Sunteți pe pagina 1din 3

1- ¿Cuáles son los requisitos en el adoptante que ANIDAR considera

imprescindibles para la adopción? ¿Existen aspectos más relevantes que


otros?

1) En realidad, una de las cosas que nosotros consideramos


imprescindibles es que los padres pre-adoptantes, más allá de la
relación que los une, consideren que la inclusión de otro con
necesidades propias vaya a traer cambios sustanciosos a la concepción
del hogar, a la dinámica de las relaciones. Entonces nos parece
importante confirmar que estos postulantes han considerado que esto
es necesario para el bienestar futuro del o los niños: que tengan un
espacio para las relaciones en ese hogar para que pueda crecer.
Deben haber considerado que ese hijo no les va a traer ni soluciones ni
mejoras como pareja. Es decir, en la carga de incluir un tercero y más
un niño pensando que es este el que los va a mejorar una circunstancia
o situación.

El proyecto parental tiene que verse como tal y no como un proyecto


que vaya a hacer balance dentro de la pareja. La parentalidad es otra
espera.

Que puedan afrontar a otro como diferente, que puedan aceptar la


historia, que puedan relacionarse bien en el rol de sus progenitores y
en caso de que sea en una pareja, que sea un proyecto de ambos.

2- ¿Cuáles son las cuestiones psicológicas (miedos, dudas) que, durante la


espera, afrontan frecuentemente quienes quieren adoptar? ¿Y los niños
que necesitan una familia?

2) Cuando se anota un postulante, le preguntan para qué grupo de chicos


está dispuesto a adoptar. Es una pregunta que implica cuales son las
posibilidades y las limitaciones de cada persona. Es bastante duro
contestar eso. Edad, cuántos niños… eso depende de las capacidades
externas (recursos) e internas. Cuando se anotan, no saben por cuál
niño los van a llamar, tampoco desde dónde. Las diferencias culturales
también están presentes (si es un chico del Norte o del Litoral). Les
preocupa también que no hayan perdido todas las etapas de
aprendizaje.
Hay momentos en los que a la gente le pasan cosas: puede quedar la
mujer embarazada, pueden separarse. Si es así, entonces el proyecto
se cae. Una vez que conocen al chico hay un período que es de
vinculación y después de guarda en donde cuando conocen al chico
por primera vez no sienten al chico como si fuera propio. Algo les tiene
que gustar de éste que les de la base para que sobre eso puedan
construir algo en el futuro. Hay situaciones que no pasan de la guarda.
Los padres siguen en el registro, no se les aplica una sanción. A veces a
la gente la llaman desde un juzgado y tal vez no es lo que ellos
“querían”, en realidad, puede ser justamente lo que ellos no “querían”.
Como por ejemplo, un chico con una pequeña enfermedad. En esos
casos, tratamos de convencerlos de que no se sientan presionados por
el juzgado y traten de no dejarse vencer por su propia ansiedad. Esto
último es lo más difícil. Los juzgados presionan. Hay que preparar a la
gente para decir que no, si ese fuera el caso.
A los padres adoptivos los evalúan de arriba hacia abajo que a los
padres naturales no.

3- ¿De qué manera organizan los encuentros con los padres? ¿Participan de
alguna manera los chicos en estas reuniones? (Frecuencia, duración,
cantidad de especialistas que trabajan en cada pareja/persona, modo de
trabajo: particular o conjunta, ejes de discusión programados o situaciones
espontáneas).

A veces sí, podemos realizar un seguimiento si lo pide el Juzgado, no el


hogar. Por lo general lo hace el registro de adoptantes y muchas veces
están tan saturados nos piden que intervengamos, más que nada
porque estas personas ya estuvieron siendo seguidas por anidar
durante bastante tiempo.
A veces, ha pasado cuando personas de Bs. As. han ido al interior, todo
este proceso tiene que ser acomunado en 4 días entre el viaje, la visita
al niño, devolverlo. Lamentablemente es inversamente proporcional a
la cercanía que el chico tiene con el domicilio. La gente de Capital
Federal o Gran Bs As y que el chico está acá, los hacen mucho más
extensos los tiempos de visita. Y si el chico está a más de mil km por
temas de viaje, de trabajo, los plazos se abrevian todavía más, cuando
debería ser al revés porque estás sacando al chico de su cultura. Pasó
algo así con una nena de 9 años que vino desde Salta, en una escuela
pública, sus compañeras le marcaban una diferencia. En un momento
le dijeron “drogadicta”. Ella pidió a su mamá que le explicara, pues
estaba con un “atraso” cultural, por más que ni valía la pena explicar
de qué se trataba.

S-ar putea să vă placă și