO" AL ACTO l•,11nu estras sociedades abunda el paso al acto; encuentro hombre
111 ujer, primero se cogen -paso al acto tan "ligero" que no siempre
p,1sa gr an cosa- y luego se ve qué sucede, se ve lo que se puede "ha-
' 1·r ju ntos".
Pero nos llega una nueva moda de América: no acostarse prime-
' o, ni después de preferencia; de lo cual se deduce que no es asunto
d1· jus to medio ... Nos llegan también los "nuevos peligros". El
punto muerto de lo sexual decidió hacerse carne y pasar al acto; al
¿ Es típico de la perversión el paso al acto? No, todo el mundo lo ha - ,,laque . Sida.
ce; se pasa al acto lo que ya no se puede decir, retraducirse; se pasa
al acto la impotencia de decirlo, o de actuar .
A veces no puede decirse "paso al acto": hay acto puro, fulguran-
te, la idea de paso ni siquiera tiene lugar. Por ejemplo, un niño se l:'I paso al acto es una extracción del amor que no está en el amor;
hace una cortadura, sin ninguna "razón" perceptible; es como sisa- ,·sta extracción del amor inherente a las palabras, a los vínculos
liera de cualquier conducta hablable, como si saliera del lenguaje. parci ales, a las simulaciones, se hace a través de la negación de las
El objeto fóbico también es una punta de extrañeza fuera del len- imáge nes, de la simulación. Por eso la perversión es el pas o al acto
guaje, un empujón hacia lo indecible; allí el lenguaje está fuera de perm anente , estable, integrado. Se puede estar en el paso al act o sin
él .. . Parecería no que "el sujeto no sabe lo que hace", sino que "ac tuar": las palabras están desnudas, idénticas a sí mi sma s, los
para él el Otro lo sabe todo, y que en ese acto en el que se expulsa vmculos también. Infernal; se convierte en alucinación (una de
fuera del lenguaje , está a punto de convertirse en la pareja perversa nues tras huidas del infierno . .. ). El perverso pasa al acto porque
de ese Otro; se convierte en el nada de ese todo que lo sumerge y pasa con el acto hacia lo real fascinante de la identidad "verdadera ".
con el que traba un vínculo masoquista . Y no estamos lejos del feti -
che: este afecto que subleva al sujeto, es lo que el fetiche, en princi- 4
pio, debe "inmovilizar". En eso el fetiche está en los confines de lo
decible. Sólo el perverso puede decir que el deseo es una alucinación; por-
¿ Un ejemplo de esta expulsión fulgurante? Helo aquí , la mujer que no intenta más que alucinar el deseo al no contar con los me-
dice al hombre, como "adiós" un poco tierno: "Bueno , hasta pron- dios simbólicos para hacerle frente (o teniéndolos demasiado gra-
to, de todas maneras no te pasará nada puesto que te amo ." Una cias a su ley rígida). Su "verdad", el paso al acto, "flirtea" con lo
hora después, telefonazo del ho spital , un auto atropelló al amigo; alu cinable: lo percibido pasa a lo real sin el rodeo de la imagen; me-
al dejarla, atravesó "como un sonámbulo ", en la luz verde . ¿Simple- mo ria y percepción se confundirían; debe alucinar al Otro para abo-
mente quiso desmentir esa posesión que ella mostraba? No te lirlo, hacer de él una imagen captada o un pasado actual .
sucederá nada ; nada malo ; con ese nada . .. ella lo cubría . El haber La perversión es un tratamiento de lo alucinatorio por lo aluci-
atravesado como autómata fue un gesto mórbido y salvador: des- nat orio. Siempre podemos suponer que un goce traumático, un
prenderse de su madre que se colocaba por encima de su destino, cho que pulsional, intenta "memorizarse" por la vía perceptiva. Es
rehacerse un destino vacío, garantizado por su cuerpo. ¿ "Pasó" al como "sanar" el goce por un goce aún más "real" -una droga-
acto? El acto le pasó por encima; regresándolo al punto muerto o que se inscribiría a sí misma. En todo caso, el perverso tiene en la
al punto de partida. mir a lo real del Decir; su cuerpo es a la vez la huella y su soporte,
Podemos pensar, fantasear, "adornar con imágenes", imaginar- mientras que en principio es la dinámica de lo real la que produce
se ... pero el paso al acto toma lo real de un gesto, una imagen del y re produce las huellas que la desencadenan. Curiosamente la alu-
cuerpo , y resuelve, como la ley: no se desprende uno de nada en el cin ación nos retiene en el descenso hacia el caos, hacia la pura "ma-
paso al acto, está uno desprendido de sí. ter ia". Es un sistema de sujetadores por "huellas-imágenes " , una
sa lvaguardia contra lo inimaginable, contra lo real ante lo cual es -

"[172]
174 INTERMEDIO 11 1 1 ACTO Y EL " PASO " AL ACTO 175
tamos sin recursos. Para algunos este descenso, retenido o no , tíen 11 11nvací o de vínculo . Ello confirma hasta qué punto la adicción
acentos suicidas: desaparec er , desvanecerse , pero estar ahí para 111, un efecto se cundario : se toma la droga para depender de ella.
t'S
inscribir esta disolución del ser; curiosa partenogénesis en la qu 1 1.,dicc ión tom a el lugar de un vínculo de amor " realmente simbó-
se nace del feto que uno ha puesto en sí mismo . . . como Otro. La lirn"; es una ten sión de vínculo en estado puro, de la cual no es posi-
droga puede ser ese feto ruidoso que uno se pone en sí, se conviert ¡,¡,.presc indir sin de shacerse completamente .
en burbuja y uno se encuentra como feto ; inversión "lograda".
Por lo demás, parece que la palabrería sobre las nuevas técnicas
de alumbramiento y el "control" que aportan, acaricia sobre todo
el aspecto autoprocreativo; la fantasía fulgurante de parirse a si 1 11el amor a veces se obtienen conclusiones espantosas : de pronto
mismo; fantasía a veces "realizada" desde la noche de los tiempos: ¡111t·deuno prescindir del otro ; es remplazable . .. la tensión de in-
uno toma a sus hijos por sí mismo. Pero he aquí que quiere uno algo . , sto se desplaza, se metaforiza; uno no ama más que a sí mismo ;
real, "verdadero": y es la burbuja narcisista que vibra de vida agre , , peor. . . Pero con la droga -la "verdadera" : la que ata- el
siva. , 111cu lo de amor en vez de gastarse sólo se fija a la larga: ahí dond e
l11sot ros amores se extenúan (hasta el amor de Dios, cuando la r eli-
5 f'i<'>nse convierte en rutina), la adicción cava su camino en la carne
d1·I ser, contra el olvido ; aguj erea al ser, qu e se liga con el nuevo
En el fondo, la humanidad siempre ha buscado aperturas a lo aluci 1·111cu lo; el resultado es : memoria . .. Es una investidura "pasiva"
natorio; con o sin sacralidad. Huxley habla de una juventud bien v ,1ctiva; activación pasiva ... El acto de investir es más que un de-
alimentada y metafísicamente hambrienta, en busca de visión sa ¡,t'>sito de energía; es una marca de amor, es la erección de un ser
grada y utilizando el único método que conoce: "las drogas" ... 1un nivel simbólico. Hay una manera de errar en el infinito que ac-
Pero no sólo está esta juventud occidental -en cuyas espaldas uno 11,aliza el infinito. Investir un ser, suponer que tiene valor, es plan-
se descarga. En todas partes pueblos o tribus han tratado con la t1·ar que lo tiene para un tercero, es pues suponer al Tercero. Y hay
alucinación, y han hecho de ella uno de los umbrales hacia "el más t.intas maneras de negar esta frase "tener valor para un tercero",
allá". Pero la perversión es una fijación en uno . . . más allá: se estd rnmo las hay de desinvestir. En la experiencia alucinatoria, el Ter-
más allá de uno mismo. 1t-ro del que derivan los valores es excluido o rechazado, y es la ex-
Curiosamente, la moda de los "alucinógenos" no "pegó" en Occi- per iencia misma la que adquiere valor, como acto de vínculo ele-
dente . Sólo un arrebato de entusiasmo, luego las cosas se redistribu- 111cn tal, elemento de vínculo . ·
yen: a unos el sentar cabeza, el vínculo convenido; a los demás las
"drogas duras", el vínculo de la adicción, el vínculo absoluto que se
da uno a sí mismo. De hecho, si el factor en juego es la búsqueda del
Vínculo, un producto como el LSD no puede resistir, no puede col- IJn simple alucinógeno (del tipo LSD) deja el factor en juego en sus-
mar al ser necesitado de vínculo. Entraña una pérdida del vínculo pens o . . . Es cierto hasta en sus efectos fisiológicos : se halla uno
establecido, del vínculo afectivo entre lo percibido y lo concebido, 1·ntre dos contrarios, alternancia de estados, ya exterior a sí, ya en
sin remplazarlo por otro más fuerte; hace vigente una especie de s1.Los muros y los pisos parecen respirar como uno, fuera de uno;
proyecto de lenguaje naciente hecho de imágenes, de colores, de 110 se distingue su voz de la de los otros aunque se aguce el oído;
emergencias que parten del caos perceptivo de pronto desatado, se ve la "situación" en su conjunto estando dentro pero viéndola
disponible. Entonces se abre la experiencia de engendrar un len- desde fuera; al mismo tiempo, pensamiento abstracto más bien en -
guaje, de engendrarse como lenguaje de ese "percibido" caotizado . deb le ... Hay gérmenes de unión , de lo virtual, que ni resuelve ni
Uno se lleva al umbral de las palabras para rechazar su ampulosi- lija. Y sobre todo , en el momento alucinatorio lo que salta es el
dad . Por el contrario, una droga como la heroína restituye desde el vínculo "afectivo" entre per cepción e inteligencia . Lo afectivo es un
principio otro vínculo, el vínculo con . .. ella misma justamente, que pote ncial de vínculo s, es la emoción de estar en el centro de un
"fija" al sujeto, que lo tiene. Toma el lugar del tercero en el que resi - vínculo colectivo o simbólico, una emoción entre juicio y deseo,
de el valor del vínculo. La norma se convierte en la adicción, que aun cuando es un juicio de rechazo, como en el acceso de cólera:
ni miente ni engaña .. . El LSD es la inestabilidad, se sumerge uno hay que amar lo sufi ciente a un vínculo o juzgarlo lo suficientemen-
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1 l. ACTO Y EL " PASO " AL ACTO 177
te fuerte como para cortarlo en la cólera o para sentir la cólera d
no lograr cortarlo .. . El goce alucinatorio hac e saltar el vínculo prod ucc ión donde una sociedad confiesa mejor sus atolladeros ge-
convenido; invalida lo afectivo vigente para remplazarlo por la nu ,u:aló gicos? Ahí roza la idiotez cuando lo que se exige es que el Es ta -
va alianza de la que se es· autor y soporte. Se roza el factor en jueg, do gara ntice mediante una ley, una ley inscrita, el derecho de una
perverso, sin inscribirlo. En la alucinación hay una migración d 111ujer a que "nadie" la embarace . Una mujer quiere ser embaraza-
uno a uno mismo tomado como otro, y esta separación es la qu da po r el esperma de su hombre muerto desde hace mucho: espan-
ocupa el fetiche, en otra parte, cuando se ha realizado la fijación losa metáfora que quiere pasar al acto algunos rasgos del coito:
mor bosidad perversa por simple paso a lo real: el hijo tendrá un pa-
8 dr e realmente muerto mientras que todo padre lo está simbólica-
men te.
La experiencia alucinatoria es como un juego para desorganizar Hay sucesos-síntomas : a una pareja hermano-hermana que vi-
consciente, y verlo conscientemente reorganizarse, por azares recu vían maritalmente, tranquilamente ("aquello no molestaba a
perados, a través de un caos de huellas. Algo con qué producir nu nad ie") se le ocurre pedir al jefe de Estado una derogación para . . .
vos vínculos, sobre un fondo de vínculos perdidos o borrados. casa rse; para inscribir aquello en una ley; ejemplo de "paso al ac-
una ruptura de imagen, de asociación de imágenes. Pero la liberta to" en el que coinciden idiotez y perversión. Consideran la prohibi -
que da está reducida por el hecho de que uno se pega a ella; la libe ción del incesto como una ley escrita, codificada y garantizada por
tad "cósmica" de la alucinación es reducida por la necesidad d un je fe de Estado, que entonces puede hacer una pequeña deroga-
adherirse. Libertad adhesiva, inerte. Parecería que los grupos en ción en nombre de una realidad precisa : la armonía de una pareja
cargan a alguien de marcar rupturas de vínculo, de ser el drogadi "exc epcional". Resultan tranquilamente alucinantes esas búsque-
to de quién sabe qué, de llevar la tensión de vínculo: profetas, ch das de una huella que resista . El mismo factor en juego que el
manes, visionarios, poetas .. . cortadores de vínculos, hacedores d feti che.
nudos ... (Tenemos los poetas o los profetas que merecemos.) En
Occidente hoy son los drogadictos, los terroristas, los delincuente 10
los deprimidos, los marginados de todos tipos, los heridos del cuer
po, quienes marcan y hacen notar esas rupturas de vínculo; resto Algo un poco "loco" en el paso al acto hace decir que el perverso
de una tempestad invisible, aperturas de lo afectivo : es que el m) "de bió" ser psicótico : fuera del vínculo, fuera de continuidad ...
deo de lo afectivo no es el sentimiento sino el vínculo de las pal Pero pudo recuperarse dt; la falta de la ley, jugar con ella, creer que
bras, de las imágenes, de los cuerpos, del grupo . Un déficit afectiv podía realizarla. En el acto , el sujeto se hace uno con la angustia en
es una ruptura de vínculo que no halla cómo recuperarse, cómo r, la que el Otro (el extraño) se anuncia; él mismo se convierte en la
hacer el vínculo de otra manera . De ahí el interés de la alucinación señ al que arranca al Otro al encarnarlo.
como espejo del Otro: uno se ve en ella como su propio tercero y Fetichismo del acto : más que de evitar la angustia se trata de fi-
su doble confundidos. jarla; anuncia un flujo de "pasado", y el acto hace de ella lo actual,
fra gmento de inconsciente presente e inmediato: algo con qué in-
9 movi1izar en el instante un emblema consumado . El acto es paradó-
jic o (como lo simbólico): cuando falta sobreviene la catástrofe; pero
Curioso enredo entre perversión y paso al acto. Se tiene, se entr, su presencia aporta la falta y el peligro. (Eso es lo que hace ocioso
tiene y transita por lo "alucinante". A veces en el nivel de toda un ha blar de la falta en sí . . . La falta sólo existe con relación a un len-
cultura : por ejemplo el nazismo fue un paso al acto de lo que el O guaje que la señala.) El acto no es sólo una "ruptura " ; comprende
cidente cristiano simplemente pensó, rumió, fantaseó ... en su e una parte de suicidio del deseo que lo lleva; no reducirse a su acto
fuerzo de inmaculación : en su esfuerzo por volver a fundar a Dio es escapar de ese suicidio . Muchos prefieren evitar el acto. Por el
sobre una crucifixión renovada de aquellos que acariciaban el orl contrario, el perverso, idealmente, no es otra cosa que el acto que
gen, el fundamento. Ejemplos más irrisorios son numerosos, sobr, realiza , idéntico a su "ley" y a las huellas de su falta. El factor en
todo en el capítulo de las pequeñas gestiones perversas y moderna j uego es: dar una solución narcisista al problema del amor. (La dro -
alrededor de la procreación -pero después de todo ¿no es en sur ga lo logra.) Narciso no ahogado en su imagen, sino colmado por
ella. No olvidemos que la maldición de Narciso es la prohibición de
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INTERMEDIO 11

amar y hasta-de hallar en el Otro (en el mundo) cualquier cosa d d1-rse de él sin "hacerlo adrede", y percibir los sucesos repentinos
él; nada que pueda tomar por imagen de sí mismo. El narcisismo y sor prendentes que ponen en ejecución sin hacer adrede la diferen-
llega pues más lejos que el amor por uno mismo: consiste en tener ' ,a imperceptible ...
por ley una imagen -la suya-, por ello convertida en ídolo; en
romper con amor, odio, o simple depresión ... u
11 l.a perversión, que se salta el vínculo social en calidad de ley, inau-
gura para algunos una forma de acto absoluto, diferente _al suici-
De ahí esa paradoja de la solución narcisista: el sexo está saturado dio: el crimen, cuyo espacio de la delincuencia es una vaga aproxi-
en su eclipse mismo; la ley exaltada en su ruina, reducida a un ju mación, un cuestionamiento acuciante sobre la ley . Ferenczi dice
guete, alucinación tranquila de una sexualidad "jugable" sin histo- que los criminales son "grandes niños peligrosos", y habla de per-
ria, en el cuerpo "propio", presente en cada sexo y no en su diferen- versiones como de "infantilismos"; es sugestivo: el criminal, niño
• cia con el Otro . Sexualidad anulada. Reducida menos a una norma poderoso, directo, auténtico, desnudo, viva negación de los falsos
que a un dispositivo; siempre la idea de algo que hacer, de un dispo- vínculos, actúa y legisla a partir de lo que está allí, de lo que lo habi-
sitivo que colocar para capturar el deseo, podo tanto al Otro. Dis - ta: pulsión elemental, chorro narcisista, asunción total; no "difie-
positivo -esquife cósmico, microcósmico, para el viaje inmóvil. re", ya que no dispone de ninguna herramienta "diferencial"; está
El acto para algunos es el "planeta" del drogadicto ... Es posi - en el ser, y desde ahí convoca todo lo demás, en una vibración mor-
ble drogarse mediante el otro o uno mismo; el factor en juego es ha - tal en la que el acto iguala a las palabras, iguala al cuerpo. Ferenczi
cer del Otro un sub-"producto" de su cuestión narcisista. (Cual- habla incluso del crimen como simple "carencia de facultad de
quier solución estable de la cuestión narcisista puede ser llamada ad aptación" ... Eso remite al horror por las simulaciones, por los
"perversa".) compromisos; pues adaptarse es consentir en las imágenes no "rea-
les". Ahora bien, la perversión está dispuesta a hacer "reales" las
12 más ficticias.
El crimen, en latín, es el acto de decidir: el criminal se ha com-
El perverso quiere no destruir al Otro sino al ser; está cautivo de prometi do a decidir, a resolver, ahí donde los vínculos posibles in-
una imagen que a decir verdad no es ni la suya ni la del Otro (ejem- vitan a dejar venir los "regresos" y a querer lo indecidible ... Pedir
plo: la imagen de las creencias maternas). Mientras que el neuróti- al perverso que se adapte un poco mejor, es pedirle que abandone
co quiere ser el límite del Otro, en la relación perversa se está en su decisión sacrificial de salvar al mundo o de salvarse del mun-
el límite de uno mismo, uno incluye sus límites. De ahí el cierre, la do ... f:s invitarlo a lo indecidible. En principio declina la oferta .
autonomía compulsiva: jugar con su pérdida, con la idea de recupe- En cuanto a la delincuencia -cuyo acto límite es el crimen-,
rarla ... No tiene nada que ver con la "pérdida" de la histérica, a adopta a veces formas triviales pero curiosas: sabotear, ensuciar,
quien no se le ocurre ser "nadie". romper, sobre todo lo que está "renovado" ... Además del desafío
Ello aclara el vínculo entre crueldad y perversión: lo cruel no es a la ley, es el proyecto de dejar una huella a cualquier precio. Todos
sólo lo crudo, lo que se complace en la sangre y la carne cruda; no sienten que su huella es casi nula e intentan inscribir una que resis-
es sólo. los cuerpos desnudos tomados como realidad, más allá de ta. He conocido a gente cuyo placer es romper los aparatos telefóni-
las palabras, no "cubiertos" por el lenguaje. Es cierto que la per- cos. Y la respuesta de Comunicaciones es conmovedora: "Atención,
versión quiere poner al desnudo esa realidad pura en su materiali- una llamada puede salvar una vida ... " Justamente, ser aquél me-
dad, pero la crueldad es un efecto de Verdad: donde el que dice goza diante el cual el hilo de una vida puede ser cortado, qué huella ...
encarnando esta verdad y aplicándola en los cuerpos. Es la cruel- Ser el mensajero que dice: "¡En esta sociedad no hay comunica-
dad que consuma. Y si la perversión quiere consumar lo simbólico, ción! ... ¡no hay mensaje (no obstante nos venimos abajo)! ... ya no
es posible definir lo simbólico como una renuncia a la perversión hay Verdadero amor, Verdadera palabra ... " Exceso disciplinado
puesto que ella funda el deseo y hace de él un saber, o una destreza. para "probar" que falta el amor: ser la autodestrucción en marcha.
De hecho, el acento simbólico es más que una renuncia así; es una Destruir al Otro -el cuerpo del Otro- en el sentido más trivial; al
seducción del inconsciente por transmitir; es pues preciso despren- mismo tiempo, llamada de socorro, y llamada a la sordera.
180 INTERMEDIO 11 1 1 ACTO Y EL "PASO " AL ACTO 181
~

14 ,h· la otra . Pone al desnudo el hecho del vínculo . Parece que ha to-
111.ido al pie de la letra la idea de qu e el amor está fuera de la ley,
Se dice que la conciencia moral es débil en el perverso . Por el con y lija ese cliché en su ley propia, su pequeña reglamentación : fija-
trario puede ser muy fuerte, para tomar el relevo de una ley "podri ' 1ún fetichista apenas teñida de muerte cuando el ídolo-muñeca lle-
da" . La perversión está en los cimientos de la moral, si por moral s, na de imágenes el amor maquínico .... Para algunos todo este asun-
entiende una fijación de las costumbres . El acto de fundación qu 10 no es más que una sucursal del Edipo: la mujer que busca al
en otras partes es mitificado, el perverso lo asume siendo amo y padre y el hombre que busca a la madre ofrecida a todos y por lo
súbdito de la ley que encarna. 1anto a él. . . Ahora bien, está mucho más allá. Es lo arcaico del
Y si se adopta el punto de vista freudiano sobre la "conciencia .11norlo que ella manipula, su relación con la ley, la regla, el traba-
moral", aquello no cambia en nada: según él, la conciencia moral jo, el sufrimiento , el valor, el goce ... Si hay Edipo, no es el que se
es el residuo del complejo de Edipo (el Super ego), y dado que en 1 ree: vea a quienes van al burdel empujados por la fantasía del pa -
el perverso el Edipo fue eludido, el relevo del padre estaría desfa dre -o por su consejo expreso, "pagados" por él. Van a buscar su
lleciente ... Ahora bien, se trata de superarlo mediante un Super hue lla como si fueran a ver a su madre, su madre de él, su "verda -
ego más moralista y virtuoso, y ajustado a su elección fundadora. dero" lazo incestuoso ... El orgullo de la pro stituta qu e ex hib e sus
Éste es el criterio: el perverso cree remplazar la transmisión de in pant uflas de buena marca en la m a te rnid ad en la qu e da a luz só lo
consciente por el acto autofundador. ~e iguala al de la mujer legítima qu e ex hibe la s mi sm as "cosas "
Tratándose de virtud en acto , mencionemos la prostitución . . . bajo la cubierta de la ley. Pero la prostituta exhib e bajo el descu-
Pues si hay una práctica que pasa al acto .. . al acto sexual puro, hierto de la ley, al revés de la ley cuyo descubierto exhib e. Aun
es la prostitución . Arranca el acto con sus misterios y sus vértigos ruan do hay Edipo, ya pasó al límite en el conflicto : la prostitut a
(paso al acto se convierte en activismo de la prostitución); "consu- l'Onvierte su enfrentamiento con la Mujer, que encarna pero que no
ma" la seducción que se convierte en objeto de trabajo; y el acto, es, en un suicidio de lo femenino; su enfrentamiento con la Otra
más allá de una descarga, se organiza en facticio-fetiche. Pocas Mujer se convierte en un suicidio de la Mujer, no consumado pero
prácticas "desviadas" están tan pegadas, tan ajustadas a la socie- "vivido", aunque se mezcle el hechizo del "amor verdadero, absolu-
dad que las secreta. Y no puede decirse que ella" desvíe" el instinto to". La prostitución ha disipado la angustia propia de Eros y sólo
sexual; lo pone a trabajar, lo vuelve opaco a fuerza de hacerlo trans - la vuelve a encontrar en los momentos del regreso, regreso a la rela -
parente; como en la pornografía: anulación de lo sexual -todo está rió n " convincente", "normal". Su cuerpo purificado confirma has-
visto, ya no hay nada que ver, de ahí la idea de que lo que hay que ta qué punto no hay amor sino palabra o inconsciente. El regreso
ver se ha ocultado, es aún más misterioso. (Al invalidar el misterio es esencial e . .. imposible: "reinsertar" a las prostitutas en el "re-
no se hace más que desplazarlo, nadie se engaña .) En la prostitución gres o" es tan imposible como impedir que se exhiban, que las haya
el sexo se convierte en el grado cero del sentido, grado absoluto. Y des de el momento en que pasan al acto el punto muerto del amor
curiosamente, eso aclara otros sentidos: cuando esas señoras piden y de la ley.
una situación legal ("retiro, seguridad") para poder "confesar sin Hoy -diversificación obliga, mercados tapados, destapados, lu -
vergüenza a nuestros hijos la naturaleza de nuestro trabajo" . .. gar es disponibles de mercado ... - es la sociedad la qµe subvierte
Y el dinero confirma el vínculo con lo sagrado, pues ¿no es la prostitución mediante la industria erótica . Está la pornografía
el dios paralelo de nuestras muy creyentes sociedades? Podemos del " decirlo todo", no sólo del "verlo todo" o del "hacerlo todo" . . .
contar con Dios pero el "contador" es el dinero, como dice un "Agencias" donde los dientes llaman por teléfono y "cuentan sus
"portavoz". fantasías", sus prácticas eróticas "extremas "; especies de
Y qué verificaciones ... (no dije aberraciones pero habría podi- pa labras-actos; entre la fantasía y el acto, "prácti cas" posibles ...
do decirlo). Somos , ¿no es así?, una sociedad de "servicios"; mu- Ello confirma que es la sociedad la que produce y subvierte sus
chos intermediarios; el proxeneta es uno de ellos : "proxeneta", es islotes perversos, no a la inversa. Así pues , por más sutil que se ha-
aquel que pone en contacto a dos "extraños"; en este caso el hom- ga, no se rebasa la idea de "casa de paso": mediante este rodeo coin-
bre y la mujer; ya no hay "extranjeros" en el terreno del sexo. Sim-. cide con la institución donde a menudo el umbral se elabora como
plemente, prostitución es simétrico de institución: una exhibe lo un acto rápido de prostitución . .. La prostitución hace de tal acto
que la otra encierra. Una, la prostitución, puede ser el escaparate de lo sexual un paso al acto trivial o ritual , donde es la Nada disci-
1 1 ACTO Y EL "PASO" AL ACTO 183
182 INTERMEDIO 11
11,,rcisistamente: la ha confundido con él. Por ello ya no tiene nada,
plinada la que pasa al acto. Lo que es invalidado es el amor mismo; y,,es mucho si se tiene, si "resiste". Éste es el drama narcisista:
ello afirma la falta de amor en el amor; es el amor tomado como tes , uando uno confunde lo que ama consigo, lo ve desaparecer . ..
tigo de sí mismo, de su fracaso, aplastado bajo el incesto puesto al Para amar hay que estar un poco distante, hay que guardar la
desnudo, invalidado, doliente, deprimido; el sexo regresa al punto distancia, se necesita energía, diferencia respirable. El perverso
de muerte; anorexia del deseo donde no queda más que la llamad debe probarse que tiene su "verdad"; y para ello hace cualquier co-
muda al Deseo absoluto, llamada sutil o idiota. ~a. y esa verdad se convierte en cualquier cosa; la invalida para re-
Se ha comprendido que el interés de la prostitución la rebasa: , uperarla, la pisotea para ver, para verificar; su relación con lo ver-
aclara otras tantas relaciones con el deseo y con la sociedad ... el dadero supone el fetiche y lo implica: sin fetiche como punto fijo
poner en marcha la fantasía: el deseo a la vista y a revistas desple de la verdad, la locura lo acecha. El perverso quiere captar la verifi-
gadas ... Está ya casi disuelto en las "costumbres". Pero la pros ti rnción de lo verdadero, captarla en su punto muerto, y el punto
tución insiste en el paso del ídolo al cuerpo, y contrariamente a las muerto de lo verdadero es el fetiche. Da un apoyo "otro" que viene
estrellas, aquello puede comprarse y consumirse en cuerpo real; ,1 ser el mismo, uno mismo.
ideal de consumo, donde el "producto" somatiza el punto muerto
del amor, el de dar, de darse (de ahí el sustituto: venderse ·, comprar 16
se ... ). Insiste también en la relación con el vínculo; siempre;
vínculo religioso mucho antes de María Magdaleria. Recientemen Todos saben el refrán: la verdad sólo puede "medio decirse", decir-
te, para pedir la "legitimidad", ocuparon ... las iglesias, y ya en la se a medias. Pero ese decir a medias aclara poco en el caso del per-
Biblia es la misma palabra la que designa al Dios santo y a las pros verso, pues así aceptara cortar una mitad o una tercera parte de
titutas. Y cuando san Luis decide su rehabilitación las confía al con ell a, querría esa mitad o esa tercera parte enteras, cercadas por él.
vento de las Hijas de Dios. La rehabilitación falló, se volvieron a Quiere que la parte esté completa.
abrir las "casas" y las madrecitas de Dios retomaron su lugar, cen Esta fascinación por la verdad confirma el horror por lo que se
tinelas de lo abyecto pero también "iniciadoras": un golpe para na oculta o se rechaza (incluso en la simulación), pues lo que se oculta
da, el golpe del origen, para comenzar en la vida ... Eso también se escapa. El perverso quiere jugar con lo rechazado, jugar a mostrar-
ha diluido en la sociedad, incluyendo ese esencial estigma de per - ocultar, si es él el director, el gestor del factor en juego. Y la gestión
versión: saber qué hacer para gustar al Otro y que el Otro lo sepa puede ser muy simple: "tomas" de fetiche o de "producto". Nuevas
-tecnologías del cuerpo ... Vasta apertura industrial de la porno- tomas ... La droga ha "simplificado" aún más las cosas para los to-
prostitución, bien asimilada por el cuerpo social; es.'decir, que cada xicómanos, esos centinelas de lo absoluto.
forma de perversión funciona como una crispación de lo posible, de
una posibilidad que la sociedad se dedica paciente, ciegamente, a 17
disolver y reproducir, mientras tanto . ..
El perverso cree estar en lo cierto .. . Pero su factor en juego es una
15 tensión insostenible entre creencia y verdad; le hace tanta falta la
verdad que ésta arranca la creencia que la lleva, el pedestal sobre
El acto pretende ser la verdad de los pensamientos que lo evitan; el cual, como verdad, se exhibe. El perverso se consagra a ella por-
por eso increpa al perverso y su verdad. Muchos aman la verdad y que se identifica con la verdad de un vínculo.
confían en ella para que los lleve más lejos puesto que ella se les
escapa en parte. Pero el perverso hace de su ídolo la verdad y de la 18
verdad su ídolo; se somete a ella a condición de ser su autor, la reco-
noce a condición de poseerla. Conoce su paradoja: ¿ cómo someter- Es un hecho que el perverso "asume" ahí donde otros se cscabu--
se a sí cuando no se tiene otro lugar donde poner los pies, y no pue- llen. Eso lo salva a veces, este poner al desnudo el destino . Pienso
de uno pisotearse al infinito? El hombre se ha ocupado de inventar en una obra muy fuerte, China Blue de Ken Russell, donde la em-
los dioses, las musas y la inspiración para asegurarse de que su ver- pleada bella y honesta se vuelve prostituta por la noche, en un gesto
dad le viene de otra parte: si no, ¿cómo articularla o incluso sopor- autodestructor y gozoso. Encuentra el amor, el riesgo del amor; es
tarla? El perverso, de donde le venga su verdad, ya ha investido
184 INTERMEDIO 11 1 1 ACTO Y EL "PASO" AL ACTO 185
la explosión, la catástrofe . .. Pero es su "regreso" fuera de la pros- ,npi ra inocencia; está más allá de la falta. La perversión es una po-
titución lo que importa, vivo y complejo: en primer lugar el hombre •l<'iónde inocencia; roza a veces la idiotez, pero con mucha "inteli-
al que conoció da todo su valor al sexo .y a la palabra; pero sobre ¡;,·11ci
a". La desgracia del perverso es que tiene iazón. Es lo que le
todo el "regreso" pasa por un asesinato: ella mata a un "padre",
un religioso, que la acosaba para "salvarla" y que le dice al morir:
q11ita la razón; pues nadie le ha confiado la tarea, nisiquiera él, de
1•1•rific
ar las coordinadas del espacio humano. Pero sobre todo es lo
yo soy tú. Es un asesinato de ella misma como verdad petrificada, q11c lo derriba o lo hunde en la locura de la razón.
asesinato de la identidad en sí que ella poseía y pisoteaba al pros-
tituirse.
'I
Cierta prostitución fetichiza el amor imposible de encontrar,
lo imposible de encontrar el amor. A veces la prostituta es una ll l ne urótico hace daño con el rechazo, y se hace daño con él; el
figura de lo sagrado. Pero ¿cómo atravesar lo sagrado sin "des- psicó tico no tiene posibilidades de rechazar, el perverso no quiere
figurar"? , l'chazo, quiere ocultar que hay algo que ocultar, detesta el juego
de sombra y luz si ese juego se le escapa; quiere poner al desnudo;
19
l.1 revelación; la profanación; salir de la condición humana me -
dian te la eternidad, la verdad convertida en juego y la muerte in va-
El perverso confunde simbólico y sagrado. O más bien, él es la con- l,da da.
fusión de ellos, su colla,ge. Es lógico: de niño se encontró frente al ob- Es e ser enteramente "libre" está cautivo de su libertad ; de su rc-
jeto del incesto, la madre, que al mismo tiempo le transmitió la pro- 1 hazo del rechazo, el cual se lo regr-esa -lo expulsa en el ac to-:
hibición del mismo, aunque ella misma cree en el incesto, al cual paso al acto, donde consciente iguala a inconsciente, pérdida iguala
consagra su pequeño templo interior, para ella y su Padre ideal ... ,, as unción; el más acá de lo sexual y su más allá se confunden ;
Él se encontró entonces ante un ser "sagrado" que lo alimentó ,,mo r por sí y amor por el Otro son aplastados en el mismo odio.
con su cuerpo y sus palabras, y la idea se le impuso: los nombres El perverso no está "más allá del inconsciente", está dentro to-
toman cuerpo y los pedazos de cuerpos fetiches son los verdaderos talmente, porque el inconsciente no es una reserva de contenidos
nombres.
o un conjunto de imágenes almacenadas, es una relación dinámica
El niño no estaba loco: tenía razones para cuestionar , dudar, in- mtr e la otredad y los potenciales inscriptivos. Tal perverso puede
crepar .. . más allá de lo que veía, más allá de la ausencia de pene vivirlo en el nirvana "planetario" o acosando muchachitos; en la
que Freud casi fetichizó: como una verdad naturaf convertida en pure za o lamiendo vómito sobre los cuerpos exóticos en su búsque-
símbolo -"el cielo es azul" ... Ahora bien, el valor de lo simbólico da de una lengua Otra ... . Lo importante es lo que encarna . . . Ese
no ~s ser "verdadero" sino ser una apuesta humana, una vía para ser irrompible se ha hecho la ruptura misma, ahí donde le parece
superar lo "humano" y lo real. que los demás van a la guerra sexual, ahí donde no resisten el golpe,
donde no comprenden ni jota .. .
20 Conocemos la explicación clásica: la perversión es un regreso a
lo infantil, una regresión a los "estadios precoces" de la pulsión.
Para el perverso, lo verdadero es una creencia real, reducida a su ¿Es o qué explica? ¿Por qué esta "regresión"? ¿En relación con qué
huella en la realidad de los cuerpos. Tuvo que fijar la verdad al pun- fan tasía de "progresión"? Sólo dice, y es mucho, que se trata del in-
to de creencia narcisista, porque se halló "desde el principio" en consciente puesto al desnudo (pues para Freud, infantil, inconscien-
una situación sin salida; "situación" es distinto que mala madre, te y primitivo son iguales).
mal padre, padre demasiado bueno . . . Una situación es una genea- Freud tomó como paradigma de la verdad el hecho de que lama-
logía, una dinámica de los trayectos posibles, un .álgebra de pasos dre no tiene pene: según él, el perverso inventa su montaje para de-
y obstrucciones; es el lenguaje que eso permite. fenderse de esta "Verdad", invalidarla, creer que no es .
En el caso del perverso eso le permite jugar con la realidad del Ahora bien, el hecho de que la madre no tenga pene, no hace una
Otro vía el producto, la pareja, el fetiche . El montaje perverso se verdad , es apenas una "realidad", muy modulada por las creencias
constituye en límite deslumbrado de su verdad ; disolución del ser de dicha madre, y por la petición hecha al perverso de verificar esas
que se reanima a sí misma y se niega en su duración . Todo ello cre encias. Es arriesgado tqmar eso como prototipo de verdad. No
186 INTERMEDIO 11
1,1. ACTO Y EL "PASO" AL ACTO 187
fue tanto frente a la falta de pene como el futuro perverso conoció rración es una ley no controlable, un potencial de rupturas que actúan en
la catástrofe, como frente a algo más vasto donde la madre necesi i·I discurso y el deseo, que lo llevan y lo desplazan, entonces es seguro que
tada de sí misma, enredada en sus creencias a la deriva, desempeña el perverso no la quiere ... Si castración es cortar el pene, la idea se vuelve
un papel evidente. Es confiar demasiado en la realidad desnuda, demasiado estrecha. Por ejemplo los cortadores de trenzas que Freud roen-
neutra, sin precedente, creerla suficiente como para que un niño se no na y que según él "desempeñan sin saberlo el papel de personas que rea-
aferre y haga frente al flujo de creencias al que está expuesto. Toda lizan en el órgano femenino el acto de la castración", demuestran por eso
realidad está precedida de creencias en estado de transmisión. Y el mismo que lo esencial no es la castración del pene, sino la ley de la que esos
futuro perverso está atrapado en la tristeza de invalidar las creen rnr tadores se convierten en agentes fanáticos.
cías de alguien al que ama, no puede invalidarlas más que destru 6] Freud dice que "las fuerzas inhibidoras" (que normalmente fundan la
repulsión, el pudor o la vergüenza) "ya no actúan en la perversión" o son
yéndose con ellas, por lo tanto compartiéndolas. Se comprende su
desbordadas; pero ¿explica eso que sea justamente el objeto "repugnante"
estrategia de la vuelta: voltear la "cosa" asumiéndola.
o la cosa "vergonzosa" la que atrae?
Al no poder desmentir las creencias maternas, se pasa la vida 7] Asimismo la distinción activo-pasivo se revela frágil; el masoquismo
desmintiendo. Casi habría sido "preciso" pisotear lo que ama para por ejemplo sería una "forma pasiva"; sin embargo más bien lo hemos ubi-
buscar el amor. Como es imposible, entonces se pasa la vida piso ca do como un desencadenamiento fanático que se apresura a barrer al Otro
teando el amor en busca del amor. literalmente, y mediante un método particularmente sádico : fijándolo a sí
mismo (lo cual lo anula como " otro").
B] Pero es la idea tradicional de que la "fantasía perversa" es inconsciente
NOTA
en el neurótico y consciente en el perverso la que parece discutible ; sería más
justo oponer un contenido psíquico fantaseado y un contenido actuado (oposi-
Para algunos quizá valga la pena que se les recuerden algunas ideas claw~
ción distinta a la que hay entre consciente e inconsciente; distinta también
de Freud en torno a la perversión.
a la que hay éntre activo y pasivo). Podemos pues decir que la perversión es
1] Ante todo, según él las perversiones son intervalos en el "desarrollo una "posición" subjetiva a la que le sirve de base no tanto una "fantasía cons-
de la pulsión sexual", fijaciones . Ahora bien, hemos visto que en caso de ha ciente" como la actuación de una fantasía inconsciente, de una fantasía del
her fijación, es más bien el Otro el que está fijo, petrificado, atrapado en Otro , pudiendo ser esta actuación diferentemente consciente .
el montaje perverso. La "detención de desarrollo" (que según Freud entra11u 9] Cuando Freud menciona a los "perversos y a los homosexuales que no
fijaciones en estados regresivos) no es una causa de perversión, es en lo que eligen su objeto de amor ulterior según el modelo de la madre sino según
consiste precisamente: una detención donde se trata de detener al Otro. el de su propia persona", es evidente que hay que añadir: según el modelo
2] Se necesita todo el humor de Freud para al mismo tiempo impugnar de su propia persona en función de la madre, en función del Otro cuya fan-
la noción de "normalidad" en materia sexual y sostener que toda desviación tasía fijan, lo cual los expulsa de la fantasía hacia el acto.
de la pulsión sexual en cuanto al objeto y al objetivo es perversa. Se refiere 10] En cambio, la actuación del perverso y su lado hiperconsciente hacen
a la desviación con relación a las normas. Es esta contradicción, y otras ra difícil el trabajo de interpretación (en el sentido freudiano de llevar a la con-
zones también las que nos han conducido a tomar como punto de referencil ciencia: puesto que ya está allí). Además ¿cómo puede "enganchar" la pala-
el factor en juego simbólico, y no la norma o el "verdadero acto sexua l". bra al acto? Sin embargo es posible, pues el acto está enganchado a otras
3] Freud distingue entre perversión .y pulsión, distinción que nos sor palabras y fantasías. Y ello a pesar de la agudeza de ese punto traumático
prende hoy pues a nadie se le ocurriría confundirlas pero tenía su interés, del perverso: a quien la ley y la seducción (por la madre) llegaron al mismo
si bien es verdad que en la intuición corriente perversión iguala a incons- tiempo; como si la seducción fuera ley, y la ley seducción total.
ciente, el inconsciente puesto al desnudo y "desatado" .
4] Freud distingue entre objeto en el caso de la pulsión y objeto en el del
22
amor ; lo malo es que en la perversión se inviste co·n amor el objeto de una
pulsión , o mejor aún : se transforma en pulsión la aproximación del objeto
de amor . En cuanto a la explicación: el sujeto es desviado del objetivo se- La "depresión" del perverso: si debe crear al Otro se encuentra con-
xual normal (unión de las partes sexuales) por la intensidad del placer que vertido en hijo de la nada, puesto que no puede crear Otro sin ser
obtiene en los "preliminares", y hemos visto el riesgo que entraña : incluirlo el puro producto de su ausencia. Más allá de la "inversión" perver-
todo en un prin cipio de placer. En realidad lo preliminar es lo original que sa jugable al infinito está el proyecto de hacer jugable al infinito la
no termina . frontera entre Sí y el Otro, saturada de profanación, de adoración,
5] Su idea del perverso (aquel que niega la castración de la madre) es la de insulto y de ideal . . . Con la fascinación por las envolturas, las
más vasta ; tan va sta o estrecha como la misma palabra castración. Si ca~- pieles, los velos, las fronteras vivas de los cuerpos (donde el placer
188 INTERMEDIO 11 l•I. ACTO Y EL " PASO" AL ACTO 189
es siempre preliminar, original), por esta frontera donde se refleja 11crativa, la genealogía del deseo; de eso no sabe nad a porque está
la "Verdad", la de darse nacimiento a_través de la ruina del Otro. .identro : en un sueño de autonacimiento, de transmisión en circuito
El perverso, este amante de la Verdad, no hace más que alucinar; la 1·crra do . Ciertamente funda su lenguaje, su programa ; última ver -
lengua misma se le ofrece a manera de un juego manejable. Varios dad de su razón, la razón loca de Su "verdad".
escritores conocen ese momento en el que creen manejar completa-
mente la lengua , ellos que son un instrumento de ésta. s
23
No hay una "estructura" perversa donde uno pueda integrar éstos
Abrazo desesperado con el ser, si hay que alcanzarlo a través de sí, 1on exclusión de aquéllos. Pero podemos esbozar un vasto poten-
de través, como Otro. 1 ial de formas, clínicas y culturales, que retengan algunos rasgos
Los verdaderos idealistas son los perversos, con su búsqueda de de la relación con el vínculo social, inserción y desinserción de con-
absoluto vuelta mórbida a fuerza de eludir la muerte; su exigencia duct as precisas .. . Hay una "inspiración" perversa de la relación
de verdad (sorprendente para campeones de lo facticio) es la exi- ron el Otro y el mundo, de los espacios ramificados de prácticas
gencia vital , que quiere resolver verdaderamente el problema del más numerosas que rituales íntimos. Inversamente , eso hace perci -
amor. Es lógico: los humanos se debaten con el amor insoluble, es bir el acento perverso de los procesos sociales "normales" en sus
fatal que algunos se crean obligados a resolverlo . Solución final. momentos "culturales" más álgidqs: pedagogía, distr ac ciones, me-
Nuestros perversos, tan inteligentes, sospechan que la "verdad" dios de comunicación, relación con el poder, con la familia, las tradi -
que encarnan no es más verdadera que la que niegan, que la verdad ciones, las obras, la belleza, el pensamiento, las riquezas, la natural e-
de su negación no se funda más que en ella misma , lo cual la hace la, el trabajo, los tratamientos, la muerte, el amor, el nacimiento ...
dar-vueltas y vueltas . Pero pueden no sospecharlo; la estupidez in- Ya no es cuestión "sexual" en estado puro . Y cuando suelta uno la
teligente existe; puede uno tener puntos ciegos (focos de erotismo pala bra "estructura" que fascina a mucha gente -fascinación ra-
verdadero) y ser por otra parte muy clarividente . ram ente fecunda-, se advierte una pululación de uniones, de las
Además se trata de ser el operador de la inversión en la que se circ ulaciones entre variedades perversas, variedades de un mismo
engendra la verdad . Es la función de verificación que encarnar . Ahí fact or en juego diversamente cargado, repartido , dispuesto. Algu-
está el esfuerzo de agudeza: el perverso purifica la fantasía para ha- nos desde un principio adquieren lo que a otros les exige un gran
cer de ella un programa : el ideograma de su religión conectada a tra bajo. Por ejemplo, echar al Otro sobre sí, capturarlo, es un factor
la pulsión. El placer, el nirvana, la "gloria", el flash, la embriaguez, en juego perverso esencial, pero que el drogadicto ha adquirido des-
el dolor, señalan que "aquello funciona", el autocompletarse uno al de el principio: el Otro es el vínculo toxicómano y se crea por la dro-
otro: " Soy el bofetón y la mejilla . . . la herida y el cuchillo ... "Pero ga. Cuando el drogadicto desinviste " la realidad", como se dice, es
lo esencial es lo que añade el querido poeta: que es también "el es- el primer paso para inmovilizar al mundo, inmovilizarse en su
pejo donde se mira la arpía"; es pues el despliegue donde su m·adre mundito, destruir al Otro, o plantearlo como destruido. En otros
contempla sus creencias verificadas. Y ser esta verificación lo ago- puntos perversos se lo intenta de otros modos (fetichista, anoréxi-
ta, le interrumpe la aproximación a la verdad, lo hace mortal inclu- co, "terrorista", masoquista, suicida ... ). Pero podemos conceder a
so a sí mismo; es a veces la huella de muerte real que parece devol- las formaciones humanas tanta riqueza como al reino animal. La
verlo a la vida , r ecordarle la memoria de vida . em briaguez del alcohol no es el orgasmo del hambre . Los masoquis-
Contrariamente a lo que se dice, no " busca" la muerte; vive un tas cubiertos de cuero, "resistentes" y azotados, los apasionados de
poco más allá de esa muerte sin vida, sin otra vida que la del la pornografía, los enamorados del Minitel para teléfonos eróticos,
inconsciente-programa . pu eden parecer anodinos ante la publicidad más rentable, las vio-
lencias más manejables, los terrores más calculados, dosificados,
24 sobredosificados, en torno a las drogas, las delincuencias, que
cuentan menos por sus efectos que por los boquetes que abren en
Pasa por experto en Deseo ("ex padre del deseo", dice riendo), pero lo que seguía su curso "normal" . Pero en esta jerarquía en la ges-
su "saber" . le prohíbe la génesis, la transmisión, la transferencia ge- tión de los "efectos", en su tasa de interés y la ganancia que se saca,
190 INTERMEDIO 11

nadie está obligado a alinearse en los medios de comunicación u


lllALOGO III
otras bolsas de valores de angustia. ¿Es de mejor gusto la angustia
de un drogadicto necesitado que la del perverso que no halla pareja
VARIEDADES
o que la de un exhibicionista, o que la de un desempleado necesita
do de esa droga particular que es el trabajo? Es cierto que para pro
curarse el "producto" uno entra en contacto con la sociedad (y
hasta se la amenaza) de diferentes maneras . Un exhibicionista a me
nudo no hace más que divertir a las muchachitas , salvo si se le ocu
rre matarlas. En este caso, si seguimos la ley de los grandes núme
1. ANORÉXICA
ros, lo más masivo e inquietante sería la perversión de los normales,
la perversión que secreta la cultura de las "normas" . .. Enormes su
ELLA: ¿ Y esa otra embriaguez, la del hambre, con la que se embo-
presiones.
1Tac ha la anoréxica?
ÉL : Lo esencial ahí tampoco es el placer de intoxicarse con el
ham bre sino ese rodeo que hay que dar para captar la ley de la vida
•n su nivel elemental: biológico, celular , metabólico ...
ELLA: ¿No se da simplemente en la anoréxica una "fantasía me-
galomaniaca" al principio? Todo el mundo tiene necesidad de co-
me r y de defecar, excepto ella -puesto que a menudo es una niña
o u na mujer ...
ÉL: Es más bien una presión narcisista, que hallamos en todos
los perversos, a la medida del factor en juego : recobrar la Ley
-a quí, el principio de vida-, terierla a la mano, en el cuerpo, avo-
luntad. El perverso es cautivo del punto de vista único desde el cual
domina el mundo. Son muchos los únicos, pero es conmovedor que
en algunas cumbres haya quienes se dediquen a morirse de ham-
bre ...
ELLA: Recuerdo la frase de Moliere: "Comer para vivir, vivir
pa ra comer ... "
ÉL : Curiosamente, la bulímica come para vivir, para asimilar a
su cuerpo el todo de la vida, el mundo entero que metaboliza en
ella, el Otro al que atrapa en su cuerpo donde se encarna la ley cru-
da y total de la carne viva . Y la anoréxica (que además se siente gor-
da ) se mata de hambre por lo mismo por lo que la otra se atasca ...
Vive para comer . ..
ELLA: Pero no cualquier cosa, ni con los demás, a quienes de sig-
na implícitamente como comedores de mierda, como si fueran lo
que comen .
ÉL : Hay un hermoso texto de Kafka, El artista del hambr e, a ve-
ce s traducido como Un campeón de ayuno : entre sueño y realidad,
en la frontera en que el sueño y la realidad pasan uno por el otro .
E l héroe se exhibe como "profesional" en campeon a lo s de ay uno :
todo el diálogo perverso entre la anoréxica y su entorno es tá visto
ahí con más agudeza que en otras partes. Kafka di sfruta mucho y
detalla en esas "exhibiciones" todos los recov ec os de lo social. Está
[191]
192 VARIEDADES 193
DIALOGO III

el hombre que se deja morir de hambre, y que se enoja consigo mis con fruición -hasta ese momento había sido todo un gastróno-
mo por querer impresionar al público; la palabra clave, el gran se mo. Y se encontraba así como el niño adorable, autoadorado, de
creto, lo dice a su muerte: "No debe admirarse mi ayuno ... estoy esa madre "divina" que justamente acababa de pasar al lado del
obligado a ayunar ... porque no hallo alimento que me guste. Si hu Otro.
hiera hallado uno, no me habría andado con remilgos y me habrla El héroe de Kafka quiere captar la atención de todos para con-
llenado la barriga como todos los demás." Son sus últimas pala fiarles su última palabra, el programa de su dieta: su comida es in-
bras. Dicho de otra manera, entre los tragones ordinarios hay uno comible; nada de lo que gustan es de mi gusto. Quiere que quieran
que dice: yo no como eso; no lo paso. Pero al mismo tiempo, su esta revelación: que no están como para ser queridos, no más que
aventura no es una búsqueda de un alimento más fino. Depended su alimento.
otro alimento, quizá el Otro como alimento ... En todo caso se con Es una bofetada para todos, y para los valores de los que se
vierte en ese alimento, de pronto idéntico a su falta. retacan; el repudio total. El anoréxico encarna en ello la "verdad";
Resulta entonces más que un cuestionamiento del vínculo social es una, siempre hay un extremo por el que nuestros alimentos y
y de sus tonterías; instaura un "régimen" totalmente distinto, don nosotros mismos somos desperdicios o nos convertimos en eso.
de se sacrifica a sí mismo: se come; es lo único bueno que hay ... Pero sucede que los espectadores de la prueba acusan al ayunador
ELLA: Pero antes que nada una pregunta: ¿por qué a menudo son de comer a escondidas; en resumen le dicen: ocultas, niegas aquello
adolescentes? por 'lo que eres como nosotros. Imagínese a los padres gritándole
ÉL: Se dice: la adolescencia son los primeros contactos con el a su hijo anoréxico: ¡pero si eres de nuestra misma carne! Por más
vínculo social al que uno está a punto de entrar, la época de los tro - que te lo ocultes, ¡es cierto! Estás ligado a nuestros goces. Y su
piezos, y de la división entre apariencia y verdad con los otros, con- hijo, anoréxico o toxicómano, no quiere estarlo; quiere pasar al
sigo . . .
otro lado, al lado del Otro; cambiar de especie. Todo eso es infer-
En realidad, cada quien fiene siempre sus puntos de adolescen- nal, kafkiano (y raramente resulta cómico .. . ). Así pues, al ayuna-
cia, sus puntos de contactos vivos, entre el niño que se rebela y el dor, que debe establecer una marca, en plena carrera con el tiempo
adulto que calcula, entre lo inconsciente y lo instituido. La etimolo- para inscribir un límite -el de su vida y su muerte confundidas-,
gía es clara: adolescere es aumentar, crecer, o moverse. El proble- lo ponen melancólico esas sospechas .... Así que canta mientras
ma es "aumentar" o moverse pero no siempre en el mismo sentido. puede durante la prolongada guardia de los vigilantes, que además
El punto de adolescencia es un cambio de escala, de régimen; se re- son carniceros -cortadores de cuerpos, bocas al acecho. Pero la
punta en cada choque (y mucho más allá de las pretendidas resigna- gente no depone las armas: <}dmira "la destreza con la que lograba
ciones a "no tener los dos sexos", a no ser "perfecto" o inmortal y comer cantando". Es el torbellino: perversión, contra perversión,
otras tonterías); se trata del choque entre las palabras y la realidad, ataques y contrataques; como para pensar que para el drogadicto
entre las palabras y ellas mismas; entre la identidad y ella misma. (y el anoréxico lo es) el factor en juego es atraer el reconocimiento
ELLA: ¿Es ese choque que el psicoanálisis llama "castración"? de la gente para invalidarlo, atraer la ley para negarla o desafiarla;
ÉL: En todo caso, cuando se lo oculta, es la Norma que prevale- y que para la gente, o la sociedad instituida, el factor en juego
ce con sus acentos perversos. La adolescencia es los umbrales don- es escatimarle este reconocimiento, hacérselo pagar caro ... Y él
de se renuevan las pertenencias y los afectos que las marcan. Pue- paga con su cuerpo; su cuerpo encarna este reconocimiento y su
de uno pasar por la anorexia en cualquier edad, viejo e incluso vacuidad. Pero él quiere ser conocimiento místico del Otro, de ese
bebé; en cualquier momento en que la cuestión del vínculo sea vivi- alimento invertido del que se atasca. Sólo de paso se alimenta de
da como "traumática". Por ejemplo vi un homosexual (bien aferra- la atención de los demás; como en el caso del jugador empederni-
do a su madre, con la ambivalencia de rigor), protagonizar un epi- do, que no es el dinero lo que lo alimenta sino el juego (y el dinero
sodio anoréxico, ante su propio estupor en vista de su edad alimenta el juego); como el placer en el caso del drogadicto y el
avanzada; lo que lo desencadenó fue la muerte de su madre, al dolor en el del masoquista: es un carburante necesario para que
mismo tiempo que el despertar de un violento deseo sexual. En la Escena de la Encarnación se produzca. En realidad, como todo
ese caso, la anorexia apareció como un repliegue autoe'rótico: en drogadicto o todo perverso, el anoréxico está atado no tanto al
vez de tomar como pareja a semejantes, homosexuales, como su hambre, al alimento, a la droga como tales, como a la cuestión
madre lo había "obligado", se tomó como única pareja; se comía del Vínculo, del vínculo entre Uno y Otro; entre alma y cuerpo.
194 DIALOGO III VARIEDADES
195

ELLA: Pero cuando la gente aplaude los resultados, ¿aplaude a das como la muerte". Es una escena de nacimiento cósmico o meta-
su propia tontería de haberse dejado engañar? l 1sico: el empresario partero recibe al niño mártir concebido por el
f:.L: No, es la tontería inherente a todo vínculo . Por lo demás, :ielo (que ha puesto en su Creación imperfecciones bien conocidas,
sólo el ayunador podía saber si había ayunado "impecablemente" obligando a algunos al martirio ... ), y como es competencia de las
(es esencial la idea del pecado), "sólo él podía constituir ante su damas, se les devuelve el Niño: "Todo el peso, ínfimo a decir ver-
ayuno un espectador perfectamente satisfecho". Es el acento auto- dad, descansaba sobre una de las damas que buscaba ayuda y con
erótico, narcisista, deprimente. la respiración ahogada -no era así como había imaginado esa glo-
ELLA: De todas maneras ese montaje es curioso, pues actualmen- riosa misión- comenzaba por levantar el codo mientras podía para
te la sociedad, la institución, vela y vigila para que coma al anoréx i- rreservar al menos su cara del contacto ... " Luego, como la otra
co y no para que no coma, como en Kafka. mujer no venía a ayudarla, "la dama prorrumpía en sollozos para
f:.L: Ese texto prueba que es lo mismo; es la prueba poética. Es deleite de la asistencia."
una radioscopía del dispositivo anoréxico. Muestra que más allá de ELLA: Es demasiado. Ante tales factores en juego me parecen in-
comer o no, más allá de los gestos equivalentes a su negativa, lo q ue significantes argumentos del tipo: la causa de la droga es la "crisis
cuenta es cuestionar lo que alimenta a las muchedumbres humanas, <le valores", o la droga como "respuesta a la regresión pulsional
el "trozo" que se come poco a poco cada grupo o institución ... que ocurr;e en la adolescencia".
Trozo de padre muerto, fetiche, o simple "trozo" por volver a mas- f:.L: Es que no se trata de crisis sino de fundación de los valores,
ticar, repetir, rumiar. Kafka es claro al respecto: el anoréxico es el <le reestructuración, de pasos repentinos por el origen, por el punto
único que "sabe . .. lo fácil que es el ayuno": más allá del placer, de ce ro del deseo; la regresión no es sino el regreso de una fundación
la embriaguez, es la conclusión encarnada, la afirmación carnal de imposible, cuyo imposible busca otras vías para asumirse .. . Pero
que ·no hay nada en este mundo que verdaderamente valga la pena vuelvo a mi artista. Una vez "reconocido", ªJ?laudido, devuelto al
ser comido, estar "crudo". La cuestión metafísica se hunde en e l mundo, está por supuesto deprimido. Su palabra está sin contacto
abismo. con las que lo rodean. Malentendido total. Es como si se explicara
ELLA: Se diría que la hipocresía ambiente exige esos héroes de la a los drogadictos que están enfermos a causa de la droga, cuando
verdad que se acercan con su cuerpo frágil y místico . .. Todo eso que se drogan porque están enfermos de la vacuidad de los vínculos
resulta un poco moral .. . que se ofrecen; para ellos es ya un "bien" tener a qué "enganchar-
f:.L:La perversión es el colmo de la moral. Usted lo sabía. Lamo- se", al vínculo de la droga justamente. Además hay un cretino que
ral se realiza en la perversión, se encarna en ella, pero como mora l explica que si el ayunador está deprimido es porque tiene hambre
"unitaria", por cuenta de uno solo, o de un grupo que se cree "so- -biología obliga .. . Eso encoleriza al ayunador, que sacude "como
lo" ... Vuelvo al artista . Cuando tras cuarenta días de ayuno (cifra un animal los barrotes de su reja", y el otro explica que el ayunador
simbólica) se detiene la prueba, y la detienen porque el empresario se irrita porque tiene el estómago vacío, que es comprensible ... Es
registra "una notable disminución de la demanda", se proclaman así, la sociedad venda la herida con sus "causas" propias, pone su
los resultados, y dos "jóvenes damas felices de ser las elegidas" in- cataplasma ahí donde el drogadicto desgarra la venda y desnuda la
tentan "hacer bajar al campeón los pocos escalones de su jaula; herida. ¿ Y cómo luchar contra esta incomprensión que "presenta-
descenso de la cruz . . . El joven esqueleto se debate un poco: ¿por ba como un efecto del ayuno lo que no era más que la consecuencia
qué lo interrumpieron tan pronto? Habría podido resistir un "tiem- de su interrupción prematura"? Kafka se da cuenta de que el ayu-
po ilimitado" . Es que "no sentía ningún límite para su facultad de nador es un drogadicto y de que los problemas del destete son los
ayunar". Y con razón, sólo él conoce su secreto: no hay nada que de una vuelta al mundo; habla también del ayunador como de un
comer. Entonces, en medio del estrépito de la música que ahoga el alcohólico "fanáticamente entregado a la embriaguez del ayuno" ,
discurso -los ruidos del mundo . . . -, el empresario "levanta los inconvertible a ninguna otra profesión. Un buen día pierde "su pú-
brazos por encima del artista como para invitar al Cielo a mirar por blico"; el público ya no es atraído por el "espectáculo del hambre".
fin su obra que yace sobre esa paja, a contemplar a ese lamentable Tiene sus drogas bien etiquetadas: sus pequeñas perversiones nor -
mártir . .. asía al campeón por el brazo, lo tomaba por el delgado males, sus puntos perversos estabilizados y por ello silenciosos,
talle con prudencias exageradas destinadas a mostrar de qué cosa sus borracheras inocµas, se conforma con ellas y se basta a sí mis-
frágil había que hacerse cargo, y lo devolvía a las damas ahora páli- mo . Hay pues interés en "alcanzar" la sociedad, en "engancharla"
196 DIÁLOGO 111
VARIEDADES 197

para conservar un público, para "fijarlo", si no, es la muerte o la maria crea una fuerza de recuerdo; mientras que uno absorbe los
nada. Ya ve, no sólo a los drogadictos concierne ese programa, sino .dimen tos ordinarios, rechaza una parte, y lo que no retiene es olvi-
a todos aquellos que luchan cuerpo a cuerpo con la sociedad co mo dado, asimilado; en sí eso no crea un vínculo. Es cierto que se con-
tal para fijarla en ellos, aquellos que viven de esta fijación. (Y la sume en sociedad: comidas, fiestas .. . pero la sociedad es aquí acu-
"sociedad" puede también ser un nudo en la historia familiar.) sada por su vacuidad simbólica, su memoria blanda o ausente .
El ayunador se ve reducido a contratarse en un "gran circo" (me Normalmente, uno olvida que come y lo que come, pero la anoréxi-
táfora del mundo), donde su búsqueda se aliena todavía más: en ra recuerda sin cesar su hambre, ese alimento-memoria reducido al
otro tiempo estaba puntuada de malentendidos, de falsos reconoc i- sostén vacío, al casi nada tomado como tal.
mientos; ahí es la indiferencia total. La gente se acostumbra asura ELLA: Lacan dijo que la anoréxica "come nada".
reza, se le hace un lugarcito en un rincón, y este "acostumbrarse de ÉL: Para decir sin duda que devora la Nada del deseo. Sin em-

los clientes 'equivale' a una sentencia de muerte" . Allí es el público bargo la anoréxica está más allá del deseo, el deseo está ya petrifi-
el que está drogado de indiferencia, insensible a la singularidad de l cado en ese cuerpo que se vacía y se devora ávidamente, que encar-
tipo en busca de Otro alimento. Ahora bien, si ya no hay nadie que na a la vez Uno y Otro, vida y muerte confundidas. La anoréxica se
lo escrute, lo interpele, pues se muere; así como según algunos, si convierte en ese alimento-memoria, se completa y se intoxica con
ya no hay hombre que mire el sol o vibre a su luz, corre el riesgo su hambre, como un perverso se intoxica con su impulso fetichista,
de extinguirse; su calor perdería su agudeza significante. Eso es lo como el terrorista se embriaga con la verdad que encarna, como el
que le sucede a ese drogadicto: el horror -"nadie cuenta los días; místico se ·emborracha con el Dios en el que se convierte ...
ni siquiera él". Ya no tiene el mínimo vital para dialogar con su ELLA: ¿ Entonces el hambre para la anoréxica no es más que un
mu er te. De pronto allí está, entera. Lo recogen como un desecho y alimento provisional, en espera del Alimento ideal y mortal del que
mu er e pidie ndo perdón a todos por haberles hecho creer que hacía hace las veces ?
un esfuerzo. No, ningún esfuerzo, simplemente nada que fuera de ÉL: Sí, pero mientras tanto sobreviene el mentís masivo: las ne-
su gus to . . . cesidades corporales elementales son desmentidas: alimentan el
Y Kafka sutilmente les hace meter en la jaula, en el lugar de l discurso ambiente que se reduce -y que la reduce- a las necesida-
ayunador, a una "joven pant era . .. noble cuerpo harto de todo has- des. Ese discurso es pisoteado como ley que pretende sacar su fuen -
ta el límite preciso en el que corría el riesgo de estallar". Ante esta te de la realidad del cuerpo. El mentís llega lejos, pues la anoréxica
imagen invertida, esta anorexia invertida, animada, la gente se en- pretende hacer lo mismo, en apariencia: sacar su fuente del cuerpo.
cuentra embelesada, fascinada. El cuerpo no es para ella, como se dice, despreciado o desconocido:
ELLA: No está mal. Sin duda alguna los otros -la sociedad y sus es el testigo necesario, el Tercero encarnado con el cual ella se con-
instancias- necesitan drogadictos (y drogas) accesibles que los hip- funde.
noticen, que los ayuden a acallar falsas cuestiones; drogadictos que ELLA: Todo eso irradia un odio bastante vibrante por los demás ...
les en ca rnen su creencia en una ley real: la ley implacable toma ÉL: La palabra de los demás es tomada como alimento por des-

cu erpo en ese "mártir" , m ientras la gente chapotea en esa creencia truir, por eliminar totalmente. Es "vomitada", devuelta, cagada: he
proyectada en el "más allá", hacia el "más tarde" que no viene. conocido anoréxicas que pasan la mitad de la jornada en el excusa-
ÉL: Un mártir no es más que un testigo, y el drogadicto testimo- do a fuerza de laxantes para tener las tripas limpias de cualquier
nia encarnando ante los otros las pulsiones de muerte cómoda que desecho. Una defecación del ser. Ahí el voto de pureza va acompa-
los agrupa y les da una apariencia de ser . . . ñado de la certeza de que todo, en el mundo, los "jode hasta decir
ELLA: Ya veo de dóndo viene la etiqueta de megalómano que se basta". "Todo el mundo" está atrapado; cualquier otro está atrapa-
le pone al anoréxico; el entorno se siente agredido al ver sus sueños do por la mirada sobre el cuerpo y el discurso sobre el alimento;
más ocultos puestos al de _snudo por ese cuerpecito testarudo que invitado a ver cómo la incansable anoréxica rumia su carencia. Ella
se compromete a ser el punto cero de la Ley , el origen develado; y captura con su cuerpo el vacío del Otro que convierte, en el hueco
su cuerpo de drogadicto es el grito sin voz del gran Conjunto y de límpido de su vientre, en un embarazo imposible, en un monstruo
la gran Renuncia . . . angélico.
ÉL: Sí, por otra parte, lo propio de una verdadera droga es la ELLA: ¡De todas formas está enferma de eso!
dependencia que crea: la droga es una forma de vida-memoria: to- ÉL: No, sólo está enferma de las "repercusiones" de esta aventu-
198 DIÁLOGO 111 VARIEDADES 199
ra, así como el alcohólico está enfermo de las repercusiones de su y a sí mismo. Y como lo propio de nuestras imágenes es que se nos
estado, no del estado mismo; así como el masoquista puede estar escapan, que no son totalmente nuestra identidad, el anoréxico in-
enfermo de las supuraciones causadas por las heridas que ha reci vierte esta escapatoria y hace de su identidad una imagen "real",
bido; pero es raro, parecería que el cuerpo, clavado en un programa controlaqa, que busca en las raíces del cuerpo el último apoyo sim-
fetichista, no tiene tiempo para distraerse en tener algunos males- bólico.
tares ... la anorexia, el alcoholismo, la toxicomanía, et~., a la inver- ELLA: ¿Es lo que algunos llaman "regresión" y que sirve para ex-
sa, son efectos de una elección patológica de vida, aunque es una plicar el advenimiento del perverso? Ya sabe, el drogadicto cuya
"elección" involuntaria ... imagen en el espejo del Otro, en la mirada de su Madre, fue rota
ELLA: En el fondo, la anoréxica se niega a compartir una ley, la desde el origen, y cuyo objetivo sería pegarla con droga ...
que hace que se coma en compañía, con otros, aun solo, y aun si no ÉL: Veo más bien lo inverso: es la imagen del Otro que ha sido
come uno el mismo "bocado". torpedeada, y el perverso vuela en ayuda de ese Otro para capturar-
ÉL: ¿Sabe? El alimento por sí mismo no simboliza nada; es el lo, salvarlo, abolirlo en él; desata su perversión donde se suicida
vínculo "social" lo que rechaza la anoréxica. En cambio, la polari- con el Otro en un resplandor de vida. El toxicómano toma la droga
dad alimento-hambre le sirve para simbolizar la alternancia lleno- como un objeto de muerte y un alimento celeste, de otra vida. Pues-
vacío, presencia-ausencia, vida-muerte ... cuya diferencia ella asu to que lo ata, es un masoquista del vínculo, de la pertenencia.
me; y esa "diferencia" en la que se convierte hace de ella su propio ELLA: Parecería que todos se lanzan sobre su producto -droga,
fetiche. hambre, ebriedad, fetiche ... - como sobre el sexo de Dios; por de-
ELLA: En alguna parte leí que la relación amorosa a menudo es vorar. Además tienen una oralidad exasperada, voracidad de las ve-
excluida por esos sujetos ... nas o de las "células", absorción furiosa, son la inscripción perfec-
ÉL: Si no como medio para llamar los emblemas del amor, si ta de una ley oral, tragada e integrada a sus células, una ley oral
para rechazarlos, invalidarlos, asistir a su fracaso. Es el rechazo a escrita con su cuerpo.
compartir, puesto que el amor es compartir el amor. ÉL: Hallamos aquí que los perversos son drogadictos de la Ley;
ELLA: Pero ¿no podemos decir más simplemente que la anoréxi- tienen un hambre insaciable de la ley en la que se convierten, de lo
ca, y el perverso en general, evita mediante su dispositivo enfren- simbólico que encarnan, del deseo que organizan -del que son el
tarse a la vida, al Edipo, a la castración, a la escena primitiva ... ? órgano vivo e "inmortal" ... En cuanto al sexo de Dios, le dejo a us-
ÉL: ... a las facturas de fin de mes, a las molestias de la circula ted imaginárselo. ¿Lo que quería usted decir es que ese sexo, o el
ción ... al marasmo de la nostalgia ... ¿y qué más? No se explica fetiche, es el punto en el que el Otro no se pertenece? ¿ El punto en
el compromiso de un ser mostrando lo que evita, las pequeñas y el que su goce se le escapa?
grandes molestias, "las alegrías y los sinsabores" que "nosotros", ELLA: Quizá ...
los "responsables", no podemos evitar ... Eso no explica nada del ÉL: Porque entonces sigue una idea interesante: llamamos
montaje perverso, del programa frío, fanático, de fundirse con el "perverso" a aquel que se deja atrapar, intoxicar, en los orificios
Otro para ser engranaje de la verdadera ley, espacio autosuficiente, donde un "cuerpo social" desprende el goce otro que se le escapa,
narcisistamente estable. en los puntos de vértigo y de inversión donde secreta extrañas
ELLA: Sin embargo explica esto: que el montaje perverso, sobre miasmas, que algunos han tomado al pie de la letra, de las que
todo el anoréxico, registra el trauma al mismo tiempo que lo resuel- han hecho su contraseña, o su punto muerto. Ahí vemos más claro
ve: en el fetiche. Una especie de neurosis "actual" que quiere curar- el aspecto droga de toda perversión, droga "dura", incrustada, y
se de sí misma, bastarse a sí misma ... no sólo el aspecto fetiche (que sin embargo se relaciona). ¿Qué
ÉL: Sí, es un juego complejo donde retoma uno por su cuenta el le parece? ·
choque con el Otro, el fracaso del Otro, se ~poya uno en él para dic- ELLA: Seductor. Pero vuelvo a pensar en el "ensayo": la anoréxi-
tar ley. Pero hay un rasgo propio de la anorexia: es visible, incluso ca debe ensayar su hambre un poco más para sentirla, como el dro -
y sobre todo si la imagen del cuerpo es desmentida. Es visible para gadicto debe inyectarse un poco más cada vez para sentir la dife-
ser desmentida; es una imagen prohibida de la imagen. Es la maldi- rencia ¿no?, o para mantener el nivel de placer ...
ción de Narciso. El anoréxico se echa encima el peso malsano sobre ÉL: Si ése fuera el caso, ya se lo he dicho, estarían todos muer-
la imagen produciendo la imagen insoportable al Otro: a los otros tos. Ahora bien, eso puede durar mucho tiempo, y de una manera
200 DIÁLOGO 111 VARIEDADES 201

más bien tranquila. La anoréxica se inyecta todos los días un ham- que lo devore, debe ser bastante gozoso; un canibalismo apenas su-
bre nueva; repite la prueba continuándola; todos los días es un poco blimado ...
más, un día más sin que aquello la lleve a la muerte, aunque siem- f:L: Lo que dice sobre la bifurcación "teatral" de esa niña droga-
pre quiera intentar ir más lejos. El objetivo no es una huella que se dicta me interesa ... Tiene trayectos que pasan de la anorexia a las
aleja siempre como el horizonte, es el hecho mismo de inscribirla, drogas duras, luego a la secta que desintoxica, luego a las búsque-
de ser su autoinscripción. Cuando la anoréxica dice no tengo ham- das de instantes creativos o "expresivos", justamente el instante
bre, no es una mentira, dice simplemente: no tengo la misma ham- "teatral" donde se captan todas las energías del auditorio para ali-
bre que ustedes; ni los mismos fines. El vínculo ambiente es recha- mentar la imagen de sí de la que uno puede entonces llenarse, si se
zado mucho más que la dependencia al gesto "natural" de la puede ver a través del Otro al que se captura. (Ahora bien, a me-
comer ... Y en el fondo, es al Otro al que la anoréxica alimenta ... nudo hay vueltas de imágenes: la prensa, la opinión ... ) Ello tam-
con ella misma, para llenarlo, asfixiarÍo, exterminarlo en el impul- bién funciona como un flash o un fix;* se fija la tensión de los de-
so que la lleva a encarnarlo. más. . . uno se convierte en droga para sí. Ése es el núcleo
ELLA: ¿Tendrá miedo de comer porque teme una "satisfacción narcisista de la sublimación, debe ser consumado por las dos par-
demasiado grande"? Lo leí en alguna parte. tes -el sujeto y la gente-, cada uno encontrando allí su goce.
f:L: Ante todo el orgasmo del hambre o el orgasmo bulímico no Cuando la gente se rebela, es que el trozo se le escapa, y por consi-
es pequeño; luego el miedo a una satisfacción no se presenta sin la guiente el otro se convierte en delincuente. Pues está también el
satisfacción de ese miedo; no es pues un buen punto de referencia. paso por la delincuencia: manera de capturar una parte del vínculo,
ELLA: Exacto. Extraño goce sin embargo, el de encarnar la de- del vínculo social autoritario del cual no es uno más que apéndice.
sencarnación: esos cuerpos que se consumen parecen querer con- El paso de una forma a otra cambia el estilo, no lo que está en jue-
vertirse en el espíritu de la carne, como una revelación del ser, pero go. Las "perversiones" en el sentido amplio que doy a la palabra
en la realidad ... son enfermedades del vínculo social en calidad de individuo a/rapa-
f:L: Lo malo es que los vínculos entre la carne y las palabras, en- do de pronto en la locura de encargarse de ellas, de asumirlas.
tre materia y memoria, no pertenecen a nadie: están en el caos don- Hay enfermedades de las que se puede vivir, no sólo enfermeda-
de el mundo se crea y se recrea ... Aparentemente se rebelan con- des vivibles ... "Chivo expiatorio voluntario", es un buen "rollo"
tra los montajes que los ·encarnan. cuando uno es resistente.
ELLA: Sí, pero aparentemente, los demás necesitan que se les en- ELLA: A algunos sin embargo dan ganas de decirles: dejen que el
carne lo insoportable del vínculo, para poder vivir tranquilos su mundo se descomponga; no va a morirse por eso, hasta puede ha-
vínculo convenido. cerle bien ...
f:L: Es una figura sutil del "chivo expiatorio": necesitan chivos f:L: Es menos simple, sería preciso que perdonaran al mundo ser
expiatorios voluntarios, sacrificados que tomen la delantera, anoré- lo que es, por lo tanto que se perdonaran a sí mismos parecérsele
xicos de la vida que no hallen más alimento que ellos mismos, y que tanto. Ahora bien, se vengan de parecérsele, y de tener que vengar-
se ofrezcan como pasto. Como en los tiempos alucinados del sueño se; se tienen rencor y le tienen rencor. Su rechazo a la fuerza de un
kafkiano, donde todos tenían necesidad de asistir a la exhibición sí fundador, casi "inconsciente". Es decir que la perversión no se in-
del ayunador ... Y en una puesta en escena ella misma perversa, sinúa en las tensiones de la sociedad: es esta tensión que de prontd
donde el diálogo ya perverso en tomo al alimento es unido a otro estalla a la luz del día.
entre "exhibición" y "voyeurismo" ... De esa duplicación tenemos En cierto sentido podemos decir que como todo perverso, la ano-
equivalentes modernos, niveles de perversión estratificados, cuan- réxica suicida al Otro (a veces es observable clínicamente a cielo
do la anoréxica es tratada por algunos discursos instituidos, insti- abierto: ayuda a su hermana, ella misma anoréxica, a suicidarse, a
tuyentes, institutores ... la otra que fue lo bastante perversa como para pedírselo). A seme-
ELLA: Ese lado narcisista del espectáculo es por sí solo una dro- janza del profeta que interpreta al rey de Babel las tres palabras
ga ... Conocí a una niña que sólo pudo "desengancharse" convir- claves de su visión (Mené: Dios te ha contado; Teqel: te ha pesado;
tiéndose en actriz, y de teatro, no de cine: la mirada "negra" de la Ufarsim: y tu serás, por Él, destruido), así la anoréxica, como profe-
sala la fijaba mejor que el ojo de la cámara ... Imagino que en lo
concerniente a la gente, tener una mirada infinita que fije al objeto, * Inyección. .
202 DIÁLOGO 111
VARIEDADES 203
tisa inspirada, sin saberlo, ha pesado al Otro, y4'1adescubierto qlll·
tan, que se instituyen sobre él, estando él conectado a ellos.
no pesa mucho, que no tiene las cualidades requeridas, y ella se en
f:L: Sí, conectado, empalmado, mamándolos. . . Es el acopla-
carga de encarnar ese mensaje sagrado que interpreta a los edifi
miento que actúa perversamente. No hay cosa más perversa que
cios convenidos su ruina inminente. Y se dice con una dulzura im
una pareja -Uno y el Otro- bajo formas muy diversas. Y cuando
placable, no como el terrorista místico que fulmina y gesticula;
el paciente parece "solo" es que maneja en secreto un acoplamiento
puesto que tiene el factor en juego en la mano (su cuerpo) la anoré
muy preciso; se ha "ido" con aquello por lo que en otro tiempo
xica· está segura de tener razón, y de poder más que cualquier
"otro". fracasó. Por lo demás, la pareja terapéutica refleja las condiciones
de surgimiento de la enfermedad; por lo tanto las de su conserva-
Huelga decirle que cuando el terapeuta queda atrapado en est·
ción; y a veces tan fielmente que no tiene uno la fuerza para salir
lugar del Otro (y sabemos que lo está deseando), pues bien, cuando
de ellas; uno es la yunta terapéutica: atascado en su existencia, ya
lo agarran ahí, resulta que no pesa mucho; la damita se lo traga dt·
un bocado . .. no puede cambiar de costumbre, y el dispositivo excluye al Tercero
que prometía; curioso vértigo: las causas de la enfermedad recu-
Así pues, podemos tener variantes más "histéricas" de la anore-
rren a un Tercero para sacudir el síntoma perverso, y he ahí que
xia, donde el aspecto neurosis parece modular masivamente el sín-
la yunta terapéutica los reduce a un espejo entre dos . . .
toma. Pero son las variantes propias del carácter de la anorexia las
ELLA: ... ¿ cuando aquello se reduce al diálogo entre el medica-
que a veces se imponen dado que su objetivo es fijar al otro. Por
ejemplo puede tratarse no de no hallar alimento adecuado sino dt·
mento y la embriaguez?, ¿o como dice Franc;ois Perrier, entre la
química y la alquimia?
presentarse como quien duda absolutamente de sí, que no tiene nin-
f:L: Es más complejo, es por supuesto el enfrentamiento entre el
gún apoyo adecuado. Entonces la persona conduce naturalmente al
Dios del médico y el del enfermo; guerra de religiones, frente a
entorno a protestar: pues claro que sí, tú puedes, hazlo y verás, lo
lograrás, etc. (equivalente a: pues claro que sí, come y verás, recu- frente de dos fetiches. Y es el "enfermo" el más fuerte: su factor en
juego simbólico va más lejos; el más perverso gana; el terapeuta no
perarás las fuerzas, etc.). Dicho de otra manera, el entorno es desti-
tiene más que un factor en juego normativo, conservativo -como
nado a no tener más que certidumbres ante el sujeto que sólo mues-
el bueno de su director .... Pero se refuerza también; la sociedad
tra dudas. Por supuesto siendo desmentidas las certezas del
se refuerza al restar importancia al factor en juego perverso, se au-
entorno por la duda de ella. La inversión perversa es pues instantá-
tentifica al colocarse por encima de él; lo contrapervierte fijándolo;
nea (bajo la forma de creencia fanática en .Jo infundado de su propia
no salva al perverso sino que "se salva" gracias a él. Su acoplamien-
existencia; que va a la par con una sobreinvestidura narcisista y
malsana de dicha existencia). to se estabiliza, adquiere fuerzas.
Algunos -alcohólicos o no- se entregan a la bebida, beben has-
ta que todo esté permitido, gracias a lo cual nada está permitido.
Recuerde, en Dostoievski: "Dios está muerto, todo está permitido",
2. ALCOHÓLICO y el otro que responde: "Dios está muerto, ya nada está permitido."
Pareciera que el punto crítico -comatoso o no- que tiene en la
mira el alcohólico, su flash, es el punto en que su Dios está muerto,
ELLA: Me gustaría que habláramos de los viejos trotaperversiones,
el Dios en el que él mismo se convierte, en ese punto precisamente .
los alcohólicos, aquellos para quienes el alcohol sirve de vínculo ab-
soluto . Tengo una amiga que trabaja en una casa para ellos, para Paradoja evidente del alcohol: lo libera y lo lleva allí donde, levan-
tada toda inhibición, ya no puede hacer nada. Más allá de ese pun-
los odres, los cirróticos .. . Por la noche cuando regresan, los regis-
to, es cuestión de memoria: algunos pueden regresar, y hacer algo
tra, y ellos se sorprenden tanto como ella de hallarse encima su an-
con ese exilio fulgurante. Otros se consumen . A veces es la familia
forita, pues dicen que no beben; que sinceramente no lo hacen;
como tal, la "estructura", la que es "alcohólica", sin que sus miem-
como si bebieran sin saberlo, a la salud de su ignorancia. El direc-
tor modera (cree que eso los vuelve moderados): "Hay que compren- bros lo sean verdaderamente; beben cada uno a su modo -hasta
colmar su "sed"- pero en el corazón del vínculo familiar todos se
derlos, han sufrido", y él los comprende. Parecería que él quisiera
llenan de alcohol, está el vértigo que nada calma, y que atrapa a to-
ser la mejor anforita que se toman . . . En pocas palabras, no sé
dos; la filiación ...
quién es el más perverso, si el alcohólico o los discursos que lo tra-
ELLA: ¡El alcohólico es increíblemente cómplice de su destino!
204 DIÁLOGO Ill
VARIEDADES 205
ÉL: Más que eso: quiere ser el autor, por ser el " autor" de su des -
tino se encuentra instalado en su estado; luego en todos sus esta - do, que se untaba , se lubricaba las neuronas, la tubería, pero no, ¡lo
dos. E ilustra bien la diferencia que se ha visto entre neurótico y era de verdad! Y no había que acercársele cuando andaba arranca-
perverso: el primero tiene su destino en las manos del Otro -pa- da, porque entonces le decía a uno hasta de lo que se iba a morir:
dres, antepasados, divinidades precarias-, se aferra mediante hi - el otro día llamé en el mal momento, entonces se vació por teléfono,
los chirriantes de culpabilidad, negación, rechazo; el segundo re- como un lavabo, y el ruido de sifón final fue una cantinela racista
nueva en él, sobre él, el acto de fundar al Otro, de crear la nueva increíble, de aquellas que destrozaba en sus "tomas de posición",
alianza de la que es el dios y el sacerdote: "ésta es mi sangre", y se en ayunas ...
la bebe ... ÉL: Dice usted que es de las "de verdad". Esa también es una si-
ELLA: Se dice sobre todo que sigue la política de lo "peor" ... Luación de la verdad . Pienso en una frase de alcohólico citada por
ÉL: Ni más ni menos que el drogadicto, la anoréxica y otros, Perrier: "No, gracias, nada de alcohol, soy alcohólico." Es la erec-
para quienes lo "peor" o el "mal" se aproxima a la perfección mejor ción de un verdadero nombre, de un título (alcohólico) -capaz de
que los bienes ordinarios. Si el perverso es un centinela del absolu- poner en falta cualquier gesto simple y convivial : ¡no se da alcohol
to, es por ello un partidario de lo "peor"; una presencia de lo impre- a un alcohólico! . .. Es lo último que hay que hacer . .. ¡y tengo que
sentable; el punto de fuga recobrado de los vínculos imperfec- se r yo, un alcohólico titulado el que vigile! Tiene a su identidad, la
tos ... cual se declina sola: y simbólica; etiqueta por favor. Ello junta sus
ELLA: Volvamos al discurso instituido que circunscribe al buenas intenciones y las del entorno; vínculo fetiche, intocable . Pa-
alcohólico . . . rece decir: el alcohol soy yo; soy yo el que lo toma, no me dejo enga-
ÉL: A veces es un discurso perverso; ofrece su relatividad como ñar al respecto; mi título excede los mimos de usted a mi persona .
"verdadera" imagen del absoluto . El perverso desmiente ese discur- Precioso tener por nombre un título; hay sociedades en las que la
so, se hace su objetor, el objeto que falta, la puesta al desnudo; pasa gente se mata por eso.
a un segundo nivel donde transforma el llamado de los demás en ELLA : ¿ Las sociedades totalitarias?
fetiche (el primer nivel es el contexto familiar donde se ha fijado su ÉL: No sólo, en todas partes donde sobre fondo de realidad
destino). · La sociedad es para él una forma degenerada del Otro, y - económica u otra- se desata la lucha de las plazas y de los títu-
_en su "diálogo" con él, recupera su primer diálogo imposible con los que produce una nueva "realidad" lo bastante fuerte como para
los suyos, con su tipo de ley; palpa, tuerce y retuerce ese encuentro sumergir la realidad del principio. Los nombres se ofrecen al juego
infinito entre él y aquello por lo que se ha inventado perverso. Su perverso de los títulos que pretenden; juego de nombres y de cuer-
fijeza "actual" frente a los otros -pues no se mueve ni un milíme- pos : cuerpos deportados, nombres anulados, degradados, reanima-
tro- garantiza su perversión y es un efecto de ella. A veces, los dos. . . El alcohólico, una vez titulado, asume valerosamente su
otros son "tolerantes": al saciarlo, lo fijan. Pero es impresionante condena por parte de los otros; pondera, toma la delantera y se une
ver el discurso "primero" que lo consagró como perverso regresar al factor en juego masoquista.
veinte o treinta años después bajo la forma "segunda", y dirigirse ELLA: Eso me hace pensar, decididamente, en los procesos estali-
a él para tratarlo, consolarlo, "mantenerlo" con él mismo . . . Es to- nianos : en los acusados que aceptan hasta las faltas que no cometie-
mando la delantera como el alcohólico se le escapa; como convir- ron , como para acaparar la falta. Pienso en ello porque me digo que
tiéndose en alcohólico escapó en otro tiempo al discurso ambiente: ahí la masa opone al régimen una sorprendente fuerza de inercia,
significando con su cuerpo el punto límite de ese discurso, da a su la del .alcoholismo justamente .
cuerpo su "verdadero" nombre: alcohólico. ÉL: Quizá . . . En todo caso el alcohólico aclara el factor en juego
ELLA: Habla usted de escapar, algunos manipulan perfectamen- masoquista, sobre todo en la relación de poder: se trata de hundir
te esta manera de escapar. Por ejemplo, en la oficina, trabajo impe- a los demás en su compacidad juzgante, en su necedad, destruirlos
cable hasta las cinco de la tarde, luego, salida, y a la media es ya como "otros". Al asumir las palabras de los demás, se las arranca;
el coma, el punto límite, el flash -¿cómo nombrar eso, ese paso por al aceptar ser su desecho, los desaloja, en una violencia que pulveri-
lo innombrable?- y poco después la buena mujer regresa, pues es za todas las estrategias neuróticas . El chivo expiatorio que toma la
una inujer, fresca y alegre; muy sorprendente. Incluso por algún delantera arranca a los demás su pequeña partitura de música sa-
tiempo creí que no era alcohólica, que simplementé bebía demasia- grada ·que se preparan a entonar en el momento del sacrificio ...
La canta solo, a grito pelado. En todo caso , les arranca la lengua y
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se une de golpe, en el instante fulgurante, al Otro que el grupo que - he: de esa consistencia con la que se excita y se apaga la sed para
ría doblegar o calmar mediante el sacrificio; se convierte en ese 1r hacia su Verdad, que de hecho es la muerte. En suma le dice a
Otro, va a fijarse en el lugar del vínculo que pretendía consolidar uno: bebo por usted -literalmente: a su salud- y uno siente que
denunciando al perverso. Ahí también más allá del mentís, es la in- ,e la va a beber hasta las heces. Uno es alcanzado por él como refle-
versión. Invertir la relación con el Otro es convertirse en huella, Le- jo del Otro.
tra ilegible por ser fetiche, en vez de estar en relación con el Otro; ELLA: ¿Eso explica que uno le responda con el desprecio, cues-
es irreductible al desplazamiento o al "deslizamiento", a las 1ión de liberarse, de señalar que no tiene nada que ver?
metáforas-metonimias. . . No hay "aproximación" de la verdad: f:L: No es fácil si como terapeuta quiere usted justamente tener
uno decide; lo arcaico y lo simbólico se unen; el perverso invierte .dgo que ver ...
la escena, escena primitiva convertida en acto, verifica lo contrario ELLA: Lo que me impresiona es hasta qué punto esa gente carece
en la verdad en la que se convierte. de "pa labra" ; desde que adquieren un compromiso, sabe uno que
ELLA: ¿In vino veritas? 110 lo cumplirán, pero insisten en adquirirlo.
:f:L: No es en el vino donde busca la verdad, no más que el droga- :f:L:Piense en Masoch que da su palabra de hombre para garanti-
dicto en la droga. Uno y otro son la verdad en busca de sí misma, 1.ar que será un subhombre sin palabra; el alcohólico tiene una pa-
relevándose a sí misma. Cuando el alcohólico aprovecha para decir labra para no tener palabra. Intercambia la palabra ya sea para
"su verdad" a los demás, puede inflarse y pavonearse; pero encarna desmentir la, lo cual mantiene la cuestión, o para fetichizada, lo
sin saberlo lo irrisorio de la "verdad" a falta de garante. l ual termina la cuestión.
ELLA: A veces se dice a sí mismo su verdad cuando pone a otro ELLA: Dijo usted que ante el médico es el más perverso el que ga-
hombre en la cama con su mujer ... imagino que se dice su buena na, que el dios del alcohólico vence al dios de los farmacéuticos ...
verdad de homosexual, o que la actúa. f:L: Salvo si el médico lo cree verdaderamente, es decir si es im-
:f:L: Pasa al acto lo que otros fantasean, pero es un detalle. bécil, insensible a la agresión que lo tiene en la mira como Otro. En-
ELLA: ¿ Él lo ve? ¿ Sabe que se disuelve en el alcohol? tonces el imbécil puede vencer al perverso, pero a qué precio: la tu-
:f:L: Él es ese saber, se burla pues de saberlo. Bebe al Otro, se tela y la palabra del médico relevan el alcohol, lo diluyen, o dan al
emborracha con él, lo disuelve en él así como él en la ebriedad; de - paciente el "verdadero" punto de referencia que le faltaba.
saparición suicida del Otro. Como todos los perversos, el alcohólico ELLA: Sin embargo el paciente sigue siendo el amo virtual ...
es víctima de sí mismo en calidad de Otro pegado a sí y lleno de sí. :f:L: Sí , en todo momento es libre de ser decepcionado, decepcio-
Piense también en la efusión donde el místico se confunde con su nado por la Ley del médico, que querría fingir haber encontrado,
Dios al que absorbe, cuyo goce bebe. Excepto que al alcohólico eso como una pequeña revelación ... Para el alcohólico -o el droga-
lo pone fuera de sí. Y no es que "confunda" dentro y fuera, es el dicto, la anoréxica ... - detenerse es dar prueba de haber hallado
punto de inversión de uno en el otro. La bebida es el derrame gozoso la Ley pretendida .
del cuerpo del Otro por absorber. Y el perverso cree, no sin "razón", ELLA: ¿ Y no poderse detener sería simplemente decir que la bús-
alcanzarlo mejor en la ruina, forma última de realización, que en queda continúa, furibunda y destructiva?
las construcciones precarias, bamboleantes, terminadas ... f:L: No la búsqueda, sino el hallazgo; el hallazgo continúa, aquel
ELLA: ¿Pero cómo puede circunscribir al Otro, o siquiera discer- en el que resultó fetiche hemorrágico y móvil ... Es decir que no
nirlo? halló otra cosa más que él. Una detención que fracasa desmiente la
f:L: Justamente, es imposible, de ahí el vértigo y la abyección de detención precedente, dice que era falso, que el médico fetiche no
la mezcla entre palabra y masa carnal. El padre alcohólico: el alco- era de verdad, un dios "verdadero" que rechace todos los fetiches.
hólico víctima de la paternidad, es la abyección pura. Los hijos se ELLA: ¿Sabe?, lo que dice me inspira un pequeño sermón para el
dan cuenta de ello cuando él se les restriega. alcohólico, algo así como: querido amigo, sí, el mundo está podrido,
ELLA: ¿Por qué se siente uno siempre "agredido" por la actitud la ley que buscas no existe e incluso parece haber elegido esta for-
del toxicómano o del alcohólico que tiene enfrente? ma de inexistencia para advenir, para estar ahí pero no como "ver-
:f:L: En primer lugar el alcohólico lo llama a uno para rechazar- dadera" ley, idéntica a la muerte; perdona al mundo su podredum-
lo, lo hace a uno presente para ausentado; pero sobre todo, de buen bre, no intentes salvarlo, o mejor aún: haz inútil tu perdón en vista
o mal grado, usted, como Otro, es parte interesada de lo que absor- de que al mundo, podrido o no, le importa poco tu apostolado, pres-

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cinde de tus asaltos o de tus depresiones, persiste como puro enil( ot ros buscan en el verbo, el alcohólico lo halla en el objeto codifica-
ma; y la Ley podrida de apariencias siempre ha hallado con qu do : el alcohol tiene la ventaja de que no engaña.
trascenderlas , renovarse .. . . ELLA: En El cantar de los cantares eso empieza: "Mejores son los
ÉL: Pare, o voy a llorar ... como un alcohólico . ¡Vaya!, su dis amores que el vino . .. "
curso es inaudible por el interesado, porque es sostenible ... Intcn ÉL: Pues sí, es una sutil intuición: el amor como alternativa a la
te . Diríjaselo también al suicida. perversión; en competencia con el vino.
ELLA: ¿Por qué no? Hay momentos de gracia en los que se oyen ELLA: Se bebe mucho en la Biblia, ¿no?
no las palabras sino el pudor o los silencios que uno puede poner ÉL: ¿Y qué no se hace? Cuando el texto pide beber y "regocijarse
sin saberlo . el corazón" con el vino, dice: con "tu vino", no con el vino: que no
ÉL: Olvida usted que és al Otro al que hay que destetar de la di' sea una abstracción, que uno se incorpore; si tienes tu vino, corres
rrota del alcohólico . . . Hasta en el caso de los niños de pecho, es menos riesgo de ser poseído por él.
a la madre a la que muchas veces hay que destetar, destetada <le ELLA: ¿Es decir que a los fetiches hay que tenerlos, y no dejarse
. leche o de otra cosa . Además,¿ cómo hacer que el amante se despida atrapar por ellos? . . . Un voto piadoso.
de lo que ama si su pareja es el amor mismo? Para el alcohólico, su ÉL: No, una dialéctica sutil entre el tener y el ser, que desborda
alcoholismo no es un amor , es el amor , y decirle que hay "tanta~ la que se hace en el psicoanálisis entre "ser o tener el falo". Pero
otras cosas " es un poco burlarse de él. Uno sólo se despide del amor dejemos eso.
mediante el fetiche, por lo tanto un pelo por encima en la pervcr ELLA: Otra cosa, ¿ cómo explicar que el alcohólico no retenga lo
sión; y aún así, se halla uno con el amor por el duelo, por la mortifi que se le dice? Eso exaspera a sus terapeutas, a su entorno, y a ve-
cación. La guerra no es entre el alcohólico y él mismo sino entre, ,¡ ce s hasta a sí mismo.
y el Otro por quien acaba por tomarse, estando excluido de esta lu ÉL: Para retener lo que le dicen a usted o lo que se dice, se nece-
cha él tercero. El alcohólico que "recae", que vuelve a probar "sólo sita una distancia. Es físico . Una distancia para resistir, correr el
para ver", se convierte en el voyeur del Otro más que en su vidente, r iesgo de perder, retener . .. Ahora bien, el alcohólico tiene un po-
las palabras tienen ya valor de cosa. Es una dinámica fulgurante, tencial de inscripción inerte, insensible, como muerto . Es él mismo
discontinua, todo o nada, sí-no, totalitaria, sin mediación ni deslci el que deja huella, es idéntico a la huella que busca. Es un trozo de
miento, sin carácter evolutivo . Y la sorprendente autonomía: w inconsciente (más que un "falo" como se dice, maternal o no). Rete-
puede beber por desesperación de haber dejado escapar el factor en ner al otro o lo que dice, es diferirlo; ahora bien, el factor en juego
juego que en un principio era el objetivo del acto de beber . .. Eso perverso debe petrificar al otro y rechaza en él cualquier diferen-
está por encima de la autonomía perversa y los torbellinos neuróti cia . Retener es transmitirse la diferencia entre lo dicho y lo oído;
cos donde puede uno sentirse culpable de no ser culpable, etc . Es uno lo retiene por un tiempo, el tiempo necesario para que sea con-
una dinámica compulsiva, automantenida , al infinito . El duelo im tenido, pasado, metabolizado .. . Pero para el alcohólico esa dife-
posible es duelo de uno y-del Otro , duelo de la Ley y de sus aparicn rencia es ya nula : si lo que se le dice es otro, es absorbido de ante-
cias. mano, sin diferencia; si es de lo mismo, viene a ser lo mismo; no hay
Es el puro deseo lo que el alcohólico quiere beber, hasta las he por qué hacer una ruptura; la diferencia entre decir y oír , puede sa-
ces; la terminación; pero el deseo no se acaba, cualquiera que sea turarla y por lo tanto borrarla. La memoria es una retención de la
su herida; queda un deseo de terminación; y eso lo termina . parte del Otro; del encuentro con él; de la hipótesis de que existe.
ELLA: Leí en alguna parte que "el alcohólico habla solo por dos" . Por lo tanto retenerse o retener lo que uno oye supone actuar en una
¿No es ése el estilo histérico: pasar de su lugar al del Otro para ase temporalidad marcada por los movimientos de este encuentro ; la
gurarse de ese Otro, reparar sus faltas, responder a su pedido? .. . parte del Otro, sus partidas ... Si el perverso encarna la verdadera
ÉL : No , hace más que identificarse con el deseo del Otro, es la ley, bloquea el tiempo y los potenciales inscriptivos. Está ahí donde
frontera donde Uno y Otro se tocan, se afirman , se destruyen. Ade eso no puede inscribirse porque ya es eso. Mediante la inversión, ya
más, el alcohólico tiene como objetivo una ley, quiere hacerla pre está ahí, todo está ahí. El alcohólico necesita para ello los vértigos
sen te, con la esperanza de encallar en los vértigos confusionales d, del alcohol. Y cuando con su terapeuta, en un frente a frente des -
su objetivo mismo. En términos simples está ebrio; la fusión entr carnado, ya no tiene memoria, es que él es la memoria. Se dice que
uno y otro es desde el principio confusión. Y el vértigo extático qu se bebe para olvidar; para ya no pensar en el Otro sino sólo en la
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confusión con él; y es inútil pensarla, está ahí. Toda droga es olvido; oiks rusos y del hecho de que eran a la vez los puntos de locura del
es la memoria en la que se hunde el sujeto; el vínculo donde se trama sistema y sus puntos de "verdad"?
su destino. En todo caso, hacer que alguien oiga es sacarlo del lugar ÉL: Sí, decíamos que al querer "tratarlos", el psicoanalista que-
de elemento de inconsciente donde se ha tomado entero . .. es ex- ría en el fondo enseñarles la "lengua" del país, los gestos de esta
pulsarlo de ese lugar de Otro o de Letra que acapara. La escucha lengua, su desciframiento, pero ¿ cuál es la relación?
de dos exige un espacio de tres, al menos. El drogadicto carece de ELLA: Vuelvo a mi idea de que dicha nación eligió el gran analgé-
lugar para el Otro. Conocí a un drogadicto del medicamento que lo sico, el alcohol, a la vez para encontrarse ella misma y para oponer-
tomaba por su madre ... en nombre de su padre: ese gesto ritual se por la inercia a las perversiones del sistema; y también por su-
se convertía en la memoria facticia del vínculo entre los padres; la puesto para poder soportarlas. Usted dijo que es mejor producir su
hostia de su unión ausente, la ley de su deseo abandonado. impotencia a que se la impongan a uno; producirla es un poco supe-
ELLA: Pero -decididamente insisto- ¿ se da cuenta el alcohólico rarla, y alcanzar incluso en la abyección los gestos esenciales de
de que se destruye? la vida . . .
ÉL: La cuestión no es ésa. Se trata de destruir al Otro capturán- ÉL: De todos modos no olvide que el alcoholismo masivo allá es
dolo en sí, con riesgo de destruirse para tener la prueba de esa cap - antiguo . Pero es cierto que su acoplamiento con el sistema totalita-
tura . ¿ Se da cuenta el suicida de que pierde la vida? Si lo más vivo rio produce efectos nuevos; nuevas perversiones: delaciones oficia -
en él es darse muerte, ¿ qué importa el informe? les, servilismo acrecentado, relaciones sadomasoquistas institui -
ELLA: ¿ Y dar muerte es una manera de darse el Otro y por lo tan- das . .. Ese sistema tiene cierta perfección (que debe a sus rasgos
to de aniquilarlo? perversos) y por eso se propaga de manera imparable. Nada es más
ÉL: Perfectamente. Y el suicida está en el centro de los vínculos duro de refrenar que la perfección en marcha, es como el cáncer,
perversos, en la frontera entre Sí y el Otro, el Otro como mujer de una perfección mortal de vida . ..
preferencia. ELLA: En otros lados es a los homosexuales a los que se acosa;
ELLA: Leí en un texto de un psicoanalista alcohólico este grito en Cuba parece ser que se les pone en pequeños campos, se les
del corazón: "¡Uf!, por freudiano que se sea terminaría uno por sen- concentra. . . Pero en realidad aqui mismo se les califica de per•
tirse cristiano con semejante historia ... ", la del alcoholismo. versos, ¿no?
ÉL: Está bien dicho, destaca el aspecto cristiano de ser autor de
su nacimiento y de cumplir la Ley en sí.
ELLA: Además cita esta frase de una de sus pacientes alcohóli-
cas: "¡Sin alcohol ya no tengo el corazón en el vientre del cuerpo 3. HOMOSEXUALIDAD
de Ella!" Hablaba de su madre.
ÉL: Parece torcido pero es visceral, la unión de por vida -aguar- ELLA: Y la lectura de los textos eruditos no me ilustró; se contradi-
diante, agua de fuego- con el Otro como madre, vínculo religioso cen con descaro -lo cual no es grave- pero sobre todo contradi-
cuyo ritual es el alcoholismo. cen hechos muy simples; por ejemplo se nos dice que la homosexua-
ELLA: ¿ Y la mujer alcohólica entonces?, ¿y su sexualidad? lidad es el odio al padre y la adoración por la madre; pero conozco
ÉL: Pare el interrogatorio . . . Por lo demás, sean hombres o mu- a algunos que mezclan padre y madre en la misma "ambivalencia",
jeres su sexualidad es autoerótica; masivamente; en el fondo, el o la misma aversión. Y lei en Lacan que la perversión es la "aver-
sexo es la herida de lo que nos separa del Otro y nos une a él. En sión por el padre".
el perverso, esta herida está erotizada por ella misma, autoerotiza- ÉL: Lindo juego de palabras, lo entiendo mejor en el otro senti -
da. Y la autonomía de Eros es para algunos un verdadero pequeño do: el Padre como tal tiene la aversión por el perverso, el padre divi-
ideal : la relación sexual es su manera de incluir al otro en su autoe- no, no le gusta ...
rotismo ... ELLA: Espero que lo tenga de fuente segura. Lo que yo sé es que
ELLA: Hay que tener un autoerotismo enorme. el homosexual no siempre tiene la aversión por el padre, no más de
ÉL: Como usted dice . ¿Pero qué locura no haría uno por ser lo que se niega a hacerle, como se dice, la "confesión" de su homo-
idéntico a sí? sexualidad ... y no siempre asume ésta, contrariamente a lo que se
ELLA: ¿ Recuerda que hablamos de los disidentes y de los refuz- dice: la denuncia, a veces violentamente, entre los heterosexuales.
212 DIALOGO 111 VARIEDADES 213

Se dice que idolatra a su pareja como habría querido ser idolatrado sa , y tenía sobre las rodillas un monito con la cara de él ... Lo terri-
de niño, como lo fue su madre por su padre -lo cual impacta a mis ble y apasionante con la imagen es, que puede ser parecida y com-
amigos homosexuales que no habían notado nada semejante y que plementaria. Puede decir sí y también no, atraer porque rechaza,
se sentían trastornados por la diferencia entre padre y madre en su rechazar porque atrae. Por ello prefiero distinguir a partir de los
infancia ... factores en juego, de los objetivos simbólicos. Eso da dos "líneas"
f:L: Bueno, deje los "se dice" y haga su pregunta. distintas, pero que se cruzan en el punto narcisista.
ELLA: No es fácil. Es ésta: ¿cómo definir la entidad homosexual ELLA: Sus dos tipos tienen pues un factor en juego narcisista ra-
-si es que hay una? dical; pero los "duros" echan todo el lenguaje, todo el amor que tie-
f:L: Es usted terrible, siempre hay que detectar primero, como si nen sobre el pene fetichizado; los otros sobre su imagen llevada por
fuera la cuestión .. . Sobre todo porque está la homosexualidad de la apariencia, y que se fusiona más o menos con la del padre.
cada hijo de vecino, un rasgo de su sexualidad, que se manifiesta f:L: Sí. Tienen en común cierta fragilidad del "cuerpo", aunque
intermitentemente, en ciertos momentos, que puede ser "sublima - sean sólidos: fragilidad narcisista, estados de extenuación, hemo-
da" o no, dramática o no. Algunos, cuando les sucede, creen descu- rragia energética ... Eso confirma que el amor narcisista es no tan-
brir su última verdad, "homosexual", y se dan cuenta de que es me- to el amor por uno como el amor sin Otro; independientement e del
nos simple, de que pasa . .. Para otros no pasa. Incluso es el único Otro. Es amor por sí tan bien delimitado que puede rayar en el odio;
paso posible. Y todo depende de lo que se va en ello, de lo que está pues para colmo está uno tan mal delimitado . . .
en juego. En todo caso se trata nada menos que de la pulsión, del ELLA: Tuve que ver a un "duro" una vez: denunciaba la homose-
impulso. xualidad "reprimida" de los heterosexuales como si fuera una
ELLA: Ahí habla usted de bisexualidad. maldición de lá cual se les reprochara escapar con demasiada faci-
f:L: No, eso es otra cosa; un hombre "heterosexual" de pronto lidad, mientras que él se medio mataba por realizar su hazaña. Es-
atraído por muchachos no es por ello -afeminado, no más que taba bajo el signo ,de un violento llamado de Verdad ...
aquellos que lo atraen. Pero la bisexualidad también tiene algo pul- f:L: En ello algunos homosexuales viven su factor en juego de
sional: nuestra sexualidad tiene entre otras cosas dos componen- modo perverso: no soportan lo infundado del nombre, el déficit por
tes: macho y hembra. En algunas especies animales se cambia deci- el que el nombre está separado de la Ley. Vuelven ajugai:-el nombre
didamente de sexo a tirones, por impulsos: machos que se en forma de fetiche -que debe llenar la brecha o destruirla. Bus-
convierten en hembras y a la inversa. De lo cual se deduce que lo cán un nombre que se diga a modo de confesión. Pues la confesión
sexual es una pulsión en su "naturaleza" y no sólo su funciona- es una verdad idéntica a .su mentís, por lo tanto insensible al men-
miento; es un complejo pulsional. Así pues, veo dos líneas de homo- tís . Juegan con la falta ...
sexuales divergentes en torno a las cuales, por supuesto, hay mu- ELLA: ¡El neurótico también!
chas variantes, pero esencialmente dos "tipos" . .. f:L: No, el neurótico se aferra, gira alrededor, eso lo ocupa y lo
ELLA: ¿ Los buenos y los malos? protege del vacío. Pero para el perverso, jugar con la falta o con la
f:L: No, pero si hay que poner etiquetas, diría los duros y los Ley es ante todo hacer de ello un trozo de realidad, una realidad
blandos; nada que ver con la distinción activo-pa~ivo. Los duros son fragmentada cuyo 'vínculo gozoso y doloroso es él. A veces quiere
aquellos para quienes es el conflicto con la Ley, los fanáticos de la directivas justamente para desmentirlas, hacerlas fracasar, poner -
verdad, los perversos del nombre, los salvadores del Padre al que las en falta. Sólo hallaría gracia a sus ojos ... un efecto de gracia,
odian por su nulidad, los horrorizados del hoyo femenino, que una palabra que se salve de ser infundada, que rompa el odio y la
odian también a la madre cuyas creencias han asumido: en el fon- cólera en los que está atrapado ...
do, la odian por haberla deificado. ELLA: Curiosa esta gracia que halla gracia ...
Y están los blandos, o más bien aquellos que buscan en el homó- f:L: Da vueltas y vueltas como un trayecto autónomo, pero viene
logo el apoyo narcisista que falta, la imagen de ellos mismos que de otra parte, como el amor; el odio está ahí. Y si ve una salida dis-
falta o que es la única que puede prestarse a su amor; su imagen, tinta al amor . ..
más que la del padre, aunque una aproximación variable se dibuje ELLA: La Ley. Lo que le ha faltado es la ley .
con él . .. Conocí uno muy "apegado" como se dice a la madre, que f:L: Digamos más bien que la Ley fue para él reducida a su falta;
soñó una vez que estaba en el tren con ella, ella era joven y hermo- y por esta razón, fetichizada. Por tanto no es la Ley la que le falta
214 DIALOGO III VARIEDADES 215
sino su apertura, sus rupturas vivas. De por sí muy a menudo el ob- tr ansustanciación: su carne blanca inmaculada convirtiéndose en
jeto fóbico dicta la ley: une el miedo del inconsciente es decir del un verdadero Nombre .. . un verdadero padre, realmente . . .
amor, de lo que radicalmente escapa, une este miedo con la implan- Correoso, el sueño de un Cuerpo homogéneo al Nombre. Sin embar-
tación de la Ley. Pero el perverso asume la ruptura de la Ley: seco - go el cristianismo había arreglado eso, ¡y para todo el mundo!). Al-
loca en una y otra parte de lo que habría podido ser la Ley. Y grita: gunos homosexuales odian a su madre por haber tenido que ado-
"¡En este mundo fracasado, que me vuelvan a hender! ¡Que el agua ra rla, por haber encamado sus creencias por ella sin que ella
y la sangre en el pecho de Jesucristo se derramen al exterior!, ¡que misma creyera verdaderamente, sin que siquiera se diera cuenta de
salgan! .. . ¡que me saquen de este mundo donde no hay más que la inmensidad del sacrificio; del cual el hijo ni siquiera rescató una
recursos fallidos! . . . " imagen defendible, puesto que la madre era inimaginable para sí
ELLA: ¿Qué es lo que está citando? ¿Usted también frecuentó a misma. Literalmente: no se imaginaba . . . Fue sin embargo sincera
esos fanáticos? - irrefutable sinceridad de la histérica- en su creencia de ser la
ÉL: Me enseñaron mucho, ellos y los niños .. . Y los quiero igual. Mujer pura, intocable . Vea ese sueño en el que pide perdón: hunde
Sienten las cosas con curiosa agudeza. Ayudé a algunos a no dilapi - al hijo en la creencia -que ella tiene · y que inspira- de ser su vir-
dar demasiado su capital suicida, a no despilfarrarlo de un solo gol- gen madre; o más bien, es hundido por esa creencia. Y va a buscar
pe despilfarrándose con él . .. Hay como 1,1nllamado para que se les esa pureza en los bajos fondos más abyectos .
dé una muerte viva, más viva; entre la muerte que les ocurre y la ELLA: Justamente, ¿por qué buscan su ley fetiche en el extranje-
que los retiene. Lo que les fue dado, legado, es una mentira radical, ro de preferencia, sobre todo en el árabe? ¿E s el dobl e o el m entís
positiva, no apariencia o imagen: "Mi padre _mintió pero yo no sé en de la xenofobia corriente?, ¿o bien el apego árab e a la madr e es
qué", decía uno de ellos . Su ignorancia era así atribuida a una men - para ellos evocador?
tira, mentira del nombre que el padre transmitió; mentira de la pa - ÉL: No gozar sino con el "extranjero" es poder "insultar" en blo -
ternidad. Entonces se "cargaba" una gran cantidad de vergas de ex- que al grupo de origen, nombrarlo con una negativa : aprender des-
tranjeros, "una verga más antes de que la muerte nos llegue ... " El de cero una lengua nueva identificada con el cuerpo nuevo "perfu-
11ombre absoluto que buscaba era para él idéntico a todas las ver - mado", exótico, inocente, puro . Es una manera de integrar al Otro
gas, de las que sólo podía devorar un número finito. Está mucho en el estado puro. Uno de esos homosexuales hablaba de su "delga-
más allá del mentís. Desmentir es tachar de falso, y él quería tachar dez ramadanesca " , con lo cual incorporaba a su cuerpo una identi-
de cierto: no como esos perversos de "segunda zona" que se confor - dad -el Ramadán, el ayuno islámico- que ninguno de los suyos
man con desmentir. Otro me decía: "Yo necesito ser un bidet mien- está en posibilid de discutir, un nombramiento sobre el cual los su-
tras no haya dicho el verdadero insulto a mi padre . .. ", el insulto yos no tienen ninguna influencia, los suyos por quienes en esos mo-
era el verdadero nombre; el imposible de hallar. No obstante a ve- mentos su odio es desbordante; miedo, odio y vergüenza parecen
ces lo intentaba: "Mi padre es un gusano blanco, y el residuo de es- entonces idénticos; odio por Sí y por Otro confundidos, aire de ado-
perma (que él excreta tras el coito) se parece a ese gusano .. . "Des- lescente exasperado por su ruptura , exasperado por compartirla
pués de todo, muchos otros -y normales- dan su bajeza como con todo el mundo .
prueba de la verdad que buscan. También en cuanto a la madre ELLA : ¿ Y el horror por lo femenino?
hubo mentira . ÉL : Ante todo horror por la "femineidad de los tipos . . . esos ti-
E LLA: ¿Cuál?, ¿ le prometió el incesto y io engañó con el padre, es pos que huelen a mujer". Y la mirada feroz sobre las mujeres:
es o?, ¿la eterna cantinela edípica? " Esas mujeres (las transeúntes), esos cuerpos de mujeres que han
ÉL : Sí, pero no se ha dicho que la viva tan tontamente, como un parido, es horrible, enloquecedor: ¡ellas no creen en nada!" Es el
estribillo. Sabe que ella ha gozado, que "parrandeó". Uno de ellos grito de dolor frente a las creencias de la madre que tuvo que verifi-
soñó que ella le pedía perdón, y era horrible: es un "pecado" más car. Y el vínculo con la madre, que siente por instinto entre "sus"
grand e que haber gozado haciendo creer que la violaban, que sufría árabes, hace que los utilice como disparadores del mont aje donde
a ese bruto , a ese padre inmundo . .. En realidad le tiene rencor al se opera el sacrificio sobre el altar materno . Y a su vez , inver sión
pa dre no por haberla violado, sino porque ella no carecía de deseo se convierte en la verdad que falta a "sus" árabes a la deriva; su
cuando el padre se entregaba a ese curioso "tiro al blanco" . Y él desmadre, ·su Madre, el sacerdocio del que ellos son los compar-
odia a su madre porque no lo nombró (habría sido una hermosa sas. . . Otro del que me habló usted soñaba al ha ce r el coito con


216 DIÁLOGO 111 VARIEDADES 217

descargarlo todo , verga y esperma al mismo tiempo . Como para yendo la de las palabras; un bloque de amor petrificado que se nie-
descargarse también de su misión totalizan te y superar esas verga s ga a descongelarse.
parciales . Otro: "Lo que me exaspera en la exuberancia del cuerpo ELLA: ¿Por qué a menudo los homosexuales suscitan ternura en-
femenino, es que el tejido social está curiosamente bien cuidado tre las mujeres?
por la paranoia femenina ." Una lucidez aterradora a veces. ÉL: No sólo ellos. Pero con ellos no hay peligro de "violación",
ELLA : Algunas mujeres sueñan con arrancar al hombre su sexo o mejor aún : la fantasía de violación está en suspenso; bien agarra-
como una ilusión ... da. Para una madre un hijo homosexual es una prueba real de que
ÉL: .. . que quizá también sea la suya .. . En este caso, él tenía la no hay más mujer que ella, que ella es la Mujer ; es el emblema de
verga más bien en la cabeza de su madre . su victoria aplastante sobre cualquier otra. . . Algunas mujeres
ELLA: ¿El incesto entonces? identifican al homosexual o al moto con el hijo ideal que no tienen,
ÉL: No es tan simple; no se trataba de "completarla " a ella con su o que su madre no tuvo, o con el padre ideal (sin peligro de incesto)
pene, o de consagrárselo, o de colmarla con él, como se dice, no, el que habrían querido . Es la idealización en la que el fetiche surge
punto de incesto actúa de otra manera, en el nivel más arcaico del como emblema del duelo . Conocí a una terapeuta siempre enterne -
don de la vida; el hijo era la prolongación de la vida de la madre, por cida ante "sus" adolescentes motos: al verlos "suicidarse" así en el
lo tanto también de su muerte; el punto de unión entre vida y muerte amor -ni siquiera por su madre sino por sus locas creencias-, al
para la madre (la cual no lo amaba de manera especial ... ). Es verda - verlos estallar en las fantasías de Otra mujer, los habría adoptado,
deramente una complejidad de cuerpos y de órganos entre madre e les habría dado a Dios grati s: " Pero si no se les pedía tanto, niños
hijo, donde el hijo está drogado con la madre y la madre consigo mis - míos .. . "
ma . En un caso tuvo un día un pequeño derrame de sangre y se que - Está el horror que tienen los adultos de que se les h ay a tomado
dó fascinado, hipnotizado ante el color que le parecía "hermoso", y la palabra, de haber sido ponderados.
que lo devolvía a las hemorragias de las que la madre murió; de lo ELLA: ¿Sabe usted?, su distinción entre " duros" y "tiernos" exis-
cual se deduce que la belleza somatiza hasta el amor mórbido .. . te ya, implícita , en las ideas que corren. Por ejemplo en la editorial
Pero se necesitarían detalles clínicos precisos, y me prometí no dar - de una publicación "gay" que leí por casualidad, El Avispero sella-
los, aunque mis expedientes brincan de impaciencia ... ma, título elocuente para los paladines del rollo gay , el autor distin-
ELLA: En uno de sus montajes, Mishima, el novelista japonés gue primero la ternura entre hombres : Los hombres se quieren .. .
(que se dio cuenta de su homosexualidad en su fascinación por una Por supuesto, dice, hacen alusiones al culo de las chicas , y los más
imagen de San Sebastián traspasado de flechas), oye decir a su temerarios se ausentan algunas horas para cogérselas ... ", men-
pareja: "Soy tu espejo", y ella nombra su cuerpo a él con fragmen - ciona " los abrazos fanáticos de los futbolistas y las manos de hom-
tos del suyo visto en el espejo que ella desplaza poco a poco. Cuan - bres apoyadas tiernamente en la nuca del amigo ... "; luego están
do halla un día la mujer que lo matará , dice : "Ahora no necesito los " gays " , los duros : "Los gays son tristes ... si no te deseo no te
espejo . . . " veo .. . Abrimos un abismo entre nuestro decir totalitario del cuer-
ÉL : Pero es inútil embriagarse con relaciones entre imagen y po masculino y la pobreza afectiva de nuestras relaciones con el
muerte.- Si lo hermoso le fascina es como aproximación de la muer - prójimo . Como si hubiera que pagar por el desierto cotidiano los
te, captura del amor, asesinato de sí en el amor. En todo caso , una minutos flamígeros de nuestros éxtasis sexuales ."
vez captado el factor en juego fetichista, podemos oír las mil va- ÉL : Totalmente . Habla de la relación sexual como de un flash .. .
riantes. Uno de los homosexuales decía que " el sentimiento oceáni - Inteligente ese muchacho , me suscribiré a su publica ción. ·
co es una gran nostalgia de paternidad" y quería ser a la vez el hoyo ELLA : La misma revista cita a Jean Genet, recordand o a Sartr e y
donde el padre y los penes se enterraban, y la grieta por donde dar Beauvoir, y la alegría de " reunir en una trilogía santifi cada al hom-
a luz la apariencia, por donde darse a luz a sí mismo. Ser a la vez bre, la mujer y el pederasta ... . " . Cita el último texto de Genet qu e
la madre y el hermano de los árabes que se lo cogen ... Todo en un habla de los fedayines: "Los dos primeros feda yines e ran tan her-
desenfreno de significantes y de juegos de palabras que impiden mosos que yo mismo me sorprendía de no se ntir nin gún dese o por
aferrarse a alguno de ellos: ese tipo de hemorragia verbal puede ellos . . . Cada uno parecía no sólo la tran sfigur ac ión de mi s fanta-
matizar la confianza que tiene uno en los "juegos del significante" sías sino su mat erialización ." Es un poco lo qu e usted llama encar-
para ubicarse ... El ambiente es de vergüenza , de confusión, inclu - nación de la fantasía ... Y explica esta au se ncia de dese o, dice que
218 DIÁLOGO 111

"la palabra prostitución, la idea de las prostituciones estaba ausen- INTERMEDIO III
te por lo tanto todo deseo lo estaba". Lo que lo consternaba es "que
esa ausencia de deseo se ajustara a la materialización de mis pro - PERVERSO Y "LEY"
pios deseos amorosos ... ". Lo más curioso es cuando intenta fun -
dar su simpatía por ellos: "Si no hubiera combatido contra el
pueblo que me parecía más tenebroso, aquel cuyo origen quería es-
tar en el Origen, que proclamaba haber sido y querer seguir siendo
el Origen ... ¿me habría atraído con tanta fuerza la revolución pa -
lestina?" En suma, lo atrae porque combate al hebreo -el " tene -
broso" - cuya Tradición mantiene en efecto cierta cuestión del Ori -
gen. Y éste es el remate: "Imponiendo al mundo entero su moral y El "perverso": destructor de Dios por ser creador de Dios; desqui-
sus mitos, Israel se confundía con el Poder. Era el Poder." Intere- ciador de la ley por ser hacedor de ley. Cuando los hombres dicen
sante, ¿no? matar a Dios o terminar con él, es para recrearlo ellos mismos:
ÉL: ¿Sabe? Hacer a los judíos responsables de Occidente -que quieren matar lo que se les escapa de Dios, lo que se le escapa a
sin embargo los ha asesinado, perseguido-, es una perversión más Dios también: su "creación"; quieren pues crearse matándose; se
bien trivial, admitida ... El antisemitismo como prueba contra los matan por crearse . .. por fundarse cada uno en el lazo reducido a
judíos: "Son detestables, la prueba es que yo soy antisemita"; la ló- sí, pues no saben dónde apoyarse para fundarse. El perverso sabe.
gica autorreferida . . . Ya le hablé de eso. Y agarra a Dios por la garganta y aprieta hasta estrangularse, hasta
Es posible que además Genet odie a Israel como ligadura del ori- las delicias del vacío de donde "todo" puede nacer. Pequeño de-
gen, ligadura que Genet piensa que no llega a producirla tan total miurgo exasperado. Resuelve lo infundado del deseo y recupera la
como supone ha hecho su Enemigo ... parte perdida de ese deseo, que lo maldice. Se viste de los despojos
ELLA: En otra parte, en ese mismo texto, evoca sus prisiones del deseo con el que ha despojado al otro. Sin embargo el masoquis-
como lugares maternales, y a propósito de un muchacho a punto de ta pide al otro que manifieste su capricho, no importa cómo. Pero
cambiar de sexo, dice: "La alegría puede estar cerca de la demencia justamente, se lo pide; al hacerlo, se lo arranca. Para él, el dolor es
cuando al hablar de sí ya no diga 'él', sino 'ella', comprendiendo en- el símbolo de lo que uno no se da a sí mismo y que sin embargo él
tonces que la gramática también se divide en dos mitades ... El se da. Es símbolo de la paradoja.
paso de una a la mitad no velluda debe ser delicioso y terrible. Tu Lo sorprendente es que el ser humano rebota en esa paradoja.
alegría me inunda, adiós, querida mitad, muero en mí mismo ... " Imagi ne al ser aplastado pór el capricho del otro, y que para libe-
Es hermoso, ¿no? rarse anticipa ese capricho, toma la delantera: "al querer" su aplas-
tamiento parece escapar de él. Curioso papel de la voluntad. Re-
cuerde a Yago en Otelo, perfecto perverso (en realidad es la pareja
Yago-Otelo la entidad perversa en su doble cara: vivales-imbécil) .
Pues bien, cuando al principio de la obra Yago anima a un "amigo"
a no suicidarse, le suelta un lindo discursito sobre la voluntad: " Só-
lo corresponde a usted ser esto o aquello: nuestros cuerpos son jar -
dines cuyos jardineros son nuestras voluntades . .. "En pocas pala -
bras uno puede plantar lo que quiera, cocaína o remolachas ,
cuando se quiere se puede .. . Y según él "e l amor no es más que
un esqueje o un brote" de la voluntad. Debía saber mucho sobre ve-
nenos vegetales; pero su elogio de la voluntad es digno de un mora -
lista. Todo el ataque de Nietzsche contra la moral es una crítica a
la perversión, a sus tufos morales, así como a los tufos perversos
de la moral ...

[219]
220 INTERMEDIO 111 221
PERVERSO Y "LEY "

2 ne antes de la Ley, y después de la Ley, es preciso deducir que se


identifica con la Ley. La perversión es una ley artificial, un artificio
Cuando el masoquista dice: "Quiero que tu poder sobre mí se haga de ley.
ley", estamos obligados a oír : quiero que la voluntad que yo suscito
tenga para mí el valor de una voluntad general. No someterse a la 5
ley sino estar por encima de ella. Cuando Masoch dice: "Que nada
en este mundo pueda protegerme o salvarme frente a ti", eso quiere Fr ase sadiana: "Tengo derecho a gozar tu cuerpo y ejerceré ese de-
decir que ninguna ley haga frente a la de nuestro dispositivo, recho sin que ningún límite me detenga en el capricho de las exac-
aquella de que disponemos, donde la instancia de ley es destinada ciones que tengo el gusto de saciar." Curiosa, esta forma de ley en
a constatar su supresión . Eso ocurre también en el caso del droga - la que el "capricho" y el "gusto" están conectados al derecho. Pero
dicto : su objeto no es tanto el "producto" como la textura donde se es el sujeto quien se lo atribuye, como derecho; echa sobre su per-
acomoda ese nuevo vínculo que es la adicción. Pasa por el vínculo sona la referencia al tercero. Cree -no sin razón- que la moral go-
social ambiente para erigirse en objeto de deseo o de angustia. El za, y quiere arrancarle este goce .
verdadero "producto" del toxicómano es el vínculo social cuyo em - Por consiguiente , la idea del niño "perverso polimorfo" parece
blema es el producto. Es al vínculo al que lanza su grito, su llamado frá gil: el niño no es lo suficientemente moral como para ser perver-
a no ser abandonado, a que no se le deje necesitado ; a estar mejor so . Es cierto que la educación lo moraliza bastante rápido para
ligado en el terreno. El vínculo social se fetichiza en el "producto", pa liar esa desventaja , y poco a poco, sobre todo en el vínculo con
y a la inversa la palabra droga se fetichiza para la sociedad. Dando su madre, construye la " perversidad". El ejemplo ideal es el de
y dando. los niños golpeados: saben sacar a la madre de sus casillas y ma-
mar toda su violencia hasta la embriaguez . En todo caso, la idea
3 de que es una buena pequeña ley normativa la que puede oponerse
a la perversión es mucho más que ingenua: perversa; es un llamado
A fuerza de ver al perverso tomarle al otro la palabra, uno llega a a que el vínculo perverso se instaure: en el que la ley es modelo
preguntarse lo que es una palabra . .. El fetiche oscurece la pala - y pareja.
bra imposible, la palabra clave de una lengua; le da consistencia
como último recurso; le da la consistencia de esa desesperación. 6
Está claro el vínculo entre el fetiche (lo facticio) y la voluntad (el
programa). El perverso se imbuye del poder de la palabra que fal - El perverso depende a la vez de la Ley ideal (la que quiere él mismo
ta y de la que él es la sombra " sagrada ". Su voluptuosidad sería inscribir) y de las leyes ambientes, de los prejuicios, etc . Lacan, en
mortal si no estuviera ... programada . Y a veces, faltas de pro - su Kant con Sad e, se sorprende de que uno de los héroes sadianos
grama . .. más libertinos crea en el infierno. Llama eso una "incoherencia" de
Sa de . Por el contrario, esta ingenuidad, esta inocencia es de entra-
4 da un estigma perverso , muy coherente con la hipótesis sadiana de
una segunda muerte: es un motor más para vencer a la muert e; se
Sobre la relación perversión-ley Freud se contradice (su encanto es la supone para duplicarla en su terreno y acabarla. Asimismo, un
contradecirse y asegurar que eso no sucede, y hasta hacer como si homosexual "perverso" cree en la heterosexualidad (figura trivial
no sucediera .. . ). Dice que hay perversión cuando una pulsión ad- del infierno, más bien "increíble" como todos dicen, en todo cas o
quiere su autonomía y ya no puede ser "rechazapa" o "sublima - no muy segura como valor). Un homosexual gay decía a su amigo:
da" ... La perversión es pues reducida al estadio infantil de "an- " Sí. mi sexo jamás ha servido" (cuando acababa de hur gar en algu -
tes " de la ley , cuando las pulsiones están más acá de las conexiones nos traseros extranjeros, sus parejas favoritas ... ); qu ería decir
que impone la Ley. Además dice que la perversión sobreviene des- que jamás había hecho el amor con una mujer . Llamar a eso no ha-
pués del Edipo, por lo tanto después del momento en que según él ber servido, es presuponer, como el heterosexual más limitado, que
la Ley se enun cia o apar ece. ¿Contradic ción? Hemos visto cosas un pene sólo está hecho para la mujer; que es el "tributo " o el atri-
peores, y ésta es más bien simple : si seg ún Fr eud la perversión vie- buto de lo femenino. Por lo demás, algunos homosexuales tienen
222 INTERMEDIO 111 PERVERSO Y "LEY" 223
una manera de hacer "pareja" que vence en su terreno a los hetero 9
sexuales más repletos; como para asquearse de la pareja "normal"
y de la pareja homosexual que la "duplica" ... Y no es para que los Es el narcisismo del Otro el que uno apenas soporta, y al respecto
reconozcan los normales para lo que las parejas homosexuales el perverso se ha hundido. Recoge al Otro en pedazos y lo restable-
actúan así; simple dominio sobre la "ley", por afán de emulación ce en él ... en una erección petrificada. Así pues, el narcisismo de
victorioso -y humillado. los demás nos molesta, limita el nuestro. ¿Acaso no se dice que la
libertad del otro es el límite de la mía? Es una definición un poco
7 malsana; produce enganches narcisistas exasperados. La libertad
del otro comienza ahí donde comienza.la mía y no donde termina.
La idea de que el deseo del hombre es que se le reconozca su deseo La libertad es poder ligarse y desligarse, es consentir en el vínculo
implica que ese deseo permite que la otredad lo marque, que ese de y cambiarlo; sin dejar todo el pellejo, todo el ser; es no estar obliga·
seo se deja alterar. El perverso resuelve esa paradoja: se enajena do a transmitirlo "todo" de uno (lo cual hace de uno un fetiche ... ).
del deseo en el que se convierte, del Otro con el que se fusiona. Ahl Libertad de no ser "atrapado" en un modelo sino de tomar uno y
los puntos de referencia "psicoanalíticos" son insuficientes: se dice cambiarlo; quedar atrapado ahí es dar cuerpo a la Ley que promete.
que se identifica con el objeto imaginario del deseo de la madre ...
simbolizado en el falo; o bien otros se identifican así sin volverSl' 10
·perversos.
El perverso se identifica con la génesis de la Ley, garantizada por El hombre que espera ante la Ley ... quizá ha inventado a su guar·
el cuerpo fetiche: se convierte en una ligadura del inconsciente. dián para que lo detenga, para que le impida entrar, para jugar a
exigirle de vez en cuando el derecho a entrar, a celebrar mediante
8 ese fetiche su fascinación por la Ley, a admitir esa grotesca puesta
en escena donde la Ley tendría una puerta con dentro y fuera ...
El origen del vínculo perverso: realiza un "golpe cristiano" perso Curiosamente, si uno supone que él sabe, de neurótico que uno
na! para salvar el origen: salvar al padre de su nulidad y a la madre lo creía se convierte en perverso. De hecho, todo el mundo lo ... sa-
de su creencia abierta. Ésa es una hipótesis pero incluye las refe- be: dar golpes bajos a propósito pasa por perverso; una mujer que
rencias "clásicas" sobre el perverso: fase narcisista aguda, pulsión sabe que encanta y que rechaza todos los agrados que suscita, pasa
de muerte, saturación narcisista en la que el sujeto se echa encima por perversa. Cristo dijo: "Perdónalos, no saben lo que hacen ... "
el acento de asesinato intrínseco a la Ley, acento que regresa a él Es cierto, el perverso busca ser imperdonable, quizá porque el per·
y la toma contra la materia misma de lo vivo. Por ello, la perversión dón que terminarían por darle es también absoluto, como la "falta"
encarna también el instinto de muerte: es la vida que se toma a si que encarna.
misma por objeto que consumir, definitivamente; engendramiento
de sí por el Otro en el que uno se convierte. Los reinos animal y so- 11
bre todo mineral ofrecen algunas imágenes de ello: el cristal .. . to
mado como modelo. Por lo demás, los neuróticos creen que el perverso sabe; y algunos
La perversión concierne al objeto particular que se llama Ley. Y están deseosos del "saber" que los llevaría como quien no quiere
si para un traumatizado, echar sobre sí la ley basta para hacer pre- la cosa de su neurosis a la perversión. Parecen esperar de "un análi-
sente el instinto de muerte, es que la Ley es un traumatismo del len- sis" la llave de esta vía real. A veces se las da: se encuentran en el
guaje, y el perverso un traumatizado de la Ley ... Una perversión punto perverso -toda angustia ligada, narciso encendido, deseo al
lo sustrae a uno un poco del mundo pero lo deja lo suficientemente alcance de la mano, rechazo granítico de cualquier efecto de otre-
presente como para parecer comprometido en su perfeccionamien- dad. Ese punto perverso en el que uno está lleno de sus faltas, lo
to, vía el de la Ley. Sea lo que fuera lo que uno pervierta, y puede llaman lo "inanalizable". En realidad el psicoanálisis, bonachón,
pervertirse cualquier cosa, es la Ley la que uno pervierte, como re- no les da lo que ya tenían, ese punto de extrema resistencia a sí mis-
lación con el Otro, inasequible límite del decir. mos, de fanatismo narcisista donde se toman por objeto de su deseo
y por huella de su Ley. Es un fenómeno trivial: maquillar sus grie-
PERVERSO Y "LEY" 225
224 INTERMEDIO 111
da de fetiche , sobre todo del fetich e que es la fantasía pasada al acto
tas con trozos de saber "excedentarios", pequeño barniz "perver- y vu elta realidad ; vive un colap so entre sueño y realidad, ensoña-
so", no muy malo por lo demás . .. si no está amenazado. De lo con- ción y realidad, fantasía y programa, deseo y escritura .. .
trario, explota.
14
12
La perversión es un remedio demasiado eficaz para el mal de vivir,
La ley lo ha manejado como un títere y lo ha abandonado en un pro- pa ra la enfermedad humana. Demasiado exitoso como para ser vi-
grama que hace las veces de ley. . . El montaje perverso es una vible . Libera al hombre de su "enfermedad " humana, que es la úni-
inclusión recíproca entre Sí y Otro. ca oportunidad que tiene el hombre de ser "superado". Lo qu e el
Quiere arrancar a lo invisible esa Ley a la que quiere desmentir pe rverso desmiente no es la "castración" de la madre o entonces
y fijar, con riesgo de que lo deje ciego. La droga secreta que lo ali- hay que entender por "castración" las sacudidas imprevistas que
menta es la búsqueda de identidad con la Ley, las rupturas de éstas abren la palabra, •transmiten la vida, permiten que ocurra el suce-
se convierten en las suyas; las colma con su ser y cuando lo logra, so, constituyen el surgimiento y la géne s' , incesante de lo nuevo, de
es deprimente. lo que es Otro . Eso es lo que el perverso niega , él que es su ley y
la falla recuperada de esta ley; c ru cificado en el punto de cre encia
13 na rcisista. En este límite, la medi ac ión de un produ cto (dro ga, fe ti-
che , pareja) es necesaria pa ra da r un po co de ju ego a l pr og ra ma as-
Su búsqueda está conectada con las pulsiones -pulsiones de fixiante que prevé la vida en la muerte; para des plaza r la ruptur a
vínculo, de muerte, de eros. Una vez alcanzado el "orgasmo", el na rcisista, hacerla pasar por un otro lado . E s como si ca va ra s u
sortilegio se rompe: desbandada, regreso al punto muerto. En un Ji. tu mba al infinito sin que le pareciera lo suficientement e profund a
bro que relata la aventura entre un masoquista y su pareja (que es como para quedarse allí . .. Esto evoca las tumbas egipcia s, es os
menos un sádico que un accesorio de su goce), sus asaltos, san- cr isoles de escrituras inertes, momias diosas y otras viudas, mentí s
grientos o no, coitos golpes bajos heridas lamidas como sexos traje de la muerte, leyes últimas escritas para la mirada de los muer-
de plástico ahogos orgasmos pataleos, todo es rítmico, punteado tos . .. Un homosexual gay que conocí se veía como la Tierra Madre
por ese formidable comienzo desde cero:, tras el"orgasmo", uno y qu e recibe a los muertos, es decir a los hombres que acaban de eya-
otro se encuentran como desechos del montaje que los une. Están de cular en él ... un verdadero mausoleo; aquello producía hecatom-
uniforme, incluso desnud0s: sus gestos solemnes son su traje: "crea- bes ... Es así como prestaba cuerpo a la fantasía de la Mujer -de
dores" de sí mismos, directores de su acto, no hablan más que de dejar al hombre después del coito, allí tirado, sin vida- y como se
Ley; juristas apasionados; legisladores sacrílegos; la convocan para fus ionaba con ella, en esa fantasía .
verla surgir y superar sus mentís . En sus desencadenamientos en -
cadenados, todos proyectan fijar al otro como instrumento de su 15
propio nacimiento. Pero el proyecto perverso tropieza consigo
mismo, fracasa en su éxito, exulta en su abismo, demasiado conec - El perverso es un lugar de interpretación , "interpreta" mucho por-
tado al Otro como para no abolirse al crearlo. Y cuando los cuerpos que debe fundar el sentido con su cuerpo. Y sus paradojas entre
se derrumban, nadie está ahí para precisar el límite alcanzado, no plac er y dolor, vergüenza y perdón ... se refieren menos a las leyes
quedan sino objetos de culto dispersos, un culto de objetos de len - existentes que a la ley que se deduce de su montaje, que le funda
guaje cerrado . No pueden crear el vínculo que sea en sí mismo su una memoria reducida a los "sentidos" . Idealmente, el lenguaje
prueba mantenida, indefinida . Queda el entrechoque de dos nadas que le conviene es aquél, impersonal, de las di sposiciones ; nada de
que se hablan como se hablan el drogadicto y su producto, el feti - "s ujeto" o de humedades subjetivas ... Sed de vínculo s depurado s:
che y su fiel ... cada uno responde presente en la cita ... para fun- cuando un homosexual sodomiza a su compañero sobr e el alt ar de
dar la palabra desde cero, como un producto nuevo. una iglesia, no es una "distracción" es un pequeño sacerdocio; así
Si el esquizofrénico toma la palabra por la cosa, el perverso goza como cuando lo "sacrifica" en un tern ;no baldío parecido al Gólgo-
tomando las palabras por el acto que las representa y las comprue - ta ... Al lado de eso las ensoñaciones de un Bataill e, por pensador
ba a sus ojos . Su fetiche es nombre real , y toda su realidad está teñi -
226 INTERMEDIO 111 PERVERSO Y "LEY" 227
que fuera, parecen limitadas .... Sólo que él tenía el recurso de la de serlo, es algo "organizado" allí donde está lo imprevisto; y a la
escritura, y esta montura conduce siempre más lejos de lo previs inversa. En cuanto al sexo, lo que lo "hace" perverso no es que los
to. . . Pero el perverso "directo" se inscribe por sí mismo con penes no entren en las vaginas; sino que esté convenido que no lo
imágenes de él que cree haber creado; su dispositivo también produ hagan; que sus movimientos estén arreglados; aunque tenga que or-
ce imagen, imagen real y simbólica. Pero su ley "neutra" y total tro ganizarse el desarreglo en regla. Y no es que ello se contraponga a
pieza con que todo cuerpo está ya demasiado marcado de nombrt'; la sacrosanta procreación; no tiene que ver; la "naturaleza" ha to-
que alcanzar el nombre absoluto es pretender lo innombrable, des mado ya sus precauciones para que entre su objetivo tenaz y nues-
prender nombre y cuerpo, aplastarlos uno contra otro, y gozar con tras pequeñas agitaciones no haya común medida. Lo humano la-
su mezcla ... dra, la generación pasa.

16 18

Tomarles la palabra a algunas palabras, por lo tanto hacer de ellas Curioso que el conflicto con la Ley se haya confundido con la idea
"leyes", es el medio para pervertirlas: aplastarlas bajo ellas mis de desviación: desviación del objetivo (o fijación en el objetivo: nor-
mas y aplastar mediante ellas a quienes las dicen. Se comprendt• ma exaltada, conformismo). Pervertir una relación no es tanto in-
que algunas tradiciones hayan pedido perdón a su Dios, le hayan vertirla, es hundir la "cosa" en sí misma, y uno con ella: la "droga"
pedido piedad: que no se tome la palabra y no los pisotee al pie de convertida en Ley.
la letra. No es el sujeto el que está fijo, es la Ley como boquete del deseo.
El fetiche no es el objeto de deseo sino el testimonio palpable de
17 que el Otro está fijo. El objeto del perverso es el hoyo de la Ley, y
su objeto es hallar el montaje que la fije.
Perversión de menores; desvío de pulsión (fuera de su trayecto nor
mal); de avión (fuera de su trayecto normal) ... Vuelta; la sociedad 19
ha vuelto contra ella el arma blanca de sus ceros armados, de sus
drogadictos desarmados; eso la ha volteado; emoción; es agradabk· Sin embargo, ha habido fundadores de la ley no perversos .... Pero
de tocar, de darle salida. Pero cuando "marcha", cuando funciona, fundaban su ley en el asesinato de la anterior; el perverso no tiene
las fantasías se convierten en pequeños programas y la perversión los medios para realizar ese "asesinato". No es, como ellos, la pun-
llega muy pronto, menos porque ello desafíe a la ley (como lo dl· ta avanzada de un vínculo social ... O en tal caso es la punta exa-
nuncian quienes a su vez se identifican con la ley ambiente) qm· cerbada de un vínculo que busca su punto final.
porque al estabilizarse, la fantasía operacional se integra a lo coti
diano y se pone a duplicar la Ley. (El actual terrorismo lo ilustrn; 20
¿desviaron el avión?, ¿dispararon contra la gente?, ¿hicieron ... "?
"¿perp quiénes?" Ellos. "Ah, sí, su hermano está en la cárcel, enton En apariencia cada quien tiene su pequeña conversión de bolsi-
ces comprendo, porque si no, mire, ¡querría decir que estamos en llo ... cada uno tiene su síntoma por ley. En realidad, eso no sucede
pleno caos!" Una vez reconocidos los actores, es normal; puesta en en el caso de todo síntoma. El síntoma perverso quiere "tener domi-
escena conocida; la puesta ya no es discutida ... los espectadores nio" sobre la ley que secreta; con la que está en regla: ideal de ino-
ven que el cine se vuelve "verdadero". El acto sirve de señal parn cencia perversa.
el ritual: "nos vemos" .. . ) En otras partes se copula con el fetichl·,
con Dios, consigo, con el producto, el signo; conmovedoras señale~ 21
del celo entre los humanos ... Un hombre para mostrar a su mujer
que sentía deseo, iba a la ventana e imitaba el canto del gallo; sin Hay una tolerancia absoluta para con el otro, que roza con la
reírse; colocación de los cuerpos, tablado, escenografía, la escena, perversión: estar de antemano de acuerdo total con lo que él nos di-
listo, señal íntima apenas idiota; eso fija el "deseo"; uno está fijado ce es dejarlo debatirse en su decir, encerrarlo en él como en una
también. A veces la perversión es algo "normal" allí donde no puc burbuja, asfixiarlo; es el programa de "fijar" al Otro. Sin embargo,
228 INTERMEDIO 111 PERVERSO Y "LEY" 22'1
uno lo seduce haciéndolo, le dice por su boca lo que le gusta oír. gencia de una imagen sin falla, pegada con cuerpo e idéntica a u11
Lo "perverso" en la seducción es quedarse allí, programar la "nombre". Por lo tanto, decir que la perversión es una fantasía fü
fantasía. tuada para preservar el placer o la identidad sexual del sujeto e•.
Una fantasía no es ni perversa ni normal (puede ser más extraña también no decir nada, pues no importa qué síntoma esté hecho pa
que otra, puede señalar odios psíquicos más tenaces que otros, ra preservar la identidad o permitir que fluctúe. En cambio, la bú~
áreas más deterioradas); no es la fantasía lo perverso; es su paso al queda de identidad cierta cuyo rasgo sea restablecido y como
"programa". Por ejemplo, el seductor va a devastar lo femenino, y producido a voluntad, es un resºorte del perverso. Todos tenemos es
hacer caer a cualquier mujer que no sea la Intocable de la que es tallidos de perversión, pero el perverso es el punto en el que esos
sacerdote: creerá hacer llegar a todas sus "víctimas" lo femenino estallidos hacen revelación, deslumbramiento, destino, induciendo
que les falta completándolas (en el rasgo del coito) y dejándolas a una forma de vida donde pululan los estados de muerte. La per-
abiertas (en la retirada de su huida); seduce por lo mismo que lo ha versión es jugar a quien pierde gana con lo simbólico, en una teatra-
seducido: la fantasía que supuestamente tiene la Mujer de ser la vi- lidad inerte donde el jugador es juguete.
da, la creación de la Ley ... La puesta al desnudo perversa radica Si juega con la Ley, no es falta de respeto: la toma como la pieza
en pasarla al acto, si no la fantasía Don Juan puede ser trivial, y de un juego más vasto en el que inscribe la verdad. Por ejemplo
además femenina: conseguir a todas las mujeres castrándolas de su (ejemplo proporcionado por Lucien Israel, el psicoanalista): un sa-
hombre real, o virtual; neurosis de rutina; "entredós mujeres" .. cerdote que frecuenta los burdeles y el colmo de su goce es confesar
a las prostitutas, después del coito, su identidad de sacerdote. Se
22 quedaban estupefactas, lo cual le encantaba. Un día fue a dar con
una nueva que después de la "confesión" le respondió simplemen-
Al envidiar al perverso, el neurótico supone que aquél tiene un goce: te: "Pobre cuate ... " Se dio un porrazo; depresión; fue a pedir ayu-
total, en los límites de la Ley, la Ley que el neurótico percibe prime- da a un analista. Por supuesto pide ayuda cuando su montaje "tiene
ro como prohibición sobre el goce. A veces se imagina que el per- éxito" y revienta al mismo tiempo. La prostituta, de pareja y cóm-
verso está "fuera de la Ley", cuando en realidad está sepultado en plice que debía ser, se convierte en un Tercero, ese tercero vivo que
la ley rematada con un origen puesto al desnudo, con un traer al mediante sus "confesiones" él quería petrificar de asombro, o de
mundo eternizado. horror si pensaba confesarlas: "Padre, copulé con mi padre. - . "
Es cierto que a muchos otros les sucede querer darse ellos mis- Hasta entonces había jugado a las escondidas con su "identidad"
mos las condiciones de su traída al mundo: inscribirse desde cero, de hijo que consagra su sexo a su santa madre (la Iglesia, la Reli-
a partir de ellos y sólo de ellos; está en la fantasía. La novela de los gión, la "verdadera" Madre ... ); una vez detenido el juego por su
orígenes está hecha para eso; aunque tenga por núcleo un dolor (el éxito, queda vacío, amenazado de volver al orden. Trayecto cerrado.
de haber sido ignorado por el amor del Otro); uno sueña con otros Un trayecto perverso que se cierra es recuperado o disuelto en
orígenes: se hace del origen una pulsión de sueño, un impulso dl· las leyes existentes.
realidad . . . El perverso hace de ello un dispositivo para resolver,
erradicar esta cuestión de origen. De ahí su rechazo del vínculo 24
parcial; el rasgo parcial (el resorte inconsciente) le hace la partida
injugable. Contrariamente a lo que se dice, la perversión depende muy poco
de la significación del acto, pues tiene que ver con la génesis misma
23 de la significación, de la palabra-cosa que elabora . El proyecto per -
verso es "fundador": más allá del sentido común implanta otro ~en
Decir que el proceso perverso es el fracaso de la simbolización, qul' tido; más allá del principio de placer, implanta un placer otro, el
ha dejado un vacío en el yo o el sujeto ... es un estribillo vacío. El suyo, que esclarece sobre la génesis del"placer" humano: no sólo
"éxito" de la simbol,zación, suponiendo que existe, deja siempre un descarga, sino construcción de islotes facticios donde los nombres
vacío imposible de llenar. El vacío que quiere llenar el perverso, na y los cuerpos se alcanzan, se intercambian. El voycurista muestra
die lo llena; las fracturas de la imagen que sufre, otros las han padc: ese aspecto fundador: constituye el deseo de su mirada por su ojea-
cido; pero para él es un programa pegarlas; la perversión es la exi da, crea en el Otro lo inadvertido, lo invisible de pronto existente
230 INTERMEDIO III PERVERSO Y "LEY" 231
porque es visto (siempre la "prueba": la sombra proyectada del to perverso, es desconocer el masoquismo. Y ello haría de cual-
mentís); y al crear la ignorancia en el otro se "engancha" a ese otro quier venganza un acto perverso, lo cual es falso. Si uno conoce a
en lo que tiene de esencial, en su carencia, que suspende en sí mis- quienes lo han perjudicado, resulta a veces más bien perverso re-
mo: emblema de su amarga victoria. Esta escena tiene lugar en el nunciar a toda venganza y vaciarlos de toda violencia mostrándoles
boquete que realiza su mirada, la irrupción de su cuerpo como vi- la mejilla izquierda. Así pues, el neurótico vuelve la "venganza"
sión realizada. "Enganchar" al otro con la mirada para hacerle contra sí mismo: culpabilidad, resentimiento; se consagra a la ven-
morder el polvo, morderlo con él. La mirada del voyeur no es sólo ganza que no ocurre, al ajuste de cuentas embrolladas. Pero no se
"desenfrenada", "excesiva", es idéntica al saber que funda, al mis- ha dicho que el perverso devuelva esta venganza a quien pertenece
terio que cree adivinar y que en realidad instaura. Se arranca el ojo por derecho, a su destinatario titular, pues justamente es el título
en su mirada convertida en lugar privilegiado del "misterio" se- y el derecho lo que interroga. E incluso si el dolor del trauma se
xual, de la excitación, del goce; y juega con él. convierte en placer, ese placer es mortífero. Tiene que ver con la
bronca con las raíces exangües de la Ley que hay que hacer surgir,
25 la Ley cuya forma viva y ajusticiada quiere ser.

Se habla de la "enorme gratificación sensual" del perverso ... 28


Supuestamente el orgasmo es para él la explosión de alegría triun-
fante. Pero entonces ¿por qué no goza una felicidad sin nubes? Co- Si el mal fascina a algunos es que es un acto preciso. Frente al mal,
mo si la destrucción del Otro lo alcanzara también. Por supuesto, el "bien" resulta de una vaguedad increíble, con apariencias equí-
hay "placer" en el ejercicio perverso, y dolor, y desencadenamiento vocas. Lo malo es que habiéndose lanzado a exterminar la aparien-
sensual, pero es vivido en el rigor y la ascesis de una Ley que se en- cia y lo infundado, la perversión crea infundado y apariencias muy
carna. A veces el placer es incluso denunciado como desviación des- precisas en lo arbitrario. (Incluso la crueldad no es más que un ex-
preciable lejos de la exigencia simbólica. ce so de precisión, y en ello reside el mal que hace.) En un impulso
de "libertad" uno hace el vacío, evacua los "infundados": ¿en nom-
26 bre de qué prohibir esto o aquello? Sin embargo hay que decidir;
en tonces será en nombre de una nueva "ley", reciente, no menos
El perverso quiere suicidar al Otro en sí. No sólo "angustiarlo". El facticia que la antigua, de preferencia absurda, y de la que nadie
dolor o el trip señalan que el otro responde, aunque esté angustiado puede responder. Se convierte también en "sagrada", pero de un
por haberse quedado sin sus semejantes. Y si ese Otro es una figura sa grado más inmediato, nuevo; un artefacto de lo sagrado, conecta-
concreta, dicho suicidio puede convertirse en asesinato. (Todos sa- do al capricho más fuerte. En política, es el embrión de procesos
ben que "asesino" viene de haschischin: drogado con hasch. Dada totalitarios. (A propósito de embriones ... En una maternidad "li-
la variedad de las drogas "abstractas", el campo del asesinato no berada", una parturienta había pedido que su pequeño de tres años
tiene límites.) Además el perverso no quiere la muerte como tal, si- as istiera al parto; el equipo no encontró "en nombre de qué negar-
no la muerte de la vida, la muerte en vida. Vea a Masoch: "Mi biena- se". Y el niño estaba ahí con los ojos desorbitados viendo llegar a
mada es de piedra ... ", la quiere en la arista exacta entre vida y la hermanita. Cuando nadie asume su parte de ley por temor a los
muerte. contragolpes decisivos -y a las pérdidas de goce-, se produce la
perversión por falta; el llamado a las perversiones no asumidas; a
27 una ley que funcionaría sola . . . La dificultad es que el embrión en
cu estión, el feto, provenía de una plaqueta del amante inyectada
La perversión, ¿ "odio erótico"? Ciertamente el odio es acabamien- por el ginecólogo ...
to del amor; odiar el amor por su fracaso vivo, tomar al amor como
objeto de odio, es sobre todo exasperar su búsqueda de identidad 29
cierta; es un efecto de esta búsqueda. Así como la "voluntad de per-
judicar", que convierte el traumatismo en "victoria"; o como la Perversión y "depresión". El eje narcisista de los estados melancóli-
conversión del dolor en placer. Pero decir que es lo esencial del ac- cos o depresivos es evidente: el sujeto no está ligado más que a sí
232 INTERMEDIO 111 PERVERSO Y "LEY" 233

mismo, de manera que está a la vez en duelo de sí y atestado de sí, de inconsciente en estado de cliché real. El inconsciente realiza in-
perdido en sí; se emborracha de su presencia como de su ausencia; versiones, pero no definitivamente, no sin alteraciones; contraria-
se emborracha de tristeza y de duelo del que es causa·y efecto. La mente al acto perverso en el que lo definitivo está integrado. La
libido lista para ser investida hacia la otra parte es devuelta a sí, perversión es un estado del inconsciente que supuestamente no se
investida eq sí en forma invertida, agotada, agotadora. La ausencia ha desprendido de su pérdida "primera". En pocas palabras, el in-
de pertenencia a otra cosa se traduce en la pertenencia asfixiante consciente sería "perverso" si alguien estuviera ahí para asumirlo,
a uno mismo. A veces ese estado corresponde para el sujeto, por y para "expresar" esta perversión. Pero no hay "nadie". Incluso si
ejemplo para una mujer, a la fantasía de tener que presentarse sin se pusiera a Dios, no hablaría ese lenguaje. Aunque creyentes, en
nada frente a la Otra mujer (sobre todo presentarse como quien ca plena catástrofe, se hayan visto conducidos a acusar a Dios de per-
rece de hombre frente a la madre, sin relación sexual "otra": lo cual versión ... Es cierto que los "expertos" en inconsciente tienen una
implica componentes edípicas pero no solamente). Lo deprimenll' tendencia visible a ser esa persona, por lo tanto a funcionar como
entonces es tener que cumplir un. contrato que la asfixia, tener que perversos, ídolos inertes del deseo, fetiches del inconsciente, blo-
ser fiel a otro que no la suelta -en este caso la madre. Lo deprimen ques de silencio dispuestos a absorberlo' todo -a "oírlo todo"- y
te es tropezar con un límite que uno se ha puesto a sí mismo, con que, cuando al fin se estremecen un poco, "dicen" con infinitas pre-
el límite en el que uno se ha convertido para sí mismo. cauciones trivialidades aplastantes.
Llega a ocurrir que semejante estado depresivo sea vivido como Para los analistas es más preciso: como si a fuerza de ser toma-
"fin de análisis", es decir en el momento en que todo un proceso dos por trozos de inconsciente o de objetos de deseo se arriesgaran
analítico concluye (y que otro se inaugura exigiendo otros a encamar eso. El otro riesgo es el de reaccionar, haciendo cual-
análisis ... ). Es que en efecto el sujeto pudo soñar con oponer el quier cosa para convencerse de estar vivo; eso convence sobre todo
"psicoanálisis" como tal a su síntoma principal. Por ejemplo pudo de que uno puede hacer cualquier cosa. Sorprendentemente, eso
soñar oponer la "ley" psicoanalítica a la ley todopoderosa que tiene pocas consecuencias: el inconsciente es generoso, puede hacer
atribuía a ·su madre; soñar con hacer de esa ley un síntoma má!'. un análisis hasta con eso, hasta con fetiches -o sabios inertes; de
fuerte que aplastaría ·al otro. Cuando el análisis está bien conduci cuyo masoquismo a veces nos hemos burlado, "perversos pasivos",
do, hace al sujeto el don más precioso de todos: impide ese inter se dice. Lo "vivo" debe ser raro; el otro día una amiga que buscaba
cambio entre su nueva ley ("el Psicoanálisis") y su síntoma; hace ex un analista me dijo como si fuera la gran noticia: "¡Encontré un
plotar esa transferencia, la dispersa sin aniquilarla. De ese modo analista vivo! Habla, se ríe, se mueve, es increíble." Sea. Pero lo "vi-
introduce al sujeto mediante el análisis de sus transferencias, a lo vo" es una relación. Esperemos que eso la haga moverse o reír a
que llamo en otra parte la transferencia al pie de la letra; la reacti ella. La risa es una manera· narcisista de engañar el narcisismo.
vación de otras articulaciones. Se comprende que esta ruptura sen
a veces vivida bajo forma depresiva. Pero es el don de una ley infor 31
mulable, venida de otra parte y reducida al mínimo: a la existenciu
de una ley, coextensiva a su ruptura. El psicoanálisis puede ayudar a quienes sufren, perversos o no. In-
cluso aquellos que lo atacan, saben tocar a la puerta correcta cuan-
30 do no los calienta ni el sol. Pero, como todo vínculo que pone en jue-
go la relación con el Otro, secreta su pequeña perversión, muy su-
Perversión "psicoanalítica". El inconsciente se manifiesta a menu ya, multiforme. Ha instituido un vínculo religioso narcisista sea
do como punto de inversión, paso de una cosa o de una palabra u con el Jefe (al que uno se consagra para perpetuar la Herencia), con
su contrario, proceso "primario" insensible a la inhibición. Por ello la Teoría, o -y es lo más común- consigo mismo, "como sujeto":
¿ el inconsciente como tal no sería un poco perverso? No. Porque burbuja narcisista donde vegeta "en" su Deseo, saturado de saber
"perverso" es una relación; la relación con el inconsciente pue(il• sobre-el-no-saber .... El "yo" de los ortodoxos, un poco flojo aun-
serlo, el inconsciente no. El querer identificarse con la inversión in que sea "fuerte", halla en el "sujeto" lacaniano su versión pura y
consciente es lo que alimenta el régimen perverso; éste devasta l.1 dura. Está también la autorreproducción de los psicoanalistas: par-
imagen para hacer de ella un símbolo, y el símbolo para hacer d tenogénesis simbólica, vínculo eclesial, gestión religiosa del deseo,
él una realidad. La perversión es un cliché del inconsciente; brizna11 de la herencia, pero religiosa a lo perverso: que se ocupa menos de
234 INTERMEDIO III PERVERSO Y "LEY" 235

rituales que de echar sobre sí el vínculo que produce religión. Ex- nomía incurable: pretensión de nombrarse uno mismo ... gracias
pliquemos esto, pues es menos fácil que denunciarlo. El Maestro al Otro al que uno posee, que tiene uno en la mano.
-Freud para comenzar- había llamado a sus discípulos a ser las El hecho es que muchas críticas inteligentes del psicoanálisis es-
columnas del templo que él fundaba (templo es a menudo fuente de tán ya incluidas en la situación, comprendidas en la gran adición
fanatismo, está visto). Ellos obedecieron y, al repetirse las cosas cuya suma es nula. Sin siquiera hablar de los pacientes "muy ente-
-Lacan hizo la misma petición sólo que más cristiana- algunos rados" que sueñan con un contrato ideal, y que están al pendiente
discípulos se dicen que han dado demasiado; cortan el vínculo que de las trampas: "¡El otro día no me interpretó usted cuando le dije
el Maestro dejó, y de "correa" que era, hacen de él una insignia, un que olisqueaba el calzón de mi japonés!, ¡no sé! Jappe-au-nez, jupe-
nudo de corbata por ejemplo, justo lo necesario para reconocerlo, au-nez* El amigo psicoanalista a quien le sucedió también había en-
pero lo esencial del vínculo ha sido echado sobre ellos mismos. viado a una paciente con el médico, la cual lo puso verde: "¡Pasó
Cada uno se erige en nuevo maestro, en fundador de su fundamen- al nivel de lo real en vez de quedarse en lo simbólico!, ¡en lugar de
to, en origen final, a falta de originalidad. "Cuando dos de ellos dis- intentar desentrañar lo que se jugaba ahí!" ¡Ah! pero ... Estamos
cuten, me decía un tercero, se diría que cada uno es una escuela, lejos, ahí, de una crítica a los juegos de palabras y al psicoanalista
y que se enfrentan." Esta impaciencia por gozar de sí, por agarrar- que "interpretó" el "grupo hippie" en el que su paciente quería en-
se de sí habiendo absorbido al otro, por no servirse más que a sí trar como gros-pipi. ** Es más vasto, más radical. Hay un tono ama-
tras haber servido "al pueblo" o al Maestro, todo ello refleja el re- blemente perverso en los estudios e investigaciones sobre el psicoa-
pliegue narcisista más trivial de observar, el cierre del circuito de nálisis: verdaderos pequeños rituales de la cultura ambiente; una
Uno por el Otro, la inclusión del tercero en sí, el autoconsumo de revista perdería su honor si pasara más de seis meses sin su en-
sí, enriquecido por otros "productos". Así, la manía más común del cuesta sobre "esos psicoanalistas que ... ". Siendo lo elegante pro-
mundo moderno (el yo primero e inmediatamente, ni dios ni amo ducir una imagen para "atravesarla", suponer una verdad para
pues yo soy uno y otro), esa manía se encuentra como residuo de desmentirla; y el psicoanálisis, siempre bonachón, inteligente y
ese producto sofisticado de su cultura, el psicoanálisis. Así pues, tonto, recibe todo eso tranquilamente. Por supuesto que tiene des-
éste se ha integrado perfectamente ... de el principio un pie en la perversión, con su Saber-sobre-el-deseo
En realidad, un vasto abanico "terapéutico", inspirado por el in- que olvida ignorarse, que incluso toma todas las medidas para
consciente, secreta como quien no quiere la cosa esta religión de inscribirse como Ley. Pero una vez más, los medios "psicoanalis-
uno mismo, esta erección del "sujeto" en pequeño dios fetiche, tas" reflejan la sociedad ambiente, ni más ni menos: entrechoque
creador de su deseo donde está como en una burbuja, sin hablar de de narcisismos enervados, impotencia para oírse, pues uno no se
las prácticas "psicocorporales" donde se trabaja cuerpo a cuerpo oye más que a sí, síntomas perversos y resistencias neuróticas a
consigo mismo; siendo el·cuerpo la palabra clave, el colmo de lo au- esos mismos síntomas, transferencia a uno como supuesto sa-
téntico. ber ... Todo ello se encuentra en las esquinas, en cualquier agluti-
Esta cultura, desde que busca "curarse" de sus creencias y pre- namiento humano. Lo que sorprende es que en todos lados se elabo-
juicios, de sus magias supersticiosas, produce vínculo -religioso- re como juego, como pequeña máquina perversa: "¡Me tendieron
en profusión; desde el antiguo (que uno renueva aunque no estaba una trampa!, ¡deformaron mis palabras!, ¡qué vergüenza!" ¡Vamos,
tan mal), hasta el nuevo de las religiones atomizadas: a cada quien calma!, lo que deformaron forma parte de su forma; ¿ creía jugar al
su atomizador narcisista, religioso de lo lindo, "en forma", en plena juego de la Verdad olvidando que las mentiras forman parte de él?
forma; deprimido si no. Es también el punto perverso: ser idéntico ¿Dice que "eso anula el juego"? ¡Pero si es un juego de "valor nu-
al vínculo al que uno se engancha, "manejado" o mal manejado, con lo"! Una verdad tan saturada no puede más que ser igual a cero. Y
o sin accesorio, más bien con, puesto que hay; regreso al origen en el juego continúa. Mire la pedagogía moderna, puros juegos, una jo-
el que el origen es Uno, perdido en Uno, exiliado en Un~. La rela- yita de perversión: a veces, el maestro se presenta como quien-se-
ción con el mundo oscila entonces entre la exaltación y la depre-
sión, la engañifa de la omnipotencia y la de la impotencia. Y es a * Literalmente: "ladrido en la nariz, falda en la nariz", pero la primera frase se pro-
ese punto perverso al que muchos trayectos terapéuticos parecen nuncia como japonés en francés. [T.]
querer conectarse, ligarse.· La autonomía de la cura (que la inter- ** Literalmente "gran pitacho" -sexo de niño- y se pronuncia igual que groupe
pretación no puede romper si está ya incluida) se convierte en auto- hippie. [T.]
236 INTERMEDIO 111 PERVERSO Y "LEY" 237
supone-que-no-sabe. Se "juega" a saber: ¿no sabes? ¡Yo tampoco! Sl' dirá: se encolerizó porque tal complejo de neuronas se excitó ...
juega ... Y del juego surge lo verdadero ... Pasmo de ignorancia, - Pero lo inverso es también cierto: se encolerizó, entonces tal
delicias del no preocuparse; ello evita encontrarse en los límites dl' neurona se excitó; ello amenaza anular la causa en la insignifican-
su saber, darle vueltas a esta perversión: arrostrar el ridículo, don - cia. Justa inversión de los grandes proyectos, de las justas cau-
de lo vemos hundirse, y nosotros con él; no es fácil reírse de uno sas ... Además, ¿ hay neuronas del deseo; nb de la erección, sino del
como si fuera otro. Eso supone amor. ¿Amor a qué? Amor que pasa deseo? ¿Y qué es lo que las hace desear? ¿De dónde les viene el de-
la seducción y hace fracasar el juego sacrificial. seo de funcionar? ¿De otras neuronas o de sí mismas?
- Un gran experto dijo que puede reducir todo eso a algo mecá-
32 nico, algo así como: déme un músculo y un nervio, y le hago un cere-
brito ...
-Un día vi en la televisión un debate entre psicoanalistas; la pre- - Eso incluye ya cuatro personajes: el nervio, el músculo, quien
gunta crucial era: ¿cómo garantizar que sea uno verdadero y no un lo dará y él mismo, que supongo tiene un cerebro ... nervio y mús-
charlatán? · culo ... Si también hubiera dicho: tome un músculo, luego un ner-
- ¿ Y qué decidieron? vio, enérvese con eso, cocínelos, sazónelos y tendrá . .. Pero bueno,
- Un tipo dijo que él podía garantizar cierto número en París; volvamos a la garantía.
creo que doscientos, no doscientos tres. - Sí, se trata de autoridad, de valor, no es fácil manejar la dife-
- ¿Nadie serio o se le ocurrió preguntarle quién lo garantizaba rencia entre ser el único juez de los valores, lo cual es una forma de
a él? locura, y hacer de la sociedad el único juez: estupidez ordinaria,
- No. También había un paciente, superviviente de una cura más o menos cobarde, por lo demás destii;iada al fracaso pues la so-
mala, que se levantó para gritar mostrando a su compañero, un ciedad sólo piensa en repetirse, continuar, durar ... Eso no la pre-
"paciente decepcionado" también: "Mi pregunta es: ¿pueden hacer- para verdaderamente para salvar la diferencia; por ello la cobardía
lo feliz?" es el acontecimiento más común en nuestras sociedades, incluso y
- Muy bueno; si uno ya ni siquiera está seguro de que lo hagan sobre todo del lado de los pensadores. Y la cobardía [lacheté], como
feliz ... Contrato obliga; garantía. En el amor también, mi amorga- me dijo un día un niño, es soltar [lacher] cuando hay que agarrar,
rantizado para siempre ... palabra. y agarrar cuando hay que soltar. Una forma masiva e inocua de co-
- ¿No es eso lo que se llama un contrato de matrimonio? bardía puede ser la indiferencia: la insignificancia es como una co-
- Usted comprende que uno pueda odiar al otro por tener que bardía de sentidos.
amarlo siempre . .. Felizmente los amores cesan, como las pala- - No todo está perdido ya que hay sobresaltos en el caos de la
bras, y recuperan su aliento de otra manera. Es lo que salva seme- insignificancia, de la indiferencia. O saltos inesperados. Vea, "se
jantes contratos ... nos" satura de imágenes, de asesinatos, de hecatombes, de catás-
-Ahora que me acuerdo, otro tipo dijo: "Es cierto, hay charlata- trofes, que se anulan entre sí, lo cual sólo marca el instante en el
nes pero hay instituciones que garantizan a quienes forman, y es di- que se dice ... y de pronto una muerte accidental puede convertir-
fícil, muy difícil entrar allí, tener el título." se en la piedra de toque a partir de la cual todo un pueblo se levan-
- Eso es una garantía. Se han medio matado, han imitado, pue- ta, se divide ; la verdad debilitada se cristaliza en ese punto, punto
den fingir, repetición asegurada de lo parecido a lo mismo. Y si lo sensib le de pronto vivo en un tejido anestesiado. Eso se convierte
mismo es tonto ... Eso le explica también la llamarada narcisista en "la cuestión", el escándalo: ¿mintió o no el Estado en ese "as un-
en la que todos salvan el pellejo creyendo sólo en sí. Compensación. to" preciso, minúsculo?, como si todo el resto del tiempo dijera la
- ¿Pero no sería espantoso que al comprometerse en un vínculo, verdad . .. La ingenuidad de la pregunta no la anula, permite hacer
terapéutico, amoroso u otro, uno estuviera seguro de su resultado? otras. Es una etapa. Y se forman grupos diferenciados, irreducti-
- No es "espantoso", el fetichismo es eso. Pero tranquilícese, la bles, que exultan al recuperar la diferencia desvanecida. Como si
búsqueda de una garantía es diferente de la garantía. Por ejemplo la palabra también fuera una droga, mientras más se la toma menos
hoy existe una ola neurobiológica que piensa explicar el destino hu- efecto hace la toma -de palabra. Y si está hundido puede ahondar
mano por causas garantizadas, redes de neuronas, que serían la hasta la angustia.
verdad de cada fenómeno; los otros enfoques serían apariencia. Se - Pero el fondo de transmisión, el caos de los posibles parece
238
INTERMEDIO llJ

tan rico como siempre lo ha sido; incluyendo las formaciones per- DIÁLOGO IV
versas como límites, puntos fronterizos, deslumbrantes señales de
alerta, ideales exasperados o inertes . . . El "perverso", el feticbe, RELIGIÓN Y PERVERSIÓN
el antifetiche que se incrusta, forman parte de la gran mezcla de
vida . . .
- Sí, son gritos lanzados en el silencio o el barullo, y no sólo de-
safíos, ponderaciones, enquistamientos llenos de odio. Son estados
límites del mundo. Expresan la muerte insensata, y ya uno lo sospe-
chaba: esa muerte condiciona el don del sentido. El que quieran col- l . MlSTICO
mar ese don, dar de un solo golpe todo su sentido a la vida, no es
sino un riesgo más, en realidad no para la sociedad sino para el in- ELLA: ¿De dónde viene su manía de equiparar religión con perver-
dividuo: riesgo de despilfarrar de un golpe su capital suicida; y de sión , cuando toda religión tiene sus "perversos" a los que estigma-
ya no arrostrar ningún riesgo. tiza? . ..
- Usted hablaba de sobresaltos de verdad. Recientemente un ÉL: La religión es la práctica de cierto vínculo, la perversión
gran actor estadunidense, un verdadero ídolo, al descubrirse el si- puede producir un vínculo cierto, ya ve en qué puntos se tocan:
da, se hizo de pronto el iconoclasta de su imagen. Rompió el ídolo exactamente ahí donde el vínculo religioso es blandido como
en que se había convertido para él y para sus fieles, dijo su "verda- vínculo seguro y cierto, emblema de ve rdad adquirida, de pertenen -
dero mensaje": que él no era más que un pobre hombre desnudo. cia "auténtica", etc. Cada vez que el vínculo reli gioso pa rece extraí -
Conmovedor, ¿no?, que también se haga actuar a las oraciones do de nuestros lenguajes para regirlo s, des prendido de nu es tra s vi-
cuando se pierden las garantías, las certezas de ser ... Y que sea das para sujetarlas de nuevo , la operación fetichista va viento en
necesario el sida para recordar esta verdad ... popa; con o sin "violencia": hay fanatismos tranquilos, fríos . Así
pues, el punto de encuentro entre perversión y religión no los iden-
tifica .. .
ELLA: Quiere decir que uno obtura los puntos de fuga de su len -
guaje y de su vida con emblemas religiosos -los signos de un
vínculo ya fundado o consumado- y que uno se encuentra cerrado,
protegido . . .
ÉL: Sí, y de manera beatífica o agresiva, tranquila o suspicaz .
ELLA: Sin embargo hay religiones que la toman contra sus fieles
por stlfidelidad misma, como si, igual que una mujer coqueta y ca-
prichosa, estuvieran hartas de ser "seguidas".
ÉL: ¡Religiones! Plurales así conozco pocos. Está la vieja religión
del Yahvé bíblico, áspera, violenta, imprevista , desabrida, aguje-
reada en todos sentidos, curi9samente buena y no tierna; cae abra-
zo partido sobre sus fieles más seguros, así , por el placer de calen-
tarse, de darse movimiento, de desentumecerse . Ya ve a Yahvé
estirándose y aplastando como a un gato a su fiel Job que se afana-
ba en sus oraciones, que no perdía una, y al Dios que se sorprende,
"¡Ah!, ¿estabas ahí?, pobre gatito aplastado . .. " y rompe a reír
-sin maldad ni bondad, así nada más; por lo grotesco del punto de
ruptura; y con su voz terrible: "Muy bien, veamos cómo te las arre-
glarás, qué es lo que vas a hacer ante ese acontecimiento que te su-
cede, de ese acontecimiento nuevo que tus cretinos amigos van a re-
ducir a algo viejo, a castigo por mala conducta. ¡Anda, te toca
[239]

240 DIÁLOGO IV RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 241

jugar!" Y Job está allí aplastado en el piso, respirando como un as- estar regida por esas visitas, por esos recuerdos, donde deposita
mático, tapándose las orejas con sus patitas para protegerse los uno los vínculos en el inconsciente?
tímpanos. Pero seamos serios, religiones de ese tipo ya no aguantan ELLA: ¿Por qué no? Los deposita uno y está más libre, más libe-
mucho, religiones de la lectura del mundo (¡y del Libro tomado rado para ocuparse de lo demás ...
como fragmento del mundo!), religiones del suceso, del azar, del f:L: ... De una manera más bien vacía; es la idea catártica: va
choque y del regreso, de la transmisión y no del mejoramiento, del uno a aliviarse de sus "necesidades de inconsciente" y después se
desciframiento y no de la lectura torpe, de la soledad audaz y no del está más sereno para dedicarse a sus vacuidades. Pero la catarsis
amontonamiento friolento ... ¡Vamos!, eso ya no se hace. Ese tipo -el vaciado si lo prefiere- está lejos de agotar el teatro de la vida,
de religión que trabaja en la lengua ha sido castrada, tratada, ca l- o lo que en la vida no es ni siquiera teatralizable, ni actuable ...
mada. Algunos electrochoques decisivos, y se somete como las ELLA: La religión sirve para resistir, para aferrarse en espera de
otras: ¡Pecado castigo falta gracia paraíso infierno y condena! Toda que la "cosa" llegue: el suceso, la salvación también, por qué no; si
la chatarra. . . · no, no pasa nada o viene la angustia.
ELLA: Pero bueno, todos necesitamos reglas de vida; si uno las f:L: "El hombre en espera ante la Ley ... " Espera, ¿pero qué le
halla en la religión . . . puede suceder si se ha puesto a la puerta de todo lo que puede suce-
f:L: Me abstengo de contrariar sus necesidades y sus reglas, pero derle? Si las líneas de fuga, de otredad, están depositadas en lo reli-
las "reglas" interesantes son aquellas que se "fundan" en el juego gioso ... Hay situaciones en las que ya nada tiene el valor de llegar
que regulan y que así se renueva; se fundan y se disuelven hasta las hasta uno . . . Es como si se tuviera al azar por el pescuezo, bien
nuevas (reglas) que las relevan. Si no, se erigen en fetiches, en pará- apretado, se asfixia, gira los ojos pero no puede decir nada; es una
sitos, y matan el exceso de vida que no saben "regu lar" . manera de asegurarse de su silencio.
ELLA: El ajedrez exige reglas y no es un fetiche. ELLA: Pero volvamos a lo religioso, puesto que uno se droga con
f:L: ¡Pero nosotros no somos las piezas de ese juego! Le hablo la religión.
del juego de la vida del que somos piezas, juego, jugador fragmen- f:L: Hay un matiz cuando es el conjunto el que marca sus tomas
tado que gana su pérdida y se pierde al ganar . .. Vea otra vez de droga, sus tomas en la textura de su vínculo. Si no son indivi-
al viejo Yahvé, era una genialidad inventarlo, descubrirlo, hallarlo duos que se drogan en pequeños grupos -para hacerlo "juntos",
si lo prefiere, era divinidad "infundada", Ser que juega a ser a atenuar la "vergüenza" añadiéndole el factor "colectivo" ...
golpe de Letras, y eso hace zumbar en las cabezas todo lo infunda- ELLA: Así pues, religión y fanatismo se oponen en principio.
do de la existencia, el nervio de las palabras y de los cuerpos, f:L: Vea las guerras de religión, jamás terminadas.
lo injustificable de la vida vuelto divino. Los fetiches alrededor ELLA: Digo en principio: el fanatismo es una creencia abierta,
eran una espantosa justificación, tan ganadora y fundada que re- em briagada de sí misma, insaciable; la religión fija la creencia, j,us-
sultaba deprimente y que se vino abajo con los imperios que justi- tamente en el vínculo religioso.
ficaba. Todo aquello por lo que se ha remplazado ese viejo Dios f:L: Pues bien, la perversión tiene que ver. El perverso es un cre-
colérico va siempre en el sentido de una Justificación, de una Fun- yente en sí "fanático": inserta el tiempo de su religión sobrevoltada,
dación, de una Autentificación mayor. Vea a Cristo, acaba de fun- él, el paladín del "mal", que pone al desnudo, a cielo descubierto,
dar con su Cuerpo el perdón definitivo, de detener con su cuerpo la cuestión de Dios: el religioso es aquel para quien esta cuestión
la gran hemorragia humana, de autentificar lo que faltó, de cum- está regulada, escrita en la falta, en el ritual. Y cuando esa escritu-
plir lo que se prometió . ¿ Cómo no seguir, no amar, no identificarse ra ya no basta, sobreviene la crisis, el impulso de chivo expiatorio
con un tipo así? ¡Está absolutamente fundado! ¡Y no ve usted o fanático.
a Cristo venir a meter el caos en su vida simplemente porque ELLA: Es como si perversión y religión buscaran por vías simé-
lo ama! tricas el vínculo sagrado, la pureza, la inocencia, el pecado en el
ELLA: Insisto: algunos se aferran a ritos, a reglas de vida porque que uno se revuelca y que supera ... Y como si a veces uno corriera
eso los pone -espiritualmente- en contacto con sus antepasados el riesgo de ser imagen del otro. De ahí el dúo agresivo entre una
que hicieron lo mismo, los mismos gestos. religión y sus perversos ... -Es un poco eso, ¿no?
f:L: ¡Está bien! Son buenas las visitas a los antepasados, a los pa- f:L: Los perversos aclaran mucho más el hecho religioso porque
dres, eso recuerda que no cayó uno del cielo; ¿pero debe una vida son partes interesadas y víctimas de aquello a lo que ofrecen sacri-
242 DIALOGO IV RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 243
ficio, del ídolo en el que se fundan. En ello encarnan el gesto huma- ELLA: Un asesinato variable entonces, muy flexible: uno puede
no radical: adorar en el otro las huellas de su asesinato, e identifi- crucificar a un hombre o sacrificar a millones de hombres, o tomar-
carse con sus huellas. la contra una imagen. . . ·
ELLA: ¿Por qué hablar siempre de "asesinato"? ÉL: En todo caso lo divino se recrea o se renueva cotidianamente
ÉL: El asesinato del Otro significa apoderarse de la falta que lo según dos vías: la "neurótica", del chivo expiatorio (con inhibición,
hace "vivir". El fetiche no es más que un despojo de ese asesinato, falta, remordimientos ... ) y la del autochivo expiatorio, de aquel
una consecuencia "sagrada" de esa toma de posesión. Lo importan- que asume la falta y se echa la responsabilidad de ser el objeto del
te en el "asesinato" es el contragolpe, el rebote; el asesinato es un sacrificio: es el horizonte perverso, donde el convertirse en Otro se
curioso dispositivo, un acto "ideal" que marca el punto cero del asume en el fetiche. Y es siempre la proximidad con el Otro lo que
ser, para renacer de él. Vea el suicidio: un asesinato del Otro en sí. marca los rituales, las cargas-descargas, las vibraciones del
Ahora bien, el hombre se empeña en vano en realizar un acto que vínculo. En cuanto a la neurosis, es "Dios sea atado ... y nosotros
pueda contar, a través del que pueda contar, un acto que tenga el con él"; respecto a lo perverso, uno produce el vínculo total con el
valor del trauma, salvo que el trauma es a pesar de uno lo que cuen- que se ata, con el que se escribe vía el fetiche.
ta, sin uno saberlo. ELLA: ¿ Y Freud se queda en el aspecto"Tleurosis" de lo religioso?
ELLA: ¿Por qué sólo puede uno "contar" sobre ese fondo de ase- ÉL: Le señalo que la expresión neurosis religiosa es de Nietzsche,
sinato del Otro? cuya crítica contra la moral y la religión es en mi opinión una críti-
ÉL: Atención, la fantasía de asesinato del Otro, sobre todo del pa- ca a la perversión, incluyendo su crítica al cristianismo: Dios mis -
dre, mantiene al Otro, y lo mantiene a uno ligado a él por el remor- mo sobre una cruz, lo descomponía. Que Dios envíe a uno de sus hi -
dimiento, la prohibición ... La perversión desarraiga la fantasía y jos, y hasta a su Hijo preferido a ponerse en la cruz para salvar la
pone al desnudo esta curiosa convicción, donde el hombre cree que vida del hombre, bueno; pero que Dios, es decir la Vida, venga a po-
su vida se ha extraído de la del Otro, que e.s pues equivalente a un nerse en cruz, Nietzsche no podía tragarlo; quizá estuviera equivo-
asesinato permanente, inminente. Es diferente del asesinato del cado. Aun cuando ignoraba la etiología de la perversión y sólo retu-
"padre", que dudo sea fundador de la religión. Aquí la extracción vo del abuso de autoridad cristiano el pisoteo de la vida terrestre
de vida remite más bien a una palabra maternal (y el perverso le ha en nombre del Reino Celestial. En cuanto a Freud, sí, se quedó ahí:
cogido la palabra) que tiene que ver con el hecho de traer al mundo, religión igual a neurosis obsesiva. Como si los factores en juego
en el que él no sería más que una extracción de la vida de ella . .. místicos con trance, éxtasis y otros problemas le repugnaran ins-
Es muy violenta esta creencia de que la vida de uno está tomada de tintivamente. Respecto a eso dice, en su Malestar: "Siento [ ... ] la
la del otro y a la inversa; los celos mortales pasan por ahí. necesidad de exclamar con el buzo de Schiller: . . . se alegra quien
ELLA: ¿ Es como cuando el narcisismo de los demás nos es inso- respira en la luz color de rosa."
portable? ELLA: ¡Pues claro!, aire, alta mar; filosofía de las luces; un · poco
ÉL: No podía haberlo dicho mejor: el amor por Dios a veces ha rosa quizá ...
sido un medio para no querer a nadie. Cuando una mística escribe ÉL: Pero su enfoque está demasiado calcado de una versión bí-
que "vive en el deseo de la muerte" pues puede "debilitarse" en el blica simplista: Dios es el Padre, le horrorizan l.ts diosas materna-
amor de Dios y que esta "suavidad" es "incompatible con la pena, les a lo egipcio. Ahora bien, es menos simple, incluso en la Biblia .
cualquiera que sea", es claro: ningún amor la alcanza si no es el de Uno de los usos de Dios ha sido, en el transcurso del tiempo, impe-
Dios (y para imitarlo se impone la obligación de "amar al próji- dir a todos tomarse por Dios -salvo raras y escandalosas excepcio-
mo" ... ). Pero sigamos. Así pues, el hombre ha deificado su violen- nes. Pero algunos experimentan una buena depresión ante el él -, -
cia contra el Otro, contra todo lo que no es él y que está sin embar- mo y las creencias maternales, y no tienen posibilidad de hablar de
go en él; quizá para atar esta violencia, para atarse, deificarse .. . ellas a un tercero, ni siquiera a Dios, menos aún a su madre que es
ELLA: ¿ Una manera de protegerse del Otro en él?, ¿ de su incons- el objeto de dicha tristeza. Lo inaudito es que tomen entonces sobre
ciente? sí toda la génesis de lo religioso, su instauración radical. Y eso no
ÉL: Pero dándole existencia. La raíz de lo religioso es el gesto pa- es de orden neurótico. La "amenaza" materna es asumida, querida,
radójico de volver a dar vida a Dios "matándolo"; es recrear lo divi- gozada.
no como efecto de un asesinato. La ganancia narcisista es aplastante: uno se fusiona, mejor que
244 DIÁLOGO IV
RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 245

con su madre, con el Todo que la rebasa. Con el océano . .. Uno se este goce tan elaborado, esta seducción lograda con Dios, es una au-
convierte en grano de eternidad, autotransmisivo, conectado consi- toseducción donde lo que seduce es la piel del Otro en el que uno
go; no tiene nada que ver con la dependencia con el Otro, que mane- se convierte para abolirlo en cuanto Otro. La relación con Dios se
ja lo obsesivo o lo religioso "freudiano". El sentimiento oceánico convierte en el lugar de transformación de uno en el otro. Es el lí-
-que tanto molestaba a Freud- puede referirse al sentimiento mite en el que uno y Otro se pertenecen, se confunden.
primitivo de un Yo aún no delimitado: uno se toma por el mundo El místico parece identificarse con lo femenino del lenguaje, con
y traza, delimita, se convierte en su límite; otra forma de autonaci- su fuente, con su regreso a las fuentes que él hace partir de sí mis-
miento. Los místicos cristianos .. . mo y llegar al fondo de sí; esta autotransmisión resuelve las para-
ELLA: Justamente . Explíquese un poco sobre esa idea curiosa, de dojas de la transmisión, las dualidades fatigantes entre lo finito y
que los místicos quieren "tener la piel de Dios" y nacer de sí mis - lo infinito. Pero el místico, en su abuso de autoridad, no se limita
mos, volviéndolo a crear. a nombrar lo innombrable, se convierte en ello, se actualiza como
ÉL: Reiteran, pero por su cuenta, el abuso de autoridad cristia- órgano donde el nombre y la cosa se igualan, se igualan a él mismo.
no: encarnar las promesas o las fallas de la ley, realizarla en su Todos los textos místicos cultivan esa paradoja, de la que se em-
cuerpo y, por consiguiente, rebasarla, perfeccionarla, aniquilarla briagan con razón.
en la gracia y la fusión que resulta. Es una posición jugable y la jue ELLA: En algunos medios la gente acerca mucho el goce místico
gana fondo. al de la mujer.
ELLA: ¿ Son nuevos Cristos? ÉL: La mujer y también el hombre, tiene un goce del cuerpo y un

ÉL: En absoluto, trabajan ante todo por su cuenta , se salvan so - goce del inconsciente; por supuesto no estando el cuerpo reducido
los en vez de salvar al mundo. El mundo está en libertad de tomar al sexo, que es ·su ombligo. Así pues, es en la ausencia en si y el naci -
los por sus puntos de salvación; a veces le interesa . Si los santos y miento en sí mismo donde hay un acercamiento posible entre Mu-
los mártires dan prueba de su "salvación", si dan señales de que Sl' jer y Místico. El místico entra en su piel, y en el centro de esta au -
"salvan", ello permite a los demás quedarse en su sitio, perderse sencia, se produce como nacimiento en el vacío del Otro. Maese
allí misn-io sin demasiada angustia . Se pide a los santos que interce Eckhart es claro al respecto: habla de un hombre, "panzón de na -
dan; como a los profetas bíblicos . .. Pero los místicos como tales da ... de esa nada nació Dios, fruto de una nada". Y cuando una
se lanzan en una empresa de destrucción amante de Dios mediantl' mujer se identifica con su ausencia de sí misma (cuando así encar-
la fusión con él. Un deseo de debilitarse -de liquidarse- en el Dios na en la fantasía de ser la fuente del lenguaje, la madre de Dios, si
que incluyen, que absorben . .. así lo prefiere usted), se acerca al factor en juego "místico"; produ-
ELLA: ¿ Y funciona? ce una identidad que se confunde con sus puntos de fuga; oculta-
ÉL: Depende; están los místicos "blandos" que sólo llegan a abis ción por una mujer de lo femenino que fantasea. Es un trayecto
marse en el abismo divino, a disolverse en el vacío de Dios: result.i "místico" donde Dios sería la mujer que se engendra a sí misma.
un poco neurótico, pues la fusión supone al Otro y lo mantiene; y Transformación de la hija en la madre a quien da nacimiento como
están los místicos "duros" que realizando un abuso de confianza Sl' a una primera palabra que sería también la última. En realidad,
unen a Dios en su punto increado, añaden el suyo, se identifican esta realización fetiche de lo femenino tiene todas las posibilidades
con ese punto para cerrar ante ellos el espacio de su encuentro con de estallar en el encuentro sexual donde uno goza sexualmente las
el Otro, para compactarlo con ellos mismos, cerrando así ante ellos palabras y simbólicamente los cuerpos que se tocan, se entremez-
el espacio hasta entonces abierto donde la criatura y su Dios esta clan, se separan y se dispersan; goce complejo dado que las pala-
han a uno y otro lado . .. Y esta esfera que se cierra, sería la pil'I bras y los cuerpos lo son. Está en lo opuesto de la "mujer continen-
de Dios y la suya confundidas . Ahí el sujeto se feminiza, se agujl' te negro", tiniebla divina en fusión con Dios; es más bien la mujer
rea, se ahueca para quedar embarazado de su creador , encinta cfr dispersada, diseminada, innombrable, que renace de sus encuen-
sí mismo y del Dios en el que se convierte. Son dos maneras de i11 tros y de sus lugares de otredad en los que el incesto es convocado
vestir el vínculo con el Otro: una neurótica y "desdichada" en su y atravesado; sin tener que ser el Verbo o la Carne, y sin tener que
vértigo de la falta; la otra más "perversa" e inocente: transforma confundirlos en ella.
esa falta en una victoria, una reestructuración del Otro en lo qul' ELLA: ¿En qué apoya su idea de los místicos como perversos que
tiene de infundado. Lo más curioso es que pueden cohabitar ... Y han logrado su objetivo?
246 DIÁLOGO IV RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 247

ÉL: En lo que siento, lo que sé, lo que ignoro pero que regresa amor" (página 53). Dice que en su réplica, la "idiota" no se dirige
sin yo saberlo a esclarecerme, sobre ... ni siquiera al hombre sino al Otro; encarna la falta de contacto de
ELLA: ¡Un poco de seriedad! los otros con Dios; por lo demás quizá no sea ni loca ni idiota, sim-
ÉL: Quiere usted "referencias" ¿no es así? Pues aquí están. Es- plemente víctima de su perfección narcisista, en forma de ausencia
toy leyendo el libro que mi difunto amigo De Certeau dejó al respec- o de abyección: encarna la Nada. Y "al no estar jamás donde uno
to, La fábula mística. Eso le dará un sabor anticipado. Lo abro al podría decirla, la loca falsificó el contrato que la institución garan-
azar; de entrada habla de autores místicos como de "estatuas levan- tiza ... así fuera el primero y el último de todos los contratos, el
tadas como límites instauradores de otra parte que no es otra par- del lenguaje". Así , ella es la verdad de nuestras fallas intrínsecas,
te, la producen y la defienden a la vez". Habla de una erótica del las del lenguaje. El "loco" puede ser otra figura de lo místico: es el
Cuerpo-Dios centrada en su ausencia, la ausencia del "único" . .. Otro "mismo", se nos dice (página 62). Y el místico, "es el seducido
los místicos serían los monoteístas de sí mismos -siendo monote- por el Otro . .. seducido por un absoluto". Por supuesto, inversión
ístas de nadie los otros .. . Dice: "La configuración mística que se narcisista; es seducido por su ser-seducido, por él mismo converti-
extiende del siglo XIII al XVIII [ ... ] atestigua una lenta transforma- do en otro a quien se pega. Certeau habla incluso de "travestí" a
ción de la escena religiosa en escena amorosa, o de una fe en una propósito de él. Menciona prácticas de los siglos XIV al xvr donde
erótica: cuenta cómo un cuerpo ... herido, escrito por el Otro, rem- mujeres se disfrazan de hombres ... menos para "ocultar una iden-
plaza la palabra reveladora y enseñante. Los místicos luchan así tidad femenina bajo una aparencia masculina" que para "abolir la
con el duelo, ese ángel nocturno. Pero la propedéutica medieval de diferencia (sic) y superar la ley de Uno u Otro" . Será entonces Uno
una asimilación a la verdad se convierte entre ellos en un "cuerpo y Otro.
a cuerpo". En su diálogo con el Otro, "el verbo mismo debe nacer ELLA: Vaya, uno es el otro, expresión de hoy para decir que la di
en el vacío que lo espera" (página 14). El cuerpo se corivierte en ferencia hombres-mujeres se borra, y que los hombres podrán lle
"emblema o memorial grabado por los dolores de amor". Eso no var en su seno, pues claro: embarazarse .
sería más que "histeria", pero el sujeto se convierte en el Otro con ÉL: Seguramente que eso cambiará todo, ¡todo lo humano!
el que dialoga, y ahí nos acercámos al núcleo duro del factor en jue- ELLA: No ironice, gente muy docta explica que eso puede cam-
go perverso, a la inversión de la escena que de paso remplaza al biarlo todo puesto que justamente no vemos lo que eso puede cam-
Otro. Cuando habla del puro amor de la señora Guyon, es un "infi- biar.
nito de Otro cuyas certezas, noches del cuerpo, no dejan de tener ÉL: ¿Sabe? Desde que la diferencia sexual existe, uno la niega
punto de referencia en los significantes"; nos hallamos en los confi- como puede. ¿Cree usted que las buenas de nuestras parejas nor-
nes del lenguaje. A veces identifica "místico" con "inconsciente" males y enfriadas viven esa diferencia llamada sexual? Simplemen-
(página 17) dado que el místico debe encamar al inconsciente in- te con un poco de técnica y de realidad se pondrá en este asunto un
nombrable, que revelará ser Dios-en-nosotros y nosotros-en- poco de morbosidad; y eso hará creer a los cocineros de células que
Dios ... Está también la apología del tonto del pueblo de quien Si- lo que toman con sus pinzas es lo más intrincado del misterio hu-
mone Veil dice que "ama realmente la verdad porque en vez de mano. Bueno, ¿en qué estaba?
'talentos' favorecidos por la educación, tiene ese 'genio' que no es ELLA: En la confusión mística de uno y el otro.
otra cosa que la virtud sobrenatural de humildad en el dominio del ÉL: Si, le citaba a De Certeau -que era reacio a mi tesis (que el
pensamiento" (página 42). Teresa de Ávila dice más francamente místico se adora en el Dios en el que se convierte) cuando su libro
que "es la humildad la que lo logra todo"; había captado bien la om- la demuestra. Leo: "La multitud, abismo donde las diferencias de-
nipotencia de la postura masoquista. saparecen, es el eclipse del sexo (masculino o femenino) y el eclipse
Luego está el episodio de una "idiota" que un hombre santo, por del Logos (sabio o loco)" (página 64). "El cuerpo .. . instaura ese no-
instigación de un ángel, acaba de descubrir en un monasterio de lugar absoluto y absuelto de la diferencia." "La gente es así, por el
mujeres, él, el dignatario que había dado prueba de sus aptitudes, cuerpo perdido que 'recibe' su locura, el lugar paradójico de lo ab-
hace que las monjas reacias la lleven con él y cae de rodillas ante soluto ... "; figura mística del conformismo y de la moda, anticipa-
ella : "Bendígame, madre" y ella cae también a sus pies diciendo: damente. "La mística ... se desvanece en su origen ... como si es-
"Bendíceme tú, Señor." Y De Certeau dice que "su abyección, im- tando enferma de lo absoluto desde el comienzo muriera por la
presión de escándalo, se articula como impresión de verdad y de cuestión que finalmente la formó." Y "lo que se formula como re-
248 DIÁLOGO IV RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 249

cl,azo del 'cuerpo' o del 'mundo', lucha ascética, ruptura profética, integra. Así: "¿Por qué motivo nuestro Buen Señor formula esta
no es más que . .. preámbulo de un estado de hecho a partir del cual exigencia (que sometamos nuestra voluntad a la suya)? Es que sabe
comienza la tarea de 'encarnar' el discurso ... Éste es mi cuerpo ... la gran ventaja que existe para nosotros si damos ese gusto a su Pa-
Inventar al verbo un cuerpo de amor ... "; el de los místicos. El dre Eterno (que es también él mismo)." De manera que nos pide
cuerpo ausente de Dios se aloja en el suyo. Está también la equiva- -por nuestra boca- pedirle que sometamos nuestra voluntad por-
lencia entre mysticus (oculto) y ve rus (verdadero, real). En pocas pa- que sabe el placer que nos da darle placer a él que nos da ese placer,
labras, "es místico el tercero ausente que une los dos términos di- etc. Efectos de espejo al infinito pero que se trata de captar. Con
sociados". Y como el místico tiende a convertirse en esa unión, acentos muy sorprendentes, como: hay que amar al prójimo porque
vemos dónde se lleva a cabo la fusión. En el "cuerpo dividido por Dios lo amó, pero basta con que ella piense en su tierno Esposo
el barranco central donde se repite el 'nada', nada nada nada nada para verse liberada de todo afecto terrestre y para no sentir sino
si no la relación dual con Dios que confunde a uno y otro en el mis- asco por el mundo. Dicho de otra manera: En Dios dispone de un
mo vacío". vínculo -y hasta de un producto- a toda prueba, que no es otro
ELLA: En realidad no veo cómo se realiza esta fusión, cómo el que ella misma y que puede invalidar cualquier otro vínculo. Su
místico se convierte en el Dios que contempla. omnipotencia es pues casi la ... del Todopoderoso. Y: "¿si hubiéra-
l?.L: ¡Ah! Entonces se necesita la gran máquina; la pieza maestra. mos sido amados con -~n gran amor (terrestre) qué nos quedaría?":
Teresa de Avila; ella explica eso punto por punto cuando baliza su la muerte rechaza la vida que la precede, es su desmentís más que
Camino de perfección. Habla de la oración de recogimiento y luego su resurgimiento. Y con semejante Dios que le habla como ella se
de quietud -está muy perfilado como vínculo erótico con Dios que habla -que además está tan alerta y es tan simpático como ella-
es a la vez Padre e Hijo pero también Esposo y Hermano de la car- Teresa dispone de un Resto absoluto; siente, a su muerte, la eterni-
melita, le paso a usted los detalles de su relación erótica y sensua l dad de ese Resto. Sus sufrimientos anuncian el regreso en ella del
con Dios: su Vida escrita por ella misma está llena de expresiones Esposo que viene a colmarla, de ahí ese grito: "¡Señor, o sufrir o
tales como "un día, inundada en la oración de delicias excesivas morir!" En pocas palabras conoce los recursos de una posición ma-
[ ... ] entro en un embelesamiento que no puedo expresar [ ... ]" y soquista frente al Otro al que uno se une o más bien en el que uno
llega a hablar de "darse totalmente al Creador", desarrolla el tema, se convierte en una especie de autohipnosis mediante lo divino: "Lo
está muy claro: "¡Oh, hermanas mías, qué poder en ese darse! Si es que Él espera de nosotros ... es que Lo miremos. Lo hallará bajo
consumado [ ... ] lleva al Todopoderoso a no ser sino uno con nues- el aspecto en el que usted quiera considerarlo ... Se pliega a todos
tra bajeza y a transformarnos en él." Así pues, no es sólo una unión, sus deseos." Y ella precisa: si está usted triste Lo mira cuando está
un "matrimonio místico", es incluso más que una fusión: uno se triste, por ejemplo llevando su cruz, y si está alegre, "contemple-Lo
convierte en el otro y a la inversa. De ello resulta por supuesto una resucitado" ... "Pueden consolarse sin testigos uno al otro." A ve-
fusión -y hasta cierta confusión- pero la operación es precisa: ces es la verdad misma la que ella hace hablar en sí, más tarde iden-
ante todo abriga a Jesús en ella y él goza en ella (diciéndolo muy tificada con el tierno Señor. Pero siempre es una relación de perte-
simplemente "se deleita" en ella como ella en él, está en la Séptima nencia recíproca y total con el Otro, vía el espejo: " ... Vivo de
exclamación), luego ella se funde en él par la oración mental y con- repente mi alma como un claro espejo, sin reverso, sin lados, sin al-
templativa y se convierte en él ... que está en ella ... Ella no vacila, tos ni bajos sino resplandeciente por todas partes. En el centro se me
contrariamente a su "pequeño Séneca" (Juan de la Cruz), en hablar aparecía Nuestro Señor Jesucristo como lo hace normalmente ... y
de placer re~íproco, goce, caricias. El resultado es, entre otros, ese espejo de mi alma a su vez, no puedo decir cómo, se gravaba en-
cierto torbellino "auto-nomo" de la voluntad: "Dígnate, ¡oh, mi Se- tero en Nuestro Señor." Con esa idea de que un pecado es lo que os-
ñor! . . . (¿qué cosa?) que tu voluntad se cumpla en mí y me conduz- curece el espejo, es lo que impide a Dios ser visto o representado. La
ca a someter a ella mi voluntad." Como este llamado es la voluntad visión del Otro viene a colmar la falta del sujeto. "¡En cuanto a los
de ella, "dígnate", el circuito se cierra sobre una voluntad única herejes, es como si el espejo se hubiera roto!" Así, aquellos cuya ima-
que se mantiene de sí misma con ella misma. Esta paradoja de la gen es dispersada no conocen el Dios que puede a la vez no sólo cen-
autonomía narcisista permite muchos otros torbellinos y vértigos trarla, unificarla, sino incluirse como Otro e incluirlo en él. Volve-
infinitos que se convierten a la vez en el efecto y la causa del embe- mos a hallar esa doble inclusión en Juan de la Cruz, en el Cántico
leso fundamental de uno por sí mismo pasando por el Dios que uno del alma: "Oh, noche (dice el alma) que uniste/Al amado con su hiena-
250 DIÁLOGO IV RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 251

mada (el alma)/ Que se transformó en él!" Y también: "Con su dulce 2. LA ABYECCIÓN
mano/ Colocada sobre mi cuello él me heria! Y todos mis sentidos
se vieron suspendidos . . . / Todo cesó para mí y me abandoné a él." ELLA: Se habló de abyección, ¿ en qué se diferencia del asco? .
ELLA: Es impresionante; totalmente el factor en juego perverso, ÉL: Por ejemplo en la mayoría de los grupos, comer cadáver es
en versión simpática . .. abyecto; es cuerpo del Otro, podrido de palabras y de símbolos. La
BL: ¡Ah! ¿Acaso siente aversión por las otras? Se equivoca, nada abyección es un afecto debido a la mezcla de nombre y de cuerpo;
está de sobra bajo el sol .. . pone en juego las fantasías del grupo, su transmisión al sujeto.
ELLA: Quiero decir que los místicos son la prueba de que existen ELLA: ¿Pero puede alguien imaginar lo que consume como de ca-
perversos adorables, sublimes. dáver, y sentir lo abyecto?
BL: Pero los poetas también, los escritores, los "creadores", ¡y ÉL: Justamente, entre el nombre y el cuerpo está la imagen, y la .
cualquiera que haga algo con su manía de capturar al Otro! abyección aplasta al nombre y al cuerpo bajo esta imagen, ·los pega
ELLA: Bueno, yo digo que vale más drogarse con Dios que con a la imagen que dicta la ley.
cualquier cosa, es más "sano" .. . ELLA: Leí en un libro de Kristeva un ejemplo vivido de "abyec-
BL: No entendió nada . . . Es cierto que Dios es el "Crack" abso- ción": de pequeña se enfurecía de asco ante la "nata" que su padre
luto; pero en realidad uno no se droga jamás más que consigo mis- le presentaba, dice que era "abyecto" .
mo bajo forma de Otro o de producto o de embriaguez o de virtud ÉL: El aspecto "asco" es simple, trivial: el asco por la leche, por
o de estupidez. Uno se droga con el vínculo en el que uno se convier- las "pieles" de la leche hervida, es frecuente entre los niños, recuer-
te para sí, cerrado a su doble, autónomo y resplandeciente. En da el seno perdido y por lo tanto rechazado, la piel del seno ...
cuanto a drogarse con Dios, las viejas morales y sus prejuicios son Freud lo dice, y es verdad. Quizá haya también un acento caníbal.
su larga costumbre . .. Pero le concedo que se necesitan disposicio- Pero en su ejemplo, para que haya "abyección" y no sólo asco ·hay
nes particulares -y Teresa Ahumada era una mujer excepcional- que suponer que esa materia blanca que el padre da se pega a su
para atribuir a Dios las palabras que uno quiere oírse decir como palabra coercitiva, hace cuerpo con ella; la mezcla entre nombre y
si vinieran del Otro fabricado a la medida para ser nuestra figura cuerpo estaría conectada a una imagen de lactancia del pecho pa-
ideal. Hay ahí una manera muy dulce, autoamante, de poner al Otro terno. Y el impacto viene de que en vez de una pura palabra que uno
a su merced, y de "recrearlo" todo, incluyendo a Dios, desde el inte- esperaba, es el "pecho de leche"* paterno lo que viene ...
rior. Es una solución radical (y que no perjudica a nadie) de la cues- ELLA: ¿ Y cómo explicar que algunos, asqueados, no se alejan
tión de la identidad en sí pasando por el Otro al que uno absorbe. sino se ·abalanzan, que traguen en vez de rechazar? ¿ Es para tomar
Para una mujer eso puede ser fascinante: capturar en ella a la Otra- posesión de ello?
Mujer indecible, innombrable, que representaba para ella los lími- ÉL: Buscan el vínculo último entre nombre y cuerpo . . . Eso les
tes del lenguaje, de l-0 femenino, del goce. Es la mujer descentrada gusta . La abyección comienza cuando un resto corporal es porta-
que vuelve a tomar posesión de sí misma incluyendo nada menos dor de una palabra "otra" a la que da cuerpo; palabra que captura
que al significante absoluto : Dios . Por lo demás, un estudio realiza- y pisotea a la vez; lo abyecto es cuando un troza de cuerpo es toma-
do por otra mujer sobre Teresa, concluye claramente: "También es do por nombre; se acerca al fetiche, que es el movimiento inverso:
Dios el que habla cuando Teresa habla." Está pues más allá de la un Nombre es tomado por cuerpo. Es lo que une a lo abyecto y
inspiración poética o profética; no es: he aquí lo que Dios me dijo la profanación, tan querida por algunos perversos: palpar el cuer-
y yo os Jo transmito . . . Es: la identidad de ser y de palabra entre po divino, jugar con él, con la ruptura desmentida entre humano
Teresa y Dios. Así pues, aunque Dios y las visiones de la mística y divino ... Ir a propósito hacia la mancha es como pedir ser cas-
sean mitos forjados por ella, para expresarse, se vuelven verdade- tigado: pisotear la separación entre Uno y Otro, arrancarle la
ros y divinos puesto que ella los encarna en su Pasión, cuyo único otredad ...
objeto es Dios (es decir Ella). ELLA: A menudo se confunde separar y simbolizar . . .
ELLA: En el fondo, ¿la mística es la historia misteriosa del con- ÉL : Seguramente a causa de la famosa "separación de la ma-
vertir se en dios de lo humano? dre" ... una idea más bien justa pero que oculta lo esencial: la sepa-
1,1, : Sí, y la perver sión también , aunque a otros les parece demo-
nia co el dio s perv e r so ... * Pis a lait en vez de pis-all er (a falta de algo mejor) . [T.]
252 DIÁLOGO IV RELIGIÓN Y PERVERSIÓN
1.; "\

ración de la madre de sí misma. Lo simbólico es más vasto que la abierto-cerrado, donde se trata en el fondo de hacer el a11101l rn1 ..1
prohibición del incesto, afortunadamente. Otro como tal, puro. La pureza es a lo abyecto lo que la "verdadt·1,1
ELLA: Volvamos a lo abyecto: ¿Por qué es importante para el ley" es al perverso; la abyección convoca el horror por superar, 1u11
perverso? dominar por la pureza que ella misma produce. El asesinato era pu
flL: Lo abyecto es la sombra del fetiche a punto de fijarse: el ídolo loso entre homosexuales de los bajos fondos (piense en Pasolini) tic
vacila, la abertura narcisista busca el punto de creencia que la su- ne a veces un aura de pureza redentora, un acento cristiano de sal
ture; como hemos visto, el fetiche quiere ligar esta abertura, resol- vación, de pureza violenta, de perdón ebrio y de suplicio sublime.
ver una crisis narcisista, producir un vínculo manejable. La pureza, lograda, tiene crueldades asesinas así.
ELLA: Según una tradición bíblica nada es más "abyecto" para ELLA: ¿Entonces no basta con un desmoronamiento de las "leyes
Dios que caminar desnudo por la calle ... ¿Es a causa de la nega- paternas" para producir abyección? .. .
ción del traje, de la costumbre, del emblema social? flL: Tiene usted unas preguntas . . . como si quisiera producir
flL: Esas tradiciones percibieron muy bien el problema antes de abyección y buscara los ingredientes ... Bueno. Aquí hay uno: el
legislar al respecto. Rechazan el contacto con el cadáver asi como cuerpo que encarna la ley y su hundimiento. Piense en un escritor
con lo puramente vivo: la sangre, la menstruación, la desnudez ... , que cree agitar su pluma en el vómito de su madre ... Sólo es "ab-
en pocas palabras: no hay gozo que tenga fuerza de ley. Ahora bien, yecto" cuando cree inscribir así el Texto Sagrado; hasta Céline roza
lo abyecto es una ley que no puede y no quiere simbolizar nada. El apenas lo abyecto cuando piensa vomitar a los judíos ---'-atragantar-
contacto con el cadáver no es más que un caso particular del con- se de judíos, y chapotea en el magma semiótico con su lengua ja-
tacto con un cuerpo abandonado por el deseo, o por el contrario sa- deante en pedazos, ese montón de gritos obscenos y de nombres fra-
turado de deseo, identificado (por lo tanto sin contacto) con la casados, esa corriente narcisista de ahogamientos recuperados; eso
"Ley". El cadáver es percibido como extinción de la Ley en su aca- no es abyección, es casi un desplazamiento sublimatorio; que debe
bamiento absoluto, sagrado. Eso concierne al fetiche, por supuesto. apreciarse según los gustos ... Hay un ejemplo literario mejor de
Pero el cadáver "en sí" no es abyecto, es el cuerpo "caído" sin re- abyección, descrito con rigor sorprendente, en El veredicto de Kaf-
greso (el cuerpo desnudo está "levantado", sin reserva). En esas tra- ka, esa novela corta donde el escritor entra en escritura -como se
diciones, el contacto involuntario con el cadáver no es más que una entra en religión o en trance- a través de la puesta en escena de
impureza, no una abyección. Una impureza implica no disponer un hijo, un hijo víctima de la ruina del padre que lo condena a mo-
más que parcialmente del vínculo social (por ejemplo, prohibición rir; y muere para verificar esta palabra que lo sacrifica. Ahí el pun-
de ir al Templo que para el grupo representa la Ley ... ). to de abyección es muy preciso: el padre maldecidor se agarra del
Ello implica otros gestos para recuperar la disposición integral cuello del hijo mientra éste lo lleva en sus brazos y lo pone en la
del vínculo social. Pero ya basta; hablaré de ello en otra parte ... cama: el padre juega entonces con la cadena del reloj del hijo como
ELLA: ¿Pór qué? Es interesante ese rechazo a comunicarse con la lo haría un bebé. ¿ Se imagina la escena? Tiene tres líneas y es per-
divinidad, a fusionarse con ella. No recuerdo qué místico habla dt· fecta: colisión entre nombre y cuerpo, inversión en la que el padre
"amar la abyección de uno mismo". hijo del hijo que lo lleva carga el suicidio del hijo cqn su palabra
flL: Sí, el orgullo de la humildad: tomarse como desecho o como infantil; mezcla explosiva de pulsión y de símbolo. Y es muy depu-
objeto de su deseo, por lo tanto también del deseo de Dios ... atra- rado; puede sorprender a quienes confunden abyección con cuerpo
pado en ese cuerpo que se le ofrece, ese cuerpo magullado que uno materno, hablando de los "riesgos de regresar a él" ... Como si
se ofrece también, parece no tener importancia, pero muestra para "ser" no tuviera uno más que desprenderse de la madre ...
cómo la abyección aspira a la pureza. La abyección no es la mancha; Regresar a aquello de lo que uno se ha desprendido -por ejemplo
uno puede ser abyecto simplemente por creerse puro, por lanzar se- a su "morada" natal- no es abyecto; excepto si en el altercado en-
ñales de "pureza", por no imaginar otra "palabra" que la angelical. tre nombre y cuerpo hay peligro de inversión de uno en el otro;
El perverso agita lo abyecto por exigencia de pureza; se hunde eu reinyección del desecho para alcanzar la pureza. La abyección es
los confines entre nombres y cuerpos para desarraigar la impure alimentarse de su cadáver como carne petrificada de identidad;
za. Hemos visto que era un salvador, no un salvavidas; salvar al es el desecho recuperado como la palabra clave de la "verdadera"
Otro -o salvarse con él- implica abrirse a él y cerrarse sobre él vida; es el padre kafkiano que mueve su cetro flojo, el padre a se-
como un pulpo. Hay palpitación en ese movimiento pulsátil cas que se despacha a su hija detrás de las puertas o detrás de
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las apariencias; variantes del incesto son abyectas cuando reducen nada más que decir que esto: un olor de muerte le subía a la nariz
el deseo de incesto erotizado a su negativa; el padre que hace que desde todo el cuerpo: olía a cadáver ...
la hija lo manosee como "prueba" de confianza mutua ... (Y eso se ELLA: Pues bien, se dice que filosofar es aprender a morir ...
generaliza, en el Jefe, en la Ley, en la Comunicación, en la Manipu- ÉL: Aprender no es tomar y ahí la muerte no era más que una to-
lación ... ) ma, toma de tabaco o de absoluto ... En esta "muerte" el placer y
ELLA: A veces se tacha a los medios de comunicación de perver· su más allá coinciden ....
sos, de abyectos, esta manera de pasarlo todo por los molinillos ELLA: Su idea de la abyección como búsqueda perversa de la pu·
donde todo se mezcla en el mismo caldo llamado de cultivo ... reza me sigue intrigando. Me gustaría que retomáramos el tema,
ÉL: La abyección no es meterlo todo en el mismo basurero, es ex- sobre todo porque Kristeva habla en su libro de la abyección en la
traer de ese basurero lo que va a servir de ideal. Cuando los dese- Biblia (Toeba) y la identifica con la mancha, la impureza ...
chos del discurso se convierten en objetos reales, fetiches de ley y ÉL: No me dan ganas de hablar de Biblia aquí, lleva siempre de-
de deseo, el objeto se desliza hacia lo abyecto. Los medios de comu- masiado lejos ...
nicación no son nunca tan perversos como cuando creen sincera- ELLA: Justo sobre este punto preciso: ¿ es abyecto el contacto con
mente actuar para la verdad. En realidad, muy pocos están a la al- lo impuro o lo prohibido?
tura de la abyección que remueven, cuando los flujos almibarados ÉL: La impureza es el contacto con lo prohibido, con lo rechaza·
hechos de cuerpos e imágenes se dan aires muy "simbólicos". do; es un contacto diversificado, y reparable mediante sacrificios,
ELLA: Ah, si conocieran toda la extensión de su poder ... "difiriendo": a veces basta con esperar al día siguiente, con lavarse,
ÉL: Es la extensión de ese poder la que lo atenúa, lo "difunde", abstenerse de tal acto ... Es lo mismo en toda sociedad. Imagínese
lo reduce a casi nada. Es la "autonomía" del montaje ... que en Moscú tuviera usted contacto con un elemento sospechoso,
ELLA: Bueno. Volvamos a la abyección; la distinguía del asco ... sospechoso para el régimen, pues bien, podría ser usted suspendi-
ÉL: El asco o la repugnancia nos protege, la abyección es una dá por algún tiempo de sus funciones, degradada, obligada a "la-
verdadera ofensiva, una posición de ataque, de invasión. Si el per- varse" de esta falta dando pruebas, mostrando celo ...
verso no quisiera más que repugnar a los demás, simplemente sería ELLA: También es cierto en Occidente: si un miembro de un gru-
provocador; un neurótico en suma. Ahora bien, su juego va más le- po o de un partido entra en contacto con un miembro del campo
jos. Asimismo, decir que la abyección es una crisis narcisista no "enemigo", un elemento "rechazado" como dice usted, puede pro·
aclara nada: una enfermedad benigna puede ser una crisis narcisis- hibírsele la estadía durante algún tiempo en los lugares "santos"
ta, y radical. La abyección del perverso es una aproximación a su del grupo.
factor en juego, es la búsqueda de una lengua donde la Ley se diría ÉL: Ya ve ... Siempre hay un lenguaje para marcar la impureza
en las tripas y las vísceras. Cuando se halla esta lengua y se ha colo- como contacto con lo prohibido; ese contacto es pues, en cierto sen-
cado el dispositivo, la perversión suplanta lo abyecto: es abyección tido, "permitido" ...
operacional; domesticada; funcional; nivel de inconsciente donde ELLA: ¡Pero cómo se las arregla usted!, es prohibido por lo tanto
nombre y cosa coinciden. permitido.
ELLA: Para mí la abyección es simplemente una búsqueda loca ÉL: Quiero decir: previsto como posible (la mayoría de las prohi-
del placer, una manera de buscarlo más allá del placer ... Habría biciones se refieren a lo que se hace). Está pues integrado a la vida
primero una forma ligera, pasar de un placer al otro, cambiar de ordinaria; a veces tropieza uno con lo "rechazado", simplemente
"pareja" compulsivamente, luego estaría el placer de hacer explo- hay niveles de encuentro, de inscripción, de borrado.
tar un placer; reventar su límite; hacerlo infinito ... ELLA: ¿Y cuando uno no hace lo necesario, cuando no se "lava",
ÉL: Volvemos a la idea de terminar al Otro aprovechando el via- por ejemplo, tras un contacto así?
je. Tropezamos con su límite, y se convierte en compulsión. Vea al ÉL: Entonces el "perdón", es decir el "recubrimiento" del ma-l-
toxicómano: se alimenta con el vínculo donde el Otro está absorbi- contacto ya no está asegurado: el sujeto lleva la falta de borrado en
do, pero como todo perverso tiene que vérselas con una pareja sí; se convierte en su síntoma.
única e infinita, marcada por las tomas compulsivas. La lengua que ELLA: ¿Y el contacto con la sangre?
funda así puede ser reducida a casi nada. Pienso en un toxicómano ÉL: Ya se lo dije, en la Biblia la sangre se identifica con el alma,
que para expresar durante el flash su "acceso" filosófico no halla con la vida, de manera que hasta la matanza de animales es puesta
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RELIGIÓN Y PERVERSIÓN 257
bajo el signo de lo divino: se pacía en el Templo, o en el umbral, o abyectas. Incluso son sentidas como tales por su autor: estrago de
con oraciones ... como para interponer a un tercero en el frente a una lengua que uno poseería como su cuerpo ...
frente con la "vida" en estado puro. ELLA: Ya veo de dónde viene la confusión entre abyección y asco:
ELLA: Entonces ¿por qué la mujer durante su menstruación es quienes se entregan a la abyección provocan el asco, pero es el asco
considerada abyecta en la Biblia? de los demás, del Otro ...
!?.L:¿ Quién le dijo eso? !?.L:Además la Biblia dice: la tierra los "vomitará" ... Hay que
ELLA: Lo leí ...
creer que los normales o los neuróticos se identifican con el Otro
!?.L:No hay que creer todo lo que se lee. En este caso es llamada o con la tierra cuando vomitan a quienes califican de abyectos,
impura porque está en contacto con su sangre durante la menstrua- cuando no ven en lo abyecto más que su propio asco.
ción, pero no "abyecta". Incluso aquellos que comen sangre, man- ELLA: Pero entonces, ¿tiene otros ejemplos de abyección en la Bi-
cha extrema, imposible de perdonar (de "recubrir": de rechazar), blia?
hasta ésos son "sustraídos" de la comunidad pero no son abyectos. !?.L:Le digo que es demasiado amplio.
Así como el contacto con animales "prohibidos" no es abyecto; y ELLA: Un detalle o dos ...
sin embargo son señalaftos como "repugnantes": lo son porque !?.L:En primera, cuando el texto condena la abyección, la única
caen bajo el golpe de una palabra que los excluye, no a la inversa. "explicación" que da es: "Pues yo soy Yahvé tu Dios." Nada de jus-
El asco es una relación con la palabra que condena y rechaza a par- tificación, simple recuerdo de una dimensión simbólica que excede
tir de ~n modo arcaico. Tocar lo prohibido es pues menospreciar, lo "manipulable"; instancia de "gracia" injustificada, Ley infunda
equivocadamente, lo prohibido. Pero la abyección comienza más da. Lo hemos visto, es lo infundado de la Ley simbólica lo que exas
allá del desprecio por lo prohibido: en la manipulación de elemen- pera al perverso. En cuanto a los ejemplos de abyección, aquí hay
tos significantes que pretenden desencadenar, por el contacto cor- algunos extraños: el asesino voluntario que va a refugiarse en las
poral, el conflicto con la Ley, para volverla a hacer ... ciudades refugios hechas para recibir a los asesinos involuntarios .
ELLA: Sin embargo el pecado de sodomía es calificado de abyec-
Dicen que eso es abyecto. Ya ve, muy sensibles a la confusión
to. voluntario-involuntario ... y en el caso de un asesino que va a cu
!?.L: La homosexualidad es condenada en una frase más sutil brir su cuerpo con la protección divina ... También los profetas,
donde la toman contra "aquél que se acuesta con un hombre como seis o siete siglos antes de Cristo, la tomaban contra los sacrificios
con una mujer". Por supuesto, es el rechazo a ver invalidada la dife- en el Templo como contra "abyecciones": señales formales de lo
rencia sexual, pero el ataque es más preciso: después de todo, ¿ qué simbólico, autónomas, autoadministradas. . . Los estigmatizan
no se acuesta con un hombre como con un hombre? Aparentemente como gérmenes de una lógica perversa o idiota. O aún más: si un
para el homosexual perverso eso no es posible. Ya hemos hablado profeta da una señal que se comprueba y si se apoya en ese signo
de las parejas homosexuales "normalísimas" con sus clichés hete- para sostener su llamado a la idolatría, hace acto de abyección. Es
rosexuales ... claro, el vínculo simbólico tiene prelación sobre la corresponden-
En este caso la abyección resulta de que un hombre mezcle su cia de una palabra con lo real. Es una posición antihipnótica radi-
carne de hombre, su sexo de hombre, con significante femenino, cal; la hipnosis se incorpora a enunciados verdaderos para sugerir
que pretende encarnar. De ahí, otra vez, mezcla de nombres y de otros ...
cuerpos. En realidad, lo que las más de las veces se califica de ab- Hay ahí un llamado de amor inconsciente para fundar el vínculo.
yecto en la Biblia son las leyes y las costumbres de los idólatras; Y de hecho el amor hace inútil la perversión, o más bien la haría
es la i~olatría como captura de la dimensión divina en un "produc- inútil si pudiera ... aceptarla. No es simple ...
to" humano. ELLA: En suma, la identidad menos perversa sería al mismo
ELLA: Y cuando usted dice "perdonado" o "recubierto", ¿es en el tiempo la más problemática, consentiría en dejar abierta la cues-
sentido de que el contacto con lo prohibido puede ser reelaborado tión de su identidad.
por una ofrenda, un sacrificio, que no es una ofrenda de sí? ... !?.L:Pienso en un chiste que agita esas cosas de una manera no
!?.L:Mientras que la abyección asimila al Otro a sí; símbolo car- demasiado tonta. Es la historia de un rabino, de un cura y de un
nado o encarnado; carnicería de lo simbólico ... cualquiera que sea pastor que discuten sobre la parte que se reservan de los dineros
el campo de actividad. Algunas prácticas de la escritura pueden ser del culto y la que consagran a Dios. El cura dice: "Yo trazo un cír-
258 DIALOGO IV

culo y lanzo todas las monedas que he recibido; las que caen en el INTERMEDIO IV
círculo son mías, las otras de Dios." El pastor dice casi lo mismo:
"Trazo una cruz, lanzo las monedas, las que caen más cerca de la UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO
cruz son para mí, las otras para Dios." El rabino dice: "Yo no trazo EN LA CULTURA
nada, lanzo todas las monedas hacia Él, hacia el Cielo; él toma las
que quiere, y las que vuelven a caer son para mí . .. " Es decir, él
prefiere confundir el deseo divino con la Ley de la gravedad antes
qtie colocarse él como autor de la Ley, aunque sea mediante un tra-
zo ...
ELLA: ¡Hombre! Volvamos de todas maneras a lo abyecto, pues LA "PULSIÓN DE VINCULO" Y SUS AVATARES
mi pregunta es: ¿ cómo hay quienes pueden hundirse en lo abyecto
como si fuera la belleza? ¿Cómo puede lo abyecto, en opinión de al-
gunos, ser bello?
ÉL: Porque para ellos , al igual que la belleza, es una somatiza- Este enfoque de la perversión es casi demasiado vasto, concierne
ción del amor; una cristalización del punto muerto del amor, donde al efecto colectivo, sus callejones sin salida para el individuo, el ma -
no logran mezclar nombres y cuerpos, donde no logran disolverse lestar en la cultura . .. Un gran libro de Frcud lleva ese título; en
uno en el otro. otro tiempo creí que lo había dicho todo , o lo esencial , sobre la
ELLA: Eso no es evidente , ese vínculo somático y enfermizo entre cuestión. Sin embargo al leerlo re cientemente sentí un ma k s l ar, l;,
amor y belleza, ese vínculo que usted hace . .. obra me pareció limitada, sin duda a cau sa de la precedente , /:/ /11
ÉL: Sin embargo es cierto, la belleza es una somatización del turo de una ilusión, un poco reductora , donde Frcud ajusla la s
amor; si toma al amor como una enfermedad -por qué no, es una cuentas a la religión , a la que trata simplemente de neuro sis ob ses 1
enfermedad sublime que aclara todas las demás, que las señala va de la humanidad: con lo cual pierde todo lo "perverso" de lo rcli
como rechinidos del amor-, pues sí , produce cristalizaciones psi- gioso, y sobre todo la amplia asunción de responsabilidades de la
cosomáticas, que no sólo son bellas, sino que son la belleza: peda- perversión por parte del cristianismo. 1 De manera que al abordar
zos de cuerpos donde uno cuelga sus palabras de amor . la cultura (Occidental, se sobrentiende) y sus malestares , le repro-
ELLA: ¿Y la belleza de un paisaje entonces? cha sobre todo exigir demasiados sacrificios del individuo, dema-
ÉL: Los humanos no debieron hallar dónde colgar su exceso de siadas "renuncias" pulsionales, sexuales ... ¿Pero es cierto que
palabras de amor (pues no es fácil quererse entre humanos , se está hoy la sociedad es tan exigente respecto al sexo? Desenfrenó lo se-
demasiado cerca), entonces inventaron a Dios y también fragmen- xual, lo maneja, lo revende, lo juega, lo muestra, lo desencadena, lo
tos del mundo, paisajes, a quien decir mañana y tarde su pura afir- fomenta, le añade ... y no exige gran cosa -más bien ofrece- por
mación de amor en forma de: ¡Qué hermoso! Hace un hermoso ese lado . A menos que se llame sacrificio a la prohibición del inces-
día ... Y parece que agradecieran al "paisaje" que cuelgue sus pa- to . .. y aun así, los chiquillos lo han integrado mucho antes de ser
labras de amor , que son mucho más peligrosas dichas al vecino .. . miembros de pleno derecho de la sociedad (para algunos adultos sí
Pero es una larga hist oria . lo es, pero es que ellos están ya sacrificados, arruinados) . En todo
caso, quizá gracias a Freud, la sociedad occidental no pide ningún
sacrificio a las pulsiones; su divisa sería más bien: cojan como quie-
ran (algunos añadirán, perentoriamente: de todas maneras estará
mal . . . ); en realidad, la sociedad no se da ni siquiera ese falso lujo,
pues dice : de todas maneras el problema no está ahí. Esta sociedad
ha agravado el malestar de lo sexual al soltarle tanto la rienda que
ya no puede reprocharle que lo asfixia. Ni siquiera el beneficio del
griterío ...

1 Cf. supra , p . 98.

(259]
260 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 261

Podría ser que el malestar de esta cultura tuviera menos que ver 3
con la pulsión sexual que con la pulsión del vínculo, el impulso de
pertenecer y capturar, de atar y atarse, de establecer relaciones so- En los puntos donde el vínculo se rompe o le cuesta trabajo echar
ciales, grupos, instituciones, capillas, religiones, guerras de capi- raíces, surge la fantasía del verdadero vínculo; perversiones, con-
llas y de religiones, corrientes de ideas: aglutinamientos más que traperversiones. El perverso es aquel que no puede viajar a través
rivales, pequeñas totalidades hostiles, islotes narcisistas aferrados, de los vínculos disponibles sin tener su fetiche, su vínculo de él, en
mundanidades irreductibles, no comparables, incomparables, que él; que no puede integrarse, como hacen los neuróticos, a las capi-
sin embargo intentan compararse, arrancarse reconocimientos, ali- llas existentes (los "malos" neuróticos son aquellos que sufren es-
viar esta tensión en la que cada una de ellas se identifica con lo Se- perando con los brazos colgantes que uno tenga a bien atarlos ... )
creto, con lo Sagrado, con lo Inconsciente, con la Ley más allá de Notemos, en todo caso, que muchas perversiones, homosexualidad,
las leyes .... Ahora bien, si la cuestión fundamental es la pulsión toxicomanía ... · estallan en el umbral de lo social, cuando hay que
de vínculo, se comprende la inmensa variedad de formas que adop- ir; es más que un malestar: un punto de horror, la náusea de meter-
ta: repliegues narcisistas (donde uno es objeto de su vínculo), cla- se en un vínculo cuya tensión escapa. De ahí el deseo de hacer uno
nes, sectas, vínculos toxicómanos, instituciones, exasperaciones so- con su mano, fetiche, más manipulable que los disponibles: exceso
litarias, inserciones-desinserciones, ciclajes-reciclajes, conectados- positivo y disciplinado. Si uno de los rasgos -angustia- de nues-
desconectados, etc. La misma cuestión busca sus metamorfosis, sin tro mundo es el cada-quien-para-sí (y Dios para nadie), si es la indi-
cesar. ferencia, la apariencia, la vacuidad del tiempo que pasa donde nada
pasa, pues bien el "drogadicto" en todos sentidos, con su vínculo
2 bien "enganchado", puede decir: "Tengo todo eso, precisamente
eso, pero mejor, infinitamente mejor; ustedes, marionetas que co-
¿En qué se convierte entonces la oposición entre individuo y masa, rren las pequeñas nadas, vean, tengo la gran Nada sin recorrer; ¿mi
entre la libertad de uno y la voluntad de otro? Está fragmentada, vértigo?, ahí mismo; ¿mi indiferencia por el mundo?, más allá de
dispersa entre sociedades individuadas y múltiples, narcisistamen- la suya." La institución le canta: "Con nosotros tienes un ideal, eres
te cargadas hasta el tope, tomándose cada una por el Dios que ado- sostenido, mantenido, etc." Él responde: "Tengo algo mejor aún:
ra, por la religión que la ata, cuya letanía anuncia. Y el individuo soy mi ideal, mejor mantenido que por los vínculos de ustedes que
viene aislado en ese "mercado" más vasto que un "mercado de tra- se deshilachan." Y puede trocar su propio vínculo por el de una sec-
bajo" que sin embargo dice bien su nombre: emplear viene de ple- ta, pasar de una secta a otra ... Pero dejemos a los toxicómanos,
gar, plegarse, poner· uno en el otro, mezclarse, enlazarse con ... son exasperan tes, ¿verdad?, están allí para eso, son nuestra exaspe-
Buscar un "empleo" es plantearse la pregunta: ¿a qué, a quién pue- ración encarnada ... Pues la sobrepuja que realizan tiene ya lugar
do plegarme? ¿A quién puedo manejar a mi antojo o quién puede en todo grupo que se drogue consigo mismo, y soporta difícilmente
atarme? Cuestiones de guerra y de amor ... que el referente simbólico se le escape; que el reverendo padre sim-
Y no es una casualidad si en el actual estado de cosas la sociedad bólico se le escape ... Entonces lo rumia, lo vomita, se lo traga,. lo
responde: puedes emplearte como desempleado -atándote tú mis- absorbe y se absorbe; hostia, pequeñas hostilidades, éste es nuestro
mo, no estando atado más que a ti con nuestro aval, nuestro apoyo; Cuerpo. . . social.
subvención, indemnidad; mira, con eso quedas indemne, con ello El grupo se abalanza sobre la identificación con un individuo, lo
haces que no te pase nada. El individuo quiere más bien integrarse que hace fracasar el gran proyecto de un poder colectivo más fuerte
a las entidades, identidades, o hacer el viaje a través de ellas, zig- que cada uno de sus miembros: ese hermoso proyecto se coagula
zags fronterizos, escollos, arrecifes; introducirse, despreocuparse, cuando el grupo hace que su Punto fuerte se encarne en un indivi-
no demasiado, no volverse loco, modular sus contactos a partir de duo real, al que a la vez imita como semejante y teme como sobera-
la diversidad de los vínculos -de las religiones-, esperar un apoyo no de otra especie (trascendente). Por ello, ya no podemos oponer
oculto de parte del Vínculo o de la Ley que ninguna de las religio- (como hace Freud) la fuerza colectiva como derecho a la fuerza indi-
nes agote ... vidual como desencadenamiento brutal; hay una serie de compleji-
dades: la ganga individual pasa por los hogares colectivos, que se
individuan sorprendentemente.
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4 el paso de la infancia a la edad adulta parece a veces un chiste (so-
bre todo a quienes están en el intervalo: en los puntos de adolescen-
Por lo demás, el verdadero problema del poder colectivo, de la so- cia . .. ).
beranía, lo ha tratado Shakespeare en Julio César: los individuos
que quieren tomar el poder, siempre pueden ir, tratar de hacerlo 6
y hasta lograr su propósito, pero después es necesario que den toda
su persona y su deseo, que los fetichicen en esa soberanía, si no el Hay más. Veamos la autotransformación de un régimen de libertad
pueblo los "linchará" u odiará por haberle revelado solamente su en un régimen de opresión, en nombre del peligro exterior, supues-
alienación (que él conoce) sin darle nada a cambio; si no quieren to- tamente absoluto, identificado con la Muerte pura y simple (por
mar ese poder que han derrocado, el pueblo los "degüella" porque ejemplo la invasión del nuevo régimen por los "enemigos", los
no hicieron más que señalarle su desprecio, desprecio por su alie- "enemigos de la Revolución" ... ). Es un fenómeno de masa frecuen-
nación cuya necesidad conoce: sin un soberano, el grupo no puede te, y nuestro enfoque de la perversión aclara esa autotransforma-
ni nombrarse, ni reconocerse, ni transmitirse . . . 2 ción, donde se invoca el Otro absoluto para negar cualquier
alteración interna del espacio concernido. ("¡Quieren que se le deje
5 hablar cuando el enemigo está a nuestras puertas!") No es tan dife-
rente cuando un grupo o una institución invoca los imperativos de
Freud quiere oponer la fuerza colectiva como derecho a la fuerza su existencia, de su funcionamiento armonioso o solamente posi-
individual como capricho; pero es casi lo contrario: la fuerza bruta ble, para denunciar todo lo que molesta al ronroneo admitido. Un
está del lado de los grupos, que siempre hallan el emblema necesa- pensamiento que produce ruptura o diferencia y que se desprende
rio para darse el derecho para ello. Respecto al individuo, hay poca de ese ronroneo es estigmatizado como alteración amenazadora,
cosa; se intenta dar vida a la idea de "derechos del hombre", que disfuncionamiento inminente, peligro de "muerte": el grupo por
sin embargo debe inclinarse ante las grandes "necesidades históri- boca de sus portavoces (bien nombrados: lo eximen de hablar) se
cas", "los imperativos del Momento" o simplemente el fanatismo identifica con la Vida para eliminar la diferencia a la que trata co-
colectivo desatado. A veces los "derechos del hombre" son restable- mo un obstáculo para la Vida, la suya . Y raramente se ha visto un
cidos para volver a dorar la imagen del Jefe que los otorga . De he- Estado -un estado de cosas- comprometido en esta vía totaliza -
cho, vivimos a cada instante esa paradoja del grupo: crea una iden- dora dar marcha atrás una vez pasado el peligro, y aceptar el
tidad más fuerte, por lo tanto imposible de identificar con ninguno diálogo, la diferencia interna. Cuando un grupo o un Estado que se
de sus miembros; pero la tendencia es poner en ese punto fuerte, ha"liberado" se compromete a la autorrestricción de esta libertad
en el punto de tensión máxima donde el lazo se anuda, ya sea a un en nombre del peligro externo (peligro del Otro, en el fondo), no se
Jefe, o a un chivo expiatorio, para encarnar ese vacío un poco verti- recupera de ello.
ginoso en torno al cual una cohorte de sacerdotes se afana por con- Las más de las veces compensa esa autocensura con estribillos
fiscar los potenciales individuales por simple medida de orden. más fuertes contra el "lenguaje político", pidiendo "de la manera
Pero jefe o chivo expiatorio, es un fragmento de rechazo que se ha más cordial" pensamientos "más originales" que en el mismo ins-
escapado, que es preciso o exaltar o devolver a la trampa para esta- tante descarta si por ca"sualidad se muestran. El impulso perverso
blecer el orden o restablecer el silencio (puesto que un verdadero e inocente de un grupo es fijar al Otro todo lo que pueda, fijarlo a
Grupo es un conjunto de gente decidida a callarse respecto a la mis- muerte (es ahí donde la idea de asesinato toma su fuerza y su valor
ma cosa) . Es decir que potenciales perversos zumban alrededor, y operatorio distinto del famoso "asesinato del padre"). 3
muy rápjdo . Añadamos a esta paradoja la de la libertad individual:
"ante s", cuando esa libertad era "grande", el individuo no podía
defenderla , y cuando puede , es porque otros se la defienden, la "de- 3 A nivel de una nación o de un sistema , esta fijación va acompañada de un punto
de vista que totaliza cada vez más; lo cual le da cierta dinámica . Ejemplo de ese fenóme -
fienden" para él, la confiscan para que esté en mayor seguridad.
nCY.la famosa expansión del sistema comunista. Se aclara mejor desde ese punto de vis-
Sólo la tiene para no gozar de ella. Decir que esta "libertad" señala ta ; no es ni la justicia particular de ese sistema ni la trapacería especialmente eficaz de
sus promotores, sino el hecho de que un movimiento totalizador no puede sino totalizar
2 Sobr e esas cues tiones véase mi lib ro so br e Shakespeare (próximo a aparecer) . aún más o abolirse. El nazismo fue una totalización distinta, de una locura diferente; e
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Por lo demás, narcisismo obliga, el peligro de "muerte" jamás guiar. Es importante, y nuevo: gracias a la imagen planetaria difun-
pasa, pues la afirmación de vida jamás es suficiente para triunfar dida por satélites, espejo cósmico constelado que convierte a uno
sobre la muerte que siempre viene de otra parte, del elemento ex- en el otro a discursos individuales y colectivos, gracias a esos nue-
tranjero, exterior, que inspira el miedo, y luego el odio puesto que vos medios donde individuos hablan a masas innombrables (y les
uno termina por odiar aquello a lo que teme (se le odia por no lo- hablan de lo real, de lo social, como si estuviera al alcance de la
grar liberarse de él .. . ). Desde el momento en que uno se identifica mano, como si se lo pudiera cambiar con una decisión, como si se
con la "vida", o con la vida de su grupo, de su institución, de su Es- hablara a lo real, en directo), otra lógica surge de las relaciones en-
tado, de su palabra clave, de su Dios, de su nombre, etc., no acepta tre masa e individuo, donde se trata menos de imponer su voluntad
ver esta "vida" compartida, esa palabra sagrada contaminada, uti- que de simplemente imponerse, estar ahí; no querer esto o aquello
lizada por otros. Para muchos es insoportable; sobre todo porque (lo que uno puede querer cambia tan rápido que hasta la fuerza de
la prueba narcisista se refiere tanto a nuestros cuerpos, imágenes querer llega a faltar porque parece inútil) sino ser una voluntad
y sombras originales como a nuestras palabras y nuestros "luga- abierta que quiere todo lo que puede inflarla, hacerla manifiesta.
res" íntimos; se prefiere anestesiarlos que verlos marcados de otre- En esas condiciones, si la textura social permite potencialidades
dad, de un efecto de "muerte", de un simple efecto de inconsciente. puntuales que uno puede traducir, desplazar, dejando que los movi-
Habría pues una especie de enfermedad incurable: los hombres no mientos individuales adquieran forma y cambien de forma, puede
pueden eximirse de encarnar los principios o la ley por los cuales uno considerarse feliz; porque la trama social puede muy bien esta-
combaten; como si esa ley necesitara alimentarse de sus cuerpos. Es- bilizarse a partir de bloqueos masivos y de códigos imposibles de
te autoerotismo furioso es masivamente tóxico. traducir.
Conocemos la revuelta de los marinos de Cronstadt durante la
revolución rusa; Lenin, que mandó masacrarlos a sangre fría -in- 7
vocando el "peligro mortal" que representan- declara, inmediata-
mente después de la masacre: "Todos saben que no querían la con- Hay un narcisismo de lo colectivo en plena resonancia con los narci -
trarrevolución, pero tampoco nos querían a nosotros . .. " e sismos individuales. Tienen un factor en juego común: durar, per-
interpreta su movimiento como una persistencia de individualis- durar, tener la certeza de ser. Pero al fijar la inmensa duda concer-
mo . . . Es el mismo término que emplea Freud cuando evoca cier- niente al ser, la develan.
tas "persistencias de individualismo" que resurgen a veces como Evidentemente ese narcisismo alcanza su pleno desarrollo, en el
una "tendencia hostil a la civilización" . caso de la masa o en el del individuo, en la autohipnosis. De por sí
En realidad, es probable que ninguna revuelta se haya dado co- un individuo puede dormirse a partir de la angustia en la que inten-
mo objetivo la ostentación individual. Más bien lo social se indivi- ta en vano ajustarse a sí mismo ... o al Otro; pues bien, la masa
dua: la masa hoy no tiene más ideal que el del individuo, y éste a puede conocer esta masturbación mental, de dolores a veces exqui-
su vez el ideal de una masa; pertenece a la masa, pero quiere hacer- sitos, mediatizándose a sí misma; y lo que sucede es la automanipu-
lo por su cuenta, como su asunto. Más que conflicto, habría rivali- lación, no por mensajes buenos o malos, sino por autohipnosis: de
dad entre individuo y masa: uno y otro quieren un narcisismo com- la masa por parte de individuos, de los individuos por parte de la
pleto; se diría que el mismo. masa a la que creen modelar y a partir de la cual se modelan en una
El resultado es curioso: gracias a los medios de comunicación persecución incesante; a quién se ajustará más, a sí mismo y al otro;
-que uno se la pasa poniendo en mal y a los que eso les fortalece- ajuste indefinido, desmentido, recuperado; fusión y confusión de.
los individuos rebosan y se hunden en los valores masivos para sa - uno en el otro, forma trivial del factor en juego perverso. Está visto,
lir de ahí brillantes, regenerados , incluso por un tiempo breve; y a la fundación de sectas, de pequeñas masas totalizadas -incluso re-
la inversa, las masas se envuelven en la s palabras de aquellos que ducidas a muy poco- es el acto perverso típico, que hace las veces
hablan de ellas, que hablan como individuos aun cuando son feti de acto "simbólico": el narcisista dicta la ley, y a la inversa. Sin que
chizados, "estandarizados", etc.; y salen de ahí sosegadas , tranqui- siquiera haya que desafiar o invalidar las leyes . Basta con agarrar-
lizadas, calmadas, individuadas, reconciliadas Con su imagen sin- se a un suelo virgen donde todo comience desde cero, desde el ori-
gen. Recuerdo a un perverso pederasta que tenía problemas con la
inmediatamente interrumpido en su impulso expan sivo, fue mortalm e nte herido. justicia; entonces cambió de "capa" -social-, se unió al lumpen,
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1
a los marginales, menos enredado según él con las convenciones, mentable espectáculo de las deportaciones dirigidas por los nazis,
las apariencias; le importaba un pito desafiar las leyes, simplemen- como si la cristiandad, cansada de creer (sobre todo de creer reali-
te se las "saltaba"; pequeña desviación en el circuito, y funciona; zada su Redención y adquirida su inocencia), hubiera necesitado un
comodidad. Pues bien esta sociedad se "salta" a sí misma: se agarra pequeño golpe de origen una vez más, una crucifixión real, hecha
siempre más bajo para asegurarse de ser y de recuperar sus funda- en sus narices, la del judío, para reanimar su creencia en el Otro·
mentos; vasta postración del pensamiento, nulidad ética con fondo Judío Crucificado; para estimular su fe, en pocas palabras. 4
"cultural" catalogado, etiquetado. El vagón de metro donde una
mujer es violada sin que nadie se atreva a actuar conducía sin duda 9
a sus viajeros a "actividades culturales" honorables, sublimato-
rias, al espectáculo, o a la "lata" cotidiana del trabajo . . . Pero la En todo caso la paradoja de repetir la fundación del vínculo social
muchedumbre necesitó ponerse delante de las narices la ceremonia es periódica. Y ese vínculo, insisto, no contradice las pulsiones in-
fundadora: el portavoz como portaverga, desangrando a la mujer dividuales: todo el juego colectivo es socializarla, hacerlos jugar en
consagrada; sacrificio puesto al desnudo, ganancia inmediata; con el vínculo. Si alguien se pone a disparar "sin razón" contra automo-
o sin voyeurismo, esta pequeña masa halla un momento fundador; vilistas víctimas de la autopista de la autoerótica rápida, es más
en el acto perverso del que forma parte, parte interesada e interesan- bien como último recurso para lograr el vínculo; llamado reprimi-
te ... En ese momento existe, vergonzosa y cierta; tranquilizada. do de un ser necesitado de vínculo social; este acto denunciador ac-
Vuelvo a pensar, otro ejemplo, en ese barco de seiscientas perso- tualiza lo que denuncia: nadie se detien e; tras una larga matanza al-
nas desviado por cuatro terroristas; donde la gente se dejó violar, guien alerta a la policía, la cual llega a controlar al "loco". Ahora
suavemente pasiva; nadie reaccionó salvo un paralítico, mudo, y imagínese que el loco se dispare balas a la piel, balas que no matan
para colmo judío. Desde el fondo de su parálisis halló cómo dar una inmediatamente; sigue estando necesitado de sociedad, fascinado
patada a uno de los terroristas, que lo echó al mar. La masa siente ante esta muerte extraña que se da infinitamente; es una imagen del
que está a cargo de alguien (cómodamente de sus gobernantes, más toxicómano. Está necesitado y es la necesidad; necesitado de sí mis -
firmemente de esos transgresores de la ley); ni siquiera puede sen- mo; el toxicómano es una pequeña sociedad necesitada de sí mis -
tirse lo suficientemente despojada, como lo estamos todos, lobas- ma.
tante "paralítica" como para tener un impulso de vida, para estar
menos fascinada, menos paralizada . Pero detrás de este deseo de 10
ser grupos modernos, y de que un jefe suave implacable y maternal
se haga cargo de ellos, está la fantasía de un vínculo social automá- Es pues una guerra curiosa entre lo social y sus "perversos": las dos
tico, que funcionaría solo : bastaría con conectarse a él para que se partes son intocables, cada una se "toca" ya a sí misma; su voca-
encarguen de uno, y bien. ción es "tocar" (masturbación: primera forma de intoxicación). El
combate no se lleva a cabo como tal, forma parte de lo social y de
8 sus ritmos; es el frotamiento entre lo social y sus imágenes que in-
tegra, secreta, excreta, retoma; frotamiento rechinante y agrada-
Otra idea clave del Malestar de Freud es que esta sociedad pide el ble, frontal o diferido; desencadenamiento imaginario de lo social.
"sacrificio de las tendencias agresivas". Esta idea también se ha de- (Lo "imaginario" es lo que depende de la imagen y del hecho de im-
bilitado con el tiempo . Las pulsiones agresivas se metabolizan bien
en el desencadenamiento narcisista orquestado, autoorganizado. 4 Según las últimas noticias, las monjas fueron a instalarse en el lugar mismo de
/,a sociedad occidental parece soportar tan bien la violencia que se- la matanza; para orar. Para consumir la hostia hay que estar muy cerca del cuerpo.
cre /a , qu e le angustia soportarla hasta ese punto, sin que nada se Sin duda también hay que orar para que esos muertos sean perdonados , pues claro,
vl'n ga ahajo ; sigue su curso . . . Apenas un poco de embotamiento, por haber sido causa de un desgarramiento tan penoso, tan arcaicamente implicado
<le autofascinación, cuando algunos pasan a la violencia; la masa en la " Conciencia occidental". Ese " Carmelo" en Auschwitz es un hermoso ejemplo de
injerto perverso, con todo amor y toda inocencia . Además de que Carmelo es una pala-
fascinada por el rito fundador; a las escenitas un poco apáticas des- bra bíblica que significa "jardín de Dios", lo cual no carece de humor negro. Sobre
critas anteriormente podemos añadir la apatía de toda una Cultu- todo si se piensa que el lugar elegido por esas monjas es el mismo en el que los nazis
ra: los buenos pueblos de Occidente se dejan imponer el muy la- almacenaban el gas, los cristales de Zyclon B.
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poner una, o de imponerse como imagen.) De manera que las "ten- de ser cortados de su memoria, cortados en su memoria. Cuando
dencias agresivas" -en realidad narcisistas- lejos de poner en pe- eso sucede, hay llan~s en todos sentidos. Muy pocos se atreven a
ligro lo social, lo alimentan, y lo suponen para ejercerse. La existen- pasar por la inexistencia.
cia misma de lo social metaboliza esas agresiones. Hay depresión
y desmoronamiento cuando la metamorfosis es bloqueada; lo cual 12
es raro.
Estamos pues lejos del conflicto entre individuo y masa. Los En todo caso, el desarrollo cultural no descansa, como dice Freud,
conflictos abundan más bien entre individuos ... por tener los me- en la "renuncia a los instintos". Volvamos al tren de la violación. 5
jores pedazos del pastel masivo; o entre masas cuando se levantan ¿ Cedió la gente pasiva al instinto gregario de ser un grupo borre-
"como un solo hombre" guil ante el delincuente héroe? El grupito no renunció pues a su ins-
tinto fundamental. O: ¿renunció cada uno de los individuos a su re-
11 vuelta instintiva para quedarse prudentemente en su asiento y
celebrar ese "desarrollo_cultural" allí? O bien, hipótesis más plau-
Extraña relación también entre la masa y su "voluntad". Aquellos sible: un mantoncito de individuos, ni siquiera muchedumbre gre-
que se agitan en tomo al "Punto fuerte", al foco de poder, quieren garia, sin instinto, ni gregario ni individual, nada, vacío bajo un
"darle" una, de voluntad, pero de modo individual; o descifran la barniz de cultura y de poses; statu quo, "simplemente". El "desa-
que pueden suponerle. Funciona; más bien mal. Felizmente en las rrollo cultural" vacila siempre entre statu quo acumulados estrati-
orillas de los torbellinos lo posible espera, acecha el impulso singu- ficados que hacen las grandes torres de Babel, y el aliento inspira
lar, el encuentro "absurdo" y necesario, que supone los pasos va- dor, la ruptura de statu quo que rompe las "estatuas" a reserva de
cíos y los efectos de inexistencia; todo lo contrario de la certeza de
existir, por la cual uno está dispuesto a atragantarse de imágenes
hacer otras. Mientras tanto, hay un olor creativo en el aire, un so
plo de vida, de inventiva y de novedad .. .
..
o de cualquier cosa, al grado de sacrificar dicha existencia. Nótelo: Se dirá que todo eso es caduco y que hoy es la acumulación la
aquellos que no logran cambiar, cuando todo está allí para que pue- que cuenta, que se cuenta: ¿cuánta gente lo ha visto, oído, contem-
dan dar el paso, teme~ justamente meter la nariz en un área de ine- plado? ¿La tasa de escucha?, ¿el nivel? Lo que se ha dicho o hecho
xistencia, franquear el vacío glacial -y sin embargo breve- donde no tiene ninguna importancia, lo esencial es el suceso que produce:
su identidad ya no es visible, ya no está asegurada. Toda la algazara el desplazamiento de masa (de cuerpos, de palabras, de imágenes)
en torno a la existencia de Dios oculta un factor en juego más narci- para describir ese desplazamiento, etc. Es cierto; como para pre-
sista: son los hombres quienes dudan de existir; y sueñan con un guntarse cómo los sucesos llegan todavía a suceder, a infiltrarse,
Dios cierto que les dé la prueba. Es también eso lo que se espera a pasar, puesto que lo ideal es la sociedad de seguros de todo ries-
de los excesos perversos. go: los "sucesos" que amenazan llegar parecen primero catástro-
La "cultura" podría servir de relevo a la necesidad-de-ser; ¿pero fes. Gracias a lo cual ya no pasa nada, en el sentido en que el lengua-
es ése el caso? ¿Qué cultiva uno exactamente? Antes uno se cultiva- je ambiente ya no es capaz de distinguir el suceso, latente o
ba, pequeño culto íntimo de la parcela que uno era; un jardín no manifiesto. Eso produce un lenguaje ciego. Ahora bien, un suceso
siempre fructuoso. De todas maneras nos dimos cuenta de que era nunca es más que una ruptura de lenguaje, o de Memoria, abierta
para darnos una Memoria, algo con que enfrentar el olvido y la re- al poder separador de las palabras.
novación que no llegaba. Ahora bien, una memoria es el arte de te- • Sin embargo quedan los pánicos, los impulsos fóbicos, xenofóbi-
ner un origen que perder, que pensar y gastar, un impulso de len- cos de preferencia, aquellos .que uno vive sin riesgo y cuyo objetivo
guas nuevas. Eso pasa también por el silencio, el riesgo de ser es neutralizar los últimos riesgos ... El instinto de muerte es la fal-
mudo, el desmoronamiento de las lenguas unidas en plena erección ta absoluta de riesgo, querida como tal. La sociedad y sus márgenes
babeliana ... lo quieren también, pero de manera diferente; la competencia de
Versión perversa de la Memoria: ser su memoria encarnada, o los productos para "drogarse"; pero en cada caso el riesgo es "to-
tenerla al alcance de la mano; siendo vividas las rupturas de Memo- mado" y petrificado ... en el "fetiche" en el que uno se convierte.
ria como dolores fríos y aperturas toxicómanas donde el producto
se hace memoria. El riesgo y lo imprevisto tienen poca posibilidad 5 O del asesinato: puesto que llega a suceder que maten sin que nadie se mueva.
270 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 271
(Ejemplo de palabra fetiche: la Crisis, donde se agrupan todos los reprima la agresividad de los individuos, sino que les comunique
riesgos.) Sublimar no es a veces más que reinvestir las pulsiones, una nueva, que le cueste trabajo controlar puesto que es él quien
incluida la de muerte, en la abertura de un riesgo, del encuentro la secreta llevando tan lejos a los individuos en el ideal de continui-
que espera ser, y de los goces aleatorios o diferidos. dad que los droga de pulsión de muerte, no dejándoles otro aliento
que los "facticios" sin aliento. El resultado visible es que la civiliza-
13 ción occidental logra el propósito de toda civilización: agrupa
-grandes conjuntos- pero el hecho de estar juntos no es vivido
Más que nunca lo social tiene todo su valor, no en oposición al indi- como tal. De ahí una nueva agresividad inmóvil y tensa, violenta y
viduo, sino como escena ineludible en la que se valora al individuo. muda, que confina al individuo a su reducto narcisista donde vibra
"Todas las luces" sobre Untel; es lo "social" quien paga los gastos de impaciencia, de impotencia (cuando vibra). Es cierto que esos
de la puesta en escena; paga los gastos pero consume. Lejos de opo- puntos narcisistas no amenazan a lo social, incluso le exigen que
nerse al individuo (en su ser sexual o "agresivo"), lejos de sólo pro- garantice, que se haga cargo de la continuación de su juego. Y es
tegerlo, lo social se ha convertido en un componente de lo pulsional, ese juego el que se desboca.
de lo erótico; y hoy, el reproche que se le hace es menos el de repri- Así, el peligro no es "sacrificar" lo sexual o las pulsiones agresi-
mir que el de no "hacerse cargo lo suficiente". La sociedad occiden- vas, sino no socializar el riesgo más que anulándolo. Los efectos
tal ya no sabe qué hacer para seguir permitiendo más "salidas" a perversos son al respecto un desafío y una respuesta total. El per-
las pulsiones, sexuales o no. Trata la pulsión como una demanda verso toma el riesgo y no se echa para atrás; toma el riesgo como
periódica .. . que tratar, que excitar, que reanimar para ser "aún uno se escapa, como uno se pica, y ahí se queda; no puede despren-
mejor" tratada. Hasta las pulsiones del tiempo, los contratiem- derse; instinto de destrucción. Ahora bien, ese instinto es vital: es
pos ... La instancia estatal quiere que todos salgan indemnes de lo el soplo del Otro que echa por tierra nuestras construcciones y las
· que les pasa (si es un campesino tendrá la indemnización por se- voltea, y revela que estamos de acuerdo con esta destrucción si po- 1¡1
quía o inundación según que esté muy seco o que llueva demasia- demos ser reanimados por ella, si no estamos ya destruidos . De he- 11
do), gracias a lo cual ya no suelta a aquel a quien hace indemne; su- cho, la pulsión de destrucción hace que uno se reapropie el mundo,
plemento de vínculo, que ya tampoco puede soltar. La trama social si queda vínculo abierto, disponible. Ése es el vínculo que ligan
se ha convertido ;n un componente individual, y gracias a la mezcla para terminarlo, por un lado, la institución, y por el otro, las for-
masiva anticipa las perversiones de tal subgrupo entregándole bue- mas perversas, a veces bastante inocuas, del fetichismo.
nos préstamos, operacionales, las perversiones de otro grupo más Ése es el peligro de las pulsiones destructivas, no el temor de
activo; es más perversa y más sagaz, más conservadora y más sub- destruir el mundo; es utilizar el vínculo para estrangularse o ente-
versiva en la conservación de lo que sus "asociados" esperan. rrarse; es producir vínculo que se destruye.
Lo que hace mal, en cambio, es socializar los efectos de ruptura,
la ruptura de las continuidades anteriores. La nivelación hacia aba- 14
jo es el pretexto: es preciso que convenga a todos ... como si uno
supiera de antemano lo que puede convenir a todos. Por ello, se so- Freud habla de la renuncia pulsional que "la cultura" exige; y he
cializa lo más manipulable, por lo tanto lo que se presta mejor a las aquí que ésta suscita otras pulsiones; por ejemplo la inagotable ne-
manipulaciones perversas . A la instancia social le asusta y fascina cesidad de que lo reconozcan a uno: cuando el reconocimiento del
todo lo que puede manipular -comenzando por sí misma: su mas'. deseo se convierte en deseo de reconocimiento. Si uno no quiere
turbación soberana .6 más que lo "reconozcan", el callejón sin salida es lograrlo. Lo que
De manera que hoy lo social se define como prolongación de sí sigue es el renacimiento de lo religioso: para tener referentes que
en sí, asimilación y por lo tanto desaparición de cualquier otro; con- se le escapen a uno. Es como si el hombre "libre" regresara con la
tinuación extensiva de "uno mismo" . El peligro no es que lo social cola entre las patas con los restos de sus vínculos, y pidiera que se
le volviera a conectar con las viejas buenas faltas, con los "grandes
6 En realidad, tolera el efecto de ruptur a, pero más tarde: los creadores malditos valores" que lo rebasan. Ahí también, el perverso toma la vía direc -
son perdonado s a su mu e rt e, por su mu e rt e; cua ndo el inspirado ha exhalado su último ta : atarse allí mismo ... a sí mismo . •
suspiro, uno se inspira . .. Volviendo al Malestar, Freud dice que el defecto de la educación,
272 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 273

respecto a lo social, es hacer creer a los jóvenes que los adultos son quien está "en" su deseo como en una burbuja. También ahí hay ex-
virtuosos para que lo sean ellos también ... El defecto es más bien ceso perverso; la "verdadera" burbuja del toxicómano ...
mantener su ingenuidad respecto al problema del vínculo, que tie-
ne que ver con el arte de hacerse lugar en el caos más que con dejar- 16
se desplazar de una casilla a la otra de la red. Ahí también el perver-
so lanza su "solución" ideal: él es el vínculo, su vínculo es el fetiche Ese punto de creencia narcisista sabe preservar sus reflejos; verse
o la burbuja ... Ni siquiera hay que criticar la ética de la virtud, verse ... "verse" al infinito. Ir al espectáculo, ir a ver a quienes van
no es la que prevalece; y la perversión toma por sorpresa las hipo- a que los vean ... , ver el aglutinamiento en el que está uno atrapa-
cresías morales mostrando las suyas propias, con igual certeza. do, gozar con que lo atrapen, con recobrarse ... A veces la lección
Hay también en el Malestar de Freud señalamientos sorprenden- narcisista es magistral; el Carnaval de Brasil es lo mejor que he vis-
tes, por ejemplo: "El amor sexual genital procura al ser humano las to en el género: el gentío se hace manifiesto a sí mismo al mostrar
satisfacciones más fuertes de su existencia [ ... ] de ahí a buscar la el deseo latente de los sujetos que lo componen. En cualquier otra
felicidad de la vida en las relaciones sexuales [ ... ] no debería ha- parte la gente "manifiesta" con motivo de esto o de aquello, bande-
ber más que un paso [ .. . ] pero metiéndose en este camino uno se rolas, emblemas, llamados, hasta silenciosos. Allá, en Río, hay lo
hacía [ ... ] dependiente del objeto amado [ ... ] se exponía a un do- que llaman un "sambádromo" donde los bailarines de samba desfi-
lor intenso por su desdén o su pérdida." Actualmente, eso suena cu- lan por "escuelas" durante horas, noches enteras: cada grupito dis-
rioso. En primera, los individuos buscan esta dependencia; y la ha- frazado desfila repitiendo su canto como una letanía, y parece de-
llan no en el amor sino en las drogas (término vasto para designar cir sólo "aquí estoy" .. . al otro grupo, inmenso, que está allá sobre
la transferencia del inconsciente a un producto que permite la au- las gradas, viendo, "siguiendo" ... El lugar de la ceremonia sólo
tohipnosis adictiva). En efecto, en lo referente al amor, la "depen- sirve para eso, recorrido casi sagrado de ochocientos metros que el
dencia excesiva" respecto del ser amado está a punto de ser neutra- resto del año está desierto, o casi. Un desfile del narcisismo colecti-
lizada por la discrepancia entre lo sexual y el amor. Y surge otra vo, muy inocente, que seguramente debe equilibrar muchas cosas
discrepancia: entre sexualidad y procreación; por la coartada de al- allá. Nunca había visto tanta gente divertirse tan seriamente, entre
gunas técnicas procreativas . . . Lo social logra con facilidad una desenfreno y ritual, disfraz e identidad. Puesto que está uno en el
gestión perversa de lo genital como tal sin por ello "desviarlo" de ser, mejor hacerlo relucir, si eso permite liberarse de él, o imagi-
su objetivo. No detiene uno el progreso ... nárselo. Al día siguiente de los cantos se desencantan . .. cantando
-la saudade, la extraña nostalgia que expresa su dolor exquisito.
15
17
Hay muchos a quienes "les cuesta trabajo seguir", sufren menos
por padecer las privaciones que lo social les impone que por no lo- Esta sociedad no carece de ideales; sólo que los ha hecho funciona-
grar ponerse al corriente de las satisfacciones que les propone, o les; son modos de empleo; "modas"; todo cambia y queda igual. El
ser lo suficientemente soberanos como para poner en práctica su ideal persiste: ajustarse a lo que se esperaría de uno. Algunos llori-
propio goce. Su inhibición prueba que la discrepancia entre sexual quean: "¿Qué ideal nos ofrecen?", exponiéndose a que la gran Ma-
y simbólico tiene algo de insoportable, aun cuando resuelve devas- dre estatal les responda: "¡Pero si no tenemos por qué ofrecerles un
tadoramente algunas cuestiones del amor. Ahí también, ya no es la ideal!" ¡Dispongan de lo que se ofrece! -¡Entonces ofrézcannos un
sociedad la que limita lo sexual obligándolo a legitimarse (matri- empleo! -¡Búsquenlo y no sólo con un rifle de caza! ¿No encuen-
monio, monogamia ... ), son los individuos los que quieren legiti- tran en ese montón de azares nada posible? ¿Se los impide? ¿Qué?,
mar sus vínculos como para sacar, enganchándose al vínculo so- ¿les ponen trabas? ¡Pero queriditos míos, si ése es un dato de base,
cial, un suplemento de "simbólico". La sociedad ha simplificado una hipótesis de trabajo! Anden, utilícenlo y olvídenme un po-
sus prejuicios y sus creencias para conservar sólo su creencia en sí co ... " (Ahí ya no es el Estado el que habla; se siente culpable por
misma, su punto de creencia narcisista. Utiliza lo sexual como cual- no colocar a la gente, poco importa dónde. Hay que ocuparla. Sin
quier otra cosa para preservar el carácter "de rebaño", conservar embargo hasta los niños saben jugar solos; cuando uno piensa en
cierto estancamiento. No tiene nada contra el deseo, dado que cada ocuparlos es que ya se les ha separado -del mundo o de sí mismos.)
274 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 275

Y el empleo en e1 sentido "pleno" del término se confunde con el ta de lugar en otra parte, junto con los demás, con el Otro. Es esa
ideal; el pleno empleo como ideal de plenitud ... (O lo que es lo mis- falta de lugar en otra parte la que echa a perder la soledad, la llena,
mo: ser el límite de uno mismo; de por sí es peligroso ser el límite la colma de preguntas sobre el valor, los "contactos", la reduce a
de los demás ... ). Volveremos a ello. no ser más que la ausencia de otro en el lugar de uno. Se convierte
en sufrimiento narcisista. Cuando uno no quiere su soledad es que
18 está llena de aparecidos; es que no es verdaderamente la de uno, es
que está poblada de los vínculos imposibles. Entonces el remedio
En ese informe Estado-Masa hay algo alucinatorio, algo como de trivial es hundirse en el mundo: para poder estar un poco solo . Es
"droga"; tufos perversos. Nos lo han dicho bastante: "cultura de la toda la fuerza del llamado: "Ama a tu prójimo como a ti mismo",
imagen", escultura de la imagen que uno da y que uno recibe, de que Freud ridiculiza recordando que no todo el mundo es digno de
la estatua en la que uno se convierte ... Las relaciones con el po- ser amado, y que un amor que no elige pierde su valor y se muestra
der, con el Estado y con la sociedad son "mediatizadas" por la ima- injusto para con su objeto . . . Como si ése fuera el problema. Se tra-
gen, por lo tanto también por los efectos hipnóticos alucinatorios, ta más bien de cierto desprendimiento narcisista, una renovación
fantásticos, que reactiva. Es un boquete de irracionalidad, pero ob- del narcisismo en el paso por el Otro. Habría: ámate a ti primero,
tura los hoyos que hace si se consume mucho de dicha cultura. En lo cual no es evidente; luego: intenta extender ese amor un poco
todo caso las relaciones con la sociedad recuperan pronto sus raí- más allá de ti, hasta incluir a tu prójimo (y no a cualquiera: cuestión
ces irracionales que hasta entonces parecían reguladas, suavizadas de proximidad, de cercanía, de contacto posible . .. ). Se trata de sa-
por conceptos, funciones, racionalidades. De ahí esta paradoja: mu- ber extender lo narcisista al amor, cuando en realidad quiere exten-
chos piden al Estado que les dé los medios para "resistirlo", pero derse, y sin límites, pero al ase.sinato de la imagen. En fin, uno espe-
que no lo diga demasiado y que se ocupe menos de gobernar que ra que esta extensión pueda elevarte por encima de ti, dar otro
de "enviarles" apoyos simbólicos, polos de identificación, puntos de valor al amor narcisista y aferrado (al sufrimiento narcisista) que
apoyo y de sostén. Y él se queja como la tripulación de un gran bar- tenías por ti. Es pues complejo, y distinto de un deseo piadoso. Por
co (donde todos están embarcados . . . ) al que se le pide dar fuerzas lo demás, hasta el ser más narcisista siente lo benéfico de ese des-
a quienes tienen el mal de mar, más que maniobrar y "gobernar". prendimiento. ¿Prefiere un artista que le digan: me gustó mucho su
De hecho, el impulso irracional es tanto más fuerte cuando que se obra, su último lienzo, que: lo amo? Si es su obra la que le gusta
ha callado por más tiempo. Y el acto de "gobernar" se vuelve más a uno, _ queda pues como un tercero en relación con ella, se
vital, más complejo, más "imposible", más digno de ser repensado desprende de esta obra como parte de él, se queda allí creándola
en función de los efectos de vínculo y de los objetivos del "viaje". después, expulsándose de ella. Se le restituye viniendo de otra par-
te el altercado de amor y de furor que conoció con su obra; algo con
19 que romper la identificación con ella.
La relación del factor en juego perverso con esta cuestión de la
'
Cuando Freud dice que la sociedad (occidental) saca energía de la extracción narcisista es simple: el perverso extrae de su narcisismo
libido individual, piensa que es de la "libido inhibida en cuanto a con qué colmarlo teniendo en sí todos sus lugares posibles que esta-
los objetivos sexuales". ¿No sería más bien de la masa infinita de rían en otra parte -del lado del Otro. De ahí una "soledad" triun-
las pulsiones narcisistas? Porque el narcisismo es una pulsión. La fante y mortificada.
sociedad extrae menos de la necesidad de amar que del miedo de es-
tar solo o de hallarse frente a lo semejante que dice y hace lo mis- 20
mo, a lo semejante que la sociedad secreta en serie. Este atrinche-
ramiento narcisista conduce al punto álgido de la soledad. En Así pues, las "tendencias a la agresión", esencialmente narcisistas,
primer lugar, el narcisismo necesita que los demás sepan que no los no ponen en peligro lo social, necesitan de ello para ejercerse, como
necesita. Pide siempre a otros el carburante para circular solo. "A- de un espejo donde contemplarse; como la guerra entre hermanos
yúdenme a prescindir de ustedes ... " Ahora bien, cuando se sufre supone la fratría y la mantiene ... La sociedad parece haber com-
de soledad es que se está lleno de imágenes de otros que exigen todo prendido la idea milenaria sobre el instinto humano: "malo desde
y no dan más que su presencia vacía, donde señalan al sujeto su fal- el origen"; pero decidió sacar de él el mejor partido. Esta idea es
UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 277
276 INTERMEDIO IV
toxicómano difunde y reinviste en sí mismo?, ¿él, que "sublima" en
también retomada, "recuperada" por Freud en su Malestar cuando la obra de arte en la que se convierte?, ¿ él, que vive de morir y mue-
menciona a "aquellos que prefieren los cuentos de hadas y se hacen re por vivir? devorando su muerte sin terminar ...
de la vista gorda cuando se les habla de la tendencia natural del
hombre a la maldad" . . . Pero ¿quién no está enterado hoy de la vio- 21
lencia humana, ciega u organizada? Quienes se drogan con "cuen-
tos de hadas" lo hacen para soportar el resto y recuperar aliento. Una sociedad también puede estancarse en sus funciones, desapa-
El peligro es más bien que la sociedad ya no esté en posibilidad de recer en el vínculo que asegura, borrarse en la seguridad que da y
manejar la violencia que secreta, la maldad que exige y que utiliza. a la que se reduce. En cuyo caso la civilización fracasa por su éxito:
En realidad, el paso al acto es más bien raro en esta sociedad: debía extraer una parte de instinto de cada uno, convertirla en un
se sacrifica fácilmente al otro . . . "simbólicamente", por la burla, poco más de seguridad para gozar lo demás . .. y ya no hay demás;
la crítica, la denuncia, la asfixia de su nombre, la agresión ver- no habría más que deducciones y conversiones . .. A fuerza de estar
bal . .. Uno pasa al acto cuando ha agotado el registro de los signos, asegurado contra todo, nadie está ya seguro de nada. Felizmente es -
que abundan al punto de ya no operar. Así pues, ¿puede uno criti- tán los pasos en el vacío de una generación a la otra, las escotadu-
car a "la sociedad"? No critica uno a una sociedad, sino a indivi- ras de transmisión, los puntos generativos y de ruptura donde todo
duos. Todo un moralismo nuevo la toma contra "la sociedad que- es puesto en juego. Redistribución. Más fuerte que la frontera entre
na-propone-nada-válido", como si los individuos tuvieran el poder vida y muerte, la frontera entre generaciones . . . Es ahí donde se
de cambiarla directamente. Por lo demás, cuando sucede, esos incrustan los malestares más vivos, en las recuperaciones del
individuos-claves se convierten en los puntos de locura de la socie- Vínculo.
dad; sus bloqueos más dementes.
Pero es un hecho que esta sociedad puede dudar de sí misma por- 22
que cree tener en la mano las llaves de su destino. Por eso llega a
pasar al acto sus mitos fundadores, para tranquilizarse, de un En lo que se llama "crisis de valores" ¿no sería el punto crítico ese
modo muy arcaico. Se ha visto lo que sacrifica, veamos un poco lo torbellino donde el reconocimiento de los valores depende de ins-
que consagra. Espectáculo televisado: la subasta con fines de "be- tancias sin valor, de instancias que no tienen más valor que el de
neficencia" de la camiseta de un futbolista, un campeón, en treinta "reconocer" e identificar el valor con ese reconocimiento? En ese
millones; la raqueta de tenis, de un campeón también, diez millo- dar vueltas y vueltas muchos se marean. Si un pensamiento sólo
nes; el casco de motociclista, etc. ¿ Qué puede uno decir al respecto? tiene valor por la exhibición -el show- que lo valoriza, el asunto
Es un sistema de valores hecho de autorreferencias: esos objetos tie- gira, "circula",7 pero si el círculo se reduce a un punto, a un indi-
nen el valor de un gentío enorme que aplaude a quienes los llevan; viduo, surge el fetiche, el factor en juego perverso. El toxicómano
y el gentío se devuelve valerosamente su narcisismo. Mientras el es el único que se reconoce y se mantiene desconocido a sí mismo:
futbolista no haga cachitos su camiseta para distribuirla como hos- irreconocible; autorreconocido; origen y desecho de sí. Ahí tam-
tias, ésta es mi camiseta . . . bién, los fracasados de ese torbellino son los puntos de transmisión
Esta sociedad se adora (y se deprime cuando intermitentemente que devuelven sus oportunidades al "azar", al inconsciente, a las
llega a descubrir que no es tan adorable o no puede fundar ella mis- rupturas.
ma el culto que se consagra). Ese frenesí de autorreconocimiento que agita la sociedad ¿será
Afortunadamente, la solución que ha hallado es irrefutable, por la forma actual del "trabajo social" cuya certeza de que es él quien
ser inverificable: la fuga por adelantado. Pero el interés de esta "fu- crea el valor nos la da una buena vieja referencia? Sin embargo, no
ga" es ante todo el de ser un movimiento: permite la recarga perió- todos los valores se fundan en el trabajo; algunos son efecto de un
dica de los fondos de azar, de inconsciente, de deseo; sin lo cual se gran trabajo acumulado que adquiere valor en la ruptura que se ha-
enquista ... Esta mutación de fuerzas de muerte alimenta el acto
creativo por el cual uno da vida: en fragmentos de otro uno proyec-
7 Y puede volverse idiota : el hombre que no vive má s que de las imágenes que se
ta una parte de sí, una pérdida que recuperar, superable; alegría
le devuelven debe olvidar su desprecio por quienes lo adulan, que no tienen más valor
análoga a lo que el artista siente cuando se expulsa de su ·obra; a sus ojos que el de devolverle la imagen.
cuando se desprende de ella. ¿Es esa pulsión de muerte la que el
278 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 279
ce con él. El poeta, el pensador, el "creador" -palabra usada hasta es simple: el espacio social está necesitado de orificios (donde se
el cansancio- trabajan pero no producen más que en ruptura con pueda colocar a los ciudadanos excedentarios) y cuando hay orifi-
lo que anteriormente significó "trabajo"; pues el deseo y el incons- cios vacíos, es que la gente no está lo suficientemente "formada"
ciente no "trabajan". El trabajo no acerca al deseo más que ofre- como para ir a meterse ahí. Conclusión: hay que crear orificios, for-
ciendo, en este acercamiento, una resistencia bastante fuerte -y mar gente, colocarla allí , volverla a colocar cuando sea puesta de
por lo mismo un punto de apoyo; un obstáculo digno de uno; para patitas en la calle . . . Es demasiado; resulta comprensible que el re-
que se produzca otra cosa. (Mire a quienes no hallan nada que de- sultado sea escaso y que mientras tanto (¿mientras qué?) el gran
sear cuando el obstáculo a su deseo se ha desvanecido: nada que ha- orificio se desborde, aquel donde el trabajo consiste en ser desem-
cer . . . Creen que liberados de algunos obstáculos podrán al fin de- pleado. La empresa Desempleo es la que emplea a más gente; per-
sear; se retira el obstáculo, y ven con estupor que su deseo se ha fectamente autoadministrada en torno al vacío que produce.
retirado) . El punto creativo del trabajo está entre recuperarse (en No obstante, se impone una observación. La saturación de de-
"casa") y alienarse (en el trabajo); transferencia amorosa de los sempleados no ha disminuido el precio de la fuerza de trabajo, ni
cuerpos; es lo que es vivido como una verdadera calamidad. Véase su valor. Es decir que la referencia con la relación oferta-demanda,
la oposición entre estar en casa y estar en el trabajo: la mayoría se normal para todas las mercancías, pierde su fuerza cuando se trata
siente en uno u otro lugar, pero la frontera entre los dos parece del trabajo, y que la idea de ajustar oferta y demanda es tan vana
inerte: tiempo muerto, "transporte", transferencia muda de los como la de admitir el disfuncionamiento "intrínseco" (como precio
cuerpos ... Casi un símbolo. En tomo al "trabajo" los efectos per- de la libertad, de la competitividad, etcétera).
versos son intensos, e interpelan lo político como lugar donde uno Hay más aún. No sólo el precio de la fuerza de trabajo no ha
intenta, sin gran éxito, conjugar el verbo poder ("¿puede?" "No po- disminuido 8 (a pesar de su oferta excedentaria -y hay que decir
demos más ... "). Ejemplo edificador, el trabajo del ocio , las para- justamente oferta-: los desempleados son aquellos a quienes el
dojas del ocio industrial. El ocio (loisir) es lo lícito (loisible) , lo per- trabajo no ha hallado, a pesar de la oferta que le hacen ... ), sino que
mitido, lo que se "puede". En principio el ocio es hacer la corte a es más difícil que otras veces "hallar a alguien" que haga un traba-
lo "posible" . . . Estamos lejos de ello . jo, a veces urgente, cuando muchos desempleados estarían inme-
diatamente en posibilidad de hacerlo si ... si se les pegara un terce-
23 ro que los fijara, que les diera lugar en ese trabajo, que los atara
en suma. ¿Estarán pues tan desatados? Sí, a veces hasta la angus-
Nuestra idea sobre la pulsión de vínculo y sus puntos críticos pue- tia. Digamos más bien que están en busca de vínculo, de un vínculo
de aclarar cierta relación con el trabajo, -sobre todo el desempleo. diferentemente "ideal" que los resista, que resista solo, que respon-
Además existe un hecho notable: en los puntos críticos de la trama da por ellos, que los deje libres de soñar con otros, de intentarlos,
social hay encuentro, cruce, entre por una parte los temas "mani- de regresar puesto que el vínculo que tienen en la mira no existe
dos" de lo político (jóvenes, trabajo, seguridad, inmigrados, educa- (salvo en la droga, el dogma ideológico, la nada que uno cultiva, el
ción, salud ... ) y por la otra el surgimiento de efectos perversos (to- alistamiento partidario, con la variante delincuente que interpela
xicómanos, sectas, desempleo , delincuencia, terrorismo, racismo, la ley para que ate un poco mejor ... ). El desempleo es pues una
manipulaciones diversas .. . ). No es sorprendente que en los puntos forma particularmente viva de la cuestión del vínculo y del estar
en los que el vínculo se revienta las dos tensiones se ejércen para necesitado de vínculo (y si bien la droga la resuelve con una eficacia
ligar, una hacia el vínculo convenido, la otra hacia el desengaño del "total", por lo tanto mortífera, existen otras soluciones más par-
vínculo, su invalidación, su punto de estrangulamiento. Vea la ob- ciales y más vivas). El estar-necesitado o estar-sin es una función
sesión por la seguridad: ya tenga que ver con el terrorismo, la delin- general que adquiere sentido según la variable que uno ponga:
cuencia o la cuestión de los inmigrados, concierne a la relación con estar sin-empleo, sin-amor, sin-nada, sin-fe, sin-estorbo, sin-juego
el Otro, con el extranjero, con el racismo, con el deseo feroz de una
8 Insisto: no se trata de un juicio de conjunto sobre los salarios, cuyos movimien -
identidad plastificada, "infalsificable". Habría mucho que decir,
tos son hoy más bien caóticos (fuertes bajas por aquí, enormes alzas por allá), se trata
sobre todo en cuanto a la complicidad , a la relación casi contrac - sobre todo de señalar que la ley oferta-demanda, tratándose del desempleo, está <lema
tual entre el poder y quienes lo hacen "impotente". Pero es el efecto siado sacudida, demasiado desordenada como para servir de .punto de referencia . Y
desempleo el que nos retendrá aquí. Para los poseedores del poder, es lo que invalida el punto de vista del ajuste entre los "orificios" y los "llenos" .
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sin-dirección . .. etc. Su forma abstracta es: estar-sin-vínculo, sin de sí que se ha perdido, y engancharse a ella para producir el
lugar donde hallarse. Eso puede rezumar angustia o depresión o vínculo en su búsqueda misma; el enganche no es forzosamente to-
embotamiento, o esa risa tonta con la que se responde: "Yo no hago tal (de tipo toxicómano) si el objetivo no es terminar con el Otro in-
nada" a la pregunta: "¿Qué hace usted?" (Cuando evidentemente tegrándolo o perdiéndose en él vía el embrutecimiento pasivo bajo
Nada es la cosa más difícil de hacer, grandes civilizaciones se rom- el pretexto de la necesidad (pues la necesidad también sirve de
pieron ah{ los dientes.) Es pues el malestar del vínculo necesitado; vínculo absoluto). Para algunos es el infortunio de una pérdida par-
la pulsión de vínculo a la deriva o derrotada. Y el estar-sin reúne cial, fecunda en principio, que se halla bloqueada de entrada como
una linda trilogía: privación-frustración-castración. por un duelo masivo; el infortunio de una separación de sí parece
Agreguemos que la intervención de las "altas instancias" es a encallar en una pérdida total de sí. Entonces es el "no hacer nada"
menudo dudosa; su objetivo es principalmente justificar su existen- vago, la deriva lenta y a veces muy "organizada", para la cual "zan-
cia, ocuparlas más que resolver un problema que las desborda y ganear" es el verbo preciso, que expresa el repliegue vegetativo;
frente al cual su fracaso, no obstante comprobado, no debe ser re- hacer-lo-menos-posible: droga suave, cuyo concentrado explosivo,
conocido. Su intervención de ajuste compete a menudo al vínculo violento, que lo enreda hasta la nada, absorbe el toxicómano.
fetichista o a la agencia matrimonial: ¿ cómo casar, relacionar, a un Nuestro propósito aquí no es "estudiar el desempleo" sino mos-
trabajador en estado de ausencia o de "necesidad" con un trabajo trar que al incorporarlo a nuestra investigación sobre las perver-
(una plaza, un "orificio" . .. ) virtual, voraz y riguroso, cuando los siones como búsquedas de vínculos absolutos, aparece bajo una
interlocutores no se conocen? Puede haber éxitos (si no, las agen- nueva luz, como un caso particular de esos estados depresivos "li-
cias habrían cerrado), pero esta lógica no rebasa la de las eróticas geros", de esos duelos narcisistas, de los que conocemos formas
frías y modernas con prótesis fetiches accesorias y modos de em- más violentas. Cuestiona de manera nueva y masiva la idea misma
pleo, para actividades que caen por su peso y que tienen su dinámi- de trabajo como investidura narcisista que pasa por el Otro (¿y por
ca cuando el deseo de vínculo está presente y puede mantenerse qué forma de otro?).
abierto. Se comprende que frente a las depresiones de esas perver- Quizá era necesario que el progreso técnico provocara enormes
siones baratas, las más costosas pero más fuertes ejerzan una vacíos en la textura del trabajo para que llegáramos a considerar
atracción más notable. esas cuestiones.
Otra observación de paso: en los países del Este, el desempleo no Insistamos sin embargo en algunos efectos perversos, en el sen-
está aislado como tal sino diluido, inyectado en el trabajo: es la in- tido ligero del término. El desempleo examina la idea de cambiar
dolencia y la indiferencia tan frecuentemente denunciadas allá ; y de plaza, por lo tanto el cambio, la relación con lo nuevo, la consis-
es cuestión de secar el tejido esponjoso de la economía para tender- tencia de una plaza, de un espacio. Y el hacerse cargo masivo y pro-
lo más limpio, para depurarlo de esas gotitas de farniente que se- gramado hace a veces del desempleo un trabajo competitivo, y ob -
gún parece lo hacen más pesado, al mismo tiempo que las emana- tura esas cuestiones al plantear que una "plaza" es el orificio en el
ciones de alcoholismo y otras desviaciones . . . Ya veremos ... que uno se inserta a reserva de dar libre curso al ruido de las pu 1
En todo caso, podemos considerar que el "desempleado" es un siones de muerte. Hay un fetichismo del trabajo, cuando el trabajo
ser necesitado pero sin que uno sepa de qué "producto". (Es dife- es ante todo un formar parte del vínculo social. Es un lugar de inll ' I
rente del ser en estado de deseo a quien le falta el objeto; pues su cambio con ese vínculo. En principio el vínculo social goza de si
deseo le sirve de vector y de objeto provisional; nada de lo cual su- mismo dejándose trabajar en sus pasos por el Otro, siendo el Otro
cede en el estado de necesidad.) De hecho, las pequeñas drogas que la naturaleza, la materia, lo social, Dios, el Cosmos ... en pocas pa -
se le ofrecen, los pequeños vínculos, no resisten, no por falta de labras todo lo que no logramos agotar. El ser infinito del mundo,
formación (lo que tendría que "aprender" a menudo es rápidamen- conectado a nuestras necesidades y nuestras locuras ...
te aprendido, son el deseo de "atrapar" y el riesgo de ser atrapado La idea de que el trabajo es precioso para quien lo tiene porque
los motivos de la discusión), esos productos que se le ofre~en, inclu- produce valor, es secundaria. El trabajo es precioso como símbolo
yendo a veces el desempleo, no le funcionan porque eluden esto: del vínculo social tomado él mismo como valor ; precioso pues el
que un trabajo es un vínculo consigo pasando por el Otro, el cual vínculo se transfiere allí. Para muchos, el placer de ir al trabajo es
es en sí mismo caótico, móvil y está alterado. Encontrar ese trabajo encontrar a otros ... A veces, el "placer" es morir allí, matarse sin
es ser capaz de hallar en otra parte -del lado del Otro- una parte hacer ruido. Algunos se intoxican directamente con el trabajo, e in-
282 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 283
cluso: su valor es ser ese tóxico ofrecido en forma de vínculo. Ahí, cambios bruscos están ahí presentes, en potencia. Hay allí determi-
·como en otras partes, la adicción es esencial, inconscientemente naciones que se terminan, se agotan, azares que uno intentaba bo-
buscada: viene a desplazar al deseo, "plaza" faltante o "imposible rrar y que se renuevan.
de hallar". La relación "normal" con el trabajo es instalarse en él: uno sabe
Otro efecto de confusión o de hipocresía molesto: con los orifi- dónde está, en qué está, hay que hacer, durante mucho tiempo, mu-
cios supuestamente hechos y las casillas etiquetadas, ¿ cómo chísimo tiempo . . . lo mismo. Ese trabajo es pues el instante que se
obligar a la gente a elegir libremente su trabajo? ¿Cómo estimular eterniza: está uno atrapado, no por el trabajo sino por la evidencia
el deseo de emprender el gran viaje que debe hacerla entrar en el de estar atrapado ... Es difícil soltarse para recuperarse de otra
orificio, insertarse en lo preestablecido? manera; falta de confianza en la memoria. Lo propio de una civiliza-
Emprender es transferir, desplazar, transferir al pie de la letra. ción es el arte de recordarse, de reinscribir sus vínculos en el tiem-
Ello aclara el espacio crítico del desempleo. El desempleo retiene, po, de devolverse su memoria, la del pasado y del presente. Las ma-
recuerda, a quienes el campo de las fuerzas (psíquicas y sociales) yores hazañas de una civilización tienen que ver con su manera de
ha puesto al margen, a quienes la mecánica de la transferencia ha dotarse de una memoria. Algunos dirán que con las computadoras
hecho pasar al límite. Por supuesto cada uno de los desempleados ya la hicimos: memorizamos, registramos , no hacemos más que
tiene que ver ahí, como cada ser tiene que ver en el azar que lo al- eso; febrilidad nunca vista .. . Pero es la memoria de la que se hace
canza o lo señala. Pero las cosas son complejas: un ser privado de· ostentación la que se hincha y que uno suscita, no la otra memoria,
"empleo" no sólo ha "perdido la plaza" que tenía; a veces se ve tam- la que es efecto de transmisión, causa de otredad, de pasos otros.
bién privado del gusto por arriesgar y emprender: esas cualidades En el caso la memoria que se ostenta, hay una carrera loca, la mis-
las ha inhibido ya para tener una plaza, la que perdió o la que jamás ma que para el espacio: acumulación, exhaustión, agotamiento, in-
ha tenido . Haber anulado esas cualidades fue lo que le permitió sistencia: corremos , nos desplazamos febrilmente como nunca; pa-
"conservar" su plaza y convertirse en la plaza que tenía (ser "idénti- sos al acto del "viaje". La suntuosidad que ante s caracterizaba los
co" a sí, estar emplazado). Cuando la pierde, está "perdido", y ya palacios, se transporta hoy a las máquina s de desplazamiento : au-
no tiene las cualidades que le harían halfar otra o que le darían la tomóvil, avión, cohete . .. Se comprende que el flash tome todo eso
fuerza para desplazarse . El precio que ha pagado para colocarse, rápido lanzándose hacia lo surreal (cuando el jet real a menudo bo-
para reducirse a esa plaza, ha sido aplastante. Entiéndase "plaza" rra sus propios efectos: en el fondo nos desplazamos muy poco).
en el sentido amplio: participación en el vínculo social. A veces lo
que se paga para estar "colocado" es tal que ya no se puede uno mo- 24
ver; ya no hay fuerza, ni se cuenta con los medios para hacerlo. Por
lo tanto, un "trabajador" así, para ser racional, debe romper con El malestar de esta civilización tiene que ver con el vínculo y su re-
las racionalidades del sistema. El desempleado es un punto fronte- cuerdo, su despliegue en el tiempo, su puesta en el espacio . .. el
rizo, un punto fijo y también un punto de locura del sistema econó- don de Lugar y de Memoria obedece a los gestos y a los actos que
mico. No es un agente tipo pero asegura al sistema poder ser tipoló- conciernen al tener lugar. 9 Es en el nivel del don de memoria, de
•gico, clasificado, ordenado, en subconjuntos, para poder ser un su transmisión, donde la crisis es aguda. La droga es una manera
juego jugable cuyos equilibrios uno calcula, los puntos de "cri- de darse una memoria dándose uno mismo como memoria fulgu-
sis" .. . Curiosamente, los que "estudian" un juego descuidan su rante, instante eternizado. C_ualquier fetiche es de ese orden. Sobre
existencia misma: existe y se lo observa; se olvida la parte que se el origen de esta crisis, agreguemos u na hipótesis: Occidente, tras
tiene en él y el hecho de que existe. Ahora bien, el desempleo tiene dos milenios, parece reaccionar a la desvalorización de la vida te-
que ver con la instauración del juego económico, con su génesis, y rrestre producida por una escucha un poco simple del mensaje
no sólo con su desarrollo. Es a la vez un acto y un no acto, un traba- cristiano (están salvados, por lo tanto las pruebas de aquí abajo tie-
jo y un no trabajo. Podría ser un punto de turbulencia fecunda, y
9 Es muy claro en el nivel del a cto te rapéutico: a veces la pregunta evidente del pa-
frecuentemente no es más que un punto muerto; una ruptura del
ciente no es "¿Qué pasó para que esté aquí?" sino "¿Tengo un pasado? ¿Tiene lugar
saber social sobre lo que lo trabaja, y a menudo no es más que una una Memoria para mí?" Y a veces el efecto terapéutico es menos "recordar" lo que
necesidad inerte. Es mucho más que un intervalo, es un punto de "pasó" que dar lugar a fuerzas de evocación, puntos de transmisión en vez de puntos
indeterminación, de abertura indecidible; toda clase de saltos, de de sufrimiento.
284 INTERMEDIO IV
UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 285
nen muy poca importancia respecto al Reino . . . ). Pero su reacción
es bastante pobre; consiste en plantear, simplemente, que las cosas consentir en sus crisis temiéndolas a la vez, renunciar a su control
aquí abajo tien en un valor : el que él les da . Y como ignoramos lo sin controlar sus renuncias, deformarse, modularse a partir de sus
que lleva en sí este valor, se convierte en valor de ignorancia, valor vueltas y sus fallas, tomar en cuenta el narcisismo del Otro, hecho
del instante, en el instante. La memoria tiene todavía menos lugar de presencia y de imprevisto?
para desplegarse. Al menos en el cristianismo se proyectaba hacia
el Gran Acontecimiento pasado o el Gran Porvenir celeste ... Pero 26
állá, lo que sacralizamos son pequeñas proyecciones narcisistas,
"su desayuno es sagrado", "las vacaciones son sagradas" . .. El Están aquellos que colman el vacío de la ley gracias al vínculo que
punto de creencia narcisista, punto de autofundación, funciona crean; y están quienes sufren su vida frente a la apertura de la ley,
como primera y última palabra de la escala de valores (por donde al "umbral" de lo prohibido. El intervalo es un abismo, el de la ley
ningún ángel pasa . .. · contrariamente a la escalera del sueño de Ja- quizá . De esa manera los oprimidos no derrocan la opresión, menos
cob recorrida por mensajeros "divinos"). Dios entró en el hombre por miedo a los "golpes" que por miedo de hallarse ante el vacío
y el hombre se tomó por Dios. En los montajes .perversos resulta pa- de la Ley, ante la ausencia de vínculo que amenaza con recaer sobre
tente. Es latente en toda una brillantez social de las perversiones ellos y hacer estallar su identidad. Manteniéndose sumisos, pueden
más insulsas, más blandas y extenuadas . Se dice "no está loco el creerse un poco autores de la Ley que los sujeta, y que su sumisión
que quiere", pero muy pocos cuentan con los medios para realizar mantiene. De ahí el acento perverso de algunas sumisiones "norma-
su perversión, la que intentan erigir para escapar del marasmo les". Desde ese pµnto de vista, viejos enunciados "evidentes" ad-
donde la angustia misma ya no es reconocida más que en el diálogo quieren otro tono: "Los trabajadores no tienen nada que perder
secreto y sordo que mantiene con cada uno. Ya no se habla de an- más que sus cadenas": por eso las quieren . "La r.eligión es el opio
gustia existencial . . . (y a propósito,¿ qué pasó con el "existencialis- del pueblo": es pues indesarraigable. "La lucha de clases es el mo-
mo"?). Si la angustia es un afecto "sin objeto", sin otro objeto que tor de la historia": sí, convirtiéndose en lucha de plazas, de las colo-
inconsciente, es claro que actualmente, en nuestro espacio cultu- caciones y desplazamientos en el espacio abierto que se recrea por-
ral, es un afecto sin sujeto. No ha y sujeto lo suficientemente consis- que esa lucha desplaza. . . Otras tesis del mismo género son
tente como para mantenerla. Ni siquiera el aburrimiento, forma imposibles de arreglar. Por ejemplo, la idea de que una vez satisfe-
inocua de la angustia, es asumido, trabajado, cultivado .. . sólo en- chas las necesidades materiales, esta civilización se lanzará al com-
gañado, manipulado. Por ello, tenemos problemas. La sociedad tie- pleto desarrollo cultural, a la gratuidad creativa. Qué engaño más
ne problemas cuando sus cuadros se descuadran. Ella ya no se en- dulce ... La necesidad sigue pegada al deseo más íntimo, hace vi-
cuadra. Pero pocos están lo suficientemente vivos como para brar su fibra; no es un nivel elemental que uno rebase para acceder
asumir y salir del problema como caída del ser en el vacío que lo al infinito del deseo. Vea los países superdesarrollados: necesidades
lleva. Hay más bien embotamiento, aún en medios muy avisados: materiales "cubiertas", pero sujeciones maniacas a esas mismas
autohipnosis de cada medio por el lenguaje que secreta: está "todo necesidades, cada vez más delimitadas, asediadas (la pureza del
visto"; se queda uno ciego de verlo todo, de prorrogar el "nada que pan, los índices de higiene, las tasas de prevención y la seguridad
ver" en el ideal de transparencia. imperfecta, que deja que desear, todo entre los vahos de alcohol).
Cuando la seguridad sobre la felicidad la anula y sólo deja como k
25 licidad a dicha seguridad, entonces hay que acorrala, - al cxtra110,
vencer al Otro, estar prevenido para lo imprevisto, rumiar el vat 10 .
Las fijaciones conocidas, los enquistamientos violentos (droga, La discrepancia entre éxito social y felicidad se mantiene .
terrorismo, sectas, delincuencia, alcoholismo, conformismos .. . ) Muchos, "socialmente exitosos", son incapace s de hacer lo que
no se destacan verdaderamente en los islotes más o menos vastos quieren, no porque la sociedad se lo impida : no saben lo que quieren
donde uno piensa haber hallado el buen programa de vuelo, donde en cuanto están fuera de los rieles en los que funcionan para justa -
uno sabe qué hacer . .. Después de todo , en la "complejidad del mun- mente no saberlo. Es como si temieran la realización decepcionan-
do" , ¿acaso no se necesita siempr e un programa? Cierto, y no deja- te, la prueba en la que uno revela ser desigual. De ahí el deseo de
mos de hacer algun9. ¿Pero qu é programa puede sin contradecirse igualarse, de ser idéntico a sí gracias a los fetiches adecuados. En
realidad, hasta la cuestión de un riesgo así es a menudo ignorada,
286 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 287
se la descubre bajo el golpe del despertar de las pulsiones: destruc- Uno de los efectos positivos de esta lucha entre perversión y con-
toras y 1 portadoras de vida gracias al "despertar" doloroso. traperversión -en la que todo es rápido e impide fijar la plaza bue-
na-, uno de los efectos subversivos de esos flujos y reflujos, cerco
27 y contracerco entre la sociedad y sus límites o sus márgenes, es que
las poses, las posturas complacientes, las buenas plazas, cambian
Pasividad destructora de Occidente respecto al Otro. Occidente se muy pronto de "valor" en las grandes escenas sociales o las peque-
da a los otros, a los "subdesarrollados" como producto para consu- ñas escenas casi íntimas. Hay movimiento. El otro día en la "reu-
mir, para simplemente absorber; y los otros lo han tragado, se han nión de padres", rumor quejumbroso: "¡Nuestros hijos no leen! ...
"drogado" con él; flash apabullante que los dejó para siempre "en la televisión no los deja. Los atonta ... ¿ Y entonces la cultura?" Los
las nubes". Adicción, costumbre. Así una cultura puede hacer que quejosos no se preguntaban si ellos tenían amor por el "libro" que
otra se derrumbe dándose a ella; es una manera de apoderarse de transmitir; querían métodos seguros para transmitir este valor se-
ella, por inversión. De hecho, Occidente no niega al Otro, lo absorbe guro, la lectura, independientemente de lo que ellos hacían al res-
y lo disuelve en él, al grado que el Otro se remodela a partir de los pecto. Sexología de la cultura: enséñenos cómo se hace ... ¿ Qué co-
soportes narcisistas que Occidente le da. (Un hindú sin transistor sa?, ¿cómo enseñar a amar (leer) cuando no se ama? Vamos. Un
o un árabe de una ciudad perdida sin televisión a color pasan por niño lee si se une a alguien a quien le gusta leer; y en esa unión se
pordioseros a los ojos de sus parientes, aunque sus puntos de refe- transmite el amor por la Letra. "¡Sí, pero todo ese montón de imá-
rencia tradicionales sigan vigentes.) Resultado: pertenencia recí- genes impide la lectura, objetivamente!" Ese montón de imágenes
proca; el horizonte sadomasoquista no está lejos (basta con ver al es una lectura, que a veces se inspira en libros ... que a los niños
Tercer Mundo, el mundo del "tercero" en cierto sentido, gemir bajo les gusta leer ... porque a la película le gustaron esos libros. "Sí,
el peso de la deuda, dar pruebas de buena conducta ... ) pero los juegos televisados les impiden, los cautivan." Ahí es el co-
mercio el que reacciona, y tajantemente: se fabrican libros
28 construidos como juegos, juegos textuales cuyo héroe es el lec -
tor ... Eso afloja un poco el torno de las imágenes que se retoma
Extraño efecto de la lógica de los conjuntos que pesa mucho en esta de otra manera: entrega ... libra, captura ... desbaratada y así al
sociedad. Todos saben que se reagrupa, se reúne, se amontona, se infinito, allí donde la vida no tiene "fin", no tiene más fin que ser
acomoda, y mientras más grandes conjuntos produzca eso, más es- vivida ... Eso es; no hay garantía contra los azares del amor y los
casa y raquítica es la identidad agrupada; ello no obedece al "nú- riesgos de "mal" amar ... La "perversión" como garantía de goce
mero" sino al hecho de la agrupación, a su estilo. En cuanto hay un y seguridad contra el Otro no está segura de tener la última pala-
concepto, la gente se reagrupa bajo su emblema. Y tenemos la agru- bra. Por eso querría ser esa última palabra.
pación de aquellos a los que se quiere ayudar ... a morir como es
debido, "bien", es decir "bien" para el entorno. Pues si hay un mo- 29
mento más allá del bien y del mal es el de la muerte; si hay un "ac-
to" por el que uno escapa al juicio de los humanos es su muerte. Forma sutil de narcisismo; caritativo:
Pero la muerte (que sabemos es mortífero querer captarla como - Y decir que mientras estamos aquí festejando el nacimiento
otra) se presta casi tan bien como el amor a los discursos perversos, de tu hijo, mientras nos atracamos, hay hambruna en África, ma-
y resulta que se quiere inspeccionar la muerte, hallar la que no tanzas en el Medio Oriente, la hecatombe en el Golfo Pérsico ...
afecte a los vivos, que sea la menos "muerte" posible. También ahí - ¿ Y por qué a la sola señal de nuestras borracheras, el mundo
la verdad de esta Lógica -de simple arreglo, simple ordenamien- va a ponerse de acuerdo, a detener cualquier otra actividad que
to- es anular el efecto de margen o de frontera encarnándolo. Esta para nosotros, en este momento, resulta penosa, cuando aparente-
lógica ya había hecho maravillas en el caso de los "locos" y otros mente le apasiona lo suficiente como para continuarla?, empezan-
inadaptados: una vez que se les ha aislado, concentrado, "juntado",
se preguntan qué hacer con ellos. 10
hay más que ver ese resultado espantoso: que grandes neuróticos traten en una institu-
ción a psicóticos produce perversión en serie, como curioso terreno de acuerdo, o de
IO Habría que aclarar una ecuación: locura más neurosis igual a perversión ... No maniobra, entre neurosis y locura.
288 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 289
do por la actividad de combatirse, de hacerse la guerra. ¿ Es preciso a veces se necesita no ver más que la imagen propia, y la estre-
que se acabe todo eso para "posar" para alguna foto histórica de chez misma de esta visión nos impide existir. Es un círculo vi-
felicidad universal? o peor aún, ¿ de felicidad idéntica a la nuestra cioso.
en el momento en que somos felices? Su egoísmo es indecente, al - Y de nuevo es el narcisismo del Otro, la imagen del Otro es
menos tanto como el que denuncia. "insoportable". Se comprende que algunos hayan puesto a Dios en
- Diga lo que diga, no deja de ser un escándalo. imagen, y eso ni siquiera basta. Cuando el narcisismo del Otro es in-
- Cierto, pero la vida es un escándalo, tanto como la muerte, y soportable o amenazador, hace uno arreglos urgentes para acabar
si uno no lo sabe, la sacrifica, lo cual es un escándalo aún mayor. con el Otro o fijarlo. Mucho de lo que se llama agresividad munda-
na y que raya en maldad tiende a eso. En el caso del individuo, ello
30 responde al hecho de que el narcisismo del Otro maternal ha sido
insoportable, devastador, en su fuerza o su debilidad, su dureza o
- En el fondo, el verdadero malestar de la sociedad es el de ser hu- su ruina. Y eso puede llegar lejos, grupos humanos pueden hacer
mana. La humanidad está enferma de eso, de ser humana, y puesto cosas inhumanas que ni las ratas hacen; es una manera de volver
que lo sobrehumano es de difícil acceso y la animalidad -sin em- tabú al que molesta -y qué fácil es molestarse, está a flor de piel-,
bargo cercana- tiene leyes demasiado estrictas ... una manera de dejar atrás el olvido del que se acuerda, de precipi-
- Más seriedad. tarlo allí como si corriera el riesgo de ser inmortal, como si el mie-
- Pero si es en serio. Especialmente en Occidente, la fragilidad do a los hum.anos, que los obsesiona y los fascina, el miedo más cós-
del vínculo, el deseo del vínculo es tal. que nos chorrea el miedo de mico de todos, fuera que uno de ellos se convirtiera en Dios. La
estar desatados, fuera de él. Riesgo de estar loco; loco de atar. Y, grandeza del cristianismo es haber dicho: ¡está hecho! Otros dije-
narcisismo obliga, su vínculo se identifica con Todo el vínculo; si ron: ¡no se puede hacer! Pero la fuerza de tales mensajes no es sufi-
es usted profesor, futbolista, psicoanalista, secretaria, obrero, el cientemente percibida ...
vínculo tácito con los "suyos" hace las veces de vínculo con la hu- Implicaría ver la Ley como un proceso infinito de renovación; de
manidad: que su equipo o sus colegas le "pongan mala cara", y su transmutaciones. Es difícil. Incluso por eso la perversión se ofrece
vínculo con todo lo humano que vacila podría ser la ocasión para como el medio para aceptar al Otro con objeto de arrinconarlo, in-
salir un poco; fuera de lo humano, pero no, haría usted cualquier movilizarlo, hasta como fuente de valor. Ello desemboca, en el me-
cosa para adecuarse -adecuarse a qué, no se sabe- adecuarse a jor de los casos, en una ética del mejoramiento; pero hay cosas a
secas. Es intransitivo. Para existir como reconocido ... las que no les funciona ser mejoradas, vemos que son infernales. En
- Decididamente es la obsesión: reconocido, inscrito, reins- la normalidad tenaz es peor, la perversión está tan perfeccionada
crito . .. que se ignora, el valor está petrificado, se finge que el Otro no exis-
- Creo que se inventó a Dios como instancia de inscripción, de te; se le han arreglado las cuentas. "Afortunadamente" hay catás-
reconocimiento, lugar de Memoria ... Y se le quiere por eso, como trofes que recuerdan que el Otro existe. En Occidente, el parloteo
recurso, memoria del lugar. Pues ya ve, por más que sea reconoci- sobre la crisis se encarga de recordarlo. Un recordatorio que no ter-
do, notado, señalado, a un ser no le basta: esa seña misma puede mina; al punto que uno lo olvida ...
olvidarse y no va a estarla trayendo sin cesar poniéndosela en la na- - Oyéndolo me pregunto si puede haber no perversión . ..
riz a la gente para que no la olviden. Tienen otras cosas de qué preo- - Sí, cuando el deseo renuncia a colocarse en lo real , o en las
cuparse. La "vida" ... Cuestión de ritmo, de tiempo; pulsiones de palabras convertidas en cosas, y consiente en hundirse en sus reali-
memoria, periodos . . . zaciones, en conocer su eclipse, en resurgir de otra manera; cuando
- ¿Piensa en las estrellas, en el horror a ser olvidado? uno está bastante sostenido por chifladuras en la palabra, bastante
- No, ni siquiera. Pienso en un amigo investigador; obtuvo to- seducido por los pasos entre órdenes y desórdenes como para no
do~ los rec _onocimientos y los honores posibles; y le aterra ver que necesitar una fundación límite, no tener que comprometer su tota-
frecuentemente, demasiado incluso, lo olvidan, lo eclipsan, lo mar- lidad narcisista en cada prueba; cuando circulan huellas simbóli-
ginan . . . que otros, mediocres o brillantes, a quienes él mismo ini- cas no saturadas y que no pretenden el ser. No olvide que el factor
ció, ponen su narcisismo para apartar el suyo. en juego del fetichista es menos proporcionar a la "madre" un ór-
- Su amigo está en el mismo caso que ellos. Para existir un poco gano que le falta que condensar en un mismo punto lo real del de-
290 INTERMEDIO IV UN MALESTAR TOTALMENTE DISTINTO EN LA CULTURA 291

seo, el agotamiento del deseo, y el automatismo de una ley muerta, revelan con la textura ambiente es mucho más vasta, y sintomática
eternizada. de fenómenos más profundos y activos, afectando a la relación de
- ¿Sabe qué? Me gustaría que para terminar pronunciara, diga• todo el Vínculo social con sus valores y sus "fines", con sus leyes,
mas, una palabra (Í.eamor para los perversos. sus fantasías, y la manera como trata sus "simbolicidades".
- ¿Bromea? Pero si no hemos hecho más que hablar de ellos con Nuestro punto de vista (sobre la dinámica de un vínculo "social"
amor ... en su esfuerzo por "fijar" al Otro, es decir lo extraño y lo incons-
- Sí, sí, pero de todas maneras, una palabra de amor. ciente, cuando no puede expulsarlo o absorberlo) ese punto de vista
- Eso es, fundada, justificada. . . De lo cual se deduce que es nos ha permitido reubicar el espacio del vínculo comb plataforma
útil hablar, lo entienden a uno . .. Tengo la impresión de que los para los síntomas y las historias individuales, y sobre todo nos ha
permitido comprender las formaciones "perversas" (ya sean sexua-
perversos, incluso con su dominio y sus fetiches, son las primeras
víctimas de la condición humana; es como si hubieran recibido de les, agresivas, toxicomaniacas u otras en sus manifestaciones)
lleno el huracán de sus pulsiones; ya ve, usted está ahí, tranquila, como impulsos de "absoluto", como llamados de "pureza", sed de
y la pulsión sexual le cae encima, reduce a la nada sus pobres pala- Ley y de Moral "auténtica", gritos de religiosos abandonados, redu-
bras, sus pequeñas construcciones, las reduce a nada o a aparien- cidos a ser ellos mismos el Dios que les falta, el Dios necesitado de
cia, a una siniestra broma, eso la expulsa de _usted, la desaloja ... sí mismo. Está claro que la "Sociedad" no tiene obligación de sen-
y el supuesto perverso ha recibido eso y no deja de recibirlo en cada tirse "responsable" y de echarse a la espalda esas víctimas de los
soplo de vida; eso "estaba" a punto de aniquilarlo, de pulverizarlo, mea culpa hipócritas y de las contriciones complacientes (tampoco
cuando de pronto se le ocurrió lanzarse sobre su "cosa", su fetiche, deja de hace .do, durante sus pequeñas llamaradas perversas, pero
su nuevo montaje, su "idea", y lo patético es que esa acción se con- eso no es lo esencial). Más bien tiene que apoyarse en la existencia
vierte en una nueva pulsión, la misma quizá, apenas más disciplina- de esos centinelas locos del absoluto (del absoluto consumible y pa-
da, que le cae encima pero esta vez a voluntad, y que lo devasta en sado al acto), apoyarse en la irresponsabilidad de ellos y en la suya
silencio ... Y se revela entonces que no es tanto víctima de la pul- para reconsiderar sus fobias, sus fetiches, en pocas palabras sus
sión sexual como de la frontera ardiente donde alimenta otra fronteras, como lugares de comunicación con el otro.
pulsión, la de la Ley y del vínculo. La ley y el vínculo ·en estado de Y, para terminar, quiero mencionar la imagen llena de horror,
pulsión, de ritmos, de recargas periódicas de lo humano. de emoción y de angustia que un día me invadió y reunió en mí to-
Así pues, si bien es cierto que la mayoría de las perversiones y dos esos pensamientos en un chorro fulgurante que esa visión me
delincuencias que perforan la trama social con violencia y estrépi- incitó a transcribir; es la imagen de un bebé que acababa de nacer
to, si bien es cierto que son frutos amargos en torno a un núcleo de y ya estaba en plena crisis de "necesidad", necesidad de droga por-
pureza, de absoluto, de impulsos sagrados, es preciso reconocer que su madre toxicómana estaba recluida en la maternidad. Todo
que esa sociedad sólo tiene los santos que merece y que combate, el dolor de la necesidad estaba allí, mezclado con los vagidos del na-
o que son los sacrílegos de una sagrada falta, de lo sagrado que fal- cimiento. Médicamente no es terrible, se recupera muy bien a esos
ta: son sus descifradores exasperados, sus cifradores desespera- pequeños ángeles caídos, el elixir paregórico y la metadona repa-
dos; los mártires de testimonio sordo. ran muy bien la mala acción; se logra pues destetados por un tiem-
po de la locura de su madre, de su "otro" producto mamado, de su
celeste seno abstracto. Pero simbólicamente ese niño me pareció la
metáfora de la perversión, en estado puro si puede decirse así, en
Listo. ¿Logré transmitir al lector un sentido más vasto de la pala- estado de pura inconsciencia: sacrificado sin saberlo en el altar de
bra "perverso" y de los efectos que sobrentiende? No obstante, el la "creencia" materna, enganchado a su enganche pero de manera
factor en juego es importante: se trata de reconsiderar el acopla- distinta a la de ella, con su cuerpecito sirviendo de relevo a la trans-
miento dialéctico entre un vínculo social y los "malestares" que sin misión en la que ella se había hundido, ella misma enganchada a
saberlo alimenta y que a su vez se incorporan a él y catalizan sus otros senos celestes . ..
"desazones", las cuales rebasan con mucho los efectos puramente
marginales o residuales. La cantidad de formas "clínicas" que he-
mos mencionado está lejos de ser masiva, pero la interacción que
VARIACIONES SOBRE EL SACRIFICIO 293
APÉNDICE combustión solar, que de lo contrario corre el riesgo de agotarse. El Otro-
solar es así "capturado" en esa certeza narcisista : se vela por su buen fun-
VARIACIONES SOBRE EL SACRIFICIO cionamiento; se sabe que puede morir por falta de sangre, por lo tanto vive
"AZTECA" ... gracias a la sangre. Para ello, se sacrifica siempre a extranjeros, tomados
en las inmediaciones del imperio, en las fronteras . Los extranjeros sirven
de combustible para colmar al Otro-solar y asegurar el cierre del "espacio"
fundamental cuyo perímetro va a identificarse , vía los sacrificios, con un
mismo punto ideal: solar; así como el borde de una superficie plana, al iden-
tificarse con un punto, hace de esta superficie una esfera, cerrándola a lo
largo de su orilla . . . Este espacio totalitario, que no integra ni la pérdida
El sacrificio es una aproximación a lo sagrado; debe descargarlo si hay de- interna ni la muerte (ésta siempre está en las fronteras: en la conquista, y
masiado, recargarlo si lo necesita. Doble paso; delicado; doble exigencia : luego en el sacrificio de las víctimas), exige la expansión creciente. La muer-
protegerse de lo sagrado, pero también ir hacia ello; no tocarlo demasiado te es echada fuera y, a la inversa, el Otro sólo reintegra la vida y el gran ci-
pero hacer contacto; tocarlo pero no confundirse con ello; todo un trabajo clo cósmico cuando se le sacrifica como combustible . (Podría decirse: los
de la distancia entre consciente e inconsciente ; un espaciamiento de la dife- aztecas daban flashs a su dios-solar drogándolo con una droga particular :
rencia con el Otro; un paso de la ·transmisión ; una compartición; doble obje- extranjero descorazonado y sangrante .) Y cuando los españoles se presen-
tivo: crear el desequilibrio si el equilibrio es demasiado riguroso; volver a tan, hacen las veces de Otro en estado puro: idénticos a la muerte, que ade-
crear el equilibrio si el caos es demasiado pesado ; modular la diferencia se- más infligían con un entusiasmo nunca antes visto. Se dice que Moctezuma,
gún falte o inunde . ante su aparición, se sintió simplemente deprimido; como cuando una cre-
encia oscura se vuelve real. No le quedaba más que asumir : desear ser suici-
El sacrificio busca un control de esa relación inestable con la pura Otredad. dado por esos conquistadores blancos encaramados en sus "monstruos" y
A veces es límite : en vez de sacrificar (de hacer sagrada) una parte de sí sus "ciudades flotantes". Ese Otro venía quizá de la isla originaria, la isla
o del Otro, uno pasa entero ; autosacrificio: el punto final y el origen se con- de Blancura . .. Ese Blanco evocaba la muerte bien conocida en el rostro
funden en el punto muerto. exangüe de los sacrificados . Y con esta blanca aparición, la orilla se desga -
A veces es el grupo el que se apodera de un ser que consagra o sacrifica: rró, lo real se convirtió en abismo insignificable, el desplome fue total. Se
chivo expiatorio ; lo incorpora al Rechazo común para conjurar su resurgi- intentó ofrecer a los conquistadores ... algunos sacrificios humanos; pero
miento; calma el juego del rechazo-liberación . eso los horrorizó (ellós también tenían su rechazo que proteger .. . ).
Y están las variantes perversas: no "sacrificarse" al objeto del deseo , Su "Otro " era pues como la muerte, o como el Otro-sexo, a juzgar por
sino fundar el objeto confundiéndose con él: eso anula la diferencia que el algunas iconografías en las que el sacerdote azteca cabalga o casi a su vícti-
sacrificio querría inscribir . Variante "terrorista": "sacrificarse" por su ma, a la que penetra con su punta de obsidiana como con un dardo, antes
Causa echando su suicidio a la cara del Enemigo, para matarlo; es una ma- de arrancarle el corazón.
nera de decir que su vida es "mortal" . Móvil suicida, al pie de la letra : Esta cultura parecía haber tenido algunas dificultades para pensar el
automóvil cargado de explosivos que se lanza al campo enemigo, que pene- "resto", el resto del mundo, el extranjero, ocupada en su misión de impedir
tra el cuerpo enemigo ... Hay tantas variantes como culturas, momentos que el Cosmos se quedara debiendo o necesitado .
históricos, instantes críticos de una misma cultura. La idea no es tan descabellada; hay ricos cuya fortuna excede toda nece-
sidad, y que viven con el temor de sufrir escaseces; y se lanzan a empresas
Hubo una cultura límite, la de los aztecas, donde la relación con el sacrifi- arriesgadas como por no saber cuánto tienen, no saber dónde su vida, iden-
cio -humano , por supuesto- fue reveladora y crucial. El sacrificio azteca tificada con sus "bienes", termina. La angustia del resto es un medio para
fue una gestión mortal del vínculo del Otro, con acentos "suicidas" ya pre- entrar en contacto con el Otro . Para los aztecas, el Otro cósmico estaba cap-
sentes en esta cultura mucho antes de la sumisión -extrañamente "volun- turado en una red no de deseo, sino de necesidad: los dioses necesitan ser
taria" - del imperio azteca a sus destructores blancos. Como si el pueblo alimentados, se conoce el alimento: es el corazón del extranjero, como se di-
asumiera la responsabilidad del himno de sus guerreros sobre "la dulzura ce, el corazón del problema. Partiendo de ahí, la economía "sacrificial" al-
de la muerte de obsidiana" : que los guerreros " alegren con su corazón el canza una estabilidad asombrosa . Quiere ser "realmente" reparadora . El ri-
cuchillo de doble filo; que deseen , que codicien la muerte florida" . . . to, el corazón del sacrificio es objeto de necesidad, vía la creencia de ser los
La idea es que el pueblo azteca, pueblo elegido con todas las de la ley, mecánicos del Cosmos. No se sabe qué les picó al final , pero el impulso sa-
debía velar porque el Sol, fuente de toda vida , no careciera de energía. Debía crificial se amplificaba, compulsivo, desmesurado; desmesura en la mesu-
alim entar ese gr a n hogar .cósmi co mediante sacrificios humanos; reinyec- ra; como si se tratara de agarrar no la muerte sino la muerte de la vida. El
Lar la energía de la sangr e y del corazón de las víctimas a esa enorme corazón de la vida .
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294 APÉNDICE VARIACIONES SOBRE EL SACRIFICIO 295

Por lo demás, en ese universo sin necesidad y sin "otro" (cuanto más se cio y al acabamiento de su tiempo) potenciales de abertura, sobre todo el
extiende el imperio, más lejano se vuelve el otro que sacrificar), en este uni- poder de enfrentar al Otro cuando sobreviene en forma humana. Su fetiche
verso "esférico", el tiempo está cerrado, es exhaustible, está virtualmente era el sacrificio mismo como vínculo petrificado en la pérdida y el Otro.
terminado: la mecánica del calendario, de los días y los periodos, servía
también de única reserva de -donde sacar los nombres propios -puesto que En eso soñaba despierto al mirar ese día el estadio Azteca, en México, en
se tenía por nombre religioso la fecha de nacimiento-, ese calendario pues el "medio tiempo" exactamente (curioso nombre), ese "estadio" donde Occi-
se cerraba por intermitencias, por periodos; de pronto había un hoyo; ya no dente celebraba su ceremonia favorita: más de mil millones de ojos -vía
había tiempo disponible, al pie de la letra. Toda la obsesión energética de televisión y satélites- "fijando" un objeto redondo que se disputan cada
la pérdida y de la necesidad se focalizaba en ese punto negro donde el tiem- vez dos naciones diferentes, habiendo delegado cada una para ello a sus me-
po está gastado, agotado, hasta los últimos signos. El tesoro de los nombres jores, en cantidad de "diez más uno". Pues sí, ¿en qué estadio está esta cul-
estaba acabado; ya no había suceso posible. (Pienso de pronto que una de tura?, ¿estadio oral?, ¿anal?, ¿uretral? Está en el estadio, a secas; intransi-
las víctimas de "nuestros atentados terroristas" me dijo su impresión: "En tivo; digamos, si hace falta, en el estadio de la "portería", la que brilla de
el momento de la explosión, y antes de desmayarme, pensé: Listo, sucedió, imágenes en los hogares, y también aquella que en el estadio servirá de
pasa algo, por fin ... " No sabía que estaba a la espera de su acontecimiento, hoyo de bala . . . O también digamos que estamos en el estadio de la imagen,
sufriendo . .. ) Así pues, en ese mundo azteca no hay singularidad, ni crisis marcado, orquestado por ias cuentas, cuentas masivas de dinero, de ojos,
o punto crítico donde llegarían a anularse los campos de fuerza que mueven de miradas fijas en la imagen y que se la llevan a ojos vistas. Curiosamente,
el Cosmos (ironía topológica: un teorema clásico dice que en un espacio es- por estropeada que esté la imagen (está en todas partes, vivimos en un ruido
férico no hay campo de fuerza sin singularidad, es decir: sin por lo menos de miradas) a todos les cuesta cara; una buena imagen de sí, reconocida y
un punto en el que el campo se anule). reconocible, cuesta "un ojo de la cara"; literalmente: lo deja a uno ciego, so-
El fin del mundo no era pues una fantasía, sino una implicación lógica bre uno mismo. Los provistos de una hermosa imagen de sí, pasada y vuelta
del sistema: escapaban de él regularmente ligando el año: durante una cere- a pasar por la portería, están a veces en peligro de estar ciegos sobre sí mis-
monia impresionante, el ciclo siguiente (es decir, el mismo pero al lado) era mos; estado de embotamiento y de beatitud narcisista. Pero eso no es más
reanudado con el "fuego" que crepita en los pechos de los sacrificados. La que un desplazamiento de ojos: su mirada se ha desplazado a los ojos que
ligadura simbólica se realizaba de una vez por todas periódicamente. De lo los miran, los telemiran, los telecontrolan . Los drogadictos de la imagen
cual se deduce que hasta en una sociedad de signos, donde el tiempo y el mediatizada de sí mismos son lo suficientemente inteligentes como para sa-
símbolo son totalizados, por periodos se necesita del Otro, para extraer la ber que es droga más bien ordinaria pero no fuman -no inhalan- más que
ligadura significante. (Hemos visto, luego, otras formas muy agudas; en el eso. Pero bueno, ¿ en qué estaba? Sí, el estadio ...
espacio totalitario nazi: su orilla era el "semita" identificado con el desecho
o con el "resto", siendo el Dios símbolo de la limpieza anal llamada Pureza Los corazones palpitan furiosamente -sin arrancarse-, los puños se
en ese caso: nada de "resto" ... ) cierran, los gritos estallan, el estadio está repleto; el proyectil, en otra parte
La función del sacrifi"io, en esta especie de autismo simbólico, fijaba lo mortal, aquí es buscado y luego vuelto a lanzar por todos, es el corazón del
imprevisto del tiempo, detenía la otredad. juego, del sujeto, de la alegría, de la depresión . . . Occidente encontró allí
Y durante la catástrofe, ante la muerte blanca, ¿se identificó el azteca una bonita metáfora: todas las palabras del "juego " de la guerra están allí
con el otro -semejante al que hasta entonces sacrificaba, eximiéndolo el -Francia "derrota" a Brasil , España vuelve al ataque, Alemania es elimina-
equilibrio energético de toda angustia, de toda abertura? De pronto, en el da, Italia aplastada ... Argentina triunfa sobre Inglaterra que acababa de
choque final el grupo asume la necesidad y se consume en medio de resa- hundirle un barco .. . Pero las palabras se refieren al objeto vacío y móvil,
bios suicidas. Antes, durante los sacrificios, se hacía todo para lograr que y llevan lejos gracias al globo que las lleva . Eso basta para sacar a la luz
la víctima consintiera en el instante de muerte; al prevenir cualquier re- los afectos más ocultos . . . Verdad de la apariencia, apariencia de verdad
vuelta y cualquier retroceso, se prevenía la angustia de la gente. hecha "realidad", vínculo jugado , fetiche desbaratado ... Es un hoyo de pa-
El sacrificio era para ellos la única "abertura" hacia el Otro, sobre el labra que se "pasan" los jugadores, y de "verdad " , pero sin decirlo, ocupán-
Otro como imposible, siendo la propia abertura su cierre. Decir que era su dose sólo del"proyectil", pequeño o grande según los "deportes", lleno de
respuesta a "fugas" de energía no explica por qué todo un pueblo se centró aire o de plomo -o de metal radioactivo- según la naturaleza de las bata-
en esta única idea cósmica: la marcha de los hombres, al paso del Cosmos, llas ... Sorprendente la cantidad de "deportes" con objeto redondo o circu-
ponía toda la energía de los sujetos al servicio del grupo, teniendo como lar, a veces de plano ovoide (y como sport viene de "disport" que quiere
único residuo: la certeza gozosa de hacer funcionar al Cosmos. decir juego o diversión , podemos incluir hasta la ruleta, las canicas, los
De ahí esta hipótesis : en sus sacrificios, los aztecas, en el fondo, se sacri- bolo s .. . ). En vez de encerrarse en un espacio esférico, los hombres jue-
ficaban "a sí mismos": sacrificaban (se privaban de) la idea de pérdida, de gan con esa esfera. No es menos violento que con proyectiles de plomo ,
déficit, y del incremento de la necesidad . Sacrificaban (al cierre de su espa- es violento de otra manera , por el lado de la pasión, afecto , vértigo de las
296 APÉNDICE

palabras. Y la diferencia con la guerra abierta, es que los pueblos quieren


estar en el suceso, asistir, hacer de esa "guerra" un espectáculo en vez de
conformarse con la reseña de las batallas; quieren ver, asistir, formar par-
te. Es pues un excedente sensitivo el que orquesta esta "sublimación" don-
de, en vez de cabezas que ruedan, le toma uno el pelo a la cabeza del Otro,
en forma de proyectil . . . Poco después, desde mi ventana vi a un jugador
de golf "entrenándose"; solo; entrenándose ¿para qué? Obviamente quiere
que su gesto lo arrastre un poco más allá de sí mismo, hacia otro espacio
más preciso, donde el diálogo con su cuerpo a través del proyectil (golpeado
con un gesto circular) se volvería ... ¿qué?, ¿más gozoso?, ¿más justo?, ¿o
una simple ocasión para rebasarse ... sin desaparecer? El destino de la hu-
manidqd parece buscar una marca, excitarse marcando puntos (como ha-
ciéndose notar) en ese gesto con el que lanza uno a la cara de los demás (o
ante ellos), un pedacito del cuerpo del Otro ... Al grado de que nos pregun-
tamos: ¿habría sido otro el mundo, y la historia también, si esos valientes
aztecas, en vez de arrancar "verdaderamente" el corazón, se hubieran con-
formado con el gesto, con un gesto-facticio-de-veras? ¿Pero su sol se habría
conformado con ello?
Porque siempre la realidad no sólo regresa sino que ya está ahí; el factor
en juego es tanto entrar como salir de ella, acercarse y cortar las vías direc-
tas, demasiado directas para llegar a ella; haciendo de ese corte un vínculo
parlante y excitante.

texto compuesto en aster 9/11


en literal, s.r.l.mi.
impreso en juan pablos, s.a.
mexicali 39 - col. condesa
del. cuauhtémoc - 06100 méxico, d.f.
tres mil ejemplares y sobrantes
5 de diciembre de 1990
Lo actual es el acto; es ser actuado , puesto en acto
por lo que le pasa, eso a lo que uno no llega .. .
Es también pretender -locura- controlarlo todo con
el acto ; pasar al acto lo que no pasa , el pasado por
ejemplo ... De eso tratan estos pequeños diálogos sobre
lo que se llama perversión , sin razón forzosamente .
Aquí surge un sentido más vasto de ese término ,
un alcance más lejano , que incluye los sentidos
reconocidos , pero que los hace tambalearse
también.
Pero los dialogadores se lanzan , a trompicones
y desordenadamente , a través de ese pensamiento
en acto : al hablar del drogadicto comentan sobre
los homosexuales ; dando rodeos por el místico
y los estallidos del terrorista nos aclaran de paso
el factor en juego del toxicómano , las visiones
del anoréxico mediante los malestares de la Cultura .. .
Los temas se abren paso uno por el otro y vuelven uno
sobre el otro ; sin cesar ; nunca " parecidos "; siempre
se infiltra una pequeña diferencia que hace
avanzar el problema.
Lo que surge es la trama inmensa en la cual un tejido
de vínculos (social, erótico , familiar) se enfrenta con
las transformaciones que secreta , las " desviaciones "
que lo alimentan , las " perversiones "
que implica .
Así es. Eso es lo que se entrega aquí, con el temor
y la emoción que la Cosa inspira. Le toca a usted
pasar por ello , el camino está libre ...

ISBN 968-23-1654-5

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