El hombre a través del tiempo se ha convertido en un ser en relación junto a la
participación con el ser universal, buscando la conquista y aproximación de su propia identidad personal, en el camino de maduración y auto creación, dado por esto cada ser racional tiene necesidades personales que se encargan de estudiar las actividades, actitudes e interrelaciones resultante del trato entre personas y grupos, es aquí donde nacen las relaciones personales, las cuales permiten la integridad del individuo con la comunidad, donde contamos con comportamientos comunicacionales y sociales, ya que se dan entre las personas de cualquier tipo de sociedad; basándose principalmente en los vínculos entre los miembros que lo conforman; las cuales se llevan a cabo por medio de señas, imágenes, movimientos y lenguajes que son fundamentales para transmitir a conciencia lo que vamos a expresar, es por ello que el hombre busca la comprensión, aceptación y participación en la sociedad con el fin de adaptarse a una variedad de situaciones para satisfacer sus intereses de forma inmediata. Es por esto que, para mantener una buena relación con nuestro entorno, debemos manejar una buena comunicación, dado que es uno de los aspectos más importantes de las relaciones entre las personas, puesto que a través de ella nos permite intercambiar ideas, expresiones y valores; transmitir sentimientos y actitudes. Cabe agregar que esta es una de las mayores riquezas que tienen las relaciones humanas, ya que se puede realizar de manera verbal y no verbal. En otras palabras, se puede decir que la comunicación es una necesidad que existe desde tiempo atrás, y de no existir el ser humano no podría compartir con otros seres de su misma especie y con su entorno. Es necesario reflexionar sobre la importancia de la comunicación y los problemas que se pueden presentar en esta, ya que hoy en día pocos son los que tienen comunicación cuando hay problemas, si la mayoría de las personas lograran tener una comunicación asertiva de manera pasiva, donde no existiera ninguna clase de agresiones, sino un breve dialogo positivo, hubiera mucha armonía y lograríamos obtener las ventajas que permite esta, se desarrollaría el respeto y los problemas se solucionarían de una manera agradable. En este propósito, para obtener una buena comunicación debemos reconocer y saber utilizar las habilidades sociales, las cuales son importante en nuestra vida, según el concepto de (TRIANES1996), donde explica que “toda habilidad social es un comportamiento o tipo de pensamiento que lleva a conocer una situación social de manera efectiva, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en que esta”. Lo cual nos da a entender que a través de ella nos permite arreglar problemas de manera más pasiva, sin afectar psicológicamente, ni afectar nuestro entorno. Así mismo la asertividad juega un papel muy importante al momento de relacionarnos; pues esta es la capacidad que nos permite actuar, pensar y decir lo que uno cree que es apropiado para sí mismo, defendiendo nuestros derechos, intereses o necesidades sin agredir a nadie, ni permitir ser agredido. Por ello los autores Alberti y Emmons (1978), quienes la describen como “la conducta que permite a una persona actuar, según sus intereses más importantes, defenderlos sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales sin negar los derechos de los demás”. Es decir, que la asertividad nos permite saber tomar decisiones correctas, saber decir “si o no” cuando es conveniente, de igual manera fortalece nuestro nivel de desarrollo de la autoestima y autoconfianza. Haciendo análisis de lo anterior, entendemos que una buena comunicación lleva a tener buenas relaciones con las personas que están a nuestro alrededor, porque su propósito constituye básicamente a funcionar no solo como un medio para alcanzar objetivos si no como un fin en si mismo, deduciendo que las relaciones interpersonales facilitan nuestras actitudes personales ante la vida; permiten el buen desarrollo de habilidades sociales, estimula la empatía, fortalece las actitudes y los valores para afrontar conflictos, fracasos, frustraciones y en definitiva ayuda a saber estar, colaborar y generar climas de bienestar social, frente a una posición en la que intercambiamos frases, miradas, gestos de manera conciliadora; corriendo si lo que decimos sea ofensivo para quienes escucha.